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RONALD TERRAZAS CHAVEZ 8676-2

INDIGENISMO EN BOLIVIA

INTRODUCCIÓN

La Nación Aymara es una de las civilizaciones más antiguas de este continente; los
nombres en aymara de los lugares, montes y ríos demuestran claramente el desarrollo de
esta civilización en el continente sudamericano.

Desde 1532 fecha de la llegada de los españoles al Imperio Inca o territorio Aymara
Quechua., todos los habitantes de estas Primeras Naciones se convirtieron en “Indios”,
este apelativo despectivo dura hasta 1953. A partir de esta fecha se les denomina
campesinos, etnias, comunidades, pueblos autóctonos, Aborígenes pueblos indígenas u
originarios.

El indigenismo en Latinoamérica, ha sido aplicado desde la colonia como una política


fundamental por parte de los colonizadores y principalmente por el poder de la Iglesia. Si
bien es cierto que los indios fueron tratados en condiciones infrahumanas, en este periodo
también surgieron algunas voces que salieron en defensa de los mismos, sin embargo la
posición real que se tenía era de alguna forma racista, en el sentido de que los indios no
poseían facultades intelectuales, es decir eran inferiores en inteligencia, y por esta suerte
de ignorancia no estaban facultados para gobernarse a sí mismos y debían
necesariamente ser sujetos a un control de las instancias directrices formadas entre los
conquistadores, sus descendientes y miembros de la Iglesia.

La Iglesia en la colonia desempeñó un rol preponderante, tanto en el manejo de políticas


hacia los indios como en su catequización, ya que según ellos pertenecían a la categoría
de herejes. Esta política que impuso la Iglesia linda con el etnocidio, por esta razón
muchos pueblos fueron obligados a abandonar su idioma, religión, tradiciones y forma de
vida, bajo pena de ser severamente castigados.

La independencia y la creación de las Repúblicas, no contribuyó a mejorar el estado de


miseria y explotación de los pueblos indígenas. Si los criollos de alguna forma tenían
interés o simpatía por los indios, no fue por su forma de vida o su historia, lo que
predominó por entonces fue el afán de explotación y bonanza, que era de exclusividad
para los españoles.

LOS CONCEPTOS DE INDIGENISMO E INDIANISMO


SOBRE EL SIGNIFICADO DEL INDIGENISMO

Indigenismo es un término derivado de la palabra indígena bajo esta denominación fueron


agrupados todos aquellos intelectuales, artistas, políticos, maestros, etc. que desde
diversas posiciones y perspectivas coincidieron en denunciar la situación de miseria y de
explotación de la población indígena, y en revalorizar lo indígena como elemento básico
de la nacionalidad

El indigenismo es una corriente cultural, política y antropológica concentrada en el estudio


y valoración de las culturas indígenas, y cuestionamiento de los mecanismos
de discriminación y etnocentrismo en perjuicio de los pueblos indígenas.
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De modo similar, el Instituto Indigenista Interamericano define el indigenismo como “una
formulación política y una corriente ideológica, fundamentales ambas para muchos países
de América, en términos de su viabilidad como naciones modernas, de realización de su
proyecto nacional y de definición de su identidad” (Instituto Indigenista Interamericano”
1991).

También se puede definir el indigenismo como una corriente de pensamiento y de ideas


que se organizan y desarrollan alrededor de la imagen del indio.

El movimiento indigenista no es la manifestación de un pensamiento indígena, sino una


reflexión criolla y mestiza sobre el indio. De hecho se presenta como tal, sin pretender en
absoluto hablar en nombre de la población indígena. Esto no impide que tome decisiones
acerca de su destino en sus propios lugares, según los intereses superiores de la nación
tal y como son concebidos por los indigenistas. Eso es precisamente lo que se le reprocha
al indigenismo, desarrollado a partir del decenio de 1970, el cual pretende ser la expresión
de aspiraciones y reivindicaciones auténticamente indias.

SOBRE EL SIGNIFICADO DEL INDIANISMO

En la actualidad, la palabra “indio” ha sido recuperada por el “indianismo” como signo de


identidad y de lucha.

Se trata de una ideología reivindicativa de los indianistas y su lucha contra el colonialismo


interno en contraposición al indigenismo ya que el denominado “indigenismo” según los
“indianistas”, “se ha traducido en un aparato ideológico del Estado característico de
América y destinado a reproducir la situación colonial interna de los pueblos indios y su
condición de minorías sociológicas”.

Para un acercamiento concreto entre la diferencia diametral de indigenismo versus


indianismo, es necesario recurrir al más versado de los ideólogos del indianismo, Fausto
Reinaga.

INDIANISMO VS INDIGENISMO

Fausto Reinaga, cuyas formulaciones teóricas, al margen de sus arbitrariedades,


establecen diferencias cualitativas entre lo que él considera “indigenismo”, frente al
“indianismo”, como ideología autentica de los indios.

El “indigenismo” es enemigo de la raza india” dice Reinaga. En cambio el indianismo


resulta la autentica expresión del indio, que considera a occidente por esencia, por,
individualista, y por tanto el sistema por naturaleza originario de la guerra.

En contraposición del indianismo dice que el Tawantinsuyu es colectivismo, paz, trabajo, y


amor. En síntesis el origen de la explotación, la opresión y todos los males de la sociedad
están en occidente, las virtudes del ser humano sólo se encuentran en Tawantinsuyu.

