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En ese sentido ha sido necesario desde la sociedad civil, exigir se construya sociedades
iguales, en donde tanto mujeres como hombres no sean únicamente vistos desde esta
perspectiva, es así que muchas de las veces la vía no ha sido estatal (porque su interés
prioritario ha sido el de mantener el sistema), lo que ha llevado a la consolidación de luchas
desde distintos frentes para lograr construir sociedades distintas.
A pesar de las luchas y de las demandas de los grupos y movimientos de la sociedad civil,
se siguen evidenciando formas de discriminación, de violencia y de exclusión de las
mujeres, es así que como una de las formas que en el Ecuador desde el Estado se pueda
evitar este tipo de violencias en contra de las mujeres se crea la Ley Orgánica para la
Erradicación de la Violencia de género contra las mujeres misma que fue aprobada por
unanimidad con 102 votos el 26 de noviembre de 20171, luego de la Marcha Vivas Nos
Queremos en contra de los femicidios y luego de la celebración del Día internacional de la
no violencia contra la mujer el 25 de noviembre de 2017.
1
La ley desde el 05 de febrero de 2018 se encuentra en el Registro Oficial No. 175.
En definitiva, esta ley si bien permitirá prevenir y erradicar la violencia hacia las mujeres y
garantizar políticas y acciones integrales para prevenir, atender casos de violencia y tener
además un sistema que proteja y repare a las personas víctimas de violencia de género, se
cree necesario identificar otras acciones que desde el Estado permita solucionar las
problemáticas de género a través de políticas públicas que no solamente sean de tipo
preventivas sino también que sancionen los casos de violencia. Por otro lado que desde el
mismo Estado se evidencien iniciativas que permitan a la sociedad civil formarse en
derechos y con perspectiva de género. En ese sentido el problema que se presenta para el
análisis es si es pertinente la emisión de la ley como única política pública que permita
responder a las demandas de la sociedad civil sobre la violencia de género en el Ecuador.
Obtención de información
Para el año 2007, el INEC arrojó datos en base a la primera. Encuesta Nacional de
Relaciones Familiares y Violencia de Género contra las Mujeres, posterior al Decreto
Ejecutivo N° 620 que declara como política de Estado la erradicación de la violencia de
género hacia la niñez, adolescencia y mujeres. Para ejecutarlo se formula ese mismo año el
“Plan nacional de erradicación de la violencia de género”.
En este estudio se evidencian distintas formas de violencia de género contra las mujeres
como son la violencia: física, sexual, sicológica y patrimonial. Además el estudio refleja
que un sesenta por ciento, es decir 6 de cada 10 mujeres han vivido algún tipo de violencia
de género; 1 de cada 4, violencia sexual; siendo la más recurrente la violencia psicológica
con un 53,9%. (INEC, 2007).
Por otro lado, el INEC en el año 2013 publicó un estudio de caso sobre condiciones de
vida, inclusión social y acceso a derechos de la población LGBTI2 en el Ecuador. Éste
muestra que el mayor porcentaje de eventos de discriminación (55,8%) y violencia (65,6%)
se suscitan en espacios públicos, mientras que la exclusión (71,4%) se da en mayor medida
en espacios privados (INEC y Comisión de Transición para la definición de la
Institucionalidad pública que garantice la igualdad entre hombres y mujeres, 2013).
2
El término reconocido es el de: LGBTTTIQ: lesbianas, gays, bisexuales, transexuales, travestis, Transgénero, intersexuales y queer.
El Plan de Igualdad, no Discriminación y Buen Vivir para las mujeres ecuatorianas (Marco
Conceptual, Ruta Metodológica y Estrategia De Transversalización 2010 – 2014) se
construyó como un instrumento técnico y político, que buscaba concretar el mandato
constitucional de igualdad entre mujeres y hombres, de esta forma superar las brechas de
discriminación colocando una ruta a seguir por el Estado ecuatoriano, y así lograr
transformar —a largo plazo—: “los patrones socioculturales estructurales que perennizan
situaciones de subordinación, exclusión y miseria para las mujeres, la erradicación de un
orden social que inobserva y violenta los derechos, e inhibe la inserción de las mujeres
como agentes proactivas del desarrollo (…) en el marco de los cambios y reformas en
curso”3.
