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DEBERES CONYUGALES

Al igual que nuestras leyes, la mayoría de las legislaciones positivas vigentes no


conceptúan el matrimonio, pero en todas se enumeran los derechos y deberes recíprocos
de los cónyuges.
El derecho positivo se limita a disponer un sistema de derechos y deberes entre los
cónyuges, que en conjunta, da las bases para que se instaure en la comunidad de vida a
que los cónyuges acceden por el acto jurídico de celebración del matrimonio. Tales
derechos y deberes constituyen el mínimo indispensable para que la comunidad se
establezca, le son esenciales y no pueden apartarse de los valores morales que
directamente inciden sobre la institución del matrimonio.
En cuanto a los derechos, los que invisten los cónyuges son derechos subjetivos
familiares, poderes reconocidos a la persona para la satisfacción de los intereses como
miembro de la familia, protegidos por la ley en su condición de factores relevantes en la
gestión del bien común. Son medios para el logro del fin personal, para realizarse
personalmente mediante el matrimonio y la paternidad-maternidad. En cuanto a los
deberes son asimilables a las obligaciones civiles.
Los rasgos más específicos son los siguientes:
1.- Fundamento. Es evidentemente ético, el matrimonio no es solo un vínculo jurídico
sino un vínculo moral-espiritual basado en los afectos y sentimientos que implican
deberes éticos.
Así la ley positiva sanciona esos deberes morales erigiéndolos en obligaciones de
derecho que los cónyuges tienen entre si, con respecto a la prole y también para la
sociedad.
2.- Orden publico: las normas sobre derechos y deberes de los cónyuges son de orden
público, ajenas a la voluntad de los esposos dada esta trascendencia del matrimonio para
la sociedad.
3.- Reciprocidad. El sujeto del derecho tiene junto a si al titular de un derecho
subjetivo idéntico al suyo, lo que se expresa comúnmente en la clasificación de
reciproco, de manera que el derecho de unote los esposos se yuxtapone el deber
correspondiente al derecho subjetivo paralelo del otro, por eso cada esposo es sujeto
simultáneamente de un derecho y deber con respecto de aquel.
4.- Permanencia: los derechos y deberes matrimoniales participan de la
permanencia de matrimonio.

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5.- Cumplimiento. Los deberes matrimoniales son de cumplimiento indelegable. No
hay lugar para la ejecución forzosa que solo cabe en aspectos de obligación alimentaría,
la indemnización de los daños causados es procedente a favor del contrayente de buena
fe en el matrimonio anulado.
DEBER DE FIDELIDAD:
El art. 198 establece que los esposos se deben mutuamente fidelidad.
El antecedente se encuentra en el Código de Vélez en el cual disponía que los esposos
estén obligados a guardarse fidelidad, sin que la infidelidad de uno autorice al otro a
proceder del mismo modo… Así el articulo 50 de la Ley 2393 lo reproduzco,
refiriéndose a la sanción civil y penal correspondiente por el incumplimiento de este
deber.
La incriminación penal de adulterio ha sido suprimida por ley 24453 en el año 1996.
Concepto:
El deber de fidelidad es más susceptible de descripción por su contenido que de una
verdadera conceptualizacion.
La fidelidad consiste en prestarse a la relación intima conyugal que debe
complementarse con la satisfacción del deber de asistencia moral traducido en compartir
la suerte del cónyuge, alegrías, sinsabores, salud y enfermedad, sus proyectos,
inquietudes, en un marco de respeto, confianza y comprensión, que podríamos
englobarlo dentro del ámbito positivo. Negativamente la violación de este deber de
fidelidad material, mediante la configuración de la causal de adulterio, o moral,
configurada por comportamientos que sin llegar a tener trato sexual con un tercero, sean
suficientes para afectar los sentimientos o lesionar la reputación del otro cónyuge.
Así se ha venido sosteniendo en la jurisprudencia que el adulterio constituye el ataque
mas directo contra el instituto matrimonial pero que es una especie dentro del genero de
la infidelidad ya que no toda la infidelidad es adulterio aunque el inverso es exacto y
que el quebrantamiento del deber de fidelidad se produce por vinculaciones fuera del
matrimonio que no guarden los limites de lo común y habitual en las relaciones sociales
y denoten una aproximación de tipo sentimental.
Caracteres:
Reciprocidad: los cónyuges se deben fidelidad uno al otro.
El adulterio se configura con la relación sexual fuera del matrimonio tanto para el
marido como para la esposa no efectuándose hoy ninguna diferenciación para su
tipificación.

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La equiparación de la inconducta de uno y otro cónyuge es justa porque ambos
infringen igualmente el deber de fidelidad, hablando a las claras de la igualdad jurídica
de los esposos.
Las actitudes y comportamientos que configuran la infidelidad moral, aun solo en
apariencia de ofensa a la fidelidad, son apreciados judicialmente con los
comportamientos que la vida moderna le otorga a ambos. Que carera en las causales de
divorcio o separación personal dentro de las injurias graves.
No existe la posibilidad de compensación, aunque la norma no lo exprese textualmente
es evidente que la infidelidad de un cónyuge no autoriza a la infidelidad del otro y que
cualquiera de ellos, si ambos se encuentran en la misma situación, esta habilitado para
pedir la separación o bien el divorcio.
Son nulos de nulidad absoluta los acuerdos celebrados con que los cónyuges
pretendieran regular o eximirse del deber de fidelidad. Ello se debe precisamente al
carácter de orden público que tienen no siendo posible su modificación dejando de lado
lo normado por la ley.
SANCIONES:
Son sanciones civiles para quien viola el deber de fidelidad, la separación personal o
divorcio por adulterio o injurias graves que comporten infidelidad moral de
conformidad lo prescribe el art. 202 inc. 1 y 4, y en el art. 214 inc. 1.
Existe una tendencia a reconocer derecho a indemnización al cónyuge ofendido por los
daños sufridos por la causal de divorcio y por el divorcio mismo.
El debito conyugal es expuesto por la doctrina integrando el deber de fidelidad, algunos
lo incorporan con el de cohabitación y otros lo tratan en forma independiente de ambos.
La primera concepción armoniza con los caracteres de fidelidad excluido que ambos
cónyuges se deben, la segunda estima que deber de cohabitación comprensivo de la
comunidad de vivienda y de vida sexual de los cónyuges, uno se complementa con el
otro; y la tercera sostiene que la comunidad de habitación y el debito conyugal son
aspectos distintos de un conjunto amplio de derechos y deberes que integran la vida
conyugal.
La negativa a dar cumplimiento al debito conyugal constituye injurias graves invocable
como causal de separación o divorcio. Pera la negativa es atendible si obedece a razones
justificadas de enfermedad física o psíquica, ahora bien si fuera injustificada no podrá
por vía de intimación judicial o extrajudicial, dar cumplimiento a este deber.
DEBER DE CONVIVENCIA:

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El art. 199del CC los esposos deben convivir en la misma casa….
Los esposos deben habitar en la misma casa, bajo el mismo techo, no se viola el deber
de convivencia porque la sede de la actividad profesional se encuentre en otro sitio o
por ausencias transitorias o aun regulares por razones laborales. A su vez, la mera
cohabitación no agota la satisfacción del deber de convivencia si faltan las otras
manifestaciones de la comunidad de vida.
Su fundamento se basa en el matrimonio mismo que implica vida en común.
Es obviamente reciproco. El deber de convivencia permanece hasta la sentencia de
anulación de matrimonio, separación personal o divorcio.
Es un deber de orden público, como todos los derechos-deberes conyugales, pero solo
los cónyuges pueden exigirse recíprocamente su cumplimiento dentro de los términos
del art. 199 del CC.-
EXCEPCIONES:
Supuestos de suspensión:
1.- Suspensión por acuerdo de los cónyuges: Esta posibilidad se desprende del primer
párrafo del art. 199 siempre que concurran los extremos que se exige, circunstancias
excepcionales que obligan a interrumpir la convivencia y se de la transitoriedad de la
interrupción. La procedencia del acuerdo resulta evidente porque de no haberlo o uno de
los cónyuges deja de cohabitar configurando el abandono o es precisa la intervención
judicial que prevé el párrafo siguiente. Este acuerdo debe distinguirse del que los
consortes pretendieran celebrar para establecer una separación de hecho o reglar sus
consecuencias, el que esta prohibido por la imperatividad del deber de cohabitación.
Desaparecidas las circunstancias excepcionales los cónyuges deben volver a cohabitar y
cualquiera de ellos pueden hacer uso de la intimación contenida en el mismo art.
2.- Suspensión por resolución judicial.
Puede serlo en caso de peligro, cuando la convivencia comporta un peligro cierto para la
vida, la integridad física o moral de quien la pide, del otro cónyuge o de los hijos.
Procede a pedido de cualquiera de los esposos, incluso de aquel de quien resulta el
riesgo y la autorización debe ser anterior a la interrupción de la convivencia, salvo que
el peligro inminente en que deberá solicitarse inmediatamente después de consumarla.
Ambos cónyuges deben ser oídos.
La cohabitación deberá reanudarse cesadas las causas que la motivaron no siendo
necesario que el cese de la suspensión se someta a un procedimiento análogo al que lo

