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BOLILLA I: INTRODUCCIÓN AL DERECHO PÚBLICO PROVINCIAL.

BOLILLA II: EL PODER CONSTITUYENTE DE LAS PROVINCIAS.


1. El Poder Constituyente de las provincias. Origen, fundamento y límites.
El poder constituyente es una facultad de acción, que deriva del derecho originario de
la colectividad a proveer a su organización política y jurídica, estableciendo e
imponiendo, como regla obligatoria de conducta, una constitución.
Ahora bien, el Estado Federal se caracteriza por la coexistencia de dos órdenes
jurídicos superpuestos: el de cada uno de los Estados miembros y el del Estado
Nacional que ellos integran. Este último, encuentra su ámbito de competencia en las
atribuciones que expresa o implícitamente le fueron delegadas por las Provincias, en su
antigua condición de Estados soberanos.
Al poder constituyente nacional podríamos llamarlo “Poder constituyente primario”, en
tanto al estadual o provincial “Poder constituyente secundario o de segundo grado”,
por el hecho de hallarse limitado, condicionado y subordinado al primero, no obstante
lo cual sigue siendo poder constituyente.
Otros autores distinguen más grados del poder constituyente
 De 1º grado o federal
 De 2º grado o provincial
 De 3º grado o estatuyente (Estatuto Ciudad Autónoma de Bs. As.)
 De 4º grado o municipal (Ley Orgánica Municipal)
A su vez, el poder constituyente se clasifica en originario, que se ejerce en la etapa
fundacional, y derivado o reformador, cada vez que sea necesario modificar la
constitución.
Origen y fundamento: El origen del poder constituyente provincial se encuentra en la
constitución nacional (arts. 5 , 6 y 121 a 129 ).
Es decir, su origen y fundamento es jurídico. Algunos sostienen que también es
político, ya que fue la voluntad del pueblo de cada una de las provincias el constituir al
Estado Argentino bajo el régimen federal
Límites al poder constituyente provincial: Del mismo modo que el poder constituyente
nacional, pero con mayor rigor por tratarse de un poder de segundo grado o
subordinado, el poder constituyente provincial, tanto en su faz originaria como en su
etapa reformadora, reconoce limitaciones en su ejercicio. Límites al poder
constituyente provincial originario: arts. 5, 6 y 126 CN, además de los contenidos
pétreos o suprapositivos (valor justicia, la realidad social, etc.).
Límites al poder reformador en cuanto al cumplimiento del procedimiento y previsiones
del art. 5, 6 y 126 CN y contenidos pétreos.

2. Mecanismos de reforma constitucional por Convención y por Legislatura ad-


referendum. Conceptos y características.
Sistema de ejercicio del poder constituyente: puede ejercerse:
1. El que se efectúa por las propias Legislaturas locales (antes de 1853)
2. Por convención especial (actualmente vigente)
3. Bajo condiciones especiales, por enmienda, a través de la Legislatura con
ratificación popular (por Legislatura ad-referendum, también vigente en algunas
provincias).
Reforma por convención: En general, la iniciativa en materia la tienen la legislatura,
mediante la “declaración de necesidad de reforma”. En muchas provincias esta
declaración no puede ser vetada por el poder ejecutivo, y debe fijar los temas, puntos
o artículos que se proponen para su reforma a la Convención.
Algunas Constituciones provinciales han previsto someter a consulta popular si apoyan
la declaración de necesidad de la reforma (Sólo Mendoza y San Juan).
La reforma propiamente dicha se lleva a cabo ante una convención especial constituida
al efecto, denominada “Convención Constituyente” o “Convención Reformadora”
Su sede es fijada por la propia constitución, por la ley que declara la necesidad de la
reforma, o en algunos casos se delega a la Convención.
Lo mismo sucede con el plazo de duración de las sesiones dentro del cual la
Convención debe producir la reforma
Reforma por legislatura ad-referendum: Algunas Constituciones admiten la posibilidad
de que la reforma de uno o dos artículos se efectúe por la misma Legislatura, con la
ratificación posterior del pueblo mediante referéndum. La modificación se lleva a cabo
con el voto de los dos tercios o de la totalidad de los miembros que la integran, y con
plazos que limitan su ejercicio periódico

3. Control de constitucionalidad de una reforma constitucional provincial.


La constitución de 1853 disponía en el art. 5 que las constituciones provinciales serían
revisadas por el Congreso Nacional antes de su promulgación, pero este control político
de constitucionalidad fue derogado por la reforma de 1860.
Sin embargo, el Congreso mantiene la facultad, en forma concurrente con el Poder
Ejecutivo, para la intervención federal en los casos previstos por el art. 6 CN.
Por su parte, el art. 31 establece la primacía de las normas federales sobre las
provinciales. De esta norma, junto con el art. 116 CN la CSJN configuró el fundamento
del control de constitucionalidad por parte del poder judicial.
En relación al control de constitucionalidad de las constituciones provinciales, cabe
recordar que el recurso extraordinario federal fue concebido como una herramienta
jurídica a fin de garantizar la unidad nacional, evitando que las provincias reasumieran
aquella cuota de poder político que habían delegado en la constitución nacional a favor
del Estado central.
Históricamente, y fiel a aquel propósito, la CSJN sólo habilitó su instancia para invalidar
constituciones locales cuando afectasen el reparto federal de competencias (art. 31)
Las provincias no pueden ejercer facultades delegadas, ni mediante decretos, ni leyes;
tampoco vía constitución.
A partir de 1983 la CSJN ensanchó su competencia, impugnando la constitucionalidad
de constituciones locales por los siguientes motivos:
 No guardar correspondencia con los principios, derechos y garantías federales (p.ej.
al oponerse a la excarcelación de los reos del delito de rebelión, impedir a
empleados administrativos del poder judicial desempeñar actividades políticas, o a
procesados ser legisladores, etc.).
 No respetar el deber de instituir una forma de gobierno republicana exigida por el
art. 5 CN (por vulnerar la independencia del poder judicial, p.ej. obligación de pagar
impuestos a los jueces, pérdida de inamovilidad de jueces a los 65 años, etc.).
 No cumplir el procedimiento previsto para la reforma, ya que la Convención
Reformadora ejerce poder constituyente derivado por delegación del pueblo,
depositario originario de tal potestad, y debe ejercerlo dentro de los límites de ese
mandato, p.ej. caso “Colegio de Abogados de Tucumán” del 5-2-08: La Cámara en lo
contencioso administrativo de Tucumán declaró la inconstitucionalidad de varios
artículos de la Constitución de esa provincia, por ausencia de habilitación pre
constituyente.

BOLILLA III: EL ESTADO PROVINCIAL.


4. Explique el status jurídico de las provincias: elementos constitutivos,
autonomía.
Las provincias son las unidades políticas que componen nuestra federación. Con el
nombre de provincias nuestra historia constitucional designa a los estados miembros
del estado Federal.
Elemento constitutivos: Los Estados Federales se componen de los tres elementos que
integran a todo Estado, a saber: Población, Territorio, Poder (Autonomía).
- Población: La población o elemento humano consta de hombres que, en su
convivencia forman grupos, asociaciones, instituciones, etc. y se relacionan e
interactúan.
Nuestra Constitución Nacional utiliza la palabra habitante para mencionar a los
hombres que integran la población. Dicha terminología es correcta porque en la
vinculación política del hombre con el Estado, alude a la especificación más amplia
posible.
- Territorio: El territorio es la base física o espacio geográfico donde se asienta la
población. No obstante la pluralidad de las provincias, el Territorio del estado Federal
es uno solo. El principio de unidad territorial no tiende solamente a salvaguardar la
unidad integral de la Federación, sino también a resguardar la territorialidad de cada
provincia que la integra.
- Poder: Consiste en la capacidad, competencia o energía de que la provincia dispone
para cumplir su fin. El poder en cuanto potencia disponible requiere ser puesto en
acto, o sea impulsado y ejercido. Lo realiza el gobierno que es el conjunto de
órganos que ejercen el poder del Estado a través de sus diversas funciones. La
actividad del gobierno no se imputa o atribuye al estado en cuanto persona jurídica,
a la cual los órganos gubernativos representan. La Constituciones Provinciales
organizan el gobierno provincial siguiendo la clásica tríada de Poder Legislativo,
Ejecutivo y Judicial.
La C.N. establece algunas pautas en la organización de los gobiernos provinciales.
1. La tipología de los gobiernos provinciales debe ser coherente con la del gobierno
federal, conforme lo prescribe el art. 5 de la C.N.
2. La competencia de los gobiernos provinciales debe tomar en cuanto la distribución
efectuada por la C.N. entre el estado federal y las provincias.
3. Los gobernadores de provincia son agentes naturales del gobierno federal para
hacer cumplir la Constitución y las leyes del estado federal, según lo estipula el art.
110 C.N.
4. Debe respetarse el art. 31 C.N.
Autonomía: Las provincias son Estados que tienen los mismos elementos que el Estado
federal, solo que en algunos de ellos se advierten modalidades específicas. Por ser él
nuestro un Estado federativo, debe distinguirse la soberanía atribuida al Estado federal
de la autonomía reservada a las provincias.
Por soberanía “hay que entender que es la esfera en que su autoridad es llamada a
ejercerse, posee una potestad que no depende de ningún otro poder y que no puede
ser igualada por ningún otro poder”. La soberanía alude a la organización general, con
prescindencia de las divisiones orgánicas internas.
Tampoco el Art. 31 CN le otorga mayor jerarquía al Estado federal que a los Estados
provinciales. Dicho artículo establece un orden de prelación de las normas, pero no
adjudica preeminencia al primero sobre el segundo. La jerarquía superior es de la
Constitución de la Nación, por lo que tiene igual rango a las disposiciones de los Art.31
y 5, como las que consagran la autonomía institucional de las provincias. La autonomía
es un concepto político comprensivo de la más amplia descentralización del Estado.
En nuestro sistema federal, la autonomía es la potestad de las provincias para darse
sus propias normas constitutivas y regirse por ellas, con independencia del gobierno
federal, pero reconociendo las condiciones impuestas por la Constitución de la Nación,
la cual ha limitado, en ese aspecto, el poder constituyente originario de las provincias.
5. Garantía del Territorio Provincial: límites, cesión de territorio. Formación de
nuevas provincias.
La integridad territorial de las provincias está garantizada por la CN. El ámbito de sus
territorios comprende, además del suelo, el subsuelo, el espacio aéreo y el mar
territorial
Limites: es necesario delimitar territorialmente los límites dentro de los cuales cada
provincia ha de ejercer sus poderes. Por ello le compete al Congreso Nacional fijar los
límites de las provincias Art 75 inc 15.
Con el fin de que los límites sean acordados, en procedimiento previo al tratamiento en
el Congreso, la ley 17324 (modificada por la ley 21583) creó la Comisión Nacional de
Limites Interprovinciales, a fin de que las provincias afectadas participen.
La CSJN según el art. 127 debe atender controversias entre provincias, salvo en el caso
de que éstas sean por cuestiones de límites.
Cesión de territorio: la CN establece 2 casos:
 Para establecer la Capital Federal, art. 3 CN: el territorio que haya de federalizarse
para establecer la Capital Federal, mediante una ley especial del Congreso
Nacional, debe ser previamente cedido por una o más legislaturas provinciales.
 Para formar nuevas provincias, art. 13 CN: no podrá erigirse una provincia en el
territorio de otra u otras, ni de varias formarse una sola, sin el consentimiento de la
legislatura de las provincias interesadas y del Congreso Nacional.
Formación de nuevas provincias: según el art. 13 podrán admitirse nuevas provincias
en la Nación, esta decisión le compete al congreso y no a las provincias, las cuales
serán incorporadas en igualdad de condiciones que las ya existentes.
Se reserva así el derecho del Estado Federal de expandirse y crecer, mediante la
decisión del Congreso Nacional, pero no de las provincias.
Un caso especial fue la formación de nuevas provincias sobre territorios nacionales:
según el art. 75, inc. 15, CN: Corresponde al Congreso Nacional crear provincias
nuevas en los territorios nacionales. La última vez que se ejerció esta atribución fue
con la provincialización de Tierra del Fuego (1991).

