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SEXUALIDAD Y MAGIA EN I-A MUJER NOVOHISPANA:

SIGLO XVII

Noemí Quezada

Introd,ucción

En el sislo XVII, la Nueva Espaila no tuvo ya la actividad


las
J*á"."'v ai"a,"íca de las primeras décadas de la conquista; permirió
i"i¡i*¡á"t t".onsolidaroh y el ejercicio del gobierno
una estabilidad social en,la que cada individuo se ublcaba segun
I acéntuándose 1a diferenciación econó-
ru'o.ln"" a"
;;;;?; h cual "u.imiento
las castas, cada dla en aumento' buscaban su
irn- "" r" toil.¿ad a través de las relaciones con el grupo en el
amorosas' de parerttesco ceremo-
oo".l"r, f,re..n éstas de t rabajo,
a los españoles' slemPre en
hiul o d" amistad, lo que permitía
;;;t; d;i Rev v de D'ios,'tener el control de la colonia no sólo

',- lo
en económió'sino en lo social y político'
'La;;i;;
en esta, relaciones sóciales se ubica en función del
fr.*¡.. J'.f cual depende; sólo a través de é1,infer.ior' la mujer puede
obi.n"r t".ono.imiinto socialnEs considerada tanto.en
lo físico como en lo intelectual,' sin embargo, en el Plano atectlvo
se le confiere una Sran capacidad, q,ue mal encauzada puede
transformarla rtis". negativo y pe-ligro¡g Por esta razón' los
"n
ii,li.ái"ron a las liijas' iiriulcándoles la castidad y el
ilabalo como principios fundamcntales, logrando estos compol'-
""át:"r

Insútuto de Investigaciones AntroPológicas, UNAIú'


iil"r* r'1"**. ei¿, ,ra-*l cohbio so'i"l Hi\fanoawice colont¿''f- México
'"la
"l-oe indiYiduo€ eran cl¡sificados de ¡cuerdo cor el color oe
sgF. t97+, o. 85, di..'
su oiel: el eluaro superior corresPondía a lo€ amos bla¡cos '
lo masculino )
i1'r. eo"., p*f.¡.p'mca t¡nto Én h socied¡d como cn l¡ reügión s¡rconsiderar-
r" i"..k"o it"-,i .ontr¡Parles dilerentcs Prro complerttenurrias
mujet er¡ (lesujcc¡olr
seto femerü¡ocomo in[erior. De esur InaDera' Ll silu¡ción de lir
al hombre, pero no de inferioridad.
330 ANALES DE ANTROPOLOCIA

de ta vigilancia y el encierro.s t_a mujer


3T.,-",1,::
acataba fglTedio
su-papel social como forma de vida, la única que cono_
cra; acep-taba asimismo su inferioridad y las limitacionLs
educa-
:l::^i, se con sideraba que
eoucana.-'imeJor
^!|t_' _-"'t"Pq lond"n1da,. _pues..
Ia rebeldla y dificultaría
la posibili-
oao. oe ltegar al-proptciarfa
matrimon¡o. Era, pues, indispensable'para la
mujer su adaptación como responr"6l" d. l" ."jro¿.r..iOí a" lo,
paffones sociales y del equilib-rio en la sociedah.
El destino de la muier respo.nde alpape^l que le fue asignado
en el ámbito doméstilo. Sr
;Jdil;;;'i;#r"iil.üi;ü:"#i#X::::,'¿'-B:1i:fr,:'i, jiJ:
caracterlzaclo.po-r la necesidad de presentar ante los hombres
to""l par.a^logra.r su amor, bien fuese éste el palerno,
l,n3,lnl"8.n
et tltrat o el conyugal. Su objetivo, por lo tanro, lue agraiar a los
nomDres y
9umpur con su papel de hija, esposa y rñadre hasta
su muerte. tsn esla lucha siempre vivía la angustia'de ser
despla_
3!1qor oqa m¡rjer y suhir el ábandono.4 En"toncer, .".o
que es madre, se refugia en el alecto
áo,
"t y
ll.,T^rl:r,1","_lgonada
de,los,huos varones.para formarlos y, a través de elloJ,
:111."9t
partlctpar del ámbito mascultno.
En la relacidn ocasional o de adulterio, la muler buscaba
muchas veces Ia satisfacción a su erotismo. Inions.ieÉie
consciente, se dejab¿ arrastrar por el deseo para al."nruí
ü"...,
amoroso, la e$hbilidad económica y el placer negado en
J ia""t
el
matrimonio, Pasaba la vida buscando'el a,io., la .oi.id..".¡0,
nt^::n"_,:,9:l-padre,
de los hermanos, del y l" to, ir¡*,
rcoos euos.legrtlmaban su papel social y su "rpor" eiisreniia.
. , | 4 muJer que no aceptaba el matrimonio como forma de
v¡da, tue al convento. En su relación mística con
Dios contempló
la posibilidad de evadir la competencia, d" 1,.,.hu. pui"-áüi".,..
una pareja, asl como la responiabilidad, los trabaiás e ineita¡i_
lrdad económica y aniorosa que represenraba vivii fuera.

Pü¡ Gonz¡.lbo aüpu¡u. Ia ,m.i¿r.s ¿n 14 NtQva. Españd. Méúco. El Cole8io de


México, 1987. p. 28. En l¡ p. I6g-es!e autora mcnoona que ur¡a alumna
d. ta. carided dc t¡ ciud¡d ilc Méüco. no h¡bfa -ua; aii.ü,*a".^ det Coleqio
¡Lv¡b¡ cn é1.
ü"iJ qll
Michcl Foucaull }t&¿o i/. ttz la s¿maüU. L't1,ragrs ¿a plaii . p^ris, Ediúons
Gallim¡rd.
1984, p. l8O-t82. En la primcra partc dct icrccr'capftul.sot..;ü'*J¿i,i"lii
mauimonio", p, tS+teS, sen:la
{ue, fue una preoéupación para la mujer griega
scguir siendo objc¡o dc dcsco pari a m¿

"'i"¡-."yr""i!.ei;;;t."-ql#:l:il;Tj,#*Hr:ffi
omponámrcnro dc ¡¡na dc c¿!a, asc8u¡¡ba
.lugar hasu su su vejez.
fl H'J
SICLO XVII 331
SEXUALIDAD Y MAGIA EN LA MUJER NOVOHISPANA'

femenino' sus
En el convento la rnujer habitaba un mundo
..tu".iorr", únicameñte con mujeres:,la tY¡.:lt-::llT. h*-
".u.,
rnultu, o f"""f"anas. Renunciaba alhundo exterior masculino'
pero
::;;i;; ;;;"o era e[ confesor, su gufa espiritual'
:;t'id;';..;;';;; L"ii"¡" en elladivino elposo' sit objetivo fue
if .nui u ¿f p"t .edio del trance o
muerte' Etr aras de este amor
il'"T' ;ii,aü; ,u .totit.o a Favés de la flagelación y la
oración.
"'"ó"" ."" manera' la mujer del siglo XVII vive toda su vida en
del esposo'
funÁón de un hombre, seiratara de Dios' del Padre' cristalizaba
;:üij;, ;J;^'i"-.'J.l ái"'t o' espiritual"si no
-* relación
su con lo mascullno se encontiaba frustada y amargada'
'niu*¡i"nr" religioso, de encierro y represión' tuvo etectos
." ñ';;i;;;;. ,. .7olui¿ temerosa de'ser eso iastigada por Dios o
por .l há-bie del cual dependía; Por se sacnllca^Da' se
para evadir el
ií?*ir"ú^-v-rtuiiu" ¿" to-'pottutit't"t*rr.rqnte prov.oceda
ilil;;.-;| dnoio v el castiSo Estala inseguridad
religión la tnagja-" En
Por
ese
:i;;; i;;blt'só; refugia"rse en v
en la islesia' los
#i;;i"-;;;?á
'ior" '"-l3ui"'on
las m¡jeres
-y
en las fuentesb vecindades' sicmpre
il;i á;t. oát.át'
i;;b';"á.p'_d,.::'_u::Pi.:il:lÍ:";'i:li'JÍ,LT"",:fi '51T:
y consejos Para conservar
--'-L,
cohabitaban.
g" flT:,t11t"tt"" y
-.,ier". que trataron de manejar del-control masculino
acti; la situacióir Para no dependei trans-
contra el órden social y ftteron señaladas como
;J;;;.:;J;;;u!ai.n.io
"*rr,"aoat ut pad.re o al esposo fue castigada con
i;i;;; ;.n.ierro.7 El recurrii a las ft¡e'zas sobt'enaturales para

t¡lred¿ Ia stxatti!'! Lnvotod¿ de sa.')oit Paris'Editions


Calimard'
'*i:n"*¿f
5 ltlichel Foucad(. FJir
j;'#*t'?"T'¿r""5
.'xr':;:;:l;',:xmJ*:'3f:"
'con la de manera
:;;ü;;; a;; incompatibte Pa¡ticiPación en eI trabajo

tTtrx:*:r;";'*::;i#?'i,lilif .::rs''.Tf l"',


"
"ii*H:üf lúéúco existieron cr¡arenta fuentes
¡i, **
o. ciud¡d
que en la de
5.;;il "",ot sn aiua" i""o" t""o* imPortant€r de inrercambio
^.nciona
¡; a!ua, de

información ent¡e las mujeres'

'i:*x*il"t;'n**mÍ':?ffi
ii;z ¡ n.."ÁUin," ¿'
J:'ñ.':''Y)flY;.fJ*¡;l':;:"¿
Santa Maria EgiPci¡cá'
ANALES DE ANTROPOLOGIA

controlar los sentimientos de los hombres por medio de


tue delito ;""i.#;;;; ;i s""i" i.¡¡,ñ"i
la n
ilüñiili:fl.?
I. El matrirutnio

_ El modelo del matrimonio católico implantado en [_a Nueva


Fspaña funcionó para los españoles d" il;;;;
;;.1" n,.no,
ngurosa, mlentras que, para los otros grupos que conformaban
Ia sociedad, fue una'meü ideal a conse"guii y
aincit a"
F,q conveniente recordar q.re, duiantJ "i."n_r.
,igfá-ivi,
común Ia emigración de españoies solt".o. y a. "f "."
.u.r¿o.
que abandonaron a sus esnbsas en la penfnl.u.la, "ifun*
relaciones ilegales con indias y uegras cuyos
Éq"" p."-.0
hllos la mayor parre
de tas veces no fueron reconócid8s, e ;rjJ ;;;á;,
# J""url.i¿"
mesdza que fue en aumento a lo largo J.i p..i.J.t"-Jü^i"r.
españoles,fueronobti#dos ; r:8r.i^. Érp"n",
IH11::O:::g
o oren a nacer ltegar a Nueva España a la Áposa "le,gfi
conservando, sin erñbargo, a sus mar)ceDas arner¡canas-,- ima,

8 Nicolau Eimeric y Fr^ncix.o peÍr\. Et wznuat d¿ tos


lrryu^tdot.r. Batcelon¡,
Edjrores, 1983, p. 89. Ei¡neric en et siglo XIV ¿no,r, . M r¡chruk
dc ta dc¡no¡otái-rla la so6pech: dc hirejfa q". i Jp,lr"
nrol,u"n,.-"n-o"l"
F* *b;;;;.]';;;;;".,
\¡ne muj.' ñltr6 de amori cfectiramenrá, esire.,;r"
dcmonólra¡e! que lle¡an h.as¡¡ hao
q;;;;;'fl;; #;r:p.r""
a-".p"n",."1"""üilñ;fi:::"ntr;,f ¿::*:Tg*r.',h,;*"ü
bc 6lt¡c dc amor cs de enoime im
¿-i,.¡o"^ *.,.¡* :H:Htxl,,fi: :?"*;
con fÉcu.ncie ,c^h.rr"o-o"-¿Jü%" lT l¿:fl
poniendo a s*s ¡-',,r^ ?;;;;--:*:';::::-"j':] .
¿.,,o.i",¡oirñI;i ñ;Llil:,TTff #ffi"t#ilSHf.íff ff
F€rua qr¡c con cllo ¡cduce a su vo¡unrád ü casridad de l" p.r"*.¿""*"L. g"
¡¡ri¡n€riu5a¡ hay que r€ñel:r que no hay nada, r, ."rnp*t.i, á.
J";il""*,
caper de rorr¡¡ ¿t amor lá üb;e vorunúd det ".
t".u* áfiii. al"ñTü*.*,
r.,r
:st1
de
i*rr*'i.i. iii iiru?.l,irr"ra
fr.rro6 no provocan el a¡no¡, sino a ,eces i"
avcn8ua¡ ¡i ¡ro !c han mezclado con et ¡luo sacramentÓG- -
^v Kanron Menénde¿ y pídel, R¿coüladón d¿ l"r.s
d¿ los R.lnos de tar Ind¡er. Mzdnd,
Edlicionca crdiu¡a Abpár¡ica. lé?s.-ro¡no rrip. :e!. rr,r,
II_cn 1563 sc regisr¡a ;t p_rocedimieno a seguii .n i.i
"i,rái"!iT.rrp.
.l .".o ¿. Il.-ru-ñl1t_,ior..
y-nc_tr-a! csct¡va!. '[.€y.vr ..r.tgunos-españ;t."
e ,i.".n r,ij"" .n .*r1,*]1"ái,rr*"
compra¡¡oc, pera derles überud. litandamos q* rí"uié".t"*j" í";",. *
pre6eran loc padres, que los quisieron comprir
._ frara este etccro,,.
r.F;áiil;: ;'¡;;
r0 .n ¿',', cl rrirdo rrr, dlt ubrj vl r de j.,s
i83. inrorm¡: ..De
Pte3¿d6, y dcspcadoÉ en España, e lndras, que esún aus€nFs d€ sus mugcres,
y espo6a.r", ¡ncluycndo varias t€v€s
r
r ;".,., i;;;.;;;, ;a]fi"Hil:'f"T?iil
ceradoc.cn Espafu: ',...ran
fi f''ili1,ru*u* x
ipremiadoc por'prirtonl y roao ,igo, á'q; b;;".
luzrr üd¡ m¡ridabte con su" mrrg.,* ,
y sr párá me;or ex€(ución (le Lr iusrrci¿
SEXUALIDAD Y MACLA EN I,A MUJER NOVOHISPANA. SIGLO XVTI

