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pHmetría

Consiste en la determinación del pH de la mucosa esofágica. Se puede practicar de dos formas:

1. pHnzetría en «vacío». Se determina el pH de la mucosa esofágica in situ, sin ningún estimulante


ni sustancia indicadora que pudiera interferir en el estado normal de la mucosa. Se introduce el
electrodo medidor de pH (Beckman) por vía nasal u oral y se efectúan determinaciones
pHmétricas en el esófago superior, medio e inferior, y en la mucosa gástrica. Las mediciones se
hacen estando, primero, el paciente sentado y luego, en decúbito. Si este método presenta dudas
en cuanto a resultados, se deberá proceder a la pHmetría de 24 horas.

2. pHmetría de 24 horas. Consiste en determinar el pH esofágico durante 24 horas de Furtlla


ininterrumpida, tras llevar el electrodo pHmétrico durante este tiempo y grabar en una
cintaregistro las variaciones del pH a lo largo de una jornada de actividad normal y el descanso
nocturno (fig. 4-39 B). Es el método más fiable y el que debe usarse para no incurrir en errores
puntuales de apreciación. La informática facilita de forma determinante la interpretación de los
resultados.

Estos métodos son de gran importancia para determinar la existencia de reflujo gastrnesnFágico,
sea de la etiología que fuere, que en numerosas ocasiones sólo se manifiesta con el síntoma de
pirosis, sin traducción objetiva en otros métodos de exploración (fibroendoscopia, radiología,
etcétera).

Biopsia

Es imprescindible en el diagnóstico anatomopatológico de cualquier anormalidad observada en la


exploración esofágica, ya sea esofagitis, mucosa de Barrett y carcinoma, etc.; este último, por su
gran volumen, actúa como protector del peligro de perforación. Cabe señalar que esta última es
una eventualidad excepcional cuando la toma la efectúan manos experimentadas.

Citodiagnóstico
Es muy útil para el estudio de lesiones que se suponen malignas cuando no son visibles por
esofagoscopia (por ejemplo, metástasis infiltrantes pequeñas yuxtacardiales) o no permiten la
toma biópsica por estar recubiertas por mucosa sana invaginada,

El material citológico se obtiene por lavado simple o con abrasión parietal (biopsia exfoliativa), el
lavado simple se efectúa estando el enfermo en decúbito supino, con la cabeza y hombros
levantados; se introducen, con lentitud, por una sonda semirrígida unos 50 ml de suero fisiológico
que se recogen y vuelven a inyectar varias veces. A continuación, se procede de nuevo a instilar y
extraer otros 50 ml de suero, simultáneamente a la progresiva retirada de la sonda. Sin pérdida de
tiempo, se procede a la centrifugación del líquido recogido, fijación del sedimento y tinción con la
técnica dePapanícolaou.

La abrasión parietal se logra mediante unos lazos de nailon en un mandril sonda (Cabré Fiol) o con
una pequeña esponja de goma o cepillo, colocados en el extremo de un alambre flexible y situados
en el interior de una sonda, cuya extremidad distal queda protegida por material plásti- co
(Henning-HeinkeI). La única contraindicación del lavado simple es la existencia de una fístula que
comunique el esófago con la tráquea o bronquios; las técnicas abrasivas no son pertinentes en
caso de varices esofágicas.

Las muestras de los sujetos normales presentan, casi exclusivamente, células del epitelio
poliestratificado dc las vías digestivas altas; se trata de células grandes, planas, a veces arrugadas,
teñidas de vivos colores con la técnica de P apanicolaou, con núcleos pequeños, a menudo
picnóticos.

Las de la cavidad oral contienen, a veces, bacterias e inclusiones en su protoplasma, lo cual


permite a menudo su diferenciación con las propiamente esofágicas; las células son tanto más
pequeñas cuanto proceden de capas más profundas del epitelio. Así, las parabasales ofrecen el
aspecto peculiar de las células en pleno desarrollo, con núcleos más grandes y más ricos en
cromatina y un citoplasma de menor tamaño que las su perficiales.

Además de las células propiamente epiteliales del esófago, las extensiones contienen, en ocasio
nes, células ciliadas del epitelio bronquial, así como histiocitos de origen respiratorio.

Con el método del lavado esofágico, el porcentaje de positividades oscila entre el 65-90 0/0. Un
problema muy Importante por sus posibles consecuencias lo constituyen los falsos positivos
(alrededor del 2 %). Con el incremento de la experie,ncia interpretativa, estas posibilidades de
error disminuyen.

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