Carta abierta a Viento Sur

18 de julio de 2018

Estimados amigos/as,
he leído con atención la declaración que, gracias a ustedes, ha circulado el día de hoy
por internet, respecto a la situación de violencia en Nicaragua. En esta carta me
gustaría aportar al asunto refiriéndome a dos puntos en concreto: 1) La compleja
situación de la crisis nacional nicaragüense en relación con la actual violencia y con
la violación de derechos humanos y, 2) algunas de las razones históricas que han
llevado a esta crisis nacional. Veamos:
1) La situación que se vive actualmente en el país es muy compleja respecto al tema
de la violencia y la violación de derechos humanos. Lamentablemente, algunos
medios informativos (nacionales e internacionales) y organizaciones (nacionales e
internacionales) han hecho eco de aquellas voces en el país que se refieren a la actual
crisis como un conflicto entre dos partes: por un lado, el gobierno y sus seguidores –
los cuales son vistos como los “antidemocráticos”, “violentos” y “represores” (los
“victimarios”); por otro lado, la “sociedad civil” – que en realidad se trata de los grandes
empresarios y de las gentes más ricas del país que, en connivencia con ciertos
partidos políticos de oposición y otros grupos, son vistos como el lado “democrático”
y “pacífico” de la historia (las “víctimas”).1 Esta imagen, en mi opinión, es muy
simplista y no contribuye a una pacífica resolución del conflicto entre los
nicaragüenses.
¿En qué consiste la complejidad del asunto? Por una parte, en que la violencia tiene
diferentes fuentes. En lo más superficial del asunto, uno fácilmente puede señalar el
llamado a ella (a través de las redes sociales y medios de comunicación) por parte de
todos los actores, incluyendo aquí de manera especial a los que protestan;2 uno
también podría apuntar que entre los heridos y muertos hay gente no sólo del “lado”

1
Se puede afirmar, sin embargo, que en la crisis actual no solamente hay muchos simpatizantes y seguidores
del actual gobierno, más un importante número de manifestantes opuestos a él. Hay todavía otro buen
número de gente que solo quiere “mejorar su situación de vida” no importa el gobierno que esté en el poder.
Hay además grupos del crimen organizado, “pandillas”, entre otros, que forman parte de la realidad actual de
violencia del país. De todos modos, todos los actores sociales tienen diferentes recursos y tipo de poder que
los hacen tener también diferentes formas de presencia e intereses en el conflicto nacional. Así: hay
empresarios grandes y los hay medianos y pequeños; hay “trabajadores por cuenta propia”; hay estudiantes
de los estratos medios de la sociedad y otros de los estratos bajos o altos; hay intelectuales de “izquierda” y
otros de “derechas” – los cuales vienen de diferentes trasfondos socioeconómicos y por ello, en gran manera,
tienen diferentes formas de entender la realidad. En todo ello la religión está presente y especialmente en el
tipo más conservador del cristianismo católico romano.
2 En la actual crisis, en las redes sociales, circuló hace unas semanas un video donde dos individuos (uno del

partido conservador y otro del partido liberal nicaragüense) amenazan con arma de fuego a un par de
“vigilantes” de una propiedad privada, a quienes despojan de sus armas para hacer uso de ellas en una de las
manifestaciones realizadas por parte de quienes protestan desde hace dos meses. Ver el video en
https://www.facebook.com/SoySandinista19/videos/1245895645546898/. Este video está, de cualquier
modo, pendiente de ser científicamente analizado e investigado.
de los que se manifiestan, sino también de los hombres y mujeres de la policía
nacional, de los simpatizantes del gobierno y también de gente que simplemente
estaba en el “lugar equivocado” a “la hora equivocada”; 3 más todavía, uno podría
fácilmente demostrar que hay destrucción de propiedad pública por parte de gente
que no puede ser claramente identificada ni como seguidores del gobierno ni como
manifestantes. Esto sin mencionar que la cantidad lamentable de muertos no ha sido
rigurosamente y científicamente establecida.
Es en este punto que, por otra parte, en un nivel más profundo, surge el problema
respecto a “la evidencia que se tiene a mano”. Las investigaciones realizadas por la
policía nacional, para aclarar los asesinatos de gente, son vistas con desconfianza
por los manifestantes. Ellos afirman que la evidencia que se utiliza, así como los
testigos que se presentan en cada caso son solamente elaboraciones o
construcciones artificiales hechas por la policía y el gobierno, para conveniencia del
gobierno. Este tipo de desconfianza es entendible en este tipo de situaciones. Pero
es entendible desde todas las partes: aquellos que se oponen a las manifestaciones
también afirman que los manifestantes mismos han construido artificialmente y/o
elaborado su “evidencia”. La verdad es que la “evidencia a mano” no ha sido analizada
o investigada en detalle o con toda la rigurosidad posible del caso:4 ella consiste en
videos cargados a y descargados de Facebook y YouTube; consiste en “noticias”
creadas con celulares – que muestran a gente herida o muerta – que no permiten
afirmar que las muertes, ahí donde efectivamente las hay, han sido provocadas por
la policía nacional o algún individuo específico, actor o grupo. De cualquier modo, este
tipo de cosas es lo que se muestra como evidencia y/o hecho por parte de todos.
2) La actual situación del país se explica en gran manera por ciertas continuidades y
novedades históricas de la realidad nacional e internacional. Las continuidades
históricas: gran parte de los individuos y grupos más enérgicos luchando por
“democracia” en el presente conflicto son también los mismos que históricamente se
han opuesto a las leyes, políticas y prácticas sociales que optan por las grandes
mayorías empobrecidas del país. Se trata de esos “viejos actores” sociales
(individuos, familias o grupos de poder económico) que han estado históricamente
enfrentados al sandinismo, al cual siempre acusaron de ser “comunista”. Sin
embargo, y contradictoriamente, también existen esos individuos y grupos que
salieron del sandinismo (la “disidencia sandinista”) que acusan al actual gobierno de
ser “neoliberal” – “disidencia” que, para maravilla de muchos, ahora más que nunca
está muy cercana a la embajada norteamericana (de la cual reciben y siempre han

