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“AÑO DEL DIALOGO Y LA RECONCILIACION

NACIONAL”
ESCUELA DE EDUCACION SUPERIOR TECNICO
PROFESIONAL PNP- HUANCAYO
DEDICATORIA

Este trabajo esta dedicado a mis padres


por el apoyo que brindan, a mis
catedráticos por conocimientos brindados
durante mi formación policial.

INTRODUCCIÓN
En los últimos años en el Perú, la violencia contra la mujer se ha visibilizado
mucho más, mostrando sus múltiples expresiones. Entre el año 2009 y el 2011
se registraron 384 casos de feminicidio y 116 posibles feminicidios
(Observatorio de Criminalidad del Ministerio Público: 2012). Este año según
declaraciones de la Ministra del Ministerio de la Mujer y Poblaciones
Vulnerables se han registrado hasta la fecha 63 feminicidios y 76 tentativas.
Asimismo, en las últimas estadísticas de los Centros de Emergencia Mujer
(MIMP 2010), se registraron más de 6 mil casos de violencia contra la mujer a
nivel nacional sólo durante los dos primeros meses del año, lo que revela la
magnitud de esta problemática en nuestro país. Frente a esta realidad los
medios de comunicación, la familia, la escuela, la comunidad, las redes
sociales, entre otros se sitúan como referentes de nuestras identidades, de los
valores, usos y costumbres, de las formas en las que nos relaciones con los
otros y otras, con el entorno, y construimos nuestros imaginarios y aspiraciones
personales de desarrollo. Pero en particular los medios de comunicación tienen
un papel fundamental en la socialización de género y en la configuración de la
cultura ciudadana y de tolerancia cero a la violencia, pues tienen una gran
presencia en la vida cotidiana de la gente y, a la vez, son centrales en la toma
de decisiones. Los medios de comunicación pueden crear un clima de opinión
favorable a una nueva política pública orientada a la igualdad de género o los
derechos específicos de las mujeres a partir del tratamiento de un caso de
feminicidio o pueden naturalizarlo como uno más de los problemas. Tienen la
posibilidad de informar y orientar a la ciudadanía sobre la problemática de la
violencia contra las mujeres para prevenirla y para atenderla de manera
oportuna, así como dar cuenta y cuestionar socialmente el feminicidio, sin
olvidar, además que pueden contribuir a transformar nuestra cultura permisiva
de la violencia contra la mujer como forma de ejercicio de autoridad.
INDICE DE LA VIOLENCIA CONTRA LA MUJER EN EL PERÚ

La violencia contra la mujer, así como su magnitud nos revela que éste es un
problema social que responde a la permanencia de una cultura con estructuras
jerárquicas patriarcales, donde la mujer es vista como un objeto desechable y
maltratable; prueba de ello es que las múltiples situaciones y acciones que
vulneran los derechos humanos de las mujeres se pueden dar tanto en tiempos
de paz como en tiempos de conflicto armado. Se trata de contextos diferentes
que responden a un imaginario cultural similar que limita y arremete contra el
ejercicio pleno de las libertades y derechos de la mujer; enfrentándose así no
solo a la violencia y discriminación de sus familias y su comunidad sino también
del Estado. El Informe Mundial sobre la Salud y Violencia de la OMS11 señala
que la violencia es un problema de salud pública pues genera graves daños
psíquicos, físicos, privaciones y deficiencias en el desarrollo de las personas.
Por otra parte, el estudio multicéntrico de la OMS sobre la violencia de pareja y
la salud de las mujeres12 revela que el 48% de las mujeres en Lima y el 61%
en Cusco reporta haber sufrido violencia física por parte de sus parejas. Del
mismo modo, el 23% de las mujeres en Lima y el 47% de Cusco afirman haber
sufrido violencia sexual. En conclusión, más de la mitad de las mujeres en Lima
(51%) y el 69% en Cusco señalan que han sido violentadas sexual o
físicamente por sus parejas. Según los datos de la Oficina de Planificación y
Estadística de la VII Dirección Territorial Provincial (DIRTEPOL) de la Policía
Nacional del Perú (PNP), en el año 2002 se registraron 36.841 denuncias por
maltratos físicos y psicológicos ante la PNP en Lima Metropolitana y en el
Callao. En el año 2003 la cifra se incremento a 38.336 denuncias, lo que
evidencia aún más este problema. En relación al año 2004, la cifra a nivel de la
VII Región–Lima de la PNP se incrementó a 41.567 denuncias.

