Publicación internacional de los adventistas del séptimo día

Ab r i l 2 00 8

Por los
sueños de una
madre
11 Evitando un 12 Mis piedras del 27 Jesús y el
ataque cardíaco Jordán sábado
 Abr il de 2008
IGLESIA EN ACCIÓN

Mensaje del editor........ 3

C O L L E G E
Informe Mundial
3 Noticias y perspectivas

N E W B O L D
Ventana
7 Una mirada a Cuba

D E
Perspectiva Mundial

C O R T E S Í A
8 Nuevos vientos ecuménicos

SALUD

NOTA DE TA PA Para reducir el riesgo de

Por los sueños de una madre ataque cardíaco .......... 11
Samuel Neves .............................................................................. 16 Allan R. Handysides y
El camino de cada cristiano es único. Pero tenemos en
Peter N. Landless
común que Cristo camina con nosotros.
PREGUNTAS BÍBLICAS

DEVOCIONAL Contra la violencia .... 26

Mis piedras del Jordán Stephen Dunbar ............................ 12 Ángel Manuel Rodríguez
¿Qué podemos conservar de nuestro encuentro con Cristo?
ESTUDIO BÍBLICO

VIDA ADVENTISTA Jesús y el sábado ......... 27

Una fe sólida en tierras del tsunami Mark A. Finley
Caroline V. Katemba Tobing ....................................................... 14
Uno de los desastres más devastadores de la década no INTERCAMBIO MUNDIAL
pudo apartarlos de la misión. 29 Cartas
30 El rincón de la oración
CREENCIAS FUNDAMENTALES 31 Intercambio de ideas
La vida, muerte y resurrección de Cristo
Elias Brasil de Souza ................................................................... 20 El rincón de las
Nuestra mayor esperanza se halla en el mayor suceso de la historia. personas ..................... 32
ESPÍRITU DE PROFECÍA
Un mensaje para nuestro tiempo Tapa: Cuando se graduó en New-
Elena G. de White ....................................................................... 22 bold College en 2004, Samuel Neves
¿Dónde hemos colocado el ancla de nuestra esperanza? concretó el sueño y las oraciones
de su madre. Cada día siente que es
HERENCIA ADVENTISTA un milagro viviente, especialmente
Un solo chelín de York Arthur W. Spalding ........................ 24 apartado por Dios.
¿Fueron todos nuestros pioneros verdaderos héroes de la fe?

Publicado por la Asociación General de la Iglesia Adventista del Séptimo Día. www.spanish.adventistworld.org

2 Adventist World | Abril 2008 C O R T E S Í A D E S A M U E L N E V E S

 Iglesia en acción
Se trata de un culto. No es un acto político o una actua-
Mensaje del ción. No es un evento medido por los instrumentos huma-

Editor
La multitud incontable
“Creo que hoy no tendremos una gran audiencia”, mur-
mura el presidente de asociación mientras esperamos el
comienzo del culto. “Por lo general, a esta hora tenemos más
gente. Creo que esto se debe a que . . .” –y entonces elige al
menos una causa de la siguiente lista:
“El clima está horrible hoy”;
“Hay otro gran evento al que todos están asistiendo”;
“Los jóvenes están practicando para un concierto/filme/
programa”;
“No tuvimos realmente tiempo de promocionar este culto”.
Me limito a sonreír, porque he estado alguna vez en su
lugar, procurando explicar por qué las multitudes esperadas
no se dignan a aparecer.
Él no sabe, ni tendré el tiempo de decirle, que poco impor-
ta esto de que la audiencia sume decenas o miles, que todos los
asientos estén ocupados, o que los himnos sean cantados por
multitudes, o por los pocos fieles que han aparecido.
nos, sean cifras, volumen o amplitud. En la hora del culto, los
creyentes entran en un diálogo con su Señor, que a menudo
se ve perjudicado en las congregaciones de miles de personas.
No podemos cambiar la Palabra del Señor, personalizada y
llena del Espíritu, por el sentido de seguridad que nos da el
participar en grandes eventos con mucha concurrencia.
El Cristo que venimos a adorar prometió que estará
presente con tan solo dos o tres personas reunidas en su
nombre y aunque predicó ante miles y tuvo compasión de las
multitudes, siempre mostró preferencia por los encuentros
más personalizados. No le avergüenzan las concurrencias
reducidas, ni su poder se ve restringido por las cifras. Su cá-
lido amor y su gracia sublime no son menores en presencia
de diez o veinte personas que ante la alabanza de un estadio
completo.
Por eso, si se reúne con solo unos pocos –como es el caso
de muchos adventistas– lo invito a cobrar ánimo y dejar de
pedir disculpas. Ya ha conseguido la audiencia necesaria.
El Señor dice: “Antes que clamen, yo responderé; mien-
tras aún estén hablando, yo habré oído” (Isa. 65:24).
— Bill Knott

INFORME MUNDIAL
Los auditores de la iglesia se reunieron en Tailandia
■ La mayor prioridad de los respon-
sables del Servicio de Auditoría de la
Asociación General (GCAS) es que las
finanzas de la Iglesia Adventista en el
mundo, se mantengan en orden. Más
de cuatrocientas personas, incluyendo
a los auditores, sus familias e invitados
junta del GCAS pudieron encontrarse
con un grupo considerable de audi-
tores. Debido a la presencia global de
la Iglesia Adventista, los auditores se
encuentran trabajando en cada una de
las trece divisiones mundiales.
“El seminario brindó una oportu-
G C A S

especiales, asistieron a un seminario nidad única de compañerismo y creci-

educacional en Chiang Mai, Tailandia, miento profesional —dijo Cooper—.
D E L

un lugar que se enorgullece de brindar Se hizo énfasis en la idea de que el ser-

EL ANFITRIÓN: Paul Douglas, director
C O R T E S Í A

alojamiento e instalaciones de primera vicio es un ministerio para la iglesia”.

clase, a un precio razonable. En su mensaje a los presentes, Paul del Servicio de Auditoría de la
Según Lowell Cooper, vicepresiden- Douglas, quien fue elegido hace poco Asociación General, habla durante la
P O R

te de la iglesia mundial, el encuentro como director del GCAS, expresó su segunda conferencia internacional del
fue importante debido a que por pri- aprecio por los cónyuges e hijos que GCAS en Chiang Mai, Tailandia.
F O T O

mera vez varios de los miembros de la día a día realizan sacrificios signifi-

Abril 2008 | Adventist World 3

 Iglesia en acción
INFORME MUNDIAL
cativos al apoyar el ministerio al que
cada auditor fue llamado. Reconoció
asimismo la contribución de Eric Korff,
quien se acaba de jubilar como director
del servicio, y desafió a cada auditor a
hacer suyo el lema “Para brindar exce-
lencia”. Douglas expresó que cada cual
debe abrazar el compromiso global del
servicio de auditoría, al brindar exce-
lencia mediante la complementación de
su aptitud con la correcta actitud.
El seminario, que duró una semana,
brindó oportunidad de crecimiento
espiritual, desarrollo profesional, así
como de interacción social con los
colegas de todo el mundo. En el área
espiritual, Robert J. Kloosterhuis, vi-
cepresidente de la iglesia ya jubilado,
compartió mensajes apropiados para el
trasfondo financiero de los presentes.
En el área de desarrollo profesional,
se ofrecieron 32 horas de educación
continua sobre definición y aplicación
de la ética, actualización en normas de
auditoría, revisiones de la metodología
estándar de auditoría del GCAS, temas
relacionados con el fraude, consejos y
herramientas para hablar en público,
habilidades esenciales de liderazgo y de
excelencia en el servicio, tan importan-
tes para la misión.
Con motivo de una cena especial,
se hizo mención de quienes cumplie-
ron hasta 25 años en la tarea. Lowell
Cooper, Robert Lemon, tesorero de la
iglesia mundial, y Jack Krogstad, presi-
dente de la junta del GCAS, brindaron
un tributo especial a los presentes y les
agradecieron por el destacado servicio
y el sacrificio que han hecho para Dios
y la Iglesia Adventista.
“Aprecié mucho la posibilidad que
se nos ha ofrecido de crecer profesional
y personalmente, a fin de servir”, dijo
Norbert Zens, director asociado para la
región de Euro-África.
Kim Tae-Sung, director asociado
en la sede de Corea, añadió: “Fue ma-
ravilloso reunirse, hablar y compartir
nuestro tiempo con colegas de todas
4 Adventist World | Abril 2008
partes del mundo, sabiendo
D A B R O W S K I / A N N
que somos uno en Cristo e
hijos de Dios”.
Organizado por la Iglesia
Adventista en 1977, el GCAS
lleva a cabo auditorías fi-
Jóvenes desde Camboya a Bangladesh se
R A J M U N D
nancieras estructuralmente
independientes, efectúa re- reunieron en Manila, Filipinas, el 7 de febrero
visiones de las operaciones para el primer encuentro de Hablemos en el
sudeste asiático.
F O T O :
financieras y comprueba el
grado de cumplimiento de
los reglamentos de más de
2.500 organizaciones denominacionales nal china para eventos formales. “La
de todo el mundo, que poseen activos iglesia tiene que hallar maneras signi-
estimados en veinte mil millones de ficativas de llegar a las personas dentro
dólares. Con un equipo de aproxi- de cada cultura. Es preciso que los va-
madamente doscientos profesionales lores de Dios tengan sentido y resulten
altamente calificados que operan desde significativos para cada cultura”.
cuarenta países, el servicio está capa- Tanto los participantes de la trans-
citado para brindar auditorías de la misión de Hong Kong como la del 7 de
más alta calidad a un costo muy bajo. febrero desde Manila, Filipinas, querían
—informado por el GCAS, con personal conocer la postura de Paulsen sobre el
de AW matrimonio, el divorcio y la soltería.
Al citar sus 52 años de casado,
Paulsen insta a los jóvenes a Paulsen enfatizó el valor de elegir un
participar en sus iglesias compañero con sabiduría y la impor-
■ La participación en la iglesia local es tancia del aconsejamiento prematri-
la mejor manera de impactar sobre la monial. Mencionó que debido a que el
comunidad adventista, dijo Jan Paul- matrimonio es un “compromiso, no un
sen, presidente de la Iglesia Adventista experimento” la convivencia antes de
mundial, a dos grupos de jóvenes reu- casarse “para probar” no representa un
nidos para las primeras transmisiones método aceptable de reducir las tasas
desde Asia del programa Hablemos. de divorcio.
Paulsen, instó a los jóvenes a partici- Paulsen mencionó la lealtad hacia
par activamente en las actividades de Dios, al responder preguntas del grupo
la iglesia, como en la vida espiritual de Manila, sobre la observancia del sá-
personal y respondió preguntas de bado. Cuando un estudiante de Myan-
estudiantes y jóvenes profesionales del mar dijo que algunos de los exámenes
Asia oriental. del estado solo se llevan a cabo los
Un tema que surgió con claridad en sábados, Paulsen mencionó el trabajo
la transmisión del 10 de febrero desde del departamento de Relaciones Pú-
Hong Kong fue cómo lograr que el blicas y Libertad Religiosa de la iglesia
adventismo, una religión de raíces occi- que busca eliminar la discriminación
dentales, resulte relevante en el Asia. El religiosa.
grupo estuvo compuesto, entre otros, Un estudiante preguntó si está bien
por jóvenes de China continental, ignorar la observancia del sábado para
Hong Kong y Taiwán. ganar el favor de un profesor o un jefe.
“No debemos sacar a las personas “Bajo ninguna circunstancia tenemos
de su cultura”, dijo Paulsen, vestido con que comprometer el reposo sabático”,
un changshan rojo, la prenda tradicio- respondió Paulsen.
 INFORME MUNDIAL
Cuando los jóvenes confían en
Dios, también pueden depender de “su
mente y sano juicio”, enfatizó Paulsen
durante ambas transmisiones. “Escu-
chen, ustedes saben lo que es correcto”,
dijo en respuesta a preguntas sobre la
música, los filmes y otras opciones de
entretenimiento, y entonces compartió
las pautas que utiliza para elegir mú-
sica: “¿Sirve para adorar a Dios? ¿Me
transmite un mensaje de él? ¿Me acerca
a la comunidad de los creyentes?” De
lo contrario, es mejor no escucharla,
afirmó.
Varias preguntas se relacionaron
a las actividades apropiadas para un
adventista. ¿Deberían participar los
adventistas promoviendo campañas
políticas, siendo candidatos, aso-
ciándose con otras denominaciones,
practicando deportes de manera com-
petitiva? La respuesta positiva de Paul-
sen a cada pregunta se vio equilibrada
por una advertencia: No dejen que
nada perjudique vuestro compromiso
con Cristo. “Si buscan ser elegidos para
un cargo, no confundan la agenda del
estado con la misión de la iglesia”.
“Sepan dónde están parados y no
comprometan su identidad”, pero reco-
mendó también no encerrarse dentro
de una comunidad únicamente adven-
tista. “Cristo nos envió a encontrarnos
con los demás. Por eso, no sean solo
observadores; vayan con convicción,
con la seguridad de quiénes son y el
valor de lo que tienen para ofrecer”,
dijo.
Cuando un participante de Cambo-
ya cuya familia murió en el genocidio
de Pol Pot, preguntó si Dios permitiría
que llegara gente al cielo aunque nunca
hubieran tenido oportunidad de acep-
tar a Jesús, Paulsen le aseguró que Dios
era “generoso” más allá de la compren-
sión humana. “¿No lo hace feliz saber
que es él el que en último término
responderá sus interrogantes?” —por
Elizabeth Lechleitner, Red de Noticias
Adventistas, y personal de AR
L O S A D V E N T I S TA S C O L A B O R A N PA R A
sanar las heridas de Kenia,
afirma líder regional de la iglesia.
En el país hay más de seiscientos
mil adventistas.
Elizabeth Lechleitner,
asistente editorial, Red de Noticias Adventistas
M ientras Kenia se debate en medio de la violencia
W O R L D
que resultó de la disputada reelección del presiden-
te Mwai Kibaki, un líder de la iglesia afirma que la sólida EMISARIOS DE PAZ:
El pastor Geoffrey
R I C H L I / A D V E N T I S T
comunidad adventista, de más de seiscientos mil inte-
grantes, puede ejercer una influencia positiva sobre los Mbwana, presidente
esfuerzos de reconciliación. de la iglesia para
Geoffrey Mbwana, líder de la Iglesia Adventista en la región de África
la zona de África Central-Oriental, con sede en Nairobi,
Central-Oriental, dice
dialogó con ANN acerca de un programa especial en que
que los miembros
B E AT E
pastores y líderes eclesiásticos adventistas predican el per-
dón y el respeto por la vida, tanto desde el púlpito como pueden jugar un papel
destacado en la
D E
desde la mesa de negociaciones. Para él, solo cuando los
adventistas defiendan valores cristianos por sobre las leal- pacificación de Kenia.
F O T O
tades tribales, la iglesia será capaz de evitar repetir otra
Ruanda.
A pesar de los problemas de seguridad, Mbwana dice que los adventistas es-
tán asistiendo a las personas afectadas, organizando reuniones sabáticas en los
campos de refugiados y distribuyendo alimentos, prendas de vestir y otros ele-
mentos básicos entre los desplazados. He aquí algunos fragmentos del diálogo:
Red de Noticias Adventistas: Sam Ongeri, actual ministro de Educación de
Kenia, es adventista, y usted ha mencionado que varios de los jueces y otras
personalidades destacadas del país también lo son. ¿Han logrado desde sus
puestos motivar la opinión pública hacia la reconciliación?
Geoffrey Mbwana: Sí, el profesor Ongeri estuvo entre los cuatro líderes de-
signados por el presidente Kibaki para representar a su partido, en la mesa
de negociaciones con Kofi Annan. El encuentro inicial fue televisado; Annan
estaba por dar inicio a la reunión, y Ongeri solicitó cortésmente comenzar con
una plegaria. Se le indicó entonces que él mismo la elevara, lo que creo fue una
contribución muy positiva.
¿Tiene la participación política un lado oscuro? Me refiero al peligro de que
las lealtades políticas puedan eclipsar las lealtades cristianas.
Tenemos gente en las dos facciones políticas. Pertenecen a este país y participan
en la vida política del mismo. Hay miembros del Parlamento que son adven-
tistas. El profesor Ongeri fue designado por el propio presidente Kibaki. Todo
esto evidencia que nuestros miembros se encuentran activos en la vida política
de la nación. Lo que le sucede a la población general afecta a nuestra gente.
Esperamos que continúen entendiendo que la vida es más importante que la
política o el partido que defendemos. Pedimos a nuestros feligreses que mues-
Abril 2008 | Adventist World 5
 Iglesia en acción
INFORME MUNDIAL
tren la diferencia que significa ser cristiano, y especialmente
adventista.
¿Qué puede decir de la comunidad adventista en general?
¿Piensa que los adventistas de Kenia están adoptando posi-
ciones irreconciliables? ¿Podría esto transformarse en otra
Ruanda, donde algunos adventistas lucharon entre si?
Por ahora no vemos que suceda. Pero si los temas en discusión
no son enfrentados y no se hallan soluciones, pueden crecer
hasta transformarse en una situación de desafortunada magni-
tud. Lo que hacemos actualmente es visitar las congregaciones
y nos reunirmos con los pastores, especialmente en las zonas de
mayor violencia. Hemos estado predicando la reconciliación, el
amor y el respeto por la vida de los demás, el perdón y la paz.
¿Cuál ha sido el costo de la violencia en la población adven-
tista de Kenia?
Por ahora no sabemos de ningún adventista que haya perdido
la vida, pero como es un poco difícil obtener información,
no podemos asegurarlo. En términos de infraestructura, sí; la
casa de un guardia de seguridad de la Universidad Adventista,
en Baraton, casi fue incendiada. Varios hogares de docentes,
fuera del campus, fueron destruidos y una de nuestras escuelas
fue quemada casi por completo. La violencia ha afectado a
nuestros miembros; muchos de ellos se hallan en campos de
refugiados. En Eldoret, occidente del país, hay casi trescientos
adventistas que se reúnen cada sábado en uno de los campos
de refugiados. Hay muchos, muchos adventistas en otros cam-
pos, que estamos visitando en la medida de lo posible.
¿Cómo se puede convencer a los adventistas de etnias
opuestas a que opten por el perdón, a pesar de las rivalida-
des existentes?
Básicamente tenemos que apelar a la orientación espiritual,
porque gracias a Cristo todos tenemos la misma sangre. Exis-
ten diferencias étnicas, pero eso no es tan importante, porque
somos de la misma familia. Jesús respetaba tanto la vida, que
dio su propia sangre para que pudiéramos vivir. Entonces, en
lugar de derramar la sangre de otra persona, deberíamos estar
allí para apoyar a los demás. Ese es el espíritu de Cristo. Estamos
tratando simplemente de llevarlos más allá de los sentimientos
étnicos, no solo para que adopten los poderosos valores cristia-
nos de la humanidad, sino para que vivan realmente a ese nivel.
Ideológicamente, suena atractivo. Sin embargo, ¿cómo puede
traducirse esto a consejos prácticos y resultados concretos?
Uno de los consejos que hemos dado a las personas de diversas
etnias y en los campos de refugiados, es que se relacionen con
los otros grupos mediante actos de bondad; hay gente de los
dos lados de esta lucha étnica que se han visto afectadas por
la situación y en este momento necesitan ayuda. Hemos ani-
6 Adventist World | Abril 2008
mado a nuestras iglesias a ayudar a todos sin distinción, reali-
zando actos de amor y bondad. Este mensaje es bien recibido.
Asimismo, algunas iglesias han ofrecido servicios voluntarios
de aconsejamiento para niños y personas desplazadas. Algunos
voluntarios han ido a cuidar niños huérfanos en los campos
de refugiados, y todas nuestras iglesias están recolectando ali-
mentos y prendas de vestir y enviando provisiones por medio
de ADRA o en forma particular. No es el trabajo de uno o dos;
representa el esfuerzo de cada pastor y líder, para predicar la
reconciliación y ocuparse de cualquier tema que pueda surgir
en el ámbito local.
¿Qué tipo de reacciones han despertado estas iniciativas?
En los lugares que pude visitar, la gente ha respondido de
manera muy positiva (me refiero a los adventistas, por su-
puesto). Cada vez que hablamos con ellos, nos dicen: “Este es
el mensaje que necesitábamos”. En algunos lugares remotos y
aún sumamente peligrosos, nos han dicho: “No sabíamos que
llegarían hasta aquí y arriesgarían sus vidas por nosotros”. Se
sintieron muy felices y animados al ver y escuchar a los líderes.
¿Cree usted que este mensaje está teniendo influencia más
allá de las esferas adventistas?
Creemos que es posible. Hemos expresado nuestro deseo
de reunirnos con los líderes de cada facción, aunque aún no
hemos podido hacerlo. Creemos que nuestra función, si bien
no es tan importante como nos gustaría que fuese —en parte
debido a que hay lugares a los que no podemos acceder por
razones de seguridad— está teniendo un impacto positivo y
podría contribuir a buscar la reconciliación y sanar las heridas.
Ayer mismo fui invitado a hablar en un encuentro interreli-
gioso que iba a ser transmitido públicamente, pero por alguna
razón se pospuso. De no ser así, hubiera participado con
mucho gusto. En la iglesia misma, estamos comenzando a ver
que la gente se reúne y dice: “Sí, necesitamos amarnos unos a
otros, necesitamos olvidar estas diferencias”.
Los feligreses de todo el mundo están preocupados por la
situación de Kenia. ¿Hay algo más que usted quisiera que
sepan?
Quiero decir que estoy tan agradecido a los miembros de aquí
de Nairobi, del país en general y de todo el mundo, que han
dado de su tiempo y que han hecho esfuerzos en pro de los
necesitados. Nuestros jóvenes han trabajado como voluntarios
en ADRA distribuyendo alimentos y prendas de vestir. Este es
por cierto el espíritu cristiano que necesitamos. Hemos recibi-
do gran apoyo de los adventistas de todo el mundo en térmi-
nos de consejos y oraciones. Asimismo, al tener que evacuar a
los obreros de la universidad y el hospital, recibimos el apoyo
de la sede central de la iglesia. Los líderes nos han acompaña-
do en todo momento.
 R A
R E
R
E
H
O

