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COABEZA >
VERSIÓN J!':SI'AÑO LA
ANTONIO SALAZAR
l\IADHID
LIBUI!:RÍA DE FEUNANDO Ff:
Carrera de San Jerónimo, 2
1899
TESTA
ES PROP!itDAD.-DRRBCHOS\ RBSBRVAOOS
TESTA ( CABEZA)
VERSIÓN ESPA~OLA
ANTONIO SALAZAR
MADRID
LIBRERfA DE FERNANDO FÉ
CarTera de San j erónimo, 2
Hace ya medio siglo que no soy nt"ño; y sin eJJI-
óargo, al leer vuestro CUORE, lloré como un uillo.
De aquellas lágrimas twció este libro.
No es la antítesis tzi una contradicción del rmes-
.tro; mucho menos aún otra llama que yo pretenda
.elevar soberbio hasta el nivel de la vuestra.
Mi Hbro es sólo utza penu.mbra de vuestra luz.
Aceptad/o como se1ialmodesta de mi estt."-mación y
de mi afecto.
U
QUEL buen Enrique que había aprendidp á
conocer en Cuore, de De Amicis, al verse
en el Gimnasio tomó tanto gusto á los
nuevos estudios y más especialmente á los de Histo-
ria y de Geografía, que no contento con las horas de
clase, velaba para estudiar también de noche.
Su padre, que llegó á notarlo, se lo reprendió dul-
cemente:
- Enrique mío-le dijo;-ayer mañana encontré
aún encendida la vela sobre tu mesa de noche, y te
YÍ dormitando con un libro en la mano. El cansan-
cio había sido más fue rte que tu deseo de estudiar, y
el sueño te cerró los párpados. Tu madre me había
ya advert ido de que trabajas con exceso, y éste es un
pecado, como también lo es estudiar muy poco. Eres.
el primero en tu clase; tus profesores están muy con-
TESTA
J. 0 deEmro.
2 de Enero
JdeEneru.
4 de Emro.
S de Enero.
6deEnero.
7deEnero.
8deEnero.
pde Enero.
JOde Enero.
II de Ene1·o.
I2 de Enuo.
IJdt E1tero
I4 de Enero.
ISdeEnero.
I6 de Enero.
I7 de Enero.
1. 0
Haré que el médico de San Terenzo, que es un
hombre muy culto, me explique la causa. de que los cata-
rros sean en invierno más frecuentes que en verano, y por
qué pueden casi siempre curarse sudando bien .
2. 0 Ayer, al hablar con mi vecino Pi ero de nuestra casa
de Turin, exageré su hermosura y su grandeza, elogiando
enfáticamente la riqueza de los muebles, de lo cual estoy
TESTA
arrepentido. Hoy volveré sobre aquella descripción, dej<in-
dola reducida ::i sus \'erdaderos términos. Tengo arraigada
esta tendencia á alabar todo lo que es mio, y mi madre me
la ha reprendido siempre, repitiéndome mil veces que la
exageración es hermana de la mentira.
3. 0 Intentaré dibujar con lápiz la quinta de mi tío.
18 de Enero.
I9 de E1zero.
20 de Enero.
21 de Euero.
22 de Enero.
.z_r; de Etzero.
26 de Enero.
27 de Enero.
28 de Enero.
29 de Enero.
JO de Enero.
JI de Ettero.
PROPÓSITOS CUOTIDIANOS
paraelmesdeFeórero (r).
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----·----·-----··-----
{1) Paraquedjovenlectorllent:csta,pápnas.
CALENDARIO DEL BIEN
PROPÓSITOS CU OTIDIANOS
f;nrnel1ius de /lfnrzo.
CALENDARIO DEL BIEN
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VIII
1
TESTA 107
···········-·····-·········-·······-····· -··-··-·---···----·····-·-·-·--······--·-·----········-·----
paraelmesdeAóril.
TESTA
en anchas nubes, como las de aquel día, sucedién-
dose unas á otras con ritm o regular, no había duda:
bzum tiempo, y htteuo coustante.
-Mi querido tio, hoy está usted de muy buen
humor--dijo Enrique sonriendo.
