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II

LA EPOCA Y SU TECNICA
La escuela de fortificación hispanoamericana
J. M. ZAPATERO
IJt'Súf biJ/ÓrltrJ mili/al'

1. Consideración general.
2. Las «academias» fundamentales.
La «Academia de Matemáticas y Arquitectura M¡lita!» de ;\fadrid, 1582.
La "Escuela de Palas», del !\Iarqués ele Legan¿'s, ;\Iadrid. 1630.
Las "Academias» ele Castilla )' Andalucía, 1635.
La "Academia Matemáticas» española en Milán, 1630,
La «,I\cademia Real j- .\lil;tar del E,trc;to de los BaIOS}), 1675.
La "Real \. i\lililar ,le- i\laremálios», 1710.
3. El gigantesco escenario de la fortificación IW¡p21l1c.annelrlCan,1.
"Fortificación \ledin'ab).
X\'I: "FortificaCión de transici6n po!iorcénca .:ckdiéval a Moderna)).
XVII: "PrinClpio del Sistcrm i\baluartadrJ».
XVIII: "Esplendor del Abaluartad,»).
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HOMBRES N IVÜ,;\J'\J DO. LOS I ' UNTE ) ' L o\ ' UJJR O.\' O F. LOS IN GeN IOS y M."IQU.\lAJ, JUA l ELO T URRI¡\ NO ) SIGLO XV I. S VO"­

BiBI.l 0TECA N t\C IONM, ~ I !\DRID

ESCUELA DE FORTlF1CACION HISPA1VOAMERICANA

1. Consideración (Ip,,,p,'nl Era consecuente, que en el La técnica de la fortificación en Améri­


etapa histórica de finales del a ca el cierre del xv y mitad
Todas las fortificaciones que la Corona de! XIX, al que pertenecen las obras de defensa de la del XV! es de fue de características neta­
hizo levantar en el Continente Americano, pertene­ «Fortificación Abaluartada española», ofrezcan di­ mente hispanas, transición de la fortificación rv[e­
cen a la época denominada en el Arte Militar como versidad de conceptos que las dieval a la de los 65
de la «Fortificación Moderna Permanente Abaluar­ los métodos o los sistemas más al uso avances e influencias de los sistemas euro­
XVI al XVl1l. Pero no todas las de los tratadistas o maestros de Enseñan- peos --durante los XVlI y XVIlI- al si-
fortificaCiones construidas durante ese tiem­ fueron traídas a XIX, en que tuvo tras de
po, a los mismos conceptos técnicos y Napoleón en la guerra el fin de Jo que hasta
táctico-defensivos ~onsecuencia natural de la o entonces denominó la «Fortificación N{odema
evolución de las armas, el poder de la defensa y la Permanente Abaluartada». Esta crisis del «arte
lucha por romper el equilibrio en beneficio del aquellos métOdos evolucionaron hasta alcanzar per­ bélico» transcendió a las últimas
triunfo sobre el al ser en los condicio­ en Cltramar:
Durante el siglo XVI, el de las nantes de la vana extensa de los cedieron al táctico, y
nes de la en las armas de Dominios de en América. De ello resultó la construirse en el citado nuevas o grandes
las auténtica revolución en el necesidad de crear «Academias de Matemáticas e fortalezas abaluartadas.
orden táctico del ataque es u n "arte l'vIilitar», tanto en la XVI al XVIlI, mientras se
bélico» que ws de y en
en Continen­ América. así que las enseñanzas o sistemas de y creaba una
te, o como en el caso de comprometida en hicieron progresar las técnicas defensivas acreditada por los maravillosos expe­
la transcendental empresa del sometidas a las características de los enclaves a las dientes de de acertados
razones o esfuerzo a planes de
e! Nuevo Mundo. que
LA ESCUELA DE FORTIFICACION HISPANOAMERICANA

fortuna conservada en nuestros archivos, estudios 2. Las «academias)) fundamentales La «Academia de Matemáticas
hechos por los ingenieros militares españoles, cons­ y Arquitectura Militar» de Madrid, 1582
tructores de las fortificaciones: castillos, recintos En los tiempos del Descubrimiento y Explora­
reales, ciudadelas, fuertes de campaña, baterías y ción, el concepto de las obras de defensa, era, ya lo Con Felipe n, el avance es sensacional, se
vigías que en gran parte siguen en pie. Ello refleja hemos indicado, el que se entendía en los últimos aceptan los métodos de la «Fortificación Moderna
una conciencia auténtica de indiscutible personali­ años de la Edad Media en España, es decir las Permanente Abaluartada» y se funda en Madrid,
dad, y sería injusto relegarla a las ciencias de otras «Casas-fuertes» y las «Torres-fuertes», que se cons­ por el arquitecto mayor Juan de Herrera, la primera
«escuelas» europeas. truyeron en los primeros asentamientos con la idea «Academia de Matemáticas y Arquitectura Militar»
La fortificación española en el Nuevo Mundo, defensiva frente a la población indígena no someti­ en e! afío de 1582. En esta «j\cademia» explicaron
tiene sobrados méritos para ser considerada, tras los da. Estas obras comprenden desde el mismo año de sus cátedras, J ulián Fírrufíno «La Geometría de
más rigurosos análisis, como «Escuela de Fortifica­ 1492, cuando el Almirante Cristóbal Colón las Euclides»; Juan de Ceclillo «La Materia de Senos»;
ción Hispanoamericana», que la sitúan entre las mandó levantar en La Española (Santo Domingo) y Juan Angel «Los Tratados Selectos de Archíme­
primeras del «Arte de Fortificar» y que fue denun­ en Cuba, hasta las hechas en tiempos de Carlos 1. des». Y clieron lecciones de la nueva fortificación, e!
ciada por vez primera en el XXXVI Congreso Durante el reinado de Carlos l, se despierta un capitán ingeniero Cristóbal de Rojas y el propio
Internacional de Americanistas, Sevilla 1966. Expo­ decisivo y justificado interés por las empresas Comendador Tiburcio Espanochi. Sus enseñanzas
sición que aceptada en todos sus términos y recogi­ bélicas, ante la grave rivalidad de las naciones que se reflejaron con acierto en las obras fuertes de la
da en las actas del Congreso, ha servido de funda­ disputaban los territorios de las «Yndias Occidenta­ Metrópoli y en América.
66 mento esencial a los historiadores de la arquitectura les», y son llamados ingenieros italianos como el
e ingeniería militar española en América. célebre «Maestro Juan». También se perciben las
En la «Escuela de Fortificación Hispanoamerica­ orientaciones alemanas, seguidoras de los plan­ La «Escuela de Palas)))
na», nacieron ilustres y sabios hombres de Ciencia teamientos de Alberto Durero, reveladas por el del Marqués de Leganés) Madrid, 1630
que la fundamentaron durante trescientos años. Fue ingeniero «Maestro Franz», quien en calidad de
tan importante esta aportación a la génesis y consejero mayor de obras del Emperador en las La «Academia de Matemáticas y Arquitectura
formación de las nuevas naciones americanas, que fortificaciones de Amberes, presentó serias objecio­ MilitaD>, se extinguió por falta de oyentes, pero sus
su época debiera ser homologada tras la del Descu­ nes al Duque de Alba. En realidad, se modificaban enseñanzas tuvieron continuación en casas de parti­
brimiento y Exploración, junto a la transcendental las técnicas de las «viejas defensas estáticas» por la culares o en palacios de la nobleza, como el del
de la formación de ciudades, gobernaciones y nueva defensa-ofensiva del sistema abaluartado. Marqués de Leganés, donde explicó fortificación e!
virreinatos, germen de nacionaJidades, puesto que hijo de Firrufino, J uEo César, y donde se creó la
España acometió la gigantesca labor de construir «Escuela de Palas», recopiladora de todo el saber del
centenares de obras fuertes para la defensa de «arte abaluartado» de fin de! Renacimiento y gran
aquellos territorios. parte del Barroco.
LA ES CUELA DE FORTlFlCACION HISPANOA MERICANA

Las «Academias» de Castilla y Andalucía, 1635 ! ,;ce. C4L él.-e.'m.ot-l ~;y t:lL ~ ,,,., .. ~~
f.:, ~~h .Jt<.L e.I m.t:LIJ~J~A/'n~ 77'I~cnlld'",
Otras «Academias» SI! fundaron en Burgos, Valla­
dolid, Sevi lla y Cádiz, estas últimas po r el propio U..:> Jt-<-L rL- 1'I'L~.f.L 4.-/ ' 'J) . y eL!l1Af' ú. ??W~ t.u.&

Julián Firrufino. En general, en todas ellas se perci­


be la línea de fortificación «a l exterioD>, propulsada
por los g randes ingenieros de la famllia Antonelli,
oriundos de la Ro mania y constructores de las
primeras fortalezas abaluartadas en A mérica.

La «Academia de Matemáticas»
española en Milán, 1630

En la primera mitad del siglo XV II, acudieron a


España, una pléyade de ingen ieros italianos, en tre
ellos el P . A fflito, Bamfi y el barón de Anchi, con
suerte diversa y a veces penosa. Pero en Milán " 67
durante el reinado de Felipe IV, se ex plicaba en --::::=--.-'l.--~-- - ~ /t .. ~ ... /f .•- _..

tiempos del gobernador A mbrosio Spíno la «La Y leutvYlEez u.A'.;9 d.Í'7':L'~A ~~7u~''],;yk
Geometría Aplicada al Arte de la Fortificación de
Ciudades y Castillos», destacando los ilustres arqui­
f~ d'on.ch.. Cé{z~.It"7,~ Ú..,ru'.1'eJ., ':J el(J'h
tectos como Alejandro Capra, divulgador de los .......As-Uz """ td/7 ñ"n4 t:P' nr ~
u. c · Lq'/ltL j-l.:n. dIa nJJr-- . ",
7

métodos de Nicólo Tartaglia, AIg hisi de Carpi y EL ~[ANEJO DE 1.,\ PIEDRA. 1.01' I LI ,\ !H; )' L:\! UB /{O.\' f)1-. LOS INC;r;,\! IOS )' M .· 'QU.V ·¡I'. JUANFI.O TU RRL\NO' SIGLO XV I.
Castriotto, que con San Micheli fueron las g randes S VOL BIBLlOTFCr\ N;\ClON,\L MADR ID
estrellas de la «E scuela Italiana».

Diego Gómez de E spinosa, Luis de Acosta Quiroga ción de crear una de las Academias más importantes
La «Academia Real y Militar y José Manrique-, fundó en Bruselas, el g ran de Europa, de ella salieron célebres ingenieros de la
del Exercito de los Países Bajos», 1675 ingen iero militar Sebastián Fernández de Medrano primera mitad del siglo XV III , muchos de los cuales
--<Jue form aba en los T ercios Veteranos del duque trabajaron en las ciudades y fo rtalezas del Nuevo
También en los Países Bajos, entonces sometidos de Villahermosa-:--, la «Academia Real y Mi litar del Mundo, Sus enseñanzas pasaron a Holanda, Suecia,
a la Corona española, se despertaron los empeños Exerc ito de los Paises Bajos». i\Jcanzó tal predica­ Italia e incluso Francia que organizaba en París, el
de crear centros de enseñanza del «arte bélico» y mento, que según el hi storiador Almirante fue g ran centro mundial del que surgirán Pagán, Vau­
especialmente para la defensa de las p lazas. As í en considerada como la «Sa lamanca» de las ciencias ban y el «maestro» de la fortific ación abaluartada
1675 --a sugerencia de los maestres de campo militares, Fernández de Medrano ru vo la satisfac- neoclásica, Montalembert, Los nuevos métodos de
UI ESCUELA DE FORTlFIC4ClON HISPANOAMERICANA

la «Escuela de vendrán en la mitad de! XVIII. sabedores de las la


intercambio de conocimientos que alcanzaron las técnicas europeas pero con el libertad de
más cotas del la «Fortificación Per­ acomodación a los métodos En BOllao: «La

Abaluartada». alcance y en la ribera del

La «Real y Militar Academia de Matemáticas}}, tor Siglo XVI: «Fm'tificación de


Barcelona, 1710 la «Academia de i'vIedUival a j'vIoderna»
fundada en América.
cauSélS pro,'ocaron la fundación Casas-fuertes consrruidas bajo
(cA..cademia» de a de en y
XVlIl: el continuar en la 3. El f!u'atlte.'co escenarzo
y otra, el f{)jvtlfu.rlD'fin hispanoamericana

conocí míen tos Puerto la levantada por Pedro Suárez


militares de los Países Coronel en 1509. Y por Juan POllee León en
Ya 1694, funcionaba una clase de «lectura 1512.
de Matemáticas \ Geometría)) en el Péllacío de los revc::la un extenso horizonte que metodizamos a
(,8 hasta que el de Guerra de Car­ (¡ue por su brevedad no ser el
los I1, resolvió la completo o detallado salvar omisio­ 0-!uevo Mundo, levantado por ¡\¡lateo
por ello se nes~, No su esquema facilita una en 1539. El que en 1567, se
Fernández de idea del dilatado «Theatro Bélico» de las obras levantó en la Punta del.\[orro de La Habana por
tos Interior». levantadas por España, en defensa de lo fueron V élcz de que los habia en
La Sucesión retrasó los Dominios en Continente: ayudado por Baltasar de La Barreda. Los
V, que levantará Antonelli en
de Verboom--discípulo Morro de La Habana, que
Fernández de Medrano~, fundó la SigÚJ xv: '"'r/'''-''''' lvIedievab> reformarán la idéntieos a los de
«Real y Milltar Academia de :Ylatemáticas» en e! at10 San Juan de Puerto Caba][os y
de 1710. Fueron sus directores de San Juan de y
Calabro el mariscal de campo Pedro de de Panamá.
militar "ilustrado» y auténtico de los la
militares En la Casa-fuerte fundada por Cortés
eación neocláSIca. Sobre la técnica conocimientos 1 asegurar la «Villa de la Vera
de estos descansa la «Escuela Fortifica En La la Torre-fuerte construida con la Cruz». En la isla de Cozumcl y de
puesto que ellos de la 0-!ao :Ylaría o «Villa la las Casas-fuertes levantadas en por
como en Natividad». Las Casas-fuertes de Santo I<H1U:,LU de

horizonte de obras fuertes hecbas en levantadas por en el 20 que rodeó


LA ES CUELA DE FORTlFICACIO N HISPA NO /1MERI CANA

En Colombia, la Torre-fuerte hecha por el goberna­ "';1.1/111'.1 t¡lI r r~frt';u'lta ." ba/u. art,.
dor Luis de Rojas en Bond a en 1572 (Santa ~(HI Iíl.( rl:,:. ...1 [m.'( QJ cub, t ruu I~ l'run;.J_
d~~ f,.,nrba ',1' ¿l;..h¡-llI·..L á ['<Irl.:. de JIl
Marta). plano para la ,'cnAruá"II.
~"";• •"''''''''...'~~'''' '[,...1
.',f.. . .~...,.... -.J .w..

En Venezuela, en la isla Margarita, la Casa-fu erte


construida por Villalobos en 1525. E n la isla de
Cubagua, la ordenada por la propia reina Isabel _1..~ ~

' . ..~
en 1504, en las «y nstrucciones» dadas a Ovando ,
para la «y sla de las Perlas». En Cu maná, la Casa­
fuerte levantada en 1520, y la nombrada «Nueva
Cádiz» por el Adelantado Diego Coló n.

En la Isla Trinidad, la Fortaleza levantada en 1532


por el contad or Antonio Sedeño.

En el Río de La Plata, las Fortalezas levantadas en


1526 por Sebastián Gaboto, a orillas del río que
llamó San Salvador; y La Gaboro en 1531 69
destruida por los indios. La Casa-fuerte de don
Pedro de Mendoza en 1537, en el luga r conocido
por Cabo Blanco.

En Chile, los Fuertes fundados en 1541 por don


Pedro de Valdivia para asegurar la nueva Ciudad
de Santiago de la N ue va Extremadura . Y los
levantados e n ¡ 550 en Arauco, Tucapel y Purén.

Siglo XVII: «Principio del Sistema Abaluartado» En Puerto Rico, el recinto de murallas con sus Ulúa, por los ingenie ros Marcos Lucio, Franci sco

torres abaluartadas, y los Castillos del Morro, P ozuelo de Es pinosa y Jaime Franck.

E n La Española, el Fue rte de Santo Domingo o de San Cristóbal y San Gerónimo, asegurados por
«La Fuerza Vieja», reforzado después del ataque M enéndez Valdés. E n Honduras, el Castillo San Felipe del Golfo
ing lés de 1656 con una cortina de protección a la Dulce.
Puerta Grande, unida por traveses al recinto E n Florida, el Castillo de San Agustín.
murado. En Panamá , y en Porrobelo, los Castlllos San Felipe
En Méjico (N ueva España), el Fuerte San Juan de de Sotomayor, Santiago de La G loria y San
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Gerórumo. En el río Chagre, el Castillo San En (Nueva el Castillo San de En Cuba, el recinto real de La
Lorenzo el y los de Gatúm y Trínidad. Ulúa y el recinto real de Veracruz, por Rafael Ramón y Alvarez de . . . nt"rn~\!nr
María Calvo, Tomás El Fuerte
Camacho y Crame. El Presidio Nuestra por Antonio Conesa. Los Castillos de por
XVlll: «Esplendor del AhaluartadO)) Señora del en la Isla de Términos o de Campuzano; el Fuerte de La Cabaña, por Sil­
por de Dios González. En Campeche, vestre y las reformas en el
de la «Academia Real y Militao) y Mérida los recintos reales por Rafael L1obet. El Castillo del Morro.
que Fernández de Medrano en Bruse­ Castillo San de y los reductos de
fueron aprovechadas en la de Barcelona por Champotón, San etc., en En Santo las fortificaciones de Bayajá;
Verboom. Pero los españoles al Yucatán. Fuertes Delfín y San el Castillo San
a quedaron sometidos a Gerónimo por Buenaventura de la
imperativos de la y la historia. De En el CastilJo San Fernando de Omoa, Antonio Barba y A. Ladrón de Guevara.
que en este el «Sistema Abaluartado» tiene por los ingenieros Díez Navarro y
un sello que lo hace destacar en el horizonte de Simón Desnaux. En Puerto el recinto fortificado de la ciudad
fortificacíon de todos los En él, la de San Juan, y los Castillos San del Morro
«Escuela de Fortificación se En Nicaragua, el Castillo Inmaculada del Río San y San los de San GerónÍmo y el San
revela con notabilidad La larga serie de Juan, por los Luis Díez Navarro y La Cruz o del Cañuelo, por Tomás
70 nuestras obras defensivas no serán los María Juan F. Mestre y Felipe Ramírez.

o Vir­ En Costa Rica, el Fuerte San Fernando en la Boca En el recinto real de de Indias
gin, porque pertenecen a los españo- del Río .Matinas. y su arrabal de por Juan de Herrera y
consumados maestros de la nueva «Escuela». Lorenzo de Solís Antonio de
En Panamá, y en Portobelo los Fuertes los Castillos y Fuertes externos
He de Norte a del Continente San San Fernando y las Casas-fuertes de San y San :Fernando
una escueta noticia de las fortificaciones abaluar· por el Sala y de Bocachica. En Santa Marta, los Fuertes San
tadas, que reformaron las fábricas de constmidas por Manuel San Vicente y San Antonio por Ma­
anteriores: bies proyectos y de defensa hechos por el nuel Hernández.
Visitador Agustín Crame. En Chagre, el nuevo
el Castillo San Marcos en San Agustín, Castillo San Lorenzo el Real. Y en la En las fortificaciones de La Guaira; y los
Castillo San Marcos de por los Panamá, el recinto real abaluartado reformado Castillos San Felipe de Puerto Cabello, San
Mariano de La Rocque y Pedro Díaz por el Hernández. de por los
y Francisco de Paula Gelabert. Roncali, L~IJC'JU~
El Fuerte San Rafael de por Antonio de González Dávila. En Guayana, los Castillos San
En la ciudadela de l-'p,n7,.rn,l<> por Luis Arévalo. Carlos y San Francisco de por y
Huete. proyectos de reformas Visitador Crame.
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En las fortificaciones de Valdivía, y su


COMP NDIO
Castillo de el Fuerte del etc.
y BREVE RESOLVCION
D E F O R T 1 F 1 e A e ION,. En la cuenca del Río de La las fortificacio­
confor me a los t prcfe nus, con nes de Montevideo y Maldonado en la banda
:;¡Ig unas demandas ouandol;;!s con oriental, y los Fuertes San Miguel y Santa Teresa.
demóf!:r:lciones M3 y en la banda meridional, el Fuerte de la ciudad
[as militares: el
de de Buenos Aires.

Yen la W!",V""", los Fuertes Nuestra Señora del


Carmen y de San Antonio.

Son las en trazado que


dominaron e! horizonte de! Nuevo fes ro­
neando sus litorales y pn)tegle~nd la evolución de
los de en América.
71

CON PRIVILEGIO.

En Madi id, por luan de Herrera,.

PORTt\Dc\ DEL COMI'E\'DfO ) BfZLI RL,IOLLC!O,\! DL


fOfZTlUC CRlSTOB,.\L ROJAS

En el Fuerte de la Punta de de
Guayaquil, por el ingeniero

En Perú, el Castillo Real de! Callao, por Luis


Godín y las reformas hechas por orden del
Amat. Y el Fuerte San Carlos en la
de Pisco, por e! ingeniero León.
El arte de la navegación y su importancia en España
JUAN CARLOS CADIZ

FERNANDO DUQUE DE ESTRADA

1. La brÍl jula.
2. La declinación magnética.
3. La corredera.
4. La c.'uta de marear.
5. Evolución de la carta.
6. La navegación a estima.
7. La latitud.
8. Instrumentos para medir la ahura.
9. La longitud.
10. Contribución ibérica al desarrollo de la navegación.
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CARTA DEL VIAJE A LA INDI A ORIENTAL DE LA EXPEDIOON DE MALASPINA. ¡vJUSEO NAVAL. MADRLD
EL ARTE DE LA NAVEGACION y SU IMPORTA NCIA EN ESPAÑA

«C ierto gran peligro es ca minar por la mar Pero pronto este pnmltlvo navegante, urgido esencialmente practico que no admite disgresiones
do no hay camino ni señal dé!. Cosa es mu y por necesidades materiales o quizá simplemente por ideali stas, pues de su incorrecta resolución se sigue n
ardu a gu iar la nao por el go lfo de la mar donde
su propia inquietud, se planteó la necesidad de catastróficas consecuencias para quien la aplica, su
solo cielo, y agua verse puede. O bra grande es
la que los hombres hacen cuando caminan por llegar a través del agua a tierras más allá del desarrollo ha constituido un paradig ma del método 75
cosa tan larga y espaciosa como es la mar que horizonte, vislumbradas en anteriores navegaciones científico; con una sistemática co ntrastación de las
toda la redondez del mundo cerca.» o de las que tenía un conocimiento mítico . Pode­ teorías enunciadas con las observaciones experi­
Ped ro de Medin a. Rep"mienlo rle NaIJegación. mos imaginar que lanzado en sus pobres medios a mentales. No cabe pues extrañar que la h istoria de
Sevi lla. 1563 . la a ventura de alcanzarlas, y tras conseguirlo, deseó la navegación haya estado estrechamente ligada con
volver. Para encontrar su camino de vuelta debía la de las ciencias matemática y astronómica .
ser capaz de orientarse en el mar y a resolver este En la antigüedad clásica los navegantes fenicios y
arduo problema dedicó su capacidad de observación posteriormente los g riegos aplicaron la astronomia
e in venti va, dando lugar al nacimiento de la nave­ a la navegac ión; pero de estos últimos, de los que se
E l afán de alcanzar nuevas tierras, separadas de gac ión. dispone de conocimientos más exactos, podemos
las propias por cursos de agua o por brazos de mar, E l objeto por tanto de la navegac ión consiste en, decir que lo limitado de sus empresas o el apego a
movió al homb re desde los más re motos tiempos a partiendo de un punto, alcanzar o tro a través de la trad ición de sus navega ntes hizo que sus impor­
intentar desplazarse sobre las aguas. una maSa de agua en la que no hay referencias tantes conocimientos astronómicos no se aplicasen
En un principio, cuando las costas o bjeto de su direcras. Su evolución, dada ·la enorme importancia más exten samente a la náutica, aunque la benefici a­
interés se encontraban a la vista, no tuvo otro que el mar como medio de comunicación y de se indirectamente la aplicación de aquéllos al desa­
problema que el de dotarse de una embarcación, dominio ha tenido a lo largo de la historia de la rrollo de la geografía. La localización, por ejemplo,
simple almadía o canoa, capaz de mantenerlo a civilización, ha supues to un objetivo de primera en la esfera terrestre por latitud y longitud se debe a
flote, y de los medios para pro pulsarla y dirigirla; mag nitud para la humanidad. Se da la circun stancia Hiparco, quien fijó el meridiano a partir del cual
dándose así origen a los remos, timón y velas. de que al ser el de la navegación un problema debían medirse las long itudes en las islas Canarias.
EL ARTE DE LA NAVEGACION y SU IlvlPORTANCIA EN ESPAfVA

