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FORMA, TAMAÑO Y ESTRUCTURA GENERAL DE LA CÉLULA:

La célula es una estructura constituida por tres elementos básicos: membrana plasmática,
citoplasma y material genético (ADN). Posee la capacidad de realizar tres funciones vitales:
nutrición, relación y reproducción.
La célula es la unidad más simple conocida, lleva a cabo esas tres funciones vitales por sí
misma, es decir, sin necesidad de otros seres vivos.
Los virus, aunque considerados por algunos autores como seres vivos, precisan invadir a una
célula viva para conseguir la reproducción, por lo tanto no son la forma más simple de vida
autónoma. Deben ser considerados como materia viva, pero son una forma de vida acelular.
Bacteriófago
Ciclo lítico de un bacteriófago
Actividad de investigación 2: La vida acelular: los virus
"Bacterias"Introducción: La teoría celular explica en sus cuatro postulados como la célula es
la unidad básica de vida. Los virus no son seres vivos autónomos, puesto que necesitan de
células vivas para realizar sus procesos vitales, como es el caso de la reproducción. Por lo
tanto, no son seres vivos como tales;, se consideran formas de vida acelular o simplemente
materia viva.
Tarea: Se trata de un trabajo de investigación individual en el que, tras la búsqueda de
información acerca del funcionamiento de los virus, conozcas si poseen metabolismo, si
tienen o realizan funciones de relación y si cumplen por sí mismos las funciones de
reproducción.
Una vez que hayas analizado la información, debes realizar un trabajo de síntesis, de no más
de cinco folios en procesador de texto. En él analizarás cada una de las funciones por las que
piensas que los virus son o no son seres vivos. Puedes elegir un tipo de virus concreto
(mosaico del tabaco, gripe, sida, varicela, etc.) para apoyar tus ideas. Te facilitará la labor el
comparar el funcionamiento del virus con el de cualquier célula animal o vegetal: compara
sus funciones básicas y describe las diferencias..
Recursos: Consulta algunas de las páginas web que te sugerimos para realizar tu trabajo:
Biología - Asesinos ocultos.
Los virus.
¿Es el VIRUS un ser vivo?,
Virus.
Ciencia y tecnología: Virus.
Evaluación: Se tendrán en cuenta criterios siguientes: la capacidad de síntesis y de análisis
del alumno; su capacidad de redacción para exponer sus ideas y fundamentar sus tesis acerca
del funcionamiento de los virus y su inclusión o no dentro de los seres vivos.
Las células presentan una gran variabilidad de formas, e incluso, algunas no ofrecen una
forma fija. Pueden ser: fusiformes (forma de huso), estrelladas, prismáticas, aplanadas,
elípticas, globosas o redondeadas, etc. Algunas no tienen una pared rígida y otras sí, lo que
les permite deformar la membrana y emitir prolongaciones citoplasmáticas (pseudópodos)
para desplazarse o conseguir alimento. Hay células libres que no muestran esas estructuras
de desplazamiento pero poseen cilios o flagelos que son estructuras derivadas de un orgánulo
celular (centriolo) el cual dota a estas células de movimiento.

Las células pueden estar unidas, formando tejidos, y pueden no poseer una pared rígida que
las envuelva. En este sentido, las uniones entre células generan un tipo de tensiones que
condiciona la forma final del tejido resultante.
Los tejidos formados por células que sí poseen esta rígida pared celular por el contrario
presentan una forma mucho más estable.
La función que realice la célula determina la forma de la misma. Así encontramos diferentes
tipos de células: células contráctiles que suelen ser alargadas. Las del tejido nervioso
irregulares y con prolongaciones que permiten la transmisión del impulso nervioso. Las del
intestino suelen tener pliegues en una de sus caras (microvellosidades) que amplían la
superficie de contacto y de intercambio de sustancias. Y, finalmente, las epiteliales que
suelen ser cúbicas o prismáticas.
"Célula Procariota"
El tamaño es extremadamente variable. Existen bacterias con 1 y 2 micras de longitud. Las
células humanas presentan mucha variabilidad: glóbulos rojos de 7 micras, células del hígado
con 20 micras, espermatozoides de 53 micras y oocitos de 150 micras.
En los vegetales los granos de polen pueden llegar a medir de 200 a 300 micras y algunos
oocitos de aves pueden medir entre 1 (codorniz) y 7 centímetros (avestruz) de diámetro.
En cualquier caso, para la viabilidad de la célula y su correcto funcionamiento siempre se
debe tener en cuenta la relación superficie-volumen. Puede aumentar considerablemente el
volumen de la célula y no así su superficie de intercambio de membrana lo que dificultaría
el nivel y regulación de los intercambios de sustancias vitales para la célula. También es
importante la relación entre volumen citoplasmático y volumen nuclear. El mismo número
de cromosomas no puede controlar un aumento de volumen desproporcionado, puesto que
no regularía y ni controlaría adecuadamente las funciones de toda la célula.
"Espermatozoide" "Ovocito"
Dentro de la estructura general de una célula debemos señalar las partes que poseen todas las
células de forma común: membrana plasmática, citoplasma y ADN o material genético y los
orgánulos o estructuras que las hacen diferentes según sean procariotas, eucariotas, animales
y vegetales.
"Células Procariotas"Las células procariotas son propias del reino moneras (bacterias y
cianobacterias). Tienen en común con el resto de las células de otros organismos vivos una
membrana plasmática, citoplasma y material genético, pero además muestran, por fuera de
la membrana plasmática, una gruesa pared celular. En su interior son mucho más simples que
las eucariotas y sólo existen ribosomas y unas pequeñas invaginaciones de la membrana,
llamadas mesosomas. No presentan núcleo y su ADN se encuentra más o menos condensado
en una porción del citoplasma llamada nucleoide.
Las células eucariotas son propias del resto de los reinos de la naturaleza (protoctista, hongos,
animal y vegetal). Presentan membrana plasmática, citoplasma (más complicado que en
procariotas) que contiene un complejo sistema endomembranoso (retículos, aparato de Golgi,
vesículas, vacuolas, etc.), unos orgánulos transductores de energía (mitocondrias y
cloroplastos) y estructuras carentes de membrana (centríolos, ribosomas, microtúbulos y
microfilamentos). El núcleo de estas células está independiente del resto del citoplasma por
una membrana nuclear con numerosos poros. Este núcleo contiene el ADN de la célula
condensado en cromosomas o descondensado en cromatina, según el momento del ciclo
celular .
Actividad de investigación 3: Procariotas y Eucariotas
"Célula Eucariota Animal"Introducción: El conocimiento de la célula y las diferencias entre
la célula procariota y eucariota es un tema recurrente en los contenidos de Biología de los
distintos niveles de la enseñanza Secundaria y Bachillerato. Pero ahora llega el momento de
repasar todo lo aprendido en cursos anteriores y realizar una tarea sintética y comparativa de
las diferencias y similitudes entre ambos tipos celulares

Vida animal
La diversidad de la vida

La vida en la tierra muestra una diversidad que parece no encontrar límites. Los seres vivos
han conquistado medios tan diferentes como los océanos y el aire; se han asentado en las
cálidas y húmedas franjas tropicales, y también en las frías y áridas zonas polares. Para
resolver los retos de la locomoción, la alimentación, la comunicación o la reproducción han
desplegado una apabullante variedad de soluciones. La diversidad de la vida, gestada a lo
largo de 4,000 millones de años, es el gran tesoro del planeta Tierra.
Niveles de diversidad

Un análisis atento de la biodiversidad nos revela que ésta se manifiesta en distintos niveles,
que se corresponden con distintas escalas a las que se manifiesta el fenómeno de la vida.

Nivel específico. La gran variedad de especies que pueblan la tierra constituye la


manifestación más espectacular de la diversidad biológica. Las enciclopedias de animales y
plantas contienen un muestrario sorprendente. Y tan sólo se trata de una pequeña parte de la
abultada relación de especies descrita por los científicos, que ronda el millón. Éstas, a su vez,
parecen ser sólo una porción del total existente, ya que se calcula que quedan millones de
formas de vida sin describir.

Nivel genético. La mayoría de las especies que conocemos cuentan con individuos que son,
en alguna medida, diferentes. Estas diferencias son, en parte, el reflejo de una diversidad en
el código genético que posee cada individuo.

Nivel ecológico. Los seres vivos han desarrollado relaciones características con otros seres
vivos y con el medio físico en el que se desenvuelven. Una vez más, la vida ha desarrollado
una gran variedad de soluciones en este nuevo nivel de análisis. Baste pensar en la tundra, la
taiga, los bosques templados, las praderas, los arrecifes de coral, las sabanas o las selvas, que
a su vez cuentan con un montón de variantes locales características.

La pérdida de diversidad

A lo largo de la historia de la vida se ha sucedido la aparición de nuevas especies mientras


que otras se han extinguido ante la llegada de cambios que les resultaban desfavorables. En
este continuo trasiego de formas de vida por el escenario terrestre, la diversidad biológica ha
ido ampliándose, aunque sufriendo estancamientos, e incluso retrocesos temporales en
épocas especialmente desfavorables.
En los últimos 10,000 años la diversidad animal y vegetal que hoy nos maravilla, fruto de
una historia de miles de millones de años de evolución, está sufriendo un retroceso devastador
debido a la actividad humana. El ritmo de extinción de las especies se ha acelerado
drásticamente, calculándose que en la actualidad es por los menos 400 veces mayor que el
que existía antes de la aparición del ser humano. En opinión del científico E.O. Wilson, se
trata del proceso principal de transformación ambiental, ya que el cambio producido cuando
desaparece una especie o una variedad es totalmente irreversible.

La destrucción de los hábitats naturales


La destrucción de los hábitats naturales es una de las principales causas de pérdida de
biodiversidad en el mundo. Los bosques tropicales, sin duda los principales almacenes de
biodiversidad del planeta, están desapareciendo a un ritmo vertiginoso. Según datos de la
Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), entre
1980 y 1990 su extensión se ha reducido a una media de 15.4 millones de Has. al año.

La deforestación de las áreas tropicales es, en gran medida, responsabilidad de los países
desarrollados, ya que son éstos los principales consumidores de las maderas extraídas de
estas zonas.

Fragmentación
Campos de cultivo, áreas urbanas, carreteras y autopistas constituyen barreras infranqueables
para numerosas especies. Para estos seres vivos, su hábitat natural ha pasado de ocupar
extensas áreas ininterrumpidas a quedar dividido en fragmentos aislados de menor extensión.
Es el efecto conocido como fragmentación de los hábitats, responsable de la extinción local
de numerosas especies. Cuando un cierto número de individuos de una especie queda
confinado en una pequeña porción de territorio, el peligro de extinción es mucho mayor, ya
que el tamaño de la población es pequeño y es más probable que una perturbación dé al traste
con la viabilidad del grupo.

Campos sin vida


Algunos paisajes rurales tradicionales han sabido combinar de forma admirable la
producción con la conservación de la vida silvestre. La aparición de la moderna agricultura
industrial, basada en la especialización y el uso masivo de fertilizantes y pesticidas produce
una brusca disminución de especies. En los países más intensamente explotados por estas
nuevas formas de agricultura industrial se ha acuñado el término de desierto verde, para
referirse a estos nuevos paisajes rurales, muy pobres en vida silvestre.
En las modernas ciudades del primer mundo, tan ajenas a los ritmos naturales, los ciudadanos
tienen a menudo la sensación de haberse "liberado" de nuestra ancestral dependencia de la
vida silvestre. Pero se trata tan sólo de un espejismo: en realidad, cada día, sin saberlo,
utilizamos cientos de productos que deben su origen a las plantas y los animales silvestres.
He aquí algunos ejemplos:

El pan que comemos cada día. Las producciones de trigo o maíz se mantienen gracias a
cruzamientos frecuentes de las razas comerciales con sus parientes silvestres. En definitiva,
podemos disfrutar de nuestro pan de cada día gracias a la variabilidad genética que queda en
los parientes silvestres de las plantas cultivadas.

Medicinas. Cuando el médico nos receta un medicamento existe un 50% de posibilidades de


que esa medicina deba su origen a un ser vivo silvestre.

Modelos. Las especies silvestres no sólo nos proporcionan materias primas, sino también
modelos que inspiran a los investigadores en el diseño de medicinas sintéticas o productos
industriales. Por ejemplo, los científicos habrían tenido grandes dificultades para diseñar el
caucho sintético si no hubieran tenido un esquema que copiar en la estructura molecular del
caucho natural.

Para que la vida siga


Paradógicamente es la vida la que mantiene las condiciones necesarias para que la vida siga.
Los seres vivos participan en los grandes ciclos terrestres (ciclo del carbono, ciclo del
nitrógeno) tan esenciales para los seres vivos. La propia composición de la atmósfera terrestre
está regulada por la vida Es un círculo vicioso lleno de sentido.

Ética
Los argumentos de tipo ético para la conservación de la biodiversidad podrían resumirse en
estos dos interrogantes: ¿Tenemos derecho a hurtar ese patrimonio magnífico que es la
biodiversidad a las generaciones que vienen detrás de nosotros? ¿Tenemos derecho a eliminar
a los seres vivos que comparten con nosotros esta "casa común" que es el planeta Tierra?

Estética
La diversidad de la vida no sólo es fuente de beneficio material sino también de bienestar
espiritual. Para muchos la biodiversidad es sinónimo de belleza y de inspiración y su
contemplación o estudio resulta una actividad enormemente gratificante.

Con el paso de las estaciones se observan en los campos y montes una serie de cambios que
tienen relación con la evolución del tiempo atmosférico a lo largo del año, así como con el
carácter de éste respecto al clima normal de un territorio. Estos afectan a la morfología y
fisiología de plantas y animales silvestres, a la composición de las biocenosis de los
ecosistemas y a la evolución de los cultivos; en general al aspecto del paisaje rural y a gran
parte de la actividad del sector agrario. Es muy importante para las plantas y animales de las
regiones templadas o frías adaptarse a las estaciones. La adaptación estacional se observa en
distintos ciclos, tanto de actividad y letargo en plantas y animales como en los de desarrollo,
especialmente en insectos y plantas; también se aprecia en los hábitos reproductivos de los
animales, en los comportamientos migratorios, o en la muda y crecimiento de pelaje y
plumaje. Algunos de los cambios estacionales que se observan en la naturaleza son por
ejemplo: germinación de semillas, brotación de yemas, floración, maduración de frutos,
cambio de color y caída de las hojas, llegada y partida de aves migratorias, primeros cantos,
primeras apariciones de insectos tras el letargo, etc. (Figura1).

Figura 1. Migraciones, aparición de insectos, periodo de celo, floración, fructificación y


cambio de color.

Todos estos cambios biológicos observables se relacionan de forma directa o indirecta con
la época del año, el tiempo y el clima. Suceden todos los años por la misma época, la cual se
reconoce a través de distintos mecanismos bioquímicos regulados por el fotoperiodo, pero en
fechas concretas distintas, debido a la influencia de los factores ambientales de tipo
meteorológico. Así, los ciclos biológicos estacionales están regulados fundamentalmente por
la duración de la luz diurna, si bien actúan como factores moduladores: las temperaturas, las
precipitaciones, la humedad relativa y el viento (Figura2).
Figura 2. Incidencia de los factores atmosféricos en animales y plantas.

De modo más operativo, a la hora de estudiar estos fenómenos, se consideran: la acumulación


de grados día y de horas frío (Figuras 3 y 4), el estado de humedad del suelo, las anomalías
de las precipitaciones tanto acumuladas hasta una cierta fecha como en una cierta época, o
los valores de las variables meteorológicas y de los parámetros climáticos en los periodos
críticos de los ciclos biológicos.

Figura 3. Fórmula de De Candolle (1885). Las plantas necesitan acumular una cantidad de
grados-día que es característica entre dos fases de una misma especie.

Figura 4. Cálculo de horas frío como estimación de la medida en que se van cubriendo las
necesidades de reposo invernal. Muchos caducifolios de zonas templadas y frías precisan de
un frío estimulador para la correcta apertura de yemas y producción de fruto.