3 Es importante recordar que en Nicaragua todavía hay muchas armas circulando del tiempo de la “guerra
civil” (década de los ochenta) sumada a aquella más reciente del tráfico ilegal.
4
Esto es verdad aún de la “evidencia” recogida y de las “investigaciones” hechas por parte de la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos (instancia de la OEA), en visita al país los días 17 al 21 de mayo del
corriente: en la investigación (con las características ya mencionada de la “evidencia”) solamente se informó
de aquella violencia cometida contra una de “las partes” (la “sociedad civil”), pero no de la violencia cometida
contra aquellos que simpatizan con el gobierno o contra aquellos que difícilmente se puedan decir que están a
favor o en contra de él. Lo mismo se puede decir del informe de Amnistía Internacional. Sobre las parcialidades
de este último informe se puede leer en línea una carta abierta dirigida a este organismo con un análisis
interesante de su reporte. Visitar el sitio: http://tortillaconsal.com/tortilla/node/3167
recibido financiamiento para “proyectos educativos” en temas de “democracia”) y a
las ideas económicas del gran empresariado nacional.
De cualquier modo, ese “viejo actor” y ese “sandinismo disidente” coinciden en
responsabilizar al presidente Daniel Ortega, y al partido que dirige (el FSLN), de la
actual crisis en el país: ambos tachan al presidente y al partido sandinista de
represivos y causantes de las muertes. No se repara en que en el país hay armas en
manos civiles desde la década de los 80 del siglo pasado, y que las armas ilegales
circulan en el país actualmente, pese a los esfuerzos de la policía nacional por
frenarlas; sin mencionar que muchos en la misma oposición, desde épocas pasadas,
tienen entrenamiento militar.
En cualquier caso, nadie puede negar que muchos de los “excomandantes” y
personalidades que salieron del partido FSLN, al comienzo de los años noventa, casi
inmediatamente abogaron por “adaptarse a los tiempos” (las reglas del FMI) y se
vincularon fuertemente a la embajada norteamericana en Nicaragua – eso sin
mencionar que todos los excomandantes/ex-sandinistas tuvieron los mismo mismos
privilegios que los restantes comandantes, antes su salida del sandinismo. Por su
parte, tampoco se puede negar que, muchos de los “viejos actores” han favorecido
en el pasado reciente a políticas macro y microeconómicas empobrecedoras:
encarecimiento de la vida y privatización de servicios (de salud y educación); tratados
de libre comercio; políticas de “ajuste estructural” y de reducción del Estado. De todo
esto hay evidencia escrita.
Ahora me referiré a las “novedades” del momento histórico actual. Se trata, por un
lado, de las respuestas dadas por parte del gobierno, desde el año 2007, a la pobreza
económica y a la falta de participación política, instaurada en el país antes de su
regreso al poder; por otro lado, de las actuales aspiraciones democráticas por parte
de un sector del estudiantado nacional. Respecto a lo primero, debe decirse que la
situación del país (en los social, económico, político y cultural) antes del conflicto
presente, era una muy buena – según diferentes organismos internacionales5 –
aunque no perfecta. Este bien andar del país se logró gracias a una política de
consenso y reconciliación impulsada por el gobierno (entre la empresa privada, los
trabajadores y el gobierno) con la finalidad de salir de la pobreza (y pobreza extrema),
así como de los conflictos nacionales que históricamente nos han acompañado en el
país desde tiempos de la independencia de España. Labor ardua que se realizó en el
marco de un contexto mundial caracterizado por el neoliberalismo y de una realidad
nacional de pobreza acumulada, causada por años de desastres naturales, guerras y
corrupción. Cosas todas que no permitían o permitieron escapar a complejidades
políticas que también involucraban asuntos de tipo religioso y culturales. En medio de
todo, sí, se apostó por ir devolviendo el poder y la participación a la gente,