Aun cuando Roma mantuvo un activo tráfico accidente El na vegante de Como ya hemos senalado la
comercial en la cuenca mediterránea e incluso nació sino en Jos
empresas en el océano Atlánti­ miento en los reinos
de Gran la de la localización de los de los menos como conser­
ciencia náutica; de aspectos utilitarios de los vientos de las mareas y corrien­ vadores transmisores de los conocimientos mate­
como maniobra y fortaleza de tes, etc. Esto lo con la máticos v astronómicos de la aunque
naves mercantes, más gue del desarrollo una a dominio el conocimiento de estos factores ellos los por no
naves mercantes, más que de el desarrollo de una que su sentido de orientación mente aventureros. Sc les debe también la influen­
ciencia gue habría rendido beneficios a más Los medios técnicos de que se ha valido e! nave­ sobre los ¡JU\CU.IU'
ensanchando el mundo conocido. gante costero han sido escasos y quc a ello
Puede decirse gue la fue hasta la como la misión es el reconocimiento c¡cntífica de Euro­
Edad :vledia una acci"idad en conOCi­ del calado v en menor medida de! Dr<:Jtecclon de sus reves las
miento a los hombres de mar que, Sin una forma­ de fondo. También era una habitual en la diversas con libre de
ción más extensa que la obtenida en la de llevar bordo soltándolas en los Un resultado
su modo de vida y la transmisión de (>pnpr<lf'",n momentos en cJL1e no se divisaba la costa, con las Tablas Alfonsinas en que, referidos
de las de la situación de ésta por el rumbo que se descriDen los fenómenos
tomaban en su vuelo. Otro medio por el celestes sistema de Tolomeo, La intención
la de Alfonso su promotor, no fue el
naciente de tablas empresa reiteradas veces aco­
las ciencias difunden fuera de los grupos gue los derroteros o sino la de editar unas nuevas; y su resultado
tradicionalmente las lo que da así como las líneas o marcas fue tan bnllante se convirtieron en referencia
que conocimientos inicialmente relacionados se que señalaban los rumbos seguros en durante dos de todos los astrónomos y
pon¡.;an en contacto l' Es entonces determinadas travesías.
cuando nace la náutica como ahora la conoce­ Una que ocupa esta
mas; y cabe la de haber sido SL1S más entre la v la oceánica que con l' casI
efectuaba por rutas tradieio­ mítica por lo extenso de sus conocimicntos v la
castellanos y fecundidad de Raimun­
do que no
ha nosotros.
más nes, una de ida y otra de que anualmente Pasemos ahora a relatar los progresos de la
que como mar realizaban embarcaciones entre la costa refiriéndolos a la
costas muy recortadas que presentan malabar v la India: las naves costeaban hasta la tanto de los conocimientos y métodos asociados a
de escasas mareas se presta costa para desde allí favor del monzón progreso como de los instrumentos fue
Su característica funda­ alcanzar la costa india. Lo que con idéntica ruta necesario idear construir para
mental es que se navega la vista de la para retorno ha constituido durante la
costa, ante inclemencia o del comercio entre ambos
EL ARTE DE LA NAVEGACION y SU IMPORTAN CIA EN ESPA ÑA

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77

Quegact ~ I
(onticnclaa co1áa quc loe pílotoe ha ¡W0.1v'v\,\j"\h
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EL ARTE DE LA NAVEGAClOM y SU IMPORTANCIA EN

l. La brújula S, E Y Y los intermedios l'.TW, SE Y 2. La declinación magnética


pero pronto se empleándose ya a finales
Empezando por que este instru­ la rosa de dieciséis vientos. Pronto los navegantes discre­
mento está constituido en esencía por una paso en la del instrumento entre el norte marcado por la brújula y el
hierro imantado que, convenientemente XfV; dándole a la aguja la forma de norte que ser situado por otros
se orienta en la dirección del campo ~c,~~,,,,",r,, romboidal y medios como la estrella Polar. Esta la
terrestre. su centro de sobre un atribuían los que la a de
El hecho de que los terrestres centro de una caja, en cuyo fondo excentricidad proximidad de
L"J:>l'-lUH cas! inalterable hace que la rosa de los vientos. Pero la visión de la rosa el tos metálicos y no a existencia de un norte
una dirección de referencia fondo de la además de ser incómoda introducía ae~)enG1el![e de! dado que
que además resulta fJ"JC""'J", por lo que el paso en si una misteriosa hacía que la se
al estar éste y fue el la rosa el norte, suponer que donde real­
al imán, pegar en éste una cartulina mente apuntaba no era a éste sino a otro punto
La propiedad de los imanes de orientarse en una en la que la rosa; siendo ya en esta próxImo duplicar el misterio.
dirección constante se cree conocida por ciertas la de treinta y dos vientos. En este mismo Hay que tener en cuenta también que la declina­
civilizaciones desde remotos; pero su utili­ se comienza a situar la brújula en una ción varia con e! y con el tiempo, con lo que
zación en la aun cuando no se mediante una de para su consideración como error se afianza.
fechar con debió iniciarse hacia el dizarla del movimiento de la nave. No obstante ya a finales del se tiene en
Xli, existiendo referencias escritas de su uso en Usualmente se colocaban una o dos en cuenta la declinación .-no,,,,,,,,>t,
XIII. un armario o «bitácora» situado en el junto la y la corrección rnirrf",nC)nt1
La evolución de la brújula se relaciona inicial- al timonel, de forma que éste observarlas introducir en muchos de los compases, colocando
de utilizado y con facilidad. En dicho armario se situaba también la aguja que está la rosa una desviación
referencias y un fanal de iluminación. respecto al norte de media cuarta; y mediante dicha
más tarde con la La costumbre de situar dos compases en el corto llamada de «trocar los aceros», se
Las brújulas estaban constituidas por espacio de este armario dio a interferencias ba que en la zona en que la declinación coincidía
una barrita o lámina de imantado por contac­ entre hecho que no los con la corrección el
to con la piedra imán, que se colocaba sobre un como tampoco la intluencia que los norte Esta pr:lCtlca
corcho o se envainaba en una paja, haciéndola flotar clavazón de la etc. tenían
en una de agua; también se empleaban Por lo que se dieron más daño que beneficio en la
de vidrio o cañones de de ave, instrucciones para evitar estos efectos siendo fuertemente censurada por García de Palacio
rellenas de polvo de que se hacían flotar Las poco a poco su rTI,,'crnF'rl'.rrln en Instrucción Náutica.
mediante dos trozos de corcho atravesados en sus volver a imantarlas; lo que se Se ha atribuido a Colón el descubrimiento de la
llamadas «piedras de ce- declinación magnética en
trazaron después divisiones en la que eran muy djJL"\.,ld.lJ<t~ Las Casas en su Diario del
señalándose así los «vientos» o direcciones principa­ rante. Es que Colón ya conociese el fenóme·
les: inicialmente se marcaban ocho «vientos» (los N, no, pero de no ser así, lo identificó y, lo que es más
EL ARTE DE LA NAVEGACION y SU IMPORTANCIA EN ESPAÑA

en ocasiones su exi stencia fue negada por alguno de


'ltíbro PlÚllCI'().
~"iDd !l~ lIldo. folio. j. los tratadistas más famosos de la época; así por m'l\} ICQ:uao:'l quemo mrhJ fcUcgarc ¡¡ lI.>u ~OIIlO li¡ rcd.s
ejemplo Martín Fernández de Enciso, cuya Suma de des rcre mcnOl lO CIlda \!.I'Qdo rerna menoo leguas. \
Geografía data de 1519, lo ignora y Pedro de Medina
en su Arte de Navegar, de 1545, lo niega; admitién­
I
_ I[l!:'nle tercCTa moncnl., ca 105 ¡)redoa Dele elClIacion
oc cítda rno!\loe poloe.lEl'ioe Eradc6 ro olfercrcs tlloo
I oela rcdMcs en tal manera ~ rlllílllC~lÍdopoz el rllmbo

~ no:re afur o pOl el ci)rl'l1rio/andjdo.~vli.lcgIlGe ~ me

dolo más tarde y con reticencias en su Regimiento de día el polo fn\ fllbldo/o (lb~r~do l'n Qil'íldo. ~\Ial1do fe

Navegación. Por contra, Francisco Falero la describe 1I(1\1cg¡)rcallAoldcltc o 9udurt!cavn\ifcllnrlél\lf. )."\'1)

le;;uaa 'l medía 110 fe allarJ o aba~ara el polovn ~r\1 do

en su Tratado de la Esfera y del A rte de Marear, y 4/)110 ce IlwlTa!'lo qfClIlldépo: dIe rilbo.¡:¡IÍlj.lc~ule

'e media pa ~ clpolofclll,c ollba~cl'llgrildo.1f1l1Tl Mi

Martín Cortés, en su Breve Compendio de la Esfera y ;C la oífcl'cCla ocl nultlcl'onclaa le\)1l1UJ é¡ fe I~a oC.lllldar

del Arte de Navegar de 1551, no sólo la reconoce para rubí\' o abJ~ill" cad" tJ:r~do fc\)ii rn la tabla GC ruro

~mella parcci':ll.a !'a~ó oel1o cs pOlé¡ loa rúb09Dc la nll?

sino que además da una explicación, suponiendo un t1elYld5l1o rá todO\} ocrccl~os ól polo a la JEqllinocin)

polo magnético situado en la Tierra; lo que de­ nnrco\'lIofolo l'''ocre(]~o qCO ocnonca fur:lO pOl tlcO¡

trarío 'l todeo loo on'06l'ií tOlcidoe. tE I1ITi quilto el rú~

muestra su extraordinario sentido científico. bo fucrc maa tOlcido: raro mas (amlno fe lindara tlende

~llul3l1roonde elQÓb:e cl1uuICI'C QlIlta Uesar a 111 IEqut1 ,

1I0Clal:'l tante\l maelcSll1l6 te!'na él6f\ldo comopareff

cepo: etlee)."emplo.

~ 6
3. La corredera
~LI B HO PRIL\1E~ I f

RO DEL MVN DO,


Se adscriben bajo este nombre los dispositivos
que se han desarrollado a lo largo del tiempo para !~ 79

D ' ' V ORDEN,

Y C OMPOSI

medir el camino recorrido por una nave en el mar.


El apreciar la distancia recorrida por una nave
1:.
I
CION·
desde un punto de partida conocido constituye un
?el medio para fijar su posición en un momento dado,
y es la base de la denominada navegación «a estima» - - ---_..:...:...--
que luego comentaremos. El medio tradicional de
medir esta distancia se basa en arrojar al agua un «LIBRO PRIMERO.» REGIMIENTO DE i\lAVEGA ClON.
PEDRO DE MEDINI\ (1563)
«UBRO PRIM ERO DEL Ml! NDO.» . I RT 1~ JJF. N .1 r 'f:.G ·IR. objeto flotante y apreciar el incremento de distancia
PEDRO DE MEDrN .'\ (1545)
a su punto de referencia en la nave durante un
tiempo dado: estableciendo una simple proporción
se tendrá, si la velocidad se mantiene constante marcha del navío, han hecho que la gente de mar en
importante, apreció la variaClon de la declinación durante la navegación, el espacio recorrido en una la época del Descubrimiento y aun durante bastante
con la latitud y la tuvo puntualmente en cuenta singladura (un día de navegación). tiempo después tuviese una gran confianza en la
para trazar su derrota. La simplicidad del sistema unida a la intuición y navegación a estima; creyéndola incluso superior a
Resulta curioso que este fenómeno, que debió ser experiencia de los marinos en apreciar la fuerza del la navegación astronómica, lo que se podría justifi­
conocido para los navegantes de comienzos del viento sobre el aparejo, el estado de la mar, las car en las imperfecciones de los instrumentos
siglo XVI, pasó en general desapercibido e incluso corrientes y otros datos que pueden influir en la utilizados entonces por esta última .
EL ARTE DE LA NAVEGAClON y SU IMPORTANCIA EN ESPAÑA

Una corredera de utilización universal y que se ha navegación. Pero nada más expresivo y esclarecedor por donde se corre con o tra parte alguna delas que
mantenido en uso hasta tiempos actuales es la sobre qué es, y para qué sirve la carta de navegar la carta tiene» .
llamada corredera «de barquilla», descrita por vez que lo que de ella dice Pedro de Medina en el El problema a resolver por el cartógrafo para que
primera en 1577 y cu yo uso se generalizó a princi­ capítulo primero de su R~gimiento de NavlZ~ación) la carta de marear «esté justa )' cierta» es triba en la
pios del siglo XV11. La «ba rquilla» está genera lmen­ edi tado en 1563: «La carta de marear (cuando es imposibilidad de desa rrollar una superficie esférica
te cons tituida por un sector de círculo de unos justa y cierta) seis cosas enseña en la navegació que sobre un plano; ya que cualquier representación que
20 cm de radio y una abertura de alrededor de 60°; son estas: pretenda conservar las distancias distorsiona los
construida en madera y lastrada con plomo en su Lo primero es la figura y postura que tiene la ángulos, y viceversa.
circunferencia, flota vertica lmente en el agua y se tierra, asi la costa de la tierra firme; como la de las En la práctica de la navegación lo esencial es
sujeta a un cabo largo y fino por dos ramales, uno islas; esto es si la costa corre de Este-Oeste, Norte­ mantener los ángulos pues se navega por rumbos,
firme cerca del vértice del sector de madera y el Sur, ee. E assi mismo las Islas grandes o peque6as y en base a la referencia direccional de la rosa de los
otro su jeto mediante una clavija a un agujero los baxos q' faycion o fi g ura tienen. Y en la tierra vientos. Cuando desde un punto dado se quiere
practicado cerca de la parte inferior del sector. firme e islas que puertos ay que se pueda entrar en navegar a otro determinado, se pretende marcar un
Arrojada la barquilla por la popa de la nave, ellos. «rumbo» o ángulo con el meridiano, de forma que
permanece vertical en el agua con lo que opone su Lo segundo el viento o vientos con que se a de sin variarlo se arribe al punto deseado; por tanto, la
plano al ligero tirón del cabo de retención desde la navegar de unas partes a otras. Si ha de ser yendo trayectoria descrita cortará a los meridianos de los
nave y permanece fija en el punto en que se arrojó. por camino derecho: o subiendo: o desceñdiendo puntos por donde navegue el navío con un mismo
80 El cabo de retención va enrollado sobre un carretel porq' estas tres diferencias ay de camino y no mas. ángulo, el «rumbo». La curva que tiene esa propie­
y se va largando conforme avanza el barco, ten ién­ De manera q' o se ha de 'navegar por una misma dad sobre la esfera es la loxodrómica, por lo que se
dose la distancia recorrida por aquél en un tiempo altura: o de menos altura a mas: o de mas a menos. hace necesario que toda representación plana de la
dado por la longitud largada del cabo de retención ; Lo tercero la di stancia del camino q' ay del lugar superficie te rrestre y que se pretenda co n utilidad
dicha longitud se medía mediante nudos dados a dóde el hombre esta: a otro cualquier lugar. La para el navegante represente las loxodrómicas por
tramos iguales del cabo, m ientras que el tiempo carta enseña quántas leguas de camino ay de unas rectas.
correspondiente se medía por «ampolletas» o relojes partes a otras. El primero en conseguir una tal representación
de arena. U na vez terminada la medida, un fuerte Lo quarto en q ' a ltura de grados esta cada cosa ó fue el flamenco Gerardo Kauffman, conocido por
tirón del cabo de retención soltaba la clavija que las q' en la carta se seña lan. Esto es el apartamiento Mercator, que publicó su carta en 1569.
afirmaba el segundo ramal a la barquilla, pudiéndo­ q' tienen de la ~inea equinocial assi a la parte del
se iza r ésta a la nave sin apenas resistencia. Norte como a la del Sur.
Lo quinto de q' la carta sirve es de echar púto en J. Evolución de la carta
ella cóforme al altu ra q' se toma. E tábien quádo se
4. La carta de marear echa punto por fantas ia q' es por las singladuras La cartografía científica aparece con Tolomeo,
de la nao. quien en su Geograji'a propone un sis tema de
Es la representación geográfica de una porClon Lo sexto de q' sirve la carta es para seña lar en ella representación con meridianos y paralelos, locali­
de la superficie terrestre incluyendo los mares y las tierra / ysla / o b~'(o / o o tra cosa alguna q' zándose los lugares por su latit ud y longitud. Esta s
costas, y cuyo objeto es se rvir de referencia en la nuevaméte se hallara q' en la carta no estuviere q ' el proyecciones de Tolomeo se podrían asimilar a las
piloto lo señale por el altura en ell a: y el Rumbo, actua les de tipo cónico.
EL ARTE DE LA NAVEGAClON y SU IMPORTANCIA EN ESPAÑA

Las cartas medievales más antig uas que se con­


I'JI íbzo re~undo:
.íl:CI1\C,JOli'C la oeC¡UlIlC!O/J De clTc oiar Qallepernte ~ra
dOS:clto51'Crntc sradoe ellllue aparrado "ela linfa ala
I servan proceden del sig lo XlV, pero su perfecció n
permite asegurar que ya en el siglo anterior se
• I pai'tcoeIBur. "j fi el SOlanduulcl'\l al 'IAoue/cUoe míf conocían y aplicaban los métodos que pos ibilitaron
¡mos eftlllliel'\l ro \l laparreDcl IRoltc.
I['j[a ra50n eila mur cl ,!!:" r eS/ que (como clla oicl)o) su confección.
rlleo~o cfto oebo¡:o oel50llcfto aparrado oc la IlIlea lo
mifmo qella el foil l: acIT,¡ miínlíl paneqallda. 'Y Plles
el fol cllnuoapartado VCrllee 13rac!Js qllC ce fu DeclllJa'­
dOll/clfoe ffilftlloe rcn~o tooe apartamiento oc la linc~
a la parte que anda el ~o\.
tCf[apítulo .~.O( quando parra el
Sol po~ la linea :tEqui noeíal.

~ _ Q. ·mando el Bol palfo po: la rEquínocúll!

~ tomada fu altura fi tucre menoo ¡; nOIJen ~

ti! ~radoe:loa men050e nouentaettal:s apar~ n este último


tadooe la linea a la partc oc las fombzos : rfi el tema fijan el
fll(r~ noui:tll !3radoí oc al1rolabio l: no tuuier
des fombma/I'os 'f el601 fo'fS enlalínra. ea o no cierta

apOFtación ibéri YA al la cartografía


clentífica, empe,zan dq,se p or la llamada escuela
mallb rquina y continuándose p o r 1 s escuelas por­ 81
tüguesa y sevplana, hijas de Ja pri mera.
I Las cartas de--este período suele · estar dibujadas ~LIBRO gEGVN~
s~bre pergamin > siendo su objeto principal la D O DELA NlAR.Y SVS MOV¡
~ NTO • y COMO rVE
cuenca medite ¡;ánca, de la ~u > hacen una descrip­ INVf;NTADA LA NA
ción sorprend otemente exacta. VEGACION .:.
------------~ e jI;
Cabe explicar esta rar; perfecció n en base a la
técnica de trazado q ll se supone emplearon sus
" LHlI\.O SEG UN DO.» /(f ;CIMI L.Y /V f) 1; N.· } I );(;.·jc!o,'.J . auto res, que habrían. ob tenido los datos de los " UBRO SI'.GUNDO DE U\ M AR y S L ~ MOVI,\IIlc:NTClS.n
PEDRO DE t-I ED IN¡\ (1563) ll amados «libros Port'ula no~), recopilaciones dadas . l/O}" 01 : V· II 'l:C: .·1 R. PF.DRO DE MlODl N A (1545)

110 r la experiencia dL los rumbos a tomar para


Posterio rmente y hasta el sig lo XIII la cartografía enlazar pares de puntos y que también suministra­ latitud de la zona representada (la cuenca mediterrá­
vive una profunda decadencia, caracterizándose las ban apreciacio nes de las distancias. Es ésta la razón nea) dan cumplida cuenta de la exactitud de los
representaciones por su carácter meramente ilustra­ por la que dichas cartas se deno minan «portulanos». portulanos.
ti vo y estando carentes de cualquier tipo de rigor El hecho de estar estas cartas trazadas en base a Una característica común de los portulanos que
geográfico. De esta situación vendrá a sacarla la rumbos, con la referencia co mún del N o rte dado les confiere su peculiar aspecto frente a las cartas
generalización del uso de la btújula y el impulso por la brújula, así como la consideración de multi­ posteriores es el no incorporar la red de paralelos y
que recibe en este siglo la navegación en el Medite­ tud de estimaciones de distancias aportadas po r los meridianos, sin o uno, dos o más puntos de los que
rráneo. navegantes y la relativamente pequeña variación en parten líneas rectas en las dieciséis direcciones de la
EL ARTE DE LA NAVEGAC10N y SU lMPORTANCL1 EN ESPIlÑA

de los vientos. líneas llenan la carta de llamada en técnico «cllíndrica llamada «de que ofrece una
de diversos dándole un aspecto de representa meridianos como entre sí suficiente como para acometer el con total
gran No pero los subdivide en de crecientc
indIcaciones de latitud hacia los con lo que se manticne la propor­ Se trata esta técnica de situarse e:: la carta por
solamente una ción entre y meridlanos. Así medio del rumbo y de la distancia: SI SI.: desea ir de
donde se tomaban las distancias con el por si consideramos el dc latitud un punto a otro traza en la carta la recta que los
claro que trazado si bien resultaba adecua­ cuyo radio es mitad del en teniéndose así rumbo al debe navegar
do a la de de re­ dicho el )' marcada la que teóricamente debe
'lativamente poca la nave; con lo que si tua rse en la
necesidades de la cana momento sin más que la
distancia que se ha recorrido v llevarla
d ¡"tancias no
duración. Por ello las Dicha distancia estlma en la apreciación
lo de las costas africanas mantener de la velOCidad de nave y al transcurrido
atlánticas a introducir un nue­ desde la aun cuando realmente la
vo dato el trazado de cartas, que comenzaron a trazar el meridiano de método no tan inmediata puesto que
incluir la latitud de diversos accidentes la misma escala que dicho es necesario evaluar la intluencia de diversos facto­
82 Nace así a finales del cuarto del escala doble de la para res, desde la variaClón de la velocidad a lo del
carta cuadrada de supone va la que un de meridiano a latitud 600 mide sobre recorrido al abatimiento por el viento y
reticulación de la por meridianos la carta doble que un de meridiano sobre el a la deriva causada por las corrientes.
Dicha reticulaclón se efectuaba dívidien­ ecuador. últimos que causan 'lue, aun cuando la navl.: man­
de idéntica e ideada por Mercator los de la
de la Tierra
una distorsión en de una forma resulta satisfactoria para las
c¡ue se hace que el en todos neeesidades de la mantiene los el navegante ya
de su latitud, por «pumos fantasía» ya por «puntos de
del ecuador. Con lo que recta, denominaeiones a la locall-
del ecuador dicha solo inconveniente de una por
variable con la latitud. entonces el método el uso de
más altas era necesano tablas para el abatimlento o para determi­
cias así lo que nar el rumbo que se ha de dar a la nave en a
distmtas escalas o «troncos alcanzar el punto de cuando el rumbo
6. La navegación a estima
latitudes. inicialmente marcado h:1 debIdo abandonar mo­
paso definitIVO la evolución lo Merea­ mentáneamente por efecto de vientos contrarios.
tor al introducir su nueva en la repre­ Con los Pt",pr,tns hasta ahora También se introducen en .los libros
sentaeión de terrestre; esta corredera carta, puede Jos llamados de consistentes
EL ARTE DE LA NA VEG A ClON y SU iMPORTANCI A EN ESPAÑA

en tablas o reglas para calcu lar la long itud de los Es pues necesario para tener la la titud el tomar la do res los navegantes de la im perfección de sus
g rados segú n el rumbo a que se navegu e. al tu ra en u n día de declinació n conocida (solsticio o instrumentos y de la p os ibilidad de de ri vas se
equ inoccio), o di sponer de una tabla de declinacio­ comprobaba el punto as í dete rminado verificando
nes. Ya en la Edad M edi a se tuvo conocimiento de que la distancia entre él y el punto de partida era
la tabla de declinaciones de T o lomeo, al traducir los razo nab leme nte similar a la deducida po r estima.
7. La latitud
árabes su Almagesto en e l siglo JX. A partir de
dich a fecha aparecen correcciones y nuevas apo rta­
Se llama latitud de un punto sobre la superficie cio nes de as trónomos árabes, y mu y especialmente
8. Instrumentos para medir la altura
te rrestre al arco de meridiano medido desde el de los que habi tan en reinos de la península ibérica;
ecuado r al punto en cuestión. Se mide de 0 0 a 90 0 tales como Azarquiel, Geber y Albohacen. Poste­
en cada hemisfe rio; siendo la latitud cero la del riormente es Alfonso X quien co n sus famosas Tres son fundamentalmente los instrumentos
ecuador, latitudes norte la s de l hemisferio boreal v tablas proporciona a E uropa el e lemen to básico qu e los navega ntes utilizaron has ta el siglo XV JJ[
latitudes sur las del austral. para la navegación de altura, tab las que se manten­ para medir la altura de los astros sobre el horizonte:
E l comienzo de las nav egacio nes oceán icas, con drán co mo las más correctas hasta que otro español, el as trolabio , el cuadrante JI la ballestilla.
travesías de largo reco rrid o y que implicaban e l hebreo Abraham Zacuto, escribe su Almanaque E l astrolabio co menzó siendo un in strumento de
impo rtantes variaciones de latitud, supone el aban­ que fue publicado en 1496. representación de determinados fenómenos cel estes ,
dono de l portulano como medio de representación T odos los libros de navegación )' reg imientos de con fin es as tronóm icos JI as t rológicos, para lo cual
as í co mo de la práctica de situarse únicamente por los sigl os xvr y XV ll incluyen las tablas de decl ina­ incorporaban ábacos y esca las g raduadas fij as y 83
puntos de fantasía; buscándose una nueva referencia ció n so lar, as í como una expl icació n de cómo móviles. Los había esféric os y planos, siendo estos
de situación que se enco ntrará en la lat itud y que calcular la latitud en función de la decl inación y de últimos los que tu viero n uti lidad en la náu tica;
inicialmente se utilizará como confirmación de la las pos iciones rela ti vas del Sol y del observador llevándolos a Jos barcos para medir alturas y siendo
situación por estima. respecto de la línea equinoccial deducidas de la en ellos rápidamente despo jados de com ple jidades,
E l cálculo de la latitud geog ráfica a partir de direcció n de las sombras. También inclu yen dichos reduciéndolos a su primiti vo uso .
se ncillos co nocimie ntos astronómicos permitirá al libros reglas para deducir, y así poder de terminar la E l astro labio náutico estaba constitu ido por un
na vega nte localizar el parale lo del punto en que se latitud durante la noche, la verdadera altura del disco metálico y por una reg la diametral g iratoria
encuent ra: como dice Martín Cortés en su BTe1Je pol o geog ráfic o con respecto a la estrella Polar; lo sobre su centro; el di sco se co lgaba de una anilla
Compendio de la Esfera «era necesario para caminar que se hace a partir de las pos iciones relativas de las situada en su periferia, de forma q ue el as trolabio
po r la ma r poner los ojos en el cielo». es trellas Pol ar y Gu ardas . l]uedaba en posición ve rtical por efecto de su peso,
La determinació n de la latitud geográfica es El método que empleaban los na vegantes pa ra y co n la regla se e nfilaba la estrella cu ya altura se
conocida desde la antig üedad, aceptá ndose que ya dar sobre la carta los puntos «de escuadría» o cier­ deseaba medir. Dicha altura se leía sobre una escala
los fenicios sabían que la latitud era idéntica a la tos era el siguiente: en la carta, plana y ya con gra­ graduada en g rados y si tuada sob re el bo rde del
altura de l po lo sobre el ho ri zo nte. Otro método de duación de latitudes, se marcaba desde el punto de disco, correspondiendo el cero de la escala al
cálculo de la latitud, tamb ié n conocido desde la pa rtida la línea de rumbo y se calculaba la latitud, diámetro horizo ntal y la marca de los 900 al punto
antig üedad, es la observación meridiana del Sol, trazándose e l paralelo co rrespo ndiente a la mis ma; de suspen sió n.
que pe rmJte su cálculo si se conoce la declinación obteniéndose dicho punto como intersección de las El cuadrante estaba constituid o por un cuarto de
solar. líneas de paralelo y rumbo. Naturalmente conoce­ djsco con uno de cuyos radios ex tremos se enfilaba
EL ARTE DE LA NAVEGACION y SU /i'vlPORTANCIA EN
---------------------------------
Uno de tipo formal, que consiste en habrían de ser de de una u otra nación.
da de su vértice la distancia que se leía sobre un meridiano de a La resolución teórica del de la longitud
una escala graduada en el borde de! círculo cuyo cual medir las y otro de tipo L~'.'U'~C;. era conocida desde estando basada en la
cero con el extremo del radio utilizado que pasa por disponer de un método de cálculo o consideración de la diferencia horaria entre e! punto
para la enfilación. de un instrumento de medida para obtenerla. a situar y el meridiano de se conoce en el
La ballestilla obedece a un principio distinto pues Realmente e! es intrascendente punto la bora simultánea del meridiano
no de la para obtener la referen­ el meridiano de se tendrá la diferencia horaria sin más que
cia vertical. Dicho instrumento estaba constituido desde determinar la hora en e! problema por
por una de sección llamada «viro­ y más medios como a los 3600 les corres-
te», sobre la que se deslizaba otra marítima veinticuatro horas se tiene que por cada
lar a ella y con ambos lados de aquél que por convenía, cuatro minutos de desfase horario una diferen­
llamada se basta que en 1883 se acordó a nivel internacional cía de de 10.
hasta que e! observador enfilaba que el meridiano cero fuera el que pasa por Un método astronómico para determinar
simultáneamente el horizonte con e! extremo infe­ Greenwich. tudes que fue conocido desde la es la
rior de la y el extremo de! virote (o «coz» de El acució tanto a todas observación de los Luna; pero este
la y e! astro con la coz y el extremo naciones marítimas de Europa que método resultaba siendo de
de la determinar en por ello y por
84 diente en una la mar la con una cierta Así por ser ocasional su efemérides.
vIrote. p,prnr,'n Felipe m ofreció en 1598 un de Los instrumentos para medir el y
6.000 más 200 de renta más 1.000 el método de las horas simultáneas eran por un lado
se estableció en los necesarios para obtener bora en
1714 un para el mismo fin. punto; como el reloj de sol, cuyo estilo se situaba
9. La longitud
Dichas cantidades fabulosas dan idea de la dificultad en la dirección meridiana con de la brújula, el
e interés que se atribuía al astrolabio para determinar el mediodía y e! noctur­
Se llama de un punto sobre la que a la recompensa entre labio para calcular las horas nocturnas. Por otro
medido desde el meri­ otros conocidos lado y para tener hora de! meridiano de referencia
'~~La'J~, tomándose hizo pensar a los sabios europeos durante se recurría a las de arena, que
bien por su interés científico bien por los se construían de media hora y que además de
considerado aspectos lucrativos unidos a su resolución. la vida en la nave, marcando
En el caso de España y y además del podían conservar la hora del puerto de
este r""'a>."~'_LV interés técnico existía un interés era conocida. solía tener la
par de coordenadas que desde la se ha que de la necesidad de encontrar de iniciar la cuenta por ampolletas al mediodía de la
para localizar un punto sobre la con suficiente el meridiano situado a fecha de salida de puerto, manteniéndose este
terrestre; pero mientras que la latitud ha al oeste de las islas de Cabo línea de horario para calcular la longitud.
por e! tratado de Tordesillas De entre todos estos instrumentos el único que
determinación de la longitud ha entre las tierras descubiertas o a descubrir y que aqu.í comentaremos es e! por ser todos
EL ARTE DE LA NAVEGACJON y SU IMPORTANCIA EN ESPAIVA

los restantes suficientemente conocidos, El noctur­ estos últimos. Estaba dotada la Casa de Contrata­ Publicó también Pedro de Medina un
labio es un instrumento de observación de la ción de un piloto mayor, que al una labor de de en de carácter enúnentemente
posición de las estrellas circumpolares que incluye de la debía ser y donde ya se considera declinación
un sistema de cálculo mecánico por el que hombre de gran conocimiento en arte de navegar cosa que no hizo en su tratado.
deduce la hora en función de la posición de las ciencias matemáticas. Martín Cortés marca con Pedro de Medina
estrellas en su rotación alrededor del En cuanto a las cátedras de y la cima de la al arte de navegar,
fueron establecidas tras la de la Casa de publicando en 1551 su Breve de la ]
Contratación otras en y en Sala- del Arte Traducida esta obra al
manca. 1561, se convirtió en libro básico de estudio y
10. Contribución ibérica al desarrollo en esta de los navegantes de este
de tratados
de la navegación
de unos de a los que se Otros destacados autores fueron García de

llama (v\rtes)} y otros de para uso de que publicó en 1606 su de

Además de la fundamental contribución ya rese­ escritos en forma de recomendaciones y y de la García del que escribió
ñada que hicieron los y y que se llamaron la obra de nautica en la
portugueses al desarrollo de las cartas de marear y Merecen destacarse las Instmcción que aparece en México en 1587.
de la continua al conocimiento astronó­ de las cuales alcanzaron notable difusión en Euro­
mico, cabe señalar que son los portu­ pa: la Suma de de Martín Fernández de
gueses a lo de los aparece en 1519; siendo la primera
desarrollan y exponen de forma sistemá­ ción de las tierras del Nuevo j\'lundo y muy es-
tica la teoría y la de la Puede de sus costas, e un tratado
decirse con toda justicia que de y unas tablas de declinaciones sola­
enseñaron a navegar al resto de res,
se tanto en uno como en otro reino una fuerte después el Tratado de la del Arte
y un a esta de en Sevilla en 1535 por
mediante la creación de centros de estudio e institu­ Francisco que trata de temas similares a los
ciones que la promoviesen. señalados para la obra anterior pero con conside­
La Casa de Contratación Sevilla sirvió así no ración de la declinación
sólo de punto de de todas las expe­ La obra de es el Arte de
riencias e informaciones procedentes de los nave­ de Pedro de que lo en
gantes de la carrera de que allí eran contras- habiéndole valido la calidad de esta obra y la
sino también como promotora del progreso gran difusión que alcanzó el título de «el Maestro».
en el arte de navegar y de una mejor instrucción de Fue este libro traducido al alemán
los fiscalizando sus conocimientos. Asimis­ y siendo durante mucho tiempo utiliza­
mo facilitaba una valiosa material para los do por los de estas naciones e incluso
patrones para contrastar como texto en las escuelas de las
la calidad de los instmmentos e incluso fabricando sucesivas reediciones francesas hasta el año 1628.
La construcción naval: las embarcaciones

JUAN CARLOS CADIZ

FERNANDO DUQUE DE ESTRADA

1. Las partes de la embarcación.


2. La evolución del casco.
3. Evolución del velamen.
4. Evolución de arboladura y jarcia.
5. Los materiales. La madera y su protección.
6. Las libras vegetales.
7. La clavazón y otros elementos metálicos.
8. Evolución de las embarcaciones. La época artesanal.
9. La coca.
10. La carabela.
11. La carraca.
12. La familia de las galeras.
13. El galeón.
14. Las embarcaciones menores.
15. La construcción científica.
16. El bergantín.
17. La corbeta.
18. La goleta.
19. Los grandes veleros.
20. Las embarcaciones menores.
LA CONSTRUCCION NAVAL LAS EMBARCACIONES

"Por la sin olvidar sus funciones militares carga y mientras que por la
se socorren las de defensa de costas frente a incursiones otra es procura la flotación al y
lo que sobra en una objeto de este el exponer en forma quien en mayor medida junto a los elemen­
delto falta. Y lo gue
básica los elementos fundamentales de que consta la tos de en la calidad del rlp':nl·~'7~ 89
unas partes se llev,l
necesidad. Estas y otras cosas rnuy u.aL"Yu, los materiales que se por el agua estabiLdad y maniobrabili-
5as a la vi.da de los hombres por la nC'UMcor"r.n construcción, y la evolución que De sus características de peso
tenemos .. ,» distintos elementos por ~ClJ:;¡aUlJ unidas a las del elemento propulsor,
Pedro de i\!cdína. l\!'U/NUFtlI/I barco-- para dp·""f',nrl,'r'ln pues la L"'J"'.'''a.~, de carga de la embar­

1552. (Jue se les cación y sus características


el caso de navíos de guerra, su de
embarcar artillería y sus características en acciones
1. Las de la embarcación misiones de pf()tecclon
El barco representa en la <pe nos ocupa no Ya con mucha anterioridad a este ha que~
sólo el método necesario para salvar los océanos Antes de entrar a describir la dado definida la estructura del casco, afectando la
que separan !\mérica de Europa de Asia sino tam· las embarcaciones desde la evolución a su forma y dimensiones más
bién el instrumento de comunicación más idóneo brimiento hasta el final del pase­ que las partes que lo conforman: el casco constará
en muchos otros casos, dentro de unos continentes mos a dar un breve resumen de los elementos que de una estructura que le la y
de climensiones y en ocasiones sin vías componen un navío y que, en su concepto, se forma de un a modo de forro que
terrestres de comunicación entre las mantienen inalterables a lo de dicha evolu­ recubre aquélla y que le proporciona al casco su
Será por ello instrumento ción. acabado exterior y su necesaria al
~ ~ en el casco del agua. Así mismo y para las embarcaciones de
es el elemento destinado por una parte a a mayor el interior del casco
LA CONSTRUCCION NAVAL. LAS EMBARCACIONES

de las inclemencias del El para el correcto es menester de muchas cosas, remos, an­
nes debidas cubierta ser extendido a una caras, cuerdas, maromas, fJV''''~H''.>, tornos,
que cierra su parte cierta altura por encima del casco y formando puntas, de los torres, bateles,
dimensiones de la embarcación lo el viento un cierto que resulta función de la enrenas, maderos.,,).
logrará un aprovechamiento de su dirección de del rumbo buscado pa ra
interior por medio de otras cubiertas, colocadas por embarcación del propio tipo de velamen. Esta
debajo de la de cierre y paralelas a ella. misión de exponer el velamen al viento se realiza 2. La evolución del casco
La estmctura citada tendrá como elementos fun­ por medio de un conjunto de elementos (la arbola­
damentales a la de gran que en general verticales los unos Como se verá al tratar de los distintos
recorre todo casco por su parte inferior y horizontales los otros de embarcaciones empleadas a lo del
curva en dos extremos en los que transmiten la del período nos encontramos al final de la
y y viento al casco haciéndolo avanzar en la dirección Edad Media con una situación altamente
costiUas que punto de la deseada. Los mástiles se afirman en su función de las encomen­
la sección transversal mientras que además de estarlo por ir en casco, dadas a cada embarcación.
las cubiertas irán apoyadas en unas transver­ mediante un de cabos conocidos como la En el y por el momento
sales que cierran sobre las partes verticales de cada «Jarcia mientras que las vergas se mantienen las embarcaciones menores, el desarrollo de las
cuaderna Es evidente asimismo la exis· en la orientación deseada por otro de marinas ha llevado a crear dos grupos de
90 tencia de otros muchos elementos no cabos conocidos como de labor», embarcaciones: por una parte la familia de las
tratándolos a los fines de esta que sirve asimismo para el resto de funciones de casco alargado cuya relación longirudl
para mantener en el velamen anchura ronda los 7:1 y propulsión básicamente a
v~", ~".~~ elemento definitorio embarca­ adecuado a cada momento. remo, aun cuando armen uno o dos mástiles como
clón será su a Finalmente por señalar que para que un de propulsión, y que se emplean
remo mixta de ambas. Al no ser la a mar, aparte de fundamentalmente para la guerra; bien
remo la propia de las travesías oceánicas nos las de víveres yagua, necesario que estados volcados a un comercio de alta relación
dedicaremos básicamente aquí la propulsión a de un enorme número de elementos como la ar­
aun cuando sí se hace necesario el anotar que que las funciones de man barcos similares con finalidades de tráfico
profusamente embarcaciones menores amarre, y seguridad en la mercantil. Por otra parte, y sobre todo en las zonas
mixta para el tráfico comercial molinetes y cabestrantes, consideradas más «seguras» por su distancia a las
tanto en el mar Caribe como en la liares y zonas de influencia «enemigas» olvidemos que
y aun el que embarca­ de a bordo, ete., como de los repuestos el :vlediterráneo es en la un auténtico campo
fJUJ"""Jd,' exclusivamente a remo a los elementos que quedar de batalla naval entre el Islam y la
escuadras y armadas inutilizados durante la de los materia- estados cristianos entre
de Barlovento y de la l'vlar del elementos y herramientas para hacer y existen otras
de Indias y frente las que requenrse. cuyo casco, en busca de la
Santo Domingo), realizarse algunas Dice al respecto el anónimo autor de los Veintiún carga y dadas las limitaciones
travesías atlánticas por flotillas de galeras. Libros de los ln,genios: «Para poner un vasillo en talle por el modo constructivo de
LA CONSTRUCClON NAVAL: LAS EMBAR CACIONES

llamado tipo «redondo»; con relaciones longitud/an­ distancias a recorrer, como en lo que toca a su
chura del orden de 3:1 y propulsión a vela, donde maniobrabiJidad y estabilidad , por las más duras
toda consideración a las características marineras condiciones en las que habrán de servir. Y al no
del casco se supedita a su capacidad de carga. desearse sacrificios en la capacidad de carga, ello
En el Atlántico, y aun cuando también se en­ conllevará de una parte la mejora en las técnicas de
cuentran ambos tipos de embarcaciones, la altura construcció n naval, para perm itir navíos de mayor
sobre el agua del casco (el bordo) habrá de se r lo ng itud , aumentá ndose progresivamente la rela­
sensiblemente superior para soportar las mares más ción longitud/anchura; y ob ligará de otra parte a
gruesas. Ex istiendo además grand es embarcaciones cuidar mucho más la hidrodinámica del casco,
de guerra con casco redo ndo y propulsión a vela llegándose a formas longitudinales cada vez más
que, por resolverse habitualmente la contienda depuradas (para may or veloc idad) y a formas trans­
entre navíos po r el abordaje y posteri or lucha versa les y repartos de pesos más adecuados para
similar a la terres tre, irán dotadas de grandes log rar una mayo r estabilidad.
C ARRAC¡\. GR ABADO DF. BRl.¡¡':GEL. SIGLO XV II. ,\ IUSEO

estructuras superpuestas al casco y que recuerdan a NJIVAL .\I I\DRID

Es ta últi ma se verá también fa vorecida por la


las fortalezas medievales, y que permiten domin ar prog resiva eliminación de las altas estructuras exis­
al enemigo por el fue go rea lizado desde una altura tentes sobre el casco, que no son sino impedimen­
que se bu sca superior. Asim ismo, y dada la frecuen­ tos cara a un mej or aprovechamiento del viento y
te implicación en combates de las grandes naves Junto a todas estas embarcaciones, que normal ­ que por o tra parte van perd iendo su utilidad para la 91
mercantes, muchas de ellas adop tarán para sus mente no se alejan de tierra sino unas decenas de pelea en el mar; al resol verse las contiendas ahora
cascos es te último tipo de diseño. millas, se ha desarrollado un tipo específico de
embarcación para la pesca y el v iaje de altura - la
carabela - cuyo casco au n siendo del tipo «redon­ GA I.EOTA r\RUHVO GF.N I' Rf\J. [)l.: SJ.\J,\NC /\S. ,\ 1. P. Y O
XXV Il -28
GA LEOTA. ARCHIVO GENERAL DL SI ,\l t\NC.\ $ . .\ 1. P Y D. do» buscará unas mucho mejores cualidades mari­
XX\' 11-29 neras y cuya propulsión simultaneará la vela con el " \'¡i;; lI úolI d,/", !1,,1rr ,1,.
, ', {.. r..~ ~. j ~ t , rft, ' :" ,\:\, f!l/tl
remo; su calado (profundidad de la parte más baja ::1·' •. "l. "1.1 '! , .. ..... : ,¡./ J~ . .., • /, ,. . .
de su casco) será pequeño en comparación con su "
I I ( 1(.

tamaño, para poder navegar entre los bajos de la


costa, y el di seño conjunto de casco y velamen,
como luego veremos, las señalará como las adecua­
das para abrir las ru tas de los grandes descubri­
mientos. ,l ,...... /,.: " " . ......"
Marcado este punto de partida, señalemos que la
evolución que seguirán los cascos al abrirse las
grandes rutas de navegación debe ir evidentemente
hacia la mejora de sus cualidades marineras; tanto
en lo que respecta a la velocidad, po r las grandes
LA CONSTRUCCION NAVAL LAS EMBARCACIONES
- - - - - - - _....._ - - - - - ­

por de artillería en mucha menor La gran de la vela cuadra es que no Arte de la a de


Hecho este último -la la 'Jf>'¡Y<l,"t>n con vientos del sector com­
del que tam­ a la el
el abandono del casco «redondo», que la embarcación y su parte delantera o proa
tenía la ventaja sobre otros más esbeltos de ser más ciones de por lo que navegar buscan­ realizándose cada vez más
adecuado que ellos frente a esta acción do los vientos favorables del sector de popa; siendo neas que
tanto por la mayor resistencia inherente a su forma ésta la causa de la elección de distintos trayectos y unido
como por la mayor dificultad de hacer presa estaciones para realizar los aumento en el porte de las embarca­
sobre él. ro entre los diversos países europeos de la vertiente esto último por los avances en
finalmente que el típico timón me- atlántica entre éstos y el continente ame­ el arte de la construcción acabará
a base de uno o dos remos de ricano. do una cada vez mayor influencia de la vela
paso al timón único a la vela de forma atlántica, el Mediterráneo otra vez de
notablemente el del mástil por una verga o antena embarcaciones con cuadras como lo fue
inclinada, su en se por el durante el romano.
Mediterráneo hacia los siglos VIlHX, traída por los No obstante y como ahora veremos, esto se
navegantes islámicos. Su gran radica en que en un momento en que ya se utilizan
la con vientos del sector delan­ embarcaciones con varias frente a las
3. Evolución del velanum
tero de la embarcación, aun cuando es evidente (lue vas que armaban una sola; por lo que la vela latina
ello sólo será hasta un cierto del viento con no ni aun en las embarcaciones mayo­
También la vela llegado en los XII-XIII del cual tampoco es posible res decUcadas al su
a un grado avanzado de evolución: de una que varía enormemente mutuainf1uencia,
tenemos la vela cuadra o «redonda» y de otra parte de n¡arse para la extensa esta combinación de también al A t1án­
que nos ocupa en un margen entre los 45 tico.
de forma los 70 por cada lado de la proa. Por lo el momento de indicar que de las
mente presenta al un anteriormente sobre la vela cuadra y la embarcaciones que armaban una gran
mlsmo siendo la más adecuada y segura para vela latina resulta evidente que esta última será vela única sobre un solo mástil se ha ido evolucio­
con mar gruesa vientos de la parte también muy en con viento nando a embarcaciones con dos o más mástiles. Los
de la embarcación a la dirección de la embarcación motivos son varios: de una parte, al aumentar la
es la vela que mayores '--1',.'''1\,)11 por longitud de los cascos posible aumentar el
de construcción naval de la El uso de la vela latina se hace número de para exponer al viento mayor
mayores velocidades a los navíos. Y dadas las respecto a la cuadrada en el i\fediterráneo de Jos velamen. De otra parte, la vela es no sólo el
distancias propias de las VlII-XJlI, por ser el velamen ideal para elemento de sino que con la actual
oceánlcls la frecuencia durante ellas de mares embarcaciones de no mucho porte y dedicadas a del casco debe al timón en
gruesas, la vela cuadra será la empleada en los de relativamente corto recorrido y n"",,''''1'' V maniobra de embarcación: cambiando
océanos de forma exclusiva por contorno sinuoso: la en que, como se la superficie de velamen expuesto a proa o popa se
europeos. indica en el de esta dedicado al a la embarcación.
LA CONSTRUCCION NAVAL: LAS EMBARCACIONES

