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HERRAMIENTAS PARA EL TRABAJO. LA EDUCACIÓN POPULAR.

Como ya venimos mencionando, el “Programa de Promoción Comunitaria en Salud”,


tiene como objetivo central la formación de promotores comunitarios en salud. Este
apartado intentará aportar conceptos, herramientas y miradas sobre el “como” pensar los
procesos pedagógicos de esa formación.

El promotor comunitario en salud es, ante todo, un promotor de actividades territoriales y


comunitarias ligadas a la salud. Las competencias de este implican tres dimensiones del
saber: el saber-conocer (conocimientos),el saber-hacer (habilidades) ,el saber-ser
(actitudes). A su vez, el formador de la escuela de promotores tiene la responsabilidad de
propiciar la circulación de determinados saberes y la puesta en valor de los ya existentes,
entre otras cosas.

Entendemos que el oficio del formador se desarrolla, así como el del promotor, en el seno
de su práctica, atravesado por las particularidades que cada territorio y cada grupalidad le
imponga. Por estas razones, nuestra experiencia de trabajo y debates como equipo nos
invitan a acercar algunas herramientas que sirvan de apoyo a la hora de emprender esta
tarea.

Son entonces, los objetivos de este apartado, introducir lineamientos, trazos de un boceto
herramientas y miradas que luego cada lector ira haciendo propios. Estos contenidos, al
marcar una forma depararnos ante los otros, son transversales a todos los encuentros y
módulos específicos.

Haremos referencia, en primer lugar a la educación popular, como una herramienta


pedagógica, metodológica y conceptual que pretende “educar nuestra mirada”; que
pretende ayudarnos a ir hacia los otros para, con los otros, para problematizar y
transformar una determinada realidad, por más mínima que sea. Desde la multiplicidad de
saberes, hábitos y costumbres desde pensar en la comunidad y su fortalecimiento. Es una
forma de posicionarse frente al otro y frente a las prácticas.

Por todo esto, en este apartado encontrarán elementos conceptuales y metodológicos de


la educación popular, pretenden aportar una mirada pedagógica y política que nos
ayude a abordar y profundizar procesos de formación, organización y participación social
que se encaminen en los diferentes territorios o espacios que transitamos.

También, mencionaremos algunas nociones sobre los grupos, con el objetivo de que el
facilitador/ coordinador pueda leer algunas de las dimensiones a las que los grupos nos
invitan a reflexionar.

Para finalizar este recorrido, nos detendremos en el formato de Taller como dispositivo de
trabajo, ya que es a través de este formato que está pensado cada encuentro, es el
vehículo a través del cual se despliegan los contenidos de cada módulo.
Por último, les proponemos un Taller sobre acuerdo de trabajo, con el objetivo de
construir colectivamente cuales van a ser los acuerdos, compromisos y responsabilidades
que creemos necesarios para poder comenzar con este proceso de formación.

¿Qué es la educación popular?


La educación popular, se podría decir, que es un modelo pedagógico, gestado
principalmente en América Latina donde Paulo Freire es uno es los principales referentes
y quien le imprime, lo educativo la necesidad de tener una mirada liberadora, cambiar de
lugar desde donde miramos, enseñamos y aprendemos; una pedagogía de la
transformación
Definirla, puede ser una tarea ardua y compleja, ya que hay muchos debates al respecto,
porque es una mirada sobre lo educativo en permanente construcción. Nos interesa
comprender que la educación popular va a ser una forma de entender y hacer; una forma
de ver al otro y verse a uno mismo en la acción de enseñar, aprender y transformar. “La
educación popular es praxis, reflexión, y acción sobre a realidad para transformarla” va a
decir Freire. Es la teoría a partir de la práctica y no la teoría sobre la práctica. Es tomar la
propia realidad como fuente de conocimiento como punto de partida y de llegada
permanente, recorriendo dialécticamente el camino entre la práctica y su comprensión
sistemática, histórica, global y científica.

