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¿Caperucita Roja?

DRAMATIS PERSONAE

Cazador: El titiritero con un gran guardapolvo de colores de


camuflaje y gorro de tela a juego. Las armas pueden
ser objetos o simplemente mimadas con las manos.
Titiritero: De negro.
Mamá: Una lámpara de mesa de las de tulipa. Se le añaden
unas gafas para componer el personaje en la escena.
Abuela: Bola blanca con pié. Se le pondrá una peluca que ha de
estar colgada de la percha. Los rasgos de la cara se le
pintan en cada momento según su estado de ánimo
Caperucita: Cestita de mimbre con asa. La caperuza roja
correspondiente, que estará en la percha.
Lobo grande: El titiritero con traje y máscara de lobo.
Lobo de mano: Muñeco de boca.

Recibimiento.

En el vestíbulo del teatro, el Cazador recibe a los


niños. Viste un abrigo o gabardina larga de
camuflaje y gorro igual. Va fuertemente armado
con toda clase de pistolas de juguete, escopetas
con tapón de corcho, arcos y flechas de caña,
tirachinas, etc. de las mas simples que se puedan
encontrar.

Constantemente exhibe sus armas y hace


preguntas sobre el lobo para encontrarlo y
matarlo. Advierte a todos exageradamente sobre
la maldad del lobo, incitando a todos a tenerle
miedo y para que le avisen si lo ven. Se muestra
despiadado y un tanto carnicero en sus
intenciones, pero intentando que el público (que
viene predispuesto a ello) contemporice con él,

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para ir luego distanciándose poco a poco durante
la función.

En el escenario una mesa camilla con una


lamparita encima y una silla a la derecha
con una cesta colgada del respaldo. En el
centro de la escena un perchero del que
cuelgan varias prendas y elementos que
se usarán durante la obra. A la izquierda
una cómoda con varios cajones; sobre
ella una bola blanca a modo de lámpara.
Todo de vivos colores parchís.

Luz tenue, salvo la percha que está un


poquito más iluminada.

Cuando el público está dispuesto, el Cazador se


dirige a todos ellos.

Cazador: Soy el cazador. Cuando encuentre a ese lobo se las


verá conmigo. Miren… miren todas mis armas. Tengo
un cuchillo para acuchillar, una pistola para disparar, un
fusil para fusilar y unos dientes para machacar. Con
ellas mataré a ese lobo.

Sube al escenario, se quita el traje y lo cuelga en


la percha.

Oscuro.

Escena 1ª
Casa de Caperucita

Mamá: (Con la luz, comienza a oírse la voz de la Mamá


llamando a su hija). ¡Niña!. ¡Niña!. ¿Dónde estas?.
¿Dónde se habrá metido esta criatura?. No la veo por
ningún lado, claro que casi no veo nada, a ver un
poquito de luz... (Se enciende la lámpara que hay sobre
la mesa). Pues sigo sin ver nada… ¿Qué pasa?. ¡Qué
raro!. Claro, que tonta soy, si no llevo las gafas, así
como voy a ver. Aquí están… me las pongo… (El
titiritero saca unas gafas y se las coloca a la lamparita
de la mesa que cobra vida, ella será la mamá de
caperucita) Bueno, ahora ya veo algo… a quién sigo sin
ver es a mi hija. ¡Niña!. Y con ese lobo rondando por
ahí, que se come a los niños enteros según dicen.
¿Dónde estás niña?. Ven rápido, que tu abuelita está
por llegar para felicitarte por tu cumpleaños, y para

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traerte tu regalo.

Sonido de un timbre.

¡Ay!, ya lo decía yo, esta que llama a la puerta será


ella. Niña ya está aquí tu abuela.

Sonido de timbre nuevamente.

¡Ya voy…! ¡Niña ven que está aquí tu abuela!.

Otro sonido de timbre.

¡Adelante, la puerta está abierta!.

Suena el timbre insistentemente, el titiritero mira


la gran bola blanca que hay sobre la cómoda. Será
la Abuela. De la percha coge una peluca y se la
coloca. Con un rotulador pinta los ojos sobre la
bola.

Intenta hablar y no puede. Le pinta la boca.

Abuela: Buenos días. Ya estoy aquí. ¿Dónde está mi nietecita?.


(Llega hasta la mesita) Buenos días hijas mía.
Mamá: Buenos días mamá querida. ¿Cómo estas?
Abuela: Muy bien.

Se besan.

Abuela: ¿Y mi nietecita…? ¿Dónde está mi nietecita preferida?.