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El “indianismo”, además, siente que el occidente ha traído artificialmente no solo las clases
sociales, sino, la lucha entre ellas. Son una farsa no solo la burguesía y el campesinado, el
propio proletariado es una impostura occidental.
Como consecuencia de esta concepción, concluyen los indianistas que no teniendo que
ver las luchas sociales con la realidad objetiva, son una cosa “artificial”, el objetivo por
tanto es la justicia racial, que estaría predestinada, por expresar un pasado de luchas
sociales, el restablecimiento del orden “perfecto”.

“El indianismo es el pensamiento del mismo indio, es la búsqueda, el reencuentro y la


identidad con nuestro glorioso pasado se nutre en la concepción colectivista o
comunitarista de nuestra civilización del Tahuantinsuyo, Los Indianistas rechazamos
corrientes políticas copiadas del ‘viejo’ continente, porque las dos líneas como la derecha
y la izquierda, ambas son clasistas y antagónicas que odian al Indio”.

El término indio o indígena no genera un sentido de pertenencia o identidad. Para los


indígenas su identidad está basada en la pertenencia a la comunidad de donde provienen,
generalmente una comunidad rural. Aquí los habitantes reproducen su lengua y sus
tradiciones, de manera que la tensión con el exterior incide fuertemente en la cohesión al
interior. El término indígena, de este modo, se refiere a una identidad que comparte el
individuo con un grupo que se considera o es tratado como similar y conforma una
categoría social. La identidad compartida aproxima pero también discrimina: nosotros
somos frente al otro, que es diferente.

El Dr. Waldo Albarracín, ex Defensor del Pueblo en Bolivia y ahora docente de la carrera
de Comunicación Social de la Universidad Mayor de San Andrés dice que el indigenismo
y indianismo “son dos conceptos importantes no contradictorios pero distintos, el
indianismo es una disciplina que se ocupa de estudiar el proceso, desarrollo de las
poblaciones indígenas pero bajo un parámetro étnico, en cambio el indigenismo,
fundamentalmente, ha abordado la evolución de los pueblos indígenas desde el punto de
vista de sus derechos tanto económicos como sociales y su evolución política.”

INDIANISMO E INDIGENISMO EN EL TAHUANTINSUYO, EN LA COLONIA Y EN LA


REPÚBLICA

TAHUANTINSUYO

El Tahuantinsuyo según Quebracho fue “un horrendo régimen de esclavitud en beneficio,


gloria y esplendor de una minúscula casta dominante”.

“Donde hombres y mujeres, todos los indios llevaban una existencia severamente
reglamentada. Los detalles de esta reglamentación serían interminables y llegaban hasta
los más íntimos aspectos de la vida privada. En ningún pueblo del Nuevo Mundo
encontramos, como entre los Incas, una absorción gradual del individuo por el Estado
hasta determinar la perdida de la personalidad, el indio no tenía más que obedecer”.

Sin duda esto contradice rotundamente el concepto de Fausto Reinaga a la hora de decir
que el indianismo es la búsqueda del reencuentro con lo que era el Tahuantinsuyo, con su
concepción colectiva y comunitaria del mismo.
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Posteriormente para el indio del Tahuantinsuyo, en la época de la conquista, obtuvo su


libertad, misma que empeoró su situación, dice Quebracho “los conquistadores
aprovecharon la idiosincrasia de esclavitud del indio y lo mantuvo en un régimen
igualmente servil”.

LA COLONIA

Durante el período colonial hubo, entre los conquistadores y sus descendientes,


defensores de los indios que denunciaron y combatieron la injusticia del régimen de
opresión, sin embargo, tenían en su contenido una posición racista en el sentido de que
los indios tenían limitadas sus facultades físicas e intelectuales, por lo tanto, era justo para
ellos, que estuvieran sujetos a un status de inferioridad social o tutelaje.

En un primer momento, el indigenismo de algunos clérigos y legisladores, se respaldaba


únicamente en la piedad cristiana. Pero en la práctica el rigor del nuevo sistema colonial,
con todas sus iniquidades fue impuesto sobre las consideraciones morales de algunos
“cristianos”.

El siglo XVIII trajo consigo para el sistema colonial una serie de quebrantamientos
estructurales, es decir, crisis económicas, sociales y culturales que advertían la conclusión
de su ciclo histórico.

Las sublevaciones de los Amaru, Katari y otras rebeliones indígenas transcurrieron


frecuentemente y se expresaban en la sucesión de acontecimientos en distintos
escenarios. Por otro lado, los criollos ilustrados iniciaron el despertar de la “conciencia
nacional” y propiciaron una nueva visión del indio y de su lugar en la sociedad.

Los criollos en realidad tenían interés o simpatía por los indios, no por su forma de vida y
su historia, lo que predominó por entonces fue el afán de oponer las grandezas de
América frente a un sistema colonial que les relegaba a un segundo plano ante los
españoles. Los indigenistas criollos del período colonial tampoco lograron superar el fuerte
prejuicio racista que compartían con los españoles.

LA REPÚBLICA

La independencia de la colonia no contribuyó a mejorar el estado de miseria y explotación


de los pueblos indígenas.

Las “reformas agrarias” y otras medidas contrarias a los intereses de estos pueblos y
ajenas a su cultura, adoptadas por el liberalismo, como la “ley de exvinculación” con el
pretexto de incorporar a los indios como ciudadanos libres e iguales a los demás en
derechos y obligaciones en el seno de las nuevas naciones independientes, profundizó el
colonialismo económico y cultural.