Por su parte, la Senescyt, desde el 2014, para dar cumplimiento a la normativa y los
objetivos institucionales, plantea estrategias para tejer los enfoques de género, de
interculturalidad, pueblos y nacionalidades, discapacidad y ambiente, con el trabajo que las
Instituciones de Educación Superior (IES) llevan adelante en lo que respecta a la
formación, investigación, gestión institucional y vinculación con la sociedad. Además en
cuanto al acceso a la educación superior posee el Programa Becas Nacionales “ELOY
ALFARO” que tiene por objetivo “conceder becas a personas naturales en goce de los
derechos de ciudadanía ecuatoriana para que puedan cursar estudios de nivel técnico o
tecnológico superior y tercer nivel en instituciones de educación superior del país”4. Estas
becas están dirigidas a grupos prioritarios, históricamente excluidos o discriminados y
aquellos a los que por mandato de la Ley les corresponde este derecho5, siendo en temas de
género beneficiarios los siguientes: Hijos e hijas de mujeres víctimas de femicidio, El Plan
de Igualdad, no Discriminación y Buen Vivir para las mujeres ecuatorianas y Mujeres
víctimas de violencia basada en género.
3
Comisión de Transición, términos de referencia de la Consultoría CD-Conamu-004-2010 Diseño teórico metodológico de construcción
del Plan de Igualdad de Oportunidades 2010-2014, Quito, 2010.
4 Tomado de la página de la Senescyt: educacionsuperior.gob.ec
5 Artículo 356 de la constitución del Ecuador y artículo 80 de la LOES (Ley Orgánica de Educación Superior).
Por último, el Plan Nacional del Buen Vivir 2017 – 2021, considera “el reconocimiento
pleno de derechos para todos y todas llama a vernos como iguales, si bien diversos, en
términos de sexo, orientación sexual, identidad de género, filiación política, modos de vida,
credo, edad, discapacidad, origen nacional o étnico, situación migratoria, condición de
salud, etc. Todos somos ecuatorianos y ecuatorianas. Todos contributivamente participamos
de forma solidaria en el desarrollo nacional” (SENPLADES, 2017). Para ello el Plan
esboza 3 ejes:
Eje Objetivo
Eje 1 Garantizar una vida digna con iguales oportunidades para todas
las personas.
Derechos para Afirmar la interculturalidad y plurinacionalidad, revalorizando
todos durante las identidades diversas.
toda la vida Garantizar los derechos de la naturaleza para las actuales y las
futuras generaciones
Eje 2 Consolidar la sostenibilidad del sistema económico social y
solidario y afianzar la dolarización.
Economía al
servicio de la
sociedad Impulsar la productividad y competitividad para el crecimiento
económico sustentable de manera redistributiva y solidaria.
El primer eje, “orienta al ideal de lograr una sociedad más justa y equitativa construida a
través de la promoción de la igualdad en todos los ámbitos y la erradicación de todo tipo de
discriminación, exclusión y pobreza” (SENPLADES, 2017)
Construcción de alternativas
Según Bardach (2001) parte de las alternativas que se deben abordar para el análisis de
política pública, se deben realizar en función de los intereses del cliente, es decir si su
interés es meramente punitivo, se deberá tomar como opciones dentro del análisis
mecanismos que hagan que las políticas públicas que se implementen tengan ese carácter.
Para este análisis si bien ya existe una legislación que busca evitar y eliminar la violencia
de género, se considera necesario además, establecer ciertos mecanismos de política
pública de acción país, que permitan construir una nueva mirada de género, que desde la
educación pueda transformar estas relaciones de dominación y de diferencia de género.
Estas propuestas intentan comprender esta compleja red de relaciones que atraviesan a las
sociedades que además del género son la clase, etnia, edad, sexo, etc.,6 mismas que al
encontrarse atravesadas por un sinnúmero de prácticas que se dan desde los estereotipos,
han logrado generar diferencias entre hombres, mujeres, diversidades de sexo y género
dentro de las instituciones, actitudes como el acoso, la discriminación, la superioridad de
uno sobre otro, y que dan cuenta de que en lo cotidiano se reproducen y naturalizan
prácticas que parecen comunes, pero que engloban un escenario lleno de machismo y
desigualdad.
En ese sentido, se busca que dentro de toda la práctica institucional se pueda transversalizar
el género7 y así poder identificar las relaciones de desigualdad existentes desde el enfoque
de género, las problemáticas que marcan las relaciones sociales dentro de las instituciones
tanto dentro como fuera del Estado, además que permita considerar críticamente las
interrelaciones existentes entre hombres, mujeres, diversidades sexo genéricas, así como los
distintos papeles que socialmente se les asigna.
De esta forma se logrará mirar cómo han sido organizadas y jerarquizadas estas relaciones
por ejemplo en el ámbito de las carreras universitarias en donde existen carreras
principalmente feminizadas y otras masculinizadas (como es el caso de parvularia y de
ingeniería respectivamente) o como en el ámbito laboral existe el techo de cristal que hace
que existan menos puestos jerárquicos superiores en el que este una mujer.
En ese sentido Bardach (2001) plantea que para que una política pública sea de educación
se podrían realizar lo siguiente:
6
Hacemos referencia a una compleja red de relaciones cuando entendemos que las relaciones sociales están atravesadas.
7 O conocido como o mainstreaming.
Advertir peligros o riesgos: La ley fue creada para eliminar la violencia de género
mediante un sistema de prevención y de reparación de víctimas, además contempla
cambios en las mallas curriculares y una educación con perspectiva de género,
tomando a algunas instituciones del aparato estatal como es educación, justicia,
salud, dejando de lado al resto de instituciones del estado que por defecto si bien no
trabajan directamente los temas de género (finanzas) pero que están construidas a
partir de una mirada de un sistema de dominación específico y sobre las cuales
también se debería actuar.
Buscar la concientización a través de la exhortación: La ley plantea cambiar y
reformar las mallas curriculares en todos los niveles para poder brindar una
educación que tenga perspectiva de género, razón por la cual desde la
institucionalidad tanto el Ministerio de Educación como la Senescyt serán las
encargadas de asegurar que esto suceda, sin embargo, existe una gran mayoría de la
población (adulta en su mayoría) que ya habiendo pasado por el nivel medio y 3er.
O 4to nivel, ya no está formándose en una educación con esa perspectiva, razón por
la cual además de garantizar que las nuevas generaciones se formen con nuevas
formas de mirar el mundo, es necesario que en las instituciones estatales sea norma
el poder formar a los/las trabajadores/as con esa mirada de género.
Proporcionar asistencia técnica / Mejorar las habilidades y competencias / Cambiar
valores / Profesionalizar a los proveedores de servicios a través de capacitación,
certificación o licencias: Instituciones como los consejos de igualdad (como el de
género, el de discapacidad, interculturalidad, intergeneracional) deberán ser parte de
la legislación como capacitadores dentro de las instituciones estatales, además que
deberán ser los que brinden herramientas para que se puedan crear planes,
programas, proyectos que tengan perspectiva de género (acorde a la ley producto
del análisis) pero además que permita plantear estrategias de igualdad en todos los
ámbitos (las diversas formas de violencia de género no solamente se reflejan a nivel
de mujeres sino que además se expresan por cuestiones de etnia, clase,
discapacidad, etc.).
