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El Islam en Democracia

El Islam en Democracia

Abdennur Prado
isbn 978-84-932513-5-2
84-932513-5-6

© Edición en español: Junta Islámica, 2006


CENTRO DE DOCUMENTACIÓN
Y PUBLICACIONES ISLÁMICAS

Medina Sabora
14720 Almodóvar del Río
(Córdoba)
Tlf.: 00-34- 957 634005

E-Mail: correo@juntaislamica.org

Edición: Mansur A. Escudero


Diseño: Abdallateef Whiteman

Impresión: Gráficas Lizarra


bismil-l âhi r-r ahm ani r-r ahîm
índice

1 El islam en libertad • 1
2 Islam y democracia ante el siglo xxi • 7
3 El retorno del islam a España • 13
4 El islam en la escuela • 17
5 El caso del imam de Fuengirola • 21
6 Carta al tribunal islámico de Zamfara • 31
7 Los ilusos que salvaron a Amina Lawal • 37
8 La islamofobia es el fascismo del siglo xxi • 43
9 Informe sobre la islamofobia • 52
10 El “antisemitismo no racista” de Finkielkraut • 59
11 Pluralismo e identidades nacionales • 66
12 El islam y la realidad histórica de España • 74
13 Islam y nacionalismo en Cataluña • 78
14 Torturas y cultura de la guerra • 88
15 Kafir y mumin en Guantánamo • 92
16 La mejor película del mundo sobre terrorismo • 103
17 El 11-m y la deriva de la democracia • 110
18 Quiebra de la mentalidad sacrificial • 116
19 Funeral de Estado • 122
20 ¿Yihad en Madrid? • 129
21 A propósito del islam en el espacio laico • 135
22 Un debate con Antonio Elorza • 139
23 Fatwa contra Ben Laden: el impácto mediatico • 143
24 “En España, los musulmanes somos considerados
ciudadanos de segunda”. • 150
25 Internet y el imamato femenino • 159
26 Tariq Ramadán, a propósito de una moratoria • 164
27 A propósito de algunas polémicas recientes • 168
28 Juan Pablo ii y el islam: un reconocimiento • 177
29 Yihad de género • 182
30 El acceso de la mujer a la mezquita • 189
31 Musulmanes colonizados • 193
32 Defender la libertad de expresión es defender al
profeta del islam • 199
A Abdennur Coca, a quien no conocí,
a través del sueño heredado con el nombre.
. el islam en libertad

A lo largo de la historia, han existido grupos en to-


das las religiones que han tratado de establecer un ma-
gisterio dogmático, anular las interpretaciones divergentes y
ofrecerse como doctrina única, una ortodoxia. Es conocido
el trauma que este intento supuso para la cristiandad occi-
dental: la lucha encarnizada contra la herejía tiñó de sangre
el continente. También en el islam, el budismo o el hinduis-
mo ha habido intentos de este tipo, guerras de religión entre
visiones enfrentadas de un mismo mensaje.
Existe la tendencia a cosificar la experiencia espiritual
de los maestros de la humanidad, como si su mensaje fue-
ra demasiado abierto para ajustarse a un ejercicio de poder.
Habría que diferenciar, en este sentido, entre espiritualidad y
religiosidad, entre una experiencia genuina de la trascenden-
cia y su cosificación en dogmas y doctrinas, formas transito-
rias demasiado apegadas a intereses mundanos como para
pasar por inocentes.
Este fenómeno es llamado en el Qur’án “la religión de los
ancestros”, y puede definirse como una repetición mecánica
de ritos y consignas que son aplicados por fidelidad a las
costumbres de los antepasados, a pesar de que han dejado de


el isl a m en de mo c r ac ia

aportar sentido y de nutrir la vida espiritual de sus repetido-


res. Cuando Abraham hecha en cara a los suyos que veneren
formas muertas, estos le responden:
“¡Pero hallamos que nuestros antepasados hacían lo
mismo!” qur’án 26: 73

Estos son los signos de una religión cosificada: falta de


reflexión y de cuestionamiento, repetición mecánica de
dogmas:

“La mayoría de ellos nunca usa su razón; pues cuando


se les dice: ‘Venid a lo que Dios ha hecho descender, y
al Enviado’—responden: ‘Nos basta con lo que hemos
hallado que creían y hacían nuestros antepasados’.”
qur’án 5, 105
Esto mismo lo hemos oído muchas veces en nuestra
vida como musulmanes. Hace años escuché a un joven
palestino (medio borracho, por cierto) afirmar que a quien
abandona el islam hay que matarlo. Hace pocos días un joven
de origen libanés me decía que el islam prohíbe a la mujer
musulmana casarse con un no-musulmán. Cuando pregunté
por las fuentes de sus afirmaciones, ninguno de los dos
supo contestarme. Hablaban de oídas, repetían frases cuyo
origen desconocen. En ningún momento se han preguntado
si correspondían con el mensaje del Qur’án o el ejemplo del
Profeta. Si lo hubieran hecho, se llevarían la sorpresa de
descubrir que el imam del barrio del cual oyeron esas frases
no estaba hablando del islam, sino de las leyes codificadas
durante los imperios omeya o abbasida.


El Islam en Libertad

Así, el musulmán se ve muchas veces impelido a repetir


sin reflexión las interpretaciones realizadas hace siglos por
sabios que vivieron en contextos muy diferentes al suyo, con
el consiguiente desajuste. Ante este tipo de actitudes re-
accionaron todos los profetas, todos los maestros de la
humanidad. Frente a la religión cosificada, la revelación se
nos presenta como un retorno a la reflexión y a la experiencia
genuina, a recuperar la plenitud de unos gestos y palabras cuyo
sentido habíamos perdido. ¿Qué es lo que sustenta un culto tan
vacío? El propio Abraham nos ofrece una respuesta:

“Habéis dado en adorar ídolos en lugar de Dios


únicamente por mantener un lazo de amor, en esta
vida, entre vosotros…”
qur’án 29: 24

Lo que mantiene en pie la adoración de las formas vacías


de la religión cosificada es el intento de mantener lazos de
amor tribales, unos lazos basados en la conveniencia y la
construcción de identidades, antes que en la conciencia de
la Realidad única.
Esto nos recuerda en muchos aspectos al tipo de religiosi-
dad que se difunde en muchos países de mayoría musulmana:
una religión de estado, basada en la costumbre y la repetición
mecánica de consignas de tipo jurídico (“a quien abandona el
islam hay que matarlo”, “el islam prescribe la pena de muerte
en caso de adulterio”) o teológico (“Dios hizo la Creación a
partir de la nada”, “el Qur’án es la Palabra de Dios increada”).
No hay más que decirlo, que creerlo, que aceptarlo como
dogmas de fe, sin preguntarse por su significado ni su
implicación en nuestra vida cotidiana.


el isl a m en de mo c r ac ia

Ya no se sabe en que momento de la cadena de transmisión


se dejaron atrás los contenidos y fueron sustituidos por ese
tipo de consignas, tan oscuras desde su enunciado. Compro-
bamos que la transmisión del mensaje libertario del islam ha
sido desarticulada, que la educación ha perdido su capacidad
de despertar en los creyentes el sentido profundo de la
revelación, aquí y ahora.
En este punto se sitúa la importancia de la presencia del
islam en occidente, en un contexto de libertad. Nos encontra-
mos en una situación parecida a la de los primeros años de
la predicación de Muhámmad, cuando los musulmanes eran
una minoría perseguida. Una situación dif ícil, pero también
propicia a la experiencia que el hombre puede realizar
de Dios, el encuentro sin intermediarios del hombre con
su Sustentador, sin la carga de una religión heredada que
muchas veces se configura como una cárcel para nuestras
expectativas más profundas.
En tanto que evitan la imposición de un dogma y favore-
cen la pluralidad de interpretaciones, democracia y laicismo
favorecen la superación de la “religión de los ancestros”, con
todas las tensiones generacionales que esto supone. Para que
esta superación se haga efectiva, es esencial que cada creyente
pueda cuestionarse todos los contenidos de la religión here-
dada para encontrar su propio camino dentro de ella. A través
de esta profundización y este cuestionamiento, la religión
nos transforma y enriquece, se adapta al devenir y logra dar
respuesta a nuevas situaciones. Cuando la religión se reduce a
la repetición de dogmas, va quedándose atrás, atrapada por su
historia. Puede llegar a ser un impedimento inútil para avanzar
en el presente, como hemos visto en demasiadas ocasiones.


El Islam en Libertad

En esto hay una paradoja que merece destacarse. Lo que


en un contexto pretendidamente islámico está vedado a los
creyentes, el cuestionamiento radical del islam como religión
heredada, puede expresarse plenamente en el espacio laico.
Todo esto significa que la presencia del islam no puede
reducirse a la aparición de los representantes convenientes,
ni de consejos de imames impuestos desde fuera. Es necesario
que los/as musulmanes/as tengan acceso a los medios de
comunicación, que participen en el juego político y puedan
discutir libremente sobre todo aquello que afecta a sus vidas
y a la de sus conciudadanos. Participar, encontrar un espacio
que les permita interrelacionarse con la sociedad al margen
de unas estructuras dogmáticas que cierran el camino.
La democracia se adapta perfectamente al mensaje del
islam, la pluralidad favorece la renovación de los discursos y
nuestra realización como personas. Esto tiene su fundamento
en el hecho de que cada creyente tiene el deber de recibir la
revelación y de aplicarla en su vida según Dios le de a enten-
der. Cada uno de los seres humanos conscientes es un califa de
Dios sobre la tierra. Como tal, debe asumir la responsabilidad
del cuidado del mundo, en la medida de sus posibilidades.
Es conocida la prohibición realizada por Muhámmad de
todo magisterio dogmático, como una interposición en la
relación directa entre el Creador y la criatura. La ausencia de
iglesia implica, necesariamente, libertad interpretativa y
diversidad de doxias, de modos de comprensión del mismo
mensaje universal, que se expresa ante cada uno y en cada
contexto de un modo intransferible. Recordemos el dicho de
Muhámmad: “La diversidad de opiniones es una misericordia
de Dios para la comunidad de los creyentes”, expresión de


el isl a m en de mo c r ac ia

la vocación del islam de constituirse como una religión


abierta, de negar la construcción de un pensamiento único,
que tenga que ser impuesto a todos los creyentes. Cuando se
dan diferentes interpretaciones, incumbe a cada uno escoger
por si mismo la mejor de ellas, la que mejor se adapte a sus
necesidades vitales. Esto implica el ejercicio de nuestro
raciocinio, la responsabilidad personal ante la Palabra
revelada.
Por todo ello, afirmamos que la democracia es el sistema
de gobierno que mejor se adapta a las necesidades del islam,
en cuanto que crea las condiciones propicias a un cuestiona-
miento radical de los dogmas y las legislaciones heredadas,
de los ídolos que se han ido acumulando a través de las
edades. Sabemos que el islam genuino solo es posible en
libertad, fuera del intento de control dogmático que se vive
en muchos países de mayoría musulmana. Esta idolatría se
da hoy especialmente en forma de leyes obsoletas, que
coartan la libertad de los creyentes (su derecho a equivocarse)
y nada tienen que ver con la consecución de la justicia.


. islam y democracia ante el siglo xxi

L a incompatibilidad entre islam y democracia es


un tópico en vías de extinción. En una encuesta inter-
nacional de junio del 2003, realizada por el Pew Center (que
dirige la ex secretaria de Estado Madeleine Albright), se
mostraba que la apreciación de la democracia como sistema
de gobierno es mayoritaria entre los musulmanes.
En Pakistán, una mujer tan occidentalizada como Benazir
Bhuto ganó dos elecciones generales. En Indonesia, una
mujer sin velo, Megawatti Sukarnoputri, fue hace pocos años
elegida presidenta de un país donde viven 180 millones de
musulmanes. En Malasia, la democracia funciona desde hace
más años que en España. En todos estos países, los islamistas
apenas cuentan para el electorado.
En Irán, tras la revolución del 79, el presidente elegido por
sufragio universal fue Bani Sadr, un intelectual de izquierdas
educado en el Quartier Latin parisino. El triunfo del laico y
liberal Bani Sadr contra el candidato de los ayatol-lâhs vino
a demostrar que los revolucionarios iraníes no buscaban
instaurar ninguna teocracia. No hay más que rescatar de las
hemerotecas las fotos de las jóvenes iraníes con vaqueros
y sin velo al frente de las manifestaciones contra la tiranía


el isl a m en de mo c r ac ia

del sha para darse cuenta de hasta que punto sus esperanzas
fueron traicionadas. Jomeini impugnó las elecciones e im-
puso la “tutela de los juristas” (velayat al-faqih), de la cual la
democracia permanece presa.
En el Iraq ocupado, los llamamientos más sonoros a la
democracia proceden del hawza ilimiyya, el consejo chiíta de
la escuela de Nayaf. El Ayatol-lâh Ali al-Sistani defiende que
sea un órgano electo, y no un consejo designado por Estados
Unidos, quien debería redactar la constitución de todos los
iraquíes. En las calles de Bagdad, han tenido lugar grandes
manifestaciones pidiendo el fin de la ocupación y el principio
de la democracia. En contra de lo que se nos quiere dar a
entender, los iraquíes no necesitan de ninguna tutela colonial
para gobernarse. Más bien todo lo contrario.
Si tenemos en cuenta que en la India y en los países occi-
dentales los musulmanes también participan en el juego de
las urnas, nos damos cuenta de que a principios del siglo
xxi la gran mayoría de los musulmanes del mundo eligen a
sus gobernantes por la vía electoral. Claro que unas elecciones
no bastan para definir una “verdadera democracia”. En Turquía
existe un régimen democrático mediatizado por una oligar-
quía militar, lo mismo que en Argelia, Nigeria, Marruecos,
Egipto y Mauritania. Todos estos países son considerados
pro-occidentales, lo cual no quiere decir que apuesten por los
derechos humanos y la libertad de conciencia, por desgracia.
Significa que ponen la riqueza de sus naciones al servicio de
intereses extranjeros.
Como todo tópico, el de la incompatibilidad entre islam
y democracia se sustenta en realidades y discursos. No hay
más que mirar hacia las oligarquías del golfo pérsico, que han


Islam y Democracia ante el Siglo xxi

impuesto un sistema monárquico de corte feudal, donde todo


el poder está en manos de unas familias que utilizan la religión
como instrumento de control ideológico. Este control implica,
precisamente, tratar de convencernos de la incompatibilidad
entre islam y democracia, para lo que cuentan con la inesti-
mable ayuda de ciertos arabistas. También las oligarquías
del golfo son grandes aliadas de occidente, consintiendo en
la explotación del petróleo a bajo precio, y generando unas
riquezas que no llegan a los ciudadanos más necesitados.
Miserias aparte, la conexión entre islam y democracia es
más profunda de lo que parece. Aunque suele decirse que
el islam es un modo de vida integral, que abarca todos los
aspec-tos de la vida, hay que señalar con extrañeza que ni
el Qur’án ni la Sunna nos proponen un modelo unívoco de
gobierno. Dejando aparte las consideraciones éticas (del tipo
“prohibir el mal y ordenar el bien”), el único precepto sobre
el modelo de gobierno que vincula a los musulmanes es el
principio de la Shura (la consulta mutua):

“…[los creyentes] tienen por norma consultarse entre sí.”


qur’án 42, 38
En otro versículo, Dios se dirige al Profeta Muhámmad en
los siguientes términos:
“Y consulta con ellos en todos los asuntos de interés
público.” qur’án 3, 159

Sobre esta aleya, comenta Muhámmad Asad: “Este pre-


cepto, que implica el gobierno mediante consenso y consulta,
debe considerarse como una de las cláusulas fundamentales


el isl a m en de mo c r ac ia

de la legislación coránica relativa al régimen de gobierno.


El pro-nombre ‘ellos’ se refiere a los creyentes [no sólo
musulmanes], es decir, a toda la comunidad, mientras que la
expresión al-amr que aparece en este contexto denota todos
los asuntos de interés público, incluida la administración
del estado. Todas las autoridades coinciden en que esta
ordenanza es vinculante para todos los musulmanes y en
todos los tiempos. Algunos sabios musulmanes deducen
del texto de esta ordenanza que el jefe de la comunidad, si
bien está obligado a someter los asuntos al consejo, es libre
de aceptar o rechazar sus recomendaciones; sin embargo,
resulta evidente que esta es una conclusión arbitraria, si se
recuerda que el Profeta se consideraba obligado a acatar las
decisiones de su consejo.” (El Mensaje del Qur’án, ed. Junta
Islámica).
Los arabistas suelen presentar a Muhámmad como un
monarca todopoderoso, un profeta investido de un poder
absoluto. Nada más lejos de la realidad. En la mezquita de
Medina se reunían todos los miembros de la comunidad,
mujeres incluidas, para discutir y buscar soluciones de
consenso a los problemas que se planteaban. Todos podían
opinar, a todos se escuchaba. Como prueba concluyente, se
conocen decisiones tomadas de forma colectiva en contra
de la opción defendida por el propio profeta, lo cual da que
pensar.
Uno de los episodios más significativos al respecto es el de
la batalla de Uhud. Amenazados por los mecanos que se
dirigían contra Meca, los creyentes se reunieron para deliberar
y tomar una decisión conjunta. Dado que había opiniones
diferentes, se decidió por mayoría salir al encuentro de los


Islam y Democracia ante el Siglo xxi

mecanos, en oposición a la opinión del profeta. La vida de


la comunidad estaba en juego, y Muhámmad no apeló a su
autoridad como profeta para tratar de imponer su punto
de vista. Para él, contrastar y consensuar las decisiones era
lo normal entre miembros de una comunidad basada en la
conciencia de la Realidad.
En base al principio coránico de la shura y su aplicación
en tiempos de Muhámmad, creemos que el sistema de
gobierno que más se acerca a los principios del islam es el de
la democracia participativa. Al decir esto, no pretendemos
insinuar que en la Arabia del siglo vii existiesen partidos
políticos, un censo electoral y urnas donde depositar los votos
para escoger entre candidaturas diferentes. Lo que afirma-
mos es que la shura como órgano de participación de todos
los miembros de la comunidad en las decisiones colectivas es
un principio coránico esencialmente democrático.
No olvidemos esto: la gran mayoría de los musulmanes del
mundo quiere democracia, participar en las decisiones que
afecten a las sociedades donde viven, ejercer su responsabili-
dad ante Dios y ante la creación en su conjunto. De ahí el
carácter igualitario del islam, y la interiorización que hace el
musulmán de valores universales como la conservación del
medio ambiente y la justicia social como horizonte de toda
sociedad pacificada.
Esta es la dicotomía que se le presenta al musulmán
ante el futuro: o asumir la libertad de interpretación y de
conciencia hasta sus últimas consecuencias o ponerse en
manos de aquellos que se nos presentan como guardianes
de la tradición, constituyendo “consejos de sabios” y otras
estrategias de control. Entre una y otra opción se decide el


el isl a m en de mo c r ac ia

camino del islam en el siglo xxi, un camino íntimamente


ligado a la emancipación de los países de mayoría musulmana
de toda dependencia externa, lo cual implica la resistencia
armada si fuese necesario.
Frente a esta posibilidad, los enemigos de la compatibilidad
entre islam y democracia siempre defenderán que la masa
de los musulmanes carece de capacidad de juicio sobre las
cosas de la religión, somos como un cero a la izquierda que
debe ponerse en manos de los “expertos religiosos”. Esta
visión es compartida por un gran número de arabistas y los
regímenes despóticos de oriente medio. Los unos ofrecen el
modelo sobre el “despotismo oriental” que los otros encarnan
a su modo, cerrando un círculo perfecto en el cual quedan
ahogadas todas nuestras esperanzas.


. el retorno del islam a españa

C uando hablamos del “retorno del islam a España”


debemos evitar malos entendidos. Esa frase hace refe-
rencia a una situación precisa: tras el genocidio y la expulsión
perpetrado contra los musulmanes (como contra judíos, pro-
testantes y cristianos unitarios), el islam vuelve a ser practica-
do en el Estado español, tanto a causa de la inmigración como
a causa del creciente número de ciudadanos españoles que se
reconocen musulmanes.
Esta realidad encontró un reflejo en la legislación española
en la Constitución de 1978, y de un modo específico el 1989,
cuando el islam fue reconocido oficialmente como “religión
de notorio arraigo”, y en 1992, con la firma de un Acuerdo
de Cooperación entre el Estado y la Comisión Islámica de
España. Este Acuerdo fue realizado en el momento en que se
cumplían quinientos años de las Capitulaciones de Granada,
los pactos firmados por los Reyes católicos con los musulma-
nes españoles, por los cuales se garantizaba su libertad de
culto. Como es sabido, las Capitulaciones fueron incumplidas
de forma sangrante, dando paso al periodo más oscuro de la
historia de la Península Ibérica.
Es necesario recordar que la práctica del islam ha permane-


el isl a m en de mo c r ac ia

cido prohibida en nuestras tierras durante siglos, con lo cual


todo el mundo reconocerá el mencionado Acuerdo como
un hecho saludable: el fin de quinientos años de monopolio
religioso, de pensamiento único impuesto por la fuerza, y la
consiguiente recuperación de la libertad religiosa y de con-
ciencia que había caracterizado la España musulmana. El
retorno del islam a España no viene a abrir una herida zanjada
por el tiempo, sino la posibilidad de cerrar una herida abierta,
con la consiguiente recuperación de un pasado destruido por
la violencia y por el fuego.
Este hecho puede aportar nuevas luces a eso que los
intelectuales han llamado “la realidad histórica de España”.
Nos situamos ante la posibilidad de re-escribir la historia de
la Península desde el punto de vista del cruce de civilizaciones
y culturas, re-considerar nuestro pasado como expresión de
un pluralismo que siempre debió prevalecer en una tierra
situada como confluencia de los mundos. Estamos en un
momento privilegiado para revisar nuestra historia, para
superar toda tentación totalitaria y plantear un futuro donde
la convivencia entre diferentes religiones y concepciones del
mundo sea posible, lo cual nos exige el esfuerzo personal de
superar toda tentación de considerar nuestro camino como
el mejor o el único posible, de reconocer a todo el mundo
su derecho a elegir aquellos principios por los cuales quiere
guiar su vida.
Sin embargo, la situación de la libertad religiosa en España
dista de ser buena. La resistencia a dar cumplimiento al
mencionado Acuerdo por parte del Estado español tiene su
origen en la resistencia de los poderes que se beneficiaron
de ejercer el monopolio, y que miran la diversidad como un


El Retorno del Islam a España

peligro. Todos aquellos que abogamos por el reconocimiento


de la realidad plural de España, ya sea al nivel religioso o de
las diferentes nacionalidades, nos vemos enfrentados a la
misma persistencia de estructuras mentales que tienen que
ver con el Antiguo Régimen. El hecho de que estas corrientes
reaccionarias vinculadas al nacional-catolicismo tengan
tanta fuerza constituye un auténtico escándalo, la negación
de los principios del estado de derecho que deberían regir
entre todos los ciudadanos.
En el caso de los musulmanes, esto significa: dificultades
para abrir centros de culto, negación de espacios en cemen-
terios públicos, no conmemoración de festividades religiosas
islámicas, no regulación de la alimentación halal, negación
de la participación de los musulmanes en la gestión del
patrimonio de origen islámico, restricción del derecho a la
enseñanza del islam en las escuelas, y una general desaten-
ción de las instituciones hacia las necesidades religiosas de
este colectivo. Todo lo mencionado son derechos legítimos
de los ciudadanos musulmanes, mencionados como tales en
la Ley del Acuerdo de Cooperación, derechos que son
vulnera-dos una y otra vez por ayuntamientos, comunidades
autónomas y por todo el aparato del Estado.
La falta de cultura democrática en España es desoladora.
Hoy en día, los principios constitucionales de a-confesionali-
dad y de igualdad y no discriminación entre las religiones no
son respetados, aún siendo los pilares de la libertad religiosa.
La Iglesia Católica recibe ingentes cantidades de dinero,
salida de nuestros bolsillos, y goza de claros privilegios. Los
políticos acuden a actos religiosos católicos, en el ejercicio de
sus funciones públicas, y las Fuerzas Armadas siguen


el isl a m en de mo c r ac ia

celebrando festividades religiosas católicas, que discriminan


a los miembros de otras confesiones. Los ayuntamientos
financian la restauración y el mantenimiento de Iglesias,
mientras se niega ayuda y protección a las confesiones no
católicas.
Los ciudadanos de confesión musulmana tenemos muchos
motivos para quejarnos, y sin embargo somos señalados
constantemente como causa de problemas. Resulta curioso
que se llame constantemente a los inmigrantes musulmanes a
integrarse en la sociedad, a cumplir con sus deberes, mientras
el Estado y la sociedad en su conjunto se permiten vulnerar
de forma manifiesta sus derechos. Lo que me gustaría saber
es cuales son los deberes como ciudadanos que se supone no
cumplimos los musulmanes en España. Por el contrario, sé
muy bien cuales son los derechos que el estado actual de las
cosas no nos garantiza.


. el islam en la escuela: justificación

E l debate sobre la presencia del islam en las escuelas


ha saltado a la prensa. Las opiniones más disparatadas se
suceden. El miendo irracional a lo desconocido no permite
encarar el debate en su justa medida, dentro del esquema
básico de derechos y deberes que afectan a los musulmanes
como ciudadanos.
La Constitución Española se refiere a la religión como un
hecho positivo. Sobre la enseñanza, se reconoce este derecho
en el artículo 27.3: “los poderes públicos garantizan el derecho
que asiste a los padres para que sus hijos reciban la formación
religiosa y moral de acuerdo con sus convicciones”.
En relación al islam, este artículo fue desarrollado en el
Acuerdo de Cooperación firmado entre la Comisión Islámica
de España y el Estado, una ley aprobada por el Parlamento,
firmada por Su Majestad el Rey el año 1992, y que se desarrolla
en 1996 con el Convenio de Régimen Económico de los
Profesores en los Centros Docentes Públicos. El laicismo
agresivo contra el hecho religioso puede ser respetable como
corriente de opinión, pero queda fuera del ordenamiento
jurídico existente.
Otro principio constitucional básico es el de la igualdad


el isl a m en de mo c r ac ia

de todos los ciudadanos ante la ley. Dado que en estos


momentos la enseñanza de la religión católica es un hecho,
la no inclusión del islam en el sistema educativo vulnera
el principio de igualdad jurídica, sin discriminación por
motivos de raza, sexo o religión.
Al margen de las consideraciones legales, queremos
explicar brevemente nuestra postura sobre la enseñanza del
islam. Somos conscientes de que este es un tema polémico,
que suscita opiniones enconadas. Para que un debate serio
se produzca, debe conocerse la opinión de todas las partes
implicadas.
No somos partidarios de utilizar la escuela pública para
adoctrinar o hacer proselitismo. Tampoco para enseñar
los detalles de las prácticas rituales que se prescriben en el
islam. Estas deben ser aprendidas en el contexto familiar y
de la mezquita. La escuela pública debe cumplir la función
de integrar a las nuevas generaciones de inmigrantes de
confesión musulmana, ofreciéndoles un modelo del islam,
genuino y fiel a sus fuentes, el Qur’án y el ejemplo de conducta
del Profeta, pero acorde a la realidad en la que vivimos.
Nuestra intención es elaborar un currículo de enseñanza
en la que no haya cabida para las interpretaciones integristas.
En el texto del Convenio de 1996 se dice que a través de la
Enseñanza Religiosa Islámica, se pretende contribuir al
desarrollo f ísico, intelectual, afectivo, social y moral de los
alumnos, afirmando sus valores personales, familiares y
sociales convirtiendo en normas de conducta la fraternidad,
la solidaridad, la justicia y la libertad. El objetivo es guiar al
niño, sin la menor coacción, en su búsqueda de conocimiento
y en su investigación personal sobre lo espiritual.


El islam en la escuela: justificación

Los que se oponen a la enseñanza del islam parecen olvidar


que el sistema educativo es el instrumento más eficaz para
lograr una adecuada integración de los ciudadanos, en este
caso del colectivo de musulmanes en su conjunto, y muy
especialmente los hijos de inmigrantes.
Más allá de toda tentación retórica, se trata de abordar
una problemática existente. Debemos utilizar todos los
instrumentos del Estado de derecho para garantizar la
libertad de culto y de conciencia, siempre dentro de los pa-
rámetros que constituyen la base de nuestra democracia:
derechos humanos y sociales, derechos de las minorías,
igualdad de género, libertad de conciencia. En definitiva,
todos aquellos principios que garantizan la convivencia
pacífica entre los diferentes, evitando la creación de guetos o
subculturas al margen de la cultura dominante, lo cual genera
tensiones y puede llegar a desestabilizar la democracia. Ante
esta situación, el Estado tiene la obligación de favorecer la
integración de todos los colectivos que forman la sociedad,
potenciando todas aquellas corrientes que ofrezcan una
solución a los problemas que la sociedad plantea.
Se trata de ofrecer a los niños y niñas musulmanes una
visión del islam acorde con los principios de la democracia y
los valores que forman parte del patrimonio de todos los es-
pañoles. Teniendo bien claro que ello no significa reinterpre-
tar o modificar el islam sino profundizar en su conocimiento.
En el mensaje del Qur’án y en la tradición del profeta Muhám-
mad no hay nada que contradiga los postulados que defienden
los sistemas democráticos. La enseñanza es el mejor instru-
mento para luchar contra las interpretaciones patriarcales
o sectarias que proliferan en muchos países musulmanes, y


el isl a m en de mo c r ac ia

que llegan a España a través de las corrientes migratorias.


Los que se oponen a la enseñanza del islam no se dan
cuenta de que con ello la sociedad renunciaría a uno de los
instrumentos básicos de normalización e incidencia en el
desarrollo del islam en nuestro país. El islam es una de las
grandes tradiciones religiosas de la humanidad, seguida por
una cuerta parte del género humano. El problema básico
que debemos afrontar no es el islam, sino la ignorancia
e instrumentalización de la religión que realizan países
extranjeros. Si queremos erradicar el integrismo, la enseñanza
es imprescindible.


. el caso del imam de fuengirola

E l día 29 de noviembre del año 2004 ingresó en una


prisión española Mohamed Kamal Mustafá, imam de
la Mezquita Suhail de Fuengirola desde 1994, de la cual fue
liberado tres semanas después. El encarcelamiento se produjo
en aplicación de la sentencia dictada en enero por un juez de
Barcelona, quien condenó al imam a un año y tres meses de
prisión y a una multa 2.160 , por un delito de provocación a
la violencia por razón de sexo.
Para comprender todo lo que este asunto ha significado
para el islam en España es necesario remontarse al año 2000,
cuando la Casa del Libro Árabe de Barcelona imprimió
La mujer en el Islam. En el capítulo titulado Cuestiones
dudosas, su autor se pregunta “¿Tiene el hombre derecho a
pegar a su mujer?”. Afirmando este derecho en base a su
particular lectura del Qur’án, Kamal Mustafá da una serie
de detalles sobre las “limitaciones a la hora de recurrir al
castigo f ísico”:
“Nunca se debe pegar en situación de furia exacerbada
y ciega para evitar males mayores. No se deben golpear
las partes sensibles del cuerpo. Los golpes se han de


el isl a m en de mo c r ac ia

administrar a unas partes concretas del cuerpo como


los pies y las manos, debiendo utilizarse una vara no
demasiado gruesa, es decir ha de ser fina y ligera para
que no deje cicatrices o hematomas en el cuerpo. Los
golpes no han de ser fuertes y duros, porque la finalidad
es hacer sufrir psicológicamente y no humillar y maltratar
f ísicamente.”
la mujer en el islam, pág. 87

El caso pasó de la prensa a los tribunales cuando varias


asociaciones de defensa de la mujer y de los derechos
humanos interpusieron una querella contra el imam por
discriminación contra la mujer. En el juicio, Kamal Mustafá
afirmó una y otra vez que no se le podía juzgar por lo que
era “la doctrina del islam”, que él era “contrario a los malos
tratos”, y que tan sólo había tratado de “dulcificar” lo que el
Qur’án proclama. Se presentó como un “sabio modernista” y
un “defensor de los derechos de las mujeres”. Su explicación
sobre las “limitaciones a la hora de recurrir al castigo f ísico”
contra la mujer tienen como punto de partida su lectura de
una aleya del Qur’án donde se habla de la actitud por parte
del marido en caso de conflicto doméstico:
“… wa l-latî tajâfûna nushûçahunna fa’dzûhunna
wa ihÿurûhunna f î l-madâÿi’ wa idribûhunna.”
qur’án, surat 4, an-nisa’, aleya 34

Este pasaje ha sido objeto de innumerables exégesis e


interpretaciones a lo largo de la historia. El problema que nos
ocupa se origina en el carácter polisémico de la última palabra,
idribûhunna. Según numerosos autores, el verbo daraba en


El caso del imam de Fuengirola

este contexto significa “pegar, golpear”, con lo cual el Qur’án


estaría permitiendo, como último recurso, pegar a las esposas:
“A aquellas con las cuales tengáis una disputa,
amonestadlas; luego dejadlas solas en el lecho;
y pegadlas.”
Esta posibilidad es recogida por la mayoría de los
traductores del Qur’án a lenguas occidentales. En el caso de
Kamal Mustafá, al querer justificar y “vaciar de contenido”
el castigo f ísico mediante las mencionadas limitaciones, lo
ha transformado en un castigo psicológico-moral, sin darse
cuenta de que esto puede ser más grave.
En su defensa, trató en todo momento de convencer al juez
de su inocencia, con el argumento de que el islam permite
golpear a la mujer bajo las condiciones por él expuestas. En
apoyo de sus tesis, presentó testimonios de arabistas (no
musulmanes) y de textos jurídicos de los siglos x al xii. En
todo momento, su defensa se basó en la inculpación del islam
en su conjunto.
En estas circunstancias, hay que comprender la decisión
de diversos miembros de la comunidad islámica española
de declarar en contra de Kamal Mustafá, a petición de la
acusación. Un problema añadido estriba en que si el tribunal
hubiera absuelto al imam en base a las alegaciones de la
defensa, la jurisprudencia española habría aceptado que
el islam no es contrario a la violencia doméstica. En ese
momento, las asociaciones querellantes tendrían motivos
sobrados para llevar directamente al islam al banquillo de
los acusados. Entre los declarantes por parte de la acusación,
se presentaron destacados miembros de la comunidad


el isl a m en de mo c r ac ia

musulmana española, como Jadicha Candela, presidenta de


la Asociación an-Nisá, Maryam Cabezos, de la Asociación
Cultural Inshal-lâh, y Mehdi Flores, secretario de la feeri.
Estos musulmanes declararon que el islam es contrario a los
malos tratos, citando las fuentes autorizadas: el Qur’án y la
Sunna.
Según estos testimonios, y en relación a la aleya
mencionada (4:34), no puede hablarse de “maltratar” o “gol-
pear f ísicamente”. En todo caso, se trataría de “golpear” en
un sentido figurado: dar un golpe de efecto para propiciar
un cambio. Según los testigos, esta interpretación estaría
en concordancia con la Sunna de Muhámmad (sobre él la
paz), quien manifestó claramente su rechazo a toda forma de
violencia contra las mujeres. Así, el juez pudo oír los hadices
donde Muhámmad (sobre él la paz) afirma “No golpeéis a
las siervas de Al-lâh”, “El que pega a su mujer es el peor de
los hombres”, y “El mejor de entre vosotros es el que mejor
trata a su mujer”.
En diversas comparecencias, los musulmanes citados a
declarar por parte de la acusación explicaron que el verbo
daraba es eminentemente polisémico. En el Qur’án, daraba
aparece al menos con diez significados diferentes, que no son
sino algunos de los más de treinta significados de este verbo
árabe. Cuando los alfaquíes explican la manera de realizar las
abluciones (wudu), utilizan este verbo: “echar” (daraba) agua
sobre el rostro. Otros sentidos son: “imprimir” (moneda),
“multiplicar” (números), de “terminar” (un trabajo), etc.
Tal y como se puso de manifiesto en el juicio, no todos los
traductores traducen el verbo daraba, en la aleya 34 de la
surat an-Nisa, como “pegar” o uno de sus derivados. El saudí


El caso del imam de Fuengirola

Dr. Abdul Hamid Abu Sulayman, presidente del Internatio-


nal Institute of Islamic Thought y rector de la Universidad
Internacional Islámica de Malasia afirma en su artículo
‘Chastising Women: A Means to Resolve Marital Problems’:
“Una lectura correcta del término coránico daraba conmina
al marido a ‘separarse’ de la esposa, a ‘distanciarse’ de ella y
a ‘irse’ del domicilio conyugal”. Además, señala que cuando el
Qur’án habla de “golpear f ísicamente” utiliza el verbo jalada
(azotar), como al principio de surat an-Nur (castigo en caso
de adulterio).
Edip Yuksel —traductor del Qur’án al turco— afirma que
la traducción ‘pegadlas’ es errónea, y que debería traducirse
como ‘separaros’. Uno de los significados de daraba es el de
‘viajar’, ‘irse’, como en el propio Qur’án (3:156; 4:101; 38:44;
73:29; 2:273). Esta opinión es compartida por numerosos
autores, como Asma Barlas (‘Believing Women’, 2002),
Mohammed Abdul Malek (‘Does The Quran Sanction The
Beating of Women?’), Uzma Mazhar (‘Treatment of Wife’),
entre otros.
Esta lectura se ve reforzada por la aleya completa y la
siguiente. Hay que distanciarse un poco para ver el cuadro
completo. El conjunto puede ser entendido como sigue:
si tenéis problemas domésticos, en primer lugar tratar de
dialogar, con calma. Si esto no soluciona el problema, dejar a
vuestras mujeres solas en el lecho. En caso extremo, lo mejor
es separarse. Si están de acuerdo, en ningún caso busquéis
una excusa para injuriarlas. Buscad un árbitro para zanjar
vuestras disputas y formalizar el divorcio.
Esta traducción está en consonancia con otros pasajes
coránicos donde se trata el tema del divorcio:


el isl a m en de mo c r ac ia

“Un divorcio puede ser [revocado] dos veces, después


de lo cual, o bien se reanuda el matrimonio en forma
honorable, o se disuelve de buenas maneras.”
surat 2, al-baqara, 229

“Cuando habiendo divorciado a vuestras mujeres,


se acerque el fin de su período de espera, o bien las
retenéis en forma honorable o las dejáis ir de buenas
maneras. Pero no las retengáis contra su voluntad por
hacer[-les] daño: pues quien tal hace falta contra sí
mismo.”
surat 2, al-baqara, 231
“Si, habiéndoos casado con mujeres creyentes, las
divorciáis antes de haberlas tocado, no tenéis por qué
esperar, ni calcular, un período de espera para ellas: así
pues, proveedlas de lo necesario,
y dejadlas ir con delicadeza.”
surat 33, al-ahsab, 49

