Вы находитесь на странице: 1из 25

Curso de formación en Dolor para enfermería

MÓDULO 6
DOLOR CRÓNICO NO ONCOLÓGICO
March Y., Ocón M. y Sánchez N.,
Con la colaboración de: Plumed T. Zufia JA. y Monleón M.

La OMS considera el “dolor crónico como la mayor amenaza para la calidad de vida de la persona”

1. INTRODUCCIÓN

El Dolor Crónico es uno de los motivos más frecuentes con el que los profesionales sanitarios nos enfrentamos
a diario. Tanto para el paciente como para el profesional sanitario el dolor crónico es una prioridad, su
objetivo terapéutico es su alivio y control aceptable mejorando la funcionalidad del paciente, tanto física como
psíquicamente, para incrementar la calidad de vida.
Existen diversas definiciones que intentan acercar al concepto de Dolor Crónico:
• La Asociación Internacional para el Estudio del Dolor (IASP) define el dolor crónico como “aquel cuya duración
excede el período de tres meses”.
• Bonica lo define como “aquel dolor que persiste por más de un mes después del curso habitual de una
enfermedad aguda o del tiempo razonable para que sane una herida, o aquel asociado a un proceso
patológico crónico que causa dolor continuo o recurrente”.
• La OMS lo define como “aquella dolencia recurrente o constante de más de seis meses de duración”.
Esto quiere decir que no existe un tiempo establecido con exactitud, tras el cual un dolor agudo se convierte en
crónico, depende de cada persona y de cada tipo de dolor. En la actualidad, el periodo de tiempo más aceptado
para definir el dolor crónico, es el que supera los tres meses.
Con todo esto, nosotros hablaremos de dolor crónico no oncológico como aquel que persiste, en ausencia o
presencia de la lesión, por encima de tres, durante más de cinco días a la semana. Es consecuencia de un
cambio o enfermedad persistente en los tejidos, pero otras veces es consecuencia de un cambio o alteración
en el sistema de alarma que pierde su efecto protector. Con el estímulo nervioso, se producen cambios en el
sistema nervioso, que no solo no se inhibe, sino que aumenta la percepción.
El dolor crónico no tiene una función biológica, es decir, no posee una función protectora como le puede pasar al
agudo, ya que no es útil para la persona. Éste puede llegar a durar más que la enfermedad que lo originó, incluso
llegar a ser más importante, por eso se suele decir que el dolor llega más allá del síntoma, considerándose una
enfermedad en si mismo.
Actualmente desconocemos el mecanismo exacto de muchos tipos de dolores crónicos no oncológicos.
Habría mecanismos neuroquímicos y alteraciones estructurales del SNC y SNP que aumentan y mantienen la
transmisión de señales dolorosas.
El dolor crónico no oncológico es un trastorno multifactorial que abarca componentes físicos, psicológicos,
sociales y espirituales; llegando a ser el causante de otros problemas como son: la ansiedad, la depresión,
deterioro de la movilidad, insomnio, alteración del apetito, etc., que producen a su vez otros problemas como
el aumento de la dependencia, cansancio, etc., lo que puede llevar a una reducción de la calidad de vida de la
persona.
Es un problema multidimensional, psicofísico y sociocultural que transciende al paciente y se proyecta a todo su
entorno y a toda la sociedad.

El dolor crónico

... se ha disociado de su causa.


... su intensidad no se correlaciona con la intensidad del estímulo que lo ha provocado.
... es una enfermedad en sí mismo.
... ha perdido su función protectora y de alerta.
... se prolonga más allá de la duración normal de la enfermedad aguda.

ES UN DESAFÍO
2. EPIDEMIOLOGÍA

El dolor crónico no oncológico representa un problema de salud pública con una significativa repercusión social
y económica. Existen pocos datos sobre su epidemiología, lo que dificulta el conocimiento del impacto global que
supone este problema.
Como documento de referencia sobre dolor crónico no oncológico, contamos con un trabajo publicado en la
revista Journal of Medical Economics con datos sobre la prevalencia del dolor en la población adulta en España,
extraídos del estudio “National Health and Wellness Survey 2010” realizado por Kantar Health.
El artículo “The prevalence, correlates and treatment of pain in Spain” nos revela datos en nuestro país, como los
siguientes:
• ¿Cuántos españoles sufren dolor?
- El 17,25% de la población adulta española (6,1 millones) sufren dolor excluyendo dolores únicamente de
tipo menstrual, de cabeza o migrañas; uno o la combinación de ellos.
• ¿Quién padece más dolor?
- Mujeres, quienes representan el 51,53% (3,1 millones) de la población adulta que sufre dolor en España.
• Dolor más frecuente entre los ciudadanos españoles

Dolor cervical 28,62%

Dolor de cabeza 34,72%

Dolor articular 40,21%

Dolor de espalda 60,53%

0% 10% 20% 30% 40% 50% 60% 70%

• Consecuencias del dolor

Deriva en depresión 24,43% 42,24% Repercute en el sueño

40,62%

Produce ansiedad
• La prevalencia del dolor por comunidades autónomas

18,79% 18,38% 18,34% 17,61% 14,80%

C. Valenciana Galicia Andalucia Cataluña Madrid

• Prevalencia del dolor crónico en Europa frente a EEUU:

EEUU 30%

Europa 19%

0% 10% 20% 30% 40%

Además de estos datos expuestos, sabemos que:


• Más de la mitad de las personas con dolor intenso (53%) reconocen que se han visto obligadas a reducir o
limitar sus actividades sociales habituales, y por tanto repercute negativamente en su calidad de vida.
• El 39,39 % de las personas que sufren dolor intenso se ausentan de su puesto de trabajo, comparado con un
3,35 % de la población que no padece dolor, por lo que se ve estrechamente vinculado a la baja productividad
laboral.
Por tanto, es importante conocer la epidemiología del dolor crónico, porque nos permite el análisis de la
distribución, la frecuencia, los determinantes, las relaciones, las predicciones y el control de los factores
relacionados con el dolor crónico para una valoración, tratamiento y control correcto de este gran problema de
salud que afecta a tantas personas.
3. ETIOPATOGENIA. TIPOS DE DOLOR CRÓNICO NO ONCOLÓGICO.

Haciendo un pequeño repaso sobre visto en los módulos anteriores, recordemos los siguientes tipos de dolor:

Dolor nociceptivo
Es el dolor producido por la activación de los nociceptores debida a estímulos mecánicos, térmicos o químicos.
Es la clase de dolor que uno siente cuando se quema, se tuerce el tobillo, etc. El dolor nociceptivo puede ser
temporal pero también puede llegar a ser crónico.
Dependiendo del lugar de origen o topografía distinguiremos entre:
• Dolor somático.
• Dolor visceral.
El dolor somático es bien localizado; es superficial cuando la lesión que causa el dolor se localiza en la piel o
mucosas, y profundo en el caso de los dolores del sistema osteo-muscular-articular como por ejemplo el dolor
miofascial.
El dolor visceral se origina en las vísceras u órganos del cuerpo. Es difuso y pobremente localizado, se refiere
a otros sitios diferentes al lugar de origen y frecuentemente se acompaña de reacciones del sistema nervioso
autónomo como por ejemplo náuseas y vómitos. Un ejemplo claro de dolor crónico no oncológico visceral sería la
pancreatitis crónica.

Dolor neuropático
Este tipo de dolor se inicia o es causado por una lesión o disfunción del sistema nervioso tanto periférico como
central.
No se debe a una activación anormal de los nociceptores, se produce como resultado de un daño en las fibras
nerviosas, naciendo el impulso del dolor de las propias estructuras neuronales en lugar de las terminaciones
nerviosas estimuladas.
Se puede dividir según la estructura afectada, por ejemplo nervio periférico, raíz nerviosa o el SNC.
Entre los tipos de dolor crónico no oncológico podemos diferenciar los que son de origen neuropático, tales
como: neuropatía diabética, neuralgia postherpética, neuralgia del trigémino y otros siendo de origen nociceptivo
presentan un componente neuropático también, como por ejemplo el dolor lumbar crónico.
4. PRINCIPALES SÍNDROMES DOLOROSOS.

4.1 DOLOR LUMBAR


El dolor lumbar es un problema de salud pública. Es la causa más frecuente de consulta en Atención Primaria, y
esta elevada frecuencia y su tendencia a cronificarse le confieren una enorme repercusión social y económica. Es
la causa más común de baja laboral en menores de 45 años y es más prevalente en países industrializados.
Se define como lumbalgia al dolor que se produce en la zona de la espalda, por debajo de las costillas y hasta la
parte inferior de los glúteos. Pasadas unas doce semanas comienza a ser crónico.
La zona lumbar es una zona muy vulnerable que está continuamente sometida a esfuerzos, malas posturas, traumatismos,
usos incorrectos, etc. La columna lumbar soporta el peso del cuerpo, es relativamente móvil y no tiene soportes laterales.
Está formada por estructuras óseas, discos intervertebrales, ligamentos y músculos que forman una unidad funcional y
albergan los últimos segmentos de la médula espinal, raíces nerviosas lumbares y sacras. Todos estos elementos pueden
ocasionar el origen del dolor lumbar y pueden ser varios los implicados. Según estos elementos podemos hablar de:
• Dolor discogénico: por diferentes factores ambientales o físicos (como por ejemplo microtraumatismos), se
producen por una disminución de la nutrición del disco.
• Dolor radicular: se han propuesto diferentes causas como compresión neural, isquemia, inflamación y
factores ambientales/bioquímicos.
Los nervios espinales no tienen barrera intraneural adecuada la cual permite la formación de edema ante la
compresión nerviosa produciendo hiperestesia e hiperalgesia.
• El síndrome facetario: (dolor en las articulaciones facetarias) se produce en los pacientes con lumbalgia
crónica (entre el 15%-50%) y es la degeneración artrósica de estas articulaciones sinoviales.
• Dolor sacroilíaco: producido por la artrosis de estas articulaciones sinoviales. Produce dolor en glúteos,
región lumbar baja, muslos e ingles.
• Dolor muscular o miofascial asociado: producido por el aumento mantenido del tono y la tensión debido
al espasmo muscular y la contracción excesiva.
• Dolor de origen espinal: la estimulación del asta dorsal de la médula espinal puede proceder de diferentes
estructuras como el anillo del disco, las articulaciones facetarias, etc.
La etiología y fisiopatología del dolor lumbar es compleja. En cuanto a su clínica podemos dividirla en varios
grupos para su mejor comprensión:
• Patología grave: dolor progresivo que empeora en reposo, deformidad, signos neurológicos de reciente
comienzo, disminución de la flexión lumbar, mal estado general, pérdida de peso, dolor que no cambia tras 2
ó 4 semanas de tratamiento.
La existencia de estos signos hace necesario descartar una patología subyacente.
• Lumbalgia crónica: habitualmente es dolor mecánico en zona lumbar, glúteos y puede bajar por la cara
posterior de los muslos. Está relacionado con la actividad y posturas mantenidas. El dolor es menor cuando el
paciente camina hacia delante y en decúbito.
Puede implicar en su etiología a los discos entre vértebras, facetas articulares, articulaciones sacroilíacas,
ligamentos, etc.
• Dolor radicular: dolor neuropático que recorre la distribución de una raíz nerviosa.
Puede ser originado por patología discal (hernia discal), inflamación de la raíz, estenosis espinal, fibrosis
postquirúrgica, etc.
Suele ser unilateral, más dolor en la pierna que en la zona lumbar. Se describen características de dolor
neuropático tales como parestesias, alodinia, alteraciones de la sensibilidad y si existe afectación motora
pérdida de fuerza en la extremidad.
Para su diagnóstico es fundamental la exploración en busca de : deformidades, acortamiento de un miembro,
posturas antiálgicas…,etc.. Hay que valorar la movilidad del paciente, ver puntos dolorosos y explorar la
musculatura.
También es se necesita de la exploración neurológica para valorar el dolor radicular, los reflejos, sensibilidad y
fuerza. A estos datos se añaden los extraídos de exploraciones complementarias como pruebas de imagen (TAC,
RMN…). Los estudios neurofísicos sirven para valorar la afectación de una raíz nerviosa.
El tratamiento es multidisciplinar incluyendo tratamiento farmacológico, rehabilitación, terapias complementarias,
bloqueos, infiltraciones (bloqueos epidurales, facetarios, bloqueo de un ganglio dorsal o raíz nerviosa, con toxina
botulínica, con ozono…) neuromodulación y educación en el autocuidado del paciente..
Recomendaciones de enfermería:
• Medidas de higiene postural:
- Evitar forzar la espalda al levantar objetos pesados manteniendo recta la parte superior de la espalda,
doblando las rodillas y sosteniendo el objeto cerca del cuerpo.
- Uso de sillas de respaldo recto. Mobiliario ergonómico.
- Cuando estemos sentados las rodillas más altas que las caderas.
- Evitar flexionar la columna hacia adelante.
- Cuando el paciente esté tumbado instruirle en que mantenga la posición de Williams: acostado boca arriba,
sin almohadas debajo de la cabeza y con la almohada debajo de las rodillas.
- Dormir en colchón firme y adaptable, no duro. Se recomienda cambiar el colchón cada 10 años si es de
buena calidad y si no lo es, antes.
• Termoterapia.
• Ejercicio físico: debería enfocarse en ejercicios de estiramiento, ejercicios para fortalecer la musculatura y
aeróbicos de bajo impacto.
• Mantener un peso sano mediante dieta equilibrada y ejercicio físico.
• Reducir y controlar el estrés.

4.2 DOLOR CERVICAL


Es aquel que se produce en la región lateral del cuello desde la línea nucal superior hasta la línea imaginaria que
pasase por la apófisis espinosa de T1. El dolor puede ser:
• Cervical puro (“dolor de cuello”).
• Radicular (que abarca una extremidad superior).
La prevalencia de la cervicalgia crónica es alrededor del 14%. Esta prevalencia aumenta con la edad, trabajos
manuales, trabajos de oficina, costureras, peluqueras y secretarias.
Los factores de riesgo son estrés, lesión previa y trabajadores que utilicen maquinaria.
Su fisiopatología depende de si el dolor es producido por estructuras cervicales, si es un dolor referido o por
afectación de una enfermedad sistémica.
Según la IASP existen más de sesenta causas de cervicalgia, pudiéndolas agruparlas en:
• Cervicalgia inespecífica o no filiada: diagnosticadas por criterios radiológicos:
- Espondilolisis.
- Osteoartrosis cervical.
• Cervicalgia mecánica:
- Síndrome facetario cervical (dolor producido por la artrosis de las articulaciones.
- Dolor discogénico.
• Cervicalgia traumática: síndrome de latigazo cervical o Wiplash, producido por una aceleración y
desaceleración brusca que se produce en los accidentes de tráfico. Están implicadas las articulaciones
facetarias y los discos intervertebrales.
• Dolor radicular: distribución del dolor por raíz nerviosa lesionada (por una hernia, estenosis…).
Su clínica depende de la causa:
• Cervicalgia inespecífica: dolor mecánico en el cuello y frecuentemente cefalea occipital posterior.
• Síndrome del latigazo cervical: dolor en cuello y trapecios, predomina el componente miofacial.
• Discopatía cervical crónica: suele ser degenerativa y cursa con dolor mecánico en el cuello y rigidez, puede ir
acompañada de radiculopatía.
• Plexitis y neuropatías del plexo braquial: dolor de características neuropáticas en el brazo, región del hombro y
columna cervical.
Recomendaciones de enfermería:
• Evitar mantener posturas fijas durante mucho tiempo (flexión, rotación).
• La posición más adecuada para dormir es decúbito supino o decúbito lateral, y no decúbito prono ya que
mantiene el cuello en tensión. El colchón debe ser firme y no rígido y la almohada blanda y delgada (20 cm.).
• La televisión o el ordenador debe estar a la altura de los ojos para que no sea necesario flexionar o extender
el cuello.
• Para leer, lo mejor es emplear asientos con reposabrazos para que el libro esté a la altura adecuada.
• En el coche el borde superior del reposacabezas tiene que estar a la altura de los ojos.
• Hay que evitar movimientos de extensión forzada del cuello.
• Estiramientos.

