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THORSTEIN VEBLEN Y LA ECONOMIA INSTITUCIONALISTA AMERICANA

Padre de la única escuela genuinamente americana de economía


Pleito contra el método económico» sostenido por los historicistas británicos.

EL HISTORICISMO BRITANICO DEL SIGLO XIX

el legado de Ricardo se consideraba sacrosanto; e incluso en 1848 John Stuart Mili se


consideraba, en cuestiones de teoría, como poco más que un expositor del ricardianismo puro.

Sin embargo, se originaba en el suelo británico una cohesiva revuelta historicista. El reverendo
Richard Jones, considerado a veces como el primer institucionalista, publicó An Essay on the
Distribution o f Wealth and on the Sources o f Taxation en 1831. En él se lamentaba de que la
matriz del análisis ricardiano fuese demasiado estrecha para tener un uso práctico y además El
consideraba que los supuestos económicos debían estar determinados históricamente y ser
justificables empíricamente.

Bagehot, Spencer y Darwin

Portavoz oficioso de los historicistas., sus escritos están llenos de interés por la interrelación
entre las estructuras institucionales y la teoría económica.

Bagehot consideraba a la teoría económica culpable de presumir pretenciosa y erróneamente


de aplicabilidad general.

Spencer anunciaba evolución biológica y evolución social incluso antes de Darwin.

Los planteamientos que se dieron más tarde por Darwin solo confirmaban lo que ya se sabía las
fuerzas inevitables dl Lisez fire.

Bagehot los principios darwinianos de la selección natural a las luchas políticas de las naciones-
estados.

Veblen —su teoría del cambio— tiene su origen en las concepciones de Spencer y Darwin sobre
el «proceso» y el «cambio evolutivo y cuasi aleatorio».

Comte, Ingram y Cliffe-Leslie

Tuvo mucha influencia entre los intelectuales de esa época especialmente en el erudito clásico
y economista historicista John Kells Ingram.

Ingram, fue el principal exponente británico del pensamiento comtiano, llegando hasta el
extremo de escribir sonetos sobre la «religión de la humanidad».

La concepción comtiana es la de un movimiento necesario y continuo de la humanidad hacia un


final teleológico y predecible. Además que deduce sus datos básicos de la historia y es, por tanto,
la ciencia de la historia.

J. S. Mil hablo de esto en su libro de Principios de economía política.

Los escritos británicos eran a menudo más mordaces en su crítica del clasicismo que los de los
alemanes.

Ingram decía que los escritos británicos eran a menudo más mordaces en su crítica del clasicismo
que los de los alemanes.
El impacto del historicismo británico

La obra de los historicistas británicos tuvo notables efectos prácticos.

Jevons llegó a creer que la verificación estadística era necesaria para rescatar a la economía de
la hostilidad pública, así como también del nivel más básico de la especulación inútil.

Alfred Marshall elogió el trabajo de los historicistas, considerándolo «uno de los grandes logros
de nuestra época; y una importante aportación a nuestra riqueza real».

Keynes, junto con Jevons y Marshall, pensaba que el estudio de la historia y el método
«inductivo» de hecho tenían que complementar a la teoría económica.

THORSTEIN VEBLEN Y EL INSTITUCIONALISMO AMERICANO

El colectivismo siempre había sido el sello americano, desde Thomas Jefferson y Alexander
Hamilton hasta Henry Carey y Henry George. Estos economistas acomodaron las ideas teóricas
clásicas para ajustarlas a EE.UU.

El pragmatismo impregnó tanto la filosofía como la economía hasta bien entrado el siglo xx por
esta razón el análisis teórico clásico y neoclásico nunca tuvieron la misma fuerza que en los
economistas ingleses.

Veblen: vida y preconcepciones del crítico

Thorstein Bunde Veblen nació en Wisconsin. Trabajo en la universidad de Chicago

Tuvo una curiosidad insaciable por lo que hace que los procesos económicos y sociales sean
«aprobados» y especialmente por el modo y el método con que cambian las sociedades (como
la totalidad de instituciones culturales y tecnológicas).

Sus opiniones sobre la naturaleza humana fueron formadas por el behaviorismo y, en especial,
por las teorías de los instintos y hábitos.

Su visión de la naturaleza humana, contrastaba fuertemente con las concepciones racionalistas


y utilitaristas de los autores clásicos y neoclásicos.

La visión, al estilo Spencer- Darwin, del cambio evolutivo biológico y social tuvo un primer
impacto sobre la «cosmovisión» de Veblen, como también lo tuvo la filosofía instrumentalista de
William James.

Naturaleza humana y método económico

Veblen rechazo las creencias de los marginalitas de que las personas son calculadores racionales
de placeres y dolores, y de los clásicos en especial la mano invisible de Smith porque la creía una
teoría superficial.

Los humanos, en la opinión de Veblen, son criaturas significativamente más complejas dirigidas
por instintos particulares y caracterizados por un comportamiento y unos hábitos instintivos. Las
personas no son «calculadores instantáneos» de placeres y dolores, sino más bien seres curiosos
que, por naturaleza, dan con nuevas maneras de hacer las cosas.

