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ESTUDIO DE ISAIAS 53

A continuación comparto con ustedes el texto de Isaías 53. Es mi deseo que usted pueda tener un
encuentro con el texto hebreo, la pronunciación también, por eso me he esmerado en representar
de la manera más parecida la fonética del hebreo con los grafemas del castellano.

También el significado de cada uno de los versículos.

‫ישעיהו נג‬

‫ל־מי נִ גְׁ ָ ָֽל ָתה׃‬


ִ֥ ִ ַ‫ִ ִ֥מי הֶ אֱ ִ ִ֖מין ִל ְׁשמֻ עָ ֵ֑תנּו ּוזְׁ ִ֥רֹועַ ה’ ע‬

Mi he’emín lishmuaténu uzróa Hashem al-mí nigláta

¿Quién creerá lo que hemos oído y a quién se ha revelado el brazo del Eterno?

‫א־מ ְר ֶ ֖אה‬
ַ ֹ ‫ְנִר ֵ ֹ֥אהּו ו ְֹֽל‬
ְ ‫תאַ ר ֖לֹו ו ְֶ֣ל ֹא הָ ָ ָ֑דר ו‬
ֹ ֹ֥ ‫ש ֶרשׁ֙ ֵמ ֶ ֶ֣א ֶרץ צִ ָָּ֔יה ל ֹא־‬
ֹ ַּ֨ ‫ַו ַַּ֨יעַ ל כַיֹו ֵֵ֜נק ְלפָ ָָ֗ניו ְו ַכ‬

‫ְונ ְֶח ְמ ֵ ֹֽדהּו׃‬

vaiá’al kaionéq lefanáiv vekashóresh me’éretz tzía lo-tóar lo velo ha’dár veniréhu velo-mar’é venejmedéhu

Se elevó como un retoño en su presencia o como una raíz en tierra seca, sin forma en él ni
hermosura y al ver que no tiene algo apreciable ¿le desearemos?

‫ִידּועַ חֵֹ֑ ִלי ּוכְׁ ַמ ְׁס ֵּ֤תר פָ נִ ים֙ ִמ ִׁ֔ ֶמּנּו נִ ְׁבזֶ ִ֖ה ו ְִׁ֥ל ֹא חֲ ַש ְׁב ֻנָֽהּו׃‬
ַ֣ ‫ישים ִ ִ֥איש ַמכְׁ אֹ ִ֖בֹות ו‬
ִ ִׁ֔ ‫נִ ְׁבזֶה֙ וַחֲ ַ ַ֣דל ִא‬

nivzéh vajadál ishím ish baj’ovót vidúa jóli ujmastér paním miménu nivzéh velo jashavnúhu

Fue despreciado y desechado entre los hombres, un hombre de dolores, experimentado en la


enfermedad, y como si ocultara su rostro de nosotros: fue menospreciado, y no lo estimamos.

‫ּומעֻ ֶ ָּֽנה׃‬
ְׁ ‫ֹלהים‬
ִ֖ ִ ֱ‫ּומכְׁ אֹ ִ֖בינּו ְׁסבָ ָלֵ֑ם וַאֲ נַ ְַׁ֣חנּו חֲ ַש ְׁב ִֻׁ֔נהּו נ ָ֛גּועַ מֻ כִ֥ה א‬
ַ ‫אָ כֵּ֤ן חֳ לָ ֙ינּו֙ ַ֣הּוא נ ִָָׁ֔שא‬

ajén jolaiénú hu nasá umaj’ovéinu sevalám va’anájnu jashavnúhu nagúa muké Eloqím um’unéh

Ciertamente él llevó nuestras enfermedades y sufrió nuestros dolores.

Nosotros le tuvimos por azotado, como herido por D’os, y afligido.

‫א־לנּו׃‬
ָֽ ָ ָ‫לֹומנּו֙ עָ לִָׁ֔ יו ּובַ חֲ בֻ ָר ִ֖תֹו נִ ְׁרפ‬
֙ ‫מּוסר ְׁש‬
ֵּ֤ ַ ‫ֹתינּו‬
ֵ֑ ‫ְׁוהּוא֙ ְׁמחֹ ָ ַ֣לל ִמ ְׁפ ָש ִׁ֔ענּו ְׁמדֻ כָ ִ֖א מעֲ וֹ נ‬

vehú mejolál mipshaénu meduká me’avonotéinu musár shloménu aláiv uvajavurató nirpa-lánu

Pero a él lo han angustiado nuestras transgresiones, nuestros pecados lo han afligido. El castigo
que nos trajo paz fue sobre él, y en sus heridas fuimos nosotros sanados.