4.3 ESPONDILITIS ANQUILOSANTE


Es la enfermedad más característica del grupo de la espondiloantropatías. Es una enfermedad inflamatoria
crónica que afecta fundamentalmente a las articulaciones de la columna vertebral.
Se manifiesta por dolor en el esqueleto axial, sobre todo en la columna lumbar y articulaciones sacroilíacas.
Su patrón es de dolor inflamatorio, apareciendo durante el reposo nocturno (el paciente incluyo llega a
despertarse) y se acompaña por la mañana al levantarse de rigidez en la espalda.
Sus signos clínicos más importantes son:
• Disminución de la movilidad lumbar.
• Dolor en las articulaciones sacroilíacas (especialmente en las fases iniciales de la enfermedad).
• Después la inflamación y el dolor pueden implicar a otras articulaciones existentes entre las vértebras.
La inflamación con el tiempo tiende a fusionar las vértebras entre sí, y da lugar a una anquilosis de la columna.
Puede progresar a la columna dorsal, al cuello, a la caja torácica, caderas, hombros, rodillas…
No se conoce la causa por la que se produce esta enfermedad, pero lo que sabemos es que afecta con mayor
frecuencia a las personas que presentan unos valores determinados del antígeno HLA-B27.
Es una enfermedad sistémica, por lo que podría afectar a otros órganos del cuerpo.
Es una enfermedad crónica que evoluciona produciendo brotes, y hoy en día es poco frecuente que sea grave, ya
que el diagnóstico es temprano, lo que conlleva un tratamiento rápido y una rehabilitación precoz.
No existe tratamiento capaz de curar definitivamente la enfermedad en sí, pero existen una serie de
medicamentos y técnicas de rehabilitación eficaces que alivian el dolor y favorecen una buena movilidad para
conseguir una buena calidad de vida.
El pilar más importante en el tratamiento es la rehabilitación permanente mediante ejercicios físicos y
respiratorios para fortalecer la espalda y así evitar la rigidez y pérdida de movilidad.
Recomendaciones de enfermería:
• La deformidad de la columna vertebral puede prevenirse durmiendo en una cama dura y una almohada fría.
• Es necesario mantener posturas adecuadas en todas las actividades de la vida cotidiana sin olvidar el
descanso nocturno (dormir de lado con las piernas flexionadas o boca arriba con una almohada bajo las
piernas), para contrarrestar los efectos de la espondilitis.
• Practicar regularmente ejercicios para fortalecer la musculatura abdominal y lumbar. La natación es
especialmente recomendable para esta patología porque ejercita de forma equilibrada la musculatura y las
articulaciones de la espalda.
• Si la ocupación laboral del paciente es de carácter sedentario, es conveniente levantarse y caminar cada
cierto tiempo.
• Si conduce, debe realizar descansos cada 2 horas para estirar las piernas.
• Se debe abandonar el hábito de fumar en caso de que exista, por el importante deterioro en la función
pulmonar que se añade al producido por la rigidez de la caja torácica.

4.4 ESPONDILOLISTESIS
Enfermedad degenerativa de la columna vertebral lumbar cursa con dolor y discapacidad funcional.
Se debe al deslizamiento de un cuerpo vertebral sobre el otro como consecuencia de la degeneración de las
carillas articulares y del disco intervertebral. El paciente suele referir lumbalgia, agarrotamiento en la espalda,
dolor radicular en la extremidad inferior y seudoclaudicación al andar.
En pocos casos llega a ser tan grave para causar mielopatía o síndrome de la cola de caballo.
Se trata mediante un abordaje multidisciplinar.
Recomendaciones de enfermería:
• Estar sentado y levantado siempre en posición correcta.
• Evitar levantar cosas pesadas.
• Realizar ejercicio físico regularmente, preferiblemente ejercicio aeróbico. Evitar los deportes fuertes, vigorosos
y de notable actividad.
• Evitar doblar y girar la espalda excesivamente.
• Conseguir y mantener un peso corporal saludable y adecuado.
• Comer una dieta equilibrada baja en grasas y rica en frutas y verduras.
• Evitar el consumo excesivo de alcohol.
• No fumar.
• No añadir estrés a la zona lumbar de la espalda.
• Descansar.

4.5 ARTROSIS
Es una enfermedad producida por el desgaste del cartílago. Es la enfermedad reumática más frecuente,
especialmente entre personas de edad avanzada. Según la OMS, cerca del 28% de la población mayor de 60
años presenta artrosis sintomática, y el 80% de ésta tiene limitaciones en el movimiento.
Las principales características clínicas son el dolor articular y la debilidad muscular periarticular.
Usualmente comienza lentamente, con episodios de dolor que van aumentando en frecuencia y duración. Cuando
el daño articular es grave, el dolor es continuo.
El dolor y la rigidez es a nivel articular y no se acompaña de sintomatología general. El dolor puede ser en
diferentes estructuras tanto internas como externas a la articulación.
La artrosis puedes ser:
• Gonartrosis, artrosis de rodilla.
• Coxartrosis, artrosis de cadera y puede causar dolor, rigidez e incapacidad grave.
• En la columna vertebral, según su localización puede ser:
- Lumboartrosis, vértebras lumbares.
- Cervicoartrosis, vértebras cervicales.
Tradicionalmente el tratamiento farmacológico ha sido sintomático. Es fundamental recomendar unos buenos
hábitos y pautas al paciente, entre los cuales el profesional de Enfermería recomienda:
• Ejercicio moderado.
• No se debe mantener durante mucho tiempo una postura, debiendo evitar posturas perjudiciales.
• No permanecer de pie quieto durante largos períodos.
• No forzar las articulaciones.
• Evitar movimientos bruscos.
• Usar calor y/o frío que alivie el dolor.
• Dormir en camas con colchones duros.
• Sentarse en sillas con respaldos rectos.
• Evitar el sobrepeso, manteniendo una dieta variada y equilibrada.

4.6 FIBROMIALGIA
Es un patrón característico de dolor musculoesquelético generalizado. El dolor en este patrón está causado por
una combinación compleja de procesos nociceptivos centrales y psicológicos que disminuyen el umbral de dolor
y la tolerancia al mismo.
Su etiología es desconocida y no se han encontrado alteraciones anatomopatológicas o metabólicas musculares
claras. Hay que señalar la existencia de una desregularización central de ejes neuroendocrinos de respuesta al
estrés y el malestar psicológico que ejerce un papel fundamental en la experiencia del dolor.
Su cuadro clínico se caracteriza por dolor persistente en todo el cuerpo, afectando a los músculos, aunque
también a la articulaciones y a otros órganos (cefaleas, dolor pélvico, etc.).
El dolor suele ser intenso y suele afectar sobre todo a los hombros, caderas, a la región cervical y lumbar.
Existe alodinia, por lo que la presión en determinados puntos del cuerpo desencadena dolor, estos puntos son los
llamados “puntos gatillo o puntos tigger”:
• Estos puntos son nueve pares que están distribuidos en áreas no articulares, bilaterales.
• Estas áreas no son específicas de ninguna estructura articular.
• Generalmente no son dolorosos.
• Para el diagnóstico de la fibromialgia son utilizados 11 de los 18 puntos.
Al dolor se le añade fatiga, cansancio, trastornos de sueño, ansiedad y depresión.
El objetivo del tratamiento es mejorar el dolor y tratar los síntomas acompañantes para conseguir mejorar la
calidad de vida de la persona.
Recomendaciones de enfermería:
• Controlar las emociones. Aprender a manejar los sentimientos.
• Controlar el estrés. Reconocer su causa y evitar que aparezca.
• Organizar y planificar actividades diarias.
• Dedicar tiempo a la relajación.
• Hacer ejercicio.
• Relacionarse con los demás.
• Proteger la salud evitando tabaco, cafeína, exceso de alcohol.
• Se recomienda una alimentación saludable y vigilar el peso.
• Uso racional de medicamentos.
• Terapias complementarias.

4.7 NEURALGIA DEL TRIGÉMINO


Previamente es fundamental un pequeño
recordatorio anatómico del nervio trigémino,
también conocido como quinto par craneal, Es
un nervio mixto, es decir, tiene ramas sensitivas y
motoras. Se divide en:
• Nervio oftalmológico o V1 (sensitivo),
atraviesa la hendidura esfenoidal por la fisura
orbitaria superior donde se divide.
• Nervio maxilar o V2 (sensitivo), atraviesa
el agujero redondo para pasar a la fosa
pterigopalatina en la que se divide.
• Nervio mandibular o V3 (sensitivo y motor),
atraviesa el agujero oral para llegar a la fosa
infratemporal y dividirse.
La neuralgia del trigémino es definida por la IASP como “dolor paroxístico, unilateral, severo, penetrante, de corta
duración y recurrente en la distribución de una o varias de las ramas del V par craneal”.
Es un trastorno neuropático del nervio del trigémino que provoca un cuadro caracterizado por un dolor muy
intenso, de tipo lancinante o punzante, generalmente unilateral y recurrente localizado en la zona facial inervada
por el nervio trigémino.
En los criterios de The International Headache Society para el diagnóstico de esta patología, lo define como
“ataques paroxísticos de dolor facial o frontal de un segundo a dos minutos de duración que afectan a una o más
ramas divisorias del nervio trigémino.”
Los episodios dolorosos se pueden desencadenar por actividades cotidianas y comunes tales como cepillarse los
dientes, masticar, beber, comer, tocar ligeramente la cara, afeitarse, etc.

INTENSIDAD SEVERA
LOCALIZACIÓN UNILATERAL. LIMITADA AL TERRITORIO DEL TRIGÉMINO
DURACIÓN BREVE. DE 1 A 2 MINUTOS
INICIO PAROXÍSTICO CON PERÍODOS DE REMISIÓN
TIPO DESCARGAS ELÉCTRICAS (QUEMANTE)

Aunque las causas no están del todo claras (causa idiopática), existen diversas teorías al respecto, entre las más
importantes se encuentran:
• Las relacionadas con la desmielinización del nervio.
• Las relacionadas con una compresión o deformación de la raíz dorsal del trigémino.
• La relacionada con una irritación crónica de las terminaciones nerviosas del trigémino.
Podríamos clasificarla en:
• Típica: síndrome doloroso que está limitado a la distribución del par craneal específico o alguna de sus
ramas.
• Atípica: secundaria a una lesión como por ejemplo a proceso oncológico (tumor), postraumática…
Constituye el 90% de las algias faciales afectando preferentemente a personas mayores de 60 años y
predominio femenino.
El riesgo de neuralgia del trigémino en pacientes diagnosticados de esclerosis múltiple es de un 20% más
elevado que en pacientes que no padecen ninguna enfermedad.
El tratamiento es multimodal, se inicia con fármacos tales como anticonvulsionantes, antidepresivos y opioides
débiles hasta llegar a procedimientos intervencionistas.
Recomendaciones de enfermería:
• Aprender a identificar los factores precipitantes tales como el frío, estrés, etc. e intentar prevenirlos.
• Dieta baja en grasas saturadas.
• Mantener alimentos suaves por si aparecen las crisis ya que es difícil masticar durante estos episodios.
• Cuidar los dientes.
• Evitar caer en la tristeza estando cerca de la familia y amigos, y realizando actividades que disfruten.
4.8 NEURALGIA POSTHERPÉTICA (NPH)
Es una complicación producida tras la presencia de una enfermedad viral que afecta a la piel y que se denomina
herpes zoster. Al inicio el herpes zoster produce lesiones vesiculares cutáneas acompañadas de dolor siguiendo
el dermatoma afectado.
La NPH se define como la persistencia de síntomas sensoriales (dolor, parestesias, alodinia) 30 días después del
comienzo del herpes zoster. El dolor continúa en el territorio del dermatoma durante meses o años a pesar de
que las lesiones en la piel se han curado y no hay presencia de síntomas cutáneos.
Es un dolor de tipo neuropático y por tanto se manifiesta como dolor quemante. Pueden presentar alodinia, áreas
de anestesia (termal, vibratoria) o parestesias. Suele interferir en el sueño.
Entre los factores de riesgo podemos hacer referencia a o:
• Edad.
• Síntomas prodrómicos sensoriales (parestesias, dolor, etc.).
• Severidad de las lesiones dermatológicas.
• Severidad del dolor en el episodio agudo.
• Inmunosupresión.
La génesis y mantenimiento durante el tiempo del dolor en la NPH son desconocidos y probablemente están
implicados mecanismos tanto centrales como periféricos (sistema nervioso).
El diagnóstico se basa en una minuciosa historia clínica y exploración física, tomando como punto de partida el
antecedente de infección por herpes zoster y la presencia de lesiones residuales con hipo o hiperpigmentación
de la zona afectada, normalmente unilateral. Según Loesser y Barutell, la zona con mayor frecuencia afectada es
la torácica.
El principio básico del tratamiento radica en la prevención. El tratamiento debe ser individualizado y de manera
general, se recomiendan fármacos con efectos antineuríticos, como son los antiepilépticos, antidepresivos,
analgésicos, etc.
Recomendaciones de enfermería:
• La higiene de la piel es importante.
• Debe utilizarse ropa holgada para evitar el roce de la piel afectada y así disminuir el dolor.

4.9 NEUROPATIA DIABÉTICA


La diabetes melitus es una de las enfermedades crónicas con más repercusión en el ámbito sanitario, y entre
sus diversas complicaciones destaca la neuropatía diabética (ND). La ND es el término médico para referirse
al daño del sistema nervioso causado por diabetes. Este cuadro clínico del dolor neuropático tiene una enorme
repercusión negativa para la calidad de vida del paciente diabético.
Las características que definen la neuropatía diabética establecidas por la IASP son las siguientes:
• Paciente en tratamiento con insulina diaria y/o un hipoglucemiante oral.
• Dolor localizado en manos y pies de más de tres meses.
• Evidencia de neuropatía distal simétrica: pérdida o disminución bilateral de los reflejos tendinosos profundos,
disminución de la sensibilidad para el tacto, pinchazos, frío…
La progresión de la neuropatía es dependiente del control de la glucosa, del tiempo de evolución de la diabetes y
de otros diversos factores de riesgo como son el tabaquismo, la hipertensión y la dislipemia, entre otros.
El papel de la enfermera es fundamental y decisivo en la educación sanitaria del paciente en su autocuidado y
manejo de la enfermedad para prevenir la aparición de este problema.
4.10 NEURALGIA ILIOINGUINAL
Es una de las causas más habituales de dolor abdominal bajo y pélvico. Se debe a la compresión del nervio
ilioinguinal a su paso a través del músculo transverso del abdomen, a la altura de la espina iliaca anteroposterior.
Las causas más frecuentes son traumáticas, por ejemplo un traumatismo cerrado sobre el nervio, así como la
lesión durante una herniorrafía inguinal o la cirugía pélvica.
Produce parestesias, dolor urente y a veces adormecimiento en la región inferior del abdomen que se irradia al
escroto o a los labios mayores, y a veces a la región superomedial del muslo.
Suelen adoptar una postura, inclinarse hacia delante (esquiador novato).
El tratamiento farmacológico es desalentador y se requiere un bloqueo nervioso para aliviar el dolor.

