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ÍNDICE

INDICE ONOMASTICO 2
INDICE DE JURISPRUDENCIA
INDICE DE NORMA
INDICE DE JURIDISPRUDENCIA 3
INTRODUCCION 4
LOS ACCIONISTAS; CONCEPTO 5
RESPONSABILIDAD DE LOS ACCIONISTAS 6
OBLIGACIONES DE LOS ACCIONISTAS 6
DERECHO DE LOS ACCIONISTA 7
DERECHO DE INSCRIPCION Y DE INFORMACION 9
DERECHO PREFERENTE DE SUSCRIPCION 10
DERECHO PREFERENTE DE COMPRA 12
DERECHOS PATRIMONIALES: DERECHO DE DIVIDENDOS Y A LA CUOTA DE
LIQUIDACION 14
DERECHO AL VOTO Y SU EJERCICIO 15
VOTO ACUMULATIVO 17
VOTO POR REPRESENTACION 18
ACUERDO DE VOTACION Y FIDEICOMISO 20
GLOSARIO 21
CONLUSIONES 22
BIBLIOGRAFIA 23

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ÍNDICE ONOMÁSTICO

A- ACCIONISTAS 5

D- DRECHO POLITICO, 7
DERECHO PATRIMONILES, 7
DERECHO PREFERENTE DE SUSCRIPCION, 10
DIVIDENDO, 14

V- VOTO ACUMULATIVO, 17

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ÍNDICE DE NORMA

Ley complementaria
 Ley N°32 De 26 de febrero de 1927 Sobre Sociedades Anónimas.
 Código de Comercio de la República de Panamá.

Derecho de los accionistas


418- C.co 8
425 -C.co 8
Art, 13- ley de S.A. 8
Art,47- C.co. 9
Art, 524- C.co 9

Derecho de inscripción y de infromacion


Art, 425 C.co 9
Art, 13 ley de S.A 11
Art, 32 Ley de S.A 12

Derecho al voto
Art, 252 C.co 15
Art, 25 Ley de S.A. 15
Art, 29 C.co 16
Art, 1675 Cj 17
Art, 48 Ley de S.A 17
Voto por representación
Art,62 y Art 47 Ley de S.A. 18
Art, 1624 Cc. 19
Art, 35 Ley de S.A 21

3
INTRODUCCION

Los accionistas es un individuo o compañía (incluyendo una corporación)


que legalmente es propietario de una o más acciones de una sociedad
anónima. Disponen de privilegios especiales en función de la clase de
acciones, incluido el derecho a votar sobre cuestiones tales como las
elecciones al consejo de administración, el derecho a participar en la
distribución de los ingresos de la empresa, el derecho a la compra de nuevas
acciones emitidas por la empresa, y el derecho a los activos de la empresa
durante la liquidación de la empresa. Sin embargo, los derechos de los
accionistas a los activos de una empresa están subordinados a los derechos
de los acreedores de la empresa.

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LOS ACCIONISTAS

El accionista ha sido siempre el propietario de toda sociedad anónima. El derecho


a percibir una parte de las ganancias, a una cuota de liquidación, y a participar en
el control de la sociedad, han sido siempre derechos inherentes a la calidad de todo
accionista.

Este concepto ha variado de gran manera, el papel que desempeña el pequeño


accionista en la antiguas sociedad anónima no es el mismo que desempeña el
pequeño accionista en las grandes sociedades modernas. Aunque sigue
considerándose como accionista, se le asemeja más bien a un prestamista o
inversionista que a un propietario. La mayoría de los accionistas de las grandes
sociedades modernas renuncia por lo general a muchas prerrogativas que los
accionistas de las pequeñas sociedades suelen guardan celosamente.

Esto ha contribuido a que la naturaleza jurídica del accionista sea tan discutida en
la actualidad y se le confunde con el concepto de acreedor de la sociedad o la de
un tenedor de bonos. La distinción entre un acreedor de una sociedad y un
accionista, es fácil de comprender, por cuanto el accionista ejerce o puede ejercer
un determinado control sobre la sociedad, mientras que el acreedor no.

Concepto

Accionista es aquella persona natural (persona física) o jurídica que es propietaria


de acciones de los distintos tipos de sociedades anónimas o comanditarias que
pueden existir en el marco jurídico de cada país.

El accionista es un socio capitalista que participa de la gestión de la sociedad en la


misma medida en que aporta capital ella. Por lo tanto, dentro de la sociedad tiene
más votos quien más acciones posee.

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Tratándose de una sociedad anónima, puede existir un gran número de accionistas
que no participan necesariamente en la gestión de la empresa, y cuyo interés es
únicamente recibir una retribución en dividendo a cambio de su inversión. Sin
embargo, dichos accionistas sí están interesados en conocer su desarrollo. En este
caso es la información contable la que les permite lograr dichos propósitos.

Responsabilidad de los accionistas

Uno de los principios casi universales admitidos por las diferentes legislaciones, es
el de la responsabilidad limitada del accionista. Este principio consiste en que el
accionista solo es responsable ante los acreedores de la sociedad, por la cantidad
que adeude a cuenta de sus acciones.

Tiene su fundamento este principio en el hecho de que las obligaciones y


responsabilidades no son contraídas por los accionistas, sino por una entidad
jurídica distinta que la ley reconoce. De ahí se deriva una doble personalidad: la del
accionista considerad individualmente y la de los accionistas considerados como
corporativos.

Por tal razón se afirma que la responsabilidad personal de los accionistas es


incompatible con la naturaleza del grupo corporativo.

Obligaciones de los Accionistas

Tanto en la doctrina como en casi todas las legislaciones, las obligaciones de los
accionistas se reducen a una primordial: la de efectuar el pago de las acciones
suscritas. Cuando la aportación del accionista no se efectúa en dinero, sino en
bienes ya sean muebles e inmuebles, la obligación del accionista se regirá por las
disposiciones del código civil en materia contractual.

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En aquellos casos en que el accionista no cumpliere con si obligación de efectuar
el pago de las acciones suscritas, la ley establece que la junta directiva podrá optar
entre proceder contra el tenedor o moroso para hacer efectivo la parte del capital
que hubiere dejado de entregar y los perjuicios que la sociedad haya sufrido.

Derechos de los Accionistas

Los derechos de los accionistas se pueden clasificar en dos grupos.

 Los Derechos Políticos que abarcan todos aquellos derechos que permiten al
accionista ejercer el control en la sociedad, tales como el derecho al voto, el derecho
a impugnación, derecho de información, etc.
 Los Derechos Patrimoniales que se reducen a que el accionista participe de ciertas
ventajas económicas en la sociedad, tales como el derecho al dividendo, el derecho
a la cuota de liquidación, etc.

Otros autores como Garrigues clasifican estos derechos conforme a tres criterios
distintos: por su contenido, por su ejercicio y por su revocabilidad.

1- Por su contenido, distingue los derechos patrimoniales (derechos dividendos,


cuota de liquidación) y los derechos administrativos (derecho al voto, derecho de
impugnación)
2- Por su ejercicio se distingue de los derechos que se ejercen aisladamente (derecho
al dividendo, derecho de información) y los derechos que se ejercen
colectivamente, es decir por todos los socios.
3- En cuanto a su revocabilidad, distingue los derechos generales y derechos
individuales.

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Este mismo autor hace una subclasificacion de aquellos derechos del accionista
que están sustraídos de la voluntad de la mayoría de los socios: derechos
independientes, derechos especiales y derechos individuales.

a- Derechos independientes: son aquellos que le corresponden al accionista


independientemente de su cualidad de socio. Tales serian por ejemplo los derechos
emanados de un contrato celebrado entre la sociedad y el accionista.
b- Derechos especiales: son aquellos que corresponden al accionista por su calidad
de socio, los cuales tienen un carácter preferente o privilegiado respecto de los otros
accionistas. Tales como serían los derechos que emanan de las acciones
preferidas.
c- Derechos individuales; son todos aquellos que corresponden a todos los
accionistas y que son consustanciales a la calidad de socios, de tal modo que sin
ellos el accionista no hubiera ingresado en la sociedad. Tales derechos en algunas
legislaciones tienen carácter intangible, es decir que no pueden ser desconocidos
como en el caso de derecho al voto.

En nuestra legislación se reconocen a los accionistas los siguientes derechos:

- Derecho de impugnación contra todo acuerdo adoptado en oposición a la ley, el


pacto social o los estatutos. (418 co.C).

- Derecho a pedir el nombramiento de revisores, cuando la proposición del accionista


hubiese sido desechada por La Junta General de Accionistas. Este derecho solo
puede ser ejercido por accionistas cuya participación represente un vigésimo del
capital (425 co.C).

- Derecho preferente a suscribir, en la proporción de las acciones de que sea dueño,


acciones de las emitidas en virtud de un aumento de capital. Este derecho no es del
todo absoluto, sino más bien relativo. Lo reconoce la ley únicamente en aquellos
casos en que el Pacto Social no disponga otra cosa (art. 13).
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- Derecho a nombrar mandatario para hacerse representar en todas las reuniones de
los accionistas (art.47).

- Derecho a solicitar la disolución de la sociedad en los casos previstos por la ley


(C.co 524).

Derecho de inscripción y de información

Estos dos derechos, generalmente, son conocidos, tanto en la doctrina como en las
diversas legislaciones, como derecho de información. En el derecho anglosajón se
le denomina “ inspection of books and records”.

El derecho de inspección por lo general abarca únicamente el derecho de


inspeccionar los libros de contabilidad de la sociedad, mientras que el derecho de
información se limita solo a pedir información sobre la marcha de los negocios de la
sociedad.

La existencia de los derechos de inspección y de información se debe a la necesidad


de conceder a todo accionista un derecho de fiscalización sobre las actividades de
los órganos directivos de la sociedad, a fin de que este se halle informado de las
actividades de la sociedad.

El derecho de inspección y de información no está contemplado expresamente en


nuestro derecho. Estos derechos emanan de lo establecido en el artículo 425 del
código de comercio que dice:

“La Asamblea General podrá acordar el nombramiento de revisores para el


examen del balance, o de los antecedentes de constitución de la sociedad, o de la
gestión social. Si la proposición que al efecto se hiciere fuere desechada, podrá el
Juez, sin más trámite, nombrar tales revisores a petición de accionistas cuya

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participación represente un vigésimo del capital social. No se atenderá dicha
solicitud sin previo depósito de las acciones de los patentes en el Juzgado y
afianzamiento de los gastos que ocasionare, cuyo monto fijará el juez
prudencialmente.”

Según se desprende del artículo anterior, estos derechos no son ejercitados


individualmente sino colectivamente y el ejercicio de ellos recae en determinadas
personas denominadas “revisores”, las cuales pueden ser accionistas o no.

Puede suceder en algunos casos, que este derecho sea ejercido con malos
propósitos y que la Asamblea de Accionistas por tal razón hubiere rechazado el
nombramiento de revisores, requiriéndose entonces la introversión del Juez. En
estos casos. Desafortunadamente al Juez no le es permitido entrar a considerar si
procede o no el nombramiento de revisores. En el derecho anglosajón, por el
contrario, al Juez se le otorga poder discrecional para decidir sobre esta situación,
pudiendo impedir en algunos casos que se conozcan secretos o informaciones que
comprometerían o perjudicarían los intereses sociales. En estos casos se ha dicho
que el interés del accionista individual debe ser balanceado con los intereses de los
demás accionistas, estableciéndose los verdaderos propósitos que animan al
accionista

Derecho Preferente de Suscripción

La calidad de socio deriva normalmente para todo accionista una variedad de


derechos, tales como el derecho a voto, el derecho a una cuota de liquidación, etc.
Uno de estos derechos, de suma importancia para todo accionista, lo constituye el
derecho preferente de suscripción, conocido generalmente en el derecho
anglosajón como “Preemptive right”.

Fundamentalmente, el derecho preferente de suscripción consiste en el derecho


que tiene todo accionista a suscribir proporcionalmente a las acciones de que sea

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dueño, acciones nuevas emitidas en virtud de un aumento de capital autorizado de
la sociedad

Este derecho lo consagra nuestra ley en el artículo 13 que dice:

“Si el pacto o las reformas de dicho pacto no disponen otra cosa, cada
accionista tendrá derecho preferente a suscribir, en la proporción de las
acciones de que sea dueño, acciones de las emitidas en virtud de un aumento
del capital.”

La disposición contenida en el artículo anterior es similar a la que generalmente


suelen citar los tratadistas norteamericanos como la regla básica. Autores como
Frey critican esta regla, muy atinadamente a nuestro juicio, por cuanto ella no
resuelve los innumerables problemas que suelen plantarse en la vida real.

A la regla contenida en el artículo 13 antes mencionado, se le pueden hacer las


siguientes preguntas:

1) Este artículo se refiere exclusivamente a un aumento del capital autorizado,


es decir, al número de acciones que la sociedad puede emitir, y no
necesariamente a un aumento del capital entendido como patrimonio.
Siempre que nuestra Ley emplea el término capital, debe este entenderse
como capital autorizado.
2) Este derecho preferente de suscripción, se presume en toda sociedad
anónima, siempre y cuando que el Pacto Social no disponga lo contrario.
3) Este artículo no establece distinción en lo que se refiere a la distinta clase de
accionistas que pudieran haber. Este derecho se lo otorga a “cada
accionista” es decir, a todos los accionistas de la sociedad sin distinción de
clases.

Lo básico y fundamental del derecho preferente de suscripción es proteger los


intereses del accionista. Ahora bien cuáles son esos “intereses” que deben ser
protegidos? Todo accionista, con relación a la sociedad anónima tiene
numerosos intereses, no solamente económicos, sino también políticos, por
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decirlo así, tales como el derecho de votación. El control de la sociedad se ejerce
por el voto del accionista, por lo que este derecho viene a ser de vital importancia
para él. Si un accionista ve disminuido su derecho de votación, lógicamente
habrá que deducir que sus intereses se verán perjudicados. De ahí pues, que la
base e derecho preferente de suscripción sea proteger todos los intereses del
accionista, ya sean estos económicos o políticos.

El derecho preferente de suscripción generalmente suele ser limitado o


restringido por ciertas excepciones. Así en primer lugar se afirma que este
derecho es aplicable únicamente a las nuevas acciones de emisión
originalmente autorizada. Se dice en abono de esta tesis que el accionista
determinado fija su posición en la sociedad desde un comienzo, según sea el
número de acciones que se ofrece al público no efectúa ningún cambio
inesperado en su posición, por lo que este no puede ejercer el derecho
preferente de suscripción. Debe hacerse pues, una distinción entre las acciones
que han sido ya emitidas y aquellas cuya emisión es autorizada con
posterioridad a la organización de la sociedad.

Derecho Preferente de compra

El artículo 32 de la Ley también permite que el pacto social establezca a favor


de los accionistas un derecho preferente a comprar las acciones que otro
accionista debe traspasar. No debe confundirse este derecho con el que nos
hemos venido refiriendo anteriormente. El derecho preferente de suscripción que
contempla el artículo 13 de la Ley se limita a las nuevas acciones que sean
emitidas en virtud de un aumento de capital, mientras que el derecho preferente
a las acciones que otros accionistas deseen traspasar, se refiere a las ya
emitidas y en circulación. Mientras que en el primer caso puede hablarse
propiamente de un derecho, en el segundo no se trata más que de una opción
de compra a favor de los accionista, derecho este que no emana o surge a la

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vida propiamente hablando, por virtud de la Ley misma, como lo es el caso del
artículo 13, sino por disposición estatutaria si así se establece.

Este derecho constituye en la práctica una protección para los accionistas en


aquellas sociedades de tipo familiar o cerrado en que no se desea que las
acciones vayan a parar en manos de extraños. La Ley no reglamentara este
derecho y por lo general es motivo de cláusulas complicadas. No constituye una
limitación al derecho de enajenar, pues el segundo párrafo del artículo prohíbe
toda restricción que de manera absoluta prohíba el traspaso de acciones. Por
ello debe tenerse sumo cuidado al redactar las cláusulas de modo que estas no
constituyan en si una prohibición o impidan la libre enajenación de las acciones.

Una formula comúnmente usada es la siguiente:

Traspasos. Las acciones de la compañía serán emitidas en nombre del dueño y


serán transferidas en los libros de la compañía mediante documento escrito y
firmado por el cedente y cesionario, con la autenticidad que la compañía
requiera, y si previamente se hubieren ofrecido a la compañía y otros
accionistas, como se estipula en el párrafo siguiente.

Toda trasmisión que un accionista se proponga efectuar deberá avisarse a la


compañía con 30 días de anticipación a la fecha en la cual se proponga efectuar
el traspaso, y esta lo comunicara a los accionistas dentro de los 2 días hábiles
siguiente. Cada accionista tendrá derecho preferente a adquirir, en la proporción
de las acciones que sea dueño las acciones ofrecidas. Si las accionistas no
ejercen el derecho así concedido dentro de los quince días siguientes de la
comunicación, la compañía podrá comprar las acciones que se ofrecen.

Si la compañía no comunica al cedente dentro de los 30 días de que trata el


párrafo anterior que se opta por comprar todas o parte de las acciones materia
de la operación. O le comunica que solo se comprara una parte de ellas, la
transmisión podrá efectuarse en cuanto a las acciones que no e compren. El
precio a que los accionistas deseen enajenar es el valor que ellas tengan según

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el balance más reciente de la compañía y si la operación sugiere antes del primer
balance anual, tal precio será el valor nominal de las acciones.

DERECHOS PATRIMONIALES: EL DERECHO AL DIVIDENDO Y A LA


CUOTA DE LIQUIDACION.

Los derechos patrimoniales que tiene todo accionista en una sociedad anónima
son dos: el derecho al dividendo y a la cuota de liquidación. De estos dos el más
importa para él, lo es el derecho al dividendo.

Por regla general se emplea la expresión “derecho al dividendo” para significar


el derecho que tiene todo accionista a percibir dividendo de las utilidades netas
de la sociedad.

