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internos provocados por la subida forzada al trono por parte del Rey Don Rodrigo el cual fue
apoyado por la mayor parte de la aristocracia, la cual era la que elegía mediante una asamblea al
rey. De esta forma fue como Witiza el rey anterior fue derrocado y probablemente asesinado, lo
que provocó que algunos no reconocieran como rey a Don Rodrigo si no a Agila II, el poco
probable hijo de Witiza, originando así una división en el reino, la cual termino provocando
conflictos y guerras. Los pretendientes al trono de Witiza decidieron pedirle ayuda a las tropas
musulmanas que se encontraban en el norte de África para vencer al Rey Rodrigo, a lo que Musa
Ibn Nusayr del Califato Omeya, gobernador de África, mandó a Tarik Ibn Ziyad, general
berebere, con un ejército de 7.000 hombres, la mayoría bereberes, para que acudan en la ayuda,
pero con el verdadero propósito de apoderarse de todos los territorios. Una vez que entraron por
Después del triunfo de los musulmanes ante el rey Rodrigo, estos llevaron a cabo la
conquista de la península ibérica la cual se dio de una manera relativamente rápida, al mando de
Tarik y Musa, en menos de 10 años aproximadamente, debido a que los visigodo además de
tener unas estructuras sociales pobres, con un poder fragmentado, estaban sumidos en una crisis
por los recientes conflictos internos. Esta conquista se dio principalmente con el objetivo que
Batalla de Poitiers en el año 732, lo que inicio su retroceso. Los musulmanes ya con la conquista
de la península, decidieron respetar a los nobles aliados de Witiza que conservaron sus
posiciones y rangos, mientras que los nobles cercanos a Don Rodrigo fueron desposeídos de todo
se creó un foco de resistencia que poco a poco fue creando pequeños reinos y se fue expandiendo
ocupando una franja que, a fínales del siglo VIII, ya llegaba desde Galicia a los Pirineos. Muchos
de los cristianos que se quedaron mantuvieron sus creencias bajo el poder político musulmán,
religión.
720 Agila II pacto con los musulmanes quedarse con algunas tierras a cambio de su abdicación.
Una vez que termino la conquista de la península, se inició el emirato dependiente del Califato
Omeya de Damasco que dura desde el año 711 hasta el 756, es decir, se convierte en una
provincia (emirato) más del islam, gobernada por un emir nombrado entre los árabes del norte de
África por el califa (máxima autoridad en lo político y en lo religioso del islam) Omeya residente
en Damasco. Esta fue asesinada en el año 750 en Damasco, lo que provocó un cambio de
dinastía en el que los Omeya son sustituidos por los Abasíes. Los nuevos califas abasíes
como Abderramán- logra huir a la lejana Al Andalus y hacerse con el poder en el año 756. Se
proclama emir independiente de Bagdad, aunque sigue reconociendo la autoridad religiosa del
califa. Creo una administración centralizada en Córdoba. Tras su muerte, el emirato cordobés
étnica y religiosa de su población. En el año 912 hasta el 1031 se dio el Califato de Córdoba, con
el nuevo emir Abd-al-Rahman III, el termina con las luchas internas y dirige expediciones contra
los reinos cristianos formados en el norte los cuales ya eran el reino de León, Castilla, Aragón y
Navarra. Este se autoproclama Califa o Jefe de los Creyentes (unificaba el poder político y
religioso; en el mundo cristiano sería como un emperador y Papa juntos) y rompe la relacion de
Al-Andalus con Bagdad. Durante el resto del siglo X, al-Ándalus se convirtió en un poderoso
estado que controló el Mediterráneo occidental, el norte de África y dominó y cobró tributos
El esplendor del califato termino con la presencia del Almanzor en 1002, el último gran
jefe militar, visir del Califa Hixam II, el cual tomo todo el poder político en sus manos, el califa
solo figureaba, el que en verdad mandaba era el Almanzor. Este realizo varias expediciones,
llamadas aceifas, contra los reinos cristianos del norte, las cuales demandaban más recursos por
parte del ejército que los que obtenían por las expediciones, lo que provoco crisis política,
el año 1031. Los taifas más importantes fueron los reinos de Toledo, Badajoz, Sevilla, Valencia
y Granada.
La falta de unión entre estos, además las luchas que existían entre si y la debilidad militar
fue aprovechada por los reinos cristianos, los cuales querían reconquistar las tierras santas las
cuales ellos creían que les pertenecían porque se consideraban herederos de los territorios de los
reyes visigodos. De este modo los reinos cristianos pasaron de estar en la defensiva a la ofensiva.
El hijo del Reino de León, Fernando I, logró conquistar la antigua capital visigoda, Toledo en
1085, lo que significó un gran avance para los reinos cristianos. Con la sucesiva toma de Toledo,
se les obligó a los reyes musulmanes de los taifas a pagar tributos (impuestos llamados parias) a
los reyes cristianos para que siguieran conservando su reino. Esto logro que la situación de
dominio se invirtiera. Los reinos cristianos a pesar de cobrar impuestos a los reinos taifas no se
contentaron con eso y siguieron avanzando hasta que fueron detenidos temporalmente por los
almorávides, un pueblo guerrero bereber de Marruecos, los cuales habían sido llamados por el
Los almorávides después de conseguir frenar a los reinos cristianos, unificaron Al-
Ándalus, pero la cohesión política duro poco a lo que aparecen nuevamente los reinos taifas, con
los mismos problemas de antes. Más tarde, los almohades otro pueblo musulmán de extremismo
Después de esto los reinos cristianos finalmente decidieron unir sus fuerzas para
definitivamente reconquistar los territorios del sur peninsular. De esta forma los reinos de
Aragón, Castilla y Navarra (León no participó) a principios del siglo XIII derrotaron a los
almohades en la gran batalla de las Navas de Tolosa en 1212, lo que significó el avance de los
reinos cristianos por el sur, quedando solo en el año 1250 el reino de Granada en poder de los
musulmanes. Los principales reinos cristianos: Castilla, Aragón, Portugal y Navarra para
Castilla, Fernando III, reunificó definitivamente Castilla y León (1230) y conquistó Córdoba,
Murcia, Jaén y Sevilla. Su hijo y sucesor, Alfonso X, conquistó Cádiz (1262) y dejó reducido Al-
Ándalus al reino nazarí de Granada, que sobrevivió hasta 1492 como reino vasallo de Castilla.
