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En julio de 1996 unas imágenes recorrieron el mundo: Las hermanas Sonia y Margoth Heredia

fueron acusadas de brujería y provocar la muerte de cinco personas en Calhuasig, provincia de


Tungurahua. El programa “La televisión” presentó a la comunidad internacional el suceso,
haciéndose merecedor del premio “Rey de España”, pero detrás de los supuestos maleficios opera
una mafia que sigue engañando a miles de incautos.
10 años más tarde la historia se repite, esta vez, otras mujeres: Ruth Terán y su hija Mariana de
tan solo 16 años están a punto de enfrentar el juicio de los pobladores de Calhuasig, por
hechiceras.
Desde el pasado 1 de junio, en el frío páramo tungurahuense permanecían las presuntas brujas
luego de que fueron sacadas a la fuerza de su domicilio en Ambato por comuneros de Calhuasig.
Dos de los indígenas que participaron en hecho fueron denunciados por secuestro a la policía
ambateña, que procedió a encarcelarlos.
Los campesinos acusan a las mujeres de engañarlos, pues después de haberles entregado 250
USD para que fuera levantado lo que según ellas era un maleficio que pesaba sobre el lugareño
José Yanchapanta, este continúa postrado en una cama sin poder moverse, víctima de una
extraña enfermedad.
Pero el caso de Yanchapanta no es el único pues en unos cuadernos encontrados en manos de
las presuntas hechiceras constan más de 5000 nombres de indígenas por los que sus familiares
pagaron fuertes sumas de dinero para que fueran librados de los supuestos males. El Ab.
Robinsón Ortiz, defensor de las comunidades sugiere permanentemente a los comuneros
denunciar a las supuestas estafadoras.
Dr. Robinsón Ortiz Ab. Comunidad Calhuasig dice: “yo les he inducido como profesional, como
abogado de ellos a que se ponga la respectiva denuncia a fin de que se esclarezca la estafa a la
que ellos han sido objeto para que estas personas sean sancionadas”.

Pero, ¿Cómo opera esta red de estafa?

Hasta la capilla de la medalla milagrosa en Ambato, llegan a diario muchos indígenas a pedir
ayuda por sus familiares enfermos a San Gonzalo. La imagen de madera del santo franciscano ha
obrado milagros según se lee en las placas de agradecimiento de muchas personas. Aquí aparece
el primer contacto, el vendedor de velas, que al ver las súplicas de los devotos les ofrece los
servicios de las brujas o comadres.

Las hermanas de la caridad, quienes habitan junto a este templo, dicen sentirse impotentes ante
los embaucadores. Ellas han colocado incluso letreros que advierten a las personas no dejarse
engañar por estas mafias que negocian con la desesperación de la gente.

Helena Paredes Hermana de la Caridad dice: “hay un grupo de personas que han querido hacerse
ricos, porque es gente rica que tiene dinero, que tiene carros de último modelo y se dan la buena
vida y ellos han querido a través de ese trabajo fácil engañar a la gente”.

Mientras los fieles le rezan a San Gonzalo, el contacto de esta red


llama a las brujas para que anoten el nombre de los incautos en los denominados libros negros,
que no son más que simples cuadernos.

Si el nombre constaba en el libro se pedía a la persona 20 dólares y si en efecto estaba en el libro


debía pagar una buena cantidad de dinero como en el caso de Rosendo Naula que dejó 200 USD,
pero tenía que cancelar los 1.800 USD restantes para ser borrado de la lista de la muerte. Son
más de 5000 indígenas los perjudicados, se estima que esta red de estafadores habrían recibido
cerca de 50.000 USD en el ilícito.

Hasta el lejano caserío de Calhuasig llegan cientos de campesinos para presenciar el juicio de
Ruth y Mariana Terán. El abogado de las supuestas hechiceras pide al juez 1ero de Ambato
liberar a los indígenas presos por secuestro para así lograr a su vez la libertad de sus defendidas.
Una vez lograda la libertad de sus compañeros, los comuneros deciden liberar a las acusadas y se
reúnen a puerta cerrada para decidir, de acuerdo a sus creencias, la forma en que estas serán
juzgadas.