El dividendo es la cuota de dinero de una empresa que se reparte entre los


accionistas de una sociedad. El dividendo constituye la principal vía de
remuneración de los accionistas como propietarios de una sociedad.

Con relación al Derecho al Dividendos, Garrigues distingue dos sentidos en esta


expresión: un Derecho Abstracto, al dividendo, es decir, un derecho participar
en las futuras ganancias de la sociedad, y además un Derecho Concreto que es
el que ejerce el accionista sobre la ganancia de un determinado ejercicio
económico.

El derecho a percibir una cuota de liquidación, Es la cuota que corresponde a


cada uno de los socios una vez disuelta la sociedad, y abierto el periodo de
liquidación. La cual no puede un derecho absoluto, ya que puede haber o darse
el caso de acciones sin derecho a cuota de liquidación y puede también haber
acciones subordinadas a otra clase en el pago de la cuota de liquidación.

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El Derecho al Voto y su ejercicio

El derecho al voto nos dice Garrigues “es el principal de los derechos de


soberanía del accionista”. Mediante el ejercicio de este derecho, participa el
accionista en la administración de los negocios de la sociedad, aprobando o
desaprobando la gestión de los directores.

En los comienzos de la sociedad anónima, el accionista se le concedió el


derecho irrestricto de voto. Se pensaba entonces que el ejercicio de este
derecho favorecía la buena marcha de la sociedad, y favorecía los intereses
económicos del propio accionista, este principio todavía es consagrado en
algunas legislaciones como la alemana (art 252 cco).

Nuestra Ley de Sociedades Anónimas reconoce el derecho al voto únicamente


en aquellos casos en que el Pacto Social no dispone otra cosa. En estos casos,
cada accionista tiene derecho a un voto por cada acción registrada en su
nombre, cualquiera que sea la clase de dicha acción, ya sea con voto nominal o
sin valor nominal. Art 45.

Ejercicio del derecho de voto

En principio todo accionista puede ejercer el derecho de voto, salvo disposición


contraria de la Ley o el pacto social, este derecho se ejerce a razón de un voto
por cada acción que se posea. No obstante, puede restringirse este a un número
determinado de acciones, o puede igualmente otorgarse cierto número de voto
a cada acción. Nuestra ley es amplia en este sentido y admite toda clase de
combinaciones (Art20) sin embargo, en principio solamente reconoce un voto
por cada acción, cualquiera que sea su clase (art, 45).

Frecuentemente el ejercicio del derecho al voto en algunas clases de acciones


está condicionado a la realización de determinados hechos, tales como el de si

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no se pagan dividendos por un lapso determinado, cuyo caso el accionista podrá
ejercer el derecho de voto hasta tanto se vuelvan a pagar dividendos.

Son numerosos los problemas que el ejercicio del derecho de voto plantea en la
práctica, particularmente tratándose de acciones dadas en prenda o en
usufructo, igualmente la transferencia de acciones, la suscripción de acciones.
Etc. Suele plantear conflictos de los cuales trataremos separadamente.

1. Transferencia o traspaso de acciones por lo general el derecho a voto


pertenece al tenedor de las acciones. Este derecho va implícito en la acción
misma. Si esta es transferida a otra persona ya sea por venta o donación, el
derecho igualmente será transferido al nuevo tenedor. Cuando las acciones
son nominativas estas solo son transferidas en los libros de la compañía,
salvo que el pacto social determine lo contrario art. 29.

2. Suscripción de acciones, no hay ninguna disposición en nuestra Ley que


prohíba a los suscriptores de acciones ejercer el derecho a voto. El hecho de
que estos no hayan pagado la totalidad del importe de sus acciones o de que
no se hayan emitido los certificados de acciones correspondientes, no los
priva del ejercicio de este derecho, a no ser que el pacto social disponga otra
cosa.

3. Prenda de Acciones. La doctrina se inclina por lo general a favor del deudor


por cuanto esta continua siendo el propietario de las acciones. El acreedor
prendario puede también obtener del propietario de las acciones un poder
(proxy) para votar por dichas acciones. Sin embargo, el problema es distinto
cuando el acreedor prendario, para su mayor protección se ha hecho
transferir las acciones a su nombre. En estos casos el deudor prendario no
ha obtenido el poder necesario para votar, la sociedad solo podrá reconocer
como accionista aquel que aparezca registrado en sus libros como tal.

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4. Usufructo de acciones, hemos expresado con anterioridad que el derecho de
voto solo puede ser ejercido por el accionista que como tal aparezca en los
libros de la sociedad, exceptuando el caso de accionistas al portador. Pues
en el usufructo, el accionista no se desprende de su cualidad de propietario
de la acción, sino que sigue siendo el titular de las mismas, por lo que el
derecho de voto debe ser ejercido por él.

5. Fideicomiso de acciones, el derecho a voto le corresponde al fiduciario por


cuanto las acciones son transferidas a su nombre por un periodo determinado
(art 35). el fiduciario en ningún caso podrá votar en contra de los intereses
del beneficiario o fideicomisario.

6. Muerte del accionista en caso de muerte de un accionista, la administración


de las acciones corresponden en las sucesiones testamentarias, al albacea
y a falta de este a los herederos (1675 cj).

Voto Acumulativo

Nuestra ley reconoce el voto acumulativo solo en aquellos casos en que se


establece en el pacto social. Sobre el particular el artículo 48 nos dice lo siguiente:

El pacto social podrá disponer que en las elecciones de los miembros


de la Junta Directiva los accionista con derecho de votación para
directores tengan un número de votos igual al número de acciones que
le corresponde multiplicado por el número de directores por elegir y
que podrá dar todos sus votos a favor de un solo candidato, o
distribuirlo entre el número total de directores por elegir o entre dos o
más de ellos, como lo crea conveniente.

El voto acumulativo ha sido ideado como una medid de protección de las minorías
ya que por medio de él los accionistas minoritarios obtienen una mayor presentación
en la junta directiva.

