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Karla Camacho Mondragón.

El Porfiriato: de los aires insalubres a los aires de higiene y modernidad.

En el presente escrito, pretendo abordar a grandes rasgos la imagen de un “México

moderno”, calificativo que ha sido por demás cuestionado, ya que por un lado estaban

las elites de clase alta y la infraestructura que eran sinónimo de avance social y por otro

lado se encontraba la clase baja y olvidada, aunque éste periodo potencializó los polos

de la estratificación social, fue aquí donde surgió la clase media. El trabajo realizado por

José de la Cruz Porfirio Díaz Mori, nacido en Oaxaca el 15 de septiembre de 1830. Militar

mexicano que llegó a la presidencia de 1877 a 19111, bajo el lema de orden y progreso.

Consigna que me permite explicar el eje del texto. Trataré de esbozar, el proceso

innovador del consumo de productos de higiene y belleza provenientes del extranjero,

particularmente de Francia y en donde la publicidad jugo un papel primordial entre el

producto y la clase alta nacional que habitaba en el Distrito Federal, para incorporar en

el imaginario colectivo el proceso higienista en la vida diaria de la burguesía, conformada

por caciques, extranjeros, políticos, aristócratas, funcionarios, académicos y científicos

partidarios del positivismo: corriente filosófica francesa de la cual también era adepto

Porfirio, y que sembró en él la necesidad de generar una política imitadora del exterior,

en concreto de la Ciudad Luz. Con un afrancesamiento urbano.

Para comenzar con el tema, es indispensable conocer el volumen poblacional del

Distrito Federal y de México. Lo cual ayuda a comprender mejor el acontecer en aquel

1 Porfirio Díaz. En: https://es.wikipedia.org/wiki/Porfirio_D%C3%ADaz


tiempo.2. El gobierno podría considerarse como una fuerte dictadura que centralizó los

poderes (gobierno, ejército y economía, juntos en la capital) “para poder avanzar en la

modernización social y económica era menester primero centralizar el poder político en

un actor comprometido con ese proceso. Sólo así se lograría neutralizar el esfuerzo de

los tradicionalistas contra dichos esfuerzos modernizadores” (Crespo, 2015) haciendo

referencia a los opositores (clero y nobleza feudal). Los antecedentes históricos-

económicos, se caracterizaron por endeudamiento, guerras, reformas e invasiones,

dejando un país sumido en la miseria y con el proyecto de innovación de Díaz, la

economía se reactivó: redujo gastos públicos, creó nuevos impuestos, restructuró la

deuda. Logrando en 1894, un superávit económico nacional. Impulsó el mercado interno

(minero y agrícola) y desarrolló una revolución industrial, se exportaba materia prima.

Así, se adentró al capitalismo, ayudado de la inversión extranjera (Inglaterra, Alemania y

Francia) expandió las líneas del ferrocarril, las fábricas y el comercio, medios de

comunicación y la electricidad. Aunque, como se mencionó al inicio, la mayoría de la

sociedad (obreros y campesinos) seguía en condiciones de pobreza y rezago social.

Éste mejoramiento económico, encausó el proceso modernizador higienista

implementó un control en la sociedad con el fin de sanearla, con los trabajos de

instauración de sanitarios y drenaje, agua potable, recolectores de basura, pavimentación

de calles y banquetas y electricidad que se tradujo en un impulso para la clase alta de

consumir productos extranjeros, ya que fue esta clase la primera en interiorizar las

cuestiones de higiene para la salud como hábitos del diario. Y con el cambio de residencia

de la clase acomodada quienes pasaron de vivir en barrios a colonias, “Fue en el espacio

2 Revisar Anexo, donde viene la demografía a inicios y finales del Porfiriato. (Ver Tabla I)
privado en donde surge el culto al objeto como fundas de telas finas, edredones, relojes,

tinteros. Y surge el universo del objeto que produjo reglas de comportamiento como el

Manual de Urbanidad escrito por Manuel Antonio Carreño” (ClioTV, 2016)

La segregación que vivía la clase baja por parte de la burguesía y la clase media

alta, estaba vinculada a las nuevas formas de vida, modelos y valores que se

interiorizaron en este sector social que en su pretensión de generar distinción, belleza,

refinamiento y demostrar una buena etiqueta se volcaron en los nuevos productos de

importación, especialmente los que venían de Francia y que se encontraban en tiendas

de prestigio situadas en el centro de la ciudad. La prensa fue el principal medio de

comunicación para transmitir mensajes publicitarios masivos. “La prensa mexicana se

moderniza con el país. Durante el Porfiriato coexistieron publicaciones al estilo de los

grandes diarios políticos de la Reforma, como El Siglo XIX y El Monitor Republicano, con

los nuevos periódicos escritos bajo otros principios: la ligereza” (Pérez-Rayón, 1994)

cuando aquí se escribe que estos nuevos productos de higiene para la salud y belleza,

únicamente estaba enfocados a las clases con poder adquisitivo, no me refiero a que el

único factor—aunque sin duda el más importante— fuera el dinero, el que limitaba a las

clases bajas a introyectar estos nuevos productos, también había una limitación cultural

que ejercía limitaciones para entender este fenómeno, pues la publicidad era el medio de

bombardear el subconsciente y generar pulsiones consumistas pero no cualquiera tenía

acceso a estos anuncios publicitarios, ya que en el texto de la socióloga Pérez-Rayón

podemos encontrar las cifras porcentuales de la población nacional que sabía leer y ella

menciona que en 1895 solamente el 14% sabía leer y para 1920 este aumentó a un 20%.

