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Es importante comenzar por decir que la Gestión Ambiental es el campo de

conocimiento humano que busca el equilibrio entre la demanda de recursos


naturales y la capacidad del medio ambiente de responder a esa demanda de forma
sustentable; además es una gestión porque como de las políticas y estrategias
gubernamentales y empresariales de administración en cuanto a recursos humanos
y económicos así se gerencia o gestiona el medio ambiente. El principal objetivo es
la modificación del comportamiento del hombre para con el ambiente, bajo
conceptos de la preservación y conservación dentro del marco del modelo de
desarrollo sostenible

La Gestión Ambiental llevada a cabo en Venezuela tiene por objetivo el de


coadyuvar al desarrollo integral sustentable, a través de la ejecución de proyectos
de investigación y acción que modifiquen y mejoren la calidad de vida dando
respuesta a los derechos ambientales. Su actuación debe ser conjunta con las
comunidades y los actores sociales, con cultura ecológica asociada a esquemas de
desarrollo integral y sustentable, basados en las nuevas realidades socio
ambientales, siempre buscando promover el desarrollo humano integral de los
estudiantes, los docentes, el personal universitario en general y el de las
comunidades vinculadas a los programas, proyectos, programas y actividades de la
universidad. El deterioro ecológico mundial está vinculado a patrones
comportamiento capitalistas como utilización de los recursos sin límites, con hábitos
de consumo predadores y de ganancia sin freno, comportamientos abusivos, la no
aplicación de leyes y reglamentos que deberían proteger el entorno y sobretodo la
falta de políticas para promover la participación como la corresponsabilidad para la
protección de la vida. Venezuela es uno de los países con mayor diversidad
biológica en el mundo, gran diversidad natural de ecosistemas, hay una diversidad
social expresada en términos étnicos y culturales, este valor estratégico de nuestros
ecosistemas, dentro del contexto geopolítico latinoamericano y mundial, hace
imprescindible la formulación de una política ambiental concreta, para conseguir un
equilibrio adecuado entre el ambiente y el desarrollo de lo económico, con un
crecimiento de la población dentro de los parámetros de justicia social, pero con uso
racional de los recursos.
Esto se justifica porque nuestra situación ambiental se encuentra marcada por
procesos de deterioro y perturbación derivados de la aplicación de un modelo de
desarrollo industrialista y neoliberal basado en la dominación, la explotación y el
desequilibrio.

En Venezuela según un estudio realizado por Alida Villegas, Luis Galván y Rosa
Reyes, titulado “Gestión ambiental bajo ISO 14001 en Venezuela”, publicado en la
revista Universidad, Ciencia y Tecnología; indica que las grandes industrias son las
que generan más del 80% de la contaminación industrial en el país, claro que, esto
no deja de lado el potencial contaminador de las pequeñas y medianas industrias,
generalmente son menos detectados y menos controlados, igualmente, hace
mención que estas empresas presentan problemáticas en la introducción de nuevas
tecnologías dirigidas a la gestión ambiental alegando las siguientes razones:
Escasos recursos financieros y tecnológicos, competencia desleal, demanda de
conocimiento especializado y el desarrollo limitado del segmento de consultoría
ambiental dispuesto a tender este tipo de industria, no obstante, a nivel local, las
instituciones municipales, estadales y nacionales asumen un papel cada vez más
importantes en la tarea de hacer cumplir las normas, en los programas de
saneamiento, y en el desarrollo de la educación ambiental en todos los niveles de
formación académica, además de ello la ISO 14001 es una norma aceptada
internacionalmente que establece cómo implantar un sistema de gestión ambiental
(SGA) eficaz. La norma se ha concebido para gestionar el delicado equilibrio entre
el mantenimiento de la rentabilidad y la reducción del impacto ambiental, en otras
palabras, en Venezuela están dadas las condiciones a nivel constitucional,
legislativo, educativo y de normativa nacional e internacional para que las empresas
bien sea grandes, medianas o pequeñas tengan sus propios SGA.

Los principios fundamentales de la actividad ambiental son: corresponsabilidad,


precaución, participación ciudadana, tutela efectiva, educación ambiental, limitación
de los derechos individuales, responsabilidad en los daños ambientales, valuación
de impacto ambiental. No podemos dejar por fuera, que las normas relativas al
derecho ambiental son de orden público, es decir, no pueden ser relajadas por las
partes.

Y siguiendo la línea constitucional, en materia de descentralización y participación


ciudadana, el artículo 44 de la Ley Orgánica del Ambiente, establece: “La autoridad
ambiental nacional deberá implementar los mecanismos para la descentralización y
transferencia de los servicios, concernientes a la gestión del ambiente a las
comunidades y grupos vecinales organizados…”. Mientras que, en materia de
responsabilidad, el artículo 116 de la ley que comento: “La responsabilidad derivada
de daños causados al ambiente es de carácter objetiva, la simple existencia del
daño determina la responsabilidad en el agente dañino de haber sido causante de
ese daño…”.

Por tanto, tenemos todo un sistema legal en materia ambiental, en donde el Estado
tiene el rol protagónico, en el sentido de que es el que articula, organiza y sanciona.
Sin embargo, la realidad es otra; pese a toda esta estructura, que va desde la
información a la ciudadanía de los proyectos; pasa por la obligación de los estudios
y consulta pública de los proyectos; con una participación activa de la comunidad;
previendo la descentralización de la competencia, hasta llegar a las sanciones
pecuniarias y privativas de libertad y termina con la responsabilidad objetiva de la
empresa contaminante. No disfruta el venezolano de su derecho a un ambiente
sano, seguro y ecológicamente sustentable.

En Venezuela tenemos una situación compleja, en razón a que el gobierno, por una
parte, sanciona leyes desconcentrando poder y, por la otra, su actuación política no
está dirigida a consolidar su revolución (proyecto personal). Por ello, en lugar de
promover la educación ambiental, promueve la formación socialista; rechaza la
producción de etanol que es menos contaminante; no ejecuta políticas públicas
dirigidas a la descontaminación de las aguas; no ha podido con la basura de las
ciudades; las empresas del Estado se han convertido en las más contaminantes Ej.:
la Refinería de Puerto La Cruz que contamina con gases y ruido a los habitantes del
Barrio El Refrán, donde sobrevive una comunidad al costo de su salud, ya que la
pobreza los sembró allí, donde niños padecen afecciones bronquiales, causados
por los gases de la refinería.

Debido a esto nos encontramos con artículos encabezados con títulos como “LA
GESTIÓN AMBIENTAL PIERDE JERARQUÍA EN VENEZUELA” en periódicos
como el IMPULSO (13 de oct 2014).

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