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Prólogo
El primero en encender la chispa acerca de la importancia de Sor Juana Inés de la Cruz fue
Amado Nervo en 1931. Octavio Paz comienza el estudio acerca de la poetisa con un pequeño
ensayo en 1971 y termina con esta gran obra en 1981. Subraya que la obra de Sor Juana está
atravesada por la palabra seducción tanto por lo que despertaba su persona como su obra.
Para Octavio Paz resulta importante el hecho de que gran parte de la obra de Sor Juana sea
poesía ya que esta es siempre transgresión de la racionalidad y moralidad. La poesía es por
naturaleza extemporánea. Según el autor los escritores escriben en una época determinada
según el sistema de autorizaciones y prohibiciones que existen. Sor Juana tuvo muchos
censores a los que Octavio Paz llama “lectores terribles” (el arzobispo, el inquisidor, etc.). En su
respuesta a Sor Filotea de la Cruz lo deja claro: “no quiero ruidos con la inquisición”. La zona
de lo que no se puede decir está marcada por la presencia de esos lectores terribles. Aún así
por su voz habla una voz otra, irrupción que han percibido sus lectores. La obra sobrevive
gracias a estas interpretaciones que son en realidad resurrecciones.
PLURALISMO-PATRIMONIALISMO-EQUILIBRIO DE FUERZAS
2. El estrado y el púlpito
La corte virreinal fue el modelo de la vida social de la Nueva España. Ejerció una doble
función civilizadora: transmitió a la sociedad novohispana los modelos de cultura
aristocrática europea y propuso un modelo de imitación distinto: la iglesia y la
universidad. Era una sociedad pre moderna con un estado absolutista basado en la
ortodoxia religiosa.
La reforma protestante es un elemento que diferencia entre sociedades modernas y
pre modernas. Algunos países adoptaron la modernidad sin protestantismo como en
Francia donde la democracia anticatólica y anticlerical debido a que fue un
movimiento laico. En cambio los que adoptaron la reforma poseían dos ideologías
distintas, los calvinistas que creían en la predestinación como los anglosajones y por
otro lado los jansenistas. La modernidad no es un elemento que aparezca en España ni
en sus dominios americanos ya que en los países en los que se desarrolló, como
Francia, fue una conciencia antes que una acción. En Hispanoamérica fue una ideología
trasplantada, adquirida. La clave de la conquista de Nueva España está en la
evangelización. Cada sociedad al definirse a sí misma define a otra. Esta definición
asume casi siempre la forma de una condenación, el otro es un ser fuera de la ley:
Helenos-bárbaros, paganos-cristianos y civilización-barbarie. El término civilización fue
acuñado por primera vez por Erasmo de Rotterdam, para la mayoría de Europa tenía
un sentido burgués (urbano-cortés-público) pero en España tenía un sentido
peyorativo debido a la persistencia de rasgos pre modernos aristocráticos.
La evangelización de Nueva España se basaba en la conversión de los nativos incluso
por la Guerra Santa debido a que la línea divisoria paganismo-cristianismo estaba
atravesada por una fuerte ortodoxia. Esta se basaba en la presencia de una iglesia y
un estado representado por un poder central en España. Había ciertos elementos del
neo otomismo (filosofía escolástica medieval) “la sociedad era un sistema jerárquico
en el cual cada persona y cada grupo sirven a propósitos de orden general y universal
que lo transciende”. Este universalismo se funda en un concepto contrario al que se
regía el estado moderno debido a que no es producto de un contrato social y hay un
soberano aceptado por todos, doble universalidad la de la iglesia y la de la monarquía.
Siglo XVII: Tensión entre el poder político y militar español con el poder económico criollo
(eran españoles pero no lo eran) y también con el poder religioso. Asimismo, los mestizos
duplicaban la ambigüedad criolla, la ilegitimidad era su destino, los hijos verdaderos de la
Nueva España.
3. Sincretismo e imperio
La política religiosa del siglo XVI fue el de la tabula rasa. En el siglo XVII a esta le sigue
la del puente: establecer una vía de comunicación más sobrenatural que natural entre
el mundo indígena y el cristiano. Se buscaba en el cristianismo prefiguraciones y signos
en la cultura mexicana. La estrategia de los Jesuitas fue una visión del estado del
mundo como un paulatino desvelamiento de la verdad universal. La totalidad de esa
verdad era el cristianismo y la pasión de Jesús. El sincretismo de los jesuitas del siglo
XVII podría compararse con la política de San Pablo (quien cortó los lazos con el
judaísmo) quien explicaba que no son incompatibles los cultos con las creencias
cristianas. Los franciscanos lograron la condenación papal de esas opiniones. Las ideas
de los Jesuitas provocaron por su tendencia separatista en el despertar del espíritu
criollo. Confusamente el criollo se sentía heredero de los dos imperios, amaban el
pasado indio pero odiaban a los indios. La imagen de Roma se confundía con la de
México Technotichlan. El despertar del espíritu criollo coincidía con el acceso de los
jesuitas que desplazaron a los funcionarios y se convirtieron en la orden más poderosa
e influyente de la Nueva España. Ellos no solo fueron los maestros de los criollos sino
sus voceros y conciencia. El sincretismo Jesuita unido a su creciente patriotismo criollo
no solo modificó la actitud tradicional frente a la civilización india sino que provocó
una suerte de resurrección de ese pasado. En esa resurrección la influencia del
humanismo clásico también fue capital. También lo fue la operación de analogía
histórica y la imaginación en la cual romanizaron a México Technotichlan. La
resurrección del mundo azteca fue su transfiguración en el espejo imperial del
humanismo (como Roma México fue primero pagana y después cristiana). La tentativa
jesuita debe verse desde la perspectiva de la contrarreforma. La fuente del sincretismo
jesuita se encuentra en el hermetismo neoplatónico renacentista (Filosofía hermética
de Hermes Trimegisto).