El periodo que abarca desde principios del siglo XIV hasta finales del XV es una etapa
dedicado a la cultura. Sin embargo, este periodo aparentemente favorable para el desarrollo fue
un reino se enfrenta contra el vecino; a veces, los monarcas luchando contra la alta nobleza y
La otra gran razón de la crisis fue la peste negra (especialmente grave en 1348) y sus
consecuencias que provocaron una enorme crisis económica en toda Europa y también, claro, en
peste. En el siglo XIV, la rivalidad entre dos hermanos por hacerse con el trono provocó una
guerra civil que a la postre supuso una extensión en la Península de la Guerra de los Cien Años.
El rey Pedro I el Cruel tuvo que enfrentarse a su hermanastro Enrique I (hijo bastardo de Alfonso
XI), que compró el apoyo de una parte de la nobleza para disputar la corona a su hermano.
Francia e Inglaterra que combatían en la famosa guerra de los Cien Años entraron en la disputa:
Inglaterra del lado de Pedro y Francia del de Enrique. Al final venció Enrique I que, además,
dice la leyenda, asesino a su hermano. Con él se inicia en Castilla el gobierno de una nueva
dinastía, los Trastamara, que siempre tuvieron que gobernar condicionados por las deudas que
habían contraído con la alta nobleza. Prácticamente durante los siglos XIV y XV el poder de los
nobles fue mayor que el de los reyes hasta que en 1476 la reina Isabel logra imponer el poder de
la monarquía.
A finales del siglo XV, Castilla y Aragón se convirtieron en los reinos más importantes
principalmente por causas políticas, ya que cada uno heredaba sólo él mando sobre su reino
propio, y al final del gobierno conjunto de los reyes católicos, Castilla y Aragón seguirían
independientes. Dentro de la alianza, aunque Aragón era más avanzado que Castilla, quedó
sumido a los intereses de este último debido a su falta de poderío militar y demográfico. Con el
crecimiento del poder, los reyes católicos decidieron poner fin a la Reconquista: en 1482 cayó
Alhama, en 1487 fue Málaga y en 1492 derrotaron al último rey moro en Granada. La victoria
fue sucedida por la expulsión de los judíos del territorio cristiano logrando así España la unidad
religiosa.
La balanza del poder interno español también sufrió cambios por parte de los reyes
católicos. La corona de Castilla tomó una postura autoritaria al arrebatar privilegios de la nobleza
y la burguesía aumentando los recursos políticos de la corona, mientras que Aragón decidió
reafirmar los elementos contractuales de su constitución. En 1476 las Cortes de Madrigal crearon
un cuerpo policial llamado la Santa Hermandad que logró pacificar el campo español, presa de
reemplazo a la nobleza en el ejercicio de las funciones políticas de la corte, y en 1480 las cortes
de Toledo les brindaron un mayor poder, esencialmente para debilitar el poder político de la
nobleza sin afectar sus intereses económicos y sociales. Los reyes querían esencialmente
económicos y sociales
Con respecto a la iglesia, la corona hizo lo posible para someter esta institución bajo sus
Batalla de Covadonga
En el año 711, en la Península Ibérica se había conformado desde hacía más de dos siglos un
reino de la mano de los Visigodos. Estos habían tenido que luchar contra bizantinos en el Levante
Uno de los problemas que va a arrastrar este reino, es que sus monarcas son elegidos de forma
selectiva entre un conjunto de nobles. A veces el nuevo rey no tenía que ver nada con el anterior.
El problema es que este sistema crea disputas y luchas internas que desestabilizan el reino.
En el año 711, el Reino Visigodo se encontraba en una de estas luchas internas. La disputa se
el norte de España contra los vascones, la noticia le llega tarde, pero es capaz de organizar un
ejército de unos 14.000 hombres, muchos de ellos al mando de señores leales a Witiza.
Las tropas musulmanas estaban comandadas por Tariq y contaba con unos 12.000 hombres.
pero antes de esto los flancos de Don Rodrigo se pasaron al enemigo. La traición de los Witiza se
había consumado.
Después de este hecho, los musulmanes cargaron contra las tropas leales el rey, estas se
Los visigodos leales fueron derrotados y Don Rodrigo desapareció, posiblemente muriera en la
batalla.
Batalla de Covadonga
pueblo cristiano al mando del cual se encontraba el rey Don Rodrigo. Este, se había hecho con el
trono después de mantener una fuerte guerra civil con los partidarios del anterior y fallecido líder
Al parecer, los descendientes de Witiza, obsesionados como estaban por conseguir el trono de
«Hispania» -el que consideraban suyo por derecho-, no tuvieron reparos en pedir ayuda a los
musulmanes. «La llamada a fuerzas que podríamos llamar extranjeras para conseguir el poder o
afianzarse en él no era nueva (…). En las ocasiones anteriores, en cambio, los extranjeros no habían
aspirado a dominar toda Hispania, habían cobrado su ayuda en dinero (…) o en territorio (…) y
No sería este el caso de los musulmanes que, sabedores de la debilidad cristiana, vieron en esta
lucha interna un momento perfecto para invadir la Península Ibérica. Así, Musa ben Nusayr -
gobernador musulmán de Ifriqiya (Túnez)-, decidió que era el momento de hacerse con las riquezas
de Hispania, empresa que encargó a un ejército de 11.000 bereberes al mando de Tariq, uno de sus
en el que plantaría batalla junto al río Guadalete al mando de una inmensa hueste de soldados
visigodos.
«Don Rodrigo llegó a Córdoba y allí concentró su ejército para la expedición bélica. Se cree que
llevaba 40.000 hombres (…) y que tomó la vía romana Córdoba-Écija-Cádiz, mientras que Tariq
ciudad de Lacea, en el Wadi-Lakka musulmán que nosotros llamamos el río Guadalete», explica
el experto en su texto.
Sin embargo, y en contra de lo que pueda parecer a primera vista, el bando cristiano no contaba
ni mucho menos con una ventaja abrumadora. «En cualquier actividad los profesionales tienen
ventaja sobre los aficionados y el ejército musulmán estaba formado por soldados profesionales,
mientras que el godo estaba constituido en gran parte por esclavos forzados a combatir. No había
A su vez, lo que finalmente decantó la balanza en la batalla fue la traición de los dos oficiales
que manejaban los flancos del ejército de Don Rodrigo, algo que se explica en el libro «Colección
de tradiciones: Crónica anónima del S.XI». «Encontráronse Rodrigo y Tariq (…) en un lugar
llamado el lago, y pelearon encarnizadamente; más las alas derechas e izquierdas, al mando de
Sisberto y Obba, hijos de Gaitixa (Witiza), dieron a huir, y aunque el centro resistió algún tanto,
al cabo Rodrigo fue también derrotado y los musulmanes hicieron una gran matanza».