- ¿Y por qué no? He comido bien y en gratísima
compaii.ía¡ estás cada vez más fuerte y robusto¡ vec
abajo en la plaza una ola de gente alegre, que des·
cansa un día entero, feliz por haber empleado bien
los otros seis; yo contento y rodeado de seres que
también lo están; ¿qué más puedo apetecer?
-Pero tío, ¿cree usted con sinceridad que toda esa
gente que pasea debajo de nuestra ventana es feliz?
-Sí; hoy al menos lo son . Acaso mañana encon -
trarán un poco áspero el remo, algo pesado el marti-
llo al comenzar á manejar las herramientas de su
trabajo en el mar ó en la tierra; pero después de una
palabra gruesa ó de silbar algún aire popular, to-
marán de nuevo gusto á la labor.
Ahí vemos un centenar de personas que represen·
tan una sociedad entera, la de una aldea; y si fuera
posible hacer el análisis, la anatomía de este pueblo,
encontraríamos todos los problemas que se agitan
en las grandes agrupaciones de hombres que se lla-
man ciudades, 6 en aquellas inmensamente mayores
.que se denominan naciones.
También aquí, por sencilla que sea la composición
de esta pequeña sociedad, tenemos jerarquías/ pero
ninguno de sus miembros se avergüenza de estar
TESTA
más bajo que otro. Aq uí la ig¡¡a/dad, la más grande
de las utopias que la revolución francesa escribió en
s u bandera, se ha alcanzado en su única for ma posi-
ble: la de se r iguales ante la ley, y más aún ante el
hombre y ante la dignidad personal.
Aquí nadie es pobre, y si ves alguno que extiende
la mano para pedirte limosna, asegura que ha venido
de otro pueblo. Nadie es millonario ni medio mi-
llonario siqu iera. Yo soy acaso el hombre más rico
de San T erenzo, y apenas poseo un mediano pasar.
Casi tod os, además de tener casa y pan segu ro, se
sienten orgullosos de ser propietarios, esto es de
poseer un poco de tierra y un pedazo de casa1 como
di cen en su lenguaj e rudo, pero expresivo. S u pose-
sión se rá tal vez un trozo de piedra, donde á fuerza de
minas y de palancas de hierro han plantado dos
vides; será un olivarejo que dé medio barril de aceite
cada dos años¡ será la mi tad del piso de una casa¡
pero en suma es un a propiedad inmueble, que presta
dign idad á su dueño, y le hace igual á Fabbricotti,
que cuenta los miLlones por docenas y es difícil
retener en la memoria la lista completa de sus
innumerables propiedades.
L a dignidad debe ser la primera let ra del alfai;>eto
del carácter humano, y aquí todos llevan la cabeza
alta, porque tienen derecho á ello. ¿No ves cómo se
saludan entre sí? No se qu itan el sombrero hasta el
suelo, ni doblan la espina, ni se bajan nun ca de
palabra ni se encorvan delante de nadie. Cuando
TESTA
viene Fabbricotti 1 le llaman seiior Carlos¡ y él, que
no es orgulloso, se muestra más contento con este
saludo familiar, que con los títulos de comendador
y de barón, á que tiene derecho.
¿Y por qué han de doblar la espina y humillar-
se? Hoy santifican de la mejor manera el día del
Setior, que es el domingo, considerándose iguales
ante la dignidad humana. En la lancha del pescador
ó en la barquilla del gondolero, en el arsenal ó en la
fábrica de Pertusola, tienen todos trabajo seis días;
y para descansar hoy y fumar un cigarro toscano,
y beber un ponche y contemplar el mar, no necesi-
tan pedir fiado al comerciante ni al hostelero. Hoy
viven de sus rentas.
Mira las mujeres: van también más erguidas y
orgullosas que en otros pueblos, porque además de
las labores dÓmésticas, ellas hacen aquí de albañiles,
de pescaderos, de labradores. Y después de haber
ido con humilde saya y con los pies desnudos toda
la semana, se ponen botitas relucientes con elásticos,
de á quince y veinte pesetas, el chal de seda alrede-
dor del cuello 1 una bonita flor en su abundante
cabellera; y se pasean gallardas, cogidas del brazo
tres, cinco y aun seis juntas.