Finalmente las mujeres son trasladadas a la plaza principal de la


Comunidad y firman junto a los abogados de ambas partes un acta en la que se comprometen a
no iniciar acciones penales. Se ha acordado un simple intercambio de rehenes por lo que la
presunta estafa va camino a la impunidad los jueces no actuaran.
Llega uno de los indígenas que estuvo detenido y es recibido como en héroe en el pueblo. La
indignación de la gente va en aumento y tienen ahora claro el engaño del que fueron objeto.

Con manojos de ortigas en las manos los dirigentes obligan a las personas a apartarse para
formar un círculo en el que inmediatamente obligan a las Terán a destruir a los santos con los que
ellas los engañaron. Un corazón de Jesús, María, el divino niño y hasta el venerado San Gonzalo
son despedazados en medio del bullicio. Seguidamente un acto insólito: Las mujeres son
obligadas a quemar los llamados libros negros.

La única evidencia de los miles de engañados yace ahora en la hoguera, incinerados.

Cumplido el ritual de destrucción lo que sucedería después era incierto. Instantes previos al
escarmiento Ruth Terán confiesa ante nuestras cámaras su culpabilidad y manifiesta ser tan solo
una pieza de la cadena mafiosa que aún no ha sido desarticulada.
La jefa se llama Lourdes de Camana afirma la mujer mientras suplica perdón por lo cometido.

Siendo casi las seis de la tarde los habitantes de Calhusig han decidido ortigar y bañar a las mujeres en
las heladas aguas de un riachuelo ubicado a 3.800 metros de altura. Es un acto de purificación el que se
realiza con las acusadas. Los indígenas buscan con el escarmiento curar a estas mujeres a las que
consideran enfermas por hacer el mal. El ritual sirve para devolver a la comunidad la armonía que se
rompe cuando alguien hace el mal. La sanación ha sido aplicada de acuerdo a las leyes indígenas, pero
para la justicia estatal esta historia termina increíblemente en la impunidad.
2
Indígenas y constitucionalistas coinciden en que solamente una ley orgánica impedirá que la
justicia indígena choque con la justicia común u ordinaria.

La última parte del único artículo que el proyecto de Constitución –aprobado por la Asamblea
Constituyente, en la ciudad de Montecristi– dedica a la Justicia Indígena señala que: “La ley
establecerá los mecanismos de coordinación y cooperación entre la jurisdicción indígena y la
jurisdicción ordinaria”; aunque, no se impone un plazo para la vigencia de dicha norma.

Rafael Oyarte, catedrático de Derecho Constitucional , considera que la expedición de esta


norma llamada Ley de Compatibilización entre las dos justicias será útil para aclarar posibles
conflictos sobre la competencia.

Esto, pese a que el proyecto de nueva Constitución ya establece que las autoridades
indígenas podrán ejercer funciones jurisdiccionales (potestad pública de juzgar y hacer
ejecutar lo juzgado), lo cual incluiría la potestad de resolver asuntos penales.

“Más allá de estar en desacuerdo con que se establezca una justicia penal paralela, al
parecer sí lo podrán hacer”, sentencia Oyarte.

La secretaria ejecutiva del Consejo de Desarrollo de las Nacionalidades y Pueblos del Ecuador
(Codenpe), Lourdes Tibán, reconoce que hasta ahora no se ha definido si los casos penales
también entran en la categoría de Conflictos Internos, que según la propuesta constitucional
–que se someterá a referéndum– serán solucionados por las autoridades indígenas en sus
territorios.

“No obstante, para los pueblos indígenas, conflicto interno constituye toda acción o acto que
desestabiliza la paz, armonía y tranquilidad de la comunidad”, agrega Tibán.

De ahí que, en varios casos de ajusticiamiento indígena que han salido a la luz pública los
últimos años, las comunidades hayan sancionado a asesinos o violadores con baños de agua
fría, ortigazos en público o trabajos para indemnizar a los familiares.