En un estudio antropológico de la cultura humana, Veblen llegaba a la conclusión de que


determinados instintos, como el «instinto del trabajo eficaz, se aplican a todos los humanos en
todas las sociedades.
La visión que tenía Marx de la naturaleza humana y del impacto de la tecnología sobre la cultura
era en parte análoga a la de Veblen con una diferencia que la visión de Marx era pre-
darwiniana, mientras que la de Veblen era Darwinniana en la que de la evolución biológica
en la que los «fines» no se pueden predecir con exactitud.

MARX Y VEBLEN: Así pues, la principal diferencia que subyace entre Marx y Veblen radica en
la teoría del cambio que sostenía cada uno de ellos

El análisis positivo de Veblen: la interacción de la ceremonia y la tecnología

Veblen presentaba estos conceptos metodológicos y su psicología basada en instintos y hábitos


en el núcleo de una teoría positiva del cambio económico.

Veblen desarrolló una «ciencia» evolutiva de la economía, basada en instituciones


permanentemente cambiantes.

Veblen pensaba que los instintos humanos eran una raíz de las instituciones humanas, e
identificó en especial lo que llamó instinto del trabajo eficaz y «curiosidad inútil» innata en los
humanos, como fuente de las instituciones tecnológicas dinámicas.

El ganar dinero, y no el fabricar bienes, se convirtió en el objeto del juego. Según Veblen, la
obtención de dinero por medio de la subversión y de los «rasgos belicosos» era característica de
los hombres de negocios.

El consumo ostensible: digresión sobre sociología y economía

Veblen lanzó un estudio muy detallado de la práctica del consumo y de la formación de los
gustos.

Veblen reconocía la importancia primordial de un consumo elevado para mantener la demanda


agregada en una economía pecuniaria.

En la concepción de Veblen, el instinto de emular a otros sólo ocupaba el segundo lugar en


intensidad, después del instinto de auto conservación.

El cambio económico, el capitalismo y el futuro

Veblen veía el cambio económico y social como el resultado de la interacción entre las
instituciones tecnológicas y ceremoniales.

En especial, Veblen identificaba los propietarios ausentes, los «capitanes de industria», las
empresas financieras, los banqueros de inversión y los hombres de negocios como parte del
proceso ceremonial, mientras que los técnicos, los ingenieros y determinados obreros formaban
parte del proceso tecnológico. Condiciones preliminares para la máxima producción según
Veblen.

En el fondo, pues, al hombre de negocios (financiero, capitán de industria, etc.) le interesa


mantener los beneficios agregados a un nivel tan alto como sea posible. Para alcanzar este
objetivo, puede reducir la producción por la vía del monopolio o/y reducir los costes de
producción.

Debido a que sólo les interesaba ganar dinero, los hombres de negocios administraban mal los
recursos e incluso los saboteaban el proceso tecnológico-productivo para mantener altos los
beneficios.
El objetivo de los técnicos, ingenieros y obreros es estimular e idear medios y máquinas para
maximizar el producto real, aunque ellos trabajan para los hombres de negocios y los
financieros.

Veblen, como Marx creía que los ciclos económicos eran endógenos en el capitalismo, y por
muchas de las mismas razones.

Veblen, como Marx (véase el capítulo 11), creía que los ciclos económicos eran endógenos en el
capitalismo, y por muchas de las mismas razones. Aunque Veblen no intentó superponer los ciclos
económicos a una teoría del valor trabajo, explicó la recesión y las depresiones prolongadas en
gran medida de la misma manera que Marx. Había dos factores básicos que llevaban a la
recesión, según Veblen: 1) la incertidumbre bancaria después de un período de expansión y
nueva capitalización de la industria, y 2) el desplazamiento tecnológico por nuevos y más
eficientes descubrimientos y procesos.

Veblen caracterizaba la fase de expansión del ciclo como fase de sobreproducción y sobre
capitalización. La sobreproducción es el resultado de una discusión explícita del subconsumo en
la concepción del ciclo que tiene Veblen.

Veblen creía que los tipos decrecientes de beneficio llevaban a la concentración de los negocios
y a otras formas de «sabotaje». Las fusiones en la industria tenían lugar a fin de poder evitar las
reducciones de la capitalización total.

CONCLUSION: EL PARADIGMA INSTITUCIONALISTA

El destino de un paradigma institucionalista puro sigue siendo algo incierto.

Hay un fuerte y creciente reconocimiento en el cuerpo tradicional de la economía americana de


que las instituciones, y especialmente las instituciones de los derechos de propiedad, no pueden
suponerse «dadas» en los estudios en que los aspectos temporales son importantes.

Las teorías del crecimiento y el desarrollo económicos, el derecho y la economía, la organización


económica comparativa y la regulación económica han sido los mayores beneficiarios de estos
planteamientos más amplios.

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