y así llega el constructor a la oportunidad de podrían hacer peligrar la embarcac ión si se mantu­ instala molinetes y cabestrantes en cubierta para el
armar velas cuadras sobre los mástiles centrales y de v iese todo el velamen al v iento, resulta posible manejo de los cabos, etc.
proa, para mejorar la propulsió n, mientras que en di sminuir la superficie de aquél. Maniobra que se
el (o los) de popa armará velas latinas; que mejoran complementa, al contar con diversas velas de
la maniobrabilidad de la embarcación y sus caracte­ diferentes tamaños, desplegando sólo las adecuadas J. Los materiales. La madera y su protección
rísticas de navegación con vientos de costado. a cada situación.
Permitiendo también el soportar mares del sector Además de las velas cuadras y latinas irán apare­ El material básico para la construcción de casco y
de proa de no excesiva dureza . ciendo durante el período contemplado una serie de arboladura será, hasta finales del siglo XIX, la
Ya hemos pues señalado que la principal evolu­ diferentes tipos de vela que comparten con la latina madera; demostrando los constructores navales la
ción de la vela resulta en la posibilidad de elegir su característica de recibir el viento indi stintamente mayor preocupación por se leccio nar la madera
diversas combinaciones de velas cuadras y latinas, por una u otra de sus cara s, siendo especialmente adecuada a cada parte de la embarcación, atendien­
en función del servicio deseado para la embarca­ indicadas para las navegaciones de través y de do tanto a su resistencia al esfuerzo y a la agresión
ción; predominando la cuadra sob re la latina para bolina. Sobre alguna~ de ellas, las velas áuricas y las del medio como a la facilidad en su trabajo. Y para
los grandes navíos destinados a largas travesías y de es tay, volveremos al tratar¡ de los diferentes tipos ello tendrán en cuenta no sólo la cla se de árbol a
viceversa, la latina sobre la cuadra, en las pequeñas de embarcaciones; sobre otraS muchas (velas tarqui­ emplear, sino también su edad, ' la parte a ser
embarcaciones dedicadas a trayectos más cortos y nas y al tercio, velas de guadaña, etc.) la extensión utilizada (zo nas superior o inferior del tronco,
sinuosos y obligadas a frecuentes navegaciones con de esta exposición nos impide añadir nada. raíces o ramas), la época de corta del árbol, el
vientos «contrarios» (del sector de proa). curado de la madera, la forma de labrarla, etc. 93
Pues bien, la otra g ran revolución de la propul­ Como muestra rápida baslen las sig uientes reco­
sión a vela pasa por la sustitució n de la s grandes mendaciones, de entre las que se encuentran en los
velas cuadras, de las que en principio se armaba una 4. Evolución de arboladura y jarcia Veintiún Libros:
por cada mástil, por el empleo en cada mástil de «Siempre se deven cortar los árboles en la luna
varias velas cuadras de menor superficie. El moti va Dada su función de exposición al viento del de Henero, porque entonces es el menguante de la
llue a ello lleva es doble: de una parte el lograr velamen, la evolución de la arboladura será la luna mas enjuto, que en ning un otro mes de todo el
g randes velas de forma eficiente es dificultosa con complementaria de la ya señalada para la vela: los año ... y los arboles que no dejan la hoja en el mes
los materiales y técnicas disponibles; de otra, y másti les aumentan su número y su altura, multipli­ de Henero se de ven cortar en ese creciente desse
fundamental, se va convirtiendo en irrealizable el cándose las vergas y antenas. Paralelamente, la mes ... »
manejo por la tripulación de unas velas cuya jarcia firm e deberá incremen tarse y reforza rse, para «... mas dizen que si se cortan a la redonda o yrlos
superficie va creciendo de una forma des mesurada, asegurar esta mayor arboladura. picando en aquella sazon y que estos tales maderos
al crecer el tamaño de las embarcaciones y la altura La jarcia de labor deberá facilitar el manejo de seran muy mas durables aunque no se corten del
de sus mástiles . tan abultado velamen, así como procurar aumentar todo ni menos se hechen en tierra para que se
E n la misma línea de evolución se desarrolla la el número de tareas que se puedan realizar desde la sequen... »
técnica de dotar a las velas de «rizos» : filas horizon­ cubierta de la embarcación, sin necesidad de que la «... agora sea n las maderas (se refiere aquí a los
tales de cabos que se incluyen en las velas y que tripulación trepe a la arboladura: para ello multipli­ árboles ya cortados y puestos a curar) dentro del
permiten recoger y atar la porción de ve la situada ca el número de cabos que la componen, introdu­ agua o dentro de la tierra ó dentro del lodo o
por debajo; con lo que, ante vientos fuertes que cen múltiples juegos de poleas y cabos (a parejos), emboñ igadas ó emplastadas o embe tunadas por
LA CONSTRUCCION NA LAS El'vfBARCACIONES

encima o conservadas en los o las selvas que 5C\'0 q' a cíen libras de pez pon cinco y con
todos tlue desra materia conforman esta mistura empegunar cosa, y
en uno no de ven tocar para averlas de labrar resultaba en Europa, resiste al mLly maravillosamente,))
que a lo meses ... » y el .eI embetunar la es so la
() lo tlue indica rán para las y (¡Lle las no la
palo y diez libras de ciento de
abeto en la arboladura. mas barato, de hundir
constantísima de arbolar de hallaron tan buenos mixtion emberunM la nave: el muy mas
resistencia y de la dice una carta fechada en defiende mu\' la madera c1ue la pez sola
yféxICO en utllizándose los en modo que no cntrc la cuera en la el
de de la desembocadura muv, burasso \'' liso)" fuerte
de de la dura mas, porque sol no le ablanda un
secreto nuevo conservar las naves.»
Otra solución fue el recubrir la embetu­
esternenares, el agua, así como el naJa con una capa de normalmente de
menores; siendo el de atacando ia broma a esta última
color (lue llaman Señalemos ahora
94 del mente el forro de su Como soluCJón
expuestos a la acción al forrado

en las aguas cálidas.


la parte en busca de
la acción de la broma y disminuir la es indudable que ya se intuían [os
otros moluscos y de las que deterioran el beneficiosos una tal
dificultan su deslJzamiento por el agua, los citados al
su peres truCtu ras; v otras los llamados
para la arboladura ... nave
aceHe de UG)\..dUU y
el azufre o el
mlnlo.
En los Vúntiún LibroJ mdican también diver­
."j;'U~"H'~.' al respecto: haviá durado sin gastarse tocio
pez de la y cíen libras de La nave manera por la de afuera era
veynte de O alcrevíte y funde hecha de tablas dobladas las sobre las otras y
susti­ de fundidos pon dentro un poco de con pez y v la
LA CONSTRUCCfON NAVAL LAS EMBARCACfONES

haviá cubierto de un lien<;:o y empegu ntado encima "

y des pues estava cubierta de plancha s de plomo ... »


1. 11'101 ' 1
... J
E n esta misma línea, aun cuando sea ya mediado \

el siglo XVlil, se adoptará e n Ing laterra una protec­ " ,


ción similar por med io de plancha s de cobre.

6. LAs fibras vegetales

El material básico de velame n y cabos será el


obtenido de diversas fibras vegetales: en E uropa el
tej ido para las velas sc o btendrá del lino, desechada
la lana por su baja resistencia a la deformación;
mie ntras que los cabos para la jarcia y la estopa para
el calafateado del casco se obtendrán de las fibra s
del cáJ'iamo. Impregnándose los cabos una vez
fabr icados con una mezcla de alquitrán y brea, para
su conservación . 95
La fabricación de cabos resu ltó un problema en
A mérica pues al parecer só lo la jarcia de Chile,
manufacturada también a partir del cáñamo, tenía
una calidad su ficiente como para em plearla en los
nav íos de mayor porte; siendo necesario para este
tipo de construcciones el realizar frecue ntes e nvíos
desde la península ibérica. Sin embargo se desarro­
llaron en América diversas soluciones alte rnativas,
cu yas inferioreS calidades no impedían el que esta C, \IlRI .'S 01-:.. \ HBOI. ,\ lt P,\ 1.0S OIU./O .\ ' IR/O n/:,I/O\"!"I{ · Ir/l '() (."0 .\ ' l . I Ul\'(, ICI K IUO.\' () I.\' ITl/o.\/1 101;100 1 , . I
IRU /IILC /lI< ·1 ,\ '. JI '. 11 . .\lOIJ I ': 1(.\' l . ~ I " RQI TS DI : 1.,\ V ICiOR l r\ . :- L\l\iUSCR IT( l, 17 1')-56, :- ll ISl:O ;-': ,\\' ,\1 .. .\I :\ DRIl)
jarcia pudiese emplearse en las embarcac iones me­
nores: las jarcias de Campeche y Yucatán, elabora­
das a partir del heneguén, y las de Gua yaquil, a base
de cabuya. teadas todas las costuras de es topa de coco, que es Utilizá ndose aquí, para las partes por encima del
Donde sí se lograron so luciones aun superiores a de mejor calidad, que la de cañamo, porque se con­ agua, la estopa de cáñamo procedente de cabos ya
las europeas fue en la estopa para el calafateado; se rva incorruptible, mientras la baña el agua, y inserv ib les .
dice AIsedo y Herrera en su ya citado Compendio no se afloxa, sin o la desecan el sol, y el ayre, se le Co n respecto al ve lame n los datos so n en general
Húl órico: dan las capas de a lquitrán, y brea de la de los escasos y poco explícitos, lo que permite afirmar
«Acabada la fabrica en rosca, aforrada, y calafa­ Puertos de Goatemala ... » que ello no representaba un problema en América.
LA CONSTRUCCION NAVAL LAS EMBARCACIONES

disposición el hierro y e! acero, e! latón y el bronce; Europa y muy particularmente en España, la Amé­
dominando aceptables técnicas de fundición (la de rica de este período es pobre en yaci mientos
grandes masas de hierro se retrasa algo, consiguién­ explotables de hierro. Por lo que la clavazón y otros
dose un nivel aceptable en el siglo XVIll), forjado y elementos de hierro necesarios para la construcción
mecanizado. También conoce el poder agresivo de! naval americana deberán sede suministrados desde
agua de mar sobre el hierro, estando en posesión de España; o cuando menos se enviará el hierro en
algunas técnicas de conservación mediante grasas lingotes, para su posterior transformación.
animales y minerales.
Utilizará por tanto el hierro en elemen tos que
requieren una gra n resistencia mecánica o al desgas­ 8. Evolución de las embarcaciones.
te (cadenas, piezas de fijación de la arboladura, La época artesanal
trinquetes de los cabestrantes, anclas ... ), así como
en aquellos otros que, por los grandes volúmenes En la primera parte de la época que nos ocupa la
empleados, no resultan propios para ser fabricados construcción naval se encuentra aún en un estadio
en bronce: fundamentalmente la clavazón, nombre que se ha dado en llamar «artesanal» o «empírico»;
bajo el que se agrupan los múltiples elementos de caracterizado por no seguir el diseño otras reglas
unión entre piezas de madera (cla vos, pernos, etc.). que la costumbre y la particular experiencia de cada
96 Los latones y bronces, por sus propiedades de maestro. Y ello no sólo para las pequeñas embarca­
resistencia a la corrosión y por su elevado costo, ciones encargadas por particulares, sino que lo
quedan relegados inicialmente a pequeños elemen­ mismo reza para las grandes embarcaciones de las
tos y a motivos ornamentales; y muy en particular a armadas reales.
los instrumentos de navegación (astrolabios, cajas Dicha situación, que a muchos preocupa como
de compás, correderas, etc.). Y sólo a partir del veremos en apartados posteriores, no comenzará a
siglo X1X, con la mejora de las técnicas mineras y resolverse en la práctica sino ya bien entrado el
NAvro. GRA BADO . MUSEO NAVAL MADRID metalúrgicas y ante los modos de producción en sig lo XV lI; cuando primero holandeses e ingleses,
mayores series, será posible una cierta sustitución seguidos pronto por franceses y españoles, comien­
de! hierro por el bronce. zan a introducir en los navíos criterios de normali­
Proceso particular y totalmente inverso será e! de zación y racionalización, así como el uso de cálculos
Sí consta por ejemplo que la tela manufacturada en la artillería, que desde la aparición del cañón de una de diseño altamente avanzados para la época. Con
el Perú, a base de algodón, era de calidad compara­ sola pieza fundida se construirá en bronce; y sólo a ello se abrirá la época de la construcción naval que
ble a la europea. partir de mediados del XV]]] se construirá en se ha dado en llamar «científica», y que se expone
fundición de hierro. Pero en este caso los motivos aquÍ en un apartado posterior.
del cambio nada tienen que ver con la resistencia al Pasando ahora a resumir las características funda­
7. La clavazón y otros elementos metálicos medio marino, sino que residen en el muy inferior mentales de este primer período «artesana!», y
peso de las piezas de artillería en hierro. como ya hemos indicado, observamos en primer
El constructor naval de la época tiene a su Pues bien, al contrario de lo que sucede en Jugar una práctica inexistencia de reglas fijas para el
LA CONSTRUCCION NAVAL: LAS EMBARCACIONES

diseño de las embarcaciones. Cada constructor la familia de las galeras, y un amplio )' heterogé neo
seguirá su propia ex periencia, tanto en lo que se grupo que llamaremos de las embarcaciones «me­
refie re a proporcio nes entre las dimensio nes de nores».
casco y de arboladura como en lo que toca a las
1i neas de ag ua o al reparto de pesos.
La co nstrucció n se realiza prácticame nte sin
9. La coca
planos de detalle o plantillas, así como sin cálculos
previos de arqueo, estabilidad o maniobrabilidad.
La prácticamente sola definición necesaria para Es la coca el g ran barco at lántico del medioevo,
comenzar u na co nstrucción llega a poco más que el derivando probableme nte de las embarcaciones
volumen de carga (a rqueo) deseado y a la lo ng itud nórdicas de ma yo r po rte. Su casco tiene en origen
(eslora) pretenelida; a lo que se añaden las relacio nes ambos extremos afil ados y dotados de superestruc­
tradicio nales entre la anchura del casco (manga), su turas ai'iadidas a aqué l, sie nd o bélica la finalidad de
altura (puntal) y su es lora . Otros aspectos se ellas; de hecho, se llamará castillo de proa a la
decidirán según avanza la construcción. superestructura delantera)' alcázar o castillo de
No obstan te lo anterior, no debe caerse en el popa a la trasera.
error de creer que en dicho período no se obtuvie­ E l timón será de remo lateral has ta el siglo ~ Ill, a
ron construccio nes realme nte magníficas; pero lo partir del cual será progresivamente sustituido por 97
cierto es que ello dependía de la particular pericia el tim(')O central suspendido de la po pa, qu e adopta­
de cada constructor, y en ocasiones aun de su rá a partir de entonces fo rmas cada vez más
fortuna. Por tod o ello no res ultaba infrecuente, una cu adrada s. Hasta finale s de dicho sig lo, la coca
vez acabada la co nstrucció n, el que el arqueo armará un solo mástil situado en el ce ntro de la
difiriese notablemente del previsto; o el que el embarcació n, estando en ge neral co nstruido de una
velamen resultase inadecu ado j' hubiese que acudir pieza y ye ndo provisto de una sola vela cuadra de
a su inmediata sustitución. g ran ta maño.
Por lo anteriormente inelicado resulta evidente E n es te período alcanzan las mayo res cocas las BERG:\NTIN. G R.AB¡\ DO. M USEO N¡"',\L. ,\It\DRlD

que toda clasificació n de las embarcaciones de este 200 to neladas de arqueo; con elimensio nes del casco
período debe emprende rse co n una cierta amplitud de hasta 30 metros de longitud, entre los 6 y los
de criterios; conviviendo dentro de una misma 7 m de ancho, y hasta 3 m de calado .
categoría embarcaciones eno rmemente dispares en­ E n el sig lo XIV encontramos ya coca s navegand o su parte superio r de unas a modo de cestas (las
tre sí en cuanto a su arqu eo, aparejo, etc. Así, y en el M editerráneo, habiendo evo lucio nado este cofas), que aun siendo su o rigen g uerrero, para
dadas las limitaciones de es ta expos ició n, procurare­ tipo de embarcació n a ejemplares de mayo r tamaño proporcionar a los soldados embarcados una supe­
mos ceñirnos a una ex plicación somera de los que se provistos de dos o tres má stiles, y aun cuatro en rior altura sobre el pos ible barco enemigo, comien­
co nsideran los tipos más represe ntativos de la baja caSos aislados. Las velas son normalmente cuadras zan a utilizarse para manejar desde ellas una segun­
Edad Media y el posterior periodo colo nial español; en los más tiles delanteros y latinas en el trasero, da vela cuadra que se larga por encima de la ya
y que serán la coca, la carabela, la carraca, el galeón, estand o p rov is ta s de rizos. Los mástiles se dotan en c.'Cistente en el más til ce ntral.
LA CONSTRUCCION N./lVAL LAS EMBARCACIONES

La ha mejorado
aun de bolina. Y unido a que aun el en el
de arboladura
y ser hace cnorme­ los combates y
los cabos que su)eL'ln los mástiles en sentido mente dúctiles a Las dado que aun como naves mercantes deberán
lateral unos cabos transversales que dan mayores situado tocal­ defenderse dc los frecuentes ataques de corsarios y
a esta parte la jarcia firme su aspecto (y mente a proa, con vela la piratas, las estructuras de popa tienden
de escala. elevarse aún que en
fabricándose cocas hasta del El velamen también respecto al de
sobre todo en el Mediterráneo y en los estas armándose normalmente tres mástiles
mares interiores del norte de das carabelas «redondas) velas los másti­ de los gue el delantero y el
entonces tales embarcaciones para el transpone, les mE'""r", características l' el trasero velas
casco modifica haCIa disminución del castillo de las número habitual de velas de una
de proa y hacia mayores carga, mayores irá dotado de latina por mástil de dos )' aun tres velas cuadras
a naves de 1.000 toneladas de arqueo. un castillo a proa y un alcázar a popa, ambos por cada mástd arma este de velas.
estructura del casco. Los El a la horizontal que
alcanzan y aun superan las 150 toneladas de ar(]ueo.
Este fue el barco europeo capaz de
10. La carabela pnlnrFf1f1c'r con largas por el
98 siendo tales sus características que sobre- La
Su es encontrándose por primera VIVlra hasta mediados del XVII, a pesar de la das (mesas
vez naves con denominación la costa portu­ como la carra­ y tcnsan los
en la Andalucía occidentaL Dichas naves lateraL También
básicamente para la pesca y para el que afirman los
tráfico ~V >L~LV.
•• Las carracas armadas
A xv tienen los navegantes la a rtilleTÍa sobre las
11. La carraca
de estas unas embarcaciones de líneas de descender centro de
agua admirables para la las mayores ~U¡J'C.iJá estabilidad de la
san 30 y aun las 40 toneladas de arqueo, con di La carraca, o «nao» para y portugueses, en los laterales del casco unas aberturas
mensiones del casco de hasta 25 m de 8m será gran barco mercante desde medjado el si­ de (las cuyo
de anchura y \..<H""'''.j~, glo xv; muchas de ellas como embar­ inundaciones en mares
de los 2 Esto último les caCIones Por alto de su casco, sobre todo en la parte
los arenosos, utilizar Su casco deriva del la coca con popa ya trasera, y por el tipo de velamen que estas
rales y aun ser varadas para pero la ahora más cons­ embarcaciones serán adecuadas para las
por la 1...0,".... Wl trucción naval que las altas estructuras de con vientos que se busca­
construcción. ambos extremos del casco se con no rán del sector de popa; ya que además su gran
En tales cascos arman dos o tres sobresaliendo por los como ocurría en de carga las hace útiles
con velas lo que les cocas, con el de arrancadas para el transporte habitualmente a las 500
U1 CONSTRUCCION NAVAL. LAS EMBARCACIONES

Ó 600 toneladas de con del viento en la 13. El galeón


a los 35 m, por 6 Ó hizo en las
Ó 5 m uso sólo El en la historia
Su técnica y de la un nivel dentro de todas
del siendo evidentemente del las características que resultan deseables [as
carracas las na ves en favor
su a la IndIa, menor cualidades
Santa María de Colón. L.as más nombradas entre las embarcaciones navega­
Mantenidas las carracas cuando menos hasta que a mediados Clan la carabela
50 m de
como naves de por unos 5 2,5 m de casco, que lo
guerra; al más potente v manio­ uno o dos urrr~'-Inn en mares duras como para el
brero siendo embarcaciones a mástil más delantero armar un gran número de
en cuenta como transportes, alcanzríndose del cuad ro. El siendo por otra parte notablemente
a las 1.000 toneladas de arqueo, delantera del cas­ al de las contrarias.
con a los 40 Ó al unas buenas condiciones de
metros. bilidad y una gran de a
1Iería. se recurre a un casco ancho en
Embarcaciones mucho porte y utíliza­ Debiéndose a un casco
casi exclusivamente meditemlnea las con una proa no muy llena y
12. La familia de las
cuyos cascos alcanzarán los 70 m una para gozar al mismo
por 15 Ó 16 m de de buenas características en la
Las embarcaciones con básicamente a en la parte delantera de su casco una

remeros, su mayor tam;U10 armar que sirve apoyo

pero sí tuvie­ hasta tres másti les. horizontal que sobresale por la proa y

para determinadas misiones milita­ Embarcaciones de tanto como su ha llevado a muchos


res tales como la de costas, de autores considerar el su casco como una
y erilaces correos. evolución del las menores. cierto o
La razón para ello residía en que sus cascos, lo que como indiscutible el
y de poco calado no
resistir mares gruesas. su ya de por si los cascos
escasa de carga se el a lmace­ en ambos extre­
namiento de los y de los alimentos
necesanos para su con 10 que su suntuarias en
autonomía era debiendo volver a puerto mayores navíos alcanza las 1.000 con
cada pocos días o semanas de dimensiones del de unos 4ü 50 de
LA CONSTRUCCION NAVAL EMBARCACIONES

por unos 8 ó 9 m de anchura alrededor a trescien tas Nfar Océafltl que constitu­
de los 4 m de calado. por de anteriores ordenanzas
Armarán normalmente tres velas afirma ya:
cuadras en el central y en el delantero y vela latina navios de mis
en el trasero; y en los casos en que se monta un 14. Las embarcaciones menores de marineria y
cuarto mástil más a éste llevará también vela que han de
latina. El arma una cuadra sobre Se agrupa este título un gran menester para su resulta muchas vezes,
verga horizontal que de a finales de embarcaciones cuyo porte es' inferior por la mayor parte, no navegar
vela cuadra en un peque­ naves transporte () de guerra citadas adelantandose los unos, y
ño mástil colocado en el tupe del Con todo anteriormente. Dadas por otra parte las característi­ atras, o derrotandose los otros, de que
ello velamen alcanza ya un alto nivel de '-~f''-\.·''H'- indicadas para la construcción muchos inconve­
con ded tcadas a la naval de la las muy diferentes misiones a y mando al mi
diferentes condiCiones de rumbo y de ellas encomendadas correos y
para las diversas etc.; . etc.), resulta inevitable quc sus difie­ 111
que alcanzará también a la jarcia de ran cnormemente de linos otros; por lo que passar, ni trocar la
labor. las limitaciones de esta orden suya... y ambos
Las piezas de en los el citar a la repartan que los navíos anden
1(l() irán cubiertas la principal con el Sin y mencionados ya el conforme el porte que cada
fin hacer descender tanto el centro de las embarcaciones menores de la familia de las uno tuviere.»
como e! centro de! se considera conveniente el Citar Por otra parte, las diferencias hasta la fecha en­
con ello la estabilidad. los nombres de otras embarcaciones de tre las embarcaciones de transporte y las dedicadas
Ya en la mitad del XVI[ las superestruc­ por la de su uso: las zabras la guerra naval no han sido siendo
turas y ornamentación del casco irán las los etc. conunua de naves mercantes cuando
a la que se incrementa el trata de aprestar armadas una forma Pero
busca de unas características de mejor un doble motivo va a conducir ahora a una
miento viento. 1J. La construcción I'"on!"f"ü'fl normalización en lo que toca las naves de guerra,
al sean clasificadas de similares
con casos a El estado de durante la que características la una parte, los
transportes oceánicos forma de
el Mar del Sur en que los a los en estos temas. con barcos armados a los de transpor­
de lo las sucesivas orde­ de ello los intentos de intro- te; lo que a clasificar por al menos
nanzas intentarán limitar la capacidad en un orden va desde los dos tratados las de De otra parte, la debilidad
las 500 toneladas. en proa y en popa de [as naves de guerra introduce
Señalemos finalmente que los llamados el «la línea» como formación de colocándose
tes eran navíos similares pero de menor porte. En barcos cada uno la popa del anterior y
térmmos de las de la Armada de la Mar su artillería por las lo que
LA CONS TRUCCION NAVAL LAS EMBARCACIONES