1. ANTECEDENTES DE LA VIOLENCIA CONTRA LA MUJER

Desde tiempos de nuestros ancestros, la violencia es considerada como parte


de la cultura, y en cierto modo, se acepta como integrante de la formación
familiar. El comportamiento violento y agresivo ha estado presente a través de
toda la historia y ha quedado gravado en documentos que van desde las
antiguas escrituras hasta las tablas estadísticas actuales. Las raíces del
problema alcanzan a los patriarcados. Historia de los patriarcados:

Actualmente la familia patriarcal puede aparecer desdibujada tras siglos de


esfuerzos de la mujer por emanciparse; en sus orígenes, convirtió a la mujer en
objeto propiedad del hombre, el patriarca. Al patriarca pertenecían los bienes
materiales de la familia y sus miembros. Así, la mujer pasaba de las manos del
padre a las manos del esposo, teniendo ambos plena autoridad sobre ella,
pudiendo decidir, incluso, sobre su vida. La mujer estaba excluida de la
sociedad, formaba parte del patrimonio de la familia, relegada a la función
reproductora y a las labores domésticas.

En el artículo 1 define la violencia contra la mujer:

A los efectos de la presente Declaración, por "violencia contra la mujer" se


entiende todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que
tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o
psicológico para la mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o
la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública
como en la vida privada.

Los actos de violencia se producen en la familia, en la comunidad y en el


Estado.1Estos actos presentan numerosas facetas que van desde la
discriminación y el menosprecio hasta la agresión física o psicológica y el
asesinato.

Las Naciones Unidas, en 1999, a propuesta de la República Dominicana con el


apoyo de 60 países más, aprobó declarar el 25 de noviembre Día Internacional
de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. En Canadá se celebra el Día
nacional del recuerdo por las víctimas de la violencia contra la mujer el 6 de
diciembre, en conmemoración de la masacre de la Escuela Politécnica de
Montreal.

Hoy en día numerosos países cuentan con estrategias específicas para


combatir la violencia contra la mujer. Estos países han modificado su
legislación incluyendo en ella leyes contra la violencia hacia la mujer, diseñan
planes generales y sectoriales para combatirla y promueven campañas para
interesar a los diferentes ámbitos de la sociedad en este problema. Estas
estrategias han servido a su vez para sensibilizar a Estados y Sociedad ante
otras formas de violencia: contra la infancia, ancianos, minusválidos, colectivos
minoritarios. No obstante, la violencia contra la mujer sigue produciéndose en
tasas insoportables. También, habiendo sido las sociedades occidentales las
pioneras en esta lucha, siendo en estas sociedades donde los movimientos por
los derechos de la mujer antes y más se han desarrollado, en otras muchas
sociedades, esta lucha se encuentra sensiblemente retrasada.

En El Salvador, se han aprobado recientemente, leyes que protejan a la mujer


de cualquier tipo de violencia hacía su persona.

2. CAUSAS Y FORMAS DE VIOLENCIA CONTRA LA MUJER

2.1. Causas

La inequidad de género y la discriminación son las causas raíces de la


violencia contra la mujer, influenciada por desequilibrios históricos y
estructurales de poder entre mujeres y hombres existentes en variados grados
a lo largo de todas las comunidades en el mundo.