Mamá: Un buen rato llevo llamándola y no aparece. Esta niña
está todo el día de acá para allá. Y eso que yo ni
siquiera salgo de casa por miedo a ese lobo.
Abuela: Mira lo que le he traído por su cumpleaños. (Enseña la
caperuza)
Mamá: ¡Una caperuza!
Abuela: Una caperuza roja como el fuego para mi fogosa
nietecita. (Deja la capa encima de la cesta).
Mamá: ¿Pero donde estará?. ¡Se la habrá comido el lobo!.
Abuela: ¡Calla exagerada, que manía con en ese lobo!
Mamá: Es que ese cazador nos ha dicho que es terrible.
Caperucita: ¡Hola!.
Abuela: ¡Ya está aquí!
Caperucita: ¡Hola, hola! (Con intención de iniciar un juego)

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Mamá: ¡Niña! ¿Eres tu?.
Caperucita: ¡Hola, hola, hola!
Abuela: ¡Niña soy tu abuelita!.
Caperucita: ¡Hola, hola, hola, hola!
Mamá: Ya está bien de jueguecitos.
Caperucita: ¡Hola, hola, hola, hola, hola!
Mamá: ¿Dónde estás niña? (Ya un poco enfadada)
Caperucita: ¡Estoy aquí!
Abuela: ¿Dónde mi amor?
Caperucita: ¡Aquí a tu lado!
Abuela: ¿A que no sabes lo que te he traído?.
Caperucita: Sí, sí que lo sé.
Abuela: ¿De verdad?

El titiritero levanta la cesta de manera que la


caperuza le cae encima. Es Caperucita Roja que
revolotea alrededor de las otras.

Abuela: ¡Niña, pero que hermosa, que linda te queda la


caperuza!
Mamá: Ya era hora niña… pero que bien te sienta esa
caperuza.
Caperucita: Me encanta mi caperuza roja.
Abuela: Te queda tan bonita la caperucita.
Caperucita: No me la quitaré nunca, siempre la llevaré puesta.
Mamá: Y todos te llamarán Caperucita.
Abuela: Todos la llamaremos Caperucita Roja.
Caperucita: ¡Que contenta estoy abuelita!
Abuela: Yo también estoy muy contenta Caperucita, ¡estoy
contentísima… queridísima Caperucita Roja !.

El titiritero pinta en la cara de la abuelita una


amplia sonrisa.

Caperucita: Muchas gracias abuelita.


Abuela: Adiós Caperucita.
Caperucita: Adiós abuelita.
Mamá: Adiós Mamá.
Abuela: Adiós… adiós a todos… adiós Caperucita Roja.

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La lámpara se apaga y el titiritero cuelga a
Caperucita en la percha. La abuela se marcha a su
casa.

Escena 2ª
Casa de la abuela.

El titiritero se viste de Cazador.

Cazador: ¿Lo habéis visto…?. ¿Ya ha salido…? ¿Dónde está…?


¡Que me lo cargo… acabo con él!. ¿Ya se ha comido a
alguien?.¿A la abuelita?. No, mírala ahí toda sonriente.
Entonces… se ha comido a su mamá… tampoco, está
sobre la mesa. Además como se va a comer una
lámpara. ¿A quién se ha comido?. ¡No se ha comido a
nadie. ¡Pero este lobo es tonto!. Tiene que comerse a
alguien y rápido. ¡Que se coma a Caperucita… o que se
coma un niño…! Eso, que se coma varios niños,
entonces… me llamáis a mí, vengo, os salvo a todos y
me como al lobo… quiero decir, mato al lobo. (Eufórico
y triunfalista como si ya li hubiese matado).¡Yo seré
vuestro salvador y todos me lo agradeceréis!. ¡Viva…
viva el cazador!. ¡Viva yo!.
Tengo un plan. Lo primero es ir a por la abuela.

Va a casa de la abuela (el armarito) y llama.

Abuela: ¿Quién es?(En off).


Cazador: Soy su salvador.
Abuela: (Apareciendo) ¿Quién?.
Cazador: Soy el cazador, el salvador de todos. Mire, mire todas
mis armas. Tengo un cuchillo para acuchillar, una
pistola para disparar, un fusil para fusilar y unos dientes
para machacar. Con ellas mataré a ese lobo comeniños.
Abuela: ¿El lobo se ha comido algún niño?
Cazador: A tres o cuatro.

El titiritero pinta cara de susto a la abuela.

Abuela: ¡Qué horror!.


Cazador: Y ahora seguro que viene a por usted.
Abuela: ¡Ay! ¡Pobre de mí!.
Cazador: ¡Son terribles!. Los lobos acechan en los bosques, y

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también en las ciudades, escondidos detrás de los
coches y a la puerta de los teatros, esperando a los
niños que van solos para atraparlos. Los lobos son unos
animales asesinos que matan por el gusto de matar, no
para comer.
Abuela: ¿Y usted quiere matar al lobo?.
Cazador: Claro que si, hace tiempo que no deseo otra cosa que
cazarlo, atraparlo y matarlo.
Abuela: ¿Para comérselo?.
Cazador: ¡Que asco!. ¿Cómo quiere que me coma al lobo?
Abuela: Luego usted tampoco mata para comer.
Cazador: ¡Claro que no!. Yo mato lobos porque soy un matador
de lobos…! y para salvarles a ustedes del fiero y
peligroso lobo. Y para eso tengo un cuchillo para
acuchillar, una pistola para disparar, un fusil para fusilar
y unos dientes para machacar.
Abuela: Esas armas suyas también dan mucho miedo.
Cazador: Son para defenderla a usted. Si no fuera por mí ese
lobo se los comería a todos. Ya se ha comido a cuatro
niños antes de entrar el teatro.
Abuela: (Al público) ¿De verdad?. ¿Se ha comido a cuatro
vuestros amiguitos?

