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El libro de Josué comienza donde termina Deuteronomio. Las tribus de Israel todavía
acampan en la ribera oriental del rio Jordán. La narración empieza con la orden de Dios
de seguir adelante para cruzar el rio y llegar a tierra seca. Luego relata la serie de
victorias ene le centro, sur y norte de Canaán que les dio a los israelíes y termina con el
discurso final de Josué al pueblo. El tema del libro, por lo tanto es el establecimiento de
Israel en la tierra prometida.
A principios de su vida Josué se llamaba simplemente Oseas (Nm. 13:8; 16) que significa
“salvación” pero Moisés le cambio el nombre y lo llamo Josué, que significa “El señor
Salva” o “el señor da la victoria” cuando este mismo nombre (que en griego es Jesús,) se
le dio al primogénito de María, se convirtió en el más popular de todos.
En el libro de Josué, fue el señor el que gano las victorias y “les entrego a los israelitas
todo el territorio que habría prometido darles a sus antepasados. (21:43)
La vida de Josué
Josué representa su propia tribu de Efraín cuando los doce espías fueron enviados a
Canaán para explorar la tierra. Solo Josué y su amigo caleb estuvieron dispuestos a
seguir la voluntad de Dios y tomaron posición inmediata de la misma. El resto fue
condenado a morir en el desierto. Incluso Moisés murió poco antes de llegar a la meta y
recibió la orden de entregar el liderazgo a Josué. Dios prometió guiar y fortalecer a Josué.
Así como lo había hecho con Moisés. (Dt. 31:23)
Josué probo ser no solo un excelente estratega militar en las batallas que siguieron, sino
también un gran gobernante. Pero sobre todo, fue uno de los más sobresalientes siervos
de Dios. Y la nota en Dt. 34:5 elegido para llevar a cabo la obra inconclusa de Moisés y
establecer a Israel en la tierra prometida. Por su nombre, su vida y su ministerio se
convierten en un sobresaliente prototipo en el At. De Jesucristo (véase se notas en Heb
4:1,6-8
Josué después de 40 años de permanecer en el desierto el pueblo de Israel estaba por fin
listo para entrar en posesión de entrar a una tierra que le había sido prometida desde la
época de Abraham.
Dios cumple sus promesas, sin importar lo poco probable que puedan parecer su
cumplimiento en sus promesas específicas. De conceder el éxito en determinada batalla.