La dignidad personal se halla aquí tan encarnad·a
en el carácter de todos, que nadie acepta un obse-
quio de los demás sin corresponder al instante con
otras atenciones. Al principio, después de largos
aii:os de ausencia de mi aldea, hallaba inconveniente
TESTA 12}
PROPÓSITOS CUOTIDIANOS
PROPÓSITOS CUOTIDIANOS
W
ucHos días después, el tío Baciccia y Enri-
que estaban nuevamente t:n el jardín.
Aquel era el lugar predilecto del capitán.
Parecía que, obligado á pasar casi toda su vida en el
mar, deseaba en sus últimos alias desquitarse con su
mucho amor á la tierra.
Cuando hablaba de ella era casi poeta.
-Querido Enrique, ama á la tierra que es la ma-
dre de todos y su última amiga, que nos recoge
para estrecharnos eternamente en un abrazo amo-
roso. Yo he escrito ya en mi testamento que quiero
ser sepultado y no quemado; deseo que la tierra
que he amado, que he acariciado tantos años, me
acoja en su seno. Si no temiera molestar ó asustar
á mis herederos, querría ser sepultado aquí en mi
huerto, al pie de aquel limonero gigantesco, una de
mis plantas favoritas. Lo planté con mis propias
154 TEST. !
PROPÓSITOS C UOTIDIANOS
PROPÓSITOS CUOTIDIANOS
paraelmtsdeAffOslo.
CALENDARIO DEL BIEN
PROPÓSITOS C UOTIDIANOS
11
TESTA 19i
PROPÓSITOS C UOTIDlANOS
PROPÓS[TQS CUOTlD!ANOS
espera en algo que valga más que él, que \'Íva vidd
más larga que la suy".
Respeta, Enrique mío, todas las religiones honra-
das. Todas son formas de Jo ideal, <;aminos distin-
tos¡ mas todos llevan á la misma meta. En estt:
mundo, por pequeii.o que sea, los hombres hablan
centenares y aun millares de idiomas, y un mismo
pensamiento se reviste de las lenguas más variadas
y extrailas. Lo mismo sucede con la necesidad de lo
ideal; todos los hombres de la Lierra lo sienten, pero
lo satisfacen de diversa manera. Las religiones son
otras tantas lenguas de lo ideal con que expresamos
el mismo pensamiento. Católicos, reformados, he-
breos, budistas, respetémonos todos y amémonos
todos. De las bóvedas de los templos cristianos, de
los mina retes de las mezquitas, de las agujas doradas
de las sinagogas, de los blancos techos de las iglesiaR
de Buda salen cánticos é himnos y todos se elevan
hacia el mismo cielo.
También el mar es un templo ante el que dobla
las rodillas toda la familia humana, porque en su
interior palpita la vida entera de nuestro planeta¡
porque allí dentro está la madre de todas las criatu-
ras planetarias; porque la ola, siempre en movimiento
y jamás cansada, es la madre de la tierra que nos ha
criado y que nos dará lecho en nuestro último suei'lo.
Si se pudieran reunir en un solo volumen los
pensamientos inspirados á todos los hombres por la
vista del mar, tendríamos tal vez el más hermoso y
zo8 TESTA
el más grande de los poemas, en el que la admiración
inconsciente y casi idiota del salvaje y del niño se
encontraría al lado de los terrores del miedo, del
himno del entlJsiasrno, de todas las melancolías, de
todas las ternuras, de todas las fantasías de la familia
humana. Ante el mar todos somos poetas, y la suma
de todas las poesías por él inspiradas, sería en ver-
dad el primer poema del mundo.
Pero, Enrique mío, tú no has venido á San Te-
renzo para hablar conmigo de filosofía sentimental,
sino para buscar salud y filosofía práctica. Desde
esta ventana no se ve únicamente el mar; bajando
la vista hacia la plaza vemos otra ola, la de hombres
que salen, de hombres que entran; y esta ola desde
la mafia na á la noche jamás descansa.
Cuando miro abajo y acompaüo con la mirada esa
ola humana, me abismo múchas horas en meditacio-
nes. Esta calle es la imagen del mundo humano,
donde los hombres suben y bajan á miles, á millo-
nes¡ todos, sin embargo, muy diferentes entre si.
