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Kirby Dots – El Color de la Página es Verde

Como cualquier persona que no tiene la cabeza enterrada en la arena como un avestruz sabe, en Argentina
se está produciendo un intenso debate alrededor del Derecho a un Aborto Seguro, Legal y Gratuito. Lo
más positivo y feliz de todo este proceso ha sido el sostenido y creciente involucramiento de cada vez
mayores colectivos femeninos y feministas que están militando de forma admirable para lograr la sanción
de una ley que, hace tres o cuatro años, parecía imposible. Es mérito absoluto del movimiento de mujeres
organizado que hoy la normativa parezca tener la oportunidad de ser aprobada, en una sociedad que,
hasta hace tres o cuatro años, parecía ser monolíticamente conservadora e incapaz de percibir el aborto
como un problema de salud pública no atado al anecdotario individual y a la falsa piedad.

El colectivo de mujeres realizó un trabajo incansable, laborioso, planteó el debate en los medios públicos,
en las redes sociales, pero, y más importante, en la cotidianeidad e intimidad de las consciencias. No hay
militancia más efectiva que la micromilitancia que está que revisemos nuestra historia, cambiemos o
reflexionemos para estar a la altura de las circunstancias (y cuyo correlato necesario es la exposición
pública de los violentos y abusadores). También se refleja en lo que se ha denominado “la sanción social”
del aborto, la separación en el fuero íntimo de una amplia capa de la población de los motivos personales
de las políticas de salud pública necesarias para brindar a las mujeres el necesario y criminalmente
demorado control sobre sus propios cuerpos.

Pero esta es una columna sobre historieta. ¿Y que tiene que ver todo esto con la historieta? El comic no
fue, tradicionalmente, un terreno pródigo para la representación del aborto. Esto en gran medida, en su
nivel más industrial, tiene que ver con la enorme prevalencia de los hombres en la producción de
historietas. Sin embargo, los colectivos de mujeres historietistas underground de los años 1970s
(Wimmen’s Comix, Tits N’ Clits) tematizaron el aborto en sus primeros números, en un momento en el
cual la ley en Estados Unidos aún no lo había legalizado, por lo cual esas historias (I Had a Teenage
Abortion, Abortion Eve, entre otras) lejos de reforzar los sentidos sociales comunes sobre el asunto,
formaban parte y accionaban al interior de un debate candente en la sociedad, de la misma manera en
que está sucediendo en Argentina.

Aquí, puntualmente, se expresa en dos iniciativas: Línea Peluda y Superheroínas por el Aborto Legal.
Según el colectivo Línea Peluda, el proyecto se inició porque “El 8M algunas dibujantas que nos
conocíamos salimos a marchar juntas. Ese día alguna tiró: ‘che, tendríamos que organizarnos entre
todas’. De golpe el 11 de abril ya éramos 250 pibas en un grupo de Whatsapp y no parábamos de sumar
más y más... después vino el grupo de Facebook y las redes. Enseguida definimos que no estábamos
cómodas agrupándonos solo bajo la idea de dibujantAs, porque muchas identidades con quienes
compartimos lucha quedaban fuera, y lxs invitamos a sumarse. Ahora Línea Peluda es un colectivo más
amplio y diverso.” El colectivo es absolutamente abierto, la única condición para sumarse es “ser
dibujantx, mujer, lesbiana o trans y, obviamente, feminista.”

El nombre alude a un concepto proveniente del dibujo, en donde “se usa para referirse a una línea
desprolija y conformada por varias líneas que dan un efecto que recuerda a muchos pelos.” Por supuesto,
este nombre esconde un comentario no tan velado sobre la condición de la mujer en la sociedad
contemporánea: “Pelos como los que la sociedad patriarcal nos dice constantemente que no deben estar
desparramados por nuestro cuerpo: hay que arrancarlos, aunque duela. No había mejor nombre para este
colectivo.”
La estética elegida por Línea Peluda es la de la imagen única, pregnante, impactante. Los únicos colores
empleados en las imágenes son el negro y el verde (¿y, no les pasa, que ya no pueden ver el verde en la
calle y en la vestimenta sin pensar en la causa?). Algunas tienen la forma de un poster convocante, en
otras predomina el retrato femenino militante y, también, cotidiano. Las imágenes habitan ese territorio
intermedio entre la historieta, la ilustración y el documento político. Por ello se prestan de forma natural
a la reproductibilidad, en flyers, remeras, stickers, etc. Esto es algo previsto por el colectivo: “Fijamos
consignas de color como modo de identificación porque nos gusta que unx pueda ver un dibujo de Línea
Peluda y, más allá de quién firme, lo identifiques rápidamente con el colectivo. De eso se trata esta
organización: va más allá de las individualidades de cada una, perseguimos una causa sorora y tratamos
de manejarnos de igual manera. Todxs somos artistxs que mostramos nuestra obra en redes sociales,
donde el impacto de un dibujo se logra principalmente a través de la identificación. La mejor manera de
hacerlos mover es que den ganas de hacerse una remera, pegar un sticker, imprimirlo y llevarlo a la
marcha. Es hermoso. Lo vemos cómo algo muy significativo: era cierto, cada unx podía aportar a la lucha
con lo que mejor sabía hacer.”

“Superheroinas por el aborto legal”, por su parte, emplea el mismo recurso de la imagen impactante, pero
le agrega un plus proveniente del mundo del fan art, al cruzar el reclamo por el derecho a decidir con
personajes queridos por todos de la cultura pop. No solo superheroínas del comic norteamericano, sino
también del manga y el anime, de los dibujos animados para kidults de Cartoon Network, del cine y de los
videojuegos. Coordinado por Verónica García y Nahuel Sagárnaga en este caso la invitación también se
extiende a dibujantes hombres, con la única restricción de dibujar personajes femeninos. Verónica
menciona que la elección de “superheroínas” responde a que “¡Principalmente que somos historietistxs
y lectorxs de historietas! Además, creemos que esta movida ayuda a visibilizar una cantidad enorme y
diversa de personajes identificados con el género femenino. Cada personaje, con sus diferentes
personalidades, puede encarnar una lucha justa.”

Verónica también menciona que: “Creemos que estos personajes son efectivos a la hora de ayudar a
causas sociales porque son populares y por eso mismo siempre existe al menos un personaje en el cual
nos identificamos.” El factor identificatorio, elemento fundamental en el movimiento feminista
contemporáneo, una de cuyas banderas más significativas es la búsqueda de una mayor empatía y un
reconocimiento entre todxs de situaciones, momentos y violencias que teníamos naturalizadas e
invisibilizadas, se transmite de manera bella a los pin-ups de la página, que dan ganas de transformar en
remeras y afiches. Una Big Barda poderosa con el pañuelo, una Bulma a puro color y con el puño en alto,
una Pochita Morfoni combativa y peronista, una Sailor Moon stencilera, cada imagen, con estilos muy
diferentes, yuxtapone la lucha a la familiaridad que engendran esos personajes y hace que, con la simple
adición del pañuelo verde, nos parezca lo más natural del mundo que apoyen la causa “¡pero POR
SUPUESTO que una heroína que lucha por la justicia y la igualdad estaría de acuerdo!”.

Ambas iniciativas tienen la intención de continuar más allá del contexto actual. Línea Peluda, de hecho,
realiza “dibujazos” en la calle frente al Congreso en las fechas de pañuelazos y movilización: “Para hacerte
oír no necesitas ‘saber’ dibujar, necesitas hacerlo y ya. Qué mejor que salir a la calle a proponerle a todxs
que vengan a dejar sus gritos pegados en las paredes de donde se votan sus derechos. Línea Peluda es un
colectivo de artistas, pero no sé cierra ahí, es parte de una sociedad que está viva y participando.”
Veronica también menciona que la intención es apoyar otras causas feministas y LGTBI+, y que “Nos
gustaría poder hacer algo por fuera de las redes sociales, como una muestra, pero eso sería algo a futuro.”
Es que, como dicen desde Línea Peluda: “El mundo del dibujo, como el resto del mundo, es un lugar muy
machista y nosotrxs, que no comulgamos con ese machismo y nos afecta directamente, sentimos la
necesidad de organizarnos. Es notable la cantidad de mujeres, lesbianas y trans que dibujan, y estábamos
desparramadxs. Ahora nos conocemos las caras, los nombres y los dibujos, y lo más importante: ahora
salimos a la calle juntxs. Porque en la unión está la fuerza y la fuerza este en nosotrxs.”

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