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FUNDACION UNIVERSITARIA CLARETIAN UNICLARETIANA

FACULTAD DE HUMANIDADES Y CIENCIAS RELIGIOSAS

PROGRAMA

PSICOLOGIA

PRESENTADO POR

BIANNEY OREJUELA MOSQUERA

RUTH ESTELLA CALVO OLARTE

YUDIER VENTURA HURTADO

TEMA

ANÁLISIS DEL PROCESO ELECTORAL EN EL PAIS

ASIGNATURA

PSICOLOGIA POLITICA

DOCENTE

Carlos Andrés Flórez Rojas

QUIBDO-2018
Elecciones Presidenciales Colombia 2018

Para hacer una lectura a través de los diferentes modelos de la psicología política se hace
necesario hacer un repaso a la historia. Como se dio el derecho al voto, como nacen los
primeros partidos políticos, son temas importantes para poder interpretar esa maquinación
en lo que se ha visto inmerso el proceso electoral en nuestro país.

El origen del sufragio ciudadano para elegir altos funcionarios del Estado y las
corporaciones públicas se remonta a la época conocida en Colombia como La Patria Boba,
1810-1816, momento en el cual se empezaron a forjar las instituciones liberales clásicas
que se consolidaron después de la independencia en la Carta de Angostura de 1819. Los
sistemas electorales de la época estaban basados en el sufragio indirecto y público, y en un
posible voto universal que de hecho fue siempre en extremo restringido o de muy baja
participación electoral de la población. (Registraduria.s,f)

La población votaba de manera directa en las parroquias, acá se designaban los apoderados
o Electores, quienes nombraban a otros electores, ellos a su vez en el nivel de la provincia,
eligen a los diputados a las Cortes en elecciones terciarias. La mayoría calificada era
requerida para la elección de Presidente, Vicepresidente y Senadores.

En la Nueva Granada se redujo una instancia y así la elección pasó a ser en principio de
segundo grado, pero cuando faltaba la mayoría absoluta se debía acudir al tercero, el cual
era un “perfeccionamiento”. Este eventual paso le correspondía al Congreso para la
elección del Presidente y Vicepresidente de la República, y a las respectivas Asambleas
Electorales, en los casos de la elección de diputados a la Cámara Provincial, cuando en el
primer escrutinio de aquellas no se hubiere logrado la mayoría absoluta.

El sufragio indirecto en Colombia se prolongó en el tiempo para la elección de senadores y


Presidente de la República; sin embargo, desde la mitad del siglo XIX se hace en forma
directa para los representantes a la Cámara, las Legislaturas Estatales o Asambleas
Departamentales y para las corporaciones municipales. (Registraduria.s,f)
La elección de Presidente se hizo en segundo grado en el siglo pasado y hasta la del
General Reyes en 1904. El sufragio fue público hasta la reforma de 1853 y desde entonces
hasta hoy ha sido formalmente secreto.

Se evidencia desde la época de la patria boba la importancia del voto para la elección de
altos funcionarios del estado. No hay nada que simbolice mejor las libertades garantizadas
por la democracia que votar, se puede observar con todo lo anterior como el voto a
evolucionado hasta nuestros días pasando de ser público a ser privado y de ser privilegio de
unos pocos a ser universal. El derecho al voto les otorga libertad a las personas de elegir sin
presión y de manera reservada al candidato de su preferencia lo que según sus convicciones
es el mejor para llevar las riendas del país.

Las normas de 1855 y 1856 prescriben la utilización de las “boletas” o papeletas, las cuales
deben ser “impresas o manuscritas y se encerrarán en una cubierta de papel blanco, de
modo que pueda cerrarse en forma de carta”. Cada elector depositará en la urna
electoral, “que será una caja de madera con una abertura que no baje de 8 centímetros”
(Registraduria.s,f)

En una primera fase para las asambleas electorales de cantón y de provincia se votaba en
las asambleas parroquiales de viva voz, y después mediante papeletas con los nombres de
los candidatos, y con la firma de los sufragantes primarios. Todos los puestos elegibles en
este período lo fueron por elección indirecta.

