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ASIGNATURA:
Psicología Educativa
TEMA:
Tarea unidad IV y V
Participante:
Mariela Hilario Méndez
Matricula:
12-0496
FACILITADORA:
Rosa Kenya Bueno. M.A
Fecha:
21-07-2018
Nagua
Cibao Oriental
Lectura del libro de texto: Shibley Janet y Delamater Hyde John
D. (2006). Sexualidad Humana. Mexico: Mc Graw Hill.
Fase de excitación:
Fase de orgasmo:
¿Qué es un afrodisíaco?
Desde tiempos inmemoriales las sustancias con algún efecto afrodisíaco han
sido objeto mítico de búsqueda en todas las sociedades del mundo.
Otros afrodisíacos son aún más exóticos, como sacados de un libro de brujería;
destacan aquí algunos muy codiciados como el cuerno de rinoceronte o los de
ciervo, las pezuñas de macho cabrío, extractos de grasa o hígado de tigre, el
Chan Su (sustancia con bufadienólidos como la bufotenina, poderoso
alucinógeno, que se obtiene del dorso de algunos sapos), ámbar gris (obtenido
de ballenas), cantaridina (sustancia muy peligrosa obtenida del polvo por
maceración seca de unos escarabajos llamados "mosca española"), las
hormigas negras o la sangre de serpiente.
Los científicos han estudiado muy poco la farmacología afrodisíaca, Por ello,
muchos de los estudios científicos se han limitado a comunicar los efectos
nocivos de un gran número de sustancias que con propósito afrodisíaco fueron
consumidas y que han provocado la intoxicación con resultado incluso de
muerte de algunas personas.
La sexualidad en la infancia:
Desde la visión de la vida sexual del ser humano como algo flexible, cambiante
y en permanente proceso de transformación, se capta en toda su hondura la
realidad del hecho sexual. La sexualidad no tiene una sola función, ni es algo
particular de un periodo de la vida del ser humano.
No es algo rígido desde que nacemos hasta nuestra muerte. Cada etapa de
nuestra vida tiene sus peculiaridades y la sexualidad no es ajena a esta
realidad. Por ello, una visión positiva, enriquecedora y responsable de las
bondades del sexo permite disfrutar de lo bueno de nuestra sexualidad en cada
uno de los periodos de la vida.
El ser humano nace con unas estructuras centrales activas que son
determinantes de la frecuencia, la forma y la orientación de la conducta sexual.
Estas estructuras se relacionan y adaptan a la realidad externa y al sujeto. El
desarrollo sexual es fruto de la persona y de su modo de actuar, de la relación
con su medio y de las circunstancias que de él emanan.
En paralelo con los aspectos biológicos con los que nacemos, comienzan a
influirnos una serie de determinantes externos al sujeto y cambiantes en el
tiempo. Entre ellos podemos hablar de factores culturales, religiosos,
ideológicos y sociales. Se manifiestan a través de las pautas de crianza y
criterios educativos referidos al dimorfismo sexual (el hecho de que en la
especie animal humana hay dos sexo, el femenino y el masculino), con una
marcada influencia en la diferenciación psicosexual entre niñas y niños.
En esta etapa de la vida del niño y la niña hay una serie de cambios
fundamentales (motores e intelectuales) para su desarrollo en general y que
tendrán un significado especial para el desarrollo sexual.
La sexualidad en la adolescencia:
La pubertad:
Cambios psico-sexuales
Una duda que comparten adultos y jóvenes es cuándo se deben iniciar las
relaciones sexuales, más si éstas incluyen el coito, lo que implica riesgo al
embarazo y mayor peligro de contagio de enfermedades de transmisión sexual.
Preocupa en especial el cómo saber el momento adecuado para iniciarse.
Aunque, en realidad, los comienzos son muy paulatinos: cogerse de la mano,
un beso en la cara o en la boca, caricias… No obstante, al final la duda se
concreta en saber cuál es la edad buena para empezar las relaciones sexuales
completas. Lo ideal es que se llegue a ese momento preparado
psicológicamente y que tanto el protagonista como sus progenitores y
educadores lo interpreten como un acto de responsabilidad y libertad. Por lo
tanto, la respuesta a esa duda no se puede reducir a ofrecer una edad para
iniciarse, porque el criterio cronológico no siempre se corresponde con la
madurez afectiva. La respuesta supone un análisis de la situación que
comprende diferentes factores.
Sexualidad en la juventud:
La vida adulta, especialmente cuando los hijos ya son grandes o se han ido del
hogar, es un momento de redescubrimiento de la pareja que, con la experiencia
y el mayor tiempo disponible pueden acceder a una verdadera segunda “luna
de miel”, muchas veces, mejor que la primera. “Hay personas que inician
nuevos vínculos en esta etapa de la vida y concurren a la consulta porque
quieren entender mejor su propia sexualidad y aprender cosas que no saben y
que desean compartir con su pareja”, agrega la Dra. Literat.
Una persona adulta que se encuentra en buen estado general de su salud, que
puede disfrutar de una sexualidad plena con su pareja, gracias a que ambos
han alcanzado un nivel de comprensión de la vida que les permite encontrar
soluciones cuando aparecen problemas, sin sentir que no alcanzan las
expectativas que se habían planteado una década atrás, es una persona que
disfruta de una sexualidad saludable.
El impacto de los medios masivos sobre la sexualidad adolescente: