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Título: La primera visión de la mujer de blanco.

Palabras Claves: Padre, colina, arco, luz, bruja.

Esa fue la manera en que por primera vez la vi, iba de bajada en la colina hacia el final, dónde había

un poste de luz. La luz era en su punta. Mi padre me acompañaba y él llegó a la luz, pero yo no.

Me quedé en la colina, entre los árboles que hacen de arco. A un lado la casa vieja en donde vestida

de blanco se encontraba una mujer, de pelo ondulado, enredado, de ropa blanca y sucia, sin carne

en el cuerpo. Con orificios en donde debería ir los ojos, nariz y boca, unas uñas largas y filosas en

las manos. Me mira, no toca el suelo, se levanta un poco más en el aire y viene hacia mí. Yo corro,

pero tropiezo, corría hacia mi padre y su luz, ahora volteo y ella esa sobre mí, me mira, sé que me

mira. Me toma de los ojos y me aprieta con sus afiladas uñas. Yo no puedo quitármela, en ese

momento sé que es un sueño, pero ella no me deja abrir los ojos. Al final logro despertar con la

extraña sensación de que aquello ha sido muy real.

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COMENTARIO.

El patrón del ánima, es decir, su tendencia, se manifiesta aquí en el simbolismo de la mujer de

blanco, que se puede comparar con un alma en pena, una bruja o la mítica llorona. En realidad, el

símbolo que se manifiesta se relaciona también con un ser del panteón familiar del sujeto analizado,

que murió desconcertantemente a edad muy temprana, el posee su libro de poemas y en especial

quedo en su poder un poema que habla precisamente sobre la inevitable venida de la muerte. La

capacidad de la mente para fijarse en ciertos contenidos es una función autónoma a la conciencia

que pertenece a ese fondo inconsciente y se pone en marcha con fines de desarrollo y evolución.

Por tanto, tal fijación no es una merma sino todo lo contrario, un mecanismo que se activa para

poner en marcha un proceso de transformación de la personalidad. No veamos solo patología en lo

inconsciente, sino posibilidades de evolución, respuestas a nuestras interrogantes y respuestas a

preguntas que ni si quiera somos capaces de formular.

Parece ser que es la primera de las manifestaciones del anima en el sujeto, o por lo menos la

primera que ha captado la atención del soñante, creando un estado cautivo de lo inconsciente e

iniciando un proceso de desarrollo en donde la psique tiende a su opuesto. Es importante señalar la

aparición del padre, pues a nivel psicológico representa la función auxiliar más adaptada o quizá

la tendencia universal del espíritu (comparable con el wakanda, tao, Dios), la luz al pie de la colina

representa la conciencia y el soñante representa al yo, si la función auxiliar se dirige a la luz es

precisamente por ser auxiliar, si el padre representa la tendencia del espíritu es entonces significado

de la energía de lo inconsciente dirigida a la conciencia, es decir, lo inconsciente se vuelca de

manera compensatoria respecto a la conciencia.

El yo se ve imposibilitado a escapar, el proceso se ha iniciado en realidad con violencia y sin

ser opcional. La mujer de blanco es la tendencia contraria al sujeto, es la tendencia del ánima que
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es del sexo opuesto, es de suponerse que se ha iniciado el proceso con violencia por ser

incompatible al sujeto, precisamente el ánima es todo aquello que el varón proyecta en la mujer,

cualidades femeninas afloran en la mente inconsciente, estas cualidades son necesarias para que un

individuo sea algo parecido a un ser completo. El arco y la colina atestiguan un proceso de

individuación y el ánima en contraposición al soñante son un conjunto que debe estar coordinado

en la personalidad para el buen funcionamiento. Si el ánima se sigue presentando violentamente es

porque no se ha asimilado, se manifiesta en forma comunicativa o empática cuando se asimila.

Es recomendable asimilar las cualidades femeninas en el propio sexo, pero esto implica toda

una revolución contra lo asimilado de la cultura. Este sueño se ha presentado, además, en el

momento en que se ha iniciado el conocimiento de la orientación homosexual, el momento en que

se está empezando a ver las consecuencias de la aceptación, lo que se puede perder. Esto que se

puede perder es la familia, la rutina (fundamental para la vida), las amistades; para no perderlas el

soñante aún reprime su orientación sexual, por eso el simbolismo es agresivo e incontrolado.

Aceptar la orientación sexual implica crecimiento de la personalidad a costa de la pérdida de una

parte de ella misma (persona y sombra).

Es recomendable, en la aparición de tendencias de personalidad en los sueños, tener en

consideración la función que ello cubre, pues la organización de la energía psíquica no es un recurso

aleatorio sino harto significativo y en consecuencia sigue un camino que se podría denominar

camino de individuación, en términos científicos tradicionales, evolución. Pero no evolución en el

sentido ordinario de la palabra sino en el sentido estrictamente psicológico. Psicológicamente las

tendencias ocultas de la personalidad, es decir, los patrones que se muestran a nivel de lo

inconsciente, son mecanismos auto regulatorios de la personalidad, imaginemos una balanza con

la conciencia de un lado y lo inconsciente del otro. Sin embargo el uso de esta metáfora se invalida
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al considerar que la conciencia en comparación a lo inconsciente es apenas un producto recién

surgido, fácilmente manipulable y quebrantable.