El publico dirá que no.

Cazador: Pero ahora mismo está agazapado a la puerta del teatro


esperando a que salgan para comérselos.
Abuela: Se ha comido algún niño ¿Sí o no?

El publico dirá que no.

Abuela: Es usted un embustero. (El titiritero pinta cara de


enfado a la abuela). Márchese de mi casa ahora mismo.
Cazador: Yo no me voy sin cazar al lobo.
Abuela: Fuera de aquí.

La abuelita le da una sonora bofetada y se mete


para adentro y el cazador se dirige al público.

Cazador: (Con ironía) Ya veréis… ya veréis cuando os encontréis


al lobo y os muerda las piernecitas, y los bracitos, y el
culito. Entonces me llamaréis… me llamaréis y yo
vendré con mis armas… Da igual, cazaré a ese lobo en
la siguiente escena. Ahora veréis.

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Vuelve a casa de la abuelita y llama.

Abuela: ¿Quién es?.


Cazador: (Disimulando la voz y escondiéndose cómicamente) Soy
yo, soy tu nietecita.
Abuela: ¿Eres tu Caperucita?.
Cazador: (Con la misma voz) Si, soy Caperucita que te traigo una
cestita con comida que mi mamá me ha dado para ti.
Abuela: ¡Que agradable sorpresa!. Pasa mi niña, la puerta está
abierta.
Cazador: ¡Soy yo!.
Abuela: ¡Otra vez usted! ¡Socorro!

El cazador abre la puerta violentamente agarra a


la abuela, que se queja lógicamente, y la encierra
en uno de los cajones.

Cazador: ¡Ahí te quedas vieja!. Ahora todos pensaran que ha sido


el lobo quién se la ha comido y me llamarán a mi para
que vaya a matarlo y cumpliré mi gran sueño de cazar
al lobo. ¡Jajaja!. (Se va riéndose ostentosamente).

La risa se convierte en aullidos del lobo, que


suenan hasta que este aparezca.

Escena 3ª
Bosque

En el perchero, juego de apariciones y


desapariciones entre el Lobo y el Cazador sin que
ninguno llegue a verse.

Finalmente la ropa del cazador queda colgada en


la percha. Aparece el lobo de mano.

Lobo: (Inquieto y constantemente mirando para todos los


lados) Pobre de mí. Ese loco cazador anda
acechándome. No puedo despistarme ni un solo
momento, siempre he de estar en guardia. No puedo
dormir por las noches, no puedo descansar en todo el
día y siempre muerto de miedo pensando que el
cazador puede aparecer detrás de cada árbol, detrás de
cada rincón. Muerto de miedo y muerto de hambre. Soy
un lobo y tengo que comer.

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Sale el lobo grande (titiritero vestido de lobo) con
el lobo de mano enfundado.

¿Ustedes comen todos los días?. Claro que si, todos


tenemos que comer, pero con ese cazador detrás de mí
no puedo ni pararme a dar un bocado, y mi estómago
ruge de hambre. Escuchen… (Juego de ruidos con el
estómago del lobo: se descubre el estómago y se oyen
ruidos, se lo tapa y dejan de oírse. Así varias veces) ¿Lo
han oído?. Necesito comer y necesito descansar. ¡Tengo
hambre… tengo hambre…! ¡Tengo hambre… me muero
de hambre…! Pobre de mí, o me muero de hambre o
me mata el cazador. Soy un lobo solitario que vive en
este bosque sin más compañía que mi hambriento
estómago.

Se descubre el estómago y se oyen los ruidos que


poco a poco derivan hacia la música de la canción
del Lobo.

Lobo: Comer, comer, comer, comer…


mascar, mascar, mascar, mascar…
tragar, tragar, tragar, tragar…
y vuelta a empezar.
Comer, comer, comer, comer…
mascar, mascar, mascar, mascar…
tragar, tragar, tragar, tragar…
y vuelta a empezar.

Soy un lobo solitario,


el bosque es mi hogar
sin amigos, sin vecinos,
sin nadie con quién hablar.
Me persigue el cazador,
me acecha sin cesar,
detrás de cada árbol
el miedo esperando está.
Solo oigo a mi estómago,
me recuerda sin parar,
que soy un lobo hambriento
y me ruge este cantar:

Comer, comer, comer, comer…


mascar, mascar, mascar, mascar…
tragar, tragar, tragar, tragar…
y vuelta a empezar.
Comer, comer, comer, comer…
mascar, mascar, mascar, mascar…
tragar, tragar, tragar, tragar…
y vuelta a empezar.