Tibán cree que de elaborarse una ley secundaria esta podría establecer cuáles son los
conflictos internos; pero, no las sanciones para cada uno, porque los usos y costumbres (lo
que se denomina tradiciones ancestrales en el proyecto constitucional) varían de acuerdo a
la comunidad.

Por ejemplo, en las comunidades andinas la infidelidad es un delito; sin embargo, para los
shuar –quienes hasta hace poco vivían con siete mujeres– no lo es, comenta.

Humberto Cholango, dirigente de la Ecuarunari (filial de la Confederación de Nacionalidades


Indígenas del Ecuador, Conaie, en la Sierra), coincide en que la norma jurídica debe
compatibilizar las dos justicias; pero, también se debe iniciar un proceso educativo sobre el
tema para magistrados, policías, jueces y abogados.

Para los consultados, las críticas de fondo y de forma se dan en torno al “control
constitucional” al que serán sometidas las decisiones de los indígenas en el ámbito judicial.

Tibán señala que hay un contrasentido cuando en el artículo de la sección sobre la Justicia
Indígena (art. 171 del proyecto de Constitución) primero se dice que el Estado garantizará el
respeto a las decisiones indígenas y, a renglón seguido, se establece que dichas decisiones
serán sometidas a control constitucional.

Mario Melo, catedrático universitario de Derecho, opina que esto no está mal, porque
finalmente las acciones de la justicia ordinaria también serán controladas por la Corte
Constitucional.

Oyarte, en cambio, se pregunta si la Corte podrá conocer una sentencia en idioma quichua o
de forma oral, como muchas comunidades indígenas llevan los procesos.

“¿Podrá acaso la Corte Constitucional conocer una sentencia que no haya sido pronunciada
en idioma castellano? ¿Eso va a dificultar al control?, considera este catedrático.
Casos

2000, agosto 15
Muerte y robo de ganado. Comuneros de Quillosiza (sur de Cuenca) ajusticiaron a tres
supuestos cuatreros. Uno de ellos, Magno Morocho, relató que su amigo Jorge Guanuchi
murió por los golpes y el frío, y su primo Segundo Santos quedó herido.

2001, noviembre 5
No rendir cuentas. Comuneros de Chimbacucho (Latacunga) se aprestaban a dar baños
con agua helada, ortiga y latigazos a José Manuel Vega, quien llevaba una semana de
encierro por no dar cuentas como dirigente de comunas.

2007, octubre 24
Sospecha de robo. En la comunidad de Palopo Centro (Cotopaxi) se denunció que dos
individuos permanecieron 24 horas retenidos y luego fueron castigados con ortigas por los
habitantes, tras lo cual se los obligó a firmar un acta y luego fueron liberados.

2008, julio 3
Desaparición y muerte. Mario y Enrique Cuyo estuvieron detenidos dos días en la
comunidad Tigua Yagtapungo, Pujilí (Cotopaxi), donde la población les aplicó la justicia
indígena, por estar presuntamente implicados en la muerte de Rodrigo Chusin.

2008, julio 23
Infidelidad. En la comuna Santa Lucía del cantón Alausí (Chimborazo), decenas de
moradores dieron un castigo a un supuesto brujo y a otras personas por un caso de
infidelidad. Más de cinco horas duró el interrogatorio en contra del presunto hechicero, su
cliente, la amante de este y una tercera persona, quien sabía de este amorío. Una vez
investigados, los comuneros tomaron la decisión de desnudarlos y –tras guindarlos con los
brazos hacia atrás– los azotaron y bañaron con agua helada, en el páramo

Desde tiempos milenarios los pueblos y nacionalidades indígenas han ejercido prácticas y costumbres
basadas en su derecho consuetudinario, la administración de justicia indígena forma parte de este
derecho, teniendo sus propios, preceptos, objetivos, fundamentos características y principios.
Que busca restablecer el orden y la paz social. La autoridad indígena será la encargada de cumplir y
hacer cumplir las normas, valores y principios comunitarios; Principios Fundamentales: ama killa, ama
llulla, ama shua; Solidaridad, Reciprocidad y Colectividad.
La Justicia indígena, sin embargo no existe como resultado de una decisión de política legislativa
motivada en criterios técnicos o de eficiencia, sino que nace del reconocimiento de un derecho, cuyo
titular es un ente colectivo: "el pueblo indígena". Es un producto de un pueblo o comunidad indígena que
por muchos años ha reservado su sistema de administrar justicia de acuerdo a sus usos y costumbres.

