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Catarina Rodrigues Duleba RA: 200910938

Revisión de Confieso que He Vivido de Pablo Neruda

Patria Dulce y Dura

EXTREMISMO Y ESPÍAS

Pablo Neruda habla sobre el extremismo político y dice que en muchas veces, peor que los
extremistas, son los espías. Estos espías son agentes de opositores que se infiltran en los
partidos revolucionarios. En el partido comunista de Chile, fue siempre más difícil la entrada de
estos agentes. Pero las teorías guerrilleristas en América Latina abrieron las compuertas para los
soplones y por eso las dudas acompañaron siempre a los jefes guerrilleros. El autor habla de una
experiencia personal en que conoció a un hombre que acercó a él a través de un ex compañero
de colegio. Cuando el hombre murió, descubrieron que se trataba de un agente fascista.

LOS COMUNISTAS

Neruda habla de los cambios que ocurren en años y dice que todo lucha por cambiar, menos los
viejos sistemas que han nacido de inmensas telarañas medioevales.

POÉTICA Y POLÍTICA

Trata de la vida de Neruda en su casa en Isla Negra. El autor dice que él siempre escribió sin
preocuparse por las definiciones, las etiquetas. Cuando los periodistas le preguntaban sobre qué
estaba escribiendo, que estaba haciendo, dice que siempre hizo lo mismo, la poesía o no, sin
interés en las discusiones sobre estética.

CANDIDATO PRESIDENCIAL

Neruda dice que en una mañana de 1970, el secretario general de su partido y otros compañeros
llegaron a su casa de Isla Negra. Ellos venían para ofrecerle la candidatura parcial a la
presidencia de la república. Hasta el momento todos los partidos tenían su candidato, sólo los
comunistas que no tenían. Era necesario unirse en una aspiración electoral común, apoyando un
candidato único que sería de la Unidad Popular. Cuando él dije que aceptaba, él hice en
entendimiento de que igualmente se aceptaría su futura renuncia, en la convicción de que su
renuncia sería inevitable. Su candidatura salió de Isla Negra en fuego, por lo tanto su presencia
era requerida en todos los sitios.
LA CAMPAÑA DE ALLENDE

Es sobre la candidatura de Allende. Allende surgía como candidato posible de la entera Unidad
Popular. Por lo tanto, Neruda presentó rápidamente su renuncia a candidatura y habló de
Allende para postularse. Neruda dije esto en un gran mitin en un parque. Él conocía al candidato
y estaba contento con su postulación.

EMBAJADA EN PARÍS

Neruda había aceptado el puesto en la embajada en París sin pensarlo mucho. Le gustaba la idea
de representar a un victorioso gobierno popular, alcanzado después de gobiernos mentirosos.
Quería en el fondo entrar con una nueva dignidad a la casa de la embajada chilena, después de
las humillaciones sufridas en la cuando organizó la inmigración de republicanos españoles a su
país. Cada uno de los ex embajadores había cooperado en su persecución y había contribuido a
denigrarlo. Neruda también habla sobre la casa que quedo como embajador con Matilde, que
tenía un estilo salonesco sofocante.

Para Neruda, ser embajador era algo nuevo e incómodo, pero tratabas de un desafío. Por ciento
ochenta años se sucedieron en Chile los mismos gobernantes que lo hicieron lo mismo.
Continuaron los harapos, las viviendas indignas, los niños sin escuelas y los garrotazos contra el
pobre pueblo. Pero Chile había sobrevenido una revolución y eso era lo que le gustaba de su
nueva situación.

Neruda pidió que se llenara el cargo de consejero de la embajada en París con uno de sus
amigos, diplomático de carrera y escritor. Se trataba de Jorge Edwards que aunque pertenecía a
la familia más oligárquica y reaccionaria de su país, era un hombre de izquierda, sin filiación
partidista. Él necesitaba de un funcionario inteligente que conociera su oficio y fuera digno de
su confianza. Durante aquellos dos años de arduo trabajo en la embajada, su consejero fue su
mejor compañero y un funcionario políticamente impecable.

Neruda describe lo período en que la compañía norteamericana pretendió el embargo del cobre
chileno, el nombre de Chile se había engrandecido en forma extraordinaria y todo lo que
acontecía en Chile apasionaba a Francia y a Europa. La simpatía hacia Chile se multiplicó con
motivo de los conflictos de la nacionalización de sus yacimientos de cobre. Se comprendió que
era un importante paso en la ruta de la nueva independencia de Chile.

RETORNO A CHILE

Cuando Neruda volvió a Chile era primavera. Cuando llegó a Chile, la ciudad estaba cubierta de
carteles anticomunistas que chorreaban insolencia y mentira, carteles contra Cuba,
antisoviéticos, carteles contra la paz y la humanidad. Neruda dice que conocía por experiencia el
tono y el sentido de esa propaganda por ter vivido en la Europa anterior a Hitler. Trataba
justamente de el espíritu de la propaganda hitleriana; el derroche de la mentira a todo trapo, la
cruzada de la amenaza y el miedo, el despliegue de todas las armas del odio contra el porvenir.
Para él, cuando el terrorismo fue necesario para la derecha reaccionaria, ésta lo empleó sin
escrúpulos. La operación fue dirigida por un ex general expulsado de las filas del ejército.

