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DEFICIENCIAS DE LAS SENTENCIAS PENALES POR

RACISMO EN EL PERÚ
En el Perú la sanción penal del “racismo” en prácticamente reciente, comparado con los otros
países. En este país existe una diversidad abismal, siendo una nación fundamentalmente
mestiza. Sin embargo los prejuicios y estereotipos que engloban nuestra mentalidad, ignoran
esta multiplicidad cultural. Lo cual genera un problema social llamado racismo, hoy tipificado
como delito. Pero el racismo en el Perú no se ha tipificado como tal hasta el año 2000, pero con
tan vagos términos y una redacción limitada que solamente comprendía unos cuatro supuestos
que lo definían.

Con el paso de los años y las nueva leyes promulgadas en el 2006 han dado un cambio mínimo
al concepto que se tenía respecto a ese delito, tales como la Ley 28867 y la Ley 30096 que
manifiestan el incremento considerable de las penas, hasta tres años de pena privativa de la
Libertad y una sanción de cuatro años si es través de internet u otro medio análogo,
respectivamente. Incluso se actualizó la versión del artículo 323 del Código Penal, expandiendo
los supuestos que lo definían abarcando más allá de la diferencia racial, étnica, religiosa o
sexual, como estaba tipificado en el año 2000 mediante el decreto Legislativo 2887.

A pesar de las múltiples regulaciones legislativas concernientes a este delito, las denuncias y
sanciones por este crimen han sido muy escasas, Se ha producido un apaciguamiento social, una
sumisión frente a este problema y las razones por la falta de aplicación del artículo penal 323
son bastantes.

Una de ellas es la naturalización de las prácticas discriminatorias, en la historia de nuestro país


se ha visto bastante marcada la diferencia racial, ya sea en la sociedad o en la política. Esta
situación generó una enfermedad, un trauma social, con el que vive la población a lo largo de
sus vidas. La enfermedad del racismo en el Perú tiene un acento muy particular ya que es cómo
la alienación es un “ser, pero no ser”. Se ha estandarizado tanto este concepto, que mitiga el
deseo de justicia aplacando nuestra autoestima, reprimiendo nuestros Derechos.

La creación de nuevas terminologías de delitos relacionados al racismo ya no lo hace ver como


tal, generan una desviación de la definición de la discriminación por racismo. Como por
ejemplo, cuando una mujer blanca golpea a un policía de rasgos andinos o afroamericanos, el
hecho es percibido como una agresión a la autoridad mas no como racismo.

Otra de las razones es la escasa difusión de estas regulaciones penales, ya que incluso los
mismos oficiales encargados de impartir justicia no tienen conocimiento de estas, además
muchos de ellos consideran este delito como algo común, como parte del orden natural de las
cosas, por ende no debe haber condena. Sin embargo la modificación dispuesta por el Decreto
Legislativo 1323 incluye las causales de orientación sexual e identidad de género, lo cual ha
sido un gran revuelo ya que, al ser un tema más polémico y visible, las denuncias por defender
nuestros derechos han aumentado. Pero lastimosamente las otras causales, las más primordiales
cómo identidad cultural aún son vulneradas sin ser defendidas.

La ausencia de voluntad política legislativa es otra de las causales de la deficiencia en materia


penal referida, la pasividad de las autoridades aumentan la convicción de la población de que las
normas y condenas respecto al racismo, no existen o no son de importancia por lo cual no se
debe respetar. Generando así la aceptación sumisa de la vulneración de los Derechos.

De eso parte las dificultades personales para los denunciantes, ya que el mismo hecho de que la
discriminación sea un hecho traumático, realizar la denuncia implicaría revivir ese momento.
Incluso esto lleva la alienación porque muchas personas intentan verse menos “cholas” o menos
“negras”, en términos sencillos menos “Ellos mismos”. Esto conlleva a asumir una identidad
diferente a la suya, prefiriendo negar u olvidar el perjurio a sus Derechos.

La ausencia de asesoría de las instituciones públicas que supuestamente resguardan esos


Derechos ya que la mayoría de estos no cuentan con personas que apoyen a las víctimas,
inclusive el personal que debería atenderlas reproduce las prácticas discriminatorias. Los
estereotipos y jerarquización social dentro de estos cuerpos del estado producen la elevación del
sentimiento afable de la sociedad.

En el artículo 323 del Código Penal dicta que para que sea tipificado el racismo cómo delito, a
la víctima se le debe impedir el ejercicio de un Derecho por un móvil discriminatorio, sin
embargo en la mayoría de los casos el racismo se manifiesta como una agresión o una
humillación lo cual está estandarizado como Derecho a la Dignidad y ya nos e juzga la
discriminación sufrida. El limitado campo que tiene el delito de discriminación por racismo
genera una mayor vulneración de los Derechos de una persona en la sociedad.

Por ende para enfrentar un problema tan extendido y delicado no es suficiente con promulgar
normas penales, si no que todo el Estado y todo el pueblo se involucre en la búsqueda de la
solución de este conflicto para así llegar a tener una convivencia armónica y llevadera.

FERNANDEZ AVALOS WIDDY JHAMYLE


EGP 07

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