“Y si una mujer teme ser maltratada o abandonada


por su marido, no incurrirán en falta si ambos se
avienen a reconciliarse pacíficamente: pues lo mejor
es la reconciliación y el ánimo es siempre propenso al
egoísmo.”
surat 4, an-nisa, 128

En el caso de un conflicto doméstico grave, el Qur’án


recomienda “resolver las cosas de buenas maneras”, “sin hacer
daño” y “con delicadeza”. De ahí hasta “pegarlas” existe un
abismo, con lo cual esta traducción parece incongruente. No


El caso del imam de Fuengirola

podemos olvidar en ningún caso que la “regla de oro” para


interpretar el Qur’án es remitirse a otros pasajes del propio
Qur’án.
A la plausible traducción de wa idribûhunna como “(en
último extremo) separaros”, Ahmed Ali ofrece una alter-
nativa. En su traducción del Qur’án publicada por la Princeton
University Press (1988; pp. 78-79) traduce an-Nisa 34:
“As for women you feel are averse, talk to them suasively;
then leave them alone in bed (without molesting them)
and go to bed with them (when they are willing).”
Donde unos leen “pegadlas”, Ahmed Ali lee “iros a la
cama con ellas”. Es decir: hacer el amor. Esto puede parecer
una frivolidad, y sin embargo, Ahmed Ali se basa en dos
autoridades indiscutibles para justificar su traducción. La
primera es el gran comentarista coránico Zamakhsari. La
segunda autoridad es filológica: el Lisan al-Arab de Raghib.
Según este, el verbo daraba puede tener el significado
metafórico de “tener relaciones sexuales”. Raghib cita una
conocida expresión árabe donde daraba significa “tener
relaciones sexuales”: daraba al-fahl al-naqah: el camello
cubre a la camella. De entender daraba como “pegar”, se
supondría que entre los camellos existe la misma violencia
inhumana que entre los humanos, lo cual es falso. Raghib
da como ejemplo de este sentido sexual del verbo daraba
precisamente la aleya 34 de la surat an-Nisa (Al-Mufridat fi
Gharib al-Qur’an).
Estas traducciones (separarse/ hacer el amor / dar un golpe
de efecto) tienen la ventaja de no entrar en contradicción
con otros pasajes del Qur’án relativos al trato entre esposos,


el isl a m en de mo c r ac ia

de no chocar con el ejemplo de Muhámmad (saws) y con


las enseñanzas del islam en su conjunto. Sobre este tema,
Muhámmad (saws) fue tajante: “No golpeéis a las siervas de
Al-lâh”. No hay nada que añadir.
A partir de aquí, cada uno puede quedarse con la opinión
que mejor le parezca, que no es sino la que refleja su propio
estado de conciencia. La misión de los alfaquíes o los
estudiosos no es ‘sentar cátedra’ o ‘establecer dogmas’, sino
proponer una interpretación a los creyentes para que escojan
por si mismos. Para bien o para mal, Al-lâh nos ha creado
como criaturas responsables. Todos los musulmanes tienen
la obligación de estudiar fiqh por si mismos y escoger según
su razón y su conciencia entre las diferentes opciones que se
les presentan.
En su sentencia, el Magistrado Juez del caso, Juan Pedro
Yllanes Suárez, recogió la existencia de una pluralidad
de interpretaciones del Qur’án, con lo cual nadie puede
excusarse en el Libro de Al-lâh para justificar opiniones
contrarias a la legalidad vigente. Además, se hace referencia
a las conclusiones sobre la violencia doméstica del iii
Congreso de le Mujer Musulmana, celebrado en Córdoba en
marzo de 2002, en el sentido de que el maltrato f ísico o moral
está absolutamente proscrito en el islam. El juez afirma que
el libro La mujer en el Islam no es una exposición objetiva de
los principios del islam, como su autor pretendía, sino que
en él se vierten sus opiniones personales. En definitiva, el
veredicto descalifica la pretensión de Kamal Mustafá de ser
un “mero traductor” en base a la pluralidad interpretativa.
El proceso ha constituido un hito en el proceso de
“retorno del islam a al-Andalus”, una auténtica lección


El caso del imam de Fuengirola

para todos los implicados. Se trata de aceptar plenamente


la libertad religiosa dentro de una sociedad democrática,
lo cual afecta al modo de vivir y comprender el islam por
parte de los propios musulmanes. En la actualidad, existen
países e instituciones que tratan de imponer su monopolio
de la producción e interpretación del islam, y no aceptan
esta libertad. Durante estos años, muchos de los que hemos
participado en esta polémica posicionándonos en contra
del punto de vista del imam de Fuengirola hemos recibido
insultos (incluso amenazas) de otros musulmanes, aparte del
takfir (declaración de kufr) por parte del propio inculpado.
Todo este proceso nos lleva a reflexionar sobre conceptos
tales como “ortodoxia”, “interpretación”, “igualdad de género”,
“libertad” o “dogma”. Y, sobretodo, la obligación de todo
musulmán y musulmana a leer el Qur’án por si mismo, en la
medida de su propia capacidad y entendimiento.
Lo que los musulmanes españoles hemos recobrado es el
carácter abierto de la revelación frente a una interpretación
cosificada. Se trata de un caso paradigmático de lo que
puede significar para el islam el ser vivido en democracia,
sin un aparato represor que imponga las concepciones más
reaccionarias.
Desde la muerte del Profeta (saws), el islam histórico ha
vivido la tensión entre la libre interpretación y los intentos de
crear una ortodoxia. Por desgracia, muchos siguen pensando
que el musulmán y la musulmana deben absoluta obediencia
a las decisiones tomadas hace siglos por los grandes juristas
del islam. Este tipo de planteamiento niega toda posibilidad de
ejercer nuestra responsabilidad individual ante la Palabra de
Al-lâh, nos impide ejercer el mandato coránico de razonar y


el isl a m en de mo c r ac ia

tratar de comprender la revelación desde nosotros mismos.


Desde este punto de vista, resulta maravilloso darse
cuenta de cómo una sola aleya coránica puede dar pie a
“dos religiones diferentes”. Cada una de ellas se presenta con
una lógica aplastante, con un desarrollo interno coherente,
plagado de referencia al Qur’án, a los sabios tradicionalistas,
al ejemplo del profeta, que la paz sea con él. Una conduce al
patriarcado, la otra a una sociedad igualitaria. De todas las
visiones, la peor es aquella que no reconoce a las demás su
derecho a la existencia. Este es el criterio, esta es la Sunna
del Profeta: “Las diferencias de opinión son una misericordia
para la comunidad de los creyentes”.


. carta abierta al presidente del
tribunal islámico de zamfara

Bismil-lâhi ar-Rahmâni ar-Rahîm

Asalamu aleikum, hermano en el islam.

E n primer lugar es un honor dirigirme a ti, y decirte


que apreciamos vuestra lucha por el islam en Nigeria.
La noticia del triunfo electoral de los partidos islámicos fue
recibida con alegría por muchos en España. Pero el momento
de las felicitaciones ha pasado, y ahora nos vemos obligados
a expresarte una diferencia de criterio. Te escribo desde
Medina Sabora, una pequeña comunidad de musulmanes que
trabajamos en la actualización de nuestra memoria histórica.
Espero que el nombre de al-Andalus te haga receptivo a
nuestras inquietudes.
El motivo de esta carta es nuestro rechazo a la decisión
de lapidar a Safya Hussein. Nosotros no somos quien para
decirte lo que debes hacer, ni siquiera somos ulemas ni
expertos en jurisprudencia, sino simples creyentes que se
dirigen a ti —desde la convicción que compartimos en la
Misericordia del Altísimo— para darte una visión externa


el isl a m en de mo c r ac ia

de los acontecimientos. Tan sólo te pedimos que escuches


el razonamiento de unas gentes que ponen su corazón y su
intelecto en la difusión del islam en su tierra, con el permiso
de Al-lâh.
Debes saber que decisiones judiciales como éstas están
siendo utilizadas para divulgar una imagen terrible de nuestro
dîn, para negar su verdadero rostro. Dado que los medios de
comunicación escogen las imágenes que más convienen a
sus intereses, es comprensible que nuestros conciudadanos
se hagan una imagen falsa del islam, quedando velada
su dimensión humana y trascendente. La mayoría de los
occidentales piensan que el islam es cruel, y decisiones como
la tuya son difundidas a gran escala para confirmar esas
sospechas. ¿Acaso no te das cuenta de que les estás haciendo
el juego a los enemigos del islam, de que estás trabajando para
facilitarles su tarea de demonización de nuestro dîn? Con ello
estás poniendo en peligro todo un proyecto de comunidad
rectamente guiada, y dificultando la tarea de tus hermanos
musulmanes en muchos lugares del planeta.
Y ¿todo ello porque? Hemos buscado día y noche entre
las Palabras de Al-lâh el Altísimo, y no hemos encontrado
ni una coma que justifique la lapidación. Al-lâh no ha
decretado en el Qur’án ese castigo, sino que en caso de zina
(adulterio), como tú bien sabes, ha decretado el perdón si hay
arrepentimiento. Sin arrepentimiento el Qur’án habla de cien
azotes, en ningún caso de la lapidación.
Sabemos que ‘Umar Ibn al-Jattab (ra) estableció este
castigo años después de la muerte del Profeta —que la paz y
la salat de Al-lâh sean siempre con él. Conocemos la tradición
en la cual ‘Umar nos habla de lo imperioso de conservar ese


Carta abierta al presidente del Tribunal islámico de Zamfara

had (castigo límite). Sus motivos tendría, pero esos motivos


sin duda pertenecen a su tiempo. No quiero que pienses
que estoy hablando mal de ‘Umar Ibn al-Jattab, que Al-lâh
se complazca en él. Él era un hombre honrado, de entre los
mejores de los musulmanes, pero sus decisiones de gobierno
corresponden a un lugar y a un momento determinado, no
pueden extrapolarse sin caer en el anacronismo.
Muchos juristas posteriores se dieron cuenta de que esa
decisión no se correspondía en absoluto al mandato de Al-
lâh, pero lo aceptaron como un caso de Iytihâd, producto
de una reflexión jurídica concreta, tomada en un tiempo en
el cual el islam iniciaba su expansión vertiginosa. Dándose
cuanta de lo extremo del castigo, y una vez que la comunidad
islámica se asentó solidamente, los alfaquíes, aunque no
osaron anularlo, fueron conformando unas normativas que
hacían prácticamente imposible su aplicación.
Se dictaminó que para verificarse el adulterio debían
haber cuatro testigos presenciales, tal y como dice el Qur’án
(24: 3), que debían hallar a la pareja en el acto de adulterio.
Ninguno de esos cuatro testigos debía pertenecer a la familia
de los encausados, con lo cual en una pequeña comunidad
ya es casi imposible que se encuentren… Por si fuera poco,
dictaminaron que esos testigos debían pasar un hilo entre los
amantes para verificar sin género de dudas que la penetración
estaba produciéndose. Con estas premisas es prácticamente
imposible que el adulterio sea verificado. Así lo han entendido
los tradicionalistas, que han conformado la ley al rechazo que
nuestro amado Profeta —que la paz de Al-lâh y Su salat sean
sobre él— expresó claramente.
La posibilidad de la lapidación ha quedado, sin embargo,


el isl a m en de mo c r ac ia

en los tratados de jurisprudencia como una posibilidad


teórica, producto del Iytihâd realizado por ‘Umar ibn al-
Jattab. Es sin duda el peso de este nombre lo que hace que no
se haya anulado definitivamente. Es curioso que no tengamos
noticias de lapidaciones a lo largo de la historia del islam,
y que sea justo ahora, en el año 1422 después de la hégira
cuando nos veamos enfrentados a estos casos.
Conocemos el caso de Sofya Hussein tan sólo por la
prensa occidental. Ella ha tenido un niño y ha acusado a un
hombre de haberla violado. Se nos dice que esa mujer ha
sido condenada por no haber encontrado cuatro testigos
que corroborasen la violación. Se considera que al acudir al
tribunal ha confesado su delito. Pero en ningún caso se puede
confundir una acusación de violación con una confesión de
zina. Si esto es así, la dificultad que Al-lâh ha previsto para
corroborar la acusación de zina se habría vuelto en su contra.
Eso equivaldría a invertir el sentido que ha dado la sharia a la
necesidad de reunir cuatro testigos fidedignos: unas normas
dictadas para asegurar la protección de los seres humanos
son puestas del revés. La dificultad para verificar el adulterio
se vuelve dificultad para negarlo.
Escribo desde un pueblecito de al-Andalus, donde
tratamos de difundir el islam en castellano, con el permiso de
Al-lâh. Somos musulmanes nuevos, conversos provenientes
del cristianismo, del ateísmo o del agnosticismo. Todos
los días tenemos que escuchar como se demoniza al islam,
como se nos tilda de bárbaros y de no tener misericordia ni
siquiera para con nuestros propios hermanos. Los medios de
comunicación escupen día tras día sus mentiras, y debemos
ser conscientes de lo que se nos anuncia… ¿acaso no os dais


Carta abierta al presidente del Tribunal islámico de Zamfara

cuenta de que lo que está sucediendo es la preparación de un


genocidio? ¿Acaso queréis contribuir a ello?
Vivimos en un mundo globalizado, abierto. Vuestras de-
cisiones afectan al resto de la ummah, y no podéis permitir
que sean usadas para perseguir al islam. Estáis ayudando al
kufur con vuestra aplicación de una lectura completamente
anómala de la sharîa. Ponéis en peligro la propia continuidad
del islam en muchísimos países, justificando ante los ojos del
mundo la persecución. No hay nada que justifique mantener
la lapidación, más que un ejercicio de poder que no se
corresponde con la verdadera función de un juez, que es
restablecer una armonía rota en una comunidad concreta.
¿Qué podemos ofrecerles a nuestros amigos de la Argentina,
o de toda Sudamérica, que están mirando hacia el islam
como una alternativa para escapar a un sistema de valores
despiadado? ¿Acaso no estamos actuando con la misma
violencia que esos organismos internacionales encargados
de llevar el hambre a medio mundo para satisfacer los
intereses de las grandes corporaciones financieras? ¿Cuál es
la diferencia entre ellos y nosotros? Tenemos que demostrar
al mundo que el Misericordioso está de nuestro lado, que
la piedad es una obligación sin la cual el islam desaparece.
Vosotros decís que aplicáis la ley de Al-lâh, pero ¿acaso no
sabéis que “Al-lâh se ha aplicado a si mismo la Misericordia
como Ley”? ¿No conocéis el Qur’án? ¿Cuál es sino la fuente
de vuestras decisiones?
Debemos entre todos asumir el esfuerzo de ofrecer al
mundo una alternativa a la barbarie institucionalizada, al
mundo de la usura, de la depredación y la rapiña. Sabemos
que en Nigeria estáis siendo sometidos a una expoliación


el isl a m en de mo c r ac ia

constante de los recursos, que la Shell ha extraído miles de


barriles de petróleo dejando solo contaminación y muerte
para los habitantes de Nigeria. Sabemos que vuestra situación
es dif ícil y hacemos du’a para que Al-lâh os de la fortaleza
necesaria y el discernimiento para que el islam fructifique
como una bendición en vuestra tierra.
Desde occidente miramos hacia vosotros con la esperanza
puesta en la liberación de las naciones. Por eso nos alegramos
de que recuperéis el islam como modo de vida, un sistema
de valores ajeno a la depredación del mundo, en el cual el
hombre tiene una posibilidad de desarrollarse como hombre
y no como consumidor o fuerza de trabajo, y adorar a Al-
lâh en todas sus acciones. Tenéis la posibilidad inmensa de
construir una sociedad islámica, pero para ello debéis ser
prudentes, sabios, generosos, misericordiosos. No existe
islam sin las virtudes que adornaban al Profeta —que la paz
de Al-lâh, y Su salat, estén con él.
Por todo ello os pedimos que reflexionéis y apliquéis
estos principios a todas vuestras decisiones, os pedimos que
liberéis a Sofya Husseini, una mujer maltratada y que ahora
el islam debiera socorrer en su indigencia.
Que la paz de Al-lâh sea contigo, y su Misericordia os
ayude en la tarea de hacer del islam ese camino de luz que Al-
lâh ha querido para el hombre.


. los ilusos que salvaron a amina
lawal de morir lapidada

E n el último año hemos sufrido una avalancha de e-


mails sobre la amenaza de lapidación a Safiya Huseini y a
Amina Lawal, dos mujeres nigerianas. Es conocida la sentencia
absolutoria en ambos casos. Lo que no se sabe tanto es el
como y el porque de estas sentencias. Todos aquellos que se
rasgaban las vestiduras ante “la crueldad de la sharia” y tópicos
por el estilo, están ahora satisfechos y apalancados ante los
televisores. Satisfechos por creer que han contribuido con su
indignación a salvar a estas mujeres, y a la espera de que se les
señale el nuevo caso donde solidarizase, la nueva indignación
teledirigida que ha de despertar sus conciencias.
En un mundo donde las violaciones de derechos humanos
y la tortura consumadas y conocidas son tantas y tan
continuadas, resulta casi candorosa la indignación pública
ante dichas amenazas. ¿Por qué no una campaña contra
las detenciones sin derechos en los eeuu? ¿Por qué no una
campaña contra la tortura en Argelia, o contra los malos
tratos a los inmigrantes en España? ¿Por qué no una campaña
de solidaridad global en contra de la deuda externa y de la
usura? ¿Por qué a nadie le importa que la Shell hay extraído


el isl a m en de mo c r ac ia

petróleo por valor de 37.000 millones de dólares de Nigeria en


los últimos cincuenta años, dejando cadáveres de disidentes
y deltas empantanados de crudo, desolación y pobreza,
además de una deuda externa de 35.000 millones de dólares?
De Nigeria también nos llegan las noticias de laboratorios
de multinacionales farmacéuticas, donde se utilizaba a niños
como cobayas para experimentos. ¿Qué son los casos de
Safiya y de Amina ante semejante crimen?
El motivo de la importancia dada al caso de las mujeres
nigerianas tal vez esté en el sabor arcaico de la sentencia. La
lapidación es un método muy rudimentario de acabar con
una vida. Parecen mejor la horca o la silla eléctrica. Mejor
todavía la inyección letal, aséptica y sin drama. La lapidación
pertenece al ámbito de los castigos corporales, nos asusta
ver los cuerpos mutilados, destrozados por las piedras.
Presentimos el impacto de cada pedrada, el dolor insufrible,
la barbarie…
Es lógico que ante semejante oportunidad, se dirigiese
la atención pública hacia estos casos, orquestándose una
campaña de recogida de firmas. La movilización de las
masas internautas está de moda, y parece fácil recoger un
alto número de firmas para el caso que haga falta. Dicen las
crónicas que miles de hombres buenos rellenaron una ficha
con su nombre y picaron en la tecla “enviar” para salvar a las
mujeres condenadas.
La absolución de Safiya Huseini tuvo un efecto liberador
entre la comunidad de internautas solidarios: “¡Hemos
salvado a Safiya!” Una y otra vez este mensaje nos llegaba, a
nosotros, atónitos ante el triste espectáculo de las conciencias
autosatisfechas de su bondad y su ignorancia…


Los ilusos que salvaron a Amina Lawal de morir lapidada

¿Hemos salvado a Safiya, hemos salvado a Amina? Lo


ridículo de estas pretensiones da que pensar. Resulta poco
realista pensar que unos cientos o miles o incluso millones
de e-mails de extranjeros puedan tener incidencia alguna en
un juicio cualquiera de un país cualquiera. ¿Suelen actuar los
jueces en función del correo electrónico? ¿Es la “bandeja de
entrada” un instrumento de justicia? ¿Creemos de verdad que
miles de e-mails enviados desde Malasia a Bush pararían una
ejecución en Arkansas (donde gobiernan los demócratas)?
¿Acaso los defensores de Safiya y de Amina mostraron los
e-mails ante el juez y se defendieron con el argumento de
que los europeos consideran la lapidación como una práctica
salvaje?
No seamos ilusos. No han sido los e-mails de los
bienintencionados (y bien manipulados) internautas los que
han salvado a las mujeres nigerianas, sino el trabajo de una
serie de ong’s y grupos pro-derechos humanos que llevan
años trabajando sobre el terreno. Y no nos referimos a ong’s
extranjeras, con suntuosas sedes en países del primer mundo,
sino a grupos locales, alguno de ellos compuestos por mujeres
musulmanas.
En primer lugar, baobab for Women’s Human Rights.
A este grupo se le ocurrió la extraña idea de que el mejor
modo de salvar a alguien implicado en un juicio era ganarlo.
Al fin y al cabo, Safiya y Amina fueron condenadas por un
tribunal, y han tenido sus derechos, no como los miles de
musulmanes que permanecen detenidos en eeuu, no como
los inmigrantes considerados “ilegales” en la civilizada
Europa de los campos de concentración. También la
asociación Women Living Under Muslims Laws (wluml;


el isl a m en de mo c r ac ia

mujeres viviendo bajo leyes musulmanas), que trabaja


contra la tergiversación de la sharia, concienciando a la
población y a las mujeres para no aceptar como “leyes de
Al-lâh” algunas leyes creadas e impuestas por los hombres.
Frente al verdadero trabajo sobre el terreno de los hombres
y mujeres por Safiya y por Amina, la buena conciencia de los
“internautas solidarios” produce tristeza. Parecen contentarse
con poner su nombre en un formulario redactado por otros y
picar el botón de envío. Así se crean la ilusión de intervenir en
las noticias de actualidad que la prensa divulga sobre países
extranjeros. Ya que no pintan ni ayudan nada en sus países,
se crean la fantasía de mejorar las cosas fuera, en terrenos
inhóspitos y no civilizados.
Lo más triste del caso es que las organizaciones nigerianas
de derechos humanos hicieron un llamamiento para que
se parasen las campañas de envíos de e-mails. En la carta,
firmada por Ayesha Iman y Sindi Medar-Gould, se denuncia
la intoxicación mediática que se estaba produciendo,
explicando que la campaña de recogida de firmas era vista
en Nigeria como una “ingerencia extranjera”, y esto en un
país donde esta expresión significa colonialismo, robo del
petróleo, explotación y destrucción de su cultura y medio
ambiente. La campaña estaba creando un clima de rechazo
entre los musulmanes nigerianos, claramente en contra de
los intereses de las mujeres encausadas. Oídos sordos, la
campaña continúa.
Todo tiene su explicación. Se nos dice que este caso ha
hecho mucho daño a la imagen del islam en occidente. Las
imágenes se han difundido cientos de veces en cientos de
televisores, contribuyendo a confirmar ante muchos la


Los ilusos que salvaron a Amina Lawal de morir lapidada

imagen del islam como una religión salvaje. Esto se sabía,


estaba calculado. En realidad, si los medios de comunicación
y aquellos que los dirigen destacan casos tan extraños como
éstos, proponiéndolos como representativos de una
comunidad de mil quinientos millones de personas, es porque
tratan de esconder una realidad que les asusta. Nos referimos
al espíritu comunitario y de hermandad entre los musulmanes,
los vínculos persona a persona, más allá de las estructuras
corruptas del Estado, creando canales de asistencia a los
necesitados, organizando la resistencia a la colonización y la
barbarie que viene de occidente.
En un artículo publicado en la página web Rebelión,
titulado “¿Quién salvó a Amina Lawal?”, Octavio Hernández
contextualiza el avance del islam en relación a la desprotec-
ción social que sufren los nigerianos:
“Cuando nos horrorizamos por la aplicación de la
Sharia en Nigeria, deberíamos entender también que el
islamismo se ha convertido en una expresión de anti-
imperialismo, sustitutiva del panarabismo socialista
del cual es una perversión; deberíamos observar los
servicios sanitarios, educativos y sociales que prestan
las congregaciones islámicas y la solidaridad entre sus
fieles, frente a la liquidación de las políticas estatales
copiadas de países cristianos, como consecuencia de
la cooptación imperialista de sus Gobiernos en unas
democracias anuladas por el pretorianismo heredado
de la época colonial.”
Sí, deberíamos tratar de comprender lo que el islam ofrece
a los nigerianos y a otros pueblos oprimidos: su única salida


iniciación al islam

frente a la explotación y el desarraigo, una vida digna, donde


el ser humano no sea una mera “fuerza de trabajo” sino
una criatura de Al-lâh en un mundo sagrado. Integración
del hombre en la naturaleza, reestablecimiento de los
vínculos persona a persona, recuperación de una dimensión
trascendente para todos nuestros actos… El problema es
que ver de cerca estos asuntos conduce inevitablemente
a despertar la simpatía hacia la causa del islam en el tercer
mundo, lo cual no parece interesar a las multinacionales de
la solidaridad.
Para terminar, la pregunta del millón (de e-mails): si las
ongs implicadas sobre el terreno en su defensa realizaron un
llamamiento para parar el envío de e-mails por considerarlo
perjudicial para Safiya y Amina… ¿por qué la campaña siguió
adelante? La respuesta no parece fácil. En un principio, se
achacó a Amnistía Internacional dicha campaña, pero AI
se ha desentendido: aunque en un principio sí parece haber
estado tras la popularización del caso, ella no movilizó a
los internautas solidarios. ¿Quién lo hizo? Desde Amnistía
Internacional se habla de que la sección española de la
organización “va por libre”. ¡Que alguien nos lo aclare!
Lo triste de este caso no son ni Safiya y Amina (al fin y
al cabo, ellas tiene su islam, al cual se han aferrado en los
momentos dif íciles), ni los malentendidos que pueda generar
ninguna multinacional de la solidaridad, sino las almas
cándidas de aquellos que creen haberlas salvado enviando
un e-mail… La realidad es que los “internautas solidarios”
han actuado como correa de transmisión del racismo, del
etnocentrismo y del colonialismo.


. la islamofobia es el fascismo
del siglo xxi

E l 7 de diciembre del 2004, el Secretario General de


Naciones Unidas Kofi Annan inauguró un seminario
realizado en la sede de la onu en Nueva York con las
siguientes palabras:
“Cuando una nueva palabra entra al lenguaje, con
frecuencia es el resultado de un avance científico o de
una moda divertida, pero cuando el mundo es obligado
a acuñar un nuevo término para tomar nota de un
fanatismo cada vez más generalizado, entonces se trata
de un acontecimiento triste y preocupante. Como es
el caso de islamofobia. Los principios del islam son
frecuentemente distorsionados y sacados de contexto y
se toman actos o prácticas particulares para representar
o simbolizar una fe rica y compleja. Algunos afirman
que el islam es incompatible con la democracia o que es
irrevocablemente hostil a la modernidad y a los derechos
de las mujeres. Y en demasiados círculos se permiten
las declaraciones denigrantes sobre los musulmanes sin
ninguna censura, con el resultado de que el prejuicio
adquiere un barniz de aceptabilidad”.


iniciación al islam

Annan hizo un llamamiento al mundo para combatir la


islamofobia, una de las peores lacras del presente, que afecta
especialmente a los países llamados “democráticos”. No hay
para menos. El problema de la islamofobia es una realidad
acuciante en países como eeuu, Francia, Alemania, Holanda,
Bélgica o España. En todos ellos se han vivido ataques
contra musulmanes por el simple hecho de serlo, como
representantes de ese “otro” que no se acepta en el “propio”
territorio.
La marea fascista crece al amparo de las instituciones,
demasiado preocupadas en luchar contra un hipotético
integrismo islámico como para darse cuenta de que el
problema más acuciante de occidente es la islamofobia. Al fin
y al cabo, los nazis eran europeos, ciudadanos completamente
integrados en sus sociedades, mientras que el islam es una
cosa de extranjeros… Y ya se sabe que, para el ciudadano de
la metrópoli, extranjero es sinónimo de bárbaro.
Por desgracia, la islamofobia no es solo visible en las
numerosas páginas de Internet de grupos neo-nazis, o en
exabruptos como los de Oriana Falacci. Los periódicos
mayoritarios están llenos, día a día, de frases insultantes hacia
el islam y los musulmanes, a los cuales se trata de presentar
como un colectivo proclive al extremismo.
Ante las continuas manifestaciones anti-islámicas que
aparecen en los medios de comunicación mayoritarios, las
perspectivas no pueden ser más sombrías. Todo sitúa a los
musulmanes/as como las victimas propiciatorias del nuevo
fanatismo que recorre Europa.
Como muestra, las columnas de Gabriel Albiac, Cesar Vi-
dal, Jaime Capmany, Seraf ín Fanjul, y algunos nostálgicos de


La islamofobia es el fascismo del siglo xxi

Santiago y cierra España. Estos autores tratan una y otra vez


de mostrar a sus lectores que el islam como un todo es una
religión fanática y cuya tendencia hacia el totalitarismo lo
hace refractario a la integración, además de ser peligroso para
el resto de la sociedad. Una amenaza latente, se nos dice.
En esta línea se sitúan los artículos de Antonio Elorza,
quien una y otra vez insiste en considerar a los terroristas
como “musulmanes ortodoxos”, y en afirmar que el profeta
Muhámmad (saws) cometió “crímenes contra la humanidad”
(Yihad en Madrid, El País, 18-03-2004).
Todo un Premio Nacional de Periodismo (1983), Martín
Prieto, escribe:
“El Qur’án es también un código civil y contempla a
las mujeres como un grado menos que los hombres.
Pequeñas bestias reproductoras y azotables por su
desobediencia al varón.”
del menstruo, el mundo 13/11/04
Tras el 11-s, Federico Jimenez Losantos despotricaba en
El Mundo contra aquellos que distinguen entre “islam y
terrorismo”. A Federico no le van las sutilezas:
“Pues no, no y no. Tiene muchísimo que ver el na-
cionalismo con eta, el Gulag con el comunismo y el
Islam con el terror. Nos matarán pero no nos engañarán.”
(Islam y terror)
En una entrevista on-line, Jimenez Losantos responde
categóricamente a la pregunta maliciosa: ¿Prohibirías la
práctica del islam por ser una religión que no respeta muchos
principios de nuestro Estado de Derecho?


el isl a m en de mo c r ac ia

“La práctica que incluya la lucha contra nuestra seguridad


y nuestras libertades, desde luego que la prohibiría.”
En esta línea se sitúa la serie de artículos firmados por Luis
María Ansón, director de La Razón:
“A la vista de estos textos que colisiona con nuestra
Constitución y en los que se establece la discriminación
por razón de sexo y el derecho a la violencia doméstica
contra la mujer, cabe preguntarse por qué el Gobierno
socialista pretende subvencionar en las escuelas públicas
españolas la enseñanza de la religión coránica.” (El Corán
y la Constitución Español, La Razón — 12/09/2004)
La pregunta sobre la constitucionalidad del islam ha sido
contestada de manera categórica por muchos “formadores
de opinión”:

“La incompatibilidad del islam con el sistema


Constitucional Democrático de Derecho español es
amplia y profunda.”
álvaro de juana (la razón, 01/12/04)

Para José Martínez- Abarca la cosa no puede ser más


simple:
“O Ley o Islam: o hay Islam o hay Derechos del
Ciudadano. O hay Islam o hay Constitución. O hay
Islam o hay civilización occidental. No puede convivir el
Islam y la ley.” (Ley o Islam, La Razón — 12/09/2004).
Citamos a estos autores por no tratarse de locos marginales
ni considerados comúnmente como fanáticos peligrosos,


La islamofobia es el fascismo del siglo xxi

sino creadores de opinión y catedráticos dignos de respeto,


lo cual significa que sus opiniones calan en la sociedad. Este
tipo de opiniones conduce al actual clima de tensión social en
el cual los musulmanes están acorralados.
Uno de las características más destacables de la islamofobia
es su intento de presentar la compleja situación de los mil
doscientos millones de musulmanes de un modo monocorde,
como si todos los musulmanes fueran cortados por el mismo
patrón imaginario, independientemente de la diversidad de
sus culturas. Es habitual oír afirmaciones maximalistas que
dif ícilmente pueden aplicarse a los musulmanes de países
tan diferentes como Yemen, Indonesia, Brasil, Malawi,
eeuu, Francia, Japón, India, Sudán, Mauritania, Uzbekistán,
Malasia, Sudáfrica, Chad, Chechenia…y tantos otros.
Una muestra de este tipo de comentarios nos la ofrece
Jerónimo Páez en El País del día 9 de julio, en un artículo
titulado Islam. Teocracia o democracia:
“Occidente deviene multicultural y el mundo islámico
monocultural. El islamismo radical se está convirtiendo
en la ideología dominante. Puede afirmarse que quienes
propugnan una sociedad democrática y liberal son una
minoría entre la población musulmana, ampliamente
solidaria con Bin Laden y, con frecuencia, violentamente
antiamericana y antioccidental.”
Decir que el mundo islámico deviene más monocultural es
una falsedad evidente. La diversidad de formas y visiones que
adopta el islam en el mundo es arrolladora, incluso dentro
de los propios países de mayoría musulmana. Sin embargo,
reconocer esto exigiría abandonar los análisis maximalistas


el isl a m en de mo c r ac ia

que facilitan la identificación del barbado integrista de la


prensa con el ciudadano musulmán que vive en Noruega. Y si
no se lo puede identificar, no se lo puede juzgar y discriminar
por lo que el otro haga.
Tampoco es cierto que el islamismo radical se esté con-
virtiendo en la ideología dominante, ni mucho menos que
la población musulmana sea ampliamente solidaria de Bin
Laden. En realidad, según creen muchos musulmanes desde
España hasta Indonesia, este tipejo es un agente de la cia.
¿Son los musulmanes que apoyan la democracia una minoría?
Afirmaciones como esta deben respaldarse con datos. Según
una encuesta realizada por el Pew Center de Madeleine
Albright el año 2002, la democracia es el sistema de gobierno
más apreciado entre los musulmanes de todo el mundo.
Además, las estadísticas nos dicen que la gran mayoría
de los musulmanes del mundo viven en países donde existe
un sistema democrático, con una democracia más o menos
consolidada, más o menos militarizada. Un dato curioso,
que puede funcionar como una regla: mientras más pro-
occidentales son considerados, menos demócratas son. Una
lástima que el director de El legado Andalusí se pierda en
este tipo de análisis. En vez de defender el islam como parte
integrante de la cultura española, Páez utiliza la tribuna de El
País para sembrar ideas que van en contra de la supervivencia
del legado.
Otro de los elementos más recurrentes de la islamofobia
es el tratar de identificar al islam con amenazas conocidas.
Un caso extremo nos lo ofrece el artículo titulado “El
antisemitismo”, de un tal Adolfo García Ortega, publicado en
El País el 9 de junio, y donde leemos lo siguiente:


La islamofobia es el fascismo del siglo xxi

“El antisemitismo árabe no tiene disimulo, es motivo de


orgullo en los países árabes. Este discurso emparenta al
neonazi francés o español (que al lado del odio musulmán
casi produce ternura) con la variante de los mismos que
serían las grandes masas de jóvenes islámicos que en
París, en Londres, en Roma o en Madrid van alentando
y exhibiendo un odio radical a los judíos… La xenofobia
feroz y sangrienta que los musulmanes aplican contra
los judíos. [Musulmanes] cuya única obsesión no es salir
de su pobreza, sino alcanzar la salvación por el odio y la
muerte, como bien predica la yihad coránica.”

Según esto, los musulmanes son los nuevos nazis, y el


Qur’án predica la salvación por el odio y por la muerte…
No importa que los árabes sean semitas; no importa que el
Qur’án hable del yihad para preservar iglesias y sinagogas;
no importa que sean los propios musulmanes las víctimas
de una política de exclusión social sistemática; no importa
que los movimientos neo-nazis tengan al islam como su
enemigo declarado, y que la islamofobia sea la forma que el
antisemitismo ha adoptado en el siglo xxi… Para nuestro
articulista, la culpa de todo es de los musulmanes, como en
otro tiempo fue de los judíos. Los musulmanes europeos
son presentados como hordas de fanáticos que se preparan
para matar judíos para alcanzar la salvación, tal y como el
Qur’án predica. Aquí se ve como la denuncia del presunto
antisemitismo de los musulmanes es una tapadera.
A este tipo de artículos se les puede aplicar el comentario
de A. Taleb sobre La rabia y el orgullo, aparecido en Le
Monde:


el isl a m en de mo c r ac ia

“Si cogiésemos la obra de Fallaci y sustituyésemos la


palabra musulmán por la palabra judío, tendríamos un
renacimiento de la literatura antisemita de los años 30.”
Es decir, que en nombre de la lucha contra el antisemitismo
se propaga el antisemitismo. Al final, Adolfo García Ortega
no se corta y proclama abiertamente:
“El islam puede ocupar el mismo papel desestabilizador
que el cristianismo primigenio en la época del Imperio
Romano, y representar así un peligro latente.”
La islamofobia parece constituir una obsesión para los
pensadores del fascismo posmoderno. En una entrevista
que puede leerse en la página web de la Fundación Gustavo
Bueno, el bueno de Gustavo no se corta:
“Hay que atacar las bases mismas del Islam.”
Y, hablando de los atentados del 11 de septiembre:
“Es la revelación. Es Mahoma. Es el fanatismo.”
Entre los musulmanes europeos existe miedo, mucho
miedo. Resulta de un cinismo estremecedor las proclamas
de aquellos que acusan a los musulmanes de “no integrarse”
mientras se les niegan sus mínimos derechos. ¿Cómo va a
integrarse alguien cuya libertad religiosa está constantemente
en entredicho? ¿Vamos a integrarnos en una sociedad que
constantemente nos insulta y demoniza? ¿Dónde vamos a
integrarnos los miles de musulmanes españoles?
Como en otros tiempos el antisemitismo de las clases
intelectuales preparó el genocidio de los judíos en Europa, la
manifiesta hostilidad hacia el islam de numerosos creadores


La islamofobia es el fascismo del siglo xxi

de opinión está sembrando la violencia de mañana. Actual-


mente se están creando las condiciones —tanto legales
como intelectuales— que pueden desembocar en el futuro
genocidio de los musulmanes/as. Y yo como Roberto Benin-
gni, haciéndole gracias a mi niña.


. la utilización política de la
islamofobia

durante los días 11-13 de noviembre de 2004 se


celebró en barcelona un “seminario sobre la
difamación de las religiones en el marco del
combate global contra la discriminación:
antisemitismo, cristianofobia e islamofobia”,
convocado por el relator especial de las naciones
unidas contra el racismo, sr. dodou diène. lo
que sigue es la intervención de abdennur prado,
en representación de la comisión islámica de
españa por parte de la feeri. esta intervención se
produjo en el marco de los debates que siguieron
a la presentación de informes, y no constituye
una ponencia previamente escrita .