T
R
C O J U R A D
C I S

E
O
A N

B
F R

R I
H E
V E N TA N A

Una mirada a
Cuba Hans Olson,
Secretaría de Misión Adventista
el mayor productor de azúcar del
mundo. Diversos embargos comer-
ciales de las últimas décadas han limi-
tado su economía, pero la exportación
de tabaco y azúcar siguen siendo importan-
tes para la economía de la nación.

A
penas 150 kilómetros separan a Cuba de la costa de los
Estados Unidos. Esta nación caribeña, compuesta por
un archipiélago, es el único país comunista del hemis-
ferio occidental y ha tenido una relación difícil con los Estados
Unidos desde la década de 1960. Actualmente cuenta con once
millones de habitantes. Considerada en el pasado un destino
muy atractivo para vacaciones, durante el último medio siglo
ha sufrido restricciones políticas y económicas.
Cristóbal Colón, en su famosa exploración del “Nuevo
Mundo”, descubrió Cuba en nombre de España en 1492. Du-
rante los siglos siguientes llegaron esclavos para trabajar en las
plantaciones de café y azúcar. Asimismo, las naves españolas
de América Central y del Sur hacían escala en su camino a
Europa, lo que convirtió a La Habana en un importante puer-
to del imperio hispánico.
Aunque fue ocupada brevemente por los británicos, la isla
siguió siendo una colonia española hasta 1868, cuando declaró
su independencia. Aunque la mayoría de las demás colonias
del Nuevo Mundo alcanzaron la independencia mucho antes,
este territorio siguió leal a España, acaso debido al valor de sus
exportaciones a Europa y su preocupación por la influencia de
los Estados Unidos en la región.
España continuó controlando el país hasta 1895, cuando
una revolución al mando de José Martí y la intervención de los
Estados Unidos resultaron en el establecimiento de la Repúbli-
ca de Cuba.
Hasta la asunción del presente gobierno en 1959, Cuba era
CUBA
El adventismo en Cuba
Como secretario de la Junta de Misión de la Asociación
General, la visita de W. A. Spicer a Cuba en 1902 y los subsi-
guientes artículos en la Review and Herald fomentaron el co-
mienzo del colportaje y la obra médico misionera, en el otoño
de 1903.
Unos años después, la Iglesia Adventista organizó oficial-
mente la Misión Cubana y en 1905, se formó la primera con-
gregación en un suburbio de La Habana.
Los primeros conversos cubanos fueron Pedro Cruz y Ma-
nuel Ávila. Cruz conoció a varios misioneros adventistas, leyó
sus libros e invitó a su amigo Ávila a asistir a las reuniones.
Los dos fueron bautizados el 18 de mayo de 1907. Ese año,
otras ocho personas se hicieron adventistas.
En 1935, el programa radial La Voz del Atalaya conducido
por Miguel Vásquez, comenzó a transmitir desde La Habana.
En 1942, el Departamento de Radio de la Asociación General
designó a Braulio Pérez Marcio para preparar programas en
español que fueron transmitidos a todo el Caribe. Aunque los
programas radiales ya no existen, aún sigue funcionando una
escuela bíblica por correspondencia.
La iglesia tenía cuarenta escuelas primarias cuando en
1961 el sistema educativo privado fue prohibido. El Seminario
Adventista de Cuba está activo pero con menos alumnos que a
comienzos de los años sesenta.
En 1994, había unos once mil adventistas en Cuba. Solo
seis años después se duplicó esa cifra. Hoy día, la Iglesia
Adventista continúa
creciendo, y muchas
U.S.
Nassau Atlantic

congregaciones han
rida
Ocean

Capital La Habana
Gulf of Mexico s of Flo
Strait

superado la
The
Bahamas

Idioma oficial español Havana capacidad de sus

Religiones cristianos (católicos, protestantes), Golfo de
Batabanó
instalaciones.
judíos, animistas Si desea saber más de
Yu
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la Iglesia Adventista
e
l

Cuba

Población 11.200.000 habitantes

en Cuba visite el sitio
Caribbean Sea

Feligresía adventista 26.000

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Pa
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www.Adventist
W

Haiti

Relación adventista
George Town

Mission.org.
por habitante 1:430
Haiti
Jamaica

Kingston

Abril 2008 | Adventist World 7

 Iglesia en acción
PA N O R A M A M U N D I A L
S
oplan nuevos vientos en el ámbito
cristiano, con potencial como para
transformar el movimiento ecuménico.
¿Cómo deberíamos los adventistas —
siempre interesados en los eventos del
fin— relacionarnos con ellos?
Del 6 al 9 de noviembre de 2007,
unos 250 líderes cristianos de más de
setenta naciones acudieron a Limuru,
Kenia. Este grupo extremadamente
diverso, que se reunió bajo el título de
Foro Cristiano Mundial (GCF), fue parte
de un encuentro por demás significativo.
Por primera vez, pentecostales y evangé-
licos se sentaron a dialogar con católicos,
protestantes, ortodoxos y representantes
de las iglesias africanas. Muchos califica-
ron a este encuentro como histórico ya
que fue algo sin precedentes.
El evento se produjo en vísperas del
sexagésimo aniversario del Concilio
Mundial de Iglesias (WCC). Desde 1948,
cuando se creó con la esperanza de unir
a las iglesias, han ocurrido grandes cam-
bios en el mundo cristiano:
■ El centro de gravedad se ha despla-
zado. Europa y los Estados Unidos han
dejado de ser un eje y se han estancado,
mientras que el cristianismo está cre-
ciendo velozmente en África y Asia. En
la actualidad, en el hemisferio sur hay
cuatro veces más cristianos que en el
norte (u “Occidente”). Los misioneros
del sur también ya han superado a sus
colegas occidentales.
Sin embargo, deberíamos notar un
cambio aún más importante. El cristia-
nismo “del sur” es mucho más conser-
vador que el de las iglesias “principales”
–que conforman la mayor parte del
WCC. Otorga mayor autoridad a las
William G. Johnsson
es asistente de Relacio-
nes Interreligiosas del
presidente de la Iglesia
Adventista.
8 Adventist World | Abril 2008
Nuevos
vientos
ecumenicos
William G. Johnsson
Escrituras, posee una comprensión
integral del mundo natural y sobrena-
tural, y brinda un papel mucho más
prominente a la doctrina y experiencia
del Espíritu Santo.
■ El movimiento evangélico ha llegado
a ser una fuerza mundial, traspasando las
barreras denominacionales. Los evangé-
licos, más allá de su iglesia en particular,
están unidos por su creencia en la con-
fiabilidad de la Biblia, en la obra expia-
toria de Cristo por su muerte en la cruz,
en la necesidad de conversión y evange-
lismo, y en la segunda venida. La Alianza
Evangélica Mundial afirma estar confor-
mada por 420 millones de cristianos.
■ Los pentecostales crecen con mayor
rapidez. En su manifestación moderna,
el movimiento comenzó en 1904 en
Los Ángeles, Estados Unidos, como una
franja marginal dentro del cristianismo.
Era un movimiento de reavivamiento
que apelaba a los pobres y era despre-
ciado por la sociedad, pero se extendió
a todo el mundo. No tiene estructura u
organización unificada, sino más bien se
centra en la congregación, enfatizando
la experiencia personal del Espíritu San-
to. Como es difícil definir con claridad
lo que significa ser pentecostal, las esti-
maciones de la fortaleza del movimiento
varían mucho. Sin embargo, en general
los observadores están de acuerdo en
que los pentecostales-carismáticos su-
man más de quinientos millones.
■ El cristianismo ha tenido un cre-
¿Podrá el Foro
Cristiano Mundial
unir a las iglesias?
cimiento explosivo en el África. El mo-
vimiento carismático ha dado origen
a nuevas iglesias autóctonas conocidas
como las Iglesias Instituidas Africanas;
cuentan con congregaciones más allá
de sus fronteras nacionales, llegando
inclusive a Europa y América. Ofrecen
una religión de celebración, y utilizan
símbolos, música y danzas que reflejan
la cultura africana. Es probable que este
movimiento cuente con cien millones de
seguidores.
Estos cambios sustanciales se pro-
dujeron debido a que los evangélicos se
desencantaron cuando en la asamblea
mundial de 1968, llevada a cabo en Up-
sala, Suecia, la organización giró brusca-
mente hacia la acción social y la política.
Los pentecostales, inicialmente des-
preciados por las iglesias tradicionales,
albergan hostilidad hacia el movimiento
ecuménico representado por el WCC;
las nuevas iglesias africanas y el WCC
tienen muy poco en común.
Hoy día, sesenta años después de su
fundación, el WCC está en búsqueda de
su identidad. En los últimos veinte años,
tanto su personal como su presupuesto
se han visto drásticamente reducidos.
La organización no ha logrado atraer a
grupos que representen a cantidades im-
portantes de cristianos y a pesar de sus
más sinceros esfuerzos, las iglesias que
lo conforman no han podido alcanzar
el requisito básico de aceptarse mutua-
mente en el amor de Cristo.
F O T O S : C O R T E S Í A D E H E R B E R T VA N B E E K .