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El voto por representación (proxy)

En los comienzos de la sociedad anónima, el voto por representación era


desconocido. En el derecho anglosajón, el “common law, estableció que los
accionistas solo podían votar en personas y no por mandatario. Hoy día, con el
desarrollo de las sociedades anónimas modernas. El voto por representación es
casi universalmente conocido. Algunas legislaciones lo contemplan expresamente
y otras guardan silencio al respecto, pero ninguno prohíbe expresamente el voto por
representación, el cual como hemos dicho antes, ha surgido como una necesidad
del mundo mercantil moderno.

|Nuestra Ley de sociedades anónimas, consagra expresamente, el voto por


representación en el art. 47

En todas las reuniones de los accionistas cualquier accionista puede hacerse


representar por mandatarios, que no necesita ser accionista, y que podrá ser
nombrado por documento público o privado, con o sin cláusula de sustitución.

Igualmente lo contempla para el caso de los directores, en el artículo 62:

Si el pacto social lo autoriza expresamente los directores podrán ser


representados y votar en las reuniones de la Junta Directiva por mandatarios
que no necesitan ser Directores y que deberán ser nombrados por
documento público o privado, con o sin poder de sustitución.

Como se podrá observar de la lectura de ambos artículos, el voto por representación


lo establece expresamente la ley para los accionistas, no pudiendo desconocer este
derecho El Pacto Social ni los estatutos. Por el contrario, los directores pueden
hacerse representar por mandatario, siempre y cuando el pacto social lo autorice
expresamente.

Nuestra ley no reglamenta la manera de otorgar el poder, ni establece ninguna


formalidad respecto a él, bastando únicamente que este sea otorgado por medio de
documento público o privado. Por lo general los pactos sociales establecen los
requisitos y formalidades que deben llevar a cabo al otorgarse el poder.

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El poder pude ser otorgado a favor de varias personas, pero si estas no son
nombradas alternativamente, deberán ejercer este poder previo mutuo acuerdo, o
de lo contrario el voto no es aceptable. Puede también constituirse en otra persona
siempre y cuando así lo establezca en el mismo poder.

Sus Clases

Los poderes pueden ser generales o limitados. Son generales aquellos que
confieren al mandatario la facultad de representar al accionistas en todos los
asuntos ordinarios que se someten a la consideración de la junta de accionistas.

Los poderes limitados son aquellos que confieren al mandatario facultad para
representar al accionista en un asunto determinado. Esta clase de poderes solo
deberán ser admitidos en la votación siempre y cuando el mandatario cumpla con
las instrucciones dadas por el accionista.

Duración

En algunas legislaciones en el estado de Delaware (EUA), la duración de los


poderes está limitada a 3 años, salvo que en el mismo se establezca un periodo de
duración mayor.

Nuestra Ley no contiene una disposición similar, por lo que en Panamá, estos
poderes pueden ser otorgado por tiempo indeterminado. No obstante es preferible
y aconsejable siempre el determinar un pequeño plazo para el ejercicio estos
poderes.

Revocabilidad

Los poderes en nuestra legislación son revocables en cualquier momento. Si bien


nuestra ley de sociedades anónimas no contiene ninguna disposición que así lo
establezca, al respecto consideramos aplicable el ART. No. 1624 del código civil
que dice:

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El mandante puede revocar el mandato a su voluntad y compeler al mandatario
a la devolución del documento en que conste el mandato.

La revocación puede ser expresa o tácita. Es expresa cuando se manifiesta por


escrito y tacita cuando asi se desprende de hechos posteriores tales como el
otorgamiento de un nuevo poder

ACUERDO DE VOTACIÓN Y FIDEICOMISO DE VOTACIÓN

Los acuerdo de votación y fideicomiso de votación, constituyen unos de los medios


generalmente empleados por los accionistas para obtener el control de la sociedad.

Acuerdos de Votación. Los acuerdos de votación tienen por objeto primordial


obtener el control de la sociedad. Estos son generalmente empleados en aquellas
sociedades de pocos accionistas. La causa de estos acuerdos radica generalmente
en el deseo de algunos accionistas de conducir los negocios de la sociedades
apartándose de ciertas formalidades corporativas, tales como celebrar reuniones de
accionistas, aprobar los acuerdos por medio de resolución, llevar libros de actas,
etc.

Nuestra ley de sociedades anónimas no establece ninguna disposición que prohíba


los acuerdos de votación, por lo que el empleo de ellos en nuestro derecho, es
perfectamente legal, aun en aquellos casos en que los accionistas minoritarios
obtengan el control de la sociedad.

Los acuerdos de votación por lo general contienen clausulas relativas a la manera


de elegir los indirectivos y dignatarios de la sociedad, facultades para dirigir los
asuntos de las mismas, etc.

1. Elección y Remoción de Directivos: Esta es una de las principales cláusulas


que se suelen incluir. Indica por lo general la manera de elegir los directores
y las causas de remoción de los mismos. Con respecto a la remoción, debe
observarse que nuestra ley establece que los directores pueden ser

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removidos por la mayoría de las acciones suscritas con derecho de votación
(artículo 63).
2. Elección y remoción de dignatarios: en alunas ocasiones los accionistas
demuestran mayor interés en obtener la facultad de nombrar dignatarios que
cuales quiera otras facultades de la junta directiva. Ellos se deben, por lo
general, a que los cargos de dignatarios deben ser remunerados. Sin
embargo, una clausula estableciendo que el presidente, el secretario y el
tesorero, serían elegidos por el accionista, sería ilegal por cuanto la ley
confiere esta atribución a los directores (Articulo 65). No obstante lo anterior,
cualquiera otro dignatario podrá ser nombrado por los accionistas.
3. Transferencias de acciones: Es frecuente encontrar en estos acuerdos
cláusulas que restrinjan la trasferencia de acciones, y son numerosas las
fórmulas que suelen emplear. La más frecuente consiste en la prohibición de
vender las acciones a extraños, sin antes ofrecerlas a la sociedad o a sus
accionistas.
Nuestra Ley, ya hemos dicho anteriormente, permite la imposición de
restricciones para el traspaso de acciones, pero considera nula toda
restricción que de manera absoluta prohíba el traspaso de acciones (artículo
32).
4. Arbitraje: La cláusula de arbitraje es muy común en esta clase de acuerdos.
Se tiende a evitar con ellas las disputas que pudieran surgir con la
interpretación de las cláusulas del acuerdo.

Fideicomisos de Votación: El fideicomiso de votación´´ Voting Trust´´ como


se denomina en el derecho anglosajón lo contempla expresamente nuestra
ley de sociedades anónimas en su artículo 35 que dice:
Uno o más tenedores de acciones podrán convenir por escrito en traspasar sus
|acciones a uno o más Fiduciarios con el fin de conferirles el derecho de votar en
nombre y lugar del dueño, por un período determinado y de acuerdo con las
condiciones indicadas en el convenio. Otros accionistas podrán transferir sus
acciones al mismo Fiduciario o Fiduciarios, constituyéndose en virtud de dicho

21
traspaso en partes de convenio. Los certificados de acciones que así se traspasan
serán entregados a la sociedad y cancelados por ésta a cambio de la emisión a favor
del Fiduciario o Fiduciarios de nuevo certificados en los que se expresará que se
emiten por virtud del citado convenio, y en el registro de acciones de la sociedad se
anotarán esas circunstancias. Será necesario para que tenga efecto lo dispuesto en
este artículo que se suministre a la sociedad una copia autenticada del referido
convenio.

Esta figura jurídica de gran aplicación en USA, ha tenido muy poca acogida en
nuestro derecho y casi se puede decir que es desconocida entre nosotros.

22
RAÚL A. FERRER RECURRE EN CASACIÓN EN EL PROCESO
ORDINARIO INTERPUESTO POR SUSANA VALLARINO CONTRA
FRANQUICIAS Y SERVICIOS, S. A. Y RAÚL A. FERRER. PONENTE:
HERNAN A. DE LEON BATISTA. PANAMA, DIECISIETE (17) DE MAYO
DE DOS MIL TRECE (2013).

Tribunal: Corte Suprema de Justicia, Panamá

Sala: Primera de lo Civil

Ponente: Hernán A. De León Batista

Fecha: viernes, 17 de mayo de 2013

Materia: Civil

Casación

Expediente: 228-10

VISTO:

La firma forense C.F. & CO abogados, en su condición de apoderados


judiciales de Raúl Ferrer, ha presentado recurso de casación contra el fallo
proferido el 27 de mayo de 2010 por el Primer Tribunal Superior de Justicia, del
Primer Distrito Judicial de Panamá, dentro del proceso ordinario de mayor cuantía
que Susana Vallarino le sigue a Franquicias y Servicios, S. A. y a Raúl Ferrer.

Invoca como causal la infracción de normas sustantivas de derecho que, a


entender del proponente de la acción, se produce por aplicación indebida.

Resolución recurrida en casación:

Mediante pronunciamiento de 27 de mayo de 2010, legible de fojas 219 a


245 del infolio, los magistrados del Primer Tribunal Superior del Primer Distrito
Judicial de Panamá confirmaron la Sentencia No. 28, de 26 de julio de 2007, por la
cual el Juez Séptimo de Circuito, ramo civil, del Primer Circuito Judicial de
Panamá, condenó a Raúl A. Ferrer y a Franquicias y Servicios, S. A. a pagar a
Susana Vallarino B/.42,000.00, en concepto de capital e intereses. Además, de
desestimar la excepción de legitimación pasiva ensayada por el demandado y de
condenar en costas a los demandados por B/.9,000.00. (fs. 161 a 174).

En principio, el ad quem explicó porqué la obligación entre la demandante y


los demandados es de carácter mercantil.

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Seguidamente, el Tribunal Superior revisó las pruebas consideradas en
primera instancia y otras que, a entender de los magistrados del Tribunal Superior,
confirman que hubo un pacto de compraventa de acciones entre Susana Vallarino
y Franquicias y Servicios, S. A., del cual fungió como agente mediador Raúl Ferrer.
Éstas y otras pruebas consideró el Tribunal Superior para confirmar la vinculación
entre Raúl Ferrer y la demandante. Además, censuró el ad quem la conducta
procesal de Franquicias y Servicios, S. A. al no comparecer al proceso, pese a que
Raúl Ferrer es uno de sus dignatarios y conoce de la demanda presentada.

Señala el fallo que consta pruebas en autos del pago hecho por la
demandante y su depósito en la cuenta de Franquicias y Servicios, S. A., sin que
los demandados hubiesen podido desvirtuar que dicho pago lo hizo la demandante
para comprar acciones de la sociedad demandada.

Al estimar conforme a derecho la decisión de tener por coobligados


solidariamente a los demandados, al tratarse de una obligación mercantil, el ad
quem confirmó la pieza apelada (fs. 219 a 245).

Recurso de casación:

En los motivos que dan forma a la causal de fondo invocada bajo el concepto
de aplicación indebida, señala quien recurre que la resolución antes resumida
cataloga la obligación como mercantil, cuando es una compraventa de naturaleza
civil, por lo cual no le aplicaron la regla de derecho correcta.

Debido a lo que entiende como una equivocada calificación, Raúl Ferrer es


catalogado como agente mediador de comercio, por lo que fue condenado como
responsable solidario de la obligación, lo cual no habría ocurrido de haberse tenido
la obligación como de naturaleza civil, advierte otro de los motivos.

Por esta circunstancia estima mal aplicado el artículo 2, numeral 2, del


Código de Comercio, que define cuándo debe entenderse la compraventa como
acto de comercio.

Al explicar cómo es infringida la norma, además del argumento ya conocido,


agrega que la norma aplica en casos de títulos de crédito y valores comerciales,
mas no a acciones emitidas por sociedades.

