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TESIS
PRESENTA:
ASESORA:
2011
INDICE
Resumen
Introducción
2
RESUMEN
La función del sueño sigue siendo una gran incógnita, sin embargo lo que sí es cierto es
que 1/3 de nuestra vida la pasmos dormidos y si no lo hacemos tenemos como resultado la
muerte. La forma en que lo hacemos día con día no es la misma, ya que cada día nos exponemos a
situaciones diversas que de alguna u otra manera tienen un impacto sobre la forma en que
dormimos. La estructura del sueño depende en gran medida del evento previo y de que tan
predominante sea este, sobre el resto de las experiencias a las cuales estamos sometido día con
día.
3
INTRODUCCIÓN
Todo ser viviente está comandado por un reloj biológico, el cual le dicta al organismo que
hacer, cuando, como y que hora; por ejemplo a qué hora comer; que hormona y en qué cantidad
sintetizar; en el caso de las mujeres, el control del ciclo menstrual; en qué momento entrar a la
pubertad; a qué hora y que cuanto tiempo dormir, a qué hora despertar, etc.; lo cual lo hace un
sistema capaz de generar un orden en las actividades del organismo. La alternancia entre la vigilia
y el sueño está regulada no solo por el día y la noche, sino que también participan hormonas,
regiones encefálicas (hipotálamo y tálamo), temperatura, patrón de actividad, etc. Todos estos
factores que influyen en la alternancia demuestran que el sueño no es un estado pasivo de
relajación como se creía en un principio, sino todo lo contrario, es un proceso altamente activo,
durante el cual presentamos una reducción de la conciencia y la posibilidad de despertar en
cualquier momento frente al estímulo adecuado.
Establecer una definición de sueño es difícil, ya que esta dependerá de la perspectiva que
se pretende estudiar, en la mayoría de las ocasiones se presenta una definición de acuerdo a las
variaciones eléctricas, pero en este caso empleare una definición más conductual. En base a esto,
el sueño se definirse como un estado de quietud genéticamente determinado, acompañado de
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inmovilidad, con una disminución de la respuesta a los estímulos externos (Buela & Navarro,
1990).
Algunas personas duermen más de la mitad de su vida, algunas pocas horas por día, otras
duermen en grandes bloques de tiempo, o sólo un par de horas a la vez. Pero no solo los patrones
de sueño cambian de persona a persona, dentro de los mamíferos se pueden observar variaciones
de especie a especia (Figura 1). En base a estudios, se ha visto que no hay un "número mágico"
para determinar las horas que debemos dormir; esto dependerá de las necesidades individuales y
en gran medida la actividad que se realice durante el día. En promedio una persona sana (sin
obesidad, insomnio, apnea, etc.) requiere entre 7-8 horas de sueño por noche, para estar
descansado y parados para un nuevo día de actividad (Howard 2000).
Figura 1. Cuadro comparativo de diferentes especies de mamíferos y las horas de sueño que
requieren en un día (Tomado de http://www.esacademic.com/dic.nsf/eswiki/388778#cite_note-3
el 5 de mayo de 2011).
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eléctrica que se produce en el cerebro durante la vigilia y el sueño. Para poder medir la actividad
eléctrica que se presenta durante la alternancia de la vigilia y el sueño, se hace uso del
electroencefalograma (EEG), el cual permite distinguir tres estados que se alternan durante el día
(24 hrs):
a) Vigilia
b) Sueño de movimientos oculares rápidos (MOR) o sueño paradójico
c) Sueño sin movimientos oculares rápido (NMOR), sueño de ondas lentas (SOL) o
sueño profundo (Jouvet 1969).
Aunque las funciones fisiológicas del dormir siguen siendo desconocidas, un adecuado
sueño, es reflejo de un estilo de vida saludable. La falta de conocimiento al respecto abren un
amplio campo de investigación, y se han dado diferentes enfoques para su estudio, como el
neurofisiológico, neuroanatómico y el neuroquímico.
La arquitectura del sueño está integrada por los indicadores que se obtienen de la
interpretación de los registros del EEG; el cual permite identificar las características eléctricas que
se presentan durante el sueño y han sido nombradas “fases de sueño”. A principios de los años 50,
Nathaniel Kleitman, Eugene Aserinsky y William Dement, descubrieron que el sueño posee dos
fases diferenciadas. Una fase que se caracteriza por movimientos oculares rápidos (MOR), y otra
donde no se presentan movimientos oculares rápidos (NMOR). El descubrimiento de las dos fases
de sueño, desterró la vieja idea de que el sueño es simplemente un estado de actividad reducida
(Kandel et al 2001) y marco el camino para poder ver al sueño como un estado de alta actividad.
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En la actualidad existen criterios que definen cada una de las fases o estadios del sueño.
Los criterios de interpretación del EEG (Hori et al 2001) proponen cinco fases de sueño y la vigilia,
durante las cuales, el organismo presenta diferentes características fisiológicas (Tabla 1), las
cuales se van alternando dependiendo del periodo de sueño en que se encuentre. Las
características que se presenta durante la vigilia y el sueño MOR son muy similares, sin embargo,
se está dormido en esta última.
Tabla 1. Comparación de las actividades fisiológicas que se presentan durante la vigilia, sueño NMOR y sueño MOR.