La violencia contra la mujer y las niñas está relacionada tanto a su falta de


poder y control como a las normas sociales que prescriben los roles de
hombres y mujeres en la sociedad y consienten el abuso. Las creencias en la
superioridad masculina asociadas a atributos social y culturalmente
asignados pero considerados como “naturales”: fuerza física, racionalidad,
control de las emociones y mayor dominio de lo público por ejemplo. Estas
creencias- confieren a los varones autoridad sobre las mujeres. Ellas son
consideradas seres inferiores, cuya debilidad se fundaría no sólo en su menor
fuerza física, sino en la irracionalidad de sus actos, sustentados en impulsos
emotivos y volubles. Por eso, a las mujeres habría que protegerlas, dirigirlas,
corregirlas y controlarlas. Estas creencias se desarrollan en el contexto de una
sociedad jerárquica y autoritaria, que reproduce su sistema en el ámbito
familiar.

Las iniquidades entre los hombres y las mujeres trascienden las esferas
públicas y privadas de la vida; trascienden los derechos sociales, económicos,
culturales y políticos; y se manifiestan en restricciones y limitaciones de
libertades, opciones y oportunidades de las mujeres. Estas inequidades pueden
aumentar los riesgos de que mujeres y niñas sufran abuso, relaciones violentas
y explotación, debido a la dependencia económica, limitadas formas de
sobrevivencia y opciones de obtener ingresos, o por la discriminación ante la
ley en cuanto se relacione a temas de matrimonio, divorcio y derechos de
custodia de menores.

La violencia contra las mujeres y niñas no solo es una consecuencia de la


inequidad de género sino que refuerza la baja posición de las mujeres en la
sociedad y las múltiples disparidades existentes entre mujeres y hombres.
(Asamblea General de las Naciones Unidas, 2006)

Factores de riesgo

Una variedad de factores a nivel individual, de relaciones, de comunidad y de la


sociedad (incluyendo lo niveles institucionales/estatales) se intersecan para
aumentar el riesgo de que mujeres y niñas sufran violencia. Estos factores son:

 Atestiguar o experimentar abuso desde la infancia (lo que está a asociado a


que en el futuro los niños sean perpetradores de violencia mientras las
niñas experimenten violencia contra ellas);

 Abuso de sustancias (incluyendo alcohol), asociado a una mayor incidencia


de la violencia(mayormente del marido hacia la pareja);

 Pertenencia de las mujeres a grupos marginados o excluidos.

 Limitadas oportunidades económicas (factor agravante para la existencia


hombres desempleados o subempleados, asociado con la perpetuación de
la violencia; y es un factor de riesgo para mujeres y niñas, de abuso
doméstico, matrimonios forzados, matrimonios precoces, la explotación
sexual y trata.

 La presencia de disparidades económicas, educativas y laborales entre


hombres y mujeres al interior de una relación íntima

 Conflicto y tensión dentro de una relación íntima de pareja o de matrimonio

 El acceso inseguro de las mujeres al control de derechos de propiedad y de


tierras.

 Control masculino en la toma de decisiones y respecto a los bienes.

 Actitudes y prácticas que refuerzan la subordinación femenina y toleran la


violencia masculina ( por ejemplo, la dote, pagos por la novia, matrimonio
precoz)

 Falta de espacios para mujeres y niñas, espacios físicos o virtuales de


encuentro que permitan su libre expresión y comunicación; un lugar para
desarrollar amistades y redes sociales, vincularse a asesores y buscar
consejos en un ambiente de apoyo.

 Uso generalizado de la violencia dentro de la familia o la sociedad para


enfrentar los conflictos;
 Un limitado marco legislativo y de políticas para prevenir y hacer frente ante
la violencia;

 Falta de sanción (impunidad) para perpetradores de la violencia; y ,

 Bajos niveles de concientización por parte de los proveedores de servicios,


así como de los actores judiciales y los encargados de hacer cumplir la ley
(Asamblea General de las Naciones Unidas, 2006; Bott, et al., 2005)

Algunos factores adicionales de riesgo que se encuentran relacionados con


la violencia por parte de la pareja íntima, que se han identificado en el contexto
de los Estados Unidos son: corta edad; deficientes niveles de salud mental
relacionadas a una baja autoestima, ira, depresión, inestabilidad emocional y
dependencia, rasgos de personalidad antisocial o fronteriza y aislamiento
social; historial de disciplina física en la infancia; inestabilidad marital y
separación o divorcio; historial de comisión de abuso psicológico; relaciones
familiares no saludables; temas asociados a la pobreza como hacinamiento y
tensión económicas, y bajos niveles de intervención comunitaria o acciones
contra la violencia doméstica. (Centros para el Control y Prevención de
Enfermedades, 2008).

