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ÍNDICE

PRESENTACIÓN .......................................................................................................... 3
INTRODUCCIÓN .......................................................................................................... 4
CAPÍTULO I .................................................................................................................. 5
¿QUÉ ES INTERCULTURALIDAD?...................................................................... 5
IDENTIDAD CULTURAL ........................................................................................ 5
CULTURA ................................................................................................................... 5
CAPÍTULO II ................................................................................................................. 6
LA INTERCULTURALIDAD EN EL PERÚ ............................................................. 6
EL CONTEXTO ......................................................................................................... 6
EL CONTEXTO PERUANO .................................................................................... 6
¿QUÉ PODEMOS HACER PARA CAMBIAR ESTO? ....................................... 10
¿QUÉ ES NECESARIO HACER DESDE LA EDUCACIÓN? ........................... 11
CONCLUSIONES ........................................................................................................ 13
RECOMENDACIONES .............................................................................................. 15
PRESENTACIÓN

Cuando hablamos de Interculturalidad estamos hablando de educación para las


poblaciones indígenas alejadas de los centros urbanos y por largo tiempo olvidadas por
el estado como sujeto de derechos, entre ellos el de la educación. Desde que la escuela
llegó a las zonas rurales de América Latina, selvas, montañas y llanos habitados por las
poblaciones indígenas, el sistema educativo dio rienda suelta a la labor civilizadora y de
reproducción del orden hegemónico criollo que le había sido encomendada,
desconociendo las instituciones y manifestaciones socioeconómicas, culturales y
lingüísticas de las poblaciones a las que decía atender.
INTRODUCCIÓN

Nuestro país se caracteriza por la gran multiculturalidad que este posee. Sin embargo
desde nuestra perspectiva nos hemos dando cuenta de que en todas las culturas existentes
de nuestro Perú, sí, se mantiene un cierto grado de aceptación en un espacio determinado;
es decir, donde únicamente se reconocen, pero no conviven entre ellas, y muchas veces
no se aceptan entre si, mucho menos en la ciudad o cualquier sociedad urbana ya que
estos grupos étnicos y/o indígenas siempre suelen ser discriminados.

Es por ello que realizamos este trabajo, con el afán de culturizar a los leyentes y así
ayudarles a cambiar su forma de pensar.
CAPÍTULO I

¿QUÉ ES INTERCULTURALIDAD?
La Interculturalidad es la interacción entre culturas, es el proceso de comunicación entre
diferentes grupos humanos, con diferentes costumbres, siendo la característica
fundamental: “la Horizontalidad”, es decir que ningún grupo cultural está por encima del
otro, promoviendo la igualdad, integración y convivencia armónica entre ellas.

IDENTIDAD CULTURAL
Según Austin Millán (1994), la identidad cultural se manifiesta "como respuesta de un
grupo particular para mostrar a los demás su unidad y reafirmar los valores y costumbres
que establecen su diferencia con los otros miembros de su sociedad...". Es decir, sirve
para resaltar las diferencias, no precisamente en el ánimo de prejuiciar o discriminar a los
"otros", aunque muchas de las veces resultan lo contrario. Tener identidad cultural es una
necesidad de los grupos humanos para demostrar a la sociedad en la que se encuentran
inmersos, que están presentes y que son portadores de una singular forma de ver al
mundo,la naturaleza, el Universo, la vida, etc., de la cual se sienten orgullosos y que están
dispuestos a fortalecerla y recrearla, en un ambiente cada vez más globalizante que tiende
hacia la homogeneización cultural

CULTURA
La sociedad, o más específicamente, cada uno de los grupos que la conforman, poseen
una determinada cultura que se refiere al modo de ser, de pensar y de actuar que los hacen
diferentes de los demás, es como dice Austin Millán (1994): "...como la huella dactilar:
no hay dos grupos humanos que tengan la misma cultura(...). Es decir, costumbres,
valores,normas, lenguajes y simbolismos van a cambiar de grupo en grupo humano,
haciendo que cada uno de ellos exprese su propia identidad cultural, creando una
verdadera multiculturalidad.
CAPÍTULO II

LA INTERCULTURALIDAD EN EL PERÚ
“Una cultura no evoluciona si no es a través del contacto con otras culturas, pero los
contactos entre culturas pueden tener características muy diversas. En la actualidad se
apuesta por la interculturalidad que supone una relación respetuosa entre culturas”.