La pérdida de las tierras comunitarias erosionó la base en que se sustentaban la


producción agraria tradicional, muchos indígenas quedaron encadenados y obligados a
vender su fuerza de trabajo a las haciendas como colonos, o simplemente como pongos.
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La justificación ideológica hallo su resonancia en el “Darwinismo Social” fuente de las
ideas racistas que atribuían a la “inferioridad” del indio a factores biológicos congénitos.
A continuación algunas frases de célebres “verdugos reaccionarios” que pasaron a la
historia como presidentes e intelectuales oligarcas.
“La raza indígena la única modificación que ha experimentado es indudablemente la
religiosa, cambiando el culto al sol por el catolicismo: es inferior en inteligencia, en
condiciones físicas y morales, su ignorancia no tiene comparación como elemento político
es nulo y se mantendrá en esta condición hasta extinguirse en virtud de la ley fatal de que
las razas superiores vienen dominando y destruyendo a las inferiores” Centro De Estudios
De Potosí 1892: VIII, IX).

“Los indios son seres inferiores y su eliminación no es un delito sino una ’selección
natural” (José Manuel Pando, ex presidente de Bolivia -1899- 1904- ).

“El indio es el descendiente de los pueblos y naciones precolombinas que tienen la misma
conciencia de su condición humana, asimismo considerada por propios y extraños, en sus
sistema de trabajo, en su lengua y en su tradición, aunque éstas hayan sufrido
modificaciones por contactos extraños.

Lo indio es la expresión de una conciencia social vinculada con los sistemas de trabajo y
la economía, con el idioma propio y con la tradición nacional respectiva de los pueblos o
naciones aborígenes.

Aunque el indigenismo de esta época no solía cuestionar las estructuras de la sociedad,


contribuyó a que se tomara conciencia del problema indio y a mitigar algunos abusos.

INDIGENISMO, PENSAMIENTO SOCIAL Y POLÍTICO

El indigenismo tiene diversos antecedentes en el pensamiento social y político desde la


colonia.

Como consecuencia de esta situación, varios países latinoamericanos habían creado


departamentos u oficinas especiales cuya misión era ocuparse de las poblaciones
indígenas. Brasil fue el primer Estado en establecer un organismo indigenista oficial, el
Serviço de Proteção aos Indios, creado en 1910. En otros países, se establecieron
diversas instituciones oficiales durante los años treinta y cuarenta. Su filosofía dominante
era la idea de la integración y civilización de los indios, ya que siempre fueron
considerados como incivilizados, atrasados, y no incorporados al Estado-Nación.

Es así que desde 1918, la Primera Convención Internacional de Maestros, efectuada en


Buenos Aires, recomendó "la incorporación de los aborígenes a la cultura moderna". En
1933 en Montevideo, la VII Conferencia Panamericana expresó el deseo de que se
celebrara una Conferencia Interamericana de expertos en asuntos indígenas, resolución
ratificada por el VII Congreso Científico Americano que se llevó a cabo en México en 1935.
Dos años más tarde, la Primera Conferencia Panamericana de Educación, efectuada
también en México, aprobó que "se organice un Congreso Continental para estudiar el
problema de los indios en los países de América Latina".

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Es importante mencionar a la VIII Conferencia Panamericana, reunida en Lima en 1938,
en la que fue adoptada una resolución declarando que los indígenas "tienen un preferente
derecho a la protección de las autoridades públicas para suplir la deficiencia de su
desarrollo físico e intelectual", y que debería ser propósito de todos los gobiernos
"desarrollar políticas tendientes a la completa integración de aquéllos en los respectivos
medios nacionales”. En esa Conferencia se decidió patrocinar la celebración de un
“Congreso indigenista interamericano”. Este Primer Congreso debió haberse realizado en
La Paz, Bolivia, pero debido a acontecimientos políticos imprevistos, esto no fue posible.
Entonces, el Congreso se llevó a cabo en México, en abril de 1940 en Pátzcuaro,
Michoacán.

El Primer Congreso Indigenista Interamericano en el cual se sentaron las bases de una


política indigenista continental y fue decidida la creación del Instituto Indigenista
Interamericano, mediante una Convención Internacional que ha sido ratificada por 17
Estados.

El primer congreso indigenista en celebrado el 14 de abril de 1940 en Pátzcuaro, México


establece, en una declaración solemne, incluida en el acta final, los siguientes
condicionantes de la política indigenista: a) El respeto a la personalidad y a la cultura
indígena, b) Rechazar los procedimientos legislativos o prácticos que tengan origen en
conceptos de diferencias raciales con tendencias desfavorables para los grupos indígenas,
c) Igualdad de derechos y de oportunidades para todos los grupos de la población
americana. d) Respeto a los valores positivos de la cultura indígena. e) Facilitar a los
grupos indígenas su elevación económica y la asimilación y el aprovechamiento de los
recursos de la técnica moderna y de la cultura universal y f) Toda acción que se intente
sobre la comunidad indígena deberá contar con la aceptación de la comunidad.

Los congresos del Cuzco y de La Paz. El segundo Congreso se celebró en Cuzco, en


1949, retrasado por la II Guerra mundial, al que asistieron delegaciones de 13 países.
Tuvo cinco secciones: Biología, Antropología cultural, Socioeconomía, Educación y
Sección jurídica. Las conclusiones apenas variaron de las del otro congreso. El tercero
tuvo lugar en La Paz, del 2 al 10 ag. 1954. Sus conclusiones fueron fundamentalmente las
de dotar al indio de tierras y de darle un trato social más justo. En lo educativo se acordó
la alfabetización, creando comités en cada área americana.