Tras la gran derrota, nunca se volvió a saber el paradero de Don Rodrigo. Muchos afirman que
huyó para morir poco tiempo después de sus heridas, mientras que algunos historiadores
musulmanes determinan que falleció en un combate singular contra Tariq, quien acabó con él de
un lanzazo.
Independientemente del destino del rey, lo que es indiscutible es que, tras su derrota, no quedó
nadie para hacer frente al ejército bereber. De esta forma, y en apenas 10 años, los musulmanes
llevaron a cabo una rápida conquista de Hispania que relegó a los visigodos al norte.
«Aunque cuando, tanto los romanos como los musulmanes conquistaron Hispania, (…) los
historiadores se han preguntado (…) cómo el tiempo empleado en la conquista fue tan diferente
en los dos casos (200 años por parte de los romanos y 10 en el caso los musulmanes)», determina
el experto.
No obstante, para Domené las causas están claras: «La Hispania prerromana no era una unidad
política (…) No había pues, una autoridad suprema para todo el país capaz de aglutinar la
resistencia o proponer la rendición frente al invasor, sino múltiples jefes supremos a los que era
preciso ir sometiendo uno a uno. Por el contrario, la Hispania gobernada por los godos sí era una
unidad política», afirma Domené. De esta forma, con la desaparición de Don Rodrigo, el territorio
«En su invasión, los musulmanes encontraron un apoyo interior significativo»A su vez, el pueblo
hispano no opuso demasiada resistencia a los musulmanes, pues en un principio entendían que su
llegada les libraría del abuso de los nobles godos, quienes solían exigir grandes tributos a la
población. De esta forma, los invasores supieron ganarse la confianza de la sociedad eliminando
varios impuestos.
Finalmente, una de las principales causas de la rápida conquista fue el sustento que los
musulmanes tenían en la Península. «Los romanos no contaron con un apoyo interior significativo
y los musulmanes sí. Además de los witizanos, los musulmanes contaron con el colaboracionismo
pirenaicas.
podemos considerar que hubo cuatro núcleos de resistencia antimusulmana que, por simplificar,
Aunque estos pequeños grupos de cristianos todavía no podían plantar cara a los invasores, se
decidieron a defender a ultranza sus territorios, de manera que los musulmanes no tuvieron más
remedio que abandonar la idea de conquistarles. En contra, se limitaron a exigirles duros impuestos
Al fin, la primera resistencia se empezaba a gestar en todo el territorio montañoso, aunque sobre
todo en el núcleo astur. De hecho, no pasó mucho tiempo hasta que este pequeño grupo del norte
vio subir al poder a un líder que les llevaría a la victoria: Don Pelayo.
Este supuesto noble tomó el poder a finales del año 718 cuando, cansado de los fuertes tributos
a los musulmanes, convenció a sus compatriotas para dejar de pagar los impuestos. «Pelayo les
debió animar a no pagar con un argumento tan simple y poderoso como el de que, si los
musulmanes querían dinero, que fueran a buscarlo allí, a la montaña», determina Domené.
No obstante, los musulmanes reaccionaron como cabía esperar: formaron un poderoso ejército y
se dirigieron con decisión hasta el núcleo astur decididos a acabar de una vez con la rebelión. Por
su parte, los cristianos, de manos de Don Pelayo, decidieron plantar cara al ejército musulmán. El
enclave para resistir los ejércitos arábigos fue Covadonga, un paraje situado cerca de Cangas de
Concretamente, Don Pelayo protegió este territorio con los escasos soldados que pudo reunir.
«Ante el acoso musulmán, Pelayo y sus hombres, unos 300, se refugiaron en Covadonga, una
cueva del monte Auseba que está al fondo de un estrecho valle en los Picos de Europa», explica el
experto.
Esto se debe a que los primeros trataron el suceso como una batalla de dimensiones épicas mientras
que los segundos pasan por alto este suceso y lo consideran de escasa importancia.
Según los cronistas cristianos, antes de la batalla un antiguo obispo visigodo llamado don Oppas
-comprado por los musulmanes- trató de convencer a Don Pelayo de rendirse. Sin embargo, este
«Pelayo estaba con sus compañeros en el monte Auseva y el ejército de Alqama llegó hasta él y
alzó innumerables tiendas frente a la entrada de la cueva. El predicho obispo (el arzobispo don
Oppas, hijo de Witiza) subió a un montículo situado ante a la cueva de la Señora y habló así a
Pelayo: (…) “Juzgo, hermano e hijo, que no , que no se te oculta cómo hace poco se hallaba toda
España unida bajo el gobierno de los godos y brillaba más que los otros países por su doctrina y
ciencia, y que, sin embargo, reunido todo el ejército de los godos, no pudo sostener el ímpetu de
los ismaelitas. ¿Podrás tú defenderte en la cima de este monte? Me parece difícil. Escucha mi
consejo: vuelve a tu acuerdo, gozarás de muchos bienes y disfrutarás de la amistad de los caldeos»,
Pelayo respondió: «¿No leíste en las Sagradas Escrituras que la iglesia del Señor llegará a ser
como el grano de la mostaza y de nuevo crecerá por la misericordia de Dios?». El obispo no pudo
más que contestar que así era. La decisión estaba tomada, don Oppas sabía que habría que combatir
El oficial musulmán ordenó entonces que sus soldados armaran las catapultas y acabaran con la
débil defensa cristina. «Se prepararon las hondas, brillaron las espadas, se encresparon las lanzas
Según cronistas cristianos de la época una fuerza divina se unió a Don PelayoSin embargo, y
según los cronistas cristianos, en ese momento una fuerza divina se unió a Don Pelayo dándole la
victoria frente a los 188.000 soldados del ejército musulmán. «Al punto se mostraron las
magnificencias del Señor: las piedras que salían de los fundíbulos (catapultas) y llegaban a la casa
de la Virgen Santa María, que estaba dentro de la cueva, se volvían contra los que las disparaban
y mataban a los caldeos (musulmanes). (…) En el mismo lugar murieron 125.000 caldeos y los
63.000 restantes subieron a la cumbre del monte Auseba», determinan las escrituras
Batalla de Poitiers
falange, algo parecido a un cuadrado, en el que todos los hombres son importantes, porque no se
Cerca de Tours y Poitiers, entre los rios Clain y Vienne, se encontraban los dos ejércitos en
octubre del 732. Los muslmanes eran unos 60.000 hombres. Durante siete días no se vieron más
que pequeñas escaramuzas, pero el frío, obligó a los musulmanes a atacar al séptimo día.
