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Cristo

Este artículo trata sobre Jesús desde el punto de vista cristiano. Para Jesús desde el punto
de vista histórico, véase Jesús de Nazaret. Para Jesús desde la perspectiva islámica, véase
Isa (Jesús de Nazaret).

Cristo (del latín Christus, y este del griego antiguo Χριστός, Christós)1 es una
ָ , Māšîaḥ), que significa «ungido»,2
traducción del término hebreo «Mesías» (ַ‫משִׁיח‬
y que se emplea como título o epíteto deJesús de Nazaret en el Nuevo Testamento.3
En el cristianismo, Cristo se utiliza como sinónimo de Jesús.3

Los seguidores de Jesús son conocidos como «cristianos» porque ellos creen y
confiesan que Jesús es el Mesías profetizado en el Antiguo Testamento,4 por lo cual
le llamaban «Jesús Cristo», que quiere decir «Jesús, el Mesías» (en hebreo: Yeshua
Ha'Mashiaj), o bien, en su uso recíproco: «Cristo Jesús» («El Mesías Jesús»).

El título «Cristo» también se encuentra dentro del nombre personal «Jesucristo»,5 y


se menciona como un sinónimo de Jesús de Nazaret en la fe cristiana, que lo
considera salvador y redentor de los hombres, el «Verbo» (o Palabra) de Dios
encarnado6 y «el Hijo unigénito de Dios».7

Las principales creencias cristianas acerca de Jesucristo incluyen su consideración


Las representaciones de Cristo son
como el Hijo de Dios, constituido como Señor; que fue concebido por el Espíritu
muy frecuentes en el arte cristiano a
Santo y que nació de la Virgen María; que fue crucificado, muerto y sepultado pesar de que no hay retratos de
durante el mandato de Poncio Pilato; que descendió a los infiernos y posteriormente Jesús, ni indicaciones concretas
resucitó de la muerte y subió a los cielos, donde se encuentra junto a Dios Padre y acerca de su aspecto físico.n 1
desde donde volverá para elJuicio Final. Cristo Salvador del mundo, el Greco
(c. 1600).
La cristología, un área de la teología, se ocupa principalmente de estudiar la
naturaleza divina de la persona de Jesucristo, según los evangelios canónicos y los
demás escritos del Nuevo Testamento.

Índice
Referencias en la Biblia
En los evangelios canónicos
En otros libros bíblicos
Cristo, el ungido
Cristo, el salvador
Cristianismo
Cristo en las distintas denominaciones cristianas
Cristo en el catolicismo
Nacido de María Virgen
Cristo y la Iglesia
Cristo y el papa
La Palabra de Cristo y su interpretación en la Iglesia católica
La gracia de Cristo en los sacramentos
La eucaristía como actualización del sacrificio de Cristo
La eucaristía como presencia real de Cristo en el mundo

Véase también
Notas
Referencias
Bibliografía
Enlaces externos

Referencias en la Biblia
El título «Mesías» fue utilizado en el Libro de Daniel,8 que habla de un «Mesías
Príncipe» en la profecía acerca de «las setenta semanas». También aparece en el
Libro de los Salmos,9 donde se habla de los reyes y príncipes que conspiran contra
Yahveh y contra su ungido. Pero fundamentalmente en el libro del profeta Isaías se
expresa la llamada corriente mesiánica (Is 9, 1-7) atribuida a Cristo según los
escritos del Nuevo Testamento.

En los evangelios canónicos


Jesús es llamado «el Cristo» en los cuatro evangelios del Nuevo Testamento donde Jesucristo en Negación de Satán,
se le describe como ungido con el Espíritu Santo. Algunas referencias incluyen Carl Bloch (1850).
Mateo 1:16, Mateo 27:17, Mateo 27:22, Marcos 8:29, Lucas 2:11, Lucas 9:20 y Juan
1:41. En el evangelio de Mateo se trata el tema en el siguiente pasaje:

Cuando llegó Jesús a la región de Cesarea de Filipo, preguntó a sus


discípulos, diciendo: «¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del
Hombre?» Y ellos dijeron: «Unos, Juan el Bautista; y otros, Elías; pero
otros, Jeremías o uno de los profetas». Él les dijo: «Y vosotros, ¿quién
decís que soy yo?» Respondiendo Simón Pedro, dijo: «Tú eres el
Cristo, el Hijo del Dios viviente». Y Jesús, respondiendo, le dijo:
«Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque esto no te lo reveló
carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos».

Evangelio de Mateo 16:13-17

En el evangelio de Juan, el título de «Cristo» se usa como nombre de Jesús:

«[…] la gracia y la verdad nos han llegado por


Jesucristo».10
«Esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el Cristo y el joven rico (c. 1890)
único Dios verdadero, y a tu enviado, Heinrich Hofmann.
Jesucristo».11

En otros libros bíblicos


En el Libro de Daniel se afirma que el mesías príncipe sería cortado, y no tendría nada.12 13 La antigua versión de Reina-Valera
traduce ‘será muerto y nada tendrá’ y en el margen de la paráfrasis ‘será echado de la posesión’. Esto se cumplió cuando, en lugar de
ser aceptado como Mesías por los judíos, fue rechazado, cortado, y no recibió ninguno de los honores mesiánicos que le pertenecían,
aunque, con su muerte, echó los cimientos de su futura gloria en la Tierra, obrando la redención eterna para los salvos. En la Primera
Carta a los Corintios san Pablo de Tarso escribió que así como el cuerpo es uno y tiene muchos miembros, así es el Cristo: la cabeza y
14
los miembros en el poder y la unción del Espíritu forman un solo cuerpo.
En el Libro de Juan, este título es relacionado con el de Mesías, «llamado el
Cristo».15

Habiendo sido rechazado como mesías en la tierra, él ha sido hecho, ya resucitado de


los muertos, Señor y Cristo,16 y así se cumplen los consejos de Dios con respecto a
él y al hombre en él. Se revela que los santos habían sido escogidos en Cristo desde
antes de la fundación del mundo. Todas las cosas en el cielo y en la tierra tienen que
ser encabezadas en el Cristo,17 ya que el Cristo es la cabeza del cuerpo de la
Iglesia.18
El apóstol Pablo escribiendo sus
Epístolas, obra de Valentín de
Cristo, el ungido Boulogne o de Nicolás Tournier.