Factores de Protección

Por otro lado, entre los factores de protección que pueden reducir el riesgo de
que mujeres y niñas sufran violencia figuran:

 educación secundaria completa para niñas (y niños);

 retardar la edad de matrimonios hasta los 18 años;

 autonomía económica de las mujeres y acceso a entrenamiento de sus


capacidades, crédito y empleo;

 normas sociales que promuevan la equidad de género

 servicios que articulen respuestas con calidad (servicios judiciales,


servicios de seguridad/protección, servicios sociales y servicios
médicos) con dotación de personal con conocimientos, capacitación
y entrenamiento adecuado.

 Disponibilidad de espacios seguros o refugios; y

 Acceso a grupos de ayuda

Existen otros factores que requieren investigación y análisis adicionales pero


que podrían estar asociados con el riesgo de violencia doméstica y la
protección contra la misma: experiencias previas de mujeres como
sobrevivientes de violencia (en cualquiera de sus formas), a cualquier
edad; niveles de comunicación de hombres con sus parejas íntimas
femeninas; uso de la agresión física por parte de hombres contra otros
hombres; así como la limitada movilidad de mujeres y niñas. (WHO, 2005)

Es importante recordar que el riesgo y factores de protección no son causas


directamente relacionadas pero están correlacionadas. Así, por ejemplo, que
un muchacho sea testigo del abuso de su madre por parte de su padre no
necesariamente lo convertirá en un perpetrador en sus siguientes años de vida;
ni el hecho de que una mujer tenga alto nivel socio económico y educativo la
hace inmune a la violencia doméstica. La violencia contra mujeres y niñas es
un fenómeno social, económico y cultural complejo.

2.2. Formas de violencia

Podemos hablar de diferentes formas de violencia, que se pueden dar tanto en


el ámbito privado o doméstico como en el público:

-Violencia física: es cualquier acto intencionado que produzca daño físico (lo
que implica también daño psicológico) en otra persona, como golpes,
bofetadas, empujones o quemaduras.Algunas manifestaciones:

 Empujar o aventar.
 Escupir.
 Jalar el cabello, despeinar.
 Golpear con manos, codos o cabeza, abofetear.
 Patear.
 Lanzar objetos a la persona con el fin de herirla.
 Usar objetos o armas de fuego y punzo-cortantes para golpear o agredir.
 Tratar de ahorcar o asfixiar, etc.

-Violencia psíquica: consiste en aquellas acciones orientadas a causar daño


psicológico en otras personas, como humillaciones, insultos, gritos, amenazas,
críticas constantes, aislamiento social, control de los recursos de una persona
sin su consentimiento.Otras manifestaciones:

 Amenazas verbales, insultos, ofensas, gestos, gritos, humillaciones, etc.


 Desprecio, indiferencia y falta de atención.
 Negligencia y/o abandono.
 Acoso y hostigamiento.
 Comparaciones destructivas y/o difamación.
 Rechazo, discriminación por género.
 Privación de la libertad o privacidad.
 Enojo por incumplimiento de tareas consideradas propias de la mujer,
etc.
-Violencia sexual: aquellas acciones que vulneran el cuerpo y la intimidad
sexual de otra persona, al obligarla a soportar o a participar en prácticas
sexuales en contra de su voluntad. En algunos casos se imponen estos actos
mediante coacción, como en el caso de la violación o agresión sexual. Pero
otras veces esta violencia adquiere una forma más sutil, como cuando una
persona adulta se aprovecha de la inocencia o el desconocimiento de un o una
menor para que soporte o para hacerle participar, mediante engaños o
chantajes, en prácticas sexuales que esta o este menor no es capaz de
comprender (abuso sexual). También puede darse en el terreno laboral u otros,
cuando uno o varios individuos dirigen una atención sexual, propuestas o
comentarios sexuales no deseados a otra persona, provocando una situación
incómoda y humillante y vulnerando el respeto y su derecho a la intimidad y a
la integridad moral (acoso sexual). Manifestaciones:

 Presión para tener relaciones sexuales no deseadas.


