La libertad que es esgrimida constantemente en los programas políticos y de ella
se hace bandera en contra a veces de los más sagrados. La libertad nadie la niega, y es el derecho humano inherente a su propia naturaleza. Mas en cuestiones económicas presenta a veces matices que bien podrían calificarse de contradictorios. En el ámbito económico las necesidades se clasifican en tres grupos básicos: Particulares y privados Generales Publicas. En cuanto a las necesidades públicas son aquellas que el hombre siente precisamente por no vivir aislado, sino por vivir en una comunidad. Para que un hombre realice su actividad cuando hay otros miembros de la colectividad que también realizan la suya es preciso al menos un respeto mutuo que obliga a encuadrarse en un marco dentro del cual se mueve cada uno, o mejor dicho es la propia complejidad de los fenómenos económicos los que hacen que surjan normas y reglas sin las cuales el sujeto por mucho que lo intentara no podría actuar con lo cual su libertad prácticamente no existiría.
IV Teleología
La teleología de la planificación en su último grado es que esa planificación ha
de conducir a un desarrollo, decimos desarrollo y no crecimiento, económico y social.
La importancia ante un plan de desarrollo suele ser grande en enormes sectores
de población y en particular entre los más oprimidos. Por ello se pide un desarrollo social sin darse cuenta que este no puede ser previo a un auténtico desarrollo económico. Otra cosa muy distinta es que iniciando el desarrollo, este sirva, por ser más crecimiento que desarrollo, para acentuar las diferencias entre los sectores aludidos. La existencia inmediata es una mejor retribución del trabajo, lógica aspiración que exige un aumento de la producción para que las dos corrientes, real y monetaria, vayan acompasadas y no se produzca el temible desequilibrio.
En síntesis, el desarrollo es efectivamente preocuparse tanto por el progreso
social como por el crecimiento económico. No basta aumentar la riqueza común para que sea repartida equitativamente. No basta promover la técnica para que la tierra sea humanamente más habitable. Los errores de los han ido por delante deben advertir a los que están en vías de desarrollo de las cuales son los peligros que hay que evitar en este terreno.