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Cavidades nasales

El término cavidad nasal se refiere a la totalidad o a sus mitades derecha o izquierda,


según el contexto. Las cavidades nasales tienen su entrada anteriormente a través de
las narinas, y posteriormente se abren en la nasofaringe por las coanas. La mucosa
tapiza las cavidades nasales, excepto el vestíbulo nasal, que está recubierto de piel.
La mucosa nasal está firmemente unida al periostio y al pericondrio de los huesos y
cartílagos de soporte de la nariz. La mucosa se continúa con el revestimiento de todas
las cámaras con que se comunican las cavidades nasales: la nasofaringe
posteriormente, los senos paranasales superiormente y lateralmente, y el saco
lagrimal y la conjuntiva superiormente. Los dos tercios inferiores de la mucosa nasal
forman el área respiratoria, y el tercio superior la olfatoria. El aire que pasa por el
área respiratoria se calienta y humedece antes de pasar a través del resto de la vía
respiratoria superior hacia los pulmones. El área olfatoria contiene el órgano
periférico del olfato; la acción de olfatear transporta el aire hacia esa zona.
LÍMITES DE LAS CAVIDADES NASALES
Las cavidades nasales tienen techo, suelo y paredes medial y lateral.
• El techo de las cavidades nasales es curvo y estrecho excepto en su extremo
posterior, donde está formado por el cuerpo hueco del esfenoides. Está dividido en tres
partes (frontonasal, etmoidal y esfenoidal), según los huesos que las constituyen.
• El suelo de las cavidades nasales es más ancho que el techo y está formado por los
procesos palatinos del maxilar y las láminas horizontales del hueso palatino.
• La pared medial de las cavidades nasales está formada por el tabique nasal.
• La pared lateral de las cavidades nasales es irregular debido a la presencia de tres
láminas óseas, las conchas o cornetes nasales, que se proyectan inferiormente, de un
modo algo parecido a las lamas de una persina.
CARACTERÍSTICAS DE LAS CAVIDADES NASALES
Las conchas o cornetes nasales (superior, medio e inferior) se curvan
inferomedialmente y cuelgan a modo de lamas o cortinas cortas desde la pared lateral.
Las conchas o cornetes de muchos mamíferos (especialmente los corredores y los que
viven en ambientes extremos) se hallan muy enroscadas a modo de rollos que ofrecen
una superficie muy amplia para el intercam bio de calor. En la especie humana, con
cornetes nasales simples a modo de láminas, y en los animales con cornetes
complejos, existe un receso o meato nasal (pasajes en la cavidad nasal) bajo cada
una de las formaciones óseas. Así pues, la cavidad nasal está dividida en cinco
pasajes: un receso esfenoetmoidal situado posterosuperiormente, tres meatos nasales
(superior, medio e inferior) situados lateralmente, y un meato nasal común localizado
medialmente, en el cual se abren los cuatro pasajes laterales. La concha o cornete
inferior es el más largo y ancho de la concha, y está formado por un hueso
independiente homónimo (concha inferior) recubierto de una mucosa que contiene
grandes espacios vasculares que pueden agrandarse para controlar el calibre de la
cavidad nasal. Las conchas o cornetes medio y superior son procesos mediales del
hueso etmoides. En los procesos infecciosos o irritativos, la mucosa que recubre los
cornetes puede quedar tumefacta rápidamente, con bloqueo del paso nasal en ese
lado.
Cuatro pasajes laterales. La concha o cornete inferior es el más largo y ancho de la
concha, y está formado por un hueso independiente homónimo (concha inferior)
recubierto de una mucosa que contiene grandes espacios vasculares que pueden
agrandarse para controlar el calibre de la cavidad nasal. Las conchas o cornetes
medio y superior son procesos mediales del hueso etmoides. En los procesos
infecciosos o irritativos, la mucosa que recubre los cornetes puede quedar tumefacta
rápidamente, con bloqueo del paso nasal en ese lado.
El receso esfenoetmoidal, situado posterosuperiormente al cornete superior, recibe
la abertura del seno esfenoidal, una cavidad llena de aire en el cuerpo del esfenoides.