6. Explique el régimen de la intervención federal en las provincias.


Según los arts. 5 y 6 de la CN:
Art. 5: “Cada provincia dictará para sí una Constitución bajo el sistema representativo
republicano, de acuerdo con los principios, declaraciones y garantías de la Constitución
nacional; y que asegure su administración de justicia, su régimen municipal, y la
educación primaria. Bajo estas condiciones, el Gobierno federal garante a cada
provincia el goce y ejercicio de sus instituciones”.
Art. 6: “El Gobierno federal interviene en el territorio de las provincias para garantir la
forma republicana de gobierno, o repeler invasiones exteriores, y a requisición de sus
autoridades constituidas para sostenerlas o restablecerlas, si hubiesen sido depuestas
por la sedición, o por invasión de otra provincia”.
La intervención federal procede entonces, cuando alguna provincia incumple los
requisitos enunciados en el art. 5º, y cuando es víctima de agresiones extranjeras o
sus autoridades son depuestas por actos de sedición o invasión de otras provincias
(art. 6º).
El instituto de la intervención federal a las provincias fue ideado, precisamente, con el
propósito de proveer a la preservación del sistema federal, más allá de que, en los
hechos, esa finalidad no haya sido siempre la que guiara el actuar del gobierno central
interviniente.
En efecto, Entre las causales más invocadas por el gobierno federal para justificar las
intervenciones, merecen destacarse las fundadas en el deber de preservar la forma
republicana de gobierno, ante, por ejemplo, comicios fraudulentos (intervención a Bs.
As., Corrientes y Mendoza en 1917); o existencia de conflictos de poderes
(intervención a Salta en 1921, a Mendoza en 1918, a Córdoba en 1917, a Catamarca
en 1928, etc.); o presunto vacío de poder (intervención a La Rioja en 1925); o
presencia de terrorismo y subversión (intervención a Córdoba en 1960) (Sagüés).
Una de las discusiones jurídicas más interesantes sobre el instituto de la intervención
federal, con directas consecuencias en el plano de la realidad, radica en determinar a
qué órgano le compete disponerla, dentro del Estado Federal.
El art. 6º de la Constitución Nacional establece que quien interviene es "el Gobierno
Federal". La doctrina y jurisprudencia predominante atribuye esa facultad al Congreso
Nacional.
Las dudas comienzan cuando el acto de intervención es dispuesto por el Poder
Ejecutivo. Históricamente, el Poder Ejecutivo ha resuelto intervenciones en caso de
hallarse el Congreso en receso.
Recientemente, la Corte ha admitido la procedencia de una intervención dispuesta por
el Ejecutivo, pese a hallarse el Congreso sesionando. Se trató de la intervención al
Poder Judicial correntino, mediante decreto 1447/92. Ocupándose del tema, la Corte
sostuvo que, al comunicar el Presidente al Congreso la intervención "actualmente la
cuestión ha sido ubicada por el Poder Ejecutivo dentro de la órbita del Congreso", el
que, de tal modo, "se halla habilitado regularmente para pronunciarse".

7. Distribución de competencias en el Estado federal: distintos criterios. ¿Cuál


es el criterio adoptado por la Constitución Nacional?
8. Las provincias en la Nación: el deslinde de poderes. Poderes de las
Provincias conservados, delegados, concurrentes, compartidos y prohibidos.
Facultades.
Las funciones estatales son asignadas con arreglo a un principio corporativo territorial,
a tenor del cual para ciertas materias existe un solo poder para la totalidad del
territorio y de la población, mientras que, para otras, existe una pluralidad de poderes.
El reparto de competencias entre el gobierno central y los gobiernos locales puede
realizarse con arreglo a tres criterios posibles:
a) enunciación detallada y completa de todas las materias correspondientes a las
competencias nacionales y locales;
b) enunciación completa y detallada de las competencias atribuidas al gobierno
central, reservando a las provincias o unidades locales las materias no enumeradas
(p.ej. Argentina, EEUU, Venezuela, Brasil, México);
c) enumeración completa y detallada de las materias asignadas a los componentes
locales, correspondiendo al gobierno central los poderes no enumerados (Canadá,
Sudáfrica) (Linares Quintana-García Pelayo).
Como derivación del procedimiento seguido por la CN, los poderes nacionales y locales
revisten los siguientes caracteres:
1) Las competencias nacionales o federales son delegadas y definidas, siendo de
destacar que los poderes delegados pueden ser expresos o bien, implícitos.
2) Los poderes provinciales o locales son, en cambio, reservados, indefinidos, o
remanentes, tanto expresos (arts. 124 y 125), como tácitos (art. 121, primera
parte) siendo, estos últimos, los que no estén expresamente prohibidos.
La Corte Suprema ha señalado, en este sentido, que las provincias conservan
después de la adopción de la Constitución, todos los poderes que tenían antes de
ella, a menos que en su texto se contemple alguna disposición que prohíba o
restrinja su ejercicio. Igual extensión de poderes cabe atribuir a las provincias
creadas con posterioridad a 1853, por gravitación del principio de la igualdad
constitucional de todas las provincias.
3) Hay, asimismo, poderes o acciones concurrentes, es decir, atribuciones ejercitables
tanto por la nación como por las provincias (arts. 75, inc. 18, y 125).
En relación con estas potestades concurrentes, la Corte Suprema ha señalado la
prevalencia del poder nacional en caso de conflicto, siempre que la contradicción
sea insoluble y exista una real finalidad de bienestar general en el ejercicio de la
autoridad nacional.
4) Existen poderes prohibidos a las provincias, enunciados de modo genérico -según
ocurre con los delegados al gobierno federal (art. 126, primer párrafo, de la
Constitución)- y específico (art. 126, 2do párr., p.ej. dictar leyes sobre ciudadanía
y naturalización).
5) Hay poderes vedados al Estado nacional, tanto expresos, como tácitos, siendo
estos últimos los correspondientes a las provincias. Un ejemplo lo constituye la
prohibición al Gobierno nacional de establecer la jurisdicción federal sobre el
ejercicio de la libertad de imprenta (art. 32).
6) Existen también poderes prohibidos a la Nación y a las provincias (p.ej. la
concesión de facultades extraordinarias, art. 29 de la CN).
7) Finalmente, y como excepción al principio de igualdad de las provincias, pueden
existir poderes especiales reservados por éstas al tiempo de su incorporación (art.
121; p.ej. los reservados por la provincia de Buenos Aires en el Pacto de San José
de Flores, del 11 de noviembre de 1859).
La Corte ha dicho que los poderes nacional y provincial deben manejarse dentro de una
política de equilibrio, en el marco de un federalismo de concertación, de modo tal que
actúen para ayudarse y nunca para destruirse. Tal coordinación ha de darse adaptando
los principios federales a los tiempos que corren, por cierto distintos a aquéllos en los
que el texto supremo vio la luz.

BOLILLA IV: EL DOMINIO PÚBLICO.


9. Dominio y jurisdicción de la Nación y las Provincias.
Dominio: lo define el art. 2506 CC: “El dominio es el derecho real en virtud del cual
una cosa se encuentra sometida a la voluntad y a la acción de una persona“. Este
derecho se ejerce sobre las cosas.
Jurisdicción: masa de competencias atribuida a un órgano de poder sobre la base de la
función o funciones que son propias del estado para cumplir determinadas actividades.
La jurisdicción se ejerce sobre las relaciones.
Esta distinción conceptual tiene consecuencias importantes ya que las titularidades del
dominio y de la jurisdicción no siempre coinciden en la misma persona ya que por
ejemplo una provincia (persona jurídica pública estatal) puede tener el dominio sobre
un bien, pero carecer de Jurisdicción sobre el mismo, porque ésta puede pertenecer al
Estado Nacional (otra persona jurídica pública estatal). Es decir, al ser titular del
dominio se es el propietario de la cosa, pero al no tener jurisdicción no podrá reglar la
explotación o uso de la misma.
Dentro de los bienes de los estados nacionales o provinciales, encontramos bienes de
dominio público y dominio privado.
Los bienes del dominio público del estado están enumerados en el art. 2340 CC.
Los bienes del dominio privado del Estado están mencionados en el art. 2342 CC.
La titularidad de ese dominio, público o privado, pertenece al Estado Nacional o a los
Estados Provinciales, según los casos. Puede no coincidir con la jurisdicción
Coinciden el dominio y la jurisdicción provinciales en: calles, plazas, canales, ruinas y
yacimientos arqueológicos y paleontológicos de interés científico, etc.
Jurisdicción exclusiva de la Nación: comercio internacional e interprovincial,
navegación, comunicaciones, aunque no tenga el dominio sobre los caminos, rutas,
ríos, espacio aéreo, etc.
Casos especiales de dominio y jurisdicción:
- Mar Argentino: dominio y jurisdicción del Estado Nacional hasta las 200 millas
marinas.
- Recursos naturales, renovables o no: dominio y jurisdicción de las provincias, de las
aguas interiores y del mar hasta las 12 millas marinas (Ley 24.922). Después de las
12 y hasta las 200 millas marinas, dominio y jurisdicción del Estado Nacional.
- Playas de mar y riberas internas de los ríos: dominio y jurisdicción provincial.
- Ríos navegables: dominio y jurisdicción provincial; jurisdicción federal sólo respecto
de navegación y comercio interprovincial e internacional (art. 75, incs. 10 y 13, CN).
- Ríos no navegables provinciales: dominio y jurisdicción provincial, si nacen y mueren
en su territorio. Si son interprovinciales, el dominio y la jurisdicción es de cada
provincia en la parte del río que está en su territorio. Su uso se regula por acuerdos
interprovinciales, sin perjuicio de la atribución federal de promover los recursos
hídricos.
- Lagos: sean navegables o no, pertenecen a la provincia si a ésta pertenece el lecho.

10. Servicios públicos provinciales. Prestación de los servicios públicos en el


territorio provincial.
Creación: En materia de servicios públicos, corresponde establecer si compete a la
autoridad nacional o provincial su creación, lo que dependerá de las modalidades de la
pertinente actividad y de la índole de ésta.
Es aplicación la regla general del art. 121: tratándose de una facultad no delegada de
las provincias a la Nación al momento de constituir la unión nacional, la competencia
es, en principio, local.
Excepcionalmente, cuando la creación de un servicio público tenga por objeto la
satisfacción de una necesidad de carácter nacional y se trate de una atribución
conferida, de forma expresa o razonablemente implícita, a la autoridad federal, será
ésta la facultada para constituir el servicio público. Es el caso de aquellos servicios cuya
prestación trasciende los límites provinciales o internacionales (p.ej. el servicio de
transporte público o el telefónico).
La CSJN se expidió al respecto expresando, inspirándose en Alberdi, que "tráfico y
comunicaciones interjurisdiccionales e internacionales deben ser asunto federal".
Las cuestiones más controvertidas, en materia de servicios públicos, se han producido
a la hora de fijar las tarifas por la prestación de aquéllos. En este aspecto, la autoridad
federal ha avanzado por sobre las provincias, adoptando medidas no siempre afines a
un federalismo de concertación. La doctrina ha reaccionado contra ésto, pero la Corte
las ha convalidado.
Es el caso de la fijación de tarifas telefónicas intraprovinciales. El servicio telefónico
nació localmente, atendiendo las necesidades de comunicación dentro de las
provincias. Luego, los avances tecnológicos permitieron la conexión nacional e
internacional.
Las provincias conservaban, así, la facultad para la fijación de la tarifa intraprovincial,
mientras que la Nación regulaba el precio del pulso telefónico interprovincial e
internacional.
Sin embargo, en más de una ocasión la autoridad federal reguló el aumento de la tarifa
interna de cada provincia, con el argumento de que, si no se aplicaba el aumento fijado
por la norma federal, se atentaba contra el plan de crecimiento del servicio fijado a
nivel nacional. Este criterio, avalado por la jurisprudencia de la SCJN, fue severamente
cuestionado por la doctrina.