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Ser un lobo solitario
está bastante mal,
ir por el bosque solo
huyendo sin parar.
A todos les doy miedo,
todos miedo me dan,
creen que los voy a comer,
creo que me quieren cazar.
Ya me voy a esconder,
ya me voy a ocultar
no quiero ver a nadie
y de nuevo a escuchar:

Comer, comer, comer, comer…


mascar, mascar, mascar, mascar…
tragar, tragar, tragar, tragar…
y vuelta a empezar.
Comer, comer, comer, comer…
mascar, mascar, mascar, mascar…
tragar, tragar, tragar, tragar…
y vuelta a empezar.

A los lobos solitarios


nos encanta acechar,
ir por el bosque solos
y a la luna aullar.
También nos gusta comer,
como pueden imaginar,
nos gustan los cerditos,
los cabritillos mucho más,
pero estoy muerto de hambre
y en eso no quiero pensar,
este ruido de mis tripas
suena y suena sin parar:

Comer, comer, comer, comer…


mascar, mascar, mascar, mascar…
tragar, tragar, tragar, tragar…
y vuelta a empezar.
Comer, comer, comer, comer…
mascar, mascar, mascar, mascar…
tragar, tragar, tragar, tragar…
y vuelta a empezar.

Se va el lobo mientras se van apagando los ruidos


de su estómago.

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Escena 4ª
Casa de Caperucita

Comienza a oírse en off la voz de la mamá


llamando a su hija, mientras el titiritero se quita el
lobo.

Mamá: ¡Niña!. ¡Niña!. ¿Dónde estas Caperucita?. Otra vez no la


veo por ningún lado. A ver un poquito de luz... (Se
enciende la lámpara). Bueno, ahora ya veo mejor. A
quién sigo sin ver es a mi hija. ¡Caperucita!. ¿Dónde
estás niña?. Ven rápido, que quiero que vayas a casa de
tu abuelita. Hace tiempo que no la veo, así que debe de
estar enfermita la pobre.

Coge una cestita y comienza a llenarla.

Mamá: Vamos Caperucita, quiero que lleves a tu abuelita un


poco de fruta… un exquisito guiso que he preparado y
una botella de vino para que se anime. ¿Pero donde
estará esta hija?. ¡Caperucita!.
Caperucita: Aquí. (Se repite levemente el juego de antes)
Mamá: ¡Ay niña… siempre jugando!
Caperucita: Si. (Caperucita enreda con su madre mientras hablan)
Mamá: ¡Ya está bien!. Ahora quiero que le lleves a tu abuelita
todas esas cosas que te he puesto en la cestita.
Caperucita: Si mamá.
Mamá: Hace tiempo que no se nada de ella.
Caperucita: Si mamá.
Mamá: …así que debe de estar enferma en la cama;
Caperucita: Si mamá.
Mamá: …por eso debes llevarle esas cosas
Caperucita: Si mamá.
Mamá: …rápidamente.
Caperucita: Si mamá.
Mamá: Y no te entretengas por el bosque.
Caperucita: ¿Porqué Mamá?.
Mamá: Ya has oído al señor cazador, anda por ahí un lobo
feroz, un lobo muy peligroso que devora a los niños de
seis en seis. Así que date prisa y no te pares .
Caperucita: ¿Y como son los lobos Mamá?.

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Mamá: ¡Esta hija, que cosas tiene! Haz ahora mismo lo que te
digo.
Caperucita: Adiós Mamá.
Mamá: ¡Ay por Dios… siempre jugando!.

El titiritero deja la lámpara como estaba.

Caperucita: Lan Laran larita


voy con mi cestita.
Lan Laran larita
a ver a mi abuelita.

Escena 5ª
Bosque

Ahora es el lobo de mano el que aparecerá.

Caperucita: Lan Laran larita


voy con mi cestita.
Lan Laran larita
a ver a mi abuelita.
Lobo: (Aullido).
Caperucita: ¿Qué ha sido eso?.
Lobo: (Aullido).
Caperucita: ¡Que ruido tan raro!. (Se va).
Lobo: (Aparece olisqueando el aire) Huelo… huelo… huelo
algo… huelo… a… ¡a cazador!. (Asustado se agazapa)
De nuevo ese cazador anda por aquí. (Con miedo mira
por todos lados temiendo encontrarlo en cada lugar)
Está buscándome para matarme con cualquiera de sus
armas, y tiene muchas. (De nuevo comienza a olisquear
el aire) Espera… y ese olor… ¡el cazador…! No, no es el
cazador; el cazador huele fatal. huele bien… huele muy
bien… ¿qué será?. (Va buscando y mira entre la ropa de
la percha) ¿Pero qué veo?. ¡Si es… es… una niña!. ¡Y
que bien huele!. Una niña, eso huele tan bién… no, no
puede ser eso, porque aquí (en el público) hay muchas
niñas y no es lo mismo que huelo ahora. (Mira entre las
ropas) Lleva una cestita. Una cestita llena de comida,
eso es lo que estoy oliendo. ¡Comida!. Con el hambre
que yo tengo.

Aparece Caperucita y el lobo se esconde.