Esta dimensión transformadora y dinámica la hace que no encontremos una defunción


única y cerrada. Algunos autores van a decir que, lo fundamental en la Educación Popular
no es lo didáctico ni lo pedagógico, tampoco lo epistemológico o lo político; lo más
importante es – como decía Paulo Freire - el compromiso ético y la búsqueda de la
coherencia entre los componentes mencionados.
En síntesis, vamos a decir que Educación Popular es un sistema metodológico que
incluye todos los componentes pedagógicos, metodológicos, éticos y políticos, a la vez y
lo que le da coherencia es el compromiso ver y leer el mundo, en síntesis para
transformarlo;

Es clave en esta mirada lo que vamos nombrar como el posicionamiento, el lugar desde el
cual nos vamos a parar para ver y trabajar con los otros, en la forma en que leamos y
analicemos los contextos y en la forma y en la decisiones que tomemos para trabajar con
los otros.

La educación popular, entonces no neutral, se sitúa en un contexto histórico-social


concreto, pudiendo ser, como dijimos, funcional a la reproducción de un orden social o
contribuyendo a la a la emancipación y a la organización popular. Desde este punto de
vista, entonces, la educación popular, es una educación comprometida con el otro, busca
fortalecer la organización social y la construcción de sujetos de derechos. Permite una
lectura transformadora de la realidad y se apoya en el desarrollo de las potencialidades y
capacidades de los sujetos y la comunidad.
En qué se diferencia este modelo de otros?
La Educación Popular se diferencia de otros tipos de educación en cuanto a su forma de
trabajar, en su forma de ver y concebir al acto educativo y en cuanto al posicionamiento
ético y político que promulga.

Existen muchas corrientes pedagógicas, pero a los fines de hacer una diferenciación
práctica se les puede agrupar en tres modelos fundamentales:
1. Educación que pone el énfasis en
Modelos Exógenos los contenidos
(Educación = objeto) (Educación = objeto)
2. Educación que pone el énfasis en
los efectos

3. Educación que pone el énfasis en


Modelo Endógeno
el proceso
(Educando = sujeto)

Estos tres modelos no se dan nunca puros en la realidad, están presentes y conviven en
distintas proporciones en cada una de las acciones educativa.
Para comprender un poco de que se trata esto vamos de decir que llamamos a los dos
primeros modelos exógenos (Modelo de énfasis en los contenidos o bancaria y el Modelo
que pone énfasis en los efectos o conductual) porque están planteados desde fuera del
destinatario, externos a él: el educando es visto como objeto de la educación.
El modelo endógeno (que pone énfasis en el proceso o educación popular) parte del
destinatario: el educando es el sujeto de la educación.
Decimos, asimismo, que cada uno pone el énfasis en un objetivo distinto; esto es, que
acentúa, da prioridad a ese aspecto. No es que prescinda radicalmente de los otros dos;
pero se centra y privilegia al que le es propio.

Educación que pone el énfasis en los contenidos. Corresponde a la educación


tradicional, basada en la transmisión de conocimientos y valores de una
generación a otra, del profesor al alumno, de la elite «instruida» a las masas
ignorantes.
2. Educación que pone el énfasis en los efectos. Corresponde a la llamada
«ingeniería del comportamiento», y consiste esencialmente en «moldear» la
conducta de las personas con objetivos previamente establecidos.
3. Educación que pone el énfasis en el proceso. Destaca la importancia del
proceso de transformación de la persona y las comunidades. No se preocupa tanto
de los contenidos que van a ser comunicados, ni de los efectos en término de
comportamiento, sino de la interacción dialéctica entre las personas y su realidad;
del desarrollo de sus capacidades intelectuales y de su conciencia social 1 .
(Kaplum, 2002)

El modelo educativo con énfasis en los contenidos o bancario

Se trata del tipo de educación que todos conocemos, el tradicional, basado en la


transmisión de conocimientos, donde “quien sabe” es el docente o profesor y enseña al
ignorante, al que “no sabe” que es el estudiante o alumno. Aquí el docente no solo no
reconoce que quien está sentado en el aula, sabe otras cosas distintas a las que el viene
a enseñar, sino que va a establecer una relación de poder en donde el que sabe gana.
Paulo Freire, calificó a este modelo como “Educación Bancaria” el educador deposita
conocimientos en la mente del educando. Se trata de «inculcar» nociones, de introducirlas
en la memoria del alumno, que es visto como receptáculo y depositario de informaciones.
Es el que predomina en el sistema educativo formal: en la escuela primaria y secundaria,
en la universidad.
Paulo Freire hace una comparación entre educador y educando que nos van a ayudar a
terminar de comprender este modelo:

EL EDUCADOR EL EDUCANDO
• es quien habla • es siempre el que es educado
• escoge el contenido de los • es quien escucha

