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David Harvey

Los límites
del capitalismo
y la teoría marxista

Textos de ~ Economía
Fondo de Cultura Económica
Traducción de
MARILl'7. CAso
DAVID HARVEY

LOS LÍMITES
DEL CAPITALISMO
Y LA TEORÍA
MARXISTA

FONDO DE CULTURA ECONÓMICA


MÉXICO
ECONOM[A CONTEMPORÁNEA

LOS LÍMITES DEL CAPITALISMO


Y LA TEORÍA MARXISTA

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l'd1111•1111'<lid1)11 t•n in~lí·"· l!JH!!
Pti mt•ra edici<ín t•n t'SJ>élliol 1990
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INTRODUCCIÓN \ ~ ·'·i:· .; (~l ·


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Se dice que cualquiera que estudia a Marx :;e siente obligado a escribir.un librC>¿;;-!'.:
acerca de esa experiencia. Yo ofrezco esta obra como prueba parcial de e~ta.pro~)_Yi-f
posición, pero tengo una excusa ad~cional. Después de terminar hace casi,~una,;-?:dl
década Socialjusticc and the City, decidf mejorar las formulaciones teritativ~s:.Yi:·~!~
las que posteriormente vi que. eran err~ne~s, y escribir una declarac.ión defi~~~.i".'a~1 :[~:h.·
sobre el proceso urbano ha.Jo el capuahsmo desde una perspectiva manustat::'·d~
Cuanto más me adentraba en este proyecto, más me daba cuenta de que algurip~:r..:.:tf,
de los aspectos básicos de la teoria marxista a los que yo trataba dP. ap~lár: es~a~'. H~
ban poco desarrollados, y en algunos casos casi no se habían considerado,_ Astes:;'..::·:~
que me dediqué a escribir la teoría de la urbanización, a integrarla con estud~ci(·::~J~
históricos detallados del proceso urbano tomados de Inglaterra, Francia·.y ,Es·j J~
tados Unidos, y de paso llenar casualmente algunos "espacios vados" de la :teoría;:; ;¡Ji
marxista. El proyecto pronto llegó a ser completamente inmanejable.: En est~:·Jj~
libro, largo como es, trato sólo de los "espacios vacíos" de la teoría. Pemiftanme:."1Ji
explicar cómo sucedió esto. ·· · ..:::.-~·1tít1 ~t;f~~
Es una virtud y a la vez una dificultad en Marx que todo se r .!laciona·!c;on• ~Ó.~"";: ;UI
do. Es ir.1posible trabajar con uno de los "espacio~ vados" sin trabajar,~impl~~~~~;~~ff
nea mente con todos los demás aspectos de la teona. Los pedazos y fra~ento~~: \H~
que había que entender -como la circulación del capital en ambiente~J:ons-::t'~1i
truidos, el papel del crédito, y los mecanismos (como la rP.nta) que media~:enJa1:·)~i
prod~~ción .de las configuraci~nes espaci~les- no los podía comprender;si~·.~arl':'.i:f~
atenc1on cuidadosa a las relaciones que uenen con el resto· de la teorfa;:Y.1;: por.:.;;.f~
ejemplo, que los errores anteriores en la interpretación de la renta surgfan~prec;:ih:_::~;j~
samente de no haber integrado esre aspecto de la distribución a la teorf3:·g~neral1~'.~!~
de la producción y distribución que Marx propuso. El problema, empetole(q4ei·. ·)
existen interpretaciones diferentes de esa teorla general. Además;· ·comer;~~ '. :;
Título original: podría esperar, la investigación de los'tópicos de interés para mt sugería.mie,\ia.Sj.:~')
The l.1mits lo Capital formas de pensar sobre la teoría de valor, la teorla de la crisis, etc.·No tuv~~~~.~(,r·¡·~
©1982, David Haryey remedio que escribir un tratado sobre la teoría marxista en general, presraif.dóhU
Publicado por Ba!i.il BlaC"kwell Publisht•1· Lid., Oxfonl particular atención a la circulación del capital en ambientes construidos,;._eli~.iste~:(¡j ji
ISBN 0-631-12968-5 ma de crédito y la producción de configuraciones espaciales.· . · ( ;~:~•¡bv.:f~H
Todo esto me llevó muy lejos de mi interés original por la urbanizac~ón tiajd:el{ rd'~
capitalismo, los detalles de la administración de Haussman en Parfs, las gló~as yt>'.-j;
.. horrores subsecuent~s .de la Comu~a y el pr~ceso de transformación, urb~?~ Y\~·:·1]\
D. R.·~ 1990, FoNno m: Ct 11.Tt'RA Ec:oNóMIC:A, s. A. m: c. V.
Av. de la Universidad 975: 03100 Mhirn, n. F.
lucha de clases.en m1 cmdad adopuva de Baltimore. No obstante,Ios lazo~1~~tan~':·~·lí
allf. Cr.eo que es posible juntar todo esto, tras~en~er los linderos aparent~ ~~ntre:\\r;:J
ISBN 968-16~3302-4
la tcona, abstractamente formulada, y la h1stQna, concretamente regisq·~d~h°"Pl
entre la claridad conceptual de la teoria y los enredos aparentemente irl~~.rmi~ L ;S ll
• 1

.-- Impreso en Mhko na bles de la polftica. Sin embargo, el tiempo y el espacio me obligan a esctjbir Ia·i;<~
7 . . ';: . ~~;¡;~

.·ri~l~; ·
. •.Jll'Í:,~
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'""· ,.,p,
·;',. ?:f(~
8 INTRODUCCIÓN
INTRODUCCIÓN ' ·,9: :'.~;fW

teoria como uri concepto abstracto, sin hacer alusión a la historia. En este senti- mas manifiestamente complicados. Esos objetivos no son fáciles de reconcili~r .. ) :)
do, me temo que esta obra es sólo una pálida apologfa de una concepci6n mag· En algunos puntos, la lucha por la simplicidad me lleva cerca de los peligrós:d~L'. )}
nffica, y por añadidura una violación de los ideales del materialismo histórico. reduccionismo; en otros, la lucha por conservar la fe en la intrincada integi;idad ·: :J
Puedo decir en defensa propia que nadie más parece haber encontrado la for- del tema casi me hace caer en el oscurantismo. No he evitado ni el erro.i: ni' nii : , ·~ ·;
ma de integrar la teoría y la historia, y de preservar la integridad de ambas tras· propia satisfacción, y me doy perfecta cuenta de que lo que parece reduccioni.s-. '
cendiendo a la vez su separación. Marx se tomó grandes trabajos para mantener mo para el experto que ha estado sumergido largo tiempo en la teoria marxista ,
intacta la relación entre la historia y la teorfa en el primer volumen de El capital, no le puede parecer oscuro al recién llegado. En vista de esto, mi táctica h3: ~i.d;o ··i~
pero como resulradc sólo abarcó más o menos la veinteava parte de lo que querfa esforzarme por lograr suficiente simplicidad en los capftulos iniciales par~. dar~~.: . eH
(nunca terminó El capital, y dcj6 totalmente intactos sus proy<'ctos de libros los r<'cié·n ll<·gados, dispuestos a luchar con conceptos reconocidamente, diflcile~, .. : · .:~
sobre el comercio extranjero, el mercado mundial y la crisis, el Estado, etc.) La la mayor oportunidad posible de enJremarse a contribuciones más.considerabl~1;-:·:-:~ ¡;
historia desapareció casi totalmente de los estudios preparatorios que c.:>mponen <~n capítulos posteriores. Yo he tratado de conservar la fe, a pesar de .las co~~lit;·:' )il
el segundo volumen de El capital~ Por mi parte, yo deseaba repasar los materiales caciones ~el tema que nos ocupa, en l.os capítulos sobre.el capital ~jo, las ~n~~.-:"· ;··,Ü~
que reunió Marx en los tres volúmenes de El capital, las tres partes de Teorías sobre zas y el dmero, la renta y la producción de configuraciones espaciales~ . .1:~~ ... ~/y:,
/.a plusnlía y los Grundris.se, a fin de ocuparme de los tópicos que me interesaban Sin embargo, no deseo que estas palabras se interpreten como un argu~(;nt~ · >:?~:
particularmente. La única forma de hacerlo era privar a la teoria de cualquier con- lineal, a pesar de que aparentemente fluyen en esa forma. Los primeros ~ªPJ< •.. · :,~
tenido histórico directo. tulos no son bloques de construcción fijos y firmes sobre los que se puede~: le.;
Espero que la teoría general aqur formulada sea de utilidad para el estudio de vantar los capítulos subsecuentes. Éstos no se derivan o se deducen de un conjurV :. :~
la historia y la fomiulación de las costumbres polrticas. Yo la he encontrado útil, to original de proposiciones presentadas desde el principio. M¿s bien, comie~o ... ,
y me ha ayudado a entender por qué se dedica periódicamente el capitalismo a con las abstracciones más simples que propuso Marx y luego trato de ampli~;s~. ··::;..
hacer c1stentaciones de especulación loca con la tierra, por qué cayó Haussman significado a·través d"! su consideración en diferentes contextos. La visión d~l .t~~ ::·~~
en 1868 victima de la misma clase de dificultades financieras que acosaron a tal debe ir apareciendo a medida que más y más fenómenos se integran en l~: ~as~. ':¡;;;
Nueva York en los setenta, por qué las fases de la crisis siempre se manifiestan ta y compleja imagen del capitalismo como modo de producción. L~ dific~l~a~>: ¡;{;
como una reorganización conjunta de tecnologias y de configuraciones regiona, está aqui en sacar una forma de presentación -una forma de argumentád~i'.i~~r¡_. :~J~
les de la producción y así sucesivamente. Sólo puedo esperar que otros encuen· usted quiere- que no viole ~l contenido de los pensami~ntos expresados:~E-~~~ :. : -~~·ii
tren ig.¡almente útil la teoría. Si no es asr, entonces supongo que me toca cargar ::apitulo se enfoca en determmado aspecto del todo. La dificultad es J?res~i:va~ el. ·. ;. ;~
con el peso de demostrar la utilidad de la teoria en obras futuras que tengan un enfoque central y al mismo tiempo mantener dentro de nuestro radio .VI~ual s~' 1:.
contenido histórico, geográfico y poUtico más explicito. Esto no debe interpre- relación con todo lo demás. La invocación constante de "todo lo demás~· llen~r~á ~E
. tarse en el sentido de que considero que la teoría es correcta y sacrosanta. Con innecesariamente los capitulos posteriores y harta incomprensibles los jnicia~es,. :-· ::-)1
toda seguridad merece modificaciones de todos tipos a la luz de una revisión te6· porque habría que invocar, sin explicarlos, temas que aún no se han anal~~~do~ · · - ·~
rica, de una construcción mejor y más general de la teoría, y de comparaciones
· meticu~osas con las crónicas históricas, asi como en los fuegos de la lucha
Marx trató de ocuparse del problema en los capftulos iniciales ele El·capitá,l~·;cH-. :.:.iflf
señando un lenguaje. de tal densidad y abstra~ción que deja perplejos a..los.~ot;.. ; ;¡~
politica. Yo publico estos descubrimientos teóricos como una contribución al tales comunes y corrientes, por lo menos la. pnmera vez que lo leen .. Yo.he~i:~t~·. '. :;:~
proceso colectivo del descubrimiento. Lo hago ahora porque no puedo llevar es· do de encontrar un justo medio. Uso la~ ideas de oposición. antago~~~~:.Y· '='.)l
té tem& mucho más adelante sin un cambio radical de dirección, que tomaría contradicción co~o hi~o~ que mantiene.º. unidos los m~te~iales .. , ~ J~.~~~J~ .~ J~!~
varios años más en dar frutos.
· Yo podria pronunciar entre jadeos esta introducción, con comentarios que
empleo un mecamsmo logico que Marx uuhz~ coi:i gran eficacia .. Pos~~no~;~~~· i.;Jld
suenen muy cultos sobre asuntos como la epistemologfa y la ontologfa, sobre la exploraremos sus detalles, pero vale l~ pena dilucidar de ant~mano l~ tá. c~. ~~.-~ ~. ~~.-.::·i. ~. :.'.~.) ~
neral, aunque sólo sea para proporcionar al lector alguna ~dea de ~ó~o_~~~'.~~.t · :~g~ .
¡. .•.·