El texto de la norma es el siguiente:

"2. Serán considerados actos de comercio todos los que se


refieren al tráfico mercantil, reputándose desde luego como
tales, los contratos y títulos siguientes:
...
2. La compraventa de títulos de crédito y valores
comerciales así de carácter público, o emitidos por el
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Gobierno o los Municipios, como de carácter privado, o
emitidos por particulares o por sociedades mercantiles,
para lucrarse en su reventa o por cualquier otro medio de
especulación mercantil;"
También sostiene quien recurre que el fallo vulnera el artículo 100 del Código de
Comercio:

"100. El que se ocupare constantemente en mediar en los


negocios comerciales de otros, o contratare en nombre ajeno,
estará obligado a atender el interés del principal con debida
solicitud, debiendo comunicarle cuanto pueda tener importancia
respecto de las operaciones de su cargo."
La apoderada afirma que la disposición fue indebidamente aplicada a un caso de
compraventa de acciones de tipo civil, para endilgarle responsabilidad solidaria a
su representado.

Decisión de la Sala:

La modalidad de la causal de fondo invocada consiste en la aplicación de


una norma a una situación de hecho no regulado por ella. Es decir, que la norma,
correctamente entendida, es aplicada al hecho probado que no se compadece con
el supuesto que en esta se regula.

De la lectura de la resolución censurada es permisible concluir que no yerra


el Tribunal Superior al aplicar normas del Código de Comercio a los hechos
probados en este proceso. Estos son: la entrega de una suma por parte de la
demandante para la compra de acciones de la sociedad demandada, en cuya
gestión medió el demandado, hoy casacionista.

La censura alega que la compra de acciones de una sociedad es una


transacción de naturaleza civil. Discorda la Sala con esta aseveración. En primer
lugar, se trata de una sociedad anónima, una persona jurídica, lo que no significa
que todas las transacciones que ejecute son de carácter mercantil. Sin embargo, la
compraventa de una acción de la sociedad demandada no puede verse como una
transacción de naturaleza civil, pues claramente la encuadra la normativa comercial
como uno de los supuestos que constituyen un acto de comercio, justo el numeral
2 del artículo 2 que estima mal aplicado la censura.

Conviene hacer una disquisición del tema para comprender, sin margen a
dudas, que se trata de una transacción regulada por el Código de Comercio.

En principio cabe conocer en palabras del magistrado Luis Camargo Vergara,


autor del Compendio de Derecho Mercantil, qué constituye una acción y qué implica
para su titular.

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"En su obra La Sociedad Anónima en Panamá, Ricardo Durling,
hace referencia al concepto de La Acción señalando que 'el
derecho del accionista contra la sociedad, encaminado
principalmente al reparto de los beneficios. En su acepción
primitiva, la palabra acción significaba documento y más
concretamente; un recibo. De acuerdo con Lehman, la palabra
título acción procede del libro en que se consignaba la cuantía
de la aportación y el nombre de la persona que se comprometía
a realizarla. De allí se extendía luego un recibo, y de este recibo
nació el título representativo de la acción. Hoy día la palabra
acción tiene diversos significados. En primer lugar significa la
parte alícuota del capital básico; en segundo lugar el derecho
que corresponde a esa fracción, y finalmente el título
representativo de este derecho. En un sentido más amplio
todavía, la palabra acción puede ser considerada como el
conjunto de las relaciones jurídicas creadas entre el suscriptor y
la sociedad por el hecho de suscribir una cuota de fondo capital,
incluyendo por tanto, el deber de aportación del socio.' (Ob.Cit.
Pág. 123).
Se observa que el concepto de acción puede tener varios
significados entre los cuales están la cuota parte en que esta
dividido el capital social, la parte representativa del aporte hecho
al capital social, el título que representa la calidad de socio en
contra de la sociedad, el derecho a las utilidades y ganancias de
la sociedad, etc. Lo importante de la acción, es que es un título
valor que forma parte importante del régimen de las sociedades
de capitales y sociedades de acciones, por lo que su titularidad
producirá derechos en favor del accionista, y acredita la calidad
y los derechos del socio, en la medida que presentan una parte
del capital social, que podrá estimarse en dinero.
...
La acción le confiere al accionista o titular, el derecho de
participar en las ganancias sociales (derecho al dividendo) y en
el patrimonio resultante de la liquidación de la
sociedad; derecho preferente de suscripción en la emisión de
nuevas acciones; derecho de votar en las juntas generales
cuando se posea el número de acciones que los estatutos exigen
para su ejercicio. Este derecho no puede ser ejercitado por el
socio que se hallare en mora en el pago de los dividendos
pasivos. Pero al igual el accionista asume una serie de
obligaciones entre las cuales están, reclamar por vía ordinaria el
cumplimiento de esta obligación, con abono del interés legal y de
los daños y perjuicios causados por su morosidad; proceder
ejecutivamente sobre la base del documento de suscripción,
contra los bienes del accionista, para hacer efectiva la porción

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de capital en metálico no entregada y sus intereses; enajenar las
acciones por cuenta y riesgo del socio moroso."
(CAMARGO VERGARA, Luis. Compendio de Derecho Mercantil
No. 2, Panamá 2008, Págs. 141 a 143).
Sobra agregar que la adquisición de una acción de una sociedad tiene como
propósito tener participación en la sociedad, principalmente en las ganancias.

La acción como tal es un título valor, como quedó consignado en el extracto


reproducido. Este aspecto es indubitable, así por ejemplo, de la obra de Joaquín
Garrigues, Derecho Mercantil, no queda duda respecto a la categoría bajo la cual
se enmarca. Veamos:

"Entre las cosas mercantiles deben incluirse los títulos-valores.


