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Universidad Nacional de Colombia

Maestría en Psicoanálisis Subjetividad y Cultura.


Seminario: La cuestión del padre y el malestar en la cultura
Caso Schreber: Puntualizaciones psicoanalíticas sobre un caso de paranoia
(Dementia paranoide) descrito autobiográficamente (1911)
Christiam André Bautista Gutiérrez
8/05/18
Datos biográficos e Historial Clínico
Se trata de un abogado alemán sobre el cual los médicos que le atienden destacan su inteligencia y agudeza académica
para opinar de arte ciencia y leyes, fue el segundo de dos hijos, y mantuvo con éxito una carrera en el poder judicial, hasta
que en 1884 sufrió un episodio de hipocondría atribuido en un primer momento a un exceso de trabajo.

Luego una segunda y definitiva crisis le sobrevino a fines de octubre de 1893, crisis que fue precedida por su
nombramiento como presidente de la Corte de Apelaciones de Leipzig. Desde entonces comenzó a presentar
comportamientos depresivos junto a un marcado aislamiento, lo cual estaba acompañado de un discurso extraño, por lo
que fue enviado pronto a un asilo psiquiátrico, en Sonnenstein. Meses más tarde fue apartado de sus funciones y puesto
bajo observación especializada hasta que en 1900 luego de un juicio, convenció a las autoridades de correcta su salud y
logró ser dado de alta. Lo cual tuvo inmediatamente repercusión en la publicación de sus memorias, bajo el título:
Memorias de un enfermo de nervios, donde expone de manera detallada sus delirios, los cuales mantienen un elemento
característico y central, concerniente al hecho de ser perseguido por Dios, el cual de algún modo deseaba convertirlo en
mujer. Este delirio encuentra una estrecha relación con la figura de su médico psiquiatra, el doctor Paul Flechsig, el cual
según como él señala pretende hipnotizarlo para controlarlo. Ahora bien, él estudió del casó fue realizado por Freud en
1911 y fue interpretado a través de los escritos autobiográficos del paciente publicados en 1903. También es de señalar
que, Freud nunca conoció a Schreber y por ello ni sus escritos, ni los informes de los médicos sobre él, dan suficiente
noticia de del paciente referente a las circunstancias de su vida.

Ahora, dentro de los principales delirios descritos en el caso, se precisan ideas con carácter mítico y religioso, ya que el
paciente enunciaba mantener trato directo con Dios y señalaba ser el juguete de los demonios, considerándose llamado
a redimir el mundo y así devolverle la bienaventuranza perdida; pero esto sólo lo conseguiría luego de ser mudado de
hombre a mujer, hecho que le resultó irreconciliable y conflictivo, debido a un mandato superyóico centrado en el “deber
que ser como el padre…” por lo que hubiese preferido, mucho más permanecer en su honorable posición viril; pero resulta
entonces que la redención de la humanidad dependía de su emasculación — una mudanza en mujer —. Entonces junto a
lo anterior se presentaron, también perturbaciones cenestésicas; se daba por muerto y corrompido, por apestado e
imaginaba que en su cuerpo emprendían toda clase de horribles manipulaciones, como él mismo lo declara, pasó por las
cosas más terribles que se puedan imaginar, de modo que es de resaltar como todos los delirios que el paciente expresó
mantuvieron siempre un carácter de persecución en el cuadro clínico.

En este punto Freud señala como a partir de las pericias medicas que describían el caso, se habría podido inferir fácilmente
como en Schreber se asistía una forma corriente de la fantasía de redentor, relacionada con ser el Hijo de Dios, llamado a
salvar al mundo de su miseria y de la ruina. En el siguiente apartado se desarrollará dicha idea, describiendo como Schreber
mantenía una relación muy particular con Dios, junto a la posición dada al doctor Flechsig y el lugar del Padre.

La psicosis y el lugar del padre.