4.11 DOLOR MIEMBRO FANTASMA


El fenómeno del miembro fantasma hace referencia a la percepción real y viva del miembro amputado que
experimenta la persona posterior a una amputación de una extremidad. Pero el concepto fantasma también es
empleado para cualquier otra parte del cuerpo amputado.
Según la IASP se ha de distinguir entre sensaciones dolorosas y no dolorosas en el miembro fantasma y en el muñón.
• Entre el 70% y 100% de los pacientes hay sensaciones no dolorosas como el picor, la forma y movimiento de
los dedos, etc.).
• Entre el 65% y 85% de estos pacientes, las sensaciones son dolorosas (hormigueo, picor, ardor, presión,
calambres, etc.).
El dolor del miembro fantasma es aquel que el paciente refiere de una parte de su cuerpo inexistente. La
presencia del dolor del miembro fantasma es la percepción y consecuencia más importante a la que un paciente
que sufre una amputación se enfrenta. El dolor suele describirse como disestésico, continuo y desagradable,
y puede empeorar con el movimiento o con la estimulación de las regiones cutáneas afectadas. Puede haber
un dolor neurítico intenso superpuesto a los síntomas disestésicos continuos. Algunos pacientes también lo
describen como urente.
Su etiología depende de tanto factores periféricos como centrales:
• Periféricos: las sensaciones dolorosas de espasmos y compresión de un miembro fantasma reflejan la
tensión muscular en el miembro residual.
• Centrales: el dolor del miembro fantasma podría estar relacionado con una memoria de dolor
somatosensorial. Es probable que los factores periféricos sean responsables de esta memoria. Los impulsos
nociceptivos de larga duración pueden causar y mantener cambios permanentes a todos los niveles del eje
cerebroespinal hasta llegar a la corteza.
La lesión sufrida por el nervio postamputación es seguida por una serie de cambios en la periferia y en el sistema
nervioso central.
Algunos autores han señalado que el dolor intenso previo a la amputación incrementa la incidencia de dolor
del miembro fantasma aunque otros no. El dolor en miembro fantasma se trata inicialmente con fármacos tipo
antidepresivos y anticonvulsionantes
Recomendaciones de enfermería:
• Indicar al paciente que se acueste en decúbito supino intentando que el muñón descanse en una posición
cómoda y relajada sobre el colchón. La cama debe tener una base dura para su mejor movilidad.
• La silla debe de ser un asiento duro y mantener el respaldo vertical.
• Aprender a relajarse así como a mantener la actividad social.
• Hipnosis, condicionamiento para la distracción, imaginación y psicoterapia.
4.12 SÍNDROME DE DOLOR REGIONAL COMPLEJO
La IASP define al Síndrome de Dolor Regional Complejo (SDRC) como “variedad de condiciones dolorosas
de localización regional, posteriores a una lesión, que presentan predominio distal de síntomas anormales,
excediendo en magnitud y duración al curso clínico esperado del incidente inicial, ocasionando con frecuencia un
deterioro motor importante, con una progresión variable en el tiempo”.
Afecta en una proporción similar a ambos sexos, y su máxima incidencia es entre los 40 a 60 años pero puede
aparecer a cualquier edad.
Se clasifica de la siguiente manera:
La diferencia entre SDRC I y el SDRC II radica en la presencia en esta última de lesión de nervio periférico.
También se hace referencia a un SDRC tipo III, casos de dolor crónico desproporcionado y cambios tróficos.
La causa más frecuente es el traumatismo, pudiendo dividir su etiología de la siguiente manera:

TÉRMINOS ANTIGUOS TÉRMINOS ACTUALES


Distrofia simpática refleja SDRC tipo I
Causalgia SDRC tipo II

SDRC I SDRC II
Trastorno neurológico crónico Lesión nerviosa
Después de una lesión menor Independiente o dependiente del sistema nervioso simpático
Más frecuentes en brazos o piernas

• Factores desencadenantes: en el SDRC I la mayoría de los pacientes presentan un factor traumático de mayor
o menor gravedad como por ejemplo una fractura, esguince, postcirugía, inmovilizaciones prolongadas...
Otros posibles factores son accidente cerebrovascular e infarto de miocardio. También factores iatrogénicos
como reumatismo (hombro congelado, síndrome hombro-mano). Y tratamiento con fenobarbital, isoniacida,
etionamida o yodo radioactivo).
En el SDRC II las lesión total o parcial de tronco periférico o sus ramas principales.
• Factores de riesgo:
- Metabólicos (diabetes, anomalías metabólicas).
- Tabaquismo.
- Psicológicos (ansiosos-depresivos, emotivos, nerviosos, etc.).
- Predisposición genética.
Se desencadena dolor neuropático como respuesta exagerada a una lesión traumática o nerviosa. Raramente se
presenta sin una causa aparente.
Su fisiopatología no está clara, lo que si se sabe es que hay una actividad neuronal anormal que involucra a todo
el sistema nervioso.
Este síndrome de dolor crónico presenta una serie de signos y síntomas tales como:
• Dolor intenso.
• Hiperestesia.
• Hiperalgesia.
• Alodinia.
• Deficiencias sensoriales.
• Hipoestesia.
• Tumefacción.
• Cambios de color y temperatura.
• Cambios en la piel.
• Atrofia muscular y ósea.
• Además origina una importante impotencia funcional.
Ambos tipos presentan los mismos signos y síntomas.
El SDRC evoluciona en tres fases:
• Estadío I: estadío agudo de hipersensibilidad locoregional transitoria (fase aguda o caliente).
• Estadío II: estadío de distrofia (fase fría).
• Estadío III: estadío de atrofia, se originan las secuelas.
El diagnóstico se puede realizar mediante la historia clínica y la exploración aunque no todos los casos presenta
síntomas y signos clásicos del SDRC, por lo que puede resultar difícil. Es necesario diagnosticar de forma precoz
y correcta para evitar secuelas.
En cuanto a su tratamiento el abordaje es multidisciplinar.
Recomendación de enfermería:
• Ejercicios activos asistidos evitando movilizaciones pasivas forzadas que generen dolor.
• Realizar actividades con distintas texturas. La rehabilitación es de vital importancia en la resolución del
SDRC. En ocasiones la terapia con espejo es de gran utilidad. Consiste en que el paciente se ponga frente
a un espejo donde solo vea la mitad de su cuerpo sano, debería mover el miembro afectado y mirar cada
movimiento de manera que el cuerpo perciba el movimiento normal.
• Realizar baños de contraste.
• Evitar el uso de magnetoterapia, calor o láser.
• Terapia de apoyo.
• No fumar.
• Evitar la realización de cualquier técnica agresiva en el miembro afectado como extracción de sangre,
canalización de vía venosa.

REHABILITACIÓN y TRATAMIENTO TRATAMIENTO


FISIOTERAPIA FARMACOLÓGICO INTERVENCIONISTA
Condicionamiento
Corticoides Bloqueos simpáticos.
aeróbico
Nueva movilización
Bifosfonatos Bloqueo ganglio estrellado
activa.
Desensibilización
Calcitonina vía nasal
Liberación mioaponeurótica.
Antidepresivos