Durante un día y medio la caballería musulmana intentó romper las filas de infantería franca, sin
éxito. La lucha fue a muerte durante este período de tiempo y sin pausa. Más de 24 horas de lanzas,
flechas, machetes, cuchillos, espadas y coces, hasta que por el ejército de Abderramán (en español)
corrió el rumor de que la poca caballería franca que había se estaba dirigiendo por otro lado a su
En ese mismo momento los musulmanes decidieron retroceder, fallo que les costó la vida del
propio Abderramán, y miles de ellos huyeron tras saberlo. Los francos, al volver a reunirse y
decidir atacar su campamento, se encontraron con que no sólo su líder había muerto, sino que todo
Batalla de Roncesvalles
El rey Carlomagno llevaba una temporada con sus intereses puestos en la Península Ibérica hasta
el punto de apoyar la rebelión del gobernador de Barcelona, Sulaymán al-Arabi, contra el emir de
Córdoba, Abderramán I.
En el año 777, Sulaymán se había presentado en la corte de Carlomagno junto con los valíes -
solicitado quedarse para sí con la ciudad de Zaragoza, llamada Saraqusta bajo dominio musulmán.
Península Ibérica tras atravesar el norte de África después de que su familia fuera masacrada en
Nada más pisar este territorio, se declaró emir independiente de Al-Andalus lo que no fue
Los 32 años de reinado de Abderramán I fueron una constante lucha por mantenerse en el poder.
ciudad de Pamplona.
El hecho de que el rey franco penetrara en Hispania al frente de un gran ejército por los Pirineos
Occidentales mientras otra parte de sus tropas entraban por los Pirineos Orientales hace pensar que
no iba a conformarse con la cesión de Zaragoza sino que seguramente sus planes iban más allá:
Además, estaba convencido de que los sajones ya no resultarían un problema por lo que podía
Cuando al fin llegó a su destino, Husayn, el valí de Zaragoza, se negó a entregarle la ciudad,
cambiando de bando en el último momento para decantarse por Abderramán I, el emir de Córdoba.
Carlomagno inició un asedio que tuvo que ser levantado al enterarse los francos de la sublevación
del caudillo sajón Viduquindo en Renania, el eterno enemigo de Carlomagno y símbolo de la lucha
de los sajones contra los francos que había aprovechado la ausencia del rey franco para continuar
con su resistencia.
A pesar de todo, Carlomagno se
arrasar Pamplona hasta los cimientos y después dejarla abandonada para asegurarse de que no
Al pasar por la actual Valcarlos, la retaguardia del ejército franco comandada por Roldan, sobrino
de Carlomagno, sufrió una rápida emboscada que diezmó a los 20.000 soldados. Los atacantes
fueron seguramente vascones que además de acabar con la retaguardia franca, liberó a Sulaymán.
Los primeros escritos que hablan acerca de esta batalla cuentan que los atacantes aprovecharon
la estrechez del desfiladero y los frondosos bosques que lo rodeaban para lanzarse contra la
Al parecer, se lanzaron dardos y piedras y desde las laderas del desfiladero cayeron enormes
rocas que cayeron sobre los soldados francos que no tuvieron otra opción que lanzarse barranco
El propio Roldán moriría en este ataque aunque no se sabe cómo ni tampoco llegó a
Las fuerzas francas comenzaron la expedición sin dificultad y con apenas resistencia. Entraron
en Pamplona y ahorcaron a muchos habitantes como castigo y escarnio, también como aviso para
prevenirse de ataques por la retaguardia, como ya le pasó a Roldán en la batalla del 778.
Al dirigirse de vuelta al reino franco por el mismo camino que el ejército que años antes volvía
generación anterior.
La batalla se libró en los claros previos al puerto montañoso, donde las fuerzas vasconas
sorprendieron a las francas formadas por guardias gascones, que sufrieron una derrota semejante
recibieron destinos muy distintos. Eblo, fue enviado a Córboba como trofeo y símbolo de la
cooperación que los vascones buscaban con ellos. Sin embargo, Aznar fue devuelto a Gascuña
debido a su condición de gascón, con los que los vascones consideraban que tenían
El 1 de agosto del año 939, Ramiro II de León junto al reino de Pamplona y el condado de
Castilla, vencía en la batalla de Simancas al califa cordobés Abd al-Rahman III, asentando así el
Dos años antes de la famosa batalla, Ramiro II había actuado en favor del gobernador de
Zaragoza, Abu Yahya, que estaba siendo atacado y repudiando por el califa, pues lo acusaba como
responsable de la derrota sufrida en el 934 en Osma frente al reino leonés. Zaragoza y el resto de
dominios de Abu Yahya quedaron sometidos a Ramiro II, a lo cual respondió el Abd al-Rahman
En este punto, el califa omeya decide elaborar un plan de enormes proporciones para acabar con
el reino de León, al cual llamó Campaña del Supremo Poder, reuniendo un gigantesco ejército
difícil de articular. Las fuentes arrojan que estaba compuesto por 100.000 hombres para esta
particular yihad que partía desde Córdoba. Desde entonces se entonarían cantos en la mezquita
mayor sobre el éxito próximo de la gran campaña que se iba a realizar (más vale ser precavido, y
más en la guerra).
Con ayuda del reincorporado Abu Yahya, reunió un ejército compuesto por una gran cantidad de
simancas.html
Guadarrama y llegando a la zona sur del Duero (“tierra de nadie”). A su paso saquearon y arrasaron
cuanto se interpuso, hasta que se asentaron en el Castillo de Portillo, pero su verdadero objetivo
era la toma de Zamora que era el punto principal de la repoblación y reconquista cristiana.
Ante este avance, Ramiro II no quedó impasible reuniendo a sus tropas y convocando a las de
El primer obstáculo que Abd al-Rahman tenía en su camino hacia Zamora era Simancas (a unos
90 kilómetros una de otra), ordenando que se tomara. Ramiro II consciente de la gravedad, reunió
allí a todas sus tropas a las que acudieron también navarros y aragoneses.