11. Régimen de coparticipación federal de impuestos.


La coparticipación federal de impuestos es un sistema de coordinación financiera
estructurado sobre la base del aprovechamiento compartido de recursos tributarios
entre la Nación y las provincias. Para que esa coordinación sea efectiva, en el marco
de un sistema federal, debe acordarse sobre cinco contenidos básicos:
1) sobre la conformación de la masa de impuestos por distribuir;
2) sobre el método o los métodos que se deben emplear para la distribución;
3) acerca de los montos que requiere la Nación para las necesidades comunes;
4) sobre los principios y los criterios sobre la base de los cuales se distribuyen los
recursos entre la Nación y las provincias y entre ellas, en especial, cuando éstos se
reparten de tal modo de implicar transferencias reales de recursos de unos
copartícipes, que reciben menos, a otros que reciben más; y
5) sobre las formas y los mecanismos de aplicación, solución de conflictos, control y
seguimiento de los puntos acordados en la realidad práctica.
El sistema actualmente vigente, establecido por la Ley Nº 23.548, dispone que la masa
coparticipable estará integrada por lo recaudado por el Estado Nacional en concepto de
impuestos directos e indirectos creados y a crearse por el Congreso Nacional, y se
distribuirá entre la Nación y las provincias más la Ciudad de Buenos Aires –distribución
primaria– y entre éstas últimas entre sí –distribución secundaria–. Queda al margen
de dicha distribución lo recaudado en concepto de derechos de importación y
exportación, como así también los impuestos que hayan sido afectados a una
asignación específica, en forma total o parcial. Desde el año 1994, este sistema de
coordinación y distribución de recursos entre las distintas jurisdicciones se ha
convertido en obligatorio, por expresa imposición constitucional.
Instrumentación: mediante una ley del Congreso Nacional a la cual las provincias y la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires deben adherirse en forma expresa mediante la
sanción de sendas leyes locales; los sujetos de la coparticipación son la Nación, las
provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, quedando excluidos los municipios,
ya que éstos ingresan al régimen como consecuencia de la adhesión de las provincias a
las que pertenecen. El nuevo Artículo 75, inc. 2, párrafo 2do. CN exige que la ley
convenio sancionada por el Congreso Nacional se base en acuerdos previos entre la
Nación y las provincias, debiendo éstas luego “aprobarla”.
El referido mecanismo de adhesión es lo que convierte a la Ley de Coparticipación en
una ley convenio, fruto del federalismo de concertación, motivo por el cual integra el
denominado derecho intrafederal.
Objetivos: La coparticipación federal de impuestos, como sistema de coordinación
financiera, tiene dos objetivos centrales.
1. La eliminación de la doble imposición interna vertical, es decir, evitar que un
mismo hecho imponible sea gravado simultáneamente por un tributo nacional y otro
local, sea provincial o municipal. Por tal motivo, las provincias adheridas gozan del
derecho de participar en lo recaudado por la Nación en la medida en que se
obliguen a no aplicar, por sí o por intermedio de los organismos administrativos o
municipales de su jurisdicción, gravámenes locales análogos a los nacionales
incluidos en el régimen de coparticipación.
2. Unificar los criterios de imposición sobre los que deben estructurarse los
gravámenes cuya creación y recaudación han quedado reservados a las provincias,
o eventualmente, a sus municipios, que son los impuestos: inmobiliario, de sellos,
ingresos brutos, automotores y las tasas permitidas. Tales parámetros son
establecidos en la ley convenio y se refieren al hecho y base imponibles, sujetos
obligados, etcétera.

12. Los convenios interjurisdiccionales. Tratados interprovinciales.


Según la CN:
Art. 124. Las provincias podrán crear regiones para el desarrollo económico - social y
establecer órganos con facultades para el cumplimiento de sus fines y podrán también
celebrar convenios internacionales en tanto no sean incompatibles con la política
exterior de la Nación y no afecten las facultades delegadas al Gobierno Federal o el
crédito público de la Nación; con conocimiento del Congreso Nacional.
Art. 125. Las provincias pueden celebrar tratados parciales para fines de administración
de justicia, de intereses económicos y trabajos de utilidad común, con conocimiento del
Congreso Federal; y promover su industria, la inmigración, la construcción de
ferrocarriles y canales navegables, la colonización de tierras de propiedad provincial, la
introducción y establecimiento de nuevas industrias, la importación de capitales
extranjeros y la exploración de sus ríos, por leyes protectoras de estos fines, y con
recursos propios.
Art. 126. Las provincias no ejercen el poder delegado a la Nación. No pueden celebrar
tratados parciales de carácter político.

BOLILLA VIII: ADMINISTRACIÓN PÚBLICA. FINANZAS PÚBLICAS.


13. Potestad tributaria e imposición: Nación, Provincias, Municipios. Poderes
fiscales de las Provincias.
Nuestra constitución histórica adoptó un federalismo fiscal basado en el sistema de
separación de fuentes tributarias, distinguiendo entre los impuestos directos e
indirectos, en virtud del cual los impuestos directos en principio son de competencia
provincial y excepcionalmente nacional, los indirectos internos son de competencia
concurrente del Estado federal y las provincias y los indirectos externos (derechos
aduaneros de importación y exportación) son de competencia exclusiva del Estado
federal. Finalmente, a los municipios se les reconocen las potestades tributarias que
les confieran sus respectivas provincias.
La referida distribución es la consecuencia del art. 121 CN, por el que se declara que
las provincias conservan todo el poder no delegado por la Constitución al gobierno
federal. El corolario de ello es que algunos recursos provinciales hayan sido delegados
al Tesoro Nacional de modo absoluto, como los derechos aduaneros, otros en forma
parcial, como las contribuciones directas e indirectas, y finalmente, otros que no han
sido delegados en modo alguno, como el producto de rentas imponibles sobre la
explotación de riquezas espontáneas del suelo.
No obstante, esta distribución realizada en la constitución formal sufrió una importante
reformulación en la constitución material, a partir de 1935, momento en que aparece
el primer régimen de coparticipación federal de impuestos, relativo a los impuestos
internos al consumo. Esta realidad constitucional que se desarrolló a lo largo de
sesenta años finalmente obtuvo reconocimiento en la constitución formal a partir de la
reforma de 1994.
Corresponden a la Nación:
a) derechos aduaneros: exclusivamente y en forma permanente (arts. 4, 9, 75, inc. 1,
y 108);
b) impuestos indirectos: en concurrencia con las provincias y en forma permanente
(art. 4);
c) impuestos directos: con carácter transitorio y configurándose las circunstancias del
art. 75, inc. 2.
Corresponden a las provincias:
a) impuestos indirectos: en concurrencia con la Nación y en forma permanente (art.
4);
b) impuestos directos: en forma exclusiva y permanente, salvo que la Nación haga
uso de la facultad del art. 67, inc. 2.
La mayor parte de la doctrina coincide en que la CN reconoce de manera directa las
potestades tributarias de la Nación y las provincias, y por eso las llama potestades
originarias. Las facultades de los municipios, en cambio, no surgen de la misma forma
de la Constitución, sino que ésta se limita a disponer la obligación para las
Constituciones provinciales de establecer su régimen municipal, lo que implica que
deben reconocerles potestades tributarias, que por ello son llamadas derivadas.
De donde deriva la inevitable conclusión de que los municipios argentinos tienen las
facultades tributarias que les asignan las provincias a las cuales pertenecen.
Este reconocimiento de facultades será con mayor o menor grado de independencia,
pero siempre el estamento normativo provincial seguirá siendo el marco normativo y
político de los municipios, y siempre será valor entendido que los municipios deben
respetar las obligaciones de autolimitación tributaria que las provincias contrajeron en
su nombre mediante las llamadas leyes-convenios (coparticipación, convenio
multilateral o similares). En otras palabras, el ordenamiento provincial es el que
delimita las atribuciones y competencias de la potestad tributaria municipal, aunque sin
privar .a las comunas de sus facultades tributarias mínimas y esenciales para asegurar
su existencia.

14. Expropiación.
Concepto: Se denomina así a la apropiación que hace el Estado de un bien (cosas o
derechos) ya sea de particulares o del Estado (provincial o nacional) con fines de
utilidad pública, a cambio de una indemnización previa e integral por dicho bien. Es una
institución de derecho público que se basa en el bien de la comunidad por sobre el de
un individuo.
Sujetos: son 2, el expropiado y el expropiante.
 Expropiado: aquél al que le 'sacan' el bien. El locatario del expropiado también .se
ve afectado, ya que debe desalojar el inmueble. La Nación puede expropiar
válidamente bienes de las provincias.
 Expropiante: es el que paga la indemnización y generalmente es el Estado (Nacional
o Provincial), aunque puede delegar esta función en municipios, empresas del
Estado, Municipalidades, entes autárquicos, particulares -concesionarios-, siempre
que una ley los autorice.
Bienes expropiables: en general se expropian inmuebles, pero pueden expropiarse
cualquier clase de bienes (derecho intelectual, un invento, una cura para una
enfermedad, etc.); bienes del dominio público o privado del Estado; bienes que no
estén en el comercio; etc.
Requisitos: están enumerados en el art. 17 de la ley 21.499 y son: a) Utilidad Pública;
b) Calificación por ley; c) Indemnización previa y justa.
a) Utilidad pública: según la ley 21.499 es todo aquello que procure la satisfacción de
un bien común (p.ej. hacer una autopista, un dique), que sea conveniente para el
progreso de la sociedad. No necesariamente tiene que consistir en hacer algo (p.ej.
puede expropiarse una idea, un invento, una vacuna, etc.).
b) Calificación legal: la calificación de que algo debe expropiarse porque es de utilidad
pública, debe hacerse a través de una ley dictada por el Congreso.
Puede ser sobre un bien determinado o sobre zonas determinadas
Esta calificación va a justificar la expropiación y va a ser una garantía constitucional
de la inviolabilidad de la propiedad. El Poder .Judicial podría revisarla
excepcionalmente ante arbitrariedad (p.ej. cuando se expropia una casa para
dársela a otro particular, sin beneficio para la sociedad).
c) Indemnización: es la suma de dinero que el expropiante le da a! expropiado por los
daños y perjuicios que le ocasiono la expropiación de su bien. No es un precio, sino
una reparación. Está compuesta por el valor objetivo del bien, sin tener en cuenta el
valor afectivo que tenga para el dueño, ni el valor histórico ni el lucro cesante. Debe
ser:
 Justa (ya que una injusta no es una verdadera indemnización -art. 2511 CC): esto
significa que debe resarcirle el daño causado.
 Previa: aunque esto no es fundamental es importante para asegurarnos de que el
pago sea en forma integral y oportuna. Generalmente es en efectivo).
En la práctica no se cumple con este requisito porque generalmente se expropia
para hacer obras públicas urgentes y entonces se deja el pago para más adelante.

BOLILLA IX: MEDIO AMBIENTE RECURSOS NATURALES.