D istinguido sr. dodou Diène, Relator Especial de


las Naciones Unidas sobre formas contemporáneas de
racismo, discriminación racial y xenofobia.
Durante la jornada de ayer se habló de la instrumentalización
política del anti-semitismo. Toda crítica a las violaciones
de los derechos de los palestinos se confunde, de manera
interesada, con un ataque anti-semita. Tal y como denunció


La utilización política de la islamofobia

valientemente el Sr. Michel Warschawsky, el informe


elaborado por el Centro Simon Wisenthal señala como actos
anti-semitas cualquier crítica al gobierno de Sharon. Con
esto, se trata de manipular los datos para crear en la población
israelí un sentimiento victimista. Tal y como señaló Esther
Benbassa, el antisemitismo ha reforzado la construcción de
una identidad judía asociada al Estado de Israel, como tierra
de refugio. Desde esta perspectiva, se puede comprender el
interés de algunos por fomentar el antisemitismo. Esta es
una práctica perversa, en la cual intereses políticos concretos
dificultan la verdadera lucha contra el odio racial y el
antisemitismo, y hacen pasar como antisemitas a numerosos
colectivos pro derechos humanos, que trabajan por una paz
justa en Palestina.
En el mundo islámico, también la religión y los sen-
timientos victimistas son muchas veces monitorizados, y
puestos al servicio de causas partidistas. En ambos casos,
nos encontramos con que la denuncia del “racismo del
otro” tiende a transformarse en una declaración de odio
hacia los diferentes. Así, la denuncia de la islamofobia
puede conducir a la cristianofobia, del mismo modo que la
denuncia del antisemitismo puede alimentar la islamofobia.
En todos estos casos, los intereses políticos de grupos muy
concretos dificultan enormemente la lucha contra el racismo
y las diferentes formas de discriminación que sufre el ser
humano.
Por mi parte, quisiera referirme a un fenómeno paralelo
que viene sucediendo en España y otros países europeos. Se
trata de la instrumentalización de la islamofobia con fines
electoralistas. Este es un problema grave, ya que nos sitúa ante


el isl a m en de mo c r ac ia

una evidencia dolorosa. A principios del siglo xxi, debemos


constatar el fracaso de las instituciones democráticas a la
hora de garantizar los derechos de las minorías.
Como ejemplo, quiero referirme a lo sucedido hace apenas
unos días aquí en Catalunya, a unos kilómetros de distancia de
donde nos hayamos reunidos. Las sesiones de este seminario
fueron inauguradas por el Señor Vallés, Conseller de Justicia
de la Generalitat de Catalunya, quien nos habló de Catalunya
como tierra de acogida. Las leyes del Estado español recono-
cen la libertad religiosa y de conciencia. Esto hace pensar que
vivimos en un océano de paz, donde la diversidad religiosa
y de costumbres es aceptada con normalidad. Sin embargo,
la realidad es otra. En Santa Coloma de Gramanet, localidad
vecina a Barcelona, y en este mismo mes de Ramadán que
ahora termina, un grupo de vecinos han logrado que un
Ayuntamiento democrático cierre una Mezquita, una sala de
oración que había logrado todos los permisos previos para
su apertura. Las protestas contra la Mezquita han sido muy
ruidosas. Cada atardecer, a la hora de la oración de ruptura
del ayuno, un grupo de cerca de un centenar de vecinos ha
tratado de dificultar la oración, con pancartas, gritos racistas,
cacerolas y bocinas. El ruido era brutal. Estas manifestaciones
islamofobas obtuvieron el permiso del Ayuntamiento para
celebrarse, quien ha acabado cediendo a las presiones xenó-
fobas de los vecinos. La Mezquita ha sido cerrada, sin que
ningún organismo —ni de la Generalitat ni del Estado
español— se haya manifestado en contra, ni se hayan tomado
medidas judiciales para garantizar la libertad de culto. Los
únicos apoyos recibidos por los musulmanes vinieron de
asociaciones pro-derechos humanos y de organizaciones


La utilización política de la islamofobia

cristianas de base como la Asociación Oscar Romero.


Lo que pretendemos resaltar es lo siguiente: de cómo
un Ayuntamiento elegido democráticamente cede ante la
islamofobia por cálculos electoralistas. Al fin y al cabo, los
musulmanes son pocos y con mala prensa, su peso electoral
es insignificante. Se pueden vulnerar sus mínimos derechos
con impunidad, sin que sus quejas ni su voz lleguen a los
medios de comunicación. Por desgracia, este no es un caso
aislado. En los últimos años, hemos asistido a casos similares
en Almería, Arenys de Mar o Reus, entre otras ciudades
españolas. En estos momentos, existen problemas parecidos
para abrir mezquitas en Ávila y Sevilla.
Con todo esto, queremos constatar el fracaso del ordena-
miento jurídico actual para combatir la islamofobia. Debemos
ser conscientes de que la islamofobia, alentada desde los me-
dios de comunicación de forma despiadada, posee un po-
tencial electoral enorme. Esto constituye una auténtica ame-
naza para la democracia. Hace ya años asistimos al resurgir
de movimientos políticos de extrema derecha que manipu-
lan los miedos y recelos que la inmigración genera entre al-
gunos ciudadanos. La Liga Norte en Italia, el fn en Francia,
el Partido de Pim Fortuny en Holanda, entre otros, constitu-
yen fuerzas políticas que tiene su origen ideológico en los mo-
vimientos fascistas del siglo xx. No podemos olvidar que el
régimen nazi surgió en la Alemania de los años 30, tras unas
elecciones generales en las que obtuvo poco más del 30 de
los votos, y con el apoyo de partidos supuestamente democrá-
ticos. En Austria y en Italia, partidos abiertamente xenófobos
forman parte de coaliciones de gobierno. En España, existe
un amplio movimiento de grupos neo-nazis que actúan con


el isl a m en de mo c r ac ia

cierta impunidad, llamando al genocidio de los musulmanes


desde internet.
La presencia en alza de estos movimientos en Europa
constituye una realidad, así como el sustrato popular de los
mismos. En las últimas semanas, y a raíz del asesinato de
Theo Van Gogh, hemos visto el surgimiento de un brote de
islamofobia en Holanda, con violentos ataques a Mezquitas
y centros islámicos, incluyendo el incendio de un colegio
musulmán. Sin una intervención decidida por parte de los
gobiernos europeos a favor de la libertad religiosa y los
derechos de las minorías, situaciones como estas podrían
repetirse. Por desgracia, no siempre los políticos están a la
altura de las circunstancias. El actual brote anti-islámico en
Holanda vino precedido por unas declaraciones del Ministro
del Interior, quien afirmó de forma irresponsable que “el
yihad ha entrado en Holanda”.
Ante la evidencia de este peligro, señalar a las comunidades
árabo-musulmanas como esencialmente antisemitas es no
solo una falsedad, sino un intento de desviar la atención del
verdadero problema. La amenaza para la democracia no se
sitúa en el sentimiento pro-palestino y anti-sionista. Con esto,
queremos poner la atención de este comité de expertos ante
un fenómeno preocupante. En ocasiones, nos damos cuenta
de que la lucha contra el antisemitismo puede contribuir a
fomentar la islamofobia, como cuando se señala a los árabo-
musulmanes de los suburbios en general como antisemitas.
Del mismo modo, la denuncia de la islamofobia pude en-
turbiarse de connotaciones anti-semitas, como cuando se
señala a “la prensa judía” como origen de la islamofobia. Esto
constituye un grave error, que debemos esforzarnos por evitar.


La utilización política de la islamofobia

Para combatir este fenómeno, sugiero al Sr. Relator de las


Naciones Unidas que se potencie el tratamiento conjunto
de ambos temas. La islamofobia y el anti-semitismo no
son algo diferente, sino dos aspectos del mismo fenómeno.
Separar uno del otro y tratar de jerarquizar el odio puede ser
contraproducente. Desde un punto de vista universalista,
debemos ver el odio contra las religiones como un fenómeno
unitario, incluido el de cierto laicismo agresivo contra el
hecho religioso. Sugiero que toda campaña que se emprenda
para afrontar uno de estos “odios anti-religiosos” tenga en
cuenta el otro. Solo así el combate global contra el racismo se
superpondrá a todo intento de instrumentalización política
sectaria.
Si nos referimos al caso europeo, no hay duda de que la
verdadera amenaza proviene de la islamofobia. No porque la
islamofobia sea peor, sino porque es la manifestación actual
del antisemitismo. Si buscamos en las hemerotecas, nos
damos cuenta de que los argumentos de la extrema derecha
actual contra el islam y los musulmanes son calcados de los
argumentos utilizados contra los judíos durante las primeras
décadas del siglo xx. En ambos casos, se trata del “otro
inasimilable”, que pone en peligro las identidades nacionales.
La islamofobia es el fascismo del siglo xxi.
Esta es la idea que quisiéramos aportar a este seminario:
no podemos combatir el antisemitismo sin combatir la
islamofobia, pues se trata del mismo fenómeno con rostro
nuevo. Sugiero al Sr. Relator que incluya en su informe
la necesidad de que las Naciones Unidas presionen a los
gobiernos democráticos. A estas alturas, no es solo aconsejable
sino imprescindible una campaña en profundidad contra


el isl a m en de mo c r ac ia

la islamofobia y el antisemitismo, que tienda a sensibilizar


a la opinión pública sobre el peligro que representa para la
democracia. Del mismo modo, sugerimos a las Naciones
Unidas que presionen a los gobiernos europeos para que
elaboren leyes que eviten la instrumentalización política de
la islamofobia, comprometiendo a los partidos democráticos
a evitar su utilización electoral.


. el “antisemitismo no racista” de
alain finkielkraut

L a argumentación desarrollada por Alain Finkielkraut


en su ensayo En el nombre del Otro (ed. Seix Barral) puede
parecer extraña: el nazismo provocó en Europa una reacción
antirracista, que ahora se dirige contra los judíos.
La mala conciencia europea por las cámaras de gas se ha
volcado en la defensa del Otro, en la solidaridad hacia las
minorías y los oprimidos. A esta mala conciencia se añade
la culpa por la colonización. Todo lo que implica desprecio
del Otro y de sus diferencias es tachado de racismo. En estas
circunstancias, y frente a un Estado confesional judío como
es Israel, acusado en la Conferencia de Durban del 2001 de
practicar el apartheid, el humanitarismo europeo tiende a
solidarizarse con los palestinos. Nos encontramos, entonces,
que un sentimiento positivo surgido como rechazo del pasa-
do antisemita europeo, es descrito como una nueva forma de
antisemitismo.
Los eeuu permanecerían al margen de este fenómeno, por
lo siguiente: dado que el genocidio de los judíos no sucedió
en su tierra, ellos son sólo vencedores, sin mala conciencia.
Por tanto, en los eeuu el “nunca más” no ha resultado en


el isl a m en de mo c r ac ia

un sentimiento de solidaridad para con el Otro tan acusado.


Por ello, los norteamericanos son de derechas y no tienen
problemas de conciencia a la hora de invadir países en
nombre de la democracia.
En resumen (según Finkielkraut), el antisionismo de la
izquierda europea es el nuevo antisemitismo, oculto tras
los velos de la solidaridad para con los palestinos. Así pues,
la Bestia no es ya el racismo manifiesto de la ultraderecha,
sino el anti-racismo de todos aquellos que defienden a los
oprimidos, luchan contra la exclusión social, por la justicia
global y los derechos de los inmigrantes… todo aquello que
constituye la base del movimiento altermundista deviene
antisemita.
Finkielkraut lo dice explícitamente: cuando Chirac derrotó
a Le Pen en las presidenciales, él no fue “de los que bailaron
de alegría”. Votó contra Le Pen, pero con un sentimiento
de prevención hacia la buena conciencia y el espíritu
universalista que ocupó el espacio público. El peligro, según
dice, no está entre los que proclaman el lema “Francia para los
franceses”, sino entre aquellos que combaten el racismo. En
una entrevista publicada en el Diario La Nación (4 de enero
2004), admite la paradoja de que el nuevo antisemitismo
“tiene un lenguaje antirracista. No se trata de presentar a los
judíos como una raza, sino de presentarlos como racistas”.
En este punto, vale la pena citar las palabras de Chaim
Weizmann, primer presidente de Israel: “El destino de unos
cuantos cientos de miles de negros en la patria judía es un
asunto sin mayores consecuencias”.
O las de Menahim Begin “Los Palestinos son bestias
sobre dos patas”, discurso al Parlamento, citado en Amnon


El “antisemitismo no racista” de Alain Finkielkraut

Kapeliouk, Begin y las ‘Bestias’, New Statesman, 25 de Junio


de 1982.
O las de Ariel Sharon, entrevistado por Amos Oz en 1982:
“Si nuestros padres, en vez de escribir obras sobre el amor al
género humano, hubiesen venido aquí y hubiesen masacrado a
seis millones de árabes, o incluso nada más que un milloncillo
(…) hoy nos encontraríamos aquí un pueblo de veinte,
veinticinco millones de habitantes”.
Estas son tres citas entre muchas. Si cualquiera de estas
declaraciones hubiese sido pronunciada por un árabo-
musulmán y se refiriesen a los israelíes en vez de a los
palestinos… entonces todo el mundo recordaría a Hitler y
los campos de exterminio. Sin embargo, calificar de racista
la política de Israel (que no a los judíos como tales) es para
Finkielkraut “una situación terrible, ya que los judíos son
acusados de lo que ellos mismos consideran lo peor”. Para
los musulmanes también es una situación terrible verse
calificados de racistas.
Esta contradicción condujo a Tariq Ramadán a escribir
su artículo “Pensadores comunitaristas”, donde acusaba a
Finkielkraut, Henri-Levi, Glukssman y otros, de cambiar su
discurso en lo que respecta al estado de Israel. ¿Porqué lo
que es denunciado como un “crimen contra la humanidad”
cuando se habla de la política rusa en Chechenia, es
comprendido y hasta justificado al hablar de Israel? Según
Tariq Ramadán, estos autores actúan movidos por un
sentimiento “comunitarista” que les ciega, y no les permite
mirar objetivamente el caso. Escriben como “judíos” y no
como intelectuales comprometidos con la consecución de la
justicia. Fue acusado, faltaría más, de antisemita… (Pienso

el isl a m en de mo c r ac ia

que Tariq Ramadán hierra su análisis, pues no contempla el


móvil financiero).
La solución propuesta por Finkielkraut para acabar
con el “antisemitismo de la solidaridad” es simple. Los
europeos deberían mantener su sentimiento de culpa hacia
los judíos, pero no hacerlo extensivo hacia la humanidad
en su conjunto, y mucho menos hacia los inmigrantes
musulmanes, presentados una vez más como invasores. Se
trata de diferenciar entre un racismo injustificado (hacia los
judíos) y uno justificado (hacia los inmigrantes musulmanes,
llamados “negros”, “indios”).
Con esto, se comprende su admiración por Oriana Fallaci,
expresada en Le Point, 21 de mayo 2002. Se comprende
también su defensa a ultranza de la ley del velo, y su
participación en el linchamiento mediático de Tariq Ramadán,
el pensador que más ha hecho por la participación de los
ciudadanos musulmanes en el movimiento altermundista.
Tampoco sorprende que dijese que la se la selección francesa
de football se había vuelto “negra-negra-negra”, convirtiendo
a Francia (según Finkielkraut) en “la risa de toda Europa”.
Durante los disturbios de noviembre de 2005 en los banlieues
franceses, no sólo trató de vincular los disturbios al islam,
sino que pidió a la prensa que dejasen de llamar ‘jóvenes’ a
los rebeldes, que debían ser calificados según sus razas, como
“negros y árabes”.
El intento de identificar antisionismo y antisemitismo
no es nuevo, y ha sido mil veces rebatido desde dentro del
propio judaísmo. Hemos escuchado y leído a numerosos
pensadores judíos de renombre criticar el sionismo, de
modo que esta identificación no se sostiene. Una cosa es el


El “antisemitismo no racista” de Alain Finkielkraut

judaísmo, religión milenaria, y otra el movimiento político


surgido en la Europa del siglo xix. No todos los judíos son
sionistas, del mismo modo que no todos los musulmanes
son wahabbies. Atacar el wahabismo o la política interna de
Arabia Saudí no es islamofobia. Tampoco atacar la política de
Israel es necesariamente antisemitismo, aunque es cierto que
en muchas críticas a Israel se asoma el antisemitismo.
Ahora, la tesis de Finkielkraut implica otra vuelta de tuerca
en la misma dirección. Al transformar el anti-racismo de los
movimientos sociales en anti-semitismo, se está retorciendo
la lógica de un modo perverso. Intelectualmente, un salto en
el vacío, que tiene la particularidad de entorpecer la verdade-
ra lucha contra el antisemitismo, encarnado por el auge de la
extrema derecha en toda Europa.
Sorprende este discurso por parte de alguien que se
proclama discípulo de Hanna Arendt y de Emmanuel Levinas,
dos de los más grandes pensadores judíos del siglo xx, y que
mucho tienen que ver con el sentimiento humanitario que a
Finkielkraut le parece antisemita.
Finkielkraut apenas esconde su racismo. Su discurso se basa
en la premisa de que las comunidades árabo-musulmanas de
Europa son antisemitas. Tal y como se puso de manifiesto
en el “Seminario sobre antisemitismo, cristianofobia e
islamofobia”, convocado por el Relator de la onu sobre
racismo Dodou Diène, esta tesis es problemática en un triple
sentido:
1. Los informes de la ue sobre los ataques antisemitas
de los últimos años demuestran que en su mayoría han
sido realizados por grupos de ideología neo-nazi.


el isl a m en de mo c r ac ia

2. Existe antisemitismo entre las comunidades árabo-


musulmanas, y hay que combatirlo. Sin embargo, las
generalizaciones del tipo “los musulmanes (o los judíos)
son racistas” son en si mismas racistas. No se es racista
por el hecho de ser árabo-musulmán, cristiano-europeo
o judío-ashkenazi. Precisamente, el racismo pasa por
generalizaciones de este tipo.
3. Al tratar de vincular la causa palestina con el
antisemitismo, se está corriendo una cortina de humo
sobre el verdadero problema que acecha a las sociedades
europeas: el auge de los movimientos neo-nazis destila el
mismo odio hacia musulmanes y judíos.

En su conjunto, el discurso de Finkielkraut es preocupante,


pues cae en el racismo hacia los árabo-musulmanes con la
excusa de combatir el antisemitismo. Del mismo modo,
cuando ciertos políticos en el mundo islámico señalan
a “la prensa judía” como origen de la islamofobia, están
fomentando el antisemitismo. Con esto, entramos en un
círculo vicioso. Hacer la lista de los agravios recibidos para
acusarse mutuamente no es ninguna solución, sino todo lo
contrario.
Tal y como sugerimos en el mencionado Seminario, creemos
que la única manera de atajar este problema es unir la lucha
contra el antisemitismo a la lucha contra la islamofobia, y
comprometer en ello a los dirigentes de ambas comunidades.
No se trata de algo diferente, sino de dos aspectos de un
mismo problema. La islamofobia es el antisemitismo clásico
europeo con un rostro nuevo. Separar uno de otro y tratar de
jerarquizar el odio religioso puede resultar contraproducente.


El “antisemitismo no racista” de Alain Finkielkraut

Desde una concepción humanitaria (la de Emmanuel Levinas


y Hanna Arendt), debemos ver el odio contra las razas y las
religiones como un fenómeno unitario.


. islamofobia e identidades
nacionales

texto presentado en el seminario de expertos sobre


islamofobia, convocado por el relator especial de
las naciones unidas contra el racismo, sr. dodou
diène, los días 18 y 19 de noviembre de 2006 en sevilla,
fundación tres culturas del mediterráneo.

T odo análisis serio sobre la islamofobia parte de la base


de que la islamofobia es un mal, y que puede convertirse
en uno de los problemas más graves de las sociedades
europeas en la primera mitad del siglo que afrontamos.
La islamofobia no es algo minoritario, circunscrito a los
movimientos neo-nazis o a los partidos oficiales de extrema
derecha, como el Frente Nacional en Francia o la Liga Norte
en Italia. Estos movimientos son tan solo el aspecto más
evidente de la islamofobia que se vive en las sociedades
europeas. Personalmente, lo considero el aspecto menos
grave. Al identificarse con el fascismo o la ideología nazi,
estos movimientos se descalifi-can a si mismos de cara a la
mayoría de la población.
Mucho más grave es otro tipo de islamofobia, que pasa
casi como algo aceptable e incluso es considerada normal en


Islamofobia e identidades nacionales

medios académicos y universitarios. Debemos ser conscientes


de que existen amplios sectores de la población europea
que consideran la islamofobia como algo perfectamente
justificado. Realmente, incluso entre sectores cultos es dif ícil
encontrar a alguien que tenga una opinión positiva del islam,
como una de las grandes tradiciones de la humanidad. Incluso
aquellos que rechazan la islamofobia como una forma de
racismo, lo hacen aceptando la visión del islam construida
por el orientalismo. Siendo así, parece normal que Charles
Imbert, el director del periódico francés Le Point, admita
públicamente y sin tapujos ser islamófobo.
En última instancia, creo que la islamofobia en occidente
tiene causas estructurales profundas vinculadas a la historia
y a la construcción identitaria de los países europeos. Las
dificultades que estos países encuentran a la hora de encajar el
pluralismo son notorias. En ninguna otra parte del mundo se
debate con tanta pasión como integrar las minorías, o como
gestionar sociedades multiculturales. Esto en si mismo es
una prueba de que hay algo en los Estados-nación europeos
refractario al pluralismo. Esta visión contrasta sin duda con
la imagen que estos países proyectan de si mismos, como
faros de libertad y tolerancia, como modelos a seguir. Se diría
que Europa padece amnesia de su propia historia. Se olvidan
fácilmente la colonización, la esclavitud y el exclusivismo
religioso que han dominado la historia de Europa durante
muchos siglos.
Pero existe algo mucho más preocupante que esto. Como
ha mostrado el pensador italiano Giorgio Agamben en su obra
Lo que queda de Auschwitz, existen una serie de principios
jurídicos característicos de los Estados-nación europeos que


el isl a m en de mo c r ac ia

permitieron el establecimiento de campos de concentración


en la Alemania nazi, que luego fueron transformados en
campos de exterminio. Lo peor de esto es que esa estructura
jurídica permanece intacta en las legislaciones europeas,
vinculada a un concepto biológico de la ciudadanía.
A partir de la Declaración de los derechos del hombre y del
ciudadano, de 1789, el ordenamiento jurídico occidental se
basa en el concepto de ciudadanía. El ciudadano es tomado
por el hombre propiamente dicho, el hombre soberano,
con capacidad para incidir en el devenir de la nación a la
que pertenece. Este concepto está ligado al nacimiento: es
ciudadano el nativo de un territorio. Estado-nación significa:
Estado que hace del hecho de nacer el fundamento de la
soberanía. Según lo definió Foucault, es la instauración
de la biopolítica, un concepto biológico como base de las
relaciones de poder.
La declaración de derechos del hombre implica que el
súbdito se transforma en ciudadano. Este pertenece a un
Estado-nación concreto, que garantiza sus derechos. Una
nación es un conjunto de hombres nacidos en un mismo
territorio, cuya construcción como Estado implica la
elaboración de una historia nacional diferenciada de otras
historias nacionales. A saber: una lengua, una cultura, una
etnia y una historia propias. En síntesis, una mitología
sobre su origen, su carácter y su significado. A partir de este
momento, las naciones europeas se lanzaron a construir (o
a inventar) su propia historia, casi siempre en oposición a
otros pueblos. No otra cosa es el republicanismo en Francia,
una mitología creada como signo de identidad que vincula
al individuo y al Estado, al mismo tiempo que caracteriza a


Islamofobia e identidades nacionales

Francia con respecto a otros estados europeos. Las diferen-


cias con los otros y la homogeneidad interna son los elementos
constitutivos de cada nación. El Estado-nación se convirtió
en el elemento homogeneizador de los diferentes pueblos
europeos, realizando un trazado preciso de fronteras sobre el
mapa, como medio de delimitar las costumbres y cualidades
esenciales de sus habitantes. Todos aquellos que mostrasen
una identidad distinta a la del Estado-nación dentro del cual
quedaron situados, son los antecedentes de los actuales
refugiados e inmigrantes. Así, se suscitaron problemas sobre
el lugar que debían ocupar las minorías: gitanos y miembros
de otras religiones y otras nacionalidades.
A finales de la primera guerra mundial, se desplazaron
de sus países 1.500.000 rusos blancos, 700.000 armenios,
500.000 búlgaros, 1.000.000 de griegos y centenares de
miles de alemanes, húngaros y rumanos. La Sociedad de las
Naciones es la institución que gestionó estos desplazamientos,
a través de diferentes organismos y acuerdos internacionales,
tratando de encontrar un lugar para cada uno de estos
pueblos. Aquellos que se quedaron sin un Estado-nación
con el cual identificarse, sufrieron campañas de exterminio,
como armenios, gitanos y judíos. Aquellos pueblos que no
se desplazaron pero cuyas identidades quedaron excluidas
de un Estado-nación, quedaron situados en una situación
intermedia de pueblos sin patria, como los catalanes, vascos
o irlandeses. En Francia, todo signo de identidad propio y
diferenciado fue duramente reprimido por el Estado central,
como bien saben en Alsacia, Rosellón, Córcega, Bretaña…
A partir de la Primera Guerra Mundial, muchos Es-
tados europeos promulgaron leyes que permitían la


el isl a m en de mo c r ac ia

desnaturalización y la desnacionalización de sus propios


ciudadanos. ¿Qué quiere esto decir? Que todos aquellos que
no respondiesen a la identidad nacional que homogeniza a
todos los ciudadanos de un Estado-nación, eran susceptibles
de ser despojados de sus derechos. Así, Francia promulgó una
ley en 1915 que afectaba a los ciudadanos naturalizados de
origen alemán; Bélgica lo hizo en 1922; Italia en 1926; Austria
en 1933 y Alemania en 1935.
El caso de Alemania es paradigmático de la dirección
tomada por Europa en la primera mitad del siglo xx, una
dirección que no ha sido revocada y que ahora corre el peligro
de repetirse a cuenta del auge del fenómeno migratorio. Las
Leyes de Nuremberg dividieron a los alemanes en ciudadanos
con pleno derecho y en ciudadanos sin derechos políticos, del
mismo modo que en la Europa del siglo xxi existe una masa de
inmigrantes que viven como ciudadanos de segunda, a cuenta
del principio jurídico que determina que es el nacimiento el
que otorga derechos a los ciudadanos. Los “no-nativos” care-
cen de derechos políticos, lo cual en una democracia equivale
a su exclusión de los planteamientos de los gobernantes
(aunque existe la posibilidad de nacionalizarse). Si no pueden
votar ni ejercer presión alguna, sus reivindicaciones no son
tenidas en cuenta. Una última categoría, más extrema, la
constituyen los llamados “inmigrantes ilegales”, los cuales son
reconocidos en tanto que ilegales, pero que carecen de los
derechos inherentes al nacimiento y a la ciudadanía. Desde el
momento en que seguimos equiparando al ser humano con
el ciudadano, y a este con el fenómeno del nacimiento en un
territorio concreto, los inmigrantes ilegales tienen el estatuto
jurídico de “no-personas”. Carecen de derechos humanos.


Islamofobia e identidades nacionales

T. Hammar ha propuesto utilizar el término denizens para


definir a los residentes en territorios de los que no son
citizens.
En la Europa actual y satisfecha de si misma existen varios
millones de personas pertenecientes a esta tercera categoría,
a los cuales les son negados todos sus derechos, y en muchas
ocasiones son utilizados como esclavos. Esta situación es
alentada por los mismos Estados que se presentan a si mismos
como garantes de los derechos humanos, y que acusan a
países del tercer mundo de no respetar estos derechos. La
exclusión de sectores cada vez más amplios de la población
responde a este esquema, de manera preocupante. Lo que
hemos visto las semanas pasadas en las banlieues francesas
no es sino una muestra más de este fenómeno. Aunque la
ley les ampare y tengan el estatuto pleno de ciudadanía, el
Estado-nación se resiste a aceptar en su seno unos colectivos
que no comparten la mitología fundadora, todos los mitos
asociados al republicanismo y la francofonía.
Dentro de la historia europea existe un momento de
fractura con respecto a ese pasado de formación de Estados-
nación monolíticos. Nos referimos, precisamente, al istmo
que representan la Segunda Guerra Mundial y el genocidio
de los judíos en la Alemania nazi, la destrucción de Europa a
causa del fascismo. El cambio en la concepción que Europa
tenía de si misma se realizó precisamente en relación al
judaísmo. Durante los siglos xix y primer tercio del xx existe
una importante bibliograf ía sobre “la cuestión judía”, sobre
como situar la presencia de los judíos en el seno de estados-
nación centralizados e industrializados. Muchos de estos
discursos son casi idénticos a los que ahora oímos sobre los


el isl a m en de mo c r ac ia

musulmanes. Sólo a raíz de las cámaras de gas Europa toma


consciencia de si misma, e inicia un proceso de apertura y de
aceptación del fenómeno transnacional y pluricultural como
algo positivo.
Si hemos hecho este breve recorrido sobre el concepto
de ciudadanía, es por hacer comprender que las dificultades
de integración que padecen los musulmanes en Europa
tienen causas profundas. Como reacción ante la formación
de sociedades pluriculturales, la islamofobia se asocia a
la resistencia ante la superación de un modelo de Estado-
nación que hunde sus raíces en la historia, y al cual se sienten
vinculados muchos ciudadanos. El proceso globalizador
y el consiguiente aumento del número de ciudadanos
musulmanes en Europa es percibido como una amenaza.
En el caso de España, esta amenaza afecta a una concep-
ción del estado estrechamente vinculada con el catolicismo
más reaccionario. Este modelo que ha llegado hasta nosotros
a través de la herencia del periodo franquista. En esta línea,
no es extraño que en una arenga pronunciada durante la
peregrinación a la Iglesia de Santiago el Mayor de Zaragoza,
en mayo del año 2005, el cardenal arzobispo de Madrid,
monseñor Antonio María Rouco afirmase lo siguiente:
“Muchos apuestan por una España no católica, pero en el
fondo el alma de España vibra a través de la historia de su
conciencia, de su cultura, de todas las épocas gloriosas de
su Historia. En todas ellas ha habido fidelidad de fondo a
Cristo, a la búsqueda del Señor… España será cristiana y
católica o dejará de existir como tal. Es decir, que si pierde
sus raíces, no sólo dejará de ser cristiana católica, sino
que dejará de ser España… La consagración que vamos

Islamofobia e identidades nacionales

a realizar en la Plaza del Pilar debería recordar las raíces


cristianas y católicas de nuestra vida, de nuestro pueblo y
de nuestra historia, en el lugar donde la Virgen acompaño
a la primera evangelización de España”.


. el islam y la realidad histórica
de españa

D esde hace siglos España se debate. ¿Qué es, cuando


comenzó, cual es su fundamento? Se ha hablado
del problema de España, de la España invertebrada, del
caciquismo, de la Leyenda Negra, de las dos Españas, de la
España de las tres culturas. Crecemos en la España de la rabia
y de la idea, para acabar volviendo siempre a la de rosario
y pandereta. Insignes pensadores se han enfrascado en el
intento de desentrañar la esencia de España, tema metaf ísico
donde los haya. Hablamos de Unamuno, de Marañón, de
Azaña, de Maeztu, de Sánchez-Albornoz, de Américo Castro
y de tantos otros.
Nos encontramos en muchos casos con un discurso
esencialista, que trata de indagar aquello que es más propio
del español, lo que constituye “el alma de España”. En este
tipo de elucubraciones se han prodigado pensadores de la
talla de Ortega y Gasset, para el cual “la virtud más estupenda
y la fuerza histórica más básica del ser español” no era otra
que “la de ser valiente ante la vida”. Otros propondrán figuras
de leyenda, Santiago Matamoros o el Quijote, imágenes de
osados guerreros cuyo arrojo es prueba de su españolidad, el


El islam y la realidad histórica de España

Cid Campeador y Hernán Cortés convertidos en personajes


conceptuales, el “caballero cristiano” como quintaesencia de
la España eterna. En ningún caso se menciona la humildad.
Otro problema habitual es el del origen: ¿cuándo nace
España? Los abanderados del discurso esencialista se las
ven y se las traen para buscar un origen a este entramado
de pueblos que es España. Afirmar que el hombre de
Atapuerca era español parece exagerado, pero decir que
España se inicia con los Reyes Católicos parece reductivo.
Por otra parte, hablar de la existencia de España en relación
a los íberos o a los godos, obliga a tomar en consideración
al islam como central en la historia de España, cosa que los
defensores del “alma española” no están dispuestos a hacer
bajo ningún prisma. Así, algunos se las han ingeniado para
hablar de la “existencia intermitente” de España, que sería
una realidad en la época romana, pero que se retiraría a los
montes asturianos en la época en que el islam era la religión
mayoritaria de los españoles. Esta teoría, por simiesca que
sea, es sostenida por profesores universitarios, incluso
parece del agrado de un grupo parlamentario de cuyo
nombre no quiero acordarme.
En todo caso, la percepción mayoritaria entre los pensa-
dores arriba mencionados es que España es diferente, lo cual
(como toda idea brillante) ha llegado a ser un slogan publi-
citario. Se nos dice que su cultura, su historia y su indiosin-
cracia la diferenciarían cualitativamente del resto de Europa.
Hay algo que es característico de España, y que hace dif ícil
que podamos trazar un paralelismo con otros movimientos
europeos. De ahí los cansinos debates sobre si España tuvo
o no una Edad Media y un Renacimiento, o las dudas sobre


el isl a m en de mo c r ac ia

la capacidad del catolicismo español de asimilar el salto hacia


adelante que supuso el Concilio Vaticano ii.
A principios del siglo xxi, y en el contexto del estado de
las Autonomías, no es extraño que asistamos a un resurgir
de este debate. Tras los años de la dictadura, se vio como el
ideario nacional-católico hacía aguas, y se sintió una urgencia
de recuperar un discurso pluralista como fundamento de la
España democrática. A la recuperación de la libertad religiosa
corresponde la recuperación de la memoria histórica de
las diferentes nacionalidades, un proceso de apertura y de
superación del pensamiento único, en el cual la referencia a
al-Andalus parece ineludible.
En este momento se hace evidente que si hay un diferencial
con respecto a otros países europeos es el hecho de que el
islam ha sido la religión mayoritaria en España durante varios
siglos. Si España es diferente (para bien y para mal) lo es a
causa de la herencia que dejó la civilización musulmana en
estas tierras, y de la reacción anti-islámica y anti-semita de
los gobernantes posteriores, con la represión y la expulsión
de judíos y de musulmanes, las quemas de bibliotecas y la
destrucción de sinagogas y mezquitas, con todo lo que eso
significó de ruptura con el propio pasado, de desarraigo para
una parte importante de los españoles.
Desvincular el islam de la historia de España es como
tratar de separar el pan del trigo o el mar de la marea.
La historia de un país está llena de transformaciones y de
enfrentamientos, del ir y el venir de ideas, de esperanzas,
de creencias. Escoger como “lo propio” solo aquello que
nos interesa y desechar lo que no nos gusta conduce a una
negación patológica de lo evidente. Hay que reconocer que el


El islam y la realidad histórica de España

islam ha estado siempre presente entre nosotros. Reivindicar


esta herencia implica oponerse a un concepto mísero de
España, reducido a una esencia única e inalterable.
La influencia del islam en la cultura española es notoria en
todos los terrenos: política, arte, literatura, mística, filosof ía,
ciencia, agricultura, artesanía, gastronomía, música y
folclore. Basta investigar un poco en cualquier dirección para
encontrarnos huellas de la presencia del islam. No olvidemos
que el actual mapa de las autonomías tiene su origen en el
de los reinos de taifas, y que Madrid fue fundada por los
musulmanes. Son muchos los historiadores que postulan el
origen árabe de Juan Carlos i, y otros aseguran que el himno
español (la marcha granadera) tiene su origen en una nuba
de ibn Bayya. Incluso el arquetipo del “caballero cristiano”,
guerrero místico en constante combate por la fe, tiene su
origen en las órdenes suf íes de caballería.
Yo no sé que es “lo español”, ni creo que un país pueda
tener alma. En todo caso, creo que la presencia actual del
islam nos exhorta al reconocimiento de la realidad histórica
de España, como lugar de cruce de culturas, de lenguas, de
religiones y de nacionalidades. Si estas han estado durante
mucho tiempo enfrentadas entre sí, reconocer esta realidad
plural es el mejor modo de acabar con los enfrentamientos.
En este sentido, el desarrollo de la libertad religiosa es un
modo privilegiado de contribuir al desarrollo del estado de
las Autonomías, de situar la España “metaf ísica e imperial”
en el museo de nuestras vanidades.


. islam y nacionalismo en catalunya

traducción de una conferencia pronunciada en


catalán en la casa elizalde de barcelona, 15 de
diciembre de 2006.

M i punto de vista sobre la presencia del islam en


Catalunya no es la de un sociólogo o un antropólogo
que observan el tema desde fuera. Como musulmán catalán,
mi visión se centra en la significación que puede tener el
retorno del islam en relación a la construcción nacional de
Catalunya, sobre lo que el islam ha significado en esta tierra,
y sobre las oportunidades que el presente nos ofrece.
El islam no es una religión recién llegada. Como en el
resto del Estado español, la presencia del islam en nuestra
historia no es anecdótica. Encontramos cientos de pueblos y
ciudades fundados por los musulmanes, que permanecieron
en ellos durante ocho siglos. Dentro de esta larga historia,
destaca la memoria de las taifas de Lleida y de Tortosa, o la
historia de ciudades como Balaguer, la capital de la Noguera.
Los musulmanes fundaron la mayoría de los pueblos que hoy
en día podemos encontrar en las tierras del Ebro. En algunas
comarcas, el porcentaje de topónimos de origen árabe o
bereber llega al 80. Todo un legado que dejó una fuerte


Islam y nacionalismo en Catalunya

impronta en la administración, el comercio, la agricultura


y la artesanía, pero también en la literatura, el arte y el
pensamiento. No podríamos entender el pensamiento de
Ramón Llull, patriarca de la filosof ía catalana, sino es como
el resultado de su convivencia con el islam, una relación
sin duda conflictiva, en la cual su pensamiento se forjó. El
ejemplo de Llull es extensible a toda la cultura catalana desde
el siglo viii hasta los albores de la modernidad.
¿Qué sucedió con la cultura islámica catalana? Simplemente,
fue destruida. Como ejemplo, quiero evocar la historia de
Medina Balagî, la Balaguer musulmana. En el siglo x, no
únicamente era una ciudad próspera, sino culturalmente
avanzada. El arabista Xavier Ballestín ha mostrado la
existencia de una importante escuela de teología que se
desarrolló durante la segunda mitad del siglo x, formada por
un grupo de nueve sabios cuyo prestigio fue reconocido fuera
de al-Andalus. La ciudad enviaba estudiantes a los principales
centros de conocimiento del momento: Damasco, Bagdad,
Túnez, Córdoba y Granada. Los estudiantes regresaban
con los saberes más avanzados sobre medicina, ciencia o
filosof ía.
Con la conquista de la ciudad por parte del Conde de
Urgell el año 1105, se implantó un sistema feudal de gobierno
y de organización de la propiedad. Como en la mayoría de
las ciudades conquistadas, los musulmanes dispusieron de
un año para abandonar sus casas y establecerse en barrios de
la periferia. Todas sus propiedades fueron repartidas entre
los conquistadores. La conquista produjo despoblamiento y
ruina, la reducción drástica de la superficie urbana, con el
abandono de todo el núcleo urbano del Pla d’Almatà. Según


el isl a m en de mo c r ac ia

explica Carme Alós, directora del Museu de la Noguera,


aunque los cristianos se apoderaron de las posesiones de los
musulmanes, muy pronto se dieron cuenta de que no sabían
como administrar el patrimonio que habían expoliado. La
derrota de los musulmanes significó la ruina del campo.
Balaguer tenía un palacio al estilo de la Alhambra de
Granada. Por su belleza fue bautizado por los Condes de
Urgell como el “Castell Formòs”, Castillo Hermoso, y fue
convertido en la residencia de los Condes hasta que la ciudad
fue de nuevo conquistada, en 1413, esta vez por las tropas
de Fernando de Antequera. Los Trastámara se esforzaron en
destruir todo vestigio islámico de Balaguer y la Noguera. Del
Castell Formós no quedó piedra sobre piedra, y poco queda
de las mezquitas y otros edificios que podrían ofrecernos
un testimonio de la riqueza de la Catalunya musulmana. La
mezquita de Madina Balagi estaba situada donde hoy en día
encontramos la Iglesia de Sant Crist. Los mismos Trastámara,
vale la pena recordarlo, privilegiaron el uso del castellano en
Catalunya.
Historias similares pueden contarse de Lleida o Tortosa,
pero también de otros lugares de la Catalunya norte. A prin-
cipios del siglo xvi, la población musulmana se ve obligada
a convertirse al cristianismo. El año 1610 la práctica totali-
dad de sus descendientes son expulsados por orden de Felipe
ii (iii de Castilla). Estos expulsados no eran árabes ni
sarracenos, como todavía hoy se los designa. En realidad, ára-
bes hubo muy pocos en la Península Ibérica. Los musulmanes
no vinieron de fuera, ni el islam fue una religión impuesta
por las armas. Fueron los propios catalanes, andaluces o
castellanos quienes abrazaron el islam.


Islam y nacionalismo en Catalunya

No hay nada que permita afirmar que bajo el dominio


musulmán la población fuese arabizada. No lo fue en el
Magreb, donde la lengua mayoritaria de la población seguía
siendo el bereber a principios del siglo xx. El historiador
andalusí al-‘Udhrî (m. 1085) dejó escrito que en el siglo xi no
había en Huesca “ni un solo árabe puro que sea descendiente
de árabes”, y eso que la población era mayoritariamente
musulmana. En la Catalunya musulmana, el árabe era la
lengua culta, que permitía conectarse con todo un mundo de
conocimientos e instituciones de enseñanza de al-Andalus
hasta la India. El conocimiento del árabe era indispensable
para un estudiante de ciencias en el siglo x. Toda la literatura
especializada del momento en medicina, f ísica, matemáticas,
navegación o astrología, estaba escrita en árabe. Pero esto no
quiere decir que estos musulmanes catalanes fuesen árabes,
que no lo eran, sino catalanes que hablaban mayoritariamen-
te catalán en su vida cotidiana. Tal y como han explicado
diversos estudiosos (como Carmel Biarnés y Antoni Virgili en
su libro ‘Conquesta, colonització i feudalització de Tortosa -
segle xii’), en el momento de la expulsión de los moriscos, el
año 1609, la inmensa mayoría de ellos ni tan solo entendían el
árabe. Eran musulmanes catalanes y hablaban catalán.
Por si fuera poco, hay quien dice que el propio nombre
de Catalunya es de origen árabe, lo cual no sería extraño, ya
que esta lengua fue utilizada como lengua administrativa. En
concreto, se han ofrecido varias etimologías. La primera fue
puesta en circulación por Joan Vernet, quien dice que podría
derivar del topónimo Qal’a Talûniya, fortificación situada
entre Huesca y Lleida. Según otra hipótesis, podría derivar
del término ‘qalatans, derivado del árabe qa’ala, castillo. La


el isl a m en de mo c r ac ia

tercera es la del latinista Jaume Joan, quien recuerda que


Catalunya era denominada en árabe como at-Tagr al-A’là, la
frontera o marca superior, que habría dado tagralà, y de aquí
el gentilicio català. La cuarta hipótesis es la de Pere Balañà,
quien dice que podría derivar de la expresión qat’a al-gunya,
la tierra de la riqueza.
Como estamos tratando de mostrar, el islam forma parte
de la nación catalana. De otro modo, nunca podremos com-
prender el entramado de relaciones donde se gesta Catalunya,
y nos veremos abocados a repetir una mitología de corte re-
accionario, que vincula esta identidad al genocidio de los
musulmanes. El islam formaba y forma parte de Catalunya
no por el hecho de que hubiese varias ciudades gobernadas
por los musulmanes, sino por voluntad de los catalanes que
nos reconocemos musulmanes, tanto en el pasado como en
el presente. Nuestra historia no es la del poder, ni la presencia
del islam entre nosotros está vinculada a ninguna conquista,
sino a la libertad de conciencia donde Al-lâh se nos revela.
Según la historia oficial, la totalidad de los musulmanes
catalanes tuvieron que huir o convertirse, dándose por
acabada su presencia en el siglo xvii. De todas formas,
también podemos argumentar que el islam nunca ha
dejado de ser practicado en nuestra tierra, pues muchos
de los musulmanes catalanes que decidieron convertirse
públicamente al cristianismo lo hicieron para no tener que
irse, pero en realidad siguieron practicando el islam en
secreto. Creo que si se produjese una situación similar yo
haría lo mismo. ¿Dónde sino vamos a ir los musulmanes
catalanes? Nada nos puede arrancar de nuestra tierra, donde
esperamos sea sepultado nuestro cuerpo. Puedo imaginar


Islam y nacionalismo en Catalunya

el desgarro interior de esos musulmanes catalanes, ante el


fanatismo religioso que caracterizó la historia de España
entre los siglos xvi y xx. Hace pocos años, en las poblaciones
leridanas de Seròs y Aitona se encontraron ejemplares del
Qur’án y otra literatura religiosa islámica, descubiertas en
masías cuando eran objeto de reformas. Seguramente en
muchos lugares de Catalunya siguen existiendo ejemplares
del Qur’án, escritos en catalán aljamiado, guardados como
un tesoro por sus propietarios, musulmanes catalanes que
tuvieron que esconder sus convicciones religiosas, vivir una
situación de ocultamiento y terror constantes a causa de la
imposición de un modelo de sociedad monolítica y refractaria
a la pluralidad, que decretó la comunión obligatoria, asesinó
y expulsó a miles de personas para que hoy en día algunos
puedan afirmar que Catalunya es tierra cristiana, o que las
raíces culturales de Europa son únicamente cristianas.
Por todo ello, más que de la “llegada del islam a Catalunya”
debemos empezar a hablar del “retorno del islam a Catalunya”,
y hacernos conscientes de lo que este retorno representa para
la construcción nacional de Catalunya. Debemos tener muy
presente que si el islam dejó de ser practicado abiertamente
no fue por la propia voluntad de los catalanes, sino por la
imposición del nacional-catolicismo, la represión violenta
de las otras religiones, la política de limpieza de sangre y de
repoblaciones de los territorios, y la definitiva expulsión de
judíos y musulmanes de todo el Estado Español. Esta política
funesta fue implementada por los mismos poderes que
realizaron un proceso de unificación violenta de la Península
Ibérica, que significó la represión de las tradiciones y la
lengua catalana.


el isl a m en de mo c r ac ia

Desde mi condición de musulmán catalán en el siglo


xxi, veo esta violencia como una mutilación de mi propia
identidad, y como esta situación se perpetúa hoy en día de
diferentes formas. Una de ellas es el no reconocimiento
del islam como parte integrante de la identidad del pueblo
catalán. Produce desazón darse cuenta de que el odio hacia
el islam está presente entre nosotros, en forma de negación
del pasado y del rechazo de la presencia de inmigrantes de
confesión musulmana.
¿Por qué el nacionalismo catalán no ha realizado esta
tarea de recuperación de la memoria histórica del periodo
islámico? ¿Por qué hoy en día el nacionalismo catalán hace
el juego a los sectores católicos más reaccionarios, justo
aquellos que son más agresivos contra el propio catalanismo?
Una explicación es que la historiograf ía nacionalista fue
elaborada en un momento en el cual Catalunya intentaba
entrar en la órbita europea, identificarse con el camino de
la modernidad generado por la revolución industrial, frente
a una España que se percibía anclada en el pasado. Esta
orientación del nacionalismo catalán del siglo xix marcó la
lectura sobre la propia historia, recalcando todo aquello que
nos unía al norte, y tendiendo a rebajar (incluso negar) toda
aquella herencia que nos vincula al sur. Los historiadores que
reescribieron la historia de Catalunya desde una perspectiva
de reconstrucción nacional repitieron los mitos de la
reconquista cristiana, considerando la herencia islámica como
algo extranjero. Este malentendido ha sido favorecido por la
asociación entre al-Andalus y Andalucía, en el momento en
el cual se sintió que la inmigración andaluza ponía en peligro
la supremacía del catalán.


Islam y nacionalismo en Catalunya

Tal sólo un trabajo consciente de recuperación de este


pasado puede ayudarnos a superar la situación de injusticia
histórica hacia los musulmanes catalanes del pasado y del
presente. Siento que la tarea de recuperación de la identidad
catalana no quedará completa hasta que no seamos capaces
de incorporar el islam como una parte integrante del hecho
nacional catalán, de visualizar esta presencia como una
riqueza perdida a causa del fanatismo y la locura. Desde esta
perspectiva, se hace necesario visualizar el “retorno del islam
a Catalunya” como un hecho positivo, que abre las puertas a
la recuperación de una memoria mutilada.
No puedo terminar sin una referencia al tema de la
inmigración. Soy consciente de que lo expuesto hasta ahora
choca con una imagen muy divulgada. Desde sectores
nacionalistas, tanto de izquierdas como de derechas, se
habla de la inmigración musulmana, mayoritariamente de
origen magrebí, como un peligro para nuestra identidad
como pueblo. Precisamente, si mi planteamiento es justo
el contrario es porque pienso que la recuperación del islam
como parte integrante de la cultura catalana nos ofrece el
mejor marco posible para integrar a esta nueva inmigración.
Tenemos que mostrar a los ciudadanos musulmanes que
Catalunya es una tierra de acogida, abierta a la diversidad, y
que el nacionalismo catalán no es reaccionario. De cara a la
población inmigrante de religión musulmana, es importante
hacer llegar este mensaje diferenciador con respecto a los
nacionalismos español, americano y marroquí, al nacional-
catolicismo, al imperialismo americano y al panarabismo de
la monarquía alawita. Muchos inmigrantes vienen de países
donde existe un “nacionalismo de Estado”, represivo con las


el isl a m en de mo c r ac ia

minorías (en Marruecos: monarquía pan-arabista, represión


de los pueblos bereber y saharaui). Debemos ser capaces de
transmitir a estos inmigrantes el espíritu universalista del
nacionalismo catalán.
No podemos olvidar que el discurso actual de la derecha
española tiene como principales enemigos a nacionalistas
vascos y catalanes y al islam. Para los defensores del
patriotismo español ultramontano, islam y catalanismo
vienen de la mano. Esto tiene cierta lógica, ya que el
imperialismo español se erigió sobre la represión del islam
y la cultura catalana. Hablo de autores muy concretos: Luís
María Ansón, Gustavo Bueno, Cesar Vidal, Federico Jiménez
Losantos, Seraf ín Fanjul, Martín Prieto… La islamofobia
se está convirtiendo en uno de los pilares del discurso de la
extrema derecha en toda Europa, un discurso populista que
quiere remarcar las “diferencias insalvables”. Desde la derecha
el islam es presentado siempre como una religión extranjera,
incompatible con la identidad de España.
Me gustaría, en definitiva, poder hablar no del islam en
Catalunya, sino de un “islam català”. En Catalunya, como
nación diferenciada, debemos ser capaces de articular una
respuesta diferente sobre la integración del hecho musulmán.
Se trata de pensar para la mayoría de los ciudadanos/as,
musulmanes/as o no, que quieren una Catalunya abierta
y solidaria, y para los cuales la diversidad es un hecho
positivo. Al mismo tiempo, se trata de potenciar todos
aquellos movimientos que trabajan en la línea del encuentro:
encuentro interreligioso, entre el islam y la modernidad, con
los derechos de las mujeres como un valor inalienable. No
podemos permitir que el islam se convierta en un elemento


Islam y nacionalismo en Catalunya

de ruptura en el seno de nuestra sociedad, debemos hacer


todo lo que esté en nuestras manos para poner en primer
plano los elementos que permiten una plena integración del
islam en el espacio laico.
Estoy convencido de que solo a partir de la base de la plena
aceptación del islam como parte integrante de la nación
catalana, y del reconocimiento y desarrollo de los derechos
religiosos de los ciudadanos/as musulmanes por parte de las
instituciones, solo a partir de esta base podremos construir
un islam progresista, que pueda contribuir a la construcción
nacional de Catalunya.


. torturas y cultura de la guerra

E n febrero del 2004 fui invitado por el canal his-


panoamericano de la bbc a un debate en directo sobre el
tema de las torturas en Irak. Desde el pueblo de Almodóvar
del Río, en la provincia de Córdoba, pude hablar para
Latinoamérica con el general Thompson, del ejército del aire
de los eeuu, quien hablaba desde Washington. En la retina de
todos los oyentes estaban las imágenes de los presos iraquíes
siendo objetos de toda clase de vejaciones sexuales.
La cosa comenzó con el general Thompson expresando
su condena y asegurando que los soldados que cometieron
semejantes actos no representan a los eeuu, a pesar de llevar
su uniforme. Según el general, se realizará una investigación
y los culpables serán castigados. A la pregunta del periodista
de la BBC sobre si Rumsfeld debía dimitir, se escabulló
afirmando que ésta es una cuestión política, y que él como
militar nada tenía que decir.
Por mi parte, pedí al general una reflexión en profundidad
sobre lo sucedido. Por supuesto, debe establecerse una
investigación para castigar a los culpables materiales de
los hechos, aunque no podemos obviar que junto a la
responsabilidad penal existe una responsabilidad política.


Torturas y cultura de la guerra

Más allá de los aspectos escabrosos, hay que meditar las


imágenes como un signo, dejar que nos hablen de nosotros
mismos. Según mi parecer, la única guerra justificable es una
guerra defensiva: la defensa del propio espacio vital, de la
familia, de la libertad de creencia. Frente a esto, las imágenes
de las torturas nos muestran el desprecio hacia el otro
inherente a toda guerra de depredación. A la hora de explicar
el comportamiento de los soldados norteamericanos, no
podemos olvidar la campaña de los medios de comunicación
y del viejo orientalismo, en su tratamiento del árabe como un
ser retrógrado, casi un peldaño atrás en la cadena evolutiva.
Esto no le gustó nada al general, quien se puso a la defensiva.
Según dijo, la guerra de los eeuu en estos momentos es doble.
Por un lado, una guerra militar que no reviste demasiados
problemas. Por otro, una guerra mediática contra los
enemigos de los eeuu. Esta es la más importante en estos
momentos, ya que de ella depende el buen nombre de la
democracia.
Mi contestación fue la siguiente. En absoluto soy enemigo
de los eeuu, al que considero un gran país, y mucho menos
de la democracia. No podemos caer en estos maniqueísmos.
Como cientos de miles de personas, soy enemigo de todos
aquellos que instrumentalizan la democracia para sus fines
personales, como lo soy de aquellos que instrumentalizan el
islam. Unos y otros deprecian los valores del islam y de la
democracia, unos y otros parecen enemigos pero son amigos,
se necesitan en su afán de perpetuar un enfrentamiento que
permite seguir avanzando a la cultura de la guerra, con los
fabricantes de armas como máximos beneficiarios.
El locutor de la bbc se refirió al impacto de las imágenes en


el isl a m en de mo c r ac ia

el mundo árabo-musulmán. Habló de un “daño irreparable”


a la imagen de los eeuu. En este tema, me remití a la
encuesta realizada en junio del 2003 por el Pew Center, que
dirige la ex-secretaria de estado norteamericana Madeleine
Albright. Según esta encuesta, la imagen de los eeuu en el
mundo islámico ya estaba por los suelos. Tan solo el 1 de
los jordanos tenía una buena opinión de los eeuu. El país
con una valoración más positiva era Turquía, con el 15.
Lo curioso de esta encuesta, es que pone de manifiesto el
aumento de la valoración hacia la democracia como sistema
de gobierno entre los mismos encuestados. Terminé con una
frase lapidaria: esto demuestra que los eeuu han dejado de
representar la democracia.
El general Thompson quiso minimizar la cosa, hacernos
creer que los casos de torturas en Iraq son una excepción
dentro de la política militar norteamericana. Esto, por
desgracia, parece contradecir los informes de diferentes
asociaciones de derechos humanos, que llevan años
denunciando casos de violaciones y abusos cometidos por
soldados (norteamericanos y de otras nacionalidades) en el
mundo. Repito mi convicción principal en este asunto: los
casos de torturas y de abusos sexuales son inherentes a una
guerra de agresión, que no tiene otro objeto que expoliar los
recursos naturales de diferentes países a lo largo del planeta.
Esta es una realidad triste de nuestro tiempo, ante la cual no
hay disculpa que valga.
No hay para menos: el caso de las torturas y la actitud cínica
de los gobernantes norteamericanos es de gran impacto.
Hace años que sabemos que esto sucede. Amparándose
la impunidad que ofrece el uniforme, algunos militares


Torturas y cultura de la guerra

participan en todo tipo de actos delictivos, incluyendo el


tráfico de drogas y asesinatos. Las acusaciones de comercio
sexual y de violaciones que se están llevando a cabo en
Filipinas o en Chechenia son comúnmente archivadas, y
no despiertan el revuelo actual sobre los casos de torturas
en Iraq. Aquí, como nunca, una imagen vale más que mil
palabras. Miserias de la cultura de la imagen, miserias de la
cultura de la guerra.
Recientemente, el director de la sección española de
Amnistía Internacional, Esteban Beltrán, denunciaba que las
tropas de la otan mantienen en Kosovo a decenas de mujeres
como esclavas sexuales. Esto es monstruoso, y sin embargo
no vemos el escándalo reflejado en las primeras páginas
de los periódicos, como si las mujeres kosovares valiesen
menos que los presos iraquíes. No olvidemos que la otan
está formada por 19 estados, con lo cual todos ellos son co-
responsables de lo que hagan los militares bajo su bandera
común. Este escándalo implica directamente a España.
No vemos, sin embargo, a ningún medio hablar de estos
casos en primera página, no vemos a vicepresidentes dar
explicaciones, y no parece que vayan a tomarse demasiadas
medidas al respecto. Esto es inaudito, ya que estamos
hablando de niñas y mujeres raptadas y mantenidas como
esclavas sexuales. Se habla de niñas de doce años que son
violadas una y otra vez, hasta miles de veces, que reciben
malos tratos sistemáticos, violadas en grupo por soldados
con absoluta impunidad para hacer lo que les venga en gana,
que se amparan en sus uniformes, armas y banderas. El dolor
que nos produce esta información es indescriptible. Hay
otros mecanismos para “llevar la paz al mundo”.


. kafir y mumin en guantánamo

la actualidad nos regala imágenes impactantes.


una de ellas fue la de los presos talibanes en la
base de guantánamo. este escrito surgió como un
intento de lectura en clave espiritual sobre una
noticia de actualidad. los diferentes planos en
que transcurre nuestra vida tienden a fundirse.

D e la isla de Guantánamo nos han llegado las imágenes


de los presos talibanes, enfundados en monos de color
naranja, en una situación que las autoridades norteamericanas
han calificado como de “privación sensorial”. No vamos a
denunciar los malos tratos, pues estos días tenemos tantas
cosas que denunciar que de hacerlo no nos quedaría tiempo
para nada más. Dando por hecho que todos los lectores se
han horrorizado, hemos querido ir más allá de ese horror
y hacer una lectura de lo que esas imágenes despiertan en
nosotros, interpretarlas como un Signo.
En un primer momento solo vemos a unos hombres
tratando de destruir a otros. Miramos la imagen y vemos un
ejercicio de poder extremo, una maquinaria científicamente
preparada para arrancar al hombre de si mismo, de cortarle
el acceso a sus propios sentidos: tapándole la vista, el tacto,


Kafir y mumin en Guantánamo

el habla, los oídos. En este nivel la imagen no puede ser más


clara: los soldados representan un poder que trata de poseer
la voluntad del “otro”, y los talibanes son gentes que se han
opuesto a ese poder, negándose a aceptar la vida de artificio
que ese poder impone. Esa negativa es el signo de que esos
hombres están en el mundo de un modo que al poder se le ha
escapado, que no es capaz de controlar con sus mecanismos
habituales.
Para las autoridades norteamericanas la negativa de los
talibanes a aceptar sus proyectos económicos, la construcción
del gaseoducto, etc., es incomprensible, así como la decisión
de todos esos hombres de irse a luchar a unas montañas para
nada románticas. El castigo por esa negativa es verse sometido
a un experimento de deshumanización científicamente
planeado para romper su resistencia y convertirlo en una
marioneta. Incluso el mismo nombre del campo (“Rayos x”)
denota la mentalidad entre experimental y cinematográfica
que preside el encierro. De ahí que no se hayan resistido a la
tentación de divulgar las imágenes que ahora comentamos: el
espectáculo necesita del público para tener sentido.
Aparentemente, estamos en las antípodas de una mani-
festación de espiritualidad humana. La espiritualidad es el
desarrollo de la sensibilidad más allá de los sentidos. A ese
estado de sobrenaturaleza se llega mediante la apertura a los
signos: un modo inmediato de comunicarse con las cosas,
de estar en el mundo, que nos hace capaces de “escuchar”,
ver y oír aquello que nos moviliza, la luz que nos guía hacia
si desde el mismo centro de las cosas. Nosotros no podemos
comprender lo que es sentir plenamente porque nacemos
como anestesiados. Nos parece horrible lo que les hacen a


el isl a m en de mo c r ac ia

esos hombres, pero nosotros mismos nos lo hacemos a diario.


Embotamiento sensorial: televisión, alcohol, drogas, coca-
cola, sexo rápido, comida basura, competitividad, ausencia
de ternura. El proceso a que se están viendo sometidos habla
por sí mismo: ¿qué testimonio más clara de la actitud del kâfir
contra el mûmin que la imagen de unos hombres tratando
de quitarle la sensibilidad a otros? ¿Quién sino esos hombres
merece la ayuda de Al-lâh?
Los gobernantes norteamericanos no alcanzan a
comprender el comportamiento de los talibanes, así que
tratan de desentrañarlo. Se trata de una imagen del hombre
tratando de robarle los sentidos al hombre. Los talibanes no
están siendo tratados como animales, sino que se combate
contra su sensibilidad, considerando que es esa sensibilidad
la que los hace capaces de enfrentarse a ellos. Lo que nos
ha llamado la atención es el método empleado: la privación
sensorial. La doctora Helen Bamber, de la Fundación Médica
para la Atención a Víctimas de la Tortura ha trazado el cuadro
“clínico” del caso:
Los prisioneros deben sentirse desestabilizados y pro-
bablemente se desmoronarán. También estarán sufrien-
do horribles alucinaciones, perderán el equilibrio y es
posible que piensen que se han vuelto locos. Probable-
mente tendrán ataques de pánico, cambios de humor,
terribles pesadillas, y se sentirán muy desequilibrados.
La privación sensorial es un ataque contra la identidad
que pone en peligro la noción de quienes son.
Esta descripción me ha recordado la obra de Martín Lings
sobre el Shayj al-Alawî, Un santo suf í del siglo xx. En esta


Kafir y mumin en Guantánamo

obra se explica que el Shayj al-Alawî tenía la costumbre de


hacer que sus discípulos entrasen en lo que denominamos
jawla: retiro espiritual. Martín Lings escribe:
Si el recuerdo de Al-lâh es el aspecto positivo o celestial
de toda mística, su aspecto negativo o terrenal es el
renunciamiento a todo lo que no sea Al-lâh (…) una
de las prácticas para conseguir la permanencia de este
retiro interior es el aislamiento corporal, que, en una
forma u otra, de manera constante o temporal, es una
característica de casi todas las órdenes contemplativas.
Sobre esta práctica, uno de los más destacados discípulos
del Shayj al-Alawî, ‘Abd al-Karîm Jossot cuenta que el Shayj
le dijo:
La jalwa es una celda en la que pongo al novicio después
que me ha jurado no abandonarla durante cuarenta días
si fuese necesario. En este oratorio no debe hacer nada
más que repetir incesantemente, día y noche, el Nombre
Divino (Al-lâh), alargando en cada invocación la sílaba
“ah” hasta que se le acaba el aliento. Previamente debe
haber recitado la Shahâda (lâ ilâha illa-L-lâh), setenta y
cinco mil veces. Durante la jalwa ayuna estrictamente
durante el día y sólo rompe el ayuno entre la puesta del sol
y el alba… Algunos fuqarâ obtienen la iluminación súbita
al cabo de unos minutos, otros sólo la obtienen al cabo de
varios días, y otros al cabo de varias semanas. Conozco
a un faqír que esperó ocho meses. Cada mañana me
decía: “Mi corazón está todavía demasiado endurecido”,
y continuaba su jalwa. Al final sus esfuerzos fueron
recompensados.


el isl a m en de mo c r ac ia

Pero, ¿qué sucede exactamente en una jawla? ¿acaso existe


algún tipo de conexión entre ello y la “privación sensorial” a
la cual los presos de Guantánamo se están viendo sometidos?
Es a partir de establecer esta extraña conexión entre un
retiro espiritual voluntario y un encierro forzoso cuando he
empezado a percibir otra cosa en esas imágenes, re-leído esas
imágenes a partir de un presentimiento: ¿y si en verdad la
realidad de lo que nos presentan no fuese exactamente esa? ¿y
si esas imágenes afectasen tan solo a una dimensión (profana)
de la vida, y que en realidad lo que estuviese sucediendo fuese
un sacrificio, la entrega de la víctima a la eternidad de donde
nace? ¿Y si Al-lâh estuviese utilizando todo eso para tener
más cerca de si a los creyentes, estrecharlos fuertemente
junto a si…?
Es evidente que esta comparación no es en absoluto
pertinente, pues en el retiro espiritual existe una voluntad
manifiesta, así como una preparación psicológica previa,
mientras que en el encierro se dan unas condiciones
de violencia externa que quiere destruirlos. El encierro
voluntario se realiza asistido por un Shayj o en un marco de
conocimiento… Mientras que el marco en el cual despiertan
cada día los talibanes de Guantánamo no tiene nada que ver
con eso, sino con las perversiones más aborrecibles. Sé que es
así, pero no puedo olvidar que esos hombres son musulmanes,
personas que han decidido someter voluntariamente su vida
al Creador de los mundos, que saben que no existe nada salvo
Al-lâh, y que Él es el Único, Insondable. Es decir: no se hayan
en el marco apropiado para desarrollar positivamente lo que
les ha tocado vivir, pero poseen la protección de su Islam
como única posibilidad de transformar el terror en otra cosa.


Kafir y mumin en Guantánamo

Para expresar lo que puede llegar a suceder en un encierro


realizado sin un guía, debo referirme a la única experiencia
a la cual he tenido acceso. Todos los contemplativos
desaconsejan esta clase de retiros, realizados caóticamente,
sin la preparación precisa. Son muchos los peligros que se
corren, del tipo de los señalados por la doctora Bamber:
“estarán sufriendo horribles alucinaciones, perderán el
equilibrio y es posible que piensen que se han vuelto locos.
Probablemente tendrán ataques de pánico, cambios de humor,
terribles pesadillas”. Podría buscar en la literatura mística,
opiniones de sabios que describen los procesos internos del
novicio, o bucear en la literatura de la psicología clínica, pero
he creído más gráfico reproducir un texto de escatología. En
este fragmento (muy literario, escrito a posteriori) se refiere
a un estado próximo al de la privación sensorial:
Hay un sabor a células y barro, sabor a sangre en la boca
enterrada, sopor de cielo negro en la mirada. La noche, la
inmensa medianoche tiene que cruzar muy lentamente,
tiene que ir de un lado a otro del cerebro arrasando con
todo. Al ocultarse nos obliga a imaginarla viva, a verla
en la conciencia, a verla sin ojos, en nuestro corazón
desheredado, poblado por tifones, por monstruos y
titanes. Los oídos se cubren con un manto de seda negra,
bajo el cual los suspiros estallan sin destino. Tocamos
sombras y tocamos restos, la descomposición de nuestro
cuerpo en barro, la creación desde la nada… En las capas
oscuras de la muerte, en los estratos minerales de un
cuerpo grande como una montaña, en tu propio y viscoso
interior, existe un precipicio. Es mucho más que oscuro,
su apariencia es caótica y salvaje, es un pozo de pozos,


el isl a m en de mo c r ac ia

la quintaesencia de los pozos. Ese precipicio te reclama:


la muerte reclama tu desnudez de miedo. Reclama
de ti todas las fantasías, todas las creencias, todas las
coartadas, te reclama como cuerpo desnudo y expuesto
a la mirada de las ratas, te reclama como hombre, y no
como ingeniero, estudiante, poeta, español, peruano,
tendero, judío, creyente o europeo. Te reclama sin nada
de todo eso, sin ni siquiera nombre, sin ningún signo
distintivo, sin rostro y sin pasado, sin color de cabellos ni
de ojos, tan solo como cosa viva, conglomerado de huesos
y de sangre, de venas y de nervios, te reclama el estómago
vacío, las vísceras hinchadas, los ojos arrancados. Ese
precipicio, lo creas o no, es Al-lâh.

Este fragmento se refiere a la inmersión en lo que Jacob


Böhme llamaba el “ungrund”: el abismo sin fondo de lo
indeterminado, en el cual nace el espíritu. También podría-
mos evocar la “luz negra” fisiológica de los teósofos persas
evocada por Corbin en El hombre de luz en el sufismo iranio.
La luz negra está asociada con el Profeta Isa (la paz de Al-
lâh y Su salat sean con él) y éste con la fuga de la muerte. El
sentimiento dominante es el de descomposición, y no otra
cosa les puede estar pasando a los talibanes. La descomposici-
ón afecta sobretodo a la propia personalidad, de ahí las
palabras de la doctora Bamber: “la privación sensorial es
un ataque contra la identidad que pone en peligro la noción
de quienes son”. Lo curioso es que esto parecido a lo que el
novicio busca en la jawla: romper los límites del ego para
“recomponerlos” en Al-lâh. Romper con la propia identidad
es encontrar la universalidad del hombre, ese estado adámico


Kafir y mumin en Guantánamo

de toda criatura antes de verse mediatizada, limitada a unas


determinadas condiciones. Se necesita una gran fortaleza
para superar esa prueba. Se necesita, verdaderamente, la
ayuda de Al-lâh subhanna wa ta’ala para no quedar atrapa-
dos en el abismo de nuestra propia nada…
En las prácticas de iniciación, la privación sensorial tiene
como objeto arrancar nuestros sentidos del tiempo lineal,
donde los sabores se van uno tras de otro, para centrarlos en
el tiempo presente, en lo absoluto del instante. Me explico
(y trataré de hacerlo de la manera más gráfica posible, aún a
riesgo de caer en la caricatura): si vamos deprisa no tenemos
tiempo de captar del todo los sabores y olores que la
Creación nos ofrece. Cuando nos cruzamos con una imagen
o un paisaje hermoso necesitamos pararnos, tratando de
retenerla el mayor tiempo posible. Dado que el instante
tiene una dimensión interna que puede prolongarse, la
privación sensorial consiste en realizar ese parón hasta el
punto de que esa temporalidad interna (circular) del instante
se superponga en nuestra cotidianeidad a su dimensión
causal (lineal). Es por eso que se trata de romper la conexión
casual entre las cosas, con el objeto de ver que una cosa no
sucede tras otra como un añadido, sino que cada instante
aparece desde si mismo como una teofanía. Se trata pues
de negar la sensibilidad en un plano para afirmarla en otro
plano. El primero es lo que en árabe se llama el “Dunia”:
el mundo de las apariencias, donde todo sucede como
consecuencia de otra causa, donde nada nos moviliza ni
conmueve verdaderamente. El otro mundo es el “Ajira”: la
presencia absoluta del instante, donde captamos a través de
los sentidos la luminosidad del mundo.


el isl a m en de mo c r ac ia

Quien ha pasado experimentalmente (aunque sea en alguna


ocasión) del Dunia (lo mundano) al Ajira (el “Jardín”) sabe
que son el mismo mundo, que se corresponden milímetro
a milímetro. Lo único que ha cambiado es su percepción de
las cosas y los actos, su captación del carácter simbólico del
mundo.
Pero a aquellos que han llegado a creer y hacen buenas
obras dales buenas nuevas de que tendrán jardines por
los que corren arroyos. Siempre que se les den, como
sustento, frutos de ellos, dirán: “¡Esto es lo que antes
recibíamos como sustento!”
qur’an, sura 2 al-baqara, ayat 26
Ahora mismo estamos en el Ajira, ahora estamos en el
Dunia: lo que llamamos espiritualidad es una cuestión de sen-
sibilidad. En los procesos iniciáticos, y en diversas culturas, en
el trayecto de uno a otro estadio se realizan prácticas que po-
dríamos calificar de privación sensorial. Existe un punto en el
cual ya hemos penetrado, cruzado la frontera. Ya que trata-
mos de Cuba citaré al poeta cubano Lezama Lima: “a partir de
un momento no hay retorno, ese momento es el que debemos
alcanzar”. A partir de ahí el hombre ya se ha hecho “capaz de
Al-lâh”, de reconocer la luminosidad del mundo.
En el Qur’an se llama mûmin al ser que mantiene la acti-
tud de apertura (imân) de sus sentidos a la luminosidad
del mundo y kafir a quien rechaza que esa luminosidad
exista. Del mismo modo que el mûmin se desplaza del
Dunia al Ajira, el kâfir se desplaza desde el Dunia al Nâr.
El uno camina hacia el instante, el otro en busca del poder
hacia la historia. Para tener poder hay que insensibilizarse


Kafir y mumin en Guantánamo

ante el dolor ajeno, hay que ser absolutamente despiadado,


calcular los beneficios fríamente. Es por eso que el Qur’an
nos dice que kâfir (lejos de ser un ateo o un infiel, como se
traduce habitualmente) es aquel que tiene “embotados los
sentidos”:
Al-lâh ha sellado sus corazones y sus oídos,
y sobre sus ojos hay un velo…
qur’an, sura 2 al-baqara, ayat 7
Esos hombres son los kuffar, que no han despertado el
cuerpo sutil, que tienen ojos que no sienten, oídos que no
piensan. El kâfir no solo rechaza sino que combate toda
posibilidad de trascender el Dunia, pues esa trascendencia
hace que su poder carezca de sentido. Mientras más trata de
controlar el mundo más se acerca al Fuego (Nâr). Mientras
más controla más poder ficticio acapara, más capaz se hace
de inventarse nuevos modos de destrucción de cualquier
forma de sensibilidad que nos permita superar la dispersión,
quedando liberarnos de la historia.
Volvamos a Guantánamo, para tratar de contestar
a la última pregunta: ¿qué está sucediendo? ¿cuál es la
posición de los unos y los otros desde el punto de vista de
la escatología? Leamos, pues, el signo de Guantánamo: aquí
nos encontramos la imagen del kâfir tratando de destruir al
mûmin, tratando de privarle de sus sentidos. Se trata de un
experimento “religioso”.
Si nos fijamos en las imágenes de Guantánamo desde el
punto de vista del Dunia, vemos una realidad desplegándose
ante nosotros: unos soldados que vencen sobre otros. Pero
si traspasamos los velos y nos dirigimos al corazón de la


el isl a m en de mo c r ac ia

imagen, a su centro (a ese punto desde el cual, recordémoslo,


no hay retorno) el valor de la imagen se invierte, y nos damos
cuenta de que los soldados norteamericanos se mantienen
presos de esas imágenes, rondando las rejas de la cárcel que
creen haber construido para encerrar a los creyentes, pero en
la cual los presos verdaderos ellos mismos: pues están “entre
los perdedores”. Por el contrario, si comprendemos que esa
prisión es el Dunia que se desdobla para convocarnos al Jardín
o al Fuego, comprendemos que mientras los Kûfara viven en
la cárcel los mumin viven en estado de jawla, y ya estaremos
preparados para reconocer que en verdad los talibanes están
siendo entregados al Ajira, donde la misericordia infinita de
Al-lâh habrá de recogerlos.
Combatir el Islam es combatir la propia sensibilidad del
hombre, el hecho de que tenga ojos para la belleza, oídos para
escuchar a los malaikas, un rostro para responder a la llamada
de la lluvia, un tacto a través del cual intuir la pura presencia
de Al-lâh en la criatura. Una serie de verdades eternas que el
Islam está haciendo evidentes una vez más aquí y ahora. Una
capacidad de resistencia capaz de ir más allá de lo pensable,
una plena conciencia de Al-lâh que hace del hombre un ser
invulnerable.
Pero solo Al-lâh sabe.
Quiero proponer un du’a, una plegaria por los presos de
Guantánamo, y de todas las prisiones subterráneas de
este mundo, un du’a pidiéndole a Alâh subhana wa ta’ala
que les asista en el momento en que sientan al ángel de la
muerte rodeándolos despacio, en el que sientan como el
suelo desaparece bajo sus pies y el universo se reduce a un
punto…


. la mejor película del mundo sobre
terrorismo

“La expresión cultural auténtica del hambre es la violencia”


glauber rocha
el terrorista torturado

E n un artículo publicado en El País (28/11/2004),


Michael Ignatieff afirma: “La mejor película que se ha
hecho sobre terrorismo —La batalla de Argel (1965), de Gillo
Pontecorvo— se rodó a instancias de un terrorista”.
El terrorista en cuestión es Saadi Yacef, quien aparece en
el film interpretándose a si mismo. Líder militar del Frente
de Liberación Nacional (fln), Yacef es autor del libro La
bataille d’Alger, que filmó Pontecorvo. Estuvo arrestado entre
1957 y 1962 por los franceses, siendo tres veces sentenciado
a muerte. Los relatos de las torturas a miembros del fln son
autobiográficos.
Actualmente, Yacef tiene 76 años y goza de gran vitalidad.
En una entrevista realizada a raíz de su reciente visita a Brasil,
recordaba: “Hubo mucho coraje, pero también mucho horror.
A veces, al poner una bomba, yo lloraba, porque sabía que iba
a destruir vidas. Hoy, no soy capaz de matar ni a una gallina.


el isl a m en de mo c r ac ia

Y perdonaría a quien me torturó. Para mí, ese capítulo está


cerrado. Ahora lucho por la paz”.
Esta “lucha por la paz” se concreta en su cargo de
senador en Argelia, donde combate a nivel político contra
el fundamentalismo. Ha condenado reiteradamente los
ataques terroristas realizados en nombre del islam: “Existe
un verdadero islam, que es el de Muhámmad. Y un falso
islam, que esas personas se inventan. Muhámmad nunca dijo
que las mujeres debían usar velo, ni que las personas debían
matar por Al-lâh”.
de argel a bagdad
Esta no es la primera vez que se trae a colación la película de
Gillo Pontecorvo para hablar de la guerra de Irak. Hace unos
meses, Pascual Serrano publicó un artículo (Rebelión, 10-04-
04), donde se señalan los paralelismos:
“Los acontecimientos en Bagdad, e incluso los de Madrid,
hacen recomendable recordar la película La batalla de
Argel. Una película que relata la lucha del pueblo argelino
por su independencia (…). En el relato se suceden los
atentados contra policías franceses por parte de los
activistas del fln para continuar la escalada de violencia
mediante la colocación de bombas en centros de reunión
civiles, tanto por las autoridades francesas como por los
militantes independentistas. (…) La onu, como ahora, se
desentiende y no prospera ninguna resolución que ayude
a encontrar una salida. La megafonía de los ocupantes
franceses hace un llamamiento a la población: “Colabora
con nosotros para lograr una Argelia libre y democrática,
no colabores con los terroristas”. Vuelve a nuestra


La mejor película del mundo sobre terrorismo

mente la imagen de Bagdad. Cuando los periodistas le


preguntan al coronel francés Matieu por las acusaciones
de tortura responde: “¿Francia debe quedarse en
Argel?. Si su respuesta es que sí, deben aceptar tales
consecuencias necesarias”. Vuelve la tozuda actualidad.
La violencia de los ocupantes genera más violencia:
atentados indiscriminados contra viandantes, vehículos
kamikazes contra las viviendas, hombres-bomba cuando
se entregan. Familiar, ¿verdad?”

bush se interesa por argelia


En enero del 2004, La batalla de Argel fue reestrenada en
algunas salas de Estados Unidos, con un éxito inusitado.
La ocasión no podía ser mejor, en pleno estallido de los
escándalos por las torturas en Irak.
También en el Pentágono se han dado cuenta de lo
conveniente de ver este film para comprender la situación
actual. Según Bruce Hoffman, experto en terrorismo de la
Rand Corporation, la oficina de Conflictos de Baja Intensidad
del Pentágono vio La batalla de Argel en un pase privado en
agosto del 2004.
La invitación a los altos cargos y funcionarios del
Pentágono decía lo siguiente: “Cómo ganar una batalla
contra el terrorismo y perder la guerra de las ideas. Niños
disparan contra soldados, mujeres ponen bombas en
cafeterías… Los franceses tienen un plan. Tiene éxito desde
el punto de vista táctico, pero fracasa desde el punto de vista
estratégico. Para entender por qué, venga a la proyección de
esta película”.
Lo que preocupa al Pentágono es lo siguiente: el film de


el isl a m en de mo c r ac ia

Pontecorvo muestra como una victoria militar aparente es


inseparable de la derrota política que acabará llevando al
país a su independencia. Para Hoffman, “la película muestra
que a través de la historia, sin importar el país, hay una
tendencia a hacer caso omiso del silencio de los habitantes en
una insurgencia” hasta que es demasiado tarde y es entonces
la población civil sufre una metamorfosis convirtiéndose en
“algo poderoso”.
La clave es la siguiente: los rebeldes viven mezclados
entre la población civil. Cuando los franceses atacan a los
insurgentes, atacan a todos los argelinos, no son capaces
de distinguir unos de otros. No importa que seas o no
miembro de la resistencia, en cualquier momento puedes
morir ametrallado, mientras estas rezando en la mezquita, o
tratando de ganar unas monedas para mantener a tu familia.
Bombardeos indiscriminados contra la población civil,
como en Indochina, como en Vietnam, como en Iraq… al
final, Pontecorvo muestra las pancartas: “Argelia = fln”. La
propia victoria militar de los colonizadores ha establecido la
identidad entre el pueblo y la resistencia.
En el referéndum para la autodeterminación, celebrado
en marzo de 1962, la mayoría de los argelinos votó de forma
abrumadora por la independencia: 6.000.000 de votos a
favor frente a 16.000 en contra. Al parecer, la película ha
sido proyectada en la Casa Blanca, en pase privado para el
presidente Bush.

cine y terrorismo
¿Es La batalla de Argel “la mejor película que se ha hecho
sobre terrorismo”? Si de gustos cinematográficos se trata,


La mejor película del mundo sobre terrorismo

todos tenemos derecho a dar nuestra opinión. Alguien puede


preferir L’Armée des ombres (El ejército de las sombras, 1969),
el bello homenaje de Jean Pierre Melville a la resistencia
francesa contra la ocupación nazi. Otros recordarán las
películas políticas de Solanas, Littín o Sanginés… Podríamos
incluso remontarnos a La madre (1922) de Pudovkin, una
muestra de la toma de compromiso de “una madre” con la
lucha armada en la Rusia pre-revolucionaria. En España, me
viene a la memoria Agustina de Aragón (1950), un bodrio
nacional-católico de Juan de Orduña, donde la tal Agustina
frenaba a cañonazos el avance de los pérfidos franceses.
La mayoría de estos filmes toman partido por lo que
ahora se llama “terrorismo”, en un sentido romántico,
incluso panfletario. Lo extraordinario del film de Pontecor-
vo es el perfecto equilibrio que mantiene entre la mirada
documentalista y su implicación en los sucesos. No hay
inocentes ni culpables, por lo menos en un sentido superficial.
No se trata de un retrato de una “resistencia justa” que emplea
“métodos nobles”. En el fondo, la batalla de Argel no es militar.
Es la batalla por lograr el apoyo de la población al fln, y esto
se logra provocando una escalada represiva por parte de los
ocupantes.
Pontecorvo no es en absoluto maniqueo. El mismo
conocía los laberintos de la lucha de guerrillas: afiliado
con 19 años al Partido Comunista italiano en 1940, ingresó
dos años después en la resistencia armada y terminó man-
dando la Tercera Brigada de partisanos que liberó Milán de
los nazis. Es decir: él mismo fue considerado como un
terrorista por las fuerzas de ocupación contra las que se
rebeló.


el isl a m en de mo c r ac ia

tierra en trance
Durante la elaboración de las líneas anteriores he recordado
Terra em transe (1967), del cineasta brasileño Glauber
Rocha. Este film no habla directamente del terrorismo, sino
de la desesperación, del fracaso de la izquierda política en
la América Latina, del avance inexorable del fascismo. Una
realidad que estalla en la imagen final del protagonista
enarbolando una metralleta en un contrapicado inolvi-
dable.
Frente a Pontecorvo (mirada de documentalista), la estética
de Rocha nace en las entrañas. No es un film objetivo, sino
un vómito de amor, de horror y de impotencia. La suya no
es ni pretende ser la resistencia de los “buenos-demócratas-
civilizados” frente a la barbarie de los “malos-tiránicos-nazis”,
sino la rebelión de los feos y andrajosos tercermundistas
contra la pulcritud de una maquinaria político-económica
que no deja un resquicio para la esperanza.
Sobre Terra em transe dijo Rocha: “La filmé con repulsión.
El montajista me dijo que no había ni un solo plano bonito.
Todos los planos son feos, porque trata sobre personas
perjudiciales y sobre un paisaje podrido en falso barroco”.
La estética de Rocha nos recuerda al análisis que hace
Ignatieff sobre las grabaciones de decapitaciones en Irak. Se
trata de provocar repulsión, de mostrar la convulsión que se
apodera de los seres vivos en la espiral de la podredumbre
institucionalizada.
El paisaje de fondo es el de la política internacional.
La hipocresía en toda su crudeza, los asesinatos en masa
presentados como obras de civilización frente a la barbarie
de los musulmanes, la tortura aceptada como instrumento de


La mejor película del mundo sobre terrorismo

liberación. El mito de la superioridad de la cultura occidental


en toda su crudeza.
Rocha lo dijo claramente: “No profeso respeto alguno
por la cultura europea y, al mismo tiempo, considero que
nuestra cultura comienza desde cero. Comienza de la historia
generada por el hambre”.
Rocha se sitúa donde nadie se atreve a situarse. La violencia
no nace de la nada, sino en los estómagos vacíos ante la tierra
devastada por la apisonadora del mercado. La violencia
política es mesiánica, tiene mucho que ver con la mística,
surge en el trance provocado por el hambre. El éxtasis se ha
comparado con la muerte, como una catarsis purificadora.
La palabra portuguesa transe alude, para Rocha, a “un
estado de convulsión desvelada que asaltaba a la conciencia
creadora, le daba su verdadero impulso y no permitía que
la obra realizada se independizase de los espasmos que
la habían originado”. No una tesis política brillante, sino
un espasmo continuado. Esto nos ayuda a interiorizar las
imágenes de nuestra violencia cotidiana, para devolverlas
como acto creativo.
No es que Rocha fuera partidario del terrorismo. Se trata
de la mirada que se lanza sobre la política desde un estómago
vacío. Rocha definió su estética de forma contundente:
“Nuestraoriginalidadesnuestrahambre,delaqueproceden
todas nuestras miserias. La expresión cultural auténtica
del hambre es la violencia. La estética de la violencia
es revolucionaria, no primitiva. En esta fase, incluso
el colonizador deberá prestar atención al colonizado.
Sin embargo, esa violencia no es concitada por el odio,
sino por el amor, por una amor de la acción, del cambio.”


. el -m y la deriva de la democracia

(tras la conmoción de los atentados de atocha)

E spaña atraviesa momentos de dolor y profunda


tristeza. Las imágenes de la masacre, los cuerpos sin vida,
las cifras, las mutilaciones. Un horror incalculable, cuyos
efectos se dejarán sentir en nuestro país durante largo tiempo.
Es el momento de plantearnos seriamente: ¿qué ha sucedido?
¿Por qué un país cuyas gentes son mayoritariamente pacíficas
y están en contra de toda forma de terror se ve azotado por
una masacre de esta magnitud?
El dolor ha dejado paso rápidamente a las especulaciones
y la instrumentalización electoral de la muerte. Se habla de
dos posibilidades, como si no hubiera más móviles posibles
que la guerra de Irak o el independentismo vasco. En el
entramado de artículos y opiniones aparecidas durante los
días posteriores, una cosa parece innegable: todo el mundo
actúa según sus intereses, ve lo que quiere donde quiere y
acusa sin pensarlo demasiado.
Vemos como la prensa francesa mayoritariamente señala
a al-Qaeda, y ya ha dado por hecho su implicación en el
atentado, repitiendo una y otra vez: esta es la consecuencia de


El 11-m y la deriva de la democracia

la entrada de España en la guerra, reforzando así la opción


de Francia contra la invasión de Irak. La prensa inglesa y
norteamericana también especula con la misma posibilidad:
se habla del 11-s europeo, y de la necesidad de tomar medidas
policiales contra el “terrorismo islámico”, una nebulosa que
sirve para todo.
Consciente de las especulaciones que se estaban produ-
ciendo en todo el mundo, el gobierno ha tratado de dirigir las
miradas hacia el terrorismo de eta. La Ministra de Exteriores
Ana Palacio envió a las 17.28 horas del jueves a todos los
embajadores de España el siguiente telegrama: “Deberá ve
[vuestra excelencia] aprovechar aquellas ocasiones que se le
presenten para confirmar la autoría de eta de estos brutales
atentados, ayudando así a disipar cualquier tipo de duda que
ciertas partes interesadas puedan querer hacer surgir” (infor-
mación aparecida en El País). Justo en un momento en el cual
la autoría de eta estaba siendo cuestionada.
Todos los medios, con muy pocas excepciones, están
privilegiando una u otra hipótesis en función de su ideología.
Ningún medio logra sustraerse del todo a esta norma,
como tal vez nos pasará a nosotros. Los partidarios del pp
han pasado de puntillas sobre la posible implicación de la
“resistencia iraquí”. Los anti-PP han dado credibilidad a estas
hipótesis, de un modo más o menos abierto, según el talante
de los medios.
Siendo todavía temprano para cerrar cualquier hipótesis,
no lo es para que hablemos de responsabilidades. Se trate o
no de un atentado vinculado a la “resistencia árabe” (como
sugirió Otegi, con calculada malicia), la responsabilidad
política del pp es insoslayable.


el isl a m en de mo c r ac ia

En los últimos años, hemos asistido a una degradación


progresiva de la democracia, nos hemos acostumbrado
hasta tal punto a las mentiras de las instituciones que
cualquier comunicado oficial es puesto automáticamente
en entredicho. No son solo casos puntuales como el del
Prestige, el del Yak-3, escándalos como el de Gescartera,
o la entrada en una guerra criminal y el servilismo a los
intereses extranjeros. La degradación a la que asistimos es la
de los propios principios que deberían estar en la base de la
democracia: el diálogo, la aceptación de la diversidad como
un bien, el desarrollo de las libertades, la profundización en
todos aquellos valores que hagan posible la convivencia pa-
cífica entre los diferentes.
Lejos de esto, el gobierno de Aznar ha fomentado políticas
exclusivistas, privilegiando el enfrentamiento, en busca de
una España monolítica y hegemónica, con pretensiones
imperiales y ausencia de una política social. La situación
actual es tan grave, que nos sentimos a la deriva. Tal y como
señalaba Gregorio Peces-Barba, el consenso Constitucional
que emergió con el fin de la dictadura se ha roto:
“El Partido Popular muta la idea constitucional de España
por la que tradicionalmente ha defendido la derecha,
que suscita desconfianza y rechazo entre la izquierda
y los nacionalistas. De nuevo las dos Españas están
presentes, y lo que la Constitución superó lo ha vuelto a
presentar la realidad con la victoria del Partido Popular,
que ha producido una gigantesca mutación en la idea
constitucional de España para sustituirla por esa idea
de la derecha de una nación expresión de una sociedad
cerrada que no admite los hechos diferenciales, sin que


El 11-m y la deriva de la democracia

éstos puedan configurar naciones culturales integradas


en la nación España.” (Gregorio Peces-Barba Martínez,
Las dos españas, el país - 17-02-2004)
Mucho se ha hablado y alabado la transición española.
Tras años de dictadura, y un largo pasado de oscurantismo
religioso, España se ha incorporado a la Europa democrática,
superando su propia imagen anclada en valores atávicos.
Los logros son evidentes. Pero existen demasiado signos de
retroceso, demasiados como para no sentir la deriva de la
democracia.
Las dos “pistas” que se han señalado como autoras del
atentado de Madrid apuntan precisamente a esa doble
negación del otro que fundamenta el nacional catolicismo
ultramontano: la demonización de las particularidades
nacionales y religiosas, la negación de los diferentes (sea
musulmán o catalán o vasco o magrebí), en nombre de
una unidad nacional con demasiados resabios del pasado.
Demasiado a menudo el terrorismo sirve para atacar legítimas
reivindicaciones, que se ven empañadas por aquellos que
recurren a la violencia.
Los musulmanes que vivimos en España asistimos atónitos
a una política que niega nuestros derechos y nos señala
como potencial enemigo de las instituciones. Muchos de los
musulmanes españoles que lucharon contra el franquismo,
militando en partidos de izquierda, ven como su la lucha por
una España plural y abierta se desmorona. Nadie atiende a las
reivindicaciones de las minorías religiosas. Nadie se presta
a exigir el desarrollo de la libertad y la igualdad religiosa,
aún cuando esta es una de las condiciones básicas de toda
democracia.

el isl a m en de mo c r ac ia

El adjetivo islámico es aceptado universalmente para


señalar el terrorismo. ¿Qué pensaría un cristiano de la calle,
el vecino del tercero, si constantemente oyese hablar del
“terrorismo cristiano” con respecto a las acciones del ira o
de las tropas aliadas en Iraq? ¿Qué pensarían si hablásemos
de un “terrorismo ateo” o “socialista”? Sin duda, más de uno
se sentiría molesto, y con toda la razón: el terrorismo no es
cristiano, ni islámico, ni ateo, ni budista. La aceptación de
estas expresiones daña la convivencia. En los últimos días,
como tras el 11-s, oímos cosas que nos estremecen. Varios
medios han reproducido las consideraciones de un supuesto
experto, según las cuales “España es un objetivo de los
musulmanes…” ¿Qué quiere decir esto? Que los musulmanes
somos extranjeros enemigos de España… Este tipo de frases
es corriente, hasta el punto de que ya nadie les presta la
menor atención: la relación entre las palabras “terrorismo” e
“islámico” parece incuestionable.
Incluso la prensa alternativa se deja arrastrar por la marea.
Medios de comunicación que deberían ser cuidadosos
con los derechos de las minorías, especialmente cuando
son perseguidas, no cesan de repetir expresiones de corte
reaccionario, muy vinculadas a aquellos que quieren imponer
un modelo social monolítico, borrando las diferencias y
desarraigando a los pueblos de sus tradiciones. Una gran
victoria para el Gran Hermano.
En estos momentos de dolor, debemos expresar nuestro
rechazo, no únicamente al terrorismo, sino a lo que significa:
el recurso a la fuerza para imponer las propias verdades a los
otros, la no aceptación de la diversidad de vías, de lenguas y
costumbres. La política de la exclusión y de la guerra frente


El 11-m y la deriva de la democracia

al camino del diálogo y de la resolución real de los conflictos:


justicia social, libertad religiosa y de conciencia.
Por la diversidad, por la plena consecución de la España
plural y democrática. Por una España que se acepte a si misma
como un cruce de religiones, de razas y nacionalidades, de
diferentes valores y expresiones culturales. Por un futuro
abierto, sin exclusivismos ni exclusiones… Gane quien gane
las elecciones del domingo, esperamos que sepa sacar al
país del pozo en el cual una gestión miope y sin perspectiva
histórica lo ha dejado, una visión que está llevando el país a
la ruptura, uno de cuyos signos se produjo el martes 11 de
marzo, el día en que el sueño de la razón de Estado del “gran
estadista” nos estalló en la cara.
Sea cual sea el autor de la masacre, el gobierno del José
María Aznar no puede eludir su responsabilidad, y esperamos,
por el bien de todos los españoles, que así sepan reconocerlo
los votantes. La España plural espera con impaciencia el
cambio, la vuelta a la normalidad democrática tras la ruptura
del consenso.


. el -m y la quiebra de la
mentalidad sacrificial

E n su editorial del día 16 de marzo, cinco días después


de los atentados y dos días después de la victoria del psoe
en las elecciones generales, el director de abc, José Antonio
Zarzalejos, escribe lo siguiente:
“Las más de doscientas víctimas mortales de los atenta-
dos del 11-m se habrían convertido en la confirmación
colectiva de esa percepción de riesgo que no ha llegado
a entender el sacrificio de vidas inocentes en aras de
principios y valores que se han interiorizado como de-
masiado abstractos y alejados.”
Creo que Zarzalejos, desde su hondo conocimiento de la
mentalidad española y de la actual coyuntura internacional,
ha dado en el clavo. Lo que en España ha sucedido tras los
atentados del 11-m contradice la respuesta habitual de un pue-
blo al ser atacado. Varios analistas internacionales han mos-
trado su sorpresa, sobretodo en los eeuu. Históricamente,
cuando un país es víctima de una agresión externa, triunfan
las posturas patrióticas belicistas y la población se pone en
manos de “líderes fuertes”, capaces de “afrontar con mano
dura lo que la gravedad de la amenaza exige”. Esto es justo lo


El 11-m y la quiebra de la mentalidad sacrificial

contrario a lo sucedido en España.


El director del abc no puede sino mostrase contraria-
do por la postura de los españoles. Según Zarzalejos, aque-
llos que han votado masivamente por el cambio y el fin de la
guerra de Irak no han comprendido que los doscientos dos
muertos y más de mil quinientos heridos del 11-m eran un
sacrificio necesario. Esta opinión concuerda con lo que di-
cen todos los manuales sobre manipulación de masas, desde
el clásico de Gustave Le Bon (1895). La estrategia del “ataque
exterior” para reforzar la candidatura belicista tiene mucho
que ver con Clausewitz: un medio de retirar del mapa políti-
co las posturas dialogantes, que se muestran débiles e incon-
gruentes con la realidad de la masacre. También tiene que ver
con René Girard. Este antropólogo francés nos ha mostrado
como el sacrificio es un mecanismo mediante el cual un gru-
po homogéneo se cohesiona. No hay un lazo más fuerte que
el que une a las gentes que han participado en un sacrificio,
sea un linchamiento (como en el oeste) o sea un sacrificio vo-
luntario.
Siguiendo esta lógica (que tiene mucho que ver con cier-
to cristianismo), Zarzalejos pretende presentar a las víctimas
del 11-m como gentes “sacrificadas en aras de principios y va-
lores…” Esta frase es estremecedora. ¿Sacrificadas por quién,
en nombre de que valores? ¿Serán valores contantes y sonan-
tes, valores bursátiles o valores morales? En realidad, califi-
car de sacrificio un crimen tan horrendo es darle un tinte casi
mítico, justificarlo como algo necesario. Sin embargo, para
que un sacrificio sea tal, debe ser realizado voluntariamente,
lo cual no es el caso de la mayoría de los obreros e inmigran-
tes que murieron el 11-m.


el isl a m en de mo c r ac ia

Para Zarzalejos, estos valores son, por supuesto, los de la


civilización occidental (y cristiana), que son amenazados por
el fanatismo islámico. Pero esto no es así para la mayoría de
la ciudadanía. La respuesta y constantes muestras de solida-
ridad y de apoyo que en Junta Islámica hemos recibido estos
días es una muestra de que la mentalidad sacrificial ha entra-
do en quiebra en España. ¡En la España de los toros y del na-
cionalcatolicismo! Tenía que ser, precisamente, aquí. Así es
la historia, así salen los pueblos de las sombras del monoli-
tismo y la oscuridad de las pulsiones a la luz de la conciencia.
La España plural, de la diversidad cultural y religiosa no es ya
la España de los años cuarenta.
El hecho es que los valores en nombre de los cuales es-
tos trabajadores, obreros e inmigrantes deberían conside-
rarse como “víctimas sacrificiales” tienen muy poco que ver
con los valores de esos trabajadores e inmigrantes, algunos
de ellos musulmanes. Así se demostró el 14 de marzo, el día
de la independencia de España, el día en que el “Nunca Más”
a la guerra, la manipulación y la mentira estalló en la cara de
los “grandes estrategas”, el día en que quince millones de es-
pañoles le dijeron un no rotundo al “trío de las Azores” y sus
intereses.
Esta es la verdad del asunto, que rápidamente se trata de
ocultar bajo un presunto enfrentamiento entre un mundo
occidental-civilizado y el mundo islámico. Ya nadie cree eso,
esa estrategia ha fracasado. Más bien, la falacia del choque de
civilizaciones ha servido para que los ciudadanos occidenta-
les conozcamos más a nuestros gobernantes y los entresijos
del sistema.
Justo en el momento en que se denuncia a grandes titula-


El 11-m y la quiebra de la mentalidad sacrificial

res el escándalo de la Halliburton y los contratos millonarios


en Irak, cuando el vicepresidente Cheney está siendo acu-
sado de corrupción y es un clamor el hecho de que la gue-
rra de Irak escondía intereses económicos, ¿cómo se atreve
Zarzalejos a presentar a las víctimas de tal perversidad en
“víctimas sacrificiales”?
La sociedad española no es tan tonta como a algunos gus-
taría. No se ha dejado engañar por la “guerra por si acaso” ni
por la “cruzada de Bush contra el terrorismo”. No se ha de-
jado engañar por la idea del choque de civilizaciones ideada
por los estrategas del Departamento de Estado americano.
No se ha refugiado en una identidad colectiva, ni en un pa-
triotismo lastimado. Por el contrario, los atentados han sig-
nificado el despertar de la España plural, universalista y pa-
cifista, que considera tan suyos los muertos de Bagdad como
de Atocha. Se trata de un quiebre de la mentalidad sacrificial
en toda regla, del despertar de la conciencia planetaria frente
al patrioterismo ultramontano.
Y sin embargo, Zarzalejos está tranquilo. No importa tan-
to la derrota del PP como el hecho de que la “guerra global”
(el choque de civilizaciones, la idea del occidente amenaza-
do) continúe. En realidad, se espera que el psoe se mantenga
en lo esencial en la línea del pp: militarización contra el te-
rrorismo, colaboración europea en la guerra de Bush, cierre
de fronteras, mantener al pueblo en un estado de terror cons-
tante… El espectáculo debe continuar.
Al final de su editorial en abc, Zarralejos insiste:
“Será importante saber quién perpetró la matanza del
11-m en Madrid, pero lo será mucho más la psicoterapia
colectiva que ante esa guerra larvada que es el terrorismo


el isl a m en de mo c r ac ia

—indiscriminado, cruel, fanático y destructor— habrá


que desarrollar para que la sociedad detecte el origen
del mal y acepte que la defensa de lo que somos y del
futuro depende de un acto de determinación y, eventual-
mente, de sacrificio. Y como quiera que corresponderá
al Gobierno socialista abordar esta terapia, no cabe sino
una leal colaboración porque lo que está en juego no es
un partido, ni una idea, ni un proyecto concreto, sino la
convivencia digna y libre en una democracia que debe
zafarse del miedo difuso y paralizante que expanden aquí
y allá estos o aquellos terroristas. Esa ha sido la cuestión
de fondo el 14-m y lo será por años para una sociedad
atenazada inevitablemente por riesgos cada vez más ace-
chantes.”
Según el director del abc, más importante que saber quie-
nes son los autores materiales y los instigadores de la matan-
za de Atocha, el deber del nuevo gobierno es preparar a la
opinión pública española para nuevos sacrificios, ejerciendo
una especie de psicoterapia colectiva, para que el pueblo es-
pañol sepa recibir acontecimientos tan trágicos con espíritu
patriótico, como los americanos.
Se trata, por tanto, de restablecer esa mentalidad sacrifi-
cial que entró en quiebra el 11-m. Se trata de transformar a los
españoles e inmigrantes víctimas de los atentados de Atocha
como héroes de las multinacionales norteamericanas. Para
ejercer esta terapia, el propio director de abc ofrece su leal-
tad al gobierno del psoe. Esto está muy bien. Proponemos
que sea el propio Zarralejos quien nos de ejemplo de su es-
píritu sacrificial y se inmole (estilo Bonzo o estilo Jesucristo)
en nombre de esos valores (¿bursátiles?) a los cuales siente


El 11-m y la quiebra de la mentalidad sacrificial

tanto apego. A nosotros que nos dejen en paz: no a la guerra


por petróleo, no al servilismo a los intereses de multinacio-
nales que dominan la política mundial.
Nosotros creemos que los sucesos del 11-m no se han dete-
nido todavía. No se trata de la victoria socialista, que es solo
una anécdota o consecuencia menor de los sucesos de es-
tos días, sino de algo mucho más importante: la conciencia
global ha desplazado a la mentalidad sacrificial. Ahora todos
los españoles somos ciudadanos del mundo, hemos superado
nuestro pequeña patria y nos vemos abocados a un universo
plural, donde la diversidad es el signo de una creación que
nos desborda. Ahora estamos en la vasta tierra de Al-lâh, la
España cerril y el nacional-catolicismo han sido desplazados
del centro de gravedad, hacia las cavernas de la historia.


. el funeral de estado ignoró a las
víctimas no católicas del -m

E l día 24 de marzo se celebró en la Catedral madrile-


ña de la Almudena un funeral de Estado por las víctimas
del 11-m. A diferencia de los funerales por los atentados de
las Torres Gemelas y de Casablanca, donde estaban repre-
sentadas diferentes confesiones religiosas, el gobierno en
funciones del Partido Popular ha optado por una ceremonia
exclusivamente católica. No se tuvo en ningún momento en
cuenta el carácter plural de las víctimas del 11-m, sus diferen-
tes nacionalidades y creencias.
Ninguna bandera rumana o salvadoreña a media hasta,
ninguna referencia a los protestantes, musulmanes o evan-
gélicos que perecieron en Atocha. El funeral no fue para
los parientes de los tres marroquíes asesinados en Atocha.
Tampoco fue para las víctimas mortales de origen rumano
y confesión ortodoxa que perecieron el 11 de marzo, quie-
nes tampoco han acudido al acto. Estos han tenido que ser
honrados en solitario: una misa en Rumania de la que nadie
habla, un culto in memoriam protestante y un funeral or-
todoxo a las afueras de Madrid. Unos días antes tuvo lugar
en Rabat una celebración interconfesional en honor de las


El funeral de Estado ignoró a las víctimas no católicas del 11-m

víctimas del 11-m. El gobierno marroquí eligió la Catedral de


Rabat como lugar del acto, en una muestra de respeto que el
gobierno español ha devuelto con desprecio.
La decisión de celebrar una misa católica fue recibida in-
mediatamente con consternación por diferentes colectivos.
En una carta remitida al gobierno en funciones, represen-
tantes de las confesiones minoritarias defendieron un fune-
ral no confesional en un recinto civil. La carta viene firma-
da por representantes de la comunidad protestante, Mariano
Blázquez, la islámica, Riay Tatary, la judía, Jacobo Israel, y la
adventista, Rafael Calonge. Según el secretario ejecutivo de
la Federación de Entidades Protestantes, Mariano Blázquez,
“los muertos son de distintas religiones o de ninguna… Es la-
mentable que un Estado que presume de ser aconfesional or-
ganice un funeral católico”.
Tras la jornada de dolor y luto, son muchos los que
se preguntan: ¿cómo puede un Estado que se supone
laico ignorar a los padres de las víctimas no-católicas de
los atentados más sangrantes de su historia reciente? El
resultado de semejante despropósito era evidente: protestas
a viva voz, sillas vacías, descontento, familias excluidas…
Muchas de las víctimas del 11-M han sufrido en la Catedral
de la Almudena del desprecio de un gobierno que privilegia
a la confesión mayoritaria e ignora a las restantes, de una
falta de respeto ante el dolor de los que no comulgan con
sus principios religiosos. La ausencia de pluralismo y de
sensibilidad hacia las minorías que hemos sufrido durante
ocho años quedó reflejada en el último acto del gobierno
de Aznar.
La decisión del gobierno no ha podido ser más miserable.


el isl a m en de mo c r ac ia

A dos semanas de la terrible tragedia que asoló la estación de


Atocha y destruyó las vidas de tantos ciudadanos, el Estado
español y la Conferencia Episcopal han ofrecido al mundo
una muestra más de su talante exclusivista. Un gobierno y una
Iglesia que permanecen aferrados de manera tan escandalosa
a los valores del nacional catolicismo de la época franquista
no tienen ninguna autoridad moral para celebrar las exe-
quias de las víctimas del 11-m, trabajadores, estudiantes e
inmigrantes en su mayoría. Y muchos de ellos sin papeles,
ninguneados y condenados a la esclavitud y la ilegalidad por
el gobierno.

¿un funeral por las víctimas?


Muchos familiares han protestado, pero eso no importa. La
celebración no era para ellos. En el escenario, dos docenas de
obispos con sus uniformes. En primera línea, los políticos y
las autoridades (un puñado de jefes de Estado), que poco
dolor sienten realmente. La mayoría de ellos presentes por
motivos políticos y de protocolo. En segundo plano, las
familias de las víctimas, ninguneados y relegados a la parte
trasera de la catedral de la Almudena. ¿Para quién se celebra-
ba el funeral? ¿No es la muerte aquello que arrasa con todas
las jerarquías y los escalafones, que nos iguala ante nuestro
destino común de criaturas?
El mismo día de la ceremonia, la cadena Ser entrevistó a
varios familiares de las víctimas, que expresaron su indigna-
ción ante el hecho de que varios de los culpables de la inva-
sión de Irak (Blair, Aznar y Colin Powel) asistieran al fune-
ral de sus seres queridos: “Me niego a compartir mi dolor con
los verdugos”, manifestaba indignada una joven. Rabia ante la


El funeral de Estado ignoró a las víctimas no católicas del 11-m

insultante presencia de tantos políticos involucrados en la


guerra de Irak, y responsables de las muertes de civiles tan
inocentes como los de Atocha. El cinismo ha invadido de tal
modo la política que ya no queda espacio para nada más. Al
día siguiente de asistir a los funerales, Tony Blair se entrevis-
taba con Gadafi. Tras tantos años de ser llamado terrorista,
ahora parece que ha llegado a un acuerdo comercial con la
Shell, y eso es lo que cuenta.
El funeral de la Almudena, más allá de su emotividad y de
los gestos de humanidad mostrados por la familia real, que-
dará como uno de los signos más vergonzosos de un periodo
vergonzoso, donde la libertad religiosa que la Constitución
garantiza fue secuestrada por un gobierno que ha favorecido
de manera ostentosa al nacional catolicismo de corte funda-
mentalista y antidemocrático.
Quedará también en nuestra memoria el gesto de ese va-
liente ciudadano que se atrevió a encarar al ex-presidente del
gobierno en medio de la Catedral: “¡Señor Aznar, le hago res-
ponsable de la muerte de mi hijo!”. Un grito que constituye
un testimonio de verdad en medio de la escenificación y de
la manipulación de la tragedia. Según la gráfica descripción
del diario El Mundo, a la salida de la catedral, “Aznar camina-
ba literalmente detrás de los pasos del Rey Juan Carlos, como
buscando su protección y escapando a los posibles abucheos
de los presentes”.
El funeral de la Almudena no fue por las víctimas del 11-
M ni por sus familiares, relegados a un segundo plano, tras
la intrusión de las “personalidades”. En su despedida a los
asistentes, el Arzobispo de Madrid Rouco Varela ni siquiera
los mencionó. Sólo se dirigía a los políticos y a los obispos.


el isl a m en de mo c r ac ia

Mucha mención del Papa Juan Pablo ii, y muy poco respeto
hacia las víctimas.

una homilía para alimentar el odio


La lógica de la exclusión y del enfrentamiento presidió la ho-
milía de Rouco Varela. Según dijo, los terroristas “buscan mi-
nar las raíces cristianas de nuestras sociedades”. Semejante
despropósito —más propio de un propagandista que de un
sacerdote— quiere ignorar la realidad de la tragedia, trans-
formarla en un hecho mediático y manipulable. Se trata de
unificar a todos los muertos y ponerlos al servicio de una sola
causa: la del propio Rouco Varela, que se presenta como por-
tavoz de los valores (cristianos) que (supuestamente) fueron
atacados el 11-m. Sin embargo, el atentado no asoló ninguna
Iglesia, ninguna concentración cristiana ni católica, sino que
se cebó en la vida de los más desfavorecidos, de los obreros,
estudiantes e inmigrantes, muchos de ellos sin papeles.
El funeral de Estado, que debía honrar a todas las vícti-
mas y consolar a sus familiares y allegados, no logró tal cosa.
Por el contrario, la escenificación y la homilía del Arzobispo
de Madrid tuvieron como objetivo apropiarse de las muer-
tes y hacer de ellas un instrumento para su discurso. Una y
otra vez mencionó al jefe del Estado Vaticano, que nada tiene
que ver con los atentados, y se refirió a las muestras de soli-
daridad llegadas de “todo el orbe católico”, sin mencionar las
llegadas de otros ámbitos. Una y otra vez se refirió a la “co-
munión eclesial” y a “la Eucaristía”, al “sacrificio de la vida de
nuestros hermanos”, a “la esperanza cristiana”, dejando fuera
a gran parte de los afectados.
Todo esto es lamentable, pues la propia Iglesia posee her-


El funeral de Estado ignoró a las víctimas no católicas del 11-m

mosos argumentos que debieron ser utilizados. Una vez to-


mada la errónea decisión de realizar un funeral católico,
Rouco Varela debió optar por una homilía de carácter ecu-
ménico, en la línea del Concilio Vaticano ii, mencionando las
víctimas de las distintas religiones y nacionalidades, refirién-
dose al carácter sagrado de la vida, y evitando todo lenguaje
sectario. Lejos de eso, el Arzobispo de Madrid utilizó el esce-
nario para reiterar el discurso pre-conciliar de la Iglesia, para
mostrar al mundo su rostro más rancio y obsoleto.
Muchos ciudadanos se indignaron ante el intento de utili-
zación electoral del atentado por parte del gobierno. Ahora,
el escándalo es mayor, si cabe: la propia Iglesia Católica espa-
ñola manipula e insulta a los familiares de aquellos que mu-
rieron fuera del seno de la Iglesia, como si su memoria no
mereciese si quiera una mención, como si no hubieran sido
víctimas de la misma barbarie, del mismo terrorismo.
Cuando el presidente de la Conferencia Episcopal dice co-
sas tan oscuras como “¿Cuándo y cómo se puede hablar veraz-
mente de amor? Cuando se mira a Cristo clavado en la Cruz”,
nos ponemos a temblar. ¿Sólo hay amor verdadero cuando se
mira a la cruz? ¿Los que no miramos a la cruz no somos ca-
paces de amar con ese amor verdadero que distingue a los ca-
tólicos? Frases tan sectarias como estas están fuera de lugar
en una ceremonia de Estado, y aún más cuando sabemos que
muchas de las víctimas no comulgaban con la Iglesia.
¿Qué habrán sentido ante esta homilía los padres, los fa-
miliares y los allegados de Osama al-Amrati o de Oleksandr
Kladkovoy? Porque estos son algunos nombres de las vícti-
mas del 11-m, de las verdaderas víctimas, vidas humanas rea-
les y concretas, en su diversidad y su especificidad, no sus-


el isl a m en de mo c r ac ia

ceptibles de ser convertidas en un ente mediático al servi-


cio de ningunos intereses. Estos son algunos nombres de los
excluidos de la ceremonia, aquellos a los cuales el Estado es-
pañol y su Iglesia no consideran dignos de ser honrados al
mismo rango que las víctimas católicas (¿los “verdaderos
españoles”?).
¿Cómo puede uno llamarse a si mismo cristiano, llenar-
se la boca con la palabra amor y despreciar el dolor de los
que no comulgan con la Iglesia? ¿Fue el panfleto de Rouco
Varela una muestra de ese amor? ¿Cómo la Iglesia española
permite que un personaje tan siniestro la represente al más
alto nivel? La Iglesia Católica debería exigir a sus represen-
tantes que aprendan los mínimos modales precisos para no
andar enturbiando la convivencia en cada una de sus decla-
raciones, unos modales de los cuales Rouco Varela carece por
completo.
En su despedida, ni siquiera mencionó a los familiares de
las víctimas, tan sólo se dirigió a los obispos, al nuncio papal
y a las personalidades asistentes. Estos son los que le dan de
comer, los verdaderos destinatarios de su homilía. ¿Qué le
importa a Rouco Varela el dolor de las familias? Después de
su homilía, algunos pensarán que lo único que le importa es
seguir recibiendo los millones de euros que el Estado español
regala a la Iglesia cada año. Esta es nuestra historia, de la cual
permanecemos atrapados.