Sería el 19 de julio cuando ambos ejércitos tomaron contacto visual, dándose esa mañana el
famoso eclipse de sol que unos interpretaron como un mal augurio y otros como bueno. Pasarían
los días hasta que se dio el choque entre ambas fuerzas y el 1 de agosto se dio este, alargándose
hasta 5 días de sangriento combate. La iniciativa fue tomada por el califa, lanzando un ataque
masivo que hizo quebrar brevemente las filas cristianas que lograrían recomponerse, resistiendo
así ante el envite de la caballería agarena. La imagen debía ser sobrecogedora. Sobre el desarrollo
del resto de la batalla se tienen pocos datos, aunque se sabe que la coordinación entre los mandos
musulmanes fue caótica ante la gran masa a dirigir y ante el recelo que estos tenían del eslavo que
El 6 de agosto las fuerzas cristianas habían sufrido grandes pérdidas, pero la ciudad seguía
estando intacta a pesar de los masivos ataques, desesperando esto a Abd al-Rahman frente a las
murallas donde ya había sufrido demasiadas bajas. Ante la situación, el califa decidió retirarse a
tiempo (a veces una retirada a tiempo puede ser una victoria, aunque en este caso no salió así) y
volver a Córdoba presentando la campaña como una acción de castigo al orgullo cristiano y evitar
la destrucción total de su ejército. Ramiro II observó como el enorme ejército enemigo se retiraba
La persecución se prolongó durante varios días hasta que los cristianos emboscaron a las tropas
del califa en los barrancos de Alhándega (quizás cerca de Atienza), llegando el propio Abd al-
Rahman a verse amenazado por la muerte o a ser tomado preso. El 21 de agosto del 939 las pérdidas
musulmanas alcanzaban ya las 20.000 bajas, lo cual dejaba al Califato Omeya de Córdoba bastante
tocado. Ramiro II obtenía así una gran victoria y un botín de grandes proporciones, llegando a
Abd al-Rahman III regresaba lleno de ira y vergüenza a Córdoba, donde ordenó la ejecución
pública de sus generales y oficiales que aún estuvieran vivos (unos 300), siendo acusados de
traición y sin habilidad para el combate. El fracaso tuvo ecos lejanos, llegando la noticia a Roma,
Aquisgrán o Bagdad.
gran victoria.
Batalla de Sagrajas
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reyes de algunas taifas españolas, que solicitaron la ayuda militar de los almorávides, una secta de
fundamentalistas islámicos que se expandieron desde la actual Mauritania a principios del siglo
XI.
el asedio de Zaragoza. El árabe marchó con su ejército al mando de 7.000 hombres al norte de Al-
Andalus hasta llegar a Badajoz, camino de Toledo. Llegó a conformarse de 30.000 efectivos por
el camino.
La batalla tuvo lugar en Sagrajas, a unos ocho kilómetros al norte de Badajoz. El viernes 23 de
Parece que el objetivo inicial cristiano eran las tiendas donde se suponía que se encontraba el
propio Yusuf. Pero el líder almorávide había cambiado su posición durante la noche, salvando así
Tal táctica resultó efectiva, pues los cristianos, haciendo retroceder a las tropas andalusíes,
lograron penetrar en su campamento y comenzaron a capturar prisioneros y botín de todo tipo. Los
musulmanes, a pesar del esfuerzo, fueron derrotados y muchos de ellos huyeron en dirección a
Badajoz. Las fuerzas de Alvar Fáñez causaron entonces una enorme carnicería entre las tropas en
desbandada. Pero habían roto su línea y se habían alejado demasiado de su base de partida. Era el
Ya al atardecer, Yusuf logró realizar una maniobra de flanqueo para rodear a las tropas de
Alfonso VI, y atacar su campamento. A las tropas castellanas les entró el pánico, al sentirse
cristiano.
Alfonso, ante el peligro de envolvimiento que aniquilase a su ejército, ordenó romper el contacto
y comenzar una retirada escalonada. Muy pronto, dicha retirada se convirtió en una desbandada.
El propio Alfonso, con una grave herida en una pierna, huyó con 300 caballeros a lo largo de 125
kilómetros durante el día siguiente, hasta refugiarse en Coria para, con posterioridad, dirigirse a
Toledo.
Las bajas de Alfonso fueron enormes (más de 59.500 muertos según las fuentes musulmanas)
También hubo importantes bajas en el bando musulmán. Yusuf tuvo que volver prematuramente
a África, debido a problemas internos, y no pudo explotar su victoria, por lo que Castilla no perdió
Batalla de Alarcos
motivará de nuevo la entrada de un pueblo musulmán africano, los almohades, que sustituirá en el
producirá en Alarcos. El rey castellano Alfonso VIII llegó a Alarcos y se situó en retaguardia junto
a sus Caballeros, mientras que la vanguardia la ocupaba la Caballería pesada, dirigida por López
de Haro. Enfrente, voluntarios y arqueros forman el ataque almohade, con las tropas de Abu Yahya
detrás, tribus magrebíes y andaluces a ambos flancos y, en retaguardia, Al-Mansur y sus tropas.
rodea a los cristianos por ambos lados, mientras que sus arqueros lanzan una lluvia de flechas. Las
bajas cristianas son numerosas. Derrotados, Alfonso VIII debe huir en dirección a Toledo, mientras
que las mesnadas de López de Haro se refugian a duras penas tras los muros de Alarcos. Cercado,
será liberado a cambio de algunos rehenes. Los cristianos han perdido la batalla. Como
consecuencia de la derrota cristiana, las fronteras volvieron a las riberas del Tajo, oponiendo los
musulmanes un frente homogéneo desde Portugal a Cataluña, a lo largo del Tajo, el Guadiana y el
Ebro. La victoria almohade en Alarcos supuso un duro golpe para los reinos cristianos. La situación
se agravó en 1211, cuando el castillo de Salvatierra, único baluarte cristiano al sur del Tajo, cae
en manos musulmanas, amenazando Toledo. Ante la delicada situación, el rey castellano Alfonso
VIII, solicita la ayuda del resto de reinos cristianos y del papa Inocencio III, que da a la lucha el
cruzados de toda Europa. León y Navarra, por el contrario, rehúsan unirse a la partida. El 19 de
junio de 1212 salieron de Toledo las huestes cristianas. En su camino tomaron las plazas
musulmanes de Malagón, Calatrava, Alarcos y Caracuel. Aquí se les unió el ejército de Sancho de
Navarra, con sólo 200 caballeros. Tras una escaramuza en el Puerto del Muradal, el choque
definitivo se producirá junto al lugar llamado Mesa del Rey. Será la batalla de las Navas de Tolosa.
Después de la derrota cristiana en Alarcos en 1195, el reino de Castilla quedó debilitado y los
almohades conquistaron importantes plazas en el sur de la península, se llegó a pensar que Toledo
Esto no llegó a pasar, pues el líder de éstos últimos, Al-Mansur era un anciano y quería volver al
norte de África.