Lidocaína
4.13 DOLOR CENTRAL.
Originalmente (Dejerine en 1906) se identificó con el síndrome talámico. Hoy en día definen al dolor central
al dolor asociado a una lesión traumática o patología del sistema nervioso central que afecta a las vías de la
nocicepción. En la actualidad se sigue hablando de dolor central en las lesiones encefálicas y de dolor medular
en las afecciones espinales.
Las lesiones del sistema nervioso central constituyen la máxima expresión de dolor por desaferentación. La etiología
del dolor central va a depender de a que nivel es la lesión del sistema nervioso central y podemos distinguir:
• Medular: origina el cuadro doloroso del lesionado medular.
• Troncoencefálico: puede afectar el bulbo, la protuberancia o el mesencéfalo.
• Talámico.
• Supratalámico: sustancia blanca subcordial o córtex parietal. La causa última puede ser vascular,
neoplásica, degenerativa infecciosa o no, traumática o quirúrgica.
En cuanto a su epidemiología destacamos los siguientes datos:
• Del 10%-30% de pacientes con lesiones medulares sufren dolor central.
• El 19% de pacientes con esclerosis múltiple sufren dolor central.
• El 8% de pacientes sufren dolor central después de un infarto cerebral.
Se trata de un dolor difícil de localizar y que carece de base orgánica salvo la lesión causal. Como características
de este dolor podemos distinguir:
• Es continuo, aunque oscila en la intensidad.
• Es urente.
• Disestésico.
• Con frecuencia acompañado de descargas dolorosas intermitentes y lancinantes.
• Puede haber variaciones en la intensidad relacionado con los movimientos, estímulos cutáneos, frío, humedad
y los estados de ánimo.
• El dolor puede ser terebrante (que atraviesa al paciente).
• Su aparición puede aparecer inmediatamente después de la lesión o al cabo de varios meses.
Los síntomas son variables dependiendo del nivel lesional y la causa, por ejemplo en el dolor post Accidente
Cerebro-Vascular (ACV), suele afectar a todo el hemisferio:
• En los pacientes con esclerosis múltiple afecta más a las extremidades.
• En los lesionados medulares el dolor puede afectar a parte o a la totalidad de las extremidades por debajo de
la lesión y los pacientes lo describen como insoportable.
• El dolor en los lesionados medulares pueden desaparecer al cabo de semanas, pero persiste la sensación en
piernas y pies (según la lesión) con parestesia y dolores lancinantes o evocados.
• También el dolor puede ser muy focal.
Su diagnóstico se basa principalmente en las características del dolor, hallazgos en la exploración, sensibilidad y
antecedentes del paciente.
En cuanto al tratamiento, tras la lesión en el sistema nervioso central, será sintomático y referente al “dolor
central” se emplean fármacos tales como antidepresivos (doble efecto por la elevada incidencia de depresión y
efecto analgésico), anticonvulsivos (si predominan episodios paroxísticos de dolor lancinante), etc.
El tratamiento farmacológico puede reforzarse con otras técnicas como TENS, bloqueos, etc. y por supuesto es
de gran ayuda el soporte psicológico. El tratamiento, como siempre, debe ser individualizado y interdisciplinario.
4.14 PANCREATITIS CRÓNICA
Es una enfermedad caracterizada por la inflamación del tejido pancreático con pérdida de sus funciones, debido a la
destrucción progresiva e irreversible de las células y su sustitución por tejido fibroso. El páncreas se atrofia.
La causa más frecuente es el alcohol, no todas las personas con una ingesta de alcohol continuada (80 g/día hombres, 60
g/ día mujeres) desarrollarían esta enfermedad. Existen otros factores facilitadores como el consumo de tabaco. Puede ser
debida a alteraciones genéticas, a alteraciones autoinmunes, a ciertos factores ambientales del clima o a la dieta, y en un
20% de los casos se desconoce la causa.
El síntoma principal es el dolor que se localiza en la parte central y alta del abdomen que se irradia a ambos lados y
en ocasiones a la espalda. Este dolor puede ser continuado o cursar brotes. El dolor continuado es un dolor que se
desencadena en la comida y en ocasiones al ser tan intenso el paciente adelgaza por el miedo a comer. El dolor puede
mejorar al flexionar el tronco hacia delante o al tumbarse hacia abajo.
Otros síntomas que puede presentar la enfermedad se relaciona con el deterioro progresivo del páncreas.
En cuanto al diagnóstico hay que tener en cuenta una historia clínica sugestiva (ingesta crónica de alcohol, dolor abdominal
crónico o episodio, pérdida de peso, diarrea, diabetes, etc.). Debe existir una alteración morfológica del páncreas
demostrado por estudio de imagen y/o deterioro de la función pancreática.
El tratamiento está encaminado a aliviar el dolor para mejorar la calidad de vida de la persona. En algunos casos mejora
si se evita la ingesta de alcohol y se realiza una correcta dieta, por lo que es fundamental el papel de la enfermera en la
educación sanitaria del paciente, y apoyo en el abandono del alcohol.
Puede ser necesaria medicación y/o bloqueo del plexo celíaco.

4.15 COCCIGODINIA
Es un síndrome doloroso que se caracteriza por dolor localizado en la región distal de la columna vertebral, que se irradia a
la región inferior del sacro y el perineo.
Es habitual tras un traumatismo (patada, caída) y tras un parto vaginal laborioso.
Entre los signos y síntomas podemos distinguir:
• Hipersensibilidad localizada sobre el coxis, con dolor que aumenta al mover el mismo.
• Los movimientos provocan parestesia en el recto.
• Se pueden apreciar endurecimiento del músculo elevador del ano, piriforme y coccígeo.
• El dolor empeora al sentarse.
En cuanto al tratamiento, primero conservador con analgésicos y también puede estar indicada la infiltración. Se
recomienda un aro de espuma para prevenir la mayor irritación del ligamento sacrococcígeo.
Recomendaciones de enfermería:
• Usar asientos acolchados o accesorios inflables circulares.
• Evitar estar sentados durante períodos muy largos.
• Baños de asiento calientes.
• Técnicas de relajación de la musculatura de la pelvis.
• Masaje digital.

4.16 DOLOR CRÓNICO POSTORACOTOMÍA


Se define por la IASP como “dolor que se repite o persiste a lo largo de una toracotomía de al menos dos meses después
del procedimiento”. El paciente presenta hipersensibilidad al palpar la cicatriz y en ocasiones despierta parestesias al
hacerlo.
El dolor puede ser de tipo neurítico y tiene en ocasiones una cualidad disestésica.
El paciente puede intentar inmovilizar o proteger el área afectada.
Se requiere un diagnóstico correcto para tratarlo adecuadamente y no omitir otras lesiones intratorácicas o
intraabdominales graves.
El tratamiento se basa en la combinación de fármacos y puede estar indicada la infiltración.

4.17 PROSTATODINIA
También se denomina síndrome de prostatitis crónica no bacteriana /dolor pélvico crónico.
Es un conglomerado de diversos trastornos tales como infecciones crónicas, inflamación crónica de la próstata,
alteraciones en el tracto de salida de la vejiga, del suelo muscular de la pelvis, distrofia simpática refleja y causas
psicógenas, y provocan dolor en esta región anatómica.
Es un dolor crónico perineal y mal delimitado, sordo o urente, de intensidad leve a moderada y puede empeorar con la
micción o la actividad sexual.
Recomendaciones de la enfermería:
• Se puede mitigar el dolor flexionando los miembros inferiores sobre el abdomen o adoptando la posición de cuclillas así
como cambiando de posición.
• Realizar una simple presión sobre la zona anal puede ayudar a reducir el dolor.
• Son recomendables los baños de asiento calientes ya que pueden resultar de alivio.

4.18 VULVODINIA
No es una entidad clínica única, sino un conglomerado de diversos trastornos tales como infecciones crónicas del aparato
genital femenino, inflamación crónica, trastornos vesicales como cistitis intersticial, distrofia simpática refleja y causas
psicógenas que provocan dolor crónico vulvar y mal delimitado.
Es sordo, punzante, continuo o urente a nivel de la vulva. Puede empeorar con el baño, micción o actividad sexual.
Se puede referir al periné, al recto o a la parte interna del muslo.
Recomendaciones de enfermería:
• Debe evitarse la exposición a cualquier agente irritante. Empleo de jabones hipoalergénicos y no perfumados.
• Se recomienda utilizar ropa interior de algodón y evitar ropa ajustada.
• Anestésicos locales y cremas lubricantes para facilitar las relaciones sexuales.
• Fisioterapia mediante ejercicios de relajación de la musculatura del suelo pélvico que ayuden a reducir la hipertonía
muscular y a disminuir el dolor.
• Psicoterapia.
• Tratamiento complementarios como dietas bajas en oxalatos, acupuntura, etc.

4.19 CEFALEAS
Las cefaleas o dolor de cabeza es uno de los síntomas más universalmente conocidos, en la mayoría de los casos, suele
ser benigna y se asocia a procesos virales, trastornos de sueño, etc. Cuando estas se cronifican se producen cambios en
sus características y hay que tratarlas y enfocarlas de forma diferente para minimizar el impacto en la vida de los pacientes
que la padecen.
• Migraña: dolor de cabeza unilateral y periódico. La mayoría de los pacientes son mujeres. Puede desencadenarse por
cambios en el patrón del sueño o en la dieta, por cambios hormonales endógenos o exógenos. La menstruación es un
desencadenate habitual de migraña. Alrededor del 20 % de los pacientes presentan un evento neurológico indoloro,
denominado aura, antes de la aparición del dolor.
La migraña suele asociarse con síntomas sistémicos, como náuseas y vómitos, fotofobia y sonofobia, así como
alteraciones del apetito, el humor...
• Cefalea tensional: es el tipo más frecuente. Suele ser bilateral aunque puede ser unilateral, y afecta a menudo a la
región frontal, temporal y occipital. Puede manifestarse como un dolor no pulsátil en forma de cinta, o como sensación
de tensión en las regiones anatómicas antes mencionada y siendo más frecuente en el cuello. No se asocia con la
presencia de aura. Existe predominio femenino pero puede afectar a ambos sexos.
• Cefalea en brotes: se caracteriza por ser unilateral de localización retroorbitaria y temporal. El dolor es de tipo urente
o sordo profundo. Pueden presentar los pacientes un síndrome de Horner, rubefacción facial, inyección conjuntival.
Se acompaña a menudo de lagrimeo y rinorrea. Puede estar provocada por pequeñas cantidades de alcohol, nitratos,
altitud pronunciada... Cuando el ataque está en curso, el paciente se muestra nervioso e incapaz de estar tumbado o
quieto.
• Neuralgia occipital: suele deberse a un traumatismo no penetrante sobre el nervio occipital mayor o menor. Es
persistente en la base del cráneo, con parestesias ocasionales de tipo calambre en la zona de distribución del nervio
occipital mayor o menor. El paciente presenta un dolor tipo neurítico en la zona de distribución del nervio occipital mayor
o menor al palparlo a nivel de la nuca.
• Cefalea punzante: es una enfermedad caracterizada por episodios paroxísticos de pinchazos y sacudidas localizados
sobre todo en la zona de la primera rama del nervio trigémino. Aparece a intervalos irregulares, de entre horas y días. Se
presenta en forma de crisis.
• Hemicránea crónica paroxística: comparte varias características con cefalea en racimos. Es una cefalea grave,
unilateral, que aparece en forma de crisis y que afecta a las regiones periorbitaria y retroorbitaria. Es más frecuente en
mujeres. Suelen tener más de cinco crisis al día. Suelen presentar una exploración de síndrome de Horner en el mismo
lado del dolor. Suelen estar agitados.
• Cefaleas secundarias:
- Cefalea relacionada con la tos.
- Cefalea asociada con arteritis temporal.
- Cefalea postpunción dural.
- Cefalea relacionada con la actividad sexual.
- Herpes zóster agudo de la primera rama del nervio trigémino.
- Cefalea por efecto rebote a los analgésicos.
Recomendaciones de enfermería:
• El paciente tiene que reconocer y evitar sus factores desencadenantes:
- Ciertas comidas (alcohol, queso, cítricos, chocolate).
- Omitir comidas (por ejemplo no desayunar).
- Exceso de falta de sueño.
- Estrés.
- Ansiedad.
- Luces intensas.
- Ruidos fuertes.
• Mantener regularidad en horarios de comida y sueños.
• Aplicar frío o presión.
• Técnicas de relajación.
• Uso racional de medicación.
5. UNIDAD DEL DOLOR

5.1 Competencias de la enfermera en anestesia-reanimación y terapia del dolor


La Asociación Internacional de Enfermería de Anestesia (IFNA) identificca a esta profesional como: “Una
enfermera de anestesia provee o participa en la realización de técnicas avanzadas o especializadas y servicios
de anestesia a pacientes que requieran de los mismos, cuidados respiratorios, resucitación cardiopulmonar
y/o otras emergencias o servicios de mantenimiento de la vida cuando sea necesario. Igualmente participa
en la aplicación de las diferentes técnicas analgésicas tanto para el dolor agudo, como en el crónico, en el
ámbito de las clínicas y unidades de dolor.” Por tanto esta enfermera ha de tener en su perfil unas habilidades,
actitudes y conocimientos, que le permitan dar asistencia en las diferentes áreas de trabajo que le son propias
(sala de partos, áreas de exploración no invasiva, unidades de cirugía mayor ambulatoria, quirófanos, unidades
de recuperación post-anestésica, unidades de reanimación post-quirúrgica, clínicas del dolor y unidades de
dolor agudo) y otras donde su ayuda experta puede ser de vital importancia (equipo de parada o equipo de
emergencias) puesto que tendrá conocimientos avanzados sobre técnicas y situaciones especificas (vía aérea,
parada cardiorespiratoria).
La enfermera como profesional especializado es corresponsable de la asistencia a los enfermos que acuden a
la unidad tanto desde la vertiente puramente técnica, como desde la perspectiva psicosocial. Es necesario por
tanto disponer de guías prácticas o procedimientos que permitan al profesional de enfermería seleccionar las
estrategias de intervención apropiadas y verificar la efectividad de la terapia del dolor.
Los pacientes con dolor crónico pueden sufrir:
• Disminución de su calidad de vida.
• Incapacidad para trabajar.
• Disminución de la movilidad.
• No duermen adecuadamente.
• Están en estado de negación.
• Aislamiento social.
Una buena comunicación entre enfermo, familia y profesional es altamente necesaria en estas unidades. Hay que:
• Garantizar una asistencia integral, personalizada y con calidad adecuada, según los recursos de que
disponemos.
• Ayudar al paciente a satisfacer las necesidades que por falta de fuerza, conocimientos o voluntad no es capaz
de satisfacer por sí mismo
• Impulsar y asegurar la coordinación del personal de enfermería con el resto de profesionales que forman el
equipo asistencial de la unidad.
• Promover cambios de vida saludables para aumentar el confort y bienestar de los pacientes con dolor agudo y
crónico
• Colaborar en las técnicas de control del dolor agudo post-operatorio y dolor crónico con el anestesiólogo.

5.2 Organización Unidad del Dolor


Objetivos generales:
• Garantizará una asistencia integral, personalizada y con calidad adecuada, según los recursos de que
disponemos.
• Ayudar al paciente a satisfacer las necesidades que por falta de fuerza, conocimientos o voluntad no es capaz
de satisfacer por sí mismo.
• Impulsar y asegurar la coordinación de la enfermera experta en dolor con el resto de profesionales que
forman el equipo asistencial de la unidad.
• Promover cambios de vida saludables para aumentar el confort y bienestar de los pacientes con dolor agudo y
crónico.
Objetivos específicos:
• Revisar agenda de la unidad del dolor y planificar y coordinar la actividad diaria.
• Valoración inicial del enfermo (revisar historias clínicas de los pacientes).
• Priorizar las necesidades, decidir las actividades y realizar los planes de cuidados. Información y educación
sanitaria.
• Evaluación continua de la actividad para dinamizar, adecuar y mejorar el servicio.
• Colaborar en las técnicas de control del dolor agudo post-operatorio y dolor crónico con el anestesiólogo
(como punciones epidurales, TENS, acupuntura, plexos braquiales y escapulares, radiofrecuencias,
implantación de neuroestimulador…).
• Puesta en marcha de los protocolos y cuidados de enfermería.
• Asegurar la continuidad asistencial entre los diferentes profesionales del equipo para que el paciente pueda
conseguir un nivel óptimo de analgesia y así facilitar una pronta recuperación.
• Trabajar conjuntamente en la ejecución de tareas, con enfermería de las unidades de hospitalización.
• Revisar material, medicación y fungible de la unidad.

5.3 Funciones del equipo de enfermería en la Unidad del Dolor Crónico (UDC).
Función asistencial:
• Proporcionar un cuidado integral al paciente y aplicar los planes de cuidados adecuados para las técnicas que
se realizan en UDC.
• Aplicar los protocolos específicos para las distintas actuaciones que se realizan en UDC.
• Conocer y utilizar correctamente las herramientas informáticas con las que cuenta el Hospital para el registro
clínico del paciente.
Función Docente:
• Enseñar al paciente y a la familia a desarrollar habilidades y técnicas de autocuidado, dirigidas a mejorar la
calidad de vida.
• Colaborar en la formación de los profesionales de nueva incorporación.
• Colaborar en la formación de otros profesionales del equipo de salud.
• Promover y participar en las actividades de formación continuada de Enfermería, en los diferentes ámbitos de
actuación de la enfermera.
Función Gestora:
• Organizar y planificar las actividades profesionales de las enfermeras de anestesia para formar un equipo
multidisciplinar con competencias, funciones, planes de cuidados y actividades comunes que permitan
desarrollar la actividad asegurando el nivel de calidad de cuidados y la buena utilización de los recursos.
• Elaborar de planes de cuidados específicos para las pacientes de la UDC.
• Elaborar de protocolos y procedimientos de actuación para las distintas técnicas que se realizan en UDC.
• Conocer y utilizar correctamente los monitores y aparataje necesario en UDC.
• Realizar el control de la medicación y material necesario en UDC.
Función Investigadora:
• Realizar trabajos de investigación que contribuyan a mejorar la calidad de los cuidados y el desarrollo
profesional.
• Dar difusión a las investigaciones realizadas, contribuyendo así al avance de la profesión.
• Para ello es importante la recogida de datos en La observación y valoración del paciente (dolor-EVA-, calidad
de vida SF 36, calidad del sueño-escala de Pittsburg, tratamientos previos, diagnósticos enfermeros, etc.).

5.4 Intervención enfermera en algunas técnicas


Punción epidural:
• Monitorizar TA, SatO2 y FC del paciente cada 5 minutos durante todo el procedimiento.
• Sentar al paciente en la camilla, con la espalda arqueada para facilitar la punción epidural.
• Tras la punción colocar al paciente en decúbito supino en la camilla, para poder controlar cambios en las
constantes vitales, reacciones adversas, mareos o náuseas, en caso de que ocurran.
• Registrar en la historia del paciente las incidencias de interés, constantes vitales, etc…
TENS:
• Explicar al paciente diferentes formas de estimulación del TENS, (tiempos, frecuencias, amplitudes, etc.)
• Explicar al paciente la correcta colocación de los electrodos para obtener un mayor efecto.
• Realizar primera sesión de TENS en la consulta del dolor, para asegurarnos que el paciente ha comprendido
perfectamente toda la información administrada anteriormente.
• Registrar en la unidad del dolor, Paciente, NHC, día, etc..
Acupuntura:
• Colocar al paciente en la camilla de la unidad del dolor, en la posición más cómoda posible, ya que tendrán
que estar más de 30’ en la misma postura.
• Montar un campo estéril para colocar los utensilios necesarios para el procedimiento.
• Crear un ambiente tranquilo para la correcta relajación del paciente.
• Registrar en la historia del paciente las posibles incidencias de interés
Plexos braquiales y escapulares:
• Colocar al paciente en decúbito supino, lateral o prono, dependiendo de la zona a pinchar.
• Explicar la técnica a realizar y cómo debe colaborar.
Radiofrecuencias:
• Explicar al paciente el procedimiento a realizar.
• Colocar al paciente en la camilla de la escopia, cambiando la postura según la zona a tratar.
• Instaurar vía venosa. Administrar dosis profiláctica de antibiótico en caso necesario.
• Aseptizar la zona a tratar.
• Colaborar con la punción en la zona a tratar.
• Monitorizar al paciente (TA y SatO2).
• Valorar estado del paciente al terminar la técnica y facilitar la próxima cita
Consultas de tratamiento farmacológico.
• Colaborar con el medico en la consulta de clínica del dolor, explicando los cuidados más recomendados y la
correcta administración de los diferentes tratamientos., apoyando en su autocuidado.
• Implantación de neuroestimulador
- Colocación del paciente en decúbito prono.
- Colocación de una almohada bajo el abdomen del paciente para favorecer la adecuada flexión de la
columna (lordosis) y facilitar la colocación del electrodo epidural.
- Instauración de vía venosa periférica.
- Administración de antibioterapia profiláctica y sueroterapia adecuada.
- Preparación del paciente y colocación de los paños estériles (preparación del campo quirúrgico).
- Marcado de los niveles de introducción en la piel, utilización de la escopia para la identificación de los
intervalos interespinosos.
- Monitorización de constantes vitales del paciente pre, intra y postprocedimiento de implantación de un
neuroestimulador medular.
- Finalizada la técnica; Colocación de un apósito absorbente en la herida quirúrgica.
- Una vez finalizado el procedimiento, el paciente puede pasar a la sala de recuperación. Asegúrese de que
el programador del paciente vaya con el paciente. Además, compruebe que la tarjeta de registro esté bien
cumplimentada.
- Colocación del paciente en decúbito supino para programación y comprobado del funcionamiento del
sistema.
- Revisar el funcionamiento del sistema junto con el paciente (siempre que sea posible, examine las
instrucciones con los familiares), indicándole:
- Cómo es la sensación de estimulación y qué debe esperar.
- Cómo utilizar su programador.
- Qué actividades puede y no puede realizar.
- Consideraciones postoperatorias tras implantación neuroestimulador medular:
– Reposo en cama durante 24 horas.
– Evitar movimientos bruscos.
– Evitar quedar suspendido cabeza abajo.
– No levantar pesos, estirarse, intentar alcanzar objetos alejados, tirar ni torcerse.
Relleno de bombas intratecales:
• Lectura:
- Información del paciente.
- Información de la bomba y el catéter.
- Información sobre el fármaco (nombre, concentración y dosis).
• Aumento o disminución de dosis.
Iontoforesis:
Técnica no invasiva, que consiste en la administración de fármacos vía transdérmica a través de una corriente
galvánica. El fármaco atraviesa la piel en forma de iones terapéuticos que se depositan en la piel o en la
microcirculación. Su función es desinflamatoria y concentra los fármacos en el foco doloroso mejorando la vía
sistémica, porque disminuyen los efectos secundarios al dejar de actuar sobre otros órganos.
Bibliografía

1. A Marcus, D; K Cope, D; Deodhar, A; Payne, R. An atlas of investigations and management. Cronic Pain.
Clinical Publishing Oxford. 2009.

2. Kopf, A; B. Patel, N. Guide to pain management in low- resource settings. Lasp. 2009.

3. Ramamurthy, S; Alanmanou, E; N. Rogers, J. Decision making in pain management. 2ª edición. Mosby


Elsevier. 2003.

4. A liaga, l; baños, J.E.; de Barturel, C; Molet, J; Rodríguez de la Serna, A. 3ª edición. Tratamiento del dolor.
Teoría y práctica. Publicaciones Permanyer. 2009.

5. Stephen E, A; Haddox, J.D. 2ª edición. The pain clinic. Manual. Lippincott Williams & Wilkins. 2000.

6. Lefkowitz, M; H. Lebovitz, A; Con J Wlody, D; A. Rubin, S. A practical approach to pain management. Little,
Brown and Company. 1996.

7. Ochoa Estrada, M. C; Bustamante Edquen, S. Persona postamputada portadora de dolor miembro


fantasma: dolor y cuerpo. Enfermedad Neurológica (Mex) vol. 1, nº 3: 142-145. 2012.

8. D. Waldman, S. Atlas de síndromes dolorosos poco frecuentes. Elservier. 2004.

9. D. Waldman, S. Atlas de síndromes dolorosos frecuentes. Elservier. 2003.

10. Revista Española de Enfermedades Digestivas. Vol. 98 nº 5. Madrid mayo 2006.

11. Galvez Mateos, R; Romero Colelo, J; Ruiz Ortiz, S. Novedades en la estrategia analgésica de la
polineuropatía diabética dolorosa. Manual práctico del dolor neuropático. Elservier. 2009.

12. Canellas A, Bosch l, Vilarnau D, Sola P, Banos D. [Characteristics of pain and its treatment in patients at a
nursing home]. [spanish]. Anales de medicina interna. 1996.

13. Garcia-Martinez F, Herrera-Silva J, Guilar-Luque J. Management of chronic pain in primary health care.
[spanish]. Revista de la sociedad espanola del dolor. 2000.

14. Seijo F. Trigeminal neuralgia. Revista Sociedad Española del Dolor. 1998.

15. Guia para el tratamiento del herpes zoster y neuralgia postherpética del servicio de urgencias del hospital
general universitario de alicante. Http://www.dep19.san.gva.es/servicios/urgencias/files/protocolos/
protocolo-herpes_zoster_4_.pdf.

16. Benito Artuzamonoa, J.M. Valoración del síndrome de dolor regional complejo. Ca asepeyo San Sebastian.
Ed.2008-2009.

Вам также может понравиться