La fenología es la ciencia que estudia los fenómenos biológicos que se presentan


periódicamente, acomodados a ritmos estacionales, y que tienen relación con el clima y con
el curso anual del tiempo atmosférico en un determinado lugar. Se trata de una disciplina
fenomenológica, es decir fundamentalmente descriptiva y de observación, que requiere
método y precisión en el trabajo de campo. Es claramente interdisciplinar y utiliza
conocimientos tanto de fisiología y ecología, como de meteorología y climatología. Sus datos
de observación, y sus estudios aplicados, son útiles sobre todo en agricultura pero también
en ganadería, selvicultura y conservación de la naturaleza (figura5). En cuanto a la
climatología, la fenología se ha utilizado tradicionalmente para complementar las
descripciones del carácter climático de un año agrícola y para realizar estudios de climas
locales.
Figura 5. Relaciones de la fenología con otras disciplinas científicas y con los sectores de
actividad económica o de valor ambiental.

A los fenómenos biológicos observables que constituyen cambios o transformaciones en un


escaso periodo de tiempo se les denomina fases fenológicas, y al intervalo de tiempo que
transcurre entre dos fases sucesivas se le denomina etapa. En agronomía se describen con
precisión unos estados-tipo caracterizados por un aspecto fisonómico concreto (figura 6). Lo
más normal es que exista un periodo crítico; éste es un intervalo de tiempo, generalmente de
dos o tres semanas antes o después del inicio de una determinada fase, en el cual una cierta
especie presenta una sensibilidad máxima a un determinado elemento meteorológico.

Figura 6. Estados fenológicos tipo del cerezo (Según M. Baggliolini).

Los datos obtenidos reflejan la cronología de la aparición o comienzo de una determinada


fase en un espacio geográfico concreto y se suelen reflejar mediante lasisofenas o líneas de
igual fecha. Estos datos pueden ser utilizados como descriptores tanto del clima local como
de los agrobiosistemas y ecosistemas naturales en los que influye (Figuras. 7 y 8).

Las distintas fases fenológicas son respuestas ecofisiológicas basadas en procesos


bioquímicos que responden a cambios en el ambiente físico relacionados con ritmos
estacionales. En el caso de las plantas y de los insectos, el desarrollo se puede definir como
una secuencia de eventos fenológicos que constituyen su ciclo de vida, de forma que cada
fase se caracteriza por morfologías y procesos fisiológicos distintos. En cuanto a los
requerimientos de luz diurna para que se inicien los procesos de floración y fructificación en
las plantas, se distinguen plantas de día largo, de día corto e indiferentes. El control
fotoperiódico de las distintas fases fenológicas se lleva a cabo por un mecanismo que es
independiente de la temperatura: la fotoconversión del fitocromo. En los insectos la diapausia
se produce cuando se suprime la secreción de una hormona debido al efecto de las noches
largas; en este caso la fotorrecepción se hace por la cabeza. También el fotoperiodo controla
los ritmos estacionales en los vertebrados y seguramente, en la mayoría de ellos, se sigue la
secuencia descrita en los trabajos que Beniot llevó a cabo durante los años 1950-1960. Así,
la luz hace que los fotorreceptores del ojo y del cerebro (órgano pineal) envíen impulsos
nerviosos al hipotálamo, el cual producirá hormonas que a través de los vasos sanguíneos del
sistema portal llegan a la adenohipófisis, la cual a su vez, al ser estimulada, elabora hormonas
que regulan una amplia gama de funciones corporales.

En los vegetales las sustancias químicas reguladoras implicadas en el desarrollo y


crecimiento son la auxina, las giberelinas, las citoquininas, el etileno y el ácido abscísico. En
la actualidad se consideran algunos posibles modelos de control hormonal múltiple, con
integración de todas estas sustancias; por otra parte, es probable que existan hormonas por
descubrir. Uno de los procesos más importantes es el de la floración; ésta parece que es
inducida, en frutales tanto caducifolios de clima templado como subtropicales, por el estrés
que producen las temperaturas bajas y la sequía; la putresina es la sustancia que determina la
inducción de una yema floral y las giberelinas modulan este proceso.