El sucesor de éste fue Muhammad An-Nasir, llevó un ejército a la península en 1211 para
restablecer el control sobre el sector norte. Tras una serie de conquistas y victorias musulmanas,
El Papa Inocencio III llamó a Europa a una cruzada, el ejército cristiano estaba dirigido por
Alfonso VIII, al que se le unieron caballeros franceses. Con algunas deserciones en éste, en verano
de 1212, se acercaron al campamento de An-Nasir, que estaba situado en una llanura elevada detrás
Unos pastores de la zona enseñaron a los cristianos el único sendero posible para flanquear el
Ambas tropas luchaban ferozmente, pero en el punto álgido de la batalla, Alfonso, Sancho VII
(Navarra) y Pedro II (Aragón) mandaron cargar a sus caballeros lo que hizo que la balanza se
inclinara hacia los cruzados. Esta carga salvó a las fuerzas cristianas de la derrota, pues parecía
que las tropas almohades se estaban imponiendo. Las líneas musulmanas se rompieron
definitivamente.
Crónicas medievales relatan que, el rey Sancho, cargó con 200 caballeros contra el cuartel del
califa, donde su escolta estaba encadenada para evitar que huyeran y lucharan hasta el final.
Finalmente el jefe almohade logró huir. Después de la batalla, los reinos cristianos se hicieron
con cruciales plazas fortificadas en el sur, como Córdoba y Sevilla. El Al-Andalus quedó muy
debilitado y casi extinguido. Éste aguantara hasta el año 1492, cuando los reyes católicos
Batalla de la Higuerela
En 1410 el rey castellano conquistó la ciudad de Antequera. Tan solo resta conquistar el reino de
Granada para completar la expulsión de los musulmanes de la península. Pero el rey Juan II,
1431 hubo un momento propicio para el ataque contra el reino nazarí. Juan II, que contaba con 25
años de edad, acababa de hacer las paces con los Infantes de Aragón y puso sus ojos en Granada.
El ejército castellano, al mando del rey Juan II, estaba compuesto por las tropas reales, mesnadas
nobiliarias, las tropas de los caballeros de Santiago y 3.000 lanzas de Don Álvaro de Luna.
situada a unos 10 kilómetros de Granada. El rey dividió su ejército en tres columnas: una se internó
en la Vega de Granada, otra se dirigió hacia la Serranía de Ronda y la tercera lo hizo hacia la zona
de Montefrío.
Higueruela" porque lo único que quedó vivo en el campo de batalla después del feroz combate fue
Desplegado el ejército castellano, Don Juan II montó a caballo a la puerta de su tienda, cabalgó
con una gran comitiva de grandes y capitanes y dió al grueso del ejército la señal de ataque. Juan
Álvarez Delgadillo desplegó la bandera de Castilla. La primera línea musulmana, formada por
aquella muchedumbre de rostros denegridos, trajes humildes, armas groseras y modales de rústica
fiereza fue arrollada en el primer empuje castellano. Chocaron por fin con los caballeros de
Granada y comenzó una fiera lucha cuerpo a cuerpo entre jinetes y caballos. Ninguno de ambos
huyeron a la desbandada.
En la batalla pereció la flor y nata de la caballería y nobleza granadina. Según fuentes árabes
"nunca el Reino de Granada padeció más notable pérdida que en esta batalla". Autores cristianos
cifran en 30.000 los muertos granadinos, lo cual es sin duda una exageración pero que expresa
En 1469, Enrique IV es rey de Castilla. Según historiador John Lynch, Enrique “veía intrigas
aragonesas en cualquier rebelión de sus propios súbditos y favorecía una alianza con Portugal o
Francia; también había que contar con los defensores de los derechos a la sucesión de la hija de
Enrique IV, Juana, cuya legitimidad estaba en litigio, pero a quien el propio Enrique declaró su
heredera” (7-8). Isabel y Fernando obtuvieron la legitimación del matrimonio, el trono de Castilla
a la muerte de Enrique IV el año 1474, y la unión de las coronas de Castilla y Aragón cuando
Fernando sucedió a su padre en 1479. Sólo permanecían fuera de la unión Navarra y Granada–la
elandJuana.jpg
apartar Castilla de los reinos levantinos de la Península, el resultado de lo cual fue la Guerra de
Sucesión Castellana.
La crisis producida por la muerte de Enrique IV de Castilla en 1474 alentó la formación de una
coalición, cuyo líder fue Alfonso V de Portugal, y que con el apoyo de Luis XI de Francia, invadió
Castilla desde Portugal. El resultado de la invasión fue un conflicto bélico de unos 5 años (1475-
1479) durante los que los partidarios de Juana intentaron establecer que era Juana, y no Isabel, que
tenía derecho al trono de Castilla. La guerra tuvo un carácter internacional a causa de los
A pesar de algunos éxitos iniciales para los partidarios de Juana, la escasa agresividad militar de
juanista entre 1476 y 1477. Desde luego el conflicto consistió esencialmente en una guerra entre
Castilla y Portugal, con un componente naval muy importante en el océano Atlántico, donde las
flotas portuguesas prohibían acceso a los españoles a las riquezas de Guinea. Sin embargo, con la
Batalla de Toro, todo cambió muy rápidamente. La batalla tuvo lugar en la zona alrededor de
Zamora, España el 1 de marzo de 1476, entre las tropas de los Reyes Católicos por un lado y las
de Alfonso V de Portugal por otro. La primera parte de la batalla terminó con victoria para
Fernando; la segunda, con victoria del príncipe heredero Juan de Portugal, aunque esta victoria
tuvo mayores consecuencias, y su padre Alfonso decidió retirarse, debido a una falta de apoyo.
Sin fuerzas, Portugal decidió rendir y la guerra concluyó en 1479 con la firma del Tratado de
Alcáçovas, que reconocía a Isabel y Fernando como reyes de Castilla y concedía a Portugal la
hegemonía en el Atlántico, con la excepción de las islas Canarias. Juana perdió su derecho al trono
A la muerte de Witiza, en el año 710, sus partidarios querían que el hijo de este sea coronado rey
En esta época, el poder de los musulmanes del norte de África estaba en plena expansión y
asolaban Ceuta. Los partidarios del hijo de Witiza solicitaron ayuda a los musulmanes africanos
para derrocar al rey Rodrigo. En el momento en que Rodrigo batallaba contra los vascones el
ejército musulmán ingresó a la península con la ayuda de los partidarios de Witiza. Al enterarse,
el rey acudió a enfrentarlos pero una fracción de su ejército estaba compuesta por partidarios de
La fracción de los partidarios de Witiza mantuvieron la alianza con los musulmanes, incluso los
De esta manera, la monarquía toledana llegó a su fin con la derrota de Rodrigo en la batalla de
Tras el reinado de Sancho III el Mayor, el reino de Navarra quedó marginado de la Reconquista
elegido por la nobleza navarra como su sucesor. Los reyes de su dinastía (1234- 1284)
tuvieron que afrontar los ataques de Alfonso X de Castilla, por lo que el reino estableció
La alianza entre Portugal y Francia se da durante esta guerra civil. La guerra tuvo un marcado
carácter internacional porque Isabel estaba casada con Fernando, heredero de la Corona de Aragón,
mientras que Juana se había casado con el rey Alfonso V de Portugal. Francia también intervino,
apoyando a Portugal para evitar que Aragón, su rival en Italia, se uniera a Castilla.