MOVIMIENTOS
Rápidos Sin movimiento Rápidos
OCULARES
CORAZÓN Arritmias Rítmico Arritmias
En el caso de los humanos la arquitectura del sueño-vigilia se divide en: vigilia, sueño
NMOR (fases I-IV) y sueño NMOR (fase V) (Figura 2) presenta las siguientes características:
I. Vigilia: sólo durante esta etapa somos conscientes, es decir: sentimos, pensamos,
razonamos y reaccionamos ante los estímulos del medio ambiente, con pleno
conocimiento de lo que hacemos; es una etapa de gran actividad. Para pasar de un
estado de vigilia a uno de sueño ligero, es necesario alguno del los dos tipos de
mecanismos que inducen el sueño, uno pasivo y otro activo:
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b) Mecanismo activo: consiste en la inhibición de algunas regiones
encefálicas. El mecanismo activo está localizado en los núcleos del RAFE.
Ahí se produce la serotonina (5HT), que se actúa en el hipotálamo y la
corteza cerebral produciendo el sueño (Borbely 1982).
Ya sea que el sueño sea inducido por el mecanismo pasivo o activo, la persona pasa por V fases de
sueño.
III. Fase II: en esta fase se produce un bloquea las vías de acceso de la información
sensorial. Este bloqueo produce una desconexión del entorno, lo que facilita la conducta
de dormir. El sueño de fase II es parcialmente reparador, lo que sugiere que no es
suficiente para descansar completamente.
IV. Fase III y IV: aproximadamente 20 o 30 minutos después de empezar a dormir, se entra
en un sueño más profundo, donde hay un bloqueo de los mensajes sensoriales. Esta
etapa no tiene ensoñaciones y se acompaña de una disminución del tono vascular
periférico y también de la mayor parte de las otras funciones vegetativas. Hay una
disminución de la presión arterial, ritmo respiratorio y metabolismo basal.
Todas las anteriores en la fase de sueño NMOR, seguida por la fase de sueño MOR.
V. MOR: en el período MOR, la respiración se hace más rápida, irregular y superficial, los
ojos se agitan rápidamente, los músculos de los miembros se paralizan temporalmente,
el ritmo cardíaco aumenta, la presión arterial sube, los hombres experimentan
erecciones y el cuerpo pierde algo de la habilidad para regular su temperatura. Es el
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tiempo en que ocurren la mayoría de las ensoñaciones. La mayoría de las personas
experimentan de tres a cinco fases de sueño MOR cada noche.
MOR
Fase I
Fase II
Fase III
Fase IV
Sueño MOR
Sueño NMOR
Figura 2. La vigilia es nuestro estado de activación, y es donde estamos despiertos. La fase I se concentra al inicio del sueño, es una etapa de
transición, y después de algún despertar. La fase II, se presenta a lo largo de toda la noche, ocupando aproximadamente el 45% del tiempo. Las
fases III y IV (ondas lentas), se presentan en la primera mitad. Finalmente, el sueño MOR aparece cíclicamente a lo largo de la noche, cada 90
minutos.
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Importancia del sueño
Una de las grandes preguntas que se han hecho es ¿por qué dormimos?, pregunta que
parece no tener respuesta. Esta pregunta ha desconcertado a los científicos durante siglos y la
respuesta es, “nadie está seguro”. Pasamos un tercio de nuestra vida durmiendo, lo que lo pone
como uno de los más grandes misterios sin resolver de la ciencia, a pesar de que todos los
animales lo hacen de una forma u otra.
Sería obvio pensar que si en la vigilia tenemos un alto grado de actividad, desgaste físico y
mental; durante el sueño recuperaríamos energía y se restablecerá el sistema para iniciar otro día.
De modo que se ha sugerido que una de las funciones del sueño es restaurador, ¿pero que se
restaura?. Las evidencias muestran que el papel restaurador del sueño concierne más al cerebro
que al cuerpo, esto es debido a que lo único que se manifiesta diferente durante el sueño es la
actividad eléctrica del cerebro.
Pero esta no es la única función del sueño, se le atribuyen algunas otras funciones al
sueño, entre las cuales destacan (Steiger et al 2010, Dijk 2009, Haglöw et al 2010, Steiger et al
2010, Morselli et al 2010, Arankowsky-Sandoval 1997):
Programación de la conducta innata: esto es que las conductas que son propias de la
especie, se desencadena ante un tipo determinado de estímulo y no ante otros, e
impulsan a llevar a cabo una acción, (casería, nadar, volar, etc) y el sueño propicia la
consolidación de esto.
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Maduración del SNC: se fundamenta en el hecho de que tanto durante la vida fetal como
la neonatal de los seres humanos y otras especies de mamíferos, existe una alta
proporción de sueño, en comparación con la de un adulto.
Estabilización de los circuitos neuronales: sugiere que durante el sueño se lleva a cabo el
proceso denominado “estabilización dinámica”. Dicho proceso consistiría en la actividad
endógena repetida de diversos circuitos neuronales. Particularmente aquellos que no se
utilizan frecuentemente durante la vigilia.
La necesidad del sueño NMOR y MOR son diferentes, como se ha demostrado en experiencias de
privación de sueño selectivas. El sueño NMOR tiene una función restauradora de las neuronas que
han permanecido activas durante la vigilia, facilitando la conservación de energía y la
termorregulación. Durante el sueño profundo se sintetizan las proteínas en el SNC. Estas
macromoléculas se utilizan en parte para las funciones del sueño MOR. En el período de sueño
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NMOR se produce el sueño profundo reparador en el que aumenta la secreción de la hormona de
crecimiento, por eso es que a los niños y hasta la pubertad es recomendable que duerman las
horas que su cuerpo les pida, y con esto poder tener un sano crecimiento.
Esto significa que el cerebro aprovecha del sueño para comprender, asimilar y almacenar
lo que nos aprendimos en la escuela, lo que vimos en la televisión, lo que leemos, lo que nos han
contado, etc. Y, además de procesar los nuevos conocimientos, el cerebro también aprovecha el
sueño para resolver los problemas de la vida diaria. Esto quiere decir que las horas de sueño son la
fuente de la creatividad, lo que nos diría que el dormir es quizá la actividad más importante para la
salud y el bienestar de cualquier persona.
Matthew et al, descubrió que cuando dormimos, mejorar la eficiencia de nuestra memoria
en un 20 %, pues mientras dormimos el cerebro relaciona los nuevos conocimientos con otros
recuerdos o capacidades que ya teníamos, y como consecuencia, si no se duerme lo necesario
disminuirás tu capacidad de almacenar información, de relacionar conocimientos entre sí, de
comprender adecuadamente la información leída o escuchada, etc., y que en el último cuarto de la
noche es el momento crucial para el aprendizaje. Esto significa que de las ocho horas diarias, las
horas más importantes de sueño corresponderían a las dos últimas. (Matthew et al 2004). Del
mismo modo en pruebas realizadas con 106, determinaron que aquellos que dormían 8 horas
triplicaban las posibilidades de resolver problemas matemáticos, frente a los otros que habían
pasado la noche en vela. Así que el sueño no solo es un periodo de inactividad y baja actividad,
sino que es una etapa la cual es indispensable, no solo para descansar, sino para que nuestro
cuerpo se repare, descanse, promueva actividades cognitivas, etc., sino es un proceso necesario
para poder vivir.
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aunque a veces no lo recordemos, el sueño REM ocupa 25% del tiempo que una persona pasa
dormido durante la noche.
La edad es un factor que altera el tiempo que la persona pasa en esta fase; los niños
pequeños (0-12 meses) pasan casi el 50% de su tiempo en sueño MOR, en la adolescencia el 20%
del sueño es MOR, los adultos cerca del 18%, en los adultos de la tercera edad 13% del total del
sueño es de sueño MOR, esto refleja que la cantidad, la calidad y las funciones que se realizan
durante esta etapa se ve mermada con la edad.
2. Desarrollo cerebral: los niños hasta los dos años de edad, del 20 al 25 % del tiempo de
sueño lo pasan en sueño MOR. Este hecho lleva a plantear la hipótesis que durante esta
etapa se lleve a cabo el desarrollo cerebral en los infantes, ya que a medida que la persona
aumenta su edad, el tiempo que pasa en esta etapa disminuye, y por consiguiente se cree
que el desarrollo cerebral se detiene (Carlson 1996).
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en puntos específicos del hipocampo incrementan su frecuencia de disparo en los
periodos subsecuentes al sueño, lo que sugiere que durante el sueño se lleva acabo el
procesamiento de información de lo aprendido en la fase de vigilia (Jouvet 1998). Los
intentos de tratar de explicar esta el origen de las ensoñaciones, provienen de dos
enfoques:
Es claro que el sueño MOR es un tiempo de intensa actividad fisiológica (los nervios
espinales y craneales se inhiben fuertemente, al mismo tiempo el cerebro presenta una gran
actividad, el flujo sanguíneo y el consumo de oxigeno se acelera). Los ojos se mueven con rapidez,
el ritmo cardiaco muestra aceleraciones y desaceleraciones súbitas la respiración se torna irregular
y se incrementa la actividad cerebral. Sería poco razonable esperar que el sueño MOR tuviera las
mismas funciones que el sueño NMOR.
Se han formulado muchas hipótesis que tratan de explicar lo que ocurre durante el sueño
MOR, conservación de la energía, desarrollo cerebral, procesamiento de la información y
14
ensoñaciones; lo que muestra que no se sabe gran cosa sobre cómo se origina y que función tiene,
pero cada investigación que se realiza, arroja más resultados para ampliar el conocimiento y
explicar mejor el sueño MOR.
15
Los estudios que tratan
de explicar las repercusiones que
trae consigo la privación de
sueño, son en su mayoría
epidemiológicos. Uno de los
primeros informes sobre los
efectos de la privación del sueño
MOR afirma que después de
varios días de privación del sueño
Figura 3. Representación del tiempo de sueño, donde se puede ver un dramático
MOR, los sujetos mostraban un descenso. http://stressimmunologyendocrinology.blogspot.com/2009/10/impact-of-
sleep-deprivation-on-hormones.html; tomado el 20 de abril de 2011.
fenómeno de rebote, cuando se
les permitía dormir normalmente. Este rebote sugiere que se necesita una cierta cantidad de
sueño MOR, y que el sueño es controlado por un mecanismo regulatorio (Dement 1960). Pero no
solo la privación de sueño genera alteraciones, el exceso de este también las provoca. Uno de los
estudios más grandes y que muestran mejor una relación entre las alteraciones metabólicas que
origina la falta y el exceso de sueño, es el realizado por Buxton et al. en 2010, donde participan 56
507 personas, determinan (en
base a análisis estadísticos)
una mayor posibilidad de
presentar diabetes (3%),
obesidad (3%), presión arterial
(2%) y enfermedades
cardiovasculares (1%), en
individuos que reportan
dormir más de 8 horas por
noche; y en el caso de los que
reportan menos de 7 horas
Figura 4. Proyecciones globales 2003-2025 sobre la epidemia de diabetes (millones de
muestran también una mayor personas), tomado de P. Zimmet, International Diabetes Institute, Melbourne, Australia.
http://www.bakeridi.edu.au/
posibilidad de presentar
16
obesidad (3%), diabetes (1%), presión arterial (3%) y enfermedades cardiovasculares (1%). Estos
datos sugerirían que el sueño es importante para mantener la homeostasis en algunos procesos
metabólicos. Es interesante observar que la diabetes y la obesidad a ha aumentado
dramáticamente hasta adquirir proporciones pandémicas, al mismo tiempo que se observa una
disminución dramática en el
tiempo que dedicamos a
dormir. En 2011 la OMS estima
que a nivel mundial más de
220 millones de personas
padecerán diabetes (Figura 4)
y 43 millones de personas en
2010 obesidad (Figura 5).
Aunque estas enfermedades
pueden ser influidas por
factores como la dieta y la
Figura 5. Gráfica comparando los porcentajes de obesidad del total de población en países
miembros de la OCDE. Para edades superiores a 15 años y un IMC mayor a 30.. Tomado de
actividad física reducida, cada
http://mejorestilodevida.net/salud/obesidad/obesidad-prevalencia.htm
17
observados por la PS se pueden revertir o evitar al dormir. Con base en estos datos, se aseguran
dos cosas:
el sueño es vital.
el funcionamiento del cerebro es la primera función afectada por la privación de sueño.
El sueño y los trastornos que origina son cada vez más importante en nuestra sociedad,
debido al ritmo de vida tan acelerado en el que vivimos. El sueño está estrechamente relacionado
con diversos procesos hormonales y metabólicos en el cuerpo y es importante para mantener la
homeostasis metabólica. Las investigaciones muestran que la privación del sueño y trastornos del
sueño pueden tener profundas consecuencias metabólicas y cardiovasculares. La privación del
sueño, ya sea total o selectiva (sueño MOR) origina alteraciones circadianas que se cree causa la
desregulación metabólica y desequilibrio hormonales.
La hormona del crecimiento y leptina son dos hormonas que tienen un impacto en la
regulación de la glucosa. La hormona del crecimiento suele ser elevada al inicio del sueño con los
niveles más altos durante el sueño NMOR, mientras que los niveles de leptina aumentan
considerablemente durante la segunda mitad del sueño, predominantemente en el sueño MOR
(Van Cauter 1997). En la última parte del sueño de los niveles de glucosa e insulina caen lo que
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sugiere una mayor utilización de glucosa durante la fase MOR y un aumento de los niveles de
glucosa en la noche con sensibilidad a la insulina, además de un incremento en los niveles de
insulina después de una noche de privación de sueño (Leproult et al 1997).
La mayoría de los estudios que tratan de explicar y entender el papel que juega el sueño
en las alteraciones metabólicas, son básicamente estudios epidemiológicos, y en menor medida
estudios de laboratorio en ratas, esto debido al problema ético que presenta la privación de sueño
total o parcial en humanos. Al examinar la relación existente entre el sueño y el metabolismo, es
difícil determinar si ciertas circunstancias metabólicas inducen el sueño, o si es la calidad y
duración del mismo lo que impulsa el metabolismo. El mecanismo de la privación del sueño que
causa la desregulación metabólica puede ser multifactorial, como cambios en el patrón de
secreción hormonal, como se mencionó anteriormente, tiene un efecto profundo en la regulación
de la glucosa y la regulación del apetito, parámetros que han causado mayor interés para los
estudios.
Los datos epidemiológicos sugieren que la corta duración del sueño o la privación de
selectiva de este (sueño MOR) puede aumentar el riesgo de DM2. En un gran estudio de
encuestados (Nurse Health Study, con más de 70.000 encuestados), los cuales reportaron un
periodo corto de sueño (≤ 5 horas) y un periodo largo de sueño (≥ 9 horas) se asoció con algunos
síntomas de la DM2 con un riesgo relativo de 1.34% más posibilidades de presentar DM2, para el
periodo corto de sueño y 1.35% más posibilidades de presentar DM2, en el periodo largo (Ayas et
al 2003). En un estudio sueco con más de 2000 participantes, seguidas por más de 10 años reveló
que la corta duración del sueño (≤ 5 horas), se asociaron con mayor incidencia de DM2 en los
hombres (pero no en las mujeres), incluso después de ajustar los factores como la edad, índice de
masa corporal (IMC), ronquidos e hipertensión (Mallon et al 2005). En otro estudio realizado con
hombres de Massachusetts Male Aging Study (MMAS), los cuales no prestaban DM al inicio del
estudio, fueron seguidos por más de 15 años. Los voluntarios que informaron dormir menos de 6
horas por noche, presentaban el doble de probabilidades de desarrollar DM2, mientras los que
reportaban dormir más de 8 horas tenían tres veces más probabilidades de desarrollar DM2
(Yaggi et al 2006).
Algunos otros estudios que muestran algunas de las alteraciones originadas por la
privación de sueño en el metabolismo de la glucosa se resumen en la Tabla 2, los datos parecen
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apoyar que la duración corta de sueño podría jugar un papel importante en la alteración de
metabolismo de la glucosa. Sin embargo, estos resultados parecen ser más aplicable a los hombres
que las mujeres por razones que no entienden completamente. La relación entre la duración del
sueño y aumento de riesgo de la diabetes no se entiende completamente.
Tabla 2. Estudios epidemiológicos que relacionan la duración de sueño y las alteraciones en el metabolismo de la glucosa.
