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Reconozco con honor los símbolos e instituciones de mi país

¿Qué pienso al respecto?


 El maestro forma grupos y a cada uno le asigna un símbolo patrio. Harán una
lectura sobre él y tratarán de explicar lo que significa para los ciudadanos.

 Cada grupo explicará a los demás compañeros lo que ha comprendido.

 Entre todos tratarán de explicar lo que el símbolo significa y plantearán ideas


para honrar con respecto dicho símbolo.

 Luego deben fijar los símbolos patrios en un lugar visible del salón, de tal
manera que se recuerden y se respeten.

 Al final escribirán una frase o un eslogan que resalte la importancia de contar


con símbolos patrios.

El sentido del honor


Desde la antigüedad el honor se ha considerado un valor fundamental en el
desarrollo de las civilizaciones. Dicho valor permitía que una nación lograra sus
ideales, pues las relaciones sociales se orientaban o guiaban por código de honor.
En el honor estaba en juego la integridad y el respeto que se podía tener por alguien.
Si se era capaza de cumplir con el código, se era exaltado. Por el contrario, si se
traicionaba, se era sancionado o por lo menos rechazado en el medio donde se
encontraba.

El honor como valor


El cumplimiento de los códigos de honor se ha prestado para tratar de mostrar a
algunas personas como servirles, pues aquellas que las cumplen, en algunos casos
se les ve como si se le dejaran manipular o como si mostraran así su incapacidad
para imponer lo que quieren ser. Esto se puede ver sobre todo en personajes, de la
literatura, como Don Quijote de la Mancha, quien por honor tenía que luchar.
Pero ese no es el verdadero sentido de este valor. Es importante comprender que
el honor es necesario en la vida diaria, de manera que nos sintamos más
ciudadanos, mas pertenecientes a una nación, no solo por habitar en un territorio
común, sino porque en verdad apreciamos lo que ello significa.
Honor a los símbolos patrios
Con el paso de los años pareciera que los símbolos patrios hubieran perdido su
significado, pues hemos dejado de brindarles el honor y el respecto que se merecen.
No se reconoce su importancia en la historia, y son tratados como si no valieran la
pena o simplemente se les ignora.
Hoy necesitamos resignificar los símbolos patrios: el Himno Nacional, la Bandera,
el Escudo, de manera que los hagamos parte de nuestras vidas. Esto debe llevar a
retomar el significado que tuvieron en un primer momento, con el fin de que las
generaciones actuales y futuras sean capaces de leer en ellos una tradición que
vale la pena.

La importancia de los símbolos patrios


En algunas ocasiones nos avergonzamos de los símbolos patrios, o mejor, los
trivializamos, los tomamos como algo tan común que olvidamos lo que muchas
personas tuvieron que hacer para que ellos existieran.
Olvidamos que muchos dieron la vida, que pasaron muchas situaciones difíciles
para tener un país independiente y libre. Por ello vale la pena todo un proceso de
resignificación.
De ese modo, se puede hablar de respecto por los símbolos patrios, pues se deben
cuidar y tratar como una tradición especial, que se debe pasar de generación en
generación para que todos encuentren en ellos la identidad que les permite tener
un mismo corazón.

Honor como fidelidad a la patria


El honor consiste en ser fiel a los símbolos que representan nuestra patria, ese lugar
donde hemos nacido y que nos ha dado todo para llevar adelante nuestra vida.
También significa reconocer su importancia como elementos de unión nacional y
recrearlas cada vez que sea necesario, de modos que todos puedan estar seguros
de lo que están viviendo y sintiendo.
No se trata de falsos patriotismos o nacionalismos extremos que llevan algunas
veces a diversas formas de violencia, sino a recuperar ese ánimo que invita a querer
sinceramente el lugar en el cual se vive y se lleva a cabo la historia de cada persona
y de la comunidad.
Vivir el honor en la cotidianidad
Mariela se fue a vivir a España hace ya algunos años. Como muchas otras personas
viajó allí con la ilusión de conseguir un mejor futuro para su vida, pues en su país
no había encontrado las posibilidades que quería para ella.
Ahora cuenta con un empleo que le permite pensar en un futuro mejor.
En España no ha olvidado su tierra, aquella que la vio nacer, donde creció y tiene
toda su familia, no pudo llevar nada de ella en sus maletas, la tiene presente en la
mente y el corazón. Pero lo que sí llevo consigo fueron los símbolos patrios, que
colocó en su habitación, en un lugar muy especial, para verlos constantemente.
Con el paso de los años ha hecho grandes amigos allí, no solo españoles, sino
también de otros lugares del mundo. Cuando la visitan ella les enseña con orgullo y
mucho honor los símbolos patrios hasta les hace escuchar el Himno Nacional, el
cual canta con mucho respeto siempre que lo oye.
Algunos la molestan, le hacen bromas, pues su país de origen no tiene muy buena
fama, situaciones como la violencia, el narcotráfico, hacen que las personas hablen
un poco mal de su nación.
Pero ella interviene de inmediato, hace que ellos reaccionen y les explica que su
país es mucho más eso, que no lo puedan reducir a unos simples comentarios.
La fiesta de la independencia la celebra en una reunión con sus amigos, en la que
honran su patria y sus símbolos. Todos la admiran por el respeto y amor que guarda
por su nación.
Mariela sueña con volver un día, poder regresar a esa tierra que tanto quiere y ama,
pero ese día parece lejano, primero debe construir una vida, labrar un futuro que le
permita realizar esos sueños. Sí, un día volverá, pero mientras ello sucede sigue
amando su patria, su tierra querida, que la vio nacer.
Tolero otras formas de vida y otras nacionalidades
¿Qué pienso al respeto?
 El maestro organiza el salón para una exposición de las diversas regiones a
las que pertenece el grupo.

 Si no hay mucha variedad, se puede organizar una exposición de los diversos


países de nuestro continente, o se podrían hacer por continentes.

 Se trata de mostrar y apreciar que estamos rodeados de personas que viven


de manera diferente de la nuestra, con otras creencias y costumbres.

 Se hará énfasis en que hoy es muy valioso poder apreciar que somos
diferente, pero que precisamente esa diferencia hace que nos
complementemos y construyamos el futuro.

 Al final por grupos escriben una reflexión sobre la actividad y la comparten


con el resto del curso.

El valor de la tolerancia

Debemos recuperar el valor de la tolerancia, el cual nos enseña que el


mundo no puede ser unívoco, es decir, con solo una dirección, una sola
mirada, sino más bien plural, lleno de diversos modos de vivir, formas de
pensar y actuar.

La pluralidad existe desde el comienzo de la historia de la humanidad, pues


no nacimos todos en el mismo territorio y en la misma nación, y por ellos los
seres humanos cuentan con la capacidad para vivir con los demás.

Tolerar es valorar que somos distintos

En muchas ocasiones y en distintos lugares algunos seres humanos han


querido hacer que todos razonen y obren como uno solo. A ello se deben las
luchas, las guerras, las conquistas, los imperios, las rivalidades entre
naciones.

Algunas personas en el mundo han asumido el poder y consideran que su


forma de ver el mundo es la única. Cuando otras personas plantean puntos
diferentes, son perseguidas y tratadas con violencia. Y es cuando están
equivocadas, pues es justamente la diferencia y la pluralidad de puntos de
vista los que nos permiten vivir mejor.

El reconocimiento del otro como camino a la tolerancia

El camino que se reconocer para crecer en el valor de la tolerancia es muy


amplio, pues dentro de cada uno de nosotros algo nos pide que los demás
actúen como queremos.

Por ello, es necesario que se inicie un proceso en el cual todos podamos


comprender que la pluralidad enriquece las relaciones y ayuda en el
crecimiento de unos y otros.

Cuando se ve la pluralidad de este modo, entonces fácilmente se puede


llegar a la tolerancia, a comprender el gran valor que tiene el otro, así sea
diferente a mí.

El sentido de tolerar

la tolerancia es soportar. Pero aquí soportar no debe entenderse como algo


negativo que exige realizarse, sino más bien porque es importante que yo
acepte al otro para que él puede existir tal cual es.

Tolerar va más allá del cumplimiento de las normas de convivencia y de


soportar al otro. Tiene que ver con el reconocimiento de la otra persona como
ella es, con sus cualidades y limitaciones, y a partir de ahí comenzar a
construir juntos una convivencia armónica y pacífica, apoyados en el diálogo
y el respeto.

Tolerancia como respeto

Tolerancia es al mismo tiempo respeto con igualdad, pues esto hace que
veamos a los demás como nosotros mismos. Es superar la idea que tenemos
de los otros como completamente distintos, como si fueran extraños, para ser
capaces de verlos iguales a nosotros mismos, con problemas, necesidades,
aspiraciones, sueños, etc.

Lastimosamente en este aspecto se han cometido muchos abusos por parte


de las autoridades y de las personas mismas. Podemos recordar la lucha que
han sostenido las personas de raza negra para logar sus derechos, para subir
a un autobús y poder sentarse; la lucha de los indígenas para lograr ingresar
a los centros educativos; la lucha de la mujer para que se le permitiera
trabajar y votar.

Estos son algunos de los muchos ejemplos que se pueden enumerar al


respecto, de la difícil que representa llegar a comprender que quien está a
mi lado es igual a mí.