La palabra «ungir» ―dellatín únguere― significa ‘elegir a alguien para un puesto o


un cargo muy notable’ (comosumo sacerdote o rey).19

La concepción hebrea del ungido o entronizado proviene de la antigua creencia que


establece que untar a una persona u olear un objeto con aceite otorga cualidades
extraordinarias, incluso sobrenaturales, cuando estas provienen de una autoridad
divina. En el Israel de la antigüedad, la costumbre de ungir a una persona otor
gaba la
potestad para ejercer algún cargo importante. El término Cristo no solo se utilizaba
con los sacerdotes20 que eran mediadores entre Dios y la humanidad, sino también
con los reyes teocráticos21 que eran representantes de Dios y adquirían de esa
manera dignidad sacerdotal. Más tarde se aplicó a los profetas22 e incluso se
vinculó con los patriarcas.23 Sin embargo, en la transformación del concepto
mesiánico, el uso del término se restringió al redentor y restaurador de la nación
judía.24 25

En el Nuevo Testamento, la palabra Cristo se utiliza como nombre común y como


Cristo y bordón, por Carl Bloch.
nombre propio. En ambas acepciones aparece con o sin artículo definido, en solitario
o asociada a otros términos o nombres. Cuando se usa como nombre propio y,
muchas veces, en los otros casos, designa a Jesús de Nazaret, el esperado Mesías de los judíos. De esta manera, para las confesiones
cristianas, Jesucristo es el mesías, aquel que el Antiguo Testamento anunciaba que llegaría como plan de salvación de Dios para la
humanidad. Otras religiones, sobre todo los musulmanes,26 judíos ortodoxos, conservadores, y reformistas,27 lo consideran
solamente como un gran profeta o predicador de su pueblo ―el pueblo judío― y el fundador de la religión cristiana, a quien sus
seguidores consideran el hijo encarnado deDios.

Cristo, el salvador
La palabra salvador, a su vez, era el título calificativo que los judíos aplicaban a sus sacerdotes, reyes, y profetas, ya que estos debían
ser ungidos con aceites como parte del rito que los consagraba a su labor. Los seguidores de Jesús de Nazaret, considerando que este
era el Mesías prometido por las profecías mesiánicas de la Tanaj, le aplicaron este título a su líder, llamándole Cristo Jesús o el
Salvador. A mediados del siglo II -unos cien años después de la muerte y resurrección de Jesús de Nazaret—se les comenzó a
conocer por cristianos en Antioquía, ya que se decían seguidores del Cristo.

Según algunas confesiones cristianas, como la Iglesia católica, la Iglesia ortodoxa, la Iglesia anglicana o las principales iglesias
protestantes, la Salvación es una venida de Dios. Sustentan este punto de vista en las palabras del Apóstol Pedro: «Por el contrario,
creemos que tanto ellos como nosotros somos salvados por la gracia del Señor Jesús».28 Esta gracia se obtiene a través de la fe y el
obrar cristiano, según católicos y ortodoxos, o exclusivamente por la fe, según los protestantes, es decir, en creer o confiar que
Jesucristo es el Hijo de Dios, el Salvador y el Único Perdonador de pecados.
En la carta de Pablo a los romanos se explica lo que es la salvación,29 pero con más
precisión en la carta del apóstol Pablo a los Efesios: «Cristo, con su muerte y su
Resurrección, es quien elimina la deuda del pecado humano y vehicula en su persona
esa gracia redentora».30 Para el cristianismo la salvación está disponible para todos
los que creen y actúan en consecuencia.

Cristianismo
La creencia cristiana afirma que Dios se manifestó a los hombres en la persona de
Jesús de Nazaret (en hebreo: Yeshúa), siendo el Hijo de Dios hecho hombre y, por
tanto, el Mesías anunciado por los profetas en las escrituras, y ansiosamente
esperado por Israel. Escrituras.31 De hecho, Jesús mismo afirmó ser el Cristo.31 En
el Evangelio de Juan, cuando Jesús habla con la mujer Samaritana, se registra el
El Sermón del Monte (1877), por
siguiente evento:
Carl Bloch.

Le dice la mujer: Sé que el Mesías ha de venir, el cual se dice el Cristo;


cuando él viniere nos declarará todas las cosas.
Le dice Jesús: Yo Soy, el que hablo contigo.

(Juan 4:25-26)

A raíz de esto, se narra a los samaritanos diciendo: «nosotros mismos hemos oído, y sabemos que verdaderamente éste es el Salvador
del mundo, el Cristo.» (Juan 4:42)

En el Evangelio de Marcos también se narra a Jesús afirmando ser el Mesías, cuando


los sacerdotes del templo estaban interrogándolo:

El sumo sacerdote le volvió a preguntar, y le dijo: «¿Eres tú el Cristo,


el Hijo del Bendito?»
Y Jesús le dijo: «Yo soy; y veréis al Hijo del hombre sentado a la
diestra de la Potencia de Dios, y viniendo en las nubes del cielo».
Entonces el sumo sacerdote, rasgando sus vestidos, dijo: «¿Qué más
necesidad tenemos de testigos? Habéis oído la blasfemia: ¿qué os Cristo, dejando la sala del tribunal,
por Gustave Doré.
parece?» Y todos ellos le condenaron ser culpado de muerte.