‫כֻלָָּ֙ נּו֙ כ ַַ֣צ ֹאן ָת ִׁ֔ ִעינּו ִ ִ֥איש ְׁל ַד ְׁרכִ֖ ֹו פָ ִ ֵ֑נינּו ַוָֽה’ ִה ְׁפ ִ ַ֣גיעַ ִׁ֔בֹו ִ֖את עֲ ִֹ֥ון כ ָ ָֻֽלנּו׃‬

kulánu kátzon ta’ínu ish ledarkó panínu va’Hashem hifguía bo ét avón kulánu

Todos nosotros nos descarriamos como ovejas; cada cual se apartó por su camino.

Y el Eterno aceptó su intercesión por el pecado de todos nosotros.


‫ִ֖יה נֶאֱ ָ ֵ֑ל ָמה ְׁו ִ֥ל ֹא י ְִׁפ ַ ִ֖תח ִ ָֽפיו׃‬
ָ ֶ‫יּובל ּוכְׁ ָר ֵ֕חל ִל ְׁפנִ֥י גֹ זְׁ ז‬
ָ ִׁ֔ ‫ַשה֙ לַ ֶ ַ֣טבַ ח‬
ֶ ‫ח־פי ֒ו כ‬
ִ ‫נִ ַָּ֙גש ְׁו ַ֣הּוא נַעֲ נֶה֮ ְׁו ַ֣ל ֹא י ְִׁפ ַת‬

nigás vehu na’aneh velo iftaj-piv kaséh latévaj iuvál ujrajél lifnéi goz’zéiha ne’eláma velo iptáj piv

Fue oprimido y fue afligido pero no abrió su boca; como un cordero fue llevado al matadero y como
oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció; sí, no abrió su boca.

‫ְׁשֹוחחַ ִ ֵּ֤כי נִ גְׁ זַר֙ מ ֶ ַ֣א ֶרץ חַ ִׁ֔ ִיים ִמ ֶ ִ֥פ ַשע עַ ִ ִ֖מי נֶ ִ֥ ֶ֥גַע ָ ָֽלמֹו׃‬
ֵ֑ ‫ת־ּדֹורֹו ִ ַ֣מי י‬
ִ֖ ֶ‫ּומ ִמ ְׁשפָ ט֙ ל ִָֻׁ֔קח ְׁוא‬
ִ ‫מעֵֹּ֤ צֶ ר‬

meótzer umimishpát luqáj ve’et-doró mi iesujéja ki nigzár me’éretz jai’ím mipésh’a amí neg’a lamo

Del encarcelamiento y del juicio fue tomado. Y a su generación, ¿quién le narrará?

Porque fue cortado de la tierra de los vivientes, y a causa de la transgresión de mi pueblo fueron
ellos heridos.

‫ֹתיו עַַ֚ ל ל ֹא־חָ ָ ַ֣מס עָ ִָׁ֔שה ו ְִׁ֥ל ֹא ִמ ְׁר ָ ִ֖מה ְׁב ִ ָֽפיו׃‬
ֵ֑ ָ ‫ת־ר ָש ִעים֙ ִק ְׁב ִׁ֔רֹו וְׁאֶ ת־עָ ִ ִ֖שיר ְׁבמ‬
ְׁ ֶ‫וַיִ ֵּ֤תן א‬

vaitén et-reshaím qivru ve’et-ashír bemotáiv al lo-jamás asáh veló mirmá bepív

Y dispuso con los impíos su sepultura, y con los ricos en sus muertes.

Aunque nunca hizo violencia, ni hubo engaño en su boca.

‫ְׁחפֶ ץ ה’ ְׁבי ִָ֥דֹו יִצְׁ ָ ָֽלח׃‬


ִ֥ ‫ם־ת ִ ֵּ֤שים אָ ָשם֙ נ ְַׁפ ִׁ֔שֹו י ְִׁר ֶ ִ֥אה זֶ ִֶַ֖֥רע יַאֲ ִ ַ֣ריְך י ִ ֵָ֑מים ו‬
ָ ‫ַ ָֽו’ה’ חָ ֵּ֤פץ ַּדכְׁ אֹו֙ ֶ ָֽהחֱ ִׁ֔ ִלי ִא‬

Va’Hashém jafétz dak’ú héjelí im-tasím ashám nafshó ir’éh zerá ia’ríj iamím vejéfetz Hashém be’iadó itzláj

Con todo eso, El Eterno quiso quebrantarlo por enfermedad; así ofrecería su alma en restitución,
para que pudiera ver a su descendencia, prolongar sus días, y que el propósito del Eterno pueda
prosperar en su mano.