• es siempre quien sabe • obedece, sigue la prescripción

• es siempre quien educa • lo recibe en forma de depósito

• prescribe, norma, pone las reglas y • es el que no sabe


programa
• es el sujeto del proceso • es el objeto del proceso

Modelo educativo con énfasis en los efectos

Este modelo, también está presente en el sistema educativo, cuestiona el modelo


tradicional; surgió como una reacción contra él, como una respuesta más actual, da
mucha importancia a la motivación; rechaza el modelo libresco, los programas amplios; es
un método activo: propone acciones y se preocupa mucho de evaluar el resultado de las
mismas.
Sin embargo, es tan autoritario e impositivo como el modelo tradicional. El que determina
lo que el educando tiene que hacer, cómo debe actuar, incluso qué debe pensar, es el

1
Mario Kaplum, Una pedagogía de la comunicación. Ed. Caminos, La Habana 2002
que educa. Todos los pasos de la enseñanza vienen ya programados. Todo se convierte
en técnicas: en técnicas para el aprendizaje.
El objetivo aquí es que el educando haga, aprenda y pase. Centra su mirada sobre el
efecto de la acción de “enseñar” no contemplando el proceso del cómo, sino priorizando el
resultado.

Modelo de énfasis en el proceso o educación popular.


Este, es un modelo que podemos decir, que fue gestado en América Latina. Aunque
recibió aportes de pedagogos y sociólogos europeos y norteamericanos, son Paulo Freire
y otros educadores que dieron una orientación social, política y cultural a lo educativo y la
piensan como una “pedagogía del oprimido”, como una educación para la democracia y
un instrumento para la transformación social.
Para entenderla vamos a partir de una Frase de Paulo “La educación es praxis, reflexión y
acción del hombre sobre el mundo para transformarlo”. Ya no se trata, de una educación
para informar sino que busca formar a las personas y llevarlas a transformar su realidad.
Esto se ve en la práctica, cuando el que educa cambia de mirada, cambia la forma de
pensar el proceso de educación nadie se educa solo sino que todos nos educamos y
aprendemos entre todos. Si bien hay una cuestión de roles, se entiende en este proceso
que el educador sabe unos contenidos que los pone en juego o en dialogo con los
educando que saben o tiene otros conocimientos y ambos construyen el momento de
aprendizaje, en donde todos aprenden.
Esto no es otra cosa que , ver a la educación como un proceso permanente, en que el
sujeto va descubriendo, elaborando, reinventando, haciendo suyo el conocimiento; desde
la práctica, la reflexión, dialogando con otros en intercambiando experiencias, saberes y
conceptos.
Esta mirada de lo educativo, implica pensar a un sujeto de la educación crítico y con una
postura activa. Se trata de una educación problematizadora, en donde lo importante no es
la trasmisión de contenidos, sino obtener las herramientas para analizar la realidad y
transformarla a partir de las particularidades del contexto en que nos encontramos y de
aprender a superar obstáculos; se trata de aprender a aprender

EL APORTE DE PAULO FREIRE


Creemos que es importante retomar el aporte que hace Paulo Freire, su mirada y
metodología, para el trabajo comunitario en salud.

El método de concientización de Freire no busca hacer que las personas conozcan su


posibilidad de ser libres, sino que aprendan a hacer efectiva su libertad, y haciéndola
efectiva, la ejerzan. Es decir, se impone “la educación como práctica de la libertad”.

Pero hombres y mujeres no sólo están en el mundo, sino que también están con el
mundo. Estar con él, es estar abierto al mundo, captarlo y comprenderlo; es actuar de
acuerdo con sus objetivos, para transformarlo. En este sentido, no se trata de cualquier
hacer, sino de uno que va unido a la reflexión.

La metodología utilizada por Freire propone la práctica social para volver, después de la
reflexión, sobre la misma práctica y transformarla. De esta manera, la metodología está
determinada por el contexto de lucha en que se ubica la práctica educativa; el marco de
referencia está definido por lo histórico y no puede ser rígido ni universal, sino que tiene
que ser construido por los hombres y mujeres capaces de transformar su realidad. 2

Ya en “Pedagogía del Oprimido”, obra fundante de la educación problematizadora,


Paulo Freire sostenía que los oprimidos recibían el nombre de asistidos; decía que a
estos se los veía como “casos individuales, meros marginados, que discrepan de la
fisonomía general de la sociedad”. Aparece con claridad que la distancia que media entre
una pedagogía para la pobreza o para los pobres es tan profunda como la que se
establece entre una democracia asentada y sostenida desde una marcada desigualdad en
la distribución de la riqueza, en donde el otro es el diverso cultural y social, y una
democracia construida en la articulación entre igualdad y diferencia.

Viviendo se construye cultura…

Sólo desde esta matriz se puede pensar en llevar adelante un proyecto de Salud
Comunitaria que implique procesos de promoción y prevención de la salud desde la
Educación Popular, que genera:

 La capacidad de empoderar a la comunidad, de ayudarlos/as a crecer en


procesos de autoestima y dignificación de la propia vida.
 La capacidad para reconocer que el otro es muy valioso, que se puede creer y
esperar de las personas
 Un amor libre y valiente por lo humano y por el otro concreto.
 En el reconocimiento de los derechos de las personas, en el gusto por la ecología
y la naturaleza, en el respeto por las diferencias y la crítica a toda forma de
discriminación por raza, sexo, género, sector socio- económico o ideologías.
 En una educación que enciende un amor que anuncia y denuncia, que es
valiente, que se juega por lo humano, que genera lucha en lo cotidiano contra ese
sistema económico, cultural y político que es inhumano, injusto y de muerte.
 Gusto y pasión por saber y conocer, por vivir y festejar, por la liberación propia y
la de las y los demás.

Desde la educación popular se trabaja con sujetos que viven en contextos de pobreza,
marginalidad social y/o exclusión. A través de esta práctica, comienza un proceso de
protagonismo, de su ser sujeto activo, de su subjetividad muchas veces dañada y herida.

2
Ministerio de Desarrollo Social de la Nación.Dirección Nacional de Juventud. “Programa de Capacitación
para Animadores ComunitariosJuveniles”.
El proceso educativo se convierte primeramente en un proceso de subjetivación de
los individuos.

En palabras de Freire:

“Es por estos proceso que los sujetos deben poder “autoconfigurarse
responsablemente, descubrirse y conquistarse, reflexivamente, como sujeto de su
propio destino” (…) “aprender a escribir su vida, como autor y como testigo de su
historia, biografiarse, existenciarse, historizarse”3Esto implica acrecentar los niveles
de libertad del sujeto y constituir sujetos con conciencia histórica.

No se trata de una educación para informar (y aún menos para conformar


comportamientos), sino que busca transformar la realidad. De esa primera definición, el
pedagogo brasileño extrae los postulados de esta nueva educación:

 No más un educador del educando


 No más un educando del educador
 Sino un educador- educando con un educando- educador

En otros términos:

 Nadie educa a nadie


 Nadie se educa solo
 Los hombres se educan entre sí, mediatizados por el mundo

Esta dinámica es precisamente “el proceso educativo”. Es ver a la educación como un


proceso permanente, en que la persona va descubriendo, elaborando, reinventando y
apropiándose del conocimiento. Un proceso de acción- reflexión- acción que hombres y
mujeres hacen desde su realidad, desde su experiencia y desde su práctica social, junto
con los demás sujetos.

También se encuentra involucrado el “educador/ educando”, ya no como el que enseña y


dirige, sino como acompañante del otro, para estimular ese proceso de análisis y
reflexión, para facilitárselo; para aprender junto a él y de él; para poder construir juntos.

3. ¿QUÉ ES UN TALLER? 4

3
Freire, Paulo (1970). “Pedagogia do oprimido”. Río de Janeiro. Ed. Paz e Terra, 1970. pág. 4

4
ALFORJA, Publicaciones de Educación Popular. “Técnicas participativas para la educación popular”. 7ª
Edición. Ed. Lumen- Hvmanitas. Bs. As, 1996.

Ministerio de Desarrollo Social. Secretaría de Políticas Sociales y Desarrollo Humano. “Abordaje Integral de
Problemáticas Sociales en el Ámbito Comunitario. Módulo 7”. Año 2007
Es una estrategia de intervención que, dentro de lo que es la animación sociocultural,
busca un modelo de desarrollo comunitario. Este modelo de desarrollo en, desde y para la
comunidad tiene como finalidades últimas promover la participación y dinámica social.