Tiempo de
Primer autor Año Participantes Hallazgos
privación
10 hombres y 2
mujeres Disminución a la
Leproult et al 2006 7 días x 5 horas
23-25 años sensibilidad a la insulina
IMC 23.4 ± 0.6
20 hombres Disminución a la
tolerancia oral a glucosa
Buxton et al 2008 20–35 años 7 días x 5 horas
IMC 21–30
Disminución de la
tolerancia oral a la
6 hombres y 5
glucosa
Nedeltcheva mujeres 14 días x 5.5
2009 Disminución a la
et al 34-44 años horas
sensibilidad a la insulina
IMC 26.5 ± 1.5
Aumento de la
efectividad a la glucosa
23 Hombres
Van Leeuwen Aumento de insulina en
2010 19–29 años 5 días x 4 horas
et al ayunas
IMC 23.2 ± 2.7
5 hombres y 4
Disminución periférica
mujeres
Donga et al. 2010 1 día x 4 horas de insulina y de
23–62 años
sensibilidad hepática
IMC < 26
20
el excedente de alimento y es sintetizada en la segunda mitad de la noche, durante el sueño MOR;
y la grelina la cual es liberada desde el estómago y promueve la sensación de hambre (Chin-
Chance et al 2000).
Pacientes con privación de sueño de 2 noches (4 horas por noche), seguido de dos noches
de recuperación de sueño (10 horas pro noche), se vio una reducción significativa en los niveles de
leptina (18%) y un aumento de los niveles de grelina (28%) de aumento concomitante en los
niveles de grelina (Spiegel et al 2004). En otro estudio, donde se sometió a 88 horas de vigilia
continua se pudo observar una reducción diurna de la leptina, con una recuperación de esta en un
periodo de recuperación de sueño (Mullington et al 2003). Un estudio basado en la participación
de 1024 pacientes, reveló alteración similar en los niveles de leptina y grelina, la cual se pudo
observar que esto va a depender del tiempo de sueño (Taheri et al 2004).
Pero como si esto fuera poco, la privación de sueño no solo altera el metabolismo de la
glucosa y la ingesta de alimento, sino que también altera el perfil lipídico (principalmente
colesterol y triglicéridos) a consecuencia de la pérdida de sueño. El colesterol (CT) es un tipo de
lípido el cual se sintetiza en el hígado a partir de triglicéridos, cuando los niveles sanguíneos se
encuentran bajos y también están presentes en los alimentos que ingerimos. Es necesario para el
funcionamiento normal del organismo, ya que está presente en la membrana plasmática de todas
las células. El colesterol es transportado en la sangre mediante moléculas llamadas lipoproteínas.
Se reconocen 4 tipos principales de lipoproteínas:
21
4. Lipoproteínas de alta densidad o HDL: es mejor conocido como “colesterol bueno”; su
función es “recoge” la grasa circulante o pegada en las venas y la lleva hacia el hígado en
donde se procesa y elimina.
Los triglicéridos (TG) constituyen la principal reserva energética del organismo animal
(como grasas). El exceso de se almacena en el tejido adiposo (adipocitos), principalmente se
obtiene por ingesta de alimentos (lácteos, carne y aceites culinarios), pero también se puede
formar en el hígado y están presentes en productos.
En un estudio con ratas, a las que se les mantuvo privadas de sueño MOR durante 4 d días
se pudo observar que los animales sometidos a privación, los niveles de triglicéridos disminuyen
durante la privación, y se restituye en el sueño de recuperación, mientras que el colesterol no se
ve afectados durante la privación de sueño, pero durante el sueño de recuperación se ven
disminuidos (Andersen et al 2009).
Algunos otros experimentos que demuestran las alteraciones que origina la privación de
sueño, en el parámetro hormonal y lipídico, se resumen en la Tabla 3.
De alguna manera las alteraciones que se originan por la privación de sueño, aumento de
grelina y disminución de leptina, que pudiera originar obesidad; alteraciones en el metabolismo de
la glucosa, que conllevara a padecer DM2 y alteraciones en el perfil lipídico, que resultara en
problemas cardiovasculares; al presentar estas alteraciones, un persona es muy probable que
presente la enfermedad del siglo XXI, el Síndrome Metabólico (SM). De ahí que se generó la
hipótesis de que la privación de sueño MOR da lugar a cambios similares a los propios del SM,
pero por otro lado, también se puede entender la falta de sueño es una manifestación de SM
(Vela Bueno et al 2007).
Hasta el día de hoy, el SM no tiene una definición clara, ya que esta dependerá de la
organización que se consulte (Tabla 4). Con base en esto, la definición que empleare es la de la
Federación Internacional de Diabetes, la cual define al SM como el conjunto de alteraciones
metabólicas constituido por la obesidad de distribución central, la disminución de las
concentraciones del colesterol unido a las lipoproteínas de alta densidad (cHDL), la elevación de
las concentraciones de triglicéridos, el aumento de la presión arterial (PA) y la hiperglucemia.
22
Tabla 3. Experimentos que relacionan el perfil hormonal y lipídico, con la duración del sueño.
Tiempo de
Primer autor Año Participantes Hallazgos
privación
11 hombres
Spiegel et al. 2004 20-24 años 6 días x 4 horas
IMC 23.4 ± 0.5
Aumento de la
10 hombres hormona grelina.
2007 1 día x 4.5 horas
Schmid et al. 20-40 años
IMC 23.8 ± 0.5 Disminución de la
hormona leptina.
14 mujeres
Bosy-
2008 28–38 años 1 día x 5.5 horas
Westphal et al
IMC 20-36.6
15 mujeres
Aumento de la
Omisade et al. 2010 18–25 años 1 día x 3 horas
hormona leptina
IMC 18.3–51.9
Disminución en los
Rosa Neto et
2010 Ratas de 250 gr 4 días niveles séricos de TG y
al
CT.
23
Tabla 4. Parámetros considerados para diagnosticar SM, los parámetros a considerar depende de la organización que se esté
consultando.
AHA/NHLBI
Medición
OMS EGIR 3 de los IDF
clínica
siguientes
GAA, TGA, DM
Insulino Insulina
tipo 2 o RI No No
resistencia plasmática >75
(más de dos)
IMC > 30 y/o
Cintura ≥ del
relación cintura Cintura ≥ 94 cm en Cintura ≥ 102 cm
umbral definido
Obesidad cadera > 0.9 en varones y ≥ 80 cm en varones y ≥ 88
para cada grupo
varones o > 0.85 en mujeres cm en mujeres
étnico
en mujeres
Presión
≥140/90 mm Hg ≥140/90 mm Hg ≥130/85 mm Hg ≥130/85 mm Hg
arterial
Glucemia en Glucemia en
GAA, TGA o DM
Glucemia No ayunas > 100 ayunas > 110
tipo 2
mg/dl mg/dl
OMS: Organización Mundial de la Salud; AHA/NHLBI: Asociación Americana del Corazón/Instituto Nacional del Corazón; EGIR: Grupo
Europeo para el Estudio de la insulinorresistencia; IDF: Federación Internacional de Diabetes GAA: glucemia alterada en ayunas; TGA:
tolerancia a la glucosa alterada; DM: Diabetes Mellitus.
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OBJETIVO GENERAL
OBJETIVOS PARTICULARES
METODOLOGÍA
Animales
25
Privación de sueño
evaluaciones respectivas.
Previo a la toma de muestra de glucosa, todos los animales fueron privados de alimento
por 12 horas (22:00 horas aproximadamente). Terminado el ayuno de les administro, vía
intragastrica, 2 mg/kg de glucosa (dextrosa). Para determinar de los niveles de glucosa plasmática
se obtuvieron muestras de sangre, de la vena caudal, en 6 tiempos distintos (tiempo 0 (basal), 15,
30, 60 y 120 minutos) después de la administración de dextrosa.
Determinación de TG y CT
Las ratas privadas de sueño MOR se sacrificaron por decapitación para la obtención de
muestras sanguíneas. Las muestra se centrifugaron a 3.5 rpm durante 15 minutos, para separar el
suero. El suero se utilizará para la determinación de TG Y CT; la cual se realizó en un equipo
Reflotron® Plus (Roche). Para cada parámetro (TG y CT) se utilizó tiras reactivas Reflotron® Tests
(Roche).
26
Determinación del peso
La determinación del peso se realizó pesando a los animales una vez al día
(aproximadamente a las 10:30 a.m.) en una báscula. Los animales fueron pesados durante 192 hrs.
Análisis estadístico
RESULTADOS
Los animales privados de sueño MOR a las 24, 96 y 192 hrs, presentan alteraciones en los niveles
basales de glucosa. Dichas alteraciones permanecen durante todo el experimento, sin embargo,
las ratas con privación de sueño MOR por 24 hrs, pese a que presenta alteraciones en los niveles
basales, estas alteraciones parecen restituirse, posteriormente a la carga de glucosa.
27
Niveles de glucosa en ratas sometidas a privación de sueño MOR
170.0
130.0
Control
110.0
24 hrs
96 hrs
90.0 192 hrs
70.0
50.0
0 30 60 90 120 150
Tiempo
Grafica 1. Niveles de glucosa en ratas con privación de sueño MOR (24, 96 y 192 hrs). Comparación entre los periodos de
privación de sueño MOR y el control. Los resultados expresan el promedio +/- error estándar. ANOVA / Kruskal-Wallis (* p >0.05).
Los animales sometidos a privación total de sueño por 24 hrs (Grafica 2), muestran una
alteración en el metabolismo de la glucosa a los 60, 90 y 120 min, posterior a la carga de glucosa;
esta alteración parece restablecerse a los 150 min.
160
150
140
Niveles de glucosa (µg/dL)
130
120
110 Privacion
100 Control
90
80
0 30 60 90 120 150
Tiempo
Grafica 2. Niveles de glucosa en ratas con privación total de sueño durante 24 hrs. Los resultados expresan el promedio
+/- error estándar. ANOVA / Kruskal-Wallis (* p >0.05).
28
Triglicéridos y colesterol
Los niveles de triglicéridos (Grafica 3) solo se vieron cambios significativos a las 96 hrs de
privación de sueño MOR en comparación con los controles.
160.00
Niveles de triglicéridos (µg/dL)
140.00
120.00 Control
24 hrs
100.00 * 96 hrs
192 hrs
80.00
60.00
40.00
20.00
0.00
Grafica 3. Niveles de triglicéridos en ratas con privación de sueño MOR (24, 96 y 192 hrs). Los resultados expresan el
promedio +/- error estándar. ANOVA / Kruskal-Wallis (* p >0.05)
Los niveles de colesterol presentan cambio significativo solo a las 192 hrs de privación de
sueño MOR en comparación con los controles.
114.00
Niveles de colesterol (µg/dL)
112.00
Controles
110.00 24 hrs
96 hrs
108.00
192 hrs
106.00
*
104.00
102.00
100.00
98.00
Grafica 4. Niveles de colesterol en ratas con privación de sueño MOR (24, 96 y 192 hrs). Los resultados expresan el
promedio +/- error estándar. ANOVA / Kruskal-Wallis (* p >0.05).
29
Peso durante la prueba
Para la medición de los pesos (Grafica 5) se realizó un doble control, el primero (azul) se
realizó al mismo tiempo que la de las ratas privadas de sueño; el segundo control (rojo) sus pesos
se obtuvieron al poner a los animales en la caja de privación de sueño, con el cambio de agua por
aserrín, esto se realizó para descartar la variante de que los animales no pudieran alimentarse
correctamente.
Los dos controles se comportaron de manera similar, con una tendencia a aumentar su
masa corporal. Los pesos de los animales con privación de sueño MOR, muestran cambios
significativos a partir de las 72 hrs de privación; esta alteración continúa de manera más drástica
hasta el final de la prueba.
440
Controles
420
* Privación de
Peso (gr)
sueño
400 * * Controles
* (aserrín)
380
*
360
*
340
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9
Tiempo (días)
Grafica 5. Variación de pesos en ratas con privación de total de sueño de 24 hrs. Los resultados expresan el promedio +/-
error estándar. ANOVA / Kruskal-Wallis (* p >0.05)
30
DISCUSIÓN
El objetivo principal de este estudio fue investigar si la privación selectiva de sueño (sueño
MOR) tiene algún efecto adverso sobre el metabolismo de la glucosa, TG y CT, para lo cual se
utilizó el modelo de plataformas múltiples, el cual nos permite privar selectivamente a los
animales sin necesidad de emplear pruebas como el EEG para asegurarnos que el animal se
encuentra en sueño MOR, o las implicaciones éticas que conllevaría la participación de
voluntarios. Sin embargo, esta técnica conlleva algunos inconvenientes, como el hecho de que el
agua del contenedor se ensucia con mucha rapidez y es necesario cámbialo varias veces al día;
otro punto en contra es que tras varios días de estancia en la cámara de privación de sueño origina
problemas de piel (irritación, descamamiento, etc.), malos olores (por el agua sucia) y problemas
para la manipulación de la cámara debido al tamaño. Pese a esto, la prueba de privación de sueño
MOR nos revela importantes resultados. Primeramente veamos los resultados obtenidos respecto
a la glucosa.
En nuestros resultados podemos ver que la fragmentación del sueño tiene un impacto
negativo sobre el metabolismo de la glucosa, los animales sometidos a privación de sueño MOR a
las 24, 96 y 192 hrs (Gráfica 1), muestran hipoglucemia en su muestra basal, la cual se recupera
después de la carga de glucosa, pero sin llegar a los niveles del control. Posterior a la carga de
glucosa los animales sometidos a privación de sueño MOR de 24 hrs, muestran una alteración en
el metabolismo de la glucosa, sin esta ser significativa en comparación con los controles. Los
animales sometidos a privación de sueño MOR de 96 hrs, muestras una alteración más severa en
el metabolismo de la glucosa, siendo significativa a los 60 y 150 min posteriores a la carga de
glucosa, la cual no se restablece. En el caso de la privación de 192 hrs, la alteración metabólica que
presentan los animales se establece posterior a la carga de glucosa.
Las diferencia observada en los niveles basales son de 20.8% a las 24 hrs, 32.1% a las 96
hrs y 38% a las 192 hrs con respecto a los controles, esta diferencia se ve más drástica a las 192 hrs
de privación con una disminución de 34.5% con respecto a los controles. Pero antes de tratar de
entender el porqué de esos resultados, es importante mencionar también los resultados
obtenidos con una privación total de sueño durante 24 hrs. En estos animales, también se ven
31
indicios de hipoglucemia en los niveles basales, pero esta no es significativa, tras la carga de
glucosa, se ve un comportamiento similar entre el grupo control y con privación de sueño, sin
embargo dicha respuesta se ve alterada a los 60 min posteriores a la carga de glucosa y estas
alteraciones se mantuvieron hasta la última toma de muestra.
De estos primeros datos podemos ver claramente que mientras más prolongado sea el
tiempo de privación, las alteraciones que se pueden observar son mayores y más drásticas, esto
mismo pudieron observar en algunos experimento como los de Rosa Neto et al 2010, Schmid et al
2007, Spiegel et al 2005, Nedeltcheva et al 2009, Van Leeuwen et al. 2010. Los cuales también
pudieron observar que la privación del sueño MOR genera alteraciones severas en el metabolismo
de la glucosa, mientras la privación de este sea más prolongado, viéndose una recuperación
paulatina en las horas posteriores a la privación de sueño MOR (sueño de recuperación). Un punto
importante a considerar, es que en este estudio no se realizó una medición de los niveles de
insulina a la par de la glucosa, para poder observar si la disminución que se observa en los niveles
de la glucosa es por el incremento de la insulina, sin embargo, en un estudio realizado por Rosa
Neto et al 2010, observan una proporción de glucosa fue significativamente más elevada después
de la restricción del sueño, pero volvió a los valores basales después del sueño de recuperación.
Esos cambios en los niveles de insulina que van acompañados en incrementos en los niveles de
glucosa, indican una disminución en la sensibilidad a la insulina, la cual en última instancia,
aumenta el riesgo de desarrollar DM2. En conjunto con un estudio previo que demuestra que la
restricción de sueño prolongado reduce significativamente tolerancia a la glucosa (Antunes et al
2007), el soporte experimental para una conexión causal entre la falta de sueño y DM2 se va
acumulando y apoya la evidencia epidemiológica actual (Ayas et al 2003, Rosa Neto et al 2010,
Gangwisch et al 2010, Van Cauter 2008, Mallon et al 2005, Taheri et al 2009, Yaggi et al 2006).
