Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
La coordinación e integración entre los diferentes tejidos del organismo de los mamíferos
están presididas por los sistemas nervioso y endocrino. El funcionamiento correcto de
ambos sistemas es indispensable para obtener respuestas adecuadas y armónicas del
individuo a los estímulos del exterior. El sistema endocrino está formado por un conjunto
de glándulas que sintetizan diversas hormonas, cuya función es coadyuvar a la
coordinación entre los distintos tejidos de un organismo para mantener la constancia del
medio interno ante los estímulos ambientales. Prácticamente todos los procesos de los
organismos complejos está, regulados por una o más hormonas: el mantenimiento de la
presión arterial, el volumen sanguíneo y el equilibrio de los electrolitos; la embriogénesis;
la diferenciación sexual, el desarrollo y la reproducción; el hambre, los comportamientos
alimenticios y la digestión y el suministro de combustibles. La coordinación del
metabolismo en los mamíferos corre a cargo del sistema neuroendocrino. Las células
individuales en un tejido detectan un cambio en el entorno del organismo y responden
segregando un mensajero químico que pasa a otra célula del mismo o de un tejido
diferente, donde se una a una molécula de receptor y desencadena un cambio en la
segunda célula. En la señalización neuronal, el mensajero químico puede que viaje
solamente una fracción de micrómetro a través de la hendidura sináptica hasta la siguiente
neurona de la red. En la señalización hormonal, los mensajero, las hormonas, son
transportados por la sangre a células próximas o a órganos y tejidos distantes.1,2
Langerhans identificó los islotes en la década de 1860 pero no comprendió su función,
tampoco con Mering y Minkowski, quienes demostraron en 1889 que la pancreatectomía
produce diabetes. El enlace entre los islotes y la diabetes fue sugerido por Mayer en 1909
y por Sharpey y Schaffer en 1917, pero fueron Banting y Best los que probaron esta
relación en 1921. Estos investigadores usaron ácido-etanol para extraer del tejido un
factor de las células de los islotes que tenía potente actividad hipoglucémica. El factor se
bautiza como insulina y pronto aprendieron que los islotes de bovino y porcino contienen
insulina que es activa en el ser humano. En el transcurso de un año, la insulina estuvo
disponible para uso extenso en el tratamiento de la diabetes y probó que salvaba vidas.
Al haber grandes cantidades de insulina bovina y porcina para estudio, se produjo un
efecto espectacular en la investigación biomédica. La insulina fue la primera proteína en
que se comprueba la existencia de la acción hormonal, la primera proteína cristalizada, la
primera proteína en que se determina la secuencia de aminoácidos, la primera proteína
sintetizada por las técnicas químicas, la primera proteína en la que se determina su síntesis
como una molécula precursora más larga y la primera proteína preparada para uso
comercial mediante la tecnología de DNA recombinante. La insulina es una hormona
polipeptídica sintetizada por las células β de los islotes de Langerhans del páncreas.
Ejerce un papel fundamental en el metabolismo y actúa sobre el tejido muscular, el tejido
adiposo, el hígado y otros tejidos con una clara tendencia anabólica sobre la mayoría de
las sustancias metabolizables, los carbohidratos, los lípidos, las aminoácidos y las
proteínas.1
ESTRUCTURA DE LA INSULINA
La insulina está formada por una cadena A (21 aminoácidos) y una cadena B (30
aminoácidos), capaz de agregarse y contiene una pequeña cantidad de zinc,
aparentemente indispensable para realizar sus funciones, ambas cadenas (A y B),
enlazadas por puentes disulfuro intercatenarios que conectan A7 a B7 y A20 a B19. Un
tercer puente disulfuro intracatenario conecta los residuos 6 y 11 de la cadena A. La
ubicación de estos tres puentes disulfuro es invariable en casi todas las especies. La
estructura covalente de la insulina humana (masa molecular 5.734 kDa) se ilustra en la
figura 1. Las sustituciones existen en mucha posiciones dentro de las dos cadenas sin
afectar su bioactividad y son más comunes en las posiciones 8, 9 y 10 de la cadena A. Por
tanto, esta región no es decisiva para la actividad biológica.1
Figura 1: Estructura covalente de la Insulina1
La insulina porcina difiere en solo un aminoácido, una alanina por una treonina en B30,
en tanto que la insulna bovina tiene esta modificación más las sustituciones de alanina
por treonina en A8 y valina por isoleucina en A10, estas modificaciones no significan un
cambio apreciable en la actividad de la insulina. La insulina forma estructuras complejas
muy interesantes. El zinc existe en concentración alta en la célula β y forma complejos
con la insulina y la proinsulina. La insulina de todas las especies de vertebrados forma
dímeros isólogos por medio de puentes de hidrógeno entre los grupos peptídicos de los