tam bién llevará a buscar si milares características de les a ser auténticas reproduccio nes a escala, que
navegación y maniobra para naves si milares. Tal permiten una reproducción perfecta a escala real a
como se ha mencionado en términos de las citadas la hora de construir la embarcación; sirviendo
Ordenanzas de la Armada de la Mar Océana. también como modelos de ensayo. También apare­
Nacerá así una primera normalizació n de las cerán poco después auténticos tratados de cálculo y
g randes embarcaciones de armada, que tomarán diseño, destacando el Examen Marítimo, de Jorge
para sí el hasta entonces algo gené rico nombre de Juan (1771 ), y las Reflexiones sobre las lvláquinas y
«navíos» o «baj eles». Se clasi ficarán para ello en seis Maniobras, de Francisco Ciscar (1791).
«ó rdenes» o «clases», siendo los comprendidos en E l casco seguirá en su prog res iva mejora de la
los ó rdenes primero al cuarto los llamados «navíos parte sumergida, en bu sca de unas cada vez mayo­
de línea», por ser los que entraban en comba te res velocidad y manio brabilidad. D e su parte no
ado ptando tal formación; y reservándose los ó rde­ sumerg ida desaparecerán las es tructuras de proa y
nes quinto (fragatas) y sex to a las naves menores de po pa, c¡ue si bien sirvieron como «castillos» en los
reconocimiento y enlace. Los navíos del prim er abordaj es ahora dificultan el aprovechamiento del
o rden superarán en general las 1.000 toneladas de viento y, por la elevación del centro de gravedad, BAI.AN DRA . CRABADO. SIGLO X IX . ~1L' ScO NAVAL.
capacidad (el V¡cto~)', de Nelson, llue se conserva pe rjudican a la estabilidad; idéntico fin tendrán los .\l AD RID

en Ponsmouth, superaba las 3.000 toneladas), y mo ti vos ornamenta les de períodos anterio res. En
armarán por encima de los cie n cañones; no desa pa­ mejora también de la estabilidad es de des tacar el 101
reciendo de los mares sino ante e l acorazado de la desp lazamiento hacia proa de los pesos y de las
segunda mitad del XIX. secciones más anchas del casco, para disminuir los I.,\NCH A CAÑONER ,~. GR Ml,-\ DO. SIGLO XIX ..\ I USEO
Consideramos necesario señalar que, aun cuando g iros de cabeceo y g uiñada . l",.\V ,\L. MADRlD

es ta normalización no afec ta en principio sino a las E l velamen mejorará su co rte y aumentará nota­
nav es de guerra, qu e sie ndo la s necesitadas de ella blemente su superficie e n re lación al tonelaje. Se
es tán además sometidas a una autoridad que puede pres ta asimismo una g ran atención a las cualidades
disponerlo así, ello no obsta para que las naves de navegación «de bolina», sustitu yé ndose desde los
mercantes adopten rápidamente las técnicas c¡ue se com ienzos del XV IJI las velas cuadras del bauprés
van abriendo a la construcción naval en el período por otras velas triangulares (los fo ques), c¡ue se izan
/
c¡u e ahora comien za. JJegán d o~t en su final a nano<; e n los cabos de afirmado de los más tiles en sentido
tan mag níficas y adecuadas al fi n pretendido como lo ngi tudinal; la vela latina del mástil trasero se
las goletas y los c1íperes del XIX. sustituirá ya totalmente a co mienzos del X IX por
E n una necesariame nte bre ve síntesis, seña lemos o tra que só lo se proyecta hacia la parte trasera del
c¡ue las técnicas de diseno mejoran notableme nte en mástil (la vela áurica). El velamen en suma se
este n.u evo período: se introducen los planos de divide y especia liza aún más, multiplicándose la
construcción y las maquetas como pieza fundamen­ jarcia de labor para un mayo r manejo desde la
tal en el di seño, pasa ndo es tas últimas de su antiguo cubierta.
papel como ex-votos o como elementos o rnamenta­ Fina lmente, el resto del armamento se mcre-
EMBARCACIONES

menta y las I,OnO mástiles otras de las


en esra línea la velas de popa v
sus titución rueda los razones de
comienzos del XVlIl. economía en el número lrán a otros
Pasemos ahora a clar una breve descripción elc los ve!ámenes de tipo caras, al contrano de las
tipos de embarcaciones más representativos de esta bergantín-goleta. presentan la misma
por de la tanto en su dos motl\'OS
má..,ima capacidad ele navegar «de bolina» v el
del velamen con la mínima tripulaCIón
17. La corbeta
A.l no ser susceptible la vela áurica de dividirse
Estando tambIén nombre en una velas de menor tam;lllo cada una, como se
16, El nerfJatl!lltl embarcación de vela y remo, hecho con anterioridad
vienen a llamarse «C()rtlet,¡s» durante el siglo xvn I
Habiendo eon anter10rlclad recibido t,11 nombre unas embarcaciones
una de las embarcaClones menores de la familia de dos de menor porte.
X\'111 vienen a llamarse
1112 embarcaciones de dos mixto
vda las nuevas técnicas abiertas a la alcanzarán durante el
co, evidentemente de mayor cuentan por miles de
también veloz y manio­ mente tres o cuatro
aislados se realizaron mucho mayores
no resu Ita dos por la difícu 1­
rad de
siete más-
la áurica en d más trasero; siendo las armadas para unas embarcaciones de ataque, capa­
embarcaciones que comienzan a sustituir las velas ces de gran maniobra y armamen­ es, junto los
cuadras dd por las velas to pero muy efícaz. grandes veleros de la principal em­
llamadas Sus cascos estarán en barcación del Cubnendo en sus diversos
entre de líneas más a su tamaños todo el campo de la marIna mer­
los coloca entre las más cante; desde las embarcaciones ele pesca o
18. La
hasta el gran tráfico oceánico.
mercanti­
con los Son
v aun ello XVlll llevan un extremo más U,-",ULa'UV

aumentarán su capacidad hasta cíón de la armando sobre sus


LA CONSTRUCC/ON NAVAL LAS El\48ARCACIONES

19. Los grandes veleros

La x no una
anteriores sí un
tanto por el enorme ¡ncre­

derivado de la naciente revolución


Lu,a"'ll,'_

íntenso tráfico
continentes americano v australiano.
para
velamen
tanto con vistas a unas

técn lca alcanzada en la construc­


entonces el diseño más adecua-
para cada misión aun para los
viento las diferentes 103
travesías: nacerán así los veloces
de las carreras del té y del
la europea, las barcas
brickbarcas del transporte etc.

20. Las embarcaciones menores

Por las dos caracrerísticas ya mencionadas


tencia de

embarcaciones que durante este


que hemos llamado de la «construcción científica».
Por los motivos ya citados SlOO

reseñar los nombres de


breve muestra lo que se alcanzó en
construcción naval: las instalaciones en tierra
JUAN CARLOS CADIZ
FERNANDO DUQUE DE ESTRADA

1. La ubicación.
2. El transporte de la madera.
3. Las herramientas.
4. El astillero. La
5. El arsenal.
6. Las grandes máquinas.
7. Las instalaciones de carena.
8. Instalaciones de «dar la quilla»,
9. Instalaciones «en scco».
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CONSTRUCCION NAVAL LAS INSTALACIONES EN TIERRA

Se entienden las instalacio­ una permanente los materiales la materia abundante existencia en
nes en tierra para la construcción naval tanto las elementos que en el armamento de mano de obril cualificada. Cuidándose por
dedicadas a la construcción dicha de las sus astilleros de la abundancia y calídadde
otras y autén­ con una rclati­ 107
mantenimiento de las embarcaciones. las
además de las sustitUCIones y la clavazón o los

en forma Un
factor a considerar cuando el astille­
ca, las modificaciones de los o aun para ro se instala
motivadas bien por la necesidad de ciertas almacenar en tierra cuando su uso no necesano sobre la costa
características observadas como inadecuadas en la todos otros de inevitable deterioro caso de astillero y la mar lo que por
(cambios los asientos casco, permanecer a la lan la dualidad construcciones entre la
modificaciones del centro bien por el chas ... , y aun embarcaciones ciudad de y la isla de la en la que
deseo de cubrir funciones diferentes a las inicial­ marcadamente como en ocaSlones se construirán los navlOS de mayor
mente supuestas de arqueo, cambios grandes de instalaciones se conocerán
embarcaciones mercantes a modificaciones como «arsenales». respecta a los resulta
del crítico ciadas rumensio­
La instalación más caraeterística de la construc­
ción naval es evidentemente el l. La ubicación necesarias aquí por
para número de los de armamento
embarcaciones para su botadura al agua. Diversils son las variables a la nimiemo. Asimismo debe cuidarse su instalación en
El Estado su parte, motivado tanto de seleccionar el de puntos que den a las zonas
una m;L''éÍma economía cuanto por asegurarse entre ellas la cubiertas por las diversas armadas y notas lo
LA CONS TR UCCION NA VA L: LAS INSTALACIONES EN TIERRA

nr lí lc.\ lj('1 . \ ~ lill (' )() l~(, glos \


1.'ll1f' /' \)., l' U ll 51 1.\ Ll I/¡lrdiIL15 /1:1 1':1
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108

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,\ ST ILI .I'RlJ ()l '. P,\ IJlS. L\ C\ RR!\C\ (CM) 1/. ). ,\RCHI VO G I:N l ól{ ,\I . DE SI.\I A :--':C\S ,\1. P. Y D . X II ·')}

que produce po r ejemplo en la península ibérica abundante y cualificada. H echo que también se americana a la aparició n en estas costas de diversos
un a ubicació n lejana del arsenal de E l Fe rrol repite para el arsenal de Cartage na, respecto a los as tilleros; siendo mú ltiples los documen tos conse r­
res pecto a los tradicionales astilleros vascos y as tilleros catalanes y vale ncia nos. vados no sólo sobre las ins talacio nes rea lmente
santande rinos, mucho más próx imos que aquél a La dureza de la navegació n desde Europa obliga­ es tableci das, si no aun sobre o tros m uchos que que­
Jos mejores bosques y en zonas con mano de obra rá ya desde los comienzos de la colonización daron en proyecto.
LA CONSTRUCCION NAVAL. LAS INSTALACIONES EN TIERRA

Los astilleros de las costas caribeñas y atlánticas Caribe cuando las crisis económicas en Europa nua la búsqueda de soluciones para extraer tales
habrán de cubrir como mínimo la construcción de hagan más económicas comparativamente a las árboles por vía fluvial; para a continuación hacer el
embarcaciones menores, que no sería seguro ni construcciones americanas; lo cual, unido a la buena transporte desde la costa al astillero por medio de
económico hacer llegar desde Europa . Y esto es lo calidad de la construcción alcanzada por entonces, grandes carros, si la orografía lo permitía, o por
que se hace en un principio, dejándose la construc­ llevará a la construcción en La Habana aun de mar en casos adversos. Por el contrario, cuando la
ción de las embarcaciones de mayor porte a los navíos mayores para servicio en Europa. solución fluvial no resultaba factible, fueron los
astilleros cantábricos y flamencos. carros quienes realizaban el transpo rte desde los
Distinto es el caso de los astilleros de la costa del bosques; lo que obligó a la apertura de nuevas
Pacífico, que por la larga y difícil navegac ión por el 2. El transporte de la madera rutas, como es el caso del cami no de Jalapa a
estrecho de l\fagallanes o por el cabo de Hornos, Veracruz.
deberán desde su creación serv ir a la construcción Para ciertos elementos como los mástiles, cons­ Dice al respecto el autor de los Veintiún Libros de
aun de las embarcaCiones mayores. De donde se truidos con piezas de grandes dimensiones y calida­ los Ingenios:
deriva la temprana importancia de los astilleros de des muy escogidas, solía resultar inevitable el tener « ... tanta s barcas y naves y otros ge neros de vasos
Realejo y seguidamente de los de Guayaquil. que transpo rtar las maderas desde bosques muy ansi en los rios como en la mar son necessarios para
Por el contrario, la construcción sistemática de distantes de los lugares de construcción. Resu ltando llevar y traer mercadurias como el tener noticia de
embarcaciones mayores sólo se producirá en el tal transporte especialmente dificultoso, fue conti­ tantas partes del mundo gue si n estos vassos no

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LA CONSTRUCCION NAVAL LAS INSTALACIONES EN TIERRA

ni tantas armadas de mar que clavazón y se fabrican con J, El arsenal


hazen en diversas partes, si no fuese por la madera técnicas que no son evidentemente de la
que los montes nos VIene, por via construcción aun cuando sí son destacar el arsenal del una instalación debe
almadias nos trahe las maderas por los la ,",prcprr,,,n y eficacia alcanzadas en las fábricas
filástica en su como en acude a carenar
dentro de los barrancos instalaciones de trenzado de cabos en las de construir
barrancos vienen con mucha agua de las lonas. Perfección que hizo que sólo fueran un número unpor­
entonces en comodo para poder hazer en con la de tante de navíos y embarcaciones mcnores, como
las almadias a vezes estan las maderas dos y telares y otras más recientemente alm el caso cuando se decide aprestar una armada.
años cortadas q' no sacar por causa '1' no las fibras sintéticas. Por ello sus instalaciones de dar carena, que se
de tal modo que tener tama el describen más son lo suficientemente
que las llevar afuera ... » atender al a vanos
4, El astillero. La grada navíos. E deben de almacenes
de elementos de repuesto,
J, Las herramientas La instalación habitualmente para la tales como
construcción del casco la etc.
Habiéndose de actuales Desde las
110 los materiales se nivelada
a las una sobre una al frecuentemente
reVista a las en su pasan a los
transformación y laboreo. como donde enviadas
Por lo qL1e respecta la y aparte de la se forra
herramienta de manual que con no es Inmediato.
transformaciones se 'Hfn~'HJa hace aún pocos años Finalizado esto se las asimismo habitual el fabricar en los arsenales
de nbera destaca la se deja deslizar el casco hasta el si los diversos elementos en el armamento
colonial de ello resulta por sistemas de palancas, trin­ de las por lo que también disponen
ciertas instalaciones por bestias de tiro. O aun de las fábricas necesarias: cordelería casas
las sierras de cuando la distancia de la al agua de hacer betún e instalaciones de talle~
y los tornos para madera. es o poca la inclinación del terreno, a cavar res y muelles de arboladura y fundiciones y
por ruedas agua o molinos fosos que el agua has ta el la etc.
o por bestias de tiro cuando lo anterior Con el casco ya en el realizan las Durante el ilustrado arsena­
no resultaba mantendrán su forma aun cuyo Incremento de centros innovación en lo que se
XIX se introduzca el vapor como peso para el rea lizarlas en refiere a la construcción
dando a las llamadas sierras tierra: acabado del casco Hollando diversas
superestructuras, la arbola­ uso se extenderá la marina civil v aun a
El de elementos -fundamentalmente ca~ dura y otras partes del armamento, en caso úl timo muv extendi~
LA CONSTRUCCION NAVAL: LAS INSTALACIONES EN TIERRA

do en los campos de las máquinas de elevación y en

., . ,. ':..­ '-
el de los equipos portátiles de apagar fuegos.
Por lo que se refiere a la construcción de cascos,
surge en los arsenales junto a la grada una Instala­
ción que acaba sustituyéndola, asumiendo sus fun­
ciones de con strucción junto a las de carenado de
navíos de menor porte, que pueden ser arrastrados
sobre ella: se trata del varadero, que aunque descri­
to más adelante entre las otras instalacio nes de
carena, debemos indicar aquí se trata de una g ran
rampa que surge del agua, estando dotada de
aparejos que permiten arrastrar sobre ella los navíos
a carenar, así como botar al agua los en ella
construidos. N o rmalmente estos varaderos Se cons­
truían en obra de cantería, para poder admitir sin
asentamientos apreciables los grandes pesos que
habrían de soportar.
111

6. Las grandes máquinas

Las grandes piezas de la arboladura requerían


para su eficaz instalación sobre los navíos, así co mo
para su sustitución cuando ello resultaba necesario,
de unas grandes máqui nas llamadas grúas de arbo­
lar. Estas eran generalmente del tipo de cabrias de
dos patas, con proyecc ión sobre el ag ua del punto
de suspensión, situado a altura tal que admitía bajo
él las arboladuras de los g randes navíos. Aun
cuando en algunos casos fu eron también construi­
das como torres de cantería, con un armazón de
madera en su parte superior que se proyectaba
sobre el agua.
Con el fin de incli nar a voluntad la s piezas
suspendidas, y así poder calar en su lugar los
I\IUELI.r: PAR ,\ C\RI:'.N ,\R. C\ RT,\G f'.l\ ¡\ DF. IN DI ,\S. A RCHI VO CEN I'.RAJ. D E SIMANC\S ,\ 1. P. Y D. XV -TI grandes mástiles, estas grúas disponían de un
LA CONSTRUCCION NAVAL LAS INSTALACIONES EN TiERRA
-----------------------------------------------------------------------------
de uno de materiales frente a la del medio marino. Por a este existe otro
Realizándose básicamente por la introducción de grupo de instalaciones en las que el navío se extrae
otro para la estopa, en breas o en los totalmente del agua, y manteniéndolo sin escora
extremo. intersticios entre las tablas del forro simultáneamente sobre ambas
se subía o exterior del para finalmente el bandas.
se
Dice Garcia Palacio en su lnstrutdór¡ Natl/iea
La fuerza necesaria para el izado se obtuvo de (iVléxíco, 1 «... carenar es dar carena, recorrer el 8. Instalaciones de «dar la
ruedas de pisar y de norias movidas por bestias de navio de cada y calafarearle, y brearle: y
más tarde el vapor. cuando le reparan de alguna agua, si hazia». Es éste el sistema que instalaciones
En zonas de fondos y Tomé Cano en su Arte de menos costosas, habiéndose empleado desde los
y en menor medida «Calafatear: es estancar las comienzos de la el método de dar la
desarrollan otras de las maderas que no entre la sobre un fondo arenoso, lo que aún
hacer transponer los agua, v por officiales para este L,U'''''J~,,-" para embarcaciones de
necesitados de se trata de los llamados menester, metiendo estopa en los vazios junturas
constituidos en por dos de las tablas con unos yerros maceandolos En esquema, en más sencilla
nes de dimensiones aun superiores a las de los con ma<;os de palo y despues vetunándolos con método consistía en al navío para
112 Dichos se adosaban a brea mesclada con azeyte». llevarlo a fondos de escasa profundidad, donde
introduciéndose su Por extensión del término considerarán tam- quedaba tras apuntalar sus mástiles para
con lo CJue se disminuía bién como de carena de limpieza de afirmarlos por su extremo
movía a bien con eliminación de adherencias y fondeado
velamen. la sustitución de las tablas del forro ya tracción
Derivación de estos primeros elefames fueron deterioradas. se inclinaba
otros constmidos en un solo elemento y cuyo Este conjunto de no podía al descubierto la banda a carenada.
calado Se a VOIUill:ltl ,in más que aumentar salvo en el caso de reparaciones, con el Asimismo y para del
hK:¿'ndDse reposar al navío navío estado de flotación haciéndose la diferencia de nivcles en las aguas
Estos dieron su vez necesario recurrir a unas instalaciones las mareas, tanto para varar y poner
descritos a continua­ división más nítida dos grupos como para a las partes de su casco más
ción entre las instalaCIones de carena. diferenciados: en el de los cuales, que
a
por inscalacíones de «dar la

se provoca una inclinación lateral acentuada


aL'-,U,~'.,v." con
7. Las instalaciones de carerul del casco (lo que en términos náuticos se conoce adecuada al calado del navío), o cuando la diferen­
por guedando una de sus bandas accesi~ cia de marcas existente en el no bastaba para
blc para realizar la carena; una vez finalizada realizar la se recurría a la inclina~
Clones que provoca la inclinación al lado contrarío con lo ción del navío manteniéndolo a ejerciendo la
table de su así como la de sus carenarse la otra banda. tracción mástiles bien desde un peso
LA CONSTRUCCION NAVAL: LAS INSTALACIONES EN TIERRA

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DIQUE SECO . ARSE AL DE C.A RT t\GEN t\. ARCHIVO GENERAL D E SIMANC,\S . ~.1. P. Y D . [V-83
LA CONSTRUCCION N/I INSTALACIONES

bien desde una barcaza: estas rozamiento del casco sobre el así como vertical por
conocidas por eran de gran capacidad r para la accesibilidad de las panes
muy lastradas para vencer resistencia del navío a la el casco se hacía deslizar y reposar sobre construcción de estos
escorar. Mientras duraba la de carenar, el unos maderos transversales llamados realizaba en obra para las
navío y las barcazas se inmovilizaban por medio de U na innovación de los coetánea con dose para la solera
anclas, etc., los operarios desde los de carena que se a continua- o bien construirse esta última por capas
unas almadías o balsas conocidas como «platator­ la de dotarlos de una compuerta (el de madera colocadas y afirmadas sobre
mas de calafate). que se colocaba en la entrada una vez sistema éste muy sobre
introducido el incomunicando el varadero El problema de la
po, aun cuando iba acercando la que puede presentarse cuando el
(muelle de través vacía de agua, resultará uno los de más
pared no es vertical inclinada: los navíos la existiendo multitud de informes de
escoraban y afirmaban a dicha pared, a la de daños por esta causa,
con lo que la banda contraria para ser una parte no se de las mareas para realizar soluciones
carenada. Efecto que se aumentaba al la las operaciones de y de la otra, cuanto para la
bajamar. mayor fuera la diferencia de niveles entre mareas, En cuanto al sistema de inicialmente se
menor era la necesidad de arrastrar los cascos hacia realiza por conjuntos de bombas de bolas o
114 la parte superior del varadero. movidas por animales por molinos de
U n segundo de instalaciones pertenecientes a debido a las buenas características de caudal
9. Instalaciones «en seco»
este gmpo son los llamados de carena» o y altura que y la mínima sección
secos», que pasan a ser el sistema habitual para la excavación donde se sitúan.
sencillas de entre estas instalaciones eran en los arsenales del a los Posteriormente se irán por bombas de
los llamados «varaderos» que, en varaderos para navíos de menor Se movidas por vapor.
consistían en rampas fabricadas en obra en este caso de recintos cerrados salvo por un lado El último de dentro de este
que del agua y sobre las que arrastraba destinado a la entrada que grupo será el
el navío hasta en seco, por medio de aislarse de las por un sistema de compuertas ~umg~ U~
cabrestantes. Después de ello se mante­ están dotados de sistemas de bombeo para, una vez en dos) de sus los
nía al navío sobre el varadero sin esco­ introducido el navío y cerradas las compuertas,
rar, por medio de puntales a las poderlos vaciar del agua en ellos contenida: el de tanques de
para poder realizar la carena por ambas navío penetra en el a la pleamar, cerrándose a lastre y sistemas de bombeo c¡ue pueden actuarse en
el rendímien­ continuación [as compuertas y permitiendo hasta la ambos sentidos, bien para llenar de agua dichos
también con ello el la salida del agua contenida, a través de tanques bien para vaciarlos: con los tanques total­
sobre el casco que se conductos al al llegar la bajamar Clerra n mente llenos la estmctura
apoyarse dichos conductos y el agua restante se evacua al de la plataforma lo suficicn­
exterior por del sistema de temente por la del agua como
finalmente que, para disminuir el sando el navío para se introduzca
LA CONSTRUCCION NAVAL LAS INSTALACIONES EN TIERR A

sobre su parte superior. A partir de ese momento se , I ;r


comienza a extraer ag ua de los tanques y el conjun­
to, con el navío sobre la plataforma, emerge hasta I
quedar el nivel del agua por debajo de la cara -------
superior de aquélla; realizándose las operaciones de
carena en estas condiciones, y volv iendo a su merg ir
el conjunto para permitir la salida del na vío cuando
finalizan dichas operaciones.
Este tipo de instalación, cu yo uso se va generali­
zando en la segunda mitad del siglo xrx, deriva
evidentemente en su concepción de los elefantes (o
«camellos») citados anteriormente.

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115

D1QCE SECO. ARSENr\L DEL FERRClL. ARCHI VO GE?'ER!\L DE S I ~ I ANC I\S. :- 1. r . y D. IX·74
Tecnología constructiva portuaria
IGNACIO GONZALEZ T ASCON
Ingeniero de Caminos, Puertos

L Los materiales de construcción. Instrumentos de medida.