En el campo de la Antropología, demografía y régimen familiar se determinó la elaboración


de censos y estadísticas de todo tipo adoptándose un alfabeto fonético uniforme para
quechuas y aymarás. El cuarto congreso se celebró en Guatemala en 1959, con la
asistencia de un representante del Seminario de Estudios Indigenistas de la Facultad de
Filosofía y Letras de Madrid.

INDIGENISMO EN EL SIGLO XX

En el indigenismo del siglo XX, el indio es una categoría específica de orden


fundamentalmente socioeconómico, en tanto que la distinción étnica pasa a un carácter
secundario. Los indígenas se conciben como marginados, en tanto que no participan de
los "beneficios de la civilización", aunque sí de sus perjuicios: explotación, opresión
violencia, violación de los derechos humanos, desnutrición, epidemias y pobreza.
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Los indígenas han quedado reducidos a vivir en la periferia, en regiones de


refugio alejadas de los centros político, en sitios "inhóspitos" o también en los cinturones
de miseria de las ciudades. Necesitan entonces, según el indigenismo, participación
ciudadana y social y ayuda externa que les impulse a superarse e integrarse.
Gonzalo Aguirre Beltrán, antropólogo mexicano, explica que “en las regiones de refugio
donde han logrado sobrevivir la mayoría de las comunidades indígenas, lo urbano domina
lo rural, las comunidades se convierten en satélites y se establecen relaciones asimétricas
entre los diferentes segmentos de la población. Los indígenas son la parte sometida
dentro del área de influencia que dominan los sectores que controlan el respectivo centro
rector. El indigenismo se propuso liberar al indio de esa intermediación opresiva y
explotadora”.

A diferencia de la supremacía de los blancos y del igualitarismo liberal, el indigenismo


reconoce la especificidad de lo indígena y el derecho de los indios a recibir un trato
especial favorable que compense siglos de discriminación, perjuicios y marginalidad. Sin
embargo, cuando los indigenistas hablan de integrar al indio a los beneficios de la
sociedad nacional y global, aspiran a que en esa sociedad se encuentren los elementos
que posibiliten la "redención" del indio, asumen que la sociedad dominante puede "salvar"
al indio, integrándolo a ella.

El indigenismo como política de los estados, busca "atender y resolver los problemas que
confrontan las poblaciones indígenas, con el objeto de integrarlas a la nacionalidad
correspondiente"1 y puede clasificarse en cuatro variantes: político, antropológico,
comunitario y desarrollista.

El indigenismo político, reformista o revolucionario surgió como propuesta de participación


de los indígenas en proyectos de transformación nacional, como las revoluciones
mexicana y boliviana. Esta variante enfatiza en la reivindicación social del indio y la lucha
par la tierra y se centra en el enfrentamiento político con gamonales, caciques,
latifundistas y burócratas. El indigenismo comunitario que fortalece la propiedad colectiva
de la tierra y los usos y costumbres comunitarios es una variante del político.

El indigenismo desarrollista surgió trata de integrar a los indígenas y sus territorios al


desarrollo económico y al mercado. Pocas veces sale el indígena bien librado de los
impactos ambientales y sociales de las políticas empresariales y frecuentemente se
catalizan la emigración y especialmente la diferenciación social entre una minoría
privilegiada (Dietz 1995) y una mayoría pauperizada.

EL MOVIMIENTO EN BOLIVIA

En Bolivia el indigenismo fue un movimiento liderizado por los criollos-mestizos, cuya idea
fue de pura reivindicación, en síntesis, pretendía asimilación e integración del indio en la
sociedad criollo-mestiza. Por eso se proyectó alfabetizar al indio en castellano, esto
significó un medio de conquista y exterminio al mismo tiempo.

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Fausto Reinaga en sus consideraciones sobre indigenismo afirma que éste término
aparece en el Perú hacia el año 1926, como un movimiento literario, y luego toma un
carácter político – social de reivindicación. “La resonancia del movimiento pronto traspuso
las fronteras del Perú. Devino una verdadera agitación, tanto al norte como al sur de
indoamerica” (Reinaga, 1970:135)
Según muchos autores el indigenismo contribuyó a que se tomara conciencia del
problema indio y a mitigar algunos abusos, a través de diversas posiciones y perspectivas
que coincidieron en denunciar la situación de miseria y de explotación de los indígenas,
con el objeto de integrarlas a una determinada nacionalidad.

Sin embargo, la ideología del indigenismo lo que en realidad ha pretendido es culturizar al


indio, bajo el ideal proteccionista, considerado al indio como un ser en inferioridad de
condiciones y afirmando que su estado de atraso se debe a la mantención de sus
condiciones rudimentarias de su no-civilización, lo cual hace que éste no sea capaz de
incorporarse a la modernidad.

El discurso del indigenismo fue adoptado con facilidad por muchas corrientes políticas,
que a su turno aprovecharon de pregonar el indigenismo, con el mero propósito sólo de
captar votos y como consecuencia lógica el apoyo de los indios que muy hábilmente los
llamaron “campesinos” o en el mejor de los casos “el hermano campesino”.