Caperucita: Lan, larán, larita, limpio mi casita… Espera esa canción


es de otro cuento. Bueno pues me da igual. Lan, larán,

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larita, limpio mi casita…
Lobo: (Apareciendo delante de ella). Buenos días niña.
Caperucita: Buenos días señor.
Lobo: ¿Dónde vas Caperucita?. ¿Donde vas tan contenta?
Caperucita: Voy a casa de mi abuelita a llevarle esta cestita porque
está enferma.
Lobo: ¡Pobrecita!. ¿Y que le llevas?. ¿Alguna medicina?.
Caperucita: No, un poco de fruta… (Aullido del lobo) Un exquisito
guiso que ha preparado mi mamá… (Aullido del lobo) Y
una botella de vino para que se anime. (Aullido del
lobo)
Lobo: ¡Eso debe de estar riquísimo!. Dime, ¿y no has visto al
lobo?
Caperucita: ¿Y como son los lobos?.
Lobo: Eh… pues tienen dos estupendas (el lobo se pone
coqueto al hacer la descripción) orejas largas…
Caperucita: ¿Como las suyas?
Lobo: Si como las mías.
Caperucita: Ah.
Lobo: Y tienen un largo y precioso rabo…
Caperucita: ¿Cómo el suyo?.
Lobo: Si, así de bonito.
Caperucita: Ah.
Lobo: Y están cubiertos de un sedoso pelo…
Caperucita: ¿Cómo el suyo?.
Lobo: Si, como el mío…
Caperucita: ¿Entonces usted es un lobo…?
Lobo: Si… digo no… no, no… los lobos son… son…
Caperucita: ¿Cómo usted?.
Lobo: No, no… los lobos son… de color morado.
Caperucita: ¿Morado?
Lobo: … Eso es, de color morado, y yo no soy de color
morado.
Caperucita: Claro, si usted fuese un lobo ya se me habría comido.
Lobo: (Bruscamente enfadado) ¡Los lobos no comen niños,
eso son mentiras de cazadores!.
Caperucita: Lo siento señor, pero tengo que ir a ver a mi abuelita.

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Lobo: ¿Tan pronto…?
Caperucita: Se enfría el guiso y no estará bueno.
Lobo: (Aullido) Yo me lo comería frío y todo.
Caperucita: Pero no es para usted, sino para mi abuelita. Adiós.
Lobo: Mira niña, te propongo una carrera, a ver quien llega
antes a casa de tu abuelita.
Caperucita: ¿Una carrera.? ¡Qué tontería!
Lobo: Así irás más deprisa y no se enfriará el guiso. (Al
público) Esa cestita tiene que ser para mi. ¡A ver quién
llega antes!. ¡Yo salgo volando…! (Dando media vuelta)
Y, sobre todo, que no se rompa esa cestita. ¡A correr…!
Caperucita: ¡Que señor tan raro!

ESCENA 6ª
Cazador: Sí, sí, sí… ahora sí… si que ha salido el lobo. ¿Verdad
que sí?. Se ve que estáis muertos de miedo, os
tiemblan las piernecitas solo de pensar en esa fiera. En
cuanto aparezca se las verá conmigo. Yo no tengo
miedo a ese lobo porque tengo un cuchillo para
acuchillar, una pistola para disparar, un fusil para fusilar
y unos dientes para machacar.

Se oye cantar a Caperucita en off.

Caperucita: Lan laran larita


Voy con mi cestita.
Cazador: ¡Alguien viene!
Caperucita: (Aparece Caperucita) Lan laran larita
A casa de mi abuelita.
Cazador: Hola niña. (Al público) ¿Todavía está viva?. ¡Soy el
cazador!.
Caperucita: ¡Que señor tan raro!.
Cazador: ¿Has visto al lobo?
Caperucita: No señor, solo a alguien que se le parecía.
Cazador: Parecer no es lo mismo, niña. Si hubiese sido el lobo te
habría devorado sin contemplaciones. (Al público) Sin
embargo, ese lobo debe de andar cerca, puedo olerlo.
Ese lobo aparecerá en cualquier momento y será mío.
Caperucita: Lo siento señor pero tengo que ir a casa de mi abuelita
que está enferma.
Cazador: Claro Caperucita. (Al público) Enviaré a la niña delante

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para que la vea el lobo y se la coma. Mira será mejor
que en vez de ir por aquí, vayas por ese otro camino.
Caperucita: Pero si es mucho más largo.
Cazador: Pero más seguro. (Al público) El camino es más largo y
así hay más tiempo para que ese lobo aparezca.
¡Hazme caso niña.
Caperucita: Está bien señor.
Cazador: Vamos linda. (Al público) En cuanto el lobo la vea irá a
por ella, y yo podré cazarle.
Caperucita: ¿Qué dice?.
Cazador: Nada, nada Caperucita. (Al público) ¡A ver si aparece
pronto ese maldito lobo! Camina niña… que yo te
protegeré.

Acechando como siempre, el cazador desaparece.


El titiritero deja la ropa del cazador en la percha y
comienza a oírse la música de la canción de
Caperucita. Mientras canta, se entretiene en
coger flores.

Caperucita: En mi cabecita
llevo una capita
rojita, rojita.
Soy Caperucita.

