¶ E – 14-372

Síndrome del túnel carpiano

T. Dreano, J.-D. Albert, F. Marin, P. Sauleau

El síndrome del túnel carpiano es muy frecuente. Corresponde a la compresión del nervio
mediano en el túnel carpiano. Casi siempre es idiopático. El diagnóstico es esencialmente
clínico: primero gracias a la anamnesis; después, con la búsqueda de trastornos
sensitivos superficiales y la positividad de las maniobras de provocación, con presencia de
alteraciones tróficas y motoras que constituyen un elemento de gravedad. De entrada y
ante la ausencia de signos de gravedad neurológicos, esta sospecha clínica basta para
iniciar un tratamiento médico sin realizar pruebas complementarias. En cambio, el
reconocimiento como enfermedad profesional, por ejemplo en Francia, requiere una
confirmación con un estudio electrofisiológico, el cual sigue siendo la prueba de
referencia que confirma la compresión y permite evaluar su gravedad. Las pruebas de
imagen complementarias, principalmente la ecografía, están principalmente indicadas
en el estudio etiológico de las formas atípicas. El tratamiento médico se basa en la
colocación de una ortesis de reposo y/o la realización de una infiltración. Se puede
proponer un tratamiento quirúrgico en las formas de túnel carpiano resistentes al
tratamiento médico o, de entrada, en las formas valoradas como graves cuando existen
signos de gravedad clínica (déficit sensitivo y/o motor) y electromiográfico.
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Palabras Clave: Túnel carpiano; Nervio mediano; Electrofisiología; Infiltración

Plan ■ Epidemiología
Se trata de un síndrome muy frecuente. El riesgo
¶ Epidemiología 1
acumulado de desarrollar un síndrome del túnel car-
¶ Anatomía y fisiopatología 1 piano en la vida ha sido estimado en un 10% y la
Continente: el túnel carpiano 1 incidencia anual en un 0,1% en el adulto [1, 2].
Contenido: los elementos que pasan La prevalencia en la población general está estimada
por el túnel carpiano 2 en un 2,7% con base en criterios diagnósticos clínicos y
Causas de compresión del nervio mediano 2 electrofisiológicos [3].
¶ Etiología 2 En Francia, el síndrome del túnel carpiano figura en
el puesto 57 de las enfermedades profesionales. Más de
¶ Diagnóstico clínico de un síndrome
30 estudios epidemiológicos se han dedicado a este
del túnel carpiano 2
tema [4, 5]. Existe unanimidad general para reconocer un
¶ Forma clínica del síndrome del túnel carpiano 3 mecanismo multifactorial: existen factores de riesgo
¶ Aportación de las pruebas de imagen personales o extraprofesionales. El síndrome del túnel
en el síndrome del túnel carpiano 3 carpiano forma parte de los 12 trastornos musculoes-
Ecografía en el síndrome del túnel carpiano 3 queléticos del miembro superior reconocidos por el
Aportación de las pruebas de imagen en el diagnóstico grupo SALTSA (Joint Program for Working Life Research
etiológico del síndrome del túnel carpiano 4
in Europe). Los factores de riesgo reconocidos son la
noción de profesión que requiere un esfuerzo, la repeti-
¶ Estudios electrofisiológicos 4 ción, la existencia de vibraciones y, sobre todo, la
Lugar que ocupa el electromiograma en el tratamiento combinación de varios de estos elementos [6].
del paciente 4
Principios técnicos de la electrofisiología 4
¶ Tratamiento médico del síndrome del túnel carpiano 6 ■ Anatomía y fisiopatología
¶ Tratamiento quirúrgico del síndrome
del túnel carpiano 6 Continente: el túnel carpiano
¶ Conclusión 7 Se presenta más bien como un túnel cuyo suelo
corresponde al relieve óseo de los huesos del carpo y el

Aparato locomotor 1
 E – 14-372 ¶ Síndrome del túnel carpiano
Figura 1. Resonancia magnética. Contenido del túnel
carpiano.
techo, al retináculo de los flexores. Este retináculo de los
flexores funciona como una polea de reflexión. Presenta
tres porciones en continuidad la una de la otra y la
porción media, que es el retináculo de los flexores
propiamente dicho y la parte más gruesa (1,6 mm de
media), que cubre la parte más estrecha del túnel
.
carpiano [7]. El túnel carpiano mide entre 30-50 mm de
largo a partir del pliegue distal de flexión de la muñeca.
