Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
El tema de este ensayo trata sobre la asociación de los ‘juegos del lenguaje’ en L.
Wittgenstein al interior una ‘inagotable taxonomía’. Esta se desarrolla en ‘el Prefacio’ de
Las palabras y las cosas (1968) de Michel Foucault. El ensayo se despliega sobre el
‘Parágrafo 23’ de las Investigaciones filosóficas (2010). Se comienza con la descripción
lúdica sobre los asuntos que atingen al lenguaje. Y se da un nuevo sentido por la definición
del ‘Parágrafo 23’ de las Investigaciones filosóficas. Es una asociación múltiple de
instrumentos y palabras con el uso inacabable de los enunciados. Se trabaja en la semántica.
También se dice en el Tractatus lógico-philosophicus que “[l]o inexpresable, ciertamente
existe. Se muestra, es lo místico” (Wittgenstein, s.f.: 147).
El escrito tiene dos parágrafos. En ‘Una enseñanza práctica del lenguaje’ se extienden
consideraciones alrededor del ‘Parágrafo 23’ de las Investigaciones filosóficas. En ‘La
Taxonomía’ se articula el uso de las palabras como el descentramiento de sus significados.
De ahí se considera esta asociación con la ‘taxonomía’ o clasificación sistemática de los
nombres de las palabras.
Se dice, de otra forma, para construir este precedente de los ‘juegos de lenguaje’. Se
explica el sentido más primario sobre ‘el significado de los objetos’ que:
“[e]s como si alguien explicara: ‛Los juegos consisten en desplazar cosas sobre una
superficie según ciertas reglas…’ –y le respondiéramos: Pareces pensar en juegos
de tablero, pero esos no son todos los juegos” (Ibíd.: 21).
Se asume que la concepción agustina fue parte del sentido primigenio del lenguaje.
Wittgenstein, en cambio, trastoca a las partes que hacen a la concepción general del
‘significado de la palabra’. Se interpreta mucho sobre este punto en Wittgenstein. Pero se
explica mejor con la siguiente afirmación:
“[E]l niño emplea esas formas primitivas de lenguaje cuando aprende a hablar. [Una
afirmación transversal será que] el aprendizaje del lenguaje no es aquí una
explicación, sino un adiestramiento” (Ibíd.: 21).
Hay que hablar de la conexión en el mencionado procedimiento que se hace dentro del
uso del lenguaje. En la ‘Conferencia de Ética’ (2005) Wittgenstein aclara los usos del
lenguaje a través de los símiles. Son, por ejemplo, de carácter alegóricos cuando compara el
2
sentido del lenguaje con la Ética. Su razonamiento se fundamenta entre lo verosímil y
variopinto. Se desplaza en los siguientes términos:
En que lo que respecta a este tipo de construcciones, Wittgenstein afirma que “‛la ética
no resulta expresable. La ética es trascendental’. Pero, como sucedía en el caso de la lógica
(de la que asimismo se afirmaba que es trascendental), lo que no se puede decir aún se
puede mostrar” (2005: 25 el paréntesis y cursivas son de Wittgenstein). Entonces se
engranan en la finalidad, o sea, que la enseñanza sea mostrada en la(s) palabra(s). De lo
anterior se establece a ‘la enseñanza ostensiva’ de palabras. Es la que empalma “una
conexión asociativa”, por decir en términos sencillos, entre la palabra y la cosa (cf. 2010:
23). Entonces, ¿qué produce esa enseñanza? Produce ‒desde ese momento‒ una
articulación a través de las conexiones entre las cosas y sus imágenes con las palabras. Se
sustantiva a estas últimas. Se explica mejor, para Wittgenstein, sobre el acontecimiento de
nombrar, como:
“[e]n la práctica del uso del lenguaje una parte grita las palabras, la otra actúa de
acuerdo con ellas; en la instrucción en el lenguaje se encontrará este proceso: El
aprendiz nombra los objetos. Esto es, pronuncia la palabra cuando el instructor
señala la piedra.‒ Y se encontrará aquí un ejercicio aún más simple: el alumno
repite las palabras que el maestro dice –ambos procesos se asemejan al lenguaje”
(Ibíd.: 23 las cursivas son de Wittgenstein).
Consiguientemente es así “todo el proceso del uso del lenguaje” (Ibíd.: 25) en que se
encuentra el significado de este ‘juego lingüístico’. Es ‒pues‒ uno de “esos juegos de los
cuales aprenden los niños su lengua materna” (Ibíd.: 25). La ampliación del lenguaje, no
obstante, constituye a un todo conformado por esta práctica. Esto se encuentra en su ligazón
o entramado. Entonces se nombra un juego de lenguaje “al todo formado por el lenguaje y
las acciones con las que está entretejido” (Ibíd.: 25).
3
2. La ‘Taxonomía’
Cuando se designa a un entorno con el ‘uso de las palabras’, se percibe la base de una
taxonomía. Es decir, ¿sobre qué base se nombran a las palabras como diversas?
Wittgenstein aclara este punto. Hay que imaginar un corpus, o sea, una ‘taxonomía’ del
inglés ‘taxonomy’. Es aquel “[s]istema de clasificación de organismos basado en las
reacciones naturales y en la asignación de un nombre apropiado para cada uno” (Gispert,
1997: 1201). Se compara en los últimos términos con ‘el prefacio’ de Las palabras y las
cosas de Michel Foucault que se verá más adelante. Se vuelve ahora a la prosa de las
Investigaciones filosóficas en estos términos:
Se habla de un nombre como algo similar a fijar un rótulo. Se configura, por ejemplo, en
una clasificación de aquellas herramientas como “en sí mismas” a las partes de un género
(cf. Ibíd.: 31). Hay la posibilidad de decir que en el lenguaje se poseen diferentes géneros
de ‘instrumentos’ y de ‘palabras’. Wittgenstein señala que el hecho de “[…] imaginar un
lenguaje significa imaginar una forma de vida” (Ibíd.: 31). Cuando se encuentra, asimismo,
a la homofonía entre las lenguas puede que no tengan los mismos significados. Se da,
nuevamente, y en torno a una ligazón la figura de la oración elíptica. Es una “oración
degenerada” entre los géneros de las oraciones que dirigen a esta figura (cf. Ibíd.: 33). Su
construcción omite en la oración una o más palabras sin alterar su ‘sentido’. Su
conformación es homófona en el lenguaje ordinario. No se la enfoca en toda su magnitud.
Porque se escucha “tan extrañamente” en los argumentos de un extranjero sobre la misma
expresión (cf. Ibíd.: 35). Al respecto se caracteriza porque:
[Ese extranjero] la pronuncia tan extrañamente porque la tiene por una sola
palabra.‒ ¿Pero no ocurre también algo diferente dentro de él cuando la pronuncia –
algo que corresponda al hecho de que él concibe la oración como una sola
palabra?‒ Puede ocurrir lo mismo dentro de él o algo diferente. ¿Pues qué ocurre
dentro de ti cuando das una orden así?; ¿eres consciente de que consta de tres
palabras mientras la pronuncias? […]– Y ya he admitido que el extraño
probablemente pronuncie de modo diferente la oración que concibe de modo
diferente; pero lo que llamamos su errónea concepción no necesita residir en algo
que acompañe la emisión de la orden (Ibíd.: 35 las cursivas son de Wittgenstein).
Se considera que esta clasificación se hace con las palabras, personas y cosas ideales.
Porque se nominan, para Foucault, en la taxonomía o un tipo de “enciclopedia china”
4
gregaria (cf. Foucault, 1968: 1). Se conecta con este concepto los usos prácticos de las
palabras y de su función. Ese es el sentido de la comparación entre ‘los juegos del lenguaje’
en Wittgenstein con el comienzo de su Prefacio en esta sutil ‘enciclopedia’ de Foucault.
Para Foucault esta ‘taxonomía’ se origina en “el texto” de Borges (cf. 1968: 1). Se trata de ‘El
gremialista’ (1968) en coautoría con Bioy Casares. La taxonomía ‒o “taxinomia”‒ es el
lugar común en el que se nombra a cada parte en su sistema (cf. Ibíd.: 1).
“[…] trastornando todas las superficies […] que ajustan la abundancia de seres,
provocando una larga vacilación e inquietud en nuestra práctica milenaria de lo
Mismo y lo Otro. Este texto cita ‛cierta enciclopedia china’ donde está escrito que
‘los animales se dividen en a] pertenecientes al Emperador, b] embalsamados, c]
amaestrados, d] lechones, e] sirenas, f] fabulosos, g] perros sueltos, h] incluidos en
esta clasificación, i] que se agitan como locos, j] innumerables, k] dibujados con un
pincel finísimo de pelo de camello, l] etcétera, m] que acaban de romper el jarrón,
n] que de lejos parecen moscas’ [John Wilkins en Foucault]. En el asombro de esta
taxinomia, lo que se ve de golpe, lo que, por medio del apólogo, se nos muestra
como encanto exótico de otro pensamiento, es el límite del nuestro: la imposibilidad
de pensar esto” (Ibíd.: 1 el corchete y cursivas son de Foucault).
Bibliografía
Borges, Jorge Luis y Bioy Casares, Adolfo (1968). “El gremialista”. En: Crónicas de
Bustos Domec. Buenos Aires: Losada.
Foucault, Michel (1968). Las palabras y las cosas. Una arqueología de las ciencias
humanas Traducción de Elsa Cecilia Frost. Buenos Aires: Siglo XXI.
Gispert, Carlos (Dir.) (1997). Diccionario de medicina. Océano Mosby. Barcelona, St.
Louis Missouri: Océano Grupo/By Mosby-Year Book.
Wittgenstein, Ludwig (2005). “Conferencia sobre Ética”. En: Gómez Carlos (Ed.) Doce
textos fundamentales de Ética del siglo XX. Madrid: Alianza.
- (2010). Investigaciones filosóficas. Traducción de Alonso García Suárez y Ulises
Moulines, Barcelona: Instituto de Investigaciones Filosóficas UNAM/Crítica.
- (s.f.). Tractatus lógico-philosophicus. Santiago: www.philosophia.cl./Escuela de Filosofía
Universidad ARCIS.