Aquí desde lo alto de esta ventana contemplo to·
das esas cabezas calvas y cabelludas, cubiertas y
descubiertas, altas y bajas; veo los gestos variados
y oigo las voces alegres 6 tristes, las risas y las blas-
femias que se mezclan en el aire, confundiéndose
en ese murmullo humano, que es como eL rumor de
las selvas donde todas las ramas, todas las hojas
hablan su lenguaje. Y pasan y vuelven á pasar las
cabezas encanecidas y las que están calvas junto á las
TESTA 209
PROPÓSITOS CUOTIDIANOS
PROPÓSITOS CUOTIDIANOS
pnraelmesde Octubre.
XV
del sol que muere; para él las perlas del rocío y los
aguaceros saludables de los torrentes del cielo, que
barren las suciedades de la piel de nuestro planeta¡
para él la música divina de las criaturas grandes y
pequeñas que triscan, saltan y vuelan en las verdes
alfombras del prado, entre las ramas floridas, entre
los obscuros laberintos de la floresta.
Aunque la escasa cultura del labrador le impide
darse cuenta de toda esta poesía, él la siente, la
absorbe por los ojos, por los oídos, por todos los
poros de su piel, y está contento de vivir. Él puede
permanecer largas horas entre los surcos del campo
6 á la sombra de los árboles sin conversar con nadie,
porque habla libremente con la naturaleza y siente
todas sus palpitaciones, adivina todas sus necesida-
des, satisface todos sus caprichos.
Al labrador, aunque ignorante, se le ve pocas
veces tímido 6 turbado. ¿Y por qué ha de sentir ver-
güenza de hablar con condes y marqueses, cuando
conversa á todas las horas del día con las fuerzas
primeras de la creación, cuando tiene por amigos
intimas y familiares la luz que despierta á las criatu-
ras, la tierra que las fecunda, el agua que las alimen-
ta y el fuego que las purifica? Los demás obreros de
la sociedad humana dan formas nuevas á la materia
que sólo él produce, y destruyen lo hecho por él,
que después de enviar á las colmenas calenturien-
tas de nuestras ciudades el pan y la carne, cúra-
nos además de nuestras indigestiones¡ él, nuestro
TESTA
alimentador, es también nuestro primer médico.
Cuando el labrador acomodado se traslada á nues-
tras ciudades y pasea por entre las largas filas de
armarios y cajitas, que son nuestras casas, y contem-
pla á los hombres colocados unos encima de otros,
como los libros en un estante, y los ve reunidos en
las salas ahumadas de los cafés, debe de sentir gran
compasión hacia nosotros, debe de compadecernos
seria y profundamente. ¡Y tiene cien mil razones
para ello, él á quien sirven de pavimento campos y
prados y de bóveda el cielo¡ campos y cielo que no.
tienen llaves, ni cadenas, ni paredes!...
17
TESTA
1
de ventleT y aquel en qu e se debe comprar. Hay
cierta gente que nace con olfato tan fino, tan pers-
picaz, que huele en el aire y de lejos un buen nego-
cio, y como un buen perro de caza no lo deja nunca
escapar; otros, por el contrario, no ven la liebre aun-
que se les meta entre los pies.
La segunda y muy principal dote del comerciante
es la economía. ¡Ay si se tiran las primeras liras
ganadas! Éstas son las más difíciles de reunir, y quien
no ha sabido conservar las cien liras, no espere nunca
ll egar á mil.
Además del golpe de vista y de la economía, se
requiere mucha paciencia. Paciencia para esperar la
bandada, para asegurarla, para cogerla. Con el co-
mercio ocurre lo que con el tiempo: hay dfas lluvio-
sos y días serenos, hay el sol que deslumbra y el
temporal que desarraiga las plantas más robustas¡
existe la niebla y la diafanidad. Cada t iempo tiene
su!' indicaciones propias, y hay asuntos para los díaS-
buenos y ot ros para los días malos.
Quien desea enriquecerse, quien gusta de la vida
de las ciudades y sien te la fiebre de los negocios, pue-
de elegir la profesión de comerciante, que, aparte de
la ganancia, tiene placeres tranquilos y una poesía
especial.