Figura 7. Fecha media de la floración del almendro. Elaboración propia para el Atlas
Nacional de España, IGN. (2004).

Figura 8. Fecha media de la llegada de la golondrina. Elaboración propia para el Atlas


Nacional de España, IGN. (2004).

Redes de observación fenológica

Las observaciones fenológicas para la investigación agrícola o ecológica son de alta precisión
y se realizan en estaciones o lugares experimentales, en este caso el personal debe ser
altamente cualificado. Otras observaciones están destinadas a la toma de datos para un uso
operativo o acción administrativa en un plazo relativamente inmediato, en un espacio
geográfico comarcal o regional y con fines normalmente encaminados a la toma de decisiones
relacionadas con las labores agrícolas, para ello son adecuadas las estaciones u observatorios
agrometeorológicos. A nivel nacional las observaciones se suelen utilizar para describir y
estudiar el clima del país; en este caso las redes de observación suelen ser poco densas, y se
ocupan tanto de las especies agrícolas y silvestres como de las labores del campo; además lo
más normal es que se lleven a cabo por personal colaborador voluntario y poco especializado.
En la observación fenológica de tipo climático, sobre todo si es a nivel nacional, lo más
adecuado es no utilizar especies agrícolas o de jardinería, para evitar la influencia de la gran
variabilidad genética y de las labores o actividad humana. Se deben utilizar especies
silvestres en un ambiente natural que además reúnan las siguientes características: facilidad
de identificación, relativa abundancia, amplia distribución y que sean suficientemente
estudiadas o conocidas en cuanto a sus requerimientos ambientales. En cualquier caso hay
que analizar los datos fenológicos con precaución, ya que el clima no es el único factor
ambiental que incide en el desarrollo o comportamiento de las especies; así podemos destacar
el papel de las características fisicoquímicas del suelo y su estado de humedad, la topografía
de la zona e incluso la influencia de factores ambientales bióticos como la competencia, sin
olvidar la diversidad de genotipos.

Las mejores especies a observar en agricultura son los frutales, especialmente si no se


cultivan con riego (figura9). Dentro de las aves, en la península Ibérica se pueden utilizar
especies estivales tan características como por ejemplo: autillo, abubilla, cuco, oropéndola,
golondrina común, vencejo, collalba rubia, tórtola, avión común, abejaruco, codorniz o
ruiseñor; y, en el caso de las invernantes: grulla, torcaz, avefría y ánade real (Figuras 10 y11).

En Japón y en China se observaban las floraciones del cerezo y el melocotonero asociadas


con viejos festivales y algunos registros se han encontrado del siglo XVIII. En Europa los
datos fenológicos más antiguos que se han encontrado aparecen en el diario meteorológico
de Egioke (Reino Unido); aunque las primeras observaciones realizadas con un cierto método
son las que empezó de forma individual el inglés Robert Marshan en 1736. Las primeras
redes fenológicas organizadas son las de Rusia (1838) y Bélgica (1842). En esta época el
fenólogo belga Quetelet (figura 12) redacta unas primeras instrucciones para la observación
y en 1781 la Sociedad Meteorológica de Mannheim (Alemania) publica sus normas de
observación fenológica. En 1853, el director del Observatorio Meteorológico de Viena,
Carlos Fritz, diseñó unas instrucciones, fundadas en las de Quetelet, con el objeto de unificar
las observaciones de todos los investigadores, y las propuso en el Congreso Internacional de
Estadística que se reunió en Viena, en 1857, con el objeto de crear una red mundial de
observatorios fenológicos. No obstante, el establecimiento de nuevas estaciones y la
normalización a nivel europeo proceden de la Primera Conferencia Internacional de
Fenología, celebrada en Danzing en 1935, y organizada por la Comisión de Meteorología
Agrícola de la O.M.M.