A pesar de algunos éxitos iniciales para los partidarios de Juana, la escasa agresividad militar de
bando juanista entre 1476 y 1477. El matrimonio de Isabel y Fernando fue reconocido en las cortes
A partir de entonces el conflicto consistió esencialmente en una guerra entre Castilla y Portugal,
cobrando gran importancia la guerra naval en el océano Atlántico. Las flotas portuguesas se
impusieron a las castellanas en la lucha por el acceso a las riquezas de Guinea (oro y esclavos), 4
La guerra concluyó en 1479 con la firma del Tratado de Alcáçovas, que reconocía a Isabel y
excepción de las islas Canarias. Juana perdió su derecho al trono y tuvo que permanecer en
unieron en matrimonio en las bodas que tuvieron lugar en Valladolid. Un enlace que marcaría el
reinado de los dominios que con ellos constituyeron la monarquía española durante varios siglos
Hija de Juan II de Castilla y de Isabel de Portugal, Isabel I llegó a la Corona de Castilla tras la
guerra de sucesión castellana, ya que los derechos de Isabel fueron bélicamente disputados por su
sobrina Juana “la Beltraneja”, quien contaba con el apoyo del rey de Portugal Alonso V, del
Por su parte, Fernando II, hijo de Juan II de Aragón y Juana Enríquez, se proclamó Rey de la
Corona de Aragón, V de la de Castilla, rey de Sicilia, Cerdeña y Nápoles y rey de Navarra tras ser
nombrado heredero de Aragón y su enlace con Isabel de Castilla. Revestido de plenos poderes
reales por la llamada Concordia de Segovia, Fernando venció en la guerra ayudado por su padre y
el pueblo castellano formando así el reinado de tan memorable recuerdo en la historia de España.
Expulsiones y Conversiones Forzadas: Marranos, Mudéjares.
En la plena Edad Media se trasladan a la España cristiana, desde la España musulmana, donde,
en las épocas del islamismo que sobreviven bajo los almorávides y los almohades, empieza a haber
siquiera se les aplica la prohibición de prestar dinero a interés y algunos se dedican a las finanzas
e incluso son protegidos por los reyes y por los nobles. España a la que llaman Sefarad, llega a ser
su hogar preferido, porque además sufren las expulsiones de Inglaterra en 1290 y en Francia en
1306. Con la crisis de la Baja Edad Media también en diversos reinos de España empieza a haber
explosiones de violencia por parte de las capas bajas de la población contra los judíos, 1328 en
Estella, 1391 en Barcelona y en otros muchos lugares de España. La presión popular contra los
acusaciones de usura contra los falsos conversos judaizantes. Esta presión al final ya no es tolerada
por la Corona de Aragón y de Castilla, por lo que van a realizar un movimiento que va a marcar
En 1492, los Reyes Católicos decretaron conversión forzosa, en la cual los judíos se dividieron
en dos clases: sefarditas y conversos. Los sefarditas eran aquellos que decidieron abandonar
España por no convertirse al cristianismo y los conversos eran aquellos que optaron por la
conversión al cristianismo pero eran investigados por la Santa Inquisición., a estos judeoconversos
se les asigno varias denominaciones como cristianos nuevos y en la era de odio se utilizaban
términos muy peyorativos y agraviantes tales como marranos o judaizantes y en las Islas Baleares
eran conocidos como Chuetas. Al principio el término marrano se utilizaba para los procedentes
del judaísmo como del Islam pero con el tiempo quedo para asignar a los judeoconversos
únicamente.
El 2 de enero de 1492 los Reyes católicos entraban en Granada, poniendo fin así a la guerra que
habían mantenido con el reino nazarí de Granada, ultimo estado islámico de la península Ibérica.
A partir de aquella fecha todos los musulmanes peninsulares eran mudéjares, es decir estaban
A los mudéjares se les dejo escoger entre el exilio y la conversión al cristianismo, los que decía
Por lo cual tenemos que el término marrano proviene de los judíos y el término mudéjar procede
de los musulmanes.
Los Reyes Católicos para mostrarse de esa manera, tuvieron que implementar desde el inicio de
su trono, es decir que tan pronto como subieron al trono, siguiendo sus principios de gobierno
de 1465, pero que no tenían efectos prácticos en la Corona de Catilla. Fue así como en las Cortes
de Madrigal de 1476 y en las Cortes de Toledo de 1480 se aplicaron las leyes discriminatorias que
forma voluntaria en barrios determinados o en barrios que ellos mismos elegían, para así tener
cerca las sinagogas, las carnicerías, las escuelas talmúdicas, etc. Así mismo se les prohibió ejercer
ciertos oficios, como algunas profesiones, obligación de señales, es decir, tenían que llevar un
signo en cada uno de sus trajes, también el uso de vestidos ricos, como la seda y comprar tierras a
más de 30 000 maravedíes. Así, el 31 de mayo 1484, el papa Sixto IV, publicó la bula de
Adperpetuam reí memoríam, en la que aceptaba tales leyes discriminatorias y declaraba nulo a
se vivía en Castilla y sobre todo en Andalucía, donde cristianos, musulmanes y judíos compartían
todo un sistema de ideas mesiánicas porque las tres religiones creían en un Mesías o héroe,
independientemente de que este haya llegado y apocalípticas debido a que las tres religiones creían
en la vida, después de la muerte. Estas ideas cobraron realidad y se vieron plasmadas en hechos
alcanzaron su punto culminante en 1492, con la conquista del emirato nazarí de Granada y la
expulsión de los judíos, teniendo como colofón al decreto de expulsión o conversión de los
mudéjares en 1502.