Caperucita Roja soy


ya lo saben señores
solita por el bosque voy
me paro a coger flores.
Me paro a coger flores…
Me paro a coger flores…
Caperucita Roja soy,
ya lo saben, señores.

En mi cabecita
llevo una capita
rojita, rojita.
Soy Caperucita.

A ver a mi abuelita voy.


con todos mis amores,
en el día de hoy
le dieron los dolores.
Le dieron los dolores…
Le dieron los dolores…
A ver a mi abuelita voy,
con todos mis amores.

¿Caperucita Roja? de José Ignacio Juá Juárez Teatro Arbolé 2006 Pág.14 de 22
En mi cabecita
llevo una capita
rojita, rojita.
Soy Caperucita.

Al lobo desde hoy


no temeré, señores
en medio del bosque estoy
sola y sin temores.
Sola y sin temores…
Sola y sin temores…
Al lobo desde hoy,
no temeré, señores.

Escena 7ª
Aparece el lobo grande.

Lobo: Ya estoy aquí. Parece que Caperucita todavía no ha


llegado, he sido el primero. Ja, ja, se me hace la boca
agua de pensar en esa cestita llena de cosas ricas.
Entraré a esperar a Caperucita en casa de su abuelita.

El lobo abre y cierra rápidamente la puerta del


armario que es la casa de la abuelita, aunque
dejando la puerta abierta.

Lobo: ¿Qué hago?. En cuanto la anciana me vea, pensará que


voy a comérmela. Eso es lo que ha ido diciendo ese
embustero cazador. Qué raro, no he visto a nadie.
(Mirando dentro varias veces) Parece que no hay
nadie… Parece que la casa está vacía. ¡Que raro!.
Caperucita dijo que la abuelita estaba enferma, y, sin
embargo, no está en casa. (Horrorizado) ¡Ha
desaparecido!. ¡Dios mío, ha desaparecido!. Ahora
todos dirán que yo me la he comido. Nadie me creerá si
digo que ya no estaba aquí cuando yo llegué.

El lobo baja al público.

Lobo: Ahora si que soy un lobo muerto… llamarán a ese


cazador para que me de caza. Ya veo mi piel de
alfombra en casa de ese maldito cazador. Pero yo no he
sido, yo no me he comido a la abuelita. Vosotros lo
habéis visto. ¿Verdad que lo habéis visto?. Cuando yo
he llegado la abuela ya no estaba. ¿Verdad?.Yo no he
sido.

¿Caperucita Roja? de José Ignacio Juá Juárez Teatro Arbolé 2006 Pág.15 de 22
Se oye a Caperucita que llega.

Caperucita: En mi cabecita
llevo una capita
rojita, rojita.
Soy Caperucita.
Lobo: ¡Cielos!. ¡Alguien llega!. Es Caperucita… ¿Qué puedo
hacer?. Ahora no puedo escapar. Me esconderé.
(Vuelve a subir al escenario). ¿Dónde?. (Se esconde
cómicamente primero poniéndose la silla encima, luego
debajo de la mesa, detrás del bosque, etc.) Dentro de
casa. Eso, me escondo en la casa de la abuela.

El lobo se esconde detrás del mueble de la


abuelita. Aparece Caperucita.

Casa de la abuela

Caperucita: A ver a mi abuelita voy.


con todos mis amores,
en el día de hoy
le dieron los dolores.
Le dieron los dolores…
Le dieron los dolores…
A ver a mi abuelita voy,
con todos mis amores.
Ya estoy aquí. El camino era mas largo, pero no he
encontrado al lobo. ¿Dónde estará?. Bueno… de todas
maneras ya estoy aquí, voy a llamar. (Llama)
¡Abuelita… abuelita… soy Caperucita!. Que raro no
contesta. Llamaré otra vez.

Llama varias veces.

Caperucita: Parece que no está. (Sigue llamando). ¿Qué raro?. Si


está enferma no puede salir de casa. No me contesta.
No estará… espera… ¿no se la habrá comido el lobo?
Seguro que se la ha comido el lobo. ¡Abuelita! ¿Estás
ahí?. ¿Se te ha comido el lobo?.
Lobo: (El lobo grande manipula el lobo pequeño desde detrás
del armario, pero sin ocultarse del público) ¡No!, no se
me ha comido ningún lobo, los lobos no comen
abuelitas.
Caperucita: Está en casa. Menos mal. Debía de estar durmiendo y
por eso tiene esa voz tan extraña. ¿Abuelita estas
bién?.
Lobo: Si, niña, si.
Caperucita: Tienes la voz muy extraña.

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Lobo: (Carraspeando la voz) Es por el constipado.
Caperucita: Yo te cuidaré abuelita. Ábreme la puerta.
Lobo: No es necesario niña, vuelve pronto a tu casa.
Caperucita: ¿Seguro que no necesitas nada?
Lobo: Seguro Caperucita, seguro.
Caperucita: Está bien, me iré con mi cestita.
Lobo: Espera niña; (al público el lobo grande) no puede
llevarse esa cestita con el hambre que yo tengo. (Lobo
pequeño) No vayas cargada, déjame ahí la cestita, que
yo saldré a buscarla.
Caperucita: Ábreme y así te doy un besito.
Lobo: (Al público) ¿Qué hago?. No puedo quedarme sin la
cestita. Entra Caperucita, la puerta está abierta.
Caperucita: Dejo la cestita aquí y entro. Ya voy abuelita.

