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El desarrollo de la función manual en niños

pequeños disminuidos visuales.


Rogow, S. M.
Universidad de Columbia Británica.

Tomado de:

ROGOW, S. M. (1991): El desarrollo de la función manual en niños pequeños


disminuidos visuales. En ICEVH, Nº 75. Córdoba (Argentina): ICEVH.

Traducción de Susana E. Crespo de: ROGOW, S. M. (1990): “The


Development of Hand Function in Young Visually Impaired Children”.
En “Realities and opportunities: Early Intervention with Visually
Handicapped Infants and Children”. Proceeding of the International
Symposium of Visually Handicapped Infants and Young Children.
American Foundation for the Blind, 1990.

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Introducción

En “Desarrollo de la Función Manual” encontramos una guía que será muy útil
para los docentes que trabajan con niños pequeños discapacitados visuales. La
autora destaca el valor que las destrezas manuales tienen para facilitar el
conocimiento del mundo exterior. Describe los distintos movimientos y su
secuencia hasta llegar a los movimientos manuales finos y facilitan así un mejor
desenvolvimiento.

Susana E. Crespo

NOTA: Trabajo aportado al Simposium Internacional sobre Infantes y Niños


Discapacitados Visuales, del ICEVH, realizado en Edimburgo, en 1988, donde
se trataron diversos temas de interés para los educadores referidos a aspectos
médicos a evaluación, la familia y la sociedad, desarrollo de programas,
organización de servicios e investigación y tecnología.
El desarrollo de la función manual en niños
pequeños disminuidos visuales.
Rogow, S. M.
Universidad de Columbia Británica.

Entre los niños ciegos los movimientos manuales bien organizados y hábiles
han llegado a ser la única forma más importante de contacto directo con el
ambiente. En el desarrollo de un niño ciego, las manos reemplazan a los ojos
para conseguir información y para entrar en contacto e interactuar con el
mundo social y físico. Así como en el vidente la mirada intensa y alerta expresa
curiosidad e interés, en el niño ciego las manos indican curiosidad, interés e
intención.

Una pobre actividad manual limita seriamente el conocimiento del medio


tangible, los niños ciegos que fracasan en la exploración e investigación táctil a
menudo dan la impresión de que les falta espontaneidad o interés por el mundo
que los rodea. Algunos simplemente ni se dan cuenta de las estrategias y
resultados de la interacción.

La actividad manual hábil se adquiere a través de miles de experiencias


manipulando objetos de diferentes formas, tamaños y texturas. Estas
actividades educan la mano y capacitan la compleja organización de la función
manual.

Los resultados de un estudio a 148 niños y adolescentes de 3 a 19 años, señaló la


significativa relación que hay entre la manipulación del objeto y el lenguaje
(Rogow 1987). Los niños que eran más eficientes en el manejo de los objetos
también eran los mejores comunicadores. Lograr la función asimétrica de las
manos o de una sola de ellas, no fue condición suficiente para el desarrollo de la
manipulación de objetos. Otro descubrimiento importante fue la relación in
versa entre los manierismos manuales estereotipados (como la mano agitándose
en el aire o empujando el ojo) y la manipulación del objeto. Estos manierismos
fueron particularmente evidentes entre los chicos inactivos que demostraron ser
ineficientes en la manipulación de objetos. Aunque la relación causal no se
puede establecer, es evidente que un buen desarrollo de función manual
contribuye enormemente a la interacción en el ambiente, a la comunicación y al
conocimiento de objetos. Fraiberg (1979) observó las acciones de las manos de
niños ciegos a los 5 meses de edad y notó que los movimientos pueden ser
interpretados como signos que expresan interés, curiosidad y comportamiento
social.
Algunos niños ciegos no van más allá de manejar los objetos y golpearlos entre
si para que produzcan sonidos. Su conocimiento de cómo usarlos permanece
muy limitado. La posición de puño cerrado de las manos de algunos niños
amenaza el desarrollo del movimiento voluntario de la mano. Este puño
cerrado puede ser el resultado de un largo período de función asimétrica de las
manos en el reflejo de asir algo.

Hasta que las manos no estén libres de esa acción refleja el niño no podrá tener
control de las funciones manuales. Las manos débiles, flojas, también impiden
el desarrollo de los movimientos precisos y bien sincronizados. La debilidad
demora la habilidad para empujar, tirar o levantar objetos. Estos niños no tiene
peso en sus manos, lo que limita el desarrollo de la fuerza manual.