EL CONTEXTO
la diversidad etnolingüística y cultural peruana es un hecho socialmente reconocido desde
hace al menos dos décadas. el rostro multilingüe del Perú nos remite a la existencia de
minorías y minorías étnicas de diferentes troncos sociolingüísticos. sin embargo, es en el
escenario de la civilización andina donde han ocurrido las experiencias precursoras de
educación bilingüe. de hecho, como en Ecuador y Bolivia, la educación bilingüe se
remonta a la década de los cuarenta en la escuela puneña. de modo más sistemático y ya
en los años setenta, surgieron valiosas experiencias en la región andina, y ya en la década
de los ochenta también en la región de la selva amazónica.

EL CONTEXTO PERUANO
En el caso particular de Perú, y a pesar de la diversidad étnica y las grandes asimetrías
sociales, culturales, regionales y económicas, la interculturalidad ha sido elemento poco
considerado en la práctica educativa, debido a la limitada difusión, hasta hace poco de la
EBI y a una orientación pedagógica que enfatiza y legitimaba “una cultura nacional”,
fundamentada en teorías de integración que según Portocarrero (1992), “han tratado de
buscar puentes, de facilitar la identificación de los peruanos” en vez de hacer frente a las
diferencias y la separación. A diferencia de otros países de la región que durante siglos
negaron la presencia indígena, el Estado peruano históricamente ha utilizado lo indígena
para fundamentar la nación y reafirmar la identidad nacional en torno a una utopía andina.

Pero lo curioso de este uso, inclusive dentro del movimiento indigenista de intelectuales
no indígenas que empezó en los años 20 y se oficializó en los 40, es que el indígena actual
siempre fue relegado a las escalas bajas de las jerarquías culturales. Al argumentar que el
problema de esta relegación fue económico y social, Mariátegui y otros intelectuales
abrieron camino para una agenda política.

El Contexto peruano a diferencia de la perspectiva bicultural que se define bajo el


supuesto de la participación de dos culturas, la interculturalidad busca contribuir a una
interacción respetuosa y fecunda entre individuos y la diversidad cultural en todos los
niveles, modalidades y aspectos y en relación a cualquier campo de conocimiento
(Gigante, 1995). en si la interculturalidad requiere una innovación tanto pedagógica como
curricular que parte no solo de distintos contenidos o experiencias culturales, sino
también de los procesos de interacción social en la construcción del conocimiento.

No obstante, y como menciona De la Cadena (1998), el cambio a clase no significó el fin


de la discriminación o de los sentimientos raciales jerárquicos, sino la perpetuación de un
racismo silencioso, bajo la retórica de que las diferencias sociales actuales están más
enraizadas en las diferencias en el nivel educativo. El indígena-campesino sigue siendo
considerado como inferior, al igual que el negro proveniente del campo. Estas jerarquías,
conjuntamente con el acelerado proceso de urbanización y las olas de migración que cada
vez producen más cruces entre grupos étnicos y entre lo rural y lo9 urbano, han servido
para impulsar una mayor identificación con el mestizaje y la clase media. Pero como
destaca Portocarrero (1992), eso no quiere decir que el sentido de la diferencia haya
desaparecido: mucha gente que se considera mestiza y de clase media puede considerar
a una persona que está peor vestida o que tiene rasgos mas oscuros como cholo de clase
popular, y al que es más blanco, quizas lo puede clasificar como pituco de la clase alta.

Esto demuestra que no hay mucha congruencia entre el grupo étnico con el cual nos
identificamos, y los grupos étnicos con los cuales nos identifican los demás. En la
educación como en otras instituciones de la sociedad, ha existido una política de
homogeneización que, sin borrar completamente las diferencias, ha intentado
disimularlas dentro de un imaginario que destaca el pasado incaico al mismo tiempo que
construye la imagen del indio folclórico y servil, y que, en el contexto rural, impone
identidades e identificaciones, como campesino, por ejemplo, que borra las diferencias
ancestrales, locales, y geográficas (Citarella, 1990; Degregori, 1999), e invisibiliza lo
amazónico y lo negro frente a lo andino. Desde esta perspectiva, la diversidad cultural del
país ha sido reducida a una visión idílica y homogénea de los pueblos indígenas del
pasado, y una visión folclórica y paternalista de los del presente.

Esta visión es gobernada por un cierto tipo de pesimismo criollo, una suerte de máscara,
que se identifica con lo blanco y rechaza lo indígena, lo cholo lo negro (Portocarrero,
1992), un rechazo que se complica aún más en el aula con prácticas y actitudes que
humillan a los alumnos rurales o provincianos frente de lo blanco y urbano. Más allá de
los elementos mencionados, no existe otra manera de comprender la diversidad cultural:
el papel de la cultura afroperuana, de las culturas populares urbanas y de los migrantes,
de las minorías étnicas provenientes del extranjero (japoneses, chinos, europeos, etc.) no
existe en la visión del sistema educativo nacional (Haro y Velez, 1997). tampoco se presta
atención a las varias mezclas y entrecruces que se construyen en la vida cotidiana,ni a las
identificaciones étnicas que, a pesar de las políticas de integración, son bastantes fuertes
en algunas comunidades y regiones, ni a las diferencias regionales en si mismas
(andino/amazónico, norte/centro/sur, costa/sierra, etc.), ni a la discriminación y racismo
que se relaciona con ciertos rasgos físicos, costumbres, hechos, gestos y modalidades.

Aunque la pluriculturalidad peruana está recientemente incorporada como contenido


transversal de la educación primaria, todavía no hay un tratamiento profundo de la
interculturalidad. Más bien la interculturalidad sigue siendo asociada con la educación
para los indígenas, algo sin una práctica concreta que se dirige en forma unidireccional
desde lo indígena hasta la sociedad nacional. Pero el hecho de limitar la interculturalidad
a un asunto sólo concierne a los que no manejan el castellano, es decir un proceso de una
sola vía, implica negar las diferencias y profundiza la discriminación (Arenas, 1999). es
precisamente por estas políticas y estas visiones limitadas que la interculturalidad es aún
más complicada en el contexto peruano, porque implica no solamente una relación entre
distintos grupos culturales, sino un reconocimiento entre estos mismos grupos de los
elementos que contribuyen a su propia identidad y diversidad, y un reconocimiento de
que la interculturalidad es un proceso de doble o multiple via.

La importancia de la interculturalidad para el sistema educativo peruano y sociedad


peruana, en general, está basada en la reconstrucción de un equilibrio de la unidad y la
diversidad. Es decir, se trata de recapturar, apreciar y respetar las diferencias culturales
en toda su multiplicidad, incluyendo los conocimientos, saberes y prácticas ancestrales y
actuales, propios y ajenos, muchas veces ocultos en la sociedad peruana. Se trata
asimismo de reconocer las condiciones y prácticas que contribuyen a la desigualdad, la
discriminación, el racismo, la agresión y violencia simbólica hacia el “otro”; de aceptar
los rasgos compartidos y comunes y de llegar a comprender formas de comunicarse,
interrelacionarse y cooperar con lo diferente. En fin, el proceso de la interculturalidad
puede describirse como la construcción de puentes, no de integración o de separación,
sino de intercambio entre los individuos portadores y constructores de las vías culturales
que conforman el país; de ese modo se supera la noción de que no hay diferencias
culturales, o la idea de que existen culturas puras, aisladas y cerradas.

La interculturalidad ofrece la posibilidad de ir construyendo una sociedad realmente


pluricultural, dirigida a la igualdad y la justicia social, y a armar una verdadera
democracia. Como expresa Touraine (1998): la democracia… es una fuerza viva de
construcción de un mundo lo más vasto y diferenciado posible, capaz de conjugar tiempos
pasados y futuros, afinidad y diferencia; capaz sobre todo, de recrear el espacio y las
mediaciones políticas que pueden permitirnos detener la disgregación de un mundo
trastornado por la vorágine de capitales y de imágenes y contra el cual se atrincheran, en
una identidad obsesiva y agresiva...La democracia ya no apunta hacia un futuro brillante,
sino hacia la reconstrucción de un espacio personal de vida y de las mediaciones políticas
y sociales que lo protegen. (p.90).

La meta de la interculturalidad es esa: construir procesos que contribuyan a formar


sociedades plurales, justas y verdaderamente democráticas, procesos que requieren una
ciudadanía peruana segura consigo misma, respetuosa y comprensiva de las múltiples
manifestaciones de las diferencias culturales, crítica de las desigualdades, la
marginalización, discriminación y exclusión, conscientes de la problemática y la
potencialidad de conflictos culturales, y capaces de comunicarse, interrelacionarse,
cooperar y actuar con “otros” para construir unidad en la diversidad, para aprender a vivir
juntos, en la escuela y en la sociedad (Godenzzi, 1999; Toraine, 1997).

Como argumenta Arenas (1999), en sociedades marcadas por el conflicto y las relaciones
asimétricas de poder entre los miembros de sus diferentes culturas, de sus estratos sociales
y económicos, de sus lugares de procedencia, como sucede en el Perú, un principio como
el de la interculturalidad cobra todo su sentido y se torna imperativo si se desea una
sociedad diferente y justa, a la vez que diversa. (p.11).