Caperucita entra en casa y aparece el lobo


(pequeño) disfrazado de abuela.

Caperucita: Abuelita, abuelita, ¡qué brazos tan grandes tienes!


Lobo: Son para abrazarte mejor, hija mía.
Caperucita: Abuelita, abuelita, ¡qué piernas tan grandes tiene!
Lobo: Son para correr mejor, hija mía.
Caperucita: Abuelita, abuelita, ¡qué orejas tan grandes tiene!
Lobo: Son para oír mejor, hija mía.
Caperucita: Abuelita, abuelita, ¡que ojos tan grandes tiene!
Lobo: Son para ver mejor, hija mía.
Caperucita: Abuelita, abuelita, ¡qué dientes tan grandes tiene!
Lobo: Son… son… son…
Caperucita: ¿Para qué abuelita?
Lobo: Son… ¡Para comer mejor el guisadito de tu mamá!.
Caperucita: ¿Pero tu te crees que soy tonta?
Lobo: ¿Porqué dices eso nietecita?
Caperucita: Ni nietecita ni leches, como si yo no conociera a mi
abuela. ¿Te crees que estoy ciega?
Lobo: Pero… pero yo… yo…
Caperucita: ¡Tu eres el Lobo!.
Lobo: No… no… yo no soy el lobo. Yo no soy de color morado.
Caperucita: Morado te voy a poner yo a bofetadas como no me

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digas pronto lo que has hecho con mi abuela.
Lobo: Está bien. (Sale de la cama y cierra la puerta del
armario. Ahora es el lobo grande) Si, soy el lobo, pero
yo no le he hecho nada a tu abuela, cuando llegué no
estaba en casa, y como tenía tanta hambre…
Caperucita: Querías comérteme a mi también.
Lobo: Yo solo quería tu cestita, las cositas que te ha puesto tu
mamá, soy un lobo hambriento.
Caperucita: Y por eso te has comido a mi abuela y te me querías
comer a mí.
Lobo: Eso son las mentiras de ese cazador que solo quiere
matarme y hacerse un bolso con mi piel. Pregúntales a
ellos, ellos te dirán que yo no me he comido a tu
abuela.
Caperucita: ¿Se ha comido el lobo a la abuelita?. (No). ¿Seguro?
(Sí). Entonces, ¿donde está mi abuelita?. (En el
armario). ¿En el armario?. (Sí).
Lobo: Ves como yo no he sido.
Caperucita: Dicen que mi abuelita está en el armario.
Lobo: ¿Qué raro?.
Caperucita: Mira a ver.
Lobo: A ver… (Abre el armario y descubre a la abuela) ¡Es
cierto!. Aquí está la abuelita.

Comienza a oírse a la abuela.

Abuela: ¡Ay…!
Caperucita: Abuelita… estas aquí.
Abuela: (Saliendo) Ay… ay… ay…
Caperucita: ¡Abuelita, que mala cara tienes!
Abuela: Solo de verte ya me pongo alegre. (Ve al lobo) Aaaa…
Un lobo. ¡Socorro!. ¡Quiere comernos!
Lobo: ¡Que manía…! ¡Qué yo no me como a nadie!.
Caperucita: No abuela, el lobo no quiere comernos.
Abuela: Pues tiene cara de hambre.
Lobo: Eso si que es verdad, estoy a punto de morir de
hambre. Escuchen… (Muestra su estómago y se oyen
los ruidos)
Caperucita: ¡Que rugidos!

Cara alegre para la abuela.

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Lobo: Es mi estómago, mi pobre estómago vacío.
Abuela: ¡Pobre lobo!. Yo te daría algo, pero no tengo nada.
Caperucita: Mira abuelita las cosas que me había dado mi mamá
para ti, pensando que estabas enferma.
Abuela: Pero yo no estoy enferma, no lo necesito.
Caperucita: ¿Y si se lo damos al lobo?
Abuelita: ¡Que gran idea!. Para usted la cestita señor lobo.
Lobo: ¿De verdad?.
Caperucita: Claro.
Abuela: Toma todo… (La abuelita saca todo de la cestita y se lo
da al lobo) …espera, esto no, que a mi me vendrá bien
para el susto. (Se queda la botella de vino)
Lobo: Gracias… gracias… muchas gracias… Ahora mismo me
voy al bosque a comerlo todo… bueno, y a esconderme
de ese cazador.
Caperucita: Buen provecho señor lobo.
Abuela: Y tenga cuidado con ese cazador.
Lobo: Lo tendré. Adiós… adiós y muchas gracias.
Caperucita: Adiós.
Abuela: Adiós.

Se va el lobo.