15. La cláusula ambiental en la Constitución Nacional. Análisis. Facultades de la
Nación y las Provincias.
Según el art. 41 CN: “Todos los habitantes gozan del derecho a un ambiente sano,
equilibrado, apto para el desarrollo humano y para que las actividades productivas
satisfagan las necesidades presentes sin comprometer las de las generaciones futuras;
y tienen el deber de preservarlo. El daño ambiental generará prioritariamente la
obligación de recomponer, según lo establezca la ley.
Las autoridades proveerán a la protección de este derecho, a la utilización racional de
los recursos naturales, a la preservación del patrimonio natural y cultural y de la
diversidad biológica, y a la información y educación ambientales.
Corresponde a la Nación dictar las normas que contengan los presupuestos mínimos de
protección, y a las provincias, las necesarias para complementarlas, sin que aquéllas
alteren las jurisdicciones locales.
Se prohíbe el ingreso al territorio nacional de residuos actual o potencialmente
peligrosos, y de los radiactivos”.
Según un tratadista: “…la reforma de 1994 ha procurado facilitar un federalismo de
concertación en temas específicos como en materia educativa o ambiental. El art. 41
párrafo 3° CN enclavado en la parte dogmática de la Constitución, renueva
sustancialmente la distribución de competencias entre la Nación y las provincias
implantando una nueva combinación de la unidad en la diversidad en materia
ambiental".
"Entonces las leyes de bases son aquellas que dan un marco o programa legislativo
general que debe ser desenvuelto o desarrollado por otra autoridad que completa todo
lo no previsto. El Poder Ejecutivo no puede reglamentar esas bases por vía de
reglamento de ejecución del art. 99 inc. 2° CN pues el marco legislativo se dirige a otra
autoridad (a las provincias)".
"Para implementar un federalismo de concertación en materia específica como la
medioambiental, corresponde a las provincias dictar las normas que complementen y
adapten dicho programa".
Según otra opinión: "...La Nación tendrá que dictar esas normas de base, dejando a
cargo de los gobiernos provinciales y locales la responsabilidad de legislación y
jurisdicción en esos niveles. Seguramente existirá la necesidad de legislar no sólo en
forma concurrente sino interconectadamente, como lo están haciendo países
federales…"

BOLILLA X: EL PODER LEGISLATIVO.


16. El Poder Legislativo provincial: sistema único y bicameral, atribuciones y
deberes, inmunidad.
Según la CN:
Art. 1: La Nación Argentina adopta para su gobierno la forma representativa
republicana federal, según la establece la presente Constitución.
Art. 5: Cada provincia dictará para sí una Constitución bajo el sistema representativo
republicano, de acuerdo con los principios, declaraciones y garantías de la Constitución
Nacional; y que asegure su administración de justicia, su régimen municipal, y la
educación primaria. Bajo de estas condiciones, el Gobierno federal, garante a cada
provincia el goce y ejercicio de sus instituciones
El poder legislativo proviene de la clasificación tripartita de órganos, los llamados
poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial, en principio los tres poderes se encuentran en
igualdad de fuerzas (aunque en la realidad es preponderantemente mayor el poder que
ejerce el P.E).
Poder Legislativo implica la atribución de dictar leyes que rigen en todo el país y
obligan a sus habitantes, una vez promulgadas y publicadas;
Existen dos tipos de sistemas: unicameral y bicameral.
Unicamarismo
- Los partidarios de este tipo de organización subrayan las ventajas de una acción más
ágil, rápida, simple y menos costosa.
- Sus contradictores, en cambio, señalan que puede ser reflejo de la mayor facilidad
que brinda para la acción abusiva de la mayoría y el cercenamiento de la libertad de
deliberación.
- Varias constituciones provinciales han adoptado este sistema por su menor costo de
mantenimiento.
Provincias que adhirieron al sistema unicameral: Córdoba, Chaco, Chubut, Formosa,
Jujuy, La Pampa, La Rioja (diputados), Misiones, Neuquén, Río Negro, San Juan, Santa
Cruz, Santiago del Estero, Tierra del Fuego y Tucumán.
Bicamarismo
- Se apoya en la forma federal del estado (ej.: la República Argentina).
- Responde a la teoría de que la Cámara de diputados representa al pueblo, y la de
senadores a los estados miembros o provincias.
- Asegura mayor deliberación, traba la decisión apresurada por emociones
transitorias, permite el concurso de inteligencias e intereses diversos, combina el
espíritu de progreso y el conservador.
- Permite el control recíproco de las cámaras.
Provincias que adhirieron al sistema bicameral: Buenos Aires, Catamarca, Corrientes,
Entre Ríos, Mendoza, Salta, San Luis, Santa Fe.
Atribuciones: Las atribuciones del Congreso se ordenan en dos grandes grupos:
a) las que persiguen una finalidad esencialmente normativa, concretada en leyes en
sentido formal-material. Consiste en la potestad para que el Congreso dicte leyes,
que pueden generar derecho común (códigos y leyes comunes, art. 75 inc. 12), local
(legislación en establecimientos de utilidad nacional, art. 75 inc. 30) o federal
(libertad de comercio y navegación, art. 75 incs. 10, 13 y 18).
b) las que tienen por objeto la adopción de decisiones políticas, por lo general
instrumentadas en leyes en sentido sólo formal o resoluciones de las Cámaras. Son
ejemplos de decisiones políticas:
- Permiso de tropas extranjeras en el territorio de la Nación y para la salida de las
fuerzas nacionales fuera de él (art. 75, inc. 28);
- Autoriza al P.E. para declarar la guerra y hacer la paz (art. 75, inc. 25);
- Consentimiento para que queden firmes los tratados internacionales concluidos
con otras naciones y con las organizaciones nacionales, los concordatos con la
Santa Sede y los tratados de integración (art. 75, incs. 22 y 24);
- Intervención federal a una Provincia o a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (art.
6 CN);
- Declaración del estado de sitio (art. 75, inc. 23 y 29);
- Conceder amnistías generales (art. 75, inc. 20).
Inmunidad: Para asegurar el funcionamiento independiente del Congreso y la libertad
de sus deliberaciones, la C.N. les confiere:
a) una relativa exención de arresto. Se acuerda desde el día de la elección del
legislador y hasta el de su cese. Se admite el arresto si i) se lo sorprende in fraganti;
ii) el delito merece pena grave y iii) se da cuenta del arresto a la Cámara respectiva;
b) una absoluta exención de proceso penal y otras molestias por las opiniones
expresadas. Ningún legislador puede ser acusado, interrogado judicialmente, ni
molestado por las opiniones o discursos que emita desempeñando su mandato; y
c) una relativa exención de proceso penal por otras causa Cuando se forme querella
por escrito ante las justicias ordinarias contra cualquier legislador, examinado el
mérito del sumario en juicio público, podrá cada Cámara, con 2/3 de votos,
suspender en sus funciones al acusado (desafuero), y ponerlo a disposición del juez
competente para su juzgamiento. (Ej. Caso Patti).

BOLILLA XI: EL PODER EJECUTIVO.


17. Decretos de necesidad y urgencia en la Nación y en las provincias.
Diferencias y semejanzas en su tratamiento.
Concepto: son los que dicta el Poder Ejecutivo en los casos autorizados por la
Constitución Nacional, sin que medie autorización o habilitación legislativa, para regular
materias que son propias del legislador.
Régimen jurídico en la CN. El art 99 establece las atribuciones del Poder Ejecutivo.
Art. 99 inc.3: (El Presidente) Participa de la formación de las leyes con arreglo a la
Constitución, las promulga y hace publicar.
El Poder Ejecutivo no podrá en ningún caso bajo pena de nulidad absoluta e insanable,
emitir disposiciones de carácter legislativo. Solamente cuando circunstancias
excepcionales hicieran imposible seguir los trámites ordinarios previstos por esta
Constitución para la sanción de las leyes, y no se trate de normas que regulen materia
penal, tributaria, electoral o el régimen de los partidos políticos, podrá dictar decretos
por razones de necesidad y urgencia, los que serán decididos en acuerdo general de
ministros que deberán refrendarlos, conjuntamente con el jefe de gabinete de
ministros.
El jefe de gabinete de ministros personalmente y dentro de los diez días someterá la
medida a consideración de la Comisión Bicameral Permanente, cuya composición
deberá respetar la proporción de las representaciones políticas de cada Cámara. Esta
comisión elevará su despacho en un plazo de diez días al plenario de cada Cámara para
su expreso tratamiento, el que de inmediato considerarán las Cámaras. Una ley
especial sancionada con la mayoría absoluta de la totalidad de los miembros de cada
Cámara regulará el trámite y los alcances de la intervención del Congreso.
Régimen jurídico ley 26.122: esta ley regula el trámite y los alcances de la intervención
del Congreso respecto de los decretos de necesidad y urgencia, decretos delegados y la
promulgación parcial de leyes, reglamentando la Comisión Bicameral Permanente. Esta
Comisión está integrada por 8 diputados y 8 senadores, designados por el Presidente
de sus respectivas Cámaras a propuesta de los bloques parlamentarios respetando la
proporción de las representaciones políticas. Tanto el quórum como la conformación del
dictamen de la Comisión se conforman con la mayoría absoluta de sus miembros. En
caso de que haya más de un dictamen con igual número de firmas, el dictamen de
mayoría es el que lleva la firma del presidente.
Art. 10. La Comisión Bicameral Permanente debe expedirse acerca de la validez o
invalidez del decreto y elevar el dictamen al plenario de cada Cámara para su expreso
tratamiento.
El dictamen debe pronunciarse expresamente sobre la adecuación del decreto a los
requisitos formales y sustanciales establecidos constitucionalmente para su dictado.
Para emitir dictamen, la Comisión Bicameral Permanente puede consultar a las
comisiones permanentes competentes en función de la materia.
Art. 11: Las bases a las cuales debe sujetarse el poder delegado no pueden ser objeto
de reglamentación por el Poder Ejecutivo.
Art. 12: El Poder Ejecutivo, dentro de los diez días de dictado un decreto de delegación
legislativa lo someterá a consideración de la Comisión Bicameral Permanente.
Art. 19: La Comisión Bicameral Permanente tiene un plazo de diez días hábiles
contados desde la presentación efectuada por el Jefe de Gabinete, para expedirse
acerca del decreto sometido a su consideración y elevar el dictamen al plenario de cada
una de las Cámaras… Art. 21: Elevado por la Comisión el dictamen al plenario de
ambas Cámaras, éstas deben darle inmediato y expreso tratamiento.
Art. 22: Las Cámaras se pronuncian mediante sendas resoluciones. El rechazo o
aprobación de los decretos deberá ser expreso conforme lo establecido en el artículo 82
de la Constitución Nacional.
Cada Cámara comunicará a la otra su pronunciamiento de forma inmediata.
Art. 23: Las Cámaras no pueden introducir enmiendas, agregados o supresiones al
texto del Poder Ejecutivo, debiendo circunscribirse a la aceptación o rechazo de la
norma mediante el voto de la mayoría absoluta de los miembros presentes.
Art. 24: El rechazo por ambas Cámaras del Congreso del decreto de que se trate
implica su derogación de acuerdo a lo que establece el artículo 2º del Código Civil,
quedando a salvo los derechos adquiridos durante su vigencia.
Art. 25: Las disposiciones de esta ley y el curso de los procedimientos en ella
establecidos, no obstan al ejercicio de las potestades ordinarias del Congreso relativas
a la derogación de normas de carácter legislativo emitidas por el Poder Ejecutivo.
Art. 26: Las resoluciones de las Cámaras que aprueben o rechacen el decreto de que se
trate, en los supuestos previstos en esta ley, serán comunicadas por su presidente al
Poder Ejecutivo para su inmediata publicación en el Boletín Oficial.
Régimen en la constitución del la provincia de Entre Ríos:

ATRIBUCIONES Y DEBERES DEL PODER EJECUTIVO


ARTÍCULO 174
El gobernador es el Jefe del Estado.
ARTÍCULO 177
No puede expedir resoluciones ni decretos sin la firma del ministro respectivo.
Podrá, no obstante, en caso de impedimento autorizar por decreto a un empleado
caracterizado para refrendar sus actos, quedando éste sujeto a las
responsabilidades de los ministros.