FREI

Él autor dice que la oligarquía se transformó en facción fascista. Él habla que había conocido
Frei cuando él fue su colega en el senado de la república. Neruda dice que Frei creyó
indispensable una alianza reaccionaria suya para retomar al poder, pero esto era una mera
ilusión, el sueño congelado de un político ambicioso y frio.

TOMIC

Él autor dice que el hombre más importante entre los demócrata-cristianos, después de Frei, ha
sido Radomiro Tomic. Él lo conoció en su época de parlamentario, en medio de huelgas y giras
electorales por el norte de Chile. De allí había nacido la prensa obrera y los primeros sindicatos,
pero nada de ello habría existido sin los comunistas. Tomic era por esa época la mejor esperanza
de los demócrata-cristianos y su personalidad más atrayente.

En 1964, cuando la democracia cristiana ganó las elecciones que llevaron a la presidencia de
Frei, las cosas habían cambiado mucho. Su campaña se basó en la violencia anti-comunista sin
precedentes, con avisos de prensa que buscaban aterrorizar a la población. Más tarde se supo,
por declaraciones hechas ante la comisión especial del senado norteamericano, que la CIA gastó
veinte millones de dólares en aquella campaña de terror.

Cuando ungido presidente, Frei designó a Tomic como embajador de Chile en los Estados
Unidos. En un momento que todo el país pedía la nacionalización, el gobierno de Frei iba a
renegociar con las empresas norteamericanos del cobre. Frei remachó con nuevos convenios la
entrega de la principal riqueza nacional a los consorcios Kennecot y Anaconda Coppper
Company. El resultado económico para Chile fue monstruoso y el resultado político para Tomic
fue muy triste porque un embajador de Chile en los Estados Unidos que hubiese colaborado en
la entrega del cobre, no sería apoyado por el pueblo chileno.

En 1971, después de renunciar a su cargo de embajador en Estados Unidos, Tomic fue


encontrarse con Neruda en Isla Negra. Él quería una amplia alianza de fuerzas progresistas, la
sustitución del movimiento de unidad popular, bajo el título de Unión Popular, pero el efecto era
imposible. Tomic también había hecho una revelación antes de salir de su casa. Andrés
Zaldívar, el ministro de Hacienda demócrata-cristiano, le había mostrado a través de
documentos la quiebra de la realidad económica del país en ese momento, una catástrofe. Un
mes después de de la elección de Allende, y antes de que asumiera la presidencia, el mismo
ministro anunció públicamente el desastre económico inminente en Chile, pero culpó a la
repercusión internacional causada por la elección de Allende.

ALLENDE

Neruda habla que surgió un movimiento de liberación de gran magnitud que llevó a la
presidencia de Chile a un hombre llamado Salvador Allende para llevar a cabo las reformas y
medidas de justicia inaplazables, para rescatar las riquezas nacionales de los extranjeros. La
gente admiraba y elogió el extraordinario pluralismo del gobierno del presidente Allende en
Chile. Se estaba construyendo con inmensas dificultades, una sociedad con más justicia en
Chile. Del lado de la revolución chilena y del pueblo, estaban la constitución, la ley, la
democracia y la esperanza.

Neruda dice que Chile tiene una historia civil con muchos gobiernos estables, conservadores y
mediocres y pocas revoluciones. Balmaceda y Allende fueron dos presidentes grandes. Fueron
también hombres de principios, empeñados en engrandecer un país empequeñecido por la
oligarquía, por eso los dos fueron llevados a la muerte de la misma manera. Balmaceda resistido
a entregar la riqueza salitrera a las compañías extranjeras, fue llevado al suicidio.

Allende fue asesinado por nacionalizar la otra riqueza subterránea chilena, el cobre. En ambos
casos, las revoluciones fueron organizadas pela oligarquía y por los militares. Las compañías
inglesas en la ocasión de Balmaceda, las norteamericanas en la ocasión de Allende, alentaron y
cubrieron estos movimientos.

Allende era un producto de la lucha de la clase obrera contra el estancamiento y la corrupción


de sus explotadores. Él alcanzó un país que ya no era el pueblo bisoño de Balmaceda y encontró
una clase obrera poderosa que sabía lo que quería. Por tales causes y razones, su obra que fue
realizada en tan poco tiempo es superior a la de Balmaceda y es la más importante en la historia
chilena. Las obras de Allende tuvieron indeleble valor nacional y enfurecieron a los enemigos
de su liberación.

Estas rápidas líneas de las memorias de Neruda fueron escritas a sólo tres días después de la
muerte del presidente Allende. Su asesinato se mantuvo en silencio y fue enterrado en secreto.
La versión de los agresores es que hallaron su cuerpo sin vida, con muestras visibles de suicidio,
pero la versión que se publicó en el extranjero es diferente.

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