 No usar ni permitir el uso de preservativos aún cuando ella lo pida.
 Contagiarla con Infecciones de Transmisión Sexual (ITS).
 Obligarla a realizar o recibir tocamientos sexuales no deseados.
 Durante el acto sexual obligar a la mujer a prácticas no pedidas ni
deseadas.
 Obligarla a prostituirse o a tener relaciones sexuales con otras personas.
 Violación sexual, etc.

Estas formas de violencia pueden darse tanto contra mujeres y niñas como
contra hombres y niños, si bien la mayoría de los agresores son hombres y las
mujeres son más vulnerables a este tipo de violencia debido a las
desigualdades que existen aún en la sociedad entre mujeres y hombres, y que
se manifiestan en la educación, la cultura (películas, videojuegos, novelas,
televisión), el trabajo (remunerado y no remunerado), la economía y la política.
Si analizamos cifras sobre violencia, observaremos que, de las que se han
denunciado, la mayoría de los delitos violentos han sido perpetrados por
hombres, lo cual no quiere decir que todos los hombres sean violentos y ni
todas las mujeres sean víctimas, sino que hay más hombres que mujeres que
ejercen violencia sobre otras personas y que hay un tipo específico de violencia
que se ejerce sobre las mujeres por el mero hecho de ser mujeres. Este tipo de
violencia recibe nombres como violencia contra las mujeres, violencia machista,
violencia sexista y violencia de género.
ESTADÍSTICAS DE LA VIOLENCIA CONTRA LA MUJER EN
EL PERU

El 78% de nuestras compatriotas considera que en el Perú no se respetan sus


derechos.En este momento, en algún rincón del país, una mujer está siendo
insultada, minimizada, acosada, golpeada, violada o quizá hasta asesinada.
Porque esa es nuestra realidad, una realidad que, lejos de disminuir, aumentó
el año pasado, tal como lo muestran las cifras del Ministerio de la Mujer (en
2017 hubo 81,009 víctimas de maltrato físico, psicológico y sexual ; en 2016
fueron 60,589).

Lamentablemente, a nivel de Latinoamérica, también ocupamos los últimos

lugares en defensa de los derechos de la mujer. Así lo demuestra una encuesta

elaborada por Win en 11 países de la región, la misma que recoge la opinión

de 5,982 mujeres mayores de 17 años. En Perú, el sondeo fue desarrollado en

coordinación con Datum Internacional. Así, por ejemplo, el 78% de

compatriotas considera que en el Perú no se respetan sus derechos. En este

punto, solo nos supera Colombia, país en el que el 80% de sus mujeres

sostiene ese pensamiento. En lo que se refiere a violencia física o psíquica, el

30% de peruanas –tres de cada diez– ha confesado que ha sufrido ese tipo de

agresiones en el último año. En este caso, ocupamos el segundo lugar en la

región, junto con Chile, con 30%. El primer puesto lo ocupa Argentina, con
31%.En cuanto al acoso sexual, el 41% ha padecido algún tipo de

hostigamiento en el trabajo, centro de estudios o en algún otro lugar. Esta es la

preocupante realidad de miles de peruanas, en el Día Internacional de la Mujer.