En el siglo XVll, al igual que en el siglo anterior, la.lglesia


," o."o.upó'po, conierva"r la mbral en lo tócatrte a la legitim idad
;i" á"f;;t"' del matrimonio, institución básica de la familia
iatólica sobre la que se apoyaba la sociedad "
Cuando el español sóltero llegaba a Nueva España buscaba
un maffimonio cón una española amet'icana con buena dote que
i" ui"e".".u estabilidad éconómica y buenas relacionesconpara un
quedaise y hacer fortuna' Para la mujer, el matrlmonro
óeninsulai- reponaba mayor prestigio que con t¡n lndlano'
' Sin embargo, fue más cotnún el matril¡onio entle^españoles
um"ii."rro, büsóando conservar buenas relaciones familiares'
Oi-e"¿"t. un gruPo diferente a los espatio-les peninsulares
ouienes tenían eI cóntrol real de la colonia' Los matrimonlos
1"i." v n¡estizos no fueron tan ñ'ecuentes; en Seneral'
"roinof"t
se estabiecieron'relaciones de amancebamiento con mestizas y
el rnatt'imonio legal con
-.r1urut p".o los españoles prefirieron

prreciere convenie¡te efrviarloc Prestx, lústa dexarlos eub¡rc¡dos' y entegad<x al


de bienes
C,eneral. ó Derson¡s, que Íov€rnare, s€ hará essf, y suPtirárr esto6 Sastos
J. i* *"".i p zss, ú L| r,ri dicuda por leüPe il en 1578 y r¿Ú-6cada.por Feüpe
ilf fOfs, "fodoio que esrá aáuerúdó y nondado'.sobre que l'x casádos
""
en Espafie obü8ados a venir de 1.15 lDdias y los cle aquetl¡s l'rovorcras' que s€
"irota,
s€an
de
ü:r"í." e.p*,", Ui.lvan á haze¡ vid¿ n¡rid¡ble con sus mugeres' es á causa
obviar
,".áit a á.4", qu. las rnuge¡es Padecen en ausencia de sr¡s ma¡idoo' y
oÍos inconveni€ntes "
de las grandes preocuPaciones fue evit¿r que 106 hointrr€s se
I- - i¡ia"rr, p,283. Uru
Á""r"n'á* u..o, en la"lz1 ir apiobachs Por FeüPc ll' ratificad' Por FeliPe III
en 1620 y Por FetiPe Iv en 1626, s€ ser-r'rla: ''l\fuchas veces se aPrem¡a á lG
""f c's¡-
.loe en eitos Revn& á qu€ vengnn á hazer vida con sr¡s mugeres' y se escrqn
de
pt *non¿o'ante los"Virreles, Audiencias, y S¡las del CrimeD' informa-
-^oUtf",
.ionk, en que prueban. que sus tnugeres son mr¡crtás' au¡qle elguna sr
-y
oÁu.." fjf^l po. no pbder* aterigtrar' * Ies dá crédilo Y haviéndosenos
r¡tormado destos incontét ient.". tuvimos Por bien de ¡nandar'. que no sean
edniti(Lls, si no s€ huviessen presentado en nuestro Consejo de ln(t¡is' y constado
oor testi¡riorúo auténrico' quihnn sido vistas y ¡Proh¡dls en é1 "
íosé Tonbio trtedina Hü,rJ;ü ddTnbunal d?t SantotOlicio d¿ la lnquiti'ión¿n
¡l,,xt'o
"t,t¿xlco, Coordinao¿n de Hum¡nidades'UNANf y NfiSuel Angel Po¡rúa'- 1987' P'
ii!¡¡é. ¡ t"¡"ta. r"t Au.os de Fc efecruados a Io larso del si8lo xvll ( t60 t-17o0)'en
minciona 83 reos a.us.¡dos de biSarrrLl En el Auto (le Fe de .1 676 llevado a "¡f)
la Igleri. de Sento Do¡nin8o, se incluye el capir'án Juan de To¡res Morales y a
Fraicisco Durán como pollganros por lo que salieron como Penikntes tá bisamia
ir.'."tu*"¿" con ebjrirac"ón de'Levr. de 100 a :OO azotes' y aiSunos de los
deü¡rcueites enriados ¡ servir en taleras lr.¡st-a Por 6 alios
i"f"nn. ¡u.-o. la ActiL'ida¿ d?l sa to ofcio de ln lnquúcün ¿n Nu¿Lv EsPaña
ltTf-;700. Ilféxico. INAH l98l,P 69'?0 incluye una8ráfica que corresPonde a
los deütos de brgami¿ y poÜgamia' observándose uni d¡snÚnucrÓlr en Iá Pnmera
,"irr¿ aet -"Xvlt, áti t.t"C¿" al siglo XVI, volviendo a incrernenlarse en la
segunda
";clo
mitid del siglo
334 ANALES DE ANTROPOLOGTA

españolas por ¡azones de prestigio social o económico.l2 No


oostánte, para ¡as mesdzas y mulatas el ideal fue el casamiento
con español, tratando por todos los medios de lograrlo: al no
.ur propósi¡os, buscarfan un matrimonio con algún
:1T:gyI
nomDre oe su gTupo.'"
Entre mulatos, mestizos y españoles pobres, las relaciones
matrimoniales fueron más éspo'ntáneas y 1"."d". mjs en
afetto amoroso y el.atractivo lliico que en'el interéi ..on¿.i.o "l
o
.o.e
pr€sttgto soctat, pero tireron también relaciones más ines-
ables debldo a la inseguridad masculina, pues el hombre bus-
caba, a través de relaciones .g*y"fg, múliiples, reafirmarse y
adquirir el presrigio que la sociedad le n.g"b'" pór ru .uiiáa¿ de
mest¡zo o mulato. Sólo las mestizas y mulaias hermosas contaban
personal para lográr un mejor matrimonio que
f^"""_1_:111:1,,t?
res permtttera ascenso social.
. Entre los indios, el marimonio se rigió conforme a la tradi_
ción, aunq.ue el.cont¡ol ejercido por fiailes y confesores fue
lumlrando.la pollgam¡a
.se ejerciera en la época
qrre
preh¡spánica_y el siglo _(sororato)
XVI como frivilegib de los indios caci_
ques. b,n el siglo-XVII se establece la monogamia a través del
marr¡monto legaltzado por la lglesia, aunque algunos tuvteron
concubtnas, como lo.s españoles, pero. no fuéron Consideradas
ya
como esposas.'- Se dieron matrimonios entre españoles e indiás
económicas y para gozar d! tas prebendas
que aün l-L:i.nes
:1..]1:,.._r tenlan los caciques..
. _Asf, esta- institución,- más es.table, definida y controlada por
la Iglesia, determinaba las relaciones de hoírbres Áu.¡.|r..
¡
novohispanos en el marco de la legalidad cristiana, p"'.o."¡rur"_
?".3.9 ":r más a los grupos que conlormaban la sociádad,
agudlzándose, por un lado, el rechazo hacia los hiios prooucro
de relaclones no legalizadas, e incremenrándose lás rllaciones
extraconyugales, de concubinaro y prosrirución, por razones

12 Richard Konct¿lc.,ltnhi¿¿ Llrliña n. Ia EFca Colonial. Méxtco,


Sido XXI Ed¡tores
s.,4", 19?9, p.8O._"El c¡samienro tege.l det btanco."" urrarn"¡, aÉ."üi
lJ,_¿o
IDr .o¡i^l'ntnt dcshonroco. ta dis-ti¡ción soci¡l aet ."pan"f"aep.nafa ae si mu¡e,
U¡nc¿."
L3 lfuñ, p.82. tc mestizoa trndlan a identifrc¡rse con los españoles, (¡uoo
con
myoj prcltit¡o.socirl, por to que ¡¿s mujeres ,r,."rizr. ,,..lpref.rt n'.lntrr.r
. _ IÉll|lpn¡o co¡ homb¡es blancc y no con mestizos, ni mucho inenos con indirx,,_
14 NocnI Qucz¡d¡. 's€xu.lidad y r;gia en l¿ mu.¡.. n""ot
irp"*. iiqi" ili,: . ,t*t",
._
ü. A nptogb, México, trA_úNAri. r ssz.\,oll xxrv,i6í.i87.
15 Morncr, op. .¡¿., p. ?6.
SIGLO XVII 335
SEXUALIDAD Y MACIA EN I-A MUJER NOVOHISPANA'

de la población
económicas y por la falta de Protección y recul'sos
á'ovo'' qu" buscaba solu-
G;;;l;;;I;'J';;;Ll";" 'nul"tu,cada vez
.i;;;;'J de sotrevivencia con una relación más
;.;;;.;ú";; fuese de amancebamiento, en lugar de. verse
;;ü;dt "ilt;.tbaio de servicio escasamente remunerado' con
de sosrener a los hijos'
;i[;;;;;;i; fiosib'ilidad muchas veces

2. Rtlaúones |nntbre-mujer 2 üos'mujer

Matrimanio con hnrnbre


Dentro del matrimotrio, como en cualquier sociedad
patriar-
para el hombre' considera-
."1.1"";'J;;.;il v privilegios fueron que era- el sostén
á.'-In. ttp.ii.i'u t" ."u¡"t y a los'hijos-, yase.le d^ebía. respeto
económico áe la familia y, "n tontecuencia'
esquema mascuhno lunctonaDa a
v obediencia indiscutible. Este
aullque el llombre no cum-
íivel de los privilegios y derechos, desa-
;i ;;;;,it g'acioí.s de manuteniióIr, ocasionando
i-";;-f;;;ú";., "bli 'v pro..,,u, femeninas que originaban la
'uiolencia por parte del hombre' Las mujeres más audaces e
i;;;;¡;;-!; cdn su destino, solicitaban el divorcio cra pol
eclesiástico
vi{6)' argu-
ir.prración de cucrpos, pues el ttratrinlonio
melrtando la faha de alimentos y el lnaltrato exceslvo'
-----Al
l"rurr., la mujer formaba una familia en torno a la cual
uirJJi".,á a" t.t"uid". Compuesta por el padre' Ia madre-es-
'abueloi y, si tenían. posibilidades
3.*.'ü.liiiát, en ocurione, los en
5."rbIrri.^i.ló. recogidos y los sirvientes' La familia habitaba ella era
en la
;;;;;;;;;;" admiiistraéión descansaba distribuía los-que- madre;
.".r""."¡fá'4" su adecuado funcionamiento,
ir"J..". i.*onsabilidades e inculcaba el resPeto para el hom-
üi".o¡"'ru
-'- " dJ familia, quien actuaba como padre y protector'
frr" .o*.i" que l'os hombres tuvieran más de una familia;
.n"nJo Ño trr."ála, la concubina trataba de copiar los esquemas
de la familia titular.
con-
Los hotnbres, acostutnbrados a las relaciones múltiples'
...,Jon' t"lu.iones no estables con mujeres que ftrncionaban

(l8OO-1857)'
16 Véa*: Silvia tvt. At tor:tr' La ¡'¡lújel' Éxt¿tt\t ante el ¿n)o¡cia eclsirktüo
México, SEP' 1976,222 P'
336 ANALES DE ANTROPOLOGÍA

dentro de su núcleo familiar como cabeza de hmilia: estas


mujeres sosrenfan a los hijgs fruto de relaciones no legalízadas;
y veian en su nueva relación-un respiro económico iemporal,
buscaban siempre que esta relación ," t.""r¡".Á"." ;';¿.-u-
nente, aunque no fuese legalizada con el matrimonio. '

Matrimanio con Dios

. La mg¡nja al proFesar realizaba simbólicamente el matrimo_


nlo con Dlos, Jesucristo, El Amado. Son frecuentes los poemas
mlstlcos de estas relaciones amorosas, en los que la mujei_monja
canalizaba y sublimaba su erotismo po, rn"'dio ae ii-á."ci¿n,
nagetando su cuerpo para controlar la expresión de sus deseos
:ly:: I 1r.""zar de?esta manera, la comunicación espiritual
con €l amado esposo.' '
. L9 r-no-nJa_-esposa manlenía un diálogo conshnte cor¡ su
Anado, hablaba y se comunicaba con él y, f partir de los escritos,
ra retaclón tue tan real que lograba sentirló, verlo y aun
oírloj

l7 Alfo¡so Ménd€z Plat-rcerb. Obra, Conpleres de Sor


Jtarna Inés dc La Crut. Méxko,
FcE, 1951, vol. I, p. ?87, incluye €l sigrienre poenü sob¡e el amor expresado poi
esta monia:

*o ,rl*, * t rr, te habtaba,


como en tu ¡o6tro y ",¡ando
¡r¡¡¡ ¡cciones !,fa
qr¡e con palabras no t€
ljersudfa ,
que el cora¿ón m€ üesres des€ab¡.

y Amor, que mis int€ntG aF¡d¡ba,


verició lo que impoeible parecla:
pues €n¡¡c €l llento, quc cl dolo¡ verde,
el corazón deshdho ¿estil¡be.

Bastc ya de ¡igo¡e¡, mi bien, bást€;


no tc atornrcntcn ¡ná! cclc tiranc.
ni d vil r€celo tu quictud cont¡as!€
con sombtas necias, con i¡rdicioc vanoc.
pues ya en llquido humor vistc y locasre
mi co¡azón da3hecho ent¡e t¡ü¡ tDnnoc.

F¡. Agusdn dc Vetancoúra- Tcafro M¿ricarc. Monologio Fmncúcano.


