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LA PERSONALIDAD EGOCÉNTRICA

La personalidad egocéntrica es un conjunto de características y conductas que suelen estar


vinculadas a la arrogancia, la ambición y en algunos casos, al exhibicionismo. Quienes
manifiestan este tipo de personalidad tienden a creerse el centro de las miradas,
preocupaciones y atenciones de los demás.

Así, el egocentrismo define a aquellas personas para las que la opinión de los demás no
tiene importancia, enfatizando las propias. Cuando decimos que alguien es egocéntrico nos
referimos a que esa persona solo ve el mundo desde su punto de vista, es decir, carece de la
capacidad de empatizar y no les importa las consecuencias que sus actos tengan sobre los
demás. Profundicemos.

El desarrollo de la personalidad egocéntrica


En los primeros años de nuestra vida, todos somos egocéntricos por el simple hecho de que
todavía no hemos desarrollado la capacidad de pensar en los demás. Sin embargo, a medida
que alcanzamos la madurez y nuestro sistema cognitivo se va desarrollando, en nuestra
mente los otros se hacen visibles como individuos independientes.

El psicólogo suizo Jean Piaget estudió el egocentrismo como parte del desarrollo infantil.
Observó que los niños pequeños parecen cognitivamente incapaces de asimilar la
perspectiva de otra persona. Así, por ejemplo, cuando juegan al escondite tiende a taparse
los ojos pensando que como ellos no ven, tampoco los demás podrán encontrarles.

En la adolescencia, la personalidad egocéntrica se hace patente sobre todo en la relación


con los iguales. Los jóvenes piensan que son más especiales y mucho más importantes que
los demás. Esto les hace considerarse el centro de todas las miradas, ya que consideran que
son los únicos que, por lo que dicen o hacen, despiertan interés. Además, se sienten
incomprendidos porque creen que los demás, fundamentalmente adultos, no tienen, ni han
tenido, sentimientos parecidos a los suyos.

Una vez hemos alcanzado la madurez, esa sensación de exclusividad se va desvaneciendo


mientras se comprende que existen diferentes puntos de vista y perspectivas. No obstante,
hay personas que mantienen como parte de su forma de ser ese rasgo egocéntrico, que en
psicología se considera un sesgo cognitivo, es decir una distorsión en el procesamiento de
la información que lleva a interpretar de forma errónea lo que sucede alrededor.

5 rasgos que definen la personalidad egocéntrica


Ahora que ya sabemos en qué consiste el desarrolla del egocentrismo y que de algún modo
todos lo hemos experimentado en nuestra infancia y adolescencia, vamos a explicar las
principales características que están presentes en la personalidad egocéntrica.

Falta de empatía
La falta de empatía en la personalidad egocéntrica implica una incapacidad o dificultad
para salir de uno mismo y poder entender o sentir lo que experimenta otra persona.

La persona poco empática vive inmersa en su realidad e ignora el mundo de los demás, sus
problemas y sus sentimientos. Mirará por su bien de manera egoísta y poco comprometida
con su entorno y pensará que todos deben actuar, pensar y sentir como ella.

Metas inalcanzables
Los egocéntricos, debido a sus sentimientos de grandeza,se centran en la búsqueda
constante del éxito, poder, amor y riqueza con el objetivo de estacar. Y por lo tanto, la
lucha por alcanzar esas metas no realistas les suele conducir a la frustración.

En muchas ocasiones, esto acabará desembocando en una sobrecarga de estrés y ansiedad


que afectará de forma negativa la autoestima. Además, sus objetivos inalcanzables
repercutirán directamente en el entusiasmo futuro a la hora de plantearse nuevas metas.

Falta de autoestima
La personalidad egocéntrica se caracteriza por un gran disfraz de seguridad hacia los demás
pero que en realidad oculta un profundo sentimiento de inseguridad y baja autoestima. La
seguridad artificial que transmiten se debe a que creen que es cierto todo lo que piensan,
por el simple hecho de que que sus opiniones valen más que las del resto.

Según el psicoanalista Erich Fromm, el egocentrismo se trata de un mecanismo de defensa;


es decir, sería una estrategia psicológica inconsciente para no hacer frente a la realidad y
mantener la autoimagen.

Exhibicionismo
La personalidad egocéntrica también se manifiesta en ciertas actitudes como la motivación
por el placer de sentirse halagado y admirado. Esto suele observarse en el deseo excesivo
de esperar ser recompensado con halagos por los demás y también en una necesidad
permanente de acaparar atención.

Por otro lado, el egocéntrico precisa de una admiración incondicional a través del control
de las ideas, acciones y comportamientos de los que le rodean.

Manipulación o chantaje emocional


Los egocéntricos utilizan el chantaje emocional y la manipulación continua para compensar
sus sentimientos de inseguridad. Solo se interesan por los demás para obtener algo a
cambio.

Como vemos, las características más comunes de este tipo de


personalidad pueden suponer un problema tanto para la persona como
para las relaciones que mantiene con los demás. No obstante, identificar
el egocentrismo es el primer paso para gestionarlo y dirigirse hacia el
cambio.

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