Al hablar de Justicia Indígena, o derecho indígena, nos referimos a aquellas prácticas resultantes de las
costumbres de cada comuna, comunidad, pueblo y nacionalidad indígena, a través de las cuales las
autoridades legítimamente elegidas por sus miembros regulan diversos ámbitos de las actividades,
relaciones sociales y todo tipo de conflicto que se desarrolla dentro de su comunidad.
Las sanciones y el procedimiento va acorde a la cosmovisión de las comunas, comunidades, pueblos y
nacionalidades ya que la vida en la comunidad es fundamental para el desarrollo de sus vidas, por este
motivo la medida para resarcir los daños se toma en asamblea comunal, mas no por una sola autoridad.
Dentro de la Justicia o Derecho Indígena no existe división de materias, se trata de la aplicación de
medidas consuetudinarias para la solución de conflictos de distinta naturaleza.

La Justicia indígena en el Ecuador esta contemplada en la Constitución Política del año 2.008,
en busca de la reivindicación del sector indígena, impartida con autoridades propias de cada
comunidad, pueblo o nacionalidad indígena, basados en un sistema o derecho
consuetudinario, pero en la práctica lo que sucede es que el concepto de justicia indígena se lo
va mal entendiendo y se lo aplica sin el mas mínimo respeto a principios como el de la vida,
integridad física de la persona, etcétera. La aplicación de la justicia indígena se ha dado a nivel
de todo el país y de manera especial en los sectores con un mayor índice de población
indígena, como el caso de la comunidad de Gallorrumi, en el cantòn Cañar, donde sancionan
conductas indebidas conforme lo decidan sus miembros, existiendo un antecedente de
aplicación de justicia indígena muy lamentable en esta comunidad, sucedido en el año 2.005,
en donde un sujeto acusado de robo de ganado, luego de ser castigado, torurado, fue dado
muerte. Por ello la justicia indígena en el Ecuador, es negativa, por los ajusticiamientos en
varias comunidades del Ecuador, entonces si es que con promulgación de leyes, no se pueden
evitar estos ajusticiamientos en el Ecuador, lo mas natural es que la justicia indígena en
nuestro país, debe ser definitivamente suprimida para el bien comun Ecuatoriano

No cabe duda que actos, como el baño en agua fría, el ortigamiento o los latigazos, penas como el
trabajo en beneficio de la comunidad o de la familia del ofendido, tienen como fin la sanación y
purificación espiritual del autor de la falta, recuperar el equilibrio y la armonía al interior de la comunidad,
de acuerdo con la cultura indígena. Pero, así mismo, para quienes formamos parte de la "cultura no
indígena u occidental", estos actos, pueden ser considerados como actos de tortura, bárbaros, crueles,
degradantes o humillantes, dado el "choque cultural" que esto provoca; sumado a este "choque cultural";
tenemos la escasa apreciación intercultural de la justicia indígena, a quienes aún quieren institucionalizar
la "ley de Talión" o "justicia por mano propia, la falta de la respectiva ley orgánica de cooperación y
coordinación

“Para los pueblos indígenas las sanciones no son consideradas como negativas, sino que es una
forma de hacer que el infractor tome conciencia, se arrepienta y cambie de actitud, en el
idioma kichwa se dice wanachina (hacer que se arrepienta), kunana (aconsejar). Las sanciones
son aplicadas también con una connotación espiritual, es decir no solo se quiere corregir la
parte racional o fisiológica del infractor sino también purificar el alma y el espíritu
Finalmente, podemos concretar, que la Justicia Indigena en el Ecuador, no es un tema de
barbaros ni primitivos, es una forma que los pueblos han optado por ejercer su justicia y
jurisdicción, basándose en sus creencias, culturas e historia. Es realmente un tema muy
extenso, y poco discutido en el Ecuador, debemos abrir nuestras mentes y respetar la
cosmología y creencias de los pueblos andinos ancestrales. No deben olvidar que el Ecuador,
nació siendo un Imperio Inca, y fueron los españoles los que nos impusieron ideas ajenas
“occidentalistas”.

EJEMPLOS
Para efectos de un breve análisis pondremos a vuestra consideración, de entre tantos, tan solo dos
ejemplos, de "justicia por mano propia":
1.- El de la sentencia que se ejecutó en contra de Orlando Quishpe de 22 años de edad, a quien se le
acusó de haber matado a Marco Antonio Olivo el 9 de mayo del año 2010, en la Cocha, una comunidad
indígena situada en los páramos de 3.500 metros de altura, en el cantón Pujilí, 90 kilómetros al sur
de Quito, juzgamiento que se lo hizo ante más de dos mil personas de la comunidad y transmitida por los
distinto medios televisivos del país. Este joven fue bañado en agua helada, ortigado y sometido a
latigazos, acompañado de insultos, sobre todo de los familiares de la víctima, además fue condenado a
pagar 1.750 dólares a la madre del joven muerto, María Luisa Pallo, de 64 años, que asistió al castigo y
gritó e insultó al que considera asesino de su hijo. El propio Quishpe confesó el crimen con detalles
registrados en un vídeo, tras ser acusado por otros jóvenes, cómplices suyos.
2.- El otro caso es el de linchamiento, asesinato y calcinamiento de los cuerpos de los primos Víctor
Naranjo Morejón y Pedro Velasco Morejón, de 27 y 25 años respectivamente, luego de ser ajusticiados
por una familia perteneciente a la nacionalidad quichwa, hecho sucedido en la localidad de Loreto,
perteneciente a la Provincia de Orellana. Según testigos, uno de los fallecidos mantuvo una pelea con
un profesor quichua durante una fiesta en la comuna 25 de Agosto. El incidente provocó la fatal reacción
de sus familiares, quienes decidieron hacer justicia por su cuenta. "El pueblo eligió que se quemen",
indicó Mario Shiguango, presunto autor material del crimen.

a Corte Constitucional del Ecuador CCE, alumbrada en las urnas con la aprobación de
la Constitución en referéndum del 2008, generó enorme expectativa en garantizar el
cumplimiento de los derechos humanos y de la naturaleza en el Ecuador, contrario a lo
que se pensaba, acaba de propinar la mayor estocada a los pueblos indígenas[1], al dictar
una sentencia en el caso 0731-10-EP, conocido como La Cocha, cuyo antecedente
remota al 9 de mayo de 2010, cuando en la comunidad La Cocha y Guantopolo-
Cotopaxi, el pueblo Kichwa Panzaleoaplicó justicia indígena a Flavio e Iván Candelejo
Quishpe, Wilson y Kléver Chaluisa y a Orlando Quishpe Ante, por ser autores del
asesinato de Marco Olivo, también oriundo de la misma comunidad. Haciendo caso
omiso al principio non bis in ídem o doble juzgamiento e irrespetando la jurisdicción
indígena, la justicia penal ordinaria conoció el caso, aprehendió a los autores del ilícito
y prosiguió con el proceso, ello motivo a una acción extraordinaria de protección ante la
Corte Constitucional, misma que se fue sentencia en los siguientes términos:
“l. Que no se han vulnerado derechos constitucionales, tanto en el ejercicio de la
administración de justicia indígena por parte de la Asamblea General Comunitaria de
La Cocha, como tampoco por parte del Ministerio Público y la judicatura penal
ordinaria.
2. Que la Asamblea General Comunitaria del pueblo kichwa Panzaleo es la autoridad de
justicia indígena habilitada y competente para resolver los conflictos internos en sus
territorios.
3. Que la Asamblea General Comunitaria del pueblo kichwa Panzaleo, cuando conoció
este caso de muerte, no resolvió respecto de la protección del bien jurídico vida como
fin en sí mismo, sino en función de los efectos sociales y culturales que esa muerte
provocó en la comunidad, estableciendo diversos niveles de responsabilidad que son
distribuidos, en distinto grado, entre los directamente responsables y sus respectivas
familias, mientras que por su lado, el ministerio público y la justicia penal ordinaria
actuaron bajo la obligación constitucional y legal de investigar y juzgar,
respectivamente, la responsabilidad individual de los presuntos implicados en la
muerte, por lo que esta Corte declara que no se ha configurado el non bis in idem o
doble juzgamiento.
4. De conformidad con los artículos 11 numeral 8, y 436 numerales 1 y 6 de la
Constitución de la República, la Corte Constitucional establece las siguientes reglas
de aplicación obligatoria que las autoridades indígenas, autoridades administrativas y
jurisdiccionales, así como los medios de comunicación públicos, privados y
comunitarios, observarán de manera obligatoria, a partir de la publicación de la
sentencia, bajo los siguientes términos:

a. La jurisdicción y competencia para conocer, resolver y sancionar los casos que


atenten contra la vida de toda persona, es facultad exclusiva y excluyente del
sistema de Derecho Penal Ordinario (lo negrito es nuestro) aun en los casos en
que los presuntos involucrados y los presuntos responsables sean ciudadanos
pertenecientes a comunidades, pueblos y nacionalidades indígenas, así los
hechos ocurran dentro de una comunidad, pueblo o nacionalidad indígena.
b.
La administración de justicia indígena conserva su jurisdicción para conocer y
dar solución a los conflictos internos que se producen entre sus miembros dentro
de su ámbito territorial y que afecten sus valores comunitarios.

a. Las autoridades de la justicia penal ordinaria, en el procesamiento y resolución


de casos penales que involucren a ciudadanos indígenas, aplicarán lo establecido
en el Convenio 169 de la OIT.
b.
c. Es obligación de todo medio de comunicación público, privado o comunitario
que para la difusión de casos de justicia indígena, previamente se obtenga
autorización de las autoridades indígenas concernidas y comunicar los hechos
asegurando la veracidad y contextualización, reportando de manera integral los
procesos de resolución de conflictos internos y no solo los actos de sanción, al
tenor de los razonamientos desarrollados en la parte motiva de esta sentencia. De
igual forma se aplicará a los funcionarios públicos judiciales o no y particulares
que deberán tomar en cuenta estos aspectos propio

El pronunciamiento de la Corte Constitucional sobre la justicia indígena genera más debate. La semana
pasada este organismo estableció que los medios de comunicación deben obtener la "autorización de las
autoridades indígenas" para la "difusión de casos de justicia indígena". La justicia indígena aborda las
denuncias como temas territoriales, comunitarios, familiares de personas, etc. Se sanciona el chisme, el
adulterio, la vagancia, la irresponsabilidad paterna y lo consideran como la causa inicial de problemas
mayores. En las Fiscalías indígenas también se denuncian los robos, hurtos, abigeato, violaciones,
estafas y abuso sexual. Pero en las comunidades también se juzgan los homicidios. Uno de esos hechos
fue el caso conocido como La Cocha, en donde dos personas fueron acusadas por un crimen ocurrido el
9 de mayo del 2010. De allí que la Corte Constitucional determinó que “la jurisdicción y competencia para
conocer, resolver y sancionar los casos que atenten contra la vida de toda persona es facultad exclusiva y
excluyente del Sistema de Derecho Penal Ordinario". Los implicados en el caso La Cocha también fueron
juzgados por la justicia ordinaria. Por ello los indígenas dijeron que fueron juzgados dos veces. Sin
embargo, la Corte Constitucional dijo que no es así.
ejemplo3
María O. deberá esperar hasta julio próximo para entrar libremente a Otavalo, en Imbabura. El Cabildo
Kichwa de esa ciudad prohibió a la mujer ingresar a Otavalo durante seis meses. Ella es oriunda de Santo
Domingo de los Tsáchilas, pero reside en Ibarra. Esa fue parte de la sentencia que se le aplicó, tras una
asamblea de juzgamiento por el presunto delito de robo. Todo ocurrió el sábado último. Una comerciante
del Mercado de Ponchos alertó a sus vecinos que la mujer, en compañía de otra señora y un niño, se
habría llevado su cartera. Los comerciantes detuvieron a María, mientras sus acompañantes escaparon.
En la tarde, el Cabildo sentenció a la implicada, que reconoció la infracción. La Policía recuperó la cartera
con parte del dinero en un restaurante en la comuna de Peguche. En la tarde, la mujer recorrió el
Mercado de Ponchos, con las manos atadas y en el cuello llevaba una rótulo con la palabra "shuwa"
(ladrona, en quichua). En ese lugar, las mujeres del Cabildo la bañaron con agua fría y azotaron con
ortiga, como parte de un ritual de purificación. Luego recibió dos latigazos. Según Raúl Amaguaña,
presidente de la organización, es la cuarta persona castigada mediante la justicia indígena desde que se
formó el Cabildo Kichwa en la zona urbana de Otavalo, en octubre del 2012. Recordó que esta práctica
está amparada por la Constitución vigente del país.