5
Estos organismos han acompañado y reconocido la buena voluntad y el trabajo del actual gobierno para
reducir la pobreza, incrementar la educación y la participación de las gentes del país. Al respecto se pueden
visitar las siguientes direcciones: http://www.fao.org/3/a-az536s.pdf; http://www.fao.org/nicaragua/fao-en-
nicaragua/nicaragua-en-una-mirada/es/; http://www.fao.org/documents/card/en/c/a84d2e68-3685-47b8-
80ec-419064fd1f9e/; http://www.who.int/es/news-room/feature-stories/detail/vaccination-three-women-in-
nicaragua-take-a-different-journey-towards-a-common-goal; http://onu.org.ni/gobierno-avanza-en-modelo-
agroecologico/; https://www.imf.org/es/News/Articles/2018/02/06/ms020618-nicaragua-staff-concluding-
statement-of-an-imf-staff-visit;
http://apps.who.int/iris/bitstream/handle/10665/136781/ccsbrief_nic_es.pdf?sequence=1&isAllowed=y;
especialmente a los más pobres. Y es por ello que se hicieron reformas laborales,
constitucionales e institucionales que dieran más protagonismo (especialmente a
mujeres y dentro de estas a las más pobres); que fomentaran y protegieran el
bienestar infantil y sus derechos de salud, educación y recreación.
Muchos, sin embargo, han estado “inconforme” con todo aquello; han visto en todos
los programas sociales del gobierno “comunismo”, “asistencialismo”, “paternalismo”
y/o “corrupción”. Peor aún, se ve como “autoritaria” toda reforma a la ley y la
constitución que haga más participe a las masas empobrecidas, con el señalamiento
de que ellas finalmente son utilizadas o manipuladas por el gobierno para “controlar”
a todo aquel o aquella que no simpatiza con éste. Este “actor social” inconforme viene
de una parte del estudiantado universitario, el cual ha elevado sus aspiraciones
sociales y cree ahora haber descubierto formas más “puras” de entender la
“democracia”. Se trata de aspiraciones democráticas de tendencia liberal y de tipo
formal (electoral), no una aspiración a una democracia cada vez más participativa.
De cualquier manera, hay que decir, que la elevación de las aspiraciones sociales y
políticas de cualquier sector de la población es legítima. Y en este contexto, la de
aquella parte del estudiantado universitario también. Pero aquí se debe mencionar,
por amor a la verdad, que en la actualidad esas aspiraciones se dan gracias a las
condiciones que se crearon para que ellas se den: por las luchas del pasado (las del
mantenimiento del 6% del presupuesto nacional a las universidades, entre otras), los
beneficios económicos, de infraestructura, salud y recreación que ha realizado el
actual gobierno; la seguridad que se ha vivido en el país en los últimos años, etc.,
etc., etc. Lo que implica que gracias a que se ha logrado mantener la educación
gratuita para las nuevas generaciones, por los beneficios (económicos, sociales,
políticos y culturales) que se les otorgan a los estudiantes y jóvenes de hoy en el país,
es que ellos tienen diferentes derechos (siendo el derecho de la educación uno de
ellos) y también libertad para expresarse – un estomago con hambre en Nicaragua
piensa más en cómo alimentarse “hoy”.
Por último, brevemente quiero indicar que en el conflicto actual uno debe considerar
el aspecto de la constante presencia, influencia e interferencia de los grandes poderes
del mundo en los asuntos de los países pequeños o de otras regiones del planeta por
motivo de sus propios intereses. Hoy más que nunca esto es una realidad mundial, la
cual está creando amigos y enemigos, aliados o no aliados dentro de países y áreas
del planeta. En cualquier caso, esto puede ser fácilmente demostrado en la historia
de Nicaragua (recuérdese el caso de Nicaragua contra EEUU en la Halla de 1984),
así como en la presente crisis.
Se que todo lo aquí dicho debe ser profundizado y detallado. De todos modos, espero
que esto abra aún más el debate y las perspectivas.
Saludos,
Moisés Medrano