En el Reino Unido, la Royal Meteorological Society estableció en 1875 una red de


observación para la totalidad de las Islas Británicas, y hasta 1948 publicó resúmenes anuales
en el “The Phenological Report”. Por esa misma época, la Nederlandsche Phaenologische
Vereenigung (Sociedad Fenológica Holandesa) publicaba la revista “Acta Phenologica”.
Figura 9. Manzano en Piedrafita (Bisaurri, Pirineo de Huesca) a mediados de agosto de 2005.
Foto J.A.

Figura 10. Abubilla (Apus apus). Especie estival en la península Ibérica, que manifiesta una
tendencia a partir más tarde e incluso a sedentarizarse. Lámina tomada del Atlas de Plantas
y Aves para las observaciones fenológicas, INM, 1991.

Figura 11. Grulla común (Grus grus). Ave invernante en las dehesas del SW peninsular.
Lámina tomada del Atlas de Plantas y Aves para las observaciones fenológicas, INM, 1991.

Figura 12. El matemático, astrónomo y sociólogo Adolphe Quetelet, realizó observaciones


meteorológicas y elaboró unas instrucciones para los 80 observatorios de la red que se montó
en Bélgica en 1842.

Los estudios fenológicos suelen ser dispersos y con distintos enfoques; los realizan las
sociedades de ornitología, las escuelas técnicas de agronomía y los institutos de
investigaciones ecológicas o agrarias. Tradicionalmente la fenología ha sido una actividad
que se ha realizado en los departamentos o secciones de agrometeorología de bastantes
servicios meteorológicos. Entre todos ellos se puede destacar el caso del Servicio
Meteorológico alemán (DWD), por la extensa y completa red que gestiona; de los organismos
que estudian fenología pero no son servicios meteorológicos se debe citar al Centre for
Ecology & Hydrology of Cambridge que en 1998 pone en funcionamiento un programa
piloto para revitalizar la UK Phenology Network, en el año 2000 se juntan para esta tarea los
guardas forestales y en 2005 comenzó a colaborar la BBC.

En los últimos años se han llevado a cabo diversas iniciativas a nivel europeo para intentar
coordinar las distintas redes fenológicas existentes con la creación de la Red Europea de
Fenología (EPN), entre cuyos objetivos hay que señalar la estandarización de las
observaciones y del esquema de codificación de las mismas. A nivel mundial hay que
destacar el papel que desempeña el Grupo de Estudios Fenológicos. Este grupo de trabajo
fue creado en el XIII Congreso de la Sociedad Internacional de Biometeorología (Calgary,
Canadá, 1993). Entre sus objetivos destaca la pretensión de crear una red mundial de
observaciones fenológicas en parques nacionales, reservas de la biosfera y otras zonas
protegidas, y de integrar la investigación fenológica en el contexto de los estudios
encaminados a la detección y seguimiento del cambio climático mundial.

Los principales problemas que aparecen en la observación fenológica son relativos a los
sesgos que se aprecian en las series de datos, en cuanto a especies, fechas y geografía; la
inexistencia de procedimientos de relleno de lagunas; la falta de mecanismos para la
formación de los colaboradores; y la falta de unificación entre las distintas redes de
observación tanto nacionales como internacionales. En cualquier caso, los datos fenológicos
son de gran importancia para entender los procesos de interacción entre la atmósfera y la
biosfera, sobre todo de cara a las aplicaciones agrarias y como complemento en los estudios
de cambio climático.

En la actualidad en algunos servicios meteorológicos o centros de investigación ecológica


europeos se está haciendo un gran esfuerzo por unificar los datos históricos dispersos que
existen en los distintos países, y se está tratando de diseñar un método de observación
fenológica y una red europea lo más homogénea posible. Entre este tipo de iniciativas cabe
destacar las que se realizan en el contexto de la Acción COST 725 sobre fenología financiada
por la Unión Europea y en la que desempeñan un papel especialmente activo instituciones
con gran tradición en observaciones fenológicas como los ya citados anteriormente: el
Servicio Meteorológico de Alemania (DWD) y el Centro para la Ecología e Hidrología de
Cambridge (Reino Unido
Leer más: https://enciclopedia-joskat.webnode.es/products/los-ritmos-de-la-vida-animal-/

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