México, Edito_
¡i¿l Porrúa S"4", t97t,.p. 13. Sobre Ceróni¡na ¿. S!":*r, ar*iü..lOii,
en ¡eráoon a h.uag€tac¡ón-como muest¡a dé amo¡ e Dios: ..Discjpti¡rábaj€
ar*
con dgor
óelánte (le JesfB en la Columna... rcg?ba con su sengre copicamente la
" tiern...
vfcti¡na d€ la c¡stidád que consagnbal su espoco".
SEXUALIDAD Y MAGIA EN LAMUJER NOVOHISPANA- SICLO XVII 337

siendo su deseo más ferviente morir para reunirse con él en la


vida eterna como se puede observar én este hermoso poema de
SorJuana Inés de la Cruz:

Amado dueño mío,


escucha un rato mis cansadas quejas,
pues del viento les lio,
que breve las conduzca a tus orejas,
si no se desvanece el triste acento
como mis esperanzas en el viento.

Oyeme con lo ojoe'


ra oue están tan distantes loe oídos,
í dé ausentes enoios
án ecos, de mi plüma mis gemidos;
y ya que a ti no llega mi voz ruda,
óyeme sordo, pues me queJo muda.

Si del campo te agradas,


goza de sus freruras venturos¿rs,
s¡n que aquestas c¿lrls¡¡cr¿s
Lágrím". ü detcng.n, enfadcas;
que en él verás, si atento te ent¡etienes,
ejemple de mis males y mis bienes
Si al arrovo parlero
ves, gatán dL üs flores en el prado,
que, amante y lisonjero,
a cuan¡zs mira Íntima su cuidado.
en su corrientc mi dolor te avisa
que a cost¡ de mi llanto tiene risa.

Si ves oue triste llora


su esperanza marchita, en ramo verde,
tortola gemidora,
en él v en ella mi dolor te acuerde.
que imitan, con verdor y con lámento,
él mi esoeranza v ella mi rormento.

Si la flor delicada,
si la peña,que altiva no consiente
del tiempo ser hollada,
ambas me imitan, aunque variamente
ya con fragilidad, 1a con dureza,
mi dicha aquélla, y ésta mi ñrmez¡.

Si ves el ciervo herido


que baja por el monte, acelerado,
ANALES DE ÁNTROPOLOCIA

buscando dolorido,
alivio al rnal en un arroyo helado,
y sediento al cristal se precipita,
no en el alivio, en el dolor me imita,

Si la liebre encogida
huye medrosa de los galgos ñeros,
y por salvar la vida
rro deja esrampa de los pies ligeros,
t-al mi espcranza, en duda y recelos,
se ve acosada de villanoe celos.

Si ves el cielo claro,


tal es la sencillez del alma mla;
y si, de luz avaro,
de tiniet¡las se emboza el claro día,
es con su obscuridad y su inclemencia,
imagen de mi vida en esta ausencia.

Así que, Fabio amado,


saber puedes mis maies sin costarte
la noticia cuidado,
pues puedes de los campos informart-e;
y pues yo a todo mi dolor ajusto,
saber mi pena sin dejar tu gusco.

Mas iCuándo llegará el día


que pongas fin a tanra pena?
iCuándo veré tus ojo6, dulce encanro,
y de los míoo quitarás el llanto?

¿Cuándo tu voz sonora


herirá rnis oídos, delicada,
y el alma que te adora,
de inundación de gozos anegada,
a recibirte con amante prisa
saldrá a los ojos desatadá en risa?

iCuándo tu luz hermosa


revestirá de gloria mis sentidos?
Y cuándo yo, dichosa,
mis suspiros daré por bien perdidos,
teniendo en poco el precio de mi llanro,
que tanto ha de penar quien goza tanto?

iCuándo de tu apacible
roslro alegre veré el semblanre afable,
t' aquel bien indecible
a toda humana plurna inexplicable,
SEXUALIDAD Y MAGIA EN I.A MUJER NOVOH¡SPANA. SICLO XVII

que mal se ceñiÉ a Io defrnido


lá oue no cabe en todo lo sentido?

t*, o.,a., -i orattda amadal


o,.r. ,ra fall.ce mi cansada vida
á. est, ause.t.ia pe.ada;
vén, pues: que mientras tarda tu venida,
aunque me cueste su verdor enoJ$c _-
regaré mi esperanza con mis oJo6.

En el siglo XVll esta^relación mística se vivió apasionada-


rY
mente en lo"s conventos. Dentro de la irrealidad en que vivía
la muier monia la comunicación con el esposo era real' ahí
sublirñaba su eaucación para el matrimonio' Como la seglar era
casta. obediente, sumisa,-servil, además de flagelada; sin embar-
so, su relación amorosa fue más satislactoria ya que la monja
ia expresaba ml como la concebía y deseaba. La respuesta
del inipasible esposo se interpretaba tierna, amorosa y sublime'
l¡ mriier relieíosa la buséaba febrilmente, como la monja
poblaná Maríide San José, que describió cómo una noche vio
óue su corazón se le desprendía del pecho Para Permenecer
ctn Dios en la capilla, ya que ella no podfa violar el reglamen-
to del convento y'debla refresar a su ielda; así, como cualquier
mu ier pasó la noche con su amado, en una relacion nocturna'
pu.i;.t,rp.t"t su corazón a la mailana siguiente al asistir a
¡rrisa.'"

l8 Alfonso Mérdez Pl¡¡c¡rte. op- ¿ü., P- 317-Slg vetancou¡t' of tü.P a-9 At hábler
de la muerte de la monja cl¡¡isa Isabel de sa¡ D¡e8o comenta que: "la cor"nó su
esposo con el premio el año de 1666 a 29 de €nero".
rg D; b Mazá, ó. ¿ü., p. 46. Menciona que:'En el siglo XVll furrcionaron dieciséis
mnuenroe de moniaj, nueve de eüos fündadoa en el 5i8lo XVI, Pcro ct¡yo6 edilicios
se renovaroo en eI siglo Xvll". Sobre convenlo6 véase: Jo6€lin¡ l\turiel. C'ontenlos
dz non¡as ¿n ln Nwuá Es?añ4. Méxjco, Ed. sandaSo, 1946. ? vols Y-de l¡ Íusma
auatá lo" in¿i^ d¿ CorpLt Chrísti. $léxjco, I I H-UNAI![, 1963
"o¡iqrut
20 los€frn¡ Muriel. C¡¡¡wa ftnztiu notnhúpar¡¿. Irféxico, UNA['|, 198?' P' 387-388'
iransrribe et ¡estimonio de la monia: 'v desde la celda, estaba viendo y oyendo cómo
tos A¡{eles est¡b¡n cant¡ndo ahdanzis a su Divina Majestad, con dulce suavidad y
melodiil v ¡ni co¡azón esraba alelado y derritiéndo6e e las al¡banzás divinas Ya s€
deia ente;de¡ cómo eslarl¡ ]rlc viendo y oyendo es(o loda l¡ noche hásta que tocrron
a áespertar. Yo ne levanté para ú al ioro, que no sé cómo Podla and¿¡' Po¡qu€ no
sentfi el cuerpo por faltarÉel corazón y al que ent¡é en el coro, vf cómo s€ vino;r
mf el corazón', y se entró dentro de rnl, que far€ce q\¡c recibió vida el ct¡€¡Po' que
estaba co¡no rnuerto".
ANALES DE ANTROFOLOCIA

Estas comunicaciones mfsticas con Dios, el esposo, fueron


frecuentes enre los religiosos de ambos r"*o., pó. medio del
trance mlstico provocado p.or.la oración, el ayurio y la flagela-
ción. No se descarta la posibilidad, por las deicripciones qu. se
nacen, de que en a.lgunos casosse tratara de individuos con pade-
cimientos parológicos; no obstante, debido a que en el sislo XVll
la sociedad esraba permeada por un misticisrño en todoi los ám-
bltos, lue una consecuencia casi natural la creencia de oue los
religiosos, hombres y mujeres virtuosos, castos, gener;sos y
numlldes tuv¡eron contacto con dios. De esta manera. el trance
mfstico es socialmente aceptado y los casos que ahora vemos
como patólogicos fueron explicadós socialmenü y no considera-
dos como enfermos, sólo diierenres y, hasta cierio Dunto. reco_
nocidps como elegidos para establecer esa comudicación con
Dios-zr
Asf, la mujer, a ravés de su matrimonio mfstico losra la
expresión de-lo que consideraba amor verdadero, comuniáción
plena y prolundamente deseada, pero sobre todo que podía
expresar de manera fntima y persorial, con todos los allcanáes de
su imaginación. Paga con el'ehcierro y la represión de su sexua_
lidad carnal, el precio de esta realización, cánalizando su erotis_
mo por medio de la oración con El Amado.
- En esta época, deingresar a un convento representó para la mu_
superioridad, la única que le órorgaba la
Jer.una,muestra
socreoao; por ¡o tanto, se tomabq.como rr na elección de prestigio,
no sólo personal sino familiar.zt Desde luego que eniru.oñ ai

2l tói¿r, p.386, Sc ¡arran casoe de monjas cuyos éxr¡sis no fuerofi ac€ptadoB por l¡s
supcrio¡es, coho cl dc Mala de SanJos¿, áuyÁ priora opinabá: .,".1n..,r1"*""
d€l demodio" y ercrib€ la monja: ,.comenzó a di¡me de azócs con la cintá de N.p.S.
Agusrfn, con toda lá fuer?¡ que pudo, y mc seló a.€mp€uones ajrastrándomc
por
el-suelo,como lo habfa ya hecho en o!¡as ocrsiones". p. 32S, aparece el caso de bor
Maña Matdalcna dc l¡rravaquio Mu¡loz, soble ella la priore de su conven¿o
dekrminó "qu€ ru3 r€mblo¡cs €ran histé¡icos, la hizo en repetidas ocasiones,,,
e(orcüarl¡ por €ndemoniad2. p- S75. En otro6 casos, como el dé doña Francisca de
C¿rrasco Ra¡nl¡cz, muj€r ¡¡tstica no r€ligiose, a¡a visra por su fanrili¡ como ..bruj¡,
b¡grdor¿ y cndcmoniada. amcn¡ándda con que la iitquisición d¡rfa cuenta áe
dlo".
:! Conzá¡bo Aispu¡u, op. ¿n., p.239. Sob¡e t¿ dot que ¡es moni¡s deberfan aDonar
al
Drgfcsar a¡ convenlo consúIese la p. 368. en cIIa se anou q-ue aunque la'<lore era
¡cqu$to pa¡a e¡Ear al convenlo. cn ocesiones ésu fue dispensada si la monJa
dcsempeiaba alguna actividad de b€n€frcio para la insritución, iomo pretendfa l$ar_
dn Ca¡rasco, pedre de Francisca Carrasco, i¡ue oboervando ..1¡s incünaciones de su
lúj¡ cran más h¡cia cl convcno que al matrimorúo, dispüso que estudi¡s€ música,
)a qr¡c ¡os conoc¡¡ruentoc de ésta, guplirlan 3l¡ dote que se fegue¡la p¡¡a €ntrar€n
SEXUALIDAD Y MACIA EN T^A MUÍER NOVOHISPANA. SICLO XVII ut

convento mujeres por vocación, con la intención de buscar la


perfección espiritual y servir a Dios, pero existieron otras causas
muy diversas que orillaron a las mujeres a profesar; por ejemplo,
aquéllas educadas por monjas en conventos, que, tímidas y mal
preparadas para enfrentar a la sociedad, prefirieron conservar
la paz y seguridad que habfan conocido y decidieron permanecer
en esas instituciones. También las mujeres que, por lalta de dote
o de oportunidad, no se casaron, vieron en él convento una
alternativa de vida. Otras más contemplaron en este tipo de vida
la posibilidad de poderse dedicar al g.studio, el caso más notable
es el de Sor Juana Inés de la Cruz;" como ella, otras mujeres
ansiosas de saber ingresaron a los conventos, ya que era la única
posibilidad para estudiar. Hay que recordar que fue dentro de
estas in$tituciones donde se encontraban las mujeres más culti-
vadas de la época. En general, puede decirse que ingresaron
aquéllas que no asumieron su papel femenino de reproductoras
en la sociedad y las que no estuvieron dispuestas a vivir con un
hombre que las tratara como inferiores, las despreciara y las
humillara obligándolas a servirle.
[a madre-monja e$tableció dentro del convento su vida
hmiliar. En estas instituciones, una de cuyas funciones fue la
educación de niñas, la monja formaba uná familia conventual
integrada por ella, las niñas que tenía a su cuidado para educar-
las y atenderlas como una verdadera madre, las criadas en
número que pudiera pagar para que se ocuparan de los queha-
ceres domésticos que la monja no realizaba, como fueron, la

algún conv€nro, pue3 3us g¡andes bienes de forruna se habla¡ ido F¡diendo".
p.243-244. t¡ dor€ fue de ,f0O0 p€so6 como capiLr¡ deseabl€, 3000 ineriraba la
solhitud de dbFnse que sc consegulá ruúriariamente y l0O0 o 2000 pesos en casos
especi¡|es par¡ ¡quélles quc rerifan conocimientoG por ejemplo de mGica, o bien se
üámitáb¡ que ur¡a fundación piado6a die¡a el feltante. tás que pagaban une part€
dé le dote cran profes3s dc velo blenco.las quc pagaban la dore completa profesás
da velo ncg¡o.
23 Pil¡¡ Go¡¡¡¡lbo. ¿d trhuatión ü ln nujcr en la N aa España. Méúco, SEP, 1985,
p, 78-79. En un c¡c¡io dc Sor Juara Inés de l¡ Cruz ¡ Soa Fitot€a de la Cruz,
seudónimo dd obispo de Pueblá don M¡nuel Fcrnández de Senta Cruz, la molja
dicc: "EntréÍrc reliSioÉa, porquc aunque conocfa qu€ renla el estado de c6as (de
l¡s accesori¡s hab¡o no d€ ¡as fo¡ñiá¡es), muchas repugnantcs a mi ge¡¡io, con todo,
para ¡a @tal negación que tenl¡ e¡ r¡atri-rüo¡io, e¡a lo menos desproporcio¡rado y lo
¡nás dectnta que podfe degir r¡ ¡náte¡i¡ dc l.a s€glridad que deseaba mi salvación;
a cuyo primcr rtspeto (como al fin ¡r¡ás importente) cedieron y süjet¡¡o¡ l¿ cerviz
todar l¡3 impertincncil¡s de mi gcnio, que era de querer üvir sola; de no querer
t ncr cupeciór¡ obügatoriá que emba¡azlsc.l¡ üb€rrad de ¡ni esrudio, ni runror de
comunid¡d que impidies€ el s6eg:¡do silcncio de ¡nis libros".
ANALES DE ANTROPOLOCIA

preparacidn de los alimentos, el la¡r,ado de la ropa y el aseo de


la celda en la que todas habitaban.'"
Estas familias estaban coordinadas por la priora del conven-
to, quien, en el siglo XVII, distribuía el gasto para que cada
familia preparara los alimentos, gasto que provenfa de los inte-
reses de la dote de la monja-madre y de una parte de la
colegiatura que pagaban las educandas. Así, estuvieron organi-
zadas en grupbs familiares más que en la vida de comuni-
dad. La monja-esposa-madre fue, por lo tanto, responsable de
un grupo familiar.