Con el indigenismo, los esfuerzos por mejorar la situación de los pueblos indígenas
estaban basados en la idea de que para beneficiarse con el desarrollo, dichos pueblos
debían sacrificar su cultura e identidad y asimilarse o integrarse a la sociedad nacional.

A contraposición del indigenismo surgió el indianismo como una base filosófica-ideológica


de la sociedad comunitaria y de su revolución india, basada en la colectividad de sus
propios valores, intereses, creencias y su relación con la naturaleza.

Víctor Hugo Cárdenas, ex vicepresidente de Bolivia, expresaba que para los pueblos
indígenas el desarrollo es “desarrollo con identidad”. La cultura no es un obstáculo para el
desarrollo, sino más bien la piedra fundamental inicial para el progreso social y económico
porque se asienta en los valores, las aspiraciones y el potencial de los pueblos.

Por lo tanto, se puede afirmar que el desarrollo y la identidad cultural no se excluyen, sino
que son elementos claves para avanzar a una sociedad más justa y equitativa.

LA COOPTACIÓN ESTATAL

Un periodo importante de la construcción del discurso nacional indígena es el de la


cooptación2 estatal. Éste se inicia a fines de los años 1980, en momentos en que se
atraviesa por una fuerte frustración política de intelectuales y activistas del movimiento
indígena, en la medida en que sus intentos de convertir la fuerza de la masa indígena
sindicalizada en votación electoral no dan los resultados esperados.

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Al tiempo que la sociedad y los partidos de izquierda marxista asisten al brutal
desmoronamiento de la identidad y fuerza de la masa obrera sindicalmente organizada, la
adopción y reelaboración de un discurso etnicista se les presenta como una opción de
recambio en los sujetos susceptibles de ser convocados. De esta manera, la estructura
conceptual con la que esta izquierda en decadencia se acerca a la construcción discursiva
indígena no recupera el conjunto de la estructura lógica de esa propuesta, lo que hubiera
requerido un desmontaje del armazón colonial y vanguardista que caracterizaba al
izquierdismo de la época.

El MNR es el partido político que con mayor claridad detecta el significado de la formación
discursiva de un nacionalismo indígena, visto como un peligro, así como también las
debilidades que atravesaba el movimiento indígena. Por medio de la alianza con Víctor
Hugo Cárdenas y una serie de intelectuales y de activistas del movimiento indígena, el
MNR convierte en política de Estado el reconocimiento retórico de la multiculturalidad del
país, mientras que la Ley de Participación Popular habilita mecanismos de ascenso social
local capaces de succionar el discurso y la acción de una buena parte de la intelectualidad
indígena crecientemente descontenta.

La aplicación de la Ley de Participación Popular, si bien ha contribuido en algunos casos a


un notable fortalecimiento de las organizaciones sindicales locales que han logrado
proyectarse electoralmente en el ámbito nacional, también puede ser vista como un
mecanismo bastante sofisticado de cooptación de líderes y de activistas locales, que
comienzan a girar y propugnar sus luchas y sus formas organizativas alrededor de los
municipios y las instancias indigenistas expresamente creadas por el Estado. De esta
manera, a la identidad indígena autónoma y asentada en la estructura organizativa de los
"sindicatos", formada desde los años 1970, se va a contraponer una caleidoscópica
fragmentación de identidades de ayllus, de municipios y de "etnias".

EL INDIANISMO DE LOS NOVENTA

Este ciclo indianista puede ser calificado como estrategia de poder y se da a fines de los
años 1990 y principios del siglo XXI. Es el momento en que el indianismo deja de ser una
ideología que resiste en los resquicios de la dominación y se expande como una
concepción del mundo hegemónico intentando disputar la capacidad de dirección cultural y
política de la sociedad a la ideología neoliberal que había prevalecido durante los últimos
dieciocho años. De hecho, hoy se puede decir que la concepción del mundo de corte
emancipatorio más importante e influyente en la actual vida política del país es el
indianismo y es el núcleo discursivo y organizativo de lo que hoy podemos denominar la
"nueva izquierda".

La base material de esta colocación histórica del indianismo es la capacidad de


sublevación comunitaria con la que las comunidades indígenas responden a un creciente
proceso de deterioro y decadencia de las estructuras comunitarias campesinas y de los
mecanismos de movilidad social ciudad-campo. Manifiesta ya desde los años 1970, las
reformas neoliberales de la economía incidirán de manera dramática en el sistema de
precios del intercambio económico urbano rural. Al estancamiento de la productividad
agraria tradicional y la apertura de la libre importación de productos, los términos del
intercambio regularmente desfavorables para la economía campesina se intensificarán
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drásticamente comprimiendo la capacidad de compra, de ahorro y de consumo de las
familias campesinas.

A ello se sumará un mayor estrechamiento del mercado de trabajo urbano y un descenso


en el nivel de ingreso de las escasas actividades laborales urbanas con las que
periódicamente complementan sus ingresos las familias campesinas. Esto restringe la
complementariedad laboral urbano rural con la que las familias campesinas diseñan sus
estrategias de reproducción colectiva.