BOLILLA XII: RELACIÓN ENTRE EL PODER EJECUTIVO Y LEGISLATIVO.


18. Procedimiento de formación y sanción de leyes en las provincias.
Diferencias con el régimen nacional.
SANCIÓN, PROMULGACIÓN Y PUBLICACIÓN DE LAS LEYES
ARTÍCULO 123
Las leyes pueden tener origen en cualesquiera de las cámaras, por proyectos
presentados por sus miembros, por el Poder Ejecutivo, por el Superior Tribunal de
Justicia cuando se tratare de materias vinculadas a la organización judicial, y por el
pueblo ejerciendo el derecho de iniciativa popular.
CONSTITUCIÓN DE LA PROVINCIA DE ENTRE RÍOS
34
Todos los proyectos deberán tener tratamiento parlamentario.
ARTÍCULO 124
Para que un proyecto de ley sea sancionado sobre tablas, será necesario dos
tercios de votos de los presentes y esa sanción no podrá recaer en general y
particular en un mismo día, en ambas cámaras.
ARTÍCULO 125
Aprobado un proyecto por la cámara de su origen, pasa para su discusión a la
otra cámara. Aprobado por ambas, pasa al Poder Ejecutivo para su examen, y si
también lo aprueba, lo promulga como ley.
ARTÍCULO 126
Se reputa aprobado por el Poder Ejecutivo todo proyecto no devuelto en el
término de diez días hábiles.
ARTÍCULO 127
Si antes del vencimiento de los diez días hubiese tenido lugar la clausura de
las cámaras, el Poder Ejecutivo deberá, dentro de dicho término, remitir el proyecto
vetado a la secretaría del Senado, sin cuyo requisito no tendrá efecto el veto.
ARTÍCULO 128
Ningún proyecto de ley desechado totalmente por una de las cámaras podrá
repetirse en las sesiones de aquel año, sino cuando vuelva a presentarse y fuera
apoyado, por dos tercios de votos de los miembros presentes de la cámara que lo
rechazó. Si sólo fuera adicionado o corregido por la cámara revisora, volverá a la de
su origen y si en ésta se aprobaran las adiciones o correcciones por mayoría
absoluta, pasará al Poder Ejecutivo. Si las adiciones o correcciones fueran
desechadas volverá por segunda vez el proyecto a la cámara revisora, y si aquí
fuesen nuevamente sancionadas por una mayoría de dos terceras partes de sus
miembros, pasará el proyecto a la otra cámara y no se entenderá que ésta reprueba
dichas adiciones o correcciones, si no concurre para ello el voto de dos terceras
partes de sus miembros presentes.
ARTÍCULO 129
Si el Poder Ejecutivo desechara en todo o en parte un proyecto de ley
sancionado, vuelve con sus observaciones a la Legislatura, debiendo el presidente
de la Asamblea pasarlo sin más trámite a las comisiones de ambas cámaras que
tuvieron a su cargo el estudio del proyecto, las que constituidas en una sola
comisión, deberán estudiar las observaciones del Poder Ejecutivo, debiendo
expedirse dentro de un plazo no mayor de diez días.
Transcurrido dicho término y aunque la comisión no se hubiere expedido,
dentro de las cuarenta y ocho horas subsiguientes, las secretarías de ambas
cámaras citarán para un término no mayor de tres días a sesión plenaria de la
Legislatura, la que deberá pronunciarse dentro de los quince días a contar de la
fecha establecida en la primera convocatoria. A este efecto regirán las disposiciones
contenidas en el artículo 107.
Si la Asamblea no se expidiera dentro del plazo señalado, en caso de veto
total se considerará rechazado el proyecto y si el veto fuera parcial se tendrán por
aprobadas las proposiciones del Poder Ejecutivo.
Si se insiste en la primera sanción por dos tercios de votos presentes, o se
aceptan por mayoría absoluta de los presentes las observaciones del Poder
Ejecutivo, el proyecto será comunicado a éste para su cumplimiento.
Las votaciones serán nominales y, tanto los nombres de los sufragantes como
los fundamentos que hayan expuesto y las observaciones del Poder Ejecutivo, se
publicarán inmediatamente por la prensa. En caso de veto total, no existiendo los
dos tercios para la insistencia, el proyecto no podrá repetirse en las sesiones de
aquel año.
El veto parcial no invalida el resto de la ley que podrá ser puesta en vigor en
las partes no afectadas por el mismo siempre que su aprobación parcial no altere el
espíritu ni la unidad del proyecto sancionado por la Legislatura.
A los efectos de este artículo y en el caso del artículo 127, se considerarán
prorrogadas las sesiones por el término necesario para el pronunciamiento de la
Legislatura.
ARTÍCULO 130
Toda ley modificada en parte se publicará íntegra, incorporando a su texto las
modificaciones, con excepción de los códigos de procedimientos u otras leyes que
por su larga extensión hagan inconveniente la reimpresión, en cuyo caso, esta
prescripción se cumplirá en cada nueva edición. Cuando en una ley se citen o se
incorporen prescripciones de otra, las partes que se citen o incorporen, se insertarán
íntegramente.
El Poder Ejecutivo debe realizar la publicación dentro de los ocho días de
promulgada la ley. En su defecto, el presidente de cualquiera de las cámaras
legislativas, la dispondrá en un diario provincial de amplia difusión, teniendo la
misma carácter de publicación oficial.
ARTÍCULO 131
Cuando se haga la publicación oficial de las leyes de la Provincia, se
enumerarán ordinalmente y, en adelante, se mantendrá la numeración correlativa
por la fecha de promulgación.
La ley dispondrá las medidas que aseguren la actualización y consolidación
permanente del orden normativo provincial. Se confeccionará además un anexo de
derecho histórico, conteniendo las disposiciones derogadas.
ARTÍCULO 132
En la sanción de las leyes, se usará la siguiente fórmula: "La Legislatura de la
Provincia de Entre Ríos, sanciona con fuerza de ley".

Régimen nacional: la formación y sanción de las leyes se encuentra regulados por los
arts. 77 al 84 de la constitución nacional. El régimen es el siguiente:
 Los proyectos de ley pueden tener principio en cualquiera de las Cámaras, con
proyectos presentados por sus miembros o por el P.E.
 Una vez entrados los proyectos se giran por la presidencia a la comisión que
corresponda según la materia. Se denomina “despacho de comisión” al documento
en que ésta aconseja a la Cámara que apruebe el proyecto.
 El proyecto de ley pasa ante cada Cámara en pleno por 2 etapas: i) un debate
general sobre la idea general del asunto; y ii) en caso de ser aprobado se pasa al
debate en particular sobre cada uno de los artículos. En el curso de este de debate
podrán presentarse otros artículos, que modifiquen, sustituyan, adicionen o
supriman algo. En este último caso, el proyecto debe regresar a la Cámara de
origen para su aprobación
 Aprobado el proyecto de ley por la Cámara de origen, pasa para su discusión a la
Cámara revisora. Aprobado por ambas pasa al P.E. para su examen, y si obtiene su
aprobación, lo promulga como ley y ordena su publicación en el Boletín Oficial.
 Se reputa aprobado por el P.E. todo proyecto no devuelto en el término de 10 días
hábiles.
 Asimismo el P.E. puede vetar total o parcialmente. Al vetar parcialmente, el P.E.
debe decidir si promulga o no el resto de la ley. El veto total se formaliza mediante
decreto e implica el tratamiento nuevamente del proyecto de ley por ambas
Cámaras; si ambas lo sancionan por mayoría de 2/3 de votos, el proyecto se
convertirá en ley y pasará al P.E. para su promulgación.

19. Relaciones entre los Poderes Ejecutivo y Legislativo: el juicio político,


fundamentos, antecedentes, efectos.
Concepto: es el procedimiento que tiene como objetivo destituir de sus cargos a un
funcionario y por las causas que indica la constitución. Se le denomina juicio político no
porque se acuse su responsabilidad política ante el Congreso, sino porque no es un
juicio penal, solo se busca separar al acusado de su cargo. Intervienen las dos
Cámaras, una acusa y la otra juzga.

Antecedentes: La constitución nacional lo incorporó siguiendo el modelo de la


constitución norteamericana de 1787 que tuvo a su vez por antecedente el derecho
inglés.
En nuestro país la constitución nacional regula el funcionamiento de este instrumento
de control en los arts. 53, 59 y 60. Son pasibles de este procedimiento el presidente, el
vicepresidente de la república, el jefe de gabinete de ministros, los ministros del poder
ejecutivo y los miembros de la Corte Suprema de Justicia.
La constitución de 1853 incluía entre los funcionarios enjuiciables a los gobernadores
de provincia y a los miembros de ambas cámaras. La reforma de 1860, eliminó a los
mandatarios provinciales de la posibilidad del juicio político. Los gobernadores
quedaron sujetos a lo que establecieron las respectivas constituciones provinciales. Los
diputados y senadores nacionales solo pueden ser removidos o excluidos de su función
por su propia cámara.

Causales: Son causales que habilitan la promoción del juicio político el mal desempeño
del cargo, la comisión de delitos en el ejercicio de la función o la comisión de crímenes
comunes.
La causal de mal desempeño es amplia y queda librada a la discreción del congreso de
la nación; puede comprender, entre otros, los casos de falta de aptitud, enfermedad,
insolvencia moral, etc. La causal de delito en el ejercicio de la función hace referencia a
aquellos casos en que la comisión de un delito tiene origen en el desempeño del cargo
(malversación de caudales públicos, abuso de autoridad, violación de los deberes de los
funcionarios públicos, cohecho, negociaciones incompatibles con el ejercicio de las
funciones, exacciones ilegales, enriquecimiento, etc.). La causal de crímenes comunes
se refiere a delitos graves, sin que se requiera, en estos casos, una vinculación entre el
hecho ilícito y el desempeño de la función pública.

Efectos: están previstos en el art. 60. El mismo dispone que el fallo no tendrá más
efecto que destituir al acusado, y aun declararlo incapaz de ocupar ningún empleo de
honor, de confianza o a sueldo en la Nación. Pero la parte condenada quedará, no
obstante, sujeta a acusación, juicio y castigo conforme a las leyes, ante los tribunales
ordinarios.
Si el funcionario renuncia mientras transcurre el juicio, y la dimisión es aceptada el
mismo concluye por falta de objeto, ya que era separarlo del cargo.

Revisión judicial: Se discute si el fallo del senado puede ser objeto de cuestionamiento
ante los tribunales de justicia. Tradicionalmente, el juicio político ha sido considerado
entre las causas políticas no pasibles de revisión judicial. Sin embargo, en la doctrina
actual prevalece el criterio de aceptar el control judicial, aunque con alcances variados.
Se entiende que la decisión de fondo recaída en un juicio político, por su naturaleza de
tal, no debe ser objeto de revisión judicial, aunque ello no tiene que impedir la revisión
de otros aspectos, como el cumplimiento de las mayorías parlamentarias exigidas y las
garantías del debido proceso, en especial en lo que atañe al resguardo del derecho de
defensa.
20. Juicio Político. Regulación a nivel nacional y provincial: similitudes y
diferencias.
Regulación a nivel nacional: se encuentra en la constitución nacional, art. 53, 59 y 60.
Su régimen es el siguiente:
La Cámara de Diputados ejerce el derecho de acusar ante el Senado al Presidente,
Vicepresidente, al Jefe de Gabinete de ministros, a los Ministros y a los miembros de la
Corte Suprema, en las causas de responsabilidad que se intenten contra ellos, después
de haber conocido de ellos y declarado haber lugar a la formación de causa por la
mayoría de 2/3 partes de sus miembros presentes.
Causales:
 mal desempeño;
 delito en el ejercicio de sus funciones;
 por crímenes comunes.
Si bien en la apreciación de la causal existe un grado de discreción, ello no obsta a que
los hechos que se imputan deben ser probados para que den por producida la causal de
remoción. Si de algún modo se ha violado el derecho a ser oído, a producir prueba de
descargo o si se dan por probados hechos que no lo fueron en absoluto, la eventual
decisión de remoción puede ser controlada judicialmente.
Al Senado corresponde juzgar en juicio público a los acusados por la Cámara de
Diputados, debiendo sus miembros prestar juramento para este acto. Cuando el
acusado sea el presidente de la Nación, el Senado será presidido por el presidente de la
Corte Suprema. Ninguno será declarado culpable sino a mayoría de los dos tercios de
los miembros presentes.
Su fallo no tendrá más efecto que destituir al acusado, y aún declararle incapaz de
ocupar ningún empleo de honor, de confianza o a sueldo en la Nación. Pero la parte
condenada quedará, no obstante, sujeta a acusación, juicio y castigo conforme a las
leyes ante los tribunales ordinarios.

Regulación en la provincia de Entre Ríos:


JUICIO POLÍTICO
ARTÍCULO 138
Están sujetos al juicio político, el gobernador, vicegobernador, los ministros
del Poder Ejecutivo, los miembros del Superior Tribunal de Justicia, de sus salas y el
Defensor del Pueblo.
ARTÍCULO 139
La acusación de los funcionarios sujetos a juicio político, será formulada ante
la Cámara de Diputados, por cualesquiera de sus miembros o por cualquier
particular.
ARTÍCULO 140
La acusación se hará por escrito, determinando con toda precisión los hechos
que sirvan de fundamento a aquélla.
Son causales para el enjuiciamiento político el mal desempeño o la
incapacidad física o mental sobreviniente que evidencie falta de idoneidad para el
cargo.
ARTÍCULO 141
Presentada la denuncia, pasará sin más trámite a la Comisión de
Investigación, que nombrará la Cámara de Diputados en su primera sesión ordinaria,
no pudiendo facultar al presidente para que la nombre.
Dicha comisión tendrá por objeto investigar la verdad de los hechos en que se
funda la acusación, teniendo para ese efecto las más amplias facultades.
ARTÍCULO 142
El acusado tendrá derecho de ser oído por la Comisión de Investigación, de
interpelar por su intermedio a los testigos y de presentar los documentos de
descargo que tuviere. Tendrá también el deber de contestar a todas las preguntas
que la comisión le dirija respecto a la acusación.
ARTÍCULO 143
La Comisión de Investigación consignará por escrito todas las declaraciones e
informes relativos al proceso y terminado que haya su cometido, pasará a la cámara,
con todos sus antecedentes, un informe escrito en que hará mérito de aquéllos y
expresará su dictamen en favor o en contra de la acusación.
La Comisión de Investigación deberá terminar su diligencia en el perentorio
término de treinta días.
ARTÍCULO 144
La cámara decidirá sin más trámite si se acepta o no el dictamen de la
Comisión de Investigación, necesitando para aceptarlo dos tercios de votos de la
totalidad de sus miembros, cuando el dictamen fuera favorable a la acusación. El
quórum para esta sesión se compondrá de tres cuartos de los miembros de la
cámara.
En todo el trámite de juicio político no se admitirá la recusación de los
integrantes de ninguna de las cámaras intervinientes.
ARTÍCULO 145
Desde el momento en que la cámara haya aceptado la acusación contra un
funcionario público, éste quedará de hecho suspendido en el ejercicio de sus
funciones, gozando de medio sueldo.
ARTÍCULO 146
Admitida la acusación por la Cámara de Diputados, nombrará ésta una
comisión de cinco de sus miembros para que la sostenga ante la Cámara de
Senadores, juez de la causa, a la cual le será comunicado dicho nombramiento y la
aceptación de la acusación.
ARTÍCULO 147
El Senado se constituirá en Corte de Justicia, prestando cada uno de sus
miembros un juramento especial de fallar conforme a los dictados de su conciencia.
ARTÍCULO 148
El Senado constituido en Corte de Justicia será presidido por el Presidente del
Superior Tribunal de Justicia, o por su suplente legal, cuando el acusado sea el
gobernador, el vicegobernador o un ministro del Poder Ejecutivo, y por el
vicepresidente primero del Senado o por el vicepresidente segundo en su defecto,
cuando el acusado sea un miembro del Poder Judicial.
ARTÍCULO 149
Ante el Senado los términos serán fijos y perentorios, el proceso verbal y la
sentencia por votación nominal, todo ello de conformidad a lo que la ley de la
materia establezca.
ARTÍCULO 150
El Senado no podrá funcionar como Corte de Justicia con menos de los dos
tercios de la totalidad de sus miembros, ni pronunciar sentencia condenatoria, sino
por la mayoría de los votos de esa misma totalidad. Deberá reunirse para tratar la
acusación a los cinco días de presentada ésta y finalizar el juicio dentro del
perentorio término de noventa días.
ARTÍCULO 151
La pena en el juicio político deberá concretarse a la separación del funcionario
acusado, y aun a la inhabilitación para ejercer cargos públicos por tiempo
determinado. Pero cuando del proceso resulte constatado un crimen o delito común,
el reo será entregado a la justicia ordinaria con todos los antecedentes de su causa,
para que le aplique la pena respectiva.
ARTÍCULO 152
Vencido el término legal sin que medie un pronunciamiento del Senado, tal
omisión crea una presunción, que no admite prueba en contrario, en favor de la
inocencia del acusado, quien se reintegrará a la posesión de su cargo, sin que se le
pueda oponer los efectos de una condena dictada con posterioridad.
En toda la tramitación del juicio político se deberá asegurar el derecho de
defensa, con asistencia letrada.
El fallo que disponga la separación del funcionario deberá motivarse por
escrito. El voto favorable a la propuesta, importará la adhesión a sus fundamentos,
salvo que el legislador haya expresado las razones que sustenten su posición. Cada
hecho motivo de acusación será votado separadamente.
ARTÍCULO 153
Siendo absuelto el funcionario acusado, reasumirá inmediatamente las
funciones de su cargo, debiendo en tal caso, como en el previsto por el artículo
anterior, integrársele su sueldo por el tiempo de suspensión.
ARTÍCULO 154
Cualquiera que sea la sentencia del Senado, será inmediatamente publicada.

BOLILLA XIII: MINISTERIO PÚBLICO Y ORGANOS AUXILIARES.


21. Ministerio Público. Designación, remoción, atribuciones, deberes e
incompatibilidades.
Según la CN, en su art 120: El Ministerio Público es un órgano independiente con
autonomía funcional y autarquía financiera, que tiene por función promover la
actuación de la justicia en defensa de la legalidad, de los intereses generales de la
sociedad, en coordinación con las demás autoridades de la República.
Está integrado por un procurador general de la Nación y un defensor general de la
Nación y los demás miembros que la ley establezca.
Sus miembros gozan de inmunidades funcionales e intangibilidad de remuneraciones.
Designación, remoción etc.: son similares a las del poder judicial, ver pregunta
siguiente

BOLILLA XIV: EL PODER JUDICIAL.


22. El Poder Judicial provincial: organización, competencia, designación y
remoción de los jueces.
Según la Constitución de la Provincia de Entre Ríos

PODER JUDICIAL
DISPOSICIONES GENERALES
ARTÍCULO 186
El Poder Judicial de la Provincia será ejercido por un Superior Tribunal de Justicia y
demás tribunales o jurados que las leyes establezcan.
ARTÍCULO 187
El Superior Tribunal se compondrá por un número impar de miembros que no podrá ser
inferior a cinco (Ley Organica Poder Judicial de Entre Ríos: Artículo 31 – Ley 6902:
COMPOSICIÓN. El Superior Tribunal de Justicia se compondrá de nueve miembros,
tendrá su asiento en la ciudad de Paraná y competencia en todo el territorio de la
Provincia.). Podrá dividirse en salas que entenderán en las distintas materias del
derecho, en el número que lo requieran las necesidades judiciales. En caso de creación
de nuevas salas, la ley determinará su jurisdicción y competencia, la forma en que se
distribuirá el trabajo entre las de la misma materia y su conformación y funcionamiento,
en los casos previstos por esta Constitución cuando deba actuar como tribunal pleno.
ARTÍCULO 188
Para ser miembro del Superior Tribunal, Procurador General o Defensor General, se
requiere ser ciudadano argentino, tener título nacional de abogado, treinta años de
edad, seis por lo menos en el ejercicio activo de la profesión de abogado o de la
magistratura.
ARTÍCULO 189
Los miembros del Superior Tribunal serán inamovibles mientras dure su buena conducta
y sólo podrán ser removidos mediante el juicio político, en la forma establecida en esta
Constitución.
Los miembros del Superior Tribunal de Justicia de Entre Ríos sólo pueden ser removidos
mediante el procedimiento de "juicio político", mientras que los demás jueces inferiores
(jueces de cámara y de primera instancia) sólo pueden ser destituidos por un tribunal o
"jury" de enjuiciamiento.

ARTÍCULO 190
Para ser juez de primera instancia se requiere ser ciudadano argentino, tener título de
abogado nacional, veintisiete años de edad y cinco por lo menos, en el ejercicio activo
de la profesión o en la magistratura.
ARTÍCULO 191
La justicia de paz será letrada y funcionará en aquellos centros de población que, previo
informe favorable del Superior Tribunal, la ley establezca conforme al grado de
litigiosidad, extensión territorial y población. La competencia de la justicia de paz será
establecida por la ley.
ARTÍCULO 192
Para desempeñar el cargo de juez de paz, deberán observarse los requisitos del artículo
190 (Para ser juez de primera instancia se requiere ser ciudadano argentino, tener título
de abogado nacional, veintisiete años de edad y cinco por lo menos, en el ejercicio
activo de la profesión o en la magistratura.) debiendo la ley señalar las condiciones
para el funcionamiento de los respectivos juzgados, garantizando en ellos
procedimientos que respondan a los principios de inmediatez, informalidad, celeridad,
accesibilidad y economía procesal aplicando, en la medida de lo posible, las formas
alternativas de solución de conflictos.
ARTÍCULO 193
Los miembros del Superior Tribunal de Justicia, los titulares de los Ministerios Públicos, y
los demás magistrados y funcionarios del Poder Judicial serán designados por el Poder
Ejecutivo de la forma prevista por los artículos 103, inciso 2° (acuerdo del Senado) y
175, incisos 16º (16º. Nombrar, con acuerdo del Senado, los miembros del Superior
Tribunal de Justicia, los titulares del Ministerio Público Fiscal y de la Defensa, fiscal de
Estado, contador general, tesorero general, miembros del Tribunal de Cuentas, director
general de escuelas, vocales del Consejo General de Educación y los demás funcionarios
para los cuales la ley establezca esta forma de nombramiento.) y 18º (Nombrar a los
jueces de paz, a propuesta en terna de los municipios o comunas del lugar de asiento
del mismo.).
ARTÍCULO 194
Los funcionarios letrados de la administración de justicia serán inamovibles mientras
dure su buena conducta, y los no sujetos a juicio político, sólo podrán ser removidos por
el jurado de enjuiciamiento, en la forma establecida en esta Constitución.
ARTÍCULO 195
Los funcionarios judiciales letrados, percibirán por sus servicios, una compensación que
determinará la ley la cual será pagada en época fija y no podrá ser disminuida mientras
permaneciesen en sus funciones.
ARTÍCULO 196
Los magistrados y funcionarios judiciales no podrán formar parte de corporación o
centro político, inmiscuirse, en grado o en forma alguna, en actividades políticas, ni
ejercer su profesión en ningún foro ni ante ningún tribunal.
La violación de estas normas implicará una falta grave a los efectos de su enjuiciamiento
en la forma prevista en esta Constitución.
ARTÍCULO 197
Todo funcionario judicial, antes de entrar en el ejercicio de sus funciones, deberá prestar
juramento en la forma y ante la autoridad que la ley determine, so pena de nulidad de lo
que actuare sin llenar esta formalidad.
ARTÍCULO 198
Los magistrados y funcionarios judiciales tendrán el tratamiento oficial de “Señor”,
antecediendo a la denominación del cargo que ocupa.
ARTÍCULO 199
Los magistrados y funcionarios de la Justicia Federal no podrán ejercer su profesión ante
la jurisdicción provincial.
ARTÍCULO 200
No podrán ser simultáneamente miembros del Superior Tribunal los parientes o afines
dentro de cuarto grado civil, ni conocer en asuntos que hayan resuelto como jueces,
parientes o afines dentro de dicho grado. En caso de parentesco sobreviniente, el que lo
causare, abandonará el cargo.
ARTÍCULO 201
Los representantes del ministerio fiscal y ministerio pupilar en todas las instancias,
quedarán equiparados a los miembros del Poder Judicial y en cuanto a las garantías
establecidas en su favor en cuanto a las obligaciones especiales que les impone esta
Constitución no pudiendo ser removidos sino por el jurado de enjuiciamiento, en la
forma prevista en la misma.
ARTÍCULO 202
Toda vacante en la magistratura deberá ser provista dentro del termino de treinta días
de producida. En caso contrario, el Superior Tribunal proveerá a la designación en
carácter provisorio.