Mediante la Ley 62 de 1988 en su artículo 124 se definió que “en la elección para
Presidente de la República, los ciudadanos votarán con tarjetas electorales que llevarán
impresos los símbolos, emblemas y colores de los diferentes partidos o movimientos
políticos que participen en las votaciones, con impresión clara del nombre y apellidos del
respectivo candidato”. (Registraduria.s,f)

Después de concluido el proceso de Independencia el país tuvo la responsabilidad de


organizarse institucionalmente. Lo primero que se debió considerar era a quienes se
llamarían nacionales, para así saber quién podía ejercer actividades electorales, razón por la
cual, en primera instancia, los esclavos (que constituían una mayoría en el país) no fueron
considerados como ciudadanos.
En el periodo de la Patria Boba 1810-1815, para ser sufragante primario se debía vivir de la
renta o del trabajo, y tener más de 21 años o estar casado. Eran excluidos además de los
esclavos los asalariados, los vagos y aquellos de quienes constara que hubieran vendido o
comprado votos en las elecciones.

Para esta misma época, para ser elector o sufragante secundario se requería tener un oficio
honesto, residente de la provincia y mayor de 20 años, para ser elegido representante
terciario.

Es importante recordar que para esta época los sufragantes primarios votan para electores
de parroquia, los elegidos votan por apoderados de partido, éstos para representantes y
éstos por el Colegio Electoral de Provincia, que eran los encargados de elegir al Presidente,
vicepresidente, consejeros, senadores, legisladores, miembros del poder judicial y
representantes de la provincia al Congreso General del Reino. (Registraduria.s,f)

En 1936 es instaurado el sufragio universal para todos los hombres mayores de 21 años,
mientras que la elección indirecta de Senadores se mantiene hasta el año de 1945. Para esta
época se da la elección directa para Presidente, Cámara de Representantes, Asambleas
Departamentales y Concejos Municipales.

Durante el gobierno de Gustavo Rojas Pinilla no se realizaron elecciones sino hasta el


plebiscito del año 1957, en donde las mujeres, por primera vez en Colombia, obtienen
derechos electorales; así, el derecho al sufragio cobijó a todos los hombres y mujeres
mayores de veintiún años, las mujeres adquirieron el derecho al voto con el Acto
Legislativo No. 3 de la Asamblea Nacional Constituyente, el 25 de agosto de 1954. El Acto
Legislativo No. 1 de 1975 dispuso que “son ciudadanos los colombianos mayores de 18
años”. (Registraduria.s,f)

La evolución del voto ha marcado la historia del país en un sentido muy positivo, porque ha
permitido que libremente las personas decidan, que la mujer tenga voz también es estas
decisiones tan importantes, que las elecciones no sean de un grupo selecto, sino que por el
simple hecho de ser ciudadanos colombianos y tener la mayoría de edad se pueda acceder a
este derecho que es tan importante y decisivo con respecto a las formas de gobernar. Las
esperanzas están puestas en que los comicios electorales de este 2018 marquen un hito en la
historia de Colombia, que todos los colombianos que tengan derecho a votar se hagan sentir
con su decisión que se espera sea la mejor para el país. Continuando con la línea de la
historia es importante adicional a conocer el origen del voto, conocer también el origen de
los partidos políticos que al día de hoy han tenido una gran diversidad, lo cual se considera
un factor de confusión al momento de las personas votantes poder elegir. cada voto cuenta,
votar es la oportunidad de alzar nuestra voz y decidir el camino que este país debe tomar.

El origen de los partidos políticos en Colombia surge justo después de obtener su


independencia de la Corona España. Desde la proclamación, comenzó una disputa entre
quienes proponían crear un nuevo Estado bajo un sistema federalista y quienes preferían el
centralismo, entre los federalistas se encontraba un grupo de intelectuales que había
apoyado la independencia como Camilo Torres y Jorge Tadeo Lozano, quienes buscaban
crear provincias con poder autónomo y mantener una especie de co-gobierno con el
Virreinato español. (García & Latorre, 1974 pág. 34-57).