La tentativa imperial a pesar de su pretensión de universalidad ignoraba un
particularismo que estaba constituido por el grupo de los mestizos (no se resolvía la
contradicción real entre los criollos y los mestizos) el imperio era una universalidad a la
que no tenían acceso los segundos. Por eso la realidad hizo añicos el proyecto ideal. El
primer golpe fue la expulsión de los jesuitas por Carlos III. El segundo golpe fue la
Guerra de la Independencia. La expulsión de los jesuitas les sacó a los criollos su
fundamento teológico. La independencia aumentó las tensiones separatistas de los
criollos pero en un sentido contraproducente para ellos: los verdaderos vencedores
como se vería mas tarde habían sido los mestizos. Los criollos no pudieron defender la
contradicción histórica a la que se enfrentaron al otro día de la independencia: el
tránsito de la sociedad novohispana a una nueva nación independiente exigía al
mismo tiempo una ruptura y una continuidad. Los criollos se dividieron en una
república federal y una monarquía central. Ganaron en apariencia los de la federación
pero en realidad México siguió siendo un estado centralista y patrimonialista. No
tuvieron reyes sino caudillos y dictadores constitucionales que llamaron presidentes.
En el siglo XVII la aparición de la Virgen de Guadalupe precisamente en el santuario de
una diosa india era la confirmación del carácter único y singular de la Nueva España
insinuaba una misteriosa conexión entre el mundo pre colombino y cristiano. Se
transformó en un culto nacional. La virgen es el punto de unión entre criollos, indios y
mestizos y ha sido la respuesta a una triple orfandad: la de los indios porque
Guadalupe Tonatnzin es la transfiguración de sus antiguas divinidades femeninas, la
de los criollos porque la aparición de la virgen convirtió a la tierra de la Nueva España
en una madre más real que la España; la de los mestizos porque la virgen fue y es la
reconciliación con su origen y el fin de su ilegitimidad. Otra manifestación del
sincretismo fue la demostración de que el evangelio había sido predicado antes de la
llegada de los españoles nada menos que por el apóstol Santo Tomás conocido por los
indios con el nombre de Quetzalcóatl.
La sociedad de Nueva España era una sociedad estática quería imitar en la tierra el
orden eterno. La Edad Moderna ha sido la negación de las ideas que inspiraron a
Nueva España. La misma nació como un movimiento de crítica radical. El cambio es lo
que pone en marcha la historia. La edad moderna empezó por criticar la religión, la
crítica de la reforma fue antirreligiosa. La religiosidad de Nueva España fue una
estrategia para enfrentar la historia y los cambios. Era una filosofía defensiva
protectora de la fe de Roma, la neo escolástica era la defensora de la monarquía y el
imperio. En el siglo XVII Nueva España era una sociedad muy fuerte. México cambió y
ese cambio fue un desgarramiento, una herida que aun no sana.
4. Una literatura trasplantada
El concepto de “cultura “en Nueva España puede entenderse en el sentido más
limitado de la palabra como producción, circulación y comunicación de novedades
artísticas y filosóficas solo para una minoría de la población. La reina de las ciencias era
la Teología producto de la tradición cristiana y el humanismo clásico. Solo una minoría
tenía acceso a las grandes instituciones educativas de la época que eran la iglesia, la
universidad y la corte. La corte era rival de la iglesia y la universidad, centros de
irradiación estética y cultural. La aristocracia tenía ambiciones literarias y artísticas. El
gongorismo era la estética aristocrática.
