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Los emprendedores parecen estar de acuerdo que parte importante del éxito
de las empresas radica en la calidad de las personas con las que trabajan. En
muchos casos la gestión del talento humano es percibida únicamente como un
área transaccional que “contrata, paga y desvincula personas”, sin considerar
este elemento como estratégico para la compañía. La práctica muestra que las
empresas que asumen estratégicamente la gestión humana crecen más,
minimizan sus costos, se vuelven productivas y con un mayor índice de
rentabilidad.
Lo que una organización puede hacer para evitar el éxodo de sus empleados
importantes es ofrecerles una propuesta de valor que no puedan resistir.
Cuando hablamos de propuesta de valor nos referimos a una serie de atributos
y posibilidades que te ofrece la organización que le permiten al empleado una
combinación de retos, oportunidades de desarrollo, balance entre la vida
laboral y familiar, ambiente laboral estimulante, cultura de confianza,
oportunidad de generar riqueza para el empleado y su familia y empleabilidad
cuando se marche.
1. Descubrir el talento
Conociendo las virtudes y fortalezas del talento humano puede ser impulsado a
desarrollarse en puestos más competitivos que exijan al participante nuevos
retos y metas, que su participación pueda generar nuevas ideas, cambios
proactivos y mejora la eficiencia de los recursos.
Las empresas deben ser capaces de adaptarse a este tipo de contexto, lo que
en ocasiones puede significar adaptar también la forma de funcionar de la
propia organización al talento de sus empleados. Conocer la opinión de todo el
personal por área es importante ya que todos juegan un papel decisivo en la
organización, los cambios innovadores y tecnológicas están cada vez más
avanzados por lo que incursionar al personal a eso avances se vuelve una
tarea difícil, por lo que muchas veces se tienen que cambiar las políticas o
estrategias establecidas.
Conclusiones.
La inversión en personas es rentable, pero precisa de una estrategia. Este plan
debe estar integrado a todos los niveles dentro de la organización. No puede
obviarse su faceta global, ya que ello reduciría su impacto, mermando su
eficacia.