EL INDIANISMO EN LA OBRA DE FAUSTO REINAGA

Desde el momento en que el indio boliviano tiene acceso a la forma comunicacional del
blanco -forma internacionalizada-, es decir, cuando accede al al uso del lenguaje escrito y
hablado de la "clase dominante" (sea esta inglesa, española, francesa, etc) se da inicio a
la "Revolución India", planteada por Fausto Reinaga el año 1970 La revolución india
consta de lo siguiente: el indio debe de ocupar el lugar que le corresponde, es decir, debe
ser un ser humano pleno y libre del cholaje blanco-mestizo, porque es mayoría
poblacional, no por cultura o idioma sino por el elemento racial. "El indio al poder", dice
Reinaga, "el ser nacional no es otro que el indio y solo cuando este se libere Bolivia -y
América- será libre. Entonces podremos hablar de nación". El indio para el indio y su tierra
solo para él; el cholaje putrefacto debe entender que es minoría étnica y ocupar ese lugar,
el que le corresponde por despreciar al indio y glorificar a Europa.

Los principales argumentos que sustentan y consolidan este eje vertebrador son:

El carácter violento e injusto de la conquista

Este punto parece el que menos discusión merece, ya que es indiscutible el terror que los
conquistadores impusieron en toda América, condenando a la enfermedad y la muerte a
millones de seres humanos.

La continuidad del régimen de exclusión hacia el indio

La “Revolución India” hace un recorrido detallado y pormenorizado de las dinámicas


persistentes a lo largo de la época colonial y republicana, resaltando el hecho del continuo
empobrecimiento de las condiciones de vida de los indios, de su marginación de la vida
política, de la prohibición de su cultura, de su invisibilidad social, etc.

La existencia de dos Bolivias

Este argumento constituye el aspecto principal que da cobertura y coherencia a la


propuesta de liberación de la obra de Reinaga, asimilando el indianismo a los movimientos
emancipatorios de África y Asia que, en esa época (finales de los 60, principios de los 70)
lideraban las luchas por la transformación y reversión del sistema colonial.

Es por esto que Reinaga habla de las dos Bolivias, la Bolivia blanca y mestiza,
superestructura de opresión, y la Bolivia india, nación “clandestina” y alienada por su

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posición, ya no en el sistema de producción, sino en el propio imaginario colectivo racista
y excluyente de las clases dominantes.

El segundo de estos ejes, en contraposición a ese rechazo a todo lo occidental, es la


exaltación del pasado incaico, de la cultura de los aymaras y quechuas, de los avances
técnicos del imperio Inka, y, sobre todo, de la superioridad de los valores morales del
pueblo indio frente a la cultura europea y estadounidense.
Este modelo social, idealización de un pasado que vio cercenado su desarrollo por la
irrupción violenta del conquistador español, se proyecta en el futuro en los valores éticos
que, según la obra de Reinaga, se resumen en “Ama Sua, Ama Llulla, Ama Qhilla” (no
seas flojo, no seas mentiroso, no seas ladrón), es decir, el “Vivir Bien”, que encierra toda
una cosmovisión acerca de la vida en general, y del gobierno en particular.

PUEBLOS INDÍGENAS, MOVILIZACIONES Y ESTADO BOLIVIANO

LEY DE EXVINCULACIÓN

“La Ley de Exvinculación, dictada por el gobierno de Tomás Frías en 1874, sancionaba la
sustitución de la propiedad colectiva del ayllu por la propiedad individual. En otras
palabras, se declaraba legalmente la extinción del ayllu y se pretendía parcelar su
territorio, individualizando la propiedad comunal, mediante la dotación de títulos
individuales”.

“Para las poblaciones indígenas andinas, fue un golpe duro, pues el Estado boliviano
pretendía destruir la estructura y la organización del ayllu mediante un decreto. Como
consecuencia de la aplicación de la citada Ley de Exvinculación, se desató el más
importante proceso de expropiación de tierras comunales de la historia republicana,
implementado a través de la Revisita3 General de tierras, del año 1881”.

“Frente a esta política estatal anti-indígena, alrededor de 1880 se constituye un


movimiento indígena, denominado los Apoderados Generales, que estaba conformado por
autoridades originarias como Jilacatas, Mama jilacatas, Jilanqus, Mallkus, Mama mallkus,
Curacas, etc. de los departamentos de La Paz, Oruro, Potosí, Chuquisaca y Cochabamba.
Feliciano Espinosa y Diego Cari Cari fueron sus primeros representantes. Las principales
funciones de estos Apoderados Generales fueron las de representar a las markas, ayllus y
comunidades indígenas frente al Estado, debido a la prohibición de la Ley de
Exvinculación de reconocer jurídicamente a las autoridades tradicionales”.

“El resultado de esta masiva oposición y resistencia indígena fueron, en primer lugar, la
suspensión de la revisita general de tierras por parte del gobierno y, en segundo lugar, la
exención de las comunidades originarias de la revisita. Por lo que las tierras de los ayllus y
comunidades originarias, que habían sido compradas de la Corona de España en la época
colonial mediante títulos de composición y venta, comenzaron a tener vigencia”.

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“Sin embargo, en la medida que continuaban en la lucha, iban logrando las
reivindicaciones más inmediatas; pero también comenzaban a rebasar los marcos
coyunturales de la lucha, pasando a otra etapa, donde se configuraba claramente el poder
de los ayllus y comunidades, quienes comenzaban a plantear el derecho a la autonomía.
Dentro de este panorama de convulsión social se ubica el desacato a las autoridades
superiores y subalternos, propugnado por los Apoderados Generales”.

La cultura recibió un impulso muy importante, ya que surgió una corriente indigenista y
nacionalista capaz de crear trabajo en todos los campos.
GUERRA FEDERAL

“La guerra civil que sacudió al país a fines del siglo XIX, llamada Guerra Federal, ha sido
estudiada, más que todo por la participación de la “gente común”, es decir, de los grupos
sociales ya que fue decisivo”.

