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CEFALEA OCCIPITAL

La cefalea occipital puede tener origen en traumatismos cerebrales, en una compresión


vertebral o incluso en la diabetes.

Las cefaleas occipitales se caracterizan por presentarse, como su nombre indica, en la región
correspondiente al lóbulo occipital (es decir, en la región posterior e inferior del cerebro).
Estas se consideran un subtipo raro cuando únicamente afectan a esta región, sin irradiarse a
otras zonas.

El dolor normalmente se experimenta en el cuello y la zona posterior de la cabeza, se siente


como punzante o como una descarga eléctrica. Este puede ser bilateral o unilateral.

La causa, al igual que los otros tipos de cefalea, se asocia con la afección directa de los nervios
y de los tejidos que se localizan alrededor de los mismos, con la consecuente liberación de
sustancias químicas que estimulan a los nervios y producen la sensación de dolor.

CAUSAS DE CEFALEA OCCIPITAL

1. TRAUMATISMO OCCIPITAL

La compresión directa de los nervios y de los tejidos localizados en la periferia produce una
serie de reacciones bioquímicas complejas que terminan con la estimulación constante y
repetitiva de las fibras nerviosas en la región occipital.

Estas sustancias químicas incluyen los iones potasio, la histamina (sustancia involucrada en
reacciones alérgicas), prostaglandinas y leucotrienos (ambas involucradas en procesos
inflamatorios).

De hecho, estas sustancias tardan bastante tiempo en desaparecer de la región debido a que
son liberadas en grandes cantidades por las células lesionadas después del traumatismo. Es
por ello que el dolor se extiende en el tiempo y no desaparece luego del trauma, por la
estimulación constante de los nervios.

2. COMPRESIÓN VERTEBRAL

La columna vertebral protege a la médula espinal, y a partir de esta estructura nacen diversos
nervios que se distribuyen por todo el cuerpo. Las causas de compresión son múltiples, entre
ellas abscesos, tumores y hernias.

La presión directa y constante sobre los nervios también provoca estimulación repetitiva de los
mismos, lo cual puede derivar en la sensación de dolor localizado en la zona afectada.

3. HERPES ZOSTER

El virus herpes zoster se caracteriza por la afección directa de nervios periféricos, con la
aparición común de una entidad llamada “neuralgia postherpética”.

Esta enfermedad se caracteriza por la aparición de pequeñas vesículas en el territorio de


inervación del nervio afectado por el virus, junto con la sensación de dolor en el mismo lugar.

Si bien la neuralgia postherpética suele afectar los nervios cráneo-faciales, la localización


occipital no es la más común. Sin embargo, siempre debe tenerse en cuenta por la cercanía de
las regiones.

4. DIABETES MELLITUS
La diabetes mellitus, independientemente del subtipo de la enfermedad, se caracteriza por un
manejo deficiente de los carbohidratos (o glucosa) en sangre debido a alteraciones patológicas
de la insulina, hormona que se encarga del mantenimiento de los niveles plasmáticos de
glucosa.

Es bien sabido que una de las principales complicaciones de los pacientes diabéticos no
controlados es la “neuropatía diabética” que se caracteriza por la afección directa de los
nervios producto de los altos niveles de glucosa plasmáticos, que en esas concentraciones
tienen efectos tóxicos.

Esta patología suele afectar los nervios del sistema nervioso autónomo (aquel que controla las
funciones corporales no conscientes) y también puede provocar dolor localizado por los
mecanismos antes mencionados, pudiendo ser causa de cefalea occipital.

5. INFLAMACIÓN VASCULAR

La vasculitis o inflamación vascular es una patología que se caracteriza por la afección


constante de los vasos sanguíneos, lo que lleva al deterioro considerable de los mismos con la
afectación directa de las regiones a las que distribuye sangre.

Existe una cantidad considerable de vasculitis que causan alteraciones en el sistema nervioso.
Por ejemplo, la “arteritis de células gigantes” suele afectar las arterias temporales y oculares,
ocasionando episodios de cefalea e inclusive ceguera temporal.

Dependiendo de la localización del vaso afectado, puede producirse en mayor o menor medida
cefalea occipital, lo que obliga al médico a investigar las causas más probables de la misma.
Estas generalmente se asocian con trastornos autoinmunitarios, en los que las células
encargadas de proteger al cuerpo reaccionan contra los tejidos propios.

Referencias bibliográficas:

 Longo DL, Fauci AS, Kasper DL, Hauser SL, Jameson JL, Loscalzo J, editores. Harrison
principios de medicina interna. Vol 2. 18a ed. México: McGraw‐Hill; 2012.
 Snell R.S. Neuroanatomía Clínica. 7ma edición. Wolters Kluwer Health España.
Barcelona (2010).
 Anduaga Aguirre MA, González-Mohíno Loro MB, Sánchez García ME, Handi Mansour
F, Palmer Ruiz A. Cefalea occipital. SEMG 2008; 110: 657-8.

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