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llevo a disponerla, si bien cabria la intimación de un cónyuge a otro para que se reanude
la convivencia.
También puede darse durante el tramite de anulación, separación personal o divorcio de
conformidad lo prescribe el art. 231 CC o sea la decisión judicial que imponga a uno de
los esposo a retirarse del hogar conyugal, la que procede aun antes de deducida la
acción en caso de urgencia. Se trata de una suspensión del deber de convivir que durara
hasta que se dicte sentencia que produzca su extinción o bien su reanudacion.
SANCIONES.
El art. 199 expresamente dispone que cualquiera de los cónyuges es hábil para requerir
que se intime al otro a reanudar la convivencia interrumpida sin causa justificada bajo
apercibimiento de negarle alimentos. Implica el ejercicio de una acción que debe
demostrar el abandono y el intimado las causas que lo justifican produciendo pruebas,
motivaciones que serán apreciadas por el Juez.
La intimación debe ser autentica, no abusiva, es decir, debe estar orientada a restablecer
la vida en común y no por otros motivos, ej evitar pasar alimentos.
No caben tampoco medios compulsivos para obtener el cumplimiento del deber de
cohabitación ni la aplicación de sanciones conminatorias.
La interrupción injustificada comporta la causal de abandono voluntario y malicioso
invocable para demandar separación personal o divorcio vincular, por culpa de quien
puso fin a la vida en común.
DEBER DE ASISTENCIA:
El art. 198 del CC dispone que los esposos se deben mutuamente asistencia y alimentos.
El deber de asistencia nace del matrimonio porque es inexcusable en quienes han
asumido voluntariamente el propósito de realizar una plena comunidad de vida
apoyándose y participando en la tarea para lograrlo.
La multiplicidad de matices de la asistencia moral excede la posibilidad de una
enumeración de contenidos determinados.
Implica el particular respeto y deferente atención con que debe tratarse al consorte y el
compartir efectivamente sus alegrías, preocupaciones, abarcando todo el auxilio
afectuoso durante la enfermedad.
Este debe es reciproco.
Admite en el supuesto del art. 203 CC y es aquí donde existe un contrasentido de la ley,
ya que habla por un lado de la importancia de este deber basado en la solidaridad
familiar y por otro habilita al cónyuge a iniciar la separación personal por severas

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alteraciones mentales graves, alcoholismo y drogadicción, procurando compensar con
asistencia material al cónyuge enfermo, en garantizarle vivienda y ayuda para su
curación aun después de la sentencia de separación personal.
La asistencia material abarca la ayuda en la satisfacción de las necesidades económicas
del cónyuge y tiene su mínima expresión en los alimentos.
El principio de igualdad para ambos implica exclusivamente la reciprocidad en el deber
de asistencia. La forma en que cada uno de ellos hará el aporte al hogar conyugal
dependerá de cada organización familiar. Si la mujer esta dedicada al cuidado del hogar
y de los hijos es el marido el que deberá hacer el aporte realizando tareas fuera del
hogar, ello no implicaría que el hombre eluda actividades hogareñas, ello implica la
coparticipación en el manejo de la familia, es así como desaparece la rígida división de
roles dentro de ella.
SANCIONES:
Las faltas al cumplimiento del deber de asistencia moral y/o material constituyen
injurias graves que son causales de separación personal y de divorcio por culpa de quien
incurrió en ellas.
El cumplimiento forzoso del deber de asistencia material puede conseguirse a través de
la fijación judicial de los alimentos y la ejecución de la sentencia respectiva.

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