Escena 8ª
Casa de la abuela

Cambio rápido. El titiritero deberá ponerse la ropa


del cazador encima de la del lobo.

Aparece el cazador.

Cazador: Seguramente ese lobo ya habrá dado buena cuenta de


Caperucita… pobre niña… con lo bonita que era… y lo
bien que le sentaba esa caperuza roja… ¡Ja, ja, ja! Y
ahora a cazar al lobo. A la una… a las dos… y a las
tres…

De un salto se planta delante de las dos tan


ensimismado que no ve nada.

Cazador: Alto maldito lobo… lobo comeniños… lobo

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comeabuelas… lobo comecaperucitas… lobo come…
(las ve) la abuela… caperucita… los niños… ¿y el lobo?.
¿Dónde está el lobo?. ¡Que no se mueva nadie! ¡Alto!
(Buscando por todos sitios) ¿Dónde está el lobo?
Caperucita: Donde tu no puedes encontrarlo.
Cazador: Decidme donde está el lobo para que yo pueda matarlo.
Abuela: No te diremos nada porque eres un cazador sanguinario
y cruel.
Cazador: Esta vieja está empezando a cansarme.
Caperucita: ¡No le hables así a mi abuela o te doy con la cesta!
Cazador: Y la niña también me tiene harto. Ahora mismo las dos
al armario.
Abuela: Otra vez al armario no. ¡Socorro!.
Caperucita: ¡Auxilio!.

El cazador las vuelve a meter al armario.

Cazador: Para que no se vuelvan a escapar, ahora mismo las tiro


al río, eso, las tiro al río y digo… (triunfal) que se las
comió el lobo.

Comienzan a oírse los ruidos del estómago del


lobo. Van aumentando hasta la aparición de él.

Cazador: ¿Qué es eso?. ¡Que ruidos tan horribles!. Parecen los


rugidos de una fiera. ¿Será el lobo?. (Mira por todos
lados empezando a temblar) Menos mal que tengo mi
cuchillo para acuchillar… (Aullido) ¡Ay!. (Lo suelta). Mi
pistola para disparar… (Aullido) ¡Ay!. (La suelta). Mi
fusil para fusilar… (Aullido) ¡Ay!. (Lo suelta). Y mis
dientes…. ¿Será el lobo?. ¿Dónde estará?. (Tiembla y
tropieza de espaldas con la percha) ¿Qué es esto?.
(Tanteando encuentra la careta del lobo que colgaba).
Tiene orejas de lobo… hocico de lobo… es… es.. el lobo.
¡El lobo!.
Lobo: Si, soy el lobo, ahora verás…

El titiritero se pone la careta de lobo, los


elementos de cazador y lobo se mezclan, pelea por
el escenario. El titiritero va sacándose la ropa del
cazador dejando ver la del lobo. Finalmente el lobo
se come al cazador (muy ostentosamente va
metiendo la chaqueta del cazador en su tripa,
debajo de su traje).

Lobo: Ahora si que ya no tengo hambre. Y ahora a salvar a


Caperucita y a la abuelita. ¿Qué habrá hecho este

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cazador con ellas?. ¿Dónde estarán?. (El público se lo
indica).¿En el armario… pobres… voy a sacarlas
inmediatamente.

Saca a la abuela.

Abuela: ¡Socorro!. ¡El cazador otra vez!


Lobo: No señora, que soy el lobo.
Abuela: ¡Es usted señor lobo… que alegría verle!

El titiritero pinta una sonrisa en su cara.

Lobo: ¡Eh! Es verdad… la abuelita se alegra de verme.


Caperucita: Sáqueme de aquí, que me ahogo.
Lobo: Ahora mismo Caperucita. (La saca)
Caperucita: Muchas gracias señor lobo.
Abuela: ¿Pero dónde está el cazador?.
Lobo: Digamos que en un sitio donde ya no nos molestará
mas.
Caperucita: ¡Que gordo que está usted señor lobo?
Lobo: Es que me comí todo lo que tu mamá había preparado.
Abuela: Dígame señor lobo, ¿No quiere quedarse a vivir con
nosotras?
Lobo: Muchas gracias señora, pero soy un lobo solitario, y
añoro vivir en el bosque y aullar a la luna por las
noches.

Deja a las dos sobre la percha pero erguidas no


colgadas.

Abuela: Adiós entonces señor lobo.


Lobo: Adiós abuelita.
Caperucita: Adiós señor lobo.
Lobo: Adiós Caperucita
Caperucita: Vuelva cuando quiera.
Lobo: Gracias Caperucita, adiós. Adiós a todos… adiós.

El titiritero se quita la máscara de lobo

Titiritero: Aquel día Caperucita, la abuelita y todos los que vivían


en aquel bosque aprendieron una cosa: a no tener
miedo de las mentiras de ningún cazador armado hasta
los dientes.

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Y así fue como a partir de entonces en aquel bosque
reino la paz y volvieron a oírse juntos los aullidos del
lobo… (Aullido), y las canciones de los niños. (Canción
de Caperucita)

La escena, poco a poco, va quedando oscura.

Fin

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