residuos B24 y B26 de dos monómeros y en concentraciones altas éstos se organizan
como hexámeros, cada uno con dos átomos de cinc. Esta estructura de orden superior ha
hecho factibles los estudios de la estructura cristalizada de la insulina. A concentraciones
fisiológicas es probable que la insulina esté como monómero.1,2
Figura 2: Región de la insulina con actividad biológica1
SÍSTESIS DE LA INSULINA
La insulina se sintetiza como una preprohormona (masa molecular aproximada de 11500)
y es el prototipo de péptidos que se procesan a partir de moléculas precursoras más
grandes. La secuencia hidrófoba de 23 aminoácidos pre o secuencia líder, dirige a la
moléculas hacia el interior de las cisternas del retículo endoplásmico y entonces se
elimina. Esto produce la molécula de proinsulina con peso molecular de 9000 que
proporciona la conformación necesaria para formar puentes disulfuro apropiados. La
molécula de proinsulina experimenta una serie de divisiones petídicas específicas de sitio
que conducen a la formación de cantidades equimolares de insulina madura y péptido C,
la proinsulina es inactiva desde el punto de vista fisiológico, aún cuando da reacción
inmunológica cruzada con la insulina. La molécula se sintetiza por los ribosomas en el
reticulo endoplásmico rugoso y la eliminación enzimática del péptido guía (segmento
pre), la formación de los puentes disulfuro y el plegamiento ocurre en las cisternas de este
organelo. La molécula de proinsulina se transporta al aparato de Golgi donde tiene lugar
la proteólisi y el empaquetamiento en gránulos secretorios. Los gránulos continúan su
maduración en tanto que atraviesan el citoplasma hacia la membrana plasmática. Tanto
la proinsulina como la insulina se combinan con cinc para formar hexámeros, pero dado
que aproximadamente 95% de la proinsulina se convierte a insulina, son los cristales de
esta última los que confieren sus características morfológicas a los gránulos. Dentro de
éstos hay cantidades equimolares del péptido C, pero estas moléculas no forman una
estructura cristalina. Con el estímulo apropiado, los gránulos maduros se fusionan con la
membrana plasmática y descargan su contenido en el líquido extracelular por emiocitosis.
La elevación de la glucosa sanguínea arriba de 80 a 100 mg por 100 mL es el estímulo
fisiológico más importante para liberar la insulina almacenada en el páncreas. Dicha
liberación muestra dos fases, una inmediata, en el témino de un minuto con duración de
5 minutos y otra tardía observable a los 5 minutos y con duración de una hora, otros
factores que estimulan la liberación de insulina con el fosfatifil inositol y el AMPc, la
arginina, lisina y leucina estimulan la liberación de insulina y sus efectos de suman a los
de glucoa, algúnos ácdios grasos y los cuerpos cetónicos actúan de la misma manera.1
Figura 1: Estructura de la proinsulina humana1
REGULACIÓN DE LA INSULINA
El páncreas humano secreta 40 a 50 unidades de insulina al día, que representa
aproximadamente 15 a 20% de la hormona almacenada en la glándula. La secreción de
insulina es un proceso que requiere energía en el que interviene el sistema de
microtpubulos y microfilamentos en las células B de los islotes. Cierto número de
mediadores e implican en la liberación de insulina.1
A. Glucosa
El regulador fisiológico más importante de la secreción de insulina es el aumento
de la concentración de glucosa plasmática. El umbral de esta concentración para
la secreción es el valor de la glucosa plasmática en ayuno (80 a 100 mg/dL) y la
respuesta máxima se obtiene a concentraciones de 300 a 500 mg/dL. Se proponen
dos mecanismos diferentes para explicar cómo regula la glucosa la secreción de
insulina. Una hipótesis sugiere que la glucosa se combina con un receptor,
posiblemente localizado sobre la membrana de la célula β, que activa el
mecanismo de liberación. La segunda hipótesis indica que intervienen los
metabolitos intracelulares o su velocidad de flujo a través de una vía metabólica
como la derivación de la pentosa fosfato, el ciclo del ácido cítrico o la vía
glucolpitica.1,2
B. Factores hormonales
Numerosas hormonas afectan la liberación de insulina. Los agonistas alfa
adrenérgicos, principalmente la adrenalina, inhiben la liberación de insulina aun
cuando este proceso se haya estimulado con glucosa. Los agonistas beta
adrenérgicos estimulan la liberación de la insulina, probablemente al incrementar
el cAMP. La exposición crónica a concentraciones altas de hormona del
crecimiento, cortisol, lactógeno placentario, estrógenos y progestinas, también
incrementan la secreción de insulina. Por tanto, no deben sorprender que la
secreción de insulina aumente notablemente surante las útimas etapas de
embarazo.1,2
C. Agentes Farmacológicos
Muchos medicamentos estimulan la secreción de insulina, pero los de uso más
frecuente en terapéutica para los humanos son los compuestos de la sulfonilurea.