De otro lado, los centralistas liderados por Antonio Nariño propugnaban por un gobierno
central que garantizara la unidad hasta que el país se transformara en una nación fuerte y
que rompiera por completo la relación con España. Estas dos corrientes trazaron el
comienzo de los partidos políticos que tradicionalmente han gobernado en Colombia: el
conservadurismo y el liberalismo. El primero con tendencia centralista y el segundo con
una mirada descentralizada del poder, bajo estas dos corrientes se marcó el destino de la
nación y se fueron integrando dos grupos con intereses particulares; Por un lado, estaban
quienes querían mantener un sistema que los llenaba de privilegios. Entre ellos estaban los
burócratas, militares, terratenientes y el clero, los cuales querían conservar el sistema que
imperaba bajo el poder español pues así protegían sus prerrogativas. Por otro lado, se
crearon grupos de esclavos, indígenas, artesanos, antiguos militares y comerciantes, quienes
estaban convencidos de la necesidad de cambiar el sistema para garantizar condiciones
justas y equitativas para todos. (García & Latorre, 1974 pág. 34-57).

Más de siete constituciones fueron redactadas hasta finales del siglo XIX para definir el
rumbo que debía tomar la nación, sin embargo, es posible precisar las que posibilitaron los
cambios más drásticos para desarrollar tanto la ideología que promulgaba el partido liberal,
creado en el año 1848, como la del partido liberal, creado en el año1848 bajo el gobierno
del liberal José Hilario López, fue abolida la esclavitud, se eliminaron impuestos
coloniales, se quitaron poderes a la iglesia y se creó el marco para liberalizar el comercio,
Pero estas nuevas políticas generaron un ambiente de inconformismo por un sector
importante de la población que desembocó en la Guerra Civil de 1851 (García & Latorre,
1974 pág. 34-57).

Con el fin de la guerra en el año 1853, se creó una nueva constitución y se definió un nuevo
Estado bajo el sistema federal, el cual estaba integrado por 37 provincias con autonomía
política y económica lideradas por el conservador José María Obando, cinco años más tarde
se aprobó la constitución de 1858 reconociendo ocho Estados que integraron la
Confederación Granadina, la constitución de 1863 fue el resultado del inconformismo que
algunos gobernadores manifestaron frente a la falta de autonomía y recursos para su región,
como Tomás Cipriano de Mosquera en el Cauca, la nueva carta magna marcó el comienzo
de un liberalismo radical bajo el nombre de los Estados Unidos de Colombia, los ocho
Estados ganaron autonomía jurídica, administrativa y económica, iniciando así un periodo
de libertad en el comercio y amplitud en las relaciones internacionales, bajo el mismo
periodo se separó el Estado de la Iglesia, se dio libertad de opinión, de prensa, de enseñanza
y de asociación (García & Latorre, 1974 pág. 34-57).

Pero tan solo 23 años tuvo vigencia este estado liberal, pues los conservadores lucharon por
recobrar su hegemonía hasta instaurar un nuevo marco constitucional con la carta de 1886,
que condujo al país a un radical manejo conservador, de nuevo volvió el control del
comercio al Estado y se restauró de una forma mucho más estrecha la relación Estado-
Iglesia, diversidad al interior de los partidos políticos en el siglo XX, hasta finales del siglo
XIX los partidos políticos en Colombia se limitaban al liberalismo y conservadurismo, el
siglo XX, la hegemonía conservadora gobernó durante 44 años, hasta que la Gran
Depresión económica que sufriera el mundo y las fuertes influencias ideológicas llegadas
de España hicieron que la opinión y los sectores de la oposición se volcaran de nuevo a una
política liberal bajo el gobierno de Enrique Olaya Herrera, en 1930, otro hito en la política
colombiana se hizo latente con la fundación del Partido Comunista de Colombiano. En
1948, en el interior del partido liberal, bajo el liderazgo de Jorge Eliécer Gaitán, se fue
gestando una nueva y fuerte corriente de corte más popular y menos burócrata, que no tardó
en diluirse tras el asesinato del entonces caudillo, desde entonces el liberalismo ha definido
aún más una línea de izquierda y otra que se define como centro, hasta el año 1958, el
partido conservador y liberal mantuvieron una confrontación que se tornó violenta desde el
comienzo de la década de los años 50, la aparición de las primeras guerrillas liberales y
grupos violentos de corte conservador se enfrentaron dejando para la historia una larga lista
de asesinatos de índole política (García & Latorre, 1974 pág. 34-57).