3. El amar y la magia

El concepto de amor en el siglo XVII se explica a partir de


la forma de vida de la mujer novohispana, sobre la base de los
dos destinos que le asignaba la sociedad: uno, el de la mujer
madre-esposa, que incluye a la madre soltera, la abandonada y
la viuda; y, el otro, la monja-madre-esposa-educadora. Es en el
ámbito del primero de estos grupos y dentro del marco del
matrimonio que se presentan las prácticas mágicas relacionadas
con el amor.
Con base en el matrimonio se reglamentaron las relacrones
hombre-mujer. De esta manera, por un lado, aparecen las rela-
ciones conyugales, socialmente aceptadas, que tienen como ob-
jetivo la reproducción; y por otro, las relaciones extraconyugales
o eróticas como el amancebamiento, las relaciones ocasionales y
de prostitución, que buscaban el placer y correspondían a. la
sexualidad reprobada por la sociedad.
Para la mujer-esposa, cuyo destino era el matrimonio, la
educación se iniciaba desde la más tierna infancia; tanto la madl'e
como la escuela "amiga" tuvieron especial interés en formar a
las niñas en labores de manos propias de su sexo y capacitarlas
para la administración del hogar, ponjgndo, asimismo, gran
énfasis en el aprendizaje de la doctrina.'" En función del buen
desarrollo de estas cualidades podía la joven esperar una vida

24 conzálbo I-¿t nujcr¿s en k N1h.ra...., oP. ¿ir, p.232, anol¿qüe,'Esre #n€ro


de üda lo^ispuru,
practicaro[ las monjas 'cal?adas' de las disli¡riás órden€s siD que s€
¡na¡ifestaran qu€jas, al m€nos du¡ana€ 100 años",
.25lbil¿m.o.127-l4T,Sobrelaeducaciónfcmeninavéaseelcapllulo"Losrudimentos
de la in.trucción".
SEXUALIDAD Y MAGIA EN TA MUJER NOVOHISPANA. SICLO XVII 343

satisfactoria dentro del seno familiar, primero en la casa paterna


y después en la propia al lado del esposo, estas cualidades
áeterminarfan rr.r'uidá pareja. Para eila el amor se daba en
"n él cual contrala matrimonio, aun
función del hombre con si
esaba arreglado por los padres, como era costumbre, ya que era
por decisióñ_ pateina qué se.elegla, en la mayoría de,los casos, al
iónyuge, lajóven no tenía sino que aceptarlo; de no hacerlo, era
tiecuente que los padres encerraran a las doncellas en un
convento o iecogimiéntp-para que recapaciuran y se sometleran
a la autoridad piuterna.tt Etl géneral, Ia decisión del padre era
acatada por obediencia, lo que hablaba en favor de la mujer
frente alTuturo esposo. Es posible que algunos padres sondearan
el parecer de las^hiias, pbro más'bien-era en función de sus
própios intereses y-los ie la familia que se concertaban las
uniones.
El amor conyugal, planteado en este contexto, fue un senti-
miento relacionado directamente con la vida cotiana de la mujer.
Arnaba a su marido porque así lo determinaba la sociedad y, para
pretender que su ámor fuese recíproco, debería ser virtuosa,
iu.tu, r."p.i,rora y agradecida, y dé esta manera corresponder
al nombré que él le había dado y a la protección y seguridad que
le b¡indaba. Ella se comportaba sumisa, obediente, buena admi-
nistradora del dinero, diligente en el cuidado de los I'rijos y de
la casa, pero sobre todo, estaba obligada a servir, admirar y amar
a su malido. Si en alguno de estos comportamientos fallaba, se
hacfa acreedora a una respuesta agresiva por Parte del esposo,
quien medía el castigo en función de la falta, y era frecuente que
sé corrigiera a la mujer con golpes pues se le consideraba menor
y de poco raciocinio y iuicio.
' P^ara la mujer el niitrimonio reB¡esentaba el objetivo de vida
para el que habÍa sido prepalada.'' A veces conocía al marido,
óuas no, sin embargo, creÍa firmemente que alcanzarfa la felici-
dad, estaba convencida de que en el matrimonio enconraría el
amor. Para ella, el amor conyugal se enmarcaba eri los compor-
tamientos socialmente aceptados: el marido debería cumplir en
lo económico, respetarla en lo social (no provocando escándalos

Its recogimi¿nlos..., op. cil., P. t6l. Iúaña Joscta Flores fue dePo6it¡d¡ en el
26 M]',:rjel,
Recogimienlo de Sa¡ra Mala Egipthca, para que s€ c¡se conJuan t-edesma" y
Nfatiana Silveria p¿ra qu€ lo hicidtá con Sebastián Fabián.
27 c,onzrlbo Aispuru, oP. ¿i,., p. 149-212. v¿as€ sobre la cducación para el rnatrimonio.
344 ANAIES DE ANTROPOI.OCIÁ

en sus relaciones con otras mujeres fuesen éstas ocasionales, de


prostitución o amancebamiento), pero sobre todo, que la quisiera
bien y no la maltratara, es decir, que la aceptara y aprobara su
comportamientor¿ de ser necesario la reprendiera con dulzura
y no con golpes.-"
La mujer e4ucada así para el matrimonio, desde pequeña
empieza iconformar s.r uida futura en torno a la imágeir del
hombre ideal.que será su esposo..Sabe, porque la han preparado,
que en función de asimilar bien el papel femenino que la
sbciedad_ le ha asignado, podrá ser feÍíz'y alcanzar el ainor y
respeto de ese hombre con el que sueña.
Sus pláticas y vivencias en la casa paterna conformaron su
carácter, la relación con la madre fue una educación consranre
de los deberes femeninos que ella transportaba a sus juegos;
mientras la relación con el padre, de respeto, obediencia y-temor,
la preparaba para la que tendría con el esposo. Este papel de
sumisión y aceptación de su inferioridad social y moial, se
reflejaba eh el eicaso valor que de sí misma tenía y atentuaba su
inseguridad para relacionar:se con los seres del sexo opuesto.
Luego entonces, es explicable que para la mujeres fuese una
obsesióñ el matrimonio.ze Las joveires'doncellas ienf¡r¡r asegura-
do un buen marimonio si ia dore era arracriva,So per; las
mujeres que carecían de ella, no estaban ciertas de lográrlo, Las
bellas contaban con $us encantos para alcanzar una buena rela-

2A lbi¿en, p.
.165.laeducación ejempl¡r que recibfan las rültas española3 en el Colcgio
d€ la Caridad ilust¡a el conceplo de lo que se esperaba de lásfvenes c¡saderas:
"buenos modales, de modestia en el aralo, dc fracia pa¡a el canlo, de D¡imor en las
labores y d€ conocimienro en la doclrina crisriána". '
29 lbülcnt, p. 152. 'Si a las solte¡as se suman las viudar ¡€sr¡¡te que, en cua¡qui€r c¿!o,
el totál es mul, superior al de las casadas". Sc apoya para esta ádrmación e;t el Censo
de Revilagig€do, de 1753. que para tres cuaneles de la ciuded d€ México repo¡ta
dalos qu€ re0ejan la situáción de la mujer s€gún el grupo social al que perterieda:

No MujereÉ Solteras Casadas olteras


3,975
Espafiolas 1,617 2,358 40.1
lndias 618 386 232 62-l
M€stizes 1,026 656 370 63.8
Mu.larás t,675 1,282 387 76.6

30 ta dote fue necesa¡ia pan las mujeres españolas qu€ des€aban casarse. Algunas
mestizas, reconocidas por los padres e€pañoles, contaron asimlsmo con una dáte, lo
que les permitió aspira¡ a un ¡uatrimonio coll español, y de e¡ta ¡nanera, ascender
sociálmente. tá gmn ¡nayorla de las mujeres mestizas, mulat¡s, indias y n€gras, no
cont¡on pa¡a el mat¡irnonio sino con sus virtudes y sobre todo cofi su trab¡jo.
SIGLO XVII 345
SEXUALIDAD Y MAGIA EN LA MUJER NOVOHISPANA"

ción que dispensara la dote, mientras que las que no lo eran'


i;;ill; neiesidad de cultivar una imagen de castidad y obe-
diencia para tener la posibilidad de ser sollcltadas Por sus
vlrtuoes.
Ias viudas, abandonadas o divorciadas, .cuya situación eco-
nómica era inestable, fincaban su Porvenlr aslmlsmo en
un
solteras'
nuevo matrimonio; con menos Posibilidades que. las
buscaban marido desesperadamente' La inseguridad
que esta
situación provocaba, se iefleja en las prácticas adivlnalortas que
iiir"¡"t i."U" las mujeres"viudas y divorciadas para lograr el
pronóstico amoroso con lines malrimon¡ales' Beatr¡zde uam.Pos'
íi;;;;40 uRát, .uundo fue solicitada en matrimonio visitó a
i" ..""".üli"t"Í d. M"din", originaria de Castilla,.para que le
; ;Hl;, i;"t".. Sobre su técnica ádivinatoria, Isabel-aseguraba'
"Sevilla,
;;;;; ;:¿t¿pulo en hacerla, Pues en Jt "iil,igi
clériqos y frailes y demás personas cuando quleren saDer atto '
un
Tend'ió isabel un paño sobre el suelo, coglÓ las lraDas con
llenzo' en
ooco de cera y sal, y las arrojó dos o tres veces sobre el
i"d;;l"., ,'n náúu saltabá fuera del paño, por lo qu-e Jsabel
exolicó no habrfa matrimonio, lo que en etecto sucedlo' ror su
cosfa y
ó"ii", t"""" Olvera, viuda asimisho de 40 airos, qu.e.
á"r"ri¡'¡" .l¿t para'sostenerse, angustiada porque el hombre
con el que manténla relación amorosa se iba a casar con otra
mu-
i*i-ui'á"a"ti prometido matrimonio a ella, recurrió a la mulata
'.u."ná"i" Estéfanfa de los {gyes, Para que por medio- de la
aái"in".io" del malz en agl.tat''le piedijeia con cuál de. las dos
se casarla el hombre. Estefanla Puso unaJicara, la.lleno
de agrra'
;;;;;; ü *"n" un puñado de malz-, yi haciendo del Padre'cruces sobre
i" ii."t", deió caer los'granos diciendo: "En nonrbre
¿"i ñi¡", á"i a.píritu Sinto, tres personasdistintas y.un solo Dios
v".¿áát"" v a'l pronunciar la última,palabra arrojó los mafces
q"ii. q".aáu"n'en la mano. I-os grahos se depositaron en el
3l de la Nación, ltanra lnquüic¿dn ' XaIaPa, 1628' Tomo 363' exPedie¡-
-- A¡chivo General
r. i, foi" 55. Marfá Hele¡¡¡ Sánchez brega la Inquisit(n 1¿o-t gü¿tor' Madrid'
i""'tro'¡¿ia""o, 1988, P. lo8. Menciona-entre las prácticas adiünaloriás Prohi-
Ui¿r" p"t .i s."Á onair en rspana, además del sorüegio "d^e.las J¡¡bas"' l¡
las
iilA.!""* ln¿ir",. granos de irigo y cebada En tas p'lginas 134-I35 induye
¿bfiiDción de la c€remonia de adiviriación Pot medio de las hÁbas'
s: ic¡i,Ít+','".i",
-- u¿Éco, 1664,T 599, Exi 15'f'54I sobr€ diferenies t¡cÑcas
¿. p"t del m¡fz con fines imorosos' véase: Noer iQ\tezadz Anúr
"áitiáA¿"
lr*güt ir*roi tot aú..as. Sobrevite ¿ia cn el Mórico colonial México' UNAIt'l '
^edio
1975, D. 78-83. "n!r"
ANALES DE ANTROPOLOCTA

fondo, sólo cuatro de ellos flotaron, poco-a poco se agruparon


fres, uno simbolizaba al hombre, otio a.fuána y el Ércéro el
mafz que.ttotaba sotitariá .r^ í" otra
f"1ST:13 :l
tnterpreró que, visto que el hombre se enconrraba -r¡"r;
muy
_T_l1ir:
apartado de la otra mujer, Juana se casal.fa con su amado.
Antonia-de Vargas, española de 34 años, diio a su confesor
estar drvorc¡ada de Francisco Vargas, con el qut estuvo casada
nueve años,. "quedando ambos sueltos y libris para conrraer
martmon¡o". Se enamoró de Diego Cavallero, quien se había
retirado de ella por espacio de ochó meses; p"* n".r"_
mente consulr.ó a un indio llamado Frantisco,"iiu"rlo habitante del
barrio de Santa Marfa La Redonda, pu." qut;á;;;;-p"yo,"
y
adivinara si Diego volverfa a su la¿". Ét in¿i" .ni..*á1iü,o"tu
una yerba llamada 'doradilla" diciéndole que la ecliara
en agua
y haciendo cruces con ella regara la puei-ta de la ása áe Oie_
go, y luego. la suya, de esta mlanera éi se irla ,,aesenoiando,,.
rülronta lO htzo tres veces, razón pg¡ la cual, su confesoi.consi_
oero perünente hacer la denuncia.""
, Iaa qujer que no cumplÍa con el esquema establecido fue
oevatuada socralmente y, se le culpabilizaba de lo negativo que
le autedrera a ella, a los hijos y hasta al esposo. El peisamieñto
mag¡co-€n al pecado y las faltas qué provocában males a
-torno
ta tamrlla, tue lo cotidiano. Esta devaluatión, ocasionó inseguri_
dad y servilismo, determinando .t
y su.relación de pareja. De esta maneia,"o*po.t"-i";;;-á;l;;:ú",
Ios celos y el temor a
p€rder al hombre que le proporcionaba umo., s.guíidad econó_
f]!] f {e ¡erpltfa existir. socialmenre a rravés de- su nombre, la
nacen delender su posición por todos los medios posibles. No
oosante, ta. gran mayorfa de las mujeres padeció ia polisamia
oe. los, hombres, aceptada por la sociedad, y que difiiultiba
la
relacrón amorosa. Los celos fueron vivencias coiidianas causadas
por e^l asedio al que sometfan Irorn¡i"
.las mujeres
mrenrras la esposa, prerendiendo "l enterada,cu.a¿o,
r¡o dar.se por acep-

T. 52e, Exp. s?, f. 575. Es din.cir saber a


" l:*,,iyg:1f
(xrractlli¡ 3c rcnc¡a el lil: 16s. pues
documento no h¡y una descr¡pción de l,r phnra.
sue
Jásé
Lub.Dlez en r¡¿¿¿, S,nonhia dt'tas plantatinz¿¡r¡"ii
r¡rul, p. yz, urcluyc
[-Áj/¡i. uí.J". tue,.
co¡no doradilláj a las *laginella kpidophJlta, S¿agiAtta
pt l,ra. y etasi,utra pñnsk;. eünqu. *:, i"Érií" ; p.Á,
YiÍ!:!!!*
sc úará dr esta útt¡nu, qur es asimismo conocida coho q*
siempreviva. porquÉ aJ
con agua, err pocos núnurosseabie y reu.id.... po.
Pla1S-11
¡o que se ásooe-.l,ll f.pñnte
a t¡ v¡da y es usadá en l¡ m¿gia amo¡osa con la
fi¡¡¿lidid de revib¡zar
amores pasedG o desp€ftái nuevos amo¡es.
SIGLO XVII 3t7
SEXUAL¡DAD Y MAGIA EN T-A MUJER NOVOHISPAN'I

e.incluso que
taba la relación del hombre con otras mujeres
prépotenc'r¡ masJu]l¡,a
;ii,;ü;át'u-iu-iliu, fo,nttttan-do lacomPartlda
el eiercicio de la sexualidad be proprclo'
L^rada
"n i:Tb:111:^
liñT'' J, i" iii.'p""*uitid.ad,.pues aludían a crecnctas1l'i:*11
los
d-e sus privilegios,
mag¡cas
frecuentemente-.á.p"'i"*
;;;l;;iiii;;; i"i's
proh ibi d os como e I .i n ccst o'
Michoa-
É."t.it* ná.a., rLsidente en lai minas de Cinagua' c¡Xrnal con dos
il:';i;.;;;;; ;onvencido, que tener'acceso,,
hermanas y meando en una teJa no era Pecaoo

Prácticas mágicas m el mnlrinonto

sobre
El hombre al casarse adquirfa todos-.los .derechos
de
r".Ti.ii." á. tu piopi"daa,'ttnla la obligación servirlo
* r"?*j, "" r^."-"'y "it todo iquello que le ipeteciera I'luchos '

i;^;;;;iJ;;;" una éscla"a, "" bbjeto á'lacuai podlan disponer


el problema
ffi;üñ;¿iu, tout" toáo ti ay"udaba resolver
f.,"r" uportundó la dote o su trabajo' En el
;;;;;i.';'bi; fue a la
;;;;;?;, ;;nque h ónalidad de la dote p.roteger
únicamente d-e los intcre-
F";iil; ;;tL;¡áll m"rido disponer
r.t. iua'muy frecuente que la gastara tomándola como una
ináemnizacibn por recibir la carga de la muJer'
trabaJaran
De esta manera, era común que mujeres. casadas
prostitutas para reportar
como sirvientas, costureras e incIuso d,e
como
vividor' quien lo recltlla
áitt..o marido, muchas veces conrportarnie'-
"t
;;iil;;il;;;.toáiar a ta mu¡r' Este tipo.de
y de str,cuerpo
io. el disponLr de la mujer, de su fuerza de trabajo
social' Andrés A'ias de con-
,I,;;;í;;;';.'riqüi'i grupo
;;.;"r, jr;;d* sin oficio, c""taáo con Beatliz de las Casas'
sirven
es-
de
naíroles ambos, resroentes en la ciudad de Puebla'-
"usa con la dicha su
üñj; S.ffi'a.nun.i^ la esposa'
y que te
Andrés
decía qug.no era.pecado
muier el pecado netanco
io¡ü"-i-'JJ;to-qr'" r., tnuiidt le mandabi""" prohibiéndole

34 ACN,
'r.""t t¿{úüii"üt, Michoactu' 162?' T 315' ExP 4b' f' 22{'
I 5ó9)
¡i"lt- ¿. ú"u m' confasioitio Malur m taellmgn nuxnata 1 (
ii"" s¡ ¡ ittaáogar
'a:tclla'na
co-nfesor a Ia muier indie le decla
'
illic-o"ÜúM, tss'l, hoj;
;;;ü tú;¿í *lrttl "liezttelo no deviáamen'€: Fue en el vaso ordenado Para
vezes
ü'1.*."4¿", .q"a "y""tamienlo que tuvo colúgo o en otra P¡rle: Q\¡antas
¡amt¡ién a los
;il;;;; 1-os toniá"" ¡-rcguntar
ftoatí" "ottu*É'aban
s realizaban el ¡cto sexual en si era un
ei 'vaso natural"
espaioles. negros y cast¡s
."i- t .t l .ti ¿it"t"¡nado "Pecado nefando"
ANALES DE ANTROPOLOGIA

que_ lo düese a su confesor. I_a.mujer era conscieDte, porque


sabfa y habfa.aprendido en la
lo
docúina, qr. o.Io
remor al marldo era mayor que el temoia Dios.buando"i"-p"i.há] ella "r
resisfa, Andrés la encerraba en un aposenro, le amarraba se
las
manos con una soga y la obligaba a-cumplir con
sus deseos.
B,eatriz, angustiadlí déspués aJ a* in*
contesarse con un fraile carmelita, quien.lá explicO
f'.!ü,"'",r"ri¿
que aquello"
era "un gran pecado" y que podfa'soli"ir",
corrfesor Ie dijó tambié¡l qire sü marido escribfa "íáiuolliá.-n
,,Á "r,.
r.lioi'Uiu",",
a orrerentes personas en nombre de ella,-
estando ignorante ella,
sólo con ániñro de que sacaba
"ld";;-;i;;-;l.8iiáif. L¿.¿,
le aseguraba a Beatiiz qu" e.a,ü obligacion oñ;;;;;;r..".
.ujer. Un dfa le ordenó que llamia a ;";;;i;;;:
su m
Beatriz se negó a hacerlo, la córreteo espada en í.._.
mai'ol'ücl"_rn_
--ñr"
dole. su deso-bed iencia. Ándrés per.orialmente
obrajero para concenar la ci!a, diciénJ;i"';r, ari".. j.
l',irit".
"f
i. o u
casa,. pues él gustaba de ello y de verlo
.n,.;i
terminar.Beatriz;i^u confesión, él fraile reiteró La "n
1il"-. el
necesidaa de
pedir el divorcio.rb
.. Como se ha mostrado, el hombre consideraba un dereclro
disponer de la vida v el iuer.po d"r";;i;üñ;.""a1ái", el
Ios privitegios que la'sociedad' te o,.rdb;;l;Jü;¡i"r'ri.. p..
servlrrsmo y temor.que mostraban la! mujeres "l
ante el aíürita_
masculinos,
lTI?, { fT"Oo,.ncia parienas ésros lricieron
::::.]r:_",T, ^"Jeres
"*,"irü "r,.
d.e la esposa, que, desprotegidas,
vlvlan en ta casa conyugal v estaban ob'ligadds .n",1t.n"i. ar¡,
agustinos áeñun'ciaron a un tl3;b*," ,;;;;;;;;
!o,s lailes
casado, y, .fúera p",
T1?:-.:-o del remox,. de bio;; ir;-;enido
q-uenacer con su suegra y riene.hijos o hijo con .tlg qr.
aslmlsmo con su cuñada y, que le lleiO su vir:ginidad;'57 J /
r,os nombres conceblan como posesión márerial
a las muje_
res, esto se relleia en la relación padre_hija
que llevuüu ufin..r,o.
d: Barrientos, españor, rue acusado anre el Santo Tr.ibu_
l?i:"
nar por. tray Bernardo Rojas por haber tenido
"acceso carnal,,
con su h.ija. Agusr.ina, meriirai dectarc que ,u p"lrl:,i",iir"
volunad de ella, la hubo y conoció t,
casada como.después y qué h anda forzinálá'ü"l
.".;;t,";.i;;;.¡l]ri!.¿"
i"
jil ür" trlrli"
tenga su amistad". ü piimera ru. i" "ráii^.i.
"", "n ^l
36 ACN, ftq¡¿nüür, puebl¡, 1615, T. 5lO, Exp.
37 Ib l¿rn, t6t9, T. 522. f. Sl ? 17, I 5?8_580.
SEXUALTDAD Y MAGfA EN 1A MUJER NOVOHfSPANA. SÍGLO XVII

pueblo de Tlayacaque y en un camino solitario le preguntó "qué


ii estaba donc'ella Éoróue la quería casar": La jovelr le aseguró
que sl lo era, pero el óadre <iesenfundando una daga, decidió
ómprobarlo, ámenazándola de muerte si le ha\ia mentido; "y
lueg'o, por fuerza la desnudó y, contra su voluntad, le llevó su
hónia v virsinidad, en el campo". Después de este día, tuvo
relacioáes óon ella varias veces. Alonso prohibió a su hija lo
comenlase a su confesor, de hacerlo le darfa de prñaladas.
Alonso aleqó en su defensa, que no estaba seguro de qulAgustina
fuera su hia, aunque acepté haber tenido relacidn cou la india
Ana Pérez,"madre de la joven..sin embargo, los testigos afir¿pa-
ron que eran reconocidos públicamente como Padre e hUa.

Pnicticas mágitas en el amancebambno

El amancebamiento fue la relación estable no legalizada, en


la que muchas mujeres vieron la posibilidad de solucionar sus
pro'bl"*". económ-icos. En algunoi casos se legalizó la situación
iuando se trataba de hombres libres, pero la mayor parte de las
veces, fue la forma de relación que entablaron hombres españo-
les con mujeres mestizas o mulatas; en ella, las mujeres cumplían
las mismas funciones que en el matrimonio, figurando. como
segunda y hasta como tercer familia. Las mujet'ed amancebadas,
viiían en constante zozobra frente a la espectatiia de perderal
hombre que, aún en esta situación irregular y reprobada, les
proporciohaba un reconocimiento social'
^ 'El amancebamiento fue duramente castigado por las autori-
dades civiles, pero sobre todo por las eclesiásticas. _De-sde lu,ego
oue hubo excipciones, como el-caso del presbítero de Cirándaro
N,iiguel de la Fuente, quieir lo defendía ferviente-
"'Cu"y."o,
h'r.nte. En una dcasión. cuando lleváron a su Dresencia al indio
Pablo, el presbílero, como respuesta a la jtrsticia que exigía la
esposa, lehiio al indio y a su manceba "que fitesen y htrbiesen y
rnltripti."rdn al mundb, que Dios lo mindaba", y áirigiénclosé
al indio le ordenó que llevase también a su esPosa para que le
siruiese "y si no quisiese, que le diese de palos". Este es el único
caso consígnado detalladamente en los doitrmentos, pero Migtrel

38 lbid¿n, f. 2o2-2OS.
ANALES DE ANTROPOLOCIA

de la Fuente tenla fama de no castigar a los amancebados. En


otra ocasión, a una amancebada la azotó y castigó por ese delito,
pero le consintió continuase en su relacióir. Se eipÍica su defensa
por este delito porque el presbftero estaba amancebado con una
india llamada Agustina, a la que le decla "mil desvelgiicnzas de-
lante de los españolesl^por lo que fue acusado en el Santo Tribu-
nal de la Inquisición."
La mancebfa fue una ficrma de relación muy frecuente, y las
mujeres que la vivieron sufrieron el desprecio de los hombres
por ac€ptar la situación que era evidencia de su debilidad. Por
lo tanto, Fueron mucho más maltratadas que las mujeres casadas,
pues habfan violado los patrones morales de la sociedad y vivfan
en pecado, por el cual eran señaladas. Nicolás de Piña, labrador
casado, t-uvo por manceba a la castiza Catalina de Orellana por
espacio de un año; después, se amancebó por cuatro años coñ la
hermana de ésta, llamada Pascuala, con la que procreó una hija.
Catalina, al saberlo, le reclamó a Pascuala diciéndole: "cómo
acudiste al gusto de Nicolás de Piña sabiendo que ha tenido que
ver conmigó". Según declaró Pascuala, uo recordaba cómi se
inició esa relación, asegurando ignorar la que existió entre su
hermana y N-icolás hasta sufrir la reclamación; además, argu-
mentó en su favor, que era "muy muchacl¡a" cuando esto suce-
dió, lo que parece increlble, pues ocurrlg en casa de la madre
que conocfa perfectamente la situació1r."' Esros casos debieron
ser frecuentes, la prepotencia masculina, en la que el hol¡bre se
crefa merecedor de todos los derechos sobre las ntuiel'es de la
casa, 1o hizo comportarse de esta manera. El sile¡rcio i el confior-
mismo de la madre, refuerzan la idea de que, ¡nientras recibicla
dinero, no importaba mucho con cual dé las dos hijas ruvicra
relación el hombre. Cgnviene serialar, que la conrpeténcia enrre
las hermanas es un reñejo de lo que suóedÍa en roha la socieclad
novohisp,ana, en la queiaún en él seno familiar, se disputaban
el amor de los hombres.
Como se ha mencionado, la inseguridad flenre¡rilta se agudi-
zaba en este tipo de relaciórr, sienáo flecr¡enles las pr.áIticas
llevadas a cabo-por amancebadas con la finalidatl <ie rótcner al
hombre amado.Josefa, mulata libre, le dio uu pcso ¡ la mnlata

39 ,ái¿¿ñ, Michoacán, 1604, T.368, t 551.


{0 lliünr, SanJuan del Rfo, 1627, T,360, f. 23?-235.
SEXUALIDAD Y MAGIA EN Tr'{ MUJER NOVOHfSPANA. SIGLO XVII

Luisa para que le diera unos polvos ql¡e administrarfa a un


hombr'e con ¿l que tenla "mala amistad", con la finalidad de que
no se apartara d'e ella; le preparó asimi,smo, una bebida con unos
gusanos molidos llamados tuxucuiles.-'
" [, p."o.,lp"ción constante de las mujeres.casadas o aman-
cebadai por amar y ser amadas, pero sobre todo, por conservar
v atraer á[ suieto déseado, las obliga a acercarse a la magia, y por
inedio de ellá, manipular las fuerzas sobrenaturales para alcan-
zar la satisfacción de sus deseos. Estas prácticas fueron variadas,
sin ser exclusivas de las mujeres, sf son signiFrcativamente más
numerosas entre ellas. Algunos hombres también recurrieron a
la magia con fines amorbsos, Antonio Zenteno de la Banda,
labradár español de 46 aiios, declaró a su confesor qr.re, la mulata
llamada Micaela "La Catalana", le dio una flor de lloripondio
con "tierra de muerto" (tierra recogida en el cementerio) y
cabellos de una mujer de la que estaba enamol'ado,, para que la
raiera puesta en la-planta del-pie izquierdo, buscando conservar
.r,
""*o't, que hiio por quihce dias sin obtener el resultado
|g
esoerado."
' Recurrir a la adivinacidn como medio para el pronóstico
amoroso fue muy Íiecuente' Así, la mulata Magdalena acgp.ejó
a Catalina Pérei, española, para que lo hiciera. Doña Elvira,
sisuiendo las indicaciones de la Fuiana Castañeda, rezaba a las
eslrellas para que volviera su marido de China. El regreso del
hombre fue exirlicado p,o"r la mujer como una consecueltcia de
las oraciones realizadas.-"
- üi".ir" tnagica que se le otorga a la palabla,# sigue vigente
sobre todo en la primera mitad del siglo XVII, r'ecurriendo las
muieres a algunai oraciones y conjuros de uso común en el siglo
XVi. De está manera, la mulata Leonor de Isla, originaria de
Cádiz, con la finalidad de saber si el hombre con el que mantetrÍa
"deshonesta relación" andaba con otra mujer, recurrió a la
lectura de las habas, como habfa visto lo hacían cuando mends
cinco mujeres que ella conocla, y fue como sigue: "lo primero,

4I Ifuld¡r, cj¡erúave. , 1650, T. 435, f. I10. N¿¡.r¿cr¡il¿¡, de Nexl¿cuilittt 8us¡¡1o6 de


mul¡da¡.
Ibi¿ün, PveblA, 1697, T. 536, ExP. 38, t 405. FloriPondio: Ihtuta nnu¿ol¿ns o
Ihhsa arborca .
i
43 I¿id¿,,¿, cl¡aud¡, t6r4, T. 302, ExP. 89, 129.
44 Véesr: Roger Basúde. Elén¿nls d. So¿nlogi¿ Rel¡8vurl Pans, Ar¡tntrd Colin, 1047,
p. 106-107-. Quezade, oP. ¡ü., P. ?:-76 y Sánchez Or|(8a, oP .ü P. 155-180
ANAI-ES DE ANTROPOLOGIA

se pone.un peda-zo de cera, otro_de paño azul, otro de papel o


paño colorado, alumbre, sal y carbón, y un ochavo y med'io'real,
y nueve habas hembras y máchos, y a irna de éstas ie le quita la
cá$cara de la coronita y la llaman fraile, y otra media haba echan
por sepultura o iglesia". Ponlan en la boca dos de las habas
(hembra
.y palho) ¡ en las m_an-os el resto de los objetos, y en
nombre de la Santfsima Trinidad se arrojaba todo so6¡-e la mesa
pa.ra hacer la lectura pronunciando la siguiente oración:

No conjuro habas
sino el corazón de Fulano y de Fulana.
C-on Dioc Padre, con Dioc i{lio y con Dios Espíriru Santo,
con el cielo y las estrellas,
con el cam¡rc y con las hierbas,
con el mar y las arenas,
on el sol y con los rayos,
con el bienaventurado Señor San Ciprián
si suertcs echó cn l,a mar,
y le salieron ciertas X verdaderas,
así me salgan éstas.{'

Se recurrió asimismo a la lectura de las habas pero asociada


a la oración de Santa Marta la Mala. esta práctic'a se Dresentó
sobre todo entre mujeres españolas.ao La mlsma Leono'r de Isla
confesó_ conocerla y saber eia usada para atraer a los lrombr-es
con.el fin de someterlos y sujetarlos cbntra su voluntad. Implo-
rando la ayuda de La Sañta I de los demonios decfa:

Martha, Martha, no la digna ni la Santa,


la quc loo Demonioe ata'y encanta.
Vamos a Fulano y hacerle la cama de espinas y ab¡oios,
y las úbanas scan de sescnta y seis mil p'rovináias, -
para sin mí no pueda estar no reposar.
-que
Martha, yo te conjuro con Barrabás,
con Sathanás, con Calcazar,

45 AGN. I
Jn{uiriritr. MéÉco, 1622, T. 341. Exp. I, 155. Sánccz Orresa. or. rt.. D.
136137, induyc v¡riantt: muy semeiantes i ésta,
46 Nocmt Qu€zeda. "S¡¡¡t¡ Marr¿ en ta t¡¡dición fropul¡r". ,{r¿¿r d., Antrcbolorta.-
MéÉc!, UNAM, 1973, vol, X, p. ?tl-24o. Sánéház Orrega, op. oi., p. f'ZO_ftf ,
¡¡onoo¡ü¡ le or¡crón dc Sante Me¡ia para lo¡rar -el ¡¡nor de alerln salán'.r o.
l7l-180, incluye v¿¡ünt6 de la oració; a Sanñ If¡rr¡.
SEXUALIDAD Y IIIACÍA EN t-A MUJER NOVOFIISPANA. S¡CLO
XVII

y con cuantos Diablos en el iuherno sot¡,


(Y como te conjuro con la una
te coniuro con las dos,
v comó te coniuro con las dos
L con;uro coñ bs tres, y así hastá nueve)'
Manha en voc cuPo la sr¡erte,
"
vos habéis de ir y} Fulano me habéis de traer' ^1

muier recurrfa ambién a la oración de Santa Ma¡ta La


Esta
sólo
s"ena-, * iá."u1 no se menciona a los Demonios' buscando
despertar el amor en el hombre deseado Para que se acercara:

Beata Santa Martha' no soY Yo.


Beata Sa¡ta J\fartha,
l¿que el hombrc muerto aguarda
Que lo quemo, que lo abraso
en fe. amor Y caridad.
Yo c rueqo, Beata Santa lúartha,
oue de ahi os quitéis
iel clavo de la-mano nunca me prestci;o'"
v en el corazón de Fulano se lo clavéis

- Estas oraciones a Santa Martha La Mala y Santa Martha La


Buena refleian dos posiciones femeninas lrente al alnor, una
"que el amor del lrotnblc y' otra
nurirra .n la se büsca únicamente
l.tina. .on la'que se pretendía además de su amor someterlo y
manióularlo ségún lós deseos de la nrujer; pero en amb:rs' sc
Dasaba Dor ahola decisión masculitta'
' El despecho y retlcor de Ia rnujer qrte sufría el Inaltrato o
desulecio hel hombre, se manifestaba ell la Ilecesidad itnperatrte
de iometerlo, ahrlo y poseerlo en su totalidad: cuerpo' mente y
espít'itu. Este deseo, nó era refrenado ni Por cl lenror al castigo
áe'l Santo Oficio de la Inquisición Ateniar contla el poder- de
áecisión del hombre fue considerado, cn esta sociedad, un delito
erave. Las muieres no escatimaron recursos itnplorando incluso
i las divinidaáes prohibidas, que consideraban poderosas Para
fines mágicos: los demonios. Una mr¡estra de estos scntlnl¡entos
femeninós del siglo XVlt se pelcibe en esta or-ación' en la crtal

47 AcN. ¡r?aüirirüt¡. }léxico, 162:, T 3{1, E)rP. l, f- 155. Sltrchez Or¡ega' op '11
,P'
179, *.r1.¡6fra ¡m varia[re de la oracióo ¡ SinL1 lvlart] L¡ llli¡l¡
.18 ACN. /¡¿4l¡iri¿l¿. [téxico, 16:2,T 3]l,ExP. I'l155
ANALES DE ANTROPOLOGTA

s€ conjura _a icua-nlos demonios hay en el infierno., para que


fuesen vehfculo del amor prohibidó, Frenre a una ,ehtana, Ia
mujer decfa:

Ful,ano, ni te veo ni me ves,


trcs menrajes te qüero enviar,
E€s galgos corrienrcs, tres liebres pacienres,
tres diablo cor¡€do¡e¡, cec diabloc andado¡es.

Con Barrabás, con Saanás, con Belccbú,


con Candilejo, con Mandilejo, con el Diablo Cojuelo,
aunque es coJue|o, e9 hgero,
y s¡bc r¡¡,is que rr€s diablc y diablas
hav c¡ el inficrno-

Que me traigas a Fulano, atado y ligado,


amis p-ies humillado, dándome lo que tuviere,
diciéndome lo que supicrc.

Diablos de l,a carnicerla, treémelo urás asina,


Diablc del rastro, uaémelo arrastrando.
Dabloo de la Callc, r¡aémclo cn los aircs,
Diablq de Ia corrcdcra, rraérnelo cn la rueda,
Di¡blc de cuanrc cuanrille hubierc
y ccas dc conversación y tablas dejuego,
araéúc ¿ Fulano.

Dietrlo dc la putcría, traémelo más a.sina,


Di.blo dd forno, rr¿émclo cr¡ tomo,
lPrcÍo, andendol e_¡¡i¡ pucrt¡ llam¡ndo,
lhc¡to. corrie¡dol{e '

Si durante la oración pasaban por la calle alqunos Derros


corriendo, se interpretaba éomo señál de que la peisona iir,rrxa-
da se. acercaba; si por el contrario, los'perros permanecfan
ecnados, stn mov?n¡e, se tomaba como signo negativo.

Amor y dcsamor

las mujeres novohispanas en el siglo XVII, recurrieron a las


oraciones con igual fiecuencia que las del siglo anterior, pero

{9 ¡tid.ñ, Pucbl¡, 1629, T. 366, Exp. l.t, f. l$.


SEXUALIDAD Y MAC¡A EN T-A MUJER NOVOHISPANA. SICLO
XVII

trataron de concretar su deseo en un objeto simbdlico para


.¡r*.i -"l"i"t resultados. De esu manerá, fue común el uso
o
de amuletoi, permitiendo a las mujeres abrigar esperanzas'
bien, obtener la seguridad necesaria -Para.llevar a cabo su
obietivo. Petrona Bautista, mulata, casada resldenle en I axlllla-
;;á:;;;;;;i" ile oyó decir a s.' prima Mariana, que una mujer
ouna yerba a modo de tres dedos' que el'a
le habfa enseñádo
;;;;;-;;ñerla en ál seno de las mujeres y, teniéndola'
andarfdn los hog¡bres tras de las dichas mujeres como los pelr-os
;;; h" ;;"t".m Esta práctica debió ser bastante conocida' ya
J".. O+ lno. ¿.tpués en'la ciudad de México, Antonia deVargas
á;;i# il. ,tttá indi" le llevó una yerba "que formaba una
la traJese
manita cón una rosita blanca enmedio", aconsejánd.ole
iu ¡"ftu, en el seno o en la faja, para qug,la quisiese nueva-
mente Diego Cavallero, su antiguo amante'"'
"n
A la heibolaria médica radicional se le contirleron Prople-
a"¿., -lsic". y fue un recurso Para las mujere-s que buscaban
"h.-;;ÑEñ Lien los hombrei", se tratai'a de los el
maridos'
seno una
o pretendientes. Isabel Pérez llevaba en
"-u"iit
üirio-.o"'u"" ralz blanca y unas hojas de piciete (abaco);
intri.sada, prequntó a una inilia le explicara los efectos -de esta
,riiirfr" ptlito,"*spondiendo la interrógada, que era. pa'¿i "Para
;;;;;i;" úien'los hombres"; al conocer eito Isabel decidió
Jon..'*".1", pues precisamente "un hombre de su amistad an-
daba a malos con ella y q".ti^.oo a. tt*"j""t" uitt'ld"'s2
---t.o.-pátto. a-"toiioi confeccionados con plantas y ani-
males fuiron de uso muy difundido entre las muje¡'es, buscando
ri"*ot" el amor del hámbre. En algunos casos, la irrgestión
implicaba ciertas condiciones especiales, como aquellos que
poñfa en el chocolate la negra Agustina a su mar¡do' Pues
!iJi" q"" Ios tg¡naba no debia comer carne si no perderlan el
efecto Éuscado.t'
l,as prácticas mágicas eran variadas y dirigidas a evitar 'los
maltratós causados pór el desamor y el desprecio hacia la mujer'
varios ingt'edientes: tonró
Juana tnpez prepaió una bebida con