El meato nasal superior es un estrecho pasaje entre los cornetes nasales superior y
medio, en el cual se abren las celdillas etmoidales posteriores a través de uno o más
orificios. El meato nasal medio es más largo y profundo que el superior. La parte
anterosuperior de este pasaje conduce a una abertura en
forma de embudo, el infundíbulo etmoidal, a través del cual se comunica con el seno
frontal. El pasaje que conduce inferiormente desde cada seno frontal al infundíbulo es
el conducto frontonasal. El hiato semilunar es un surco semicircular en el cual
desemboca el seno frontal. La bulla etmoidal, una elevación redondeada localizada
superiormente al hiato semilunar, es visible cuando se extirpa el cornete nasal medio.
La bulla está formada por las celdillas etmoidales medias que constituyen los senos
etmoidales.
El meato nasal inferior es un pasaje horizontal, inferolateral al cornete nasal inferior.
El conducto nasolagrimal, que drena las lágrimas desde el saco lagrimal, se abre en la
parte anterior de este meato. El meato nasal común es la parte medial de la cavidad
nasal entre los cornetes y el tabique nasal, en el cual se abren los recesos laterales y
los meatos.
Vascularización e inervación de la nariz
La irrigación arterial de las paredes medial y lateral de la cavidad nasal (fig. 7-105)
procede de cinco fuentes:
1. Arteria etmoidal anterior (desde la arteria oftálmica).
2. Arteria etmoidal posterior (desde la arteria oftálmica).
3. Arteria esfenopalatina (desde la arteria maxilar).
4. Arteria palatina mayor (desde la arteria maxilar).
5. Rama septal de la arteria labial superior (desde la arteria facial).
Las tres primeras arterias se dividen en ramas laterales y mediales (septales). La
arteria palatina mayor llega al tabique por el conducto incisivo, a través de la parte
anterior del paladar duro. En la parte anterior del tabique nasal existe un plexo (área
de Kiessel bach) donde se anastomosan las cinco arterias que irrigan el tabique. La
nariz también recibe sangre de las arterias enumeradas primera y quinta, así como
ramas nasales de la arteria infraorbitaria y ramas nasales laterales de la arteria facial.
Un abundante plexo venoso submucoso, profundo a la mucosa nasal, proporciona el
drenaje venoso de la nariz de las venas esfenopalatina, facial y oftálmica. Este plexo
venoso es una parte importante del sistema termorregulador del organismo, que
intercambia calor y calienta el aire antes de que penetre en los pulmones. La sangre
venosa de la nariz drena principalmente en la vena facial, a través de las venas
angular y nasal lateral. Hay que recordar que esta zona pertenece al «triángulo
peligroso» de la cara, debido a las comunicaciones existentes con el seno cavernoso.
En cuanto a la inervación, la mucosa nasal puede dividirse en las porciones
posteroinferior y anterosuperior mediante una línea oblicua que pasa
aproximadamente a través de la espina nasal anterior y el receso esfenoetmoidal. La
inervación de la porción posteroinferior de la mucosa nasal corre a cargo
principalmente del nervio maxilar, mediante el nervio nasopalatino para el tabique
nasal, y los ramos nasales posteriores superiores laterales y nasales inferiores laterales
del nervio palatino mayor para la pared lateral. La inervación de la porción
anterosuperior proviene del nervio oftálmico (NC V1), mediante los nervios
etmoidales anterior y posterior, ramos del nervio nasociliar. La mayor parte de la
nariz (dorso y vértice) también recibe inervación del NC V1 (por vía del nervio
infratroclear y el ramo nasal externo del nervio etmoidal anterior), pero las alas de la
nariz la reciben de los ramos nasales del nervio infraorbitario (NC V2). Los nervios
olfatorios, encargados de la olfacción, se originan en las células del epitelio
olfatorio, situadas en la parte superior de las paredes lateral y septal de la cavidad
nasal. Las prolongaciones centrales de estas células (que forman el nervio olfatorio)
atraviesan la lámina cribosa y finalizan en el bulbo olfatorio, expansión rostral del
tracto olfatorio.
Senos paranasales Los senos paranasales, llenos de aire, son extensiones de la
porción respiratoria de la cavidad nasal en los huesos frontal, etmoides, esfenoides y
maxilar. Su denominación corresponde a la de los huesos donde se alojan. Los senos
continúan invadiendo el hueso circundante, y es frecuente hallar extensiones
importantes de ellos en el cráneo de los individuos de edad avanzada.