El sujeto de aprendizaje es un sujeto protagonista, con pensamiento crítico, capaz de


problematizar. El taller permite desarrollar una experiencia de reflexión educativa común.
En este espacio se desarrolla un proceso colectivo de discusión y reflexión que posibilita
colectivizar el conocimiento individual. Es decir, a través de un punto común de referencia,
los participantes de un taller aportan sus saberes y experiencias particulares,
enriqueciendo y ampliando la experiencia colectiva (acción- reflexión).

En este sentido, se constituye en ámbito de una relación sin jerarquías entre formadores y
participantes, mutuamente modificante, abierta al cambio, aceptando el error e integrando
la teoría a la práctica. Se promueve la gestión democrática y las relaciones simétricas.
Los miembros pueden trabajar a veces solos o en pequeños grupos, otros momentos
posibilitarán la integración total. Es importante tener presente que en todo momento se
trabaja en un proyecto común y concreto.

El taller es una metodología para aprender a aprender. Supone aprender: “haciendo”,


“desde nosotros”, “con las y los demás”, “comunicándonos”, “participando”, “dialogando”,
“integrándonos”.

El taller promueve el respeto mutuo, la confrontación de diversos puntos de vista, la


aceptación del disenso como alternativa para construir, el aprendizaje en la diversidad, la
cooperación y la creatividad, sinónimo del pensamiento divergente, capaz de romper
continuamente los esquemas de la experiencia.

En el taller, se parte siempre del conocimiento que el grupo “trae” a través de sus
participantes. Se integran conocimiento y experiencias, revisando, enriqueciendo y
modificando dinámicamente los distintos saberes.

Como método de intervención territorial, el taller busca la materialización de una


propuesta a partir de la participación de las y los adolescentes y jóvenes: se utilizan todos
los modos de expresión y comunicación (lenguaje oral, escrito, gráfico, gestual, musical,
corporal, afectivo, etc.). Se pretende la discusión abierta, el debate, escuchar y entender,
tomar decisiones pactadas, responsabilidad compartida. Desde esta pluralidad y el
pensamiento reflexivo surge la acción que se convierte en un compromiso a partir del cual
se aprecia el problema del otro como propio.

Coincidimos con el equipo ALFORJA en la siguiente afirmación

“Creemos que las técnicas son sólo instrumentos en un proceso de formación. Afirmamos
esto, porque hablar de un proceso educativo es hablar de una forma específica de adquirir
conocimientos; y crear y recrear el conocimiento, es un proceso que implica una
concepción metodológica a través de la cual éste proceso se desarrolla.”

Basándonos en la teoría dialéctica del conocimiento y partiendo de esto afirmamos que la


Educación Popular debe fundamentarse en una concepción metodológica dialéctica.

¿Esto qué significa?

a) Significa partir siempre de la práctica, o sea de lo que la gente sabe, vive y siente;
las diferentes situaciones y problemas que enfrentan en su vida, y que en un
programa educativo se plantean como temas a desarrollar.

b) Desarrollar un proceso de teorización sobre esa práctica, no como un salto a lo


“teórico” sino como un proceso sistemático, ordenado, progresivo y al ritmo de las
y los participantes, que permita ir descubriendo los elementos teóricos e ir
profundizando de acuerdo al nivel de avance del grupo.

c) Este proceso de teorización debe permitir siempre regresar a la práctica para


transformarla, mejorarla y resolverla; es decir, regresar con nuevos elementos que
permitan que el conocimiento inicial, la situación, el sentir del cual partimos, ahora
nos lo podemos explicar y entender, integral y científicamente.

Por lo tanto, podemos fundamentar y asumir compromisos o tareas. Aquí es cuando


decimos que la teoría se convierte en guía para una práctica transformadora.

Planificación del Taller

Como toda herramienta, hay que saber para qué sirve una técnica, y cómo y cuándo debe
utilizarse.

Siempre se debe detallar el procedimiento, eso nos permite conducir correctamente la


técnica hacia el objetivo planteado y nos permite precisar el manejo de la técnica.

Algo importante a tener en cuenta, es que cuando utilizamos cualquier técnica ésta nos
brinda elementos que motivan la discusión, por eso tenemos que tener claro ¿Hasta
dónde queremos y podemos llegar con una discusión con esa técnica? La respuesta a
esa pregunta varía y depende casi exclusivamente del formador. El objetivo propuesto
sirve como orientación y también se debe tener presente las inquietudes y entusiasmo por
la discusión que se genere en los participantes y ser lo suficientemente flexible.