Los fármacos como la tolbutamida estimulan la liberación de insulina por un
mecanismo diferente al utilizado por la glucosa y han logrado un uso amplio en el
tratamiento de la diabetes sacarina tipo II (no insulinodependiente).1
EFECTOS METABOLICOS DE LA INSULINA
La insulina mejora rápidamente los trastornos metabólicos presentes en la diabetes:
acelera la oxidación del carbohidrato en la periferia, eleva el glucógeno hepático, aumenta
la conversión del carbohidrato en grasa, disminuye la cetosis y evita la pérdida de
nitrógeno urinario, o sea, disminuya la degradación de las grasas y las proteínas.2
EFECTOS SOBRE EL METABOLISMO CARBOHIDRATOS4
La insulina estimula el transporte de la glucosa desde el medio extracelular al interior de
las células, a través de las membranas celulares. Esto ocurre en músculo y tejido adiposo
(adipocitos) pero no en hepatocitos y por difusión facilitada. Al penetrar las células, la
glucosa se fosforila inmediatamente por acción de la glucoquinasa o hexoquinasa
formándose glucosa 6-fosfato. La insulina incrementa el número de trasportadores
específicos de la glucosa y hexosas, necesarios para el mecanismo de difusión facilitada,
aumentando el índice máximo de transporte.
EFECTOS SOBRE EL METABOLISMO DEL GLUCÓGENO3
La insulina inhibe la síntesis de AMPc y por tanto no se activa la quinasa que fosforila
las enzimas del metabolismo del glucógeno. Además favorece la actividad de unas
enzimas fosfatasas que desfosforilan a la glucógeno fosforilasa y a la glucógeno sintasa,
lo que provoca que pasen a una forma inactiva y activa, respectivamente; así, la insulina
potencia la síntesis de glucógeno e inhibe la degradación del mismo.
EFECTOS SOBRE EL METABOLISMO PROTEICO Y MINERAL4
La insulina inhibe la gluconeogénesis por inhibición de las enzimas piruvato –
carboxilasa, glucosa – 6 fosfatasa, y fructosa-1,6-difosfatasa. La insulina estimula el
transporte activo de aminoácidos a través de las membranas celulares con un efecto final
de tipo anabólico, ya que también promueve la síntesis proteica e inhibe si degradación
metabólica.
La insulina favorece el ingreso de potasio a las células, e inhibe la salida de calcio.
También provoca un aumento intracelular de magnesio y fosfatos inorgánicos.
Aparentemente el estímulo de la incorporación del potasio a las células ocurre por un
estímulo de la Na+/K+ ATPasa. El calcio y el potasio intracelular modulan el transporte
de glucosa y aminoácidos en la membrana celular y la actividad de las enzimas
responsables de la glucogenogénesis y la lipogénesis.
EFECTOS SOBRE EL METABOLISMO DE ÁCIDOS GRASOS5,6
La secreción de insulina en respuesta a concentraciones elevadas de glucosa en sangre
estimula la lipogénesis. La insulina estimula la síntesis de los ácidos grasos al estimular
la fosforilación de acetil- CoA carboxilasa; de forma simultánea, la lipolisis se inhibe por
la inhibición de la insulina de la activación de las proteína quinasa por medio del AMPc,
este proceso conduce a la desfosforilación (y, por tanto, a la inactivación) de la lipasa
sensible.
La insulina inhibe la liberación de AGL a partir del tejido adiposo, lo cual va seguido de
decremento de los AGL que circulan en el plasma. Incrementa la lipogénesis y la síntesis
de acilglicerol, así como la oxidación de glucosa hacia CO2 por medio de la vía pentosa
fosfato. Todos estos efectos dependen de la presencia de glucosa y pueden explicarse, en
gran medida, con base en la capacidad de la insulina para aumentar la captación de
glucosa hacia las células adiposas mediante el transportador GLUT-4. También se
incrementa la actividad de la piruvato deshidrogenasa, acetil Co-A carboxilasa, y glicerol
fosfato aciltransferasa, lo que refuerza los efectos de la captación aumentada de glucosa
sobre el incremento de la síntesis de ácidos grasos y acilglicerol. Una de las acciones
principales de la insulina en el tejido adiposo consiste en inhibir la actividad lipasa
sensible a hormona, lo que disminuye la liberación no solo de acilglicerol sino también
de glicerol. El tejido adiposo es considerablemente más sensible a la insulina que muchos
otros tejidos.