Inicialmente cabe describir que Flechsig era el nombre del médico quien le atendió durante su crisis, y sobre el cual
Schreber solía proferir cualquier cantidad de insultos ya que, este doctor para Schreber tomó el papel de perseguidor,
lugar que luego sería ocupado por Dios. Según la articulación de Schreber, Flechsig buscaba cometer un almicidio – un
asesinato contra su alma – además buscaba abusar sexualmente de él; ahora dicho almicidio se encuentra relacionado
según la interpretación realizada por Freud con la evasión de la castración por parte de Schreber, asunto que será
explicado más adelante.
En este punto conviene ubicar entonces, el interrogante sobre el lugar que ocupaban tanto Flechsig como Dios en el delirio
de Schreber, ya que estos dos representaban una superioridad demandante, de la cual puede pensarse una dilucidación
sobre el lugar del padre en la psicosis, que para el caso de Schreber correspondería a una función plenamente imaginaria
en la cual el padre, emerge como perseguidor con el cual debe vérselas de un modo atemorizante y aterrador. Sobre esto
dice Freud “La relación de nuestro enfermo con Dios es tan rara, y tan poblada de estipulaciones contradictorias entre sí,
que hace falta una buena cuota de fe para perseverar en la expectativa de hallar algo de «método» en esta «locura»”
(p.21).

También, cabe aclarar que en sus días ‘sanos’ Schreber había sido un incrédulo en asuntos de religión, no había podido
abrazar una fe sólida en la existencia de un Dios personal, sin embargo, una vez establecido su delirio se situó en una
posición de objeto, en la cual se ofreció un intento por proteger al padre. A lo largo de todo el libro de Schreber se extiende
en la acusación de que Dios, está acostumbrado sólo al trato con los difuntos, no comprende a los hombres vivos, ni le
hacía falta conocerlos por lo que sólo tenía que tratar con cadáveres. Por esto cabe la pregunta sobre ¿cuál era el padre
real de Schreber?, Para tratar este tema el padre de Daniel Schreber fue el doctor Daniel Gottlieb Moritz Schreber, cuya
memoria es conservada, por su función de médico, cuyos empeños estuvieron centrados en torno de la formación
armónica de los jóvenes, de la educación familiar y del ejercicio con trabajo corporales para mejorar la salud, contaba con
mucho prestigio, al cual se describía como un hombre rígido y exigente conocido por ser el fundador de la gimnasia
terapéutica en Alemania.

Un padre así no era por cierto inapropiado para ser trasfigurado en Dios, además al tratarse de un padre tiránico el cual
ocupo él mismo el lugar de la ley, en vez de trasmitirla, puede entenderse entonces como la función castradora se convirtió
en un paso atemorizante para Schreber y por ende fue eludida a través de manera inconsciente al asumir una postura
femenina. Es esto lo que traería como resultado es el establecimiento de un superyó altamente punitivo del cual se explica
la emergencia de los delirios irreconciliables con los cuales debía luchar Schreber; por lo cual sería entonces correcto
pensar que el padre del neurótico correspondería al padre exento de cualquier posibilidad de goce, por lo cual es sostenido
en su falta, mientras que, para el caso, el padre del psicótico se caracteriza por su omnipotencia mediante la cual absolutiza
el lugar de la Ley. Es por ende que existe un odio hacia el padre sostenido por el deseo de ocupar su lugar – el padre del
psicótico goza con plenitud de la omnipotencia divina, que para el caso de Schreber se expresa en el delirio perseguidor
de sobre investimento terrorífico en la figura del padre -.