SENOS FRONTALES Los senos frontales derecho e izquierdo se hallan entre las
tablas externa e interna del hueso frontal, posteriormente a los arcos superciliares y a
la raíz de la nariz. Los senos frontales suelen detectarse en los niños hacia los 7 años
de edad. Cada seno frontal drena a través de un conducto frontonasal en el
infundíbulo etmoidal, que se abre en el hiato semilunar del meato nasal medio. Los
senos frontales están inervados por ramos de los nervios supraorbitarios (NC V1). Los
dos senos frontales raras veces tienen el mismo tamaño, y el tabique que los divide no
suele estar situado totalmente en el plano medio. El tamaño de los senos frontales
varía desde unos 5 mm hasta grandes espacios que se extienden lateralmente hacia
las alas mayores del esfenoides. A menudo un seno frontal está dividido en dos partes:
una parte vertical en la porción escamosa del hueso frontal, y una parte horizontal en
su porción orbitaria. Una o ambas partes pueden ser grandes o pequeñas. Cuando la
parte supraorbitaria es grande, su techo forma el suelo de la fosa craneal anterior, y su
suelo constituye el techo de la órbita.
CELDILLAS ETMOIDALES Las celdillas (senos) etmoidales son pequeñas
invaginaciones de la mucosa de los meatos nasales medio y superior en el hueso
etmoides, entre la cavidad nasal y la órbita. Las celdillas etmoidales no suelen verse en
las radiografías simples antes de los 2 años de edad, pero pueden reconocerse en las
exploraciones por TC. Las celdillas etmoidales anteriores drenan directa o
indirectamente en el meato nasal medio, a través del infundíbulo etmoidal. Las
celdillas etmoidales medias se abren directamente en el meato medio y a veces se
denominan «celdillas bullares» debido a que forman la bulla etmoidal, una
protuberancia situada en el borde superior del hiato semilunar). Las celdillas
etmoidales posteriores se abren directamente en el meato superior. Las celdillas
etmoidales están inervadas por los ramos etmoidales anterior y posterior de los
nervios nasociliares (NC V1).
SENOS ESFENOIDALES
Los senos esfenoidales están localizados en el cuerpo del esfenoides y pueden
extenderse a sus alas. Se hallan divididos desigualmente y separados por un tabique
óseo. Debido a esta extensa neumatización (formación de celdillas aéreas), el cuerpo
del esfenoides es frágil. Sólo hay unas delgadas láminas óseas de separación entre los
senos y varias estructuras importantes, como los nervios ópticos, el quiasma óptico, la
hipófisis, las arterias carótidas internas y los senos cavernosos. Los senos esfenoidales
derivan de una celdilla etmoidal posterior que comienza a invadir el esfenoides hacia
los 2 años de edad. En algunas personas, esta invasión corre a cargo de varias celdillas
etmoidales posteriores, lo que da lugar a la formación de múltiples senos esfenoidales
que se abren por separado en el receso esfenoetmoidal. Las arterias etmoidales
posteriores, y los nervios homónimos que las acompañan, irrigan e inervan,
respectivamente, los senos esfenoidales.
SENOS MAXILARES
Los senos maxilares son los senos paranasales de mayor tamaño. Ocupan el cuerpo
de los maxilares y comunican con el meato nasal medio.
• El vértice del seno maxilar se extiende hacia el hueso cigomático, y con frecuencia
se introduce en él.
• La base del seno maxilar forma la porción inferior de la pared lateral de la cavidad
nasal.
• El techo del seno maxilar está formado por el suelo de la órbita.
• El suelo del seno maxilar está formado por la porción alveolar del maxilar. Las raíces
de los dientes maxilares, particularmente las de los dos primeros molares, a menudo
producen elevaciones cónicas en el suelo del seno.
Cada seno maxilar drena por medio de una o más aberturas, el orificio del seno
maxilar (que puede ser múltiple), en el meato nasal medio de la cavidad nasal, a
través del hiato semilunar.
La irrigación arterial del seno maxilar procede principalmente de ramas alveolares
superiores de la arteria maxilar, aunque el suelo del seno recibe irrigación de ramas
de las arterias palatinas descendente y mayor. La inervación del seno maxilar
proviene de los nervios alveolares superiores anterior, medio y posterior, ramos del
nervio maxilar.

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