Contenido: los elementos que pasan
por el túnel carpiano
Por este túnel carpiano pasan todos los tendones
flexores de los dedos que están envueltos por una vaina
sinovial y el nervio mediano, que es el elemento más
superficial, situado por delante del flexor común super-
ficial del índice. Existen variaciones anatómicas del
nervio mediano (Fig. 1).
Causas de compresión del nervio
mediano
Síndrome del túnel carpiano secundario
Si existe una anomalía en el interior del túnel, el
nervio puede estar comprimido. Casi siempre, se trata
de una anomalía de los flexores con una sinovitis o una
inserción muscular anómala. En ocasiones, esta anoma-
lía se sitúa a nivel del suelo, por ejemplo un callo
vicioso o una sinovitis articular.
En este marco, se dice que el síndrome del túnel
carpiano es secundario.
Síndrome del túnel carpiano idiopático:
estiramiento o compresión [8-11]
En la mayoría de los casos, el túnel carpiano es
idiopático. El nervio mediano es el elemento más
vulnerable del canal carpiano.
En su estado normal, la presión intracanal es de
25 mmHg y aumenta hasta 30 mmHg cuando la
muñeca está flexionada o en extensión de 90°. Cuando
existe compresión, la presión en posición neutra es de
32 mmHg para aumentar hasta 94 mmHg cuando la
muñeca está a 90° de flexión, y a 110 mmHg cuando la
muñeca está a 90° de extensión. La presión intracanal
puede aumentar aún más si el túnel carpiano es estre-
cho; existen variaciones individuales de su tamaño que
pueden favorecer la aparición de una compresión.
Cuando la presión intracanal aumenta, se produce
una compresión nerviosa que sigue dos mecanismos:
uno directo, mecánico, que daña la vaina de mielina o
el axón; el otro, indirecto, actúa por la compresión de
los vasos del nervio.
Esto causa trastornos de conducción nerviosa con
parestesias y dolor. La persistencia de la compresión
puede causar una desmielinización.
2 Aparato locomotor
La estasis venosa, la vasodilatación y la posición en
flexión de la muñeca durante el sueño explican el
recrudecimiento nocturno de la sintomatología.
Existe una movilidad fisiológica de los nervios. El
nervio mediano recorre entre 9-14 mm durante los
movimientos de flexión-extensión de la muñeca. Cual-
quier factor que modifique este recorrido del nervio
mediano puede producir efectos adversos sobre la
función nerviosa.
■ Etiología
La etiología casi siempre es idiopática.
La prevalencia del síndrome del túnel carpiano en los
pacientes con hipotiroidismo, diabetes mellitus y/o
artritis reumatoide parece ser superior a la de la pobla-
ción general. Se deben buscar los signos clínicos de estas
enfermedades al descubrir un síndrome del túnel car-
piano. Sin embargo, no parece útil realizar sistemática-
mente pruebas complementarias para buscar estas
enfermedades cuando se detecta un síndrome del túnel
carpiano [12].
La actividad repetitiva de la mano y de la muñeca
favorece la aparición de un síndrome del túnel carpiano.
La evolución natural del síndrome del túnel carpiano
idiopático suele ir dirigida hacia el agravamiento.
■ Diagnóstico clínico de un
síndrome del túnel carpiano
El diagnóstico de síndrome del túnel carpiano se
evoca ante parestesias en el territorio sensitivo del
nervio mediano. Los pacientes describen con frecuencia
una sensación de entumecimiento u hormigueo de los
tres primeros dedos, principalmente nocturna, que
disminuye al mover la muñeca y los dedos. El dolor se
irradia con frecuencia al antebrazo e incluso al brazo.
En el túnel carpiano de origen microtraumático,
principalmente profesional, la sintomatología puede
exacerbarse por una actividad física repetida, sobre todo
en las posiciones de flexión-extensión. Se trata de
pacientes más jóvenes, con predominio femenino.
La torpeza ligada a las consecuencias del conjunto de
los signos simpáticos, sensitivos y motores es una queja
frecuente.