Selección de criterios
Para poder definir si en efecto la legislación y las alternativas que se plantearon a partir de
esta ley son las apropiadas, Bardach (2001) considera ciertos criterios de análisis, estos
criterios deben considerar también cómo se van construyendo la ley a partir de los actores
que construyen la política y los actores que serán los beneficiarios de la misma, es decir si
por ejemplo dentro de la alta política serán los competidores o aliados los que estarán
apoyando o no la ley, también si los opositores serán los que puedan vetar o no esta
legislación, además como desde los movimientos sociales como parte de la política
informal serán los que también contribuyeron en la aprobación de esta legislación y de
cómo a estos también les beneficia o no la misma, para ellos el análisis previo que se hizo
sobre la agenda setting que surgió a partir de esta ley nos puede dar cuenta de que esfera de
la política fue la que logró posicionarse dentro de esta ley.
Dentro del análisis se evidenció que la organización que más estuvo presente dentro del
análisis fue el Estado quienes fueron los que presentaron el proyecto de ley (si bien
apoyado por movimientos sociales), además de que la ministra de justicia Rosana Alvarado
y el presidente Moreno fueron los actores que más se destacaron, en cuanto a los diversos
actores de la sociedad civil (movimientos sociales, personajes públicos, colectivos) si bien
estuvieron siempre pendientes de la aprobación y debates de la ley son un público que se
mantuvo al margen de las disputas de la alta política.
Otros actores importantes que deben ser tomados en cuenta para ese análisis son los grupos
de la sociedad civil y de la alta política que siempre estuvieron en contra de la ley, ya sea
por sus contenidos como el de la perspectiva de género (pidiendo incluso que se elimine
este concepto).
Por ultimo un grupo que no debe quedar fuera del análisis pero que parece que dentro de la
legislación no siempre está presente es el de la burocracia, ya que como lo menciono
anteriormente este grupo que es parte de todo el aparato estatal son los que también se
benefician o no de la política implementada y quienes además tendrán que ajustar mediante
su perspectiva técnica y administrativa las condiciones de sus instituciones a partir de la
ley.
Bardach (2001) plantea que además de identificar los actores que son parte de la política
pública se deberá tomar en cuenta lo siguiente:
Los resultados que se esperan una vez puesta en marcha la ley, será por un lado la
concientización de la problemática de violencia de género. Si bien cuando se introdujo la
decisión de incorporar una legislación que a partir de una problemática social, la idea de
incorporar el género y de plantearse una educación que incluya la perspectiva de género, va
de mucho antes, por lo tanto los resultados que se obtengan de esta ley estará planteada en
función de la intervención del sistema (tanto el estado, la sociedad, etc., para poder eliminar
las prácticas que ocasionan la violencia, también será necesario tomar en cuenta cuáles
serán los cambios que se van a introducir al sistema tal como está planteado en este
momento; por ejemplo en una institución estatal que busca transversalizar el género en su
accionar, se deberá prever coordinaciones o direcciones internas que sean las que a través
de distintos programas puedan realizar acciones que permitan conseguir estos objetivos, por
lo tanto la reestructuración de esa institución también afectará no solo a esta, sino que va a
afectar a otros sistemas por lo tanto será necesario calcular los efectos a cada uno de los
subsistemas (marginalidad8) y buscar mecanismos de negociación para que se pueda dentro
de los distintos actores que forman parte del estado hacer efectiva la legislación existente.
8
Término utilizado por Sabatier.
especializado en las distintas instituciones para poder brindar talleres, o asistencias técnicas
en función de lo estipulado en la ley, o los beneficios a largo plazo de la implementación de
mallas curriculares con perspectiva de género, también se deberá ver cuál es el costo /
beneficio para el estado en lo que respecta al tratamiento y reparación de víctimas de
violencia.
NOTA: Los pasos de Decisión y Contar la historia son pasos que están inmersos a lo
largo de este trabajo.
Referencias bibliográficas
Bardach, E. (2001). Los ocho pasos para el análisis de políticas públicas. Un manual para
la práctica. CIDE, México.