‫ֹתם ִ֥הּוא י ְִׁס ָֽ ֹבל׃‬


ִ֖ ָ ‫מעֲ ַ ֵּ֤מל נ ְַׁפשֹו֙ י ְִׁר ֶ ַ֣אה י ְִׁש ִׁ֔ ָבע ְׁב ַד ְׁע ּ֗תֹו יַצְׁ ִ ִּ֥דיק צַ ִ ּ֛דיק עַ ְׁב ִ ִּ֖די ָ ָֽל ַר ִ ֵ֑בים וַעֲ וֹ נ‬

meamál nafshó ir’éh isbá beda’etó iatzdíq tzadíq avdí larabím va’avonotám hu isból

De su vivo esfuerzo verá lo máximo

En su conocimiento mi siervo justo hará lo justo para muchos, y sus pecados él tolerará.

‫ֲצּומים֮ יְחַ לֵ ֶ֣ק ָשלָ ל ֒ ָ֗ ַתחַ ת אֲ ֶַּ֨שר הֶ ע ָ ֱָ֤רה לַ ָ ׁ֙מוֶתׁ֙ נ ְַפ ָּ֔שֹו‬
ִ ‫ק־לֹו בָ ַר ִָ֗בים וְאֶ ת־ע‬
ֶ֣ ֶ‫לָ ֵֵ֞כן אֲ חַ ל‬

‫א־ר ִ ֶ֣בים נ ָָָּ֔שא וְלַ פֹ ְש ִ ֖עים יַפְ ִ ֹֽגיעַ ׃‬


ַ ‫וְאֶ ת־פֹ ְש ִ ֖עים נִ ְמנָ ָ֑ה וְהּואׁ֙ חֵ ְט‬

lajén ajaleq-ló varabím ve’et-atzumím iejaléq shalál tájat ashér he’eráh la’mávet nafshó

ve’et-posh’ím nimnáh vehu jet-posh’ím nimnáh vehu jet-rabím nasá velaposh’ím iafguía

Por lo tanto, yo le daré parte con los grandes, y repartirá el botín con los poderosos; porque
desnudó su alma hasta la muerte, y fue contado con los pecadores; habiendo él llevado el pecado
de muchos, e intercedido por los pecadores
La Bendición Sacerdotal, explicación…

Bémidvar / Números 6:23 Habla a Aarón y a sus hijos y diles: Así bendeciréis a los hijos de
Israel, diciéndoles: 6:24 Adona-i te bendiga, y te guarde; 6:25 Adona-i haga resplandecer
su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia; 6:26 Adona-i alce sobre ti su rostro, y ponga en
ti paz. 6:27 Y pondrán mi nombre sobre los hijos de Israel, y yo los bendeciré.

ָ‫יְ בָ ֶרכְ ָך יְ הוָה וְ יִ ְש ְמ ֶרָך {ס} כה יָאֵ ר יְ הוָה פָ נָיו אֵ לֶיָך וִ י ֻחנֶך‬

‫ ְבנֵי יִ ְש ָראֵ ל וַאֲ נִ י אֲ בָ ְרכֵם‬-‫ ְש ִמי עַ ל‬-‫כו יִ שָ א יְ הוָה פָ נָיו אֵ לֶיָך וְ יָשֵ ם לְ ָך שָ לֹו {ס}כז וְ שָ מּו אֶ ת‬

Iebarejeja Hashém veishmeréja | Iaer Hashém panáv eléja vijunéka | Isa Hashém panáv eleja,
vaiasém lejá shalóm | Veshamó et-Shmí al-benéi Israel vaAní abarjém

La bendición más famosa del Tanaj. En el libro de Bemidbar aparece la bendición


sacerdotal (Birkat Kohanim). Esta es una de las bendiciones más antiguas de la historia
judía.

Se atestigua su uso desde el primer Templo de Jerusalém hasta nuestros días. Dios le
ordena a los sacerdotes a bendecir al pueblo con una determinada formula.