Algunos pacientes describen síntomas menos sistema-
tizados: parestesias difusas de la mano en «guante»,
dolor con la extensión proximal del miembro superior,
impresión de torpeza. Como ejemplo, se han observado
hasta un 50% de síntomas que van más allá del territo-
rio sensitivo del nervio mediano (cubital, por encima de
la muñeca) en casos constatados de síndromes del túnel
carpiano sin trastornos asociados tras una investigación
diagnóstica clínica y electrofisiológica. En cambio,
cuando se observa una hipoestesia superficial, ésta no
sobrepasa el territorio sensitivo del nervio mediano [13]
(Fig. 2).
El médico intentará reproducir la sintomatología
neurógena en el territorio del nervio mediano para buscar
lo que se puede llamar un síndrome irritativo. Se han
descrito numerosas maniobras de provocación. Se puede
mencionar la maniobra de flexión de la muñeca mante-
nida durante 45-60 segundos (Phalen), la extensión de la
muñeca (Werner), la percusión de la cara palmar de la
muñeca (signo de Tinel). No existe consenso a favor de
una prueba en particular [14]. El valor diagnóstico de estas
distintas maniobras difiere en la literatura; la mayoría de
los autores emplean un patrón oro electrofisiológico con
un cierto número de falsos positivos y ausencia de
valoración de personas sanas a modo de control. Como
ejemplo, la sensibilidad y la especificidad de la maniobra
de Phalen varían del 67 al 88% y del 32 al 86%, respec-
tivamente, y la del signo de Tinel, del 26 al 73% y del
55 al 94%, respectivamente [15].

Figura 2. Territorio sensitivo del nervio mediano.
A continuación, el médico busca signos de gravedad
de esta compresión e intenta demostrar un déficit
sensitivo en el territorio del nervio mediano y/o un
déficit motor con una disminución de la fuerza de
antepulsión del pulgar, incluso una amiotrofia que se
observa sobre todo en las formas poco dolorosas del
anciano.
Para terminar, el médico busca una etiología de la
compresión para definir si el túnel carpiano es secunda-
rio o idiopático, por ejemplo, buscando una sinovitis de
los flexores, dolores articulares y una compresión más
proximal del nervio mediano, principalmente en el
tramo toracobraquial.
En ausencia de definición y de criterios diagnósticos
universalmente admitidos se establece el diagnóstico de
síndrome del túnel carpiano con base en varios argu-
mentos esencialmente clínicos fundados ante todo en la
anamnesis, apoyados en la búsqueda de trastornos
sensitivos superficiales, la positividad de las maniobras
de provocación y la presencia de trastornos tróficos y
motores, que constituyen un elemento de gravedad [16].
De entrada y ante la ausencia de signos de gravedad
neurológica, la sospecha clínica basta para iniciar un
tratamiento médico sin recurrir a pruebas complemen-
tarias. En cambio, el reconocimiento como enfermedad
profesional en Francia requiere una confirmación con
un estudio electrofisiológico.
“ Punto importante
Diagnóstico clínico
• Síndrome irritativo de la muñeca
• Búsqueda de signos de gravedad clínica: déficit
sensitivomotor
• Búsqueda de doble síndrome por apla-
stamiento (tramo toracobraquial) y una sinovitis
de los flexores
■ Forma clínica del síndrome
del túnel carpiano
Existen formas particulares del túnel carpiano:
• la forma del anciano, donde existe una atrofia mus-
cular importante asociada a una insensibilidad pulpar;
Aparato locomotor
Síndrome del túnel carpiano ¶ E – 14-372
• el túnel carpiano puede ser excepcionalmente agudo,
hiperálgico, con una exploración quirúrgica necesaria
para determinar la causa [17]. Hay que pensar en ello
tras un traumatismo [18];
• la compresión del nervio mediano en el túnel car-
piano puede causar alteraciones neuromusculares
debidas a una compresión de las fibras simpáticas que
puede simular un síndrome de Raynaud [19].
Hay que buscar por encima del túnel carpiano signos
evocadores de una posible doble compresión. El nervio
mediano se vuelve más sensible a la compresión si
existe un segundo foco de compresión situado más
arriba. No reconocer esta doble compresión expone a un
riesgo de fracaso terapéutico. Puede tratarse de una
radiculopatía C6-C7, un síndrome del tramo toracobra-
quial o un síndrome canalicular del nervio mediano en
el codo. La compresión nerviosa puede ser aislada en
uno de estos diferentes lugares, lo cual constituye un
diagnóstico diferencial.