LEY ORGANICA PODER JUDICIAL DE ENTRE RIOS

Artículo 31.- COMPOSICIÓN. El Superior Tribunal de Justicia se compondrá de nueve


miembros, tendrá su asiento en la ciudad de Paraná y competencia en todo el territorio
de la Provincia. (Artículo modificado por Ley 8065, Artículo 1, BO 11/05/1988)

Composición
Art. 150. El Poder Judicial será ejercido por el Superior Tribunal de Justicia, tribunales
inferiores y demás organismos que la ley establezca.

Condiciones de elegibilidad
Art. 157. Para ser miembro del Superior Tribunal de Justicia y Procurador General se
requiere: ser argentino nativo, o naturalizado con diez años de ejercicio de la
ciudadanía, poseer título de abogado expedido por universidad nacional o revalidado en
el país, y tener treinta años de edad y seis, por lo menos, en el ejercicio de la profesión
o de la magistratura.
Los demás jueces letrados deberán reunir las mismas condiciones de ciudadanía y
título, tener veintisiete años de edad y cinco, por lo menos, en el ejercicio activo de la
profesión o de la magistratura.
Designación
Art. 158. Los miembros del Superior Tribunal de Justicia y el Procurador General serán
nombrados por el Poder Ejecutivo a propuesta del Consejo de la Magistratura. Los
demás miembros de la Administración de Justicia serán designados por el Superior
Tribunal de Justicia a propuesta del mismo Consejo. En todos los casos, las
designaciones deberán efectuarse dentro de los diez días de recibida la propuesta,
salvo que el postulado no reuniere los requisitos del artículo anterior.
Con el mismo procedimiento podrán designarse jueces suplentes para cubrir vacancias
y licencias. Si las mismas no son llenadas dentro de los sesenta días de producidas, el
Superior Tribunal de Justicia las cubrirá con carácter provisorio.
En caso de desintegración del Consejo de la Magistratura, los miembros del Superior
Tribunal de Justicia y el Procurador General serán designados por el Poder Ejecutivo
con acuerdo de la Legislatura.
La ley instrumentará y garantizará la capacitación de los empleados del Poder Judicial y
la carrera administrativa, sobra la base de la igualdad de oportunidades y de
mecanismos de selección por concurso público de antecedentes y oposición, bajo
sanción de nulidad de los ingresos y las promociones que violen esta norma.

Inamovilidad, deberes, remoción, retribución


Art. 154. Los Magistrados y los representantes del Ministerio Público, conservarán sus
cargos mientras dure su buena conducta, cumplan sus obligaciones legales, no incurran
en falta grave, mal desempeño o abandono de sus funciones, desconocimiento
inexcusable del derecho, comisión de delito doloso o inhabilidad física o psíquica.
Deberán resolver las causas dentro de los plazos que las leyes procesales establezcan ,
y será causal de remoción, la morosidad o la omisión.
Cuando se encuentren en condiciones de acceder a la jubilación, podrán optar por su
permanencia en el cargo que desempeñan en ese momento, hasta haber cumplido los
setenta años. Un nuevo nombramiento será necesario para mantener en el cargo a
Magistrados y funcionarios, una vez que cumplan esa edad.
Se establecerá por ley la carrera judicial para Magistrados, funcionarios y
representantes del Ministerio Público, como así la capacitación permanente y la
obligación inexcusable de brindar sus conocimientos y aportes de experiencia en
beneficio de otros miembros de la Magistratura y de los empleados judiciales.
La ley creará un sistema integrado y público de estadísticas judiciales para el control
ciudadano de la Administración de Justicia.
Gozarán de las mismas inmunidades de los legisladores. Su retribución será establecida
por ley y no podrá ser disminuida con descuentos que no sean los que se dispusieren
con fines previsionales, tributarios o con carácter general.
La inamovilidad comprende el grado y la sede. No podrán ser trasladados ni ascendidos
sin su consentimiento.

BOLILLA XV: EL RÉGIMEN MUNICIPAL.


23. Autonomía y autarquía municipal: evolución jurisprudencial y disposiciones
constitucionales.
Autonomía: capacidad de darse sus propias normas e instituciones y elegir sus
autoridades.
Autarquía: capacidad de administrar sus propios recursos. Descentralización territorial
administrativa.
Situación según la CN 1853/1860: la doctrina no ha sido pacífica, algunos como Bidart
Campos consideraron que preservaba la autonomía municipal, otros autores que
solamente garantizaba la autarquía, y finalmente que el régimen municipal quedaba al
arbitrio de cada provincia.
Evolución jurisprudencial: en 1911 la Corte definía a los municipios como delegación de
los poderes provinciales, circunscripta a fines y límites administrativos y sujeta a la
legislación local.
En armonía con este punto de vista, el mismo tribunal decía que, conforme con nuestro
sistema constitucional federal, las municipalidades no son entidades políticas
autónomas ni constituyen la base del sistema de gobierno representativo y republicano
federal por lo que no cuentan con poderes propios u originarios.
La consecuencia directa de la jurisprudencia reseñada salta a la vista: las
municipalidades, conforme con esta interpretación de la Corte, constituyen meras
entidades autárquicas (posición coherente con la doctrina administrativista).
Esta construcción jurisprudencial sufre un giro importante con el dictado, en el año
1989, del fallo "Rivademar".
En este decisorio, la Corte admite que su línea doctrinaria anterior, reductora del
municipio a la calidad de ente autárquico, precisa ser revisada, ya que no es posible
continuar predicando la existencia de una autarquía municipal uniforme en todo el país,
cuando existían Cartas Provinciales que explícitamente atribuían a sus municipios la
calidad de autónomos.
El considerando 8° de la sentencia clasifica la naturaleza jurídica de los municipios en
dos categorías:
 Municipios que gozan de autonomía plena, por así consagrarla la pertinente
Constitución Provincial, al permitírseles el dictado de sus propias cartas orgánicas
municipales;
 Municipios catalogables como semiplenamente autónomos, cuando la carta provincial
se limita a reconocer la autonomía, sin atribuirles, a la par, la potestad para dictar
sus estatutos comunales fundamentales.
En síntesis, en esta sentencia el tribunal supremo se inclina por el carácter autónomo,
en dos graduaciones de la autonomía, de las municipalidades provinciales,
diferenciándolas claramente de las meras autarquías, dado que, señala la Corte:
a) las municipalidades tienen base constitucional, por oposición a las autarquías,
creadas por ley;
b) cuentan también con sostén sociológico, que reposa en los vecinos, basamento del
que carecen los entes autárquicos;
c) los municipios no pueden ser suprimidos, pues su existencia es necesaria por
disposición constitucional, carácter que no puede pregonarse de las autarquías,
creables y suprimibles por ley;
d) sus normas tienen carácter local, mientras que las dimanadas de entes autárquicos
son meras resoluciones administrativas;
e) las autoridades municipales deben ser elegidas popularmente, mientras que tal
exigencia no es predicable respecto de los entes autárquicos.
Es cierto que la afirmación de autonomía proclamada en el señalado considerando 8°
se difumina un tanto en el siguiente considerando, en el cual la Corte agrega que,
aunque no posea la autonomía municipal raigambre constitucional, la existencia del art.
5° fija a su favor una serie de atributos mínimos, aparte de su existencia necesaria.
Y es del caso puntualizar, asimismo, que, con posterioridad a ese pronunciamiento se
registraron las sentencias recaídas en las causas "Municipalidad de Rosario c/Provincia
de Santa Fe" y "Universidad de Buenos Aires c/Estado Nacional", conteniendo, esta
última, un desconcertante párrafo -en relación con la doctrina emergente de
"Rivademar"- en el cual se expresa que en nuestro sistema las provincias son las
únicas entidades autónomas en tanto se dictan sus propias normas.
Disposiciones Constitucionales: La Convención Nacional Constituyente de 1994 tuvo sin
dudas presente el avance jurisprudencial antes visto, previo a sancionar el actual art.
123 de la Carta Fundamental en el que se determina que: "Cada provincia dicta su
propia Constitución, conforme a lo dispuesto por el art. 5° asegurando la autonomía
municipal y reglando su alcance y contenido en el orden institucional, político,
administrativo, económico y financiero".
La norma representa la consagración constitucional de la autonomía comunal y
determina los tópicos o materias en los que, en algún grado, dicha autonomía deberá
hacerse presente.
Así, en la Argentina todos los municipios habrán de gozar de alguna cuota de
autonomía tanto en lo institucional, como en lo político, administrativo, económico y
financiero. Una Constitución provincial que omitiere brindarla en alguno de esos
aspectos, sería contraria a la pauta federal transcripta.

BOLILLA XVI: LA COMPETENCIA MUNICIPAL. EL NUEVO SUJETO FEDERAL.