. ¿yihad en madrid?

Publicado en El País, 7/04/2004.

E n principio, consideramos que una discusión


sobre el Qur’án está fuera de lugar en un diario. Resulta
inapropiado citar a la ligera unos textos que han sido obje-
to de multitud de exégesis, y que forman parte del patrimo-
nio de la humanidad. Ante la gravedad de las acusaciones
vertidas hacia el islam en su conjunto por Antonio Elorza en
las páginas de El País (Yihad en Madrid, edición del 18 de
marzo), no tenemos más remedio que realizar las siguientes
puntualizaciones. En concreto, el señor Elorza se ha referido
a los versículos donde se autoriza a los musulmanes a com-
batir, como una muestra del carácter violento del islam. Sin
entrar en detalles, señalamos lo siguiente:
Literalmente, en los primeros años de su predicación,
Muhámmad realizó el ideal cristiano de poner la otra mejilla.
Las descripciones de tortura y persecución sufridas por los
musulmanes en Meca son desgarradoras. Cuando le pedían
permiso para defenderse, Muhámmad contestaba: “No se me
ha ordenado combatir”.
El Qur’án es explícito al respecto: responde a una mala


el isl a m en de mo c r ac ia

acción con una buena y aquel que era tu enemigo será tu ami-
go (ver Qur’án 13 / 22 y 23 / 96). De ahí las exhortaciones a
ser pacientes en la adversidad. Dios está siempre con los per-
seguidos.
Este periodo abarca la mayor parte de la vida de Muhámmad,
e incluye un intento de asesinato contra él. Sólo tras la emi-
gración a Medina, y cuando la comunidad en su conjunto se
ve amenazada, se produce la revelación de los versículos don-
de se autoriza a los musulmanes a combatir. El texto no tiene
desperdicio para aquellos que piensan que el islam es una re-
ligión fanática que no admite la libertad de cultos.
“Les está permitido combatir a aquellos que son vícti-
mas de una agresión injusta -y, ciertamente, Dios tiene
poder para auxiliarles. Aquellos que han sido expulsa-
dos de sus hogares, contra todo derecho, sólo por haber
dicho: ‘¡Nuestro Sustentador es Dios!’.
Pues, si Dios no hubiera permitido que la gente se de-
fendiera a sí misma unos contra otros, los monasterios,
iglesias, sinagogas y mezquitas -en los cuales se men-
ciona el nombre de Dios en abundancia- habrían sido
destruidos”.
qur’án 22 / 39-40
Esta revelación permitió a los musulmanes defenderse ante
las agresiones, pero sólo en el caso de ser previamente ataca-
dos. Esta es la base del concepto del “yihad menor” (el “yi-
had mayor” es el esfuerzo espiritual por la superación). Los
argumentos para justificar el derecho a la defensa son muy
modernos: lucha contra la tiranía y defensa de la libertad re-
ligiosa. Los musulmanes, tal y como afirman tanto el Qur’án


¿Yihad en Madrid?

como los hadices como todas las escuelas jurídicas del islam,
sólo pueden combatir en caso de legítima defensa, y sólo
hasta que los enemigos abandonen las hostilidades:
“Por tanto, combatidles hasta que cese la opresión
y la adoración esté consagrada por entero a Dios;
pero si cesan, deben acabar todas las hostilidades”.
qur’án 2 / 193

Esto es lo que afirma el pasaje citado por Elorza, aunque


nuestro catedrático se ha eliminado la primera parte de la
aleya y ha obviado las aleyas siguientes, con lo cual el sentido
original se pierde.
En todo el Qur’án no existe ni una sola aleya que hable del
yihad para convertir a “los infieles”. Por lo demás, el término
“infieles” es una traducción más que dudosa del árabe kufar,
que ha dado palabras como el maltés kiefer (cruel) o el fran-
cés cafard (traidor, hipócrita). En castellano tenemos la pa-
labra cafre: alguien zafio, bárbaro y cruel. Ninguna de estas
palabras tiene connotaciones religiosas. De hecho, hay cafres
en todas partes, y cuando se unen y atacan, la única opción
es combatirlos. Esto se parece bastante a la idea de la “gue-
rra justa” de la Iglesia, pero muy poco a la “guerra preventi-
va” de Bush.
Por otra parte, existen una serie de límites y condiciones
impuestos por la tradición en el ejercicio del “yihad menor”.
Por ejemplo, desde el punto de vista de la Sharia, está total-
mente prohibido matar no combatientes, incluidos criados,
niños, mujeres, ancianos, monjes, ermitaños, comerciantes,
locos, ciegos o impedidos. Está prohibido torturar enemigos
o mutilar sus cuerpos. Además, están prohibidas acciones


el isl a m en de mo c r ac ia

como las de talar árboles frutales, destruir edificios, disper-


sar abejas…
En el momento en que algún grupo musulmán pretenda
utilizar el concepto del yihad para atacar civiles, está mani-
pulando las palabras y engañando a sus correligionarios. Los
terroristas no son musulmanes, y aún menos ortodoxos. En
ninguna escuela jurídica de la historia del islam acciones de
este tipo han estado permitidas. Un atentado como el del 11-
m está tan lejos de los valores del islam como pueda estarlo
del budismo. Cualquier otra consideración esta fuera de lu-
gar.
Mucho más grave, por falsa y difamatoria, es la preten-
sión de que el profeta Muhámmad hubiese cometido “crí-
menes contra la humanidad”. En concreto, Antonio Elorza
se refiere al pretendido “exterminio de los Banu Quraiza”.
Sencillamente, esto es una infamia. Esta historia está tomada
de la Sira de Ibn Ishaq, un hombre que vivió 145 años después
de los sucesos y fue denunciado como “mentiroso” e “impos-
tor” por el gran jurista Imam Malik, su contemporáneo y
fundador de la escuela jurídica mayoritaria en el Magreb. En
1976, el Journal of the Royal Asiatic Society de Gran Bretaña
e Irlanda refutó esta leyenda por proceder de fuentes histo-
riográficas más que discutibles.
Volviendo al 11-m, sugerimos a Antonio Elorza que es-
pere a la finalización del caso, cuando se den por termina-
das las investigaciones y se celebre el correspondiente juicio.
Mientras tanto, especular sobre lo que dice el Qur’án de una
manera tan sesgada no puede contribuir mucho a aclarar las
cosas, y aún menos lanzar semejante calumnia contra el pro-
feta Muhámmad, que la paz sea con él. Esto sólo sirve para


¿Yihad en Madrid?

sembrar la confusión y el odio entre los lectores poco infor-


mados, lo cual no es muy cívico en estas circunstancias.
Tras los salvajes atentados del 11-m, cuando los musulma-
nes sentimos como un deber el colaborar en la lucha contra
el terrorismo, declaraciones como estas no pueden sino difi-
cultar las cosas. ¿Cómo se pretende recabar nuestra colabo-
ración en una lucha que constantemente se confunde con el
discurso de la islamofobia? Mientras no cesen estas confu-
siones y se siga hablando de “terrorismo islámico”, no logra-
remos aislar a los verdaderos terroristas.
Creemos que es el momento de reflexionar y de que nos
demos cuenta del absurdo de seguir propagando calumnias
de este tipo. Un catedrático de la talla de Antonio Elorza saca
una aleya coránica de contexto y escribe que el profeta del
islam cometió “crímenes contra la humanidad”, y a nadie le
sorprende. No podemos sino “rasgarnos las vestiduras”, una
vez más denigrados en nuestras convicciones, como si el in-
sulto hacia los musulmanes fuese una costumbre. Si palabras
semejantes fuesen escritas sobre Buda o sobre Jesucristo, que
la paz sea con ellos, no serían publicadas.
A Antonio Elorza no le disculpa su ignorancia. El hecho
de citar una aleya coránica mutilando su primera parte para
tergiversar su sentido y afirmar que el islam es esencialmen-
te violento, y que los terroristas son “ortodoxos”, solo puede
ser considerado como un fraude intelectual destinado a pro-
pagar la islamofobia.
Sugerir un islam sin yihad es tan absurdo como sugerir un
budismo sin meditación, una democracia sin elecciones o un
cristianismo sin sacrificio. La noción del yihad no se aplica
únicamente a la guerra defensiva. Existe también un yihad


el isl a m en de mo c r ac ia

del conocimiento, el cual nos es muy necesario. La palabra


árabe yihad significa esfuerzo, y dif ícilmente puede ser des-
terrada de los diccionarios. Sugerimos a nuestro catedrático
que, antes de realizar sugerencias tan peregrinas, traduzca
las palabras: ¿cómo podríamos pensar un sometimiento a la
Realidad Única (islam) sin el consiguiente esfuerzo por supe-
rarnos (yihad)?


. a propósito del islam en el
espacio laico

Publicado en El País, 19/04/2004

A veces sentimos que la cercanía nos aleja. Hay quien


insiste en calificar al islam como una religión violenta y
expansiva con el fin de evitar la propagación del fundamen-
talismo. Nosotros defendemos una visión no violenta del
islam con el mismo objeto. Así pues, ¿cuál es la disputa? Más
que discutir sobre cuestiones espirituales, será mejor que
colaboremos en la tarea de denunciar la difusión de las in-
terpretaciones violentas del islam. Este es el único medio de
aislar a los terroristas, negando toda legitimidad a sus inter-
pretaciones.
Al afirmar que el yihad es solo defensivo (en base al Qur’án,
a la Sunna y a una tradición jurídica de siglos), no estamos
cerrando filas ni escurriendo el bulto, sino descalificando a
aquellos que pretenden ampararse en el islam para cometer
actos abominables como los de Atocha, que repugnan a lo
más profundo del ser humano. Con esto, pretendemos des-
legitimar la instrumentalización política del yihad, que tan-
to daño está haciendo, y que choca con las convicciones de la


el isl a m en de mo c r ac ia

inmensa mayoría de los musulmanes.


Los que insisten en calificar al islam como una religión
violenta están legitimando las reivindicaciones de los terro-
ristas. Los argumentos de la islamofóbia y del terrorismo se
confunden, como en un espejo. Exactamente la misma visión
maniquea que caracteriza al fundamentalismo alimenta los
discursos de aquellos que pretenden demonizar al islam en
su conjunto. En uno y otro caso, se trata de hacernos creer
que el islam y la modernidad son incompatibles, se nos quie-
re hacer ver que el islam defiende la segregación de la mujer y
otras abominaciones. Si esto fuera así, ¿puede alguien expli-
car porque el islam crece en occidente? Y no solo a causa de
la inmigración, sino por el fenómeno de los conversos, la ma-
yoría de ellos gente con estudios y profesiones liberales.
Desde los diferentes soportes comunicativos de Junta
Islámica (la revista Verde Islam y la página digital webis-
lam.com) hemos tratado de defender una visión del islam de
acuerdo con los valores democráticos. Hemos escrito sobre
islam y laicismo, islam y derechos humanos, nos hemos posi-
cionado contra los malos tratos, la lapidación, la discrimina-
ción de la mujer. Hemos denunciado la condena de la apos-
tasía como contraria a la libertad de conciencia prescrita por
Al-lâh. Hemos defendido el laicismo como el único mode-
lo que garantiza la pluralidad religiosa, recogida asimismo
en el Qur’án como un valor ineludible. Hemos denunciado
los casos de discriminación contra no musulmanes en paí-
ses de mayoría musulmana, por ser contrarios al Qur’án y a
la Sunna.
En estos y otros temas, nuestros posicionamientos han sido
tajantes. Tras la publicación del libro del imam de Fuengirola,


A propósito del islam en el espacio laico

condenamos los malos tratos a la mujer como contrarios al


islam, y denunciamos el contenido de este libro. La conde-
na del imam de Fuengirola por apología a los malos tratos
se produjo gracias a la intervención ante el juez de algunos
miembros o colaboradores de Junta Islámica. Tal y como re-
coge la sentencia, nadie puede ampararse en sus principios
religiosos para defender prácticas contrarias a la legalidad vi-
gente.
Denunciamos los casos de mujeres amenazadas por la la-
pidación en Nigeria, y enviamos una carta al juez del tribu-
nal islámico de Zamfara para tratar de parar esa barbarie.
Enviamos una carta pública a la embajada de Arabia Saudí
pidiendo la abolición de la lapidación en ese país, una prácti-
ca contraria al Qur’án, tal y como hemos demostrado en un
riguroso estudio.
Durante todos estos años de trabajo y de estudio del islam
en sus fuentes, hemos sufrido amenazas de grupos neonazis,
y hemos sido atacados por otros musulmanes que pretenden
erigirse en “ortodoxia” dentro de una vía espiritual que no la
admite. Nuestra independencia y deseo de recorrer el cami-
no del islam en libertad y al margen de las ingerencias extran-
jeras nos ha reportado la enemistad de aquellos que se erigen
en “guardianes de la tradición”, pero que en verdad reciben su
sueldo de países donde la libertad de conciencia es descono-
cida. A causa de nuestra independencia, hemos sido califica-
dos como herejes e hipócritas.
Es nuestra vivencia del islam la que nos lleva a considerar
que los fundamentalistas no son musulmanes. Muhámmad
(saws) dijo que el peor enemigo del islam es el extremismo.
Sin moderación y equilibrio no hay islam. La práctica del is-


el isl a m en de mo c r ac ia

lam pacifica al ser humano. Esta es la tradición que nosotros


tratamos de seguir, la que siguen la mayoría de los musulma-
nes. El islam no está en las proclamas de los radicales, sino
en la intimidad de los hogares: hospitalidad, sencillez, gene-
rosidad, belleza. Como dice el hadiz, Dios es bello y ama la
belleza.
En vez de discutir, lo que pedimos es que se apoye al is-
lam compatible con los más preciosos valores de la moderni-
dad (derechos humanos, libertad de conciencia, democracia)
frente a todos aquellos que tratan de convencernos —desde
dentro y desde fuera— de que el islam es una religión bárba-
ra y retrógrada.
Lo que necesitamos no es a ningún arabista que nos diga lo
que es el islam. Lo que necesitamos es que el islam genuino
que defendemos sea apoyado por las instituciones democrá-
ticas. Necesitamos que las instituciones se comprometan en
el desarrollo de la libertad religiosa. Necesitamos una políti-
ca de integración seria, que lleguen a España las campañas
contra la islamofóbia emprendidas por la Unión Europea.
Necesitamos esto para lograr el objetivo de la plena integra-
ción de los musulmanes, y lograr esa España plural que cons-
tituye un anhelo para la mayoría de los ciudadanos.
La colaboración de toda la sociedad contra la islamofóbia
es imprescindible. Porque la islamofóbia es en la actualidad
el peor enemigo de democracia, el argumento que hace
crecer a la extrema derecha en toda Europa. La lucha contra
el terrorismo y el fundamentalismo es la lucha contra el
avance del fascismo. Sin queremos que la Europa plural
triunfe frente a todo fundamentalismo, no olvidemos esto.


. un debate con antonio elorza

E n los últimos días hemos vivido un debate apasio-


nado. El tema es recurrente, por desgracia. En diferentes
escritos aparecidos en el diario El País, el catedrático de dere-
cho político de la Universidad Complutense Antonio Elorza
se refería al islam como una religión violenta, e insistía en ca-
lificar a los terroristas como “musulmanes ortodoxos”.
Junto a Mansur Escudero, enviamos nuestra respuesta,
[¿Yihad en Madrid?, publicada en El País el 7 de abril]. En ella
lo calificábamos de ignorante y de propagar la islamofóbia, y
nos quejábamos de ver señalado a Muhámmad con palabras
hirientes. Dejamos claro que tanto en el Qur’án como en la
tradición jurídica, el término yihad solo tiene carácter defen-
sivo, y está sujeto a fuertes limitaciones. No se puede hablar
de yihad en relación al terrorismo, donde mueren civiles ino-
centes. Los terroristas no son musulmanes.
El pasado martes trece, sucedió que la cadena cope nos
invitó a participar en un debate televisivo. Y ahí me tienen,
cara a cara ante Antonio Elorza, ante las cámaras, para hablar
sobre “el islam y la violencia”.
Durante la confrontación, uno y otro explicamos a la au-
diencia nuestros puntos de vista. Fue un debate franco, mo-


el isl a m en de mo c r ac ia

derado. Elorza reconoce que el islam tiene grandes virtu-


des, hizo la alabanza de lo que califica como “islam de Meka”,
la primera etapa de su predicación, antes de que hiciese su
aparición “el profeta armado”. Esta imagen es la que más
choca a la conciencia de los españoles, quienes lo descono-
cen todo sobre la vida de Muhámmad, su carácter de maestro
espiritual por encima de todo. Lo que desconcierta es que no
responde a los tópicos del santo, ni del asceta que se aparta
del mundo y de sus semejantes. Muhámmad construyó una
comunidad, y recibió permiso para defenderla de los agreso-
res. Tal y como dice el Qur’án:

“Si Dios no hubiera permitido a la gente que se defendiera,


los monasterios, iglesias, sinagogas y mezquitas —en los
cuales se invoca el Nombre de Dios en abundancia— ha-
brían sido destruidos.”
qur’án, 22/40

No se puede decir que llegásemos a un acuerdo. Elorza si-


gue en sus trece, a pesar de las evidencias. Llegó a decir que
Muhámmad (saws) tenía las “manos manchadas de sangre”…
que Al-lâh lo perdone. En el intento de demostrar que el
islam alienta el fanatismo, todo vale, a despecho de lo que
diga el Qur’án y del propio comportamiento del profeta.
Resulta curioso como ciertos arabistas coinciden pun-
to por punto con los terroristas en su definición del yi-
had. En cierto sentido, se miran al espejo. ¿Cómo es posi-
ble esta identificación? Creo que es el resultado de años de
orien-talismo, de una tradición académica que ha propaga-
do una definición interesada del islam, puesta al servicio de


Un debate con Antonio Elorza

la empresa colonizadora. Para esto, nos remitimos a la obra


de Edward Said.
Este debate me ha dejado una certeza. Los musulmanes te-
nemos que hablar, responder, participar en los debates. Hay
que dialogar incluso con nuestros enemigos, y especialmen-
te con aquellos que son capaces de reconocer la grandeza del
islam, aún desde la perspectiva crítica del arabista.
Tenemos derecho a quejarnos cuando se acusa al islam
en su conjunto, y más cuando se calumnia a Muhámmad de
una manera tan afrentosa. Sin embargo, debemos ser capa-
ces de reconocer la parte de verdad que existe en su discurso.
Antonio Elorza tiene razón cuando nos enseña un libro so-
bre el yihad comprado junto a una gran mezquita en Londres,
en el cual se apela sin equívocos a “combatir hasta convertir
a todos los infieles”. Tiene razón cuando señala hacia aquellos
que se otorgan el derecho a decidir sobre la condición inter-
na de los hombres, violando lo más sagrado, propagando el
odio y la violencia.
¿Qué infieles, quienes son los infieles sino aquellos que
traicionan el Mensaje del Qur’án, que propagan una visión
tan perversa del islam? Si queremos combatir la islamofó-
bia, debemos desenmascarar en primer lugar a aquellos que
la propagan, a esos hipócritas que se amparan en el nombre
del islam para cometer actos abominables. Estos son nues-
tros enemigos. Elorza terminó haciendo un alegato: “hay que
dignificar el islam”, dijo, y otorgarle en nuestra sociedad el lu-
gar que se merece, como segunda religión en España en nú-
mero de seguidores.
Al final, una cosa se hizo evidente. No estábamos tan
lejos como parecía. Simplemente, se trata de dejar a un lado


el isl a m en de mo c r ac ia

las discusiones teológicas de tipo esencialista, y centrarse en


la realidad que nos rodea. España necesita una política de
integración seria y profunda, que logre sacar de las catacum-
bas a los musulmanes, demostrarles que no son ciudadanos
de segunda.
Desde aquí, quiero pedir públicamente perdón a Antonio
Elorza. No es un ignorante. Se trata de un hombre que se pre-
ocupa por las cosas que suceden en su país, que trata de inda-
gar las causas de la violencia que ha golpeado a España.
En este contexto, nos atrevemos a pedirle algo, tanto a él
como a aquellos que se dedican a escribir sobre el islam en
castellano. Que sean extremadamente cuidadosos. En mu-
chas ocasiones, cuando se generaliza de manera negativa
sobre el islam y los musulmanes, nos vemos situados en una
postura defensiva. Esto nos enfrenta y no nos ayuda en la
tarea de desenmascarar a los violentos.
Sobretodo, que sean cuidadosos en la manera con la que
se refieren a Muhámmad, maestro de sabiduría para más de
mil millones de personas. Si se trata de combatir los extre-
mismos, la mejor manera no es herir los sentimientos de to-
dos los musulmanes.


. fatwa contra ben laden:
el impacto mediático

E l impacto de la fatwa contra el terrorismo emitida el


jueves 10 de marzo del 2005 por la Comisión Islámica de
España (cie) está superando toda expectativa. La fatwa, fir-
mada por el Secretario General de la cie, Mansur Escudero,
declara que Bin Laden y todos aquellos que invoquen el islam
para cometer actos terroristas han abandonado el islam y no
deben ser considerados como musulmanes. Después de una
prolija “aclaración doctrinal”, se ofrecen las siguientes con-
clusiones:
“Por todo lo cual, tenemos a bien declarar la siguiente
resolución:
1. Que el Islam rechaza el terrorismo en todas sus manifes-
taciones, ya se trate de la muerte o el daño a seres huma-
nos inocentes o a sus propiedades.
2. Que el Islam es la principal víctima de los atentados
terroristas realizados por algunos grupos que falsamen-
te se autodenominan “islámicos”, por cuanto que tales
atentados no sólo se cobran la vida de numerosos mu-


el isl a m en de mo c r ac ia

sulmanes, sino que también dañan la imagen del Islam,


hacen crecer los sentimientos de islamofobia y sirven a
los intereses de sus enemigos.

3. Que estos grupos tratan de encubrir su extravío a tra-


vés de interpretaciones falseadas y manipuladas de los
textos sagrados, en un intento de ganarse apoyos entre
los musulmanes o conseguir nuevos adeptos.
4. Que aquellos que cometen actos terroristas violan las
enseñanzas coránicas más básicas y se convierten así en
apostatas que han abandonado el Islam.

5. Que es deber de todo musulmán luchar activamen-


te contra el terrorismo, en consonancia con el mandato
coránico que establece la obligación de impedir que se
extienda la corrupción en la tierra.”

En el ámbito francófono, la noticia apareció en pri-


mer lugar en France Press, de donde la tomaron los prin-
cipales periódicos franceses: Le Monde, Le Figaro, Nouvel
Observateur, Libération, L’Express, Le Point. Otros medios
francófonos son Tribune de Genève, Le Soir, Radio-Canada,
Proche-Orient.info, tf1, France 3, Yabiladi, tv5, etc. Una
búsqueda en Internet nos da un total de más de cien medios
de habla francesa, y esto 4 días después de ser publicada.
Las agencias Reuters y Associated Press difundieron la
noticia en inglés el jueves 10 de marzo. Desde entonces hasta
ahora (lunes 14), más de dos centenares de medios editados
en inglés han recogido la noticia, entre ellos varias televisio-
nes y los periódicos de mayor tirada:


Fatwa contra ben Laden: el impacto mediático

bbc News, abc News, Fox News, The Guardian, Los


Angeles Times, The New York Times, San Francisco Gate,
New York Post, Newsday, The Washington Times, San
Francisco Chronicle, Houston Chronicle, Daily Telegraph,
Times Online, Daily Times, Chicago Tribune, Christian
Today, Hindustan Times, Toronto Star, Moscow Times,
China Daily, y un largo etcétera. En general, puede decirse
que la noticia ha sido recogida por periódicos de todos los
estados de eeuu.
Entre las páginas web de carácter islámico que han
recogido la noticia, hay que señalar la Muslim American
Society, Islamicity, Islam Online y al-Jazeera, además de
diferentes periódicos en inglés o francés de Túnez, Egipto,
Pakistán, Malasia, Marruecos, Algeria, Arabia Saudí o
Turquía, tales como Sahara Marocain, Yabiladi, Algerie-dz,
L´Economiste, Berita Minggu, Arab News, Zaman y el
Journal of Turkish News.
En algunas informaciones internacionales sobre la con-
memoración de los atentados del 11 de Marzo en España, la
fatwa ha sido considerada más relevante que la presencia de
16 jefes de Estado.
A esta amplia difusión ha contribuido decisivamente la
entrevista realizada a Mansur Escudero por la cnn, que fue
retransmitida el mismo viernes 11 de marzo.
Como curiosidad, en el artículo de The Guardian se co-
menta con extrañeza que los dirigentes de la cie no fuesen
invitados a los actos de conmemoración del 11-m, aunque
esto no es tan extraño si se tiene en cuenta que los actos cul-
minaron con una misa católica, ignorando el carácter multi-
religioso de las víctimas.


el isl a m en de mo c r ac ia

El impacto que ha causado la fatwa en los eeuu puede ca-


librase por el número de menciones en blogs. En el buscador
Technorati, al picar “bin Laden fatwa” aparece 960 interven-
ciones. Muchas de ellas son seguidas de réplicas y comenta-
rios, de modo que es imposible hacerse siquiera una idea del
alcance del debate generado. Estos foros nos ayudan a com-
prender los motivos de esta difusión, y la euforia que ha pro-
ducido entre los internautas norteamericanos. Algunas de
las preguntas más frecuentes son: ¿Porqué nadie había he-
cho esto antes? ¿Porqué las organizaciones islámicas de los
eeuu no hicieron lo mismo tras el 11-s?
Por el contrario, la difusión en España puede calificarse
de discreta. Fue recogida de forma muy escueta en El País,
El Mundo y La Vanguardia, y algo más amplia en el Diario
Vasco, La Nueva España, Diario de Navarra, Alto Aragón y
Sur Digital. En El Periódico de Cataluña la información apa-
rece citada a partir de la cnn, a pesar de haber sido difundida
con anterioridad por agencias españolas. Solo La Vanguardia
ha dedicado un artículo específico a resaltar el impacto de
la fatwa en todo el mundo. En América Latina, la noticia
fue publicada en diarios como el Universal, La Crónica de
Hoy, La Jornada (México), el Tiempo (Colombia), La Nación
(Argentina), El Mercurio (Chile), Diario Potosí (Bolivia) y
muchos otros.
La recepción por parte de los colectivos musulmanes en
España puede considerarse como positiva. Tal y como rela-
ta un artículo de abc, Mansur Escudero presentó el texto el
mismo viernes 11 de Marzo al Centro Islámico de Madrid
(mezquita de la m-30, financiada por Arabia saudí), siendo
bien acogida. Sheij Munir, imam de la m-30, citó fragmentos


Fatwa contra ben Laden: el impacto mediático

de la fatwa en su jutba, incluidos aquellos donde se afirma


que Bin Laden y los terroristas “no son musulmanes”.
Según al-Jazeera, también el diputado socialista en el par-
lamento catalán, Muhámmad Chaib, ha apoyado la fatwa,
aunque añadiendo que la prioridad de la comunidad mu-
sulmana es integrarse, y no hacer declaraciones políticas…
un comentario un tanto extraño por parte de un inmigrante
marroquí metido a político.
El impacto mediático merece meditarse. Dado que exis-
ten numerosas declaraciones semejantes condenando el te-
rrorismo, su carácter específico radica en su calificación de
apóstata a Bin Laden. Esto es, precisamente, lo que parece
dudoso al redactor de Islamonline. Después de destacar que
“representa la primera condena mayor de Bin Laden por una
organización islámica de primer orden”, matiza:
“Muchos sabios y población han denunciado los aten-
tados de Madrid, que mataron a 191 personas, y los ata-
ques del 11 de septiembre, y también han condenado a
al-Qaeda. Pero ellos se han guardado de declarar a Bin
Laden apostata o fuera del islam.”
A continuación, se citan varias opiniones críticas sobre el
hecho de considerar kafir a un musulmán, como la fatwa de
Sheikh Faysal Mawlawi, del European Council for Fatwa and
Research:
“Los juristas opinan de forma unánime que la apostasía
consiste en negar el Mensaje (o cualquiera de sus ense-
ñanzas) del profeta Muhámmad (paz y bendiciones). Y
que el cometer pecados, por muy graves que estos sean,
no puede ser considerado apostasía.”


el isl a m en de mo c r ac ia

Según el mufti egipcio Ali Jum’ah, calificar a Bin Laden


como terrorista es una cuestión legal y no religiosa: “Es me-
jor que la decisión sobre semejante materia sea dejada a una
judicatura imparcial”. Curiosa opinión por parte de un muf-
ti, que se reconoce parcial sobre este punto. Finalmente,
Islamonline cita a Imam Ahmad [ibn Hanbal], fundador
de una de las grandes escuelas de jurisprudencia islámi-
ca, allá en el siglo x: “Condenar, declarar o castigar a al-
guien como kafir (apostata) es algo restringido a Al-lâh y Su
Mensajero.”
Esta opinión, por otro lado, contrasta con la defensa que
se hace en otros textos publicados en Islamonline, según los
cuales la apostasía debe ser condenada con la muerte. En las
biograf ías de ibn Hanbal es habitual leer su opinión según
la cual quien afirma que el Qur’án es creado no es musul-
mán (Ibn Qutayba). Resulta extraño que se considere acep-
table declarar a alguien kafir o no-musulmán por cuestiones
metaf ísicas abstractas, y se tengan tantos miramientos en el
caso de la muerte indiscriminada de civiles.
Según Yusuf Qaradawi, “el término Kufr es también usado
para referirse a una transgresión que se acerca a un total re-
chazo del islam y no pueda distinguirse de un rechazo y nega-
ción de Al-lâh y su Mensajero” (Islamic Awakening Between
Rejection and Extremism).
Al final de nuestro recorrido, queda en pie una pregun-
ta: ¿por qué el impacto mediático de la fatwa? En los foros y
diferentes artículos, se destaca una y otra vez que esta es la
primera vez que una organización del calibre de la cie de-
clara apostata a Bin Laden, y a todos aquellos que cometen
actos terroristas en nombre del islam. Esta declaración rom-


Fatwa contra ben Laden: el impacto mediático

pe con el discurso de aquellos que quieren equiparar islam y


terrorismo, al mismo tiempo que quita toda legitimidad a la
pretensión de los terroristas de representar al islam. Se traza
sin ambigüedades un camino nuevo, que constituye el de la
mayoría de los musulmanes.
Uno de los comentarios que más hemos escuchado estos
días es el siguiente: esta fatwa es lo mejor que se ha hecho en
años a nivel internacional para mejorar la imagen del islam
y de los musulmanes. Esto explica la animadversión con la
cual la fatwa ha sido recibida en webs reconocidas por su
islamofobia. En algún medio de carácter sionista se acusa a
la cie de hacer taqiya (ocultamiento). Es decir, se afirma que
la declaración de apóstata a Bin Laden no es más que una
táctica de ocultamiento de nuestras verdaderas (y perversas)
intenciones.

Y Al-lâh sabe más.


. “en españa, los musulmanes
somos considerados
ciudadanos de segunda”.

la presente entrevista es una adaptación de la


realizada en directo por los usuarios de canal
solidario-oneworld españa el 7 de mayo de 2004,
tras la polémica surgida con la propuesta del
ministro del interior de controlar la actividad
religiosa de las mezquitas como parte de la estra-
tegia contra el terrorismo. hemos ampliado las
respuestas y eliminado algunas preguntas perti-
nentes tan solo en los días en que fue realizada
la entrevista.
¿Es verdad que Arabia Saudí está financiando aquellas
mezquitas donde la línea que siguen es más cercana al fun-
damentalismo islámico?
Es cierto, no sólo en España sino en todo el mundo. La po-
lítica de Arabia Saudí ha sido desde hace muchos años la de
intentar controlar el islam. Para ello, financian la construc-
ción de grandes centros, que parecen monopolizar la presen-
cia del islam en todo el mundo. En vez de gastar su dinero en
ayudar a otros países (musulmanes o no), aplicando políticas
de asistencia al desarrollo, su máximo interés es el de pre-
sentarse como “la ortodoxia”, los “guardianes de la pureza del


“En España, los musulmanes somos ciudadanos de segunda”.

islam”. Sin embargo, ya desde el nacimiento del wahabismo


en el siglo xviii, se conservan numerosos escritos de ulemas
(sabios) de la época otomana denunciando el wahabismo
como una deformación totalitaria del islam. En concreto, los
ulemas denuncian que Abdel Wahab permitió a sus seguido-
res matar a musulmanes a los que acusaba de desviarse de sus
interpretaciones. ¿Porque es esta corriente la que han favo-
recido los países occidentales? Precisamente, porque consti-
tuía un cisma dentro del islam, facilitando la fragmentación
y el control de las sociedades musulmanas. Esta situación se
prolonga hasta nuestros días. En España, los musulmanes de-
mócratas pedimos al apoyo de la ciudadanía y a las institu-
ciones frente al fundamentalismo, y sin embargo parece más
fácil pactar con Arabia Saudí, un país que tiene enormes can-
tidades de petróleo y una gran influencia sobre la marcha de
la economía mundial.
Me gustaría que aclararas el concepto de ‘yihad’, que
suele aparecer siempre relacionado con acciones violentas
y terrorismo, pero me parece que tiene que ver más con
una actitud individual para el creyente musulmán.
La palabra árabe yihad significa, literalmente, “esfuerzo”.
Existen otras palabras árabes que se refieren a la guerra, pero
estas (curiosamente) no aparecen en el Qur’án. En primer
lugar, el esfuerzo se refiere al de la superación personal, el
mejoramiento de nuestro entorno y condición interior. Este
es el “yihad mayor”, en palabras de Muhámmad (saws). Más
conocido es el “yihad menor”, el combate armado en legítima
defensa. En este punto, hay diferenciar entre la guerra de
depredación y la guerra defensiva. En el Qur’án se expresa
claramente, una y otra vez, que a los musulmanes solo nos


el isl a m en de mo c r ac ia

está permitido combatir en legítima defensa, contra la tiranía


o en defensa de la libertad religiosa (el Qur’án menciona
explícitamente la defensa de iglesias, sinagogas y mezquitas).
Por desgracia, este es uno de los puntos clave del islam
donde la ignorancia se ha cebado. En el contexto actual,
los musulmanes tenemos que denunciar a todos aquellos
que instrumentalizan este concepto para fines poco claros.
Cuando oímos a alguien escudarse en el yihad para matar
civiles o realizar actos abominables, debemos denunciarlo.
Esa gente está manipulando las palabras y ensuciando nue-
stra tradición, al mismo tiempo que hace aparecer como
terroristas a gentes que han emprendido luchas de liberación
lícitas, tanto según el derecho internacional como según la
ley islámica, como en Chechenia o Cachemira.
¿Quién cree que está interesado en ofrecer una visión
del islam esencialmente violento y ligado al terrorismo?
Los mismos intereses que han divulgado las tesis del
“choque de civilizaciones”. Un Estado vinculado a un lobby
militar expansionista necesita enemigos que justifiquen el
aumento del gasto de defensa y los recortes de los derechos
civiles. En España, estos intereses coinciden con la ideología
de los nostálgicos del nacional-catolicismo ultramontano,
refractarios a la España plural que se avecina.
Desde el 11-m no parece que haya aumentado el racis-
mo, pero sí un ambiente de sospecha. ¿Cómo se sienten los
musulmanes en España?
No se ha producido en España una oleada de ataques
contra musulmanes o mezquitas como la registrada tras
el 11-s en eeuu. Por el contrario, hemos notado una
gran sensibilidad hacia este tema: llamadas de diversos


“En España, los musulmanes somos ciudadanos de segunda”.

medios de comunicación pidiendo que les comunicáse-


mos cualquier brote de violencia contra los musulmanes,
para denunciarlo. Por desgracia, el ambiente de sospecha
viene más de la Administración que de la ciudadanía. Las
recientes declaraciones del ministro del Interior, al señalar
como presuntos focos de radicalismo a cientos de pequeñas
mezquitas, han hecho crecer la islamofobia.
¿Por qué os oponéis al plan de controlar a los imames?
¿No pensáis que esta es una medida positiva para acabar
con el radicalismo?
El plan anunciado por el Ministro del Interior se basa en
un supuesto falso: el de que las pequeñas mezquitas predi-
can el radicalismo. Esto es falso. La Generalitat de Catalunya
es la única comunidad autónoma que ha realizado un infor-
me pormenorizado sobre estas pequeñas mezquitas, y este
informe es concluyente: no existe radicalismo en esas comu-
nidades. Lo mismo dice el Centro Nacional de Inteligencia
(cni), por lo poco que sabemos. Así pues, el Ministro actúa
de mala fe o está mal informado. Dándole el beneficio de la
duda, pensamos que ha sido mal aconsejado, y que al lanzar
esta noticia perseguía fines propagandísticos. Ante una opo-
sición que acusa al gobierno de debilidad, se trata de hacer
creer a la opinión pública lo contrario. Dicho esto, pensamos
que rectificará, al menos parcialmente.
¿Cómo cree que se deberían elegir los imanes de las
mezquitas españolas?
Los imanes deberían ser elegidos por cada comunidad, tal
y como está previsto en el Acuerdo de Cooperación firmados
entre el Estado y la Comisión Islámica de España en 1992.
Este Acuerdo fue aprobado por el Parlamento español y fir-

el isl a m en de mo c r ac ia

mado por el Rey y tienen rango de ley. A lo que nos opone-


mos es a la creación de una especie de “iglesia en el islam”, lo
cual no solo es contrario a nuestra tradición, sino a la liber-
tad de conciencia e interpretación que siempre hemos de-
fendido.
¿Cómo cree que puede mejorarse la mutua comprensión
y el diálogo entre musulmanes y la sociedad occidental?
La mutua comprensión pasa por insertar el islam plena-
mente como una opción espiritual lícita dentro de nuestra
sociedad. Se trata del desarrollo de la libertad religiosa, uno
de los pilares de la democracia, y que en España deja mu-
cho que desear. La libertad existe, pero hay un sentimien-
to generalizado de que los musulmanes somos ciudadanos
de segunda. El desarrollo de la libertad religiosa pasa por el
cumplimiento del Acuerdo de Cooperación suscrito entre la
Comisión Islámica de España y el Estado, de garantizar el de-
recho a la apertura de mezquitas, el acceso a la alimentación
halal, la enseñanza del islam en las escuelas. Se trata de hacer
ciudadanía, de evitar la formación de guetos e insertar a los
musulmanes —sobre todo inmigrantes— como ciudadanos
de pleno derecho, con sus deberes y sus obligaciones, pero
también con sus derechos. Sólo de este modo se logrará ais-
lar a los radicales, dejarlos solos en su paranoia.
En un principio la religión islámica parecía patrimo-
nio de los países árabes, pero ahora se ha extendido por el
mundo. Por poner solo un ejemplo, por la comunidad ne-
gra de eeuu, ¿cómo interpretas esto?
Nunca el islam fue patrimonio de ninguna raza. La pala-
bra islam significa “entrega a Dios/la Realidad Única”. Más
allá de toda religión, el islam es un estado de conciencia, el


“En España, los musulmanes somos ciudadanos de segunda”.

estado natural de toda criatura. Así lo entendió Goethe en


su Diwan Oriental cuando escribió: “Si islam significa que
estamos sometidos a Dios, entonces todos nacemos y mo-
rimos musulmanes”. Todas las cosas en la Creación estás
sometidas al principio generador de la existencia. Según el
Qur’án, tanto Adán (el “primer hombre”, entendido en un
sentido simbólico), como Abraham, Moisés o Jesús, todos
ellos eran musulmanes. Si nos referimos al “islam históri-
co” que surge con el mensaje de Muhámmad, nunca fue ex-
clusivo para los árabes. Existe un hadiz donde se dice que
todos los hombres son iguales, como las púas de un peine.
En otro hadiz se dice que no existe superioridad del árabe
sobre el no árabe, ni del blanco sobre el negro. El país con
más musulmanes del mundo es Indonesia, donde los árabes
son pocos. Tampoco hubo muchos árabes en al-Andalus,
una de las civilizaciones islámicas más esplendorosas. La
cultura persa tiene poco de árabe. A parte de estas preci-
siones, es cierto que hubo una “ruptura” de las fronteras de
“dar al islam” (la casa del islam), con la caída del califato
otomano. Es curioso, pero este acontecimiento que fue vis-
to en su día como un desastre, ha propiciado la difusión del
islam en el mundo, más allá de esas fronteras tradiciona-
les. El islam crece no solo entre la población negra de los
eeuu, sino en todo el mundo. También en Europa, y no úni-
camente a causa de la inmigración, sino por el fenómeno de
la conversión. Este fenómeno cambiará a la larga la percep-
ción que los propios musulmanes “de origen” tienen sobre el
islam. Cada vez que he ido a un país de mayoría musulmana
veo la misma sorpresa, la misma maravilla. Quieren saber
porque nos hemos reconocido musulmanes, los conversos,


el isl a m en de mo c r ac ia

gentes del “primer mundo” que reconocen como propia la


religión del “tercer mundo”.
¿No crees que el mundo árabe necesita un nuevo Nasdah
(Renacimiento) como hubo en los siglos ix y x, cuan-
do eran el centro de la cultura y desarrollo científico del
mundo?
La situación general del mundo árabe es un desastre. Po-
demos discutir las causas, pero esto no hay nadie que lo nie-
gue. Ampliando la pregunta, pienso que el mundo musulmán
en su conjunto necesita de un renacimiento, un nuevo estado
de conciencia. Desde la perspectiva del Qur’án, la situación
se me presenta claramente. El Qur’án nos previene contra la
“religión de los antepasados”, la cosificación de la experien-
cia que cada uno tiene de su Señor en una religión de Estado,
cuyos rituales siguen repitiéndose pero de la cual ya nadie
recuerda su sentido. Desde esta perspectiva, estoy conven-
cido de que el mundo islámico saldrá de su actual situación
en el momento en que retome el carácter abierto de la reve-
lación, y los valores que están unidos a ella: libertad de inter-
pretación y de conciencia. Se trata de recuperar los valores
auténticos y universales frente a esa religión de los antepa-
sados, una lectura patriarcal y autoritaria del islam generada
en el pasado, con la cual muchos musulmanes no nos identi-
ficamos. Existen musulmanes muy pendientes del largo de la
barba o de cómo debe ser el velo, pero muy poco de la bús-
queda del conocimiento, a pesar de que está debería ser una
prioridad para todo musulmán y musulmana. Como suelo
decir, el islam es el problema y el islam es la solución.
¿Cuál es para usted el país que, en estos momentos, re-
presenta mejor los valores islámicos o musulmanes?