■ Aportación de las pruebas
de imagen en el síndrome
del túnel carpiano
Las imágenes radiográficas clásicas de la muñeca de
frente y de perfil, que se solicitan de forma inconstante
y en función del contexto clínico, pretenden principal-
mente detectar una artropatía de la muñeca o de la
columna del pulgar.
Ecografía en el síndrome del túnel
carpiano [20]
El aspecto ecográfico del nervio mediano en un
síndrome del túnel carpiano muestra una hipertrofia del
nervio en la entrada del canal visible en los cortes
longitudinales en forma de una variación brusca del
calibre que puede evaluarse en los cortes axiales
midiendo su superficie de sección. El nervio es hipoeco-
génico y pierde su aspecto fibrilar. Se ha observado una
reducción del deslizamiento del nervio durante el
movimiento de los dedos, lo que requiere una compa-
ración con el lado sano [21].
El mejor parámetro para el diagnóstico de síndrome
del túnel carpiano en la ecografía es el aumento de la
superficie de sección del nervio a la altura del pisiforme.
3
 E – 14-372 ¶ Síndrome del túnel carpiano
Los valores varían en función de los estudios entre
9-15 mm a con una sensibilidad de 0,57-0,89 y una
especificidad de 0,57-0,90. Los valores más frecuente-
mente observados varían entre 9 y 12 mma. El abomba-
miento palmar del retináculo del carpo en los cortes
.
axiales, a la altura de la apófisis unciforme del gan-
choso, y el aumento de grosor del retináculo del carpo
no son criterios diagnósticos fiables [22].
Aportación de las pruebas de imagen
en el diagnóstico etiológico
del síndrome del túnel carpiano
Las formas primarias del síndrome del túnel carpiano
son las más frecuentes.
Sin embargo, numerosas afectaciones pueden estar en
su origen. El principal valor añadido de la ecografía en
relación con el EMG consiste en mostrar una causa
intrínseca o extrínseca (que puede ser congénita o
adquirida) de la compresión del nervio mediano.
Si la ecografía es positiva, en casos muy precisos, se
puede completar el estudio con una resonancia magné-
tica (RM). Se trata de una prueba rentable que, además
de los signos observados en la ecografía (aumento de la
superficie de sección del nervio), muestra un hiperseñal
del nervio en las secuencias potenciadas en T2 [23].
Las causas adquiridas son numerosas. Las anomalías
ecográficas y de la RM deben interpretarse en función
de la exploración física y las pruebas de laboratorio. De
esta manera, pueden mostrar una sinovitis medio o
radiocarpiana, una tenosinovitis de los flexores inde-
pendientemente de su origen (infección, artritis reuma-
toide, etc.), una formación expansiva (quiste sinovial,
tumor), depósitos en el canal (amiloidosis, tofo gotoso,
condrocalcinosis), un hematoma postraumático o lesio-
nes calcificadas (osificaciones, callo hipertrófico, exosto-
sis). Se puede detectar una trombosis arterial o un
aneurisma de la arteria medial persistente.
Las anomalías congénitas musculotendinosas se
individualizan con la ecografía y la RM al mostrar
músculos supranumerarios o una variación anatómica
(inserción muy proximal de los músculos lumbricales,
cuerpos musculares de los flexores superficiales o
profundos que descienden anormalmente en el canal
carpiano, músculo flexor del índice aberrante, anomalía
del largo palmar) [24]. Dado su carácter dinámico, la
ecografía facilita la visualización del posible prolapso de
un músculo flexor durante los movimientos de flexión-
extensión. Las pruebas de imagen pueden detectar una
anomalía intrínseca: un tumor nervioso (el más fre-
cuente es el lipofibromatoma del nervio mediano) o un
neuroma postraumático tras cirugía.
Aunque no sustituye a la electromiografía (EMG),
prueba diagnóstica de referencia, la ecografía resulta
interesante para el diagnóstico positivo y diferencial del
síndrome del túnel carpiano en caso de que la EMG sea
insuficiente o si hay discordancia entre los datos de la
EMG y la exploración física. Es especialmente útil para
los estudios etiológicos de un síndrome del túnel
carpiano cuando la exploración física y las pruebas
complementarias evocan un origen intrínseco o extrín-
seco de la compresión del nervio.
“ Punto fundamental
Ecografía
Se utiliza:
• en las formas atípicas (varón joven);
• en caso de sinovitis clínica asociada;
• en las recidivas tras cirugía.
4 Aparato locomotor
■ Estudios electrofisiológicos
A pesar de los recientes progresos realizados en las
pruebas de imagen, la EMG sigue siendo la prueba más
sensible y más específica en caso de sospecha de un
síndrome del túnel carpiano [25, 26]. El estudio electrofi-
siológico tiene como objetivo:
• confirmar el diagnóstico de compresión del nervio
mediano en el canal carpiano [27]. Si la EMG no es
indispensable en el diagnóstico en caso de forma
atípica del canal carpiano no deficitario, sí es indis-
pensable en caso de duda diagnóstica y para recono-
cer la enfermedad profesional. Esta prueba presenta
además un valor medicolegal en caso de cirugía;
• evaluar la gravedad de la afectación y, por lo tanto,
guiar la conducta terapéutica. La posible gravedad de
la compresión determina su tratamiento y, sobre
todo, su pronóstico tras neurólisis (Fig. 3).
Lugar que ocupa el electromiograma
en el tratamiento del paciente
El estudio electromiográfico puede realizarse tras una
infiltración de corticoides que no modifica los resulta-
dos. En cambio, no hay que olvidar algunos límites de
la técnica. No existe una clara correlación entre los
síntomas presentados por el paciente y los resultados
electrofisiológicos; la prueba puede presentar un fallo en
cerca del 8-13% de los casos, en particular en las formas
debutantes [28, 29]. La sensibilidad del estudio depende
en gran parte de la elección de las técnicas utilizadas
por el médico y, a pesar de una semiología funcional
evocadora, la sensibilidad de la prueba puede ser insu-
ficiente si la afectación es parcial. Los métodos clásicos
sólo exploran las fibras mielinizadas de calibre grueso.
Las fibras amielínicas de calibre más pequeño, no
exploradas por esta técnica, originan sin embargo
sensaciones dolorosas, aunque un estudio normal
permite descartar de manera casi formal una forma
media o grave que requiera una liberación quirúrgica.
La realización de un nuevo estudio, pasado cierto
tiempo, permite objetivar la progresión de la enferme-
dad y orientar al paciente hacia el cirujano si fuese
necesario.
Aunque existe cierta controversia sobre la necesidad
preoperatoria de la prueba, la exploración electrofisioló-
gica sigue recomendándose de entrada antes de una
cirugía [27].
Principios técnicos
de la electrofisiología
El estudio electrofisiológico consta de dos etapas.
Etapa de estimulodetección
La etapa de estimulodetección detecta un retardo de
las conducciones nerviosas motoras y sensitivas en el
nervio mediano a su paso por el canal carpiano. La lista
de métodos propuestos es larga y las estrategias de
pruebas varían en función de los autores [30]. Sólo se
citarán las técnicas más frecuentemente utilizadas.
Merece considerarse el nivel de sensibilidad diagnóstica
de estas pruebas para guiar la elección del médico y
juzgar de manera crítica su interpretación.
En general, la estrategia pretende analizar las velocida-
des y las latencias sobre segmentos largos y explorar más
en detalle la mano si estas primeras pruebas no son
concluyentes. Los métodos más sensibles, sobre pequeños
segmentos nerviosos, son sin embargo aquellos que
presentan el mayor riesgo de error de medida. En cuanto
al estudio de la conducción sensitiva, la estimulación en
la palma presenta la ventaja de detectar retardos menores
de la velocidad de conducción sensitiva mascados por el
efecto de la distancia en la estimulación digital, pero
requiere una medición exacta de las distancias.

R2 R1
S2
S1
10 mV
2 ms
A B
Figura 3. Curva del electromiograma (EMG) (A, B). R: receptor; S: estimulador.