32
La hipoglucemia ocurre cuando:
33
Pero se ha visto que el desequilibrio energético aparte de requerir una exigencia de energética
mayor para tratar de mantener el metabolismo de una manera homeostática, para mantener esta
exigencia de energía es necesario aumentar la ingesta de alimento. La ingesta de alimento como
ya se mencionó está regulado por la hormona leptina y el efecto de saciedad pro la hormona
grelina. Pese a que no se midieron los niveles de leptina y grelina en el experimento, estas dos
hormonas han sido ampliamente estudiadas. Se ha observado que en individuos con privación del
sueño, se reducen los niveles de leptina. Rosa Neto et al en 2010, en un experimento realizado
con ratas y la técnica de plataformas múltiples, pudieron observar que a las 96 hrs de privación de
sueño MOR, los animales presentaban una disminución en los niveles de 91.7% con respecto a los
controles (Spiegel et al. 2004, Schmid et al. 2007, Bosy-Westphal et al 2008). La hormona grelina
se comporta de manera contraria, Spiegel et al. 2004 realizaron un experimento con hombres
saludables (sin obesidad, alteraciones del sueño y entre los 20 y 24 años) a los cuales se les privo
de sueño MOR por 48 hrs, en el cual observaron un aumento en los niveles de la hormona grelina,
aumentaban en comparación con los controles, datos que se observaron en algunos otros trabajos
(Schmid et al. 2007, Bosy-Westphal et al 2008). Con el aumento de los niveles de leptina y la
disminución de la grelina, la necesidad de consumir alimentos se verá aumentada, lo que quiere
decir que a mayor tiempo de privación mayor será le necesidad de consumir alimentos para
mantener la exigencia energética producida por la privación de sueño. Pero la consecuencia va
más allá de lo energético, muchos estudios han demostrado que la pérdida de sueño aumenta la
ingesta de alimentos, mientras que disminuye el peso corporal (Nedeltcheva et al 2009). En
nuestro estudio se puede ver como a partir del tercer día de privación, los animales tienen una
disminución drástica en su peso corporal o IMC, con respecto a los controles, la cual continúa
hasta el final del experimento, lo cual podemos corroborar con los resultados obtenidos por
Nedeltcheva et al.
Con respecto al IMC, varios estudios epidemiológicos han podido observar una relación
entre el sueño y el IMC, donde se encontró que la duración corta del sueño (≤6 horas por noche)
se presenta en individuos con un IMC más alto, tanto en adultos como en niños; también se
observó un IMC más alto asociado a una duración más largo del sueño (≥8 horas por noche).
(Cauter et al 2008, Ayas et al 2003). La mayoría de los estudios han informado una asociación
significativa de corte transversal donde más corta duración del sueño y en algunos estudios ya la
duración del sueño se asoció con un mayor índice de masa corporal o la presencia de obesidad.
34
Cabe destacar, sin embargo, es que algunos estudios han reportado diferencias en estas
asociaciones por grupos de edad (Nakanishi et al 1999, Taheri et al 2009, Ayas et al 2003,
Gangwisch et al 2010, Nedeltcheva et al 2009, Van Cauter 2008). Estos estudios en conjunto
sugieren que la duración del sueño se asocia con cambios en el IMC, lo que podría aumentar el
riesgo de desarrollar obesidad y enfermedades cardiovasculares.
35
ninguno ha tratado de explicar el mecanismo por el cual ocurre esto (Andersen et al 2004,
Andersen et al 2009, Rosa Neto et al 2010, Perry et al 2007). Una posible explicación que suena
lógica para tratar de explicar esto es que la disminución en los niveles de colesterol con un
progresivo aumento en los niveles de triglicéridos, pudiera deberse a una protección del sistema
cardiovascular para impedir o limitar la acumulación de colesterol en venas y arterias, y de esta
manera impedir problemas cerebro vasculares, esto pudiera deberse a una transformación de
colesterol a triglicéridos (Andersen et al 2004).
Pero de algo que no se tiene duda es que la privación de sueño, ya sea total o parcial,
altera de manera importante el perfil lipídico, si dichas alteraciones logran mantenerse y
establecerse, conllevaran a presentar problemas cardiovasculares (Andersen et al 2004, Andersen
et al 2009, Nakanishi et al 1999, Nedeltcheva et al 2009).
CONCLUSIONES
36
La vida moderna y nuestro acelerado modo de vivirla, ha propiciado cambios en nuestros
hábitos alimenticios patrones de sueño, sin embargo, en pocas ocasiones le damos la importancia
debida a esta etapa indispensable de nuestra vida.
Los estudios que tratan de explicar como la falta por un inadecuado periodo que se le
dedique a un buen dormir. Estos experimentos han dado luz sobre cómo nos afecta tener un
inadecuado periodo de sueño.
Sin duda alguna el estudio de las alteraciones provocadas por la privación de sueño MOR,
tiene un gran campo de estudio, los cuales podrían aclarar si realmente la privación de sueño
propicia la aparición o aceleración de enfermedades como la DM2, hipertensión, dislipidemia y
como consecuencia final entrar en los números de alguien más con SM. Todo esto debido a
alteraciones en el metabolismo de la glucosa, el perfil lipídico y el peso corporal, pero sin duda
alguna, lo más importante es la prevención, el alimentarnos bien, hacer ejercicio y algo que no
tiene mayor importancia para la gran mayoría de la población, que es tomar conciencia de que el
sueño es algo fundamental en nuestra vida y como tal es indispensable tener hábitos para no ser
parte de las estadísticas.
37
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