Los partidos políticos tradicionales no tuvieron otra salida que firmar el Frente Nacional, un
pacto para frenar la violencia rural y turnar el poder entre liberales y conservadores en
periodos de cuatro años, hacia el año 1970, grupos de guerrillas que continuaron dando
forma a su proyecto político y militar, se manifestaron en contra del Frente Nacional. A
través de acciones políticas que alcanzaban gran impacto mediático, hicieron romper el
pacto y abrir el camino para la consolidación de grupos políticos de izquierda como el
Partido Comunista, la ANAPO (fue un partido político colombiano fundado como
movimiento en Duitama el 6 de enero de 1962 por el dictador Gustavo Rojas Pinilla y sus
simpatizantes, y desaparecido en 1998) y quince años más tarde la Unión Patriótica (García
& Latorre, 1974 pág. 34-57).

En el año 1991, Colombia aprueba una nueva constitución de tendencia liberal como
resultado de pactos realizados con guerrillas reinsertadas a la vida civil, con la nueva carta
se trazó el contexto para una política neoliberal y se dio paso a la descentralización.
Además, se aprobaron artículos que facilitaron una reforma política y así la creación de
nuevos partidos no tradicionales, desde entonces, en los partidos de índole liberal y
conservadora, así como en los partidos de izquierda, se han formado y desintegrado en
diversas vertientes que apuestan por nuevas concepciones sobre lo que debe ser la nación.
En el año 2014, cuando tuvieron lugar las elecciones presidenciales, fueron registrados 16
partidos políticos incluyendo las minorías étnicas (García & Latorre 1974 pág. 34-57).

El origen de los partidos en Colombia, hacen una profunda visión de cómo manejar los
bienes del país, medida por la cual se han creado sistemas de gobierno los cuales permitan
de una manera equitativa el manejo y desarrollo del mismo. En este proceso de constitución
de los partidos políticos en Colombia juega un papel muy importante los procesos
cognitivos de ilustres académicos desde décadas pasadas, estos acompañados de la
psicología social sociológica, teniendo en cuenta los productos internos para construir el
conocimiento y como estos han aportado al desarrollo político, económico, social, cultural
y a los grandes logros empresariales del país. Se tiene presente que la conformación de
estos partidos también ha formado una profunda lucha entre los de izquierda y derecha
teniendo en cuenta que los de clase alta siempre van a querer mantener el poder y minimiza
a la clase media y obrera de este país.

Carrera hacia la casa de Nariño

La realidad colombiana es compleja, porque de aquí se emerge en nuestro contexto,


múltiples situaciones reflexionar. Teniendo encuenta un escrito del periódico el tiempo,
donde resalta que nuestro país, el capital está en mano de unos pocos: la elite. Esa minoría
maneja bancos, propiedades y relaciones internacionales. De acuerdo a este enfoque,
Colombia no tiene vida económica ascendente. “De una población superior a 40 millones,
el 10 por ciento organiza y orienta los diferentes niveles y grados de desarrollo social,
político y cultural” (Corredor, 2004), todo esto lleva a reflexionar a los colombianos que el
ritmo de crecimiento no obedece a las necesidades de bienestar y que demandan las fuerzas
productivas y una muchedumbre fracasadas, sino al deseo de expansión de quienes ostentan
el poder económico. Nuestros gobernantes están en mora de entender que la historia se
constituye con equidad. de acuerdo a esto se pretende que es notorio que los principales
causantes de esta realidad son el gobierno nacional como también el gobierno local.