Conducción motora
El estudio de la conducción nerviosa motora del
nervio mediano se realiza por estimulación de la
muñeca y obtención de resultados mediante electrodo
de superficie en el abductor corto del pulgar. Busca un
alargamiento de la latencia distal motora del nervio
mediano de la muñeca (superior a 4 mm/s). Esta ano-
malía puede existir sin que se altere la conducción
sensitiva en el 3,9% de los casos [31]. A veces, la veloci-
dad de conducción motora en el nervio mediano entre
el codo y la muñeca puede reducirse, probablemente
por degeneración retrógrada de las fibras de calibre
grueso de conducción rápida. Sin embargo, esta consta-
tación puede igualmente llevar a buscar una neuropatía
asociada.
Conducción sensitiva
Los numerosos métodos de evaluación de la conduc-
ción sensitiva se basan principalmente en mostrar por
vía orto o antidrómica una disminución de la velocidad
sensitiva transcanal en el nervio mediano y de la
amplitud de las respuestas sensitivas evocadas, a
menudo en comparación con otro nervio, radial o
cubital. El método ortodrómico presenta la ventaja de
requerir estimulaciones de baja intensidad, bien tolera-
das, que conllevan un menor riesgo de coestimulación
de los demás nervios. La sensibilidad diagnóstica sería la
más importante en dos pruebas: el estudio de la diferen-
cia de las latencias sensitivas medianocubitales por
estimulación del cuarto dedo (sensibilidad del 92%) y la
prueba centimétrica simplificada (sensibilidad del
98%) [32].
Etapa de detección con aguja electrodo
La electromiografía de detección, indispensable para
valorar el estado de desnervación del músculo abductor
corto del pulgar y mostrar la gravedad de la afectación,
permite también explorar otros territorios nerviosos y
discutir diagnósticos diferenciales. En función de la
Aparato locomotor
Síndrome del túnel carpiano ¶ E – 14-372
R2 R1
8 cm
S2
S1
5 mV
2 ms
situación, puede ser necesario explorar un músculo
inervado por el nervio cubital, un músculo dependiente
de las raíces C6 y C7 y/u otro músculo dependiente de
C8, principalmente si la velocidad de conducción
transcanal es normal. El registro de la actividad eléctrica
del músculo en reposo, normalmente silente, puede
representar una actividad patológica de fibrilación ligada
a la contracción espontánea de fibras musculares des-
nervadas. El modo de reclutamiento y la morfología del
potencial de unidad motora (PUM) durante una con-
tracción contra resistencia máxima permiten cuantificar
el grado de inervación del músculo. En cuanto a la
afectación neurógena, el número de unidades motoras
(UM) funcionales disminuye y las UM restantes aumen-
tan su frecuencia de descarga para compensar esta
pérdida. La actividad registrada durante una contracción
máxima traduce ambos fenómenos: trazados interferen-
ciales ricos, medios o pobres y acelerados.
En presencia de una reinervación, los PUM se vuelven
polifásicos y amplios. Por ello es posible aportar una
evaluación semicuantitativa de la pérdida axonal y
mostrar la intensidad de la lesión.
Interpretación del estudio electrofisiológico
La desmielinización se traduce por un retardo de las
velocidades de conducción nerviosa. La gravedad de la
afectación se juzga en función de los signos de pérdida
axonal revelada por la disminución de la amplitud de
las respuestas sensitivas y por estudio de detección sobre
el abductor corto del pulgar [33]. Un bloqueo de conduc-
ción, incluso completo, siempre se recupera completa-
mente en el plano neuroanatómico y, por lo tanto, en
el funcional tras neurólisis, mientras que una afectación
axonal puede recuperarse con lentitud y de forma
incompleta en función del número de axones afectados.
De forma esquemática se pueden distinguir:
• las formas debutantes (retardo moderado de las
velocidades de conducción sensitiva en el nervio
5
E – 14-372 ¶ Síndrome del túnel carpiano
mediano, anomalía más precoz y sensible, a veces
ausencia de anomalía en el estudio);
• las formas moderadas: retardo de la velocidad de
conducción sensitiva y alargamiento de la latencia
distal motora más o menos asociada a una disminu-
ción de la amplitud de las respuestas sensitivas y
motoras. Las anomalías corresponden a un meca-
nismo de desmielinización segmentaria;
• las formas graves: a la acentuación de los signos
precedentes se asocia una disminución franca de la
amplitud de las respuestas evocadas y después signos
de desnervación en el abductor corto del pulgar.