50 l
/ó¿r¿n, Texi¡naroe, 1630, T. 340, ExP 5, 360' Puede referirs€, Por
Ll descriPción
d€ ta Dfanh, a l¡ flor de l^ ú'^nira (Chirc\llú¿2'r¿ron Fnloda<Qlonl'
5l lbi.Li, Mérico, 1694, T. 529, ExP 87' f.577.
52 Ib¡¿¿',- Oxroúcp!., f650,T.435'f.4t6 P¿4iI medicina'
53 lbütan,'fepacÁ, ¡626, T.356, ÍÉ Part€, t 79.
ANALES DE ANTROPOLOCIA

unos gusanos.-negros 'del muladar que llaman gallina ciega, y


uñasde caballo, y lavando la sangr.é de Ia canriia cuando está
con el menstruo, y unos pelos de debajo de.los brazos y otra parres
vergonzosas de su cuerpo", todo mezclado con vinó tintó se lo
dro a su marldo para quitarle, ..lg.mala condición que tetría de
celos por lo que la trataba n¡al".c{ Otros gusanos Jsados en la
magia amorosa fueron los que Diego fuachorro entregó a
Juan Asturias para que amansara-3 iu yerno, aclarandJlos
habfa recogido entre los magueyes."t
Se acostumbraba recurrii a éspecialisras para que cambiararr
los sentimientos de desamor en amor. Asi, Ma;ía Calderón,
curandera, fue consultada por Juana para que Ie diera unos
eu9.,"t..1,, que al parecer sufliefon efecros positivos, ya que su
marlcf o-,. "después de aborrecerla tanto la-quiere bient', por
lo que Nicolás Ramlrez de Arellano decidió prós"nta, la denun_
cia contra la Calderón en el Santo Tribuna'I, asegurando eran
!: _ryf* y"quereres"
atontarlo
que habfa administrado a"su hijo para
separarlo de la casa paterna, pues éra' del
conocimiento prlblico quE^"ella sabfa dir yerbas para aborrecer
a unos y querer a otros".""
Cuando Ia mujer era demasiado joven e inexrrerra. buscaba
- protección
la de su familia para que la ayudira a resolvcr
los problemas de amor. Melclrora de los Reyes, lc d io a co_
mera Diego Pérez, casado con su nieta, el ,inoco oue a los
gallosde la tiqrya les cuelga sobre el pico", para q,i. ya no
la maltrahra."'
. alcoholismo, comtln en la población masculi¡ra colo-
_El -
,fue otro factor que agudizó'el comportamienro agre-
nial,
srvo del homtre en contt-a de la mujer, recuiriendo el primero
fiecuenremenre a los g.olpes. Sólo árando la de l'a muler
corría peligro, fue posible lograr el divorcio.)ó"vida
para amansai al
marroo, en estas ctrconstancias, se recomelrdaba tonrar un ne<la-

u IbrLm,f.94.
Ibid¿m,t.79,
Tlalp¡¡xahua, 1689, T. 6?{, Exp. 12, f. 96.
,l¿tdrnt,
IbAhm.Xalzp,1628, T. 363, exp. S, i l.
58 A¡rom, oP. cü.,222 p- En los diferenr€s casos de <livo¡c¡o que inctuve
e¡r su obra.
se.v€ esoc¡ado el alcoholismo ¡rusculino, sin disrrnción de giupo social,
al m¡tr¡¡to
Ésico.de la S+re alcoholismo cons{¡tl¡r: tvittiim-8.'T¡}.¡or. e*¡¡rá)i,
Tuj:I.
, *n*" ^ Izt pobladon t (.otonial¿s r¿¿xt¿r¿r. t\léxico, FCE, l9Si. p.
fffi:
SL\UATIDAD Y MAGIA EN lA MUJER NOVOHISPANA. SICLO XVII 357

zo de hueso de'difunto", molerlo y darlo al esPoso en un Poco


de vino. Mariana de Bonilla fue señalada por el capellán y los
testigos, de quemar el cráneo de -ur¡tr muerta y haberlo adminis-
trado a su marido para amansarlo."'

4, Amar, od'io 1 a(nganza

El ad.ulurio

[¡ muier no debía buscarjamás el placer y la expresión de


su erotisdo, negados en la relación cbnyugal, pol lo qr'e s[
adulterio lernen'íno fue duramente castigado. En la sociedad
novohispana, atentar contra el nombre y prestigio del marido,
baio cuia tutela se encontraba la rnujer, fue un delito conocido
michaí teces en Ia confesión, obligando los religiosos a las
mu.jeres a denunciarse para expiar cl pecado. y alcanzat' cl
oerdón divino. [-as relaciones ext¡'aconytlga les del llol]lbl'e, llo
iueron vistas como adúlteras y sólo sulrieron el castigo cuando
atentaron contra la institución del^matrimonio, es decir' cuan-
do se casaron dos veces ante Dios.ou
Iuan Manuel de Fuentes, clérigo, acusó a María Gallo'
.roáñola casada con MartÍn de Posadas, pot'haber ecllado unos
pdluor q,r. le daba una india, en la cbmida que le enviaba
i la callé de los Donceles a un hot¡bre llamado Fernando, con
el oue tenía 'mala amistad y comunicaciótl ilícin". Usaba otros
oolios, pero ésos los rociaba sobre don Fernando. Según la
heclaración de Nicolasa, hermana de Ia acttsada y de una esclava,
María adnlinistraba polvos a otros ho¡Ibres, elrtre ellos a url tal
Don J uan." ^
Eia generalizada la creencia de que usar "ticfra de nruerto",
o sea, ti;ra recogida en el cementerio, colocada bajo la alnrolra-
da del esposo, piovocaba un sueño letárgico muy cercano a la

59 ACN. /r¡¿¿¡r¿i&¿. Veracruz, t654, T. 138, f t l 8-4 1 9


@ l-as mujeres adúlteras fi.¡€¡ori f¡ecüentementr dePositadas en los recoginúentos
Consr¡lt¿r: Muriel,lrr Reeogiñüntos..,, o?- cil., P l56_165
6I AcN.1'¡fl¡¡i.'r7'¡. Lléxico, 1692, T. 520, ExP. 202, f' 325.
ANALES DE ANTROPOLOCIA

muerte, lo.que permitfa a la esposa infiel salir, sin ser sentida, a


sus enreviEtas amoro6a$. Mariana Yázquez, castiza de 15 años,
recién casada con Gerónimo de Verg_ará, se "reuolvió" con
Juai
{e Silva, quien le "dio un papel ataáo y le diio que iba denrro
tie¡r¡ de muerto'. En otra oóasión, el i¡ismo luán Ie dio sesos
deasno para que lo¿administrara al marido y", con ellos, aton-
Bno y Podene ver.-'
. t jC"{ maqqra, Mariana, española casada ,,tierra
con el español
Juan Martfn, residente en Zacateias, uso de seouitura"
gue envuelt¡ en un pañuelo la ponfa bajo la almohadaie Juan
'para que. d_urmiese mucho y no despeitase, en el iq¡erin que
ella ¡alfa del aposento a versé con algünos hombres..6
estaba convencida de loJefectos de las prácticas que
.l-a ¡nujer
realizaba, ella necesitaba creer para.encontrar la co'nfianza que,
por educación y destino, la sóciedad le negaba. I¡ elecc'ión
amorosa fue prerrogativa del hombre, la muiér deberfa pasiva-
mente esperar ser seleccionada. Esto para muchas muieies fue
dificil aceptarlo, por lo que, tomandó Ia iniciativa iníadieron
terrenos privativos del hombre, haciéndose acreedoras a sancio-
nes. Mujeres como Luisa Ortfz sirven de ejemplo: casada con
Bartolomé, mantenfa trato amoroso gon Jr¡in áe Arcos, quien
tcmeroso le decfa constantemente que Barólomé podía matirlos
si de¡cub¡fa el adulterío; Luisa, -decidida, le áseguraba que
'aunque los encontrara en la cama no le harla mal.]Sin embir-
go, la preocupación real deJuan era orra, esraba seguro de sufiir
un nechrzo amoroso; esa sospecha, según le comentó a pedro
Jiménez, surgió debido a qu'e Luisa ifirmaba que aquel que
tocase "la figura que tenfa pintada sobre la barriga, nó pqarf,
aparbrse de su amistad", y él lo había hecho varia-s veces.c
En el siglo XVJI fue común que las mujeres recurrieran, para
atraer y retener a los hombres, al uso del menstruo administrido,
Ia mayor parrc de las veces, en el chocolate. A las secreciones se
le¡ conñríeron propiedades mágicas (como a la saliva, esperma,
uñas y pelo), pues se consideró, guardaban parre de la pérsona-

62 lüdcr, Cda¡e, t6t{, T. 278, Erp. lO, f. ,t65. Hcrúndo Ruf, & Atatcórr, Ttatado
¿a l&t i¿atbfut, ¡¡púcAw, ¿bi,,', dbt, ttschi¿.rlas
r.t t ott&t cal;r.úr¿j. p¿ntllil,!. d2 las
¿hfg.út ü M¿iaa, Méxi.o, Ed, Fur¡(. Culrura, 1953, p. 63: incluyc.'Dct
c¡ta¡¡r¡o qr¡e r¡s¿n para cchar ¡r¡ct!o,, en cl que sc mniura b étcra o pctaic o.r"
qr¡.- ¡o, dcrÉ¡t n loE qu. cn A duc¡nc¡ y ¡i puedan iomercr robo o ádr¡lrerio.
-- rcN.Iquitüütn.7^ cc¿s, 1650, T,435,
6E 145S.
6l Iúi&r, Guadelajara, 1621, T. 486, f.561.
SIGLO XVII 359
SEXUALIDAD Y MAGIA EN I.A MUJER NOVOHISPANA'

lidad del individuo. De este modo, el hombre. que ingerfa


me$truo introducfa mágicamente en su cuerPo a la. muJer' Por
lo tanto, formaba parte de él y no podía aPa arla de-su Pensa-
.i*1" i' J. r" .or'azón' Una iirdia inexicaia llamada Marfa' fue
t" mujer de Pedro Sánchez, que Catalina Ponce' a
"'.átiái. " casad"a, tenla relación con su marido' asegurán-
;;;"-;".
áái"-o"" pirfa dejar a Catalina pues "a-todos los hom-
bres due "".."
andan'con ella les da a beber en e' clrocolate sus
¡"i"¿lt"t, q"" se entiende, la sangre ql-re le baja de su mes"'
-asimismo,
Do;iéndolo en el pan que ella .anrasaDa;. sln, nac€r
"tratles y clerAqos qule-
hisdnciones lo administraba mmbién a
nes le hacfan todo tipo de regalos y le daban.dinero'*
Dentro de las prácticas relacionadas cotr el adu lter¡oaparece
la adiuinación' Behita del Castillo usó la lcctr¡ra de las habas
para
."U"i ti et"ite Juan de Alcalá con'esponderfa a la solicitud
"iq,r. te haila, pues estaba "apasionada" por él' Tomando
"moios"
18 habas (machos Y hémbras) decía:

Habas, no oe rengo Por habas'


sino por hombres Y mujeres'
iOs coniurol
con Di& Padte, co.t Dios Hijo y con Die Espír'itu Satrto'
y con todos lo sanroe que hay el) el cielo'

lConiuroos habasl
en el"nombre de todoa los diablos del in[e¡'no'
que diqáis verdad acerca de saber yo'
si me q-uiere bien frayJuan de Alcalá

Y si me quiere bien, que el haba rnayor que yo señalare'


que es fray luan,
*.¡""t gtt.U" hembra que yo señalare,
que soy"óti
yo.

Y tomándolas todas juutas en la mano y -haciendo tl'es cn¡-


."r. l"t-"iioi"b" sobre lá mesa y, si las dos habas se¡ialatl¡s se
la quer'ía bien y la cot'respott-
.j,rntaban, erá señal de que el fraile
derla.

- _ IMem, Pact.luce,l6?6,
65 T 1552,f l33 Sánchez Orre8a' ')p l:'l
llfeDc¡or¡
por pare hechiceras "utilizar la sangrc '¡l'P
rtrensuurl y lod firl)ellos
como común de Lrs
de las parres verendas en nr.{eñcios de caráct€r ¡¡trcroso
66 ,r.GN. ir¡a¿¿s¡¿ü¡. Puebl¡, 16!9, T' 1366, ExP 14, t 3:l-323'
"
ANALES DE ANTROPOLOCIA

l¡ adivinación no fue privativa de las tnujeres, .algunos


hombres se acercaron a ella para localizal. a la esi¡osa'ad íiltera.
Gonzalo Pérez, labrador es¡iañol casado con In'és Martln, su
primer amor, sintiéndo la aüsencia de la esposa fue a buscarla
al monte; en él se encontró aJoseph, indio sirviente de su padre,
quien al ver su sufiimiento lJdio'dos rafces pequeñas diciéndole
eran ntnacol¿s y le aconsejó los comiera, y áe ésa manera vería
el lugar en qu€ se,encontraba su mujer. Asl lo hizo Gonzalo, pero
no tuvo ningún efecto, por lo que el indio le recomendó tomase
crnco na,n4cal¿s. A los dos dfas, y en el mismo monte, vio una
11"9.." l"g le dijo: "vuelve los'ojos y verás a ru rnujer, y los
v¡lv!ó, y vlo a su mujer.que esuba en la casa de uña piima
hermana de éste, llamada petrona Gutiérrez, que se éstaba
peinando. Y estaba la hacienda a media legua". büentó con su
madre_todo lo sucedido, y ella, asustada p*orque Gonzalo había
rngerido una yerba prohibida por Ia Inquiiició¡r, le puso un
rosario en el cuello. Más tarde, fue la madrá de Conzalo'a buscar
a-la.nuera y la encontró justamente en el lugar que habla dicho
el hUo:.en el huerto de la hacienda, bajo unhanzano hablando
con un h.ombre. Lasuegra la obligó a ré-gresar a la casa conyugal,
al lado de su marido,ot

La ligadura

, , las ¡lujergs.más decididas, como respuesh a los mahr.atos


oer mando o del amante, recurrieron a prácticas mágicas para
actuar direcla y agresivamenre en conria del arribu"to que el
homil-re- esgrimfa como bandera en esa sociedad masculiila: su
virilidad.
,. ¡-ra consecuente, que las mujeres desesperadas pretendierarr
ugar, es.Oeclr, que lntenaran provocar inr¡rotencia en los hom_
Dr€s,- qr¡tenes- vlvlan preocupados e insegrrros fr-ente a
la posilri_
lldad de perder su virilidad. En la mayoi parre de los casós, sólo
ellas atendiendo a los ruegos de los áfecüdos, podlan levantar
el hechizo. [-a explicación social que se dio a la'impotencia fue
srempre mágica,dentro deesta concepción hubo un iesrronsable:
la mujer resentida. Pero los sentimieritos de culpa que dl hombr.e

67 lbidan,TiÁm,L¡o4 f6SO, T. S{0, Exp. 5, f.358- N¿n¿¿¿lrri l¡ongos alucinóracnos.


SEXUALIDAD Y MAGÍA EN lTC. MUIER NOVOHISPANA. SICLO XV¡I 361

abrigaba debido a los maltratos de que hacía objeto a la mujer,


propiciaron que acepura como única explicación el hechizo.
Damiana López recibió de una tal Mar'ía una yerba para
"hacer impotente a su marido", desesperada porque ya lrabía
recurrido a otras prácticas para amansarlo; entre otras, le
habfa dado corazón de cueivo para "amansar su braveza", ade-
más de administrarle el agua con que^s"e había lavado "las partes
bajas", sin obtener ningún resultado.*
Luisa de la Raga, por su parte, administró a su marido,
mezclados en el chocolate, sesos de gato y gusanos para aman-
sarlo. Hernando Hernández, el esposo, invitó a Leandro de
To¡res una taza de ese chocolate. Más tarde, Leaudlo se enter'ó,
por boca de Ana Domfnguez, de lo que había bebido y de la
pretensión de Luisa. Oiho dlas después, Leandro se sintió im-
irotent" y, para curarse, fue necesario conseguir una canrisa d-g
L"i.u y diiirr por la manga izquierda para ró.,perar la salud.6e
El caso de Antonia Frfas muestra la resouesta femenina al
maltrato. Diego Martínez de Medas, espairoisoltero de 3l años,
tirador de oro, refirió que nueve meses antes de la denuncia,
había conocido a Antonia "mujer de rnuy mala vida y costum-
bres", con la que tuvo "mala amistad" por es¡;acio de mes v
medio. Un dfa, Diego le dio de bofetadas porque ella "le dijo un
desprecio y,. que sentida la dicha Antonia,. lo ligó", sin poder
conocer a ninguna mujer aunque lo deseaba, como le sucedió
con una mr¡lata esclava. Estuvo ligado durante mes y medio y,
"aunque eregfa el miembro viril por las mañanas, no por eso
podfa conocer ninguna mujer cuando llegaba al acto de querer-
las conocer carnalmente; dedujo era por esur ligado, pues su
naturaleza era robusta". Asustado, trató de recordar el momento
y el medio por el cual lo babía hechizado y, concluyó, haber sido
un día que Antonia le dio a comer unos pescados que sablan a
orines y sal, ya que, después de comerlos, se "sintió tan perdido
por la dicha Artonia que, con las manos puesras, le rogaba se
casara con é1". Transcurridos quince días y padeciendo la liga-
dura, la llamó para suplicarle que le quitase el daño. Antonia le

6 lbi¿em, C]Júd?JAjAra, 1620,T.39,Exp.89,f,67l.Sáncl¡ezO¡.e$,op.cit.,p.llA,


la au¡ora señala qu€ "ügar y desligar" se refi€re a l¡s voluntades, es deci¡ at¡aer o
alejar a los individuos. En la Nueva Dspaña tiene o$a connotación, en los expe-
dient€s del Sen¡o Ofcio 106 casos en que sc mencio¡ra como delito el ügar, se reñere
a causar impotencia en el l¡ombre provocáldola por medio de una prdclica ¡nágica.
69 lói¿n, Tempoal, Pánuco, 1629, T. 366, Exp. !9, C 354.
ANALES DE ANTROPOLOCI.A

preguntó si persistfa en el intento de casarse con ella, a lo que


bie[o respoirdió negativamente. Sir: embargo, le dijo algunas
palabras ámorosas para 'desenojarla" y, "aunque a ella no la
éonoció carnalmenle, después conoció a algunas rnujeres"'
Quince dlas antes de la denuncia, encontró a Antonia y enfure-
cido porque ella en compañfa de otras mujeres se refan de él y
lo llahabln loco. le "cruzó Ia cara con un cuchillo"; afirmaba,
categórico, que '¡desde que le cruzó la cara ha vuelto a estar
ligaiio". Fue necesaria la intervención de dos amigos de Diego,
quienes se acercaron a solicitarle a Antonia que lo desligara; ella
réspondi{ airada que de no ser por uno de ellos, Diego ya habría
muerto. ''
Estas prácticas mágicas se tomaban por efectivas, pues arín
en aquellos casos en los que por equivocaciórl recalatt sobre otro
individuo, surtfan efecto. Marfa de la Torre, viuda, en compañía
de su madre preparó una torta para fray Juan de la Pat'ra,
religioso de Ia orden de San Francisco, al que pretendía. Fray
Juan no la comió dándosela a fray Eugenio Calderón, quien
(uedó ligado. Sólo obtuvo la curación a su mal to¡;qando dos
plumas de un gallo, sfmbolo de la virilidad perdida.' '
[.a impotencia, cuya causa era asociada a una práctica mági-
ca, fue un problema al que se enfrentaron las mujeres, quienes
buscaban lá curación paia el hornbre con el que habfan entabla-
do relación, de igual manera en la magia. Juana de Rivera, mu-
lata, tuvo "mala amistad" con el español Alonso de Rivera, pero
'no podfa tener con el dicho hombre exceso, ni llegar al acto de
la géneración". Preocupada recurrió a una vieja fartera .tpu-
ñola, quien le aconsejQ 'cogiese la cresta de un gallo de la tierra
(moco de guajolote) y que tostado, molido y diluido en un poco
de vino se lo diese a Alonso" y ifrabiéndolo ejecutado como lo
señaló la partera, lo consiguió".''

La rnu¿ru

El resendmiento de las mujeres ante el desamor, el abando-


no, el desprecio y el maltrato que st¡frfan a manos del ser antado,

70 ,¿ddrn, México, ¡662, T. 595, Exp, {, I l3?-I$8.


7l ID¿lrB, Cu.ncemé, 1625, T. 356, Exp. 2¿ parte, f. 3,1l.
72 lülcn,Zx acces,1650, T.435, f,432.
SEXUAIIDAD Y MACIA EN IA MUJER NOVOHISPANA. SICLO XVII

provocaba la desesperación que las orillaba a buscar la muerte


de éste. Mariana dd Salas, poi la mala vida que habfa tenido con
su marido Fabián Rubio,'para matarlo, aténdió al consejo de
Alonso Lucero. Unjueves por la noche tomó una olla de barro,
metió en ella a una lagartija viva y un pedazo de pan que había
mordido su marido. Alonso, le habfa explicado que, conforme la
laganiia comiera el pan, su marido se irfa secando. El manes
siiuieñte, Fabián deicubrió la olla con la lagaltija, alterado la
llévó a casa de la vecina armando un gran alboroto pam que todo
el vecindario se enterara del atrevimiento de su mujer, final-
mente un mozo mató la lagartija y, en apariencia, terminó la
historia. A los veinte o treinta dfas, el nlarido enfermó de
"calenturas recias con frfos", recriminando a Mariana pues
estaba convencido que $u mal se debfa al hechizo de la laganija.
Fabián sanó, pero la mujer no cesó en su intento de matarlo
buscando orós medios. Asf, aprendió de Luisa del Agrrila la
oración de Mar{a Señora d¿ Belén qrre la liberarfa del nlarido.
Fervorosamente rezaba :

Señora mla, Madre de Dioe de Belén,


alegría y consuelo dc Jerusalén'
esto quc oesenn ver m¡s oJos,
lo vean antes de mucho úempo. '"

l,a fe hizo creer a esta mujer que la Virgen podfa ayudarle


para evitar definitivamente los maltratos.Juana pidió misericor-
dia al Santo Oficio yj uró no repetir su intento, pero fue obligada
a continuar al lado del hombre que la maltrataba para cunrplir
con su deberes de esposa hasta su muerte, colno lo otdenaban
Dios y la sociedad.

Conclusiones

Para la mujer novohispana del siglo XVII, el verdadero amor


se alcanzaba únicamente denro del matrimonio. con la bendi-
ción religiosa y, en consecuencia, social. Las relaciones extracon-
yugales fueron prohibidas, sin amor, sor¡ eróticas y, por lo tanto,
reprobadas por la sociedad.

13 lba.r,t,Méxiao, 1614, T.302, Exp. 7c, f. 103.


ANALES DE ANTROPOLOCIA

Existieron dos tipos de matrimonio, que represe¡ltan las dos


opciones de vida que tenía la mujer: el matrinronio con un
hombre, en el que la mujer buscaba el amor en tanto que la
realización erótica le era negada; su satisfacción dependía del
hombre y su existencia giraba en torno a é1, buscando ansiosa la
respuesta amorosa. En el matrimonio con Dios, la mujer lograba
el amor y canalizaba su erotismo; conjugaba la expresión del
amor y del erotismo en una comunicación profunda con el
Amado, todo dependía de ella misma. De esta manera, la mujer-
monja tenfa el poder de decisión sobre su propia vida, a pesar
del reglamento, se interiorizaba, se conocía, se e4presaba alcan-
zando el ideal amoroso místico y sublime que la sociedad del
siglo XVII impuso.
la mujer, esposa y madre, se confundfa entre un ideal que
no correspondfa a lo cotidiano, sufrfa el desengairo y la frusta-
ción al compartir con otras mujeres al hombre, con el temor
constante de perder la seguridad econónrica y el teconocirniento
social, pero sobre todo, de no poder expresar su anor. Preocr¡-
pada por el otro, no se conocía, vivfa pala el r¡arido y los hijos,
se anulaba y la expresión de su sexualidad se limitaba al matli-
monio. Fuera de é1, vivfa el pecado y el delito que la llevaba al
casügo.
Frente al deseo y la inseguridad la mujer del siglo XVII, al
igual que la del siglo XVI, recun'fa a lo sobrenatural el.¡ lltsca
del apoyo que le permitiera encontrar y mantener sus relirciones
amorosas. AI usar la magia rompfa el equiliblio, interfiliendo e n
el mundo masculino, para buscar la posibilidad de decidir sobre
su propia vida. Crefa firmemente que las prácticas de magia
amorosa le otorgaban poderes para manipular y someter a los
hombres a sus deseos más fntinros, sin tomal en cuenta lo que
ellos pensaban, sendan y deseaban.
Es obligado, para explicar la vida cotidiana de la mujer
novohispana del siglo XVII, incluir el her¡noso poema sarírico
de SorJuana Inés de la Cruz, que permite r¡n acercamiento a los
conceptos sobre la mujer y su relaciór.r con el hombre:

Hombre necioe_que acusáis


.
a ¡a muJe¡ stn razon,
sin ver que sois la ocasión
de Io miimo que culpáis:
SEXUALIDAD Y MAGIA EN Lq. MUJER NO\¡OHTSPANA. STCLO XVII 365

Si con ansia sin igual


solicitiíis su desdén,
ipor qué queréis que obren bien
si las incitáis al mal?

Combatís su resis¡encia
y luego, con gravedad,
decis que fue liviandad
lo que hizo la diligencia.

Parecer quiere el denuedo


de vuestro parecer loco,
a[ niño que pone el coco
y luego le tiene miedo.

Queréis, con presunción necia,


hallar a la que busc.áis,
para pretendida, Thais,
y en la posesión, Lucrecia.

iQué humor puede ser rnás mro


que el que, falto de consejo,
él mismo empaña el espejo,
y siente que no esé claro?

Con el favor y el desdérr


tenéis condición igual,
quejándoos, si os tratan mal,
burlándoos, si os quieren bien.

Opinión, ninguna gana;


pues la que más se recata,
si no oe admitc, es ingrara,
y si 06 admite, es liviana.

Siempre tan necios andáis


que, con desigual nivel,
a una culpáis por cruel
y a otra por fácil culpáis.

iPues cómo ha de estar remplada


la que !'uest¡o amor pretende,
si la que es ingrata, ofende,
y la que es fácil, enfada?

Más, entre el enfado y perra


que vuestro gusto reñere,
bien haya la que no oe quiere
y quejaos en hora buena.
r66 ANALES DE ANTROPOLOCIA

Dan vucrtrer aorantcs pcnas


a ¡us libcrt¡dcs alas,
y dcspués dc hacerlas malas
ias qricréir hall,ar muy buenas.

éCuál rna¡or culpa ha tenido


cn una pasión erradal
h que cac dc rogada
o cl que ruega dc caído?

éO cuál cs más dc culpar


aunquc cualquicra mal haga:
l¡ quc pcca por la Paga'.
o et quc PaSa Por Pccarr

Pucr {para qué c espantáis


dc la culpa que tcnéis?
Qr¡ercdlas cr¡¿l las hac¡is
o haccdlas cual lat buscáis,

Dcjed de ¡olicitar,
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