Se sugiere armar una planificación que contenga los siguientes aspectos:


Nombre del taller: Taller de fortalecimiento a la sociedad de fomento

Tema del encuentro; comunicación comunitaria:

Objetivos del encuentro: Por ejemplo: Trabajar la importancia del trabajo conjunto y la
comunicación con los otros.

Puede tener varios objetivos. Porque este taller puede ser parte de una serie de talleres, en donde
el tema se mantiene y cambian los objetivos o en un mismo taller se busca trabajar varias
estrategias. En este caso vamos a poner el ejemplo de trabajar con dos temáticas de contenidos:
la comunicación y la organización.

Lugar y horario: Lunes de 16 a 18

Los momentos del taller: Aquí detallamos las distintas partes del taller. Si necesitamos explicamos
la dinámica sino solo la mencionamos. Esta parte es la de planificación del taller, del momento del
encuentro.

Primer momento: Presentación.

Actividad:

1) Jugamos al ovillo. ¿Quién soy y que espero del espacio?. Todos los participantes del taller
van a formar un círculo. El coordinador inicia el círculo de presentación. }
2) Reflexionamos sobre la importancia de apoyarnos entre todos y el trabajo en red, no solo
entre nosotros sino con otros.

Duración: 40 min

Segundo momento: La comunicación.

Definimos la comunicación. Conocemos lo que saben y Trabajamos diferentes herramientas.

Actividad:

1) Paleógrafo. Ponemos en común en un paleógrafo, que es la comunicación.


Reflexionamos.
2) Trabajamos la definición a partir de los conceptos que aparecieron.
3) Contamos algunas herramientas: la radio abierta el periódico mural.

Duración 40 min

Tercer momento: Cierre


Cerramos el encuentro y hacemos los acuerdos para el encuentro siguiente

Actividad:

1) Reflexionamos sobre lo trabajado tanto en el trabajo en red como en la comunicación.


2) Recordamos fecha y horario del próximo encuentro
3) Les pedimos que tragan los materiales necesarios.
Rol del Formador;

Para que la aplicación de una técnica sea efectiva en un sentido pedagógico, es


importante que el coordinador/a, al elegir las técnicas, se haya contestado las siguientes
preguntas: ¿Qué tema vamos a trabajar?, ¿Cuál es el objetivo que se quiere lograr?
(¿para qué?) y ¿Con quiénes se va a trabajar? (características de los/as participantes)

A partir de la utilización de técnicas no formales y participativas, se apunta a centrar la


actividad en el grupo y no en los formadores de los talleres, con el objeto que la
comunicación y el poder circulen.

Una vez realizada la técnica grupal y de acuerdo al tipo de técnica utilizada las y los
formadores deberán preguntar a los participantes:

¿Qué escuchamos?

¿Qué vimos?

¿Qué sentimos?

¿Qué pasó?

¿Qué leímos o presentamos?

Este paso nos permite un primer ordenamiento colectivo, reconstruyendo o recordando


los principales elementos. Luego, pasamos a analizar más a fondo los elementos
presentes en la técnica: su sentido, lo que nos hace pensar.

Luego, relacionamos todos esos elementos con la realidad misma. ¿Qué relación tiene
esto con la realidad?; ¿Cómo se da en nuestro barrio, ciudad, etc.?

A partir de este análisis de la realidad se llega colectivamente a una conclusión o síntesis


de lo discutido: ¿Qué conclusión podemos sacar?; ¿Cómo resumimos lo discutido?

Se desarrollan procesos colectivos de reflexión y de conocimiento, que permiten integrar


los saberes previos, revisarlos, integrar nuevos y fundamentalmente elaborar estrategias
para modificar las condiciones de vida de los sujetos.

El Formador del grupo debe hacer un uso flexible del tiempo, de acuerdo a como se está
desarrollando la dinámica; sea para presionar, sea para permitir que elementos propios
del grupo de participantes se desarrollen. Otro aspecto a tomar en cuenta son las “reglas”
en las dinámicas grupales. Estas siempre deben ser aplicadas con flexibilidad; no son
estrictas ni intransiglibles, y son elementos también de reflexión, por lo que debemos
analizar el significado que tienen en la realidad.

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