“En España, los musulmanes somos ciudadanos de segunda”.

Existe un hadiz de Muhámmad en el que dice: “Una so-


ciedad islámica es aquella en la cual nadie pasa hambre”. Por
tanto, y a pesar de las promesas del presidente Lula en Brasil,
no hay en estos momentos un solo país que pueda llamarse
islámico.
Dado que no te criaste en un entorno familiar de musul-
manes, ¿cuándo y por qué decidiste hacerte musulmán?
¡Esta es la pregunta más dif ícil! Más allá de las circunstan-
cias exteriores, puedo contestar con una anécdota. Mi cami-
no hacia el islam se produce a través de la palabra poética. En
la culminación de una experiencia que podría denominar-
se como una “emergencia espiritual”, en la cual fueron apa-
reciendo contenidos arqutípicos propios de las tradiciones
sagradas de la humanidad. Al final de este proceso, escribí
el siguiente verso: “Me refugio en Aquel que hace estallar la
aurora”. Una liberación, como si saliese del círculo pequeño
y miserable de mis obsesiones, para insertarme en un uni-
verso más amplio, el de la propia Realidad. Tiempo después,
cogí un Qur’án en una librería y lo abrí por el final, la surat
al-falaq (): “Dí: Me refugio en el Señor del alba”. Fue un
shock tremendo. Lo que para mía había sido “palabra inspi-
rada”, coincidía con la palabra de Al-lâh… Reconocí el fenó-
meno de la revelación como un hecho posible, y no como un
cuento de los antiguos, una fábula irracional y absurda. Mis
lecturas del Qur’án lo confirmaron plenamente: la cosmo-
logía que este libro contiene forma parte del interior del ser
humano. Reconocí como propios los elementos centrales de
la revelación coránica, la creación establecida en la balanza,
la Unidad que hay detrás de todo lo aparente, el cielo y el in-
fierno como polos de atracción en la conciencia. Reconocí


el isl a m en de mo c r ac ia

que estaba sometido al Creador de los cielos y la tierra, que


existe una fuerza superior al hombre que lo mece, una fuerza
que no es ciega, sino Misericordia creadora. Esto es el islam,
tal y como lo hemos recibido.


. internet y el imamato femenino

I nternet está poniendo al alcance de los/as musul-


manes/as en el mundo gran cantidad de información sobre
su religión, mucha de ella ignorada o celosamente guardada
por los sectores más reaccionarios. Está posibilitando el de-
bate sobre temas clave, como son la condición de la mujer, la
sexualidad, el sistema de gobierno y los derechos humanos, y
numerosos aspectos de la Sharia (castigos corporales, homo-
sexualidad, pena de muerte, aborto, etc).
Podemos hablar de una democratización de los debates,
que son arrancados del ámbito académico y del círculo ce-
rrado de los expertos religiosos. En diferentes foros y pági-
nas web de todo el mundo son colgadas discusiones hasta
hace poco sorprendentes: ¿es lícito el matrimonio entre ho-
mosexuales? ¿Qué dice el islam sobre el aborto? ¿Qué hay
sobre la lapidación, sobre la apostasía? ¿Son realmente prác-
ticas islámicas?
Los que trabajamos en este medio no dejamos de sorpren-
dernos. Descubrimos que en el pasado han existido opcio-
nes de lo más variadas, que en el mundo islámico hay pre-
cedentes de matrimonios entre hombres, que el aborto ha
estado permitido durante siglos, bajo determinados casos.


el isl a m en de mo c r ac ia

Descubrimos que los malos tratos, la lapidación y la conde-


na del apóstata son obra de algunos juristas al servicio del
poder. Gracias a la conexión global que internet propicia,
numerosos textos e interpretaciones calificadas hasta ahora
como “heterodoxas” son puestas al alcance de la ummah.
El impacto de la red se ha puesto de manifiesto hace po-
cos días, con el anuncio realizado por la Progressive Muslim
Union de que Amina Wadud Muhsin iba a oficiar el yum’a del
viernes 18 de marzo en Nueva York, dando el jutba y dirigien-
do la oración colectiva.
Tras el rechazo de las tres mezquitas más importantes de
Nueva York, la oración fue convocada en la Sundaram Tagore
Gallery, una galería de arte dedicada a actividades intercultu-
rales. Una amenaza de bomba obligó a desconvocar el acto.
Finalmente, tuvo lugar el día previsto, en una sala cedida por
la Iglesia Anglicana. A la oración colectiva acudieron más de
un centenar de personas, hombres y mujeres, y fue realizada
entre fuertes medidas de seguridad.
El acto ha causado una auténtica conmoción en el mundo
islámico. Algunos lo ven como un despertar de la ummah, un
gesto revolucionario. Para otros, se trata de una innovación
infame. Las tres grandes mezquitas de Nueva York rechaza-
ron el acto. El rector de la Universidad de al-Azahar lo decla-
ró prohibido, lo mismo que los principales muftis e imames
de Meka y de Medina. La Asamblea de Juristas Musulmanes
de Norteamérica emitió un comunicado calificando de “he-
rejes e innovadores” a todos aquellos que defendiesen el de-
recho de la mujer a dar el jutba y dirigir la oración del viernes.
Los ulemas más conservadores apelan al “consenso de los sa-
bios” para afirmar que esto va contra la Sharia.


Internet y el imamato femenino

Sin embargo, y gracias a internet, numeroso material al-


ternativo ha ido apareciendo. Inmediatamente, empezaron
a circular artículos y estudios más o menos serios sobre el
tema. (A través de Webislam, pudimos aportar nuestro gra-
no de arena en esta lucha). Estudiantes de universidades del
mundo islámico se pusieron a la obra, rescatando antiguas
historias que nos hablan de un islam muy diferente. Hemos
descubierto que el consenso contra el imamato femenino es
inexistente. Descubrimos que en los primeros tiempos del
islam se dieron situaciones de este tipo, y que algunos de los
más prestigiosos juristas consideraron lícito que una mu-
jer dirija en la oración ante hombres y mujeres: Tabari, Abu
Thawr, Abu Dawud, Ibn Arabi. Incluso alguien habitualmen-
te tachado de ultraconservador como ibn Taymiyah, consi-
deraba estas oraciones válidas, por lo menos en ciertas cir-
cunstancias.
El debate ha sido apasionante. Lo más sorprendente ha
sido comprobar la falta de argumentos de los detractores del
imamato femenino. No han podido citar ningún versículo del
Qur’án ni un solo dicho del Profeta que prohíba a una mujer
dirigir la oración ante hombres y mujeres o niegue su dere-
cho a dar el jutba. Por si fuera poco, se ha puesto de manifies-
to que Muhámmad asignó a una mujer como imama de una
mezquita de su zona. Según algunos pretendidos “sabios”, no
es bueno que una mujer se coloque delante de otros hom-
bres. El cuerpo de la mujer es provocativo, y podría distraer a
los hombres a la hora de realizar sus oraciones. Opiniones de
este tipo nos ofrece un cuadro de los musulmanes muy poco
elevado, incapaces de concentrarse ante una mujer velada y
convenientemente vestida para la ocasión.


el isl a m en de mo c r ac ia

Para los defensores del imamato femenino, los argumentos


son básicamente cuatro:
1. No existe ni una aleya en el Qur’án ni un solo hadiz
que prohíba a una mujer dirigir la oración ante hombres
y mujeres o niegue su derecho a dar el jutba
2. El Qur’án atestigua la capacidad de la mujer para
dirigir una comunidad, tanto política como espiritual-
mente, incluido el grado de la profecía
3. Las condiciones requeridas para realizar el jutba
son el conocimiento del Qur’án, de la Sunna y de las en-
señanzas del islam, además de la condición interior de la
persona (su fe o confianza en Dios). Nada de esto tiene
que ver con el género
4. Existe un hadiz donde se demuestra que el profeta
Muhámmad eligió a una mujer para dirigir las oraciones
colectivas de su comunidad
El mismo día 18, los organizadores del evento recibieron
una grata noticia. El Gran Mufti de Egipto Ali Gum’a afir-
mó que la dirección de la oración mixta por parte de una
mujer es permisible: “Si la congregación acepta a una mu-
jer como imama, entonces esto es asunto suyo y no hay nada
malo en ello, desde el momento en el cual esa comunidad ad-
mita esta costumbre”. La noticia fue divulgada ampliamente
la misma noche por la televisión al-Arabiya, causando una
enorme alegría entre los miembros de la Progressive Muslim
Union. Como secretario de Junta Islámica, pude felicitar per-
sonalmente a los organizadores, y transmitirles el apoyo de
Mansur Escudero, Secretario de la Comisión Islámica de
España.


Internet y el imamato femenino

Al final, una cosa ha quedado clara: en lo que respecta al


imamato de las mujeres, existen diferentes sensibilidades. Si
algunos/as musulmanes/as consideran lícito que una mu-
jer dirija la oración del viernes, argumentando a partir del
Qur’án y de la Sunna, están en su derecho. Las contradiccio-
nes entre destacadas autoridades religiosas no son nuevas, y
no deben ser consideradas como fitna (ruptura), sino como
una expresión del carácter abierto del islam.
Mientras escribimos este artículo, recibimos la noticia de
que una mezquita italiana ha decidido nombrar una mujer
como imama, para dirigir las oraciones de un modo perma-
nente. En el año 1426 después de la Hégira, el imamato de
la mujer ha sido establecido. Los sectores más reaccionarios
tendrán que acostumbrarse.


. llamamiento a tariq ramadán,
a propósito de una moratoria

E mpezamos con un pronunciamiento: apoyamos toda


iniciativa tendente a acabar con los castigos corporales
en el mundo islámico. Saludamos el gesto de Tariq Ramadán
al realizar un “llamamiento internacional a una moratoria
inmediata sobre los castigos corporales, la lapidación y la
pena de muerte en el mundo musulmán”, que ya le está re-
portando críticas sangrantes por parte “de los suyos”. Aunque
no nos sentimos identificados con la tradición reformista en
la que se inserta, valoramos positivamente sus esfuerzos en
pos de una normalización de la presencia del islam en
Europa.
Dicho esto, no puedo sino manifestar mi desconcierto
ante los términos en los cuales ha sido realizado dicho lla-
mamiento.
Sorprende que Tariq Ramadán pida “la apertura de un am-
plio debate intracomunitario” sobre los castigos corporales
(hudud). En los últimos años han sido publicados un millón
de artículos al respecto, desde la mera opinión hasta análisis
jurídicos. El tema ha sido debatido en la onu, la unesco, la
Conferencia Islámica y la isesco. Creo haber leído unas dos-


Llamamiento a Tariq Ramadán

cientas fatwas o escritos de ulemas, muftíes, intelectuales y


alfaquíes, posicionándose a favor o en contra de la lapida-
ción, flagelación, etc. Llamar al establecimiento de un debate
sobre los castigos corporales hoy en día es tan extraño como
llamar a un debate público sobre la guerra de Iraq.
Lo que deberíamos hacer no es pedir que se abra un deba-
te, sino entrar en él y posicionarse claramente: ¿qué piensa de
la lapidación, considera que es un castigo fundado en el
Qur’án, o más bien se trata de una imposición de los juristas
medievales? ¿Cuál es su interpretación sobre la aleya coráni-
ca donde se establece la pena del “corte de manos”? ¿Cuál es
su lectura del quisás (talión o equivalencia)? ¿Justifica el qui-
sás la pena de muerte por asesinato, o se pueden establecer
otras equivalencias (penas de cárcel)?
Por el contrario, al hablar de la necesidad de comprender
los castigos corporales en su contexto, se está sugiriendo que
en un contexto “cien por cien islámico” estos castigos pueden
estar justificados. Al criticar “lo mal que son aplicados los
castigos”, se sugiere que existe una forma “buena” de aplicar-
se. A pesar de las buenas intenciones que guían este llama-
mien-to, se comprende que haya sido recibido con indiferen-
cia, incluso de una forma hostil por sectores progresistas.
Hay que tener en cuenta que los hudud son hoy en día apli-
cados de forma muy minoritaria (otra cosa sucede con la
pena de muerte). Después de la revocación de la ley corres-
pondiente en Irán, solo hay dos países que contemplen la
pena de lapidación en caso de adulterio: Arabia Saudí y
Nigeria. En el caso de Nigeria, aunque ha habido sentencias,
todavía no se ha producido lapidación alguna. La pena del
corte de manos prácticamente no se aplica, salvo en Arabia


el isl a m en de mo c r ac ia

Saudí. Shahed Amanullah (editor de altmuslim.com) señala


este peligro: teniendo en cuenta que ya existe una moratoria
de facto en la mayor parte del mundo islámico, este llam-
amiento puede tener un efecto contraproducente. No es lo
que se pretende, pero el mero uso de la palabra “moratoria”
sugiere la posibilidad de conducir al mundo musulmán a
reestablecer estos castigos.
No nos cabe duda que la intención de Tariq Ramadán es
positiva, y se sitúa en la línea de acabar con los castigos cor-
porales. Sin embargo, su planteamiento no va al fondo del
problema: el engaño que viven muchos musulmanes sobre
la sharia, asimilada a las legislaciones (demasiado humanas)
que regían bajo los califatos omeya y abbasida. En este pun-
to, no cabe engañarse. Los hudud se aplican porque existe un
grupo de ulemas que defienden la aplicación literal de estas
leyes, y tratan de convencer a las poblaciones musulmanas
de que han sido “dictadas por Dios”. El engaño se mantiene
en pie porque estos ulemas tienen todos los petrodólares del
mundo para propagar entre los musulmanes la miseria, man-
teniendo situaciones de opresión y control ideológico.
A estas alturas, Tariq Ramadán debería saber que el pro-
blema del islam en el siglo xxi es la propia existencia de
estos clérigos reaccionarios, que han transformado el islam
en una religión legalista, misógina y oscurantista. Debería
dejar de citar y de editar sus textos, tomándolos como refe-
rencia válida para los musulmanes europeos. Puede jugar a
no enterarse, hacerse el moderado y tratar de contentar a
todos, pero tarde o temprano tendrá que definirse. Uno no
puede aparecer en el Foro Social Europeo un día, rodeado de
feministas, altermundistas y homosexuales, y a la semana si-


Llamamiento a Tariq Ramadán

guiente dar una conferencia junto a Yusuf Qaradawi, quien


aboga por la segregación de los sexos y la pena de muerte
para los homosexuales.
Espero que Tariq Ramadán no reciba esta crítica como
parte del linchamiento mediático que se está realizando con-
tra su persona, que en España está tomando caracteres gro-
tescos. Mi objetivo no es atacar a Tariq Ramadán, por quien
siento un gran respeto, sino alentarle a superar estos intentos
estériles de entendimiento con los ulemas reaccionarios. En
respuesta a su llamamiento, queremos invitarle a dar un paso
adelante, a superar esa ambigüedad que caracteriza su dis-
curso, y que tantos dolores de cabeza le reporta. Le invitamos
a posicionarse a favor de la fatwa lanzada por la Comisión
Islámica de España y firmada por Mansur Escudero, conde-
nando de forma clara e inequívoca a Bin Laden, y conside-
rando que los que comenten actos terroristas no pueden ser
considerados musulmanes. Le invitamos a mostrar pública-
mente su apoyo a la oración colectiva realizada por Amina
Wadud en Nueva York, a defender el derecho de la mujer
a actuar como imam ante hombres y mujeres. Estas son
acciones contundentes sobre dos temas clave: la violencia
política y la situación de la mujer. Posicionamientos reali-
zados por musulmanes/as que no admiten ambigüedades ni
compromisos inconfesos. Los problemas que sufre el mundo
islámico son demasiado graves para andarnos con contem-
placiones. Hay que tomar partido aquí y ahora.


. entrevista sobre algunas
polémicas recientes

durante el mes de marzo de 2005 recibimos una


avalancha de e-mails sobre temas recurrentes:
la fatwa contra bin laden, el imamato femenino,
los castigos corporales, el islam en españa. las
noticias se suceden sin darnos apenas tiempo a
asimilarlas. el día 10 de marzo, mansur escudero
lanzó una fatwa considerando que bin laden y
todos aquellos que cometen actos terroristas
se han auto-situado fuera del islam, y no deben
ser considerados musulmanes. el día 18, amina
wadud dirigió la oración del viernes y dio el
jutba ante hombres y mujeres. el día 30, tariq
ramadán hizo un llamamiento para una mora-
toria de los castigos corporales. en las páginas
que siguen, se ofrecen algunas respuestas a las
consultas recibidas.

Pregunta: ¿Aprueba usted la fatwa que presentó el señor


Mansur Escudero sobre el terrorismo y al-Qaida?
Creo que es un instrumento legítimo y valiente de comba-
te, en un doble sentido: contra la islamofobia y contra el


Entrevista sobre algunas polémicas recientes

terrorismo. Como musulmanes, es nuestra obligación de-


nunciar las injusticias cometidas en nombre del islam, y más
si esto ayuda a desvincular el islam del terrorismo. La fatwa
no se refiere en ningún caso a acciones lícitas de resistencia
contra la opresión, sino a la muerte de niños y civiles, algo to-
talmente prohibido en el islam. Quien considere justificada la
muerte de niños en nombre del islam está en un extravío
manifiesto. Nosotros no tenemos otra arma salvo el du’a (ple-
garia) y la palabra. En unos tiempos tan oscuros como los que
vivimos, hay que realizar acciones claras y decididas como
esta. Apruebo la fatwa sin matices.
Pregunta: ¿Le parece bien el declarar apóstata a otro
musulmán, como hace la fatwa de la Comisión Islámica de
España?
En principio, no me gusta para nada la idea de declarar a
alguien “fuera del islam”. ¿Quienes somos nosotros para
hacer esto? Pero esto no es lo que la fatwa dice, sino que son
los propios terroristas quienes se han situado fuera del islam.
Resulta curioso que los mismos que nos critican por afirmar
que Bin Laden ha hecho apostasía, diciendo que el juicio
corresponde solo a Al-lâh, no se priven de pronunciar el
takfir contra Amina Wadud, la mujer que dirigió la oración
mixta en Nueva York. Resulta sintomático que se considere
aceptable declarar a alguien kafir o no-musulmán por rezar,
o por tener opiniones diferentes en materia de fiqh o de
aquida, y que se tengan tantos miramientos en el caso del
asesinato de niños y civiles. Esto nos habla del estado de la
ummah, de la miseria moral de ciertos alfaquíes.
Pregunta: Me dirijo a usted con preocupación ante los
insistentes llamados de Webislam a desconocer la tradi-


el isl a m en de mo c r ac ia

ción. Los castigos corporales tienen su base tanto en el


Qur’án como en los hadices.
Webislam realiza un claro llamado al uso de la razón, a la
comprensión y al estudio, en la más pura tradición islámica.
Al hablar de la Sharia hay que tener claros los principios y ob-
jetivos generales. Creo que estos castigos no constituyen el
núcleo de la Sharia, sino un aspecto secundario. Creo que los
castigos corporales solo tienen sentido en una sociedad como
la de Medina del siglo vii, donde no había cárceles, ni policía,
ni tribunales de justicia. El único modo de evitar el caos —el
robo, la violación y el asesinato impunes— era aplicar la justi-
cia de un modo inmediato. Creo que el uso de la razón nos
indica que con esos castigos Al-lâh ha querido establecer
claramente lo que está prohibido: el robo, el asesinato, la vio-
lación, etc. Deben existir leyes que castiguen estas prácticas y
que tiendan a evitarlas, reestableciendo la armonía en la co-
munidad. La propia palabra had (plural hudud) significa “lí-
mite”. Esto indica que existen otras posibilidades: el límite de
velocidad es 120 km/h, pero puedes ir más lento. Al mismo
tiempo, se habla de los hudud como límites a la libertad hu-
mana: no matar, no robar, no violar, no calumniar. Los casti-
gos corporales son un límite que no puede traspasarse. Sin
embargo, considero injustificado el pretender que las penas
establecidas en el siglo vii, en un contexto totalmente dife-
rente del nuestro, deban ser mantenidas literalmente. Lo mis-
mo puede decirse del talión (qisás). La palabra árabe qisás
tiene el significado de “equivalencia”: se pueden encontrar
otras equivalencias a la pena de muerte en caso de un asesi-
nato, como penas de cárcel, u otras. El qisás no tiene porque
implicar inmediatamente cometer sobre el culpable lo


Entrevista sobre algunas polémicas recientes

mismo que éste ha cometido, lo cual sería monstruoso en


muchos casos. Tratar de buscar nuevas aplicaciones que res-
peten el sentido y los objetivos de la Sharia no es traicionar el
dîn de Al-lâh, sino luchar para preservarlo en el presente, en
un momento histórico concreto. Esta es nuestra obligación,
como seres conscientes, sometidos a la Realidad Única, y no
encadenados a las prescripciones de los sabios del pasado.
Esto es justo lo que esos sabios nos reclaman, lo que Al-lâh
nos exige, lo que el ejemplo del Profeta nos demanda.
Pregunta: Me preocupa el hecho de que en Webislam se
mezclen indistintamente reivindicaciones legítimas como
el derecho de la mujer a dirigir las oraciones con innova-
ciones que desconocen el legado de la Sharia ortodoxa y
validada por siglos de esfuerzo interpretativo.
Hablas de “la Sharia ortodoxa”, pero tal cosa no existe. El
concepto de ortodoxia implica una Iglesia que ostenta el ma-
gisterio dogmático, algo vedado en el islam. Reivindicar una
ortodoxia en nombre de la tradición jurídica del islam es
desconocer esa misma tradición jurídica. Por mi parte, mi
relación con dicha tradición es flexible: la tomo como referen-
cia, pero no como una dogmática, pues no lo es. Consideras
una reivindicación legítima el derecho de la mujer a dirigir
la oración ante hombres y mujeres, pero no otras de las opi-
niones vertidas en Webislam (yo tampoco estoy de acuerdo
con todo lo publicado en Webislam, ni siquiera en la épo-
ca en que era su director). Cuando no lo consideras legíti-
mo, nos acusas de hacer “innovaciones”. ¿Dónde está el
límite? Piensa que esta misma acusación de “innovación” la
hacen otros a los que defienden el derecho de la mujer a di-
rigir la oración ante hombres y mujeres. Yo mismo afirmo


el isl a m en de mo c r ac ia

que la reivindicación de una ortodoxia es una “innovación”.


¿Quién tiene la razón? Lo mejor que podemos hacer es dejar
que cada uno se exprese según su capacidad y entendimiento,
reconociendo de antemano que todo conocimiento humano
es limitado. ¿Qué hay de malo en las diferencias de opinión?
Para Muhámmad (saws), y según el hadiz, las diferencias de
opinión son una misericordia de Al-lâh. Para muchos musul-
manes hoy en día, son motivo de fitna, de pelea. Me quedo
con Muhámmad (saws).
Pregunta: La emisión de opiniones que cuestionan la
tradición jurídica del islam solo corresponden a personas
altamente capacitadas en el fiqh Islámico, con estudios se-
rios de largos años de duración bajo una estricta y compe-
tente guía de maestros y tutores.
Para opinar sobre fiqh no es necesario tener ninguna titu-
lación académica en ninguna universidad. Si nos re-mitimos
al Qur’án y a la Sunna, me gustaría que me indicases donde
dice esto. Más bien, creo que el iÿtihad (esfuerzo interpreta-
tivo) es una obligación para todo musul-mán y musulmana.
En esto sigo lo establecido en el Qur’án y en la Sunna, además
de la opinión de prestigiosos alfaquíes, como ibn Hazm de
Córdoba. No hay nada, ni en el Qur’án ni en la Sunna, que
nos diga que para opinar sobre fiqh o sobre aquida haya que
tener estudios en una Universidad Islámica. Ni el Profeta
(saws) ni sus Compañeros (ra) estudiaron en Universidad
alguna. Si eres tan purista, remítete a las fuentes.
Pregunta: Si la mujer puede o no ser Imam o si se debe o
no lapidar al adúltero no son cuestiones de principios sino
de obediencia a Dios (al-islam). Esto no es una tertulia; es
una Revelación del Dios Único. Y de nosotros depende ser


Entrevista sobre algunas polémicas recientes

de entre los sumisos o de entre los soberbios.


Sí, nuestro deber es ser sumisos únicamente a Al-lâh, y no
a los ulemas al servicio de regímenes totalitarios, que en su
soberbia han llegado a considerarse como únicos depositari-
os de la Palabra revelada. La rendición incondicional ante la
Realidad Única (al-islam) implica un compromiso, nuestra
responsabilidad personal ante Al-lâh y nuestros semejantes.
Antes de tirar piedras sobre una mujer adúltera, o de aplau-
dir ante escenas de azotes y cortes de manos a mendigos,
deberías pensar si realmente estás obedeciendo a Al-lâh o a
unos ulemas reaccionarios que han convertido el dîn de Al-
lâh en una religión represiva, homófoba y sexista. Harías
bien en preguntártelo, porque el Día del Juicio de nada te
servirá apelar a la autoridad de los ulemas para justificarte.
Lee el Qur’án y sabrás de lo que hablo.
Pregunta: ¿Pensáis vosotros los musulmanes españoles
de origen crear un islam al estilo español, sobre todo des-
pués de la fatwa que considera a Ben Laden fuera de los lí-
mites del islam?
No se trata de crear nada. El hecho de tratar de vivir como
musulmanes en un medio occidental nos conduce a res-
puestas diferentes. No hay nada extraño en ello. También el
islam en Indonesia tiene sus características, como lo tiene
en Senegal, en Irán o en las Maldivas. ¿Porque no ha de ser
“diferente” en España, en Europa, en los eeuu? Lo que no se
nos puede exigir es el abandono de algunos de los logros de
la modernidad, justo en el momento en el cual todo el mundo
islámico suspira por ellos. No todo en la sociedad occidental
es corrupción y degeneración, aunque haya mucho de ello. La
libertad de expresión y de conciencia, los derechos humanos,


el isl a m en de mo c r ac ia

la igualdad de la mujer, la democracia… no son valores ajenos


al islam. Simplemente, luchamos por el reconocimiento, en
un contexto muy determinado. No podemos dejar de ser lo
que somos, sino someternos a Al-lâh desde nuestra preca-
riedad de criaturas, desde nuestra contingencia aquí y aho-
ra. ¿Qué más podemos hacer? ¿Tenemos que obedecer a los
ulemas de Meka o de al-Azhar? ¿Qué tienen que ver ellos con
nosotros? ¿Qué saben ellos de nuestra vida cotidiana? ¿Cómo
pueden juzgar nuestro contexto? Esto no se sostiene desde el
punto de vista del fiqh tradicional. Tan solo vemos un intento
de control ideológico, la creación de una especie de “iglesia”
en el islam. Los musulmanes españoles, que en muchos casos
hemos llegado al islam superando una religión dogmática y
vinculada al totalitarismo, no vamos a caer en lo mismo. No
somos más que musulmanes que tratamos de someternos a
lo que Al-lâh quiere de nosotros, insha Al-lâh. El islam es la
liberación de toda idolatría. Esto es al-Andalus, y al-Andalus
siempre ha sido diferente.
Pregunta: Me temo que muchas veces se cae en el vano
intento de parecer muy moderno y europeo con tal de ale-
jar las sospechas de oscurantismo y barbarie que caen so-
bre nuestro Din.
No trato de parecer europeo: lo soy. No trato de contentar
a los occidentales, ni de ser moderno, sino de vivir el islam
en mi contexto. Soy catalán, y no cambiaría mi país por nin-
gún otro. Lo absurdo es pretender imponer desde fuera unas
interpretaciones a un contexto diferente. Hay que ser muy
arrogante para pensar que los propios puntos de vista son
universales. Lo mismo que alguien me acusa de “occidentali-
zante”, podría acusársele de “orientalizante” o de “arabizante”.


Entrevista sobre algunas polémicas recientes

Al-lâh dice en el Qur’án que toda la tierra es una mezquita,


lugar de postración y adoración al Único. También dice que
todo lo que está en oriente y occidente pertenece a Al-lâh.
Para mí, como musulmán europeo, no existe otra posibilidad
de vivir el islam que hacerlo aquí y ahora, en nuestro contex-
to cotidiano, en el contexto de las sociedades europeas del
siglo xxi.
Pregunta: Amina Wadud ha recibido fuertes críticas por
parte de personalidades del mundo islámico. ¿Qué opi-
nión le merecen estas críticas?
He leído una veintena de fatwas o comunicados contra
Amina Wadud. Salvo raras excepciones, la respuesta de estos
pretendidos sabios demuestra su pobreza intelectual. No ha
sido agradable oír al imam de una mezquita de Londres decir
que una mujer no puede ser imama porque podría salpicar de
sangre a los creyentes cuando se agachara… O a otros dicien-
do que una mujer debidamente cubierta y velada dirigien-
do las oraciones puede despertar la lascivia de los hombres,
ofreciendo una imagen patética de los musulmanes como ob-
sesos sexuales incapaces de ejercer el menor control sobre
sus cuerpos y sus mentes. Pero esto no ha sido lo peor. La
carencia de argumentos es suplida por mistificaciones, tales
como “el consenso de los sabios” o la referencia a la historia
del islam: lo nunca visto, una innovación, nuestros padres no
lo hacían. Tan solo son capaces de apelar a la autoridad y a la
“religión de los antepasados”, algo que todos los profetas vi-
nieron a combatir. Contrastemos esto con la crítica a la fat-
wa contra Bin Laden. Cuesta comprender como se puede lla-
mar hereje o apóstata a Amina Wadud por dirigir un rezo, y
se rechace hacerlo contra alguien que ha asesinado niños y


el isl a m en de mo c r ac ia

mujeres, y que está contribuyendo de forma descarada a la


demonización del islam en el mundo. No puedo entender-
lo más que como un síntoma de la parálisis de la ummah. Se
nos está cayendo el mundo encima y no somos capaces de re-
accionar, tan solo de pelearnos. Todo esto muestra el fracaso
de los “ulemas oficiales”. En su intento de preservar la unidad
de la ummah han creado una religión totalitaria. ¿Por qué
nos cuesta tanto aceptar la diversidad de opiniones con na-
turalidad? ¿Qué daño hace una mujer dirigiendo la salat ante
hombres y mujeres? ¿Por qué no somos capaces de aceptar
la diversidad de opiniones y tendencias como expresión de
la vitalidad del islam, de que los musulmanes y musulmanas
estudiamos y nos esforzamos por encontrar el mejor modo
de vivir el islam aquí y ahora? ¿Qué nos pasa, desde cuando
asimilamos islam al dogmatismo, a la ortodoxia y al totalita-
rismo? La comunidad profética de Medina ya ha pasado, no
existe esa sociedad ideal entre nosotros, tan solo manifesta-
ciones diversas del islam en contextos diferentes. Por el bien
de todos, habrá que irse acostumbrando: las diferencias de
opinión son una misericordia de Al-lâh para la comunidad
de los creyentes.

Pero solo Al-lâh sabe


. juan pablo ii y el islam:
un reconocimiento

con motivo de la muerte del papa juan pablo ii,


2/4/2005

L a relación de Juan Pablo ii con el islam constituye


un hito en la trayectoria de la Iglesia. Ningún Papa
había calificado reiteradamente al islam como una “religión
hermana”. Ningún Papa había entrado en son de paz en una
mezquita, como hizo Juan Pablo ii en la Mezquita de los
Omeyas de Damasco. En Casablanca, besó el Qur’án en un
acto multitudinario. Sus gestos de acercamiento al islam
han sido numerosos. En 1989, Juan Pablo ii envió una Carta
Apostólica a los obispos sobre la situación del Líbano. Con
la misma fecha realizó en francés un “Llamamiento a todos
los musulmanes en favor del Líbano”:
“El drama que vive el pueblo del Líbano me incita a dirigir-
me a vosotros. Lo hago con confianza, de ningún modo en
nombre de un grupo o de una familia de pensamiento parti-
culares, sino en nombre del mismo Dios al que adoramos y al
que nos esforzamos en servir… Nosotros creyentes, hijos del
Dios misericordioso, nuestro Creador, nuestro Guía… Por


el isl a m en de mo c r ac ia

ello he querido hoy dirigirme a vosotros, fieles del Islam, hi-


jos de una religión donde elocuentemente se enseña la justi-
cia y la paz… Se trata de un deber de solidaridad humana que
vuestra conciencia de hombre y vuestra pertenencia a la gran
familia de los creyentes imponen a cada uno de vosotros…
Queridos fieles del Islam… sabed que podéis contar siempre
con la colaboración de los cristianos… ¡Que Dios nos en-
cuentre lado a lado, a musulmanes y cristianos, junto a la ca-
becera de nuestros hermanos libaneses!”
Un discurso tal elocuente todavía nos conmueve.
Musulmanes y cristianos pertenecen a una gran familia, la
de los creyentes en el Dios Único. Juan Pablo ii quiere ha-
blar al margen de los sectarismos, superar las tensiones entre
comunidades. La paz y el cese de los sufrimientos están por
encima de toda querella teológica. Los defensores de la orto-
doxia ultramontana no se lo han perdonado nunca. Wojtyla
ha sido tan duramente criticado por su acercamiento al islam
como por su promoción del Opus Dei, su lucha contra el sa-
cerdocio femenino y la teología de la liberación, o la campa-
ña internacional contra el uso del preservativo. Como musul-
mán, no valorar su apertura hacia el islam sería ingrato.
En lo que respecta al diálogo islamo-cristiano, ha repre-
sentado un paso adelante, en la estela del Concilio Vaticano
ii. Como sucede con otros aspectos de su pon-tificado, su ac-
titud puede calificarse como ambigua. No podía ser de otra
manera, especialmente en un mandato tan largo y tan mediá-
tico, marcado por las tensiones y tendencias contradictorias
en el seno de la Iglesia. Juan Pablo II ha tratado de buscar un
punto medio entre el pleno reconocimiento del pluralismo
religioso y la doctrina tradicional según la cual no hay salva-


Juan Pablo ii y el islam: un reconocimiento

ción fuera de la Iglesia. No han faltado momentos de regre-


sión, como la Declaración Dominus Iesus, la referencia exclu-
sivista a las “raíces cristianas” en la Constitución Europea o el
veto a los teólogos más abiertos al diálogo inter-religioso. Sin
embargo, una perspectiva histórica impone el reconocimien-
to, y aún más en el momento de la muerte.
En el libro Cruzando el umbral de la esperanza (Plaza &
Janés, 1994), Juan Pablo ii encara el tema del pluralismo con
firmeza:
“En vez de sorprenderse de que la Providencia permita
tal variedad de religiones, deberíamos más bien mara-
villarnos de los numerosos elementos comunes que se
encuentran en ellas.”
Después de esta declaración formal, entra a criticar el con-
tenido del Qur’án, afirmando que significa una “reducción
de la Divina Revelación”. En esto sigue las pautas de insig-
nes islamólogos, como Louis Massignon o el Padre Michael
Hayeck. Hay que comprender la prevención que el islam ge-
nera entre los cristianos. ¿Cómo aceptar una religión que se
sitúa después de la encarnación de Dios y no la reconoce?
La respuesta: el islam es históricamente posterior, pero on-
tológicamente anterior al cristianismo. El islam es definido
como una religión puramente legalista, que pone su acen-
to en la trascendencia de Dios, y donde no hay espacio para
el encuentro entre el Creador y la criatura. Con esta tesis
se logra superar un fenómeno que resulta muy incómodo:
la posterioridad histórica del islam pone en tela de juicio la
idea de la redención universal encarnada en un momento his-
tórico preciso. Aceptar el islam es superar todo historicismo.


el isl a m en de mo c r ac ia

No es este el momento para discusiones. Preferimos res-


ponder a su palabra, buscar los puntos de encuentro entre
las religiones. La aproximación al islam de Juan Pablo ii es
sumamente positiva, y más si la comparamos con los siglos
de insultos y anatemas. Los musulmanes hemos sido conde-
nados al infierno durante muchos siglos, y ahora somos in-
vitados a dialogar en el mismo Vaticano. La crítica ya es un
diálogo, cuando se hace desde el respeto mutuo. Una vez que
superamos todo sectarismo y somos capaces de ir más allá de
los aspectos formales y doctrinales, nos damos cuenta de que
en el fondo de todas las tradiciones sagradas de la humani-
dad existen valores compartidos: la adoración de la Realidad
Única, la compasión, la paciencia, la entrega, la solidaridad,
la alabanza, el agradecimiento… En Cruzando el umbral de
la esperanza, culmina su crítica del islam con un reconoci-
miento:
“La religiosidad de los musulmanes merece respeto. No
se puede dejar de admirar, por ejemplo, su fidelidad a la
oración. La imagen del creyente en Alá que, sin preocu-
parse ni del tiempo ni del sitio, se postra de rodillas y se
sume en la oración, es un modelo para los confesores
del verdadero Dios, en particular para aquellos cristia-
nos que, desertando de sus maravillosas catedrales, rezan
poco o no rezan en absoluto.”
Este fragmento es muy revelador, pone el acento en la coti-
dianidad de la experiencia. Oír al Sumo Pontífice católico ca-
lificar la fidelidad de los musulmanes a la oración como “ad-
mirable” y “un modelo para los confesores del verdadero Dios”
también es admirable. Todavía en el año 2001, y con moti-


Juan Pablo ii y el islam: un reconocimiento

vo de su visita a Kazajstán, reiteraba “el respeto de la Iglesia


Católica por el islam: el islam que reza, que sabe ser solida-
rio con los necesitados”. Un verdadero golpe para los secto-
res más reaccionarios. Ojalá todos los católicos tuviesen una
perspectiva tan abierta.
Si yo fuera cristiano, seguramente sería más crítico con
Juan Pablo ii. Como musulmán, y en honor a la verdad, no
puedo serlo.


. yihad de género

presentación del primer congreso internacional


de feminismo islámico. club internacional de
prensa. madrid, 19 de octubre de 2005

J unta islámica catalana ha convocado para los días


26, 27 y 28 de octubre de 2005 la celebración del Primer
Congreso Internacional de Feminismo Islámico. En su con-
vocatoria, jic define los objetivos del encuentro del siguien-
te modo:
1. Dar a conocer el emergente movimiento de las mu-
jeres musulmanas en pos de la igualdad de género, tanto
a nivel teórico como sobre el terreno.
2. Dar a conocer este movimiento entre las mujeres
musulmanas que viven en España, como un elemento
de integración, como alternativa a las lecturas machistas
dominantes.
3. Buscar una mayor coordinación entre las mujeres
musulmanas y occidentales en relación a objetivos co-
munes.


Yihad de Género

Las preguntas suscitadas por esta convocatoria son mu-


chas, tantas como hemos recibido durante los meses de pre-
paración de este congreso. En primer lugar, puedo adivinar
vuestra sorpresa: ¿feminismo islámico, existe tal cosa? En se-
gundo lugar, ¿qué es lo que quiere decir ser feminista dentro
del islam? ¿Acaso el adjetivo islámico no reduce el conteni-
do de la palabra feminismo, no la desfigura? Para contestar a
estas y a muchas más preguntas es por lo cual hemos decidi-
do organizar el congreso, como un primer paso en la visuali-
zación de un movimiento que es ya una realidad en muchos
países de mayoría musulmana. Un movimiento ciertamen-
te débil, aún minoritario, pero que está generando enormes
expectativas entre todos aquellos musulmanes y musulma-
nas que queremos vivir el islam como un camino espiritual
y rechazamos de pleno todo tipo de discriminación o situa-
ciones de injusticia que sufran las mujeres, u otros colecti-
vos como son los homosexuales o las minorías religiosas.
El primer paso para la solución de un problema es locali-
zarlo. La curación pasa por saber que estás enfermo, luego
podemos discutir el tratamiento. Y aquí está nuestro primer
combate: muchos musulmanes siguen empeñados en un dis-
curso esencialista y defensivo, sobre “la alta posición de la
mujer en el islam”, y bla bla bla. Detrás de todos los discur-
sos que nos recuerdan que “el islam liberó a las mujeres hace
catorce siglos” se esconde el mismo inmovilismo, una actitud
autosatisfecha que no deja lugar para la lucha. Si “el islam li-
beró hace catorce siglos…” ya está todo hecho.
Y sin embargo, la situación de la mujer en el mundo islá-
mico es lamentable. Debemos confrontar los hechos con las
idealizaciones del pasado. No hablamos de la libertad inter-


el isl a m en de mo c r ac ia

na o de la condición espiritual de las personas, sino de siste-


mas legales discriminatorios, de políticas de Estado, de eje-
cuciones de homosexuales, de lapidaciones, de códigos de
vestimenta y de conducta impuestos por la fuerza, de un to-
talitarismo que segrega y discrimina. Hablamos de la vida de
cientos de miles de mujeres en Irán, en Arabia Saudí, en
Egipto, en Afganistán, en Jordania o Mauritania. Hablamos
de leyes injustas dictadas en nombre del islam, que se pre-
tenden emanadas del Qur’án y de la Sunna, y bajo las que se
hace la vida irrespirable a las mujeres, permitiendo toda cla-
se de abusos contra ellas.
Una vez localizado el mal, se trata de curarlo. A la medici-
na para curar el machismo la llamamos feminismo. Sabemos
que a muchos musulmanes les desagrada esta palabra. Se re-
cuerdan los abusos de un cierto feminismo agresivo contra
el hecho religioso, de aquellos discursos que se nos presen-
tan como la avanzadilla del colonialismo. En palabras de la
catedrática de historia contemporánea y feminista Mary
Nash: “la imposición de un imperialismo cultural en la pro-
yección de un feminismo proyectado desde un canon univer-
salista de signo blanco occidental” (Mujeres en el mundo, p.
25). Este discurso coincide con el orientalismo, en su defini-
ción del islam como una religión esencialmente machista,
una religión patriarcal que no puede dejar de serlo. Una reli-
gión cerrada y definida por los peores rasgos del atraso y del
oscurantismo. Por tanto, para liberar a las mujeres hay que
arrancarles el velo, hay que desarraigarlas de sus tradiciones.
La buena mujer blanca viene a salvar a la pobre mujer sumi-
sa musulmana. Tras la feminista agresiva contra el hecho
religioso viene el buen evangelista. La historia es conocida,


Yihad de Género

se viene repitiendo desde hace más de un siglo.


Frente a este feminismo occidental agresivo, existe un mo-
vimiento de mujeres que reivindica la posibilidad de realizar
la liberación de la mujer musulmana en el marco del islam.
Este movimiento considera que se ha producido una degra-
dación de la tradición islámica y una tergiversación de los
textos sagrados, que ha tenido como resultado la actual es-
tructura patriarcal que domina en los países de mayoría mu-
sulmana. Postula, asimismo, que el islam genuino contiene
importantes elementos de liberación, y propone la recupe-
ración de estos como marco de la emancipación de la mujer
musulmana.
El Congreso que hemos planteado sin duda representa un
paso adelante en la lucha de las mujeres musulmanas por
mejorar su condición. Se trata de validar un discurso que se
está produciendo en contextos diferentes, y darle una visi-
bilidad a escala planetaria. Los miembros de Junta Islámica
Catalana no somos más que un grupo de musulmanes y mu-
sulmanas cansados de ver una y otra vez como el islam es
siempre representado a través de sus figuras más oscuras, un
‘musulmán tipo’ que responde a todos los estereotipos de la
ignorancia, el fanatismo y el machismo más recalcitrante. No
es que ese estereotipo no exista. Existe y por eso hemos mon-
tado este congreso, para mostrar que ese musulmán no es el
único y legítimo representante del islam, que existen muchos
otros cientos de miles de musulmanes y de musulmanas que
se rebelan contra ese fanatismo, contra ese machismo, con-
tra esa ignorancia y ausencia de espiritualidad. Precisamente,
hablar de feminismo implica hacerse consciente de los pro-
blemas estructurales que sufren las sociedades musulmanas,


el isl a m en de mo c r ac ia

de la proliferación de una visión del islam cerrada a los valo-


res básicos que representa la modernidad: derechos huma-
nos y ecológicos, libertad de conciencia, democracia, igual-
dad de género.
Dentro del amplio movimiento de rechazo al fundamenta-
lismo religioso gestado en los últimos años en el interior del
islam, sin duda el feminismo ocupa un lugar muy especial. Al
hablar de feminismo islámico estamos tocando el núcleo de
todos los problemas, estamos reconociendo situaciones de
discriminación y de auténtica opresión ante las cuales no po-
demos sino rebelarnos. Tal y como señalaba Shirín Ebadi tras
la concesión del premio Nobel de la Paz, para ser feministas
no es necesario que dejemos de ser plenamente musulmanes.
Más bien, es desde nuestra condición de musulmanes que
sentimos el patriarcado como un sistema de opresión de una
parte de la humanidad frente a la otra.
Las mujeres que hemos logrado reunir en Barcelona son
algunas de las representantes más notables de este movi-
miento. Un movimiento de protesta, pero también de re-
generación espiritual. Un movimiento que hunde sus raíces
en la revelación coránica, en el espíritu igualitario del islam.
El feminismo islámico se presenta como un discurso enraiza-
do en el Qur’án, realizado por mujeres musulmanas dotadas
del conocimiento lingüístico y teórico necesario para desa-
fiar las interpretaciones patriarcales y ofrecer lecturas alter-
nativas encaminadas a lograr la igualdad de derechos, al mis-
mo tiempo como refutación de los estereotipos occidentales
y del fundamentalismo religioso.
El Primer Congreso Internacional de Feminismo Islámico
se celebrará los días 27, 28 y 29 de octubre en Barcelona.


Yihad de Género

Tendremos entre nosotros a pensadoras tan valiosas como


Amina Wadud y Asma Barlas, conocidas por sus lecturas del
Qur’án en clave feminista. Amina Wadud es conocida espe-
cialmente por haber protagonizado el pasado 18 de marzo en
Nueva York una plegaria mixta, dirigiendo la oración ante
hombres y mujeres. Este desaf ío al patriarcado generó en su
momento las críticas feroces de los sectores más reacciona-
rios, incluidos los imanes de Meka y de Medina, el rector de
la Universidad de al-Azhar, en El Cairo, y muchos otros.
El Congreso contará con la ponencia marco de Valentine
Moghadam, directora de la Sección para la Igualdad de
Género de la unesco, que situará el feminismo islámico
como parte integrante del movimiento feminista global, esta
red transnacional de hombres y mujeres que luchan contra
la discriminación de la mujer en el contexto de la expansión
neoliberal y el fundamentalismo. Del sudeste asiático, conta-
mos con la presencia de Zainah Anwar, la directora de Sisters
in Islam, una de las organizaciones pioneras del feminis-
mo islámico, y Lily Zakiyah Munir, directora del Centre for
Pesantrem and Democracy Studies, que está desarrollando
un programa de reforma de la enseñanza religiosa en las más
de 14.000 escuelas religiosas de Indonesia, con el objetivo de
incluir en la formación de los futuros cuadros dirigentes del
islam del país los conceptos de igualdad de género y de de-
mocracia. Además, durante el congreso también se aborda-
rán temas delicados como la lucha contra la ablación en Mali,
o la polémica de los tribunales de la sharia en Canadá, un
ejemplo de colaboración entre feministas musulmanas y no
musulmanas. También estará presente Baobab for Women’s
Human Rights, asociación reconocida por su tarea en defen-


el isl a m en de mo c r ac ia

sa de las mujeres acusadas de adulterio en Nigeria, y amena-


zadas con la lapidación.
A través de estas y otras organizaciones y mujeres, desde
Junta Islámica Catalana hemos querido dar a conocer este
emergente movimiento feminista dentro del islam, un movi-
miento necesitado de apoyos y cuidado, pero que ya se deja
sentir como una fuerza eficaz para hacer frente a las lecturas
patriarcales que han dominado durante demasiado tiempo
en el mundo islámico.
Desde Junta Islámica Catalana, creemos que es importan-
te que este discurso de liberación sea conocido. Creemos que
es importante visualizar a estas mujeres como las auténticas
representantes del islam, en su sentido más genuino. Visu-
alizar nuevos liderazgos femeninos es una tarea urgente en
el mundo islámico, dar a conocer la existencia de estas pen-
sadoras y activistas como una posibilidad de vivir el islam en
equilibrio, sin necesidad de aceptar la opresión de la mujer.
Se trata de ofrecer a las mujeres musulmanas una alternativa
a las lecturas patriarcales dominantes. Frente a este trabajo
de crítica interna, la pretensión de superioridad de la cultu-
ra occidental y el laicismo agresivo contra el hecho religio-
so no constituyen un enemigo efectivo del fundamentalismo,
por lo que representa de desarraigo para las mujeres que se
pretende liberar. Ante la falsa dicotomía occidentalización/
islamismo, el feminismo islámico propone la recuperación
y puesta en primer plano de elementos centrales de la tradi-
ción islámica que la hacen compatibles con el sistema demo-
crático y los derechos humanos.


. el acceso de la mujer
a la mezquita

U na de l a s conclusiones del Primer Congreso


Internacional de Feminismo Islámico, celebrado en
Barcelona, se refiere al acceso de la mujer a la mezquita. En
una emotiva ponencia, la norteamericana de origen indio
Asra Nomani explicó las circunstancias que la movieron a
realizar una campaña contra lo que califica como “apartheid
de género”. Hace unos años Asra Nomani decidió desafiar
una segregación que se reproduce en la mayoría de las mez-
quitas norteamericanas. Se plantó con su madre y su sobrina
en medio de la sala principal de la mezquita de Morgantown,
West Virginia, para realizar sus oraciones. Desde entonces,
ha emprendido una campaña para lograr el reconocimien-
to del derecho de las mujeres musulmanas a rezar en la sala
principal de las mezquitas norteamericanas, en igualdad de
condiciones respecto a los hombres.
También en la mayoría de las mezquitas en España está
vedada la entrada a las mujeres. En aquellos lugares donde
tienen acceso, se las ubica en salas aparte, en algunos casos
ocultas tras celosías, y obligadas a cubrirse completamente
con una túnica. A nadie se le escapa que esta situación cons-


el isl a m en de mo c r ac ia

tituye una violación de las leyes contra la discriminación por


razón de sexo. Según parece, esta práctica es tolerada en aras
del multiculturalismo y de la libertad religiosa. Sin embargo,
constituye un error demasiado extendido el pensar que la
prohibición del acceso de la mujer a la mezquita es propia del
islam. No existe un sólo texto de referencia para los musul-
manes donde se establezca dicha prohibición, sino todo lo
contrario. Una vez más, es necesario descorrer el velo.
Todos los estudiosos coinciden en que la mezquita de
Muhámmad (saws) en Medina constituía en un solo espa-
cio en el que rezaban juntos hombres y mujeres, sin ninguna
clase de separación. La mezquita de Medina era la sala de la
asamblea y el tribunal de justicia, donde todos los creyentes
participaban en la toma de decisiones colectivas. Las muje-
res entraban y salían de sus casas, acudían sin cortapisas a
las mezquitas a cualquier hora del día o de la noche, tenían
reuniones femeninas en las que decidían sus asuntos, parti-
cipaban en las asambleas, opinaban e imponían sus opinio-
nes, recibían educación, trabajaban y comerciaban, e incluso
combatieron en primera fila.
Existe un dicho del profeta Muhámmad (saws) categóri-
co sobre este punto: “No prohibáis a las siervas de Al-lâh
el acudir a la mezquita”. Este hadiz ha sido transmitido por
ibn Omar y por Abu Hurayra, y pone en evidencia que ya en
ese tiempo había musulmanes contrarios a esta práctica.
Existe otro hadiz, transmitido por Zaynab, donde la mujer
del profeta asegura que este les dijo a las mujeres que no se
perfumasen antes de acudir a la mezquita.
Existe otro hadiz donde Muhámmad (saws) dice que en
muchas ocasiones aceleró las oraciones por el hecho de


El acceso de la mujer a la mezquita

que había niños llorando, y así facilitar a las madres que


atendiesen a sus hijos.

En fin, los hadices no dejan lugar a dudas, y en esto están


de acuerdo incluso los ulemas más conservadores. Los hom-
bres se situaban en primera fila, los niños en medio y las mu-
jeres ocupaban el fondo. También se sabe que los musulma-
nes que llegaban tarde se situaban en las últimas filas, detrás
de las mujeres. Por ello, Omar ibn al-Jattab prohibió a los
hombres el acceso a la mezquita a través de la puerta trase-
ra, quedando ésta reservada a las mujeres. Esto sucedió tan
sólo tras la muerte del profeta, y no implica en ningún caso la
modificación del rezo colectivo en la misma sala, sin ninguna
clase de separación entre hombres y mujeres.
Esta es la primera mezquita del islam, y este es el ejemplo
del profeta. En este, como en tantos otros casos, el mensaje
del islam ha sido traicionado. En su libro Las sultanas olvi-
dadas, Fatima Mernisi explica el proceso mediante el cual se
cerró el acceso de la mujer a la mezquita, un proceso paralelo
a la sustitución del mensaje igualitario del islam por una re-
ligión machista y totalitaria: “Nada expresa mejor la traición
al Profeta que la actitud del acceso de la mujer a la mezqui-
ta… De las cenizas de aquella era había renacido una miso-
ginia que arraigaba profundamente en los temores árabes a
la feminidad e ignoraba los esfuerzos del Profeta por exorci-
zarlos insistiendo en la necesidad de que el varón musulmán
compartiera todo con su esposa” (ídem, p.145).
Llama la atención que aquellos que se presentan como pu-
ristas y guardianes de la tradición se pasen por el forro las en-
señanzas del Profeta cuando les viene en gana, siempre para


el isl a m en de mo c r ac ia

justificar su misoginia, su desprecio a las mujeres como cali-


fas de Al-lâh sobre la tierra.
Centrándonos en el presente, no podemos sino hacer las
siguientes preguntas: ¿es lícito que existan espacios califica-
dos oficialmente como “lugares de culto musulmán” en los
cuales este prohibida la entrada a las mujeres? ¿No se tra-
ta de casos evidentes de discriminación por razón de sexo?
¿Tienen las mujeres musulmanas en España que transigir
con situaciones como estas? ¿Acaso la libertad de culto no
existe para ellas?
Desde el momento en que sabemos que esta discrimina-
ci-ón no es achacable al islam en si mismo, sino a prácticas
culturales propias de determinados países, creo que se im-
pone denunciarlo. Desde mi posición de “dirigente religioso
islámico”, quiero hacer un llamamiento a todos los musul-
manes y a las organizaciones religiosas islámicas para aca-
bar con esta situación, que atenta contra los valores del is-
lam y tiende a perpetuar en España situaciones de desigual-
dad incompatibles con la legalidad vigente.
Si yo fuera mujer, no dudaría en presentar una denuncia
a muchas de estas mezquitas por discriminación por razón
de sexo y por vulneración de mis derechos religiosos. De he-
cho, animo y seguiré animando a las mujeres musulmanas a
rebelarse ante esta innovación infame. España está esperan-
do esa Asra Nomani que se enfrente a la ignorancia de mu-
chos dirigentes religiosos.


. musulmanes colonizados

S in duda el colonialismo ha dejado una profunda huella


en el mundo islámico. He conocido marroquíes que re-
conocían haber recibido ‘enseñanza islámica’ de sacerdotes
católicos, cuando Marruecos era una colonia española, y no
americana. Estos sacerdotes no hacían sino inculcarles una
visión cristianizante del islam, donde se trazan todas las ana-
logías posibles entre una religión y otra. El islam es definido
como un conjunto de dogmas y doctrinas, y se dejan en un
segundo plano la libertad (no hay otro Soberano que Al-lâh)
y el saboreo (dzawq). También el colonialismo ha tenido sus
efectos en la institucionalización del islam, de modo que lo
que ahora nos parece ‘normal’ hubiese sido considerado
como una anomalía antes de la colonización. Si bien es indu-
dable que islam y cristianismo son religiones hermanas y
muy semejantes, también lo es que en diversos aspectos ofre-
cen soluciones diferentes. Cada cosmovisión es un todo or-
denado, una forma orgánica y completa de enlazarse con el
todo. Cuando ciertos componentes de una religión se mez-
clan con los de otra, lejos de constituir un enriquecimiento,
se corre el riesgo de perder el todo. Además, este ‘contagio’
ha llegado de la mano de los elementos más reaccionarios


el isl a m en de mo c r ac ia

del catolicismo, aquellos que se vinculan con el nacional-ca-


tolicismo. Para detectar esta presencia del colonialismo en-
tre los musul-manes, hay que fijarse en cuatro puntos clave:

. la equiparación del imam al sacerdote (y de la


mezquita con la iglesia)
La palabra imam ha pasado a designar a una especie de ‘cura
islámico’, revestido de funciones especiales, como si ‘ser
imam’ constituyese un cargo propiamente dicho. Hemos vis-
to como musulmanes acudían ‘al imam’ para casarlos, o para
celebrar las exequias de sus hijos, cuando su función origi-
nal no tiene nada que ver con esto. En realidad, el imam es
simplemente aquel que dirige la oración: se trata de una fun-
ción específica, y no de un cargo. Para ser imam, es suficien-
te con tener unos conocimientos básicos: saber de memoria
algunos fragmentos del Qur’án y saber como se realiza la
oración. Cuando acaba la oración, la persona en cuestión
deja de ser imam. Aunque es comprensible que se acabe de-
signando con el nombre de imam a la persona habitualmen-
te encargada de dirigir la oración en una determinada mez-
quita, no es lícito pensar que tiene otra función que esta, o
que debe ser considerado como un líder espiritual por parte
de los musulmanes. Para dirigir la oración no hay que estar
consagrado ni designado por nadie. La mayoría de los mu-
sulmanes han ejercido de imames alguna vez en su vida, o
están capacitados para hacerlo. Si se está en grupo, suele es-
cogerse la persona con más conocimientos, lo cual quiere
decir que el imam puede variar de una reunión a otra. Esto
no implica que el imam tenga un rango superior, ni que ejer-
za un magisterio espiritual de ningún tipo. En las familias


Musulmanes colonizados

acomodadas, era habitual tener un sirviente imam con bue-


na dicción del Qur’án, costumbre que perdura. Cuando los
musulmanes apelan al imam como una autoridad religiosa,
investida de otras funciones que las de la realización de la
oración, y acuden a él para celebrar casamientos u otras fes-
tividades, nos encontramos ante uno de los síntomas más tí-
picos del islam colonizado.

. apelar a ‘la ortodoxia’


El concepto de ortodoxia implica una Iglesia que ostenta el
magisterio dogmático, algo vedado en el islam. Implica pen-
sar que en el islam sólo existe una doctrina (doxia) correcta
(orto), lo cual es falso. Desde los primeros tiempos del islam
surgieron infinidad de escuelas de pensamiento: motakallim,
mashshâ’ûn, jariÿíes, qadaríes, muridíes, ibadíes, ishraqui-
yún, asharíes… o tendencias: la alquimia, el hermetismo, las
radiaciones de al-Kindi, la cosmovisión de los Ikhwân al-
Safâ, además de todas las corrientes del chiísmo. Resulta
cansino nombrar todos los grupos y doctrinas del periodo
abbasida, por citar un periodo muy determinado de la histo-
ria. Todas estas doctrinas fueron aceptadas en su tiempo
como islámicas, aunque discutieran entre sí sobre temas
como la eternidad del mundo, la creación ex-nihilo, la pre-
destinación, si el Qur’án es creado o increado, etc, y en algu-
nos casos se produjese una ruptura. En todo caso, nosotros
no tenemos la obligación de tomar partido por los ibadíes,
los ishraquiyún o por los asharíes: en principio, todos ellos
nos merecen el máximo respeto. Esta variedad de doxias se
da también en el terreno de la jurisprudencia, con las (por lo
menos) diecisiete escuelas jurídicas sunníes que en algún


el isl a m en de mo c r ac ia

momento han gobernado la vida de los musulmanes, aparte


de las chiítas. Reivindicar una ortodoxia en nombre de la tra-
dición jurídica del islam es desconocer esa misma tradición
jurídica. Se tiende a dar por hecho que los dictámenes de los
sabios del pasado son más válidos por ser antiguos, y no en
función de los argumentos presentados, lo cual es una so-
lemne tontería. Por otra parte, se supone que esta ‘ortodoxia’
es preservada por determinados centros de saber o ‘recon-
ocidas universidades’, a las que se otorga la categoría de ‘guar-
dianes de la tradición’. Antes de la colonización, el método de
la enseñanza del islam era completamente libre. Para ser
considerado como un maestro en cualquier disciplina no era
menester ningún título en ninguna universidad o centro de
enseñanza oficial. Cualquiera podía sentarse bajo una co-
lumna de una mezquita y anunciar que iba a impartir una
enseñanza. Su éxito y aceptación dependían ex-clusivamen-
te de sus conocimientos. Cuando alguien apela a la ‘ortodo-
xia del islam’ para descartar tus argumentos, ten por seguro
que se trata de un típico musulmán colonizado.

. crítica del relativismo moral


Por relativismo moral no entendemos el ‘todo vale’ de algu-
nos. Desde el punto de vista de una cosmovisión tradicional,
la norma es un medio de enlazarnos con el todo. Más bien, el
relativismo moral se relaciona con el pluralismo, como res-
puesta a la coexistencia de diferentes morales en un mismo
espacio. El relativismo es propio del islam, entendido como
la aceptación de la diversidad de tradiciones y culturas como
algo querido por Al-lâh. En este punto, el Qur’án no puede
ser más claro: Al-lâh dice que ha otorgado un dîn (religión)


Musulmanes colonizados

diferente para cada pueblo. Nos dice que no corresponde a


los hombres juzgar, sino aceptar las diferencias, y concluye:
“¡competid en buenas obras!” (hasanat). Cuando los musul-
manes decimos wa al-lâhu alaam (y solo Al-lâh sabe) esta-
mos diciendo que todo saber humano es relativo. En el dunia
(lo mundano) todo es relativo. Lo Absoluto corresponde úni-
camente a Al-lâh, y a la revelación que realiza a través de Sus
signos y Sus Mensajeros. No sólo es aceptable el relativismo
moral, sino también jurídico. Iman Shafi’i (ra) decía que no
se puede legislar lo mismo en El Cairo que en Bagdad. Es de-
cir: que las Leyes dictadas por Al-lâh (la Sharia) pueden tener
una aplicación diferente según las condiciones del lugar: son
relativas a una situación precisa. En las sociedades musulma-
nas se ha aceptado siempre la existencia de morales e incluso
de legislaciones diferentes. El relativismo moral siempre fue
algo propio del islam e impropio de occidente, por lo menos
hasta el siglo xix. La crítica del relativismo moral y cultural
es propia de una determinada ideología gestada en occidente,
en su intento de imponer un pensamiento único. La crítica al
relativismo moral realizada por la Iglesia implica su rechazo
de la gestación de sociedades multireligiosas y multicultura-
les (como las que han cara-cterizado al mundo islámico du-
rante siglos), un intento de mantener la moral católica como
norma esencial de la sociedad occidental, por encima de las
otras religiones o creencias. Cuando esta crítica del relativis-
mo está en boca de los musulmanes, se hace patente el triun-
fo del colonialismo.

. sexualidad represiva
El placer sexual es un regalo de Al-lâh a las criaturas. La vi-


el isl a m en de mo c r ac ia

sión positiva de la sexualidad en el islam contrasta con otras


concepciones religiosas. El Profeta Muhámmad (saws) ama-
ba a las mujeres, y se casó y se divorció numerosas veces. De
todos sus matrimonios, sólo una vez se casó con una virgen:
todas las demás eran mujeres experimentadas. El Profeta
(saws) dijo que cuando alguien satisface legítimamente sus
deseos sexuales, realiza con ello una buena obra (hasanat).
Dijo que dar placer a la pareja constituye una sádaqa (ofren-
da, palabra que suele traducirse por ‘limosna’) a Al-lâh. Lejos
de constituir un pecado o un mal, la satisfacción del deseo no
es sino expresión de la voluntad divina, creadora de goce y
existencia. Todo ello se realiza dentro de unos límites: las re-
laciones fuera del matrimonio y la promiscuidad sexual son
consideradas degradantes, una depreciación del cuerpo. Pero
eso no implica un moralismo represivo, pues el matrimonio
no es un sacramento indisoluble. Más bien, se trata de valo-
rar el cuerpo y las relaciones sexuales como un bien. El islam
estableció la facilidad para el matrimonio y el divorcio, la
aceptación de métodos anticonceptivos y la posibilidad de
abortar bajo determinados casos. Según el ejemplo del profe-
ta, un motivo suficiente para solicitar el divorcio por parte de
la mujer es el hecho de que su marido no la satisface. Desde
el punto de vista islámico, una vida sin placer sexual es una
vida a medias. Cuando uno observa la ola de puritanismo y
de beatería seudo-religiosa que asola el mundo islámico, con
la asignación a la mujer musulmana de figuras típicamente
cristianas como ‘la perfecta casada’ o ‘el ángel del hogar’, se
hace evidente el triunfo del colonialismo.
Pero sólo Al-lâh sabe.


. defender la libertad de
expresión es defender
al profeta del islam

E scribo para expresar mi solidaridad con la prensa


europea, ante los ataques recibidos por parte de grupos
integristas. Muchas veces he denunciado la islamofobia que
impregna los mass media. Rechazo de plano la publicación
de las caricaturas, y las considero un acto de incitación al
odio antes que una muestra válida de la libertad de expresión.
Las caricaturas no son humorísticas ni satíricas, sino pura y
simple propaganda de guerra, destinada a crear una imagen
monolítica de los musulmanes como terroristas. Se parecen
mucho a las caricaturas de los judíos en la Alemania nazi, que
contribuyeron a crear el clima propicio para la Shoa.
A pesar de todo ello, siento la obligación de denunciar
la reacción desproporcionada de algunos musulmanes.
Como musulmán, me produce auténtico bochorno ver en-
frentadas la libertad de expresión y la defensa de la figura
de Muhámmad (paz y bendiciones). Considero la libertad
de expresión como un valor indiscutible, ni islámico ni oc-
cidental, sino un valor universal, esencial para el desarro-
llo de sociedades sanas, en las cuales las capacidades de to-


el isl a m en de mo c r ac ia

dos sus miembros puedan desarrollarse libremente. La liber-


tad de expresión es una necesidad imperiosa en los países
de mayoría musulmana, dominados por regímenes despóti-
cos de corte pro-occidental. Plantear la defensa del profeta
como un ataque a la libertad de expresión es un contrasenti-
do. Defender la libertad de expresión es defender al profeta
del islam, a todos los mensajeros de Dios, quienes hicieron
de la palabra un vehículo de liberación, devolviendo al len-
guaje su sentido.
Los que vociferan y queman embajadas nos provocan lás-
tima, en su incapacidad para escapar a la violencia. La deses-
peración es una fuerza ciega. Las caricaturas no son más que
un detonante, una muestra de los sentimientos enconados
que alberga una parte del mundo musulmán ante occidente.
Ante la dimensión que han tomado los acontecimientos, no
podemos seguir hablando de reacciones ante las caricaturas,
se trata de otra cosa.
Los que vociferan y queman embajadas son movidos por
el odio y el rencor, y no por el amor al profeta. Odio a todo lo
europeo, rencor ante una situación que los musulmanes en
el mundo percibimos como humillante. Rencor ante la im-
punidad con la que se propaga la islamofobia, ante el fascis-
mo cotidiano que envenena nuestras vidas, que hace que los
vecinos nos miren con cara de sospecha, que no se nos al-
quile un piso por saber que somos musulmanes, que tenga-
mos problemas para encontrar trabajo, para abrir mezqui-
tas o tener acceso a la alimentación halal, al cumplimiento
de nuestros derechos religiosos. Rencor ante la situación de
Chechenia, de Cachemira o Palestina, ante la destrucción de
Irak “en nombre de la democracia”. Rencor por el apoyo de


Defender la libertad de expresión

occidente a tiranías en Oriente Medio, ante el retorno sola-


pado del colonialismo, ante las torturas en Irak, ante las pro-
fanaciones del Corán en Guantánamo, ante la prepotencia
de los nuevos amos de la tierra.
Pero una cosa son los sentimientos de las masas, y otras
las causas de los que han promovido las protestas. Las cau-
sas reales hay que buscarlas en el despotismo y la ignorancia.
Despotismo e hipocresía de regímenes árabes que se presen-
tan ahora como los defensores del islam, cuando llevan años
torturando y robando a sus pueblos, persiguiendo a los par-
tidos islamistas, reprimiendo cualquier forma de disidencia
y agitando el fantasma del fundamentalismo para justificar
ante occidente la instauración de regímenes totalitarios. La
istrumentalización de las protestas es un hecho evidente.
Hay mucha gente en el mundo islámico interesada en el cho-
que de civilizaciones, y se han aprovechado la publicación de
las caricaturas para manipular a la población y generar una
reacción desproporcionada y absolutamente contraria a los
valores del islam.
Lo que más nos duele es la ignorancia del ejemplo del pro-
feta al cual se dice defender. El propio Muhámmad fue obje-
to de toda clase de burlas en su tiempo, y nos dio el mejor
ejemplo de como responder a las provocaciones. Rechazó la
censura y explicó que no valía la pena alimentar las polémi-
cas absurdas. En ningún momento perdió la calma, e incluso
llegó a pedir a Dios que perdonase a aquellos que lo habían
insultado. En el Corán queda reflejado este comportamiento,
que debería servir de modelo para todo musulmán: “Los
siervos del Compasivo son los que van por la tierra humilde-
mente y que, cuando los ignorantes les increpan, dicen: ¡Paz!”

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el isl a m en de mo c r ac ia

(Corán 25:63). Los que vociferan y queman embajadas tienen


muy poco que ver con la definición que el Corán nos ofrece
de los musulmanes. Ellos son culpables: han cometido deli-
tos en nombre del islam, han contribuido de forma irracio-
nal a la divulgación de las caricaturas, han aumentado de
forma estéril la polémica, dando satisfacción a sus autores.
¿Cómo se pretende defender a Muhámmad actuando en
contra de su ejemplo? Si los que se presentan como fanáti-
cos defensores del islam lo ignoran todo sobre el islam, los
musulmanes conscientes debemos contestarles. Por culpa de
estos grupos aparecemos siempre representados como tur-
bas vociferantes y violentas, masas sin rostro que en medio
de la suciedad y la pobreza elevan un grito de rencor. Las cá-
maras (siempre en el lugar preciso) se recrean en las imáge-
nes, saben captar el rostro más tenso, la expresión más enco-
nada. Estamos en las antípodas del islam, de la serenidad que
otorga cualquier práctica espiritual. Estamos ante la imagen
del fanatismo religioso. A estas imágenes se opone el rostro
de algún político o intelectual europeo, de actitud mesurada,
llamando a la calma y al encuentro entre las civilizaciones.
El contraste no puede ser más fuerte. Una vez más lo hemos
conseguido, como marionetas que ocupan el lugar que les
ha sido asignado, desgañitándonos por la ofensa recibida. La
provocación ha dado como resultado una reacción que nos
conduce a ahondar en la brecha, a abismarse en el choque de
las ignorancias.
Una vez pasada la tormenta, solo nos queda la posibilidad
de interpretar lo sucedido como un signo. Hemos perdido la
medida, ya nada es sagrado y todo es objeto de manipulación
y escarnio. La libertad de expresión tiene su límite en el

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Defender la libertad de expresión

mandato interior de respetar al otro. Todas las legislaciones


europeas contemplan un límite para la libertad de expresión,
así que es absurdo reivindicarla como un valor sagrado, casi
religioso. Fanáticos los hay en todos lados, y no debemos
permitirles que ocupen el centro de la escena. Hay que
recuperar el temple. Solo una actitud serena y consciente de
combate contra el odio secular y religioso puede hacernos
salir de este círculo vicioso. La paz no se construye
únicamente fuera, es un estado interior que todos los seres
humanos conscientes debemos cultivar. La práctica de
cualquier religión tiene por objeto superar el mundo de las
dualidades, conducirnos a la Fuente que todo lo reúne.
Oriente es Occidente, no existe una fractura más que en la
mente humana. El ser humano es uno. Cado criatura vive en
diferentes circunstancias, pero sujeto a las mismas
condiciones eternas de la vida. …

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