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“Una noche, senté a la Belleza en mis rodillas. –Y la encontré amarga.- Y la injurié.

Tomé las armas contra la justicia.

Huí. ¡ Oh brujas, oh miserias, oh rencor, a vosotros fue confiado mi tesoro!”

Una Temporada En El Infierno

Las Iluminaciones

Carta Del Vidente

Arthur Rimbaud
INTRODUCCIÓN

No muchos temas originan reacciones tan ambiguas en el hombre como el del diablo y

toda su ristra de afines y, a pesar de no ser un tema de vanguardia las distintas

manifestaciones de la oscuridad ejercen en el hombre una fascinación semejante al

vértigo producido por el abismo. La profusa literatura a cerca del mal desde todas las

ópticas del conocimiento, quizás nos indican que es el temor el que nos impulsa a

identificar y conocer a ese extraño y ancestral sufrimiento que abruma al hombre, frente

a él nos sentimos inermes, huérfanos y frágiles. En síntesis somos débiles contra este

potencial energético individual y colectivo que emerge de los fondos y crece hasta

tomar grandes proporciones. (Rubino, 2003).

“La historia del mal es la historia del hombre en el mundo”. En el pensamiento griego

los demonios eran entes divinos o semejantes a los dioses, luego la palabra pasa a

designar los dioses inferiores y por último a los espíritus malos (Chevalier, 1986).

Daimon en griego significa calumniador. Asimismo significa “espíritu, fuerza

misteriosa, poder de un dios, el que divide” (Villalobos, 2007)

En la tradición judeocristiana el demonio surge después del mito de la creación del

Cosmos y del hombre. : “Y dijo Yahvé Dios: He aquí que el hombre ha venido a ser

como uno de nosotros, en cuanto a conocer el bien y el mal” (Génesis III, 22.)

El estudio del Demonio es también objeto de la Antropología ya que desde el inicio de

los tiempos han manado las divinidades maléficas, “como proyecciones en el plano

mítico, de la condición humana en lo que ella posee de negativo y sombrío”.


Strauss (2004) discurre a través de los significados de existencia, realidad o verdad

relacionadas con la imaginería del diablo, y concluye que el punto crucial

necesariamente lo proporciona el discurso psicológico, pues es en la psique donde mora

todo lo que los individuos elaboran.

“El diablo-y cualquiera de sus encarnaciones- aún visto en el resumen de este escenario

bio-psico-social- especie, mente, sociedad, trinidad profana de las ciencias del Hombre-

existe, entonces, porque el ser humano cree que existe… y existe inclusive, tanto en el

interior como en el exterior del hombre, en él porque el mal es parte de la naturaleza

humana…”

El diablo es por tanto portador de las fuerzas metafísicas con las que el ser humano ha

tenido que bregar desde los inicios de la vida en sociedad, entendiendo entonces como

una degradación la creencia neta de su realidad ontológica e histórica.

En el ‘sueño colectivo de los pueblos’ el Mal irrumpe como una sombra y se va

perfilando a lo largo del tiempo, inicialmente de manera incierta pero luego, las

diferentes civilizaciones van estampando sus fisionomías distintivas. La Sombra

Primordial se va transformando y tapizando de de un crisol de imágenes a lo largo y

ancho del mundo.

El mito del diablo (Chevalier, 1986) se adosa a los mitos del dragón, de la serpiente, del

guardián del umbral (monstruo y al simbolismo del cerrojo, de la gacheta (cerradura),

del pestillo. Pasar la gacheta del pestillo es ser maldito o sagrado, víctima del diablo o

elegido de Dios. Es caída o ascención.


El Diablo simboliza todas las fuerzas que turban, obscurecen y debilitan la conciencia y

determinan su regreso hacia lo indeterminado y lo ambivalente. Es la figura opuesta a

Dios que es considerado centro de luz, de gracia, de apertura de revelación, es por ende

centro de noche, de confusión, de tribulación, de cierre. En sus múltiples

representaciones siempre es tentador y verdugo.

La bestia simboliza la caída del espíritu, su labor es desposeer al hombre de la gracia de

Dios y dominarlo. Es el ángel caído con las alas cortadas, que quiere romper las alas de

todo creador. Es la síntesis de las fuerzas desintegrantes de la personalidad.

Diversos ritos a través de la historia de la humanidad rinden cuenta de la noción del

aspecto sombrío del hombre. Un rito (Sanz, 2001) es la representación de un mito. Von

Franz refiere que los mitos son cuentos creados por el inconsciente en una relación muy

libre respecto a la percepción sensorial. Para Jung, los mitos y los sistemas religiosos

míticos son las primeras y más importantes expresiones de los procesos psíquicos

objetivos. La psique humana resulta de una larga serie de actos de introyección, y solo

después que una determinada porción se ha experimentado y reconocido como un factor

interno, es que se produce la transferencia de elementos internos al mundo externo

(proyección).

Desde la Edad Prehistórica del Neolítico se evidencia que al hombre nunca le han

faltado imágenes poderosas que lo ayuden a enfrentar, en forma mágica, los elementos

misteriosos que viven en la profundidad de la psique. La psique contiene todas las

imágenes que han dado origen a los mitos, y nuestro inconsciente es sujeto activo, cuyo
drama íntimo es redescubierto por el hombre primitivo y expresado en forma analógica,

al explicar los grandes y pequeños procesos de la naturaleza.

La transición de una capa a otra es extraordinariamente fluida, en los sueños

encontramos a menudo símbolos mitológicos universales mezclados con contenidos que

provienen de la experiencia personal. Simbólikos en la antigüedad significaba

«figurativo, no literal» es decir se consideraba sinónimo de metáfora o alegoría. Un

“símbolo” es una imagen que expresa un factor esencialmente inconsciente, se refiere a

algo desconocido que nunca puede llegar a conocerse totalmente. El arquetipo se viste,

por así decirlo, con este material. El símbolo, para Jung, cuyo núcleo es una estructura

arquetipal, básicamente, no representable, trasciende a la conciencia y emergiendo del

inconsciente se presenta en varios momentos y en diferentes lugares, como un complejo

de imágenes estructuradas. Produce entonces una representación de ideas y

representaciones religiosas y mitológicas.

De tal manera que lo primordial es la imagen, alrededor de ella se agrupan una cantidad

de símbolos y luego un conjunto de símbolos dan origen a los mitos.

Un “signo” para Jung citado por Von Franz, es una señal o indicador de algo de

naturaleza psíquica o concreta que generalmente se conoce. Y una “Alegoría” es una

señal o indicador, una imagen que a menudo está rodeada y se basa en un contenido

mítico semi-inconsciente, dicha señal al igual que el signo se crea y se desarrolla en

gran medida en forma consciente. En la alegoría hay un contenido que permanece

inconsciente, que no es conocido, pese a que la persona crea haberlo explicado

exhaustivamente.
Unos de los primeros registros del demonio parece ser Set (Everest), el dios egipcio del

mal que se representa como una serpiente o un cocodrilo. Este hermano oscuro de Osiris

era relacionado con el desierto. Set dios del caos y de la guerra, era inteligente pero vil,

y estaba celoso de su hermano Osiris, organizó una fiesta y propuso un juego que

consistía en introducirse en un cofre. Los demás invitados eran muy grandes y no

cabían, Osiris se introdujo, él cerro el cofre y lo lanzó al Nilo, así se convirtió en Rey de

Egipto.

Este hecho tal vez está vinculado con lo que comenta Sanz (2001) acerca de que los

antiguos egipcios fueron uno de los primeros pueblos en observar el fenómeno de la

sombra, como se puede evidenciar en el Festival de la cosecha de Min, ritual que

comenzaba con una gran procesión que iba desde el palacio hacia el santuario de Min,

dos sacerdotes cargaban un biombo que simbolizaba la sombra del dios.

La idea del mal también aparece en sus orígenes vinculada a la muerte, la idea de un

juicio como fenómeno individual o colectivo, está relacionado con la idea de

divinidades-jueces dadoras de recompensas simbólicas relacionadas con la legalidad y

justicia observada en la vida de los creyentes. En el antiguo Egipto el desenlace depende

de las acciones durante la vida y se evalúa después de la muerte. Para los egipcios

(Everest), el cuerpo momificado realizaba el viaje final a través del desierto (lugar de

domino de Set), este viaje era largo y lleno de peligros, para pasar por las puertas el

espíritu debía responder ciertos acertijos, las respuestas a estos acertijos se encontraban

en el libro de los muertos, una colección de fórmulas mágicas y oraciones que se

enterraban en las tumbas. Después de recorrer el laberinto, el espíritu entraba en la sala

del juicio. En ésta delante de Osiris el espíritu debía recitar la «confesión negativa» que
consistía en enumerar los transgresiones que no había cometido (asesinato, robo,

mentira, robo de la leche a los bebés). Finalmente el dios Anubis, se adelantaba para

pesar el corazón del fallecido contra la pluma de la verdad. La diosa Maat, diosa de la

verdad inspeccionaba la balanza, el dios Thot supervisaba y emitía el veredicto. Si el

corazón era más liviano que la pluma de la verdad eran admitidos de inmediato en el

reino de Osiris; aquellos cuyo corazón era más pesado eran devorados por Ammit, «El

que come los muertos, un monstruo con parte león, parte hipopótamo y cabeza de

cocodrilo».

El significado de pesar el corazón se basa en el simbolismo de la ascensión. El mito

encierra la comparación o alineación de lo humano y lo divino. Si el humano participa

de la sustancia de la diosa Maat, puede gozar de la libertad y la inmortalidad de los

dioses. La pluma simboliza el vuelo, la emancipación de la gravedad terrestre. La

liviandad de peso. El ave es el símbolo del movimiento entre la tierra y el cielo, es decir,

entre los humanos y los dioses. También esta asociado con la visión desde lo alto y la

objetividad. “Que el alma de un hombre sea tan liviana como una pluma es una

metáfora de divinización”.

En este rito el hombre presenta su confesión apoyándose en la voluntad, pero le teme a

lo Otro autónomo dentro de sí: el corazón. Incluso el libro incluía recetas mágicas para

mantener el corazón calmado, por que se sabía que “el corazón conocía toda la verdad”.

Este órgano que representaba el sentimiento y la voluntad creativa puede equipararse al

aspecto sombrío.
En otras religiones, como por ejemplo el cristianismo el juicio se aplica a los vivos y a

los muertos.

En la tradición judeodeo-cristiana el origen la iconografía del diablo parece tener sus

raíces en Pan, hijo de Hermes, su imagen mitad hombre y mitad macho cabrío se ha

convertido en una imagen arquetípica del mal (Zweig, 1999). Pan, era un dios rústico

confinado a los bosques y junto con sus hijos e hijas aterrorizaban a los seres humanos

con pesadillas y apariciones. En el tono agudo, vibrante y quejumbroso de su flauta hay

algo de risa, de gozo y de espanto. “Representaba el deseo sexual, la fuerza de la

destrucción y la creación, la lujuria, la masturbación y todo lo primitivo de la

sexualidad”. Su culto se remonta al siglo II a.C., este dios formaba parte del cortejo de

Dionisos, y su imagen de macho cabrío es símbolo de la reproducción, sus cuernos

remiten a “fertilidad y poder”. Su pezuña es en sí mismo un atributo del demonio. Pan y

su séquito danzando por los bosques con sus penes erectos, fueron vinculados por la

imaginería cristiana con los excesos y el libertinaje. “Una imagen pictórica para el

demonio que temían, una forma que parecía abarcar todas las perversidades”

(Villalobos, 2007), que además quedaba como anillo al dedo para rechazar la polémica

degradación que había alcanzado la sexualidad en el Imperio Romano. Una imagen que

además representa exactamente el lado grotesco y siniestro del inconciente (Bendayán,

2004).

A lo largo de su historia el demonio se ha seguido asociando al desierto, lugar cuyos

innumerables peligros fueron temidos por todos los pueblos de la antigüedad. Era tal la

convicción de los monjes de la existencia del diablo que algunos huían hacia el desierto

para combatir al demonio en su propio terreno como lo hizo cristo. El significado


simbólico del desierto es profundo y claro (Cirlot, 1997) los profetas bíblicos según

Berthelot, al oponerse a las religiones agrarias de la fecundidad vital (para Elíade

relacionada con la orgía) presentaban su religión como la más pura de Israel «cuando

vivía en el desierto», el desierto es el «dominio de la abstracción» abierto sólo a la

trascendencia. Para Chevaalier (1986), implica dos sentidos simbólicos esenciales: es la

indiferenciación principal, o es la extensión superficial estéril, sobre la cual debe ser

buscada la Realidad. Según San Mateo (12, 43) el desierto está habitado por demonios,

éste es el lugar donde Jesús es tentado por el demonio y los eremitas como san Antonio

sufren asaltos.

En el presente trabajo abordaré primero algunos aspectos conceptuales de la sombra y

luego amplificaré imágenes del arquetipo del diablo y su manifestación en la sombra

colectiva como Los 7 Pecados Capitales.


¿Qué es la sombra?

El concepto de sombra deriva de los hallazgos de Freud y Jung, refiriéndose este último

inicialmente a él como el lado oscuro del psiquismo. Según Jung, la sombra está

constituida por el aspecto “negativo” de la personalidad, las cualidades desagradables,

las funciones poco desarrolladas, en suma el inconciente personal. A diferencia del

concepto Freudiano de “lo reprimido”, la sombra solo es negativa desde el punto de

vista de la conciencia, puede contener como refiere Frey-Rohn, cualidades que la

humanidad estima positivas, pero que el sujeto valora como inferiores (Zweig, 1991).

Todo lo que posee sustancia posee también una sombra, para Jung “La esencia del

universo sólo puede ser conocida en la medida que nuestro organismo psíquico lo

permite” (Jung, 1947, Psychologie and Religión), este organismo es real y concreto y

se rige por sus propias leyes (Compilado del Seminario de Conceptos básicos, 2004), el

principio de la totalidad psíquica y el principio de la energía psíquica. La psique consta

de dos esferas conciente e inconciente que se comportan de manera compensadora. La

conciencia es la función o actividad que mantiene la relación de los contenidos

psíquicos con el ego. El ego está rodeado y llevado por la consciencia que es la parte de

la psique que se haya dispuesta para la adaptación a la realidad externa o «Sujeto de la

consciencia». La esfera del inconciente está constituida por el inconsciente personal y el

inconciente colectivo, en el primero se hayan aquellos contenidos que han sido

postergados, reprimidos, olvidados, y también percibidos, pensados y sentidos bajo el

umbral de la consciencia. En el inconciente personal suelen presentarse grupos de

contenidos que se unen hasta formar una especie de aglomeración. A estos racimos de

material inconciente cargados de emotividad Jung los denominó "complejos".


Un Complejo (Hall,1975): Es un grupo o constelación organizado de sentimientos,

pensamientos, percepciones o recuerdos que existe en el inconciente personal y que

posee un núcleo, que atrae como un imán o “consteliza” diversas experiencias. Cuanto

más potente sea la fuerza emanada por el núcleo del complejo, más experiencias serán

atraídas por él.

Un complejo puede actuar como personalidad autónoma, con vida y móviles propios y

utilizar la psique para sus propios fines, por ejemplo, Hitler estaba dominado por la

ambición de poder. El núcleo es inconciente (Arquetipos) pero éste y las asociaciones

pueden tornarse parcialmente concientes.

Al inconsciente colectivo según Jacobi (Compilado del Seminario de Conceptos

básicos, 2004), corresponde la posibilidad heredada del funcionar psíquico. Este estrato

abarca contenidos que representan el sedimento de los modos típicos de reacción de la

humanidad -sin diferencia de historicidad, etnias o cualquier otro tipo- a situaciones

como angustia, lucha contra el poder, relaciones de los sexos, de los hijos con los

padres, figuras paternas y maternas, actitudes de odio y amor, frente al nacimiento y la

muerte, al dominio del principio de la luz o de la sombra, etc. En fin la estructura

cerebral heredada.

El inconsciente colectivo parece ser una suma de estructuras que Jung llamó

arquetipales que se muestran a través de motivos mitológicos típicos y comunes a todos

los seres humanos. Dichos motivos cuya vida se ha demostrado explorando el

inconsciente, forman en sí mismos una multiplicidad, pero esto culmina en un orden

radial o concéntrico que se constituye en verdadero centro o esencia de dicho estrato,


según Von Franz (Compilado del Seminario de Conceptos básicos, 2004). El

inconciente colectivo no depende de la experiencia personal y su contenido es un

depósito de predisposiciones y potencialidades para experimentar y responder al mundo

de la misma manera que lo hacían los antepasados de la especie. Los arquetipos son

estructuras innatas y heredadas, las huellas dactilares psicológicas. “Un arquetipo en sí

mismo no puede visualizarse como tal y cualquier idea acerca de su realidad solo puede

lograrse por inferencia”.

Un Arquetipo (Arquetipos, dominantes, imágenes primordiales, imagos, imágenes

mitológicas, patrones de conducta). (Hall, 1975) Es una forma de pensamiento

universal (idea) que contiene un importante elemento emocional y crea imágenes o

visiones que corresponden a ciertos aspectos de la situación conciente. Un arquetipo es

un depósito permanente en la mente, de experiencias que han sido repetidas a través de

muchas generaciones. Tales recuerdos latentes o potenciales dependen de estructuras

intrínsecas y sendas grabadas en el cerebro como resultados acumulados de la

experiencia de la humanidad. Negar la condición hereditaria de dichos recuerdos

ancestrales es negar la evolución y la herencia del cerebro. Por generaciones el hombre

ha visto la excursión del sol de un lado a otro. Creando el arquetipo del dios-sol. La

experiencia de las fuerzas naturales ha desarrollado el arquetipo de la energía, una

predisposición a percibir el poder que lo seduce y lo quiere controlar.

El área más profunda del inconsciente es una especie de continuum omnipresente, “una

omnipresencia sin extensión”. Cuando sucede algo que toca al inconsciente colectivo en

un punto, ese algo sucede en todas partes. El inconsciente es omnipresente y atemporal.

(Von Franz citada en Compilado del Seminario de conceptos básicos, 2004)


El inconsciente se opone en forma compensadora a la consciencia, la cual siempre

reacciona de manera individual adaptada a lo externo (aprendido) en cada situación. El

inconsciente aporta la reacción correspondiente a las leyes típicas del interior,

procedentes de la experiencia de la humanidad, para de este modo facilitar al hombre

una actitud adecuada conforme a lo psíquico total.

Una de las razones que tenemos para sentir que algo anda mal por dentro es lo que Jung

llama el arquetipo de la Sombra. Dicho Arquetipo está formado por los instintos

animales que el hombre ha heredado en el lapso de su evolución desde las formas

inferiores de vida. Como arquetipo, es la responsable del concepto del pecado original,

que proyectado hacia el exterior se convierte en el diablo o un enemigo. La sombra

origina la aparición tanto en la conciencia como en la conducta de pensamientos

desagradables y socialmente rechazados. La sombra con sus instintos animales vitales,

le confiere a la personalidad corporeidad plena o tridimensional (Hall, 1975).

Posteriormente la sombra ha sido considerada un complejo, y al igual que todos los

complejos está nucleado en un arquetipo, en este caso el arquetipo es el enemigo, el

depredador, el malvado, el desconocido y particularmente el diablo. El diablo es el

símbolo colectivo del rechazado, del inadmisible (Bendayán, 2004).

El término Sombra no implica algo malo, si no que se refiere a algo que es lanzado a la

“sombra” por aquello que permanece en la “luz” de la conciencia (Hall, 1985). Los

contenidos aceptables para el Ego a menudo son incorporados sin dificultades dentro de

la persona, en especial si también son aceptados en la situación cultural en la que

existimos. “Persona es la cara externa de la psique”. (Jung, Tipos psicológicos).


Durante el proceso de civilización de un ser humano, según Foedman se establece un

compromiso entre el mismo y la sociedad, a aparecer «como debe» y a formarse una

máscara detrás de la cual viven la mayoría de los hombres. La naturaleza humana no es

consistente y por ello se falsifica. El peligro consiste en confundir la totalidad de la

psique con la persona. La persona simplifica y ayuda en nuestro contacto con los

demás. Así como la persona es el centro con el que nos relacionamos con la conciencia

colectiva, la sombra es el centro con el que nos relacionamos con el inconciente

colectivo (Sanz,2001). La novela de Oscar Wilde, El Retrato de Dorian Grey, cuenta la

historia de un hombre que para conservar su apariencia atractiva y juvenil pacta con el

diablo y esconde un retrato que poco a poco va tomando características aterradoras, de

la misma forma somos una especie de Dorian Grey, nos esforzamos en mostrar nuestra

imagen más hermosa e inocente, mientras vamos relegando todas aquellas cosas que nos

resultan inaceptables y vamos acumulando contenido de sombra.

Cuando algo se acerca a la conciencia desde el inconciente, llega a un campo de

evaluación que se podría llamar campo de opción moral. Parte de lo que se está

acercando puede ser aceptable e incorporado al ego, y la parte inaceptable es disociada

o reprimida dentro de la sombra (Hall, 1985). La sombra aparece en sueños,

personificada en forma de persona muy inferior o primitiva, como alguien que tiene

cualidades desagradables o que nos molesta. Es el conjunto de todos aquellos deseos y

emociones incivilizados que son incompatibles con las normas sociales y con nuestra

personalidad ideal. Cuanto más estricta y represiva es una sociedad tanto más grande es

nuestra sombra. (Compilado Seminario de Conceptos Básicos 2004).


“Luchar con el diablo”, “Descubrir nuestros demonios”, “Descender al mundo

subterráneo”, “la noche oscura del alma” son metáforas que hacen alusión al encuentro

con la sombra (Zweig, 1991). Sin embargo, como expresó Jung: « ¿Cómo puedes

encontrar a un león que te ha devorado?». La sombra es por definición inconciente,

entonces no siempre es posible saber si estamos o no sometidos a contenidos de nuestra

sombra. Para poder descubrir nuestra sombra, aceptar sus contenidos y reorganizar

nuestra personalidad, debemos conocer a fondo el fenómeno.

La sombra es la parte del psiquismo inconciente adyacente a la conciencia, pero no

necesariamente aceptado por ella (Zweig, 1991). Es una especie de personalidad

disidente que ejerce un tipo de compensación a la identificación unilateral de nuestra

mente conciente.

Todos albergamos en nuestro interior a la bestia, oculta bajo la máscara de nuestro yo

conciente en todo tipo de emociones y conductas observables negativas_ la rabia, los

celos, la vergüenza, la mentira, el resentimiento, la lujuria, el orgullo, y las tendencias

asesinas y suicidas_, son manifestaciones de lo que Carl Jung llamó la sombra personal.

Para Jung y sus seguidores en el proceso de psicoterapia se realiza un ritual de

renovación que permite aproximar e integrar en la conciencia esta personalidad

inconciente, reducir su potencial destructor y liberar la energía positiva que se haya

atrapada en ella. Jung y sus colaboradores demostraron que afrontar la sombra y el mal

es un «secreto individual», equiparable a experimentar a Dios, experiencia que puede

transformar a una persona.


Es posible que el mayor logro de Jung el descubrir que el inconciente constituye la

fuente creativa de la que proceden todos los individuos. Nuestra mente y nuestra

personalidad se desarrollan de una materia prima suministrada por el inconciente en

relación con nuestras vivencias.

La Sombra fue definida por Jung, junto con el Yo (centro psicológico) y el Ánimus y

Ánima (Imágenes internalizadas del sexo opuesto) como uno de los principales

arquetipos del inconciente colectivo. Estos arquetipos son fuerzas dinámicas que

prefiguran nuestros caracteres. Antes de continuar el desarrollo de la sombra

expresaremos algunos conceptos a cerca de dichos arquetipos:

El Sí mismo o Self: Para Jung citado por Hall (1975) representa el esfuerzo del hombre

por alcanzar la unidad. Está representado por varios símbolos, el más importante de

ellos es el mandala o círculo mágico. El sí mismo es el centro de la personalidad, el

arquetipo organizador, en torno al cual se reúnen a modo de constelación todos los otros

sistemas que además se mantienen unidos gracias a su acción. Este arquetipo le confiere

unidad, equilibrio y estabilidad a la personalidad. Y es necesario que los diferentes

componentes de la personalidad se desarrollen y se individualicen para que aparezca el

sí mismo.

Ánima y Ánimus: El hombre es un animal bisexual: a nivel biológico en ambos sexos se

segregan hormonas masculinas y femeninas. A nivel psicológico, ambos sexos poseen

características femeninas y masculinas. Se denomina ánima al arquetipo femenino del

hombre en el inconciente. Se denomina ánimus al arquetipo masculino de la mujer. En

virtud de su ánima el hombre percibe a la mujer y visceversa.

Posesión: Se define como la ocupación del cuerpo de una persona por el demonio. De

esta forma influye en ella con fuerzas sobrenaturales. El demonio se apodera del

individuo y se sirve de él. Invade el sistema nervioso y se mueve, gesticula y habla por
él. Hace que este individuo haga atrocidades, obscenidades y blasfemias, domina las

facultades humanas.

En la obra de Jung este tema se puede abordar desde la teoría de los complejos. Para

Nichols, posesión es sinónimo de invasión de la psique, haciendo alusión a la

penetración de estos contenidos del inconciente personal en la esfera conciente. Son

contenidos personales por que un aspecto parcial puede ser vinculado con la historia del

individuo, mientras que otro aspecto corresponde al inconciente colectivo.

La integración de estos contenidos producen un gran ensanchamiento del horizonte, un

mayor conocimiento de sí mismo, al que se le confiere la facultad de hacer más modesto

al individuo y de humanizarlo. No obstante, el ensanchamiento de la conciencia y la

humanización, radica en la concientización de los contenidos arquetípicos.

Cuando Jung definió los complejos, los llamó inicialmente «complejo afectivo», una

imagen emocional y vivaz de una situación psíquica, que no es compatible con la

situación conciente; esta imagen está dotada de una fuerte cohesión interior, de una

forma de totalidad propia y, un grado más o menos alto de autonomía. Su sometimiento

a las disposiciones concientes es muy corta, y se comporta como un corpus alienum, o

como una «personalidad parcelaria» con vida propia, que Jung comparó con los

«genios» o «diablillos»del folklore. El complejo tiende a personificarse, se separa de su

conexión con el yo y escinde la personalidad. Para Jung la personalidad está formada

por una serie de elementos contrapuestos, y cuando un complejo que debe estar

asociado al yo se vuelve inconciente, por represión o por disminución de potencial

energético, el individuo experimente una pérdida. La «Pérdida del alma» en el lenguaje


de los primitivos, o pérdida de la líbido que es secuestrada por el complejo. Se producen

entonces, perturbaciones verbales o estados de excitación, por ser los complejos “una

especie de parásitos psíquicos” que pueden esconderse en cualquier función.

Un complejo en sí mismo no es patológico. Lo patológico es su separación de la

personalidad total. Su calificación negativa o positiva dependerá de su conexión con los

arquetipos y con la disposición del yo conciente.

Los estados emocionales producen una modificación de la conciencia, que Janet citado

por Villalobos llama «abaissement du niveau mental», o lo que es lo mismo

estrechamiento del nivel de la conciencia, y simultáneamente se eleva el tono de lo

inconciente. La conciencia queda entonces, bajo la influencia de contenidos instintivos

inconcientes, cuyo fundamento último son los arquetipos, es decir, el «patrón

instintivo».

El complejo se vuelve peligroso cuando trabaja como un «sistema parcial» y se aleja

excesivamente del resto de la psique. En estos casos, se observa una «posesión» que se

adueña de la personalidad, como un demonio que posee la psique. El complejo

autónomo emerge del inconciente y se identifica con el ego, y el individuo no logra

distinguirlo de su actitud conciente.

La posesión puede expresarse de dos maneras, puede emerger súbitamente en la

conciencia, como un demonio ajeno al resto de los contenidos produciendo perturbación

o puede ser expresión de la secuencia interior de la vida psicológica.


Jung planteó que el hombre moderno cuya psique se haya unipolarizada hacia la

conciencia es muy susceptible a la fuerza irracional y demoníaca que representa la

autonomía de los complejos. El ejemplo más famoso de posesión lo proporciona la

leyenda de Fausto, el Dr. Fausto se había consagrado a la búsqueda del conocimiento,

desarrollando unilateralmente los aspectos intelectuales de su personalidad, con la

represión y destierro de gran parte del potencial de su yo. Su psique reprimida no tardó

en llamar su atención, pero él no entabló un diálogo con su Yo sino que se abandonó y

fue poseído. El problema de Fausto fue creer que la solución era más de lo mismo, es

decir, adquirir más conocimiento. Con lo cual no hizo más que profundizar su patrón

antiguo neurótico. Cuando Fausto «personificó» a la sombra quedó fascinado por su

luminosidad

Los aspectos de la sombra que son rechazados se tornan hostiles, se vuelven contra

nosotros y se puede hablar metafóricamente diciendo que arman un motín. Y en un tris

se escapan del saco y encuentran un blanco en cualquiera que se ponga al tiro.

Whitmont (compilado por Zweig, 1991) ha puntualizado la sombra en términos

junguianos de la siguiente manera, es «todo lo que hemos ido rechazando en el curso del

desarrollo de nuestra personalidad por no ajustarse al ego ideal», la sombra no es solo lo

malo, lo reprimido contiene una gran cantidad de energía que tiene un enorme potencial

positivo. Por más amenazante que pueda ser la sombra es más nociva la negativa del

ego a asumir la integridad de la personalidad. En el antiguo testamento el diablo es

llamado “padre de la mentira”, pero en realidad la sombra no miente a cerca de sus

propósitos, quien lo hace es el ego.


En el proceso de integración de la sombra es necesario que se movilice el Self o centro

creativo, según Sanford, para que la depresión que se produce en primera instancia, no

quede instalada de manera permanente. En la medida que emerge el centro real de la

persona se operan cambios y el ego va estableciendo una relación más estrecha con

dicho centro. En este proceso es imposible la identificación con el mal, puesto que

concomitante a él va la disolución de la falsa persona.

Dejar de mentirse uno mismo es el mejor de los amuletos. “Conocer la verdad os hará

libres”, dijo Jesús.

Percibir la sombra Según Almazán (VERSIÓN ELECTRÓNICA) es como verse en un espejo que

nos muestra los escondrijos de nuestro inconsciente personal, y, por ende, aceptar la

sombra es aceptar el "ser inferior" que vive en nuestro interior.

La sombra que no ha sido integrada en la conciencia origina gran cantidad de

proyecciones y es la responsable de la mayor parte de los actos cotidianos en los que la

comunicación es obstaculizada por "ruidos" psíquicos. Acusamos a los otros de defectos

o debilidades que se alojan en nuestro interior y que no nos gusta reconocer.

Proyección e introyección

Para Jung todo contenido inconciente no reconocido por el Yo se proyecta en algo.

Proyección: Es un proceso automático, a través del cual los contenidos del inconciente

se aprecian en otros individuos y en el ambiente que le rodea. El sujeto se libra de

sentimientos dolorosos y repugnantes al proyectarlos. La proyección es siempre un

inconciente activado que busca expresión. A través de este mecanismo se pueden crear
una sucesión de relaciones imaginarias que a menudo tienen poco o nada que ver con la

realidad.

Introyección: Es un proceso de asimilación del objeto por el sujeto, que requiere de

empatía y entrega de la líbido al objeto.

En el sueño (Zweig, 1991), la sombra forma un sistema energético tan potente como el

ego, los elementos del psiquismo son menos diferentes que en la vigilia, y el ego onírico

puede observarlos, transformarse en ellos o asumir una posición intermedia. Son

muchos los relatos que rinden cuenta del lado oscuro de la naturaleza humana, pero tal

vez uno de los más interesantes, por que su argumento fue tomado de un sueño, es el de

El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde. En esta novela el Dr. Jekyll toma una poción

que lo convierte en un ser malvado, despiadado, capaz de cometer hechos abominables.

Poco a poco este personaje sombrío va tomando predominancia debido a la forma

irresponsable como el Dr. Jekyll ingiere la poción, incluso conociendo sus

consecuencias. Y finalmente se transforma irreversiblemente en Mr. Hyde, Sanz (2001)

parafrasea a Jung: “finalmente el hombre es lo que hace”.

La sombra es algo así como un hermano o hermana del ego y no necesariamente una

figura siniestra. Sin embargo, la sombra siempre es una cualidad reprimida del ego, por

lo tanto es mucho más probable que el ego onírico observe las transformaciones que

asume la sombra durante el sueño.

La sombra (Almazán, VERSIÓN ELECTRÓNICA), además se presenta en actos impulsivos:

"Antes de que se tenga tiempo de pensarlo, el comentario avieso estalla, surge el plan,
se realiza la decisión errónea, y nos enfrentamos con resultados que jamás pretendimos

o deseamos conscientemente".

La sombra también impulsa al ser humano al “contagio colectivo", y a las actuaciones

del hombre-masa: "Cuando un hombre está sólo, por ejemplo, se siente relativamente

bien; pero tan pronto como "los otros" hacen cosas oscuras, primitivas, comienza a

temer que si no se une a ellos le considerarán tonto. Así es que deja paso a impulsos

que, realmente, no le pertenecen.

Es frecuentemente en el contacto con la gente del mismo sexo cuando una persona se

enfrenta a su propia sombra. Aunque si podemos ver la sombra en una persona del sexo

opuesto, regularmente molesta mucho menos. La sombra se personifica, por ende, en

personas del mismo sexo, en los sueños, los mitos y las manifestaciones artísticas. Suele

representarse como una persona primitiva inferior, "como alguien que tiene cualidades

desagradables o que nos molesta". La sombra sólo se torna hostil cuando es rechazada o

incomprendida.

Se puede encontrar la sombra en el material del inconsciente como una figura de un

sueño que representa, personificadas, una o varias peculiaridades psíquicas del que

sueña; o en una persona del mundo real en torno a quien, por algunas razones

estructurales se centraliza, siendo portadora proyectiva de esa o esas peculiaridades

ocultas en el inconsciente.

Otra imagen relacionada con la sombra es el laberinto de pasadizos, habitaciones y

puertas abiertas del sótano que nos recuerda la antigua representación egipcia del

mundo subterráneo un símbolo muy conocido del inconciente y de sus capacidades


ignoradas. También es una representación de la manera como nuestra sombra

inconciente permanece «abierta» al influjo de dispositivos misteriosos y extraños

oriundos del exterior.

De manera que según Zweig (1991) solo podemos ver la sombra fuera de nosotros

mismos, en la admiración o la intolerancia desmedida que sentimos por alguien, por

ejemplo. Así expulsamos la sombra de nuestro interior proyectándola y atribuyendo

determinados rasgos personales al otro, en un afán inconciente de proscribirla en

nosotros mismos.

Von Franz citada por Zweig (1991) piensa que el mecanismo de proyección se iguala a

“disparar una flecha mágica. Si el receptor tiene un punto débil para recibir la

proyección la flecha da en el blanco”. Una vez que nuestra flecha da en el blanco, y la

proyección se establece, se produce un vínculo “misterioso” entre el emisor y el

receptor. Esto ocurre tanto en el enamoramiento como cuando alguien nos resulta

insoportable.

La sombra aparece continuamente en nuestra vida cotidiana, en los chistes, en las

payasadas, Tuby citada por Zweig (1991) describe seis modalidades de reconocer la

sombra:

1. En los sentimientos exagerados respecto de los demás: « ¡No puedo creer que

hiciera tal cosa!» « ¡No comprendo cómo puede llevar esa ropa!»

2. En el feedback negativo de quienes nos sirven de espejo. «Es la tercera vez que

llegas tarde y no me avisas»

3. En aquellas cosas en las que provocamos el mismo efecto perturbador sobre

varias personas. «Sam y yo creemos que no eres todo lo sincero que dices con
nosotros». Durante la época que realicé dinámica de grupo mi facilitadota Luisa

Valencia solía decirnos: “Cuando más de tres personas te señalan algo, debes

prestar atención, por que lo más probable es que tengan razón”

4. En acciones inadvertidas o actos fallidos y en las acciones impulsivas. «No

quería decir eso»

5. En situaciones en las que nos sentimos humillados. «Me avergüenza su modo de

tratarme»

6. En los enfados desproporcionados por los errores cometidos por los demás.

«¡Nunca hace las cosas a tiempo!»

Son también espejo de nuestra sombra, cuando nos sentimos invadidos por la cólera o la

vergüenza y cuando sentimos que nuestra conducta está fuera de lugar. Pero la sombra

retrocede tan pronto como la identificamos, porque amenaza nuestra autoimagen,

desafortunadamente la negación sólo trae como consecuencia que perdamos lo que

puede revelarnos nuestra propia oscuridad, y es que además solo conociéndola podemos

decidir reordenar nuestra personalidad.

¿Cómo Se Origina La Sombra?

Todos heredamos un legado psicológico tan real como la dotación biológica (Zweig,

1991). El clima psicológico del contexto familiar nos expone a las fracciones

psicológicas, emocionales y conductuales de nuestros padres y familiares. Recibimos el

influjo de las pautas disfuncionales de conducta que nuestros padres no han podido

resolver. La familia constituye el «centro de gravedad emocional» donde se desarrolla


nuestra personalidad y se configura nuestro destino bajo la influencia concreta de las

diversas personalidades que nos rodean.

Para Bly (compilado por Zweig. 1991) somos una esfera de energía que a través del

proceso de socialización va menguando con el correr del tiempo, todo aquello que no

coincide con la imagen social ideal va abultando un saco que cargamos como un lastre y

que a la posteridad mengua nuestra energía vital. El saco de todos los seres humanos es

más o menos del mismo tamaño.

Durante la infancia entonces se observa una identificación con nuestros rasgos ideales,

como la generosidad por ejemplo, estas cualidades son reforzadas sistemáticamente por

el entorno que rodea al niño, y así se configura lo que Brugh llama el Yo de las

Resoluciones de Año Nuevo. El Año que viene modificaré esto y esto otro.

Simultáneamente vamos desterrando a la sombra todas las cualidades que no satisfacen

el yo ideal, y como expresaría Horney establecemos un “pacto con el diablo” donde

alienamos a nuestro yo real en búsqueda del yo ideal. De esta manera el yo y la sombra

se alimentan de la misma materia experiencial (Zweig, 1997).

Entre las fuerzas que intervienen y cooperan en la formación de la sombra personal

están: los padres, los maestros, los parientes, los amigos y los sacerdotes, entonces, bajo

la supervisión de todos ellos aprendemos lo que es una conducta amable y lo que es una

conducta despreciable.

La sombra se constituye como un sistema autónomo, que define los límites entre lo que

es y lo que no es el Yo, una especie de alter ego que pueden irrumpir violentamente en
un momento determinado, decimos: «Fue obra del diablo». Cada cultura e incluso cada

familia en particular definen cuáles son los rasgos aceptables y cuales no, de manera

que en algunos casos se da espacio a la agresividad, y en otros por ejemplo a la envidia,

en otros casos la avaricia. Sin embargo, no en todos los casos los rasgos son negativos.

Según Frey-Rohn es un tesoro donde están confinadas aspectos infantiles, afectos y

aptitudes que no hemos desarrollado o en sus mismas palabras: La sombra «permanece

conectada con las profundidades olvidadas del alma, con la vida y la vitalidad; ahí

puede establecerse un contacto con lo superior, lo creativo y lo universalmente

humano».

Cuando corregimos a los niños mostrándole pautas de conducta deseables, tarde o

temprano el niño se desidentificará de estos impulsos para ajustarse las perspectivas del

adulto. De esta forma el niño aprende a ocultar bajo la alfombra lo que no le gusta a sus

padres para ser querido y aceptado.

Un niño por ejemplo puede sentir que nunca cumple con las expectativas de sus

familiares, y asume una conducta inaceptable para los demás y termina convirtiéndose

en el chivo expiatorio de la familia. Brinton citado por Zweig refiere que el chivo

expiatorio u oveja negra suele ser aquel miembro de la familia más sensible a las

corrientes emocionales inconcientes. Este adulto fue el que de niño percibió y sobre

llevó la sombra de toda la familia.

Cuando la dinámica familiar es francamente negativa, abusiva o disfuncional termina

generando culpabilidad y vergüenza.


Los niños observan instintivamente la decisión que toman sus padres. Primeramente los

niños comienzan a ocultar las conductas que desaprueban los padres, pero luego se

forma una especie de padre que el psicoanálisis llama «superego». Una vez formado

cada vez que emita una conducta no permitida el niño experimentará una descarga de

ansiedad.

Un niño educado por una madre distante y reprimida sexualmente levanta una barricada

«No me importan esas bobadas, yo no las necesito» «el sexo es sucio». Otro niño puede

reaccionar de otra manera «Pobre de mi estoy herido y necesito que alguien me cuide».

Otro convirtiéndose en acaparador de cualquier pedazo de amor o bienes materiales que

se crucen por su camino.

El falso Yo tienen como objetivo amortiguar el dolor producido por la pérdida de su

integridad original.

Cuando un niño es criticado por sus rasgos negativos, se encuentra atrapado, necesita

mantener sus rasgos de carácter por que son adaptativos, pero no quiere ser rechazado,

entonces se defiende: «No soy frío ni distante sino fuerte e independiente» o «No soy

orgulloso y egoísta sino ahorrativo y prudente» En otras palabras «No es de mi de quien

están hablando, solo ven aspectos negativos».

El proceso de socialización termina así por constituir tres entidades separadas:

1. El «Yo perdido» formado por los aspectos que la sociedad nos ha obligado a

reprimir.
2. El «Falso Yo»la máscara que erguimos para compensar el vacío ocasionado por

la represión y por la falta de satisfacción adecuada a nuestras necesidades.

3. El «Yo enajenado» Aquellas partes negativas de nuestro yo que son negativas y

por consiguiente negamos.

El «yo perdido» queda casi desconectado de nuestro ser, ya que lo hemos reprimido.

El «Yo enajenado» permanece casi en el umbral de nuestra conciencia vigílica y

amenaza de continuo con emerger. Y para mantenerlas ocultas debemos hacer un

esfuerzo activo y proyectarlas.

Cuando no reconocemos el lado oscuro, éste termina transformándose en síntomas tales

como sentimientos y acciones intensamente negativas, carácter neurótico que causa

sufrimiento, enfermedades psicosomáticas, depresión o abuso de sustancias, entre otras

cosas.

Son síntomas del crecimiento desmedido de la sombra:

1. La falta de ética de la ciencia, y la comercialización de la tecnología.

2. La codicia de quienes se dedican a profesiones de ayuda.

3. La hybris del éxito y la alienación al trabajo.

4. El interés inmoderado en la obtención de beneficios.

5. El consumismo, el abuso de la publicidad.

6. El narcisismo generalizado, el culto a la persona y la explotación de la imagen.

7. el abuso a mujeres y niños.

8. La obsesión por la salud, dietas, longevidad, etc.


En síntesis parafraseando a Jung “prestar la debida atención a la sombra” nos da acceso

a dejar de relacionarnos con ella como un peligroso monstruo diabólico. El esfuerzo

constante de trabajar con la sombra nos permite:

1. Ampliar el autoconocimiento y autoaceptación.

2. Canalizar apropiadamente las emociones negativas que invaden la cotidianidad.

3. Redimirnos de culpa y vergüenza asociadas a sentimientos y conductas

negativas.

4. Reconocer las proyecciones que matizan nuestras interrelaciones.

5. Curar nuestras relaciones mediante de la reflexión y la comunicación franca.

6. Valernos de la imaginación creativa para hacernos cargo de nuestro yo alienado.

SOMBRA FAMILIAR

Cada familia tiene sus tabús, sus facetas ocultas. La sombra familiar incluye todos

aquellos sentimientos y acciones que la conciencia vigilante de la familia considera

amenazadoras para su imagen, y son por ende, objetadas y ocultadas por el secreto

familiar (Zweig, 1991).

En el fenómeno conocido como «Chivo expiatorio», término que proviene de un ritual,

donde se echaban suertes sobre dos machos cabríos, y uno era sacrificado por el Sumo

Sacerdote para la expiación de los pecados de los israelitas; mientras que el otro era

cargado con todas las culpas del pueblo judío "para enviarlo a Azazel al desierto", se

puede observar que un miembro de la familia es portador de los temas emocionales

inconscientes. Sobre éste, la familia proyecta el contenido que se niega a aceptar, y éste
a su vez asume las proyecciones convirtiéndose en “la oveja negra”, “Portador del

síntoma familiar o “Paciente identificado”. Generalmente son personas sensibles a la

sombra familiar, y por lo tanto se apropian de lo que hay oculto en la familia y de un

sentimiento de culpa. Ellos ayudan a mantener oculta la sombra familiar al ser

depositarios del síntoma y resultan tan molestos a ésta como la propia sombra. Es un

fenómeno inconsciente donde el chivo expiatorio no siempre se da cuenta de su rol y

puede expresar diversas paltologías, una anorexia nerviosa, ser comedor compulsivo,

adicto a sustancias, etc.

La vergüenza es el cancerbero de la sombra familiar, ayuda a mantener la fachada,

refuerza la negación y protege de cualquier conocimiento que pueda poner en peligro la

imagen ideal de la familia. La vergüenza aleja del sí mismo familiar y desarticula el

alma de la familia.

La ira con su representación en la violencia familiar, la envidia, el orgullo, la avaricia en

la sombra del dinero, el incesto en la sombra de la sexualidad, las adicciones de los

perezosos a enfrentar la realidad tal cual es, constituyen pautas repetitivas inconcientes

autodestructivas, que son transmitidas de generación en generación.

Si el marido mantiene una actitud despectiva o realiza comentarios agrios

continuamente sobre la apariencia de la esposa (Zweig, 1999), pronto los hijos tenderán

a infravalorarla y se identificarán con la figura más poderosa del padre. De esta manera

los hijos absorben inconcientemente el machismo del padre, perpetuando la sombra

colectiva y transmitiendo el rechazo hacia el papel de esposa y madre. Pero al mismo

tiempo el amor que sienten hacia su madre hace que se identifiquen con ella y se sienten
avergonzados de sí mismos y pueden hacerse hipersensibles al rechazo, predispuestos a

culpabilizarse y ansiosos de aprobación y aceptación.

La envidia también transmite los pecados familiares, el hombre que cumple el rol de

proveedor, puede llegar a sentir envidia del “tiempo libre” del que disfruta su esposa, y

la mujer que sacrifica su profesión puede llegar a envidiar las oportunidades de sus

hijos. La madre fracasada puede desarrollar un interés oculto por gobernar la vida de su

hija, la hija a su vez atrapada por la necesidad de su madre de vivir a través de ella

puede llegar a odiarla en silencio, y se producen conductas autodestructivas o bien se

puede perder en los deseos de la madre, y vivir de forma inauténtica. El lóbrego

sentimiento de la envidia surge de la insatisfacción y del resentimiento ocasionado por

la frustración de un deseo. Se siente la falta de algo que se anhela vehementemente o

hace falta la oportunidad que permite conseguir el objeto deseado. Existe una

evaluación propia negativa, donde el individuo se considera menos que las personas que

poseen el objeto del deseo, o que posee las oportunidades, en suma el sujeto se siente

inferior a lo que podría llegar a ser.

La ansiedad también puede ser un vector para la transmisión de los pecados familiares,

si el padre no se sintió seguro cuando era pequeño, y tiene miedo de cosas sencillas,

puede hacer que su hijo sea vulnerable al mismo tipo de ansiedad. Por ejemplo la

ansiedad de la madre puede hacer que una hija sea extremadamente indecisa, que tenga

dudas de cualquier decisión que tenga que tomar. Puede hacer que la persona se oculte

bajo la rigidez y excesivo perfeccionismo para boicotear la consecución de los deseos.


La depresión también puede ser un vehiculo, un padre deprimido puede ser el modelo a

copiar, de este modo se perpetúa la depresión en la familia.

Algunas personas para evitar los sentimientos conflictivos que pueden presentarse

cuando la ansiedad y la depresión amenazan con atravesar el umbral de la conciencia se

entregan al consumo de todo tipo de sustancias psicoactivas, al sexo, al juego o al

trabajo compulsivo.

El niño que ve como su padre le pega a su madre, pierde la inocencia y la seguridad, así

como también la libertad de expresar sus emociones por miedo a ser objeto de la

violencia. El alma del niño que ha sido testigo de violencia puede inconcientemente

desterrar todo sentimiento de autenticidad y vitalidad, tornándose pasivo, depresivo o

hiperalerta.