ESTADISTICAS DE VIOLENCIA CONTRA LA MUJER EN EL PERU SEGÚN


LA INEI

El Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) reveló que en el Perú,


el 68,2% de las mujeres han sufrido violencia física, sexual o psicológica en el
2016. Pese a lo elevado del porcentaje, dicha cifra es menor en dos puntos
respecto al 2015 y seis puntos menor en los últimos 5 años, lo que revela una
tendencia a la disminución.
Aníbal Sánchez, jefe del INEI, precisó que “(la cifra de violencia a la mujer) ha
venido reduciéndose, de tasas superiores del 70%. En el año 2016 el 68% de
mujeres fueron violentadas por su pareja o esposo y la violencia psicológica es
la que más afecta”.

El INEI informó que las regiones con mayor número de casos de violencia
contra la mujer son: Ica, Piura, Apurímac y Cusco. La encuesta reveló que la
violencia psicológica fue declarada con mayor frecuencia con un 64:2%,
seguida por la violencia física, 31.7%, y la violencia sexual con un 6.6%

El sondeo arroja que en un 44,1% de los casos, las víctimas de violencia


buscaron ayuda en personas cercanas como sus familiares. El 35.7% acudió a
la madre, el 19:2% a alguna amiga o vecino, el 18% a la hermana y el 16.2% al
padre. Al respecto, Sánchez indicó que hay que ir generando un proceso
educativo para realizar las denuncias, pues las acusaciones no hechas
generan impunidad.La mayoría de las victimas aseguraron conocer a sus
agresores y/o tener vínculos familiares. Cifras lamentables que nos hacen dejar
de querer celebrar este 8 de marzo, para que, más que tomar conciencia sobre
esta realidad, tomar acciones. Según un informe de la Organización Mundial de
Salud (OMS) publicado en el 2016, Perú es el tercer país del mundo con mayor
incidencia en delitos de violencia contra la mujer, detrás de Etiopía y
Bangladesh.

VIOLENCIA CONTRA LA MUJER EN CUSCO

En la muestra de Cusco, cerca de una cuarta parte de las mujeres procedían


de la ciudad de Cusco y el resto de zonas predominantemente rurales. Cerca
del 88% de las mujeres de Lima habían cursado al menos el primer año de la
enseñanza secundaria, en comparación con el 44% en Cusco. En Perú, se
consideró que las mujeres “habían tenido pareja alguna vez” si habían estado
casadas alguna vez, habían vivido con un hombre o habían tenido una pareja
sexual estable alguna vez.

El Perú en el 2017 registró 134 feminicidios y 17,182 denuncias de violación


sexual en los tres primeros trimestres de 2017, es decir, un promedio de tres
mujeres violadas cada hora, según un informe del Observatorio de la
Criminalidad de la Fiscalíaperuana.

"Las denunciantes afirmaron conocer a su atacante por vínculos familiares"

El documento indicó además que, 1,023 mujeres fueron asesinadas


en Perú entre enero de 2009 y octubre de 2017, de las que 923 murieron a
manos de sus parejas o familiares.Tres de cada cuatro mujeres que
denunciaron haber sido violadas eran menores de edad, y de ellas, el 60 %
eran adolescentes de entre 13 y 17 años.En todos los casos, los agresores
fueron hombres, de los que el 53 % eran jóvenes, pues tenían una edad
comprendida entre los 18 y 34 años.El 78 % de las denunciantes afirmó
conocer a su atacante por vínculos familiares o sentimentales y el 60 % reportó
que la violación se produjo dentro del hogar.

VIOLENCIA CONTRA LA MUJER EN NIÑAS Y ADOLESCENTES

Centro de la Mujer Peruana Flora Tristán a Diario Correo, explica que


la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar- ENDES es una de las
investigaciones estadísticas más importantes que ejecuta el Instituto Nacional
de Estadística e Informática; sus resultados sirven a las autoridades de
gobierno, entidades públicas, centros de investigación, universidades y
público en general.

En lo relativo a la situación de las mujeres, este documento ofrece evidencias


sobre salud reproductiva y salud materna, cobertura de servicios de salud,
prevalencia de uso de métodos anticonceptivos, fecundidad, atención del
embarazo y el parto, acceso a medios de comunicación, características
laborales, autonomía y violencia familiar.