Esta denominación no se encuentra en nuestro C. de Co. En él
se habla -genéricamente- de valores, de efectos, de documentos
de crédito (art. 67: valores y efectos públicos, valores industriales
y mercantiles; art. 69 y 547: documentos de crédito al portador;
art. 344: efectos a la orden) y -específicamente- de acciones
(arts. 160 a 167 y 175), de obligaciones (arts. 2, núm. 10; 176,
199, 201), de letras de cambio, libranzas, pagarés y cheques
(arts. 67, núm. 3°; 443 a 543). Una parte de la doctrina española
(URÍA, VICENTE Y GELLA) habla de títulos de crédito. Pero esta
denominación es poco comprensiva, porque, por un lado, no
alude a otro asepecto distinto del cre´dito, cual es la
denominación jurídica de la cosa misma, propia de los títulos
llamados de tradición; mientras, por otro lado, existen títulos
(acciones de s. a.) que no atribuyen un solo derecho de crédito
a su titular, sino más bien un conjunto de derechos subjetivos de
índoles varia, que componen una cualidad o posición jurídica
compleja. Preferimos, por esta razón, el nombre de títulos-
valores para designar jurídicamente ciertos documentos cuyo
valor, estando representado por el derecho al cual se refiere el
documento, es inseparable del título mismo."
(GARRIGUES, Joaquín. Curso de Derecho Mercantil. Tomo III,
7ma ed., Edit. Temis, Bogotá 1987, pág. 85).
(Las negritas son de la Sala).
Explica el autor que en los títulos valores el nacimiento del derecho puede o
no ir ligado a la creación del título entre los que ejemplifica como los no dispositivos
la acción de una sociedad. Entre las varias clasificaciones de los títulos-valores que
hace el autor en su obra, trae a colación la acción de la sociedad para ejemplificar
los títulos valores por su sustantividad, es decir si incorporan o no un derecho que
vive por sí mismo; por el objeto del derecho incorporado (en este caso, porque
juntan no sólo el derecho de crédito, sino una cualidad de miembro de la sociedad)

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y de los títulos emitidos al portador, en aquellos casos en que la acción no fuese
nominativa.

No cabe duda en este sentido que la compra de acciones de una sociedad


constituye un título-valor, que se encuentra enmarcado dentro de la clasificación
contenida en el artículo 2 del Código de Comercio. Visto este punto la actividad
identificada en el proceso de marras es un acto de comercio. El magistrado
Camargo en el texto ya citado, explica que existen distintos criterios para clasificar
los actos de comercio, entre ellos, aquel que los cataloga como objetivos, porque
atiende a la actividad propiamente, sin tomar en cuenta el sujeto que la realiza; por
lo que bastará que la actividad revisada se encuentre tipificada como acto de
comercio, siendo este el caso, para que quede regida por la Ley mercantil.

Poco es lo que queda por complementar sobre este aspecto, pues no sólo
se desprende de las exposiciones de los dos (2) autores citados, que las acciones
emitidas por una sociedad son un título-valor, sino que se refieren de manera
puntual a éstas como una cosa mercantil.

En este sentido, no cabe reconocer que el Tribunal Superior se equivocara


al aplicar la norma examinada.

En cuanto a la indebida aplicación del artículo 100 del Código de Comercio,


considera la Sala que el cargo es infundado.

Como quedó expuesto, el recurrente estima que se le aplica la norma


mercantil sobre agentes mediadores a una transacción de tipo civil.

Si se lee en detalle el fallo recurrido es dable concluir que al proceso se


presentaron pruebas suficientes para acreditar la intervención de Raúl Ferrer en la
transacción entre la demandante y la empresa de la cual él es uno de los directivos.
Además, denota que el demandado se dedicaba con habitualidad a llevar a cabo
este tipo de gestiones. Así por ejemplo, reseña el fallo que el testigo Roberto Leyton
Campbell conocía de las actividades como asesor financiero de Raúl Ferrer y en
Wall Street Securities.

Debe tenerse en cuenta, tal como lo explica el autor ya citado, que los
agentes mediadores del comercio, no se dedican propiamente a actos de comercio,
sino que facilitan este tipo de transacciones. Sin embargo, su participación es de
carácter temporal o transitoria, ya que su tarea culmina cuando se materializa el
negocio que gestionan (ver Compendio de Derecho Mercantil, N°2, págs. 107 y
108).

La participación del demandado como agente en la transacción quedó


plenamente acreditada en autos.

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Por otro lado, al conocer del cargo anterior, se pudo comprobar que la
transacción celebrada es un acto de comercio, por lo cual debe ser sometido a las
regulaciones del Derecho Mercantil.

En atención a los puntos destacados lo que procede es desechar los cargos


que dan forma a esta modalidad de la causal de fondo.

En mérito a lo expuesto, la Corte Suprema de Justicia, Sala Primera, de lo


Civil, administrando justicia en nombre de la República y por autoridad de la Ley,
NO CASA la sentencia de 27 de mayo de 2010, dictada por el Primer Tribunal
Superior de Justicia, del Primer Distrito Judicial de Panamá, dentro del proceso
ordinario de mayor cuantía que Susana Vallarino le sigue a Franquicias y Servicios,
S. A. y a Raúl Ferrer.

Las obligantes costas se fijan en la suma de MIL BALBOAS (B/.1,000.00).

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GLOSARIO

1. Accionista es aquella persona natural (persona física) o jurídica que es


propietaria de acciones de los distintos tipos de sociedades anónimas o
comanditarias que pueden existir en el marco jurídico de cada país.

2. Los Derechos Políticos que abarcan todos aquellos derechos que permiten
al accionista ejercer el control en la sociedad, tales como el derecho al voto,
el derecho a impugnación, derecho de información.

3. Los Derechos Patrimoniales que se reducen a que el accionista participe de


ciertas ventajas económicas en la sociedad, tales como el derecho al
dividendo, el derecho a la cuota de liquidación.

4. El derecho preferente de suscripción consiste en el derecho que tiene


todo accionista a suscribir proporcionalmente a las acciones de que sea
dueño, acciones nuevas emitidas en virtud de un aumento de capital
autorizado de la sociedad.

5. El dividendo es la cuota de dinero de una empresa que se reparte entre los


accionistas de una sociedad.

6. voto acumulativo ha sido ideado como una medid de protección de las


minorías ya que por medio de él los accionistas minoritarios obtienen una
mayor presentación en la junta directiva.

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INDICE DE JURISPRUDENCIA

RAÚL A. FERRER RECURRE EN CASACIÓN EN EL PROCESO


ORDINARIO INTERPUESTO POR SUSANA VALLARINO CONTRA
FRANQUICIAS Y SERVICIOS, S. A. Y RAÚL A. FERRER. PONENTE:
HERNAN A. DE LEON BATISTA. PANAMA, DIECISIETE (17) DE MAYO
DE DOS MIL TRECE (2013)………………………………………………. 23

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