Estas anomalías son prueba de un mecanismo de
afectación axonal.
“ Punto fundamental
Electromiografía (EMG)
• Confirma el diagnóstico.
• Busca signos de gravedad.
• Se realiza:
C en caso de duda clínica;
C en el preoperatorio;
C en el marco de una enfermedad profesional.
■ Tratamiento médico
del síndrome del túnel
carpiano
La profilaxis es esencial, principalmente en el marco
de una enfermedad profesional. Incluye, por ejemplo,
mejorar el lugar de trabajo y las herramientas [34].
El tratamiento conservador está indicado en las
formas debutantes y en aquéllas con una alteración
moderada en el electromiograma [35]. Este tratamiento
médico se basa en la colocación de una ortesis de
reposo nocturno con la muñeca [36] recta y/o en la
realización de una infiltración [37].
Esta infiltración debe realizarse en las condiciones de
asepsia habituales de las infiltraciones. Los productos
recomendados son derivados corticoides de acción
inmediata como el acetato de prednisolona, en dosis de
1-2 ml. No hay que utilizar productos de liberación
sostenida [38].
La infiltración se realiza con el paciente sentado o en
decúbito dorsal, con una aguja 5/10, la muñeca en
supinación y en ligera flexión palmar. Se inyecta en un
punto situado por encima del pliegue de flexión supe-
rior de la muñeca por dentro del saliente palpable del
palmar largo si éste está presente. El trayecto de la aguja
es hacia abajo y hacia dentro, introduciéndola comple-
tamente e inyectando el líquido sin resistencia. Se trata
de una intervención poco dolorosa. Se pueden utilizar
parches anestésicos para disminuir el dolor en el punto
de inyección [39].
A continuación, la muñeca debe estar en reposo
durante 48 horas. En general, se aconseja no hacer más
de tres infiltraciones; el plazo de tiempo entre cada una
es variable: desde 8 días hasta 6 meses, en función de
los autores. La eficacia de estas infiltraciones al cabo de
3 meses se estima en un 90% de eficacia cuando el
diagnóstico es seguro [40]. En ciertos casos clínicos, por
ejemplo síndrome del túnel carpiano «infraelectromio-
gráfico» o recidiva tras cirugía, la infiltración puede
tener también un valor diagnóstico (Fig. 4).
6 Aparato locomotor
Figura 4. Infiltración del túnel carpiano.
“ Punto fundamental
La infiltración tiene un valor diagnóstico en las
formas debutantes.
■ Tratamiento quirúrgico
del síndrome del túnel
carpiano
Se puede proponer un tratamiento quirúrgico en las
formas de túnel carpiano resistentes al tratamiento
médico o de entrada en las formas graves cuando
existen signos de gravedad clínica (déficit sensitivo y/o
motor) o electromiográficos.
El objetivo del tratamiento quirúrgico consiste en
agrandar el continente seccionando el retináculo de los
flexores. Se trata de una intervención eficaz sobre la
compresión. En cambio, la intervención no tiene efecto
directo alguno sobre la lesión nerviosa y las fibras
dañadas sólo se recuperan si el crecimiento nervioso lo
permite. Por lo tanto, no hay que esperar que la lesión
nerviosa sea irreversible para decidir el tratamiento
quirúrgico.
La intervención quirúrgica suele realizarse en cirugía
ambulatoria, bajo anestesia locorregional.
Esta cirugía se lleva a cabo con torniquete. Esta
liberación del canal carpiano puede realizarse a cielo
abierto con la abertura habitual, con una técnica «mini
open» o mediante endoscopia. La elección de la técnica
depende principalmente del médico pero, con indepen-
dencia de la elección de la técnica, los diferentes
estudios han mostrado que no existía diferencia al cabo
de 6 meses en cuanto a la desaparición de los síntomas,
el dolor de la palma y de la mano y la recuperación de
la fuerza [41]. Las cirugías inmediatas son más sencillas
con las técnicas mínimamente invasivas, como la
liberación bajo endoscopia [42].