En los niños ciegos muy pequeños también se puede observar que fracasan en
desarrollar la coordinación de ambas manos.

DESARROLLO DE LA HABILIDAD MANUAL

Ser experto en las acciones manuales incluye la organización de secuencias


adecuadas de movimientos con fines particulares. Una gran proporción del
conocimiento adquirido se invierte en el manejo experto de los objetos. Por
ejemplo, los objetos delicados o frágiles deben manejarse en forma diferente de
los sólidos y pesados. Cantidad, secuencia de las acciones y regularización del
tiempo, son ingredientes de las acciones experimentadas. Estas acciones son
una expresión del pensamiento y de la imaginación (McKay, 1985). Ellas, así
como el lenguaje forman parte de la acción integrada y del conocimiento.

La madurez neurológica por sí misma, no es suficiente para el desarrollo de la


habilidad manual. También es necesario encontrar las oportunidades para
practicar el uso de las manos en una serie de actividades, si queremos
desarrollarlas y perfeccionarlas (Mysak, 1980). El movimiento activo, ya sea de
todo el cuerpo, o de algún miembro, es necesario para el desarrollo humano
(Held, 1975).

El reconocimiento de un objeto por el tacto, involucra la apreciación consciente


de la información táctil. Los corpúsculos sensitivos de la piel hacen de la mano
un eficiente miembro sensorial. El manejo y manipulación metódica de los
objetos aumenta la capacidad sensorial y hace que la mano sea eficiente para
recoger información (Tubiana, 1983); además los gestos con las manos juegan
un papel importante en el desarrollo de la comunicación. Mysak (1980) notó
que los gestos le sirven primero al niño como comunicación simbólica, en la
forma de señalar o empujar, o indicando "adiós". Cuando el lenguaje se
desarrolla, los gestos manuales sirven de apoyo a la expresión hablada. Los
movimientos de las manos acompañan la conversación. Las expresiones
simbólicas de las manos incluyen acciones como refregarse la pancita para
indicar que algo es bueno para comer, mover las manos en el gesto de "adiós" y
empujar apartando algo para indicar que no lo quiere. Los gestos auxiliares
pueden ser un dedo acusador o describiendo algo grande (Mysak, 1980).

Los reflejos manuales que se manifiestan al nacer, se integran y se desarrollan


(Mysak, 1980). Mysak, describe tres tipos de reflejos manuales: reflejo protector,
el de asir y el que incluye movimientos de mano a boca (Mysak, 1980). El reflejo
de asir se observa cuando un dedo o un objeto se coloca en la palma de la mano.
Tan pronto como los dedos del niño son capaces de flexionarse y extenderse
alternadamente, el niño comienza a manipular y explorar objetos. Cuando el
dedo pulgar gira y se opone a los restantes dedos se ha logrado la postura
opuesta del pulgar. La integración y desarrollo de los reflejos se observa cuando
el infante pone las manos juntas en un plano medio y lleva los objetos a la boca.
A los 6 meses se llevan la comida a la boca con la manos, a los 8 6 9 meses
desarrollan la habilidad para tomar las tijeras, en sentido simbólico y a los 10
meses efectúan el movimiento de pinza (Mysak, 1980).

Los estados de exploración manual son: contacto, tocar con los dedos y luego
palpar (Tubiana, 1983). A medida que los dedos y las manos se mueven,
aprietan, sostienen, frotan y manejan una variedad de objetos se adquiere el
conocimiento de peso, textura, suavidad, forma y tamaño (Tubiana, 1983).
Tocar solamente con los dedos no es suficiente para recibir información sobre el
peso, el tamaño, y las propiedades de la superficie; como mejor se evalúan las
cualidades de un objeto es con el hueco de la mano y entre los dedos.

La eficiencia de las acciones manuales se nota con la adquisición de los modelos


motores básicos. Tan pronto como la función asimétrica de cada mano (o de una
sola) se manifiesta, la mano dominante se usa para el manejo preciso, mientras
que la otra actúa como auxiliar. La coordinación bimanual es fundamental para
lograr eficiencia y destreza.