La literatura novohispánica era minoritaria, docta, profundamente religiosa, hermética
y aristocrática. Leída por hombres y escrita por ellos. Es extraordinario que el escritor
más importante de Nueva España haya sido una mujer: Sor Juana Inés de la Cruz. Ni la
universidad ni los colegios de educación superior estaban abiertos a las mujeres. Para
instruirse Sor Juana combinó los únicos dos modos posibles de acceder a la cultura: el
religioso y el palaciego. La cultura novohispanica fue ante todo verbal (el púlpito, la
cátedra y la tertulia).Irving Leonard ha demostrado que se leían muchos libros
prohibidos por la inquisición. La literatura castellana viajó en el siglo XVI trasplantada
a tierras americanas. Su arraigo fue lento y difícil. Antes de la colonización México y
Perú ya tenían otro lenguaje, el de sus grandes civilizaciones. Más que una visión de
mundo una civilización es un mundo (de objetos, de nombres, etc.). Desde su
nacimiento la literatura del Nuevo Mundo tuvo conciencia de su realidad: la sombra
del otro verdadero, lenguaje de fantasmas. Desde el principio en poesía se
desarrollaba la rama culta y la popular y una tercera corriente, la edificante al servicio
de la evangelización de los naturales. La poesía tradicional penetró en México con los
conquistadores. En el siglo XVI predominan las formas y maneras renacentistas
aclimatadas en nuestra lengua por Garcilaso. Las raíces de la poesía mexicana no están
ni en la Edad Media ni en un posible clasicismo sino en el momento de transito del
renacimiento al barroco que fue el manierismo del siglo XVI. Es un periodo largo, rico y
original. Podemos hablar de dos características del barroco novohispano. No fue solo
el periodo más rico en figuras literarias sino que fue el más largo pues se extiende a
mediados del siglo XVI y además poderosamente original. Con frecuencia se ha
querido explicar el barroco como una consecuencia de factores históricos, psicológicos
y religiosos: La crisis del orden católico, el descalabro de la gran armada, la inflación y
la crisis económica en España, los descubrimientos de la física y la química que
hicieron tambalear al tomismo y a la neo escolástica. Todo esto coincidió con una
crisis espiritual y una continua tensión entre el cuerpo y el alma. Esta discordia
psíquica y moral se resolvió en un arte moderno. Manierismo y Barroco representan el
triunfo de la subjetividad del creador frente a la doble tiranía del canon estético y del
modelo natural.
La universidad y la iglesia produjeron una literatura de certamen. Los llamaban “justas
poéticas”. Leonard comenta algunas de las particularidades del verso barroco: los
ecos: “sagrada agrada”, los acrósticos, las aliteraciones, poemas que admitían dos o
tres lecturas, las poesías retrogradas que podían leerse de arriba para abajo o de abajo
para arriba, los centones, poemas hechos de versos ajenos , casi siempre de Góngora,
las paronomasias “me despierta odio al oído” entre otras.
En prosa las preocupaciones religiosas adoptaron las del sermón. Sor Juana como
mujer no podía decir sermones pero si podía escribir críticas de ellos. Eso es lo que
hizo justamente en su célebre carta atenagòrica. Otro rasgo que revela la carta es que
la teología se utilizaba como máscara para discutir temas políticos a veces no tenían
otro objeto que descubrir las diferencias entre los distintos individuos y grupos. En el
siglo XVII las diferencias se ventilaban en el púlpito. Sabemos que la carta atenagòrica
provocó muchas discusiones. El convento ocupaba un lugar intermedio entre la corte y
la iglesia.
Hay una conjunción entre la sensibilidad criolla y el estilo barroco. Los estilos artísticos
son siempre transnacionales y el barroco lo fue acertadamente. La estética barroca
acepta todos los particularismos y todas las excepciones. Precisamente por ser la
técnica de la extrañeza su meta es asombrar y maravillar, por ello la extrañeza de ser
criollo recubría un acto de compensación.
Segunda parte
1. La familia Ramírez
Para estudiar la vida de Sor Juana disponemos de dos textos básicos: Su carta al obispo de
Puebla, Manuel Fernández de Santa Cruz, Respuesta a sor filotea de la cruz, y la biografía del
jesuita Diego Calleja. Los dos textos tienen lagunas y defectos. La respuesta al obispo de
Puebla fue escrita con ánimo defensivo y en medio de un larga polémica. Contiene
revelaciones precisas pero no toca un periodo esencial: sus años en la corte y guarda silencio
sobre otros aspectos de su vida. No es una autobiografía sino una autodefensa.
Calleja no conoció a Sor Juana pero trató a varias personas que habían sido sus amigos como el
Marques de Mancera. Sostuvo además correspondencia con ella. La biografía de Calleja es, en
realidad, una narración edificante en el que los mínimos incidentes de su vida son signos y
señales sobrenaturales de su ascenso hacia la virtud y la santidad. Dorothy Schons abrió el
camino hacia la biografía crítica.
Hay tres misterios en la vida de Sor Juana: 1. ¿Por qué tomó el velo? 2. ¿cómo se llamaba
realmente Juana Ramírez o Juana de Asbaje?3. ¿Por qué en plena madurez intelectual
renunció a las letras?.
Pfandl escribió un extenso volumen sobre Sor Juana y habla del narcisismo de la monja y lo
relaciona con tendencias propiamente masculinas. Parte de la idea de la época de los tipos
biológicos fijos femenino y masculino son para él categorías fijas e inmutables. Los casos
intersexuales como Sor Juana derivan su sexualidad enfermiza hacia la literatura o la vida
pública. Pfandl identifica el mundo del saber y las letras con lo masculino y así coincide con sus
persecutores. La descripción de Pfandl no se ajusta a la realidad. La “masculinidad” de Sor
Juana fue más bien psicológica que biológica y más social que psicológica. Luego habla de una
“fijación de la imagen paterna”, el transito del narcisismo primario (autoerotismo infantil) al
secundario fue para Sor Juana como pasar gramaticalmente del modo transitivo al reflexivo. La
intuición de Pfandl debe completarse y corregirse, Sor Juana trasciende el narcisismo común y
corriente por la introspección. Su narcisismo contiene un elemento crítico o más bien
autocritico y esto es lo que la distingue del narcisismo vulgar o del simple neurótico. Sor Juana
no se mira para admirarse sino que al admirarse se mira y al admirarse se explora. Pfandl
ignoró casi del todo las circunstancias sociales e históricas nunca reparó en el carácter
masculino de la cultura y el mundo en que vivía Juana Inés. Su método es risueño,
A Dorothy Schons debemos la tentativa de insertar la vida y obra de Sor Juana en la historia de
la sociedad novohispana del siglo XVII. La erudita norteamericana trató de comprender el
feminismo de la poetisa como una reacción frente a la sociedad hispánica, su acentuada
misoginia y su cerrado universo masculino.