Obviamente el desarrollo de estas comprensiones, habilidades y actitudes interculturales


necesita empezar con los niños desde los primeros años de la escuela y seguir de forma
continua durante la experiencia educativa, no como materia especial, sino como elemento
integral y transversal a todo proceso de aprendizaje-enseñanza de todos los alumnos.

Eso nos lleva a plantearnos unas preguntas centrales sobre la interculturalidad en el


contexto nacional y actual peruano: ¿Cómo construir la identidad personal sobre valores
que ayuden a ser auténticos, responsables y solidarios con los otros y con el mundo?
¿Cómo construir una ciudadanía plural y consciente que reconozca, respete y dé una
igualdad de posibilidades a todos los peruanos? ¿Cómo institucionalizar el principio de
la interculturalidad y promover acciones y actividades que animen su desarrollo?.

¿QUÉ PODEMOS HACER PARA CAMBIAR ESTO?

Vistas las causas de la situación actual de la interculturalidad en el Perú, podemos entrar


al tema de tomar acciones correctivas para cambiar los aspectos malos de esta situación
y así poder tener una mejor relación entre las diversas culturas.
En este ensayo buscamos proponer que el cambio no está en el mejoramiento del gobierno
ni en una revolución política o económica sino está en uno mismo; si pedimos justicia
intercultural, debemos ser justos con nuestros compatriotas, si pedimos una sociedad
económicamente creciente, debemos hacer gastos responsables y alejarnos del
consumismo sin sentido, si pedimos un gobierno al que le importe el cuidado de las
personas, debemos cuidar nuestra mente como nuestro cuerpo; el cambio que queremos
no está solo a un nivel socio- político-
económico sino a un nivel de conciencia de cada uno; donde nosotros los ciudadanos
debemos tomar conciencia de nuestra situación como ciudadanos y sobretodo la relación
con otros ciudadanos de diferente cultura a la nuestra.
También al hacer distinciones sobre las diversas formas en que se llevan a cabo las
relaciones interculturales en la vida cotidiana podemos buscar establecer una manera de
relacionarse de manera positiva y creativa, un enriquecimiento entre todos sin perder por
ello la identidad cultural de los interlocutores; esta relación positiva implica un elemento
personal y otro social que se complementan y se exigen mutuamente; es decir mientras
que los procesos de interculturalidad, a nivel personal, se enfocan en la necesidad de
construir relaciones entre iguales, a nivel social se enfocan en transformar las estructuras
de la sociedad y las instituciones que las soportan, haciéndolas sensibles a las diferencias
culturales
(educativas, jurídicas, de medicina y salud, etc.) que están en pleno ejercicio.
En este sentido nuestro foco problemático de la interculturalidad no reside solamente en
las poblaciones nativas, indígenas, sino en todos los sectores de la sociedad, con inclusión
de los blancos-mestizos occidentalizados.

Otro aspecto es incluir la interculturalidad como elemento básico del sistema educativo,
esto implica que se asume la diversidad cultural desde una perspectiva de respeto y
equidad social, una perspectiva en que todos los sectores de la sociedad tienen que asumir
hacia los otros. Para que esto se dé es preciso que todas las culturas implicadas en el
proceso educativo se den a conocer y se difundan en términos equitativos: con maestros
indios, afros, hispano-hablantes y extranjeros; contemplando en los contenidos
curriculares los múltiples elementos de conocimiento y sabiduría de las diferentes
culturas; factibilizando la enseñanza con metodologías diversas y adecuadas a la realidad
pluricultural con recursos didácticos-funcionales.

¿QUÉ ES NECESARIO HACER DESDE LA EDUCACIÓN?

En lo que a nosotros nos concierne como futuros EDUCADORES, no hemos hecho nada
significativo desde la educación para erradicar el autoritarismo como cultura social y para
sentar las bases de una cultura cívica y ciudadana que le de legitimidad y sustento a la
democracia incipiente que tenemos. ni la deliberación pública, ni la participación política
son hábitos sociales, y la tolerancia ni el respeto a las diferencias son virtudes públicas.
Se entiende que las virtudes de la vida pública se deberían aprender en los espacios de
socialización y de manera privilegiada en la escuela, para ello habría que transformar la
cultura de las escuelas y hacer de ellas espacios privilegiados de formación ciudadana.
Pero si persistimos en no hacer de la educación ciudadana la columna vertebral de la
educación pública, la evolución de la ciudadanía y la praxis de la antipolítica continuarán
en ascenso, y es que en educación no hay estancamientos, o se avanza o se retrocede.
si no se implementan procesos formativos que integren a las culturas, los procesos
reformativos no se detienen. Las instituciones educativas fomentan una educación
intercultural para todos contribuyendo a la afirmación de la identidad personal y social
del estudiante como parte de una comunidad familiar escolar, local, regional, nacional,
latinoamericana y mundial, esta es la condición para que el estudiante comprenda la
realidad en la que vive, se sienta parte importante de ella y construya relaciones
equitativas entre hombres y mujeres.