Con este trasfondo, en

1998 se concibió el concepto
de Foro Cristiano Mundial
(GCF). Hubert van Beek,
que trabajó largo tiempo en
el WCC, pasó los siguientes
nueve años como planifica-
dor y organizador del evento
que finalmente se llevó a
cabo en noviembre pasado.
Fue asistido por una comi-
sión directiva conformada
básicamente por voluntarios
pertenecientes a diversas
tradiciones. Mel Robeck, un
pentecostal que es profesor
de historia eclesiástica del
Seminario Fuller en Califor-
nia, tuvo un papel clave para
convencer a muchos líderes
pentecostales que debían
asistir al GCF.
Las ideas del GCF fueron probadas
Arriba: UNIDOS EN ORA-
en primer lugar en encuentros regio-
CIÓN: El encuentro del nales en diversas partes del mundo.
Foro Cristiano Mundial La comisión directiva concluyó que la
en Limuru, Kenia, estuvo única forma en que los pentecostales
caracterizado por cultos se sentirían cómodos como miembros,
animados y la interac- sería en caso que se garantizara que
ción de los presentes. ellos y los evangélicos conformaran al
menos el cincuenta por ciento de todos
Derecha: AMPLIA RE-
los presentes. Esto es lo que en efecto su-
PRESENTACIÓN: Entre
cedió en Kenia. Los pentecostales fueron
los asistentes al Foro el grupo más numeroso y tuvieron un
Cristiano Mundial hubieron delegados del Ejército de Salvación, la Asamblea papel principal en las sesiones plenarias
de Dios, la Iglesia Ortodoxa de los EE.UU., el Concilio Mundial de Iglesias, el y grupos de discusión. Los dos trabajos
Concilio Pontificio para la Promoción de la Unidad Cristiana y la Asociación principales presentados en los plenarios
de Comunicadores cristianos. pertenecieron a eruditos pentecostales.
El GCF se reunió durante cuatro días

Desde 1948 cuando se creó cerca de Nairobi, en un complejo perte-

neciente al Concilio Nacional de Iglesias
de Kenia. El WCC y sus socios financia-
el Concilio Mundial de Iglesias ron la mayor parte del evento y los orga-
nizadores pagaron los gastos de muchos
con la esperanza de producir de los asistentes. Tres adventistas estu-
vieron presentes: John Graz, director de

nexos, han ocurrido grandes Relaciones Públicas y Libertad Religiosa

de la Asociación General; John Kakem-

cambios en el mundo cristiano. bo, director Ministerial de la División

del África Central-Oriental con sede en
Nairobi y quien escribe este artículo.

Abril 2008 | Adventist World 9

 Iglesia en acción
PA N O R A M A M U N D I A L
El expreso propósito del GCF fue
“crear un espacio donde los represen-
tantes de una amplia gama de iglesias y
organizaciones interdenominacionales,
que confiesan al Dios de la Trinidad y a
Jesucristo como perfecto en su divini-
dad y humanidad, puedan juntarse para
fomentar el respeto mutuo y explorar y
enfrentar juntos, desafíos comunes”. A
diferencia de las reuniones ecuménicas
del pasado, en el GCF el elemento afecti-
Debemos estar alertas
y reflexionar acerca de
la manera en que los
adventistas nos relacionemos
a estos vientos de cambio.
vo (emocional) jugó una parte destaca-
da. Los cultos de adoración, a excepción
del ortodoxo, fueron animados. Los
africanos brindaron un sabor distintivo
al encuentro.
Para muchos, el punto culminante
se produjo el primer día. Los asistentes
se dividieron en grupos preasignados de
treinta personas y cada uno tuvo quince
minutos para dar un testimonio de su
relación personal con Cristo. Resultó
muy poderoso y emocionante escuchar
los elementos comunes del llamado y
la intervención divina, sin importar
la tradición religiosa de cada uno. En
estos grupos se derribaron las barreras
denominacionales; los días restantes, la
actividad se construyó sobre la buena
voluntad ya establecida.
10 Adventist World | Abril 2008
El GCF pasó su último día y me-
dio evaluando lo que había sucedido
y tratando de determinar el rumbo a
partir de esa instancia. Los asistentes
expresaron su aprecio por el evento,
que consideraron un avance, e instaron
a: mantener las estructuras al mínimo,
que el GCF evite llegar a ser una nueva
organización, que el proceso continúe
en los niveles regionales y locales, y que
se reconstituya y agrande la comisión
de planificación del GCF. En el futuro
se determinará si es preciso realizar otro
encuentro mundial.
La mayoría de los presentes se fueron
entusiasmados. Sintieron que habían
sido parte de algo especial, acaso histó-
rico. ¿Será el GCF visto a partir de ahora
como un hito frente al fracaso del WCC
y del antiguo ecumenismo, y como parte
de un nuevo e impredecible ecumenis-
mo? El tiempo lo dirá.
La reacción de los adventistas a estos
vientos de cambio requiere estar alertas
y realizar un cuidadoso análisis. Nunca
hemos sido miembros del WCC y nos
hemos mantenido a distancia del ecu-
menismo defendido por la organización.
Para nosotros, el sentido de la misión a
todo el mundo, ordenada por Dios, no
puede verse debilitada o comprometida
por la vinculación con otros organismos
cristianos. No asumimos el papel de jue-
ces: simplemente nos concentramos en
nuestra misión y dejamos que otros res-
pondan al Señor por el llamado recibido.
Es verdad que también deseamos la
unidad de los creyentes por la cual oró
Cristo antes de ir a la cruz. Sin embargo,
ésta debería ser una unidad ¿sobre qué
base? ¿A qué precio? Para nosotros, la
unidad cristiana solo puede producirse a
partir de creencias compartidas basadas
en la Biblia.
Asimismo, nuestra comprensión de
la historia y la profecía nos hace dudar
de las coaliciones cristianas. A menudo
éstas han resultado en la coerción de la
conciencia, y Apocalipsis 13 señala un
movimiento similar justo antes de la
venida de Cristo.
Felicitamos a los hombres y mujeres
de buena voluntad de todo el mundo.
Durante unos ochenta años, el regla-
mento de nuestra iglesia ha declarado:
“Reconocemos a los organismos que en-
salzan a Cristo ante los hombres como
parte del plan divino de evangelización
al mundo, y tenemos en gran estima a
los cristianos de otras comuniones que
se dedican a ganar almas para Cristo”
(p. 110). Llevamos a cabo diálogos
teológicos con otras iglesias, buscan-
do comprender y ser comprendidos.
Cuando es posible, trabajamos juntos en
proyectos de libertad religiosa y ayuda a
los necesitados, así como Elena de White
se unió en sus días con otros organismos
cristianos para luchar contra el tráfico
del alcohol.
Con alegría adoramos junto a otros
cristianos, orando con y por ellos, y
sus ministros. En esto los adventistas
estamos mucho más adelantados que
las iglesias del WCC: todos son bienve-
nidos a la mesa del Señor, no importa
su denominación. Ese es el tipo de ecu-
menismo —y solo ese— en el que nos
sentimos libres de participar.

Mi mamá, de solo 50 años, acaba de
tener un ataque al corazón. Nos preo-
cupa porque parecía sana. Mi hermano
tiene 27 años y yo 24. ¿Significa que
también tenemos riesgo de sufrir un
ataque cardiaco?
E s una buena pregunta y es algo que
su doctor debería determinar. El
British Medical Journal informó en su
número del 8 de septiembre de 2007
que la evaluación de los miembros del
grupo familiar puede ser muy útil en
estos casos.
En un estudio de 130 mil familias,
los que tenían uno o más integrantes
con enfermedades cardíacas represen-
taron el setenta por ciento de quienes
experimentaron ataques tempranos y
ochenta por ciento de derrames prema-
turos. Sin embargo, representaron tan
solo el catorce por ciento de la pobla-
ción general. Esto significa que la pre-
disposición familiar a las enfermedades
cardíacas es algo serio. Los investiga-
dores estimaron que hasta el cincuenta
por ciento de los ataques cardíacos pre-
dichos podrían haber sido evitados con
la intervención apropiada.
En primer lugar, su doctor evalua-
rá los indicadores de riesgo, es decir,
niveles de colesterol, peso, presión
sanguínea y estilo de vida. ¿Hace usted
ejercicio? ¿Qué porcentaje de grasas y
de grasas saturadas hay en su dieta? ¿In-
giere suficientes nueces y ácidos grasos
omega 3?
Aunque su madre probablemente
esté tomando medicamentos, lo mejor
que podría hacer es buscar un progra-
ma de rehabilitación cardíaca y hacerlo.
La Harvard Heart Letter recomienda
este tipo de rehabilitación a quienes
hayan pasado por alguna de las siguien-
Para reducir el riesgo de
ataque cardíaco Allan R. Handysides y Peter N. Landless
tes situaciones: ataque cardíaco, an-
gioplastias, cirugías de bypass cardíaco,
reemplazo de válvulas, transplante de
corazón o angina de pecho crónica. En
varios países las compañías de seguros
médicos suelen cubrir el costo de este
programa.
El estilo de vida que promueve la
Iglesia Adventista también reduce el
riesgo de sufrir un ataque al corazón
pero depende de usted decidir hacer lo
correcto.
Tengo fibromas. Rechacé la cirugía
porque tenía miedo de que fuera
necesaria una histerectomía y deseo
tener hijos. Tengo 33 años. ¿Qué me
aconseja?
L os fibromas son formaciones suaves
de músculo liso, que crecen general-
mente en el útero y que en general son
tumores benignos. Interfieren con el
flujo de la sangre que ingresa y sale del
útero y a menudo causan disturbios en
el flujo menstrual, produciendo sangra-
do excesivo. Pueden afectar la fertilidad
y ocasionalmente pueden producir la
pérdida del embarazo.
Los fibromas varían desde el tamaño
de un maní, prácticamente invisibles,
hasta el tamaño de una pelota de fútbol,
y en ese caso pueden presionar y cau-
sar dolor y distensión abdominal. Los
progresos recientes han permitido a los
ginecólogos y radiólogos utilizar una
nueva gama de tratamientos.
Muchas mujeres tienen embarazos
exitosos a pesar de los fibromas, aunque
el mismo embarazo puede hacer que
éstos crezcan con rapidez y que se pro-
duzca una degeneración del centro del
fibroma (llamada “degeneración roja”),
que puede ser muy dolorosa.
Los fibromas pequeños que cuelgan
de la cavidad del útero o bajo la super-
ficie del endometrio, a veces pueden ser
removidos por medio de un histerosco-
S A L U D M U N D I A L
pio, que es como un telescopio pequeño
que se inserta por el cuello uterino.
En caso de ser aconsejable la cirugía
(llamada miomectomía), siempre se le
advierte al paciente que podría ser nece-
sario realizar una histerectomía urgente.
Esto se debe a que, en algunos casos, es
difícil controlar el sangrado, o los fibro-
mas pueden ser tan numerosos que el
útero queda afectado definitivamente.
En la práctica sin embargo, debido
al uso de soluciones vasoconstrictoras
que se inyectan alrededor del fibroma y
que éstos suelen detectarse cuando son
pequeños, el riesgo de sufrir una histe-
rectomía es mucho menor. Quizá, a los
33 años, uno de los mayores riesgos es
el paso del tiempo y la disminución de
la fertilidad.
Le aconsejo que procure quedar
embarazada tan pronto como pueda.
Los problemas de fertilidad requieren
de una identificación inmediata. Si se
piensa que los fibromas son causa de
infertilidad, debería considerar que se
los extirpen. Muchas mujeres, o sus
médicos, dejan pasar el tiempo y luego
descubren que no se puede concebir
por la edad. Recomiendo que solicite
la ayuda de un ginecólogo responsable
que tome muy seriamente sus aspiracio-
nes a la maternidad.
Allan R. Handysides, M.B.,
Ch.B., FRCPC, FRCSC, FACOG,
es director del departamento
de Ministerios de Salud de la
Asociación General.
Peter N. Landless, M.B., B.Ch.,
M.Med., F.C.P.(SA), F.A.C.C., es
director ejecutivo del ICPA y di-
rector asociado de Ministerios de
Salud de la Asociación General.
Abril 2008 | Adventist World 11
D E V O C I O N A L

Ú ltimamente, he estado pensando

en el río Jordán.
No me refiero al Jordán espiritual
que los fieles que ahora aguardan la
“tierra prometida” celestial han cru-
zado antes de mí... No he estado pen-
sando en el Jordán moderno, rodeado
de problemas militares y políticos. Ni
siquiera he estado meditando en el po-
deroso Jordán que representó un gran
obstáculo para el Israel del Antiguo
Testamento.
En realidad no es el Jordán mismo
que he estado contemplando, sino sus
piedras.
La segunda generación
En el capítulo 4 de Josué se relata
ese momento emocionante cuando la
segunda generación de los hijos de Israel
marchó detrás del “arca del pacto del
Señor de toda la tierra” (Josué 3:11).
Durante los últimos cuarenta años,
estos hijos de esclavos fugitivos habían
empezado a perder las esperanzas y
su visión comenzaba a decaer. A pesar
de que en el desierto su calzado y sus
ropas nunca se habían gastado, siempre
habían tenido alimento y donde acam-
paban surgían fuentes de agua, no eran
capaces de ver lo obvio. A pesar de que
tenían más ganado y dinero que la ma-
yoría de las naciones contemporáneas,
y a pesar de que la nube los protegía del
calor agobiante del día y la columna de
fuego los guiaba de noche, habían per-
dido la capacidad de asombrarse ante
los milagros de cada día. Para entonces
el Mar Rojo era solo una experiencia
de sus padres, y la canción de Moisés,
historia antigua. No habían sido parte
de ese enorme milagro que había hecho
que las naciones vecinas temieran el
poder de su Dios. Era un relato de se-
gunda mano (véase Josué 2:10).
Con la muerte reciente de Moisés
(Deut. 34:8), la nueva generación de
israelitas había presenciado la pérdida
de casi todos los que habían “cruzado
en tierra seca”. La antigua generación
había visto los caballos, las carrozas y
los jinetes muertos en la ribera oriental
del Mar Rojo. Aunque luego se rebela-
rían abiertamente contra el Dios que

Mis
piedras Stephen Dunbar

del Jordán Apartados por el

tiempo de nuestros
pioneros, necesitamos
detenernos a recoger
nuestras propias
piedras.

S H A R L E N E J A C K S O N / D I G I TA L M E N T E
M O D I F I C A D A
 Aunque algunos han elegido abandonar las
experiencias de nuestros pioneros,
muchos aún se detienen y preguntan:
“¿Qué significan estas piedras?”
los había librado, nunca habían podido
olvidar la imagen del ejército egipcio
destruido por completo.
Pero esta nueva generación no con-
taba con recordatorios tangibles de lo
que habían visto sus padres. Nadie se
había llevado la rueda de uno de los
carros. Nadie había tomado un casco
egipcio para el museo de la victoria. Ni
siquiera tenían algunas rocas del Mar
Rojo como recuerdo.
El “brazo poderoso” de Dios había
ido desapareciendo poco a poco de la
visión y de la memoria.
Una nueva demostración
Pero ahora, justo a tiempo, Dios
revelaría una vez más su “brazo po-
deroso” a toda una generación de
seguidores que ya no tenían en cuenta
los milagros (Josué 1:10, 11; 3:5, 10).
Las aguas del Jordán, al igual que las
del Mar Rojo, se abrirían ante sus ojos
y dejarían un camino en seco hasta la
costa opuesta (Josué 3:17). Estos hijos,
al igual que sus padres, acarrearían to-
das sus pertenencias hacia el otro lado
(Josué 1:11). Esta generación, al igual
que la anterior, cruzaría hacia playas
desconocidas (Josué 3:4).
Pero este cruce sería diferente. Dife-
rente debido a las piedras del Jordán.
Esas piedras serían extraídas del le-
cho más profundo del río; dicho de otra
manera, del medio mismo de su expe-
riencia con Dios en ese día (Josué 4:3).
Para ellos, cada piedra sería un recor-
datorio de lo que Dios había hecho.
Sin embargo, la importancia de esas
piedras no culminaría en la conmemo-
ración de un acto histórico, sino que
apuntaría hacia las evidencias de lo que
Dios aún haría por ellos. Al arrodillarse
ante ese altar erigido con piedras del
Jordán, los israelitas de la segunda ge-
neración extenderían sus brazos hacia
el oriente y el occidente, señalando a
los israelitas de la tercera y cuarta ge-
neración los milagros del pasado y las
promesas del futuro (Josué 4:21-24).
Mis propias piedras del Jordán
Por eso, ahora pienso en las piedras
que mi iglesia me ha dejado. Todo
nuestro legado de vida sana, hospitales,
instituciones educativas y agencias que
atienden a los necesitados, me recuer-
dan los sueños y las experiencias de
otros, no simplemente en la formación
de una denominación, sino al com-
partir un mensaje único de esperanza
y libertad. Puedo contemplar, junto
con tantos otros, las piedras de nues-
tra historia adventista y preguntarme:
¿No será tan solo historia antigua, una
segunda versión de la fe y la religión
de los pioneros? ¿Vale la pena defender
nuestras creencias proféticas? ¿Debería
importarnos tanto nuestra postura
respecto del juicio? ¿No es la obser-
vancia del sábado algo bueno, sea que
signifique descansar en el séptimo o en
el primer día de la semana? ¿No podría-
mos mezclar nuestras doctrinas y pers-
pectivas con las doctrinas y perspectivas
de las demás religiones, en pro de la
tolerancia?
Me pregunto si las piedras del Jor-
dán de nuestra iglesia han sido cubier-
tas de malezas y si para muchos, el
“brazo poderoso” de Dios está des-
apareciendo de la memoria. ¿Será que,
como israelitas de segunda generación,
nos hemos tornado indiferentes a los
milagros?
Aunque algunos han elegido aban-
donar las experiencias de nuestros
pioneros, derribando los altares y
cubriendo las piedras, muchos aún se
detienen y preguntan: “¿Qué significan
estas piedras?” Para cada persona estas
respuestas son únicas pero a la vez son
las mismas. Dan testimonio de nuestras
experiencias con un Salvador cuya fide-
lidad se ha demostrado verdadera y cu-
yas promesas son seguras. Dios promete
que, aunque nos aferremos a la fe del
pasado, hará cosas nuevas en nosotros,
por nosostros y por medio de nosotros
(Jer. 31:33; Eze. 20:12; Hech. 1:8).
Una fe personal
Como alguien que aún procura
hallar significado en esas piedras, me
arrodillo junto a otros hombres y mu-
jeres, mentores en la fe, mientras ex-
tienden sus brazos hacia el pasado y el
futuro como testimonio de los muchos
jordanes que han cruzado.
Reconozco que sus experiencias
de cruce jamás podrán reemplazar mi
propia experiencia. Debido a la demos-
tración del amor divino durante mis
propios cruces del Jordán, recuerdo que
he tomado la decisión de creer, y que es
preciso que siga avanzando en la fe.
Sigo extrayendo piedras de cada ex-
periencia con Cristo, para que cuando
otros pasen cerca y vean mi altar, pueda
compartir con ellos el significado de
mis propias piedras del Jordán.
Cuando escribió este
artículo, Stephen Dunbar
un estudiante canadiense,
realizaba un posgrado
en biología marina en
la Universidad Central de Queensland,
Australia.
Abril 2008 | Adventist World 13
V I D A A D V E N T I S T A
una fe sólida
tierras del
en
tsunami
U
nos meses después de que un tsunami azotara la
costa asiática, en julio de 2006, el personal de la
Universidad Adventista de Indonesia, en Java, visitó
la región de Pangandaran, que fue una de las más castigadas
por las olas de tres metros de altura. El grupo fue testigo de
la devastación y se reunió con muchos de los residentes para
escuchar sus relatos. Junto con los informes de la tragedia, el
sufrimiento y el dolor, varios miembros de la Iglesia Adven-
tista dieron testimonio de la protección y el cuidado de Dios
y del avance del evangelio en la zona.
Los Martaatmadja
Los misioneros voluntarios Sumarsono* y Tri Murti
Ningsih “Fien” Martaatmadja llegaron a Pangandaran en
marzo de 2004. Sutrisno Tjakrapawira, secretario de la Aso-
ciación de Java Occidental, había hecho los arreglos para
que la pareja colaborara en el lugar como parte del grupo de
tareas de Pioneros de Misión Global. El difícil objetivo de
los Martaatmadja era compartir el mensaje de Jesús en esta
región sin presencia adventista.
“El primer y más importante paso [al compartir el evan-
gelio] es hacerse amigo de las personas y mezclarse con ellas”,
dice Sumarsono. “Cuando alguien está enfermo, lo visitamos
y le llevamos medicinas, pero si no tenemos, al menos le lle-
vamos frutas, alimentos y lo que necesiten. También oramos
por ellos, porque sabemos que hay poder en la oración”.
Sumarsono y Fien dicen que citan versículos del Corán
referidos al sábado y a otras doctrinas compartidas con los
musulmanes; entonces les explican con más detalles esas
creencias basadas en las Escrituras. Como resultado de este
simple método, diez personas aceptaron a Jesús como su Sal-
vador, tan solo durante el primer año.
Los nuevos conversos se unieron a los Martaatmadja en
la tarea de compartir el evangelio. En tres años, ochenta per-
sonas fueron bautizadas.
Esto no se ha logrado sin sacrificios: “Todas las cosas que
regalamos –ya sean medicinas, alimentos u otros artícu-
14 Adventist World | Abril 2008
Caroline V.
Katemba Tobing
Los adventistas
comparten
su fe en medio
de grandes
dificultades.
los– son pagados por nosotros mismos”, explica Sumarsono.
Si bien él y su familia están felices de dar lo que pueden a
fin de ganar almas para Cristo, sus fondos son escasos. La
familia, compuesta por el matrimonio y dos hijas, vive con
un estipendio de cincuenta dólares por mes. Sumarsono dice
que muchas personas de Pangandaran se hallan dispuestas a
aprender de Jesús, pero la falta de apoyo financiero represen-
ta un obstáculo para el avance de la obra.
Sin embargo, a pesar de los desafíos económicos, los
Martaatmadja están comenzando a ingresar en lugares nue-
vos. En Karanganyar, una aldea ubicada a veinte kilómetros
de donde viven, la pareja se ha hecho de amigos a quienes les
han contado sobre la pronta venida del Señor. Sumarsono y
Fien viajan primero en bus y luego en bote para llegar a la
aldea donde ya se han bautizado setenta personas.
Surjo y Saiti
Surjo y Saiti, una pareja de adventistas recién bautiza-
dos se ganaba la vida vendiendo alimentos cerca de la playa
de Pangandaran. Tenían un pequeño warung, o puesto de
comidas, donde ofrecían cocos, fideos, rujak (una ensalada
tradicional), bebidas y otros artículos. Era un lugar popular
y les iba tan bien, que los vecinos quisieron saber el secreto
de su éxito.
“Nos preguntaron si usábamos un talismán o amuleto
que hacía que tantas personas vinieran a nuestro warung”,
dice Surjo. Así que la pareja invitó a los vecinos a su negocio
para mostrarles el “secreto”.
“Cuando se reunieron, saqué mi pequeña Biblia, la abrí,
y leí algunos versículos”, explica Surjo. “Les dije que la Biblia
tiene palabras vivas que son el secreto del éxito de nuestro
warung. La Biblia me fortalece y me da luz. Es Jesucristo el
que ayuda a que nuestro warung prospere”.
Después de aceptar el mensaje adventista y dar testimo-
nio de su compromiso con Cristo por medio del bautismo, la
pareja comenzó a apartar fielmente el diezmo del Señor; lo
guardaban en un lugar separado del resto del dinero.

De arriba a abajo: CREYENTES: Sumarsono Martaat-
madja y su esposa Fien (en la fila posterior), llegaron
a Pangandaran como misioneros en 2004. Aquí se los
ve junto a algunos de los ochenta adventistas que
llegaron a conocer a Jesús como resultado de su
ministerio en la región. Una nueva creyente, la Sra.
Udin (segunda desde la derecha), sale de su casa
a las tres de la mañana cada sábado y viaja cinco
horas para asistir al culto. LUGAR DE REUNIÓN: Los
adventistas de Pangandaran se reúnen bajo una
lona colocada en el frente del hogar de uno de los
feligreses.
Comenzaron a notar cuán abundantemente Dios los ben-
decía al devolver el diezmo, y pronto los Surjo planificaron
expandir el negocio. Entonces llegó el tsunami.
“Cuando el servicio de patrullaje de la playa alertó a to-
dos para que abandonaran el lugar porque venía una gran
ola, comenzamos a correr”, dice Surjo. “Pero entonces recor-
damos el dinero ahorrado para construir otro warung y la
ofrenda para el sábado y volvimos a buscarla”.
Sin embargo, antes de que Surjo y Saiti pudieran escapar
otra vez, las olas del tsunami los alcanzaron y los levantaron
con su warung. La pareja, atrapada dentro de la caseta,
sintió que era arrastrada y golpeada con violencia por la ola.
“Teníamos mucho miedo. Sentimos que ya no aguantá-
bamos más porque las olas eran tan poderosas que hacían
girar nuestro warung hasta que quedamos sumamente
mareados”.
C O R T E S Í A D E C A R O L I N E V. K A T E M B A T O B I N G
En esos momentos de desesperación clamaron al Señor:
“Dios, ya no aguantamos el dolor. Aún queremos vivir y ser-
virte y esparcir tu evangelio a los que nos rodean. ¡Por favor,
ayúdanos!”.
Inmediatamente después de la oración, otras fuertes olas
golpearon el warung y lo partieron en dos. La pareja quedó
separada. Finalmente, una parte de la estructura, junto con
Surjo, fue arrojada al primer piso de un hotel. La otra mitad,
junto con Saiti, aterrizó en el primer piso de otro hotel. Su
warung fue destruido y el dinero desapareció, pero ambos se
salvaron.
Surjo y Saiti reconocen que Dios los ayudó a sobrevivir.
“Estamos vivos porque clamamos a Dios por ayuda, y el
Señor oyó nuestra oración”, dicen.
Los Udin
Otra pareja que se unió a la Iglesia Adventista son los
Udin. Ambos eran fieles a sus nuevas creencias, pero un día
el Sr. Udin falleció. Aun así, su esposa, de 56 años de edad,
sigue comprometida con el servicio al Señor y a su iglesia.
Para poder reunirse con otros adventistas, cada sábado
ella sale de su hogar a las tres de la mañana para hacer el
viaje de cinco horas hasta Pangandaran. Camina cinco kiló-
metros hasta el transporte público y cambia de bus tres veces
para llegar al lugar de reunión. Trabaja toda una semana solo
para pagar el transporte que la lleva a reunirse con otros
adventistas.
“Siempre llevo una linterna conmigo porque está oscuro
cuando voy por el camino, pero nunca falto al culto”. Los
adventistas de Pangandaran aún no tienen una iglesia donde
reunirse. A veces alquilan el salón de un hotel; otros sábados
se reúnen en la casa de uno de los feligreses. Sin embargo, la
falta de instalaciones no puede apagar la llama de su fe y su
celo por contarles a otros de ese Jesús a quien aman y sirven.
A pesar de las tragedias, las experiencias desalentadoras
y las circunstancias apremiantes, los feligreses de Indonesia
continúan adorando y dando testimonio de Jesús. Su misión
es compartir el mensaje del evangelio con otros, para que así
muchos más lleguen a conocer al Dios viviente.
*Desde que se escribió este artículo, Sumarsono falleció trágicamente en un accidente automovi-
lístico. Su esposa Fien continúa dando testimonio del Señor en Pangandaran y espera con ansias
el día cuando Jesús regrese a esta tierra y pueda reunirse nuevamente con su amado esposo.
Caroline V. Katemba Tobing es directora
del Departamento de Inglés y docente de
la Universidad Adventista de Indonesia, en
Bandung, Java, Indonesia.
Abril 2008 | Adventist World 15
 Derecha: Samuel y Amy se encon-
traron en la escuela secundaria pero
estuvieron separados mientras él
regresó a Brasil; cuando volvió a In-
glaterra se casaron. Abajo: Newbold
College, alma mater del autor.

N E V E S
S A M U E L
Por los
sueños de una

madre
Fui su bebé por
milagro, me llamó
Samuel y esta es
mi historia.
Samuel Neves

F O T O D E M O O R C L O S E C E D I D A P O R N E W B O L D C O L L E G E

D
“ ios es un relojero. Creó el
mundo y luego no tuvo in-
teracción alguna con él”. Eso
afirma el deísmo, que sostiene que Dios
no cuidó de su creación, por lo que no
tenía plan alguno para la humanidad.
Sin embargo, aparecen historias que
hacen dudar de las simples coinciden-
cias y revelan a un Dios real y presente.
Mi nombre es Samuel Neves y esta es
mi historia.
Momentos importantes para mi
madre
Regina era una fiel católica del sur
de Brasil. Después de casarse con Ne-
rocy, un coronel retirado, procuraron
durante años tener un hijo. Lamenta-
blemente, todos los exámenes médicos
mostraron que no podía concebir. En
esa época, Regina comenzó a tomar
estudios bíblicos con una familia ad-
ventista de su vecindario, y cuando leyó
la historia de Ana (en 1 Samuel 1 y 2),
se identificó inmediatamente con ella.
A partir de allí, su oración fue: “Dios, si
me das un hijo me uniré al movimiento
adventista y lo dedicaré completamente
a tu ministerio, tal como hizo Ana”.
Al comienzo nada sucedió, pero si-
guió orando semana tras semana hasta
que descubrió que estaba embarazada.
Al igual que Ana, pensaba nombrar al
niño Samuel, que en hebreo significa
“oído por Dios”.
Unos meses después, llegué a este
mundo.
Sin embargo, no todo estaba bien.
Poco después de nacer, los médicos
descubrieron que tenía una pierna más
corta que la otra. Eso quería decir que
tendría que usar aparatos ortopédicos
hasta los 19 años. Cuando mi madre se
enteró, contra el consejo del médico,
pospuso la cirugía por siete días y se
dirigió al mejor lugar que conocía: su
nueva familia adventista.
Después de una semana de ayuno y
oración con la iglesia, mamá me llevó
nuevamente al médico. Siempre me
dijo que ese fue uno de los momentos
más terribles de su vida. Pero Dios ac-
tuó una vez más. Nadie pudo explicar
cómo fui curado por completo.
Después de esto, mis dos padres
se entregaron a Dios por medio del
bautismo. Unos pocos años después,
al igual que con Ana, Dios les dio otra
hija: mi hermosa hermana Sara.
Terrible desilusión
Supe desde el comienzo que Dios
me había llamado a ser pastor. Mamá
dedicaba tiempo a enseñarme la Biblia
y cómo Dios había llamado a otros a
servirlo. Yo sabía lo que quería y nadie
cambiaría mi destino de ser un minis-
tro del Señor.
Entonces llegué a la adolescencia.
Por alguna razón, mi padre creyó fir-
memente que yo debía ser diplomático.
Había sido una persona de gran autori-
dad en nuestro estado y se había retira-
do como coronel a los 40 años de edad,
algo sin precedentes. Abrazaba el sueño
de la carrera diplomática. Él no quería
que yo fuera pastor porque pensaba
que los pastores tienen salarios bajos.
De alguna forma, logró convencerme
de que abandonara mi llamado y fuera
diplomático. Yo solo tenía 13 años.
Mientras tanto, mi madre sintió
que tenía que enviarme al extranjero;
sintió que era el momento de “enviar
a Samuel a Elí”, por lo que comenzó a
buscar instituciones con internado en
Inglaterra. Oyó hablar del Newbold
College y pensó que el Congreso de la
Asociación General de 1995 en Utrecht,
Holanda, era una buena oportunidad
de saber más acerca de Newbold y de
otras instituciones. Es así que toda la
familia se embarcó en un viaje que se
convertiría en el más maravilloso de
nuestras vidas: ¡cuatro brasileños, un
automóvil, 21 días y once países!
Al llegar al stand del Newbold Co-
llege en el predio de exposición del
congreso, estábamos muy entusias-
mados; inmediatamente sufrimos una
N O TA D E TA PA
gran desilusión. A mamá se le caían las
lágrimas mientras papá le traducía las
palabras del directivo de Newbold, que
decía que yo era demasiado joven para
estudiar allí y que ninguna otra institu-
ción me aceptaría a esa edad. Recuerdo
vívidamente que su fe fue sacudida.
Durante horas, la escuché decir: “Dios
me dijo que estudiarías en Inglaterra;
Dios me dijo que estudiarías en Ingla-
terra”. Y siguió diciendo eso durante
dos días.
De mal en peor
Los últimos tres días de nuestro via-
je pasaron rápidamente de la felicidad
a la tristeza y luego a la desesperación.
Inglaterra era nuestra última parada.
El plan era visitar Londres y Newbold
y entonces regresar el viernes por la
noche a tomar el ferry a Bélgica, desde
donde volaríamos a Brasil el sábado
por la mañana. Visitamos Londres,
pero decidimos no ir a Newbold, ya
que allí no había lugar para mí.
Ese último viernes estaba nublado,
y pensamos en ir directamente a tomar
el ferry de regreso a Bélgica. Sin embar-
go, mi padre cambió repentinamente
de parecer e insistió que quería ir al
Palacio de Buckingham a ver el cambio
de guardia, a las once de la mañana.
Claro que otras cinco mil personas ha-
bían pensado lo mismo.
Al no hallar lugar para estacio-
nar, me pidió que bajara y filmara la
ceremonia para al menos mirarla en
casa. Salí y comencé a filmar mientras
él daba vueltas alrededor del palacio.
Cuando dio dos vueltas y vio que yo no
regresaba, envió a mi madre y a mi her-
mana para que me buscaran.
Fue un grave error. Le dijo a mamá
que estacionaría el automóvil y regresa-
ría a buscarnos. Sin embargo, el único
Samuel Neves es pastor de jóvenes
de la iglesia adventista de Holloway,
en Londres, Inglaterra.
Abril 2008 | Adventist World 17
estacionamiento conocido estaba del
otro lado de la ciudad.
Esperamos hasta que terminó la
ceremonia y la gente abandonó el
lugar. Para las dos de la tarde, comen-
zamos a preocuparnos. Papá no había
regresado. (Papá ya tenía 77 años, y le
costaba adaptarse a conducir por la
izquierda). Conociendo a mi padre,
sabía que jamás hallaría el estacio-
namiento, y que no podría regresar a
buscarnos.
Para las tres, le dije a mamá que
tomaría el bus hasta el estacionamiento
para ver si papá estaba allí. Primero
C O L L E G E

me dijo que no. Ya había perdido a su

marido y no quería perder a su hijo de
13 años con el único billete de cinco
N E W B O L D

libras que teníamos. Al fin la convencí,

pedí información y tomé el bus hasta
el centro de compras donde mi padre
se había dirigido. Pero el automóvil no
P O R

estaba allí.
C E D I D A

Milagrosamente, pude regresar al

Palacio de Buckingham. Mi padre no
C L O S E

había regresado, y mamá y mi hermana

lloraban desesperadas. Les aseguré que
todo se solucionaría: ¡después de todo,
M O O R

siempre sucede eso en los filmes!

Para las cinco era momento de
D E

hacer algo. Me acerqué a un policía y

F O T O

logré decirle: “Brasil, familia, perdido,

padre, automóvil, estacionar, ir, perdi-
do, ayuda, Brasil”. El policía miró sin
inmutarse y llamó a un taxi. Yo estaba
tan entusiasmado: ¡era como en los
filmes!
Cada vez más desesperados
Al llegar a la Embajada de Brasil,
solo había tres personas. Les dijimos lo
que había pasado y, después de pagar el
taxi, un oficial de la embajada designó
a Marcus para que nos llevara a todos
los hospitales y estaciones de policía de
la zona y, finalmente, a un hotel cer-
cano a su casa. Al ver que mi padre no
aparecía, mi madre estaba cada vez más
desesperada.
Para entonces habíamos perdido el
En el sentido del reloj: REUNIÓN: En
junio de 2004, nueve años después de
su mala experiencia, la familia Neves
(Sara, Samuel y sus padres) se reunie-
ron en Londres (en la foto, junto a la
Torre de Londres) para recordar la di-
rección divina. El padre de Samuel tenía entonces 87 años. PRIMER
PASO: Este participante de Conquistadores llegaría a cumplir las
aspiraciones de su madre de verlo como líder de la Iglesia. MOMENTO
DE ALEGRÍA: Aunque es una mujer de oración, Regina Neves sabe
también disfrutar de momentos de relax. Aquí, se prueba un curioso
sombrero en un negocio londinense.

18 Adventist World | Abril 2008

ferry (que ya habíamos pagado) y, por
lo tanto, el vuelo de regreso a Brasil.
Teníamos los pasaportes, pero mi padre
tenía el dinero, por lo que no podíamos
irnos a ningún lado. Nuestras tarjetas
de crédito estaban al límite, por lo que
tampoco podíamos comprar nuevos
pasajes de regreso a Brasil. Mi madre
lloró y oró toda la noche, y con mi
hermana lloramos hasta dormirnos. No
Mi madre perdió inmediatamente
el apetito y sintió renacer en
ella la esperanza.
teníamos más opciones. ¡Pero Dios sí
las tenía!
Desenlace increíble
Al día siguiente procuramos comer
algo. Al regresar a nuestra habitación,
el teléfono público de la entrada co-
menzó a sonar. Inmediatamente, mamá
me miró y me dijo: “Sam, levanta el
tubo porque es tu padre”. Me pareció
casi imposible, pero no atiné a negarme
a su pedido.
“Hello”, dije en inglés.
“Ah . . . please . . . family Brasil . . .”.
No pude contener el llanto al oír
que mi padre procuraba armar una fra-
se en inglés preguntando por nosotros.
Su historia era también asombro-
sa. Después de andar perdido, llegó al
estacionamiento a las siete de la tarde,
esperando hallarnos allí. Pensó que le
había dicho a mi madre que me ubica-
ran y que luego nos tomáramos el bus
hasta el estacionamiento. Cuando vio
que no estábamos, su mente de militar
lo llevó hasta el único lugar que tenía-
mos en común: el Newbold College.
¿Pero cómo podía llegar hasta allí
desde el sur de Londres? Decidió in-
tentarlo, preguntándole a un borracho
en la calle dónde quedaba Bracknell
(donde se halla la institución). A la
mañana siguiente, a las ocho de la
mañana, lo imposible se hizo posible
gracias a la providencia divina. ¡Papá
llegó al colegio!
Allí se encontró con un docente
brasileño que había vivido cerca de
Newbold durante años. Papá llamó a
la aerolínea en Bélgica para tratar de
cambiar el vuelo y desde Bélgica recibió
las buenas nuevas de que el consulado
brasileño de Londres había hallado a su
familia y que estaban en un determina-
do hotel. Así fue como logró llamar al
hotel para ubicarnos.
Marcus, el muchacho del consulado,
ubicó entonces una iglesia adventista
que envió a un miembro para llevarnos
al colegio. Entrar por el pórtico y ver
el pequeño automóvil rojo que papá
había alquilado fue uno de los mejores
momentos de mi vida.
Pronto mi madre entendió la razón
de todo lo sucedido.
El profesor brasileño, al enterarse
de la historia durante el almuerzo, dijo:
“Bueno, Sam es muy joven para New-
bold, pero hay otra institución. . .” Mi
madre perdió inmediatamente el apeti-
to, y sintió renacer en ella la esperanza.
Continuó diciendo: “Se llama Stanbo-
rough School y no está muy lejos de
aquí. Ellos lo van a aceptar”. Una vez
más, el sueño había renacido.
Los últimos obstáculos
Cuando regresamos a Brasil y reci-
bimos toda la información del ingreso,
la realidad nos golpeó una vez más. El
colegio era muy costoso, y para pagarlo
teníamos que vender nuestra casa.
Papá no estaba de acuerdo con el
plan por dos razones: Por un lado, no
quería vender la casa y además, no que-
ría separarse de mí. (Éramos muy bue-
nos amigos y siempre salíamos juntos,
aun con mis otros amigos de la escuela.
El pensar que me iba a perder lo aba-
tía). Esto significó que mamá tuviera
que dedicarse a orar fervorosamente
una vez más.
Un día, papá informó que estaba de
acuerdo que vendiéramos la casa, con
la condición de que estudiara para ser
diplomático. Yo concordé con él; mamá
no, pero vio que esta era la manera
que tenía Dios de obrar en el corazón
del coronel. Unas semanas después, la
venta se concretó y pude ingresar como
estudiante del Colegio Secundario
Stanborough, en Watford, Inglaterra.
Llegué a la institución el 28 de
noviembre de 1995 con el objetivo de
aprender inglés y llegar a ser diplomá-
tico pero un viernes de noche, unos
tres meses después de mi llegada, mi
amigo Jonathan Ferreira me dijo de
pronto: “Sam, no puedes ser otra cosa
que pastor”. Él no conocía mi histo-
ria, pero algo sucedió dentro de mí
que no alcanzo a explicar. Desde esa
noche, nunca me arrepentí de tomar
la decisión de aceptar el llamado al
ministerio.
Cuando terminé mis estudios en el
colegio, regresé a Brasil y completé la
carrera de teología en 2004. Ese mismo
año, recibí el llamado de la Asociación
del Sur de Inglaterra para ser pastor
en Londres. Me casé con Amy, a quien
había conocido mientras estaba en
Stanborough. La Asociación del Sur de
Inglaterra patrocinó mis estudios de
maestría en Newbold, y ahora soy pas-
tor de jóvenes de la iglesia adventista de
Holloway, en el norte de Londres.
No tengo idea de qué me deparará
el futuro, pero de algo estoy seguro:
“Dios sabe exactamente dónde necesito
estar y cómo llevarme hasta allí”. Y eso
es lo que realmente importa.
Abril 2008 | Adventist World 19
C R E E N C I A S F U N D A M E N T A L E S
La vida, muerte y
Cristo
resurreccion
de
Tres creencias esenciales de la fe cristiana
E
n los últimos tiempos, los medios masivos y el mundo
académico han brindado una atención especial a Jesús.
Los filmes, los documentales televisivos y numerosos
artículos en periódicos y revistas han sido motivo de debates
y difusión de temas tales como la pasión de Jesús, su tumba y
su familia. Lamentablemente, muchos han sido emprendidos
mayormente por interés académico o curiosidad popular y
partiendo del escepticismo.
Para la Iglesia Adventista, sin embargo, Jesús no es mero
objeto de investigación académica o simple curiosidad y su
obra de redimir la creación caída se halla en el centro del
mensaje adventista de manera que no resulta sorprendente
que una de nuestras creencias fundamentales se refiera a la
vida, muerte y resurrección de Cristo.
Deshacer el daño
La vida, muerte y resurrección de Cristo constituyen tres
dimensiones interconectadas de la obra del Salvador en el
plan de salvación. Al venir a este mundo para transitar por
el camino de nuestros antepasados, Cristo vivió una vida
de obediencia perfecta a la ley divina y ejemplificó en sus
relaciones y acciones hacia los demás, el amor perfecto e in-
finito de Dios (Heb. 4:15). El Señor deshizo en el desierto lo
que Adán y Eva habían hecho en el Jardín del Edén. Aunque
tentado por Satanás después de ayunar cuarenta días, Jesús
permaneció fiel y leal a la Palabra de Dios (Mat. 4:1-11; Mar.
1:12, 13; Luc. 4:1-13). Como encarnación del nuevo Israel,
Elias Brasil de Souza es decano del Semi-
nario Teológico Adventista del Colegio del
Noreste Brasileño en Bahía, Brasil.
20 Adventist World | Abril 2008
NÚMERO 9
Elias Brasil
de Souza
Cristo también alcanzó la victoria donde Israel había fallado
(notemos que sus respuestas a Satanás están extraídas de
pasajes de Deuteronomio que hablan de la infidelidad de
Israel en el desierto).
Estas no son meras reflexiones teológicas; ¡son buenas
nuevas! La victoria de Cristo y su vida de perfecta obediencia
son acreditadas a favor de los que lo aceptan como Salvador
(Rom. 5:19; Heb. 5:6-10).
Como lo expresó Elena de White: “La activa obediencia
de Cristo reviste al pecador creyente de la justicia que llena
las demandas de la ley”.1 De manera que la obediencia per-
fecta ofrecida por Cristo en su andar por esta tierra fue esen-
cial para el plan de salvación, al igual que su muerte en la
cruz y su resurrección al tercer día. Primero de todo, Cristo
es nuestro Salvador (ya que su vida es imputada al pecador
en el acto de justificación). Pero no deberíamos pasar por
alto el hecho de que la vida de obediencia de Cristo es un
ejemplo a ser seguido por los cristianos (véase 1 Cor. 11:1;
Efe. 5:1, 2; Fil. 2:5-8); imitarlo llega a ser una de las princi-
pales evidencias de nuestra salvación y de nuestro progreso
hacia la santificación.
El significado de la cruz
Habilitado por una vida de perfecta obediencia al Padre,
Jesús se ofreció a sí mismo como el Cordero de Dios sin
mancha, que vino a quitar el pecado del mundo. Su sacrificio
en el Calvario produjo la expiación sustitutiva y la reconci-
liación con Dios en nuestro favor (Gál. 3:13; Rom. 5:9). La
cruz llegó a ser la expresión última ante todo el universo, de
la infinita sabiduría, amor y perdón divinos.
Como lo expresó Martín Lutero: “Él ha hecho su justicia
mi justicia, y mi pecado su pecado. Si él ha hecho mi pecado
su pecado, entonces no tengo pecado y soy libre. Si él ha hecho
su justicia mi justicia, entonces ahora soy justo con la misma
justicia de él. Mi pecado no puede consumirlo, sino que está
envuelto en las profundidades insondables de su justicia, por-
que él mismo es Dios, que es bendito para siempre”.2
La muerte de Cristo en la cruz es más que un evento
histórico del pasado. Resulta significativo que al referirse
a Cristo, Pablo no habló de Jesús que fue crucificado, sino
de Jesús que es el crucificado. “Pero nosotros predicamos a
Cristo crucificado, para los judíos ciertamente tropezadero, y
para los gentiles locura. En cambio, para los llamados, tanto
judíos como griegos, Cristo es poder y sabiduría de Dios”
(1 Cor. 1:23, 24).
En el Apocalipsis, Juan vio que “en medio del trono y de
los cuatro seres vivientes y en medio de los ancianos estaba
en pie un Cordero como inmolado” (Apoc. 5:6). Los resulta-
dos de la muerte de Cristo en la cruz no solo brindan acep-
tación y perdón para los pecadores arrepentidos, sino que
también tienen un efecto positivo sobre toda la raza humana.
Dice Elena de White: “A la muerte de Cristo debemos aun
esta vida terrenal. El pan que comemos ha sido comprado
por su cuerpo quebrantado. El agua que bebemos ha sido
comprada por su sangre derramada. Nadie, santo o pecador,
come su alimento diario sin ser nutrido por el cuerpo y la
sangre de Cristo. La cruz del Calvario está estampada en cada
pan. Está reflejada en cada manantial”.3
Una resurrección indispensable
Por más importante e indispensable que haya sido la
muerte del Salvador, no podría haber cumplido su propósito
sin el evento histórico de la resurrección. “La resurrección de
Cristo de entre los muertos fue el sello que puso el Padre a la
misión de Cristo. Fue una expresión pública de su completa
satisfacción por la obra expiatoria. Aceptó el sacrificio de
Cristo hecho por nosotros. Fue todo lo que Dios requirió,
en persona de los muertos, no solo hace legítima y válida su
muerte, sino que también justifica las afirmaciones que hizo
durante su ministerio terrenal respecto de su naturaleza y
misión.
Por su resurrección venció a la muerte, derrotó las fuerzas
del mal y nos dio su justicia (Rom. 4:24); la resurrección llegó
a ser una promesa de nuestra inmortalidad futura (1 Cor. 15),
nos dio la fuerza para que “andemos en vida nueva” (Rom.
6:4) y nos brindó pruebas del juicio venidero (Hech. 17:31).
Tan importante es la resurrección, que el apóstol Pablo
hizo que la integridad de todo el mensaje cristiano se apoye
en ella cuando afirmó que “si Cristo no resucitó, vana es
entonces nuestra predicación y vana es también vuestra fe”
(1 Cor. 15:14). Raoul Dederen lo expresó así: “Nuestra predi-
cación, nuestra fe y nuestra salvación no se producen aparte
de la resurrección de Cristo. En ella tenemos la promesa de la
consumación del plan redentor de Dios”.5
En resumen, la vida, la muerte y la resurrección de Cristo
constituyen tres dimensiones armoniosas, interconectadas e
inseparables, de la obra de nuestro Salvador en el plan de re-
dención como Señor, Redentor y Sumo Sacerdote. Por haber
vivido una vida perfecta, Jesús está habilitado para ser Señor
de los creyentes. Por medio de su muerte sustitutiva en la
cruz cumplió los pasos anticipados en las Escrituras hebreas y
llegó a ser nuestro Redentor. Al tercer día fue levantado de los
muertos y ascendió al cielo donde ahora intercede como Sumo
Sacerdote en nuestro favor en el Santuario celestial.
1
Hijos e hijas de Dios, p. 242.
2
Luther’s Works, vol. 25: Lectures on Romans, editado por Jaroslav Jan Pelikan, Hilton C. Oswald
y Helmut T. Lehmann (Saint Louis: Concordia, 1972), 25:188.
3
El Deseado de todas las gentes, p. 615.
4
Nuestra elevada vocación, p. 120.
Handbook of Seventh-day Adventist Theology, electronic ed., Logos Library System; Commenta-
5

ry Reference Series (Hagerstown, Md.: Review and Herald Publishing Association, 2001,
perfecto y completo”.4 El hecho de que Jesús fue levantado © 2000), p. 186.

La vida, muerte y resurrección

de cristo Mediante la vida de Cristo, de perfecta obediencia
a la voluntad de Dios, y sus sufrimientos, muerte y
resurrección, Dios proveyó el único medio válido para
expiar el pecado de la humanidad, de manera que los que por fe acepten esta expiación puedan tener acceso
a la vida eterna, y toda la creación pueda comprender mejor el infinito y santo amor del Creador. Esta expiación
perfecta vindica la justicia de la ley de Dios y la benignidad de su carácter, porque condena nuestro pecado y
al mismo tiempo hace provisión para nuestro perdón. La muerte de Cristo es vicaria y expiatoria, reconciliadora
y transformadora. La resurrección de Cristo proclama el triunfo de Dios sobre las fuerzas del mal, y a los que
aceptan la expiación les asegura la victoria final sobre el pecado y la muerte. Declara el señorío de Jesucristo,
ante quien se doblará toda rodilla en el cielo y en la tierra. (Juan 3:16; Isa. 53; 1 Ped. 2:21, 22; 1 Cor. 15:3, 4, 20-22;
2 Cor. 5:14, 15, 19-21; Rom. 1:4; 3:25; 4:25; 8:3, 4; 1 Juan 2:2; 4:10; Col. 2:15; Fil. 2:6-11).

Abril 2008 | Adventist World 21

E S P Í R I T U D E P R O F E C Í A

S
i hubo alguna vez un tiempo
en el que fue necesario contar
con fe e iluminación espiri-
tual, es ahora. Los que velan
en oración y escudriñan cada
día las Escrituras con el sincero deseo
de conocer y hacer la voluntad de Dios,
no serán alcanzados por ninguno de los
engaños de Satanás…
[El] Señor ayudará a los que se man-
tengan firmes en defensa de su verdad.
Muchos que vean la luz, no la aceptarán,
y temerán confiar en el Señor. Jesús dice:
“Por tanto os digo: No os angustiéis por
vuestra vida, qué habéis de comer o qué
habéis de beber; ni por vuestro cuerpo,
qué habéis de vestir. ¿No es la vida más
que el alimento y el cuerpo más que el
vestido? Mirad las aves del cielo, que no
M A R O U N

siembran, ni siegan, ni recogen en grane-

ros; y, sin embargo, vuestro Padre celestial
las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho
J O H N N Y

más que ellas? ¿Y quién de vosotros po-

drá, por mucho que se angustie, añadir

un mensaje para
nuestro
tiempo
Elena G. de White

Nuestros mejores
afectos, aspiraciones más
nobles y servicio
más pleno para Jesús

a su estatura un codo? Y por el vestido,
¿por qué os angustiáis? Considerad los li-
rios del campo, cómo crecen: no trabajan
ni hilan; pero os digo que ni aun Salo-
món con toda su gloria se vistió como
uno de ellos”. El gran Artista Maestro nos
ha dado las bellezas de la naturaleza… Él
es autor del color delicado de las flores
y, si ha hecho tanto por una simple flor
“que hoy es y mañana se quema en el
horno… ¿no hará mucho más por voso-
tros, hombres de poca fe? Buscad prime-
ramente el reino de Dios y su justicia, y
todas estas cosas os serán añadidas”.
El cuidado de Dios por
nosotros
Dios amó de tal manera al mundo
que envió a su hijo unigénito a morir
para rescatar al ser humano del poder
de Satanás. ¿No cuidará acaso al que ha
sido formado a su imagen?... Nuestro
Padre celestial no dejará que sus hijos
pongan su confianza en él para luego
abandonar sus promesas… Comprende
todas las circunstancias de la vida. Ve
y sabe dónde nos encontramos. Está

22 Adventist World | Abril 2008

familiarizado con nuestras penas y
angustias. Nos conoce por nombre y se
compadece de nuestras enfermedades,
porque ha sido tentado en todo y sabe
cómo socorrer a los que son tentados.
Jesús es nuestro Ayudador, y promete
cuidar de todos los que confíen en él.
Confianza creciente en él
A cada uno, Dios ha encomendado
talentos que deben ser incrementados
por medio del uso. Se nos ha dado una
razón con la cual debemos glorificar
a Dios. Es preciso que en todas las co-
sas nos mostremos leales a él. No nos
fueron dadas capacidades para que
las empleemos meramente en servicio
propio, sino que tienen que ser utili-
zadas para alcanzar ciertos fines, para
amar a Dios por sobre todas las cosas
y a nuestro prójimo como a nosotros
mismos. Los principios cristianos han
de ser parte indivisible de nuestra vida
y experiencia. Debemos desarrollar una
Hemos de vivir para agradar
a Jesús; al hacerlo, nuestra
fe y confianza en él serán cada
día más fuertes.
vida de fe en el Hijo de Dios. Hemos
de vivir para agradar a Jesús; al hacerlo,
nuestra fe y confianza en él serán cada
día más fuertes. Podremos entender
lo que ha hecho por nosotros y lo que
está dispuesto a hacer, y poseeremos
la alegría y el sincero deseo de hacer
algo para mostrarle nuestro amor. Esta
tarea llegará a ser un hábito. No cues-
tionaremos si debemos obedecer, sino
que seguiremos la luz y cumpliremos
la obra de Cristo. No buscaremos la
conveniencia propia, ni cuestionaremos
si obedecerlo responde a nuestros inte-
reses temporales. Los que aman a Jesús
sentirán el deseo de obedecer todos sus
mandamientos. Escudriñarán la Biblia
con cuidado para conocer sus doctri-
nas. Ninguna otra cosa que no sea la
verdad podrá satisfacerlos, porque lle-
garán a ser los representantes de Cristo
en la tierra.
Permaneced firmes
Cristo dijo: “Yo soy el camino, la
verdad y la vida”. Es necesario que sus
seguidores estén tan cerca de él como
sea posible. No podemos hablar como
él habló, pero hemos de imitarlo, por-
que es nuestro modelo. No tenemos
que erigir luces falsas, ni presentar
herejías como verdades. Es preciso que
sepamos que toda posición que adopte-
mos ha de estar apoyada por la Palabra
de Dios…
Deseamos la verdad en todo mo-
mento. La queremos pura, sin mezcla
de error y sin la contaminación de las
máximas, costumbres y opiniones del
mundo. Queremos la verdad por más
inconveniente que sea. La aceptación
de la verdad siempre contiene una cruz.
Pero Jesús dio su vida en sacrificio
por nosotros; ¿no le daremos nosotros
nuestros mejores afectos, nuestras as-
piraciones más nobles, nuestro servicio
más pleno? Hemos de llevar el yugo de
Cristo, hemos de levantar su carga. Sin
embargo, la Majestad del cielo declara
que su yugo es fácil y su carga ligera.
¿Rehuirá acaso nuestra religión a la
negación del yo? ¿Evitaremos el sacrifi-
cio propio, y dudaremos en renunciar
al mundo y todos sus atractivos? ¿Se-
remos nosotros, aquellos por los que
Cristo tanto ha hecho, oidores pero no
hacedores de sus palabras? ¿Negaremos
con nuestras vidas apáticas e inactivas
la fe, y haremos que Jesús se avergüence
de llamarnos sus hermanos? . . .
El futuro victorioso
Solo los vencedores podrán entrar
a la Santa Ciudad, al Paraíso de Dios.
Estos serán los que hayan permanecido
en defensa de la fe, dada una vez a los
santos, y que hayan peleado la buena
batalla de la fe, “puestos los ojos en
Jesús, el autor y consumador de la fe,
el cual por el gozo puesto delante de él
sufrió la cruz, menospreciando el opro-
bio, y se sentó a la diestra del trono
de Dios”. Por eso, al igual que Cristo,
trabajemos desinteresadamente para
traer almas al conocimiento de la ver-
dad. Se necesita todo nuestro corazón,
cuerpo, alma y fuerza para esta tarea. Si
trabajamos con fidelidad, sin preocu-
parnos por el aplauso o la censura del
mundo, escucharemos el “bien hecho”
de la Majestad del cielo, y recibiremos
la corona, la palma de la victoria y las
ropas blancas que son la justicia de los
santos.
Este artículo ha sido extraído del que apa-
reció por primera vez en la Advent Review
and Sabbath Herald, ahora la Adventist
Review, el 25 de agosto de 1885. Los
adventistas creemos que Elena de White
ejerció el don bíblico de profecía durante
más de setenta años de ministerio público.
Abril 2008 | Adventist World 23
H E R E N C I A

solo
Arthur W. Spalding

En 1793, llegó a vivir [a Fairhaven,

Massachusetts] el niñito José Bates, Un

chelín Yo
cuando aún no tenía un año de vida.
“Cuando era niño –dice [Bates]– mi de-
seo más ardiente era ser marinero”. Por
eso en 1807, con solo 15 años, se em-
barcó por primera vez a Inglaterra. Du-
rante la travesía sufrió una caída al mar.
Del otro lado del barco nadaba sereno y
oculto un tiburón que los había estado
siguiendo durante días… Dos años des-
pués, su barco fue atacado por corsarios
daneses… Logró escapar de la captura
y llegó a Inglaterra, donde pasó cin-
co años en las naves de guerra del Rey
Jorge y como prisionero… en la guerra
de 1812.
[Más adelante]… llegó a ser capitán
y dueño parcial de navíos y después de
hacer una modesta fortuna de once mil
dólares, se retiró. Convertido al cristianismo en la soledad de
su navío… y habiendo abandonado los hábitos de beber,
fumar y maldecir, llegó a ser modelo de la reforma pro salud
y del poder espiritual de un pueblo y una causa que aún no
conocía.
Fue en 1828 cuando al regreso de un viaje a Sudamérica,
José Bates abandonó el mar, veintiún años después de su
primer viaje como grumete… Tenía una esposa fiel y devota,
Prudence, la típica esposa de capitán de navío, acostumbra-
da a aguardar su regreso durante sus largas travesías por el
mundo. Ella le colocó una Biblia en su baúl , además de otros
libros devocionales, que lo acercaron al Salvador… y cuando
llegó a tierra justo antes de su último viaje, se unió a través
del bautismo a la iglesia cristiana de su esposa. Su anciano
padre remarcó pensativo que ya lo había bautizado en la
Iglesia Congregacional cuando era bebé. Su respuesta fue:
“Sin embargo la Biblia dice: Creed y bautizaos, pero yo era
muy pequeño para creer”.
En 1831… [ayudó] a construir un lugar de reuniones y se
mantuvo interesado y activo hasta que… en 1839 una rápida
sucesión de eventos cambió sus planes, y fue alcanzado por
el mensaje del Segundo Advenimiento.
Imaginémoslo sentado en su escritorio ese día de verano
de 1847, cuando comenzó a escribir su “libro” –en realidad,
de
Un incidente de la vida de José Bates,
el mayor de los tres fundadores de
la Iglesia Adventista
un folleto de 112 páginas– The Seventh Day Sabbath a Perpe-
tual Sign (El sábado, una señal perpetua) y su esposa lo in-
terrumpió para que le consiguiera más harina para terminar
de amasar… En su bolsillo, sólo tenía un chelín de York; lo
único que quedaba de su fortuna.
—José, no tengo suficiente harina para terminar de amasar.
—¿En serio? ¿Cuánta harina te falta?
—Oh, unos dos kilos –respondió ella.
—Está bien
Poco después se levantó, salió, compró los dos kilos de
harina y los depositó sobre la mesa de la cocina mientras ella
no estaba. Casi al momento ella llegó una vez más.
—José, ¿de dónde salió esa harina?
—La compré yo. ¿No era eso lo que necesitabas?
—Sí, pero ¿porqué tú, capitán José Bates que has trans-
portado cargamentos de miles de dólares, saliste a comprar
dos kilos de harina?
—Querida, en esos dos kilos de harina he gastado la últi-
ma moneda que tenía.
Era cierto, Prudence Bates era una esposa devota; había
aceptado que su esposo gastara su dinero en la causa de la se-
gunda venida de Cristo, porque ella también compartía esta
creencia. Al ver que su fortuna iba disminuyendo, contuvo
sus temores y evitó preguntar cuánto les quedaba. Ahora lo

24 Adventist World | Abril 2008

 sabía. Sin embargo, ella no coincidía con él en cuanto al sá-
bado, y no lo haría por cuatro años más. Durante esa época,

rk
José solía llevarla a su iglesia los domingos, luego él regresa-
ba a casa hasta la hora de ir a buscarla después del culto…
En 1850 ella aceptó el mensaje del tercer ángel y la verdad del
sábado. A partir de ese momento y hasta su muerte, veinte
años después, fue una devota y hermosa obrera cristiana
guardadora del sábado.
Pero ahora, cubriéndose con el delantal, comenzó a sollo-
zar diciendo: —¿Qué vamos a hacer?
—Voy a escribir un libro sobre el sábado y distribuirlo
entre la gente, para que conozcan la verdad.
—Sí pero, ¿de qué vamos a vivir?
—Oh, el Señor proveerá.
—¡El Señor proveerá! Eso es lo que dices siempre. —Pruence
se fue sollozando.
[José] dejó de lado sus preocupaciones familiares para
emprender sus obligaciones misioneras, y comenzó a escri-
bir. A la media hora sintió que debía ir al correo a buscar una
carta que contendría dinero, de manera que fue y halló la
carta con un billete de diez dólares adentro. Venían de parte

Querida, en esos dos de un hombre que dijo haber sentido la impresión de que
José necesitaba dinero. Con ese billete compró muchas pro-
visiones y las hizo enviar a su sorprendida esposa. Cuando

kilos de harina llegó a casa, Prudence exigió saber de dónde habían salido
las provisiones.
—Oh, el Señor las envió.

he gastado —¿Qué quieres decir con eso de que el Señor las envió?
—Prudy, lee esta carta, y sabrás que el Señor provee.
Prudence Bates la leyó, y entonces comenzó a llorar nue-
la última moneda vamente, pero por una razón diferente.
El mensaje del sábado se esparció. José Bates usó su único
chelín como un acto de fe porque era siervo de “Jehová-jiré”,
que tenía. el Dios que provee. Y su confianza no fue vana.

Arthur W. Spalding (1877-1953) fue un

muy admirado educador, escritor y editor
adventista. Esta historia ha sido extraída de
Footprints of the Pioneers (En las huellas de
los pioneros), publicado en 1947 luego de
F O T O G R A F Í A S Y M O N E D A P O R C O R T E S Í A D E L PAT R I M O N I O su visita a los principales lugares de la historia de la Iglesia
Adventista en Nueva Inglaterra.
W H I T E . L A M O N E D A N O N E C E S A R I A M E N T E E S L A M E N C I O N A D A
E N E L I N C I D E N T E D E J O S É B AT E S .

Abril 2008 | Adventist World 25

 P R E G U N TA S B Í B L I C A S

P R E G U N TA : Estuve leyendo Mateo 5:39: desafiante y solo provoca más violencia. Nuestra respuesta
“A cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, natural a un insulto o a un ataque es tomar represalias. Jesús
dijo que deberíamos volver la otra mejilla. Eso significa que
vuélvele también la otra”. ¿Tenemos realmente que los cristianos deberían abandonar su deseo de venganza. La
hacer eso? violencia se detiene al renunciar al derecho legal de “devolver
el golpe”. La violencia debe terminar, y nosotros tenemos un

T
engo que hacerle una pregunta: ¿Por qué no debería- papel protagónico para alcanzar este objetivo.
mos hacerlo? La orden difiere radicalmente de la tradi- La segunda ilustración se refiere a la persona que, al no
ción. Va en contra de nuestros valores más básicos y de poder pagar una deuda, tiene que entregar su túnica. La ley
la sabiduría popular. Constantemente, estamos tan solo permitía tomar la túnica como prenda de una deuda (Éx.
interesados en nosotros y en 22:26, 27). Pero ese no parece
cómo aplicar la retribución ser el caso aquí. El individuo
legal adecuada. Pero Jesús nos es objeto de abuso social.
sorprende con lo inespera- ¿Qué opciones tiene? Jesús
do, lo antinatural. Veamos el dice: “Dale también la capa”.
contexto del pasaje. La idea parece ser: no a las
1. El problema de la vio- represalias, aun si significa

Contra la
lencia: Mateo 5:38-43 es parte sufrir humillación.
de un discurso más extenso La tercera ilustración está
sobre la conducta esperada tomada del servicio militar.
Los soldados romanos for-

violencia
de los que pertenecen al reino
de Dios (cap. 5:1–7:29). Esta zaban ocasionalmente a los
unidad literaria comienza con civiles a realizar ciertas tareas
una antítesis: “Oísteis que fue (por ejemplo, en Mat. 27:32).
dicho: ‘Ojo por ojo y diente La reacción natural de un
por diente’. Pero yo os digo: judío era resistirse al opre-
No resistáis al que es malo” sor, pero Jesús ordenó a sus
(cap. 5:38, 39). Jesús se refiere
Angel Manuel Rodríguez seguidores que hicieran lo
a la ley de represalias del An- impensable al decir: “Ve con
tiguo Testamento (Éx. 21:24; él no sólo la milla requerida
Lev. 24:20; Deut. 19:21). La sino dos millas; haz de esto
intención de la ley era establecer límites al deseo humano de una oportunidad de servicio, no de venganza”.
venganza introduciendo el principio de la equivalencia; el casti- 3. Actitud positiva: El tercer ejemplo es positivo, e im-
go debía estar de acuerdo con el delito. Nadie podía matar toda plica que deberíamos evitar ser objeto de violencia al actuar
una familia para vengarse porque un individuo de dicha familia sin violencia. Deberíamos hacer todo lo posible para dar a
hubiera matado primero a un familiar propio. los necesitados y prestar al que acaso no pueda devolvernos
Jesús llevó la ley a un nivel más alto al revelar su intención: (cap. 5:42). Estas son algunas de las maneras de vencer a la
la eliminación de la violencia. Esta tarea comienza con los violencia en la sociedad y en nuestras vidas. Es la forma de
seguidores de Cristo. Jesús expresó radicalmente su oposición aprender a amar.
a la violencia: “No resistáis al que es malo”. El verbo “resistir” Significa también que no solo deberíamos evitar situacio-
(del griego anthistmi) significa “ponerse en contra de” u “opo- nes violentas, sino huir de ellas. Jesús no quiere que pensemos,
nerse” en confrontación. Cuando los cristianos son objeto por ejemplo, que si nuestro cónyuge abusa de nosotros, tene-
de un acto malo, se espera que no reaccionen de la misma mos que continuar en esa situación, que tenemos que “volver
manera. Este es un tipo de resistencia pasiva; resistir al mal al la otra mejilla”. El ciclo de violencia puede ser quebrantado no
negarse a tomar represalias. tamando represalias, pero sirviendo a otros y apartándonos de
2. Oposición a la violencia: Jesús procedió entonces a un ambiente violento.
ilustrar lo que quería decir. Dio tres ejemplos. Usted citó el ¡Tenga una actitud activa! ¡Vuelva la otra mejilla!
primero: “A cualquiera que te hiera en la mejilla derecha,
vuélvele también la otra”. Esto se refiere a una bofetada
como acto de insulto, no simplemente a un ataque físico. Ángel Manuel Rodríguez es director del Instituto de Investiga-
En algunos casos, el volver la otra mejilla puede resultar ciones Bíblicas de la Asociación General.

26 Adventist World | Abril 2008

 E S T U D I O B Í B L I C O

Jesús
y el sábado Mark A.
Finley

Algunos piensan que Jesús vino a abolir el sábado, pero es exactamente lo contrario.
Jesús no vino a destruir la ley sino a cumplirla (véase Mat. 5:17, 18). Cumplir significa darle
todo su significado. Jesús no vino a abolir el sábado sino a darle todo su significado. Los
líderes judíos de su época aplicaban restricciones innecesarias al sábado, de manera que
llegó a ser una carga y a menudo un yugo de esclavitud.
Jesús vino a quitar todos esos agregados para que el sábado brillara en todo su esplendor
y a través de su vida reveló que este día es un don especial de amor. En la lección de hoy,
miraremos al sábado con nueva visión y redescubriremos el precioso don de amor de Cristo.

1. ¿Que solía hacer Jesús cada sábado? Lea el texto y responda con sus propias palabras.
“Vino a Nazaret, donde se había criado; y el sábado entró en la sinagoga, conforme a su costumbre, y se
levantó a leer” (Luc. 4:16).

Cada sábado, Jesús tenía la costumbre de adorar a su Padre celestial. Por sobre todas
las cosas, el sábado es un día de adoración y alabanza; una celebración de la bondad, la
gracia y el amor divinos; un recordatorio semanal de su amor por nosotros.

2. ¿Por qué los fariseos criticaron a los discípulos de Jesús por su forma de guardar el
sábado? Trace un círculo alrededor de la respuesta.
“En aquel tiempo iba Jesús por los sembrados un sábado. Sus discípulos sintieron hambre y comenzaron a
arrancar espigas y a comer. Los fariseos, al verlo, le dijeron: Tus discípulos hacen lo que no está permitido hacer
en sábado” (Mat. 12:1, 2).

3. ¿Cómo respondió Jesús a la crítica de los fariseos? Lea el texto y escriba la

respuesta en sus palabras.
“Si supierais qué significa: Misericordia quiero y no sacrificios, no condenaríais a los inocentes, porque el Hijo
del hombre es el Señor del sábado” (Mat. 12:7, 8).

Esta experiencia revela claramente que como Señor del sábado, Jesús se preocupa de
satisfacer las necesidades de su pueblo. El sábado no es un día de esclavitud, sino de
misericordia y compasión.

Abril 2008 | Adventist World 27

 4. Los fariseos también condenaron a Jesús por sanar en sábado al hombre de la mano
seca. ¿Cuál fue su respuesta?
“Está permitido hacer bien en sábado” (Mat. 12:12).

5. ¿Qué principio descubre Ud. para su propia vida en este pasaje de la Escritura?
Escriba sus pensamientos a continuación.

6. Al hablar en Mateo 24 de los eventos de los últimos días, ¿qué consejo dio Jesús a
sus discípulos en relación con el sábado?
“Orad, pues, que vuestra huida no sea en invierno ni en sábado, porque habrá entonces gran tribulación”
(Mat. 24:20, 21, pp).

Jesús les dijo a sus discípulos que debían orar para que al llegar el momento de la destrucción de Jerusalén

(año 70 en manos del general romano Tito) su huida no fuera en sábado porque

Servimos a un Dios amante y compasivo que desea que cada sábado sea un día de
alabanza, adoración y comunión. Es un día de misericordia para hacer el bien.

7. ¿De qué manera la muerte de Jesús dio testimonio de la importancia del sábado bíblico?
“Al regresar, prepararon especias aromáticas y ungüentos; y descansaron el sábado, conforme al mandamiento”
(Luc. 23:56).

Los seguidores más cercanos a Cristo en

conforme al

La cruz no habla de trabajo sino de descanso. Habla de dejar de lado nuestras cargas,
no de tomarlas. Los seguidores más cercanos a Cristo descansaron en sábado como un
ejemplo de su descanso en el amor de Jesús.

8. ¿Qué invitación nos da Jesús a cada uno? Trace un círculo alrededor de las dos
palabras claves.
“Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar” (Mat. 11:28).

El Señor nos invita a ir, descansar y adorar. En Jesús podemos hallar descanso para
nuestros anhelos más profundos. Para el Señor el sábado fue un día de descanso en el
cuidado y misericordia de su Padre, un día para dar testimonio del maravilloso poder sana-
dor de Dios. Fue un tiempo apartado para reflexionar en la Palabra de Dios y en sus obras.
Es el deseo de Jesús que cada sábado sintamos su amor, vivamos en su gracia y
descansemos en su cuidado.

Aún no hemos terminado con el sábado.

El mes próximo veremos qué pensaban del
sábado los discípulos de Jesús.
28 Adventist World | Abril 2008
 Intercambio mundial
C A R TA S
Un niño los
pastoreará
La nota de tapa de
Adventist World
de enero de 2008
titulada “Un niño
los pastoreará”, de
Wilona Karimabadi,
es un relato hermoso
y emocionante de niños corteses y bien
educados. Me resultó inspirador. En
cierto sentido, el artículo me hizo pensar
en las responsabilidades que el Señor
nos da a cada uno.
Cuando pensé cómo el Señor capa-
citó a Dailyn y Kevin, descubrí cuanto
más puedo hacer por la obra maravi-
llosa que me ha encomendado. Aunque
soy adventista de nacimiento y siempre
he cantado en la iglesia, después de leer
el artículo me dan ganas de predicar el
evangelio a otras personas por medio
del trabajo misionero.
Ya he hallado un compañero de mi-
sión. Espero que el Señor nos capacite,
por medio de su Espíritu Santo, para
llevar almas a sus pies.
Que el Señor continúe bendiciendo
cada día la obra de la familia Patiño.
Y gracias por la gran iniciativa de la
revista.
Zierley Rojard
Itamaraju, Bahía, Brasil
Me impresionó mucho la nota de tapa
de Wilona Karimabadi titulada “Un
niño los pastoreará” y “El discipulado de
los niños: Mentores y capacitadores de
los pequeños discípulos de Cristo”. Me
resultaron instructivos e inspiradores.
Aprecio sobremanera el ministerio
de Karimabadi en la revista KidsView.
Que Dios la bendiga y bendiga a su fa-
milia y ministerio.
Shelvan Arunan
Ohio, Estados Unidos
Kata Ragoso
En el Informe Mundial de Adventist
World (Enero 2008, p. 3), Melody Tan y
Nathan Brown afirman que “Lawrence
Tanabose ha llegado a ser el primer isle-
ño del Pacífico en ser nombrado direc-
tivo de la Iglesia Adventista del Pacífico
Sur” (p. 4).
¿Será que los hermanos de la región
ya se han olvidado de la maravillosa
contribución de Kata Ragoso, presiden-
te de la Misión Occidental de las Islas
Salomón entre 1953 y 1957? En ese caso,
la Adventist Review debería hablar de su
increíble vida en un próximo artículo.
Brian E. Strayer
Michigan, Estados Unidos
Amor en todas direcciones
Escribo como reacción a la columna
de Preguntas Bíblicas de enero de 2008
titulada “Amor en todas direcciones”, de
Ángel Manuel Rodríguez. Aprecié la ex-
plicación detallada que hace Rodríguez
del simbolismo bíblico asociado con los
cuatro puntos cardinales.
Para mí, toda mi vida he asociado
experiencias personales con las cuatro
direcciones.
El este: Al tocar en el piano la can-
ción “Hoy partamos juntos el pan . . .
Cuando caigo de rodillas, mientras miro
al sol naciente . . .” También he disfruta-
do de hermosas salidas de sol.
El oeste: Las puestas de sol que me
indican el tiempo del día siguiente y la
dirección de donde provienen las co-
rrientes de aire.
El sur: De donde soplan los vientos
cálidos, y desde donde provienen las
fuertes tormentas.
El norte: Mi punto cardinal favorito
cuando estaba en Conquistadores y uti-
lizaba mi brújula para obtener el premio
a la orientación. Es el lugar al que puedo
mirar de noche y señalar la nebulosa
de Orión desde donde vendrá nuestro
Salvador para poner fin al “conflicto
cósmico entre el bien y el mal”.
Richard Cook
Oregón, Estados Unidos
Otra forma de vitamina B12
En la sección Salud Mundial de di-
ciembre de 2007 de Adventist World
mencionamos la forma inyectable de
la vitamina B12. Uno de nuestros fieles
lectores médicos nos recordó que existe
una aplicación sublingual de vitamina
B12 que, al ser absorbida debajo de la
lengua, evita las inyecciones y las dificul-
tades de la absorción que suelen tener
los que sufren de anemia perniciosa.
Una muy buena idea, cuando se encuen-
tra disponible, para realizar la terapia de
mantenimiento.
Allan R. Handysides y
Peter N. Landless
Asociación General, Silver Spring,
Maryland, Estados Unidos
Abril 2008 | Adventist World 29
 Intercambio mundial
C A R TA S