Según Calleja Juana Ramírez de Asbaje en 1651 en una alquería pero hay razones para creer
que se equivocó. Se cree que la fecha de nacimiento se encuentra en un acta de bautismo
datada en 1648. Hay un misterio en torno a la figura del padre se cree que fue Pedro Manuel
de Asbaje. No se sabe si un caballero vizcaíno o un cura. Juana Inés apenas menciona el
nombre de su padre, mientras vivió llevó el apellido de su madre (Ramírez). Hay que tener en
cuenta que el siglo XVII era una época de opuestos: rigorismo y libertinaje eran una
combinación habitual, por lo que el hecho de que la madre de Sor Juana tuviera tres hijos con
un hombre y otros tres con otro no despertaba un gran escándalo.
El rasgo característico de Juana Inés durante su infancia fue la curiosidad intelectual “podía
más el deseo de saber que el de comer” manifiesta en su respuesta a Sor filotea. A los seis
años ya sabía leer y escribir en base a engaños para que la maestra de su hermana le enseñase.
También se le ocurrió pedirle a su madre que la enviase a la universidad vestida de hombre.
No es casual que las memorias infantiles de Sor Juana hayan dado lugar a la hipótesis acerca
de su masculinidad, la clave de su situación psíquica, la naturaleza de sus vínculos compuesta
por el triángulo amoroso de su madre y sus dos amantes. Hay distintas pruebas del abandono
de su padre biológico, Pedro Manuel de Asbaje, las relaciones con los ausentes están a merced
de nuestra subjetividad. El ausente es una proyección de nuestros deseos odios y temores.
Experimentamos la ausencia como un vacio y a este lo llenamos con nuestras imaginaciones.
¿Cuál es la imagen que se hacía Juana Inés de su padre?La proyección infantil de la imagen
paternal es, en sí misma, compleja: tres imágenes se mezclaban, sin duda, en la imagen de su
paternidad, la del padre biológico Pedro Manuel de Asbaje, la de su sustituto y rival, Diego Ruiz
Lozano y la del abuelo con el que vivió y al que seguramente consideraba como su verdadero
padre. El abuelo murió cuando ella tenía 8 años. Ante el abandono paterno, Sor Juana como el
común de los niños debe haberlo matado y enterrado simbólicamente. Matar en sueños al que
queremos y nos ha dejado es una compensación psíquica. Con esto quiero decir que el padre
no solo fue un ausente sino un fantasma para Juana Inés. Sus poemas amorosos no giran
nunca en torno a la presencia del amado sino a una imagen. La persona querida aparece como
un ser de humo. Es indudable la ambigüedad de sus sentimientos frente al fantasma de su
padre. El ausente era un destino, un muerto y un desaparecido. Doble transgresión matar a su
padre y asumir así no la imagen de la madre sino la masculina. Pero esa masculinización es
negada por un segundo movimiento de su vida psíquica: Juana Inés convierte al fantasma
paternal en el espectro de su marido y ella se transforma en su viuda. Así se realiza la
identificación con la madre (la verdadera viuda de Asbaje) y la masculinización se trueca en
feminización. Juana Inés sustituye idealmente a su madre y la trasciende. Toma a la diosa
egipcia Iris para asignar en sus poemas una doble maternidad: la natural y la de los símbolos.
La segunda trasciende a la primera y Sor Juana se reconocen ella.
¿Por qué cuando nada en su vida era indicio de una vocación religiosa abandonó la corte y se
encerró en el convento? Las respuestas son tan variadas como las interpretaciones. Una de
ellas consiste en atribuir la decisión de sor Juana a un amor desdichado. Esta hipótesis
comprende una gama muy rica de interpretaciones. La mayoría variantes del viejo tema
romántico del Obstáculo que es uno de los ingredientes de la imagen tradicional del amor. A la
idea del amor como transgresión corresponde necesariamente la de amor como obstáculo.
Estas interpretaciones parten de un equívoco sentimental que se convirtió en un error crítico:
leer con ojos románticos un texto barroco. Toda la naturaleza psicológica de Juana Inés niega
esta hipótesis. En torno a su posible homosexualidad Octavio Paz considera que sería mejor
sostener una Sor Juana ambigua y que sus vínculos con lo femenino son más complejos de
explicar. Ella misma escribe que no tenía ninguna inclinación por el estado matrimonial.
La antigüedad nos dejó dos arquetipos femeninos: Venus y Diana. Sor Juana estaba más cerca
de Diana. Los poemas que han analizado los críticos si bien son de temática amorosa son
esquemas arquetípicos del amor propios del barroco y no puede aceptarse sin más que poseen
un valor confesional. Justamente por eso puede hacerse un tratado de amor con sus poemas:
son conceptos y arquetipos no confesiones. Los poemas eróticos de Sor Juana son ilustraciones
de una metafísica, una estética y una retórica que vienen de la poesía Provenzal y de Dante y
son recogidos por Petrarca que inspiran a los poetas del Renacimiento y de la edad barroca.
La vida religiosa en el siglo XVII era una profesión. El convento era un acomodo, para poder
ingresar había que tener una dote o pertenecer a una familia reconocida pero Núñez de
Miranda gracias a las donaciones del acaudalado Pedro Velázquez de la Cadena se paga la dote
de Juana Inés. El convento no era una escala hacia Dios sino el refugio de una mujer que
estaba sola en el mundo. La palabra clave en su Respuesta a sor Filotea no es santidad sino
decencia y esto se apoyaba en su negación al matrimonio.
Tercera parte:
En relación al ascetismo hizo que el cuerpo se convirtiera en signo sobre el cual se producían
actos penitentes y flagelantes. Las jerónimas tenían como arte el martirizarse a sí mismas y a
sus hermanas. En los conventos había una política hecha de rebeliones, querellas e intrigas.
En el convento la vida comunal era nula, cada una vivía en su celda, aunque las reglas decían lo
contrario. El extraordinario con este género de vida es que no hayan enloquecido todas y que
sor Juana no se haya dejado llevar por la “pasión cabalista” que nos lleva a formar camarillas y
bandos. La pasión cabalista busca para satisfacerse la complicidad de los demás. Sor Juana se
quejó mucho de las envidias e intrigas de sus hermanas. Es casi seguro, además, que su
renuncia a las letras haya sido el resultado del odio clerical en su contra. Aunque las religiosas
llevaban una vida particular las monjas se veían unas a otras en sus celdas. Sor Juana alude a
estas visitas y las llama estorbos. Su vida social se producía con una sostenida correspondencia
con el exterior.
2. Ritos políticos:
El 8 de marzo de 1860 fue designado virrey de España el marqués de la Laguna, su esposa era
la condesa de Paredes quien incitó a Sor Juana a escribir El divino narciso y luego estuvo a
cargo del arco triunfal El Neptuno alegórico.
Kircher al igual que Sigüenza y Góngora quiso realizar una síntesis cristiana de las religiones
universales para él la clave estaba en Egipto. Los lectores novohispanos de aquel deben haber
acogido estas noticias con inmensa y comprensiva emoción. El sincretismo jesuita asume en
su obra un carácter total. Roma era el centro y el puente entre todas las religiones es el
antiguo Egipto. Su gran pasión fueron los jeroglíficos y como todos en su época los vio como
emblemas (pinturas simbólicas que escondían verdades divinas).
Sor Juana hace descender a Neptuno de Isis y así lo convierte en una deidad egipcia. Había
razones no del todo desinteresadas para esta identificación. Bajo Tolomeo Soter nació el culto
sincretista de Osiris Serapis. Este culto fue propagado por mercaderes y marineros egipcios por
todos los puertos del Mediterráneo. Su popularidad y lo de los puertos explica que a veces
haya sido identificado con Poseidón y más tarde con Neptuno. Pero a sor Juana le interesaba,
sobre todo, subrayar los nexos entre Neptuno y la sabiduría. Para convertirlo en hijo de Isis se
vale del método de Sigüenza y Góngora,
Sor Juana sostiene que Cartario confunde a Minerva con Isis y en realidad son la misma. En
ambos casos se trata de la sabiduría. En la tradición hermética de Egipto confluyen la sabiduría
pagana y la revelación bíblica. Que Sor Juana le atribuya a la sabiduría un papel femenino es
sorprendente. Ella conoció estas ideas a través de tratados sincretistas de la mitología y todas
las especulaciones del hermetismo neoplatónico. Al afirmar que la sabiduría es, en esencia,
femenina caía en una herejía y por ello sor Juana recurre a la etimología de Isis, is significa
varón en hebreo. Por lo tanto, Isis, es doblemente varón. Esta etimología la pone al abrigo de
toda sospecha. La diosa Isis es la personificación de la sabiduría por su origen doblemente
masculino. La etimología extravagante de Sor Juana revela su intimidad: es una decidida
exaltación de la condición femenina y sin embargo expresa una voluntad de trascender esa
condición. Los enigmas mitológicos con los que se deleita Sor Juana son mascaras que al
ocultarla la revelan. Isis es también la “madre universal” y a través de ella trasciende la
masculinidad. La identificación de Isis esconde un tercer elemento: hemos dicho que Sor Juana
transforma la imagen del padre en la imagen del marido muerto y ella adopta el papel de
viuda. La analogía con el mito de Isis y Osiris es turbadora y significativa. Cuando Osiris es
asesinado por Seth quien desparrama pedazos de su cadáver por toda la tierra. Isis encuentra
sus fragmentos y lo resucita. La historia de la resurrección de Osiris completa la identificación
de la viuda Juana Inés con la diosa. La materialidad se vuelve resurrección histórica del pasado
y de los muertos. Los agentes de resurrección son los signos, las letras. Así, con otra desviación
Juana Inés regresa a la femineidad para apropiarse del saber masculino, las letras y el saber.
Las sucesivas neutralizaciones bajo el hábito religioso son los sucesivos momentos de una
peregrinación hacia otra maternidad que encarna Isis: Juana Inés es la madre de las obras
poéticas vivas.
Cuarta parte:
1, Lisonjas y mercedes:
El gobierno de Juan de Austria fue un fracaso. Sus sucesores, Tomas de la Cerda y su ambiciosa
esposa no ejercieron un poder mucho mayor, para el nuevo virrey “gobernar era transigir y
transigir es ceder”. El acto más recordado de su gobierno fue el auto de fe de 1680 en el que
participaron (esos actos eran un espectáculo) el rey, la reina, la iglesia y 118 reos. 34 fueron
ajusticiados y 18 quemados vivos. El auto de fe tuvo como finalidad política distraer al pueblo
por los desaciertos financieros del gobierno. El gobierno del marqués de la Laguna no fue
brillante (sublevación de indios mexicanos y piratas) para evitar que los piratas tomen
posesión les pagó diversos rescates. Por las falencias de su gobierno culpó al gobernador y lo
mandó a degollar. Este apeló y se salvó gracias al Consejo de Indias. Su gobierno tuvo la suerte
de un federalismo involuntario. Mientras los virreyes iban y venían las aristocracias populares
perduraban. Parálisis intelectual y cultural por la educación de la Iglesia, especialmente, por
parte de los jesuitas. Repentino colapso de la clase dirigente. La decadencia apareció luego por
perdida de un proyecto nacional tras la sucesión de dirigentes avaros e ignorantes. Pero en los
años de gestión del Marqués de la Laguna hubo una gran vitalidad cultural. La existencia de
Sor Juana no es un milagro como pensaba Vossler sino que es uno de los signos de la
emergencia de la nueva sociedad. El colapso cultural se sitúa después de la independencia.
Situada entre dos mundos y dos épocas Nueva España estaba en un crepúsculo dorado. Estos
años fueron los más fecundos de Sor Juana: de esos años salió El divino Narciso y Primero
sueño y muchísimos poemas de encargo y circunstancias. Estos últimos poseían la función
ceremonial que constituía una estética, una ética y una moral de su época. La etiqueta es un
signo de la representación social. La etiqueta nunca es explicita ni literal y limita entre los que
saben y los que no. Exige un aprendizaje. Dice hasta aquí. La ceremonia representa la
geometría que encarna una visión de mundo. Es un ritual en el que confluyen los tres niveles
de la realidad: el divino, el natural y el político. A su vez este orden jerárquico reproduce de
alguna manera el orden de las cosas y los seres en el universo. El orden social es un muestrario
de poderes verticales y horizontales.
Sor Juana atraía los favores de la corte a la iglesia con sus poemas y lo logró en tiempos del
Marqués de la Laguna sobre todo con su esposa la condesa de Paredes. Sus escritos parecen
una declaración de amor exaltado. ¿Era sincera? Sí y no. Las expresiones hiperbólicas parecían
naturales en aquella época. La cortesía era una segunda naturaleza de la aristocracia y del
clero. El modelo de esa cortesía era la relación entre el superior y el inferior simbolizada por la
del rey y sus cortesanos, el cielo y los planetas, dios y las criaturas.
Se describe la naturaleza de las relaciones entre Sor Juana y la marquesa. Octavio Paz utiliza la
palabra amor para dar cuenta la naturaleza de esos vínculos.
2. Concilio de luceros:
“Ningún ser humano es enteramente transparente ni para los otros ni para él mismo” Sartre
Octavio Paz no intenta revelar los repliegues de la intimidad de sor Juana sino acercarse a su
vida y a su obra con la esperanza de comprenderlas en su complejidad. La verdadera biografía
no pretende ser el doble del sujeto ni sueña con dilucidarlo. Ambas son tareas imposibles. El
objeto de la biografía es convertir al personaje lejano en un amigo más o menos íntimo. La
comprensión de la persona que tal vez fue sor Juana depende a su vez de la compresión de la
historia que es también relativa y aproximada. Su mundo fue muy distinto al nuestro.
Fue un ser de palabras que vivió para y por la palabra. La lengua cambio en estos tres siglos y
el lenguaje de sus poemas nos parece exagerado. Estas hipérboles, llamar al rey sol, por
ejemplo, obedecían a un sistema de metáforas, metonimias y sinécdoques fundadas en una
triple equivalencia: El orden del universo era el modelo de la sociedad y ambas se reflejan en la
casa real (Nadie creía que el pobre Carlos II fuera realmente el sol). El lenguaje de sor Juana
refleja el patrimonialismo y el absolutismo de su tiempo. Se llamaba a si misma esclava aunque
sabía que no lo era. Los favoritos y los protegidos de los grandes pertenecían a la Casa por eso
se les llamaba también familiares. El Estado era la Casa. Esto lindaba con ideas y prácticas. Se
relacionaba con el concepto de “propiedad” el rey disponía de todos como “servidumbre
doméstica”. Por otro lado el señor era, como jefe de la casa, la imagen del padre. La relación
entre él y sus cortesanos y protegidos se asimilaba a la relación filial y a sus derivaciones. Los
dos órdenes se mezclaban en el lenguaje diario. El señor era considerado como padre y
propietario. Nadie encontraba extraño que sor Juana dirigiera a la Condesa de Paredes
expresiones en las que se mezclaban la retórica de los amantes con el lenguaje jurídico y
familiar. La fidelidad del enamorado, la lealtad del criado, y, el afecto del hijo eran sinónimos
que designaban una misma devolución: eran retórica cortesana e ideológica. Hay que leer los
poemas en el contexto de la amistad cortesana. Pero en ellos hay algo particular, la influencia
del neoplatonismo en el lenguaje desafiante. La condesa de Paredes había llevado a España los
manuscritos de sor Juana y es casi seguro que ella misma haya costeado la impresión. El libro
era un homenaje a su persona y a la Casa de los Laguna. El conjunto de poemas a la Condesa
de Paredes contiene un texto llamado “advertencia” probablemente escrito por un
compilador, por su contenido, Octavio Paz considera que puede tratarse del Padre Calleja
donde se da cuenta de la extrañeza de la relación de Sor Juana con la Condesa de Paredes.
La segunda explicación de que da cuenta la advertencia: “el conocimiento de las prendas que a
la virreina había dado el cielo” llevaron a Sor Juana a utilizar expresiones singulares para una
persona también singular. La condesa debe haber sido un ser fuera de lo común. En esto su
platonismo es franco: la belleza corporal es el primer grado.
La división de cuatro temperamentos cada uno determinado por un humor corporal es muy
antigua y aparece ya en Hipócrates. Esta teoría desarrollada ya en la civilización grecorromana
y por la medieval no desapareció sino hasta los albores de la Edad Moderna. Cuatro Humores:
sangre-flema-cólera y bilis negro. Eran la causa de cuatro temperamentos: los sanguíneos, los
flemáticos, los coléricos y los melancólicos. Los temperamentos estaban en relación con los
cuatro elementos y estaban sometidos a la influencia de los astros. Se transformó en una
teoría cosmológica de las pasiones y los tipos humanos que fue resultado de una larga
evolución que va desde la antigüedad estoica hasta los neoplatónicos. Los filósofos y médicos
las reelaboraron. Sus reflexiones influyeron en el Occidente Cristiano y prepararon el gran
florecimiento de la escolástica del siglo XVII. A su vez los poetas del Dolce Stil Novo lo
convirtieron en una poética del amor. Por último el hermetismo neoplatónico los sistematizo y
le dio su forma final. Esa fue la fuente de la bebió Sor Juana. Para el Renacimiento y la Edad
Barroca el hombre era un microcosmos, un teatro regido por las fuerzas del libre albedrio. Los
teólogos ortodoxos aceptaban la idea de que los planetas afectaban los comportamientos y los
acontecimientos. La Iglesia estaba en contra no de la astrología sino del determinismo
absoluto. Sor Juana creía en los poderes de los planetas. La acción de los astros, los elementos
y los humores producían la simpatía universal (consentimiento universal) soplo vivificante
(Pneuma) que luego es re elaborada y da origen a la idea de amor en Occidente. Los estoicos
convirtieron la idea médica de Pneuma y la convirtieron en el principio animador del cosmos y
de cada ser humano. Era tanto fuego primordial del sistema del cosmos y al mismo tiempo
motor vital de cada hombre, el alma de su alma, aquello que le daba su unidad y aquello que lo
hacía ponerse en relación con otros hombres y buscar amistad. Macrobio concepto de
“cuerpo astral” envoltura etérea del alma, puente entre dos realidades: cuerpo y alma. Dante
utilizó aquella teoría de los espíritus vitales. La dama se convierte en un espíritu vaporoso
como el Pneuma. El inicio del amor está en los spiritelli (suspiros). Los espíritus vitales venían
de la tradición médica árabe. La concepción de los neoplatónicos contenía dos ideas
incompatibles con el dogma cristiano: la existencia del alma antes del nacimiento y la
separación del cuerpo después de la muerte. La resurrección de los muertos es un misterio del
cristianismo. En Sor Juana es primordial el tema del viaje del alma pero relacionada no con el
amor sino con el conocimiento.
Ficino inventó la expresión amor platónico (Sor Juana no lo leyó pero si a su discípulo, Crinito).
Para Ficino, la “simpatía universal” es la afinidad hacia todas las cosas que es la atracción hacia
lo bueno “amor” que va de lo útil a lo perfecto, se resuelve en el bien y el bien sumo es dios. El
deseo es siempre contemplativo, no sexual. Para Ficino el amor debe ser reciproco, no así para
Sor Juana sino que se basa en la amistad y la caridad: “Amor no busca la paga” por todo ello el
amor no es exclusivamente el amor entre el hombre y la mujer. Ficino no es un fin sino un
comienzo. La historia del amor en Occidente puede verse como un proceso de liberación y
sublimación. Los poderes del amor son particularmente temidos en las sociedades jerárquicas.
Sin embargo una conjunción de circunstancias internas y externas en e seno de una sociedad
feudal y caballeresca, el amor se integró en el orden social en una de sus expresiones más
violentas como violación de las jerarquías sociales y transgresión de la institución matrimonial.
Asumió la forma del Rito, el amor cortés: poesía, música y trovador. Doble transgresión: la
poesía y el amor negaron al matrimonio, a las jerarquías y a los linajes. Además exaltaron a la
mujer y así le devolvieron su albedrio. La sublimación del a sexualidad fue el precio de la
conversión de la poesía erótica en ritual. Eros es un dios creador y destructor. Lo que
llamamos civilización es simultáneamente represión y sublimación de sus poderes. En todas las
sociedades los dos signos que definen a los hombres (signo cuerpo y signo no cuerpo)
entablan un dialogo encarnizado que a veces se resuelve en un instantáneo y delicado
equilibrio. La represión es contraproducente y se resuelve en estallidos y doble moral.
3. Religiosos incendios:
Los poemas dirigidos a la virreina deben haber causado cierto asombro sino hubiera sido
innecesaria la advertencia .Los poemas se insertaban con naturalidad en un género y en una
tradición: poemas cortesanos, homenajes de gratitud y declaraciones platónicas. El proceso de
sublimación que inició el amor cortés y que consumó el neoplatonismo renacentista logró
legitimar pasiones e inclinaciones que eran transgresiones de la moral sexual como las
relaciones fuera del matrimonio o entre personas del mismo sexo. Así mientras esos actos
eran cruelmente reprimidos no lo era su expresión sublimada. Los sentimientos que expresan
los poemas de Sor Juana son complejos y ambiguos. ¿Cómo justifica los vínculos con la
virreina? Los poemas cumplían esa legitimación. Amor, amistad y caridad. Sor Juana alude a La
índole espiritual de su amor (alma/cuerpo). La posición de la Virreina y Sor Juana aunque por
motivos distintos las colocaban por encima de las normas y las exigencias ordinarias. Pero
también acarreaba responsabilidades y pesadas servidumbres. Las dos mujeres eran en cierto
modo prisioneras de su rango. Sor Juana no estaba sometida a la autoridad de su marido pero
si a la del convento y a las intrigas de sus compañeras. Continúa correspondencia literaria
entre ambas. Freud: Libido poderosa y sin objeto de Sor Juana, vivió entre apariencias
fantasmales, entre sombras eróticas. Octavio Paz toma le concepto de melancolía de Marsilio
Ficino: “suerte de vacuidad interior” y la relaciona con la de Freud “vacio semejante al duelo”.
El duelo se diferencia de la melancolía debido a que la pérdida del objeto deseado es un caso
real y en la otra imaginaria.
Para la virreina y Sor Juana la relación con hombres estaba excluida. El excedente libidinal era
sustituido por una amiga. Su relación, aunque apasionada, fue casta. Neutralización de la
sexualidad. El nombre arcádico que le otorgó Sor Juana a la Condesa de Paredes fue Lisi:
“.. Solamente en el alma de religiosos incendios arde sacrificio puro de adoración y silencio..”
También, en ocasiones, la llama Filis. Se observa una tendencia andrógina en Sor Juana, la
profesión religiosa ha neutralizado su sexualidad y no se inclina ni a lo masculino ni a lo
femenino.
Entre los grandes placeres eróticos están los de la vista. Sor Juana no se priva de ellos y en sus
poemas, la visión es tan primordial como el concepto. Incluso puede decirse que su
conceptismo parte de una imagen visual o desemboca en otra. Gongorismo innegable.
4. El reflejo, el eco
Los retratos que tenemos de Sor Juana son copias de otros destruidos o perdidos. Ella
menciona algún que otro retrato suyo en sus poemas. Algunos dicen que Sor Juana
pintaba y que algunos de ellos eran, en realidad, autorretratos. En su poesía siempre
expresaba la temática del espejismo y el desengaño de los retratos. Octavio Paz
considera que la poetisa se refiere más bien a lo literario, es decir, a la descripción con
palabras de una persona. Interés por el cuadro de un tal Miranda.
Armonía que Sor Juana percibía entre las artes que deriva de la teoría de las
correspondencias que más tarde descubrirían los románticos y los simbolistas. Sor
Juana la hereda del hermetismo neoplatónico: “la belleza es relación. La música es la
idea más perfecta del tiempo. La música es el jeroglífico del tiempo”. Pitágoras y el
lado matemático de la música. La correspondencia entre la luz y el sonido en la poesía
de la monja. En la Respuesta dice Sor Juana que todas las artes y todas las ciencias son
escalones para subir a la cumbre de la sagrada teología.
Temas que obsesionaban a Sor Juana: Eco y Reflejo (auditivo y visual) que poseían para
ella significados homólogos, funcionaban como metáforas del espíritu y sus adjetivos
eran intercambiables. La faceta de coleccionista. Es conveniente recordar el hecho de
lo de su infancia: acerca del significado de la celda: matriz, biblioteca, caracol. El
movimiento de repliegue y despliegue que se materializa, por decirlo así, en la celda y
también se manifiesta en la colección. No era gratuita su elección del espiral, el caracol
es uno de sus emblemas psíquicos. El otro es la bóveda estrellada. El caracol es la casa
de los ecos.