Los resultados de la ENDES 2016 se basan en una muestra de 35 mil 910


viviendas del país, entrevistando a 22 mil 682 niños, 34 MIL 131 mujeres en
edad fértil y 33 mil 543 mujeres y hombres de 15 y más años de edad.

FORMAS MÁS COMUNES DE VIOLENCIA CONTRA LA MUJER.

 En las familias. La forma más común de violencia contra la mujer es la


violencia en el hogar o en la familia. Las investigaciones demuestran
sistemáticamente que una mujer tiene mayor probabilidad de ser
lastimada, violada o asesinada por su compañero actual o anterior que
por otra persona.Los hombres pueden patear, morder, abofetear, dar un
puñetazo o tratar de estrangular a sus esposas o compañeras; les
pueden infligir quemaduras o tirar ácido en la cara; pegar o violar, con
partes corporales y objetos agudos; y usar armas letales para
apuñalarlas o dispararles.

 Maltrato físico. Algunas mujeres pueden creer que merecen las


golpizas por alguna acción equivocada de su parte. Otras mujeres se
abstienen de hablar sobre el maltrato porque temen que su compañero
las lastime aun más en represalia por revelar "secretos familiares", o
posiblemente por avergonzarse de su situación. Además, en muchos
países no existen sanciones legales o sociales en los casos de violencia
perpetrada por un compañero íntimo.

 Violación en una relación íntima. En muchas sociedades, la mujer no


define el coito forzado como una violación si está casada o vive con el
agresor. En algunos países esto es condenado como delito penal.
Las encuestas de varios países indican que 10 a 15% de las mujeres
informan que sus parejas las obligan a tener relaciones sexuales. Entre
las mujeres que son agredidas físicamente en su relación, las cifras son
más altas.

 Violencia sicológica o mental. Esta incluye maltrato verbal en forma


repetida, acoso reclusión y privación de los recursos físicos, financieros
y personales. Para algunas mujeres, los insultos incesantes y la tiranía
que constituyen el maltrato emocional quizá sean más dolorosos que los
ataques físicos, porque socavan eficazmente la seguridad y la confianza
de la mujer en sí misma. Un solo episodio de violencia física puede
intensificar enormemente el significado y el impacto del maltrato
emocional. Se ha informado que las mujeres opinan que el peor aspecto
de los malos tratos no es la violencia misma sino la "tortura mental" y
"vivir con miedo y aterrorizada".

 Mujeres bajo custodia. Con frecuencia, las mujeres que ingresan a las
prisiones ya han sido víctimas de violencia. La violencia contra la mujer
recluida en instituciones y prisiones puede ser generalizada. La
naturaleza del maltrato puede abarcar desde el acoso físico o verbal
hasta la tortura sexual y física. Diversos informes sobre las mujeres
reclusas han revelado que los guardias las desnudan, colocan grillos en
sus tobillos e inspeccionan sus cavidades corporales. Las mujeres de
muchos países informan haber sido violadas mientras se encontraban
en centros de detención.

CARACTERÍSTICAS DEL AGRESOR

 El agresor, regularmente, posee las siguientes características:


 Es celoso, se imagina que la esposa le es infiel.
 Trata de mantener a su pareja aislada.
 La controla en todos sus movimientos.
 Tiene doble identidad, mientras se muestra agresivo en la casa, es
""bueno"" con otras personas.
 Puede tener o haber tenido problemas con la ley.
 Tiene un temperamento explosivo, se enfurece fácilmente.
 Le echa la culpa del abuso a su pareja.
 Proyecta sus propios errores a su compañera.
 No toma responsabilidad de sus acciones.
 Tuvo una mala niñez.
 Tiene problemas económicos.
 Ingiere alcohol, es fumador.
 Se pone agresivo con sus hijos cuando estos hacen alguna "travesura"".
 Abusa verbalmente (insulta, grita, dice "palabrotas"" )
 Creció en una familia donde vio abuso. Puede ser más violento cuando
su compañera está embarazada o ha dado a luz.
 Tiene tendencia a negar el abuso, lo minimiza y a veces ni se acuerda.
 Presiona a su pareja para que abandone la casa, si la compañera se va
de la casa hace lo posible para que regrese. Le pide disculpas.
 Es egoísta, ignora los sentimientos de los demás.
 Cree que los hombres tiene derechos a ciertos privilegios
(extremadamente machista)
 Vive amenazando a su esposa.
VIOLENCIA DE GÉNERO