teoría y la prác.:tica del materialismo histórico y sobre la "verdadera" naturaleza sarrollará el argumento subsecue~te. .· ; :. r,·~ }3i. ·~ :·~,.¡~~;· .
de la dialéctica. Empero, prefiero dejar que los métodos de indagación y presen- En la formulación de la teoría, nos encontramos a cada paso con antago1l:15f~ ::·:~ :t·
tación hablen por sr mismos a través del texto, y dejar que el objeto de la indaga- mosque se convierten en configuraciones curiosas de contradicciones inte'~;:Y. , ': ·;;!~
ción surja en el curso del estudio en vez de colocarlo a priori como una figura de externas. La resolución de cada una provoca simplemente la formación de.~~~~;_/:;¡]l~·ii
cartón recortada sobre un escenario iluminado por detrAs. Por otro lado, creo nuevas o su traducción a un terreno nuevo. En esta forma el argumento .P~~~~<· :<r.'~Ü
que el lector puede encontrar útiles algunos comentarios :;obre lo que he t:atado girar hacia adentro o hacia afuera para abarca: cada aspecto ~el modo d~.!P~ºJ ',!·:':~ti!
de hacer; ·y sobre la forma que he utilizado. ducción capitalista. Por ejemplo, Marx inicia El capital con la idea de q~e)~: . ?;~ll
, El objetivo general ha sido combinar una forma de pensar que me parece mercanda material es simultáneamente un valor de uso y un valor de cam_~~c;>t..Y( ··.;·~~~
dfaléctica con h mayor simplicidad posible de exposición que permitan unos tP.· que las dos formas de valor necesariamente se oponen entre sí. Esta _oposici~n¡. :·j~1,~~
·._; ·,, ~ .. ~ ·~1f!'¡
. ,. · .
~; ~ ¡;·fM'~

,:j'j.¡;:;~
10 INTRODUCCIÓN INTRODUCCIÓN 1 11'

(que es algo intrínseco de la mercancía) logra su expresión externa en la sepa- de las guerras del imperialismo y del interimperialismo desde una perspectiva . ,
ración entre las mercancías en general (valores de uso) y el dinero (la representa- nueva. Vemos una vez más que la búsqueda de una "fijación espacialº a las · . :
ción pura del valor de cambio), pero el dinero absorbe luego funciones contradicto· contradiccione& internas del capitalismo termina simplemente proyecd.ndolas,
rias dentro de mmismo, que se puede:t resolver a su vez sólo si el dinero circula en aunque en nuevas formas, al escenario del mundo. Esto, en mi opinión, nos per·
cierta forma, es decir, como capital. Así sigue adelante el argumento abarcando mite construir una estructura para hacer teorias sobre la geografia histórica def
los antagonismos de clase entre el capital y el trabajo, la dinámica contradictoria modo de producción capitalista. 1
del cambio tecnológico, y finalment~ evoluciona convirtiéndose en una disquisi· Yo no alego que éste es el fin del asunto, ¿cómo podría serlo considerando la
ción larga y elaborada sobre aquellas contradicciones aparentemente irreconci- forma de hacer teorías? En el epílogo indico algunos. campos de asuntos· sin ter~
liables que llevan al capitalismo a los cataclismos y las crisis. Los primeros s~ete minar. Tampoco alego que todo lo que he dicho es original o indiscutible: Esto ..
capitulo.'! resumen e interpretan el argumento de Marx de acuerdo con esa lógica, me lleva a otro asunto que merece ser presentado a modo de introducción;: ,. ·,
hasta llegar al punto que yo llamo "el primer corte" en la teoría de la crisis. La r:radición intelectual marxista experimentó un resurgimiento notable eri la
ejempli!icado por su teoría de la tasa de ganancia decreciente. década pasada, resurgimiento que se caracterizó por sus vivas disputas y vigoro·;
En los capítulos restantes uso el mismo mecanismo lógico para llevar el argu· i;as polémicas de no poca virulencia. Yo he luchado, no siemp:e con éxito, por;
mento de Marx hasta terrenos menos familiares. El análisis del capital fijo y (le la mantenerme al día de las obras publicadas que han proliferado enormemente,
formadón del fondo de consumo del capítulo vm, muestra que los excedentes de incluso durante el transcurso de cinco años aproximados que he estado escri-
capital y trabajo, producidos bajo las condiciones descritas en el "primer corte" biendo. Para reconocer el estimulo de cada idea que hay en el texto se requerirfa
de la teoría de la crisis, se pueden absorber por la creación de nuevas formas de una cantidad increíble de notas a pie de página. Por eso simplemente deseo re-
circulación orientadas más bien a usos futuros que a presentes. Sin embargo, en- conocer aquf la deuda que tengo con los esfuerzos colectivos de muchos escrito·
contramos entonces que estas nuevas formas a la larga se contradicen con una res, pensadores y profesionales. El valor de personas como Paul Sweezy, Maurice
·dinámica continua de cambio tecnológico, que en si misma es una condición n~­ Dobb, Paul Baran, Edward Thompson, Eric Hobsbawm, R. Rosdolsky y otros,
cesarfa para la perpetuación de la acumulación. Como resultado, el "valor" asig· que mantuvieron viva la flama del pensamiento marxista durante años incref- ..
nado ~.1 capital fijo se convierte en una magnitud inestable y la circulación contim.:aa blementc difíciles, fue siempre una inspiración. Sin el estímulo del resurgimiento ·
de capital se ve amenzada con u·na alteración severa. • del pensamiento marxista, con escritores tan diversos como Althusser, Pou-
1

El si.;rema de crédito llega entonces al rescate. En los capitulos IX y X descubn· lantzas, Wallerstein, Amin, Mande} y otros, probablemente yo habría aban-.
mas que el sistema de crédito, como una especie de "sistema nervioso central" donado este proyecto desde hace mucho. Entre estos pensadores cuento a Manuel
para la regulación de la corriente de capital, tiene la capacid.ad potencial para Castells y Vicente Navarro como amigos personales que me ofrecieron ayuda y·
resolvH todos los desequilibrios a que está propenso el cap1tahsmo, para re· estimulo una y otra vez. ,
solver las contradicciones que señalamos anteriormente, pero sólo lo puede ha· También he luchado para clasificar los debates lo mejor que he podido (aun·
cer pagando el precio de absorber en su interior las contradicciones. _Las grandes que debo confesar que renuncié a clasifkar algunos de ellos a caun de mi pro-
concentraciones de poder financierc, acompañadas de las maq uinac1ones del ca· funda frustración). Para confrontar las d;versas posturas tomadas en cada punto 1