Ahora queda más claro que no solamente los productos eran de lujo, sino todo lo que le
rodeaba como el poder adquisitivo necesario y el conocimiento para poder leer y entender

las ventajas y transformaciones que traía consigo la instauración del concepto de higiene,

belleza y salud. Que modificó el uso de los sentidos dándole un peso especial al olfato,

pues se tenía temor exacerbado que a mi parecer estaba fundado por el racismo y

clasismo ya que se creía que a través del aire volaban las enfermedades de los barrios

pobres y aun sin sanear, cabe señalar que estas obras públicas fueron de utilidad y goce

para las zonas de la ciudad donde se encontraba “le creme de la creme”. Y se

comenzaron a implementar en las zonas marginadas, no con una idea de igualdad en el

proceso de modernización de Díaz, sino por un miedo a las enfermedades: “si esos

barrios representan una amenaza para la ciudad por efecto de los “vientos reinantes” es

imperativo llevar las obras necesarias para mejorarlos” (Córdoba, 2003) a través del

Consejo Superior de Salubridad.

Estos cambios culturales modificaron los pensamientos, el sentir y las

interacciones sociales. Pues el consumo pasó de ser algo necesario para la

supervivencia a una forma distinta de entender el cuerpo y su higiene, ahora los productos

de esta índole eran los que daban pie a una sociabilidad, a los afectos y sentimientos. El

comprar se convirtió en toda una experiencia de excitación corpórea. Que se magnificaba

con el cientificismo que traía consigo la corriente positivista que con el simple hecho de

traer en los productos la leyenda de “científicamente comprobado” o una leyenda similar,

no sólo ayudaba a la higiene, también sanaba dolencias, como los productos medicinales

del famoso doctor de aquella época el Dr. José M. Amezcua: “Curación radical de la

impureza de la sangre en PASTILLAS Y POMOS es la más antigua, la que ha dado

mejores resultados y la más barata. Cura en un término muy corto el reumatismo, las
úlceras, tumores, anginas, hervor de sangre, mal del pinto, enfermedades de las señoras

y de los niños” (Pérez-Rayón, 1994)

En resumidas cuentas, el Porfiriato y su incesante necesidad de transformación

con miras al progreso, orden y modernidad, sin duda trajo consigo cosas buenas como

la reactivación de la economía y la implementación de servicios —en algunos lugares—,

también la benéfica nueva forma de vida higiénica, que redujo el índice de muerte por

enfermedades, especialmente en infantes. Pero no todo fue tan favorable, en la marcha

se generó una diferenciación social y económica muy latente y profunda. En donde los

pobres recibieron esta nueva indiferencia y segregación por sus casi nulas condiciones

de higiene que estaban arraigadas en su cultura por el modo de vida pero también porque

les era imposible acceder a estas. Y por otra parte, la clase burguesa cayó en una

exacerbación que calificaría de ilógica al creer todo lo que la publicidad de los productos

de higiene y salud decían con el único objetivo (que distaba de arreglar, limpiar y sanar

todo) de acaudalar más esta nueva industria en México.

Lo que es me llama la atención, es que a pesar de que los años han pasado, la

globalización y el comercio sin fronteras nos acompaña en nuestro día a día. Gran parte

de la población sigue en la misma lógica de un consumo sin información aunque la

globalización también trajo consigo nuevas formas de informarse.


 ANEXO

Tabla I. Población y Territorio en México y el Distrito Federal en el Porfiriato.

Población mexicana Población extranjera Territorio en km 2


Entidad 1877 1910 1895 1910 1877 1910
México 9,481,916 15,160,377 48,521 116,527 1,921,240 1,987,201
Distrito Federal 327,512 720,753 8,885 25,872 1,200 1,499
Elaboración propia con información del INEGI: Estadísticas Sociales del Porfiriato 1877 – 1910

Tabla II. Indicadores para la modernidad en el Porfiriato

Edificios Habitantes Vacunados Museos Bibliotecas Sociedades científicas


Entidad 1895 1910 1893 1907 1893 1907 1893 1907 1893 1907
México 2,104,860 3,143,652 123,741 5,093,149 23 38 100 187 45 56
Distrito Federal 41,523 59,574 27,232 472,219 6 13 16 49 19 13
Elaboración propia con información del INEGI: Estadísticas Sociales del Porfiriato 1877 – 1910

Tabla III. Profesiones de los hombres de la clase media-alta en el Porfiriato.

Sacerdotes Profesores Médicos Abogados Milicia


Entidad 1895 1910 1895 1910 1895 1910 1895 1910 1895 1910
México 3,576 4,461 12,748 21,017 2,282 3,021 3,315 3,953 34,101 36,700
Distrito Federal 408 431 1,972 4,122 401 714 675 1,145 6,755 9,175
Elaboración propia con información del INEGI: Estadísticas Sociales del Porfiriato 1877 – 1910
Bibliografía

ClioTV. (27 de enero de 2016). YouTube. Obtenido de Los tiempos de Don Porfirio:

https://www.youtube.com/watch?v=Tcc6nnO1yFo

Córdoba, E. A. (2003). Tepito: DEL ANTIGUO BARRIO DE INDIOS AL ARRABAL.

México: Unidad Obrera y Socialista, agrupación política nacional.

Crespo Mendoza, J. A. (6 de Junio de 2015). Porfirio Díaz: poder, paz y progreso. El

Universal. Obtenido de http://www.eluniversal.com.mx/entrada-de-

opinion/articulo/jose-crespo/nacion/2015/07/6/porfirio-diaz-autocrata-

modernizador

Pérez-Rayón, N. (septiembre - diciembre de 1994). La publicidad en México a fines del

siglo XIX: Expresión del progreso. Sociológica(26). Obtenido de

file:///C:/Users/Charly/Downloads/703-1389-1-SM.pdf

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