LA ESTRUCTURA DE LOS MOVIMIENTOS MOTORES FINOS

La habilidad manual se clasifica como prensil y no prensil. Estos últimos


movimientos incluyen: mover, empujar, golpear con los dedos. Escribir a
máquina, tocar el piano, tocar y frotar con los dedos y las palmas de las manos,
son movimientos incluidos en los no prensiles. Los prensiles compren den dos
clases principales: tomar con fuerza o tomar con precisión los objetos.

En el primer caso el objeto se sostiene entre la palma y los dedos. El manejo


preciso requiere una adaptación continua entre los dedos y el pulgar sin la
participación de la palma. Por el contrario, el pulgar rota hasta ponerse en total
oposición al resto de los dedos. (Napier, 1976). La amplia zona de íntimo
contacto entre el pulgar y los dedos pertenece sólo a los seres humanos y
permite manejar objetos muy pequeños. Otras dos formas de as-ir que se deben
mencionar son el efecto gancho y el efecto tijeras. El primero se usa para llevar
cosas o manejar herramientas. El otro para levantar pequeños objetos planos. El
tipo de efecto que se usa depende del motivo por el cual el objeto es asido
(Tubiana, 1983).

Los movimientos de precisión de las manos son simultáneos o sucesivos ya sea


que se hagan acciones en o con los objetos. En estos movimientos las manos
trabajan en equipo, la mano dominante haciendo el movimiento y la otra
ayudando. El brazo y la muñeca participan en casi todas las actividades
manuales y proveen fuerza y estabilidad. Levantar y conservar los objetos se
hace muy difícil cuando la muñeca no puede mantener la estabilidad.

Elliot y Connolly (1984) clasificaron los movimientos de precisión de los dedos


como:

1 ) simples;

2) recíprocos y;

3) formas de movimientos sucesivos.

Se pueden observar en niños normales entre los 2 y 3 años de edad.

MOVIMIENTOS SIMPLES

El pellizcar y apretar efecto de trípode (Elliot, Connolly, 1984) son movimientos


simples. El primero es sostener un pequeño objeto entre las yemas de los dedos
pulgar e índice. El efecto trípode se observa en el uso de una lapicera 6 lápiz. El
pulgar está totalmente opuesto y hay una flexión o extensión simultánea de los
dedos. Al apretar el pulgar está opuesto a todos los dedos, que están
relativamente extendidos.

MOVIMIENTOS RECÍPROCOS

El giro es el movimiento usado al deslizar pequeños objetos entre el pulgar y el


índice. El pulgar se adelanta y los dedos pueden estar flexionados o extendidos
ligeramente. El objeto puede deslizarse hacia adelante o hacia atrás o en
movimiento giratorio; el pulgar y los dedos se extienden o flexionan por turno.

El balanceo es el movimiento que se utiliza para dar vuelta una moneda entre
los dedos o para ajustar un tornillo (con los dedos) ya sea para asegurarlo o
soltarlo. Estas formas de movimiento recíproco incluyen la flexión o avance del
pulgar.

El deslizamiento radial se cumple al deslizar un objeto entre la base del pulgar


y la superficie del dedo índice. El objeto se desliza a lo largo de sus ejes
verticales. Dar vueltas un palo, un trozo de cuerda o un hilo es un ejemplo de
este movimiento. El deslizamiento del índice se logra con el pulgar
sosteniendo el objeto pequeño mientras que el índice hace el deslizamiento. Una
combinación de este movimiento y del giro se encuentra siempre al manipular
objetos pequeños que tienen que ser girados. Para un deslizamiento completo
se usan los cinco dedos con la extensión y flexión alternada del pulgar.

MOVIMIENTOS SECUENCIADOS

El paso rotativo incluye una rotación intermitente de un objeto. El acto está


mezclado con pausas mientras los dedos vuelven a arreglar sus posiciones.
Cambiar la posición de una lapicera o de una brocha, implica el paso rotativo.
El paso interdigital es el que se hace al dar vueltas a una lapicera, de extremo a
extremo. En este movimiento el dedo del medio se mueve junto con el anular y
el meñique. El paso longitudinal exige un cambio en la posición de los dedos;
el del medio, el anular y el meñique se mueven a lo largo del objeto. El
deslizamiento palmar requiere la extensión del pulgar. Este movimiento
permite sostener y destapar una lapicera con una sola mano (Elliot y Connolly,
1984).

Los movimientos de precisión de los dedos se pueden practicar y adquirir con


una vasta cantidad de actividades que desarrollan la capacidad motora fina.