2. La entrada al puerto su señalización. Los faros.
3. Las técnicas de cimentación bajo el mar.
4. La construcción de diques de abrigo.
S. Aterramientos portuarios. y espigones. Sistemas de dragado.
6. El puerto comercial: Muelles. Tinglados. Pantalanes. Aduanas.
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TECNOLOGIA CONSTRUCTIVA PORTUARIA

1. Los materiales de construcción. se necesita conocer sus propiedades resistentes, su de finales del siglo XVI. Fueron atribuidos a un
Instrumentos de medida durabilidad, la facilidad o dificultad de su labra. ingeniero llamado Juanelo Turriano, aunque hoy se
En esta tarea de clasificación toman parte inge­ piensa más bien en un desconocido artífice aragonés,
Un doble dilema desde el punto de vista cons­ nieros militares de sólidos conocimientos académi­ a juzgar por el lenguaje de los libros. 119
tructivo se planteó a los arquitectos, ingenieros y cos, alarifes que han aprendido su oficio en el Entre las maderas recomendadas en ellos para
alarifes al iniciar la enorme tarea de crear asenta­ gremio, clérigos regulares con vocación de cons­ construir, se cita el pino, cuya mejor cualidad es
mientos estables en los nuevos territorios de Ultra­ tructores y en general toda una parte de la pobla­ que las obras «duran muy larguísimo tiempo sin se
mar. ción que por uno u otro motivo levanta obras gastaD>, el vemio u anta no, árbol muy adecuado
Por una parte se enfrentaron al gigantismo públicas para la comunidad. «para hazer estadas dentro del agua o para funda­
territorial que imponía una escala de actuación Todos ellos tienen como punto de partida las mentos de edificios», y el olivo azebuche y el licio
desconocida en el Viejo Continente, todo ello sin construcciones que en América y Filipinas han que tiene las mismas características del roble «mas
una red de comunicaciones terrestres adecuada, lo levantado sus habitantes prehispánicos. Las vivien­ tiene esta ventaja que no se corrompe dentro de la
que hacía extraordinariamente penoso abordar los das palafíticas tanto en México como en Filipinas agua de la maDi.
problemas de transporte de materiales. Por otra son una sugerencia adecuada para establecer qué Del haya y del castaño afirma que «no se gastan
parte, los constructores han de enfrentarse al pro­ árboles son resistentes bajo el nivel de agua y cuáles dentro del agua ni menos se corrompen».
blema de levantar obras con maderas hasta entonces se corrompen, y elaborar así nuevas clasificaciones Otro autor, Brizguz y Bru, en el Libro Tercero
desconocidas en Europa. de maderas para las distintas finalidades. de su ArqNitecttlra Civil) sentencia:
Para construir muelles de atraque, cimentar ba­ Las maderas de España y sus usos estaban bien «La madera mejor para los edificios es la de
luartes en terrenos pantanosos, fabricar cerchas de estudiadas desde la época hispanorromana; un resu­ encina, porque es más dura, resiste más peso que
madera para los tinglados portuarios o construir men de cómo se utilizaban, lo encontramos en Jos las otras, y se conserva más tiempo en buen estado
cimbras para poder construir arcos y bóvedas, es manuscritos españoles conocidos como Los Vein­ sin podrecerse; y también porque se conserva
preciso emplear las maderas adecuadas. Y para ello tiún Libros de los Ingenios y de las Aláquinas) que datan mucho tiempo en el agua, en donde adquiere tanta
TECNOLOGlA CONSTRUCl1VA PORTUARIA

dureza, que casi no se trabajar con la de ríos para facilitar su hrE'tl",rpla madera de
herramienta ordinaria... » La existencia de maderas que no flotan, no presen­ constantísima
Su sobre el castaño es que éste está «más según «Para los resistencia agua, y de la
que la encina a henderse y a en pesados que se ahogan, parece que destinó tiene la circunstancia de una gran
aquella parte que toca la los próvida la naturaleza en los mismos sitios en que se docilidad a la labor de la de la hazuela, y a
cabos o extremos de las así que las bigas de crían gruesos troncos, de palos como el la del y de! barreno».
encina se conservan en buen estado 700 ó 800 años corcho, que les sirviesen de boyas». Este mismo Este mismo autor recomienda para calafatear
quando se toman antes de cortarla todas las precau­ autor, recomienda las maderas «que resisten al juntas «estopa de coco, que es de que
ciones de que hablamos luego». a la y muchas a los cinco la de porque se conserva incorruptible,
Veamos ocurre en los territorios de Ultra­ principales la el mientras la baña el agua, y no se sino la
mar. la polilla y la carcoma», y entre ellos están desecan el sol y el ayre»,
A finales del siglo ] uan de Velasco «e! que es muy dócil, de mucha El mismo de América se encontraron
nos ofrece una relación de los árboles bueno para bombas, pero se halla poco; e! cañafis­ aunque larga tradi­
americanos y usos: tolo, que es excelente para y todos funda­ ción de los nativos en la construcción de viviendas
«Los de la tierra no vistos por acá mentos, en las obras muertas se deshace y abroma; pilOtadas sobre estacas y los que se
son ébano en Cuba y otras partes y Brasil e! que en mucha levantaban para atracar en ellos los champanes
y muchos árboles de madera de colores y '~0r.P"r1,,~ mente bueno para toda obra y con más come:rClale:s, fueron la senda de un rápido
120 ceivos de que se hacen las canoas, guayacan o dad para baos, latas y cinterías, toma con faciJidad uso de las maderas desconocidas en
santo que es de madera y la vuelta que se le dar; el que po­
ble y medicinal para las resiste más que ninguna a las inclemencias del agua totan, bra va, )"~,,a'~)0o.r
bar y sangre de en muchas partes, y del sol, pero tiene el defecto que levanta bres sin significado para convertirse en materiales
de madera muy dura que las ramas es por esto la mejor para y da
de características concretas que elegir su
que llegan hasta el suelo, se tornan buenos».
uso en los fines más adecuados.
bejucos, que son cantones que se suben De todos los ,....~U')!".'N de las maderas ~-'''-'h' El Padre de San
por los árboles grandes en los arca bucos y das, tal vez el más temible es la un molusco
de los cuales se hacen duras y fuertes como de de aguas cálidas que arruina y cajones «La
y sogas.) fondeados. cuando en 1754 se construyen reina de todas las SIfl controversia, es

En la construcción naval, la madera es el material «caxones volantes de madera de en Carta­ el mola ve que, si se hubiera hallado en asamblea de
básico. El único astillero que se ~U"I-',,~~a gena de para intentar cerrar la entrada de los árboles --del Capítulo IX de los le
en la fachada del se establece en navíos por el Canal de y la broma hubieran sin duda ofrecido la corona. Tiene las
quil, por la riqueza de la región en fondeados, es calidades de ser el más duro y más liso
maderas aptas para la construcción de buques. preciso ensayar diversas que se y muy dócil al beneficio de la
Francisco en su de Guaya­ hasta alcanzar el éxito con la «madera de canalete cepillo y y, sobre incorruptible, y
quil, en clave de la elección de la ciu­ tabla de y con «corazón colorada y tablazón más estando en el agua», Añade más adelante:
dad para el arte de aparejar naos: «Es abundantísi­ de sedro». «Es la abundancia de esta y así es
ma esta prov mCla sólo de buenas S1110 Dionisio de Alsedo y Herrera en su bastante para abastecer las así de Manila
TECNOLOClA CONSTRUCTlVA PORTUARlA

es la mejor madera para hacer embarcaciones de


una pIeza».
Todo este difícil cammo de aprendizaje queda
gráficamente expuesto en el Plano de Córdova del
Tucumán, de 1790, que recoge las propiedades y
J.
usos de los árboles propios de la región, y que da
una idea de la precisión entre naturalista e ingenieril
de aquellos hombres ilustrados.
La madera, una vez cortada en la época adecuada,
.1 11 ' . y secada sufre una serie de transformaciones que
dependen de su fmalidad; unas veces se alquitrana­
ba para utilizarla en los pilotes de hinca; otras veces
era preciso emplearla en forma de tablas, bien para
/'. construir andamios o encofrados, y otras se ahueca­
ba para fabricar encañados o bombas de achique
que se usaban en el agotamiento de recintos estaca­
dos o en minería.
Para hacer tablas, la madera se cortaba unas veces 121
con sierras de mano o movidas por animales de
tiro, aunque en aquellos lugares en que existían
corrientes de agua, se instalaban sierras acopladas a
ruedas de agua, una tecnología que encontramos ya
en algunos Tratados Medievales de Construcción,
como los Manuscritos Góticos de Villard de Honne­
court, que datan del siglo XIII.
Así, Requena nos habla de la existencia en
Guayaquil de las «máquinas o molinos de aserrar,
que se pueden formar ya en tierra, movidas con
bestias, o ya en el agua, que sería mucho mejor,
SIERRA HIDRAULlCA D EL ARSENA L D E LA HABA NA . SERVIClO GEOGRAFICO DEL EJ ERCITO. CUIlA, 98
~ r. ' ¡
valiéndose de las cascadas que hay en algunas
partes; pero sobre todo, más bien servidas, atendi­
das y a la mano, estarían en el mismo astillero
como de estas islas; y cuando sólo hubiera bastado También tiene gran aprecio el lauan «que es el aserrando con el flujo y reflujo del mar».
esta madera para toda la fábrica del parián de los que da tablas para la fábrica de galeones, es el roble Un ejemplo de sierra accionada por agua, de gran
chinos de Manila, era muy grande calificación de su de estas islas»; y el guío, que «por duro y correoso, importancia, es la que se construyó en el Arsenal de
abundancia.» tiene el lugar de la encina», añadiendo: «El tangili La Habana y de la que se conserva un plano de
TECNOLOGIA CONSTRUCTIVA PORTUARIA

interés no sólo por su calidad sino también por el escaso en América, y que se usaba preferentemente cerchas, bayveJes y saltarella» y el que emplea
amplio texto explicativo que lleva. Va fechado en en instrumentos como picos, palas, barras o marti­ «quadriculas y robos» que aunqUE es más ingenioso
1757 y lo firma Francisco Calderin; en él se ve que llos en minería y obras públicas, siendo general­ que el primero, «despErdicia mucha piedra y tiene
la fuerza motriz proviene de un salto de agua que mente enviado desde las ferre rías vizcaínas o gui­ más dificultad».
acciona una tradicional rueda vitruviana de paletas. puzcoanas. Entre los textos extranjeros traducidos al caste­
El movimiento de vaivén de la hoja se logra a Pero además de la técnica de arrancamiento y llano, figura el Tratado Elemental de los Cortes de
partir del giro de la rueda por medio de cigüeñales, labra, es preciso conocer con exactitud qué forma
y para refrigerar el punto en clue apoya el eje de la hay que darle a la piedra para que cierre la clave de
rueda o chumacera (quE es donde se produce el un arco, para construir la bóveda de un polvorín o
mayor rozamiento) lleva una canaleta que vierte para levantar una escalera de caracol de un faro de
agua sobre el punto de mayor fricció n. seña les. ilIONTL\ DE !.AS .\ ll;Rt\I.L\S EX PUEST:\S ,\1. OLEA)! ;. C. \DI L
En cuanto a las máqUInas de taladrar madera, E l despiece de todas estas estructura s, conocido .\RO-II\'O C;F~ FR ;\ 1. DI:' SI'L\J'C,\S. :-1. P. y D. :\IX·I - 7

permitían obtener tuberías huecas clue servían para como arte de la montea, fue objeto de innumerables
conducciones y también para fabricar tornillos de tratados, algunos de los cuales inclu yen además los
Arquímedes y bombas, artefactos útiles para poder instrumentos necesarios para medir y replantear las
achicar los recintos estacados y así cimentar en seco obras de un modo adecuado, como cartabones,
las p¡[as de puentes, los muelles de pied ra o las niveles, plomadas y alidadas.
122 murallas situadas cerca del mar. E n los restantes materiales de construcción, no
La montea, o arte de labrar la piedra, cobra encontraron los españoles un contraste tan profun­
en América una importancia y una perfección gran­ do, ya que la piedra era de los mismos tipos que la
de. Las técnicas de arranque en la cantera, exigen que conocían en Europa, siendo su mayor proble­
un conocimIento impo rtante de las líneas de fractu­ ma la escasez de canteras a distancias razonablemen­
ra preferentes y un dominio del modo de provocar te cortas. Necesitaban piedra caliza para fabricar cal
la rotura de los bloques, introduciendo cuñas de y con eUo hormigones; para construir diclues de
madera en las fisuras y despu és empapándolas de escollera vertida, o para rellenar cajones flotantes
agua para que la presión de hinchamiento de la que se fondeaban en el lugar elegido, para construir
madera haga saltar el bloque de pied ra. El tallado muelles de sillería o los muros de los baluartes.
de los bloques tiene unas técnicas comunes a toda la Entre los Tratados de Cantería import,'1ntes, se
obra pública americana, pero también algunas ca­ encuentran el Tratado de todo Género de bóbedas de
racterísticas específicamente portuarias, sobre todo Juan de Torija (1661 ), Los Ventiún Libros de los
, I
en los paramen tos expuestos a la acción del oleaje, Jn,genios y de las Máquinas (siglo XV1) El Libro de
que se suelen labrar en formas adecuadas para evitar Tracas de Cortes de Piedras de Alonso de Vandelvira
que la presión de las olas arranclue los sillares. Esta o el Tratado de Arquitectura CilJi/, Montea y Cantería
trabazón, conseguida por la forma de labrar la y Re/oxes de Vicente Tosca (1794), en el que se
piedra tiene la ventaja sobre las laña s de grapar explican (página 88 y siguientes) los dos modos de
sillares, de no preci sar hierro, un material bastante cortar la piedra, uno «el que se vale de las plantillas, ,. . XIX··ll'I
TECNOLOGIA CONSTRUCTIVA PORTUARIA

Cantería o Arte de la Mr. Simonin mezclándose con arena yagua componen el mor­
construir niveles, Bastaba con asegurarse que la
traducido por Fausto Nlartfnez de la Torre y tero».
pasaba por punto medio
Asensio. par­ isósceles que se formaba con tablas de madera. Un
Una gran parte de estos tratados Varia COl1men­ o que ejemplo de este lo encontramos en la obra de
Uso 'rmlado de todo calcinan por más que Andrés San un
en la saltando chinillas con de suerte que del gue hablaremos más adelante. Los niveles eran
construcción en )¡uevas suelen hornos enteros, sin sacar una onza de fundamentales en el trazado de canales y sifones y
La calcinación de caliza para obtener un cal. eran conocidos y ya por los (]ue
que los »EI carbón de tierra mucho mejor para cocer los usaban para dar un desnivel al agua en sus
romanos dominaban. E incluso conocían un de la cal que la no sólo porque las caldas se hacen canales de medio por cada cien
la que tenía de natural, por más presto, sino también porque la cal sale más Otro de nivel muy el nIvel de
contener de endurecer bajo el grasa y agua, gue obtener la horizomal colocando
agua, y que utilizaban en obras de un [,a {(cal ViVID) obtenida que una de aire contenida en un tubo vidrio
modo intenso. Esta capaz de fraguar endure­ «Para matar la cal en tierra una fosa ú en su punto medio. Este de nivel es descrito en
cer agua, se llama cal hidráulica, y un y se echa en él cantidad que se el Vítruvio que en 1582 Urrea.
antecedente de los cementos hidráulicos matar; se cubre igualmente por todas La de estos niveles sobre los de
que empleamos día. partes con una buena capa de arena casI un radica en que operar con vientos,
Todos los tratadistas renacentistas que siguen de altura; y hecho esto se echa imposible con los niveles de 123
a Vitruvio en X Libros de la para que la cal que está se vaya Pero tal vez instrumento más útil era la alidada

única obra técnica romana que se disolviendo sin quemarse, lo que sucedería sino se sobre un circulo que

que fue traducida e impresa en castellano le el agua que ha menesteL» el instrumento dos lugares,
por vez en 1582 por de se En cuanto a la arena: conocer las distancias a dos
deshacen en de estas cales hidráulicas o «Para conocer buena la arena quando uno C y D, midiendo los
Pero verdad es que la inmensa mayo­ está incierto, es menester echar poca dentro de En Los Veintiún Libros de los las
ría de las cales de otros no lo eran, y en un vaso de agua y menearla con los SI describe el modo de e
no se fabricaban su- la agua se hace negra é inmunda ó sucia, señal incluso se representa gnttlc:arrlen el proceso.
sino (]ue cuando se quería fabricar un que es grasa y terrosa; al contrario la Instrumentos de este encontramos también
el agua, era construir un agua permanece casi tan clara como antes, Ó no en la Varia COllménstlradól1 de Arte Víllafañe
recinto tablestacado de madera, achicar el agua con mas que un poco turbia, es señal que la arena (1 en la de Eucli­
artefacto entonces cimentar seco con un es pura y des (1585), traducida por Pedro Ambrosio
de arena yagua. Los instrumentos más utilizados para medir en El en ef Militar (1700) de
En el Tratado de de y la el la en el Libro de
Bru, contienen instrucciones preClsas la pínulas y el o círculo KL<"~'"," lnslmmentos NUWOJ de Ceometrla (1606) ele Andrés
fabricación de la cal y formación ele morteros. do en 3600 que sirve para medir las orientaciones. García de CespeJes o en
En la 125 leerse: Con la la verticalidad de las ra de Lorenzo de Nicolás.
«La cal es una cocida al que les servía para Con estos los aparatos construccÍón
TECNOLOGIA CONSTRUCTIVA PORTUARIA

Como consecuenCIa de estas necesidades surgen Velasco en s u Geografia y Descripción Universal de las
las naos, capaces de cargar hasta el doble de una Indias, testimonia acerca del Puerto de Santo Do­
carabela, y que combinan velas rectangulares, muy mingo: «No se puede entrar sino de mediodía
útiles para la navegación oceánica, pues dan poten­ adelante, que cesa el terral y comienza a ventar la
cia y velocidad navegando a favor de! viento, con brisa», y lo mismo advierte del Puerto de La
las tradicionales velas triangulares mediterráneas Habana: «Háse de entrar en él de mediodía adelante
que facilitan mucho las maniobras de entrada al por los terrales». En San Juan de Ulúa, Puerto de
puerto, ya que permiten navegar contra el viento, Veracruz, «para entrar en él hay dos canales; una
en bolina o ceñida, norte sur para el viento norte, larga como un tiro
No obstante, este tipo de navegación era muy de cañón, y treinta pasos ó poco más de ancha» que
lenta y penosa, por lo que una de las mayores se usa para salir del puerto con la brisa, y la otra
preocupaciones de los navegantes al entrar a puerto «que llaman la Gallega, es para la brisa y mejor que
era evitar los vientos de frente por la gran dificultad la precedente: córrese casi norueste sueste por entre
PERFI L TEO RICO DE LOS DJQU ES DI:: FABRICA . tUI
f LI;\!Tlc ) ' (';\1 UBKUI 0'" IDI' ¡:W; L,\ ' lo.r)' !\{ ' IQ¡'IN.H,
de navegar en su contra en un canal estrecho, la la Isla Verde y San Juan de Ulúa».
Jlll\NlOI.O TlJRRL\NO' SIG J.O :\VI. BIBl.JOTEC\ N ,\CfONAI.. boca o bocana. Por eso, el ideal desde el punto de En cuanto al Puerto del Callao, vía de entrada a
~1 ,.\DRf[)
vista de la navegación, era disponer de varias la capital Lima, «a la entrada tiene una isla que
entradas que permitieran el acceso con vientos de llaman del Puerto, y hace dos entradas; una por la
124 simple y fácil aplicación, y con los conocimientos orientación diferente, Esta ventaja tropezaba con el parte del norte para los navíos que vienen de
de Geometría, fue posible abordar con éxito el inconveniente de la defensa militar del puerto que Panamá, y otra de los de Chile»,
diseño y construcción de las obras portuarias en los se complicaba mucho si era preciso fortificar más de Otro fenómeno de gran importancia en el acceso
territorios de Ultramar. una boca. a un puerto es e! de las mareas, El geógrafo Juan
La mayo ría de los puertos americanos emplaza­ López de Velasco, describe así las mareas de los
dos en zonas cálidas, tienen vientos que soplan en puertos americanos: «en toda la costa de las Indias
2. La entrada al puerto y su señalización. direcciones opuestas a lo largo del día, En la s horas de la mar del Norte es poco lo que crece y mengua,
Los faros de mayor calor, la tierra recalienta e! aire que está como en Europa en el mar Mediterráneo crece y
en contacto con eIJa y este aire dilatado y menos mengua poco; y en toda la costa de la mar del Sur
La ocupación de los nuevo s territorios america­ den so asciende, siendo ocupado su lugar por un es grande la creciente y menguante, como lo es en
nos, no produjo cambios cualitativos en las técnicas aire más frío en contacto con el agua, produciéndo­ la costa occidental de Europa y Africa .. ,»,
de navegación y construcción naval, pero modificó se un viento desde el mar a tierra que llamamos Las mareas vivas fueron a veces una ayuda eflcaz
profundamente la concepción de los navíos , brisa, De noche, la situación se invierte por la en los planes defensivos de los españoles frente a
Para comerciar con los nuevos territorios, se mayo r inercia térmica del mar, y el viento sopla de los ataques por mar; así, la s fuerte s mareas de
preci san barcos sólidos y de gran capacidad de tierra a mar; es e! viento terral. Es frecuente Panamá servían de protección contra los barcos
carga, pues solamente e! consumo en víveres yagua encontrar en geógrafos, cos mógrafos y navegantes, enemigos que no podían aproximarse a la ciudad
de un tripulante en un viaje a América, obligaba a referencias precisas acerca de las hora s en que es sin correr el riesgo de quedarse embarrancados
transportar unos 850 kg, dejando un escaso mar­ más fácil entrar en los puertos aprovechando que durante las horas de bajamar. Pero otras veces
gen para el transporte de mercancías, los vientos sean favorables. Así, J ua n López de ofrecían serios peligros a la navegación, ya que si
TECNOLOCIA CONSTRUCTIVA PORTUARIA

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Varas Cas ü l!a na,5 ,


2 1
3

CAJON FI.oTANTE. CARTAGFNA DE INDlt\S (1, taSe panel 55.3)


TECNOLOGiA CONSTRUCTIVA PORTUARiA

la s boca s de entrada al puerto era n estrechas o se rodeándola una escalera de piedra que nacía de la La construcción de faros en América es un
estrechaban con la construcción de diques, las co­ misma Torre, por la cual sub ía llanamente un carro fenómeno tardío y un signo inequívoco de desarro­
rrientes de marea, provocadas por la salida del agua de bueyes hasta d ar en lo al to del capitel», lo que llo urbano y civil. Se cons tru yen faros generalmen­
de la bahía al bajar la marea (de entrada al subir) , indica que a mediad os del siglo XVI ya había te de piedra, con escaleras interiores de caracol, lo
eran tan fuertes que podían hacer peligrar la nave­ perdido la Torre la rampa exterior de acceso por la que obliga a una importante labor de cantería.
gación. En cuanto a la protección de la entrada al que se subía la leña para encender el fuego que En el siglo XIX, aparecen junto a los tradiciona­
puerto de los vientos fuertes que hacen difícil las permitía orientarse a los barcos de noche. les faros de piedra, una nueva tipología de faro de
maniobras, es sig nificati va la leye nda del plano de
1722 de Bruno Caballero de E lvira: «Los arboles de
esta Ysla deben pe rmanecer para abrigo de los
navíos».
SOLER i\ DE eN D1 QUL SECO l.A STR¡\[)t\ CON CAÑONES ( 1 'fa" pallrl 16.1)
Para aumentar la segu ridad en el puerto, se
hacían sondas especialmente en los canales de l
navegación y en los luga res en que se detectaban e (
, A \\

restingas y bajíos; los puntoS peligrosos se señala­


ban con boyas. \
Para facilitar la localización nocturna del puerto, '\::.;.. " I

126 se construyeron faros . Su nombre prov iene de una


isla en la embocadura del Nilo donde se constru yó
en la antigüedad una torre que iluminaba y orienta­
ba de noche los navíos.
España conoció al menos desde la época romana,
los faros portuarios, e incluso hoy se conserva en la
Coruña un antiguo Faro llamado «Torre de Hércu­
les», muy cerca del cual existe una inscripción , .... t.I:T,h,h "''''''"'"·h''' h
I
¡""hI~ ,",t:TlrrtT"1~t>T h·I-"hH·h" I"'+'t¡-h t-r 1-rh-h:h"lTItT ITh: l:TIT/"Ilhtf!T'I.... ' . tTI T,I:Th'h"h­
tallada en la roca que atribu ye la obra a «c. Sevius I
\ . (:í

Lupus Architectu s»; aparece citado en la Cosmogra­ ¡ "


fía de Istrio Aetico (a ltísi mo faro, obra memorable C'. ,

entre las pocas de su clase, levantándose a tal altura


que puede servir de atalaya para observar a Brita­
nia) del siglo IV y en la Crónica General de España
compilada a impulsos de Alfonso X El Sabio. El
canónigo Bartolomé Mo lina en su Descripción del
Rryno de Ga/icia (1551) escribe sobre este faro: «Lo
que hay más que admirar es, que del principio
de ella (de la Torre de Hércules) hasta lo alto, iba
TECNOLOGIA CONSTRUCTIVA PORTUA RIA

Es, en cierto modo, similar al empleo de los


trucos cinematográficos que pu eden pasar comple­
tamente desapercibidos para quien ve la película
desde la óptica de la obra acabada.
Cuando observamos una catedral gótica, un
puente romano o un baluarte defensi vo, raramente
nos interroga mos sobre la habilidad e ingenio
reguerido para cerrar una bóveda, cOlls t,fuir un arco
de medio punto o cimentar, sin cales hidráulicas,
bajo el agua.
En el caso gue nos ocupa, había que co ntar
además con un factor de riesgo específico, la
incidencia de las olas sobre la construcción a medio
hacer. Po rque el prever y valo rar la acción de las
olas sobre la estructura es inclu so hoy día una
.. , ....,..
técnica compleja y con un riesgo elevado, y lo era
. .................... .. .. .........,. ..... .
'- '_.. .. ...... .. .. ,~ . . ... --....... .