24. Status jurídico de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Desarrolle.
Con motivo de la reforma de 1994, fue incorporado a la CN el art. 129: "La Ciudad de
Buenos Aires tendrá un régimen de gobierno autónomo, con facultades propias de
legislación y jurisdicción, y su jefe de gobierno será elegido directamente por el pueblo
de la ciudad. Una ley garantizará los intereses del Estado Nacional, mientras la ciudad
de Buenos Aires sea la capital de la Nación. En el marco de lo dispuesto en este
artículo, el Congreso de la Nación convocará a los habitantes de la ciudad de Buenos
Aires para que, mediante los representantes que elijan a ese efecto, dicten el Estatuto
Organizativo de sus instituciones".
La idea directriz del constituyente fue la de otorgar a la comuna porteña el carácter de
autónoma.
Esto ha permitido decir a la doctrina que, luego de la reforma, el clásico esquema
Nación- Provincias (y dentro de éstas, los municipios) se ha visto enriquecido por la
aparición de una nueva entidad "sui generis", creación de la Convención de 1994, que
es la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Ésta, sin alcanzar la categoría de provincia,
posee un régimen autonómico que podemos ubicar entre medio del tradicional de las
provincias y el propio de la autonomía municipal en jurisdicción provincial.
En la CN se le da un tratamiento similar a las provincias en artículos:
 44 y 54, relativos a la integración del Senado con tres senadores por las provincias
y tres por la ciudad;
 45, acerca de la composición de la Cámara de Diputados con representantes del
pueblo de las provincias, de la ciudad y de la Capital Federal en caso de traslado;
 75, inciso 2, respecto de la coparticipación impositiva entre la Nación, la ciudad y
las provincias;
 75, inciso 31, sobre intervención federal a una provincia o a la ciudad;
 124 acerca del régimen especial que se establezca para la ciudad en materia de
regionalización y convenios internacionales;
 y las cláusulas transitorias, en especial la séptima, en tanto dispone que el
Congreso ejercerá en la ciudad, mientras sea Capital de la Nación, las atribuciones
legislativas que conserve.
A las que cabe sumar la derogación del anterior artículo 86, inciso 3º, en virtud de lo
cual el Presidente ha dejado de ser el jefe inmediato y local de la Capital Federal y el
75, inciso 30, el que si bien conserva para el Congreso la atribución de ejercer una
legislación exclusiva en el territorio de la Capital Federal, debe ser circunscripto en sus
alcances sólo a la legislación que corresponda dictar sobre la ciudad en su calidad de
asiento de las autoridades nacionales.
Sin embargo, la CABA no ha sido mencionada junto a las provincias en los artículos:
 5, que atribuye a las provincias la potestad de dictar para sí una Constitución en los
términos que fija);
 121, según el cual las provincias conservan todo el poder no delegado por la
Constitución al Gobierno Federal y el reservado por pactos especiales al tiempo de
su incorporación;
 125, atributivo a las provincias de competencia para celebrar ciertos tratados
parciales y del poder de “prosperidad”;
 126, que enumera de los poderes prohibidos a las provincias y
 128, que constituye a los gobernadores en agentes naturales del Gobierno Federal
para el cumplimiento de la Constitución y leyes de la Nación.
A lo cual se debería sumar la no mención de la Ciudad en el artículo 75, inciso 12, para
dejar a salvo la competencia de sus tribunales respecto de la aplicación de los Códigos
de fondo y el empleo, por el artículo 129, del término Estatuto Organizativo para
referirse a la norma base de sus instituciones.
Por otra parte, el propio artículo 129, antes transcripto, previó que el Congreso dictará
una ley de garantías de los intereses del Estado Nacional, mientras la ciudad de Buenos
Aires sea capital de la Nación, circunstancia cumplida con el dictado de la ley 25488.
Esta ley fija como principios fundamentales la conservación por la Nación de todo el
poder no atribuido por la Constitución al gobierno autónomo de la Ciudad de Buenos
Aires; la titularidad por aquélla de todos los bienes, derechos, poderes y atribuciones
necesarios para el ejercicio de sus funciones y la regulación del Gobierno Autónomo de
la ciudad de Buenos Aires por las instituciones locales que establezca el Estatuto
Organizativo que se dicte al efecto (artículos 1º y 4º).
Y en ese marco la norma dispuso que corresponderán a la Nación y a la Ciudad de
Buenos Aires las siguientes jurisdicciones y potestades:
a) continúan bajo jurisdicción federal todos los inmuebles sitos en la ciudad de Buenos
Aires, que sirvan de asiento a los poderes de la Nación así como cualquier otro bien
de propiedad de la Nación o afectado al uso o consumo del sector público nacional;
b) la ciudad de Buenos Aires será continuadora a todos sus efectos de la Municipalidad
de la Ciudad de Buenos Aires y la legislación nacional y municipal vigente en la
ciudad de Buenos Aires a la fecha de entrada en vigencia del Estatuto Organizativo
al que se refiere el artículo 129 de la Constitución Nacional, seguirá siendo
aplicable, en tanto no sea derogada o modificada por las autoridades nacionales o
locales, según corresponda.
c) el Gobierno Nacional seguirá ejerciendo, en la ciudad de Buenos Aires, su
competencia en materia de seguridad y protección de las personas y bienes,
continuando la Policía Federal Argentina con sus funciones de policía de seguridad y
auxiliar de la justicia en el ámbito de la ciudad de Buenos Aires, bajo la
dependencia orgánica y funcional del Poder Ejecutivo Nacional; sin perjuicio de los
convenios que se puedan suscribir que el Estado Nacional brinde la cooperación y el
auxilio que le sean requeridos para garantizar el efectivo cumplimiento de las
órdenes y disposiciones emanadas de los órganos de gobierno de la ciudad de
Buenos Aires.
d) la justicia nacional ordinaria de la ciudad de Buenos Aires mantendrá su actual
jurisdicción y competencia continuando a cargo del Poder Judicial de la Nación.
e) la ciudad de Buenos Aires tendrá facultades propias de jurisdicción en materia de
vecindad, contravencional y de faltas, contencioso-administrativa y tributaria
locales.
f) el Estado Nacional se reserva la competencia y la fiscalización, esta última en
concurrencia con la ciudad y las demás jurisdicciones involucradas, de los servicios
públicos cuya prestación exceda el territorio de la ciudad de Buenos Aires.
g) el Registro de la Propiedad Inmueble y la Inspección General de Justicia
continuarán en jurisdicción del Estado Nacional.
h) la ciudad de Buenos Aires dispondrá de los recursos financieros que determine su
Estatuto Organizativo con sujeción a lo que establecen los incisos b), c), d) y e) del
artículo 9° de la Ley 23548.
i) la administración presupuestaria y financiera de la ciudad de Buenos Aires se regirá
por su propia legislación y su ejecución será controlada por sus organismos de
auditoría y fiscalización.
j) la ciudad de Buenos Aires podrá celebrar convenios y contratar créditos
internacionales con entidades públicas o privadas siempre que no sean
incompatibles con la política exterior de la Nación y no se afecte el crédito público
de ésta, con la intervención que corresponda a las autoridades del Gobierno de la
Nación.
Por su lado, los representantes de la ciudad de Buenos Aires, reunidos en Convención
Constituyente, el primero de octubre de 1996, sancionaron, como estatuto organizativo
de la Ciudad, la Constitución que actualmente rige en ésta, siendo de destacar que la
Asamblea referida emitió una Declaración de Autonomía, en la cual, entre otros puntos,
se contiene el rechazo por inconstitucionales de las limitaciones establecidas por las
leyes 24588 y 24620 a las facultades de legislación y jurisdicción de la Ciudad.

BOLILLA XVII: EL PODER DE POLICIA MUNICIPAL.


25. Poder de Policía Municipal. Policía edilicia y de salubridad.
Poder de policía: es la potestad atribuida por las normas constitucionales al órgano o
Poder Legislativo para reglamentar el ejercicio de los derechos y el cumplimiento de las
obligaciones que esas mismas normas reconocen o imponen a los individuos, con
fundamento en el bienestar general. Sus límites son la razonabilidad, la intimidad y la
legalidad.
Materias: costumbres, tránsito, publicidad en la vía pública, sanitaria, ambiental,
mortuoria, alimenticia, espectáculos, urbanismo, etc.
Policía edilicia: son funciones municipales las siguientes
a- Régimen edilicio y urbano: dictan código de edificación, legislan sobre loteo,
zonificaciones, etc. Otorgan permisos para construir y habilitan edificios terminados
b- regulación y habilitación de locales con acceso al público
c- regulación de espectáculos públicos, tránsito vehicular
d- atribuciones de organización y dictado de normas de procedimiento con base en las
normas provinciales
e- alumbrado barrido y limpieza, obras de pavimentación.
Policía de salubridad: su finalidad es el resguardo de la salubridad pública, tanto en su
conservación como restablecimiento. La acción del cuidado de la salud es una función
individual privadísima, pero esto no obsta la intervención de los gobiernos, para los
siguientes casos (prevención de epidemias): 1) carácter colectivo de los males que
perturban; b) índole expansiva de esos males. También es necesaria la atención
colectiva común
a. Policía alimentaria o bromatológica.
b. Policía de sanidad ambiental.
c. Policía de higiene edilicia.
Al respecto, la carta orgánica de la municipalidad de Resistencia establece:
Art. 34: El Municipio, por sí o en coordinación con otros organismos, tendrá a su cargo
el control de zoonosis.
Artículo 35.- Control bromatológico y sanitario. El Municipio legislará para prevenir,
controlar y prohibir toda acción u omisión que atente contra la calidad de los alimentos
y su condición sanitaria.
Ejercerá el poder de policía sanitaria y adoptará las medidas necesarias para impedir,
en forma inmediata, la circulación y comercialización de alimentos no aptos para el
consumo.
Establecerá normas higiénico-sanitarias y bromatológicas para los transportes y
establecimientos comerciales e industriales, y para los lugares donde se depositen,
elaboren, fraccionen y expendan alimentos.

BOLILLA XVIII: EL URBANISMO.


26. Derecho y urbanismo. Concepto y problemática.
Concepto: “ciencia creada para ocuparse integralmente del conjunto de problemas que
se generan del vivir en la ciudad moderna y de encontrar a los mismos adecuada
solución”.
El urbanismo es un fenómeno colectivo, que integra en su estudio las distintas
disciplinas que tienen que ver con el comportamiento del hombre en su medio. Esa
ciencia interdisciplinaria debe expresarse en un orden jurídico, manifestarse en un
cuerpo jurídico donde consagra sus instituciones, pautas y principios. La normatización
orgánica del hecho urbano en su amplia consideración es lo que denominamos derecho
urbano; como tal el derecho urbano es una rama nueva, de constante estudio y
evolución.
Problemática: Si bien la mayoría de los problemas urbanísticos son de la órbita natural
del municipio, existe una minoría de ellos que por su magnitud caen bajo la esfera de
competencia del Estado Federal o de los Estados miembros (ej. el problema
habitacional).
En un principio se reducían a tres los problemas del urbanismo: circulación, higiene y
estética. Actualmente, se han ampliado los aspectos que comprende su objeto
relacionándolo con problemas económico-políticos, sociológicos, arquitectónicos, etc.
Entre los problemas más complejos que el urbanismo debe resolver:
a) Las grandes concentraciones de población que definen a la ciudad moderna. Sus
causas se pueden resumir así: 1) el crecimiento gigantesco del comercio; 2) el
proceso de concentración industrial; 3) la tecnificación agrícola-ganadera que
desocupó mucha mano de obra en sectores rurales; 4) el ingrediente de cooperación
que supone todo gran conglomerado humano; 5) los progresos evidentes del
urbanismo en su aplicación a la práctica de desarrollo de las ciudades.
b) Las migraciones internas de la campaña a la ciudad. Estamos en presencia de
incesantes flujos de población que abandonan el campo para radicarse en las
ciudades. Esto ha llevado a decir que la vida moderna se hace en las ciudades. Esta
característica ha producido de nuestra América Latina una grave afectación del
delicado y secular equilibrio ciudad-campo. En muchos casos el nuevo poblador de la
ciudad se conforma con condiciones particulares de vida inferiores a la que tenía en
la campaña.
c) La tendencia de las grandes ciudades a expandirse mediante el ocupamiento de las
áreas adyacentes de población. Este desarrollo de las grandes urbes lleva incita su
propia penalidad: deberán redoblar su ya sobrecargada tarea para hacer llegar hasta
sus prolongaciones todos los servicios públicos y demás necesidades cubiertas en su
perímetro original.

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