Analicemos

 ¿Qué otros casos de lucha por la tolerancia recuerdas?

 ¿Con qué personas debemos ser más tolerantes?

 ¿Podemos ser tolerantes incluso con los intolerantes?

 ¿Cómo se vive la tolerancia en tu hogar?

 ¿De quién o de quiénes han aprendido mejor el valor de la


tolerancia?

 ¿En qué condiciones la tolerancia debe superar la mera


aceptación del otro?

Tolerar es respetar otras culturas

Algo importante para la convivencia es comprender que los demás


países tienen su propia cultura, pues su propia cultura, sus propias
normas y ritos, pues a pesar de saber está en la teoría, todavía se
generan abusos y violencias contra ciertas formas de vida cuando se
les quieren imponer otras.

Debemos aceptar que hay otras formas de vida y de sociedad, y en


ningún momento podemos violentar esas culturas.

Por el contrario, deberíamos buscar la manera de conocerlas e


interactuar con ellas, esto nos enriquecería; conocer otras culturas nos
permitirá recrear la nuestra y, de este modo crece como sociedad.
Tolerar con bondad a los demás

La tolerancia se debe ejercer con bondad, esto quiere decir que no se


debe tolerar a los demás simplemente porque de esa manera
evitamos problemas, sino porque con ello respetamos a la persona y
su dignidad.

Al permitir que las demás personas expresen lo que son y vivan como
lo han hecho siempre, ejercitando el valor de la tolerancia, pues es
permitir su libre desarrollo.

Pero se debe tolerar dentro de los límites de la convivencia, de


acuerdo con el contexto donde se encuentran las personas. No se
puede tolerar que alguien por expresar lo que es, irrespete la cultura
en la cual se encuentra.
Busco la fraternidad nacional e internacional

¿Qué pienso al respeto?

 Cada estudiante escribirá en su cuaderno sobre su mejor amigo


a amiga. Debe hacer una descripción que permita saber a todos
de quien se trata.

 Cada escrito debe hacer énfasis en por qué es el mejor(a), qué


lo hace ser el mejor amigo(a).

 Luego, en pequeños grupos compartirán unos con otros el


escrito, de modo que todos sepan quién es el mejor amigo de
cada uno de los que están presentes.

 Al final, la reflexión debe llevar a entender que la amistad y la


fraternidad siempre están presentes en la vida de las personas,
y que es muy importante cultivarlas.

El valor de la fraternidad
El valor de la fraternidad casi siempre se ha reservado para identificar los lazos
familiares, la relación que hay entre los hermanos que componen una familia, pero
ciertamente el valor tiene un concepto más amplio que logra también abarcar a las
personas que se relacionan unas con otras, con un cariño, con un trato especial.
Ser fraternal es tratar de manera especial a una o varias personas, esto se puede
notar en los modales, en las expresiones de cariño y en las relaciones que se
establecen. De modo que se puede hacer una clara distinción entre el trato fraterno
que se le da a unos y el trato, que aunque respetuoso y educado, se le ofrece a
otros.

La vivencia de la fraternidad
En la familia, los hermanos se tratan con especial respeto, son muy cercanos y se
ayudan en las diversas necesidades que tienen. Esto quiere decir que entre ellos
se respira un ambiente de fraternidad, de cercanía, de confianza, y por tanto,
algunas veces necesitan expresar una palabra para saber lo que quieren
comunicarse.
Hace fraternidad hace que los hermanos, aun estando lejos, se sigan queriendo y
extrañando. Aunque el tiempo pasa y la distancia sea grande, la fraternidad no se
pierde, pues va mucho más allá de las fronteras, del lugar en que se encuentre cada
uno.

La fraternidad hoy
Hoy dia el valor de la fraternidad se ha extendido mucho más allá de los hermanos
de sangre. Se puede decir que ya desde la edad media se constituyeron grupos de
personas que conformaban lo que se denominó fraternidades, unos círculos de
personas que vivían un mismo estilo de vida o que simplemente creían en algo
común para todos, y ese hecho hacía que el cariño que los unía fuera entrañable.
Por eso, invadiendo el valor de la fraternidad no es extraño ver que personas
provenientes de diversas partes o de diversos lugares se abracen cuando celebran
un acontecimiento, o simplemente dan la bienvenida la victoria en un deporte
común.

Fraternidad como unidad social


Es precisamente la fraternidad la que hace que muchos grupos sociales se unan
para exigir los Derechos Humanos; ya desde la Revolución Francesa vimos cómo
ricos y pobres se unieron para exigir el respeto y la igualdad para todas las
personas. Este ejemplo se sigue repitiendo en la historia, se sigue dando en todos
los lugares.
La fraternidad es un valor que no conoce fronteras, razas, condiciones sociales.
Simplemente se da porque los seres humanos somos capaces de entrar en simpatía
y con el otro, o mejor, sencillamente porque somos seres humanos que sentimos y
queremos algo que al otro también le interesa.