“El estallido formal de problema se dio el 18 de noviembre de 1898 cuando el congreso


reunido en Sucre después de un áspero debate proclamó la ley de radicatoria que exigía
al Presidente su presencia permanente en la capital de la República, precisamente como
respuesta a la exigencia paceña. La brigada de La Paz que había pedido sin éxito la
reunión de un congreso en un punto “neutral”, Cochabamba, para discutir el tema sin
presiones, decidió abandonar la ciudad de Sucre en señal de protesta. Fue el rompimiento
de lanzas entre el norte y el sur. En el Ínterin, el 6 de noviembre de 1898 un gran mitin
reunido en la plaza de armas paceña, exigió el federalismo y el 14 se creó un comité
federal presidido por el jefe de los liberales José Manuel Pando, quien irónicamente como
senador por Chuquisaca votó a favor de la aprobación de la ley de radicatoria. El 12 de
diciembre se formó en La Paz una junta federal de gobierno, integra da por Pando,
Serapio Reyes Ortiz y Macario Pinilla que había renunciado al ministerio de Instrucción del
gobierno de Alonso, con Fernando Guachalla con o secretario. La declaratoria de guerra
estaba hecha”.

Para la guerra federal en 1898, José Manuel Pando hizo esta promesa formal al Cacique
Pablo Zárate Willka, jefe de los indios aymaras:

"... Willka -le dijo- te doy el grado de Coronel; levanta al indio; destruye al blanco del Sud,
(al blanco alonsista). Cuando derrotemos al Ejército Constitucional, yo seré Presidente y tu
serás el Segundo Presidente de Bolivia. Y devolveremos la tierra al indio; la tierra que le
ha arrebatado el Gral. Melgarejo".

En consecuencia el líder comunero al ingresar a la guerra exigio:

- Liberación de los colonos.


- Participación de los quechuas y de los aymaras en el gobierno.
- Devolución de las tierras comunales.
-
“Pablo Zárate “Willka”, recibió la propuesta de José Manuel Pando mediante la esposa de
este, Carmen Guarachi oriunda de Sica Sica. Esta intermediaria hizo la ofrenda de coca a
la Pachamama y convenció a los indios de las provincias Omasuyos, Pacajes, Sica Sica e
Iquisivi para iniciar el hostigamiento a los Conservadores. El temible Willka entonces,
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organizó y dirigió al Ejército Aymara, que fue un conjunto de pequeñas unidades con
poderosas masas humanas quechua y aymaras. El Temible Willka había demostrado
valor, don de mando y dureza en acciones verdaderamente exitosas comandando a miles
y miles de indios. El 22 de Abril de 1899, Zarate y su estado mayor fueron hechos
prisioneros en Sicasica, con lo que se desbarató la cabeza del movimiento que fue
reprimido y disuelto sin contemplaciones. Así se cerró uno de los momentos más
dramáticos del enfrentamiento entre la elite de poder y la mayoría aimara y quechua del
país”.

LA REPRESIÓN DEL MOVIMIENTO INDÍGENA EN LA GUERRA FEDERAL

“Cuando Pando derrotó a sus adversarios, instruyó la represión del movimiento indígena
del que se había beneficiado, por creer que éste tomaba un camino peligroso. Como parte
de la represión liberal, Pablo Zárate Willca y sus principales allegados fueron apresados el
23 de abril de 1899. Dos procesos penales se iniciaron contra los líderes indígenas, el
proceso de Mohoza y Peñas”.

“Más de cien indígenas fueron trasladados a La Paz acusados de haber participado en la


matanza de Mohoza. Zárate Willca estuvo preso en la cárcel de Oruro hasta mediados de
1901. El 3 de mayo del mismo año habría sido asesinado por la guardia de la cárcel por un
intento de fuga”.

EL ALTIPLANO SUBLEVADO

“En cuanto a las sublevaciones en el área rural del departamento de La Paz, la derrota
sufrida por el levantamiento indígena comandado por Pablo Zárate “el temible Willca”, en
1899, en el contexto de la ya citada Guerra Federal, abrió un periodo de reflujo en las
luchas ancestrales de los indígenas”.

Los constantes abusos contra los pongos, la amenaza permanente a las tierras de
comunidad, el apoyo de los gobiernos a los intereses latifundistas y las múltiples
obligaciones que los indígenas debían cumplir hacia el Estado, desataron expresiones de
descontento contra todas esas formas de opresión en distintos lugares del campo como
en Pacajes (1914), Caquiaviri (1918) y Achacachi (entre 1920 y 1930).

“Tras un período de represión intermitente ante cualquier intento de rebelión en el área


rural, en el contexto del gobierno de Gualberto Villarroel (1943-46), La Paz vio por primera
vez la llegada de miles de indígenas que tomaron las calles para hacer oír sus
reivindicaciones. Así ocurrió con el motivo de la realización del primer Congreso Indigenal
de 1945”

En la época del sexenio (1946-1952), las fuerzas oligárquicas retomaron el control y


actuaron sin contemplación alguna ante las diferentes manifestaciones antes gestadas en
el área rural, minas y ciudad.

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Hubo una indiscriminada represión por parte del presidente Enrique Hertzog, donde se
utilizaron aviones de guerra y se apresó a cientos de indígenas que fueron enviados a
zonas sin condiciones para vivir, además de encarcelar a otros.