La cicatrización se consigue en unos 15 días. No es
necesaria la rehabilitación; el paciente realiza un pro-
grama de autorrehabilitación (la prescripción de sesiones
de rehabilitación en este marco debe ser objeto de una
petición específica). Se reinicia el trabajo o la actividad
en función del tipo de ocupación, en general después de
15-21 días.

La cirugía garantiza un 90% de éxito. Si los trastornos
de la sensibilidad eran menores, la eliminación del
bloqueo de conducción produce la desaparición de los
síntomas. En cambio, si la lesión era antigua, con
hipoestesia debida a una degeneración axonal, la recu-
peración puede durar varios meses y sólo es parcial [43].
Cuando existe una amiotrofia marcada de la eminen-
cia tenar en las personas mayores, la recuperación es
casi imposible. Además, si el paciente sufre una neuro-
patía, por ejemplo en el marco de una diabetes, aquí
también la recuperación a veces sólo es parcial. Se trata
de una cirugía frecuente, sencilla en su principio, pero
no carente de inconvenientes y de molestias postopera-
torias, incluso de complicaciones.
La molestia postoperatoria está ligada sobre todo al
dolor pericicatrizal prolongado con una induración más
o menos dolorosa de la palma en el trayecto del retiná-
culo. El dolor lateral de cada lado de la cicatriz es muy
frecuente durante las primeras semanas postoperatorias
y traducen la reconstrucción de esta estructura anató-
mica dejando el canal ampliado, así como la falta de
«fuerza en agarre».
Se observan modificaciones anatómicas como resul-
tado de la abertura del canal carpiano. Estas modifica-
ciones han sido medidas con la ayuda de los cortes de
la RM. Se observa un aumento del volumen intercar-
piano de alrededor del 25% [44] y un aumento de la
superficie transversal del 33% [45]. Probablemente sean
estas modificaciones anatómicas las que expliquen la
existencia de dolor postoperatorio poco preciso a nivel
de las eminencias tenar e hipotenar.
Sólo se han evocado dos complicaciones específicas:
la persistencia de los síntomas y su reaparición tras un
período de mejoría [46].
La persistencia de los síntomas debe evocar ante todo
una abertura incompleta del retináculo de los flexores,
principalmente tras las técnicas «mini open» o endoscó-
picas. También debe sugerir un error diagnóstico u otra
compresión proximal. La reaparición de los síntomas
tras un período de mejoría sugiere aquí también una
sección incompleta del retináculo de los flexores, pero
sobre todo una esclerosis perineural que conduce a una
neuropatía de tracción. En estos casos, las pruebas
complementarias son importantes. La ecografía puede
mostrar una tenosinovitis o una fibrosis cicatrizal
perineural con un nervio poco móvil durante las
maniobras dinámicas [47].
El estudio electroneurofisiológico es indispensable en
este marco de recidivas postoperatorias para mostrar la
persistencia de signos de compresión del nervio
mediano y para descartar otro diagnóstico. Si, tras la
liberación quirúrgica del nervio mediano, las velocida-
des de conducción sensitiva transcanal sólo se normali-
zan de forma excepcional, una liberación incompleta se
traduce por un retardo importante y persistente de las
velocidades de conducción.
“ Punto fundamental
Cirugía
• Se utiliza:
C en caso de resistencia al tratamiento médico;
C en las formas graves, clínicas o en el EMG.
• Se efectúa a cielo abierto («mini open») o con
endoscopia.
■ Conclusión
Aunque el síndrome del túnel carpiano es casi siem-
pre idiopático, a veces se debe saber buscar una causa
(Fig. 5). La prueba de referencia es el electromiograma.
Aparato locomotor
Síndrome del túnel carpiano ¶ E – 14-372
Diagnóstico clínico
del túnel carpiano
Sin signos Déficit
de gravedad sensitivo motor
Tratamiento médico
Curación Recidiva EMG
Cirugía
Figura 5. Árbol de decisiones. Conducta práctica en caso de
síndrome del túnel carpiano. EMG: electromiograma.
Los tratamientos médico y quirúrgico tienen cada uno
su utilidad en el arsenal terapéutico de esta frecuente
enfermedad.
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Cualquier referencia a este artículo debe incluir la mención del artículo original: Dreano T., Albert J.-D., Marin F., Sauleau P. Syndrome du
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