Cuando hablamos de violencia nos inclinamos al concepto de que violencia es


toda agresión física asía otra persona, en efecto la violencia no solo es el
maltrato físico, es todo acto de agresión asía otra persona con la finalidad de
dañar su integridad física, moral, patrimonio etc.

Lamentablemente la violencia familiar es un caso que se da en todo el mundo


pero particularmente la mayoría de violencia que se da en un hogar recae con
fuerza en la mujer. La violencia contra la mujer es el tipo de violencia mas
resaltante y urgente a resolver de entre los otros tipos de violencia ejercidos en
una sociedad , siendo motivo también de discriminación en las leyes, como en
la práctica y la de desigualdades por razones de género.

La violencia asía la mujer se presenta en numerosas facetas que van desde el


menosprecio hasta la agresión física, sexual o psicológico hasta el asesinato
que se da cuando el tipo de violencia presentado es de mayor nivel
CONCLUSIONES

 La violencia de género es un problema mundial, que se han


acrecentado en Centroamérica en los últimos años. En Guatemala se
han perdido cerca de 6000 vidas de mujeres en los últimos cinco
años, más las estadísticas de otras violencias: acoso, violaciones, y
muchos más no reportados pero sufridos cada días por las mujeres,
solos por el hecho de ser mujeres.
 La violencia y la violencia de género han sido materia constante de
estudio de los científicos sociales, aún cuando existen momentos en
los cuales la tragedia se intensifica. Esto ha ocurrido en la última
década, cuando se ha convertido nuevamente en uno de los temas
prioritarios de reflexión y causa de alta inseguridad en el país.
 El origen cultural de esta violencia es la transmisión cultural de
actitudes masculinas (masculinidades) y de actitudes femeninas
(feminidades) a tal nivel que se constituye uno de los problemas
sociales que emerge en la interacción humana en las relaciones de
pareja y/o con el prójimo. Esta cultura transmitida considera la
superioridad de los varones sobre las mujeres, es decir la
desigualdad y la discriminación considerando a la mujer como un ser
inferior que debe estar en un lugar menor de la "escala de género".
 Estas masculinidades son parte del sistema social llamada
"Masculinidad Hegemónica" con que se educa al varón creando una
polarizada descripción genérica de las personas que alude a lo que
significa ser ( o no ser ) hombre.
Esta ideología propone valores como la ideología patriarcal
con poder sobre los hijos y mujeres y afirma el dominio masculino del
mundo. También la idea de que el hombre ejerce un individualismo
de la modernidad, creando un sujeto centrado en sí, autosuficiente
que se hace a sí mismo capaz, racional y cultivador
del conocimiento, que puede hacer lo que le venga en gana, imponer
su voluntad, y que usa el poder para conservar sus derechos y no los
de los demás. Su tercera ideología es la de exclusión y
subordinación de la otredad, con deseo de eliminar al otro, con lo que
se considera ser un guerrero, valeroso y superior. Su última ideología
es la del heterosexismo homofóbico que practica la heterosexualidad
y rechaza a los homosexuales y a los hombres que estén en
posiciones pasivas, y a las mujeres. Con estos valores logran la
organización social con los hombres y las mujeres.
BIBLIOGRAFÍA

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_content&view=article
 http://html.rincondelvago.com/violencia-contra-la-mujer-en-el-ambito-
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 http://www.eurosur.org/FLACSO/mujeres/rdominicana/part-8.htm
 http://www.profamilia.org.do/empoderate/images/stories/pdf/repdom-viol1.pdf

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Sexual.

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Lima.
ANEXOS

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