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Mucho se ha discutido sobre las barreras que limitan el acceso de las mujeres a los puestos
Organización Internacional del Trabajo (OIT) encuestó a mil 200 empresas en 39 países
del mundo (México incluido) para clasificar estos obstáculos y encontraron 14 principales:
directivos.
familiares.
OIT se realizan algunas recomendaciones para eliminar la brecha entre géneros, por
laborales.
denominado como fugas en la tubería, que se refiere al rezago de las mujeres pese a su alto
los niños, lo cual también ayuda a la corporación a la captación y retención del talento
femenino.
“A menos que no se tomen medidas, serán necesarios entre 100 y 200 años para alcanzar
una vez por todas a fin de evitar las cuotas obligatorias que no siempre son útiles y tampoco
eficaces. Que las mujeres ocupen los cargos directivos simplemente es bueno para los
puesto de dirección, hay que hacerse visible y estar presente. Muchas mujeres son segundas
de a bordo y no destacan entre sus compañeros, por lo que se debe de demostrar la valía
creyendo en las posibilidades de cada una y mostrando ante los demás la capacidad de
liderazgo.
2- Negociación: tanto para adquirir el puesto como para poder llevarlo en el tiempo, la
negociación es otro de los pilares que rodea a la dirección femenina. Es en este instante
defender el puesto al mismo tiempo que desarrollar cada nuevo proyecto. Sandra Marín
destaca defender los propios intereses como parte de los intereses de la misma empresa.
afán de demostrar sus competencias, olvidan la esencia que les puede ayudar en el
es garantía de éxito, y muchas veces no casan con la manera de ser de cada una. Pero la
mano izquierda, la empatía y la sensibilidad no están reñidas con tener carácter, fuerza y
ser competitiva.
4- Síndrome del impostor: las personas que sean directivas o que lideren un grupo es
posible que hayan tenido que lidiar con el “síndrome del impostor”, especialmente presente
en el sexo femenino, y sobre todo en mujeres de éxito, pero que también puede
experimentarlo cualquier persona. Éste aparece cuando se tiende a pensar que los logros
fueron fruto del azar, que todo lo que se ha cosechado fue cuestión de suerte y que cualquier
persona puede hacerlo mejor que una misma. Dichas creencias esconden inseguridad y falta
de autoestima y algunos estudios confirman que gran parte de la población pasa por un
periodo así en su vida laboral, cuando empieza un trabajo nuevo o asume un rol de mayor
responsabilidad o distinto.
Para superar esa situación, hay que aprender a valorarse, entender y aceptar que no se tiene
que por qué conocer todas las respuestas y recompensarse ante cada reto diario que se
consiga.