Todo exige un profundo contacto con una historia nacional muy complicada, en donde se
destacan décadas de conflicto armado y violación de derechos, en donde incluso el derecho
al voto se ha visto vulnerado por quienes lo compran y lo venden, cambiando su significado
de “poder de decisión democrática” a “negocio democrático”, quebrantado por actores
armados ilegales que obligan a la población a no votar o a votar por x o y candidato, en donde
los candidatos de los partidos políticos se alían con delincuentes y empresarios para intimidar
a los votantes. Sabido es que los partidos políticos son la manifestación de la democracia de
un país, sin embargo, en su actuar continúan generando división, polarizando al país y
preocupados más por los intereses propios de sus asociados que por el bienestar de la
sociedad. Desde su creación ha sido la misma historia con actores diferentes.
Es por ello que las elecciones presidenciales del 2018 se presentan muy especiales, pareciera
que afrontáramos un momento crucial en nuestra historia. Crucial por que las nuevas
generaciones y las nuevas condiciones tanto políticas como económicas, sociales y culturales
lo exigen. La economía debe basarse en los principios de sostenibilidad fiscal, fomentando
el crecimiento y desarrollo, pero minimizando los impactos ambientales, la política debe
despojarse de la corrupción y generar confianza en la institucionalidad, la sociedad debe
asumir su rol como agente del Estado, pero con clara conciencia ciudadana en donde importe
más el interés colectivo como bien superior. Luego, como en toda democracia “de verdad”,
ocurre que las opiniones están divididas, la sociedad polarizada, y es entonces cuando los
candidatos hacen uso de sus habilidades para convencer mediante propuestas como: la
posibilidad de educación superior gratuita, altos impuestos a las tierras improductivas
poseídas por latifundistas, el fomento de la industria, la empresa privada, la seguridad
democrática, la continuidad o discontinuidad de los acuerdos de paz, las reformas de la
justicia y del poder ejecutivo, las reformas a la seguridad social (salud y pensiones) etc., todas
estas y hasta más son el pan de cada día en las noticias de la T.V y de la Radio.

Introducción al contraste entre la teoría y las premisas: enuncian y después desarrollan cada
premisa por párrafos
la Perspectiva Discursiva “se incluye dos formas de expresión: la primera asume la posición
teórica, según la cual la política es un discurso constructor de la realidad” la otra forma es la
del paradigma del discurso político” (Davila, Fouce, Guitierrez, Lillo de cruz & Martin.
1998)
En este contexto y aventuradamente una reflexión concienzuda nos ubica inevitablemente,
por un lado, en algunas ideas de la Perspectiva Discursiva, 1) “la política como un discurso”,
y esto en el sentido de que hasta el momento lo cierto es que lo que podemos juzgar de los
candidatos tan solo son sus propuestas, sus discursos, sus intenciones, en donde quien podrá
darles o quitarles la razón será el tiempo. 2) “la realidad como una construcción”, es decir,
como un artificio, como un invento, en donde los candidatos hábilmente recrean las
necesidades de la población de acuerdo a sus intereses proselitistas y en donde a veces no
impera la razón objetiva dada por los reales problemas de la sociedad sino aquello que nos
han hecho creer como verdad. Esto no significa que no hay una conexión real entre discurso
y realidad – realidad y discurso, sino que los hechos, por el actuar de quienes hacen la política,
se han convertido tan solo en promesas.

La Perspectiva Estructural – Funcional esta “es propia de EE . UU. Y supone la organización


en los individuos de un patrón de relaciones entre pensamiento, lenguaje y acción, que
cumple la función de integrar racionalmente conocimientos, intenciones, disposiciones a la
acción y comportamientos políticos”.