(Marcos 14:61-64), Versión Reina-Valera, (1569).

El cristianismo surgió como una comunidad, la Iglesia, inspirada en las enseñanzas


de Jesús de Nazaret. Según san Lucas (en Hechos de los Apóstoles 11:26), los
discípulos de Jesús fueron llamados «cristianos» por primera vez en Antioquía de
Siria. La misión que los unía era la prédica de estas enseñanzas por todo el mundo,
prédica inicialmente llevada a cabo por sus discípulos directos, llamados apóstoles.
Según los Evangelios, Dios preparó un pueblo, prefigurado en el pueblo de Israel,
conducido por Moisés y los profetas y al que Cristo encabeza como jefe y salvador.
Con este pueblo, Cristo realizaría una nueva alianza. El fin de este pacto es que
todos conozcan a Dios Padre y a Jesucristo su Hijo y en Él tengan vida eterna (según
el Evangelio de Juan 3.16). Jesús en la casa de Anás, obra de
José de Madrazo, Museo del Prado.
Según el cristianismo, Jesús de Nazaret es el Cristo (el Mesías), Hijo de Dios hecho
hombre (según el Evangelio de Mateo),32 concebido por el Espíritu Santo y nacido
de la virgen María. Después de la crucifixión, al tercer día resucitó y posteriormente subió al Cielo; y se espera su regreso al final de
los tiempos en lo que se llama la «segunda venida de Cristo». El cristianismo explica que el sufrimiento de Jesús era necesario.33
Frecuentemente se cree que el padecimiento de Jesús se desarrolló en la cruz, en realidad su padecimiento comenzó desde el huerto
de Getsemaní.34 En este pasaje se describe como Jesús lleno de angustia oraba intensamente, su sudor era como grandes gotas de
sangre que caían hasta latierra.

Cristo en las distintas denominaciones cristianas


La religión cristiana se inició en el seno del judaísmo como uno de tantos
movimientos mesiánicos, centrado en la persona deJesús de Nazaret. Sus seguidores
extendieron su culto por todo el mundo basándose en la idea de que Jesús había
resucitado.

Los seguidores de Cristo en el mundo actual no forman un conjunto único y


uniforme, sino que se agrupan en distintas confesiones, como las iglesias católica,
ortodoxa, anglicana, luterana, bautista, anabaptista, menonita, presbiteriana,
metodista, mormona, etc. Y aún los hay que no reconocen un vínculo con algún Imagen del Señor de los Milagros
grupo. que recorre en procesión las calles
de Lima, Perú.
La fe en Cristo de la mayoría de estas comunidades puede sintetizarse en esta
antiquísima profesión de fe:

Creo en Jesucristo su único Hijo Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo.
Nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado,
descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la
derecha de Dios Padre Todopoderoso. Desde allí va a venir a juzgar a vivos y muertos.

Credo Apostólico

Existe un movimiento llamado ecumenismo, el cual trata de buscar la unidad de todos los seguidores de Cristo. A este respecto,
dentro de la Iglesia católica, el Concilio Vaticano II, en su decreto Unitatis redintegratio, ha expresado, refiriéndose a la división de
los cristianos, «abiertamente repugna a la voluntad de Cristo y es piedra de escándalo para el mundo y obstáculo para la causa de la
difusión del Evangelio por todo el mundo».35

Antes de su realización, el papaJuan XXIII creó el Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos
. Esta llamada
ha sido continuada por los papas siguientes.n 2

Cristo en el catolicismo
Para el catolicismo, Cristo es el Hijo de Dios hecho hombre para la salvación del género humano, y esa es la «Buena Nueva»: Dios
ha enviado a su Hijo.36 Hijo de Dios hecho hombre: para la Iglesia católica esto significa que la segunda Persona de la Santísima
Trinidad, el Hijo, se hizo hombre en el seno de María. Cristo, siendo una sola Persona divina, es perfecto Dios y perfecto hombre.
Esta doctrina encuentra sus antecedentes en distintos textos de la Sagrada Escritura, entre los que se puede citar:

En el principio existía la Palabra y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios.

Evangelio según San Juan 1:1. Ed. BdJ

Y la Palabra se hizo carne, y puso su Morada entre nosotros...

Evangelio según San Juan 1:14. Ed. BdJ


Tomás le contestó: «Señor mío y Dios mío.»

Evangelio según San Juan 20:28. Ed. BdJ

...y los patriarcas; de los cuales también procede Cristo según la carne, el cual está
por encima de todas las cosas, Dios bendito por los siglos. Amén.

Epístola de San Pablo a los Romanos 9:5. Ed. BdJ.