- RECEPTORES DE INSULINA7:
ESTRUCTURA
El glucagón es una hormona polipeptídica de cadena lineal, compuesta por 29
aminoácidos y tiene un peso molecular de 3.842,78. La estructura polipeptídica del
glucagón humano es idéntica a la del bovino o porcino.10
SINTESIS
La síntesis y la secreción del glucagón por las células alfa de los islotes de
LANGERHANS en el páncreas, actúa aumentado las concentraciones de glucosa en
sangre al estimular la glucogenólisis hepática. El glucagón aumenta la síntesis de
adenosinmonofosfato cíclico (AMPc) en el hígado, el que a su vez activa la fosforilasa,
enzima limitante de la velocidad en la conversión del glucógeno hepático de glucosa .10
La hiperglucemia inhibe la secreción de glucagón y la hipoglucemia la estimula. Estos
fenómenos se cree que son el resultado de la acción directa de la glucosa en las células
alfa, bien en sus glucorreceptores o en el metabolismo intracelular de la glucosa. La
capacidad de los aminoácidos para la secreción del glucagón es variable y no depende de
su facultad para estimular la secreción de insulina 12
En general, los aminoácidos gluconeogénicos tienen mayor efecto estimulante de la
secreción de glucagón que los aminoácidos no gluconeogenicos. Esta propiedad de los
aminoácidos es fundamental para mantener la euglicemia cuando se ingieren proteínas ya
que, de lo contrario, tan solo se secreta insulina y se produce hipoglucemia. Sin embargo,
el estímulo del glucagón en el hígado aumenta la producción de glucosa y asi, la acción
de insulina resulta en el mantenimiento de la homeostasis de la glucosa 12.
La capacidad de los aminoácidos y de la glucosa para modificar la secreción de insulina
y glucagón, depende de la vía de administración. La ingesta de proteínas produce mayor
aumento de la secreción de la insulina y glucagón que la administración por vía
intravenosa de una concentración similar de aminoácidos. Asimismo, la ingesta de
glucosa produce mayores cambios en la secreción de insulina y glucagón que la vía
intravenosa. Se ha demostrado que colecistoquinona, gastrina, péptido intestinal
vasoactivo (VIP), susatancia P, neurotensina y péptido gástrico (GIP) aumentan la
secreción de glucagón e insulina. Otras hormonas que aumentan la secreción de glucagón
son insulina y cortisol. El mismo efecto se ha descrito para beta-endorfina. Por el
contrario, somatostatina es la hormona que posee mayor acción inhibidora de la secreción
de glucagón.12
En las células alfa de los islotes pancreáticos la densidad de los receptores alfa-
adrenérgicos es mayor que la de receptores beta-adrenérgicos. La activación de receptores
alfa-adrenérgicos estimula la secreción de glucagón, en tanto que la activación de
receptores beta-adrenérgicos o de los efectores parasimpáticos del páncreas, inhibe la
liberación de glucagón. Sin embargo, la mayor densidad de receptores alfa-adrenérgicos,
es la causa de que el aumento de las concentraciones plasmáticas de adrenalina y
noradrenalina o la estimulación del sistema nervioso simpático del páncreas, aumentan la
secreción de glucagón, en vez de disminuirla.12
Las acciones fisiológicas de glucagón se ejercen en primer lugar en el hígado donde esta
hormona activa la glicogenolisis y la gluconeogénesis. Como resultado de estas acciones,
glucagón es responsable del 75% de la producción hepática de glucosa en condiciones
basales. Cortisol potencia este fenómeno ya que en su presencia la producción de glucosa
hepática es más intensa y prolongada. Glucagón estimula la lipolisis en el hígado y en el
tejido adiposo. También inhibe carboxilasa acetil-CoA el enzima que convierte acetil-
CoA en malonil-CoA. La reducción de esta inhibe la síntesis de triglicéridos y activa la
enzima carnitin aciltransferasa que, a su vez, aumenta la transferencia de ácidos grasos
en la mitocondria, lo que resulta en un incremento de la oxidación de acetil-CoA y de la
citogénesis. Por lo tanto, glucagón es fundamental en el ayuno y en la respuesta sistémica
a la agregación por su capacidad para aumentar la producción hepática de glucosa y su
capacidad estimuladora de la cetogénesis.12
REGULACIÓN
El glucagón actúa:
Sobre el hígado, transformando el glucógeno de reserva en glucosa
Sobre el tejido adiposo, transforma las grasas (triglicéridos) en ácidos grasos y
glicerol.
EFECTOS METABOLICOS
Efectos del metabolismo en el tejido hepático, muscular y hepático:
Tejido Hepático: