HISTORIA Y EL SURGIMIENTO DE LAS SOCIEDADES CONSTITUIDAS EN EL

EXTRANJERO

Las sociedades constituidas en el extranjero surgieron con la expansión

internacional del capital, como parte de la estructura operativa de las
multinacionales, consecuencia de la globalización económica que permitió la
comercialización de grandes marcas, productos y servicios prácticamente en
cualquier parte del mundo. Muchas firmas poseen en Argentina filiales declaradas
conforme a derecho, que participan así del giro ordinario de sus negocios.

Sin embargo, estas sociedades constituidas en el extranjero comenzaron a

utilizarse con otras finalidades que desvirtuaron la esencia de las mismas, tales
como instalar capitales en lugares de menor presión impositiva -llamados
"paraísos fiscales" - para reducir así las cargas fiscales, encubrir a los verdaderos
propietarios de los activos e impedir el rastreo del origen de los fondos; en suma,
fueron convertidas en un instrumento jurídico clave para la circulación del dinero
sin justificación de su origen. Tales sociedades no vienen a la Argentina para
instalar una industria, un comercio o una actividad de producción e intercambio de
bienes y servicios, sino para ser utilizadas como titulares de inmuebles o para
encubrir otras actuaciones: son las llamadas sociedades riflshore; en ellas
centraremos nuestro análisis, considerando la realización de "actos aislados"
como la compraventa inmobiliaria, el límite de la licitud de su actuación, los
problemas relativos al emplazamiento en juicio, como así también el tratamiento
impositivo nacional y provincial.

El ejercicio de la autonomía de la voluntad no puede afectar derechos de terceros

ni del propio Estado. La protección de los terceros acreedores de la sociedad es el
principio rector de nuestro régimen societario. En nuestro país, esta protección es
otorgada por la inscripción en el Registro Público de Comercio u otros registros
privados que nos permiten conocer la titularidad de las participaciones, cuotas o
acciones de una sociedad y su organización. Por ello es importante determinar los
efectos que producen en el país las actuaciones de las sociedades constituidas en
el extranjero que omiten la inscripción correspondiente en nuestros registros
públicos.

"Respecto de ellas debería imponerse un criterio de paternidad - identificando a

las personas físicas propietarias finales- similar al que no quiere que le realicen un
análisis de sangre para determinar su ADN y la paternidad natural, bajo criterio de
disponibilidad de prueba o prueba dinámica, a quien no quiere exhibir la
documentación de la propiedad de las acciones, su contabilidad y origen de
fondos, entendiendo como sanción que la sociedad ha actuado en fraude a la ley,
con simulación, desestimando su personalidad."