Ahora, a medida que se desarrolla la lectura del caso, es Flechsig quien resulta ser un sujeto principal en la estructura
psicótica de Schreber al verse involucrado en la triada que se constituye a partir de la figura de, Dios padre, e hijo, en la
cual es posible encontrar equivalencias en términos de la función imaginaria entre su padre y el médico, ya que ambos le
sancionaban y al mismo tiempo le cuidaban, además ambos eran médicos. Al respecto Freud dice: “No es difícil pensar
que la sensación de simpatía y odio en el delirio hacia el médico proviniera de un «proceso de trasferencia»… Dicho de
manera más concreta: el médico le ha hecho recordar la esencia de su hermano o de su padre muerto, -un padre el cual
falleció de manera prematura mientras Schreber era aún un joven1- por lo cual asegura Freud que ha reencontrado en él
a su hermano o a su padre, y entonces, dadas ciertas condiciones, ya no es asombroso que reaflore en el enfermo la
añoranza por esta persona sustitutiva y que por ello ejerza efectos de una violencia que sólo se comprende por su origen
y por su primaria intencionalidad” (p.44)

En el libro de Schreber se menciona que: “La memoria de mi padre y de mi hermano (...) me es absolutamente sagrada...”,
(p. 442) enunciado del cual es posible señalar nuevamente la ambivalencia en términos del goce por mantenerse en la
posición de objeto amoroso del padre, sin embargo, ante imposición tiránica del padre como ley totalizadora, que no da
lugar a la inscripción del sujeto, se presenta entonces la intención de ser como el padre, como parte de la ambición por
ocupar su lugar. En ese sentido Flechsig y Dios se sitúan como sujetos de una misma serie, ya que Schreber les escindió en
dos elementos, Flechsig «superior» y «medio» Dios inferior» y el «superior». (p. 38)

1
Su padre había muerto en 1861, 23 años antes de la primera crisis, y su único hermano falleció en 1877.
Entonces, todas esas escisiones de Flechsig, de Dios y del padre en varias personas, representan una misma condición
persecutoria, anudada con la sexualización de la bienaventuranza divina que había tomado a Schreber en su delirio, Dice
Freud: “Son duplicaciones de idéntica constelación sustantiva, si el perseguidor Flechsig fue en antaño una persona amada,
tampoco Dios es más que el retorno de otra persona amada de modo parecido, pero probablemente más sustantiva… Si
continuamos esta ilación de pensamiento, que parece justificada, tenemos que decirnos que esa otra persona no puede
ser sino el Padre, con lo cual Flechsig es esforzado tanto más nítidamente hacia el papel del hermano… trasmudando la
triada en Padre hermano e hijo… Pudiéndose analizar entonces la rivalidad que existe entre los hermanos por el padre,
además “la raíz de aquella fantasía femenina, que desató tanta resistencia en el enfermo habría sido entonces, la añoranza
por padre y hermano, que alcanzó un refuerzo erótico” (p.47)

Entonces, en este sentido podría situarse al Padre Real del lado de la función determinante en su faceta mortífera como
rival, teniendo en cuenta que es este padre quien transmite la castración, es el padre que goza. Por ello, la castración, ha
prestado su material a la fantasía del deseo en la mudanza en mujer, la cual es primero combatida y posteriormente
aceptada en el delirio, con la fuerte referencia de una culpa incesante encubierta por la formación sustitutiva del almicidio;
es decir que almicidio y castración en este punto se juegan en una misma vía.

Finalmente, en la psicosis, podría decirse que es la función imaginaria es la que queda instalada mientras que la función
simbólica es excluida. Por lo cual es al padre punitivo al que se ama y teme, la versión contrastante del padre que amenaza
con enceguecer a través de los rayos del sol vs la versión del padre que salva los ojos de su hijo. Es por ende el desasimiento
del padre, una de las tareas más exigentes de la resolución edípica por la cual debe a travesar el sujeto.

Bibliografía
Freud, S. (1911-13). Obras completas XII; sobre un caso de paranoía descrito autobiograficamente. Buenos aires :
Amorrout.

Lacan, J. (1944). Seminario 5, La metafora Paternna . Paidos.

Schreber, D. (1903). Memorias de un enfermo nervioso. Leipzig.

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