REVOLUCIÓN DE 1952

“Este proceso representó un desplazamiento de clases a nivel de decisiones en el seno


del gobierno y en el conjunto de la sociedad”.

“La revolución de 1952 es un hecho fundamental en la historia boliviana, por una parte se
modificó la estructura económica, pasando de una economía semi feudal, a una economía
controlada por el Estado”.

“En el campo la reforma agraria eliminó el latifundio y determinó el comienzo de un


proceso de integración del campesino a la vida nacional”.

Antes de la reforma agraria los grandes propietarios, particularmente en el valle y altiplano,


controlaban en latifundios más del 95% de las tierras cultivables en el país.
Aunque en el periodo de Revolución Nacional estallaron conflictos entre campesinos de
comunidades indígenas y los de ex haciendas (como el de Warisata y Achacachi), ya no
se pordujeron sublevaciones indígenas de embergadura

LA LUCHA EN OCTUBRE DE 2003

En la denominada “Guerra del Gas”, la ciudad de El Alto fue la principal protagonista de


este movimiento, donde participaron migrantes de distintos pueblos y comunidades
indígenas y ex trabajadores mineros. El pueblo se movilizó por la recuperación de los
recursos naturales, (en este caso el gas), después de conocer las intenciones del
presidente, en ese entonces, Gonzalo Sánchez de Lozada de vender el gas a través del
país chileno, favoreciendo a empresas transnacionales y sin consultar al pueblo.

“Bajo la consigna de “el gas no se vende” el movimiento campesino-indígena inició en


septiembre de 2003 un bloqueo de caminos y una huelga de hambre. La Coordinadora de
Defensa del Gas, la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de
Bolivia, Central Obrera Boliviana, Central Obrera Regional; se unieron a la lucha y lograron
su cometido.

¿EVO MORALES INDIGENISTA O INDIANISTA?

El proceso electoral que se efectuó el año 2005 para las elecciones presidenciales, fue
muy diferente a los anteriores procesos. La candidatura de Evo Morales, acompañado por
Álvaro García Linera, sin duda, representaba la insurgencia indígena. Sin duda este tiene
un tinte más indigenista según el Dr. Waldo Albarracín, ya que de a poco, va reivindicando
los derechos de los indígenas, ya que este indigenismo manejado por el actual gobierno,
está más ligado al desarrollo de los pueblos indígenas, manejando conceptos de derechos
económicos, sociales y políticos en relación al Estado. Y en América Latina se ha ido
viendo esto también de ese modo, junto con los pactos y convenios internacionales como
la Declaración de los Derechos de los Pueblos Indígenas aprobada por la ONU.
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CONCLUSIONES

El indigenismo fue creado en la reunión gubernamental de la ciudad de Pátzcuaro


(México, 1940). Apoyados en el pensamiento del intelectual mejicano José Vasconcelos,
los Estados latinoamericanos decidieron construir la identidad mestiza de las sociedades
nacionales a través de políticas indigenistas que subordinaban las identidades indígenas,
negras y otras en la identidad única, nacional, a través de políticas públicas basadas en el
discurso integracionista y asimilacionista y en el trabajo operativo de los Institutos
Indigenistas de cada uno de los Estados latinoamericanos. Indigenistas fueron, por
ejemplo, José Carlos Mariátegui y Franz Tamayo.

El indianismo fue generado por líderes, pensadores y organizaciones indígenas como el


Consejo Mundial de Pueblos Indígenas (CMPI) y el Consejo Indígena de Sudamérica
(CISA) y que plantean proyectos ideológicos, políticos y culturales que reivindican el
protagonismo de los pueblos indígenas en pugna con el pensamiento y cultura
occidentales. En Bolivia, uno de los principales teóricos fue el potosino Fausto Reinaga
quien postulaba la revolución india delimitada por las fronteras de un fundamentalismo
étnico, con serias limitaciones teóricas y prácticas para construir una visión democrática e
intercultural. Este indianismo alega el carácter occidental de la democracia y la naturaleza
explotadora, etnocéntrica y racista a los pueblos de raíz occidental contrapuesto a las
virtudes de los pueblos indios dentro de una concepción esencialista étnica.

BIBLIOGRAFÍA

BARRAGÁN Rossana, Colección del Bicentenario Tomo 3, “La Paz en el siglo XIX”,
Editorial Santillana, La Paz Bolivia, 2009.

Biblioteca de consulta Encarta 2009.

CAJÍAS Magdalena, Colección del Bicentenario Tomo 4, “La Paz en el siglo XX”, Editorial
Santillana, La Paz Bolivia, 2009.

MESA, Jose de, GISBERT, Teresa y MESA, Carlos, “Historia de Bolivia”, Editorial Gisbert
y Cia.,La Paz-Bolivia, 2008

QUEBRACHO, “Bolivia, La Revolución Derrotada”, Cochabamba-Bolivia, 1967.

REINAGA, Fausto, “La Revolución India”, Ediciones Fundación Amaútica “Fausto


Reinaga”, Primera Edición, La Paz-Bolivia, 1970.

PAGINAS WEB

www.indigenista.org/indigenismo
www.indigenista.org/indianismo
www.katari.org/indigenismo-e-indianismo
es.wikipedia.org/wiki/Gonzalo_Aguirre_Beltrán
www.ibolivia.net/historia/guerra-federal.
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sucrecapitalidadplena.blogspot.com/la-guerra-federal

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