Articulo

El debate público acerca de la justicia indígena es recurrente, se reinstala periódicamente a partir de


casos concretos y denuncias sobre posibles abusos u omisiones que se consideran graves por parte de la
sociedad. Es un derecho -indiscutible- de comunidades, pueblos y nacionalidades indígenas conservar y
desarrollar sus formas de convivencia, organización social y de autoridad, lo que incluye el ejercicio de la
jurisdicción, sin perder de vista que no estamos frente a un derecho ilimitado. La misma Constitución, y
los instrumentos internacionales, establecen condiciones para reconocerlo. Es obvio decir que es una
potestad que existe únicamente al interior de las comunidades; toda forma de resolución de conflictos no
indígena debe ser tratada como un medio alternativo y no como el ejercicio de una jurisdicción; los
conflictos que se producen fuera de ese territorio, o que tengan consecuencias fuera de este, tampoco
estarían, en principio, cubiertos por este derecho. Desde el punto de vista de los sujetos, se limita a los
miembros del pueblo ancestral, la presencia de alguien de fuera de la comunidad implicaría la pérdida
automática de competencia por parte de las autoridades tradicionales. No todo suceso que se da al
interior de una comunidad indígena puede considerarse de su exclusivo interés. Al Estado le corresponde
determinar, con alguna excepción aplicable a pueblos no contactados y los que están en aislamiento
voluntario, aquellas conductas en las que no podría admitirse declinación de competencia de parte de los
jueces ordinarios. Para calificarla de "justicia indígena" las autoridades deben ser tradicionales y las reglas
propias de cada pueblo, esto excluye cualquier posibilidad de que instancias de coordinación, incluso de
los mismos pueblos indígenas, establezcan regulaciones sobre el nombramiento de autoridades,
procedimientos o normas aplicables. Sin negar que lo cultural está en permanente transformación, las
autoridades y reglas, lo que incluye las medidas de reparación, castigos y consecuencias, deben ser el
resultado de prácticas culturales y no de una decisión externa. Siempre se podrán encontrar excepciones
a los límites señalados; empero son excepciones, y deben ser tratadas como tales. Hay debates, y este
es uno de ellos, que tienen un alto contenido político. Las respuestas -desde lo jurídico- no serán
plenamente satisfactorias para quienes entienden esto como una vía para llegar a la autodeterminación
equivalente a la del Estado. Por eso no pueden formularse respuestas desde la aplicación o interpretación
parcial de las normas favoreciendo un solo punto de vista, ignorando restricciones y limitaciones
necesarias para la protección de las personas, en particular de quienes se encuentran en alguna posición
de vulnerabilidad, debilidad o desventaja al interior de las comunidades.

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