Por otro lado, la Perspectiva Estructural – Funcional nos ofrece algunos elementos
importantes para seguir analizando las elecciones. Nos dice: “los actores sociales eligen
alternativas políticas que tengan la mayor utilidad esperada”; es por ello que a medida que se
acerca la gran fecha (la consulta el 11 de marzo y las elecciones el 27 de mayo) se van
posicionando algunos nombres entre los que se destacan, según algunas encuestas: Iván
Duque (Centro Democrático), Sergio Fajardo (Coalición Colombia) y Gustavo Petro
(Colombia Humana).

Si escuchamos y observamos las propuestas de Petro podríamos enmarcarlas dentro del


modelo liberacionista – crítico, ya que busca generar una transformación social del país
optando por las mayorías oprimidas, los jóvenes, los campesinos, los afros, los indígenas,
etc., y ello lo hace mediante unas propuestas propias del contexto de cada región y/o
población, de allí que enfatice en el fortalecimiento del sistema educativo, el otorgar la tierra
a los campesinos que la hagan producir; así mismo, ha señalado que Colombia debe encauzar
su economía hacia el buen uso de la tierra (producción e industria) y no en la extracción del
petróleo y carbón; del mismo modo, ha hablado de fortalecer la autonomía de las regiones
del país.

Así mismo, observando las propuestas de Sergio Fajardo se ubican dentro de un modelo
racionalista, pues se posiciona como el equilibrio, invitando al país a la toma de decisiones
racionales. Por eso para su coalición su principal política es el combate contra la corrupción
y el clientelismo mediante la adopción de principios de honestidad y transparencia.
Por su parte, Iván Duque sería el reflejo de lo que nos dice el modelo retorico -discursivo,
sus propuestas, estudiadas a fondo son realidad construida, seguridad democrática, reformas
a la salud, lucha contra la corrupción, fomento de la cultura y del emprendimiento, educación
y el cuidado de las familias. Las mismas ideas de siempre, las mismas promesas de siempre,
que de ser cumplidas harían de Colombia un país modelo.

Ahora bien, lo cierto es que el pueblo colombiano está cansado de los mismos con las mismas,
las personas han ido perdiendo la fe y la esperanza, y necesitan de alguien que los haga creer.
Esta será la gran ventaja de quien descubra este sentir. Por ello es que salvo que se imponga
la voluntad de los corruptos, mediante una poderosa maquinaria que no respete los valores
de la democracia, el presidente de Colombia será aquel que logre conectar al pueblo con los
problemas fundamentales, que en esencia es lo que siempre todas las luchas emprendidas han
buscado, justicia social y equidad.

Finalmente se ven con optimismo estas elecciones, esta es una gran oportunidad de construir
un mejor país, pero para ello nos toca involucrarnos a todos, un alcalde, un gobernador o un
presidente no arreglan un pueblo, pues la experiencia nos demuestra que es más fácil volverlo
atrás, que hacerlo progresar.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

Merchan M. A. (2013) Historia Del Derecho Al Sufragio En Colombia. Recuperado de


http://repository.unimilitar.edu.co/bitstream/10654/10438/1/merchanchaverramaria2013.pd
f

Registraduria Nacional del Estado Civil. Recuperado de internet el día 20 de febrero de:
https://www.registraduria.gov.co/-Historia-del-voto-en-Colombia-.html

García, S & Latorre M. (1974) “Elecciones y partidos políticos en Colombia. Pág. 34-57.”
Bogotá: Universidad de los Andes. Recuperado de: https://www.lifeder.com/origen-
partidos-politicos-colombia/

Corredor. P. (2004) Periódico el tiempo. Recuperado


http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-1526305

El Bogotazo 09 de abril (1948). Recuperado de


Http://www.colombiaaprende.edu.co/html/home/1592/fo-article-122701.pdf

Mesa E. (2009) El Frente Nacional Y Su Naturaleza Antidemocrática. Rev. Facultad De Derecho Y


Ciencias Políticas. Vol. 39, No. 110. Recuperado de
https://revistas.upb.edu.co/index.php/derecho/article/viewfile/283/238

Davila J, Fouce J, Gutiérrez L, Lillo A, de cruz & Martin E. (1998) la psicología política
contemporánea. N° 17,21-23.

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