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Instituto Oficial José Trinidad Reyes

Catedrático:
Rubén Peralta
Alumnos:
Camila Grissell Perdomo Zaldívar
Carlos Daniel Escobar Rodríguez
Johan Josué Fúnez Martínez
Asignatura:
Apreciación Artística
Tema:
Representación Gráfica del Arte
*Que es el arte
*Importancia del arte
*El Arte en Honduras
Arte Precolombino, Colonial
Arte en el periodo Republicano
Arte en el siglo XIX y XX
Grado:
11 de BCH, Vespertino Sección 1
Fecha de Entrega:
21 de Febrero del 2018
INTRODUCCION

A continuación en el siguiente trabajo hemos sintetizado la información


expuesta la pasada clase teniendo en cuente las siguientes
interrogantes:
¿Qué es el arte?
¿Cuál es la importancia del arte?
¿De qué trata el arte en Honduras?
Qué sucedió en el arte en el periodo:
Precolombino, Colonial y Republicano
Arte en el siglo XIX y XX
Sabemos que el arte es toda manifestación que el ser humano plasma
sus emociones ya sea en pintura, arquitectura, dibujo, entre tantas
expresiones artísticas.
Entonces a continuación profundizaremos en el tema.
1.¿Qué es el arte?

Actividad en la que el hombre recrea, con una


finalidad estética, un aspecto de la realidad o un
sentimiento en formas bellas valiéndose de la
materia, la imagen o el sonido.

Conjunto de obras que resultan de esta actividad,


así como las diferentes tendencias o estilos de las
mismas.
Por ejemplo:
"arte románico; arte moderno; arte gótico"

2. ¿Cuál es la importancia del arte?


El arte es una de las manifestaciones más elevadas de la actividad humana, como
elemento esencial en el desarrollo y evolución del hombre mediante la cual se
expresa una visión personal y desinteresada que interpreta lo real o imaginado
con recursos sonoros, plásticos o lingüísticos.
Se ha demostrado científicamente que el estudio de las bellas artes, desde edad
temprana, cultiva en el ser humano una sensibilidad que lo lleva a desarrollar una
ética muy sólida en su vida adulta.
No exagero cuando afirmo que si dentro de los planes de estudios, desde los
centros de estimulación hasta la universidad, se incorporan materias relacionadas
a las bellas artes, formaremos personas con una sensibilidad que les permita
elevar el espíritu, así como conocer su yo interno, fuera de dogmas y con un
amplio criterio.

3. EL ARTE EN HONDURAS
El Arte ha sido un dinosaurio que ha existido con la
presencia misma del ser humano en nuestro territorio, lo
cual podemos ubicar con la llegada de migraciones de
grupos humanos cazadores recolectores que llegaron al
istmo a finales de la última era del hielo, evidencia de la
presencia del ser humano tenemos en la región de La
Esperanza en el departamento de Intibucá, La Cueva
del Gigante en La Paz, las Pisadas del Diablo en
Talanga en el departamento de Francisco Morazán.
Estos grupos se asentaron y formaron zonas culturales, siendo al momento de la
llegada del europeo a finales del siglo XVI, dos son las zonas o regiones
geográfico culturales que tuvieron la mayor influencia en lo que es el actual
territorio del país y casi diferenciadas dentro del territorio nacional por la GDTH
(Gran Depresión Transversal de Honduras) las cuales podemos señalar a grandes
rasgos como:

 Región Cultural Mesoamericana: La que podemos ubicar con algún margen de


error en el margen occidental de la GDTH, grupos humanos que sustentaban
su dieta alimenticia en el maíz los que en algunos casos habían conformado
culturas tribales como es el caso de los Lencas, Chortis, Tolupanes,
Chorotegas pero que en algunos casos habían conformado civilizaciones como
en el caso de los mayas que para el caso de Honduras mencionaremos tres
centros ceremoniales urbanos: Copán, El Puente y Los Naranjos.

 Región Cultural Circuncaribe: En esta región encontramos grupos humanos


que fundamentaban su economía en la caza, pesca y recolección de frutos
particularmente los pejibayes y el ñame. – Entre los grupos étnicos herederos
hoy día de esta área cultural precolombina tenemos los Tawahkas, los Pech. –
Aunque rompen con este hilo de pensamiento los últimos descubrimientos
dados en las Cuevas del Talgua (a 4 kilómetros de la ciudad de Catacamas en
el departamento de Olancho) y más reciente aún la mítica Ciudad Blanca (en
la región de la Mosquitia del país).
Con la llegada del Colonizador, como parte del triángulo del comercio, se introdujo
esclavos desde el África y con la llegada en el año de 1797 de los Garífunas se
completa el triángulo del Mestizaje Bio Socio Cultural de la época colonial que
caracterizan las raíces de nuestra población (Indígena, Afroamericanos y
Europeos).
La historia del arte centroamericana y de la actual república de Honduras, cuenta
como división tradicional las siguientes épocas: Precolombina, Colonial,
Republicano e independencia siendo las épocas contemporánea y reciente(o sea
siglo XIX y XX), con representantes en todas las formas de expresión de las artes
conocidas.

Arte Precolombino

Se llama así a todas las expresiones plásticas que


los aborígenes americanos dejaron como constancia
de su paso por este continente antes de la llegada
de Cristóbal Colon en 1492.
-El hombre en América.
La llegada del hombre a este continente se explica por las migraciones desde Asia
por el estrecho de Bering en Alaska, hasta la llegada a Sudamérica por habitantes
de Polinesia.
Durante tres milenios antes de los territorios de la actual Honduras florecieron
muchas culturas, entre ellas la civilización maya, los Tahwakas, Pech, entre otros,
estas culturas desarrollaron diversas artes, entre ellas las pinturas rupestres, la
cerámica, escultura, música entre otras, además de diversas ciencias como
matemáticas y astronomía. Varias de estas obras se pueden observar en la
Galería Nacional de Arte

Arte Colonial
Una vez que España sometió y
conquisto a los pueblos indígenas
de Honduras procedió a eliminar
sistemáticamente las
manifestaciones culturales de los
pueblos hondureños y en su lugar
se implanto en definitiva, el
elemento social y cultural de
España en el ¨nuevo país
descubierto.
Como mencionamos anteriormente, durante el periodo colonial, la iglesia católica
fue la más poderosa en la transmicion de valores culturales. Su influencia se
denotaba fuertemente sobre el mundo artístico en intelectual ya que controlaba la
enseñanza formal y dominaba todos los instrumentos de expresión cultural.
Durante la colonización española florecieron nuevas artes y técnicas en el país,
muchas de estas obras se encuentran preservadas en la Galería Nacional de Arte.

Arte en el Periodo Republicano


La historia Republicana trata del acontecer
histórico de Honduras, desde su
independencia hasta nuestros días. A partir
de 1821, y luego de la ruptura de la
Federación Centroamericana en 1842,
Honduras surge como un estado
independiente, decretándose a través de su
constitución.
Comprende el periodo entre los años 1810 y 1930. Arte que refleja las primeras
inquietudes de una burguesía naciente.
Arquitectura del periodo republicano:
-Casa real de rescate
-Castillo de San Fernando Omoa
-Basílica de Suyapa

Arte en Honduras en el siglo XIX y XX

Estimulados casi todos por el artista Obed Valladares, surge en la década de los
noventas una promoción de creadores que elaboran escultura -que dejan sus
primeras huellas en la terracota. Alex Geovany Galo, Rossel Barralaga, Daría
Rivera y Dylber Padilla, entre otros, integran este grupo. Hoy la mayoría se ha
dedicado a la pintura, sin embargo, no todos han tenido la posibilidad de desplegar
sus capacidades con la contundencia que sí se dejaba entrever en sus esculturas.
La experiencia en el género inmediato complicó inicialmente -y paradójicamente-
la producción pictórica de gran parte de estos creadores: modelaban las formas
volumétricas dentro de un espacio físicamente plano, es decir, traducían a la
pintura los esquemas tridimensionales, pero no creaban un espacio pictórico.
De estos pintores, el que muy temprano asimiló la especificidad del espacio
pictórico, es Dylber Padilla. Inició su experiencia con la acuarela; para este
momento su mundo referencial es la vida campesina y su obra, por lo tanto, se
convierte en descripción de ese mundo: detalles precisos, un rostro gestual; un
campesino habitando. Luego, cambia de medio -utiliza el óleo-, modificando con
ello su referencia: los seres que habitan sus obras pierden sus rasgos particulares,
y lo genérico toma la dirección de su trabajo; la misma figura humana llega a ser
simultáneamente éste y aquél; el espacio se vuelve dinámico, las figuras
abandonan el hábito de caminar sobre la horizontalidad de la tierra y se dirigen
inevitablemente hacia otros espacios: vuelan y contradicen la fuerza de gravedad.
Así, la realidad representada es definida en función de cualidades no naturales,
sino visuales y rítmicas. Esta apertura hacia espacio fantástico en la que los seres
cambian de color, agudizan sus formas y dilatan sus contornos, es una de las
maneras en que este artista capta lo posible del mundo.
En esta misma dirección, en 1998 desarrolla un trabajo fundamental. Privilegiando
el color en su perspectiva valorista, a saber, utilizando los gradientes de intensidad
y planos articulados en grandes poliedros, consolida una organización simple del
espacio, que le permite definir una visualidad implosiva y -contradictoriamente-
volcada hacia el exterior. Aquí también, Padilla conquista para la pintura un
función dinámica esencial: la dimensión. El paisaje llega ser un inmenso bodegón,
los objetos crecen y una vasija, por ejemplo, ya no se extraña de ser tan grande
como una calle o un pueblo. En definitiva, para este artista la dimensión geográfica
y la de los objetos cotidianos tienen la misma escala; es lo mismo que hacen los
costarricenses Adrián Arguedas en Para acá y para allá y Rodolfo Stanley
en Equilibrista en el parque, o Gelasio Giménez en alguna de sus obras más
recientes.
Hoy, en esta nueva etapa, su producción se desarrolla en dos direcciones aun no
conciliadas, la primera que se orienta en la construcción de bares, y la más
progresiva, que se funda en la definición de espacios interiores construidos a
fuerza de color y densas estructuras tridimensionales, cuyos contornos se
confunden con el aire, ya que se han trasmutado en materia gaseosa y
transparente. En esta obra, la figura humana pierde su límite antropológico y se
vuelve naturaleza original, quiero decir, que tanto ella como el espacio
experimentan a solas un ritmo evidente: ambos interiorizan las mismas conductas;
gozan y mueren inseparablemente. Esta visión plástica entre lo denso y lo liviano,
entre la sustancia espacial y la participación de la figura humana, entre la
profundidad y la presencia cromática frontal es la que garantiza en la pintura de
Padilla una imagen vital de lo real; cuando se olvida de ello su obra se niega a
vivir. Por lo tanto, su lucha cotidiana consistirá en regresar…

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