Los sabios señalan con énfasis que no son ellos los que bendicen, los que otorgan la
bendición, sino que la bendición proviene de Dios, los sacerdotes son meros mensajeros.

La Mishná marca varias diferencias en la forma de cómo se solía recitar Birkat Kohanim en
el Templo de Jerusalém y como se hace en nuestros días, fuera del Templo.

 Fuera del Templo de Jerusalém al final de cada una de las tres partes de la bendición quienes la
escuchan deben contestar “amén”. En el Templo no se interrumpía entre cada una de las
secciones y solo al final los congregantes decían “Baruj Adona-i Elohim Elohei Israel min
haolam vead haolam”
 En el Templo cada vez que aparecía el nombre de Dios en la fórmula de la bendición se lo
pronunciaba como está escrito, los sacerdotes pronunciaban el nombre inefable de Dios. En
nuestras sinagogas utilizamos uno de sus apodos cada vez que aparece el nombre de Dios en la
bendición. Lo pronunciamos como Adonai.

Los rabinos luego en el Talmud interpretan con cuidado los versículos circundantes a la
bendición para extraer de allí varias halajot sobre cómo se debe pronunciar la birkat
haKohanim. La misma debe ser pronunciada únicamente en hebreo.

Los sacerdotes deben estar de pie. Los sacerdotes deben elevar sus manos por encima de
sus cabezas mirando hacia el público en el momento de la bendición.

La oración debe ser pronunciada frente a frente, los sacerdotes deben mirar al público
como un hombre habla con su prójimo y no le deben dar la espalda. La misma debe ser
pronunciada en voz alta y debe ser audible para toda la congregación.

¿Qué sucede con un sacerdote que elige no bendecir? Los rabinos del Talmud eran muy
cuidadosos en torno a esta bendición. Sostenían que un sacerdote que elegía no bendecir
al pueblo de Israel, este no sería bendecido por Dios.
Quien no bendice no es bendecido, podríamos decir.

El Talmud continúa enseñándonos algunas reglas en torno a la bendición de los


sacerdotes. Recordemos una vez más que está bendición es una de las más -sino la más-
antigua bendición presente en la tradición judía.

Estipulada en la Torá hace por lo menos 2500 años se sigue recitando hasta el día de hoy
en la gran mayoría de las sinagogas de todo el mundo. Ahora sí, las especificaciones:

 Netilat Iadaim: Los sacerdotes se deben lavar las manos completamente, hasta las muñecas,
como se solía hacer en el Templo de Jerusalém antes de entregar un sacrificio antes de realizar
la bendición. Quien no lo hace no puede recitarla.

 La bendición: Antes de recitar la bendición sacerdotal propiamente dicha (aquella que


empieza con “iebarejejá”) los sacerdotes deben recitar una bendición agradeciendo la
posibilidad de dar la bendición al pueblo de Israel. Ellos al darse vuelta y mirar a la
congregación deben decir: “que nos santificaste con tus preceptos y nos ordenaste bendecir al
pueblo con amor”. Una bendición sin amor no es una bendición.

 Sim Shalom: Cuando los sacerdotes terminan de pronunciar los tres versículos que componen
su bendición el Sheliaj Tzibur (oficiante de la plegaria) continúa con la última bendición de la
Amida, con Sim Shalom. Mientras tanto los cohanim se dan vuelta y miran nuevamente hacia
el Aharón Hakodesh y dicen: “Dios hicimos lo que nos ordenaste (bendecir al pueblo) ahora Tu
haz lo que nos prometiste”.

 Las manos: Quien haya visto a los sacerdotes realizando la bendición sacerdotal sabrá que
abren las manos de una forma particular. Las elevan, las ponen delante de sus cabezas y con las
palmas abiertas y con un hueco entre los dedos bendicen a la congregación. Sólo pueden poner
las manos de esa manera una vez que están mirando a la congregación, no antes.

 Silencio: Mientras los cohanim dan la bendición ordenada por la Torá la congregación debe
estar en silencio sin pronunciar palabra alguna.

 Descalzos: Rabi Iojanan ben Zakai prohibió que los sacerdotes suban al Dujan a bendecir a la
congregación con sandalias por miedo a que estás se rompan y que un sacerdote quede
inhabilitado de pronunciar la bendición. Los sabios medievales por tal motivo decretaron que
lo ideal es que los sacerdotes suban descalzos a pronunciar la bendición.

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