¿Estamos peleando la buena Recordemos: Esta lucha es entre el He sido bendecida

batalla?
El artículo “¿Estamos peleando la bue-
na batalla?”, de Ramani Kurian, en el
número de octubre de Adventist World,
revela lo que los “buenos adventistas”
han llegado a creer sin pensar mucho
en las palabras que pronuncian. La jer-
ga suena agradable y familiar; apela a
los que desean hacer “lo correcto” para
ser salvos. Pero percibo una señal de
alarma.
El artículo comienza diciendo: “¿De
qué batalla estamos hablando? Vivimos
en un mundo donde el gran conflicto
entre el bien y el mal no cesa. Todos
formamos parte de esta batalla… ¿Esta-
mos de parte de Cristo o de Lucifer?” Y
entonces se nos recuerdan las caracterís-
ticas de los justos…” Suena muy adven-
tista, hasta que uno recuerda de qué se
trata realmente este gran conflicto y cuál
es nuestra función específica dentro de
ese drama.
dragón y Miguel (Apoc. 12:7), y esa gue-
rra se produjo “en el cielo”. Esta batalla
comenzó antes de que la tierra y sus ha-
bitantes fueran creados y no culminará
hasta después de que la tierra haya sido
destruida.
Nuestra conducta o decisiones no
afectan para nada el resultado de la
guerra. Nuestra batalla es solo la buena
batalla de la fe en relación con nuestra
salvación (2 Tim. 4:7), no con el gran
conflicto. Y es por gracia que somos
salvos por medio de la fe. Es más difícil
creer en las palabras de Jesús de Juan
3:16 que creer que tenemos el poder de
colaborar en nuestra salvación y que
Jesús suple lo que nos falta. Esta es una
popular creencia adventista que solo
una verdadera batalla de la fe puede
vencer. En este contexto, me pregunto:
¿Estamos peleando la buena batalla?
Lucy Cisneros
Ohio, Estados Unidos
Los saludo en el nombre de Cristo. Es-
cribo simplemente para felicitarlos por
la gran obra que hacen para el Señor.
Me encanta leer la revista Adventist
World. Tengo que admitir que Dios me
ha bendecido por medio de su palabra, y
que he recibido inspiración de los rela-
tos de vidas transformadas que aparecen
en esta revista. Oro para que Dios conti-
núe dirigiendo sus vidas.
Margaret Mukwemba
Chomba, Zambia
Cartas al editor; comuníquese a la dirección letters@
adventistworld.org Las cartas deben hacer referencia a algún
tema que haya aparecido en la revista; deben ser claras y al
punto; de no más de 250 palabras. Asegúrese de incluir el título,
la fecha de publicación y el número de página del artículo.
Agregue también sus datos (nombre, ciudad o pueblo, provincia
o estado y país). Por motivos de espacio y claridad, dichas
cartas podrán ser editadas. Las que lleguen a tiempo tendrán
más probabilidades de ser incluidas; no todas serán publicadas.

EL RINCÓN DE ORACIÓN
Oren por favor por mi madre. Tiene cáncer y cada día está
peor. Recibí un ejemplar de la revista y me pareció muy inte-
resante. Sigan haciendo este buen trabajo y estas buenas obras.
También los tendré en mis oraciones.
Chadd, Estados Unidos
He sufrido dolores constantes durante más de 71 años, y ahora
tengo la oportunidad de recibir un tratamiento que podría
ayudarme. Oren para que el tratamiento pueda finalmente
quitarme el dolor.
Robert, Estados Unidos

Estoy procurando estudiar abogacía el año próximo para
avanzar en mi carrera profesional, servir mejor a las personas
y, lo que es más importante, para la gloria de Dios. Oren por
favor para que el Señor en su gracia, me dé los medios físicos,
mentales, financieros y, sobre todo, espirituales. Oren también
para que sea promovido en mi empleo.
Peter, Filipinas
Quiero ser fiel en el evangelismo y obtener una maestría
en teología. Oren por favor para que pueda hallar un
patrocinador.
Mosisa, Etiopía
Oren por favor por mi hija, que está procurando casarse. Oren
para que pueda conocer y cumplir la voluntad de Dios, para
que nada se haga fuera de su voluntad.
Anyieni, por vía electrónica
Oren para que consiga el dinero para terminar el último semestre
de mis estudios y para que este año pueda seguir participando
activamente en el ministerio y desarrollando mi vida espiritual.
Lloyd, Zimbabue
El rincón de oración; comuníquese a la dirección prayer@adventistworld.org
Pedidos de oración y alabanzas (agradecimientos por oraciones contestadas). Los mensajes deben
ser breves y concisos; de no más de 75 palabras. Por motivos de espacio y claridad, podrán ser
editados. Aunque oraremos por cada mensaje durante nuestras reuniones semanales, no todos
aparecerán en la revista. Por favor, junto al mensaje agregue su nombre y su país de procedencia.

30 Adventist World | Abril 2008

 “He aquí, vengo pronto . . .”
INTERCAMBIO DE IDEAS Nuestra misión es elevar a Cristo, uniendo a los
adventistas de todo el mundo en creencias, misión,

A N I S S A T H O M P S O N
vida y esperanza.

El Editor

cimiento de la
Adventist World es una publicación internacional de

fe
la Iglesia Adventista del Séptimo Día, editada por
la Asociación General y la División de Asia-Pacífico
Norte de la Iglesia Adventista.
Editor ejecutivo
Este mes, una lectora Bill Knott
Editor asociado
relata cómo se fortaleció su fe Claude Richli
durante un momento difícil. Gerente editor internacional
Chun, Pyung Duk
Junta editora

E l distrito de Merrywood es una pequeña comunidad rural de Jamaica. A comien-

zos de la década de 1970, si bien casi todos los residentes asistían a la iglesia, solo
había una familia adventista. Aunque era hija de padres presbiterianos muy devotos,
Jan Paulsen, presidente; Ted N. C. Wilson,
vicepresidente; Bill Knott, secretario; Armando Miranda;
Pardon K. Mwansa; Juan Prestol; Charles C. Sandefur;
Don C. Schneider; Heather-Dawn Small; Robert S. Smith;
me permitían ir a la iglesia con esta familia, porque éramos amigos. Durante cinco Robert E. Kyte, asesor legal.
años asistí a la iglesia los sábados y los domingos, si bien esperaba con más ansias ir Comisión coordinadora de Adventist World
Lee, Jairyong, presidente; Akeri Suzuki; Donald Upson;
a la iglesia los sábados. Guimo Sung; Glenn Mitchell; Chun, Pyung Duk
A los 11 años decidí asistir a la iglesia solamente los sábados. Después de orar Jefe de editores
sobre el tema, hablé con el pastor, quien acordó visitar a mis padres. Después de escu- Bill Knott
charlo con calma, para mi sorpresa y gozo, mi madre respondió: “Si esa es la decisión Editores de Silver Spring, Maryland, EE.UU.
de Tessa, creo que sabe lo que está haciendo; yo no se lo voy a impedir”. Mi padre Roy Adams (editor asociado), Sandra Blackmer,
Stephen Chavez, Mark A. Kellner, Kimberly Luste Maran
también se mostró de acuerdo, por lo que fui bautizada en la Iglesia Adventista.
Editores de Seúl, Corea
Después de mi bautismo, llegué a ser miembro del Club de Conquistadores, del Chun, Jung Kwon; Choe, Jeong-Kwan
coro de la iglesia y comencé a participar en los departamentos de Escuela Sabática Editor en línea
y Jóvenes. Un año después, mi madre y mi hermano mayor también se bautizaron. Carlos Medley
Aunque mi padre siguió siendo presbiteriano, siempre nos apoyó y asistía a la iglesia Coordinadora técnica
Merle Poirier
cuando yo tenía alguna participación especial.
Asistente ejecutiva del editor
A los 15 años tuve que enfrentarme a una severa prueba cuando en el colegio me Rachel J. Child
asignaron prácticas obligatorias en el laboratorio de física, los sábados. Estas prácti- Asistentes administrativos
cas eran necesarias para pasar el examen general de física. Al principio, tenía mucho Marvene Thorpe-Baptiste
Alfredo Garcia-Marenko
temor. Aunque sentí que mi madre me apoyaría, dudaba de la reacción de mi padre,
Servicios al lector
que creía que mi educación estaba por encima de todo. Para entonces, sin embargo, Merle Poirier
sabía que no podía comprometer mi fe en Dios y su ley (Éxodo 20). Dirección y diseño gráfico
Después de leer 1 Pedro 5:7, comencé a orar fervientemente y le entregué todas Jeff Dever, Fátima Ameen, Bill Tymeson
mis preocupaciones a Dios. Sin decirles nada a mis padres, le informé al profesor Consultores
de física que no podría asistir a las prácticas sabáticas por razones de fe; le aseguré Jan Paulsen, Matthew Bediako, Robert E. Lemon,
Lowell C. Cooper, Mark A. Finley, Eugene King Yi Hsu,
también que confiaba en que el Dios a quien servía, me ayudaría. Durante los meses Gerry D. Karst, Armando Miranda, Pardon K. Mwansa,
que siguieron, me dediqué a leer todos los procedimientos del laboratorio de física Michael L. Ryan, Ella S. Simmons, Ted N. C. Wilson,
Luka T. Daniel, Laurie J. Evans, Alberto C. Gulfan, Jr.,
y, sin llevar a cabo ninguno, me presenté a rendir nueve meses después. Durante el Erton Köhler, Jairyong Lee, Israel Leito, Geoffrey G.
examen, mi profesor estaba visiblemente nervioso por mí y parecía confuso al verme Mbwana, Paul S. Ratsara, Don C. Schneider, Artur
A. Stele, Ulrich W. Frikart, D. Ronald Watts, Bertil
tan calma. Tres meses después recibí los resultados: ¡Había aprobado! Me sentí más A. Wiklander
feliz por la providencia de Dios que por la calificación en sí misma.
Más de dos décadas después, sigo fortaleciéndome con esta experiencia. Cuando A los colaboradores: Aceptamos el envío de manuscritos
no solicitados. Dirija toda correspondencia a 12501 Old
me asaltan las tormentas de la vida, miro al igual que Job, “los días de mi juventud” Columbia Pike, Silver Spring MD 20904-6600, EE.UU.
(Job 29:2-4) cuando Dios me guió con su luz en medio de la oscuridad. Él me dice: Número de fax de la oficina editorial: 1 (301) 680-6638
“Tendré memoria de mi pacto que concerté contigo en los días de tu juventud, y E-mail: Internet: worldeditor@gc.adventist.org
Sitio Web: http://www.adventistworld.org/
estableceré contigo un pacto eterno” (Eze. 16:60).
A menos que se indique lo contrario, todas las referencias
— Tessa Fennell-Swaby, escribe desde Brooklyn, Nueva York, bíblicas pertenecen a la versión Reina Valera. Revisión 1995.
Estados Unidos Adventist World es publicada todos los meses e impresa
simultáneamente en Australia, Brasil, Corea, Indonesia y los
Estados Unidos.
Vol. 4, No. 4

Abril 2008 | Adventist World 31

 ¿EN QUÉ LUGAR DEL MUNDO SE ENCUENTRA?

El Rincón de las
PERS NAS

CON O C E A T U P R Ó J I M O
Mi nombre es Desne Louw. Tengo 21
años y estoy por un año en Holanda
trabajando de niñera. Pertenezco
a la iglesia adventista Square Hill
Park, de Kimberley, Sudáfrica. Aquí
en Holanda, asisto a una iglesia en la
ciudad de Haarlem.
Recuerdo mi primer sábado aquí, como si fuera
ayer. Me senté y me di cuenta que todos estaban muy
felices y eran muy amables. Me puse a llorar porque
extrañaba mi iglesia. Cuando los miembros se entera-
ron que venía de Sudáfrica, hicieron todo lo posible
para mostrarse amigables. Muchos de ellos me han
invitado a sus hogares, me han ofrecido ayuda o sim-
plemente me han dedicado tiempo. No ha sido fácil
estar tan lejos de casa. Al principio, no tenía ningún
K H
S U R J O
F O T O :
amigo, nadie con quien hablar, aparte de Dios. Pero
él hizo cosas maravillosas. Comencé a hacerme amiga
de los jóvenes de Haarlem. Una de ellas es Sabina
Clark. Dios la puso allí cuando más lo necesitaba. Vio
mi himnario en inglés y, a partir de allí, nos hicimos
muy amigas. Los sábados almorzamos juntas y habla-
mos de la bondad de Dios.
Han pasado varios meses desde que comencé a
asistir a la iglesia de Haarlem, y siento como si he ha-
llado mi otra familia. Es una familia muy unida. Con-
tinúan haciendo lo mejor para que me sienta en casa.
He hallado un lugar donde puedo hablar de cualquier
tema. Dios me guió a esta iglesia y me recordó que es
importante dar el primer paso y tener una vida activa
en la iglesia. Cuando regrese a casa, llevaré conmigo
estas importantes lecciones.

C ITA D E L M E S
“Los jóvenes adventistas no están en contra de
escuchar la Palabra de Dios. Están en contra de los
predicadores aburridos; predicadores muertos
que predican sermones muertos”.
—Baraka Muganda, durante la segunda Conferencia Mundial de Jóvenes y Servicio Comunitario,
en Taipei, Taiwán, el 5 de enero de 2008

verde son pastos de los pantanos y flotan sobre el lago. La gente los utiliza para atrapar peces. El fotógrafo es de Manipur, India.
RESPUESTA: En uno de los estados nororientales de la India, el Loktak es el lago de agua dulce más extenso del país. Los anillos de pasto