Una familia que tiene un conglomerado de mujeres fuertes y aguerridas puede transmitir

el mensaje de que los hombres son inútiles.

Las familias que han alcanzado “metas elevadas”, puede enseñar que “somos lo que

hacemos”, de modo que los hijos no aprenden a valorar los sentimientos ni la vida

interior.

Otras pueden enseñar a menospreciar las personas que tienen un bajo nivel

socioeconómico o lo contrario, los ricos son malos o los ancianos son despreciables,

pero en todos los casos cuando el niño se identifica con los sentimientos de superioridad

o inferioridad de los padres su alma se verá mutilada.


Se hereda también el resentimiento hacia uno mismo, el rechazo del propio cuerpo, etc.

Dos hermanos que se desarrollan como opuestos, es un fenómeno que parece responder

a la forma como se divide la sombra familiar, los hijos están sometidos a presiones

diferentes y van absorbiendo inconcientemente aspectos distintos de los padres, como la

agresividad, la melancolía o la ambición en un esfuerzo por sentir que pertenecen al

núcleo familiar.

Un niño superdotado puede causar vergüenza en los demás, que al no poder competir

con él acaba relegando sus propios talentos a la sombra. El niño superdotado puede

hallarse incómodo con las envidias y terminar reprimiendo su expresión, o puede brillar

como la estrella más resplandeciente de la familia.

El patrimonio familiar también posee un poder arquetípico tan numinoso que algunos

miembros de la familia pueden llegar a experimentar las pérdidas o los beneficios

económicos como una pérdida o ganancia del alma. El dinero está vinculado a la fuerza

vital y representa la sangre que corre por las venas de la familia. Cuando el dinero

escasea los miembros de la familia se sienten privados y avergonzados. El niño que

hace trabajos para obtener dinero manifiesta su voluntad de hacer parte de la familia, el

joven que rechaza la ayuda de los padres manifiesta su deseo de diferenciarse. Al igual

que se hereda la autoestima se hereda también el sentimiento de valía relacionado con el

dinero.

La familia puede ser considerada como un reino en el que los caballeros y hermanos se

sientan en torno a la mesa del comedor en busca de amor, atención y dinero. En el caso
de que el reino permanezca en equilibrio, bajo el manto de la diosa Themis, diosa que

rige el apropiado orden de las relaciones humanas, establece claramente los límites y

nos protege de las intrusiones de los personajes de la sombra. Pero cuando el rey está

ausente o es alcohólico, o está dominado por una reina tirana o depresiva, se verá

sumergido en el caos, y la sombra de los hermanos irrumpirá en un esfuerzo inconciente

por restaurar la armonía.

Por otro lado, el ego del padre utiliza el alma del niño con la finalidad de seguir

manteniendo su posición de poder dentro de la familia y fortalecer la imagen de “la

persona de la familia” Es así como el niño se identifica con el padre más poderoso y

destierra las cualidades del menos poderoso. Cuando el niño tropieza con la sombra de

su padre y reprime sentimientos y conductas inaceptables va creando un ego y una

sombra propios. La familia entraña entonces un poder mítico, es la fuente de todo bien y

salvaguarda de todo mal, sin embargo podemos ser ignorados o traicionados por ella o

ser testigos de la violencia familiar.

En referencia a la iniciación a la sombra, la traición de los padres es la vivencia del lado

oscuro de la divinidad, por cuanto cada miembro del grupo familiar es portador de

energías divinas o arquetípicas y posee profundas raíces mitológicas. El niño será

siempre el niño Dios: la madre, la Gran Madre o la Reina y el padre el Gran Padre o el

Rey.

Etimológicamente el término sacrificar significa “ofrecer”. Tal vez un sacrificio en

ofrenda a los dioses. Dios sacrifica a Jesús su unigénito para la redención de la

humanidad, en el antiguo testamento es Abraham quien se dispone a sacrificar a su hijo,


Isaac. En Grecia el rey de Troya sacrificó a su hijo para que muriera de frío, pero este

regresó y ocasionó la guerra de Troya.

Es así como la madre abusiva pasa a ser de la diosa de la creación a la diosa de la

destrucción, que al igual que Kali danza sobre los cadáveres, y se transforma en Medusa

que petrifica y relega al niño al silencio. Medea asesina a sus propios hijos, y Ágave,

madre de Penteo, rey de Tebas mata y descuartiza a su hijo durante una orgía dionisíaca.

Otra versión de la madre Medusa son las que paralizan a sus hijos les inmovilizan con la

mirada fría del perfeccionismo o profanan el cuerpo de sus hijos con manos que sólo

tratan de llenar su propio vacío. Hay madres coléricas castigan a sus hijos con la fuerza

de las tres furias. Madres devoradoras que devoran a sus propios hijos secuestrándoles

la emocionalidad y toda voluntad. Madres santas obligan a sus hijos a asumir el peso

invisible de su sombra.

Los padres actuales también sacrifican a sus hijos, juzgando y condenándolos como

rivales a los que hay que acallar, obstáculos que superar o como personas débiles que

deben crecer. Al igual que los dioses repudiaron a Hefesto por su cojera, este tipo de

padres puede expresar su hostilidad a través de los abusos verbales, el castigo físico, la

competitividad agresiva o la negligencia y el abandono, o en el extremo opuesto pueden

llegar a idealizar sus hijos como trofeos, o menospreciarlos como objetos que utilizan

para satisfacer sus propios deseos egoístas. En muchos casos no es más que una traición

inconciente, un quiebre de la confianza y una incapacidad que termina siendo el

vehículo de transmisión de su propia sombra.


Según Hillman esta traición es necesaria para que el individuo salga del estado infantil

de confianza e inocencia y se introduzca en la complejidad de lo humano. De manera

que cuando el padre traiciona y se divorcia, o despilfarra el dinero, se transforma en

alguien desvalido y limitado, en quien no se puede confiar.

Si al llegar a la edad adulta se siguen buscando relaciones perfectas, nunca creceremos,

sino que nos veremos desplazados a la posición de niño desvalido, la posición

“confianza primordial” y que necesariamente encierra la semilla de la traición. En ese

momento, volvemos a experimentar la caída del estado de gracia.

Las personas que nos traicionan nos permiten reconocer nuestra propia capacidad de

traicionar. El Otro, el portador de la sombra, es un emisario de los dioses que nos

permite movernos en la ambivalencia de amar y odiar al mismo tiempo.

En nuestra sociedad postindustrial el “hijo del padre” gira en torno a la identificación

con su padre y la masculinidad en detrimento de las cualidades femeninas.

El hijo de la madre, no quiere o cree que no puede crecer, este tipo de persona puede

persistir en un estado infantil, atrapado en las fantasías de perfección espiritual e

incapaz de aceptar los límites de la vida humana, o cae en la tentación de vivir en el

alcohol y la droga.

El padre puede convertirse en el Señor de la oscuridad y tomar el rostro de Hades que

arrastró a Perséfone al mundo subterráneo. El incesto es un tabú que habita en el cuerpo

colectivo de la humanidad y atrae sobre el hogar la maldición del sufrimiento

psicológico. El incesto hace que la apertura natural y genuina del erotismo en el niño, se

transforme en una vergüenza que debe ser ocultada. La respuesta del niño ante la

violación de quien debería protegerle es la autoculpabilización. Es como si la absoluta


dependencia del adulto, le obligara, para poder sobrevivir, a convertir al agresor en un

buen padre y a la víctima en un mal hijo, mediante un mecanismo que psicológicamente

se conoce como “identificación con el agresor”. El alma del niño es tan vulnerable que

se siente obligado a descargar a su padre de toda responsabilidad y a culparse a sí mimo,

de manera que ante sus ojos se convierte en la encarnación del mal. Es el origen de los

intensos y epidémicos sentimientos de culpa y suciedad de quienes han sido objeto de

abuso y este es también el germen de su desconfianza hacia los demás y hacia la vida en

general.

Y finalmente el chivo expiatorio que se encuentra cautivo en las profundidades del

mundo subterráneo es nuestra alma.

Los pecados familiares aparentemente son la manera en que la sombra nos enseña las

lecciones que nuestros ancestros ignoraron. La sombra del agresor y la víctima regresan

al escenario del crimen reviviendo el pasado en los más inocentes, lamentablemente un

adulto que ha sido víctima de violencia, si no lo hace conciente perpetuará la maldición

familiar en sus hijos. Como dice Jung citado por Zweig: «Cuando una situación interna

no se hace conciente, tiende a manifestarse externamente en forma de destino»

SOMBRA COLECTIVA

En tanto que la sombra individual es una cuestión totalmente subjetiva, la sombra

colectiva constituye la realidad objetiva que habitualmente llamamos mal (Zweig,

1999). El Zeitgeist de cada época tiñe nuestra percepción de lo que es el bien y lo que es

el mal. Set el hermano oscuro de Osiris, personificaba el árido desierto, la causa de

todas las plagas y sequías que azotaban a la floreciente cultura del fértil valle del Nilo.

En la mitología persa, la vida era simbolizada como una batalla entre Ahura-Mazda,
transportadora de la luz y la verdad y la fuerza de la maldad colectiva, la enfermedad y

la muerte representada por Ahriman. Para los hindúes el mal transpersonal forma parte

de la energía vital y creen que su dicha o su infelicidad dependen de sus acciones y la

intención que las mueve. Para dicha cultura el sabio no está ligado ni al bien, ni al mal.

«El sabio no está ligado absolutamente a nada». En el pensamiento occidental, los

instructivos relatos de la Biblia muestran un tratado para comprender los símbolos de la

maldad humana.

La sombra colectiva (Zweig, 1991) en la actualidad aparece representada en los titulares

del periódico y en todas las manifestaciones de los medios de difusión de masas, la

maldad humana deambula libremente por las calles de nuestras agitadas comunidades.

Algunos tienen la suerte de vivir los aspectos mas moderados, pero otros sufren las

facetas más desagradables convirtiéndose en víctimas de las proyecciones grupales

negativas de la sombra colectiva, cuya máxima expresión es la formación del enemigo,

donde el mal según Beck (2003) deja de ser un ente abstracto y es proyectado

masivamente sobre un líder o sobre un sector de la población. Es así como se realiza un

proceso de deshumanización en la que hasta matar puede encontrar una justificación.

Cuando intentamos, al referirnos a alguien convertirlo en el diablo, estamos intentando

debilitar sus defensas y adquirir poder sobre él.

Por ultimo, es la biología quien nos da cuenta de este aspecto, que no es de reciente

adquisición, sino por el contrario corresponde a los rasgos dominantes de nuestros

ancestros, reprimidos por la cultura y la civilización. Muchos antropólogos creen que la

maldad humana es producto de refrenar nuestra agresividad, de preferir la cultura sobre


la naturaleza y de la desconexión de nuestro estado salvaje. Beck (2003) describe la

agresión y algunas conductas sociales como la necesidad de pertenecer a un grupo y por

ende de aprobación, como conductas arcaicas ligadas a la supervivencia, ya que para el

hombre que era relativamente débil con respecto a otras especies pertenecer a un grupo

era importante, y por otro lado la aprobación social facilitaba conseguir pareja y

reproducirse.

EL DIABLO EN LA IMAGINERÍA JUDEOCRISTIANA

Son muchos los nombres y atributos con los que se identifica la encarnación del mal en

la Biblia, para Strauss este hecho puede ser consecuencia del temor a nombrar al ente

del mal, ya que esta peculiaridad no se observa en ninguna otra entidad: Abaddón (Apoc

9) , ángel del abismo (Apoc 9), ángel de luz (II Cor 11), Apolyon (Apoc 9), Asmodeo

(Tob 3), Beelzebu, príncipe de los demonios / dios de Acarón (Mat 10 y 12, Mar 3, Luc

11, II Rey 1) , Belial (II Cor 6) , Demonio (Jud 9, Hech 10) , Diablo (Apoc 2, 12 y 20,

Mat 4, 13 y 25, Hech 13, Juan 6, 8 y 13, Luc 4 y 8, I Juan 3, I Tim 3, Sabi 2, I Ped 5,

Sant 4, Hebr 2, Efe 4 y 6, II Tim 2) , dios de este siglo (Efe 2, II Cor 4) , gran Dragón

(Apoc 12) , hijo de la aurora (Isa 14) , Legión (Luc 8) , el Maligno (Mat 13, I Juan 2, 3

y 5, II Juan 5, II Tes 3, Efe 6), príncipe (Dan 10) , príncipe de la potestad del aire (Efe 2)

, príncipe de este mundo (Juan 12, 14 y 16) , Satán (Job, I Crón 21, Zac 3) , Satanás

(Mat 4 y 16, Marc 1, 4 y 8, Juan 13, Luc 10, 11, 13 y 22, Rom 16, I Cor 5, II Cor 11 y

12, I Tim 1, I Tes 2, II Tes 2, Apoc 3, 12 y 20, Job 1 y 2, Hech 5 y 26) , Serpiente

antigua (Apoc 12) , el que está en el mundo (I Juan 4), el acusador (Zac 3, Apoc 12),

adivinador (Hech 16), ciego y mudo (Mat 12), de cobardía (II Tim 1), de disputa (Sant

3), el enemigo (Mat 13), de envidia (Fil 1), de error (I Juan 4), el espíritu que obra en
todos los hijos de la incredulidad (Efe 2), el espíritu secular de este mundo (Efe 2), de

fornicación (Ose 4 y 5), homicida (Juan 8), el Inicuo (II Tes 2), de mentira (II Rey 22),

mudo (Luc 11, Mat 9, Marc 9), padre de la mentira (Juan 8), de rivalidad (Fil 2),

seductor (I Tim 4), el tentador (Mat 4), de venganza (Eze 25)

Uno de los nombres más conocidos es el de Lucifer (VERSIÓN ELECTRÓNICA). Éste

arquetipo procede de la mitología romana, etimológicamente el término proviene del

latín lux (“luz”) y fero (“lleva”’) (Portador de luz), denominación que los romanos

daban al lucero de la mañana. En la astrología antigua este concepto correspondía a la

stella matutina (el lucero del alba) en contraposición con la stella vespertina o el

véspere (el lucero de la tarde o véspero), ambos términos remitían al planeta Venus y es

el equivalente griego de fósforo o Esóforo (Έωσφόρος) “el portador de la Aurora”. Su

imagen no es concordante con una figura maligna, y tal vez la asociación con el

demonio viene de un versículo de Isaías que anuncia la caída del imperio babilónico

manejando metafóricamente este símbolo, que por demás era muy utilizado en aquel

tiempo:

“quomodo cesidisti de caelo lucifer qui mane oriebaris currusti in terram qui

vulnerabas gentes”

Isaías 14:12 (Vulgata)

"¡Cómo has caído de los cielos, Lucero, hijo de la Aurora! ¡Has sido abatido a la tierra

dominador de naciones! Tú que dijiste en tu corazón; 'Al cielo subiré, por encima de

las estrellas de Dios alzaré mi trono, y me sentaré en el Monte de la Reunión en el

extremo Norte. Subiré a las alturas del nublado, y seré como el Altísimo."

(Is 14:12-14)
Según la tradición de La Iglesia Católica, Luzbel ¨Lucifer¨ y Gabriel (Fuerza de Dios)

fueron los primeros Arcángeles. Lucifer era tan bello que recibió su nombre del propio

Dios y significa “Estrella de la mañana” o “Estrella del amanecer” pero se volvió

soberbio y se rebeló contra su creador. Para Lucifer el hombre era una especie viciada e

indigna. Dios reveló a los arcángeles sus planes salvadores para el hombre, que

ameritaban su propia transformación en humano, Luzbel se rebeló, y junto con la tercera

parte de los ángeles del cielo, se negó a servir a Dios. En castigo éstos ángeles rebeldes

fueron expulsados del cielo. Otras versiones le atribuyen la rebelión a su ansia de poder

o la envidia contra Jesús por tener demasiada cercanía con el Altísimo. También se

atribuye la diversidad de seudónimos o calificativos con los que se le apoda a que nadie

conoce su real y verdadero nombre.

Otros mitos no pertenecientes a la Biblia lo identifican con un Querubín que por su

soberbia fue expulsado por el Arcángel Miguel como castigo.

Lucifer también es contemplado en el panteón de deidades vuduistas, lo que corrobora

el sincretismo de dicho culto.

Imágenes que corresponden a un concepto más contemporáneo del diablo es la

encontrada en el libro de Enoch, donde Azazel (dios cabra) lideriza a los ángeles caídos.

Este demonio instruye a los hombres en el arte de la joyería, la herrería y la fabricación

de armas (VERSIÓN ELECTRÓNICA), en la antigüedad los demonios representaban algo más

que la maldad, poseían la capacidad de entregar conocimiento al hombre. El demonio es

descrito como un demonio salvaje del desierto, responsable de la locura y de algunas

enfermedades mentales. Esta imagen es tomada por el Islam con el nombre de Iblis

(desesperación).
Satanás (VERSIÓN ELECTRÓNICA) Es tal vez la denominación más popular proviene quizá

del latín satâna, o del arameo shatán que significa “adversario, enemigo, acusador” o

procede de la traducción griega de la palabra bíblica ha-shatán, la raíz shtn significa

“impedir”, “hostigar”, “oponerse”. El líbro de los Números le llama también en igual

sentido shatán “adversario”, “oponente” al ángel mensajero que Yahvéh envía para

frenar la maldición de Baalam al pueblo de Israel (Núm 22, 22. 32, citado por versión

electrónica). Satanás o Satán (Job I, 6 y 2,7); I Crón 21,1; Zac 3) es una entidad

intangible que representa la “encarnación suprema” del mal, algunas religiones como la

judeocristiana y la musulmana lo llaman “el Príncipe de los demonios” o “Príncipe de

las Tinieblas”

El término shatán después en el ámbito jurídico israelita toma el significado de

“acusador delante del tribunal”. Semejante en significado a esta acepción de Satanás es

el término griego diábolos, que deriva del verbo dia-ballö (“oposición” o

“enfrentamiento”), en tanto que otras fuentes también refieren que Satanás proviene de

la combinación de las palabras Shaitán y Nahas que literalmente significan “serpiente

enemiga”.

En el evangelio de Macabeos (I Mac 1, 36) se encuentra la palabra griega diábolos con

el significado de “adversario” o “el enemigo”. Y en otras ocasiones se le menciona

como “acusador” o “calumniador”.

En los orígenes, el judaísmo identificaba a Satanás con el demonio Azazel, y en el

antiguo testamento es llamado también Belial.


Satán incitando al pecado aparece en todo el Antiguo Testamento y en los Evangelios es

retratado como enemigo de Cristo especialmente en el relato de las tentaciones y los

exorcismos realizados por Jesús. Es así como se dibuja la figura del Maligno en el

cristianismo. En árabe se le llama shaytán.

Es en el Nuevo Testamento donde se amalgaman Satanás y Lucifer en la figura del

Diablo. No obstante la relación existente entre Maligno y la Bestia del Apocalipsis de

San Juan no es posible deducirla. Aunque al parecer en el Apocalipsis se fusionan

Satanás (Job 1:6-8), el Diablo (Mateo 4:8-10), la Serpiente Original (Génesis 3:1-5) y

al Gran Dragón de Apocalipsis (Apoc12:9) en una sola entidad.

Belcebú o Beelzebub (más adecuadamente, Ba‘al Zevûv o Ba‘al Zəvûv) (VERSIÓN

ELECTRÓNICA) era el nombre de una deidad filistea venerada en épocas bíblicas en la

ciudad de Ekron; el nombre significa literalmente “el señor de las moscas” y su

apariencia es “de rostro hinchado, coronado con una cinta de fuego, cornudo negro y

amenazante, peludo y con alas de murciélago”. Los cristianos lo utilizaban para

designar a Satán o un demonio menor. Su nombre fue popularizado por el “Paraíso

perdido” de Milton, quien relata que su jerarquía es superada sólo por Satán.

Belial (del hebreo beli•yá•, inútil, de belí, no, y ya•`ál, ser provechoso) (VERSIÓN

ELECTRÓNICA), también llamado Belhor, Baalial, Beliar, Beliall, Beliel, proviene de la

mitología hebrea y es nombrado en el Antiguo Testamento. También se ha relacinado su

nombre con Baal ial que significa "señor de la arrogancia" o "señor de orgullo". En el

judaísmo los impíos son considerados los hijos de éste demonio. En la Biblia se le usa el

término Belial como un alias de Satanás. “¿Qué armonía hay entre Cristo y Belial?” (2

Corintios 6:15. El término utilizado en la biblia beli yá àl se emplea relacionada a

calamidades y, con el hecho de ser inservible o para hombres de mala calaña.


Desde la Edad Media se le estima como un “poderoso príncipe de los infiernos, con

ocho legiones de demonios a su cargo”. Fue registrado por los primeros cristianos como

el ángel de confusión, lujuria y deseo, posterior a Lucifer, así como también es

considerado el padre de Lucifer y el ángel que lo impulsó a la rebelión y por ende el

primero en ser expulsado del cielo. El hecho de estar vinculado con la lujuria tal vez sea

la razón por la que se le considera de aspecto agradable.

Ball (Villalobos, 2007): Potencia militar del mal, venerado de Caldea y Babilonia.

Astarat (Villalobos, 2007) Astaroth (VERSIÓN ELECTRÓNICA): Demonio del que se

desprende un olor insoportable de un ángel horrible que yace sobre un dragón, tiene

garras y en ellas lleva una serpiente. es el gran duque del Infierno, En el Dictionnaire

Infernal, Astaroth es graficado como un hombre desnudo con alas, manos y pies de

dragón y un segundo par de alas con plumas bajo el principal, llevando una corona,

sosteniendo una serpiente con una mano y cabalgando sobre un lobo o un perro.

Es un demonio de primera jerarquía que cautiva por medio de la pereza, la vanidad,

filosofías racionalistas de ver el mundo y su adversario es San Bartolomé, quien venció

sus tentaciones, inspira a los matemáticos, artesanos, pintores y otros artistas liberales,

concede la invisibilidad, puede obsequiar tesoros enterrados y contesta a cualquier

pregunta que se le formule en forma de letras y números en multitud de lenguas.

Astaroth es el príncipe de los acusadores e inquisidores. Su nombre puede venir de

Astharthe (singular) y Astharoth (plural).

Asmodeo (Asmodai o Sydonai o Chammadai, Asmodeus , Asmodaeus) (VERSIÓN

ELECTRÓNICA) aparece en el Libro de Tobit del Antiguo testamento, en el Talmud y otros

tratados de demonología. Se origina probablemente en Persia en la religión mazdeísta


(zoroastra) y tal vez pasó al judaísmo durante el período de dominación y,

posteriormente al cristianismo. Se le representa como una serpiente la que tentó a Eva, y

con caras de dragón, toro y cordero.

En el Libro de Tobit, se enamora de Sara, hija de Raquel, y mata al marido la noche de

bodas cada vez que la joven se casa. Así mata a siete hombres, para impedir la

consumación del los matrimonios. Sara se compromete con Tobías, hijo de Tobit y el

joven es ayudado por el arcángel Rafael quien le indica cómo librarse de Asmodeo.

Tobías debe tomar un pez arrancarle el corazón y el hígado, y colocarlos sobre unas

brasas, el olor desprendido no es tolerado por el demonio quien huye a Egipto donde es

encadenado por el arcángel. Este demonio representa el deseo carnal.

En el Talmud, Asmodeo es una criatura que tiene tratos con el rey Salomón, incluso una

leyenda cuenta que se cambiaron uno por otro durante varios años. Asmodeo y Samael

“El veneno de Dios” son nombres que se le adjudican a Lucifer después de tentar a Eva

en el paraíso y se le adjudica a Lilith como esposa después que ésta abandonara a Adán

y con ella engendró miles de demonios. Asmodeo también es considerado el padre del

mago Merlín.

Abaddón (en hebreo). Jefe de la séptima jerarquía de demonios, su nombre significa

destrucción.

Baphomet (también Bafomet, Bafometo o Baffometo) Supuesto ídolo o deidad de los

Templarios. Se conoció cuando los templarios fueron enjuiciados. Era una cabeza

barbada. Algunos sostienen que dicha cabeza era una representación del Profeta

Mahoma. Otras fuentes refieren que esta cabeza era una cabeza humana embalsamada,

se trataba de la cabeza de Juan El Bautista. El nombre Baphomet es una fusión de dos


términos griegos cuyo significado es el de bautismo de sabiduría. O puede ser que

derive de de Mahomet, Mahoma. Finalmente se ha asociado al macho cabrío y a

Satanás.

Belphegor demonio de los inventores, ayuda a la gente a hacer descubrimientos,

principalmente en el campo de la ciencia. Es difícil de emplazar debido a que su ofrenda

de sacrificio son las heces. Si dices 7 veces su nombre caerás en coma y dormirás por

semanas. Se le representa según Villalobos (2007) con la boca abierta, o como una

joven y bella fémina con la vagina abierta.

Lilita (VERSIÓN ELECTRÓNICA): es una imagen de la mitología judía: la primera esposa de

Adán, anterior a Eva, y era un demonio que en las noches raptaba a los niños de sus

cunas, madre de los súcubos. Se le representa con el aspecto de una mujer muy

hermosa, pelirroja de cabello largo y rizado y a veces con alas. En la tradición hebrea se

acostumbra poner un amuleto alrededor del cuello de los niños recién nacidos, con el

nombre de tres ángeles que los protegen de las lilim, hijas mitológicas de Lilith y Adán

y de lo súcubos asesinos de niños.

Una versión cuenta que Yahvéh formó a Lilith, la primera mujer, igual que había

formado a Adán, pero en lugar de polvo puro utilizó excremento y sedimentos. De la

unión de Adán con este demonio-hembra, y con otra parecida llamado Naamá, nacieron

Asmodeo y otros demonios que atormentan al hombre. En la unión de Adán y Lilit

siempre hubo discordia, pues Lilith se sentía ofendida por la postura acostada que le

exigía Adán durante el acto sexual, ella alegaba que era igual que él, por lo tanto un día

al ser forzada Lilith pronunció el nombre mágico de Dios, se elevó por los aires y le

abandonó. Salió del Edén y a las orillas del Mar Rojo, hogar de muchos demonios; allí

se entregó a la lujuria con éstos, dando a luz a los lilim, que eran seres cubiertos de
pelos. Un día tres ángeles de Dios fueron a buscarla, ella se negó alegando que era una

pecadora.

Se considera que existe una conexión entre Lilit e Inana, la diosa sumeria de la guerra y

el placer sexual.

También puede estar relacionada con el mito griego de Lamia.

En la mitología mesopotámica su nombre original en acadio es Lilitu, proveniente

de la palabra lil, que significa ‘viento’, ‘aire’ o ‘espíritu’. Pertenece a la misma

clase de demonios que Lilu, Ardat Lili e Idlu Lili.

La única mención expresa en el Antiguo Testamento sobre Lilith es: «Los gatos salvajes

se juntarán con hienas y un sátiro llamará al otro; también allí reposará Lilith y en él

encontrará descanso».

Leviatán (del hebreo, liwyatan, enrollado) era un monstruo marino del Antiguo

Testamento (VERSIÓN ELECTRÓNICA). El término Leviatán hace alusión a un gran monstruo

o criatura.

En el Génesis, la palabra Leviatán es referida en el verso 1:21: "Dios creo los grandes

monstruos marinos Taninim". En este verso Rashi expone: "De acuerdo a la leyenda

esto se refiere al Leviatán y su pareja. Dios creo un Leviatán varón y uno mujer,

entonces mató a la fémina y la saló para los honestos, ya que si los leviatanes llegaran a

procrear, entonces el mundo no podría interponérseles." La palabra "Taninim" se

traduce como "monstruo marino, cocodrilo o gran serpiente".

El Leviatán era un pez monstruoso creado en el quinto día de la creación. En el Talmud

se dice que el Leviatán será destruido y su carne será servida como banquete para el
honrado en el tiempo por venir, y su piel se usara para cubrir la tienda donde ocurrirá el

banquete.

Hay otro himno religioso recitado en el festival de Shavuot (celebrando el Torah),

conocido como Akdamut, en donde dice: "... el deporte con el Leviatán y el buey

Behemoth… Cuando se engancharán el uno con el otro y comenzaran el combate, con

sus cuernos, el Behemoth corneará con fuerza, el pez [Leviatán] saltará para

confrontarlo con sus aletas, con poder. Su creador se les aproximará con su espada

poderosa [y los matara a ambos]." Así, "de la hermosa piel del Leviatán, dios construirá

los pabellones para abrigar al honrado, que comerá la carne del Behemoth [buey] y el

Leviatán en medio de gran gozo y alegría, en un enorme banquete que será dado para

ellos."

La leyenda dice que en el banquete después del Armagedón, el caparazón del Leviatán

será servido junto con otros demonios. Igualmente en Libro de Enoc el Leviatán es

descrito con Behemoth.

El Leviatán también puede ser interpretado como el mar. En contrapartida con

Behemoth que es la tierra y el Ziz que es el aire y el espacio. Algunos estudiosos han

entendido al Leviatán, y otras referencias al mar en el Viejo Testamento, como

referencias metafóricas a los merodeadores del mar que aterrorizaron alguna vez el

Reino de Israel.

Algunas leyendas judías consideran al Leviatán como un dragón andrógino que

tentaron a Eva y a Adán valiéndose de este atributo.

Para los cristianos el Leviatán es un demonio vinculado con Satán o el Diablo, y

algunos especulan que éste es el mismo monstruo que Rahab (Isaías 51:9).
Las referencias bíblicas lo ilustran como un monstruo marino de siete cabezas al cual

Hadad derrota, también se asemeja al mito de la creación babilónica "Enuma Elish" en

la que el dios tormenta Marduk mata a su madre, el monstruo marino y diosa del caos y

la creación, Tiamat, y crea la tierra y los cielos de las dos mitades de su cuerpo.

Algunos estudiosos consideran que Leviatán representa las fuerzas preexistentes del

caos. Algunos intérpretes dicen que es un símbolo de la humanidad en oposición a Dios.

En la demonología medieval, un Leviatán es un demonio hídrico que posee a las

personas, y es dificultoso de exorcizar.

Nergal: Deidad maligna de Mesopotamia. Encarnaba el calor del sol y traía fiebre y

epidemias.

Samael: Nombre que el judaísmo daba a Satán, tienta a los hombres para que cometan

todo tipo de pecado, se relacionaba amorosamente con Lilith.

Toda esta rica iconografía muestra una característica el demonio es considerado como

un conglomerado de atributos desorganizados y al mismo tiempo vinculado con los

aspectos oscuros de la naturaleza humana.

El Diablo En El Tarot

Para Bendayán (2004) El diablo en el Tarot corresponde al arquetipo de la sombra, el

alter ego, el Id o Ello freudiano, un agente de transformación. Al tener contacto con el

inframundo o el inconciente, la primera confrontación de El Loco es con El diablo o con

la sombra, guardián del umbral entre la luz y las tinieblas.

Al igual que en la mayoría de sus representaciones, en el Tarot su figura es un


conglomerado de partes que atentan contra el orden. Su rostro no deja de ser atractivo,

recuerda a Pan, un ser conectado con el pánico y con el pandemonium. El

Pandemonium es el “Hogar del demonio” de Lucifer y sus cohortes. Define la confusión

destructiva que el Diablo puede causar en nosotros. En realidad si el diablo fuera muy

repulsivo, entonces el pecado no sería un problema.

Los cuernos de ciervo son símbolo de nueva vida y de regeneración espiritual. Los

cuernos de oro son símbolo específico del fuego divino. Este fuego no es propiedad del

Diablo, sino que pertenece a su oficio divino. Cuando recuerda este hecho, su fuego

puede iluminar y purificar; pero cuando roba el fuego del cielo para su propio

engrandecimiento, sus actividades pueden provocar el castigo celestial. Su casco dorado

pertenece a Wotan, un dios que también estaba sujeto a pataletas femeninas y buscaba

venganza cada vez que su autoridad se veía amenazada. Las alas de murciélago

simbolizan el instinto animal demoníaco. El murciélago es un ser nocturno. Evade la luz

del día, cada mañana se refugia en su oscura cueva, donde se cuelga boca abajo, para

reponer energía para sus correrías nocturnas. Es un vampiro, chupa sangre, su mordisco

es infectante y contagioso y sus humores envenenan el ambiente. Da tumbos en la

oscuridad y, según la creencia popular, tiene un especial favoritismo por enredarse en

los cabellos, causando la histeria y confusión.

El diablo vuela por la noche, cuando las luces de la civilización se disipan y la mente

racional está en reposos, cuando el ser humano yace inconsciente, inerme, abierto a la

sugestión. En horas de luz solar, cuando la conciencia humana está alerta, el diablo se

retira hacia la zona oscura de la psique, donde se cuelga cabeza abajo, escondiendo sus

oposiciones y recargando sus energías en espera de su momento. Metafóricamente el

Diablo chupa nuestra sangre, minando nuestra sustancia. Los efectos de su mordedura
son contagiosos, llegando a infectar comunidades enteras e incluso países. El Diablo

puede causar histeria revoloteando entre los espectadores de un espectáculo,

enredándose entre cabezas y causando un desbarajuste entre los pensamientos lógicos.

El terror que provoca el murciélago es igual al que provoca el Diablo. El murciélago

parece una aberración de la naturaleza: un ratón con alas. El Diablo también tiene

miembros disparatados que desafían las leyes de la naturaleza. Todos estos seres

deformes parecen tener algún poder siniestro, irracional. La propiedad que comparten el

murciélago y el Diablo es la capacidad de andar a ciegas en la oscuridad. Intuitivamente

tememos a la magia negra.

Aunque se representa como hombre tiene pecho de mujer, mejor dicho lo lleva porque

lo tiene como pintado o superpuesto, ese ridículo escudo va a servirle de poco, quizás lo

lleva para ocultar su crueldad, y recuerda que el Diablo manipula de forma femenina,

cubierto de inocencia e ingenuidad. Este escudo es rígido y postizo lo que puede

mostrar que el aspecto femenino del Diablo es mecánico y descontrolado, y no siempre

lo controla.

Lleva una espada que sujeta sin cuidado por la hoja y con la mano izquierda. Y alza una

de sus manos en forma de burla, su mano derecha no sabe lo que pasa con su mano

izquierda. Oculta con un gesto histriónico su ineptitud con la espada.

Es un arma muy peligrosa por que la sujeta con el lado izquierdo que corresponde al

inconciente, significando esto que su relación con el logos masculino es ineficaz.

Tiene pies de ave depredadora.

El Diablo se coloca por encima de nosotros, como se muestra con respecto a las figuras

desnudas, en las que su estado desprovisto de ropa devela su naturaleza animal. Las
características animales explícitas en la conciencia indican que está cerca de esta. El

Diablo colabora en la delincuencia, impidiendo el crecimiento desarrollo de estas dos

figuras infrahumanas, pero a su vez ellas también colaboran con la delincuencia de El

Diablo.

A veces la lengua del Diablo se presenta como un falo, lo que significa que la

aberración sexual y el mal uso de la palabra hablada es tan demoníaco como la

promiscuidad.

Nichols señala que si sometiéramos el Diablo a un análisis podríamos aprender a

conquistar esos miedos irracionales que paralizan la voluntad y hacen imposible el

enfrentamiento y el trato con el Diablo. Paradójicamente, a medida que la vida

consciente del hombre se vuelve más «civilizada», su naturaleza animal pagana se

declara en guerra, haciéndose cada vez más salvaje.

«Las fuerzas instintivas condenadas en el hombre civilizado son mucho más

destructivas y por lo tanto mas peligrosas que los instintos del hombre primitivo, quien

en un modesto grado vive constantemente los instintos negativos».

Jung dice que el Diablo en su clásica imagen mitad hombre, mitad animal «describe

exactamente el aspecto grotesco y siniestro de nuestro inconsciente, con el que nunca

hemos llegado a un contacto real, y que, en consecuencia, permanece en su estado

original y salvaje».

Otro aspecto que señala la autora es la conexión de esta intrigante carta con la Sombra

colectiva, para ella Hiroshima nos mostró el aspecto más oscuro de nuestra naturaleza.

En el arte cristiano, explica Nichols, este arquetipo se representa como la sombra de


Jesús. Psicológica y físicamente hablando cuanto más grande es la luz, mayor es la

oscuridad. Cuanto más conscientes nos volvemos de nuestro potencial creativo, más

alerta debemos estar a las trampas que nuestro lado sombrío nos prepara.

Cualquier acto que se manifieste a sí mismo inconscientemente es primitivo,

incontrolado, compulsivo y, debido a esto, potencialmente perjudicial.

El diablo es profundamente ambivalente es «aquel poder que haría solamente el mal,

pero engendra el bien.» Es aquel que nos traiciona llevándonos a la criminalidad

inconsciente, pero que a la vez nos introduce en la conciencia.

El nombre del diablo es legión y cuando estamos poseídos por él nuestro nombre

también es legión. Llenos de ideas, intereses, emociones y propósitos, perdemos

contacto con nuestro centro, con nosotros mismos. Estar en desacuerdo consigo mismo

es estar en pecado. Expulsados del paraíso como Adán y Eva tenemos que errar por el

mundo en busca de una nueva conexión con nuestro centro. El diablo hace todo lo que

puede para impedirlo, tentándonos para demorarlo.

El Diablo al igual que un niño exige reconocimiento, por lo tanto si intentamos

ignorarlo, cometerá deliberadamente actos para atraer nuestra atención.

Finalmente, la autora señala que los sentimientos de trasgresión, culpa y castigo son

inherentes a la búsqueda de la conciencia. El peso de la culpa no es solo personal,

llevamos además la culpa inconsciente por la criminalidad e insolidaridad.

Nichols cita a Jung: «Aunque estemos libre de la culpa de ese crimen, tenemos siempre

la posibilidad de ser criminales dada nuestra naturaleza humana. Sencillamente

perdimos la posibilidad de vernos arrastrados a la melée infernal. Ninguno queda fuera


de la sombra negra colectiva de la humanidad.»

Por eso ninguno de nosotros se siente bien aún cuando actuemos correctamente, no

somos perfectos. Los hindúes al construir un templo dejan siempre una esquina

inacabada, sólo los dioses hacen las cosas perfectas.

Para Nichols (1980) el diablo simboliza el orgullo, la arrogancia, la naturaleza

despótica, la ambición, el exagerado sentido de la propia valía, la adulancia, los celos, la

envidia llevados con gran encanto y maneras sutiles.

EL DIABLO EN VENEZUELA

Según Strauss (2004), para un país la riqueza que representan las tradiciones es

innegable. Leyendas, supersticiones, brujerías y creencias forman parte del acervo

cultural de un pueblo. La mitología inédita pero conocida es una fuente de información

importante que rinde cuenta de los componentes ambientales, psicológicos, biológicos e

históricos de la existencia humana.

Venezuela no es la excepción y en el imaginario del venezolano existe un universo de de

cuentos, leyendas y mitos. En el desarrollo de dicha imaginería jugó un papel

primordial la España cristiana, evangelizadora, y de allí que muchas de nuestras

leyendas tienen que ver con las leyendas de Europa en general, pero también existen

otras matrias, la imaginería de los indígenas y de los negros africanos que rodean las

historias milagrosas de otras de un carácter profano.

Juan Liscano citado por Straus se refiere a lo maravilloso de nuestra cultura como algo

que ubica «Dentro del vasto campo de la vida mental y espiritual de los pueblos»,
campo en el que «se extienden, como profundas vetas de mineral precioso, las

supersticiones, leyendas y creencias en un mundo sobrenatural regido por la Magia

milenaria»

Es extraordinaria la variedad de una temática de lo fantástico que descansa en el

inconsciente colectivo del venezolano y que lo sitúa cerca o lejos de la ortodoxia

cristiana, el hombre rememora, practica e inclusive, solo escucha, pero inevitablemente

la vasta herencia permanece viva.

¿Y por donde anda el diablo? Se pregunta Strauss, pues por toda Venezuela.

El Diablo Entre Clarines Y Píritu

Manuel Reyes, un mestizo que transportaba el correo entre Clarines y Píritu ve a lo lejos

un caballo solitario, y lo monta, sin importarle que no le pertenezca, y empezó a

cabalgar en la soledad. El jinete no imaginó que estaba sobre el diablo, hasta que «de

pronto el caballo recoge la cabeza, encurruca las ancas y haciendo de su loma una

joroba se alza hasta una altura que alcanza la copa de los árboles, seguidamente estira el

cuello, alarga su parte trasera y se hace inconmensurable cual una jirafa colosal. La

bestia corcovea y una nube luminosa pareció alumbrar entre el olor a azufre la sequedad

de aquel paraje, que durante mucho tiempo se conoció como Paso del Diablo».

Además el diablo se aparecen imágenes que sin tener los atributos del demonio, se

vinculan a él.

Dos Enanos Gigantescos


El primero de estos relatos se habla de un joven que viniendo de La Candelaria pasó por

la Catedral y vio en la torre a una figura que desde lejos le pareció un niño. Como el

hombrecito fumaba, el hombre, cigarrillo en mano, le pidió fuego y le pregunta la hora:

«Pronto darán las doce en el reloj de San Pedro de Roma», contestó el enano, y entonces

el enano creció hasta alcanzar con su dedo el minutero y decirle al hombre «Y solo

pocos minutos faltan para que en este reloj suenen las cinco de la mañana». El joven fue

hallado desmayado y que durante meses fue atendido por varios doctores. Tiempo

después contaba con horror el acontecimiento.

En el segundo relato, en Coro -según contaba Luís Arturo Domínguez- un joven toma

fresco en la plaza Bolívar, y cayendo la noche, pasan dos hermosas muchachas que lo

miran, y decide seguirlas. Hacia las doce, las muchachas llegan a la puerta del

cementerio, donde, para sorpresa del joven, desaparecen...El se aterrorizó y corrió y en

la esquina de la famosa Casa de las Ventanas de Hierro ve a un hombre muy pequeño

que fumaba y le cuenta lo sucedido. « ¿Muertos como yo?», contestó el enano,

«quitándose parte de su indumentaria» y dejando ver «su esquelético cuerpo y su cara

de calavera, creciendo de tamaño»

El «Familiar»

Es una figura difusa es un demonio que el pueblo cree capaz de tener trato con una

persona a quien le sirve de para precaverlo contra el mal y ayudarlo en sus empresas. En

Argentina, el Familiar es el demonio, y los patrones para hacerse más ricos y para ase-

gurar la prosperidad del negocio, realizaban un contrato con el Familiar, mediante el

cual se comprometía a ofrecerle cada año un peón de los que trabajaban en tiempos de

cosecha, para que se 1os coma, y se le ve cerca de fabricas o haciendas en forma de un

perro negro gigante sin cabeza y arrastrando una cadena, en espera de su próxima
víctima. En otras oportunidades toma la forma de una Víbora negra y con pelos y a

veces la de un ser humano y el modo de combatirlo, es portando un rosario, una cruz y

tener mucha fe.

En nuestros Llanos es frecuente la creencia de que el Familiar, en su forma más

demoníaca, adopta la forma de un toro, un toro araguato.

La Mula, Una Diabla Curiosa

Otro animal que se vincula con el demonio, y con el infierno, tanto en Venezuela...

como en algunas partes de América y España, es la mula, que en las creencias aparece

maniá, maniada o maniatada. Es un espanto que corre de manera vertiginosa, como

alma que lleva el diablo, dando saltos y corcoveos. Aparentemente la mula maniá es

«alma de una mujer a quien como castigo de su curiosidad insaciable se había

condenado a fisgonear» En la versión caraqueña sus relinchos, se escuchan desde lo

lejos y que en sus ojos arde el fuego. En Aragua de Barcelona, los caminantes se

paralizaban por los espantosos mugidos.

Santa María De La Cabeza Y Los Poseídos Por El Demonio

Esta leyenda pertenece al estado Yaracuy, Santa María de la Cabeza «se fue a bañar en

el río Culebra y cuando iba a zambullirse se le apareció la serpiente; entonces ella le tiro

una lima (Citrus auranhfolia) y se convirtió» Arismendi citado por Strauss sugiere que

el relato puede ser una interpretación en base a «la pintura que de dicha Santa hay en la

iglesia, donde aparece de pie sobre una serpiente y en la mana el fruto». El vínculo de

la santa con el diablo al parecer es por que era calumniada de ser infiel y cuando su

esposo San Isidro decide observarla presencia el milagro. Otra leyenda cuenta que a ella
«acudían las personas poseídas por el demonio para implorar salud del alma y del

cuerpo»

Demonio Violador

Según esta leyenda el diablo se le mete a los hombres los tienta y puede hacerlos

violadores

La Ambición Es Cosa Del Diablo

Maria Encarnación López adquirió un collar en contra de su madre. Madre e hija vivían

en una casita situada en Plaza España, en un cerrito que se alzaba entre la actual avenida

Urdaneta y el callejón de Manduca, eran muy pobres pero María compró el collar a un

vendedor ambulante, su madre no quería que lo usase por temor a los comentarios

malintencionados. Durante una discusión Maria agarra una estaca y golpea varias veces

a su madre, quien se arrodilló y con los brazos en cruz exclamo: « ¡Maldígate Dios

como te maldigo yo; el diablo cargue con tu alma, mala hija!» y entonces Maria

Encarnación fue arrojada al suelo en las sacudidas típicas de los posesos, y gritaba: «

¡Me ahoga; quítenmelo, que me mata! sintiendo encima de ella al diablo emplazado. No

forma de salvar a Maria a pesar del perdón dispensado por su madre, murió. Y luego de

que se le aplicaran los santos oleos, “un vapor denso y sulfuroso se extendió por toda la

barriada”. Cuando se le iban a dar sepultura el féretro estaba vacío y casi todo el mundo

huyó asustado. Se comentaba que el mismo diablo se había llevado a Maria Encarnación

y el sitio comenzó a ser llamado el Cerrito del Diablo.

Diablos Y Monjas En Santa Rosalía


En Caracas, hacia 1732, hombres barbudos y con cachos en la cabeza, abrían las puertas

de las celdas del claustro, «ya que espíritus malignos, en forma de jovencitos llenos de

gracias, llamaban alas madres con palabras y frases suplicantes» Se aseguraba asimismo

que en 1756, Felipe Nicolás Ricardos, gobernador y capitán general de la provincia de

Venezuela, convirtió en cuartel el convento de las Carmelitas. Santa Carmelita de noche

armada de disciplinas de fuego, fustigaba sin piedad a los soldados, cuyos lamentos

hacía oír la sugestión durante las horas de la noche, mientras el diablo hacía su aparición

en la mente desequilibrada de la soldadesca»

El Diablo Bodeguero

Matías Canelón, un bodeguero de la esquina caraqueña del Cristo nadie lo quería pues

era díscolo, mal humorado y mal educado, trataba con indolencia a todos y robaba a sus

vecinos. Era un hombre malo, a quien llamaban “EI Diablo” apodo por el que se le

conocía más que por su propio nombre. Las personas se expresaban de él de la siguiente

manera «Yo no vuelvo más a casa de ese diablo de la bodega», «Ese diablo de la bodega

esta peleándose con todos los que llegan allí a comprar», «Yo se que es un ladrón

descarado ... » Todos estaban seguros de que un día le saldrían cuernos y las ancianas

del barrio comenzaron a pedir la protección divina y se santiguaban cuando alguien

nombraba a “ese diablo de carne y hueso” El pulpero murió y apenas comenzaron los

indicios de que su alma penaba los vecinos del barrio colocaron la imagen de Cristo y

no se sintió más su presencia.

El Día Que El Diablo Se Acabo


Esta historia cuenta que en San Blas, cercan de Valencia, estado Carabobo –un ladrón

se hacía pasar por el Diablo para cometer sus fechorías y al ser descubierto se publicó

en el periódico se acabo el diablo»

El Diablo Sin Uno De Los Suyos

En Queremene, estado Sucre el diablo se aparecía en la casa donde vivía un joven que

ejercía la magia negra. Un día el joven mago desapareció y el diablo los habitantes

escucharon lamentos en la noche y el sonar de cadenas, sintieron un fuerte olor a azufre

y vieron una figura altísima por los lados de la casa donde vivía él.

Venancio, El Muchacho No Bautizado

Venancio, no había sido bautizado a los doce años. El muchacho fue a buscar agua al

pozo de El Salado, en Aragua de Barcelona y un día se le hizo de noche y de repente a

lo lejos veía una luz que brillaba y se acercó a ella pensando que se trataba de dinero

enterrado. Cuando iba a marcar el lugar para ir después, un animal lo agarró y lo

arrastró. Venancio, aterrado pidió ayuda y en medio de su espanto rezó a todos los

santos y se aferró Jesús crucificado. El animal lo sacudió de manera terrible, Venancio

luego contó que la bestia, que lo sujetaba tenía tenazas, pezuñas, garras peludas y

malévolas. Lo recogieron de un matorral arañado y sucio. EI relato no cuenta que el

muchacho fue bautizado para «sacarle el diablo».

Hasta En Un Perro Puede Meterse El Diablo

Sucedió en Pregonero, en los Andes, que un día soleado, Chucho viajaba a caballo con

su perro hasta el río de Guaraque. En la noche, en un punto del camino llamado EI

Alto, “los ojos de su perro negro se volvieron dos brasas, su boca, como volcán, escupía
llamaradas, en tanto que en la cara se fueron esculpiendo rasgos como diabólicos” y el

caballo se paralizó. El joven, comenzó a santiguarse e invocar los nombres de la Virgen

y Cristo. EI perro se esfumó, el caballo perdió1as misteriosas ataduras y el joven pudo

seguir su marcha asustado.

Los Diablillos Obreros

En los alrededores de Carora, estado Lara, se cuenta una leyenda de un hombre «con

mala suerte» que apenas conseguía un trabajo y el mismo día lo despedían, el hombre

obstinado de una vida fracasada, decidió vender su alma al diablo. «Todos los días se le

presentaba el diablo con su cuadrilla de obreros, que eran diablillos» y lo ayudaban en

su trabajo.

La Riqueza Facil Es Riqueza Maldita

En la década del cuarenta del siglo XX se contaba que un señor compró la finca que

llaman San Rafael o La Calera, en los predios tocuyanos. Se volvió despótico y cruel

con los peones y soberbio con sus antiguas amistades, lo que trajo signos extraños, los

remolinos de viento, inundaciones fueron afectando las tierras. Convencidos de que era

cosa del diablo, atacaron con recursos divinos.

La Misa De Los Gavilanes

Se conoce así a una misa el día de la asunción de Cristo en una finca llamada Las Luces,

en un lugar de Venezuela que el relato no identifica, en la que una bandada de gavilanes


surcó el cielo. Se cuenta que los peones eran obligados a trabajar por el dueño de la

finca hasta en Semana Santa. Un día « sobre la comba azul del firmamento mil alas de

gavilanes aparecen mientras los más grandes se acercan a la tierra, clavan sus garras en

el cuerpo del amo y empiezan a levantarlo». El dueño de Las Luces invocó a la Virgen

del Carmen prometiendo ser bueno, y dicen que al invocar la cruz, los diablillos, que

eran los gavilanes que en andas lo llevaban y lo soltaron. El dueño realizó una misa a la

Virgen del Carmen, que se conoció como Misa de los Gavilanes.

El Diablo Acompañante

Es creencia popular que quien maldice propicia que el diablo se le aparezca y lo

acompañe. En Lara un arriero que tenía la costumbre de maldecir, fatigado de la

jornada resolvió reposar al lado del camino, se acercó a la bodega para tomarse unos

tragos, que compartió con un desconocido que se encontró. Iban caminando y le

preguntaba quien era, el hombre le responde: «Quien conmigo anda, mal desanda», y

dicen que se volteó hacia el arriero quien alcanzo a ver la cara del demonio. Prendió el

diablo al arriero de su camisa, que, al romperse, dejó ver un crucifijo que le colgaba del

pecho. Y el diablo desapareció rodeado de una nube de azufre.

El Diablo Belcebu De Visita En Puerto Santo...

... Y hasta casa tenía, en este pueblo del estado Sucre. Cuentan que la mujer de un

pescador deseaba casarse con un hombre rico, deseo que se le cumplió al morir su

esposo. Un día tocó ala puerta de la casa de la viuda un hombre que lucía adinerado.

«Ese hombre -dice la leyenda-le ofreció dinero, su eterna protección a cambio de sus

placeres y ella aceptó». Y cuentan que una noche la cara del amante fue

transformándose en la cara del diablo con sus cuernos iluminados por una luz intensa
que salía de sus ojos. La mujer cayó privada y murió de inmediato después y el diablo

desapareció de Puerto Santo con un gran estruendo.

Un Caballo Funesto

Es una leyenda de los Llanos a cerca de un caballo que perteneció, un español llamado

Martín Cala, o Gala. Desde que lo compró el animal producía extrañas sensaciones y se

llenaba de presagios malévolos. Cuando Martín la murió el caballo fue heredado por

uno de sus sobrinos, quien una cabalgata se le reventó la cincha se rompió la cabeza, por

lo que se le tildó de pavoso.

El Diablo Conductor De Carreta

Ésta es una conocida leyenda caraqueña asociada claramente con el diablo, de quien se

asevera que conducía un carromato o carretón desde la plaza del Panteón Nacional hasta

una o dos cuadras al sur del puente de la Trinidad, o desde la Esquina de Dos Pilitas

hasta la plaza de La Pastora. Llevaba a los muertos al cementerio Los Canónigos, y los

cascos de los caballos hacían un ruido ensordecedor sobre el pavimento. Llevaba una

urna muy grande, rodeada de chispas incendiarias y las patas de los caballos despedían

llamas alucinantes. El conductor era una especie de bulto rojo que echaba llamas por los

ojos y cuando no cantaba lastimera y diabólicamente, echaba largas llamaradas por la

boca.

Un relato parecido ha sido recogido en Puerto Cabello, donde el carretón era tirado por

un caballo esquelético y transportaba un cadáver. Otras variantes se encuentran en

Pampán, estado Trujillo don de el carro es halado por mulas y dicen que conducido por

el diablo y que las mulas están malditas porque le comieron la paja al Niño Jesús en el
portal de Belén. También en Lara, en Chue, donde el carro del diablo transporta

hombres arrojan de fuego por su boca quien les ve muere al año.

Una de las leyendas más conocidas hace mención a una versión femenina, la diabla

conocida como la Sayona. Se dice que esta leyenda nació en nuestros Llanos, la Sayona

se materializa en la figura de una mujer esbelta, alta, de largas uñas y muy elegante, de

aspecto helado y espantoso. Y es envidiosa, puesto que al no alcanzar la bendición

divina -se dice que asesinó a sus hijos- desea impedir que otros logren cualquier bondad

divina, asustándolos, aterrándolos, para que al verla se maldiga.

El odio, la envidia, la mala intención, su pérdida de la gracia divina, la relacionan sin

ninguna duda con el diablo. Sus lamentos, sus quejidos, su crepitar de huesos, fue

legendario sobre todo en nuestro tiempo colonial.

Dicen que don Jesús Melchor de Vallesilla, un español decidió enfrentar a La Sayona y

hablar con ella. Se armó hasta los con armas humanas y en Río Caribe se supo que el

fantasma que espantaba era el boticario que para salvaguardar la moral se disfrazó con

una saya para visitara una mujer ajena.

Otras versiones cuentan que La Sayona suele encantar a los hombres díscolos y

llevarlos hacia un cementerio, y que lo hace contoneándose de manera irresistible e

incitándolos sugerentemente con sus manos, pero sin voltear la cara, y cuando se voltea

es una calavera espantosa, que emite una luz rojiza. Y, además, cuando se trata, de un

hombre fuerte y con recursos espirituales, La Sayona lo convierte en un perro muy

atractivo.
La Dientona

Dientes del diablo en femenino, esta leyenda es natural de El Tocuyo, estado Lara, y se

trata de un espíritu burlón, parecido al de La Sayona. La Dientona es esbelta, de voz

calida. Se viste de forma elegante y tiene una bella cabellera ondulada; incita a los

hombres y pela unos enormes dientes cuando su seguidor la acaricia.

En Lara se cuenta que un hombre que vio a La Dientona; corre despavorido, y se

encuentra con otro hombre a quien le cuenta y el hombre lo tranquiliza y le pregunta: «

¿Eran así como estos?»

La Chigüira

Leyenda popular del oriente venezolano, tiene mucho de La Llorona y algo de La

Dientona. Se trata de una mujer alta, fea y desgarbada; tiene cutis grasiento, su rostro es

amarillo, lleva dos crinejas y sus dientes sobresalen de su boca. Emite alaridos en

memoria del pecado que cometió, porque después de maldecir a sus hijos, se ahogaron

En ocasiones, su aspecto es de un animal nauseabundo, y se sabe que es La Chigüira en

busca de sus hijos, suele aparecer en los ríos, mares, lagunas.

La Llorona

Es otra versión de una madre asesina, esta leyenda se encuentra divulgada en muchos

relatos provenientes de prácticamente todo el país, y de América Latina... Se dice que es

originaria de México es en el tiempo colonial, y que es posible un origen prehispánico.

Uno de esos relatos versa sobre la joven Juana y Melquíades, un hombre mayor con el

que tenía amores, de esa relación nació un niño después de un tiempo Melquíades se

casa con otra y decide quitarle el hijo a Juana. Melquíades fue hasta la casa de la Juana
y ella al verse cercada, apuñaló al niño. Se asomó al balcón y le dijo a Melquíades

«Aquí va la sangre de tu hijo junto con la mía y clavó el puñal en su pecho, emitiendo

un doloroso y espantoso alarido diciendo «Ah mundo, mi hijo», que es una de

lamentaciones que La Llorona va repitiendo cuando sale por las noches.

En la versión de EI Tocuyo, Lara, la madre asesina al hijo con una piedra porque lloraba

mucho, y sale por las noches gritando y lamentándose.

Y además existen todo tipo de manifestaciones como luces diabólicas, transformación

en animales como aves, venados, cochinitos y cochinitas y hasta la satanización de

María Lionza divinidad popular yaracuyana que ha sido tildada de diabólica por la

iglesia católica.

El Ánima Sola, se trata del ánima de un hombre que no fue maligno en realidad, pero

que en el ámbito de la brujería se le utiliza para hacer magia negra y conseguir el alma

de un hombre al que se desea amar en contra de su voluntad, la fórmula se conoce como

la oración del Ánima Sola: «Se coge una vela de sebo y se tiñe de negro y se le pone un

lazo de género blanco en la mitad y se llama y se dice tres veces anima mía, anima sola,

consígueme el alma de fulano de tal, para que me lo traigas errante y vagante; anima

sola, vos que dais y errante y vagante sois la recaudadora de las benditas animas del

purgatorio, así quiero que me recaudéis a fulano de tal, que no coma, que no duerma

con tranquilidad hasta no estar a mi lado a pagarme lo que me debe, que si en algún

sueño se hallare, despiértale en mi nombre en su pensamiento (en otra versión se lee:

con mi nombre en su pensamiento) y si alguna mujer tratare de arrebatarle, arrebátaselo

y lo traes para mi sola, que venga tan manso como Jesucristo el jueves santos [sic] a la

casa de Poncio Pilatos, se rezan tres credos y tres Ave María y se dice amén; se alumbra
por nueve noches para coger la devoción y todos los lunes de cada semana se alumbra

con una vela o aceite de coco». Otra versión reza así: "Anima sola que en el campo

moras y que nadie te necesita como te necesito yo: ahora quiero que me prestes tres

almas de tres ahorcados de tres muertos y de tres ajusticiados. Estas nueve almas quiero

que le introduzcas en el corazón a fulano de tal. Que si ojos tiene a mi me vea que si

boca tiene a mí me hable. Tráemelo a las puertas de mi casa, no lo dejes en paz, haz que

venga sin que nadie 10 detenga». La iconografía popular representa al Ánima Sola

como una mujer joven, blanca, de larga cabellera negra, con una cadena negra esposada

a sus muñecas, pero rota, y envuelta en llamas... Esta es la representación de cuerpo

entero más popular. En otras, aparecen tres bustos sobre una superficie en llamas; el del

centro es el Anima Sola y los de ambos lados son almas recuperadas del Purgatorio ...

El Diablo Silba

A pesar de ser invisible, quienes han visto el diablo lo describen como un hombre muy

alto, en pantalones cortos y sombrero de cogollo, que además de silbar de una manera

tétrica, deja oír el ruido de huesos que siempre carga en una especie de talego. Esta

tradición del diablo silbón se encuentra en los Llanos occidentales y centrales de

Venezuela.

Cuentan que se trata de un hijo que además de asesinar a sus padres no los enterró y

que se mutiló 1a falange del meñique que siempre la busca. A él le gusta vivir dentro

del aguardiente, lo que se traduce en silbarlo -o salirle- a los hombres parranderos. El

silbido consiste en una entonación repugnante y monótona.


Otra manifestación pero esta vez silenciosa de la tradición popular venezolana es el Mal

De Ojo, se considera que el diablo interviene en ello, es una forma de brujería

inconciente, donde alguien activa una especie de fuerza maligna sobre plantas,

animales, y principalmente niños considerados bellos, para contrarrestarlo se utilizan

diferentes contras como azabache, ajo, peonía, raspadura de cuerno de venado y plantas

aromáticas como albahaca y cariaquito morao entre otras.

El mal de ojo se asocia con una expresión demoníaca, la envidia, y la creencia remonta

a tiempos muy antiguos como por ejemplo en Grecia donde Demócrito afirmaba que el

envidioso emitía «unas formas cargadas de perversidad y mal de ojo». En síntesis son

muchas las culturas donde se ha asociado la envidia con un mirar malicioso.

Duendes

El duende es un ser elemental que tiene existencia de tipo astral, y que aspira a la

condición humana. Se dice que son como el líquido, que adoptan la forma del recipiente

que los contiene. Tienen un deseo de humanización los hace intranquilos, y mortifican

a los seres humanos, a quienes envidian por su condición. Son traviesos, y escogen una

casa para molestar, cambian de lugar las cosas, por la noche, y se aparecen como un

celaje a uno de los habitantes. Existe controversia si son o no demoníacos, pero algunas

leyendas los trata como seres lujuriosos que acosan cuando se enamoran de los

humanos.

Existen algunos que se mueven entre la invisibilidad y la corporeidad y en Lara se cree

que en las fuentes vive al menos un duende. En Curarigua, los duendes son niños

cubiertos con grandes sombreros, su costumbre principal es perseguir las muchachas.


En esencia son enanos o «pequeños», traviesos, molestosos, asustadores; invisibles,

pero cuando se les ve portan grandes sombreros que impiden que se les vea la cara. En

Mérida y en los Andes en general, la tradición afirma que son niños rubios y hasta

angelicales.

Cabruncos

Se cree que las lagunas del páramo están habitadas por cabruncos o espíritus que moran

en sus profundidades. En Mérida se piensa que no se debe gritar en las orillas de las

lagunas, ni tirar piedras, ni ensuciarlas pues se molesta la tranquilidad de los cabruncos,

quienes cuando se enfurecen forman una neblina, tras la cual viene una tormenta. Se

cuenta que este fenómeno se ha llevado a los perturbadores del cabrunco y asimismo,

que cada treinta años se llevan a dos o tres personas.

La Calle Del Diablo, En Maracaibo

Es una calle donde en el siglo XVII un esclavo rebelde a rezar el rosario al ser corrió

dejando tras sí un fuerte olor a azufre. ««Y es que el diablo, en forma de temores, de

rencores, de tensiones de todas clases, penetraba entre amos y esclavos»

El Diablo De Cumana, Una Leyenda Viva

Luís del Valle Hurtado, mejor conocido como «El Diablo de Cumaná» también llamado

«Mister Diablo» y «Tarzán de Carúpano», nació en Cumaná en 1931, perdió los dedos

de la mano derecha en la tipografía de su papá.


La decisión de convertirse en diablo, la tomó a los 20 años cuando vio una

representación de San Miguel Arcángel y desde esa época salía por las calles de

Cumaná, con una cara de totuma y pintas de colores. En Caracas ganó el primer premio

como mejor disfraz «EI Diablo Rojo», en 1962. Fabricante de loterías de animalitos, su

vida transcurre como la de cualquier cumanés, excepto por su transformación en un

diablo negro y aparece con su mano de franela negra, cara pintada, lengua púrpura y

alas de cartón, para representar las comparsas de los « Indios Coloraos» y «Diablo tras

el Niño Indio». Este diablo es innovador porque usa maquillaje en vez de máscara, y al

mismo tiempo regresa a las fuentes religiosas de las comparsas de diablos en América.

Inspirado en este personaje y con el nombre de «Diablo de Cumaná», se presentó un

documental, dentro del ciclo Los Habitantes de la Tierra de Gracia, realizado, por el

grupo cinematográfico «NuevaAndalucía», del Departamento de Recuperación y

Difusión del Folklore, de la Universidad de Oriente. Este trabajo participó en varios

festivales y ganó el premio al mejor documental en 1984.

EI sentido cristiano predomina en la letra con la que Hurtado acompaña la música con la

que baila: «Yo soy el Demonio malo,/Yo soy el Demonio malo,/Yo soy el Demonio

malo. /Soy el mismo Satanás,/ que me escapé del Infierno/y vivo en Cumaná/ Allá viene

el Diablo dale con la cruz … ./ que bicho tan feeo./ Ja ja ja ja ja./Lleva el rabo entre las

patas/ con cachos en la cabeza./ Lleva el rabo entre las patas/ con cachos en la cabeza./

con cachos en la cabeza./Y me hago amigo tan solo al que me de una cerveza./ Allá

viene el Diablo/dale con la cruz …/ qué bicho tan feeo./ Ja ja ja ja ja./Le pido real a la

gente /para yo poder vivir,/le pido real a la gente / para yo poder vivir./ Y me marcho

alegremente/haciendo poder reír/ Allá viene el Diablo/ dale con la cruz .../ qué bicho tan
feeo./ Ja ja ja ja ja» Además de, EI Diablo de Cumaná incluye letras de canciones

populares, así como recitaciones de versos conocidos o improvisados.

Dentro del imaginario venezolano también podemos ubicar características típicas del

diablo en los dichos y decires populares, así como la vinculación de éste con lo

femenino. Por ejemplo: «Va como alma que lleva el diablo», que significa moverse a

gran velocidad. «El hombre es fuego, la mujer estopa, y viene el diablo y sopla», para

ilustrar la tentación de la lujuria. «Dios los cría y el diablo los junta». «Estar bien con

Dios y con el Diablo», es igual a decir «Un tiro al gobierno y otro a la revolución».

«Más sabe el diablo por viejo que por diablo», para decir que más vale la experiencia

que la malicia que pueda tener una persona. «Para malicias mujer y el diablo» que

ilustra la vinculación de característica femeninas con el diablo. «La madre del marido es

el demonio de la esposa». «Más malo que Mandinga», hace alusión a una

personificación del diablo conocida en América Latina y popularizada por Rómulo

Gallegos en La Trepadora. «A quien Dios no le da hijos, el diablo le da sobrinos». «A

quien da y quita el diablo lo visita». «La mujer sólo el diablo sabe lo que es». «La

ociosidad es cosa del Diablo». «La cruz en el pecho y el Diablo en los hechos», usado

para significar discordancia entre lo que se dice y lo que se hace. «Las armas las carga

el Diablo», vinculan a la violencia, las armas y la guerra con las fuerzas del mal.

Por supuesto que no podemos concluir este recorrido por la imaginería del mal en

Venezuela sin mencionar el popular « Hijo’er diablo» utilizado en la Isla de Margarita

para designar a una persona traviesa.

También son tradicionales las oraciones que se utilizan para protección contra el

maligno, a San Benito Abad, a la virgen María Desatadora de Nudos, a la Virgen

Imaculada del Oreto, a la Virgen de los Milagros, a San Isidro, a San Cipriano y la
Conjuración de los Siete del Sabio Salomón rescatada por algunos estudiosos. « ¡En el

nombre de Michael, que Jehová te mande y te aleje de aquí, Chavajoth! ¡En el nombre

de Gabriel, que Adonai te mande y te aleje de aquí, Bail! ¡En nombre de Rafael

desaparece ante Elial, Sangabiel! ¡Por Samael Zeboath y en nombre de Elohim Gibor,

aléjate, Andramelek! Por Zachariel et Sachel-Mélec, obedece ante el Leva, Sanagabril!

¡En nombre divino y humano de Schaddaí y por el signo del Pentagrama que tengo en la

mano derecha, en el nombre del ángel Anael, el poder de Adán y Eva que son

Jotchavah, retírate Lilith; déjanos en paz, Nhemah! ¡Por los santos Elohín y en nombre

de los genios Cashiel, Shaltiel, Aphiel, Zarahiel, al mandato de Orfiel; retírate Meloch!

Nosotros no te daremos a nuestros hijos para que los devores»

Son conocidos también como protección los cruces de personas y de las casas dentro de

las creencias populares, y el rezo realizado por los evangélicos en ritos de exorcismo.

Una oración rezada hoy día por los carismáticos para exorcizar el mal de los creyentes

que dice «En el nombre de Jesús pido liberación y protección, Jesús dijo: en mi nombre

echarán fuera demonios y en mi nombre todo aquello que desaten en la tierra quedará

desatado en el cielo. ¡Sangre de cristo protégeme! En el nombre de Jesús ordeno a todo

demonio, espíritu de mal, de enfermedad o perturbación que se aleje de mi y de mi

familia. En el nombre de Jesús desato daños y maleficios, maldades y maledicencias, y

lo mando todo atado a los pies de la cruz, ¡Sangre de cristo protégeme! Ave María

Purísima, sin pecado Original concebida »

Finalmente resulta particularmente llamativa, la siguiente versión de la oración del

tabaco tomada de Contramaestre, citado por Strauss, que es la más conocida en

Venezuela: «Por el Norte, por el Sur, por el Este y por el Oeste: Centros, cerros y

lugares donde se encuentre X (fulano de tal). Ofrezco los "humos de este tabaco" al
Santo de su devoción con el permiso del santo del día que nació; del santo del día en

que lo engendró su madre; con el santo del día en que lo bautizaron; con el santo del día

en el que se ha enfermar; con el santo del día en que se ha de morir; por la última pala

de tierra que le han de echar a X. Soy yo [sic] quien te llama: Ofrezco "los humos de

este tabaco" a "Don Juan del Amor", para que sienta amor por mí; a "Don Juan del

Deseo", para que sienta deseos por mi; a "Don Juan de los Suspiros", para que suspire

por mi; a "Don Juan de los Cinco Sentidos", para que pierda los sentidos por mi; a "Don

Juan de las Lágrimas", para que derrame lágrimas por mi; a “Don Juan de las Cuatro

Puertas", para que yo lo vea parado a las puertas de mi casa, vencido, como venció el

Ángel a Lucifer: que si tiene pies me busque; que si tiene manos me toque; si tiene boca

me hable; si tiene nariz me huela; si tiene ojos me vea; si tiene oídos me oiga X (fulano

de tal), yo soy quien te llama; me valgo de "Don Juan del Cabo Negro" para que te

seduzca y si no me lo seduce, me valgo del "Espíritu de la Llorona". Ofrezco "los

humos de este tabaco" al espíritu de "La Rastra", para que lo arrastre a las puertas de mi

casa: al espíritu del "Pelacuero", para que lo domine y subyugue y me busque:

"¡Caballito Negro!" tu que corres la ciudad, dondequiera que se encuentre X, azótalo,

desespéralo, intranquilízalo, tráemelo loco y desesperado de amor por mi. ¡Ofrezco los

humos de este tabaco" a "Don Juan del Humo", para que a través del espíritu del humo,

le lleve mi recuerdo a X (fulano de tal), con el permiso del día de hoy para el planeta

que reina en este día; al astro que impera en este momento. Invoco su influencia y su

poder para venir y dominar los obstáculos. Invoco a "Don Juan del Dinero" para que le

afloje la mano y me traiga dinero; a “Santa María de la Cabeza", para que le quite todo

pensamiento malo que tenga contra mí; y a "Don Juan de las Campanas", para que le

repique en el oído y vuelva enloquecido por mi»

Esta es sin duda una oración desesperada y diabólica en la que se pide ayuda a las
fuerzas del mal para obtener el amor de alguien. Y que pone de manifiesto en saber

popular la vinculación de la sexualidad con los aspectos oscuros y primitivos del ser

humano.