, ~ .~ '
mucho más entonces,
Para conocer los modos de cimentar bajo el 127
, . C~~.L/.1·~':n :j~~.;~~~:~. ~ ~ I'¡ ~j ~? ..
(' . . ~ .(~·ú . , ." W h~ J.:. . .:., .: ."401 \ .1 l', _ I',.'.! agua, vamos a recurrir a aquellos tratados, manu s-
.' .
.: ~.~. "':'~ . :' ~./;'( , .:':',: .
" . I .• . • 4 '­ .. :.~I,· .....
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el) ..1' • RECINTO DE T,\BLES1,\C\S P:\R,\ FU1'I).\R DF':"JTRO DEL.
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,\GU ,\, LOS I ' E I.YIE y (',\' LJI3ROI" DI-; LO\' (:\'l,!'\!{u\ l"
,II. ·IQL/'\;. ·J.\'. JUANFLO TURRL\NC)) SIGLO XV!. BIBLlOTE( .\
N ,\C!ONA L. MADRlD
DETALL E DE 1.1\ C!¡\IENTAC!ON D I'. UNA j\IURALLA ( VÚ,., palle/ 59,})

estructura metálica gue contribuye junto con el 3. Las técnicas de cimentación bajo el mar
ferrocarril y los barcos de va por a cambiar el
apacible aspecto diecioche sco de puertos como La Tal vez el problema constructivo más específica­
Habana , po r un puerto indu strial de gran tráfico, mente portuario sea el de cimentar bajo el agua o en
Toda la isla de Cuba llegó a finales del siglo a estar terrenos pantanosos o encharcados. Es un tipo de
señalizada por una densa red de faro s gue jalonaban obra que reguiere ingenio, luchar contra la acción
el contorno de la costa de la última colonia de del oleaje y de las corrientes de marea, y es además
Ultramar. todo un proceso que se escapa a los ojos de quien
contempla la obra terminada.
TECNOLOGIA CONSTRUCTIVA PORTUARIA

critos o impresos, en los que se contiene la tecnolo­ cierta distancia llenando después el espacio entre «Esta armadura se ha de calafatear o _......._"'_
gía portuaria, que aparece, a diferencia de los libros dos tabJestacas con tablas horizontAles. El hueco de tal modo que no entrar agua en ella por
de fortificación, diseminada en multitud de trata­ entre los dos recintos estacados se parte.. ,»
dos de carácter más no específicamente rellena en ambos casos con arcillas De estos recintos, una vez rPt'r'U1"'~ era necesano
portuario. con mazos para obtener un recinto impermeable tal extraer el agua para poder en seco, estando
Es muy posible que mucho antes de que tenga­ en el Vitruvio de Libro entonces la atAguía sometida al exterior del
mos noticias del envío de libros técnicos a i\méri­ en el que dice: agua.
ca, los de canteros y alarifes que de lados dobles hecha de Alberti, Libro X, página 331, dice:
pasaron a Ultramar en de atados con ha de construirse en el «Hincareys los maderos que de suerte
burócratas, aventureros y r!p'r'''.AC llevasen bajo señalado y debe colocarse entre los cimientos arcilla que esten a plomo con moderados entre sí,
el brazo los manuscritos que toda la en cestos de mimbre. Después de bien atado lleno segun el largo de las tablas Puestos assi
sabiduría del lo más se colocan ruedas los y muy bien afirmados metereys dentro
Por cuando en 1584 Benito Boyer, librero de tornillos y tambores y se vacía el central las tablas por las declédan por los
lvledina del envió a Ivléxico cuatro ejempla­ para que se seque. Después se la surcos de los maderos a lo
res en castellano del Vitruvio que Miguel Urrea inferior de la envoltura. Sí se demuestra que el recomienda
había traducido dos años antes, y dos de los Diez fondo es de tierra, ha de secarse y drenarse hastA palos «sea su grosseza respecto no
Libros de Archítectura de Leon Baptista Alberti que se a un suelo firme, más ancho que la menos que responda una duodecima parte».
128 también en en América se construía que ha de construirse sobre él y entonces se De modo se expresa Fray Andrés de
con la misma técnica europea. Esta queda bien rellena con mampostería de grava, cal y arena.» San un ilustre carmelita con amplios cono­
en los manuscritos de finales del XVI que similar se lee en los Veintiún Libros: cimientos en construcción e hidráulica (fue uno de
se conservan en la Biblioteca Nacional de "«.U.l.1U. «Hanse de hincar dos ordenes della s que a lo los artífices de las obras de desagüe de la
de autor y titulados Los Veintiún Libros de menos cinco palmos de anchura y de ciudad de aconseja:
¡os de las que aunq ue no hincadas se ponen tablas por lo que se junten "Si el suelo es pantanoso o lagunoso y no se
tuvieron mucha difusión nos dan idea de la tecnolo­ muy bien y ir hinchando de tierra enxuta descubrir lo firme y sólido del por
de la lugar que del un orden de al otro ... » ser tan IJ"J1UUU:V se hace tan costoso, que
Un sistema de cimentar consiste en la construc­ Pero también se recomienda en los M.anJlscritos se
ción de o recintos estacados en cuyo otro modo: hacer en medio formas de
interior es achicar el agua, y de este modo «Se hincan maderos cuadrados los cuales tienen a llenar y hacer los cimientos
sanear el fondo de la cimentación el los dos costados unos canales ... los maderos con y con bastante firmeza.
y así fundar en terreno firme. Este sistema se se van hincando del uno al otro diez palmos o doze es tan profunda que no se
describe en el Libro 18 de los iVIanJlscritos y con este orden se va rodeando todo aquel patio ... descubrir lo firme y sólido de su plan, convendrá
LU,~"'_"'. en el Vitruvio de Urrea y en el Tratado y despues se van tablas por aquellas estacarla con estacas de madera de que se tiene
de Albertí. canaladuras las cuales son de grueso de dos dedos ... ¡.J'C.LJ<..ll\..J'" no pudrirse debajo de tierra ni de agua.»

El modo de proceder consiste en construir una y anSl se van la una sobre la otra hasta ,v..,u,,~,a el el guayamel o el
doble hincando a con llegar desde el suelo hasta lo mas alto del madero y el enebro, pino, olivo, roble.
de hinca o bien tAblestacas a des pues se hincha de tierra vazlO.» Este sistema no sufre variaciones en toda la
TECNOLOCIA CONSTRUCTIVA PORTUARIA

129

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TECNOLOCl/-1 CONSTRUCTIVA PORTUARJ¿q

colonial. en las Instituciones de nen la idea de h ¡drá uEcas o aspas en pero saca gran mu­
ra, Francisco Antonio V, este chedumbre de agua».
na dice cómo construir un «encaxonado llama­ autor un sistema Los tornillos de en em un
do o malecóm) del siguiente modo: de con de unos pam sistema de subir mucha agua a poca altura bastante
el sitio destinado con filas de poder soltar la maza una vez que ha alcanzado el eficaz, colocándose con u nos 300 de ínclmación;
estacas, que formen una como tiene punto de la también han hallado tornillos de achicar en
de alto el agua; a dichas estacas por medio de un Un bucn sistema automático de desconexión se En cuanto a las el
rebaxo que se hace en ellas por la parte o el diseño de las pestañas del que más frecuente era la bomba de que
formando con listones un se y en el Archivo de Simancas, que a la maza las de pistón atoraban con facilidad. Una bomba
unos tableros hechos con tablones engargo~ soltarse automáticamente. Aparte de estas cabrias de sólo necesita un tubo de cuero
lados, los que por ab;L'{o deben estar achaflanados también una cadena el agua por arrastre.
para que da ven todo lo en el terreno; nuevas obras; eran Otros instrumentos más tardíos son sopapas,
de este modo el encaxonado debe de las tenazas de izar sillares pero para hacer una especie de cucharas a las que se daba un
de la broza arena la dicha lo que sino presa en la madera. De este son las llamadas movimiento de vaivén y que resultan eficaces
de otro modo más acomodado se patas de oso y de cuando la altura la que elevar el agua no
a la que Las los recintos es excesiva. Su tal vez se remonta al mundo
los puertos de mar, y rellenándola con conoClan romanos y )'a que un dibujo de Al Yazari del
130 bien cortada la más, siglo Xlll, en el que se ve un mecanismo de
comunicación del agua exterior con la contenida Las más frecuentes que aparecen descritas en el cucharones en su funcionamiento a estas
dentro de] v así extraída ésta con Vitruvio de Unea eran las ruedas los torni­ sopapas, cuya maxlma se en el
en seco, reducido al mismo llos de los O tambores y las artificio que Turríano construyó pam ele­
mas en esto no siendo bombas de encañados. var las aguas del a la ciudad de Toledo el
mucho para buscar lo firme a Las ruedas de eran un sistema muy XVI.
causa de que el agua filtraría con tanta abundancia de achicar agua; ésta se elevaba bien por medio de La cimentación por cajones flotantes era ya
que las bombas no serían capaces de las arcaduces adosados a la rueda o bien en técnica conocida y dominada por los romanos.
mas de las veces será forzoso establecer los cimien~ los aros que forman parte de ella; un En los X Libros de ele que
tos sobre un firme romano fue en la minería de traduce Urrea en se esta
En cuanto a la en estas 11uelva y se conserva hoy una rueda de técnica de cimentar que sólo
tenemos en martinete de achique en un recinto estacado ilustra la de madera rellenos de
hinca, que eleva impresa de Vitruvio. tlotando hasta el
Va es un sistema que eleva el agua y allí
menos que la rueda ya que la vierte a la altura del la
que veremos además aguas embarradas obstruir truír cajones utillzaban barcos
tiene interés en la construcción de pantalanes. Estos los orificios de salida del agua, por lo que aunque este sistema no obtener
martinetes se con la fuerza de h()l:nhrp~ no es un instrumento muy eficaz. No obstante nivelación tan como con los cajones.
aunque tratados como el de Branca CJue propo­ Vitruvio opina: «Esta machina no levanta el agua El único problema que este modo de
TECNOLOC1A CONSTRUCTiVA POR TUARfA

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FSPIGONES PARA RI:'.CRECER Pl.AYAS . EL Ct\LLAO. ARCfIIVO GLNER ,\L DE 11' 01 ,\5 PERU \' CIILLE, 19

cimentar está relacionado con la resistencia de las tiene los agujeros que son A y B y la pieza e tiene parte inferior, termina en estacas afiladas para
maderas a la acción de la broma, el agua y el salitre. asida las dos piezas de la barca D. » Estos mismos pe rmitir una hinca en terrenos fangosos, evitando
Si la madera resistía este tipo de agresiones, la obra manu scritos aconsejan, una vez que se han hundido así, el principal problema de los cajones que al
duraba sin deterioro, ya que el cajón hacía que todo las cajas rellenas de piedra hasta alcanzar la superfi­ tener un fondo plano, si la superficie del terreno es
el relleno de piedra actuase como un bloque único cie del mar, el «irse allanando y hinchendo de cal y irregular, pueden concentrar el peso en un sólo
de gra n tamaño, lo que no ocurría, por ejemplo, arena de grava ir ig ualando el su elo o allanándole; y punto y romperse.
cuando se vertía escollera sue lta que sufría a veces cuando se habrá allanado convendrá echar encima Estas jaulas son ligera s y fácile s de transportar, y
la acción del oleaje o de las corrientes de marea. unas basis de piñonada .,. la cual piñonada convie­ una vez colocadas en el fondo se rellenan con
Además, los cajones convenientemente dispuestos ne que sea a lo menos ocho palmos en alto, o seis piedra g rue sa que da peso y estabilidad a la jaula.
servían para obtener bajo el agua paramentos y después de ser enju ta la piñonada conviene ir Este sistema es en realidad un caso mixto entre la
vert icales en las construcciones, algo fundamental asentando sus piedras y ir haciendo sus paredes y cimentación por pilotes y la de cajones flotantes .
en los muelles de atraque. baluartes en la forma que mejor cuadrare ... » Otras veces, estas «jau las» se constru ían in SÚtI,
En los Veintiún Libros de los Ingenios y de las Otro sistema para cimentar, similar a éste, es rellenando posteriormente de piedra ,
Máqtlinas, un cajón dibujado lleva la siguiente mediante la construcción de jaulas de madera, Tiene En la construcción de diques secos, necesarios
leyenda: «Esta es la caja que sirve de barca, la cual la ventaja de que la jaula completa, abierta por su para carenar los grandes navíos, e l cimentar la
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solera del dique no era tan difícil como conseguir Po r el contrario, los diques formados por muros se consume su ímpetu al correr por la playa antes
un buen funcionamiento con el dique en uso, verticales, inevitables en los baluartes defensivos batida. Al volver atrás embiste la base de la ola
especialmente en puertos con fuertes carreras de expues tos a la acción del o leaje o en los muelles de siguiente y la rctrasa . Por lo tanto, caminando más
marea. En pleamar y con el dique seco la presión fábrica, pueden sufrir un daño irreparable por el la cresta que la base de la ola, llega un momento
del agua sobre la solera puede romperla si no pesa impacto de una sola o la en e l caso de que és ta sea que carece de base y se desploma sobre ella en tran­
lo sufiC iente, llegándose a la strarla con cañones suficientemente importante, ya que no pueden do bajo la espuma.»
viejos para compensar la subpresión. deformarse sin romperse. y el anónimo autor de los Veintiún Libros de los
En los nuevos territo rios ultramari nos de la Ingenios y de las Máquinas (siglo xvr) aconseja en el
Corona de Castilla, e l uso de diques de escollera se Libro XIX:
4. La construcción de diques de abrigo planteó cada vez que fue preciso construir dársena s «El fortificar la s cosas de la mar son empresas de
abrigadas, en zonas de fuertes corrientes marinas y gran consideración y prudencia, en especia l en cosa
La idea de oponer a la acción de las olas diques también cuando la acción del oleaje era molesta de paredes; la s cuales conviene que e lla s sean
de escollera vertida en el fondo del mar con la in­ para construir recintos secos. Generalmente se hechas muy firmes y sólidas para que puedan
tención de crear una dársena abrigada de la acción buscó evitar este tipo de so luciones, instalándose resisti r a la gran fu ria de la s o las de la mar.»
del oleaje es muy antigua. Sabemos por ejemplo, los puertos en bahías confortables que presentaban En rcalidad era un problema que abordaba n
que bajo el reinado del Faraón Senusret, unos 2.000 una defensa natural a la acción dd oleaje. Pero empíricamente estudiando los resultados de otros
años a. c., se construyó un gran Puerto en la Isla de hubo, naturalmente, casos en que su uso fue diques próximos ya construidos y que se supon ían
132 Faros, empleándose para ello diques de escollera de preciso, aunque los españoles buscaron siempre ya probados en la práctica.
unos 80 m de ancho, con una long itud de casi establecer sus puertos en bahías protegidas o en la Sin embargo, el autor de estos manuscritos
2.000 m, y un calado de agua comprendido en tre desembocadura de ríos navegables como en Santo españoles nos proporciona un detalle cualitativo de
los 6 y 8 m. Domingo y Manila, ya que era fácil encontrar gran importancia cuando escribe:
Esta gigantesca obra que no desmerece nada buenos puertos naturales en un continente gigan­ «Vemos que cuanto más llana es la orilla del mar,
frente a otras construcciones faraónicas, tiene a su tesco, ev itando así la construcción de costosas obras tanto menos recias vienen las olas a herir en ella.»
favor, tanto entonces como hoy, la sencillez con­ de defensa frente a la acción del oleaje. Es ta observac ión es de gran importancia, ya que
ceptual de la tipología elegida. y es que evaluar la acción del oleaje sobre las es precisamente en las playas con poca pendiente
Tan sólo requiere canteras de piedra sólida que estructura s, y determinar la máxima altura que éste donde llegan a la costa las olas menores, ya que las
no estén demasiado lejos del emplazamiento de la podía alcanzar en la costa era algo fuera del alcance mayores rompen antes de alcanzar los diques pro­
obra y medios adecuados terrestres y marítimos de los ingenieros de la época y en realidad un yec tados. En es ta s pendientes suaves, la máxima
para emplazar los cantos en su lugar definitivo. problema que sólo se ha resuelto en los últimos 50 altura de la ola es siempre algo menor que la
Estos diques de escolle ra, que ac túan como años. Por ello, las observaciones sobre las olas y su profundidad del agua, haciendo la playa el papel de
rompeolas, tienen una característica interesante, yes acción sobre los diques son puramente descriptivas, defensa contra las g randes olas que llegan a la costa.
que al ser una estructu ra bastante deformable, no es aunque no carentes de gran agudeza. La rotura de la ola es un fenómeno de inestabili­
fácil que se alcance la rotura total a causa de un Leonardo da Vinci describe y dibuja en el Códice dad que se produce en las proximidades de la costa,
gran temporal, sino que puede sufr ir roturas parcia­ de Madrid ll, el fenómeno de rotura de o la: y que libera una gran cantidad de energía. En
les relativamente fáciles de reparar una vez que la «La ola del mar que percute en la orilla oblicua se general, y de un modo aproximado podemos decir
tempestad ha cesado. rompe contra ella con ímpetu. Después de romper­ que una o la rompe al llegar a calados similares a su
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altura, es decir, una ola de dos metros rompe a Esa zona es la más peligrosa para barcos y estructu­
sobre el establecimiento y conslrtluión de los puertos)
calados aproximados de dos metros, Como las olas ra s ya que el impacto que reciben es muy superior a
Curso 1864-1865):
tienen alturas distintas, habrá una franja paralela a la onda de presión de una ola no rota,
«En aquellos puntos en que la mar no rompe o
la costa en la que se produce la rotura del oleaje, En palabras de Pedro Pérez de la Sala (Lecciones
cuando las olas se mantienen en un estado oscilato­
rio, debe procurarse disponer las obras de manera
que dicho estado se conserve, y que no se originen
rompientes,» En esto estriba la ventaja de los
DR,\G,\ DE PA L,\ ,\ l t\NU,\1. G,\NGlIll.. LOS I '¡: /YrF )' ( ',\ ' I.!lJRo.I nr; LOS I,'.(C./;,\' /OI )' .\IAQI. 'l;\I / I.\ , ,1U ,\ N ELO TU RRI¡\NO ' diques verticales de fábrica frente a los rompeolas:
SIGID XVI. BIBLlOTFC-\ Nt\ClON:\ I .. ~J,\DR ID
que devuelven la ola no rota soportando presiones
mucho menores que los diques rompeolas, Pero
• ello exige un calado en su pie suficiente, mayor que
la altura de ola que incide sobre el dique, ya que en
caso contrario la ola puede romper aumentando
mucho la presión sobre el dique que puede volcar.
Pero al mismo tiempo, las construcciones que se
levantan en la playa, (inevitables por ejemplo en el
caso de fortificaciones que defienden la entrada a un
puerto), están sujetas no sólo al impacto de la ola al 113
romper, sino a la socavación de su pie por la acción
de las olas, que pueden dejar sin sustentación
incluso a los baluartes cimentados mediante pilota­
je, ya que un fuerte temporal modifica el perfil de la
playa provocando el desplome de la estructura
situada en la arena,
Un ejemplo muy significativo del fracaso de una
muralla-rompeolas levantada en una playa, provo­
cado por la erosión del pie es el del Puerto del
Callao en Perú; pero tal vez el ejemplo más con­
tundente sea el del Puerto de Cádiz, de gran
importancia en la carrera de Indias cuando sustituye
, a Sevilla en 1716, La ciudad, en forma de sartén
tiene en su orientación sur, expuesta a los g randes
temporales atlánticos, la mayor dificultad para
,r-_____ __ __
-- / - , ,
construir baluartes,
La Muralla del Vendaval o del Sur, sufrió nume­
-~:eM:é': J'''~4. 'l)1ta d~é, ~ ~d.'l.?OI 'Y rosos destrozos provocados por la acción de las
TECNOLOGIA CONSTRUCnVA P~O~R~T~UA~R/~A~________________________________________________________________________________

olas, al estar cimentada superficialmente sobre una diéndose a emplear la nueva Vla de Bocachica
playa cuyo perfil modifican los temporales, a pesar
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aunque ello obligaba a grandes gastos adicionales al


de los intentos de protegerla vertiendo escollera se r preciso fortificar la nueva entrada a la bahía.
para estabilizarla. Pero sorprendentemente en 1741, unas ligeras
Tal vez, el más esforzado ingeniero dedicado a obras para permitir e! paso de un bote en e! cegado
consolidar esta Muralla, fue Tomás Muñoz, Inge­ Canal de Bocagrande, rompen la barra que debía de
niero en Jefe de la Marina, autor de un proyecto de ser inestable, provocando la rápida reapertura del
restauración de la maltrecha Muralla que se aprobó Canal de Bocagrande, pasa ndo la bahía a tener dos
por Real Orden de 30 de marzo de 1787. Las obras, bocas de entrada, algo inadmisible desde e! punto
ejecutadas entre 1788 y 1791 constituyeron un éxito, de vista militar. La pesadilla era ahora tratar de
constru yéndose diques mixtos de siJlería y escollera cerrar Bocagrande para evitar tener que defender
con un pilotaje cuya finalidad era evitar nuevos dos entradas. Cuando Ignacio Sala llega a Cartagena
descalces. En esos cuatro años de actividad ininte­ ~ l UE LLE ESTACt\OO RELLF.NO DE PIEDRf\ ( 1'f{l .re p{ll/e/ 691) en 1749, es ya muy urgente impedir e! paso por
rrumpida se construyeron 1.050 varas (unos 877 m) Bocagrande tratándose de construir un dique a base
de longitud, con un costo de las obras de unos 37 de fondear cajones flotantes rellenos de fajina y
millones de reales de vellón. bahía y el mar océano se hacía por un canal o piedra, llegando a colocar en octubre de 1754, 60
Las obras, bien ejecutadas, merecieron qu e el bocana natural llamado Canal de Bocagrande, único cajones a distancias iguales de 25 varas, formando
poeta Manuel Copons compusiera un poema épico, acceso practicable al interior de la bahía. un dique de 650 varas. El fracaso fue estrepitoso; la
en octavas reales, MuíioZ o fa Hidrauf¡cana, en Como en casos análogos, ambas orillas de la boca broma destruyó la madera de! cajón y la piedra
homenaje a este célebre ingeniero. Sin embargo, en fueron fortificadas por sendos fuertes (San Matías y suelta fue rápidamente dispersada por las olas, y
pocos años, la mu ralla fue de nuevo arrasada por Santangel) protegiendo así el acceso a la bahía aunqu e finalmente, lograron encontrar maderas
los temporales. frente a los ataques enemigos. resi stentes a este temible molusco (madera de
Otro caso mu y s ignificativo de este tipo de obras Esta situación se altera bru scamente el 17 de canalete, table de seyba, corazón colorada, tablazón
de defensa en América es e! de Cartagena de In­ marzo de 1640 al naufragar en el Canal de Boca­ de cedro) las obras progresaban poco.
dias, estudiado detalladamente por Enrique Marco grande varios buques de la Armada portuguesa. En 1768 se dicta una Real Orden para hacer un
Dorta. Estos barcos, encallados en los bajos de arena proyecto de cierre del Canal, proyecto que se
La ciudad se emplazó en las mismas bahías que forman un núcleo a partir del cual se forman barras encarga a don Antonio Arévalo. El reconocimiento
habían habitado los indígenas del pueblo de Cala­ con velocidad creciente, de modo que dos años previo de la situación lo hizo don Martín de
mari, iniciándose las obras de ordenación urbana después del naufragio e! aterramiento del paso era Laztarria, quien halló que «el fondo constta en cerca
hacia 1535 bajo la dirección del juez de residencia total; como contrapunto, la bahía desagua sus de media legua)), con un calado «de quince pies y
Juan de Vad illo. corrientes de marea por un lu gar hasta entonces medio hasta diez y seis en toda su exten sión de
El puerto natural es magnífico, con una extensa cerrado, conocido como Canal de Bocachica. Des­ orilla a orilla)), por Lo que «se dexa ver que pueden
bahía defendida de los temporales por varias islas cartada la posibilidad de abrir de nuevo Bocagran­ mui bien entregar fragatas grandes planudas que
que forman tómbolos de modo que nadie entonces de , ya que las dragas no tenían potencia para evitar calen poca agua)). Es decir, la situación militar
tuvo la necesidad de hacer ning una obra de defensa la gran velocidad de atcrramiento, se resignaron a seguía siendo peligrosa ya que las antiguas fortifica­
frente a los temporales. La comunicación entre la abandonar la antigua entrada de Bocagrande, deci­ ciones de Bocagrande estaban fuera de uso.
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Don Antonio Arévalo propu so cerrar el cana l no servían para aumentar o crea r pu ertos artificiales, es de San Juan de Ulúa, o la con strucció n del diqu e de
deseado e n Bocagrande co nstru yendo un dique una técnica que se desa rrolla fundamenta lmente en la Guaria para crear un puerto realmente abrigado.
formado por varios tramos de técnica s y materiales el siglo XIX al disponer en primer lugar de exp losi­ Una buena síntesis de esta tec nología la e ncontra­
diferentes. vos más potentes para arrancar escollera (dinamita), mos en los tratados del Ingeniero de Caminos Pérez
U na primera parte de mil varas de largo estaba g rúas movidas por máquinas de vapor, capaces de de la Sa la con sus di stinta s descripciones de las
fo rmada por va rias filas de estacas de madera de colocar g ruesos bloques de piedra, y la aparición de bocanas de entrada y secciones de escolleras de
«cañag uate» y «olla de m ono» (maderas que eran b loques artificiales de hormigón. Con estos nuevos distintos tamaños, ya que en las bocanas se produ­
resistentes al ataque de la broma), con estribos medios es posible aborda r obras hasta entonces cen los mayo res impactos del oleaje puesto que
perpend iculares a él cada 50 varas; el pilotaje del inalcanzables como la unió n de Veracruz con la Isla co nstitu ye n unos puntos de di scontinuid ad en el
dique y de sus es tribos iría relleno de piedra. dique, siendo su anchura y o rientación un asunto
Sobre estos recintos, al romper las olas, se va delicado ya que si son muy estrechos los barcos
sedimentando arena, y una vez aterrado este dique, tienen dificultad para evolucionar y entrar, y SI
se protege el talud de arena con una escollera que lo excesl va el dique no ab riga suficientemente el
defiende de las olas. Es decir, se forma un núcleo puerto .
que no ofrezca mucha res iste ncia inicial ha sta que el '\ 1'

relle no de arenas permita colocar una escollera de .__


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protección. ,.. ~ .'"