La identidad cultural se afirma, desde los primeros años de vida, con la comunicación a
través de la lengua materna, porque ésta expresa la cosmovisión de la cultura a la que el
estudiante pertenece. El dominio de la lengua, aprendida desde la infancia, posibilita el
desarrollo de la función simbólica de la que se vale el pensamiento para representar la
realidad y comunicar a través del lenguaje.
CONCLUSIONES

Desde nuestro punto de vista como futuros docentes debemos reconocer los derechos que
tienen las personas de diferentes pueblos indígenas y preocuparnos por que estas personas
sean reconocidas como parte de la sociedad, con igualdad digna que el resto de las
personas y por lo tanto merecen el respeto y una protección adecuada

La diversidad cultural constituye un asunto central y de importancia cada vez más


creciente en la dinámica y evolución de las sociedades actuales. La multiculturalidad es
parte de la interculturalidad, por tanto, es una característica incuestionable y cada vez más
presente en las mismas.

Nuestro enfoque crítico-transformador de la interculturalidad no se limita al


reconocimiento de la diferencia y promoción de la interacción positiva entre personas o
grupos con diferentes horizontes culturales.

Como parte final podemos concluir que la situación actual de la interculturalidad en el


Perú no está ni bien ni mal al 100% pero de algo que estamos seguros es que esta situación
tiene que mejorar de forma que los ciudadanos nos podamos entender unos a otros sin
ofender ni discriminar al otro. Como lo se citó el cambio está en uno mismo, el cambio
está en nuestras manos y es nuestro deber mejorar esta situación sin ver las diferencias
entre peruanos y ser felices como somos y estar orgullosos de nuestras raíces y
costumbres ya que eso es lo que nos identifica como peruanos.

Además, como peruanos también es nuestro deber respetar y hacer respetar a las otras
culturas extranjeras así evitaremos conflictos y daremos buena impresión de lo que somos
como peruanos.
Este cambio de conciencia no es inmediato aunque las personas por ciertas condiciones
que cada uno tiene ya sea grupos sociales , nivel educativo etc. critican y condenan actos
discriminatorios abiertos está aún presente en ellos actos discriminatorios sutiles o ciertos
juicios u opiniones negativas conocidas como prejuicios que no son fáciles de cambiar
por su condición de esquemas cognitivos que está arraigado en nuestro subconsciente ya
sea por el ámbito social en el que crecimos como por ejemplos la familia, los amigos,
vecinos, etc. Sino más bien es un proceso muy largo y que depende de cambios
progresivos, es nuestro deber cambiar una tanta esta situación y dejar encaminado este
proceso a las futuras generaciones.
RECOMENDACIONES
La gran tarea a futuro que nos concierne a todos es la de construir políticas de estado
auténticas, es decir, desde abajo. y para ello tenemos que aprender a partir del
reconocimiento de la diversidad cultural y del pluralismo político que nos conforma como
el punto de partida de los consensos a largo plazo que aún no hemos sabido construir en
el país.

la participación y el buen gobierno presuponen una cultura política intercultural común y


una ética de la responsabilidad compartida que es preciso construir en el dia a dia, en el
aula, en la escuela, en la universidad, etc. para que los canales institucionalizados de
participación y deliberación pública funcionen como debe ser, se requiere instalar hábitos
sociales de participación ciudadana. se requiere una formación de una cultura política
pública que sea transcultural, es decir, que incorpore y no censure las diversas maneras
culturalmente diferenciadas de entender el buen gobierno.
BIBLIOGRAFÍA
 ”Diversidad cultural y educación superior en Ancash” - Felix Julca Guerrero
 Walsh, C. E. (2009). Interculturalidad, estado, sociedad: luchas (de) coloniales
de nuestra época. Universidad Andina Simón Bolívar.
 Walsh, C. (2007). Interculturalidad y colonialidad del poder. Un pensamiento y
posicionamiento “otro” desde la diferencia colonial. El giro decolonial.
Reflexiones para una diversidad epistémica más allá del capitalismo global, 47-
62.
 Breilh, J. (2003). Epidemiología crítica: ciencia emancipadora e
interculturalidad (Vol. 17). Buenos Aires: Lugar Editorial.

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