El cual, siendo de condición divina, no retuvo ávidamente el ser igual a Dios. Sino
que se despojó de sí mismo tomando condición de siervo haciéndose semejante a los
hombres y apareciendo en su porte como hombre; y se humilló a sí mismo,
obedeciendo hasta la muerte y muerte de cruz. Por lo cual Dios le exaltó y le otorgó
el Nombre, que está sobre todo nombre. Para que al nombre de Jesús toda rodilla se
doble en los cielos, en la tierra y en los abismos, y toda lengua confiese que Cristo
Jesús es Señor para gloria de Dios Padre. La luz del mundo (1853),
de William Holman Hunt,
Epístola de San Pablo a los Filipenses 2:6-1
1 Ed. BdJ Keble College,
Universidad de Oxford.
...aguardando la feliz esperanza y la Manifestación de la gloria del gran Dios y Cristo llama a una puerta
que representa el alma
Salvador nuestro Jesucristo...
humana y lleva un farol
Epístola de San Pablo a Tito 2:13 Ed. BdJ en alusión a su frase «yo
soy la luz del mundo,
aquel que me siga no
Se han producido dentro de la Iglesia católica distintos debates referidos a cómo deben
andará en las tinieblas,
interpretarse estas afirmaciones. Su posición oficial ha quedado fijada en las decisiones de los
pues tendrá la luz de la
distintos Concilios: vida» (Juan, 8:12).

El Primer Concilio de Nicea, en el año 325, el primer concilio ecuménico que la Iglesia católica
pudo realizar terminadas las persecuciones que padeció sus primeros 300 años, profundizó los textos bíblicos citados, afirmando que
Jesucristo es consustancial al Padre (de la misma sustancia que el Padre), es decir
, verdadero Dios.

El Primer Concilio de Constantinopla, en el año 381, continuó con la profundización de la doctrina, redactando el Credo Niceno-
Constantinopolitano:

Creo en un solo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de
Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma sustancia del
Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajó del cielo, y
por obra del Espíritu Santo se encarnó de María Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue
crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las
Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar
a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin.

Los Concilios siguientes han continuado precisando la doctrina:

El Concilio de Éfeso (año 431), definió que el Cristo histórico es al mismo tiempo verdadero Dios y verdadero
hombre, y como consecuencia necesaria, María es madre de Dios. 37

El Concilio de Calcedonia (año 451), precisó y formuló la existencia de las dos naturalezas divina y humana en la
Persona única de Cristo.38

En el Segundo Concilio de Constantinopla (año 553), quedó precisada la unión de las naturalezas divina y humana
39
insistiendo en la unicidad de la Persona de Cristo.
El Tercer Concilio de Constantinopla(años 680-681), proclamó la existencia en Cristo de dos voluntades, la humana
y la divina.40
Estas precisiones han surgido como respuesta a distintas doctrinas que fueron apareciendo. Por ejemplo:

El monarquianismo o adopcionismo: Jesús era un simple ser humano, elevado a una dignidad similar a la de Dios
luego de su muerte.

El apolinarismo: en Cristo el espíritu estaba sustituido por el Logos divino, con lo que implícitamente negaba la
naturaleza humana completa del Redentor .

El arrianismo: Jesús fue creado por Dios como el primer acto de la Creación, coronación gloriosa de toda la
creación. Entonces, Jesús fue un ser creado con atributos divinos, pero no divino en y por Sí mismo.

El monofisismo o eutiquianismo: afirma que en Cristo existe una sola naturaleza, la divina.

El nestorianismo: afirmaba que en el Verbo existen dos personas: la divina (Cristo, hijo de Dios) y la humana (Jesús,
hijo de María). Por tanto, María no es Madre de Dios, es madre de Cristo.

El monotelismo: afirmaba que en Cristo existían dos naturalezas (como en el catolicismo), pero sólo la voluntad
divina.
En todas ellas, la Iglesia ha visto en el fondo la negación de la redención, porque creían que era necesario que Cristo fuera Dios, para
poder redimir; que fuera hombre, para poder padecer; y que fuera una sola persona, para poder referir la divinidad y la humanidad
41
«en concurrencia inefable y misteriosa en la unidad».

Para la Iglesia católica, Cristo, en el mundo actual, es «Lumen Gentium», «Luz de los pueblos».42 Por ello san Juan Pablo II, en la
43
homilía de comienzo de su pontificado, exclamaba: «¡No temáis! ¡Abrid, más todavía, abrid de par en par las puertas a Cristo!».

Más recientemente, elPapa Francisco ha expresado:

Jesús es Dios, pero se ha abajado a caminar con nosotros. Es nuestro amigo, nuestro hermano. El que nos
ilumina en nuestro camino. Y así lo hemos acogido hoy. Y esta es la primera palabra que quisiera deciros:
alegría. No seáis nunca hombres y mujeres tristes: un cristiano jamás puede serlo.

44
Papa Francisco, homilía en Misa por Domingo de Ramos 2013.

Véase también: Disputas cristológicas

Nacido de María Virgen


El Catecismo de la Iglesia católica destaca que «los Padres ven en la concepción virginal el signo de que es verdaderamente el Hijo
45
de Dios el que ha venido en una humanidad como la nuestra».

La Iglesia católica resalta el papel de María en la concepción virginal de Cristo, en su relación de fe hacia Él y en la redención por él
obrada. Los Padres de la Iglesia abordaron la íntima unión de Cristo y María en la obra de la redención. Por ejemplo:

Adán, en efecto, fue recapitulado en Cristo, para que esto que es mortal fuera engullido en la inmortalidad,
y Eva en María, para que una virgen convertida en abogada de una virgen disolviese y anulase con su
obediencia de virgen la desobediencia de una virgen.

San Ireneo de Lyon (mártir y Padre de la Iglesia, f. 202)

Por un lado, la Iglesia católica sostiene que Dios ha preparado a María para tal misión, «en atención a los méritos de Cristo Jesús»,
preservándola del pecado original, en lo que se denomina su Inmaculada Concepción46 y concediéndole multitud de gracias, las que
ella misma reconoció diciendo: «Porque el Todopoderoso ha hecho en mí grandes cosas»47 y a las que ella correspondió con
absoluta fidelidad y entrega.n 3
Por otro, ha visto en el sí de María, al aceptar el ofrecimiento del ángel a ser madre
de Jesús, el sí de la humanidad, que aceptaba a través de ella la salvación que traería
Cristo.n 4

Por el hecho de ser madre de Cristo, que según se ha visto la Iglesia católica enseña
que es la segunda Persona de la Santísima Trinidad que se hizo hombre sin perder su
condición divina, la Iglesia la llamaMadre de Dios.48

Los evangelios detallan los hechos de la vida de Cristo más sobresalientes, sin
embargo, en los mismos no pasa desapercibida la discreta presencia de María: el
Hijo de Dios se hace hombre luego de su consentimiento;49 los pastores y los
magos encuentran al Niño Prometido junto a ella;50 Cristo hace su primer milagro a
su pedido;51 está firme al pie de la Cruz, junto a su Hijo.52 La Iglesia ha visto en
las palabras de Jesús: «Mujer, ahí tienes a tu hijo» y a Juan: «Hijo, ahí tienes a tu
madre»53 la entrega de María como madre de todos los cristianos, representados en Imagen del Cristo Redentor en la
la persona de Juan, por lo que es llamada «Madre de la Iglesia».54 Y ella, que ciudad y puerto de Río de Janeiro,
«conservaba cuidadosamente todas las cosas en su corazón»,55 perseveraba en la Brasil.

oración junto a la Iglesia naciente, según cuenta el libro de los Hechos de los
Apóstoles.56 El Apocalipsis habla de una mujer, vestida de sol, con la luna bajo sus
57
pies y una corona de doce estrellas sobre su cabeza y que da a luz un hijo varón que derrotará al dragón infernal.

En la misma promesa del Redentor, contenida en el libro del Génesis, se habla de una mujer, de la que nacería el vencedor de la
serpiente:

Pondré enemistad entre ti y la mujer, entre tu linaje y el suyo. Él te aplastará la cabeza y tú le acecharás el
talón.

Génesis

A este respecto comenta san Alfonso María de Ligorio: «ya desde el principio de la Humanidad, Dios predijo a la serpiente infernal
la victoria y el dominio que había de ejercer sobre él nuestra reina al anunciar que vendría al mundo una mujer que lo vencería […]
¿Y quién fue esta mujer su enemiga sino María, que con su preciosa humildad y vida santísima siempre venció y abatió su poder?
«En aquella mujer fue prometida la Madre de nuestro Señor Jesucristo», dice san Cipriano. Y por eso argumenta que Dios no dijo
58
«pongo», sino «pondré», para que no se pensara que se refería a Eva».

San Agustín, comentando el pasaje donde una mujer le dice a Jesús: «dichoso el vientre que te llevó» y el Señor contestó: «mejor,
dichosos los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen»,59 dice que esto significa que María, no solamente escuchó la palabra y
la cumplió60 sino que es más feliz por haber concebido a Cristo en su mente mediante la fe, que por haberlo llevado en su seno.61 A
62
través de ella, la misma «Palabra se hizo carne, y habitó entre nosotros».

Por esta elección de Dios y su correspondencia por parte de María, ha visto la Iglesia en ella un modelo de perfecta cristiana, y un
camino para llegar a Cristo.n 5 n 6 n 7

Cristo y la Iglesia
En el Evangelio de Mateo, Jesús habla de «su Iglesia».63 La palabra «iglesia» viene del griego ecclesia, que significa ‘asamblea’.
San Pablo de Tarso dice que la iglesia es el cuerpo de Cristo.64

La Iglesia católica afirma ser ella la iglesia fundada por Cristo,65 exhibiendo entre otros argumentos, la sucesión apostólica: todos
los obispos católicos han sido ordenados por otro obispo, y así, remontándose hacia atrás, se llegará a uno de los apóstoles elegidos
por Cristo. Dice así sanIreneo de Lyon:
Pero la tradición de los apóstoles está bien patente en todo el mundo y
pueden contemplarla todos los que quieran contemplar la verdad. En
efecto, podemos enumerar a los que fueron instituidos por los apóstoles
como obispos sucesores suyos hasta nosotros.

San Ireneo de Lyon (mártir y Padre de la Iglesia, f. 202), «Tratado


contra las herejías» (alrededor del año 190)

Según la Iglesia, solo en ella puede encontrarse la plenitud total de los medios de
salvación dados por Cristo.66 Sin embargo, ella misma enseña que fuera de sus
67
límites visibles, hay muchos elementos de santificación y de verdad.

Cristo y el papa
Según el catolicismo, dentro de la sucesión apostólica que concierne a todos los
obispos, está la del Obispo de Roma, el papa, sucesor de san Pedro hasta nuestros
días. (Véase Lista de papas). La Iglesia católica afirma que Cristo constituyó jefe de Placa con los datos de la imagen del
Cristo de la Concordia en
su Iglesia a San Pedro y en él a sus sucesores:
Cochabamba, Bolivia.

Enseñamos, pues, y declaramos que, según los testimonios del


Evangelio, el primado de jurisdicción sobre la Iglesia universal de Dios
fue prometido y conferido inmediata y directamente al bienaventurado
Pedro por Cristo Nuestro Señor. Porque solo a Simón —a quien ya
antes había dicho: Tú te llamarás Cefas [Ioh. 1, 42]—, después de
pronunciar su confesión: Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo, se
dirigió el Señor con estas solemnes palabras: Bienaventurado eres,
Simón, hijo de Jonás, porque ni la carne ni la sangre te lo ha revelado,
sino mi Padre que está en los cielos. Y yo te digo que tu eres Pedro, y
sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del infierno no
prevalecerán contra ella, y a ti te daré las llaves del reino de los cielos;
y cuanto atares sobre la tierra, será atado también en los cielos; y
cuanto desataras sobre la tierra, será desatado también en el cielo [Mt.
16, 16 ss]. [Contra Richer, etc.; v. 1503]. Y solo a Simón Pedro confirió
Jesús después de su resurrección la jurisdicción de pastor y rector
supremo sobre todo su rebaño, diciendo: «Apacienta a mis corderos».
Imagen del Cristo o Nazareno Negro
«Apacienta a mis ovejas» [Jn. 21, 15 ss]. en su altar en Manila, Filipinas.

Constitución dogmáticaPastor Aeternus del Concilio Vaticano


I68

La Iglesia enseña que el papa es el «principio y fundamento perpetuo y visible de unidad, tanto de los obispos como de la
muchedumbre de los fieles».69 Por esto, san Ambrosio de Milán pudo decir: «allí donde está Pedro, allí está la Iglesia».
70

Con referencia a esto, continúa sanIreneo de Lyon en la cita que se transcribió en la sección referida a Cristo y la Iglesia:

Sería muy largo en un escrito como el presente enumerar la lista sucesoria de todas las Iglesias. Por ello
indicaremos cómo la mayor de ellas, la más antigua y la más conocida de todas, la Iglesia que en Roma
fundaron y establecieron los dos gloriosísimos apóstoles Pedro y Pablo, tiene una tradición que arranca de
los apóstoles y llega hasta nosotros, en la predicación de la fe a los hombres (cf. Rom. 1, 8), a través de la
sucesión de los obispos. […] En efecto, con esta Iglesia (de Roma), a causa de la mayor autoridad de su
origen, ha de estar necesariamente de acuerdo toda otra Iglesia, es decir, los fieles de todas partes; en ella
siempre se ha conservado por todos los que vienen de todas partes aquella tradición que arranca de los
apóstoles.

San Ireneo de Lyon (mártir y Padre de la Iglesia, f. 202)

Y san Cipriano de Cartago:

El Señor habla a san Pedro y le dice: «Yo te digo que tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia,
y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella». Y aunque a todos los apóstoles confiere igual
potestad después de su resurrección y les dice: «Así como me envió el Padre, también os envío a vosotros.
Recibid el Espíritu Santo. Si a alguno perdonareis los pecados, le serán perdonados; si alguno se los
retuviereis, le serán retenidos», sin embargo, para manifestar la unidad estableció una cátedra, y con su
autoridad dispuso que el origen de esta unidad empezase por uno. Cierto que lo mismo eran los demás
Apóstoles que Pedro, adornados con la misma participación de honor y potestad, pero el principio dimana
de la unidad. A Pedro se le da el primado, para que se manifieste que es una la Iglesia de Cristo.

San Cipriano de Cartago(mártir y Padre de la Iglesia, f. 258) «De la unidad de la Iglesia» (4, 5)

La Palabra de Cristo y su interpretación en la Iglesia católica


Para la Iglesia, las enseñanzas de Dios están contenidas en la Biblia y en la
transmisión oral de la predicación de los apóstoles, llamada Tradición Apostólica. A
su vez, estas enseñanzas han llegado a los hombres de todos los tiempos a través del
Magisterio de la Iglesia, ejercido por los obispos, sucesores de los apóstoles, en
comunión con el sucesor de San Pedro, el Papa.

La interpretación de la Palabra en la Iglesia católica no es libre. Tratándose de la


Sagrada Escritura, por ejemplo, la Iglesia enseña que debe hacerse “estando atentos
a los que los autores humanos quisieron verdaderamente afirmar y a lo que de Dios
quiso manifestarnos mediante sus palabras”.71

Esta interpretación es realizada por la Iglesia, “columna y fundamento de la verdad”,


como dice San Pablo.72 Y fue ejercida desde el comienzo, por los mismos
73
apóstoles: “El Espíritu Santo, y nosotros mismos, hemos decidido…”.

La Iglesia primitiva no tenía Nuevo Testamento. La misma inclusión de los libros


Cristo de Medinaceli, conocido
sagrados en el canon bíblico, ha sido un acto del Magisterio eclesiástico.n 8 El resto
también como el Señor de Madrid,
de las confesiones cristianas han heredado la Biblia (el Nuevo Testamento al menos)
en su paso en Madrid, España.
tal como quedó fijado por la Iglesia católica.

Ya desde el comienzo del cristianismo, surgieron opiniones divididas respecto a las


enseñanzas transmitidas por Jesucristo. Por ejemplo el apóstol san Juan dice, refiriéndose a los disidentes: «ellos salieron de entre
nosotros, sin embargo, no eran de los nuestros».74

La Iglesia entiende que Dios, al revelar su palabra a través de Cristo, constituyó al mismo tiempo una autoridad presente en todos los
tiempos, encargada de interpretarla sin equivocarse, a fin de mantener “la pureza de la fe transmitida por los apóstoles”, de otra
manera no habría modo de saber sin que quede lugar a dudas cuál es la interpretación correcta. Esta capacidad de la Iglesia de
interpretar sin equivocarse la palabra de Cristo, la Iglesia la llama “infalibilidad”, y ella entiende que la ha recibido de Cristo,
75
conjuntamente con la misión de difundir su palabra.
El Romano Pontífice, Cabeza del Colegio episcopal, goza de esta infalibilidad en virtud de su ministerio
cuando, como Pastor y Maestro supremo de todos los fieles que confirma en la fe a sus hermanos,
proclama por un acto definitivo la doctrina en cuestiones de fe y moral... La infalibilidad prometida a la
Iglesia reside también en el Cuerpo episcopal cuando ejerce el magisterio supremo con el sucesor de Pedro,
sobre todo en un Concilio ecuménico (LG 25; cf. V
aticano I: DS 3074).

Catecismo de la Iglesia católica, 891

La gracia de Cristo en los sacramentos


Algunos párrafos del Catecismo de la Iglesia católica donde se explica la doctrina
acerca de los sacramentos:

Los siete sacramentos son los signos y los instrumentos mediante los
cuales el Espíritu Santo distribuye la gracia de Cristo, que es la Cabeza,
en la Iglesia que es su Cuerpo.

Catecismo de la Iglesia católica, 774


La Última Cena, Juan de Juanes, c.
1562, óleo sobre tabla, 116 × 191
Sentado a la derecha del Padre y derramando el Espíritu Santo sobre su cm, Museo del Prado, Madrid.
Cuerpo que es la Iglesia, Cristo actúa ahora por medio de los
sacramentos, instituidos por él para comunicar su gracia. Los
sacramentos son signos sensibles (palabras y acciones), accesibles a nuestra humanidad actual. Realizan
eficazmente la gracia que significan en virtud de la acción de Cristo y por el poder del Espíritu Santo.

Catecismo de la Iglesia católica, 1084

Hay en la Iglesia siete sacramentos: bautismo, confirmación o crismación, eucaristía, penitencia, unción de
los enfermos, orden sacerdotal y matrimonio (cf. DS 860; 1310; 1601).

Catecismo de la Iglesia católica, 1 13

Adheridos a la doctrina de las Santas Escrituras, a las tradiciones apostólicas y al sentimiento unánime de
los Padres, profesamos que los sacramentos de la nueva Ley fueron todos instituidos por nuestro Señor
Jesucristo (DS 1600-1601).

Catecismo de la Iglesia católica, 1 14

La eucaristía como actualización del sacrificio de Cristo


Especial mención merece la eucaristía. La Iglesia católica cree que la eucaristía o Santa Misa fue instituida por Cristo cuando en la
Última Cena dijo: «Tomad y comed: esto es mi cuerpo», «Tomad y bebed, esto es mi sangre», «haced esto en conmemoración
mía».76 Ella cree que en cada eucaristía se hace presente (“se re-presenta”) el sacrificio que Cristo hizo en la cruz de una vez para
siempre, se perpetúa su recuerdo a través de los siglos y se aplica su fruto.77 Y que el sacrificio de la cruz y el sacrificio de la
eucaristía son un único sacrificio, ya que tanto en uno como en otro, Cristo es el sacerdote que ofrece el sacrificio y la víctima que es
ofrecida. Se diferencian sólo en la forma en que se ofrece el sacrificio. En la cruz Cristo lo ofreció en forma cruenta, y por sí mismo,
y en la Misa en forma incruenta y por ministerio de los sacerdotes.78 Por esto san Juan Pablo II pudo decir que en la eucaristía “está
inscrito de forma indeleble el acontecimiento de la pasión y muerte del Señor. No sólo lo evoca sino que lo hace sacramentalmente
79
presente. Es el sacrificio de la Cruz que se perpetúa por los siglos”.

La eucaristía como presencia real de Cristo en el mundo


La Iglesia cree que Cristo mismo está presente en la eucaristía. Esta presencia no la entiende como la que se da en una efigie, imagen,
símbolo o recordatorio, sino que ella cree que está Él en persona, vivo y entero, con su cuerpo, sangre, alma y divinidad, de una
forma “verdadera, real y sustancial”.80

Por esto san Juan Crisóstomo pudo decir: «Cuánta gente dice hoy: ‘Querría ver a Cristo en persona, su cara, sus vestidos, sus
zapatos’. ¡Pues bien, en la eucaristía es a él al que vés, al que tocas, al que recibes! Deseabas ver sus vestidos; y es él mismo el que se
81
te da no sólo para verle, sino para tocarlo, comerlo, acogerlo en tu corazón».

Y san Juan Pablo II: «La Iglesia ha recibido la eucaristía de Cristo, su Señor, no sólo como un don entre otros muchos, aunque sean
muy valiosos, sino como el don por excelencia, porque es don de sí mismo, de su persona en su santa humanidad y, además, de su
obra de salvación».82

La Iglesia entiende que la eucaristía se destaca del resto de los sacramentos ya que mientras ellos tienen la misión de santificar, en la
eucaristía se halla el autor mismo de la santidad.83 Por ello es llamada "Santísimo Sacramento del Altar", "Santísimo Sacramento", o
sencillamente "Santísimo".

Cristo ha prometido la vida eterna a quienes lo reciben en este Sacramento:

El que come mi carne y bebe mi sangre tiene Vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día. Porque mi
carne es la verdadera comida y mi sangre, la verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre
permanece en mí y yo en él.

Juan 6:54-56.

Véase también
Portal:Cristianismo. Contenido relacionado conCristianismo.
Orden de Cristo
Cristo Redentor
Cristo Rey
Anexo:Advocaciones cristíferas
Intercesión de Cristo
Montecristo

Notas
1. Cabe mencionar que hay dos referencias en la Biblia que refieren una idea física de Jesucristo, pero sin
descripciones concretas. En Isaías 53:2 se menciona que del Mesías enviado: «... no hay parecer en él, ni
hermosura. Le veremos, mas sin atractivo para que le deseemos». En el libro de Apocalipsis, Juan escribe haber
recibido una revelación celestial en la que se mencionan breves aspectos físicos de «el Hijo del Hombre»: «... su
cabeza y sus cabellos eran blancos como la lana blanca, como la nieve; y sus ojos como llama de fuego, y sus pies
semejantes al bronce bruñido, ardientes como en un horno […] de su boca salía una espada aguda de dos filos. Y
su rostro era como el sol cuando resplandece en su fuerza» (Apocalipsis 1:13-16)
2. Por ejemplo, el papa Juan Pablo II, Ut unum sint (http://www.vatican.va/holy_father/john_paul_ii/encyclicals/documen
ts/hf_jp-ii_enc_25051995_ut-unum-sint_sp.html) , 25 de mayo de 1995.
3. Por ejemplo, Constitución Dogmática Lumen Gentium(http://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/
documents/vat-ii_const_19641121_lumen-gentium_sp.html) , promulgada 21 de noviembre de 1964, capítulo 8, La
Santísima Virgen María, madre de Dios, en el misterio de Cristo y de la iglesia.
4. Por ejemplo san Bernardo de Claraval (doctor de la Iglesia), llamado también Doctor Mariano, f. 1153; «Homilías
sobre las excelencias de la Virgen Madre», Homilía 4, 8-9: Ópera omnia, edición cisterciense, 4, año 1966, págs. 53-
54.
5. Eres el ser más poderoso que existe, después de la Santísima Trinidad; la Mediadora de todos nosotros ante el
mediador que es Cristo; Tú eres el puente misterioso que une la tierra con el cielo, eres la llave que nos abre las
puertas del Paraíso; nuestra Abogada, nuestra Intercesora. Tú eres la Madre de Aquel que es el ser más
misericordioso y más bueno. Haz que nuestra alma llegue a ser digna de estar un día a la derecha de tu Único Hijo,
Jesucristo. ¡Amén! (san Efren de Siria, Padre y Doctor de la Iglesia, f. 373; títulos de lairgen
V Santísima)
6. Ella es el camino por donde vino Jesucristo a nosotros la primera vez y lo será también cuando venga la segunda,
aunque de modo diferente. (…). Ella es el medio seguro y el camino directo e inmaculado para ir a Jesucristo y
hallarlo perfectamente. (san Luis María Grignion de Montfort, f. 1716; Tratado de la verdadera devoción a la
Santísima Virgen)
7. Todo en honor de Jesús, pero por medio de María. Todo por María, para llevar hacia Jesús (…) Inculquemos su
devoción a nuestros jóvenes, y así los llevaremos más fácilmente hacia Jesucristo. (san Marcelino Champagnat,
fundador de los Hermanos Maristas, f. 1840)
8. El III Concilio de Cartago, en el año 397 en el norte de África, confirmó el canon con 46 libros para el Antiguo
Testamento y fijó el canon del Nuevo Testamento con 27 libros. La carta del Papa S. Inocencio I en el 405, también
oficialmente lista estos libros. Finalmente, el concilio de Florencia (1442) definitivamente estableció la lista oficial de
46 libros del A.T. y los 27 del N.T

Referencias
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arch=Mateo+2%3A10&version=DHH); Lucas 2:16 (htt arch=1Juan+2%3A19&version=DHH)
p://www.biblegateway.com/passage/?search=Lucas+
75. Cf. Catecismo de la Iglesia católica, 85, 889
2%3A16&version=DHH)
76. Mateo 26:26-28 (http://www.biblegateway.com/passag
51. Juan 2:1-12 (http://www.biblegateway.com/passage/?s
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Marcos 14:22-24 (http://www.biblegateway.com/passag
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54. Pablo VI (papa): Discurso a los padres conciliares al sage/?search=1Corintios+11%3A23-25&version=DHH)
concluir la tercera sesión del Concilio Vaticano II (htt 77. Concilio de Trento, Denzinger 1740; Catecismo de la
p://www.mercaba.org/PABLOVI/pablo_vi_maria_madre Iglesia católica, 1366
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san Ambrosio de Milán: De inst. Virg. 98, PL 16, 328 y Iglesia católica, 1367
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57. Apocalipsis 12 (http://www.biblegateway.com/passag sagrada liturgia nº 47 (http://www.vatican.va/archive/his
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9631204_sacrosanctum-concilium_sp.html)
58. san Alfonso María de Ligorio (Doctor de la Iglesia, f.
1787); Las Glorias de María, María vence al mal) 80. Concilio de Trento, Denzinger 874, 883
59. Lc 11, 27-28 81. San Juan Crisóstomo (v. 345-407), sacerdote en
Antioquía, después obispo de Constantinopla, doctor
60. «Feliz la que ha creído» (Lc 1,45) de la Iglesia, Homilía sobre el evangelio de Mateo, n°
61. san Agustín de Hipona (Padre y Doctor de la Iglesia, f. 82; PG 58, 743.
430) «Sermón sobre el «Evangelio de san Mateo», n.º 82. Juan Pablo II, Carta encíclica 'Ecclesia de Eucharistia'
25, 7-8 nº 11 (http://www.vatican.va/holy_father/special_featur
62. Juan 1,14 es/encyclicals/documents/hf_jp-ii_enc_20030417_eccl
esia_eucharistia_sp.html)
Concilio de Trento, Denzinger 876
83. Concilio de Trento, Denzinger 876

Bibliografía
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Wallis, A. (1968). ¿Quién es Jesús de Nazaret?. Madrid, España: CLC.

Enlaces externos
Wikcionario tiene definiciones y otra información sobreCristo.
Wikiquote alberga frases célebres de o sobreCristo.
Wikimedia Commons alberga una galería multimedia sobreCristo.
Compendio del Catecismo de la Iglesia católica.
La Pasión de Jesucristo explicada por un médico fisiólogo

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