DESARROLLO DE LA CAPACIDAD MANUAL

La destreza manual depende del conocimiento consciente de las manos en


acción. Los aspectos sensoriales incluyen conocer una variedad de sensaciones
que se experimentan con el manejo de diferentes materiales. Los aspectos
motores incluyen el control de la mano en acción y la fuerza de la mano, de la
muñeca y del brazo. Para fomentar el conocimiento de la sensación existe una
cantidad de materiales secos y mojados. La habilidad para controlar las acciones
manuales sustenta el interés y la motivación para manejar y manipular objetos.
La actividad manual necesita estar ligada a un propósito para que el niño sea
capaz de darse cuenta del propósito de sus acciones manuales. Se deben
advertir anticipadamente las acciones intencionales y se debe decir cuál es el
resultado de las mismas.

El primer nivel de intervención es crear el conocimiento y la anticipación de las


actividades manuales. La anticipación se crea señalando el comienzo de las
actividades táctiles. Si el niño todavía no habla, use como señal la actividad
misma; las primeras actividades que se elijan se deben experimentar
placenteramente.

Con niños discapacitados múltiples, puede ser necesario empezar frotando


mano sobre mano y sentir diferentes género suaves y secos. Se puede lograr la
conciencia de las diferentes texturas al frotar las manos y los brazos con pieles
suaves, toallas secas satín y géneros similares. La asociación de un género
particular, con una actividad en particular, alienta la anticipación. Por ejemplo,
use una alfombra pequeña para los ejercicios de relajación de las manos o trozos
de papel de seda o de celofán para la acción de desgarrar.

Los fuertes contrastes ayudan al niño a darse cuenta de las diferencias: por
ejemplo alternar géneros mojados y secos. Una cantidad de sustancias líquidas
y plásticas, como la espuma, las burbujas de jabón y desparramar con los dedos
elementos blandos y pesados, son técnicas fácilmente manejables. Estas
actividades suministran impresiones vividas y constituyen refuerzos
sensoriales,

FUERZA DE LA MANO

Conseguir fuerza en la mano requiere atención a los dedos, a la palma, a la


muñeca y al brazo. Las actividades que desarrollan la fuerza incluyen: rasgar
un papel, como así también apretar, empujar y pellizcar pelotas de goma, arcilla
y masilla para jugar. El papel de seda es bueno para rasgar. Estas actividades
implican el movimiento de la muñeca y de los dedos. Hacer rodar pelotas del
tamaño de la mano, cilindros de madera o de arcilla, ayuda a desarrollar la
fuerza de la muñeca y aumenta la extensión del movimiento.

DESTREZA

Se fomenta con el manejo de objetos pequeños como bolitas o pelotitas de


arcilla. Levantarlas, soltarlas, hacerlas rodar, apretarlas, presionarlas, etc., son
acciones importantes para la destreza de los dedos y de las manos. También se
puede enseñar a manejar herramientas. El uso de tenedores y cucharas,
elementos para cortar, martillos de juguete, tocar instrumentos musicales,
cocinar, enseñan al niño a usar los objetos y cuáles deben usarse según la
actividad.

Niños con discapacidad física muy severa quizás no puedan sostener, tomar o
soltar objetos por sí mismos. En este caso las actividades deben ser guiadas con
mano sobre mano, lo que les permitirá experimentar el uso de sus manos. En
esta forma se les puede mostrar cómo se pueden usar las cosas y experimentar
una serie de sensaciones. También necesitan tener conciencia de sus manos a fin
de aprender a encender la radio, poner el grabador y hacer funcionar los
juguetes a pila.

El desarrollo manual juega un papel crítico en el desarrollo normal. Los niños


ciegos que no usan sus manos para la búsqueda activa y el contacto con su
medio ambiente reciben el beneficio de la intervención educativa, que apunta a
desarrollar la habilidad manual necesaria para la exploración y manipulación.
Desarrollar la habilidad manual es el camino a la mente y al desarrollo del
conocimiento de los objetos, al propio conocimiento, a los sentimientos
competitivos, al mejoramiento de la imagen corporal y al desarrollo de la
habilidad para adaptarse.

Rogow, S. M.
Universidad de Columbia Británica.

Referencia bibliográfica:

ROGOW, S. M. (1991): El desarrollo de la función manual en niños pequeños


disminuidos visuales. En ICEVH, Nº 75. Córdoba (Argentina): ICEVH.

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