LOS SIETE PECADOS CAPITALES: LA MANIFESTACIÓN DEL MAL

La sombra colectiva en el cristianismo

El término “pecado” significa al igual que para Zweig (1999) “la conservación de

pautas inconcientes autodestructivas que nos mantienen atrapados en los dominios de la

sombra de la familia”, aunque para su definición se utilizarán autores religiosos y de

imperativo ético, no es ese el sentido de este trabajo.

Evagrio Póntico citado por Villalobos (2007) menciona tres tipos de seres, los ángeles,

los demonios y los hombres. A cada uno corresponde una fuerza: el nous, espíritu a los

ángeles. El timos a los demonios y la epthymia (deseos) a los humanos. Timos es el

órgano de la emocionalidad visceral: «la parte excitable en la que aparecen vehementes

emociones como la ira, el odio, la envidia. El demonio se caracteriza por un predominio

de timos por la confusión y desorden de la parte irascible del alma»

San agustín refirió que los demonios podían tener cuerpos aéreos y así desplazarse a

gran velocidad, y que normalmente para nosotros son invisibles.

El demonio y todas sus legiones de condenados gustan de seducir, cuando por la

ceguera de los corazones, el error y la mancilla terminan por abatir el hombre. Satán

incita a la duda y la blasfemia, sus métodos mezclan el miedo con la persuasión y el


arrepentimiento con el deseo. El padre de la mentira ataca por que conoce muy bien las

debilidades del alma. Prepara sus timos y sus redes y toca con su mano los siete pecados

capitales donde “centellea la nota de la concupiscencia”.

La vasta doctrina desarrollada por Evagrio Póntico (Tratado sobre la plegaria; Tratado

práctico y Casiano el Romano (Instituciones Cenobíticas; Colecciones espirituales).

Póntico y Casiano aseveran que los demonios son ángeles caídos que asaltan a la

humanidad el órgano del sentimiento (Thymos), correspondiente a la emocionalidad

visceral, desencadenando emociones intensas como la ira, el odio, la envidia, etc. La

victoria del demonio conduce a la parte irascible del alma a la confusión y el desorden.

Para los citados monjes los demonios asedian constantemente sirviéndose de las

pasiones y los pensamientos (logismoi) y sobre todo, de los impulsos desordenados y

persistentes u ocho espíritus malvados:

1. Gula (gastrimargía o «locura del vientre»),

2. Fornicación o lujuria,

3. Tristeza

4. Avaricia, tristeza,

5. Cólera o ira,

6. Vanagloria,

7. Orgullo o soberbia y

8. Acedía ( pereza, flojedad y tristeza, angustia)

Relacionando con los tiempos que vivimos:


Los 7 pecados capitales han evolucionado al igual que nuestra sociedad influenciados

por diversas cuestiones “religiosas, históricas, económicas, sociales, artísticas y de

varios factores propios” (Savater, 2005).

Mandeville describe la sociedad de consumo como la sustentora de los vicios, “si las

señoras no quisieran ropas ni joyas, u otros mortales no desearan comer bien y vivir en

forma confortable, la industria y la civilización, tal como la conocemos hoy, se

terminarían”.

Rousseau por su parte afirmaba que el hombre nace sin deseos, y que es la convivencia

en sociedad la que fomenta la concuspiscencia. El desarrollo de la sociedad está ligado a

la satisfacción de los deseos. Ciertamente la mayoría de nosotros no necesitamos todo lo

que poseemos, pero el desarrollo industrial está basado en el anhelo de disfrutar lujos,

confort y diferentes cosas que todos ostentamos. Uno de los motores de la historia, por

ende, fue la nuez moscada, ya que si la gente se hubiese conformado con salar los

alimentos, los viajes de los conquistadores habrían sido un fracaso.

Para la iglesia católica el pecado sólo es reconocido a través del conocimiento de Dios,

Santo Tomás de Aquino (VERSIÓN ELECTRÓNICA) sentencia: los clásicos pecados capitales y

la virtudes que se le contraponen: Soberbia-humildad, avaricia-generosidad, lujuria-

castidad, ira-paciencia, gula-templanza, envidia-caridad y pereza-diligencia. Para Santo

Tomás citado por Savater, la soberbia es “un apetito desordenado de la propia

excelencia” o también “un amor desordenado de sí mismo” y puede ser considerada la

madre de todos los vicios, puede mostrarse como vanagloria, jactancia, altanería,
ambición y cuando lleva al hombre a la desobediencia de Dios, se considera pecado

mortal.

Mújica explica que al igual que la concepción griega, “la forma básica es la

proporción”, para los antiguos griegos la belleza y el orden son lo mismo, por eso el

planteamiento de los pecados pasa por la mesura y la desmesura que conduce a lo

monstruoso.

“los siete pecados capitales son la expresión de la ética social y comunitaria con la cual

el cristianismo trató de contener la violencia y sanar la conflictiva sociedad medieval, se

utilizaron para sancionar los comportamientos sociales agresivos y fueron, durante

mucho tiempo –desde el siglo XIII hasta el XVI-, el principal esquema de penitencia,

contribuyendo en modo determinante a la pacificación de la sociedad”

Originalmente los pecados fueron una forma de autoadministrar la conducta consistente

en un listado de advertencias de las consecuencias acarreadas por la desmesura, hoy

existe una versión más simple algo inherente al espacio psicológico de cada individuo.

Para Bossy reducción en importancia radica en la disolución de la penitencia.

Según Santo Tomás (II-II:153:4) “un vicio capital es aquel que tiene un fin

excesivamente deseable de manera tal que en su deseo, un hombre comete muchos

pecados todos los cuales se dice son originados en aquel vicio como su fuente

principal”. (VERSIÓN ELECTRÓNICA), de manera pues que la categoría no hace alusión al

tamaño del pecado.


Abboud, especialista en temas islámicos, hace referencia a que los pecados dependen de

diversas variables, entre ellas, el observador, contexto social y el cultural. El pecado es

pues el resultado de convenciones y no el resultado de órdenes divinas inamovibles.

La Soberbia

“La soberbia es un tumor del alma lleno de pus. Si madura, explotará, emanando un

horrible hedor”, haciendo alusión a su capacidad morbosa. (VERSIÓN ELECTRÓNICA)

Evagrio Póntico

“Se enferma de soberbia el apóstata de Dios cuando adjudica a sus propias capacidades

las cosas bien logradas”.

Evagrio Póntico

“No entregues tu alma a la soberbia y no tendrás fantasías terribles. El alma del soberbio

es abandonada por Dios y se convierte en objeto de maligna alegría de los demonios. De

noche se imagina manadas de bestias que lo asaltan y de día se ve alterado por

pensamientos de vileza. Cuando duerme, fácilmente se sobresalta y cuando vela le

asusta la sombra de un pájaro. El susurrar de las copas de los árboles aterroriza al

soberbio y el sonido del agua destroza su alma. Aquel que efectivamente se ha opuesto a

Dios rechazando su ayuda, se ve después asustado por vulgares fantasmas”.

Evagrio Póntico

Según las escrituras sagradas, la soberbia es la raíz misma del pecado. En la Suma

Teológica Santo Tomás expresa “La soberbia recibe este nombre del hecho de que

alguien, por su voluntad, aspira a algo que está sobre sus posibilidades. San Isidoro en
sus Etymolog. Expresa: “Se la llama soberbia porque quiere aparentar más de lo que es,

y a quien desea sobrepasar lo que es, es soberbio”.

San Agustín refiere: “La soberbia no es grandeza sino hinchazón, y lo que está hinchado

parece grande, pero no está sano”

En última instancia siguiendo a Golman citado por Savater, la soberbia al final

constituye un elemento de vulnerabilidad, el hombre cree que domina una situación y

termina siendo todo lo contrario. Esto traduce la inseguridad del hombre ante las

circunstancias de la vida.

Tal vez lo más nocivo de la soberbia es que el hombre llega a considerarse al margen de

su propia humanidad. Nicolás Maquiavelo acotó al respecto: “La naturaleza de los

hombres soberbios y viles es mostrarse insolentes en la prosperidad y abyectos y

humildes en la adversidad”.

Otra forma de mostrarse la soberbia es a través de despreciar al otro sin tomarse el

trabajo de conocerlo. En cuestión de verdades también existe su representación en

aquellos que se consideran poseedores de la verdad cuando los hombres solo tenemos

certezas. “La verdad es un objetivo en la vida que siempre tenemos que buscar. El

creerse dueño de ella coloca al hombre en el estado máximo de soberbia que puede

alcanzar”.
La soberbia se origina cuando la criatura no reconoce su condición de criatura y desafía

a Dios tratando de imponer su deseo ante la divinidad. Dios marca los límites y la

criatura decide servir o no servir a Dios.

Hablando de soberbia racial, hay pueblos que miran a otros por encima del hombro, sin

haberse tomado nunca la molestia de tratar de entenderlos y los tildan de incivilizados y

bárbaros, siendo éste el argumento para esclavizarlos. Un ejemplo histórico de soberbia

y poder fue cuando Napoleón en presencia del propio papa Pío VII tomó la corona y se

invistió a sí mismo con los símbolos imperiales, mostrándose superior a todos, incluido

el representante de Dios en la Tierra.

Sin embargo, el vicio social por excelencia es la vanidad, los orgullosos no dependen de

otros, son autosuficientes y para ellos sólo su propio criterio cuenta, en ese hecho

particular se fundamenta su pecado, en tanto que el vanidoso depende de las alabanzas y

elogios del otro, por lo tanto es una persona muy sociable. Un ejemplo particular lo

ofrece Savater a través de la anécdota de un escritor orgulloso, que ante el halago de

alguien que le dice: “Pero maestro, que bien escribe usted y que magnífica es su obra”

piensa: “Desgraciado, si tu no sabes ni leer; qué me importa que te parezca bien o mal lo

que yo hago”, en tanto que el vanidoso encuentra simpática cualquier adulancia que se

le profiera y piensa “Cuanta razón tiene este hombre”.

Siguiendo la imagen que nos presenta Tomás Abraham para quien esta vedado

enorgullecerse del gentilicio, de ser premiado o de cualquier otro logro, estoy más de

acuerdo con Savater, el ser humano debe conservar cierto orgullo por sus logros, no

siendo lo mismo para el falso nacionalismo o el orgullo del propio cuerpo.


Por otro lado, también estoy de acuerdo que nada es más preocupante que la falsa

humildad y al igual que el autor para mi la gente que no quiere nada es como para

desconfiar. “Yo no quiero nada para mi, todo lo que pido lo quiero para los otros”, es

una mala señal, al igual que el gobernante que aspira todo en nombre del pueblo y

coloca los intereses del pueblo por encima de los individuos adjudicándose a su vez el

poder de representar dicha voluntad.

Ser soberbio es el deseo de ponerse por encima de los demás, y aunque es necesaria una

buena dosis de autoestima para el funcionamiento armónico en sociedad nada es tan

destructivo como el hecho de que un individuo quiera estar siempre por encima de todos

los demás. El soberbio no deja paso a nadie, no tolera que alguien pueda ir delante de él.

Al mismo tiempo tiene la impresión de que los otros no reconocen su superioridad, en

su fuero interior está convencido de pertenecer a un estrato superior.

El soberbio sufre enormemente la falta de reconocimiento, que es vivida como un

agravio. Siente que todos son inferiores y balurdos. El soberbio llega al extremo de estar

más preocupado de cómo lo tratan y del lugar que le otorgan en un banquete que la

expectativa del plato servido que es lo que en general ocupa al corriente de los

individuos. Estas personas son tan susceptibles ante la necesidad de reconocimiento de

su grandeza que llegan a no disfrutar una velada divertida pendientes de esta necesidad.

El soberbio teme en particular al ridículo, la risa es vivida como una agresión, por esta

razón los tiranos y los poderosos carecen de sentido del humor, sobre todo si se aplica

en su persona.
Abraham citado por Savater reseña en este sentido: “Cuando la risa está prohibida,

sabemos que estamos en un lugar peligroso. La crítica convencional y la denuncia

siempre son serias, pero hay veces que toman la forma de humor que permite mostrar

que la realidad que se está viviendo tiene pies de barro”. Así pues la soberbia es “el

valor antidemocrático por excelencia”

Los antiguos griegos castigaban a quienes al destacarse intentaban imponerse a los

demás, pensaban: “Usted, aunque efectivamente sea el mejor, tiene que irse porque no

podemos convivir con un tipo de superioridad que va a romper el equilibrio social”

La soberbia es la oda a la desconsideración: “Primero yo, luego yo y luego también yo”.

Tal vez en el fondo solo se trata del maltrato al otro, es soberbio quien tira el carro al

peatón pensando sólo en su propia prisa, y también el deudor que difiere el pago

obviando las necesidades del prestamista.

La soberbia se muestra no solo en la verbata, si no también en gestos pequeños y

maliciosos. Abboud le atribuye un peligro real a los poseedores de este pecado, y para

ilustrarlo se vale de la siguiente historia: se trata de un rey que en su deseo de mostrar su

poderío, manda a fabricar un palacio de acabado perfecto, cuyo diseño era propio, y él

en persona eligió los materiales y monitoreó la obra. Terminada la construcción, el

soberano realizó una fiesta y retó a los asistentes a encontrar un defecto. Todos los

invitados alabaron la edificación, hasta que un personaje manifestó haber encontrado un

defecto. El rey enfurecido pidió que le dijera cuál era. El enigmático concurrente

contestó que aún no había tapado “la rajadura por donde debía pasar el Ángel de la
Muerte”. Simbólicamente la Muerte es una situación límite, que nos coloca en nuestro

lugar ante la divinidad. Ante ella estamos inermes, nos hace tomar contacto con nuestra

realidad, con nuestra propia humanidad, es un hecho infranqueable somos mortales.

En la película La Maldición de la Flor Dorada, dirigida por Zhang Yimou, ambientada

en en la Dinastía Tang, una película llena de imágenes ostentosas que recuerdan un

refrán relacionado con la soberbia: “El oro hace soberbios, y la soberbia, necios ”, esta

película muestra la metamorfosis de un ser fantástico y temible, el Emperador Chow

Yun-Fat, El tigre y dragón, este monarca al ser despreciado por su esposa trama su

muerte envenenándola lentamente. La lucha por el poder, la traición, la rivalidad entre

los hijos desatan una sangrienta batalla en la que el soberbio llega a asumir las

proporciones de un dios, la misma noche de la batalla donde mueren dos de sus hijos

todo es limpiado, las alfombras y los crisantemos son colocados de nuevo y pareciera

que nada ha sucedido. Y Como si tuviera poder absoluto sobre la vida y la muerte, al día

siguiente pretende obligar al único hijo que ha sobrevivido a envenenar a su madre, este

se suicida ante los ojos indolentes del monarca.

Para Abboud es muy difícil relacionarse con los soberbios religiosos, quienes se creen

envestidos de una superioridad al ser los representantes de un legado superior, la

complicación surge cuando piensa que está autorizado para distinguir lo trascendente y

usarlo dentro de la de vida cotidiana de los hombres. El religioso sentencia “Es palabra

del señor”, y al no hallarse un nivel de reclamación por encima de la voluntad divina,

todo lo demás queda relegado a una condición inferior.

Para el soberbio la caída siempre es una tragedia que no pueden superar en su vida, ellos

son blancos del desafío por que van en la punta en materia de autoestima y búsqueda de
la gloria, ya que a los tímidos y los humildes no son presa apetecible porque han dado

por sentado desde antes que serán derrotados.

En otro extremo del continum están los estoicos quienes sencillamente no desean ser

fuertes, y se resisten a los aplausos. Dicen: “Cuando te levantes cada día, no pienses si

vas a ser emperador, piensa: hoy debo cumplir bien mi tarea de hombre”. Según esta

concepción, la tarea humana es lo más alto a lo que un ser humano puede aspirar.

Finalmente, ¿cuál sería el remedio para la soberbia? Santo Tomás de Aquino indicó en

su momento “ante el deseo de alto honor y gloria” anteponer humildad que es el

reconocimiento que de nosotros solo tenemos la nada y el pecado. En síntesis ser

realistas, ya que el extremo de humildad también nos coloca al margen de la realidad.

San Agustín en sus Confesiones dice: “Cuando yo me considero a mi mismo, no soy

nada; cuando me comparo valgo bastante”. Podemos interpretar que cuando analizamos

lo que queremos ser, nuestro ideales, nuestros bienes, etc. estamos por debajo de lo que

creemos y queremos; pero cuando miramos a nuestro alrededor, “la cosa no está tan

mal”. Por ende, el extremo desordenado de humildad es tan pernicioso como la

soberbia.

La humildad es fuerza, por que al humilde le apoyan todos, mientras que al soberbio

sólo le acompaña su nada.

La Gula
“Si te abandonas al deseo de la comida ya nada te bastará para satisfacer tu placer: el

deseo de la comida, en efecto, es como el fuego que siempre envuelve y siempre se

inflama. Una medida suficiente llena el vaso, mientras un vientre desfondado jamás dirá

“¡basta!”. La extensión de las manos puso en fuga a Amalec y una vida activa elevada

somete las pasiones carnales”.

Evagrio Póntico

“El cuerpo indigente es como una caballo dócil que jamás desensillará al caballero: éste,

en efecto, dominado por el freno, se somete y obedece a la mano de quien sujeta las

riendas, mientras el cuerpo, domado por el hambre y las vigilias, no reacciona por un

pensamiento malo que lo cabalga, ni relincha excitado por el ímpetu de las pasiones.

Evagrio Póntico

La gula es definida como ansia desmesurada por los alimentos, es un afán de asimilar

todo por vía digestiva. El problema es cómo ingerir nuestros alimentos para vivir

satisfactoriamente. Es igual de ominosa la obsesión de comer que vivir evitando las

calorías, la gula es considerada un pecado porque mientras algunos tenemos la suerte de

deleitarnos con platos diversos y abundantes otros no disponen ni siquiera de un mínimo

de alimentos para sus hijos. Dicho de otra manera es “comer totalmente desligado del

hambre de tantos otros”.

Con la gula se denota la falta de los que los antiguos llamaban cura sui que no es más

que el cuidado de sí mismo que debemos observar. “No coma usted más de lo que le

conviene o aquello que pueda sentarle mal”


Los alimentos son considerados por los teólogos cristianos, como producto de la

providencia divina, pero la concuspisencia, es decir, el apetito desmesurado con el único

fin del deleite es considerado pecaminoso. Para la Iglesia la gula se transforma en

pecaminosa cuando facilita el desarrollo de otros vicios como el robo, cuando se utiliza

el vómito para seguir comiendo, cuando es el único objetivo de la vida, o cuando

conduce a la lujuria o la blasfemia.

Los islamitas utilizan el término tammeac que quiere decir “angurriento”, que padece de

inanición o gran desánimo (Wordreference, VERSIÓN ELECTRÓNICA), para definir la actitud

de la persona que sólo le interesa llegar primera, comer más y no pensar en los otros, en

el argot popular venezolano sería equivalente a lambusio, e indica que la persona es

egoísta. La función del ayuno es crear una práctica que ayude a la templanza y que debe

ser practicada por todos los hombres por igual, a excepción de la edad o la enfermedad,

nadie tiene excusa para irrespetar el ayuno. Esta práctica trae beneficios psicológicos ya

que además de experimentar el hambre y la sed, el individuo tiende aponerse de mal

humor, por lo que está ejercitando la virtud contra la gula.

Abboud citado por Savater describe que hoy día la gula no sólo se encuentra en la mesa,

sino que además está en el supermercado, y se vincula a todo lo que se compra. El

puritanismo infringido al acto de comer, es el otro extremo del problema, como la

afirmación de que existe la necesidad de sustraer todo placer al acto de comer.

Resulta interesante, la cantidad de expresiones populares relacionadas con el amor que

hacen alusión a la comida, por ejemplo: “Te comería a besos” “Estás para comerte”. El
comer es simbólicamente una forma de apropiarse rápidamente de algo,

metafóricamente alude a la posesión absoluta.

El judaísmo se opone a la comida rápida porque la acción de comer es un “acto de

santificación”, “compartir la mesa es algo sagrado”. Después de la destrucción del

templo de Jerusalén en el año 70 d.C. el hogar se convirtió en el templo y la mesa

simbólicamente es el altar de sacrificios, de manera que en ella se coloca lo más

cercano, lo que más se quiere que es justamente el alimento compartido con el otro, por

esa causa la mesa es un lugar sagrado, y da en última instancia, un sentido de

sacralización a la comida. Lo importante, mas allá del plato servido, es a forma como

los comensales se aproximan a dicho plato. La comida tiene entonces dos momentos: la

bendición previa de los alimentos y la posterior, donde hay un respetuoso

reconocimiento de que es Dios quien provee los alimentos, y él mismo, que nos

posibilita que lo compartamos junto con la naturaleza, algo que la cultura transforma en

comida. La acción de gracias tiene como finalidad aplacar nuestra tendencia a la

omnipotencia.

Epicuro de Samos se manifiesta a favor del placer que puede propinar un buen plato,

pero lo que no es comprensible es trabajar horas extraordinarias, ni obedecer a jefes

hostiles con tal de conseguir dinero para comprar manjares, en otras palabras, “beber

agua de un río quitará la sed. Pero si tu quieres un Burdeos en una copa de oro, la

satisfacción dependerá de lo que te cueste en actos no placenteros”.

El deseo por la comida tiene mucho que ver con el estilo de vida de cada uno,

particularmente el hombre promedio tiende a fantasear con platos relacionados con su


cultura, el venezolano por ende tiene grabado en su memoria olfativa el olor de las

arepas, las hallacas, las caraotas negras y hasta hay quienes deliran por un “dulcito de

lechoza”.

Sentarse a la mesa es un símbolo de fraternidad. Un dicho popular cuando alguien

defrauda la amistad alude a este hecho: “Pero cómo iba a imaginar que me haría esto…

si me he sentado a su mesa y he comido con él”. Simbólicamente comiendo se genera

un vículo donde se mira compasivamente al otro.

En la vida política los banquetes han sido muy popularizados, y es característico en el

argot popular el gordito bonachón, Shekespeare lo retrata en el verbatum de César en su

obra Julio César:

“Quiero tener a mi alrededor hombres gordos, de cara lustrosa, y de los que duermen

bien por la noche. Ese Casio tiene aire macilento y hambriento: piensa demasiado.

Hombres así son peligrosos”

Los grandes banquetes han sido símbolo de bienestar económico remitiendo a los

banquetes y las fiestas ofrecidas a los dioses por la cosecha.

En una comida bien elaborada para Anthony Burgués pasan todas las etapas del

desarrollo del planeta. “La sopa primordial de la que según Oparín brotó la vida, los

peces y las aves inaugurales, la chuleta de algún mamífero y, para concluir, los quesos y

la sofisticada repostería que está relacionada con el arte y la cultura de los últimos en

llegar a la tierra: los humanos. Todo ocurre en la mesa pasa y se asimila”.


Con respecto al vino, este es un elemento cuya ambigüedad refleja las dicotomías de la

naturaleza humana, es estudiado, adorado y repudiado. In vino, veritas alude a ser

amigo de corazón de la autenticidad con la cabeza y con el paladar. Remite a Dionisos

dios de la emocionalidad, reprimido y confinado a la sombra por la sociedad.

La gula se ha convertido en un pecado estético y dietético, nunca se es lo

suficientemente rico, ni lo suficientemente flaco, las personas no ven la gula como un

pecado ético, sino como un pecado estético, encontrándonos con un fenómeno que tiene

que ver con la naturaleza humana. Los animales dejan de comer una vez terminado su

ciclo vital. Un ejemplo son las hembras del pulpo que después de desovar pierden el

interés por el sexo y la comida. Cuidan sus huevos y una vez que nace la cría mueren.

La hembra, es portadora de una glándula que al extirpársele provoca la extinción de la

conducta, con la consecuencia lógica de descuido y pérdida de la cría, lo que se

convierte en un amenaza para la continuidad de la especie.

Los seres humanos podemos cuidar los hijos, comer y hacer el amor sin tener que

sacrificar ninguno de estos placeres.

La Avaricia

Amasar una gran fortuna, a costa de lo que sea, no es el mejor de los objetivo, pero en la

sociedad actual tampoco es un delito. En la antigüedad, la persona “ahorrativa” que era

vigilante de la economía familiar, era considerada virtuosa en contraposición con el

“manirroto”. El avaro era el que ahorraba en forma bizarra, desatendiendo el cuidado de


sus familiares y de sí mismo. El único interés del avaro era el acumulo de dinero, sin

ninguna finalidad. “Lo característico del avaro es que esteriliza el dinero, que en lugar

de estar en movimiento queda paralizado. Así convierte un elemento fluido y útil en

algo totalmente inservible”. “El avaro pone su seguridad en el acaparamiento, y

defiende esa seguridad no gastando”

Para Abboud, el ser humano puede ser avaro no sólo con el dinero, sino también en el

trato y en la cordialidad.

La usura es otra cara de la avaricia, el usurero es aquel que utiliza el dinero para obtener

más dinero, pero en la actualidad es una situación generalizada en las operaciones

bancarias. En el Islam la usura está prohibida por la Escrituras y equivale a ser escupido

por el Demonio. En estos tiempos nos hemos acostumbrado a esta forma de comercio.

Nuestra época está signada por el orgullo que profiere ser adinerado, está bien tener

dinero y no se necesita justificación, no es necesario por tanto, tener cultura. Los falsos

héroes son los poderosos adinerados. Nuestro mundo dominado por la cultura

anglosajona prepondera el dinero y el utilitarismo. Nuestra sociedad es altamente

consumista y el sistema considera un atentado frenar el flujo monetario. Hoy en día la

riqueza se exhibe, mientras que antes estaba cubierta de pudor. La diferencia entre un

individuo consumista “gozador” y un avaro, es que a éste le importa lo que puede

obtener con un cheque, en tanto que el avaro endiosa el cheque, y no le importa lo que

puede obtener con él.


En cuanto a la mencionada esterilidad del dinero, deberíamos saber que por mucho

dinero que se tenga, después de haber comido las tres comidas diarias, de ejercer la

sexualidad con sensatez y de conocer algunos lugares del mundo, no es mucho más lo

que se puede obtener. Lo que sucede es que mientras el dinero está en la cartera las

posibilidades de lo que se puede conseguir son infinitas, pero una vez logradas, éstas

pueden ser decepcionantes.

Aboud comenta que es necesario no perder de vista la trascendencia, a la vez que se

disfrutan los placeres del mundo. Lo importante es no caer en la desmesura de endiosar

el dinero, de modo que depositado en una cuenta bancaria o en acciones sean lo único

capaz de dar la seguridad y la paz que en otros individuos se proyectan sobre una

entidad superior. “El dinero puede ser nada y todo al mismo tiempo. Puede

transformarse en el pasaje para tener compañía, supuestos amigos o amores, y construir

una vida en base a lo que se tenga”. Lo indicado es lograr un equilibrio. Si una persona

lo abandona todo, cualquiera que fuera su excusa, por ejemplo, dejar su familia y hacer

votos de pobreza, habrá fracasado socialmente. El hombre debe cumplir sus labores,

vivir y desarrollar sus potencialidades para encontrar a Dios de esa manera. Lo que daña

a gran escala, lo hace también en pequeña escala. Es como una receta “lo que hace bien

a otros, también hace bien a uno mismo”. Todo con mesura, rezar es bueno pero

paralizarse es contraproducente con respecto a otra obligaciones que tenemos como

seres humanos.

En la tradición Judía según Goldman, no existen votos de pobreza, pero sí la limitación

del voto de riqueza, es precisa la satisfacción con lo que se tiene y no la búsqueda


excesiva de lo que se puede tener. En Biblia ( VERSIÓN ELECTRÓNICA) el libro de Reyes,

comienza en el primer capítulo de la manera siguiente:

“1
Cuando el rey David era viejo y avanzado en días, le cubrían de ropas,

pero no se calentaba. Le dijeron, por tanto, sus siervos: Busquen para mi


2

señor el rey una joven virgen, para que esté delante del rey y lo abrigue, y

duerma a su lado, y entrará en calor mi señor el rey. Y buscaron una joven


3

hermosa por toda la tierra de Israel, y hallaron a Abisag sunamita, y la

trajeron al rey. Y la joven era hermosa; y ella abrigaba al rey, y le servía;


4

pero el rey nunca la conoció.”

Y en el segundo capítulo se reseña su muerte así:

“1
Llegaron los días en que David había de morir, y ordenó a Salomón su hijo, diciendo:

2
Yo sigo el camino de todos en la tierra; esfuérzate, y sé hombre. Guarda los preceptos
3

de Jehová tu Dios, andando en sus caminos, y observando sus estatutos y

mandamientos, sus decretos y sus testimonios, de la manera que está escrito en la ley de

Moisés, para que prosperes en todo lo que hagas y en todo aquello que emprendas;

4
para que confirme Jehová la palabra que me habló, diciendo: Si tus hijos guardaren mi

camino, andando delante de mí con verdad, de todo su corazón y de toda su alma,

jamás, dice, faltará a ti varón en el trono de Israel.”

El trato dado al monarca es diferente haciendo alusión tal vez que ante la muerte David

es un simple mortal, pudo disfrutar de su reinado mientras estuvo vivo, el límites

reconocido es su propia humanidad: “Yo sigo el camino de todos en la tierra”. Al pasar a

la otra vida no nos llevamos ni lo acumulado, ni lo no disfrutado.


La avaricia es entonces dar al dinero más importancia que la real, Savater piensa que

está bien dejar a los hijos libros, obras, recuerdos, hasta enemigos, pero dejar dinero es

absurdo, dice “Dejar trescientos millones en el banco es perder trescientos millones de

oportunidades de pasarlo bien”. En el fondo en palabras del citado autor, el dinero es la

más melancólica de las cosas que se puede obtener, el día del viaje final podemos decir:

“Que me quiten lo bailado”, insinuando lo que se ha bebido, comido, fornicado y

divertido. Pero imposible que nos quiten el dinero que nos lo hemos gastado en todo lo

anterior.

Sin embargo, la ambición por el dinero es calculable, en tanto que el afán de poder y

gloria son ilimitados. En palabras de Savater, sería mejor entenderse con Al Capone que

con Osama ben Laden. Capone era un hombre ambicioso y poco escrupuloso, sus

métodos totalmente cuestionables tenían como finalidad una vida humana como

cualquier otra. ben Laden no se sabe a qué aspira, es como los nobles de los siglos XI y

XII, que pretendían ser el brazo de firmeza del cristianismo.

El dinero es el más inmaterial de todos los bienes, Según Shopenauer es la felicidad

abstracta. Ser feliz por que tienes una enorme cuenta bancaria es algo completamente

imaginario.

El dinero paralelamente es el elemento más social que existe, las personas que creen en

el dinero sobre todas las cosas esta “enfermas de socialización”. Inicialmente las

monedas eran de oro y tenían un cierto valor intrínseco, pero hoy en día la moneda es

casi un elemento del pasado. La fortaleza del dinero está en la necesidad de intercambio,

que los seres humanos requieran cosas unos de otros. El dinero da acceso a algo que

posee otro y que necesitamos. “El avaro que transforma este acuerdo social en una

especie de adoración, sin reconocer que el dinero es solo un medio, no el fin en sí


mismo”. Si se tratara de un vale que dijera: “Vale por un refrigerador” No sabrías que

hacer con él si no deseas un refrigerador, en tanto que el dinero es solo un número que

da acceso a bienes indeterminados. El avaro gusta de la virtualidad del dinero, pero

pierde de vista la relación humana, y es que en el fondo este recurso técnico es algo de

lo que nos valemos para afrontar una verdad más profunda: “que no podemos vivir sin

los demás”.

En la obra de Shakespeare El Mercader De Venecia Shaylock es retratado como un

avaro, además de la usura que pudiera considerarse vinculada a su profesión y la

modestia de su lugar de residencia, llaman la atención la dureza con la que reclama su

paga una libra de carne lo más cercana posible al corazón, sin embargo declina su

aparente sed de venganza cuando le advierten que sus bienes serán confiscados si

derrama una gota de sangre cristiana y tal vez la máxima expresión de su afán por

atesorar el dinero es cuando después de la fuga de su hija habla con un barquero al que

había contratado par buscarle y dice “Un diamante perdido que me había costado dos

mil ducados… Quisiera que mi hija estuviera muerta a mis pies con las joyas en sus

orejas, el ladrón ha partido con tanto y ha sido necesario dar tanto para encontrar el

ladrón”. Para él es más dolorosa la pérdida de sus joyas que incluso la vida de su hija.

Quien más disfruta de la riqueza es quien sueña con tenerla, las personas adineradas

viven atentas a los problemas y asechos. Pero quien solo sueña, es felicidad pura.

La virtud ante la Avaricia es la generosidad ésta consiste en utilizar bienes en beneficio

de otro cuando pueden ser solo para uso exclusivo. Pero para ejercer la generosidad hay

que tener un cierto poder. Un enfermo Terminal o un mendigo por más que quieran les

faltan fuerzas o recursos. De manera que la generosidad es un atributo de los adinerados

y los poderosos. El límite de ésta es según Mujica, en ¿Cuánto se puede perdonar? En


cuanto a esto debe quedar sentado que podemos disponer de nuestra generosidad,

colocando sobre ella los intereses y sentimientos de terceros que pudieran ser afectados.

Merecen un análisis particular los políticos, quienes a menudo son tan egoístas que ante

la eventualidad de una obra que favorezca a muchos, prefieren que no se realice si es de

un adversario. El dinero no es la causa de su avaricia, si no la notoriedad y la búsqueda

de publicidad, que es en lo que basan su prestigio para obtener más poder. Las

competencias de las ONGs también deben ser evaluadas cuidadosamente para que su

actividad no sea un recurso para un Estado negligente. En última instancia la

beneficencia antes era una forma como las señoras ricas satisfacían su espíritu, hoy

existe una casta de ricos que viven contentísimos de sí mismo y no les preocupa su

conciencia.

La Ira

“La ira es una pasión furiosa que con frecuencia hacer perder el juicio a quienes tienen

el conocimiento, embrutece el alma y degrada todo el conjunto humano”.

Evagrio Póntico (VERSIÓN ELECTRÓNICA)

“La nube que avanza ofusca el sol y así el pensamiento rencoroso embota la mente.”

Evagrio Póntico

“Los zorros hacen guarida en el alma rencorosa y las fieras se agazapan en el corazón

rebelde.”

Evagrio Póntico
La ira es como dice Evagrio Póntico es una pasión arrebatadora que nos convierte en

auténticos salvajes. El pecado de la ira es proporcional al grado de ésta es distinta una

reacción que indique que estamos vivos y que reaccionamos contra la injusticia, que el

arrebato instintivo que nos ciega y nos embrutece.

La ira es una reacción fisiológica, el organismo responde porque está preparado para

esto. El hombre reacciona cuando algo le causa daño, el problema es cuando la ira es un

estilo de vida. Podemos tener una ira creativa y positiva luchando contra la injusticia,

esta ira es diferente a la despertada por el ego o la arrogancia.

La ira es un pecado interesante en la tradición judeo-critiana, puesto que se le puede

atribuir a Dios. Sería impropio hablar de la lujuria, la avaricia o la envidia de Dios. Sin

embargo la divinidad se reserva el derecho de la ira.

En la actualidad cada vez son menores las cotas de paciencia y reflexión, siendo lo más

peligrosa la incursión en un terreno presentado como la ira razonada, donde se excusa

cualquier acción bajo el pretexto de que no hay otra forma de hacer las cosas.

En realidad tiene que haber cierta medida de aprendizaje vivencial para reconocer que la

violencia no es el método más seguro de hacer las cosas. La sociedad según Goldman,

se va conformando permanentemente en el enfrentamiento entre el bien y el mal. El

objetivo no puede ser eliminar el mal, sino combatirlo sistemáticamente. Este combate

lleva a que el hombre pueda ser creativo. La búsqueda ha de ser lo mejor, y así avanza

la civilización moviéndose entre el bien y el mal.


El mencionado autor afirma, “El mal no es erradicable, pero si pueden ser erradicados

los malos. La supuesta pelea contra el mal es eterna y no termina nunca. Cuantas veces

lo bueno se transforma en malo. La historia tiene infinidad de ejemplos, actos y

personajes que en un momento aparecían como buenos y, luego fueron considerados

malos. El poder como verbo es algo que va modificándose y es bueno, pero cuando se

establece y se institucionaliza pasa a ser sustantivo y perverso”.

Para Abboud, la demonización del enemigo, posiciona a quien la hace en el lugar del

bien, y por ende se erige con la posición de la verdad, eliminando esas virtudes en el

otro. Éstos argumentos son básicos para los fundamentalistas y mesiánicos, porque su

objeto no la mejoría del ser humano.

El autor antes mencionado piensa que la ira religiosa y la afectiva son las más

peligrosas. Cuando alguien se siente traicionado pude terminar en un incidente trágico,

igual que cuando se hace la guerra en nombre de Dios. Lo más criticable es que a

menudo el diálogo no es posible.

Para el cristianismo la ira es “un apetito desordenado de venganza” Santo Tomás de

Aquino le llama “Ira por vicio” y consiste en el deseo desmesurado de venganza donde

el cumplimiento de la venganza debe ser a cualquier costo o más de lo que merece,

también cuando deben pagar aquellos que no son responsables del agravio, para

distinguirla de la “ira por celo” cuando el deseo de venganza está moderado por la

razón. (VERSIÓN ELECTRÓNICA). Esta ira “buena” tiende a suprimir el mal.


Las personas de temperamento colérico, reaccionan constantemente, pero no llevan la

ira a un nivel destructivo. En tanto que las personas que tienen un umbral muy alto

suelen reaccionar con gran intensidad después de acumular muchas ofensas. Algunas de

estas personas pueden aguantar con tendencia a reaccionar hacia el prójimo y a veces

contra sí mismos.

Según algunos neurólogos, como Castro citado por Savater, la ira es considerada pecado

capital porque es una situación instintiva que puede llevar a enormes perjuicios. La

violencia puede tener consecuencias inesperadas sobre el objeto desencadenante.

Una persona iracunda anda tropezando con todo el mundo, buscando defectos en todos

y profiriendo maldiciones, pero puedes evitarlo, mientras que la persona con aire de

amabilidad puede irrumpir en un estado de ira difícil de prever y por ende de controlar.

Según Goldman el Día del Perdón es un día ritual en la tradición judía, el que cometió

un agravio debe pedir perdón, si a tercera vez le es negado, el agraviado se transforma

en malvado. En este día Dios perdona, aunque no se vaya a la Sinagoga. Se considera

castigo divino aquellos errores que tarde o temprano se pagan. Aunque no sea de forma

inmediata pues los caminos de dios son insospechados.

La ira realiza a veces la función de motor que pone en marcha una persona, y en

ocasiones es imprescindible para buscar solución, claro está cuando se alterna con

períodos de calma que permitan reflexionar.

Los líderes que proyectan la maldad en una figura demoníaca del enemigo, pretenden

manipular a la masa despertando su indignación. Además los políticos populistas


utilizan la ira en el sentido social, como buen truco para tener control sobre ciertos

sectores. Son aquellos líderes que aseguran que para ayudar a los pobres se debe

castigar a los ricos, e aquí una diferencia entre el deseo desordenado de castigar a los

ricos, hecho que por demás es absolutamente estéril, ya que no mejora en nada la

situación de los pobres. La solución es incluir dentro del sistema aquellos que están

excluidos, generar más riqueza y crear sistemas de distribución que alcancen a todos.

Un punto de reflexión para quienes tienen responsabilidades ante la sociedad es que hay

que realizar mayor esfuerzo para prevenir que vivan como animales a quienes

eventualmente puedan ser juzgados por portarse como fieras.

Una sociedad que tiene un alto umbral para expresar su repulsión ante ciertos hechos

está enferma, pero de igual manera aquella que tilda de “terroristas” a quienes se pasan

un semáforo. También son actitudes enfermizas el hecho de tolerar el maltrato infantil y

el permitir que sus ciudadanos estén amenazados de muerte por haber expresado su

opinión públicamente.

La ira en una sociedad está relacionada con la incompetencia del sistema de justicia.

“Cuando la justicia falla, genera una sociedad iracunda”. En el caso personal está

relacionada con las decepciones, infortunios, trabas, problemas, y frustraciones de cada

persona.

La ira es una especie de droga que aviva, el iracundo experimenta el chispazo de la

adrenalina, sube la energía y tiene la sensación de explotar de indignación. Luego si la

persona es razonable se avergüenza de haberse dejado arrastrar por sus emociones. Lo

ideal es tener una representación humorística como contrapeso a la ira. El colérico se


toma todas las cosas en serio, perdiendo de vista lo que es realmente importante. El

irascible no goza del humor ni siquiera en las situaciones hogareñas.

Savater refiere que los errores involuntarios o lo que es igual a que la ofensa no sea de

mala fe o que se deba a la arrogancia no hay motivos para perder el control.

Desafiar a los dioses genera ira divina. Cuando los dioses crearon a los mortales

mandaron a Epimeteo y a Prometeo a que les dieran facultades distribuyéndolas

equitativamente. Epimeteo repartió velocidad para los más débiles, fuerza a los más

lentos, cubrió de pieles o pelos espesos a aquellos que debían habitar en zonas frías.

Pero en un desacierto dejó al hombre inerme y desnudo en comparación con las otras

especies. Prometeo a supervisar la tarea, robó a Atenea y a Hefesto la sabiduría de las

artes y el fuego y se los obsequió a los seres humanos. Gracias a este regalo la

humanidad pudo reconocer a los dioses, levantar altares, y desarrollarse creando

vestidos, viviendas y armas apropiándose poco a poco de la tierra. Zeus castigó a

Prometeo, encadenándolo en lo alto de una montaña de los montes Caucaso, donde una

enorme águila le devoraba el hígado “por haber cometido el sacrilegio de tocar las

mismas fuentes del ser”.

Prometeo según Mujica pretende generar una cultura independiente de la naturaleza y

pierde. En la actualidad igualmente caemos en hybris cuando el hombre quiere

arrogarse una esencia que no le pertenece al pretender extender nuestra vida biológica

aunque carezca de contenidos.

Todo castigo lleva implícito una venganza, cuando la justicia administra un castigo

proporcionado, exento de ferocidad, denota equilibrio, y permite que el que ha sufrido

un daño se serene. Pero cuando el afán de castigo lleva hasta prácticamente la


destrucción del otro, es algo desmesurado. Y en este caso la importancia no radica en la

importancia del hecho, sino en la enorme importancia que el agraviado da a su ego. En

este caso la ira está rayando con la soberbia.

La cuestión del castigo debe ser razonablemente evaluada. Si nos remitimos a la Ley del

Talión” de la tradición judía “ojo por ojo y diente por diente”, habría que considerar que

no es igual la pérdida de un ojo en una persona que solo posee un ojo, por lo tanto el

castigo debe ser sometido a consideración.

La justicia no siempre tiene que ver con la ley y el juez debe singularizar cada caso,

existen escuelas de derecho en las que prevalece el castigo, en tanto que otras buscan la

regeneración. En el caso de la pena de muerte se trata de justicia sin misericordia.

La violencia intradomiciliaria es también un una manifestación de la ira, donde en

nombre de un supuesto amor se puede llegar a la tortura. El ensayista español Sánchez

Felosio dice que el iracundo hace una cosa temible: “cargarse de razón”. Aparece

entonces la Santa Cólera que remite a la ira de Jesús en el templo, y quienes toman ese

camino pueden concretar desastres terribles. Sánchez citado por Savater expresa: “Para

que una persona normal quiera cometer cualquier atrocidad, basta que crea tener

razones para ello”. Por ejemplo los Nazis eran unos monstruos, pero ellos sólo cumplían

su trabajo.

Resguardados en la ira, exageramos la importancia de nuestros deseos y por

consiguiente a los factores que nos son contrarios. El iracundo imagina que sus

propósitos son fundamentales para la humanidad. Por ejemplo los conductores que

insultan, provocan e incluso se van a las manos con cualquiera que se les adelante o

se les cruce en la vía, ya que lo evalúan como un ataque personal. Concluyen pues,
de que se trata de algo intencional y malicioso por parte de los demás. Hay

personas que llegan a extremos de enojarse cuando consideran que la lluvia es una

embestida de la climatología contra sus planes de disfrutar de un fin de semana. La

historia nos muestra también este tipo de personajes. El rey Jerjes de Persia había

resuelto invadir Grecia. En el estrecho de Helesponto mandó a formar un puente

con su flota para que pasara el ejército, pero el mar embravecido destrozó la obra.

Jerjes, enfurecido, ordenó azotar trescientas veces con cadenas a las aguas y luego

a marcarlas con hierro candente, posteriormente dijo: "Agua salada, tu dueño te

castiga por haberle ofendido", y dictaminó decapitar a quienes realizaron el puente.

La ira hizo perder los estribos al monarca, quien obró en venganza contra el mar

que había decidido fastidiarlo.

Lo que se opone a la ira es la paciencia. Según Mujíca citado por Savater la

paciencia se transforma en complicidad cuando no se responde ante actos

injustos. La paciencia es una elección subjetiva y llevada a un extremo de la

inacción, en lugar de ser un ejercicio de virtud o un bien mayor para todos, se

transforma en algo que no permite llevar la vida a plenitud.

Las virtudes no son más que diferentes formas de realismo, mientras que los

vicios son simplemente el producto de una mirada poco realista. En los vicios

uno se considera más importante que los hechos mismos, y que consecuencias de

dichos hechos en terceros.

También existe una “paciencia constructiva”, relacionada con la conciencia de que

muchas cosas no pueden cambiarse de un día para otro. Por lo tanto, si el sistema

financiero es injusto, es mejor proponer medidas y leyes que quemar los bancos

con los banqueros adentro. Por supuesto que esto llevará más tiempo, pero será
más eficaz para la sociedad en general. La paciencia es constructiva cuando difiere

una reacción violenta o perniciosa, hasta encontrar alternativas. No obstante si se

trata de simple apatía o resignación puede ser, algunas veces, más nociva que la

ira.

“La paciencia es operativa cuando piensas que la espera, finalmente, llevará a que

puedas intervenir en el cambio de circunstancias y mejorar la situación. Pero en el

momento en que pierdes la esperanza de lograr un cambio, entras en el peor de los

mundos”.

La paciencia razonable también se relaciona con quien tienes adelante. Cuando

Lord Halifax, ex virrey de la India, visito a Hitler siendo secretario de la Oficina

de Relaciones Exteriores británica, el canciller alemán manifestó no comprender

lo que sucedía en la India, el hecho de que un imperio como el inglés fuese

puesto en jaque por Mahatma Ghandi. Lord Halifax explicó el peso y la irra-

diación moral que encarnaba Ghandi. Hitler le interrumpió: "Usted escoge a dos-

cientas personas y se las fusila delante del resto; si continúan las protestas al día

siguiente, usted fusila a cuatrocientas, y así hasta terminar el problema". Lo que

sucedía era que la paciencia de Ghandi precisaba también de la paciencia de Lord

Halifax. Contrariamente, todavía existe polémica sobre la responsabilidad del

Gran Consejo Judío con respecto al del Holocausto, ya que manda tener paciencia

y no enfrentar a Hitler. La paciencia en el judaísmo, según Goldman citado por

Savater, es un hecho dinámico, no pasivo. Implica tener la inteligencia y la

sutileza para saber cuando actuar.

La impaciencia es característica de la juventud, en el puer frase característica es:

"Esto no puede ser", pero la verdad es que puede ser, simplemente porque es
La Lujuria

Un semblante embellecido de mujer hunde más que un oleaje marino: aún así, éste te da

la posibilidad de nadar si quieres salvar la vida, mientras que la belleza femenina, tras el

engaño, te persuade de despreciar incluso la vida misma.

Evagrio Póntico

Acércate al fuego ardiente antes que a una mujer joven, sobre todo si tú también eres

joven: en efecto, cuando te acercas a la llama y sientes una buena quemazón, te alejas

rápidamente, mientras que cuando eres seducido por las charlas femeninas, difícilmente

logras darte a la fuga.

Evagrio Póntico

La lujuria es tal vez el más escandaloso y el más tentador de los pecados.

“Gracias a ella, todos vinimos al mundo”.

Si hay algo bueno en la lujuria es precisamente el placer. El placer es bueno, sano

y recomendable. El lado oscuro sería el perjuicio que podamos infringir en los

otros para conseguir goce. El abuso a la inocencia de los niños o de gente que por

su situación económica tiene que someterse, es censurable. La sexualidad no es

un instrumento meramente reproductivo, sino que es una fuente de relación

humana y de placer en un mundo donde las alegrías no abundan. En la antigüedad

se consideraba pecaminoso al placer, ahora en una visión progresista de la

sexualidad se considera dañino el dolor como resultado del abuso.

Saló o los 120 día de Sodoma es una película de Pier Paolo Pasolini que se desarrolla en

la República de Saló ebtre 1944 y 1945, está basada en el libro Los 120 días de Sodoma
del Marqués de Sade y cuenta la historia de cuatro hombres poderosos llamados el

Presidente, el Duque, el Obispo y el Magistrado, está dividida en cuatro secciones

que hacen paralelismo con el infierno de Dante: El Anteinfierno, El Círculo De Las

Manías, El Círculo De La Mierda y El Círculo De La Muerte. La película presenta un

escenario de abuso aparentemente a menores de edad, tortura y humillaciones a las que

someten a dieciocho jóvenes secuestrados, nueve hembras y nueve varones,

cuidadosamente seleccionados. Finalmente el abuso llega hasta el asesinato a quienes se

rebelan a colaborar con sus captores. En todo este cruento escenario los hombres

poderosos son ayudados por cuatro prostitutas que hacen relatos con la finalidad de

excitarlos. Es una película que muestra el aspecto más oscuro de la sexualidad, el abuso,

la humillación, la violación, la tortura en jóvenes inocentes secuestrados y sometidos

con la única finalidad de obtener placer.

Jacobo Benigno Bossuet citado por Savater comentar en su Tratado de la

concupiscencia la primera epístola de San Juan: "No améis al mundo, ni las cosas

que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él.

Porque todo lo que hay en el mundo es concupiscencia de la carne, concupiscencia

de los ojos y soberbia de la vida". Bossuet detalla los horrores del cuerpo pecador,

decía que el mal se encontraba asociado a la carne. Nuestros sentidos son endebles

como lo demuestran la glotonería insaciable, la curiosidad exacerbada, la

soberbia y el amor propio.

Goldman por su parte reseña que la diferencia entre el hombre y el animal no es

la capacidad racional, sino el hecho de prostituirse. El animal no tiene capacidad

de conseguir con el cuerpo otro beneficio que sea el placer sexual.

Abboud dice que desde el punto de vista islámico, el acto sexual es algo
íntimamente ligado a la procreación. Pero no está proscrito disfrutar del sexo por

supuesto, siempre dentro del matrimonio. De hecho, es una religión que plantea

la sexualidad, y que tiene toda la carga de la poligamia.

Hoy día se plantea el sexo como un producto, y pasa a ser a veces un mandato en

nuestra vida, lo que trae como consecuencia la búsqueda de la juventud y el

atractivo físicos, para estar dentro del circuito del sexo.

A luz de nuestra sociedad actual hay que poner el acento en el respeto al otro. El

sexo no debe ser utilizado como instrumento de dominación, opresión, maltrato y

exigencia, el otro no debe ser tratado como un objeto. La castidad solo da el

prestigio de la no acción. La renuncia total le da una importancia enorme al sexo,

pues para sea una cosa prestigiosa hay que estar pendiente del tema en forma

continúa. Y así, se convierte la obsesión sexual en un absoluto. Es una negación

que glorifica al sexo. La virtud de la renuncia enaltece aquello que resigna. Un

individuo con una que disfruta de una sexualidad normal no hace del sexo el tema

central de su vida.

Actualmente es peligroso el abandono del “para qué” reproductivo del sexo. Las

parejas quieren disfrutar de su relación y tener hijos dentro de un ámbito de

comodidad personal, disminuyendo peligrosamente la tasa de natalidad en

sociedades desarrolladas. A partir de esta decisión de no procrear se acopla la

inmigración, tema polémico en toda Europa. Los inmigrantes están aportando los

hijos que los europeos se niegan a tener con la emergencia de los consecuentes

cambios socio-culturales y económicos.

La verdad es que una vez obviada la procreación los juegos que pueden generarse
son infinitos: relaciones heterosexuales indiscriminadas, relaciones homosexuales y

distintas parafilias. Se abre entonces un abanico de posibilidades consideradas

según la tradición cristiana como pecados: fornicación, estupro, rapto, incesto,

sacrilegio, adulterio, polución voluntaria, sodomía y bestialismo.

Por supuesto que el ejercicio de la sexualidad debe tener límites se corre el

peligro de convertir al sexo en una obligación. Hay parejas que llevan una

relación precaria en la búsqueda de orgasmos simultáneos o por separado,

atormentados por si saben o no dar placer, ensayando posturas en una pesquisa

forzada de proezas, con expectativas irreales que acarrean a la larga frustración.

Según Savater, el sexo se transforma en algo igual que el dinero para los

norteamericanos, un objeto al que hay que sacarle todo el rendimiento posible. El

sexo entonces, ha dejado de ser un recreo, un acto lúdico, para transformarse en un

ejercicio al que se va horrorizado.

En los humanos a diferencia de otras especies llama la atención que el acto de la

reproducción tiene una condición tan particular, porque podría ser como la

respiración, que uno la haga sin enterarse. A diferencia de la mayoría de los

animales, los humanos no tienen período de celo, por el contrario pareciera estar

permanentemente en celo, de manera que a la postre se le olvida la razón básica

del sexo, que es la reproducción. El sexo es por tanto, un objetivo primordial. Un

elemento que desaparecido restaría interés a la vida. Las yeguas pierden el interés

en el macho luego que han quedado preñadas. Cuando el caballo intenta montarlas

nuevamente, esta no lo permite una vez finalizada su necesidad, que es continuar

la especie.

El sexo y el placer fueron asociados a la divinidad. La palabra sacer, de la cual


deriva "sagrado", significa "intocable”. Hubo culturas para las que el lugar de

intocables correspondía a las sacerdotisas, a las prostitutas sagradas. Los ritos de

fertilidad fueron de carácter sexual y estaban dedicados a la Madre Tierra. En

Mesopotamia, los sacerdotes tenían relaciones con las sacerdotisas en lo más alto

de sus templos. Los sumerios iniciaban a las jóvenes que eran llevadas por sus

propias madres. El celibato era considerado antinatura. En Babilonia las mujeres

debían hacer el amor con un hombre desconocido por lo menos una vez en la

vida, dentro del templo de la diosa Ishtar. En Grecia los cultos a la diosa Afrodita

concluían en grandes orgías, que eran protagonizadas por las hetairas.

Aunque parezca indecente, no había lugares donde se mostrara más sinceridad

que en las orgías. Allí se mostraba con honestidad la condición natural del

hombre. Una orgía es un "festín en el que se come y bebe inmoderadamente y se

cometen otros excesos". Las orgías dedicadas a Dioniso o Baco fueron

inicialmente, verdaderos rituales del amor. En ellos se hacían ofrendas a los

dioses para propiciar sus favores, en forma de fertilidad femenina y terrestre. Al

transcurrir de los años estas celebraciones perdieron su carácter religioso y se

transformaron en un exceso hedonista. Es característicamente famoso el caso de

las orgías del Imperio Romano, que llegaron a tener dimensiones monstruosas.

Sin embargo, la prostitución, que constituye el oficio más antiguo del mundo, ha

sido para la humanidad menos nociva que ciertos gobernantes, estadistas y

líderes religiosos.

La Pereza
Cuando lee, el acidioso bosteza mucho, se deja llevar fácilmente por el sueño, se

refriega los ojos, se estira y, quitando la mirada del libro, la fija en la pared y, vuelto de

nuevo a leer un poco, repitiendo el final de la palabra se fatiga inútilmente, cuenta las

páginas, calcula los párrafos, desprecia las letras y los ornamentos y finalmente,

cerrando el libro, lo pone debajo de la cabeza y cae en un sueño no muy profundo, y

luego, poco después, el hambre le despierta el alma con sus preocupaciones.

Evagrio Póntico

El monje acedioso es flojo para la oración y ciertamente jamás pronunciará las palabras

de la oración; como efectivamente el enfermo jamás llega a cargar un peso excesivo así

también el acedioso seguramente no se ocupará con diligencia de los deberes hacia

Dios: a uno le falta, efectivamente, la fuerza física, el otro extraña el vigor del alma.

Evagrio Póntico

Pereza viene del latín Pigritia y este del adjetivo pager que significa lento, tardío,

torpe, pesado(Villalobos, 2007); la pereza es la ausencia de estímulo, de deseo,

de voluntad para atender lo necesario, e incluso para efectuar actividades

creativas o de cualquier índole (Savater, 2005). Consiste en el abandono de la

condición de ser activo y emprendedor. El perezoso dimite sus deberes con la

sociedad, también es perezoso aquel que tiene descuida el proceso de hacerse

más humano.

Renard citado por Savater señala “La pereza no es más que el hábito de

descansar antes de estar cansado”.

En hebreo la palabra “trabajo” se dice avodá, que es la misma palabra que se

utiliza para decir plegaria, oración. Es decir, el trabajo mismo es oración. Cuando

una persona trabaja está desplegando su creatividad, poniendo lo mejor de sí


mismo y entonces también ora. El Génesis es claro a este respecto, “El hombre

fue creado para guardar el mundo y trabajarlo”. Guardarlo en el sentido del

cuidado que debe dispensar a su entorno, y trabajarlo. El trabajo por lo tanto,

sacraliza nuestro tiempo.

La mala fama que tiene el trabajo, pareciera proceder del origen de la palabra,

trepalium fue un instrumento de tortura romano, un trípode donde los esclavos

eran puestos en suplicio. El verbo trepaliare significaba “torturar en el

trepalium”.

Para Aristóteles citado por Villalobos (2007) “No es perezoso solo el que no hace

nada, sino también el que pudiendo ser algo mejor no lo hace. El origen de este

pecado es biológico, los organismos vivos tienden a conservar energía y solo la

gastan en un beneficio tangible e inmediato. La pereza es una congelación de la

voluntad para atender lo necesario, e incluso para la creatividad. Es perezoso

quien renuncia a sus obligaciones con la sociedad, con la ciudadanía, a la cultura,

a su formación, a su crecimiento como ser humano.

Existe además la pereza de la fe, referida a aquellos individuos que pasan el día

rezando, existe una anécdota sobre un hombre que rezaba, mientras su hermano

trabajaba, al ser consultado un profeta, este dijo que el que rezaba era el que

trabajaba.

El antídoto contra la pereza es la voluntad, y a veces la conciencia de necesidad.

La Suma Teológica de Santo Tomás opone a la pereza, la diligencia o actividad.

El ocio, es un tiempo que no se emplea en asuntos laborales. Los romanos

hablaban de ocio y de negocio, el no-ocio. El neg-ocio entonces, tenía que ver


con las necesidades. Las personas que no estaban ociosas eran aquellas que

estaban por ejemplo, trabajando en el campo. El ocio significa en cambio

dedicarte a lo que te gusta. El ocio es lo que se hace sin necesidad de pago, el

negocio es lo que se hace para obtener ingresos (Savater, 2005).

En lo posible las tareas que realizamos en la vida han de ser placenteras, para

que se pueda encarar la vida con gusto y obtener buenos resultados.

La diligencia excesiva y compulsiva, lleva al estrés que bloquea y paraliza, en

cuyo caso es tan nociva como la pereza misma, ya que termina poniendo de

reposo en casa a quien la ejerce. La expresión workaholic se utiliza para quienes

hacen del trabajo el centro de su vida, y descuidan todo lo demás, incluyendo sus

afectos personales. Constituye una adicción en todo el sentido de la palabra. Esta

compulsión ha sido llamada “el dolor que otros aplauden”, ya que estos adictos

son premiados por la sociedad muy usualmente con el éxito. Sin embargo, es una

conducta autodestructiva, en la que el individuo recorre con gran rapidez el

camino hacia la muerte.

En la película El Diablo Viste A La Moda original de David Frankel basada en la novela

de Lauren Weisberger, Miranda Priestly es una exitosa editora de Runaway la revista

más glamorosa de Nueva Cork, ella dicta la moda en el mundo entero a través de su

revista y es considerada un genio por sus compañeros de trabajo, todos la veneran , en

ella se puede observar el “dolor que todos aplauden”, pues detrás de esta mujer que es

una trabajadora compulsiva que se mueve como una jefa exigente, agresiva, frívola y

despiadada, hay una mujer que ha sido perezosa con aspectos importantes de su vida

como son su familia y su propia interioridad.


En la Divina Comedia, Dante citado por Villalobos los denomina “los

desventurados que nunca estuvieron vivos, ‘..las almas tristes de aquellos que

vivieron sin alabanza y sin infamia…’ los cielos los rechazan por no mancharse y

el infierno profundo los evita. El mundo no conserva su memoria, los que

vivieron sin loa y sin infamia”.

El perezoso se ocupa según la elección del momento, lentamente, sin fuerza y sin

líbido, y con prisa para terminar. Goza de hacer cosas fáciles y que le gustan,

pero rara vez se esfuerza en un trabajo meticuloso, sistemático o difícil.

La pereza está vinculada con la incapacidad de aceptar y hacerse cargo de la

existencia tal cual es. La vida se transforma en un “horror”, en una continua

fuente de vacío y angustia de la cual se desea escapar.

El perezoso está aburrido, aburrimiento “ab horreo” significa horro al vacío. Es

miedo a existir, que produce paralización, abulia y apatía.

La pereza debe ser distinguida del disfrute de períodos de ocio, donde la

característica es vivir con agrado situaciones “perezosas” como una siesta, unas

vacaciones que estabilizan o equilibran el exceso de actividad.

En la actualidad la tecnología (Villalobos, 2007) ha abierto nuevos espacios para

la pereza, comenzando por el control remoto, los juegos en computadoras donde

por virtud del Mouse se controla una hiperrealidad con el dedo índice. Navegar

en la Internet es sostén de la fantasía del pecador perezoso. Quedan atrás los

contactos físicos con la música o con el cine accediendo a archivos que han

transformado el arte en algo invisible e incorpóreo.


Aunado a todo este bum de holgazanería, contamos con transacciones virtuales,

para las cuales ya no tenemos necesidad ni siquiera de ir al banco.

La virtualidad permite cometer el pecado más grave que no está enunciado en los

siete capitales, ahorra el mayor de los trabajos que es el trabajo interior, que lo

realiza el hombre al tomar contacto consigo mismo en soledad y, en sociedad.

La Envidia

La envidia, definida como la tristeza ante el bien ajeno, es no poder tolerar que al

otro le vaya bien, anhelar sus goces, fortuna y patrimonio, es también desear que

el otro no disfrute de lo que posee.

El envidioso en el fondo, no hace más que vislumbrar el bien como algo

inalcanzable. La envidia es pues como decía Napoleón Bonaparte una declaración

de inferioridad. Las cosas son valiosas cuando están en manos de otro. El deseo de

despojar, de que el otro no posea lo que tiene, es en la médula del pecado de la

envidia. Es un pecado de no solidaridad, que tortura y maltrata al propio pecador.

Se puede afirmar que el envidioso es más desdichado que malo.

El envidioso vende la idea, ante quienes quieran escucharlo, de que el otro no

merece sus bienes. De esta actitud se desprenden la mentira, la traición, la intriga y

el oportunismo.

En la tradición cristiana, es definida como "desagrado, pesar, tristeza, que se

concibe en el animo, del bien ajeno, en cuanto este se mira como perjudicial a

nuestros intereses a nuestra gloria".

Santo Tomás (VERSIÓN ELECTRÓNICA) establece una diferencia cuando la emoción


que se genera es el miedo ante las posesiones del otro, porque se fundamenta en la

creencia de que algún mal puede sobrevenir.

Mujica dice: "Tengo dos opciones: gozar el bien o no, porque yo solamente

concibo la experiencia del gozo propio. No soy capaz de gozar lo otro. Entonces

necesito que eso que el otro tiene sea mío para poder gozarlo. En la generosidad yo

gozo que el otro lo tenga, y por lo tanto soy más que mí. Soy en ese gozo. En la

envidia todo tiene que estar en mí para ser gozo. Soy incapaz de gozarme en otro.

Lo que a mi me intriga es la importancia que le daban a la envidia en la

antigüedad. Por ejemplo, en la vida monástica el resumen esta en la frase

'Quédate en tu celda y tu celda te enseñara todo. No hay que moverse, no hay que

ir de un monasterio a otro; si quieres irte, estas huyendo. Pero también decían: 'Si

en un monasterio te envidian, cambia de lugar porque no podrás crecer'. Se

tomaba la envidia muy en serio, porque afectaba al individuo".

La persona que envidia desea tener las ventajas del otro, pero a partir de la

concepción propia. Nadie estaría dispuesto a pedir: "Bórrenme a mi y escriban el

otro, por que lo que quiero es ser yo con lo del otro". El que envidia quiere

disociar al otro: quitarle lo que no le gusta y quedarse solo con lo que le gusta, sin

tener en cuenta que todos los bienes y beneficios tienen un costo en la vida.

La envidia por la belleza esta ligada al concepto de belleza lo largo de la historia.

Las esculturas y los grabados prehistóricos muestran figuras femeninas de formas

voluminosas, que expresan el interés por la fertilidad. Los griegos no gustaban de

la grasa ni los senos voluminosos. Era preciso cuidar el cuerpo para conseguir la

perfección estética, que residía en un cuello fino y esbelto, senos pequeños y

fuertes y hombros proporcionados. Los griegos propagaron por Europa productos


de belleza, fórmulas de cosmética, así como el culto al cuerpo y los baños; en

resumen, el concepto de la estética.

Nadie se enorgullece de ser envidioso, de hecho la emulación considerada como

positivo, es el sentimiento de querer ser como el otro. La verdad es que quien

envidia sufre muchísimo. Se envidian a los hermanos por celos con los padres

imaginando que les dan mayores beneficios.

Diderot afirmaba que en las desgracias de los amigos siempre hay un punto de

contento. Lo que no implica que no se le ayude. Pero a veces un mal trago ajeno

trae la frase "Gracias a Dios que no fue a mí". Esto nos hace imaginar que existe

una especie de relación entre los males y los bienes que vienen en un número

determinado.

Si yo deseo algo que no tengo, es porque lo posee otro posee otro. Llegamos a

sentir que no hay otro coche más que "ese" para tener. Lo mismo ocurre con el

mal: si al "otro" le ocurre algo, de alguna forma uno se ha librado de "ese"

problema.

Hay gente que no come bien, pero tiene trajes costosos y un automóvil de lujo

porque esos son los elementos que provocarán envidia en los demás. No se busca

tener lujos auténticos, sino solamente estar en la vitrina para ser admirado.

Para Abboud, "la envidia es como un jarabe amargo: cuando uno lo toma,

difícilmente pueda sacarse el sabor por mucho tiempo. Nunca es causa de

felicidad, sino de sufrimiento. La envidia esta relacionada con aquello a lo que no-

sotros creemos que podemos acceder. Es más fácil tenerle envidia al vecino que se

compro un coche ultimo modelo que al cargo de zar de todas las Rusias. En el
modelo islámico, la envidia es un elemento que enferma el corazón. Le gente

envidia el éxito, el reconocimiento, el dinero o la belleza. No envidiamos cosas

esenciales: por ejemplo la salud o la fe del otro. La envidia se combate luchando

contra el ego. Porque justamente es la posibilidad que tenemos de ser artífices de

nuestro destino, en la creencia de la misericordia de Dios”.

La envidia produce temor en los envidiados, llegando a pensar que aquellos que

los envidian quieren. La propia naturaleza de la palabra in-video significa,

literalmente, "el que no puede verte". El bienestar del otro es un detonante.

Cuando la persona es maliciosa y quiere ver sufrir a sus enemigos, disfruta con la

envidia.

En la actualidad, los medios de comunicación fomentan el desarrollo de la envidia.

No hay programa o revista de actualidad que no muestre la felicidad de una pareja

mediática, las vacaciones por el caribe de incipientes modelos o el la casa de la

estrella de turno. El periodista argentino Jorge Rial, experto en el mundo del

espectáculo, asegura: "La envidia a los famosos esta basada en una realidad ficticia.

Se codicia la imagen que ellos proyectan, no lo que son. Se envidia algo que

realmente no es”.

El personaje Iago de la obra de Shakespeare Othelo, El Moro De Venecia es un

hombre envidioso y malicioso que trama una venganza porque Othelo no le dado el

puesto de lugarteniente prefiriendo a Casio, es un personaje intrigante, calumniador,

traidor, totalmente poseso, irreflexivo disfruta su tramoya hasta llevar a Othelo a la

tragedia.

Muchas veces, se envidian situaciones idílicas sobre las que no se tiene suficiente
información. Montaigne destacaba la envidiable sencillez natural de la convivencia

de los pueblos considerados salvajes. Rousseau, Diderot, Giambattista Vico y Sade

vigorizarían estas teorías, basadas en la envidia al estilo de vida salvaje.

Mantuvieron el mito de la convivencia fundada en la tolerancia y en la paz,

sensualmente rica pero sin impudicia, abundante en bienes comunes, que eran de

todos y al mismo tiempo de nadie. Pero la envidias tiene que ver con los deseos de

cada uno. Ante a esta corriente de envidiosos de una forma de vida, se alzó- el

urbano y progresista Voltaire, cuando le dijo a Rousseau: "No me hará usted andar

en cuatro patas a mis años, ni me convencerá de las alegrías sin disturbio de la

selva. No me gusta comer bayas silvestres y me aburren los monos. La felicidad es

una buena cena, compañía, conversación agradable, una hermosa función de teatro:

la noche de Paris".

Para Borges, el tema de la envidia es muy español, los españoles para decir que

algo es bueno, dicen: "Es envidiable".

EL CHIVO EXPIATORIO DE LA SOMBRA COLECTIVA

En la película Los Fantasmas de Goya de Milos Forman a través de la historia de un

grupo de personas que viven en España en el Año 1792 se cuenta una trama que muestra

la dinámica del chivo expiatorio en quien es proyectada la sombra colectiva durante los

últimos años de la Inquisición Española, aquí se pone de manifiesto la mano dura de la

Iglesia, representante de la ira divina con su moral incorruptible que apresa y tortura a

una inocente. El hermano Lorenzo un personaje oscuro que arquetípicamente actúa

como una especie de Hades queda prendado de la belleza de la joven cuando la ve en

una pintura en el estudio de Goya. Posteriormente cuando la joven es apresada su


familia ayudada por el pintor contacta con este personaje sombrío que será tomado por

la lujuria y abusa de la crédula Inés durante su cautiverio, el resultado de esta relación

es una niña. Lujuria y poder son los pecados que han secuestrado el ego del sacerdote,

producto quizá de una sexualidad reprimida por los votos de castidad, unida al inmenso

poder que ostentaba la Iglesia para la época. Años después Napoleón personaje

conocido por su soberbia invade España y dentro de sus seguidores se encuentra

Lorenzo quien ha ahorcado los hábitos, y nuevamente se encuentra vinculado con el

arquetipo del poder.

Goya es el único que desde el principio como lo muestran sus grabados que resultan

escandalosos para la iglesia percibe el mal. Inicialmente ayuda con discreción a la

familia de Inés y luego al reconocer a la joven, la protege e intenta ayudarla a encontrar

a su hija.

Inés termina destruida física y psicológicamente. Engañada, abusada, torturada,

desprovista de todo se convierte en el chivo expiatorio, la víctima de una época

convulsa que marcó grandes cambios en lo político y lo religioso. Confusa, solitaria

desvinculada de su familia y de su razón vaga incansablemente en busca de su hija, ella

admite que incluso ha confesado, y que lo hizo esperando un juicio que nunca llegó.

Lorenzo permanece indolente, niega totalmente la versión de la muchacha y se resiste a

hacerse responsable de ella. Paradójicamente cuando las tropas de Napoleón son

desalojadas y Lorenzo muere, sólo Inés marcha lacónicamente tras el carro fúnebre, ella

hizo una “identificación con el agresor” y termina llorando su muerte.


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