Fraternidad espiritual
La fraternidad también es un valor que se vive en la religión. Al ser Dios nuestro
Padre, todos somos sus hijos y por ello debemos amarnos como hermanos, sin
importar de dónde vengamos, lo único que vale es que somos hijos de un mismo
Padre.
El valor de la fraternidad hace que la solidaridad entre los hijos de Dios se pueda
dar, de hecho vemos muchos ejemplos, asistimos a lugares en los cuales se trata
de ayudar al hermano, a aquel que tiene necesidad.
La fraternidad se debe dar en todos los niveles, porque de lo contrario las
sociedades pueden convertirse en insolidarias, donde las personas no se quieren y
no se ayudan; es la falta de fraternidad la que ha hecho que la individualidad y el
egoísmo se imponga y logren dividir a las personas.
Me proyecto al mundo con solidaridad
¿Qué pienso al respeto?
 Esta actividad busca que los estudiantes lleven a cabo una obra en la que se
pueda ver el valor de la solidaridad. Por ello el docente los invita para que el
fin de semana la realicen.

 Posteriormente, deben narrar lo que han hecho. Sería bueno que lograran
exponer lo que hicieron con fotografías, videos u otros medios que les
permitan mostrar a sus compañeros lo que realizaron a favor de los demás

 Con esta actividad los estudiantes verán la importancia que es ser solidarios
con las personas que más necesitan apoyo.

El valor de la solidaridad
El valor de la solidaridad es importante en nuestra sociedad porque el ser humano
no podría vivir solo, aislado, sin relacionarse. De hecho, el ser humano es social
desde su mismo ser, tiene como finalidad entrar en sociedad y allí poder vivir.
La solidaridad permite entrar en contacto con el otro, salir de sí mismo para entrar
en directa relación con los demás, de ese modo las personas se ayudan
mutuamente y logran objetivos y metas comunes.

Formas de vivir la solidaridad


Existen diferentes formas de vivir la solidaridad. No todas son iguales o tienen el
mismo valor:
 Una persona se puede solidarizar con los demás por simpatía, por ejemplo
porque está de acuerdo con los animales no sean maltratados, o que los
árboles no se deban talar indiscriminadamente.

 Hay un nivel de solidaridad donde se comparte con un grupo por un momento


o en una oportunidad.

 Se puede hablar de solidaridad por caridad, por ejemplo, cuando se ayuda a


los pobres.

 También existe una solidaridad que supera un requisito o un


sentimentalismo, es aquella que abarca todos los momentos de nuestra vida.
Es la solidaridad que la persona vive a cada instante, sabe que si se
compromete con algo es porque algo es porque esta seguro de lo que hace,
de por qué lo está haciendo.

Solidaridad y voluntariado

En algunas ocasiones la solidaridad se vive como voluntariado. Muchas


personas dedican gran parte de su vida a donar su tiempo y sus energías a
favor de personas enfermas, de poblaciones necesitadas alejadas de las
grandes ciudades, van a las cárceles para brindar un poco de su compañía
a quienes se encuentran privados de su libertad. Esos ejercicios de
solidaridad son los que nos expresan su profundo valor.

Solidaridad como superación del egoísmo

Solidaridad es salir a sí mismo, donar tiempo y fuerzas que se tienen para


ponerlas al servicio de los demás, y no del propio. Lo cual nos indica que la
solidaridad nace de un sentimiento, de una persona que esta formada y
convencida de manera profunda de la labor que realiza.

La solidaridad trasciende los propios límites de la persona. Su verdadero


sentido se encuentra cuando se vive con otras personas, diferentes de las
que tenemos un vínculo familiar o afectivo.

Solidaridad para con todos

La solidaridad no solo mira a las personas que son queridas por mi o las
personas que están totalmente de acuerdo con lo que pienso o realizo. La
solidaridad no mira raza, condición social, religión.

La solidaridad busca hacer el bien, no importa a quien, lo que interesa es que


las personas se beneficien y logren el objetivo de ser mejores cada día.

Ser solidario para buscar el bien del otro

Ser solidario es buscar que las demás personas puedan sentirse bien y
logren lo que necesitan para realizar su proyecto de vida, por ello la
solidaridad se traduce en querer solucionar las necesidades materiales o
espirituales que los demás tienen; en ese momento nos ponemos en los
zapatos del otro.
Ser solidario es ponerse en la situación del otro, pues al ver sus carencias o
vicisitudes debemos responder con alguna acción que permita solucionar su
situación.

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