pita) financiero, pueden desestab.ilizar o estabilizar el capitalismo con igual faci- de la controversia tendría que extenderme interminablemente, mientra5 que ·a1.
lidad. Además, surge una oposición fundamental en cualquiera de los dc.s casos gunas obras, como las de Kozo Uno, llegaron a la escena demasiado tarde para
entre ei sistema financiero -la creación de dinero como dinero a crédito- y su que pudiera prestarles la detenida atendón que merecen. Asi es que decidi oc'u·
base monetaria {el uso del dinero como una medida del valor). Esto prepara el parme directamente de los debates fundamentales, a medida que éstos se inmis-.
escenario para examinar los aspectos financieros y monetarios de la formación cuyen en puntos claves de mi propio argumento. Aun entonces solfa pasar; por ..
de las crisis, incluyendo los pánicos financieros y la inflación. Esto forma el "se· alto las polémicas y mencionar simplemente de pasada aquellas que ti~nen una:.. ·
gundo corte" de la teoría de la crisis. participación más activa en el debate. Espero que la fluidez dd texto compense,
El capítulo que trata sobre la renta completa nominalmente la teorfa de la la falta de pirotecnias verbales. · · : · • ·' ·
distribución, pero también nos permite considerar la dinámica espacial así como Finalmente, están aquellas personas e instituciones con las que estoy e~ ~euda .·
temporal desde una perspectiva teórica. Un análisis ulterior d~ l~s movilidad~s directamente en una u otra forma. Me complace acusar recibo de una beca.Me7:
geográficas del capital y del trabajo muestra cómo las contrad1cc1ones del capi- morí'a.l Guggenheim en Parfs, que me dio la oportunidad de estudiar Ja urbani~ '.. ,.t,:
talismo son, en principio por lo menos, susceptibles a una "fijación espacial"; la zación francesa, pero, quizá lo más importante, me permitió :ibordar el.< ..;J.:
expansión y el desarrollo geográfico poco uniforme impiden la posibilidad de embrollo de la tradición marxista de aquel pafs. M. G. Wolman, jefe del Depar·.: : ¡,
que un capitulismo propenso a la contradicción se corrija a sí mismo. Esto ll~va tamento de Geografía e Ingeniería Ambiental de la Universidadjohns Hopkins·~' 1 :¡ ii;
directamente al "tercer corte" de la teoría de la crisis, que trata sobre su formación demo,stró un hondo. c?mpromiso coi:i el principio de la libertad de indagación >\; ;:~){l~
en sus aspectos espaciales. Bajo este en-:abezado podemos enfocar los problemas ayudo a crear cond1c1ones de trabajo sumamente favorables para eso. . · · · · : Jh
', ·-1:~1{

J~t[ü
12 INTRODUCCIÓN

~, A~principios de los setenta, tuve también la buen.a fortuna de enc~nt~ar un


grupo de personas que ~Jarticiparon en una exploración sumamente vigorizante
deL.pensamiento marxista. Dick Walker y Lee Jordan, Gene Mumy, Jorn y :1·
. Alñµd Ba.mbrock, Flor Torres y Chuck Schnell, Ric Pfeffer, Lata Chatterjee y l. MERCANCÍAS, VALORES Y RELACIONES ·.. ,.,
Bar~ara Koeppel, compartieron sus ideas y me ayudaron con sus esfuerzos cole~­ DE CLASE
tivos a quitar las capas de mistificación que nos rodean. Lo que es más, lo h1·
cie~on con uri sentido de diversión y de goz<? que es verdaderamente raro en los
seres. humanos. En años recientes, Beatriz Nofal y Neil Smith continuaron esa El método de análisis empleado por mi y que nadie hasta ahora habfa aplicado a los
. tradición. También revisaron página por página el manuscrito. Tengo una problemas económicos, hace que la lectura de los primeros capítulos resulte bastante
deuda enorme con ellos. Barbara, Claudia, John y Rosie, me dieron un apoyo penosa, ... Yo no puedo hacer otra· cosa que señ~lar de antemano este peligro.y pre-
muy especial. Finalm-ente, John Davey, de Basil Blackwell, esperó paciente.men· ''enir contra él a los lectores que buscan la verdad. En la ciencia no hay calzadas reale~.
te el producto final y me permitió amablemente que me a~o?erara de un rmcón y quien aspire a remontar sus luminosas cumbres, tiene que estar dispuesto a escalar, la
montaña por senderos escabrosos. (El capital, 1, p. XXV.)* •·
de su cocina donde a veces entraba el sol, para que escnb1era éstas y muchas 1.. ~ '

otras Uneas. MARX inicia su análisis en El capital examinando la nat~raleza de las mercari-
das. A primera vista esta elección parece en cierto modo arbitraria, pero si revi-
samos los escritos con los que se preparó El capital -y que ocuparon casi tres_d~­
cadas- encontraremos que la elección no fue arbitraria· en lo absoluto. F~e ·e¡ _,
resultado de una indagación extensa, un largo viaje de descubrimiento que llev6
a Marx a una 'conclusión fundamental: descubrir los secretos de la mercancfa es
drscifrar los intrincados secretos del propio capitalismo. Asf, el pdncipio es en
realidad una conclusión. .
· Marx considera la mercancf a como la encamación material del valor de w¿~
valor de cambio y oolor. De nuevo nos presenta estos conceptos en una forma
aparentemente arbitraria, por lo que parece "q'ue se tenga la impresi6n de estar
anl<! una construcción n /m'nri.. (F.l r.n/n·tal, l. p: XXIJJ). Sin embargo, ~stos son
conccptoli :1bsoluLamcmc fund.imcmales para todo lo que sigue. Son el eje sobre'el
cual gira todo el análisis del capitalismo. Tenemos que entend!!rlos si hemos ·de
entender lo que nos quiere decir Marx. 1 .
En esto existe cierta dificultad. Para entender plenamente los conceptos se re~
quiere que entendamos la lógica interna del propio capitalismo. Como no es ¡>ó-
sible que logremos esto desde el principio, nos vemos obligados a usar los concep-
tos sin saber precisamente lo que significan. A?emás, la forma relacional en q~_e

• Todas las citas de El capital que aparecen en este texto están tomadas de la edición del FCE y
la paginación, por tanto, corresponde a ella. ! , .~ ¡.
. ¡;
l El sello caracterfstico del ml:todo materialista de Marx e5 comenzar la explicación cxarÍiinando !

las caracterfsticas de objetos materiales con los q.ie todos estamus familiarizados. "Yo no arranco
nunca de los 'conceptos'. ni, por tanto, del 'concepto del valor' .•. Yo pano de la forma social mls
simple en que toma cuerpo el producto del trabajo en la sociedad actual, que es la 'mercanda'" (No-'
/tu 1111ir¡:i1wl1•.1 al "Tratado de cconnm1a política" de A dolph Wagner, pp. 4 l 5·416. [Todas las citas
11:u• :u111I ap:m·1·rn dr las nhras 111• Man. 1•s1án cornadas de las ediciones que de dichas obras ha rdli·
7.ado el Fondo de Cu hura Económica en su colección "Obras Fundamentales de Marx y Engels" ~~~ /
adclan1c = OFMF.); entonces, pues, siempre que aparezca por primera vez algl'.in tftulo de alpa
ohm clr Marx. ~r i;t•r1:1larli c•I ni1mrro dd romo de la colección y la pfigina a que i:orresponde dic~a
lramtC'ripcit'ln, antCC'<'clifnclola liÍ<'mprc las ÍnÍcialCS dcl tftulo de fa colección :t que aqul hacemos ref~¡.
r<"nria; rn las V<'C'rs pmncriorr.1 a la primera mención de las obras qJe aqul ~ferimos señalaremos naaa .
mái. c·I número dc la página dc donde procede, dando por sabido el número del tomo mencionado.])
IS
.. '?:;.'?~
. ......
,·'
" . ,;,f.~J
14 MERCANClAS, V A LORES V RELACIONES DE CLASE
f:·~"
MERCANCIAS, VALORES Y RELACIONES DE CLASE ·15 ( :' "~I

Marx procede implica que no puede tratar ninguno de estos conceptos como un una investigación detallada. Una vez que se ha entendido el componente, pode- ; .:~
bloque de construcción fijo, conocido o siquiera conocible sobre cuya base se
pueda interpretar la rica complejidad del capitalismo. Marx parece decimos mos contar con él como si fuera una base inmutable para indagaciones subse· ·,:>·~.'. : _·.1~.-,':
cuentes. De vez en cuando, como es natural, parecen faltar las piedras angu· .. ".:
que no podemos interpretar los valores sin entender GUé es el valor de uso y el va- lares del conocimiento, y cuando sus grietas llegan a ser evidentes para todos, .·.,
lor de cambio, y no podemos interpretar esta última categorfa sin entender ca- presenciamos una de esas revoluciones dramáticas del pensamiento -cambios •'·:"
balmente la primera. Marx nunca trata un concepto aisladamente como si se. de paradigmas, como se les llama algunas veces- tan característicos de la cien· ''.~I:;¡
,
pudiera entender por sf mismo. Siempre se enfoca en una u otra de las tres rela- da burguesa. · ,. · ;·. .:{:
ciones posibles entre ellos -entre el valor de uso y el valor de cambio, entre el La mayoría de nosotros, que fuimos educados en las tradiciones "occidentales:• ·
valor de uso y el vabr, y entre el valor de cambio y el valor. Las relaciones entre del pensamiento, nos sentimos a gusw con esa estrategia de indagación. El hech?
los conceptos son lo que realmente cuenta. de que Marx se apartara de ella, si llegamos a entenderlo. nos parr.l.:e desconcer: . ·. 1;
·,_En el cur:;o de El capital podemos observar a Marx cambiando de un par rela- tante si no es que verdaderamente perverso. Además, siempre está alli la tenta·
eiorial a otro, usando percepciones acumuladas desde un punto de vista para es· ción de tratar de reducir lo que no es familiar a términos familiares. volviendo a
.tablecer interpretaciones desde otro. Como ha dicho Ollman, es como si Marx enunciar los argumentos de Marx en términos más fáciles óe comprender. Esta
· Viera cada relación como una "ventana" separada desde la cual pudiéramos mi- tendencia está en la base de muchas interpretaciones erróaeas de Marx, hechas
rada estructura interna del c~1pitalismo. Lo que se ve desde una ventana carece por marxistas y no marxistas por igual. y produce lo que yo llamo una interpre-
de relieve y de perspectiva, pero cuando pasamos a otra podemos ver las cosas ración "line3)'' de la teoría expuesta en El capital.3 ·
que. anteriormente estaban ocultas a nuestra vista. Armados con ese conocimiento, Esta interpretación "lineal" sigue los lineamientos siguientes. Marx, según se
podemos reinterpretar y reconstruir lo que vimos a través de la primera, dándole dice, ha creado tres bloques de construcción potenciales para interpretar la pro·
máyor profundidad y perspectiva. Al pasar de una ventana a otra y registrar ducción e intercambio de mercancfas, presentándonos los conceptos de valor de
cuidadosamente lo que vemos, nos acercamos más y más a entender la sociedad uso, valor de cambio y valor. Supuestamente, Marx resume la cuestión del valor·
capitalista y sus inherentes contradicciones. de uso en la primera página de El capital y de alU en adelante considera que su
Esta forma dialéccica de seguir adelante :mpone un gran esfuerzo al lector. estudio no tiene que ver con su propósito aunque sigue teniendo interés históri·
Nos vemos obligados a andar a tientas en la oscuridad, armados con conceptos co. Una investigación de los valores de cambio sirve simplemente para mostrar
sumamente abstractos y aparentemente a prion' de los cuales conocemos poco, y que los secretos del capitalismo no se pueden revelar haciendo únicamente un es-
a trabajar desde perspectivas que aún no estamos en posición de evaluar. Por tudio sobre ellos. Así Marx construye la teoria del valor-trabajo como la base s6·
tanto, la mayoría de los lectores encuentran grandes dificultades al leer los pri· lida, el bloque de construcción fijo que cuando construyamo~ sobre él nos dirá
meros capf=ulos de El capital. No obstante, después de un periodo penoso y a todo lo que necesitamos saber sobre el capitalismo. La justificación de la teorla
menudo fru~trante de andar a tientas, comenzamos a percibir en dónde estamos del nlor·trabajo, bajo este punto de vista, escriba en el descubrimiento de Marx de
y qué es lo que estamos viendo. A medida que Marx va iluminando poco a poco que "toda la historia es la historia de la lucha de clases", y que dicha teorla debe sos-
ante nosotros los diferentes aspectos de la intrincada complejidad del capitalis· tenerse porque es la expresión de las relaciones de clase en el capitalismo. .
mo comienza a surgir cierta comprensión, aún confusa. El significado de los con· Esa versión "lineal" de la teoría de Marx se encuentra con varias dificultades,
ceptos valor de uso, valor de cambio y valor se vuelve m~s claro en d curso del de las cuales consideraremos una brevemente. En el tercer volumen de El capi·
análisis. Cuanto más entendemos cómo funciona el capitalismo, más entende· tal, Marx examina la "transformación de los valores en precios". La exactitud de
mos a qué se refieren estos concepcos. 2 su procedimiento de transformación es vita~ para la interpretad~n "lineal" por-
Todo esto contrasta vlvidar.1ente con la forma de enfocar los conocimientos que Marx parece estar derivando el valor de cambio del bloque de construcción
como "bloques de construcción", tan común en la ciencia social burguesa y tan fijo de la ceo ría del valor. Como todos conceden r1ue los capitalistas operan con
profundamente arraigada en los modos de pensar burgueses. Según estas formas el valor de cambio y no con los valores, el análisis .de Marx de las "leyes del movi·
de pensar, es posible y deseable construir bases sólidas para los conocimientos m!ento" del capitalismo se levantan o caen, según esta interpretación, con la
aislándolos en sus componentes básicos dentro del sistema social y sometiéndolos a coherencia lógica de la transformación. ",;
Desgraciadamente la transformación de Marx es incorrecta. No parece haber
2
• Ollman (1973). Engels tambi<:n nos previene espedficamente cuando dice: "No ha sabido
comprender que Marx, donde él cree que J~fine, se limita a desarrollar cosas existentes, sin que haya ' F.sa interpretación "lineal" caracteriza a las presentaciones de Robinson (1967) y de Samuelson
A.
l:
que buscar en él definiciones acabadas y perfectas, valederas de una vez por todas. AIU donde las ¡:
(1971) sobn- l'St<' tema (que:" parece ser uno de los pocos puntos en que están de acuerdo). Se: puedrn
cosas y sus mutuas relaciones no se conciben como algo fijo e inmutable:, sino como algo sujeto a mu- encontrar versiones "estructuralistas" más problemáticas c:n Bronfenprenner (1968) y Elster (1978),
danza, es lógico que tambié!" sus imagenes me1talei., los conceptos, se hallen expuestos a cambios> mientras que incluso Sweezy ( 1968) -en una obra que por lo demás merece la mayor admiración..:...
transformaciones, que no se las enmarque en definiciones ñgidas, sino que se las desarrolle en su pro· parece caer en esta trampa. En mi opinión, esto le sucedió por no apreciar plenamente la relaci6n'
ceso histórico o lógico de formación." (El capilal, JJJ, p. 16.) que establece: Marx entre I~ concepros de valor de uso y de valor (viarue las notas 5 y 9). ·,
r
t

16 MERCANClAS, VALORES Y RELACIONES DE CLASE


MERCANC1AS, VALORES Y RELACIONES.DE CLASE

una relación necesaria entre los valores que representan las mercandas y las ta· condiciones de producción de mercandas, los actos de producción y constlmó:~( '
sa-; a las cuales se intercambian estas mercancfas. Los detractores burguesl~ (y tán separados por el intercambio, pero la apropiación de la naturaleza'siemP.re~'.
1

:algunos simpatizadores) han tenido un día de actividades muy interesantes. Di- sigue siendo fundamental. De esto se deduce que nunca podemos pasar porr aleo,, .
cen que el primero y el tercer volúmenes de El capital se contradicen irreconci: lo que Marx llama "el lado material" de las mercancfas. Si lo· hiciéramoi1
liablemente. Según ellos, Marx finalmente recuperó la cordura en el tercer volu- dejarhmos la satisfacción de los deseos y necesidades humanas sin ninguna Telá~. ·
men y' se dio cuenta de que la teorfa del valor del primero era una distracción ci6n con la naturaleza. i '"d •pUw~
inaplicable a la comprensión de los procesos reales de producción e intercambio El lado material de las mercancías entra en relación con las necesidades ylo~,
de m~rcancfas. Todo lo que se requerfa para lograr esto último era una teorfa de deseos humanos a través del concepto de su valor de uso. Este valor de uso:se· ·
·precios relativos que no hiciera alusión a los valores. Además este argumento, puede considerar "desde los dos puntos de vista de la calidad y la cantidad'\ Có:""
dada la interpretación "lineal", es suficientemente poderoso como para llevar a los mo un .. conjunto de muchas propiedades" que pueden "ser 'Útiles en diversas for:-
marxistas a dudar un poco de la aplicabilidad de la teorla marxista del valor o a mas", la mercancía posee ciertas cualidades que se relacionan con diferentes.da.~
caer en lineas de defensa que suenen merameme afirmativas en vez de coheren- ses de deseos y necesidades humanas. El alimento satisface nuestra hambre,· la
tes y convincentes. . ropa nuestra necesidad de calor y la vivienda nuestra necesidad de alojamiento(
· · Sin embargo, un examen de Ja obra de Marx muestra que el valor de cambio, Además, aunque Marx insiste en que "como valores de uso, las mercanclas repre-.
lejos de derivarse de la teoría del valor en alguna etapa posterior del juego, es fon· sentan, ante todo, cualidades distintas", tamb:én insiste en que "al apreciar un valor
damental para investigar esta teorfa desde el principio. Sin entender esos valores de uso, se :.e supone siempre concretado en una cantidad, v. gr. una docena de
no podemos decir nada significativo sobre el valor. El valor de cambio y el valor relojes, una vara de lienzo, una tonelada de hierro, etc." (El capital, I, p. 4). •\!·
son categorfas relacionales, y ninguno de los dos se puede tratar como un bloque En relación con el valor de cambio, al que considera bisicamerite como una
de construcción fijo e inmutable. El estudio de Marx del problema de la trans- relación cuantitativa, Marx hace hincapié en los aspectos cualitativos de los valo·.
formación es sólo un paso en una investigación continua de las intrincadas rela- res de uso; pero en un sistema sofisticado e intrincado de producción de mercan-
ciones enfre ellos. Además, definitivamente no está tratando de derivar el valor cías, los aspectos cuantitativos de los valores de uso adquieren gran importancia.
de cambio de los valores, ce mo parece suceder bajo la interpretación lineal. Esto Los productores usan cierta cantidad de insumos -fuerza de trabajo, materias
explica por qué Marx, que se daba cuenta plenamente de los defectos lógicos de primas e instrumentos de producción- para crear una cantidad de producto
su argu.'llento (aunque quizá no de todas sus implicaciones), los pudo descartar fisico que se usa para satisfacer las necesidades y deseos de cierto número .de gen-.
por considerarlos poco importantes en relación con el tópico real que le preocu- tes. La proporción entre los insumos fisicos y los productos en el proceso de pro- ·:.
paba. i!:ste es, empero, un asunto al quf' regTesaremos :en el capitulo 11. d11cción proporciona una medida física de la eficiencia. Una descripción del to~
Dr. es·:o se deriva que debemos evitar cualquier cosa que huela a interpreta- tal de los insumos y los productos nos proporciona una imagen global de cómo se
ción "lineal" de la teorfa marxista. No obstante, si seguimos el método de Marx, relaciona la apropiación de la naturaleza con las necesidades y deseos humanos.
entonces esto significa que estamos destinados a encontrar el tipo de dificultades En una sociedad caracterizada por la división del trabajo 7 la espec~alización
que enfrenta cualquier lector de El capital. Tenemos que comenzar caminando de la producción, podemos definir lo que se requiere para la reproducción social
a tientas en la oscuridad, armados con categorfas marxistas que en el mejor de en tér.ninos de la cantidad de producto en determinada industria (como el
los casos entendemos parcialmente. Desgraciadamente no hay forma de evitar hi.erro y el acero) que se necesita para satisfacer las demandas de todas las demás
esta dificultad: "no existe una vía fácil para llegar a la cienciaº. industrias (como los automóviles, la construcción, las herramientas, etc.); Un
En este capitulo trataremos de reconstruir el argumento de Marx con respecto a e~tz.do de reproducción es aquél en que los insumos y los productos están equi-
las relaciones entre valor de uso, valor de cambio y valor bajo condiciones de librados. Al excedente dentro de un sistema de este tipo lo podemos llamar plw-
producción e intercambio de mercancías. Al mismo tiempo trataremos de expli- producto; o sea, una cantidad de valores de uso materiales que sobrepasan:a
car lo que hace Marx y por qué lo hace. En esta forma espero hacer menos fati- los que se necesitan para reproducir el sistema en determinado pals. Este plus-
gosa la ascensión de los empinados caminos que llegan a las cumbres luminosas p::-oducto se puede usar en diversas formas, como en la construcción de monu-
de la teorfa marxista: mentos o en crear nuevos medios de producción o en ayudar a producir aún '!llá~
plusproducto. El plusproducto de diferentes industrias se puede comb~nar de
l. VALOR DE use. VALOR DE CAMBIO y VALOR nuevo de tal manera que la cantidad total de producto se haga m~s grande a tra·
vés del tiempo, ya sea por simple expansión de las industrias existentes o po.r la
a) Valor de u.so formación de otras enteramente nuevas. . ' . r ·~
Las caracterfsticas cuantitativas de un sistema de producción flsico de este ti:-
Con base en la concepción del mundo de Marx está la idea de que los seres huma- po son de considerable interés, aunque existen, como es natural, algunos proble-
no_s se apropian de h naturaleza para satisfacer sus deseos y necesidades. Bajo mas de especificación. Necesitamos saber qué valores de uso se requieren para
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18 MERCANClAS, VA LORES Y RELACIONF.S DE CLASE MERCANClAS. V A LORES Y RELACIONES DE CLASE '

reproducir o ampliar la fuerza de trabajo (lÓ que nunca ha sido un tema fácil), En su forma relacional, la categoria --vulor de uso'' es extremadamente U;n~~r. .': >r:,1
t~dnte u~ ed?~~~ ·.:.:N.·~1·:.J
1 1
cómo identificar a las industrias, cómo justificar el capital fijo, los productos para el anlálisis surbsecuente. "Solamendte uir oscurus que no ha ya :
conjuntos, etc. No obstante, la necesidad obvia de equilibrar las cantidades de di e• nada de E capita ', afirma Marx, "pue e argumentar asr; ... el va1or e.~·
insumos y productos hace que el estudio directo de los aspectos fisicos de la P.ro- no desempeña, según él, papel alguno" (Notas marginales al uTratado de eco~o~úí .: :: ::
ducci6n sea posible y a la vez potencialmente ilustrativo -y por lo tanto han sido política" de Adolph Wagner, p. 416). Marx explica su estrategia en Grundrisse; I~,' !"¡~
el foco de la atención desde que Quesnay creó su Tableau économique. Marx si- (¡:ip. 285-286)* muy explrcitamente. Un valor de uso es el "objeto de satisfacci6.il · •·
gue esta técnica en el segundo volumen de El cafital, y en años más recien~es de un sistema cualquiera de necesidades humanas. Esto constituye su aspecto ~: J¡
·Leontidf creó un método elaborado para estudiar la estructura de los fluJOS ma tcria 1 [de la mercanda], que puede ser común a las más distintas époc~ .~e·
füicos dentro de la economía. Tenemos ahora estudios de los insumos productos procíucción y cuyo estudio cae, por consiguiente, fuera [del campo] d~.i~3:
de economfas nacionales, regionales y urbanas seleccionadas. La cuestión es, en- economía politica". Sin embargo, luego añade que "el valor de use entÍ'á~~
tonces, ·¿qué ideas se pueden obtener, con respecto a Ja lógica interna ~el capitalis- la órbita de ésta [la econonifa polftica] cuando es modificado por las moderna~
mo, de estudiar las caracterfstic:as físicas de este sistema de producción aislado? rel~ciones de producción, o interviene, a su vez, en ellas, modificándolas'~.·: {
, Man:·reconoce, naturalmente, que todas las sociedades se deben reproducir Esta es una afirmación extremadamente importante. Explica cómo y por qué
·fisicammte para poder sobrevivir. Desde el punto de vista de la producción, el Marx entreteje el estudio del valor de uso en su argumento. Los valores de wo
aspecto füico de la reproducción social es captado por una descripción del pro- van tomando su forma de las relaciones modernas de producción, y a su vez¡in·
ceso de trabajo. Podrfamos describir esto en términos universales como: "la acti- tervienen para modificar esas relaciones. Los análisis del proceso de trabajo,. la
vidad adecuada a un fin, o sea, el propio trabajo, su objeto y sus medios" (El capi- organización social y técnica de producción, las caracterfsticas materiales del ca.'-
tal, l, p. 131.) 4 pital fijo, y cosas por el estilo - todas consideradas desde el punto de vista del .va.~
Los estudios tle M ux sobre la economía política lo llevaron a sentir una pro- lor de uso-. se entretejen i:on el estudio del valor de cambio y el valor en forma
funda suspicacia hacia las clasificaciones universales de este tipo. El vefa a las intrincada. En el caso del capital fijo, por ejemplo, encontramos a Marx afir:-
propias categorías como Ltn producto de una determinada sociedad, y buscó mando una y otra vez que el valor de uso aquf "desempeña también un papel,,
conceptos que pudierar. servir pa~a distinguir al capitali~rno de otr~s. for~as de como cate,soría económica" lGrundrisse, 11, p. 65). Una máquina e~ un valor .de.
producción y por lo tanto que sirvieran como base para disertar la.lo~ica interna uso producido bajo relaciones de producción capitalistas. Personifica el valor;
del capitalismo. En esta forma, Marx trata de hacer que su matenahsmo sea ge· de cambio y el valor. Además, tiene un papel sumamente importante en lá mJ:
nuinamente hi!llórico. dificación del proceso de trabajo, las estructuras de producción, las relaciones
En b. primera página de El capital, Marx trata de separarse del valo.r de uso entre los insumos y los productos, y cosas por el estilo. La producción y el uso de
argumentando que la comprensión de la naturaleza exacta de las necesidades y máquinas cae dentro del terreno de la economfa polftica.
deseos humanos "no hace ninguna diferenda" y no contribuye en nada a un es· No estamos aún en posición, naturalmente, de entender cómo modifican al
tudio de la economia polftica. No podemos diferenciar a las sociedades sobre la concepto de valor de uso las relaciones capitalistas de producción (y al mismo
base de: sus valores de uso. Por lo tanto, "descubrir los diversos usos de las cosas ei; tiempo cómo las modifica éste) porque aún nos falta captar las interpretaciones
trabaje de la historia" más bien que de la economfa politica. . marxista del valor de cambio y del valor, per'!'.l sería útil considerar cómo evoluciona
E.5to na sido interpretaJo por algunos en el sentido de que Marx consideraba h comprensión marxista del valor de uso en el curso del análisis, examinando
·que las r.aracterfsdcas estructurales del capitalismo se podfan investigar indepen- con detenimiento un ejemplo importante.
dienternente de cualquier consideración del valor de uso. Nada podfa estar más Consideremos la concepd6n de las necesidades y deseos humanos que Marx
lejos de la verda.d. De hecho, si Ma~x ~ubiera ton:iado ~erd~~erame~te ese cami- parece relegar a una mera cuestión de historia en la primera página de El capi-
no, habría destruido la base matenahsta de esa mvesugac1on. Habiendo recha- tal. Ya al final de la primera sección, después de un breve examen del valor. de
zado el valor de uso como una categorfa universal en la primera página de El ca- cambio y del valor, Marx modifica su argumento e insiste en que para producir
pital, Ja vuelve a introducir como una categorfa relacional en la segunda. La mercancías "no basta producir valores de uso, sino que es menester producir va-
mercancía es concebida como una personificaci6n del valor de uso y del valor de lores de uso para otros, valores de uso sociales". A menos que la mercanda satis·
cambio. Esto prepara la escena p.ua considerar el valor de uso en relación con el
valor de cambio y con el valor. 5 capital. También señala ia siguiente declaración bastante sorprendente en Sweezy (1968, p. 26) de
que "Marx excluyó el valor de uso (o como se le llamarla ahora, "utilidad") del campo de la investi-
4 Stttdman (1977), basándose en lo que dice Sraffa (1960), reinterprela a Marx a la luz de las gación de la economfa poUtica basándose en que no personifica directamente una relaci6n soci~l''. .,
caraclerlsticas de los sistemas de producción flsicos. Fine y Harris (1979) resumen las critica!: d~ este Swec:zy, como señala Rosdolsky, está duplicando aquf una mala interpretación de Marx que se re-
enfoque. monta por lo menos a los escritos de Hilferding a principios de la dfcada de 1900. '.'
s Rosdolsky (1977, pp. 75·98), explica perfectamente el uso de Marx del concepto "valor de • Todas las citas que aqut se hacen de los Grundri.sse están tomadas de la edición del FCE, .JFME,
uso" y la manera en que se emplea el concepto, principalmente en los Grundrisse pero tambi~n en F.I 15. y la paginación corresponde a este tomo.
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RELACION~ ¡~!'· 1füi


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MERCANC!AS, VALOm Y DE CLASE
20 MERCANClAS, VALORES Y RF.LACIONES DE CLASE

cantidad deben producir de una mercancía en vista del precio promedio de yen~, .i:::, J-
~aga u~a necesidad o deseo social, no puede tener ni valor de cam?io ni valor (El ta, y compran ciertas cantidades de me;cancfas a precio de compra a; fm~de '.-.;. ·..•
capital, I, p. 8). La categorfa valor de uso, aunque ~hora ya se e~uende como un emprender la producción de mercancfas. En los hogares se decide qué cantidad : : '··.f_.:'.~f~,'
valor de uso social en relación con el valor de cambio y el valor, indudablemente se va a comprar de determinado producto en vista de su precio en relación ~QQ. ·!. ¡
·ya está realizando una función económica.. ·. . . sus d~eos y necesidades y del ingreso de que se dispone. Estas transacciónes ~.táp~ · · l.~::!:·~j
; Esto 'nos invita a considerar cómo modifica el cap1tahsmo las necesidades y fundamentales en la vida diaria bajo el capitalismo- constituyen eJ."mundo.de '! • :¡~Wtt
deseos sociales. A través de gran parte del primer volumen de El capital, Marx
da por sentado que estas necesidades y deseos sociales son conocidos. En lo que se las apariencias" o la "forma fenoménica" de la actividad económica; .El
ma de la economfa política siempre ha sido explicar por qué las merc~ncfa$;"e
probl~·.. ·.
. _
:·,·:r'..·:'_:,·:,_.J}.:'_f·;:,..:

refiere a los frabajadores, por ejerr.plo, los considera como "un producto históri- intercambian a los precios que lo hacen. :r~.,.~· )6ií~ '· ·.·.l f
co" que depende del "nivel de cultura de un país y, sobre todo, entre otras cosas, El valor de cambio, expresado a través del sistema _de precios, seda i:el~tiva~! ., ¡~~t !!·
de las condiciones, los hábitos y las exigencias con que se haya formado la clase d.e / mente fácil de entender si pudiéramos aceptar sin dudas dos premisas inicial~. . ..
los obreros libres" (El capital, l, p. 124). No obstante, luego Marx pasa a consi- 1
En primer lugar, una mercancía func~ona como un numeraire ia;iparci~~.:.
derar c6mo afecta la acumuladón de capital a las condiciones de vida del tra- -c~mo dinero- a fin de que los valores relativos de todas las demás mercanc;:fll,
.!:
bajador. El "nivel de vida" del trabajador se ve ahora como algo que varía de
acuerdo con la dinámica de la acumulación capitalista.
se puedan expresar sin ambigüedad como un precio. En segundo lugar,.,vivim~s.
en un mundo de producción de mercancías: todos los productos son producidos para ·
··.·.;J,
,; Hacia el final del segundo volumen de El capital, Marx da un paso más allá. intercambiarse en el mercado. En una sociedad capitalista, estas dos premis~~. · .· ~:
La totalidad del sistema flsico de reproducción es separado en tres sectores que parecen casi "naturales", no parecen plantear dificultades serias, aunque s6.l.Q.
',,: i
:-~~
. producen medios de producción, mer~andas-salario. (!1ecesidades) y ~rtículo~ de sea porque reflejan circunstancias que nos son familiares. Armados c~m ellas,: :J
lujo. Las corrientes entre los sectores tienen que eqmhbrars~# (en c~nudad, Vill~r podemos proceder a analizar directamente el sistema de precios. Vemos qué la~.
y términos monetarios) si ha de ocurrir.la simple repro~ucc1on o s1 ha de ocurr~r mercancías se intercambian de acuerdo con precios relativos y que los precios
una expansión ordenada de la producción. La concep~16n ~e los deseos y ?eces1- cambian en respuesta a la oferta y la demanda. El sistema de precios evidente."¡.
dades de los trabajadores experimenta ahora otra modificac1~n. Los trabaJad~res ment<: proporciona un mecanismo descentralizado sumamente sofisticado par;
conflan en la producción capitalista de mercandas para satisfacer sus necesida- coordinar las diversas actividades de innumerable 1 agentes económicos de dive~~;
des, y al mismo tiempo los productores de mercancf~s c~nflan en que los tra?aJa- sa índole. Además, parece como si las leyes de la CJferta y la demanda fueran su·,
dorc11 gn11tcn su clin<'ro en las m<'rcandas.ci11~ In!! capuah11ta11 pucclcn ~rorluc1r. F.t fidcnl<'s parn <xplinir los pr<-cios r<-lativos.
0
. ·;
sistema de producción (bajo control cap1cahsta) responde a las necesidades y de- Marx acepta la importancia de la oferta y la demanda para equilibrar el mer·
seos del trabajador y a la vez los crea. cado, pero niega con vehemencia que la oferta y la demanda nos puedan decir
Esto prepara el camino para considerar la producc!ón de nuevos con.s~mos algo acerca de cuál será el equilibrio de los precios de las mercancfas.
como un aspecto necesario de la acumulación de. capital. Esta pr?d~~c1on de
consumo se puede lograr en diversas formas: "·~n pnm~r lugar, amphac10~ cuan- Cuando la oferta y la demanda se neutralizan redprocamente, dejan de explicar nada,
titativa del consumo existente: en segundo lugar, creación de nuevas neces1dad~s, no influyen en el valor comercial ni nos ayudan en lo más m(nimo a comprender por
mediante la exlensiún de las necesidades ya existentes en un círculo más ampho; qué el valor comercial se expresa precisamente en esta suma de dinero, no en otra. Las
en tercer lugar, creación d<> nuevas necesidades, descubrimientos y producci~n verdaderns leyes internas de ia producd6n capitalista no pueden explicarse, eyidente~
de nuevos valores de uso" (Grundrisse, 1, p. 277). El concepto valor de uso cambia mer:te, por el juego mutuo de la oferta y la demanda. (El capital, 111, ;>p. 192-19S.t,
así de algo incrustado en "cualquier sistema de necesid~des humanas" a una ·l·
comprensión más e!:ipecífica de cómo se moldean las necesidades y deseos huma- Ésta es una afirmación muy drástica, y tenemos que ver cómo la ja.:..stifica Marx,.
nos bajo el modo de producción capitalista (véase Lebowitz, 1977-1978). Finalmente lo explica en el capítulo 111, pero una de las piezas claves de su argu·
mento está en su análisis del dinero. . Í'

b) Valor de cambio, dinero y sistema de precios 6 Debemo:. señalar que Marx siguió en esto a Ricardo. É,,te consideró que la oferta y la de~~~d.~
eran importantes como un mecanismo de equilibrio pero, como Marx, no consideró que era una con~.
cepdón suficientemente fuerte del mundo como para formar la base de la teorla riel valor. "Usted di·
Nada es más necesario para el funcionamiento de la sociedad capitalista que la. ce que la oferta y la demanda regulan el valor", le escribió a Malthus, pero "esto, según creo, no dice
trans~cción elemental en la cual adquirimos cierta cantidad de valor de uso a nada" (citado en Meek, 1977, p. 158). La oferta y la demanda es el meollo de la teorla del valor rieo·
cambio de cierta suma de dinero. La información generada por estas transac- clásica y marginalista, pero la critica de Sraffa ( 1960) de esta última ha hecho retroceder por lo me-
ciones -que la tvnelada de trigo cuesta "x" cantidad, lo mismo que un par de nos a an segmento de la teorfa económica contemporánea hasta la base común proporcionada, por
ª!
I .

zapatos o una tonelada de acero- proporciona señales que nos sirven ~e guía Jo menos a este respecto, por Marx y Ricardo. Meek tiene una buena explicación sobre este punto
(1977, cap. 10).
tomar decisiones de producción y de consumo. Los productores deciden que

r.· ...
22 MERCANClAS, \A LORES Y RELACIONES DE CLASE MERCANCÍAS. VALORES V RELACIONES DE CLASE 2!!.

' Marx inicia su argumentación en El capital tratando el valor de cambio como imposible sin dincr3 que lo facilite. Por tamo, el crecimiento del cambio .y la '
~¡ fuera un asunto sencillo, a fin de llegar a su definición inicial sobre la teoría aparición de una mercancía-dinero van necesariamente de Ja mano.' - I· -.1d···
del valor; pero luego regresa inmediatamente a cuestiones de intercambio pt1.ra La mercancía que asume "el símbolo de dinero" llega a ser diferente t. todas las
mostrar que es algo verdaderamente problemático y que su estudio, en relación demás. Un análisis de sus características especiales rcsuJta ilustrativo, puesto que ..el
al valor. es mt..y ilustrativo. Su línea de conducta general es mostrar que el va!or enigma dr.lfetichc di11cro no es. por tamo, más que el enigma del fetiche mercancía,r
de cambio de una mercanda no se puede entender sin analizar la naturaleza del que cobra en el dinero una forma visible y fascinadora" (El capital, 1, p. 55). _.
"dinero" que permite que c-1 valor de cambio sea expresado inequívocamente co- La mercancía-dinero. como cualquier otra mercanda, tiene un valor, an va·
mo un precio. En particular, pone en tela de juicio la idea de que cualquier lor de cambio y un val01 ele uso. Su valor es determinado por el tiempo de trabk¡
mercancía pueda ser alguna vez un numeraire imparcial, y trata de mostrar que, jo socialmen1e necesario que se utiliza en su producción, y refleja las condiciones
por el contrario, el dinero personifica una contradicción fundamental. sodalC"s y físk••s csp<'cífic.:.as del proceso de trabajo bajo el cual es producido. Los
La tarea básica, afirma Marx, "no estriba en saber que el dinero es una mer· valores de rnmbio de todas las demás mercancfas se miden contra el patrón fo.r;·
canda, sino en saber cómo, por qué y de qué modo lo es" (El capital. l. p. 55) . El mado por escas condiciones específicas de producción de la mercancfa-djn~Í'c:?J
dinero~ una creación social. "La naturaleza", argumenta Marx, "i;to produce dine- Desde esr.e punto de vista, el dinero funciona como una medida de valor. y.su Ja·
ro, como no produce banquero~ o letras de cambio" (Grundrisse, 1, p. 131). Ade- lor de cambio supuestamente debe reflejar ese hecho. El valor de uso del din«1tº.
más, el dinero no ha sido cstabJeddo arbitrariamente o por meros convencior.a- consisle en que facilita la circulación de wdas las demás mercandas. Desde ~te·
lismos. La mercanda Ilamada dinero fue producida en el curso de la historia por punto de vista funciona como un medio de circuladón. Sin embargo, en el curs9i
un proceso social específico -la participación en actos de intercambio- que se de la lubricación del intercambio del dinero adquiere un valor de cambio que se,.
tien~ q'.te entender si hemos de penetrar alguna vez en la lógica interna del siste- forma como "el re.f7ejo, adherido a una mcrcanda, de las relacion~ que n;ie~i~~i;i1
ma de precios. 7 cmre todas las demás" (El capüal. 1, p. 53). El dinero llega a tener el valor de lo.que
Marx trata la forma mercanda simple como el "germen" de la forma moneta - puede comprar. Como resultado, la mercan::ía-dinero adquiere un valor de c~~!P;
ria. Ur. análisis del trueque directo muestra que las mercancías pueden asumir lo <lual, el valor dictado por sus propias condiciones de producci6n (su valor Y.~
que él llama forma de valor "equivalente" y "relativa". Cuando una comunidad cambio "inherente") y el que dic!a lo que puede comprar (su valor "ref1ejq")~ h
mide el valor de los bíencs que se adquieren contra el valor único de un bien del €.sta du.ilidad surge, explica Marx, pvrque el valor de cambio, que conc~.bi­
cual se deshace la gente, este último funciona como su forma de valor equivalen- mos inicialmente como un atribuco inherente de todas las mercandas, ahora ~s;:
te. En un estado inicial. cada rnmunidad o agente de trueque posee mercancías tá representado por un patrón de medición que se encuentra fuer.a y separadQ de,
que operan como la forma de valor equivalente. Con la proliferación del inter· las propias mercancí<:>s (Grundrisse , 1, pp. 51-52). El problema de c..>mo repre- -
cambio, una mercanda (o conjunto de mercandas) probablemente surgirá co· sentar y medir los valores queda solucionado en esta forma, peTO se llega a esta
mo e} "equivalente universal" -una mercancía-dinero básica como el oro. Los solución a expensas de volver inherente la dualidad del valor de uso y el ~IQr .•
valores relativos de todas las demás rnercandas se pueden expresar entonces en dentro del valor de cambio del propio dinero. En pocas palabras, el dinero "so::-
términos d<· esta mercancia·<linero. En consecuencia , el "valor" adquiere una lucion.il las comradícciones del trueque directo y el intercambio, a cambio de
medida claramente reconocible, única y socialmente aceptada. La sustituc.ión plantearlas como contradicciones generales" (Grundrissc, 1, p. 200). Todo esto
de muchas determinaciones diferentes del valor de cambio (subjetivas y a menu - tiene algunas ramificaciones muy importantes. •; ,
do accidentiles) a una medida monetaria establecida es producido por una pro- Podemos ver, por ejemplo, que la cantidad cota) de dinero que circula en Ja
liferación de las relaciones de intercambio hasta el punto en que la producción sociedad a determinada velocidad tiene que ser suficiente para facilitar una can·,
de bienes para el cambio se convierte en "un acto social normal" . Por otro lado, cidad decenninada de intercambio de mercancías a precios apropiados. Podemos
también podemos ver que un sistema general de intercambio de mercancías sería designar la demanda de dinero como P Q (donde Pes un vector de los precios
0

y Q las cantidades respectivas de mercancías en circulación) y el abastecimien·.


7 Lo5 estudio~ sobre la teorfa del diacro rlc M;1rx son pocos y espaciados. Rosdolsky (1977) da una to <le dinero como M· V (donde JW es la cantidad de dinero disponible y V es su
excelente explicación de cómo lkgó Marx .1 su concepd6n final del dinero. Mar:r: on Money d1• í't.' velocidad de circulación). En equilibrio, MV = PQ (El capüal, l. p. 81), Si la
Brunhof.f (1976) es ütil. pero como índica ~u auwcritica al final. esta autora pasó por alto varios pun-
cantidad de mercancias en circulación aumenta rept:ncinamente, mientras que
tos que trata de incluir en su~ obras postcriorc~ ( 1!J76b y 1978) que en gt"neral son excelentes. Harris
(1976; 1979) y Barrere (1977) también h;ln reunido alg(m material de interés. Sin embargo . lo que es M y V permanecen constantes , entonces el valor reflejo de la mercancia-dinero
inquietante es la fu1ma er> que las obras S'!ncralcs sobre Marx a menudo hacen a un lado el problema subirá a un nivel que puede estar muy por encima de su valor inherente.1 Un
del dinero como un tópico especial. en vc1. de tr.:nn.rlo corno el centro de todo el análisis. La única ex- aumento en el abastecimiento de dinero o en su velocidad de circulación puede
cepción es Mandel (1968). que en forma cncomiahle integra el dinero y el crédito en su tcxw . Del rectificar esto, pero el volumen del intercambio de mercanc:as estará fluctuandp
mismo modo, hay un p~lisro inherente en la aparición ele estudios especiales que tratan la teorfa dd i·
dinero de Marx como algo que S<' puede trata'r por st~parado de los demás aspecros de su teoría. Esp<" perpetuamente, día a día, mientras que las circunstancia! que hicieron que de- ·''·
ro evitar este escollo en los ca plt u los J x y x. terminada mercancía fuera seleccionada como mercanda-dinero (escasez, cte.)

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·24· MERCANCIAS, V A LORES V RELACIONES DE CLASE MERCANC!AS, VA LORES Y RELACIONES DE CLASE 25. :. : '..)~h/
~ilitan 'en contra de un ajuste instantáneo en su abastecimiento. Una forma po-
. •' ..... ,. ~.;·:

ción para obte11er más dinero, una ganancia, y al dinero que circula en ésta for·í:.· · : '.: ~~;p ·
)ible 'de salir·de esta dificultad es crear un fondo de reserva, una acumulación, ma M: le llama capital. ·¡¡ ~i, ni t .; , ': ~.;}~
:·qtie se· puede usar flexiblemente frente a fluctuaciones potencialmente amplias en el . Hemos llegado al punto en que podemos ver que :as condiciones de intercam! : ,;~!~
~:yolum~n 'del intercambio de mercandas. Otra posibilidad de usar algún dpo de sis- b.10 general de m~rcancfas hacen que la forma de circulación capitalista sea 50J. ,: " .. ·¡~J~.:
:_:téina de crédito, y luego usar la mercanda·dinero para pagar el saldo de las cuentas cialmente necesana. Esto tiene multitud de implicaciones sociales. Se crea un e&¡··: · · \;~¡
'álfuialde determinado periodo de tiempo (un dfa, un mes o un año). En esta pacio. ~cial en que. las oper~ciones del. cap!talista se vuelven necesarias 'a fin de' : ·. :;T f
fofma:la demanda de dinero se puede reducir considerablemente y los efectos de estabihzar las relaciones de intercambio. Sm embargo, . . : · · :: • ·! ';,!'i · : f:· /
)as·3flilctuaciones que ocurren dia a dfa en el volumen del intercambio de . . ~.~ :.··, ,(:l~.'
. •t'"·!;
·~ . ~· '
~ercandas se pueden neutralizar. '¡,.•f; i
actúa como capt"talista, como capit~l personificado, dotado de conciencia y d~ vol~-: : · ; • ·,'?'1:·".~!. ~
.P''7~tó enfoca inmediatG.mente nuestra atención sobre cienas funciones adi· t~d, .en la med1~a en q~e sus operaciones no ti~nen más motivo propulsor que la apro.~
.'·~fünale5 del dinero: como una reserva de valor y como un med!"o de pago. Ambas
Aependen ·de la capacidad del dinero para operar como ·ur..a forma independien-
piación progresiv.a de nqueza ~bs~racta. EJ valor de wo no puede, pues, considerarie.
Jamh coll'!o fin directo del capitahsmo ... Este afán absoluto de enriquecimiento, esta:
.. i:w~.:
.:~\ :!¡!\
·te"éle poder social, que a su vez se deriva del hecho de que el dinero es la expre· ca.rrera desenfrenada en pos del valo! h.ennana al capitalista y al atesorador;~ pero~ · ·.
mientras que ~ste no es más que el capitalista trastornado, el capitalista es el at<.sorador ·
S\ón social del propio valor. "El individuoº, sugiere Marx consecuent(:mente,
nacional. El ~ncremento i?saciable de valor que el atesorador persigue, pugnando .p0·~ .
"lleva consigo, f•n su bolsa, su potencia social a mur.era de nexo con la sociedaci" salvar a su dmero de la circulación, lo consigue, con más inteligencia, el capitalista;' . :« ',~·
'(Grundrisse, 1, p. 61). Este poder social es "alienable sin restricción o condiciones", lanzándolo una y otra vez, incesantemente, al torrente circulatorio (El capital, f, p. 109)'.~
y;i por tanto, llegar a ser el "poder privado de personas privadas" (El capital, 1,
'pp: llO y 132): La codicia de ese poder social lleva a la apropiación, el robo, la Asf llegamos a la pregunt1 fundamental que podemos hacer a una 5oci~~d.'c~;·
: '":' )¡i[f,
,-:
:aCU.mulación: -todo se vuelve posible. Marx se extiende considerablemente,. pitalista.: ¿de dónde vienen las ganancias? S6lo la teorfa del valor nos puede :dai:
con detalle en Grundrisse, 1 (véanse particularmente las pp. 51-81), para dcscri· los medios para contestar esta pregunta. · : ·:.
birlos efectos destructivos de la monetarización, a través de las relaciones de po· . : ?lf
der social, sobre las sociedades tradicionales.
En El capital, Marx se ocupa de demostrar otro punto. Si el uso del dinero co· ''1~(
mo una reserva de valor o como un medio de pago proporciona la única forma '
' c) La teoría del valor r::;t~ . :·);_.(~
de mantener equilibradas las dos formas de valor de cambio inherentes en el di-
Aho~a po~emos con~iderar la teorfa del v~lor implfcita en los procesos de ,Pi-~ ~·'.
1

nero, entonces esto requiere que el poder social del dinero se use en.cierta forma. :" 1 .:'·~~.l:.f •.

Si la acumulación es necesaria para equilibrar el proceso de intercambio (El ca· duc~ión e intercambio de mercancfas. A diferencia de los valores de uso y de..los· ·
pital, I, p. 91), entonces esto implica que el dinero acumulado se debe usar de precios, no ha y un punto de partida evidente para este análisis. o comenzamos. .;_, .: \i.:.·.;
acuerdo con ciertos principios racionales; el dinero se debe retirar de la circula· co~ ~na suposición a pn·ori sobre la naturaleza del valor, o buscamos una teoi;a · .·
ción cu2ndo la producción de mercancfas esté·baja, y ponerse de nuevo en circu- O~JdetidvaMdel va~or a través de una investigación material de cómo funciona la So"' .:._:_~!.·;
lación cuando reviva la producción de mcrcancfas. Cuando el dinero se usa co- cie a . arx sigue el segundo camino. Puesto que en nuestra sociedad el mu~dó ·
mo medio de pago, todos los agentes en el proceso de intercambio se convienen de las apariencias está dominado por los precios de cienas cantidades de valorci de .. ; ;.· .· :,'.: .·.
en deudores o acreedores, y esto implica de nuevo ciertos principios coherentes uso, éstos proporcionan los datos para establecer una versión inicial d~ la te~rta"
para contraer deudas y para pagarlas. En ambos casos nuestra atención se enfo- d~l val.ar. Una vez que esta última está en su lugar, se puede examinar la rela;.: J~
ca en detenninada forma de circulación. Asf entendemos por qué la circulación de ción dialéctica entre los valores, los precios y los valores de u&O como un medi~ 1
· ·· d~
para analizar la lógica interna del capitalismo. .. . :, .·'(p
El argumento inicial en El capital llama la atención por su simplicidad.:~M~ · t·:,r~
dinero, como· un fin en sf misma, aparece como "una necesidad social que brota au·
temáticamente de las condiciones del proceso de circulación" (El capz~al, I, p. 94).
·: Marx define la forma de circulación de las mercandas (mercancfa-dinero·
rilercancfa, o M·D-M en forma abreviada) como un intercambio de los valores
define la ~ercan~fa como la personificación de los valores de uso y de
los separa inmediatamente y procede directamente a analizar el valor de cani-·
cam~ib,'. ~_.-,}ti ·¡, :·
.'!::'..:·::.:·:-.:·.
. ;
de uso (el uso de zapatos contra el de pan, por ejemplo) que. depende esencial- bi~. El hecho ~e i~alar dos valores de uso diferentes (que son ellos mismos cuali~·
mente de la.s cualidades de los artfculos que se intercambian. El dinero funciona tauvamente diferentes) en el intercambio, implica que ambos valores de uso , '.'>'
aquf como un cómodo intermediario. Ahora encontramos una forma de circula· tienen algo en común. El único atributo que tienen en común todas las mer~an- . ;.:
ción, M·D-M, que comienza y termina con la misma mercancfa exactamente. ¡¡. cfas es que son productos del trabajo humano. "Pues bien, considerados cQmo · •··
La única motivación posible para poner dinero en circulación en fonna repetida cristalización de esta sustancia social común a todos ellos, estos objetos son valo- .. ~~
es obtener al final más dinero del que se posefa al principio. Una relación cuanti- ref., valores-mercandas" (El capital, 1, p. 6). · ' 1 • ,, 1,

tativa reemplaza las cualidades del intercambio. El dinero es puesto en circula· El argumento es casi idéntico al que presentó Ricardo en Prlncip1:os de ecofiO.. * ... ~
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26 MERCANClAS, VALORES Y RELACIONES DE CLASE


1 MERCANCIAS, VALORES Y RELACIONES DE CLASE
27 · T'l.•1·:.
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mía política y tributación. Marx parece seguir totalmente a Ricardo tratar el al bajo relaciones de producción capitalistas. Al mismo tiempo. la teoria del valor· ·. : l~.·.
problema del valor, en esta etapa, como el problema de encontrar un patrón
apropiado para el valor. 6 Su única modificación es que introduce una distinción 1 trata de llegar más aUá del problema de definir simplemente un patrón de valor pa-
ra determinar los precios relativos de las mercandas. La teoría del valor viene a
,

entre el "trabajo útil" definido como ''trabajo humano realizado con un objetivo reflejar y a personificar las relaciones sociales esenciales que son el meollo de la ·
definido para producir \'alorc.s de uso" y el "trabajo humano abstracto", que forma de producción capitalista. E! valor es concebido, en pocas palabras, como
"crea y forma el valor de las mercancías" (El capital, 1, pp. 41-46). Sin embargo. una relación social, pero Marx no nos arroja este concepto arbitrariamente,.co·
el argumento de Marx ahora parece redundante, puesto que el patrón del valor mo una construcción a prion:. En vez de eso, trata de mostrarnos paso por paso
es ese aspecto del trabajo humano que crea el valor. que éste es el único concepto del valor que tiene sentido; que la ley·d~l val9r co-
Marx rompe la redundancia por medio de un análisis de la diferencia entre el mo él la concibe opera realmenre como una gula dentro de la historia del capúa-
trabajo abstracto y el concreto. Todo trabajo es concreto en el sentido de que lismo. La prueba de esto debe estar necesariamente al final de su análisis, no al:
abarca la transformación material de la naturaleza, pero el intercambio en el principio. 9 . · «i."·
mercado suele borrar las diferencias individuales tanto de las circunstancias de Marx tomienza casi de inmediato a explicar qué es lo "socialmente necesa~
la pr.,ducción como en las personas que realizan el trabajo. Si yo pM.gn de acuer- rio". Nos dice que es el trabajo "que se requiere para producir un valor de uso
do con el tiempo de trabajo real personificado, entonces cuanto más perezoso sea cualquiera, en las condiciones normales de producción y con el grado medio de
el trabajador más le debo pagar, pero en general yo pago el precio que rige en el destrell e intensidad de trabajo imperantes en la sociedad". Esto no se puede
mercado. Lc1 que realmente sucede es que la conmensurabilidad de las mercan· entender sin regresar a un análisis del valor de uso. En primer lugar, la producti-,
cías adquiridas a través del intercambio hace que el trabajo personiticado en vidad del trabajo es consideiada en términos puramente fisicos: la determinan;
ellas bea igualmente conmensurable. S1 se requiere un dia como promedio para "el grado medio de destreza del obrero, el nivel de progreso de la ciencia y de sus
fabricar un par de zap:uos, entonces el trabajo abstracto personificado en un par aplicaciones, la organización social del proceso de producción, el volumrn y la "·
de za.patos es un dfa, sin importar si le tomó a determina.do trabajador 2 o 50 eficacia de los medios rle producción, y las condiciones naturales" (El.capital, ~..' .
hora:; fabricarlo. El trabajo abstracto es definido entonces como "tiempo de tra- pp. 6-7). En segundo lugar, el trabajo no puede crear un valor a menos que cret1
bajo socialmente necesario". (El capital, I, p. 7 .) un valor de uso social, valores de uso para otros. Marx no entra en detalle:.. sobre.·
Todo lo que esto hace es insertar el calificativo de "socialmente ne.:esario" lo que quiere decir por un "valor de uso social" en esta etapa. Simplemente afl~.~. ,:. : .
dentw de la teorfa de Ricardo que considera el tiempo de trabajo como el maque el valor tiene que ser creado en la producción y realizado por medio dt;l >
patrón del valor. Esto casi no hace que la versión de Marx sea suficientemente intercambio y consumo si ha de seguir siendo un valor. Este breve regreso a la ·es\ '.
fuerte como para soportar el peso de todo'i los análisis subsecuentes, ni parece su- fera del valor de uso es una muestra de gran parte de lo que vendrá.~ ,;
ficientemente profunda como para justificar que se le trate como la base sólida Por ahora Marx opta por enfocar más de cerca el valor en relación con el va~
de la teorfa marxista y por tanto como una premisa que se debe defender a toda lor de cambio. Su investigación de las formas materiales del valor logrado po~
costa. Cierto, pero sólo hasta que preguntamos qué quiere decir exactamente medio del intercambio revela que la sustancia del valor -el trabajo .humanó
"socialmente necesario". abstracto - puede regular la producción e intercambio de mercancfas· s6lo si.
La invocación de la necesidad social debe ponernos sobre aviso. Contiene las existe una forma de representar materialmente ese valor. En seguida llega a Ja
semillas de la crftica de Marx de la economia polftica asf como de su disecció:.1 conclwión: "El dinero, como medida de valores, es la forma o m.anifestaci6n ne~
del capitalismo. Lo que Marx nos mostrará eventualmente, en una disertación cesaría de la medida inmanente de valor de las mercancfas: el ·tiempo de· '
llena ele profunda preocupación por establecer los linderos entre la libertad y la trabajo" (EL capital, 1, p. 56). . n
necesidad bajo el capitalismo, es que el trabajo humano en su forma abstracta es Nótese una vez más la invocación de la necesidad. Cuando relacionamos esto.
una destilación, finalmente lograda bajo relaciones de producción muy especffi .. con la idea anterior del "tiempo de trabajo socialmente necesario" llegamos: á.
cas, de una variedad aparentemente infinita de áctividades laborales concretas. una premisa importante. La existencia del dinero es una condición necesaria P.ª~
Descubriremos que el trabajo abstracto se puede convertir en la medida del valor ra la separación y destilación de lo abstracto del trabajo concreto. · ;, -i'rri
sólo en el grado en que se vuelva general un tipo especifico de trabajo humano, Podemos ver por qué sucede esto examina'ldo las consecuencias de un creci"l
el trabajo por un salario. miento en las relaciones de intercambio. Este crecimiento, como ya hemos visto,.
&to diferencia inmediatamente la teoria del valor de ~arx de las teorfas del depende del dinero y al mismo tiempo propicia su existencia, pero iambién .tiene.
valor-trabajo convencionales (en particular la de Ricardo). Marx conviene una consecuencias para la distinción entre el tr2.bajo concreto y el abstracto:·,, · :
declaración universal no histórica en una teoria del valor que opera únicamente
P ltoh (1976) prooorciona un estudio excelente de la forma en que Marx usa los argumentos de
Ricardo para dar forma a su propia concepción en EJ. capüal, y el anfculo de Pilling (1972) también 9 El contraste enrre este punto de vista y otras interpretaciones de la teorfa del valor será co~ide-:
es de considerable interEs. Véase tambi~n Elson ( 1979). rado en el apt'ndice de la p. 35. · '.

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