J. Aterramientos portuarios. Diques y espigones.
E l segundo tramo del dique es taba constituido Sistemas de dragado 135
po r una escollera sumergida sobre la cual se espera­
ba que se formase una barra de arena. La sed imentación de arenas en los pu e rtos es un
Finalmente se dejaba sin cerrar un tramo de 500 fenómeno comple jo que obedece generalmente a la
varas de largo para dejar «respirar» la bahía, ya que interrupción de un transporte litoral producido por
las corrientes de marea no debían se r impedidas. ,> el o leaje. Cuando en una costa abierta traen la s olas
Ese canal libre, que no ofrecía ya peligro de acceso una dirección tal que sus crestas no son paralelas a
de navíos de guerra, tenía co rrientes de g ran la costa, sino que forman un cierto ángulo con ella
ve locid ad debido a la marea, y para evitar la erosión se produce una corriente lito ral paralela a la costa
se protegió con cantos de piedra gruesa la boca de que transporta por arrastre una gra n cantidad de
es te pequeño canal-respi radero. are na.
Las o bras comenzaro n el 11 de noviembre d e Este tran spo rte se produce sólo en una franja
1771. Dos años más tard e emitia Aréva lo un plano próxima a la costa, que va desde la o ri lla hasta
con el estado de las obras; se habían construido profuncüdades en las qu e la o la deja de romper, ya
1.181 varas de dique «formado de pilotege enzinta­ que entonces no se libera la energía que es precisa
do y amordazado relleno de piedra seca», resultando para efectuar el tran spo rte. Como las olas rompen
el conjunto un éxito. cuando alcanzan calados aproximadamente igual a
Los g randes diques de abrigo co nstruidos con ,...,..,-,,-.,..- - - - - - - , - - ' - - - ----1i" t . •·
'i - ; ,
su altura, el transporte de arenas llegará hasta
. • z>..\! 50
esco lle ras clasificadas en varios tamaños, y que calados del orden de la altura de o la que rompe.
'lECNOLOGIA CONSTRUCTIVA PORTUARiA
~~~~~~~~~~~~~~~~~~------------------~~~~------------~~~~~--------

Aunque este transporte de arenas unas veces irá El fin de tan engorroso sustituido por el para ello se necesitaba hacer retroceder el mar
en una dirección y otras en otra, de la muelle de piedra, fue pues a~",,-,~'" con júbilo por creando una La idea del sabio cosmó­
dirección del oleaje, si los más frecuen­ chalacos y limeños. Sin su vida útil fue don Pedro de Peralta, quien conociendo por
tes llevan una dirección, el transporte litoral tendrá muy breve ya (jue al crear involuntariamente una el fracaso del muelle la dirección de los acarreos
un dominante. En una costa sin obstáculos barrera, el transporte de arenas y gravas quedó ideó el sistema ingenioso de defender la muralla
esta corriente litoral no se pues un pronto formándose una gran playa a mediante en vez de tratar de defender el
dinámico, lento fluir de barlovento. Pero provocó Otro efecto per­ de la muralla con escollera, un sistema costoso y
un río pero se construye una nicioso al una grave erosión a sotavento poco eficaz.
un muelle se al detenerse el paso de las arenas; la corriente litoral Peralta explica así la de su
aterramientos aunque para arranca arenas a sotavento y método:
mayores en el lado que el transporte litoral es descalza fortificaciones del haciendo su «Di el dictamen de unos dientes o cofres de
dominante. situación crítica. o estacado doble con de la isla
Este problema de los aterramientos aparece reco­ Este doble desastre del '\¡lueUe del vecma entre sus lados en la
gido en los TratadOJ C/ásicoJ Conde de .\10nclo\'a descalce de la Muralla del conveniente: el cual se por todos los
Alberti escribe en el Libro 333: sirvió no obstante para aprender una nueva referidos.» Para establecer la
«Las entradas de los ríos son perpetuamente técnica que se emplea hasta SIfl ganes y determinar su
sobrepujadas de el de la mar, y son tapadas variaciones: la construcción de espigones para Tratado físico-matemático «con las y
136 con la arena.,,» y en los Veintiún LibroJ de los formar artificiales. figuras de su demostración: asunto no discurrido
y de las se lee: Un campo de espigones es un de por otro alguno, hablando varios sobre el modo de
«Conviene tener noticia de los vientos y en que estructuras perpendiculares a la costa, labrar dentro del mar, pero del de separar­
forma será seguro y donde será muy menos cuya finalidad es atrapar las arenas de! transporte lo». El 22 de agosto de 1724 se dio comienzo a la
ofendido el puerto donde menos arena las haciendo crecer la sobre la que se constmcción de ocho la dirección
porque es una de mas importantísimas construyen. técnica del milirar Nicolás Rodríguez,
partes de toda materia una de las más éxito o e! fracaso de un en 1728 con los espigones ya
de su de modo rellenos de arena y con unas entre la
Este fenómeno de formación de barreras litorales y la se parecen bastante a
el aterra miento de tación. las que éxito de! invento fue
siendo tal el Hemos visto que como consecuencia de la cons­ crecimiento de la
más e~¡Jt:l;UI<:Uj el del muelle de atraque del Puerto trucción del .\1uelle del la situación de la comenzó a reconstruirse la muralla sm
de Callao. Este puerto, emplazado en una bahía, muralla empeoró. Construida sobre arena, la regre­ quedando en buen estado hacia 1734.
formada por lo indica su sión de la playa permitía mayores erosiones en su Otras veces el de aterramientos se
Callao), se en la última década del si- quedando la quinta parte del tramo de la produce en los puertos marítimos-fluviales como
XVlI y mereció encendidos elogios, pues termi­ muralla que caía a la playa, en la sección Santo Domingo o Manila. Si existe una corriente
naba con un en el que la carga y des­ comprendida entre el muelle y e! N.O., en litoral la desembocadura de un río puede
carga de los navíos se hacía por medio de inestables escombros. causar aterramientos debido a que las olas que
que veces volcaban sin alcanzar la Era preciso restaurar urgentemente la muralla, y provocan el de romper (y por
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tanto de transportar arena) en la desembocadura de! por personas inteligentes el medio mejor para un tar bruscamente la sección en lugares en que se
río al tener mayor calado. Y lo que ocurre es que se reparo só lido y firme de eStos daños» . Se vertió dificulte la navegación.
deposita arena en la entrada del puerto. Este fue e! escollera para proteger la muralla de la ciudad, sin El ingeniero Miguel Antonio Gómez proyecta
caso de Manila, donde el aterramiento en la desem­ éxito; se creó en 1710 un impuesto de anclaje sobre hacia 1763 unos diques de encauzamiento que
bocadura del río Pásig llegó a impedir a la flota barcos extranjeros y champanes de la China para eviten la acumulación de arenas, en la desemboca­
entrar por el río, usándose para las naves de gran con ese dinero reparar las obras, pero sin lograrse dura del río Pásig con objeto de que puedan de
porte, como e! Galeón de Acapulco, el Puerto de mejores resultados. nuevo entrar los galeones de la carrera de Acapul­
Cavite en la misma Bahía ele Manila. En 1761, e! agua llegaba siguiendo la calle de co. Los plano de estos interesantes diques remiti­
Pero el puerto que los españoles construyeron en Santo Domingo casi hasta la Puerta Baga, y por la dos en el Galeón Santísima Trinidad se perdieron
Cavite (cavit, garfio en lengua nativa), se constru­ parte opuesta que es la del Sur hasta las paredes de todos.
yó, sin saberlo, en una flecha de arena, un caso San Juan de Dios. Fracasa n las obras del ingeniero Pero se conservan planos de la ciudad de Manila
típico de una bahía que representa una discontinui­ Miguel Antonio Gómez que había trabajado en con su río perfectamente encauzado.
dad en la costa. Estas flechas crecen y se alimentan Veracruz; como escribía don Rafael María Aguilar A veces son los sedimentos que aportan los ríos
g racias al transporte litoral; pero también puede en 1795, hablando de Cavite, «obras sobre agua en en su dese mbocadura los que provocan dificultades
faltarle alimentación en e! arranque y puede rom­ una playa brava, son capaces de consumir los a la navegación; en estos casos una buena solución
perse convirtiéndose primero, en una isl a, y luego mayores tesoros». consiste en derivar el río hacia un lugar donde los
desaparecer. Ante tantos fracasos, se decide utilizar de nuevo depósitos no causen molestias a la navegación
Ambos fenómenos se apuntan en Cavite. El Cas­ e! Puerto de Manila evitando sus aterramientos. solución propuesta en Puerto de Caballos «para 137
tillo de San Felipe, emplazado en la punta de la Para ello proyectan un tipo de estructura portua­ quitar los bancos de la boca del puertm).
flecha para defender militarmente la boca de entra­ ria que consiste en confinar la desembocadura del Finalmente comentaremos el caso de aquellos
da en el puerto, se construye entre 1609 y 1616. E l río, construyendo un canal artificial, para así evitar puertos que se estabb:en, no al abrigo de una
crecimiento de la flecha, aleja e! castillo del mar, o al menos disminuir el depósito de sedimentos que bahía, sino por tener frente a él una isla que le
I
dejándole inservible a 900 pies de la orilla (unos provocan los problemas de navegación. Además protege del oleaje. Este es el caso de Veracruz, que
250 m), obligando a construir una plataforma del efecto deseado (mantener abierto el canal de dispone de la isla de ,an Juan de Ulúa que la
artillada, Santa Catalina Mártir, en la nueva punta navegación) se producen playas en la parte exterior abriga del oleaje, actuando como rompeolas.
de la flecha. del canal, como ocurre en el caso de Jos espigones, Estas islas al proteger la costa del oleaje detienen
La ciudad sufre por otra parte frecuentes e pues se crean barreras al transporte litoral. el transporte litoral y pueden llegar a formar un
I

imprevisibles inundaciones: el 20 de abril de 1695 Los diques de encauzamiento son similares a los semitómbolo o incluso un tó mbolo completo como
escribe Francisco de Atienza sobre la necesidad de espigones, no sólo en su disposición en planta más en Peñíscola.
hacer obras en Cavite para que el mar «no le acave o menos perpendicular a la costa, sino también en Por todo ello, no deja de tener vigor lo escrito en
de cortar como se conoce lo ba haciendo por e! su finalidad de atrapar las arenas que transportan las el folio 417r de los «Veintiún Libros de los Ingenios
suelo gue a robado y ba robando». Durante todo el corrientes litorales. La longitud de estos diques, es y de la s Máquinas»:
siglo XVIll , el mar gana terreno debilitando la también mayor que la de los espigones, ya que se «Conviene tener noticia de los vientos y en que
flecha, llegando a desaparecer bajo las aguas el trata no sólo de establecer una barrera a las arenas forma será más seguro y donde será muy menos
Hospital San Juan de Dios. sino también de evitar que los propios sedimentos offendido el puerto y donde cargará menos arenas
Zalbálburu, ordena en 1708 que «se di scurriese que transporte el río puedan depositarse al aumen­ las holas; porque ésta es una de las más importan­
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tíssimas partes de toda esta materia y una de las más dragas de palas de mecanismo muy similar al G, la cual tiene aquel tornico E gue tiene al cabo
principales.» funcionamiento de una pala manual. aquella aspa F y su puerta es H, con una argolla que
y recomienda de un modo explícito: El caso más simple de accionamiento, lo encon­ tiene una cuerda para cerrar y abrir. .. ».
«De modo que yo he dicho que un tal puerto tramos en los manuscritos, Veintiún LibroJ de JOJ Este tipo ele dragas de pala son más eficaces
(natural) será muy mejor gue no el que es hecho a IngenioJ y de jaJ MáquinaJ descrito así: «J ucga en e cuando disponen para su maniobra ele ruedas de
manos de hombres en especial en playa, 0, en llano; sobre una clavija de hierro, y el hasta de la pala es pisar.
porgue ordinariamente estos tales lugares tiene D, donde vierte el loelo de la palac;a es en la tahona De mayor complejidad y eficacia son las dragas
poco hondo, y son muy trabajosos en el havellos de
fundar.» PROYECTO D~: l'N ,\llT.I.LE PR()VlSTO DF CIlU,\ ( 1 '"mP'11I<1 68.2)
El tratar de eliminar los depósitos de arena no
deseados por medio de ingenios mecánicos era la
única alternativa posible una vez que se han produ­
cido los aterramientos. Estos ingenios, llamados 11""/:N/F.\'I1/ I'INI /,J n.'/UiI<lU)J:¡J
(lltN . I.
dragas, van instalados generalmente sobre barcos
planos o chatos, de modo gue calen lo menos
posible para poder operar en aguas de profundida­
des pegueñas, llue es donde se precisa dragar. Por
138 med io del ingenio, se extrae del fondo la arena o
fango que se carga en una barcaza o gánguil Llue
.1 /
1
)
JI Jn~
tiene una trampilla inferior, de modo gue una vez . +­ . .....

llena del material dragado, se conduce hasta aguas


profundas, donde se pueden vaciar los sedimentos
sin que representen un peligro para la navegación. "'
..

Estas dragas fueron elementos poco eficaces, ya que ¡: J:. _


I
la capacidad de extraer sedimentos de este tipo de
ingenios, movidos por la fuerza humana, era muy
limitada, mientras gue la acumulación de sedimen­
.1' ..' . _
tos provocados por un oleaje gue no incide normal
a la costa alcanza con frecuencia cientos de miles de
metros cúbicos anuales. Sólo con la introducción de
la máqu ina de vapor se logra que las dragas sean ¿
T

capaces de una acción eficaz, pero su rápido éxito ./.,

debe mucho al conjunto de ingenios gue se diseña­


ron precisamente en el período colonial que esta­
C ' L/' _.. .
mos estudiando.
Entre las dragas más sencillas, se encuentran las
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de cuchara o almeja. Cons tan de un doble meca nis­ mente con ayuda de grúas, mientras que en un
mo, uno para abrir y cerrar la cuchara y el o tro que surgidero había que fondear la nao con va nas
es simplemente para elevar y bajar la cuchara. En anclas y cargar y descargar por medio de chalupas,
los V fin/iún L ibros de los Ingenios ji de las Máquinas se operación engorrosa y peligrosa .
ven detalles de una draga de es te tipo. A veces, para fijar los barcos, se amarraban a un
El siste ma de dragar con rastra o robad ora conjunto de pilotes hincad os en el fondo del mar,
consiste en arrastrar, con ayuda de lIna grúa fl o tan­ un sistema que había dad o buenos resultados en
te, un cajón por el fo ndo del mar hasta su llenado. rlandes; estas estructuras sencillas son los «Duques
E n los manuscritos citados se describe así: «Puédese de Alba.». Pero si bien permiten inmovi lizar el
sacar el lodo de un puerto con otro in strumento al barco mejor que con anclas, no cabe duda que no ,
.11..11« (1~·/ ''';;''/1,",./ ,..!. ¿u,"",
qual llaman en algunas partes rova, el qual sirve a facilitan mucho la o peración de carga y descarga.
,01 /j/". t~ ';'~:;lTur' J"
los labradores para allanar las he redades ... ». La solución adecuada es la cons trucción de
Las dragas co ntinuas constan a veces de ruedas muelles de piedra a los que se puedan amarrar los
J { ;/'''j M 1/.1.; ,
de rascar movidas por ru edas de pisar, co mo la que barcos. Ya hemos v isto cómo se cimentaban estas
fi g ura en los Vein/úin Libros de los In,genios ji de las estructu ras; veamos aho ra qué forma s adoptaban '---c.'...-:. )
Máquinas. Es algo así como una rueda de cang ilones sobre la superficie del agua. Su trazado en planta
que es accionada mediante engranajes por las ruedas era generalmente perpendicular a la costa a fin de
motrices. alcanzar calados suficientes para los barcos sin 139
Las dragas de rosario son también similares a los necesidad d e d raga r, siendo much o más escasos los -- , ' - - ---"-- (~ .............. '

ingenios de noria para saca r agua; tienen la ve ntaja muell es de ribera, o mue ll es paralelos a la 1Ínea de
PESCANTE DE HI ER RO (VéaJt p"n('/ 7 1.2)
de se r bastante flexibles frente a la profundidad de costa, precisamente por ese problema.
dragado , ya que en realidad el rosario de cangilones Es tos muelles a veces hac ían el papel de diques
puede arrastrarse más O menos po r el fondo . rompeolas por el lad o expuesto, mientras que la
pa rte abrigada servía de muelle, E jemplos de este
tipo encontramos en los manu scritos del XVI,
6. El pue1·to comercial: Muelles. Tinglados. Veintiún Libros de los Ingenios ji de las Maquinas, en que tenían que resistir el tiro de las amarras de los
Pantalanes. Aduanas los qu e vemos que el perfil del lado del dique barcos, para repartir la carga entre varios bloques.
adopta formas más o menos teóricas con la inten­ E l relleno interior del muelle, se hacía con hormi­
E l corazón del puerto, lo que lo dife rencia de un ción de suavizar el impacto de la ola rota sob re la gón fo rmado con cal, arena , gravas yagua, sirv ien­
si mple fond eadero, o surgidero, es el conjunto de estructura, mientras que el lado muelle es vertical y do como encofrad o la sillería exterio r. Era frecuente
instalacion es clue permiten hacer con facilidad las va provisto de la s argoll?s para amarre de los proteger el pie del muelle con esco llera para evitar
operaciones de carga y desca rga, el almacenamiento barcos y de bolardos. que el oleaje desca lce su cim entació n. En cuanto a
de las mercancías y control de ellas. Los pa ramentos exterio res del muelle se hacían los calados eran variables, reco mendando los ma­
D e todas las instalacio nes portuarias son Jos d e sillería a la que a veces se daba fo rma para nuscritos Veintiún L ibros ... : «Los muelles se han de
mu elles la s má s importa ntes, ya que permiten aumentar su trabazón y o tras se lañaba con hierros cavar tan hondos que renga n 20 ó 25 pies de hon­
atracar los barcos contra ellos y descargarlos fácil­ o con otros artifIcios es pecialmente en los si llares dura y que qualquier va si llo pueda entrar».
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En la práctica, los calados eran menores; este


problema de caJados se agravaba cuando el muelle
hac ía d e barrera del transporte de arenas, caso muy
frecu ente en costas abiertas.
En los puertos de América, la co nstrucció n d e
estos muelles de piedra fue tardía, ya que gene ral­
mente el dinero disponible se gastaba preferente­
mente en obras de fortificación; el mu elle del Ca llao
se constru ye baj o las órdenes del Conde de la
Monclova con Jos planos preparados por P. La
Madrid entre 1693 y 1696, co n una long itud de
60 m y una profundidad de tres brazas (5 m) que
pronto se aterró; en la Guaira se construyó bajo la
iniciativa privada de la Compañía Guipuzcoana,
qu e comerciaba sobre todo impo rtand o cacao, un
muelle de madera de 58 m de largo po r ocbo de
ancho, qu e permitía operar si multánea mente a
140 cinco barcos, construyendo además almacenes , edi­
ficios para oficinas y fábricas de pan y bizcochos.
En los Veintiún L ibros ... se describen los meca­
nismos empleados para amarrar el barco al muelle:
« ... y tene r cuenta de poner aldava s po r las
paredes; mu y bien hecbas de hierro, o so rtijas, o
argollas las cuales co nviene que sean muy gruesas y
grandes de tal modo que ellas sea n bastantes a tener
qualquier vasillo (barco); de mod o qu e también será BAH1A DE CARTAGEN¡\ DE Il'\J DlA S. SIGLO XVIII. AH.A S DE COLOMBIA. IN STITUTO GEOGR.AFICO i\GCST1N COI)AZZ I. BOGOT¡\.
1969.
necesa rio pone r unas piedras muy g ruesas puestas
de punta a modo de columnas, las quales piedras
han d e estar mu y bien ase ntadas dentro de las veces tenían también multiplicaciones a base de El siglo X IX cambia la fi sonomía de los puertos
paredes ... » « ... y asidas la s una s con las ot ras con sus polea s o po lipastos . También se empleaban multi­ americanos; para los barcos de vapor se construye­
presa s de hierro, o, gafa s bien emplomadas y si plicaciones de eng ranaj es de linte rna co n dientes de ron en La H aba na nu evos muelles en forma de U
serán de bronze o, de metal será mucho mejor». made ra, fáciles de sustituir en caso de ro tura . Como muy caracte rísticos, ya qu e estos nuevos barcos de
Sobre es tos muell es se col ocaban las g rúas por­ medida de seguridad empleaban trinquetes, un ru edas son mucho más fáciles de manio brar; el
tuarias qu e servían pa ra descarga r y cargar mercan­ artificio que ya dibujaba Leo nardo da Vinci en los ferrocarril se construye antes en la Cuba colonial
cías. Eran g iratorias y movidas por hombres que Códices de Madrid) y que bloquea el retroceso de la que en la metrópoli, y la s g rúas m etá licas imponen
pisaban en ruedas de g randes dimen siones, y a g rúa. una nueva tecnología esbelta y funcional. Un ejem­
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plo de gran belleza es la grua de hierro de San :Vlucho más suntuosas eran las aduanas reales para
Francisco. controlar lo que y las Casas Comer-
Además de l()s graneles muelles de piedra, se corno la que la
construyen otro tipo de estructuras más modestas cn el Puerto de la Guaira.
pero dl: gran ,. sencillez.
Son los panralanes: una estructura formada por
de madera verticales e inclinados que se
hincan en el fondo y sobre los que se constmye una
'~rnt"1''''''~ de una que ,lfve para
los barcos.
tornado esta de la voz
por la construcción generalizada
de embarcaderos que los tagalos y

va que el
corno con los

sobre los 141


en

hincados
y menores SI el
terreno de
Pero la gran
relación con
aterramientos
la sencilla cimentación de estacas no repre­
serlta un que corta el transporte de arenas

El almacenamiento de las mercancías


o de las que embarcarse se hacía en los
unos edificios a
dos aguas que estaban cubiertos por cerchas de
madera, unas estructuras sencillas que
obtener amplios con un coste

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