En buscar una nueva fuente de utilidades, en pre-
sentirla, en encontrarla hay todos los atractivos de
un descubrimiento y de una conquista. El comer-
ciante puede experimentar emociones fuertes, y aun
:68 7"ESTA
EL ARTISTA
1
TESTA 28t
~L MÉDICO
... ,<.
TESTA 30f
FIN
CALENDARIO DEL BIEN
parn.etmesde D iciemhre.
--------·--- ------·---···-·--·---·-·--------·
CALENDARIO DEL BIEN
DE:DIC'.ATORIA·o • . • • • • o • • • o o • • • o
IV
Un perro muerde á tres nii'fos.-Los ingleses no
Jlor:tn nunca. . . . . • • • • • • • • • . • • 51
V
Un paseo por el mar con maestral fresco.-La villa
del Marqués X000 • • • • • • • • • • • • • • 63-
INDICE
VI
VII
VIII
Un domingo en la plaza • • . . . o • • • • • • .. r 1¡
XI
X II
XIII
XIV
XV
XVI
~:~~=~~ti:~~::~k:.:~~::~ i · :t:~:~!t;l?':t.;¡;~~~\:;;~~:_;~
cheríil, novelas; ídem......... 3 Jln~o (Víctor). Lo~ mi~er:1blu,
- Id Señor y lo demá.s sou o;Ben· tr:~ducción de D. Nem~!<ÍO Fer·
tos; ídem. . . . . . . . . . . . n:indezCuesta.Terccr:tcdición,
~\n•i c i !!I (Edmundode). l nfortn- ilustrad:~. con m:~.:;nificosgr:1ba
nios y r.mor.(La novela de un dos; cinco\·ob.o:u-40 .. , . . .
mae) tro),versiOn castellana de - Noventaytres.novelahistóri ·
D.AntonioS:'inchezPérez;enS.o ,. c:1 origlll:~.l, traducida p·r don
- Combltcs y avcntur:l!i. (La no- Ncmcsio Fcrn:indez Cue ta , ter·
vela de un maestro), \'et! ión cera edición; trei\'Ols.enS.o.,
cas:el:ana del mi~mo; ídem, . . J,ó¡tez U n ~o ( Eduardo). L uis
- Cuore- i.'orazón, diario de un ) lartmez el espada,rlO\C]a.,,
niño,traducidodel.tHedición ) l ltl ot (H éctCir) . Sinfamilia,ver ·
itali:ul:l por H . Gine r de los Rios sión espaiiola de A lfredo Garcia
c011 prólogo de D. hido ro 1-'er l.ópez, ihuuaciones de Emilio
~~;~~l\1~ª~~:Ii:~;iJ ~1§~rifi~f;~~.}~~~~~:::. ~
anmentadaycr~rregida;tresvo-
himenescnSO,conretrnto.,, 10,50
1
- l.:~conde~nS:~.ra...
-Voluntad.... . . ..
3
3,50
IUU!ii('O (E.). Cuerltos; e n 8. 0 •• 3,50 - El doctor Rameau. . . 3,50
- PoeSH'" re!;liv:Hj idrm.. . . . . a,so - Ncmrod y Compañia. . . 3 ·50
- Cornzonada:>,poesias;idem .. . a,so - l .osderechosddhijo.. 3,50
- Recuerdo~. notas intima~ de - Rey de Pans. . . . . . . . . J,S'-'
Francia y E~paña; idem . .. . . 1-.a••do U nziiu {Emilia). Un
:~~~;~¡,:~~f;~E,_;~:~::.:.:::
del moro; dos vols. en 4 o. . . .
1 -
-
;~:~~~~~~~~::~';~::~:~f~~li~ ,,,,
El ci-ne de Vilr.mort:~, id . . . 3, 50
.,;C~:~~-~ ~~~~~J:~~~ksu~::rf~~~ 1 •·::.~~'si~~~~¡cl~~ ~~~e~.:~o~. -~~~a:
=üt~st~~~~~~~;~~~a~~!~i.~l~~~~ ~~
i
picnte enroscada. El reloj de
- ~~~~~l~~~~~;:! ~a~~~r~~~~~~~~:
ru snlla (Adolfo'. Femini•mo:
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Uuudet (Alfonso). Safo, cos-
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