Causas de la expulsión
Existen múltiples causas de la expulsión de los judíos, según varios historiadores y comienza con
Tomás Torquemada. Es posible que Tomás de Torquemada haya inspirado a los reyes católicos
con la idea de la expulsión de los judíos. Fue un ferviente enemigo de la presencia judía en la
península. Propuso varias la expulsión de los hebreos de España pero el rey Fernando II de Aragón
se opuso a esa moción, puesto que, el tenia intereses y negocios con familias judías aragonesas y
Cristóbal Colon hacia América. Una de las explicaciones de la expulsión, es el móvil económico:
los Reyes querían expulsar a los judíos para quedarse con sus bienes. Sin embargo no hace falta
hacer un análisis muy profundo para descubrir que esta teoría no se adecua a la realidad, incluso
se conserva una carta enviado por el Rey Fernando al gobernador de Aragón en la que niega las
“Tenemos admiración que penséis que queremos tomar para Nos los bienes de los judíos, porque
es cosa muy apartada de Nuestra voluntad (...). Bien queremos que nuestra corte cobre, como es
razón, todo lo que de justicia le perteneciere en los dichos bienes, así por las deudas que nos deben
Esto, nos muestra que las intenciones de los monarcas no eran estas, la encontramos en que ellos
apropiaron de los bienes de los judíos a precios mínimos. Es más si hablamos de temas económicos
a los Reyes Católicos les habría resultado más provechoso el haber mantenido a los judíos como
Con la interpretación más amplia de tipo materialista pasamos a otra hipótesis, la de los conflictos
entre privilegios y la burguesía incipiente. La expulsión habría sido dado inspirada por la nobleza
feudal para que eliminen el sector de la clase media-los judíos. En conflicto estaban muchas cosas:
interés concreto, desde luego, pero también la concepción de lo que debía ser el Estado Moderno.
El motivo real, según Ladero Quesada y también Beinard, fue solucionar rápidamente el problema
del criptojudaísmo (cristianos nuevos que seguían practicando su antigua fe, el judaísmo, pero en
secreto). Los reyes creían que los judíos eran responsables de apostasía o criptojudaismo de
algunos conversos por su presencia o vínculos familiares. El problema era que a los judíos no les
afectaba la Inquisición porque no eran cristianos y para impedir que los conversos regresaran a su
Joseph Pérez, esboza también la posibilidad por motivos únicamente religiosos. Fernando e
Isabel eran católicos sinceros, es probable que Isabel lo fuera más que Fernando. Dentro del marco
de los motivos religiosos, Pérez acuerda el esfuerzo de Torquemada, es decir lograr que los judíos
se conviertan como objetivo final del cristianismo. La solución definitiva del problema de los
conversos, daría como prohibición al judaísmo. El mismo historiador emite otra causa: la Presión
de la Inquisición para que existiría una sola religión, la Católica. Se pretendía demostrar de una
forma razonada la superioridad de la religión católica sobre la judía, si triunfaba la opinión de los
cristianos, los judíos estarían obligados a abrazar la nueva fe, si los judíos tenían la razón su fin
Hay historiadores que se ocupan estudiando toda su vida sobre la expulsión de los judíos, lo cual
es un tema amplio y difícil de descubrir. Es que la era de los Reyes Católicos y de su decisión
radical y contestable es tan lejana, más de quinientos años, que hoy, es casi imposible decir los
motivos reales. Lo que los Reyes habían tenido en mente, expulsando la mejor parte de la
población, quedara en secreto de toda la historia. (La diáspora judía en España durante el reinado
El Edicto de Granada fue un decreto editado en la Alhambra el 31 de marzo de 1492 por Fernando
II de Aragón e Isabel I de Castilla, en el que se expulsan todos los judíos de España y de todas sus
colonias descendientes con fecha de término el 31 de julio de 1492. Después se extendió el plazo
hasta el 2 de agosto de 1492 a las 12 de la noche, fecha que coincidió con la partida de Cristóbal
Colon hacia un nueva ruta a las Indias, viaje que acabó con el descubrimiento de América. En
1496 se publicó también el Edicto de la expulsión de los judíos en Portugal, que fue confirmardo
al siguiente año en octubre de 1497. En el año 1498 también se presentó la expulsión de los judíos
en Navarra dado por Juan III de Albret, bajo presión de los reyes católicos.
En las condiciones de la Expulsión se ordenó a los judíos salir de carácter definitivo y sin
excepción alguna, no solo de los barrios peninsulares, sino también de los territorios que estaban
bajo el poder de los Reyes Católicos. El plazo fue de 4 meses, a partir del Edicto, el 31 de julio no
debía quedar ningún solo judío. La desobediencia del edicto supondría la condena de muerte y
confiscación de sus bienes. Los reyes católicos ofrecieron su seguro real para que los judíos
negociaran su fortuna y se la llevaran, si era su deseo, en forma de letras de cambio, puesto que
había una ley en la que prohibía que se llevasen oro, plata, moneda, armas y caballos del país.
Consecuencias de la Expulsión
Tras el Decreto de la Expulsión de los judíos intervinieron numerosas consecuencias entre ellas
tenemos: Demográficas, los estimados números de las personas que salieron de España son muy
desiguales y abarcar entre 80.000 hasta 200.000 personas, en un promedio calculado de 100.000
personas. En Aragón la población judía era poco abundante por lo que se estima que la perdida
demográfica supuso 10.000 o 20.000 habitantes. Por el contrario Castilla, era muy numerosa y su
perdida demográfica fue de 40.000 habitantes. Otras consecuencias fueron los lugares de exilio,
los sefarditas tuvieron que emigrar a diferentes países, algo que quedó inconcluso al inicio fue a
que lugares emigraron los sefarditas y algunos de ellos se establecieron por Suiza o Italia, en el sur
de Franca, en las ciudades de Bayona y San Juan de Luz. Otros desterrados se fueron a Portugal o
Naravarra, donde serían expulsados nuevamente en Portugal 1497 y en Navarra 1498. Otros se
dirigieron al Imperio Otomano, donde el rey sultán Bayaceto II los recibe con la famosa frase
Así también la mayoría opto por irse a los países bajos y algunos que emigraron, decidieron
regresar a España ya bautizados pero como dije, están en control de la Inquisición. También se
dieron consecuencias económicas debido a que los judíos ocupaban cargos muy importantes en la
artesanía y el comercio, y se tuvo que reemplazar de la noche a la mañana por otros. Otras de las
consecuencias que se dio fueron las culturales, la aportación hispanojudía era de primera magnitud:
sabios, médicos, astrólogos, gramáticos, poetas, lingüistas, traductores y filósofos que plasmaron
en sus escritos el árabe, el hebreo, el hispanojudío y las lenguas locales, sobre todo el castellano.
La expulsión causo que las sociedades castellanas y aragoneses perdieron a personajes tan ilustres
del mundo cultural y científico como Abraham Zacuto (astrónomo y cosmógrafo), el escritor Isaac
Abravanel (hijo del consejero de los Reyes Católicos), Judá Abravanel que influyó en grandes
escritores del Renacimiento como Castiglione, Bombo y sobre todo en Spinoza y Cervantes.
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